Cuadernos Maristas 29

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Cuadernos Maristas - FMS Champagnat

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ÍNDICE DE MATERIAS

EDITORIAL

André Lanfrey, fms........................................................................................... 3

SECCIÓN ICONOGRÁFICA

Los retratos del P. Champagnat en el siglo XIXAndré Lanfrey, fms........................................................................................... 5

La foto Arnaud, el retrato Ravery y el cráneo de ChampagnatIvo Strobino, fms ............................................................................................ 35

Una visión de la obra de RaveryAndré Lanfrey, fms........................................................................................ 47

Bienhechores del P. Champagnat y del InstitutoAndré Lanfrey, fms......................................................................................... 61

OTROS ARTÍCULOS

Por una causa común, 2ª parteFrederick Mc Mahon, fms......................................................................... 79

Las circulares del hermano Basilio Rueda y el hermano Gabriel MichelAlain Delorme, fms........................................................................................101

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FMS CUADERNOS MARISTASN° 29 AÑO XXI 2011

Responsable de redacción :Comisión de Patrimonio

Director técnico :AMEstaún, fms

Colaboradores  de este número :André Lanfrey, fmsAlain Delorme, fmsIvo Strobino, fmsFrederick Mc Mahon, fms

Traductores : Joannès Fontanay, fmsJosep Roura Bahí, fmsMoisés Puente, fmsGabriela ScanavinoFrancisco Castellanos, fmsEdward Clisby, fmsDavid HarrisonVirgílio J. Balestro, fmsAloisio Kuhn, fms

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Hasta el momento presente, Cua-dernos Maristas, a diferencia de lamayoría de las otras publicaciones dela Casa general, han sido muy dis-cretos en la utilización de iconografíaen sus páginas. Este hecho no es algoaccidental, sino el resultado de unaelección: para informar sobre la in-vestigación actual en el Instituto, laimagen, en la mayoría de los casos, noes necesaria. La revista no tenía porqué ser atractiva, sino difundir cono-cimientos y recursos para la reflexión.

Una reflexión global sobre el estatutode la imagen en nuestra sociedadtambién nos anima a mantenernos enesa línea, porque estamos asistiendoa una invasión de la imagen quetiende a oscurecer la reflexión y la es-critura para competir más allá de lo ra-zonable. Poco a poco nos estamosacostumbrando a dejar de lado cual-quier escrito que no vaya acompa-ñado de imágenes, independiente-mente de su valor intrínseco. Y somosmás proclives a producir imágenesque a escribir. Esta tendencia, bas-tante fuerte ya en los adultos, está ver-tiéndose torrencialmente en las nue-

vas generaciones, tanto es así que lacultura mundial actual es sobre todouna cultura visual. Pero, ¿sigue siendola única cultura o subcultura?De alguna manera creo que estamosya inmersos en un mundo que se ase-meja al de “1984” de George Orwell enel que todo evoluciona bajo la miradadel “gran hermano” controlando entodo momento a todo el mundo, rein-ventando continuamente el pasadosegún las necesidades del momentoy trabajando sistemáticamente en elempobrecimiento del lenguaje.

Por lo tanto, parece necesario man-tener una actitud crítica e incluso uncierto ascetismo, en relación con laimagen, ya que lo que importa es pre-servar la capacidad del ser humanopara descifrar el mundo y no tanto elde representaciones pictóricas. Sinembargo, no se trata de llegar a ac-tualizar una actitud de la iconoclastiabizantina de los siglos VIII-IX.

Además, aunque este número 29de Cuadernos Maristas no quierederogar la regla de la discreción ico-nográfica, sus redactores lo consi-

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EDITORIAL

André Lanfrey fms

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deran una suerte de prueba meto-dológica relacionada con el estudiode la iconografía marista. No se tratade ilustrar los textos para hacerlosmás atractivos, sino de considerar laimagen como parte de una investi-gación. Una iconografía que no seanecesaria para la comprensión de losartículos o los documentos no tienecabida en esta revista. Por el contra-rio, la iconografía puede ser en símisma objeto de estudio.

En conclusión, parece que vale lapena mencionar algunos trabajosrealizados recientemente en estecampo y con un espíritu cercano alnuestro. Yo sólo voy a mencionar al-gunos y ruego a los hermanos, quetengan conocimiento de otros traba-jos, que me lo hagan saber.

1. El hermano Agustín A. Carazo enel libro Tras la huella MarcelinoChampagnat, publicado en Chileen 1999, no se limitó a traducir losartículos del hermano Pierre Zind(Laurent Louis) sobre el P. Cham-pagnat, sino que también nosofrece una amplia iconografía delas representaciones del Fundador,

en pinturas, fotografías, grabadosy esculturas. Lástima que estén enblanco y negro y en un tamaño pe-queño, pero viene acompañada deuna seria documentación en unanexo. Disponemos, pues, de unprimer estudio sistemático sobreun punto importante de nuestropatrimonio iconográfico.

2. El hermano Jean-Claude Long-champ, de la comunidad deMarlhes, ha montado recientementeuna exposición sobre el mismotema y ha elaborado un catálogo,constituyendo otra síntesis sobre laiconografía de Champagnat.

3. Por último, un cohermano (ClaudeMorrison) ha completado la infor-matización de la iconografía delBulletin de l’Institut presentandomuchos grabados y fotografíasde las casas maristas, así como deretratos... que reflejan la vida delinstituto entre 1909 y 1984. Estamina de material podría suscitarmuchos estudios.

Por lo tanto, deseamos, que en el fu-turo, se continúe el trabajo sobre laiconografía marista, pero dentro delmarco teórico descrito anteriormente.

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Estamos acostumbrados a las re-presentaciones del P. Champagnat,tanto en forma de cuadros, estatuas,bustos o imágenes piadosas… Todasellas, más o menos, están en relacióncon un solo modelo: el cuadro – omás bien los cuadros – del pintor Ra-very. Veremos sin embargo que lahistoria de estos cuadros primitivosno es tan clara como parece y que latradición iconográfica que de ellos de-riva es más rica de lo que nos imagi-namos habitualmente. Además, un nuevo retrato extremada-mente inquietante, conservado por lafamilia Arnaud, rama todavía viva dela familia Champagnat, plantea lacuestión de una fuente original distintade la de Ravery.

Después de un rápido repaso de lostrabajos sobre la iconografía Cham-pagnat, mi trabajo se dividirá en dosgrandes partes: primero, el análisis dela tradición iconográfica que provienedel retrato Ravery; luego la presenta-ción y la crítica de lo que llamaremos

“la foto Arnaud” que nos ofrece el re-trato de un difunto que presenta ras-gos comunes a los de Champagnat yque nos obliga a plantearnos la pre-gunta: ¿estamos en presencia deotro retrato primitivo que hasta aho-ra nuestra tradición desconocía?

BREVE RECORRIDO DE LA HISTORIA DE LA ICONOGRAFÍA DEL P. CHAMPAGNAT

Existen tres versiones del retrato rea lizado por el pintor Jean-JosephRavery en el momento de la muertedel P. Champagnat: una de éstas, seencuentra en la capilla del Consejogeneral en Roma1, y es consideradacomo la versión primitiva; otra, estáen Saint Genis-Laval, realizada, segúnse dice, a petición del hermano Be-noît Deville, y una tercera en el Her-mitage, que plantea algún problemaporque no se sabe en qué condicio-nes ha sido efectuada y ni siquiera en

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1 Es el retrato 1 de Roma, presentado aquí.

LOS RETRATOS DEL P. CHAMPAGNAT EN EL SIGLO XIXUna tradición iconográfica compleja

D O S S I E R

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6 Los retratos del P. Champagnat en el siglo XIX

qué fecha llegó al Hermitage. Se hanemitido diversas hipótesis sobre es-tos tres cuadros2. No me corres-ponde a mí, tomar posición en estedebate sino simplemente subrayarque serían necesarios trabajos com-plementarios para documentar mejorlos diversos cuadros de Ravery3.

Sin embargo, me parece útil señalaralgunos trabajos sintéticos particu-larmente útiles.

1. En 1994 el hermano Fernando Hi-nojal escribió en Cuadernos Ma-ristas n° 6 un artículo de síntesissobre la iconografía Champag-nat, ofreciendo el contenido deseis álbumes realizados por elhermano Alain Bégay en 1979-80y conservados en los Archivos dela Casa general4. De este estudioél saca una cronología de la ico-nografía Champagnat dividida encinco períodos:– Desde la muerte del Fundador

hasta la introducción de sucausa (1840-1896), sin produc-ción iconográfica notable, apar-te los cuadros Ravery.

– Desde la introducción de lacausa hasta el centenario de lafundación (1896-1917): produc-ción cada vez más variada y di-versificada (imágenes, bustos,estatuas…).

– Desde el centenario de la fun-dación hasta el centenario de lamuerte del Fundador (1917-1940): aumento de la produc-ción iconográfica y variedadcreciente (cerámica, vidrie-ras…). Fuera de Francia, la ce-lebración del cincuentenario demuchas provincias es una oca-sión para la creación de nuevasimágenes.

2 Si he leído bien la documentación sobre la cuestión, el hermano Claudio Santambrogio restauradorde los retratos 1 y 3, emite la hipótesis de que el hermano Francisco, después de 1860, ya retirado en elHermitage, habría pedido este retrato para el “gran relicario” del P. Champagnat. Apoyándose sobre unatradición oral, el hermano Jean Roche piensa que este cuadro, menos acabado que los otros, es de he-cho el cuadro que Ravery habría hecho rápidamente en la habitación del Fundador el día de su muerte.Este cuadro habría quedado en el taller del pintor, y habría sido entregado al hermano Francisco despuésde 1860, sea por el pintor mismo o por sus herederos.

3 Existe un CD sobre Ravery y los retratos del P. Champagnat pero, según lo que sabemos, no hay unestudio sistemático, hecho por un especialista de historia del arte, sobre el conjunto de los tres cuadros.Los mejores estudios son los del hermano Santambrogio que ha restaurado dos de los cuadros Ravery.

4 El primer álbum ha sido reclasificado por el hermano Juan Moral, archivista. El hermano Alain Bé-gay pertenece a la actual provincia del Hermitage.

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– Desde 1940 hasta la beatifica-ción (1940-1955): es un perío-do de profusión iconográficacon producción de obras, enalgunos casos, de gran valor.

– Desde la beatificación hasta elbicentenario (1955-1989): difu-sión mundial de la iconografía,gran variedad de estilo y detécnicas.

El artículo publicado en diciembrede 1994, no podía hablar del tiem-po de la canonización de Cham-pagnat que parece haber traídoconsigo una nueva explosión ico-nográfica de la que habría que ha-cer una síntesis.

2. El libro del hermano Agustín Ca-razo, Tras las huellas de Marceli-no Champagnat. El contexto his-tórico, religioso y educativo5 pre-senta una traducción en españolde 61 artículos del hermano P.Zind y también un dossier icono-gráfico, desgraciadamente enblanco y negro, muy bien docu-mentado sobre las representa-ciones del P. Champagnat6.

3. Para terminar, el hermano Jean-

Claude Longchamp de la comuni-dad de Marlhes organizó una ex-posición sobre la iconografíaChampagnat a través del mundo,de la que existe un catálogo in-formatizado muy interesante yque merecería ser publicado7.

Yo quisiera en este texto simplemen-te retomar la primera fase iconográ-fica de la congregación (1841-1896),más rica en mi opinion de lo que hasido considerado hasta el presente.

1. NACIMIENTO YAFIRMACIÓN DE UNA VULGATAICONOGRÁFICA

Dada la importancia de los cuadrosoriginales, conviene recordar los tex-tos que relatan las condiciones en lascuales estos cuadros fueron realiza-dos. El más conocido y detallado esel de la Vida8, en el que el hermanoJean-Baptiste retoma y precisa en al-gunos casos, el acta de defunción yde sepultura, redactada el 8 de junio9,y que es mucho más sobria. Vale lapena comparar los dos documentos.

5 Publicado por la Provincia Marista de Chile, 1999.6 Las imágenes que lamentablemente son pequeñas y en blanco y negro, son comentadas en el ane-

xo 14 (p. 234-243). Tal trabajo merecería ser retomado en una edición independiente y con una icono-grafía en colores.

7 Un CD que tiene como título Ravery et les portraits de M. Champagnat [Ravery y los retratos de M.Champagnat] creado probablemente por el hermano Jean Roche que comprende un estudio sobre losretratos y un cierto numero de documentos anejos, es de gran interés. Me parece que no existe en ver-sión impresa sobre papel.

8 1a parte, cap. 22, p. 300. 9 Circulares, t.1 p. 323 : Acta de fallecimiento y de sepultura

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8 Los retratos del P. Champagnat en el siglo XIX

Acta de defunción y de sepultura, 8 de junio de 1840

Vida del P. Champagnat (1856)

El año mil ochocientos cuarenta, el sá-bado seis de junio, víspera de Pente-costés, a las cuatro de la mañana ha fallecido Joseph-Benoît-Marcellin Cham-pagnat, sacerdote, fundador y primer su-perior de la Sociedad de los Hermanitosde María, hijo de Jean-Baptiste Cham-pagnat y de Marie Chirat, nacido enMarlhes, el 20 de mayo de mil sete-cientos ochenta y nueve.

A las cuatro horas y veinte minutos, larespiración se le volvió más lenta y difí-cil, y ya no le venía más que a intervalos.En ese momento la comunidad se hallabaen la capilla para el canto de la Salve. In-mediatamente se mandó comenzar lasletanías de la Virgen; y mientras las recitábamos, el piadoso fundador se durmió apaciblemente en el Señor sin elmenor espasmo o movimiento. Era unsábado seis de junio, víspera de Pente-costés […]

Enseguida después de su muerte, fuerevestido con el hábito eclesiástico (esdecir su sotana, su sobrepelliz y una es-tola) y fue expuesto en un sillón teniendoentre sus manos la cruz que llevan losPadres profesos de la Sociedad de Ma-ría. Al lado de él, sobre una mesa, habíaun crucifijo, entre dos velas encendidas.

Después de su muerte, se encargó quefuese rasurado y aseado; lo revistieronluego con la sotana, sobrepelliz y estola;le pusieron en las manos la cruz de laprofesión religiosa, y se le dejó expuestoasí, sentado en un sillón, en su misma ha-bitación. Al lado de él había una mesitasobre la que pusieron su breviario y bo-nete y la imagen de nuestro Señor y dela Virgen con dos velas encendidas.

Estaba palidísimo pero absolutamentenada desfigurado; su rostro conservabalos rasgos viriles, el aspecto bondadosoy digno que en vida le habían dado tal as-cendiente sobre los espíritus y conquis-tado los corazones. Junto a él no se te-nía la menor sensación de repulsa; alcontrario uno se hallaba a gusto; todosquerían verle y besarle los pies.

Y los hermanos iban unos tras otros, asu cuarto para recitar allí el oficio de losdifuntos.

Los hermanos vinieron, unos tras otros,a contemplar con amor y confianza losrestos preciados de su padre amantí-simo. En grupos de a seis, se turnabanjunto al cadáver, para rezar el oficio dedifuntos y el rosario. En los intervalos delos ejercicios regulares, todos pasabany volvían a pasar por la habitación.

1.1 - Las circunstancias de realización del retrato

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10 Circulares, t. 1 p. 41. Circular del 6 junio de 1840.11 Agrega él, lo cual es contradictorio con lo que precede, que a las cuatro y veinte la respiración se

volvió más difícil.

El mismo día, fue realizado su retrato porel Sr. Ravery, pintor de Saint-Chamond.La noche siguiente y todo el día si-guiente, fiesta de Pentecostés, el cuerpoquedó expuesto como la víspera, y loshermanos siguieron recitando junto a éllas mismas oraciones.

El mismo día de su fallecimiento, se en-cargó expresamente a un pintor que vi-niera a sacarle el retrato.

A la noche fue introducido revestido delhábito eclesiástico, en un doble ataúdque había sido preparado (era un fére-tro fuerte en madera dura dentro del cualhabía un segundo ataúd en plomo).Antes de cerrar el ataúd se introdujo enél, en presencia del R. P. Matricon y delos hermanos Francisco, Jean-Marie,Louis y Stanislas, una placa del mismometal, en forma de corazón, con la si-guiente inscripción: Ossa J.B. M. Champagnat, 1840. Los funerales fueron celebrados el lunesde Pentecostés, octavo día de junio…

El domingo por la tarde, se depositó elcadáver revestido del hábito eclesiástico,en un ataúd de plomo encerrado a suvez en féretro de madera dura. El cuerposeguía perfectamente flexible. Antes decerrar la caja de plomo se introdujo enella, ante el P. Matricon, capellán, y loshermanos Francisco, Jean-Marie, Louisy Stanislas, una placa del mismo metal enforma de corazón con la siguiente ins-cripción: Ossa J.B.M. Champagnat 1840.Las exequias tuvieron lugar el lunes 8 dejunio”…

Tratemos, a partir de estos textos, deestablecer una cronología entre lamuerte del Fundador, y sus funeralesel lunes 8 de junio a las 8.30 h de lamañana10, un poco más de 48 horasmás tarde. Hay que observar antetodo que los dos textos no concuer-dan sobre la hora de la muerte y queprobablemente hay que confiar en elacta de defunción y de sepulturamás que en el relato del hermanoJean-Baptiste, mucho más tardío ypreocupado por hacer coincidir el de-ceso con el canto de la Salve Regina.

Por lo demás, su relato de la agoníadel P. Champagnat (p. 301) indica quehacia las dos y media de la mañanael P. Champagnat se da cuenta que

pierde la vista. Poco después entra enuna agonía “que dura casi una hora”lo cual nos lleva a las tres y media dela mañana más o menos11. Podemosentonces pensar que la comunidadfue puesta al corriente de su decesodespués de la Salve Regina, es deciralrededor de media hora después desu muerte. Las visitas al difunto, te-niendo en cuenta el tiempo necesa-rio para vestir al mismo y trasformarel cuarto en “capilla ardiente” no pu-dieron comenzar más que al inicio dela mañana, lo más temprano, hacialas 6 de la mañana. El hermanoJean-Baptiste sugiere que entonceslos hermanos vinieron unos despuésde otros a “contemplar con amor yconfianza los restos queridos de su

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tierno Padre”. Sólo en un segundomomento fue organizada una vigiliapor grupos de seis, número máximopara un cuarto exiguo y una casa conmúltiples servicios. Esta guardia or-ganizada, que no excluía las visitas in-dividuales entre los ejercicios, segu-ramente fue realizada durante lasdos noches del 6-7 y 7-8 de junio. Encuanto a la intervención del pintor, eltexto sugiere que tuvo lugar bastan-te tarde el día 6 de junio.

1.2 - El problema del momento del retrato

Contrariamente a lo que se sugiere,Ravery tuvo que intervenir bastantetemprano en la mañana del 6 de ju-nio. Dado que la muerte del P. Cham-pagnat se preveía de manera inmi-nente, los superiores sin duda se ha-bían puesto de acuerdo con él paraque su retrato fuese hecho lo máspronto posible después de la muer-te y entonces, el fundador difunto fuepuesto en su sillón, especialmentepara permitir esta operación. Esta po-sición no convencional podía mante-nerse sólo algunas horas, antes quela rigidez cadavérica impidiera colo-car al difunto en posición acostadasobre una cama, para poder serpuesto en el ataúd sin problema12. Elpintor tuvo entonces que efectuar sutrabajo la mañana del 6 de junio13.

1.3 - Los usos fúnebresde la congregación

En los Anales del Instituto (año 1840,§ 708) justo después de evocar lamuerte y los funerales del P. Cham-pagnat, el hermano Avit ofrece algu-nos detalles sobre los usos fúnebresde la congregación:

“Después de la muerte los profesoseran los únicos que eran revestidosdel hábito religioso. Luego, se los sen-taba en un sillón y no eran extendidossobre una cama. Los novicios y lospostulantes eran enterrados en unlienzo y recubiertos con otro lienzo”.

Por tanto, con el P. Champagnat, sehabría respetado una tradición y no setrataría sólo de una excepción parapoder hacer su retrato. Este uso desentar al difunto es quizás de origenmonástico14 pero la muerte del P.Champagnat pudo instaurar una cos-tumbre, haciendo así que el profesodifunto fuese reconocido como un au-téntico discípulo y por tanto digno deser presentado a la veneración de loshermanos en el mismo sillón15. Porotra parte cuando el hermano Avit ha-bla de hábito religioso, él quiere de-cir sin duda el hábito completo con elrabat, la cruz para los profesos per-petuos y el cordón. En fin, cuandoafirma que a los profesos “se les sen-

10 Los retratos del P. Champagnat en el siglo XIX

12 El hermano Jean-Baptiste parece sugerir esta solución cuando afirma: “nos gustaba mirarlo y be-sarle los pies”. Si el Fundador estaba acostado, este rito podía realizarse dignamente: cada hermano pasaante el difunto y se inclina levemente para abrazar sus pies situados a una altura conveniente. Esto se-ría más complicado si el Fundador tiene los pies cerca del suelo, a menos que el sillón no esté colocadosobre una especie de estrado.

13 Estamos al final de la primavera y la luz es suficiente.14 Habría que estudiar los usos de los primeros monjes de Oriente sobre este tema.15 Por lo que yo sé, este sillón no ha sido conservado.

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taba luego en un sillón y no se los ex-tendía sobre una cama” hay quecomprender: no se les extendía in-mediatamente en una cama. Encuanto a los novicios y los postulan-tes sepultados en un lienzo, cierta-mente no eran puestos en la tierra sinataúd sino que las sábanas recubrí-an su hábito laico y remplazaban elhábito religioso que no eran todavíadignos de revestir16.

Los textos maristas son un tantoelípticos cuando se trata de describirlos usos fúnebres porque no les pa-rece útil decir lo que parece eviden-te. Se puede pensar en todo casoque el hecho de haber puesto aChampagnat en un sillón no era tanexcepcional como hubiera podidoparecer.

1.4 - Un cuadro problemático

Es evidente que durante la mañanadel 6 de junio el pintor no podía hacermás que croquis o en todo caso bos-quejar los rasgos del difunto sobre unsoporte que no era seguramenteuna tela17. Por lo demás estamos alcomienzo de la pintura en tubos deestaño que permite pintar fuera de untaller y es seguro que Ravery no tra-bajó el color en el mismo cuarto delP. Champagnat. Además el cuadroserá entregado en febrero de 184118.

Se ve que el pintor se ubicó un pocoa la izquierda del difunto. Porqueéste no está en posición acostadosino semi-sentado, el peso de la ca-beza hace desaparecer el cuello y su-bir el rabat que rodea toda la partebaja del rostro. Además, la cabeza le-vemente inclinada pesa sobre esterabat, cuyos bordes hacen un ángu-lo extraño que Ravery parece no ha-ber sabido tratar correctamente enperspectiva, de modo que la partealta del rabat parece más ancha quela parte baja.

Esta cabeza levemente inclinada ha-cia adelante ha llevado al pintor, ade-más de su posición predominante, ainsistir sobre la punta del cráneo y sucalvicie avanzada. Para atenuar elefecto de este ángulo poco agrada-ble, él dispuso la mano teniendo elcrucifico de tal modo que este rostroinclinado, con los rasgos demacradosy los ojos semicerrados, evoca lacontemplación, mientras que el ro-quete blanco y los ornamentos do-rados del hábito eclesiástico, cierta-mente no auténticos sino reconstrui-dos en el taller, dan luz a la escena.A su manera Ravery realiza un retra-to en el cual la preocupación por elrealismo19 y un toque místico se alí-an muy bien. El hábito eclesiásticoexageradamente sobrecargado noarmoniza con la austeridad del rostroy la mirada apagada.

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16 Ver Anales del Instituto 1840 § 704: “Se permitía el uso del rabat a los novicios solamente cuandoconocían bien sus oraciones. Se les quitaba a menudo dicho rabat en penitencia así como la sotana. Porlo demás todos los hermanos de la casa no llevaban el rabat durante el día”.

17 El informe del hermano Santambrogio señala que el retrato del P. Champagnat de Roma, consideradocomo el primero, está hecho en papel pegado sobre una tela.

18 AFM 5101.301, Cuaderno de Mélanges divers [Misceláneas] del hermano Francisco p. 51.19 O quizás una incapacidad de idealizar.

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20 Hermano Silvestre, Crónicas Maristas, IV, Memorias, Vida del P. Champagnat, p. 87.21 AFM 194.1/112. Nació en 1826. Según su ficha él no estaba presente en el Hermitage. Fue Asistente

general y murió en 1895 en St Genis-Laval.22 AFM 5101.301 p. 5123 No comprendemos bien el sentido de esta reflexión y no parece en relación con la recepción del

cuadro, a menos que el hermano Francisco no haya asimilado las pruebas y la larga enfermedad de Cham-pagnat a un martirio.

Los retratos del P. Champagnat en el siglo XIX12

El cuadro corresponde por lo demás,parcialmente, a los testimonios de loshermanos que han visto al fundadoren sus últimos momentos. El herma-no Sylvestre que le visitó el 5 de junioalrededor del mediodía20 es bastan-te preciso: “… él tenía un aspectotranquilo; sus ojos hundidos estabanllenos de benignidad, sus labios apre-tados y casi sin relieve, le daban eseaire de bondad que ganaba los co-razones”. El hermano Jean-Baptiste,que no estaba presente, e informa delos testimonios sobre Champagnat di-funto, es más vago: “estaba extre-madamente pálido, pero para nadadesfigurado; su rostro había conser-vado estos rasgos masculinos, eseaire de bondad y de dignidad que leganaba los corazones”.

Encontramos en el cuadro los ojoshundidos y los labios delgados, asícomo la dignidad y los “rasgos mas-culinos”. Pero es difícil percibir labondad. Y éste es todo el problemadel cuadro de Ravery, que nos des-cribe un hombre que muere habien-do pasado por una larga enfermedad,y de quien refresca el tono de la piely transforma la mirada, pero no lo su-ficiente para quitarnos esa impresiónde estar frente a un asceta más quea un educador y a un buen padre.En síntesis, Ravery no habría tenido eltiempo ni el talento necesarios parasacar un retrato que fuese a la vezsemejante y vivo, y los hermanos pa-

recen haber tenido necesidad de uncierto tiempo para aceptar una ima-gen de su fundador que les parecíaalejada de la que ellos habían cono-cido.

1.5 - ¿El retrato fue mal recibido?

En 1889, el hermano Eubert21 acom-pañaba el cuadro del P. Champagnatdel siguiente comentario: “… Este re-trato es aquel que fue pintado por M.Ravery, pintor de St Chamond y ami-go venerado del Padre, el 6 de juniode 1840. Cuando él llevó este mismoretrato a N.D. del Hermitage, el R.hermano Francisco, Superior general,reunió a la comunidad en una sala dela casa-madre. Todos los hermanos,después de haber contemplado, conternura, la imagen tan fielmente re-tratada de su bien amado Padre, sepusieron de rodillas y recitaron el DeProfundis…

Este texto tardío que deja entenderque la recepción del retrato fue bue-na contradice el silencio casi total enel momento de la recepción del cua-dro. En su cuaderno de “misceláne-as varias” el hermano Francisco22 in-dica simplemente: “Recepción delretrato del P. Champagnat. Sábado,20 de febrero de 1841 (nuevo cuartoen el 2°). Santos mártires cuyos nom-bres son conocidos solo por Dios23.Ser un retrato vivo”. La circular del 10

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24 La reedición de la Vida del P. Champagnat en 1897 trae un retrato.25 Volumen 13 p. 228. El Consejo general decidió hacer editar en cantidad una imagen del V. Funda-

dor que trae en el dorso una oración para pedir su beatificación.26 Nosotros hemos visto y fotografiado este documento en los archivos de Roma hace algunos años

pero no lo hemos encontrado nuevamente.

13André Lanfrey, fms

de agosto de 1842, la primera des-pués de la recepción del cuadro, nohace ningún alusión a esto. La pri-mera edición de la Vida del P. Cham-pagnat, en 1856, no contiene ningúnretrato del Fundador24 y las circularesno hablan de un retrato del P. Cham-pagnat antes de 191625.

Esto parece estar en total contradic-ción con la circular del 6 de junio de1840 (Circulares T. 1 p. 42) que anun-cia: “Su retrato ha sido sacado del na-tural y os será transmitido en cuantohaya una ocasión”. La primera partede la frase hace ciertamente alusióna la intervención de Ravery pero lacontinuación parece prever una ver-sión litografiada o grabada del retra-to de Champagnat que parece no ha-ber sido realizada.

Por tanto no se puede descartar la hi-pótesis de un malentendido entreRavery y los hermanos, lo cual expli-caría que una litografía inspirada en elretrato pintado no haya sido hechamás rápidamente.

1.6 - Una tradicióniconográfica…de todos modos

A medida que el Instituto se va po-blando de nuevos hermanos y se ex-tiende, la necesidad de disponer deretratos se hace más necesaria, aun-que sólo fuera, para darse a conocer.Una primera imagen nos llega, reali-zada en una hoja blanca de 26,8 cmpor 20,5 en la cual está inscripto unrectángulo de 14,5 cm por 17, que en-cierra un medallón ovalado de 9,5 x8 cm en el que se reconoce una co-pia del retrato de Champagnat hechopor Ravery26. Abajo hay un texto:“J(osep)h. B(en)oit. Marcellin Cham-pagnat, sacerdote, fundador de la so-ciedad de los Hermanos de María,nacido en Marlhes (Loire) el 20 demayo de 1789, y fallecido en Notre-Dame de l’Hermitage, St Chamond el6 de junio de 1840”. En medio del tex-to una corona de laurel culminada poruna corona real que encierra una My una A entrelazados. La proceden-cia del retrato es fácilmente identifi-cable porque en un ángulo del rec-tángulo se reconocen estas pala-bras: “ Lith (ografía) St Côme, 8,

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27 Guías de los años 1859, 1860, 1865, 1875: éstas hacen remontar la asociación de los dos a 1848 o 1849. 28 AFM 194.1/163 y 164

Los retratos del P. Champagnat en el siglo XIX14

Rey-Sezanne, en Lyon ” que indicaque la casa de litografía Rey-Sezan-ne ubicada en la calle St Côme, N. 8,en Lyon ha realizado este trabajo.

La consulta de las guías de Lyon delsiglo XIX permite acercarse a la fechade realización de este documento,que no es una imagen piadosa, sinoun retrato destinado a ser fijado en uncartel. En 1841, el local de la calle StCôme N. 6 es todavía administradopor el litógrafo Béraud-Lauras mien-tras que Rey es tipógrafo en el localde la plaza St Jean N. 6. En 1843 Reyse instala en la calle Saint Côme N. 6.Parece que se asocia con Sezanneen 1848 o 184927.

En todo caso, el arcaísmo de la fór-mula que acompaña al retrato llamala atención: Champagnat es sola-mente sacerdote y no sacerdotemarista; es fundador de la Sociedadde los Hermanos de María y no de losHermanitos de María, nombre dadoen el prospectus de 1824 y que el Es-tado reconocerá en 1851. En cuantoal retrato, está bastante gastado:frente ancha, y rasgos extremada-mente marcados, dibujo bastantetosco. Sin embargo la calvicie na-ciente, muy clara en el cuadro de Ra-very, está casi completamente bo-rrada. Es sin duda el primer retrato delFundador fijado en las comunidadesy las aulas: como una respuesta tar-día al anuncio del hermano Franciscoen 1840.

Quizás es este grabado al que hacealusión una decisión del Consejo delos superiores del 1º de diciembre de1861: “Retiren los retratos (imágenesde las aulas) del Padre Champagnat”.El segundo documento es una ima-gen piadosa de formato 13 X 8 reali-zada sobre el mismo modelo que elanterior: un rectángulo de 11, 5 X 7,con los ángulo redondeados, quecontiene un medallón de 6,5 X 5,5bajo el cual está la formula anterior unpoco modificada: el P. Champagnat esaquí “sacerdote marista” y la sociedades la de los “Hermanitos de María” 28.Por encima del medallón una fórmu-la explica la función de esta imagen:una “ofrenda a los bienhechores delos Hermanitos de María” que con-tiene la lista de los “ayudas y los bie -nes espirituales en los cuales losbienhechores participan” aumentadapor una presentación rápida del Ins-tituto en 1860. Hay entonces unosdiez años de separación entre estedocumento y el anterior. La impresiónque hizo la casa Louis Perrin de Lyones mucho más fina que la anterior: losrasgos del fundador han sido suavi-zados y la calvicie es casi impercep-tible. El autor es J.M. Fugère del(?) yescul(tor). De ahora en adelante seráun retrato idealizado que servirá, le-vemente modificado, a la obra de losjuniorados en 1877, ofreciendo siem-pre los mismos ayudas espirituales alos bienhechores.

Una última imagen-medallón perocuya proveniencia es difícil de esta-

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Señor,

Nuestra intención sería hacer grabar de nuevo, y un poco mejor que en la copia que adjunto, el retrato denuestro venerado Fundador, el P. Champagnat, y confiar a usted este trabajo.Le agradecería por tanto que me haga saber:1º Si usted acepta2º El precio del grabado, según las dimensiones y la forma del original que adjunto.3º Cuál sería el precio al cual usted me daría luego este retrato, en 25.000 ejemplares.

Si logramos un acuerdo sobre esto, yo tendría el honor de mandarle otro retrato litografiado que expresemejor la expresión que deseamos que tenga en el nuevo grabado.

Hermano Philogone, Asistente general .

Carta 1140531, 6/05/1892 al Sr. Bonamy, editor de Poitiers (Viena)

Señor,

Según el deseo expresado por vuestra atenta carta del 9 de este mes, le envío, en esta carta, dos grabadossobre acero, semejantes al que le envié últimamente, más una litografía del mismo retrato.

El retrato que hay que reproducir tendrá que tener la dimensión y la forma del que ha sido grabado en acero,con las inscripciones que están en la parte superior e inferior del retrato. En cuanto a la inscripción de atrás,

Carta 11404, 11/5/1892 al Sr. Bonamy, editor de Poitiers (Viena)

29 El autor y el editor son difíciles de identificar: « P. PROJA. DIS. ED. INC ”. AFM 194.1/171.30 Registros de cartas de la administración general : cartas n° 11 404 y 11 405 31 Esta carta no está en su lugar cronológicamente. Ella se ubica antes de la precedente a la que completa.

15André Lanfrey, fms

blecer afina todavía más el rostro deChampagnat. Su cabellera es más re-gular; el rabat tiene ahora bordes re-gulares. La mano que sostiene el cru-cifijo es diferente: el índice está ne-tamente separado de los otros de-dos29. El grabado del hábito es no-tablemente fino.

1.7 - Políticaiconográfica delos superiores

Dos cartas tardías30 de la Administra-ción general parecen darnos la clave delas observaciones hechas anterior-mente:

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le daremos el texto, un poco modificado, después que hayamos llegado a un acuerdo sobre el grabado.

El retrato ha sido hecho después de la muerte del P. Champagnat. Evidentemente está afectado por ladelgadez después de una larga enfermedad, y por los rasgos de la muerte. A parte de estos signos quehabría que hacer desaparecer, el retrato litografiado es el que reproduce mejor al personaje. Conservando almismo tiempo idéntico aspecto quisiéramos que parezca vivo y que mire el crucifijo que tiene en la mano.

Reciba usted, etc…

Hermano Philogone, Asistente”.

32 Es poco probable que él le haya hecho llegar un grabado en cobre.33 Pero las cartas administrativas no parecen permitirnos saber si este proyecto se realizó. 34 AFM 194.1/121. 35 Es la fecha de la muerte de Victor Hugo.

Los retratos del P. Champagnat en el siglo XIX16

El Señor Bonamy ha recibido segura-mente una foto del retrato Ravery32.La litografía del mismo retrato que élenvía con la segunda carta es cier-tamente la de los grabadores lionesesde los años 1849-50. Los dos graba-dos sobre acero que él envió sonciertamente los que hizo la casa Pe-rrin hacia 1860 con la imagen en el an-verso y un texto en el reverso. La última imagen analizada anterior-mente podría haber salido del tallerdel Sr. Bonamy hacia 1892-9333.

Pero lo más importante es que el her-mano Philogone nos transmite elsentimiento de insatisfacción de lossuperiores, y probablemente de loshermanos en general, frente al retra-to Ravery, al mismo tiempo que laconsciencia que éste es el único au-téntico. Por tanto hay que realizar re-tratos arreglados del fundador a par-tir de Ravery. Antes de la introducciónde la causa del P. Champagnat, la ico-

nografía oficial del Instituto reposaríaentonces, además del retrato Ravery,sobre tres grabados: uno de 1850,otro de 1860, y un tercero después de1892. El retrato es cada vez más ide-alizado.

Pero el grabado es una técnica cara yla foto se ha transformado en el ma-yor medio iconográfico. Por eso nu-merosos retratos son obra de fotó-grafos que aportan variantes: retratosrectangulares y ya no ovales; el P.Champagnat siempre con el crucifijoen la mano derecha y un libro en la iz-quierda. Bastante a menudo el rostrono está inspirado por el retrato de Ra-very. El retrato de transición34 provie-ne de la casa “ Photographie univer-selle ”, calle Victor Hugo 35, en Lyon.Probablemente data de después de188535. Siempre en forma oval y la ca-beza de Champagnat se asemejamucho al retrato de Ravery. En cam-bio tiene un libro en la mano izquierda.

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17André Lanfrey, fms

Digamos que a pesar de las variantescada vez más grandes y probable-mente de las reticencias, el retrato deRavery ha creado un arquetipo icono-gráfico ineludible, simplemente porque

a pesar de sus insuficiencias es el úni-co retrato auténtico. Pero el descubri-miento de un documento hasta en-tonces desconocido a comienzos de2004, sembró un poco de confusión.

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36 Hoy en día diríamos “guías”.

Los retratos del P. Champagnat en el siglo XIX18

2.DESCUBRIMIENTO DE UN DOCUMENTOINQUIETANTE: LA FOTO ARNAUD

El 3 de enero de 2004 el Sr. Marius Ar-naud, bisnieto de Philippe Arnaud, so-brino de Marcelino Champagnat, quevivió en La Valla y el Hermitage, visitael Hermitage con su hija. Ellos piden alhermano Gabriel Michel cuál es lamejor imagen de Champagnat que elInstituto tiene. Ante la foto postal querepresenta el retrato de Marcelinohecha por Ravery, ellos objetan: “No- sotros tenemos algo mejor en casa:Marcelino en su lecho de muerte… yes una foto”. El hermano Gabriel Michello recibió con cierto escepticismo.

El 4 de enero el Sr. Arnaud vuelve conel original. Es de fino papel de foto,formato 14x10 cm pegado sobre uncartón de 16 x 10,5 bastante grueso,que tiene en el dorso las coordena-das del fotógrafo: Maurice Scheuring,de Lyon. Representa la cabeza y elbusto de un sacerdote difunto, de

perfil, acostado sobre una cama y re-vestido con hábitos eclesiásticos tra-dicionales: rabat, sobrepelliz, estola.Sobre su pecho, un crucifijo grandede misionero. El parecido con el P.Champagnat es sorprendente, aun-que la vista de perfil tiende a atenuarlos rasgos hundidos del difunto.

2.1 - Una foto que datade alrededor de 1900

El 5 de enero el Sr. Arnaud presenta eloriginal a varios hermanos del Hermi-tage y el superior, el hermano MichelMorel, informa al Consejo general so-bre el “descubrimiento” de este do-cumento extraño. Yo fui informado so-bre el tema y se me pidió que lo es-tudiase. Tuve una conversación con elSr. Arnaud, su sobrino y los hermanosGabriel Michel y Michel Morel. Enefecto la semejanza me parece asom-brosa pero el documento parece re-lativamente reciente. Cuando volví aLyon, consulté en el Archivo Municipal,los “Indicadores”36 del siglo XIX paraencontrar a este fotógrafo.

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37 p. 1699 en el Repertorio alfabético de los principales habitantes de Lyon y p. 2234 en la rúbrica « Fo-tógrafos ”.

38 p. 1709 y 2265.39 p. 1744. Él no aparece en la rúbrica fotógrafos. 40 Es considerado como el inventor del procedimiento fotográfico.41 Acta de defunción y de sepultura del P. Champagnat, Circulares, T. 1 p. 323-4, y Anales del Insti-

tuto (Hermano Avit) T.1 p. 308. Entre los primeros interesados por la invención de Daguerre se encuen-tran los artistas retratistas, amateurs ricos que se podían permitir un equipo relativamente caro, farma-céuticos acostumbrados a manejar productos químicos.

19André Lanfrey, fms

En el indicador Fournier de 1896 y de1897 no aparece ningún Scheuring enla rúbrica de los fotógrafos. Lo encon-tré en el indicador Henry, en 190137 y190338. En 1908 aparece como antiguofotógrafo39. Para tener precisionescomplementarias llamé por teléfono alos numerosos museos franceses dela fotografía, quienes desconocían aesta persona. Finalmente, el Museo Ni-céphore Nièpce40 de Châlon-sur-Saône me indica que J.M. Voignier fi-gura en la obra de Scheuring, Réper-toire des photographes de France auXIX° siècle (Guía de los fotografos deFrancia en el siglo XIX), de manera muybreve “Fotógrafo de Lyon, calle Ro-marin 33, hacia 1900”, lo cual confirmalo que yo ya había encontrado. Des-pués de esto encontré otras dos fotosde este fotógrafo, prácticamente des-conocido por los especialistas.

2.2 - ¿La copia de un daguerrotipo?

Una vez obtenida esta información fun-damental, había que examinar si la fotono era la copia de un documentomás antiguo, producido según la pri-mera forma de fotografía, sobre unaplaca de cobre plateado, llamada “da-guerrotipo” a partir del nombre de suinventor: Daguerre. Este procedi-miento, que puede exigir posar por va-

rios minutos, fue dado a conocer pú-blicamente en 1839 y suscitó un entu-siasmo inmediato. En Strasbourg,Lyon, Marseille desde enero de 1839la prensa habla de este invento. Los“mostradores de daguerrotipos” sur-caban el país por los grandes caminosy comenzaban a vender retratos. Porejemplo, en Lyon, P.F. Durand, adqui-rió el material ya en 1839 y en 1840 re-aliza panorámicas muy buenas deLyon con “una pose de 7 segundos”.

Por tanto cronológicamente no seríaimposible que hubiera un daguerro-tipo de Champagnat aunque fuesemuy improbable y se podría pensaren todo caso en la toma de un da-guerrotipo el 6 o el 7 de junio. Podríahaber sido realizado por un dague-rrotipista ambulante a pedido de la fa-milia Arnaud, o del mismo Ravery,preocupado de conservar un docu-mento útil para la realización del re-trato, o aun por algunos de los nota-bles de St Chamond, amigos y bien-hechores del P. Champagnat comolos señores Victor Dugas, Antoine yEugène Thiollière, Antoine Neyrand,Richard-Chamboret, Royer de la Bas-tie, Montagnier Gayot41.

Dicho sea de paso que el proceso ver-bal del deceso y de la sepultura del P.Champagnat es muy incompleto por-

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42 Annuaire de la Loire pour 1835 [Guía de la Loire de 1835], de M. Buchet, jefe de división de la pre-fectura, Archivos departamentales de la Loire, PER 756-1 El P. Champagnat es uno de los 103 miembrosdel colegio del segundo distrito electoral con sede en St. Chamond. Aquel año él paga 246 francos 35centavos de impuestos.

43 Al comienzo. Más tarde se inventan los inversores.

Los retratos del P. Champagnat en el siglo XIX20

que no menciona las numerosas vi-sitas efectuadas por los parientes ylos amigos laicos y eclesiásticos du-rante los dos días de su exposición.Éstas han sido ciertamente numero-sas, ya que el P. Champagnat era élmismo un notable o persona impor-tante: en 1835, en una época de su-fragio censitario, él paga bastantesimpuestos como para ser contadoentre los electores42. Agreguemosque St. Chamond, situado sobre unade las pocas líneas de ferrocarril quefuncionaba en Francia, era de fácil ac-ceso para un daguerrotipista em-prendedor o al que se le hubiera so-licitado un trabajo.

Ésta es una hipótesis atrayente perofrágil. En particular, ¿por qué los tex-tos maristas no hablan de esto? Y¿por qué la familia no comunicó estoantes, aunque no fuese el daguerro-tipo que no se podía reproducir, almenos la foto obtenida hacia 1900?En consecuencia, a menos que en-contremos el daguerrotipo original, odocumentos que hagan alusión cla-ra al mismo, no vemos cómo soste-ner una hipótesis que encierra tantasincógnitas. Y sin embargo…

2.3 - Un “detalle” que cambia todo

Estudiando atentamente la foto me dicuenta que el difunto tenía, sobre laceja por sobre el ojo izquierdo, una ci-catriz bastante visible. Ahora bien, los

pasaportes del P. Champagnat sa-cados en 1836 y 1838 indican comosignos particulares “una pequeña ci-catriz en la parte superior de la me-jilla izquierda y otra arriba del ojo de-recho”.

Se puede objetar inmediatamenteque la cicatriz de la foto está sobre elojo izquierdo y que la mejilla izquier-da del difunto no tiene ninguna mar-ca. ¡Ciertamente! Pero lo propio delos daguerrotipos43 es dar vuelta a lasimágenes, como los espejos. Enton-ces, si un daguerrotipo está en el ori-gen de la foto Arnaud nosotros ve-mos el perfil derecho del personaje.Por tanto, hay por un lado una ex-traordinaria coincidencia entre el do-cumento y un carácter particular deChampagnat apoyado por un docu-mento histórico; por otra parte, la in-versión de la cicatriz da pie a la hi-pótesis seria de un daguerrotipo en elorigen de la foto. Por tanto no se pue-de excluir que el difunto de la fotoScheuring sea Champagnat.

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44 Afirmación de la que no hay pruebas.45 Este reloj ha sido robado en los locales del Hermitage.

21André Lanfrey, fms

3.IMPORTANCIA Y LÍMITES DE LA TRADICIÓN ARNAUD

Los indicios indicados más arribason suficientemente fuertes para noabandonar la hipótesis de que se tra-ta del P. Champagnat, pero hay queexaminar otros argumentos, menosprobatorios pero no por eso desde-ñables.

3.1 - La tradición de la familia Arnaud

He aquí lo que dice el Sr. Marius Ar-naud en una carta del 20 de abril de2004.

“Nuestro parentesco con Marcelino tiene su origen en el matrimonio de Benoît Arnaud con Marie-Anne Champagnat el 29 de enero de 1799. De su unión nacieron ocho hijos, entre ellos Philippe(1805-1886) que se casó con Jeanne Patouillard.Ellos tuvieron ocho hijos: Jean-Baptiste, Marie-Joséphine, Antoinette, nuestra tía abuela(1844-1937), Jean, Vincent, Camille, nuestro abuelo (1859-1933).

Philippe, de quien conocemos la presencia junto a su tío Marcelino durante la construcción de N.D. de Hermitage, primero hospedado en el Hermitage, establece luego una empresa de carpintería en La Bruyère, en la ruta que va de St Chamond a La Valla, sin duda después de la muerte de su tío Marcelino (1840). Él conserva en la familia objetos diversos: un reloj, algunos libros religiosos y la foto de su tía sobre el lecho de muerte 44.

¿Cómo se transmitió la foto? Nuestra abuela Antoinette Arnaud-Duculty († 1937)que vivió más tiempo (93 años) fue quien la conservó y la transmitió.Su sobrina Antoinette Arnaud (1896-1995) que estuvo junta a ella hasta su muerte, en la misma casa, conservó documentos y fotos de familia. A su muerte en 1995, a la edad de 99 años,Maryvonne, mi prima, conservó todo el conjunto de los documentos.

La canonización de San Marcelino en 1999 […]volvió a despertar nuestros recuerdos. Fue durante un encuentro junto a nuestra prima Maryvonne que reencontramos la foto de Marcelino, entre los distintos documentos de la familia”…

El Sr. Arnaud agrega una importanteposdata:

“Dado que nací en 1926, pude conocer a mi abuelo Camille (1859-1933); mi tía abuela Antoinette (1844-1937). Nuestra tía abuela Antoinette Arnaud–Duculty había transmitido a la comunidad de N.D. de Hermitage en los años 1930 (antes o después: testimonio oral) diversos documentos, libros religiosos, etc. Utilizados por Marcelino en casa de su tío Benoît Arnaud, regente del colegio en St. Sauveur-en-Rue durante sus estudios. El reloj fue entregado algunos años más tarde por mi tío Joannès Arnaud (1888-1965)45”.

Marius Arnaud desciende entoncesdel segundo hijo de Camille Arnaudfallecido en 1933. Es probablemente

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en el momento de la sucesión que elhijo Joannès Arnaud (1888-1965) he-redó el reloj de Marcelino que pocodespués regala a los hermanos.

3.2 - Crítica de la tradición familiar

Se puede pensar que si hubo un da-guerrotipo en 1840, éste pudo serconservado por Philippe Arnaud has-ta 1886. En el momento del decesoparece haber habido un reparto: el re-loj fue a Camille Arnaud, y diveros do-cumentos a Antoinette.

No hay nada que pruebe sin embar-go que el eventual daguerrotipo hayasido guardado por ella. Al contrario sepuede imaginar que haya quedado enmanos de alguno de sus mayoresque habría podido hacerlo transfor-mar en foto hacia 1900 y dar una co-pia a cada uno de los hijos o nietos.Por lo demás los daguerrotipos de-ben ser conservados en un vidrio y alabrigo del aire, porque tienen ten-dencia a oxidarse, particularmente enlos bordes. Como no es difícil repro-ducirlos sobre papel de foto46, la fa-milia siente la necesidad de reprodu-cirlo sobre un soporte moderno, tan-to más cuanto que, hacia 1900, ellatiene una buena razón: el P. Cham-pagnat es declarado Venerable el 9de agosto de 1896, y en 1903 se in-troduce su causa en Roma. Pero ¿porqué recurrir a un fotógrafo lionés

cuando St Chamond y St Etiennedisponen entonces de fotógrafosmuy capaces?

La excepcional longevidad de la tíaabuela Antoinette y el hecho de queella no haya tenido hijos, ya que sumarido murió prematuramente, ex-plica que el documento no haya des-aparecido en el momento de la divi-sión de la sucesión. La sobrina An-toinette Arnaud (1886-1995) estuvo enla misma situación, y la herencia unavez más no se dispersó.

Por tanto, a pesar de ciertos puntososcuros, el documento original (el hi-potético daguerrotipo) habría per-manecido dentro de la misma familiaantes de ser reproducido hacia 1900.Sin embargo si la foto de 1900 es re-almente una copia de este docu-mento primitivo, sería lógico que hu-bieran sido hechos otros ejemplaresy distribuidos a los herederos47. Eldescubrimiento de una segunda fotoreforzaría considerablemente la hi-pótesis de que se trata realmente deChampagnat. Por el momento, y apesar de algunas investigaciones delSr. Marius Arnaud, no ha sido en-contrado ningún nuevo ejemplar. Conmás razón aún, el daguerrotipo no hasido encontrado.

La tradición familiar sobre el hecho deque se trata de Champagnat es sinembargo relativamente clara. Ante

22 Los retratos del P. Champagnat en el siglo XIX

46 El daguerrotipo actúa como un espejo, es suficiente poner una tela negra delante del objetivo paraevitar los reflejos. Información amablemente transmitida por un especialista del museo Nicéphore Nièp-ce de Châlon sur Saône.

47 El daguerrotipo tiene el inconveniente de ser no reproducible. Y es por eso que será rápidamen-te remplazado por la foto en papel.

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todo Marius Arnaud y su hija cuandovisitaron el Hermitage no tenían nin-guna duda sobre la identidad delpersonaje de la foto. Después deesto, dos testimonios sucintos vinie-ron a reforzar esta convicción: laSra. Geneviève Combes, sobrina deCamille Arnaud, que actualmente tie-ne alrededor de setenta y dos añosde edad, me escribió al comienzo de2005 que ella tiene “un vago recuer-do”, de haber visto cuando teníacuatro años la foto del P. Champa-gnat en su lecho de muerte. Duran-te una conversación telefónica (el 21 defebrero de 2005) el Sr. Jean Arnaud,hijo de Joannès hermano de Marius,me dice que él ha visto la foto que sepresume de Champagnat cuando te-nía doce años, es decir hacia 1930-32,en Creux, barrio de St Chamond, encasa de Camille y Marguerite Arnaud.Dicha foto había sido conservada conotras fotos de familia.

Él agrega un detalle de una cierta im-portancia: la oración de la tarde sehacía ante un retrato del P. Cham-pagnat de unos 30 x 25: ciertamen-te una copia del retrato Ravery. La fa-milia relacionaba sin problemas el per-sonaje de la foto y el del retrato. Peroatribuían un rol distinto a cada uno: elprimero era conmemorativo y familiar;el segundo era devocional e icónico.Por eso, sin duda, la familia no sen-tía la necesidad de comunicar laexistencia de esta foto consideradacomo un bien privado y, finalmente,laica.

La tradición de la familia Arnaud esentonces bastante clara: la foto no hadejado la familia de 1900 a 1995 máso menos y ha sido considerada comola del P. Champagnat. En cuanto alperíodo 1840–1900 nos vemos redu-cidos a suposiciones, ningún docu-mento ni tradición bien establecidapuede apoyar la convicción de la fa-milia Arnaud, aún si se sabe que la re-lación entre Philippe Arnaud y M.Champagnat fue muy fuerte y expli-caría muy bien que el sobrino hayaquerido conservar un recuerdo.

4.INDICIOSPROVENIENTES DEL DOCUMENTO

Ya he puesto en evidencia la impor-tancia de un detalle mayor: la cicatriz.He estudiado también la ropa del di-funto y su crucifijo.

1. La estola y el rabat

En la foto la estola no tiene nada quever con la del retrato Ravery. A priori,esto no tiene nada sorprendente, enel momento de la realización del re-trato en el taller, los pintores puedenpintar ropas que sienten mejor al per-sonaje reproducido en el retrato. El ra-bat del difunto en la foto es también di-ferente del cuadro: ésta es sólo unapieza de tela estrecha que ocupa laparte alta de la sotana mientras queRavery lo pinta más ancho y proba-blemente pasa por detrás del cuello48.

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48 Ver los numerosos retratos de eclesiásticos en OM o en los museos que presentan al menos dosmodelos de rabat. Ver el retrato pintado por el hermano Francisco (1869) cuyo rabat es muy ancho.

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Una vez más allí se puede decir queRavery ha pintado según modeloconvencional. Pero estas dos dife-rencias en los vestidos entre la foto yla pintura son bastante inquietantes.

Pedí una pericia de la estola de la foto

Arnaud al Sr. Bernard Berthod con-servador del museo de arte sagradode Fourvière y consultor de la Ponti-ficia Comisión para los bienes cultu-rales de la Iglesia. He aquí lo que merespondió, en una carta del 24 demarzo de 2004:

Por tanto, la opinión de un especialis-ta respecto a la estola sería más biennegativa.

En cuanto al rabat, formado por dosrectángulos de tela negra unidos conborde blanco, es bastante ancho yestá sujeto a la parte interior delcuello49. Aparece hacia 1760. El cle-ro francés lo usará hasta 1930 más omenos. No se puede por tanto utilizaresta ropa con la finalidad de estable-cer una datación precisa. En la foto elrabat parece bastante estrecho conrelación al que presenta Ravery perola posición extendida del difunto, quedespeja el cuello, y la visión de per-fil, hacen que no se perciba una grandiferencia.

Hay un detalle que es sin embargo in-teresante: el cuello del hábito es muygrande para el cuello del difunto y estainadaptación supone un enflaqueci-miento importante y reciente. Y es loque sucedió a M. Champagnat50.

4.2 - Una foto que parece influenciada

Una imagen de Champagnat realiza-da en St. Etienne por el fotógrafo C.Chol, sucesor de Raphaël Royer (AFM194.1/151) se separa parcialmente dela tradición Ravery y se acerca fuer-temente a la foto Arnaud. Como enlas dos fotos precedentes51 Cham-pagnat tiene en ella el crucifijo en lamano derecha y un libro en la mano

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49 Louis Trichet, Le costume du clergé. Paris, Cerf, 1986, p. 141, 145, 168.50 Vida, Crónicas Maristas I, ch. 21 p. 275: Pasó muy mal todo el invierno. Su única nutrición consis-

tía en unos caldos, un poco de leche y otros alimentos ligerísimos, que solo podía tomar en dosis muyreducidas… Vida, Capítulo 21 p. 229: Estuvo enfermo todo el invierno. Su alimento era solamente un pocode caldo, un poco de leche o algunos otros alimentos livianos….

51 Doc. 194.1/121, fotografía universal, Lyon y fotografía Marmand, St Genis-Laval.

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“ Vuestra idea sobre la datación de los ornamentos litúrgicos me parece muy pertinente, porque hay temasdecorativos que permiten establecer un abanico de fechas (dentro del cual nos movemos). Por lo que respecta a la fotografía que me ha enviado, la estola, que debe ser violeta o negra, lleva un galón,sin duda de plata, con un motivo de cruz en forma de flor de lis inscrita en un círculo. Este motivo es de inspiración neo gótico y no creo que se pueda encontrar en Francia antes de 1850-1855. En 1840, el año de la muerte de San Marcelino Champagnat, los motivos están más emparentados con la tradición clásica heredada del siglo XVIII; encontramos igualmente motivos Imperio, pero éste no es el caso”...

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izquierda, pero el crucifijo está más in-clinado y la mirada no parece dete-nerse en él. En cuanto al libro, ubi-cado más abajo que el crucifijo en lasotras representaciones, está aquímás arriba al nivel del corazón delpersonaje.

El rostro, poco marcado, me parecebastante semejante al del retrato Ar-naud. Luego, el rabat, que en la tra-dición Ravery hace un pliegue pocoagraciado, en cambio aquí es normal,como en el caso de Scheuring. Lafoto se revela innovadora en el hábi-to eclesiástico. Las dos piezas de laestola están, por primera, vez ligadascon un cordón que tiene una borlaque termina en pompones. Ahorabien, en la foto Scheuring se ve bien

un cordón y la borla por la que pasansus dos extremos. No se ven lospompones pero no hay duda de quelos había. El estudio de los recipien-tes que contenían algunas reliquias detela encontradas en el ataúd deChampagnat me ha permitido des-cubrir allí una borla y lo que queda delos pompones. Por lo demás el infor-me de la exhumación que se hizopara los hermanos el 15 de enero de1890 (Circulares T. 8, p. 6) precisa:“Junto a los venerados huesos se en-contraban todavía, conservados, lasborlas de la estola del Buen Padre, losbotones de su sotana, el calcetín casientero de la pierna derecha…”52.Por tanto hay algo que es claro: la re-lación entre la foto Scheuring y la deChol es fuerte y su representación dela estola corresponde a la realidad,mientras que Ravery es inexacto.También respecto a la sobrepelliz: so-bre la foto Scheuring como sobre laimagen Chol éste es muy simple, des-provisto de encaje, contrariamente ala iconografía Ravery respetada has-ta entonces. En cuanto a la estola,que Ravery presenta bordeada demotivos dorados, ella está en Cholconstituida de un modesto bordeaunque no haya una semejanza netacon la estola Scheuring.

Yo he podido datar aproximadamen-te esta foto Chol: en 1890, la Guía deldepartamento de la Loire indica to-davía a Royer como fotógrafo de StEtienne. En 1895 Chol lo ha rempla-zado en el mismo lugar: 27, rue de laRépublique. En 1900, Chol ha des-aparecido de la guía. Tenemos así un

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52 Es un calcetín tejido y no de tela.

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abanico de fechas entre 1891 y 1899,que habría que tratar de reducir,pero que nos acerca a la fecha de lafoto Scheuring: alrededor de 1900.

Si no se puede concluir nada decisi-vo de esta comparación, era nece-sario que el fotógrafo Chol dispusie-ra de un modelo bastante segurocomo para alejarse de una vulgar ico-nografía ya fuertemente estableciday que ha conocido ciertamente yaque respeta los grandes aspectos:personaje ligeramente inclinado haciala izquierda, crucifijo, hábitos litúrgi-cos. Podría por tanto haber conocidola foto Scheuring.

Otro detalle extraño: la foto no pare-ce tener el sello de los hermanos ma-

ristas ni siquiera el nombre de Cham-pagnat, como si fuera el resultado deuna iniciativa privada. Y luego, ¿cómoha sido obtenida la foto Chol? ¿Ha-ciendo posar a un personaje pareci-do y haciendo algunos retoques?¿Combinando dibujo y fotografía (ca-beza dibujada y cuerpo fotografiado)?

Por primera vez la tradición icono-gráfica que nace de Ravery parececombinarse con la de la foto, en unmomento no insignificante ya que el9 de agosto de 1896 Marcelino Cham-pagnat es declarado venerable conocasión de la introducción de su cau-sa en Roma. Existen otras fotos máso menos parecidas pero sin carácteroficial que hacen pensar que la ico-nografía Champagnat se diversifica.

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4.3 - Una hipótesis:podría tratarse deotro sacerdote

Se sabe que Eugénie Seux-Arnaud, so-brina del P. Champagnat, tuvo tres hi-jos de los cuales dos (hermano Tharsi-ce 1829-1890 y hermano Théonas1840-1902) se hicieron hermanos ma-ristas. Un tercer hijo, Camille Seux, sehizo sacerdote. Probablemente nacidohacia 1835, parte a los Estados Unidos,diócesis de Santa Fe en 1863. Muere allícon más de 80 años hacia 1910-1915. Nopuede ser él el de la foto Scheuring porvarios motivos: las fechas no coinciden;el difunto no es un anciano; él lleva unrabat galicano, lo que sería bastante ex-traño en los Estados Unidos. Final-mente la foto ha sido hecha en Lyon.

Se puede imaginar que se trate de unsacerdote de la región de Saint Cha-mond o de Lyon. Y no faltan ciertamentesacerdotes muertos entre 1840 y 1900.Pero sería extraordinario que uno deellos reuniese todas las característicasdel personaje de la foto Arnaud: se-mejanza sorprendente con Champa-gnat hasta en el detalle de una cicatriz;mismo corte de cabello y frente ya bas-tante despejada. Dicho esto, nunca sesabe… y se puede incluso decir que lafoto de un sacerdote lionés muerto ha-cia 1900 haya podido ser tomada poruna imagen de Champagnat a causajustamente del parecido con él.

4.4 - El problema del crucifijo

Los textos que describen a Cham-pagnat difunto nos dicen que “le pu-sieron en la mano su cruz de profe-

sión” y el cuadro de Ravery nos pre-senta efectivamente a Champagnatque tiene en su mano derecha unacruz con proporciones extrañas: el ejevertical muy largo respecto al eje tras-versal. La de la foto Scheuring repo-sa en cambio sobre el pecho del di-funto. Es una cruz de tamaño gran-de como la que portaban los misio-neros, que la llevaban en su cinturóncuando predicaban.

El volumen 3 de OM nos presenta (p.114) la cruz de profesión en uso en-tre los Padres maristas hasta 1868, de9,5 x 6,5 cm (OM 3 nota 1 p. 309),con los extremos trilobulados, que nose asemeja ni a la de la pintura de Ra-very ni a la de la foto Scheuring. Encambio, un retrato del P. Chanel pin-tado hacia 1841 (OM 4 p 256, ilustra-ción 159) nos lo muestra con una cruzde tamaño bastante grande en sucinturón. Y en la edición de la vida delP. Champagnat de 1989 aparece (p.335, edición francesa) un grabado dePedro Chanel, probablemente mástardía que la anterior e inspirada enella, con un crucifijo todavía másgrande, siempre en el cinturón, yque se asemeja mucho al que estásobre el pecho del difunto de la fotoScheuring.

El retrato de P. Chanel nos incita en-tonces a pensar que el uso de la cruzpequeña y un poco recargada, que elP. Colin, que no la aprecia, llama“episcopal”, no forma parte del usoprimitivo de la Sociedad. Así, la pre-sencia de una cruz de misionero so-bre el pecho del difunto sería másbien un argumento a favor de la au-tenticidad, ya que Champagnat y los

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otros maristas conservan los crucifi-jos utilizados como misioneros dio-cesanos antes de la constitución dela Sociedad. Por lo demás la cruz delos Redentoristas, de 30 cm de alto yde 14 de ancho, con los extremos enmetal es casi idéntica53. En fin, el P.Verguet que fue marista en las IslasSalomón durante tres años de 1841 a1844, posa hacia 1860 con la mismacruz en el cinturón54.

Parece además que habría que decirde la cruz pintada por Ravery lo que seha dicho de los hábitos eclesiásticos deChampagnat: él no buscó una repro-ducción exacta sino que reconstruyó elmotivo en el taller de tal modo que élocupa en el cuadro un lugar adecua-do pero no invasivo. Parece que harespetado la altura del objeto pero queha reducido el ancho de los brazos locual hace al crucifijo un poco despro-porcionado ya que el Cristo, sobreto-do en el cuadro de Roma, parececomo colgado muy alto mientras queen el cuadro de Saint-Genis-Laval elcuerpo de Cristo es más proporciona-do a la madera de la cruz.

En fin, si se admite que Champagnatfue pasado, después de algunas ho-ras, de su sillón a una cama en la quesería expuesto, es normal que su cru-cifijo haya sido puesto sobre su pe-cho. Sigue habiendo sin embargoalgo extraño, porque en el momentode la exhumación de los restos de

Champagnat no se menciona la pre-sencia del crucifijo cuya parte metá-lica habría tenido que conservarse. Elexamen de los recipientes que con-servan los diversos restos encontra-dos en el ataúd no ha revelado nadarespecto a esto, lo que nos lleva apensar que, por alguna razón que senos escapa, no se enterró al P. Cham-pagnat con su cruz de profesión.

Da pruebas de esto la circular del 15de enero de 1890 (Circulares T. 8, p.10) que al relatar el examen de los res-tos del fundador declara: “Él está allíen la misma posición en la que esta-ba en el momento de la inhumación,con los brazos sobre el pecho y conla actitud piadosa en la que le habíanpuesto en aquel momento”. Ningunamención de un crucifijo ni siquiera deun rosario, mientras que el texto in-siste en los detalles triviales: borlas dela estola, botones de la sotana y aunel calcetín del pie derecho. En sínte-sis, como dicen los dos textos que re-latan los funerales: “El domingo por latarde, el cuerpo, revestido del habitoeclesiástico, fue puesto en un ataúdde plomo”… sin ningún otro objeto,más que la placa indicando que setrata de los restos de M. Champa -gnat. Pero entonces, ¿qué se hizo delcrucifijo que permitiría quizás avanzaren el problema que nos ocupa? Tam-bién, ¿qué fue de los otros objetos, ta-les como el sillón en el que fue ex-puesto el P. Champagnat?

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53 Cruz prestada amablemente por el P. André Barjon del Hogar de las Misiones de Champagne-au-Mont d’Or.

54 No permaneció con los hermanos maristas. Ver el catálogo de la exposición Mer de Corail, terresde mission. Les Maristes en Océanie. 1836-1936. Service historique de la Défense, Toulon. Musée Bala-guier, La Seyne sur Mer., 3 de abril-31 de marzo 2006, p. 22. Información amablemente comunicada porLionel Roos-Jourdan.

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4.5 - El documentoBérillus

Un cuaderno redactado hacia 1898,en el momento del decreto que de-clara “venerable” al P. Champagnat,

atribuido al hermano Bérillus, asis-tente, que reconstruye la vida del P.Champagnat, da sin embargo algu-nas precisiones interesantes sobre lasreliquias del P. Champagnat:

Este testimonio nos indicaría enton-ces por qué han desaparecido piezasmaestras de entre los objetos quepertenecieron al P. Champagnat.

Así mismo las fotos de Champagnat,incluyendo la foto Arnaud, pudieronhaberse constituido en una especiede reliquias: algunas personas ligadasa la memoria del P. Champagnat, ha-biendo hecho pedidos para ellos, ypor tanto crear una tradición icono-gráfica independiente a la del Institu-to. No habría que desdeñar tampocolas iniciativas tomadas por algunos

hermanos, directores u otros, de-seosos de disponer de retratos delfundador más elocuentes que los deRavery, más económicos y de los quepodían existir múltiples ejemplares.

4.6 - El cabello del difunto

Otro tema, menor pero no sin interés:el difunto de la foto Arnaud tiene loscabellos largos como lo quiere lacostumbre eclesiástica del comienzodel siglo XIX. Para convencerse deesto es suficiente mirar los múltiples

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“Al día siguiente de la muerte del Venerable Siervo de Dios, todos hubieran querido poseer algún objeto que lehubiese pertenecido, pero el hermano Francisco no cedió a estos piadosos deseos para no dejar dispersar yperderse lo que ya era considerado como reliquias. Él recogió en un mismo lugar todo lo que había dejado elVenerable. Sus reliquias son siempre ardientemente buscadas y conservadas. El mayor gozo que nosotrospodamos causar a nuestros hermanos, es enviarles un recuerdo del Venerable Padre: fragmento de maderade su reclinatorio, trozo de su viejo abrigo, etc., etc. Y no solamente los hermanos del Instituto buscan estosobjetos, sino también otras personas del mundo: de todas partes nos piden medallas, rosarios u otros objetosque hayan tocado su tumba. Se dice que la mayoría de las familias de Marlhes o Lavalla tienen su retratosuspendido en la pared de su cuarto común; en varias familias lo invocan todos los días.

El Sr. Elisée Neyrand, alcalde de Chevrière, certifica “que el Cristo ante el cual el Venerable oraba en su celda,es considerado y conservado en su familia como la reliquia de un santo”. Él certifica también “que el médicoque lo atendió durante su vida y sobre todo durante su última enfermedad y que lo conocía mucho tenía unatal veneración por el Padre Champagnat y un respeto tan grande por su santidad que conservaba su rosariocon felicidad, porque lo consideraba una santa reliquia. Sin embargo este médico, aunque muerto ya hacealgunos años muy cristianamente, no tenía en aquel momento una vida muy regular bajo el punto de vistareligioso y no cumplía los deberes que nos impone la Santa Iglesia.”

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retratos contenidos en Orígenes Ma-ristas entre los que hay sólo una ex-cepción: Louis Querbes (1793-1859).El cura de Ars, muerto hacia 1860, tie-ne siempre los cabellos largos. Hacia1900 los eclesiásticos y los hombresen general llevan los cabellos cortos.

4.7 - Huellas hipotéticasde un daguerrotipo sobre la foto

Ya he dicho anteriormente que elíndice más fuerte del uso de undaguerrotipo era la cicatriz que seencuentra sobre el ojo izquierdo deldifunto lo cual indicaría la imageninvertida que ofrece este tipo deaparato. Pero se podría todavíaafinar más nuestras observaciones.

Los formatos de daguerrotipos erandistintos y existía especialmente elformato mitad placa de 16 X 12,2 cm.Es decir levemente superior al de lafoto Arnaud (14 X 10). Como los bor-des de los daguerrotipos se oxidan amenudo, había que realizar un en-cuadramiento cuando se los queríareproducir.

La foto Arnaud lleva quizás los trazosde este encuadramiento porque, so-bre el borde derecho, la almohadaestá cortada, y sobre el borde iz-quierdo las manos que sostenían elcrucifijo tampoco son visibles. Laparte de debajo de la foto cortaigualmente los brazos del difunto. Unbuen fotógrafo hubiera quizás corta-do la almohada pero no hubiera de-jado de tomar las manos del difuntoy mostrar mejor su brazo. Esto hu-biera sido fácil para el brazo ya que el

espacio que queda por debajo del di-funto era ampliamente suficiente yevitar así una gran mancha oscurahubiera sido una gran ventaja. El fo-tógrafo hubiera por tanto sacado elmejor partido posible de un docu-mento deteriorado en sus bordes yque en su origen daba una visión máscompleta del personaje.

Esta hipótesis me parece corrobora-da por el hecho de que la foto hamantenido manchas negras en laparte oscura por encima del difuntoy que podrían muy bien ser marcasde oxidación. Una mancha clara en laextremidad de la estola así como al-gunos puntos blancos por aquí y porallá plantean igualmente un problema.

Es difícil por tanto evitar la impresiónde que esta foto no es un original sinouna copia de un documento anteriorun poco deteriorado.

5.¿QUIÉN HA REALIZADOO HECHO REALIZAR EL DAGUERROTIPO?

La hipótesis de un daguerrotipo con-servado por la familia Arnaud de1840 a 1990 más o menos, no nos pa-rece la más posible.

5.1 - La hipótesis Ravery

Nosotros nos inclinaríamos más bienpor un documento conservado en lafamilia Ravery.Pero antes de desarrollar esta tesisconviene exponer algunas informa-ciones sobre un personaje muy malconocido.

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El registro civil de St Chamond declaraque nació el 6 de agosto de 1800 enesta ciudad55. Su acta de matrimo-nio56 con Jeanne Garon el 9 de ene-ro de 1824 lo llama Joseph Ravery,pintor, hijo mayor y legítimo de PierreRavery, de la misma profesión. Él fa-llece el 26 de julio de 1868. “Propie-tario rentista”, “ex-pintor”, deja a suviuda y a su hija un interesante capi-tal de 8.385 F. Louise-Fleurie Ravery, hija única secasó con François-Marie Butavantque fallece el 8 de marzo de 1900. Ellamisma muere sin hijos a la edad de 72años, el 12 de mayo de 190057, y es-coge como legatario universal a Au-gustine Francine Didier, soltera, sinprofesión, domiciliada en Saint Cha-mond. Dejó un capital de 16.160 F.

Ravery es completamente descono-cido en el museo de arte de St.Etienne. No figura tampoco en elDictionnaire des artistes et ouvriersd’art du Lyonnais [Diccionario de losartistas y artesanos de la región deLyon] 58. No hay ninguna duda sobresu profesión de pintor. Stéphane Ber-tholon59 lo ubica como pintor y ami-go del molinero Terrasson “gran pres-tidigitador y gran orador de clubs en1848”. En Notre vieux Saint Cha-mond [Nuestro viejo Saint Cha-mond]60 François Gonon precisa queRavery hizo la decoración interior dela capilla de los penitentes y “dejó al-

gunos cuadros que tienen su mérito”entre ellos el del P. Champagnat.Agreguemos que hizo toda la deco-ración de la capilla del Hermitage en1836. Su descripción detallada por elhermano Francisco, y retomada porel hermano Avit en los Anales del Ins-tituto en 1836 sugiere que Ravery te-nía talentos de fresquista y de deco-rador. Es un artesano con múltiplestalentos así como también artista.

Dado que la invención del daguerro-tipo había interesado ante todo a losartistas, Ravery podría haber servidode intermediario para que un da-guerrotipista le consiga un retratomuy útil para acabar el retrato enco-mendado. Éste habría sido hecho, noal mismo tiempo que el boceto delcuadro, sino el día 6 o 7 de junio: eltiempo para hacer venir el eventualdaguerrotipista. En este momentoChampagnat no está ya en un sillónsino sobre una cama.

Respecto a este tema, el punto devista de la toma de perfil es un buenargumento en favor de una toma an-tigua, porque en 1900 los aparatos defoto son lo bastante livianos, poco exi-gentes en el tiempo de pose y en lu-minosidad para permitir ángulos tomade frente, aun en personas acosta-das. Ya en los años 1850 los retratospost-mortem presentan a los difuntosde frente o al menos de tal modo que

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55 Información ofrecida por los Archivos de la ciudad de St. Chamond56 A. D. de la Loire, Archivos notariales. Notario Malassaguy de Rive-de-Gier 5E-VT1067DEM-8366.57 A.D. de la Loire, Registros de inscripción, 3 Q 6759 y 6899. 58 Marius Audin y Eugène Vial, Paris, Bibliothèque d’art et d’archéologie, 1919, T. 2.59 Histoires de St Chamond, 1927, p. 268.60 1944, p. 41.

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los dos lados de su rostro sean visi-bles. El ángulo de toma sugiere portanto un material poco cómodo.

Se puede suponer que Ravery hayapodido ayudarse del daguerrotipocuando realizó el retrato en el taller yque lo haya conservado. Su hija únicaha debido heredarlo en 1900, a sumuerte, y deja este retrato a su lega-taria universal: Augustine Didier. Alencontrar el daguerrotipo y conscien-te de su valor conmemorativo en unmomento en el que el P. Champagnataparece potencialmente como santo,Augustine Didier habría permitido a lafamilia Arnaud hacer una copia de unretrato probablemente deteriorado.

Podemos preguntarnos si no fue enese mismo momento en que esta se-ñorita Augustine Didier hizo donacióna los hermanos del Hermitage del re-trato que se conserva allí hasta hoy.Es cierto, que una tradición afirmadapor el hermano Jean Roche, sostie-ne que este retrato fue dado al her-mano Francisco en 1860, pero sin nin-guna prueba. Tal donación sería másprobable en 1868, a la muerte de Ra-very, o en 1900 en el momento del de-ceso de su hija única.

Pero en este caso, se trata de unacascada de hipótesis y por lo demás,en el curso del año 2006 la pista deltestamento de la Sra. Butavant, hija deJoseph Ravery, parece haberse defi-nitivamente desvanecido porque estedocumento, registrado el 4 de mayode 1900 ante el notario maître Cartier,de St Chamond, y reencontrado porel Sr. Marius Arnaud, no ofrece ningúninventario de los bienes legados.

5.2 La hipótesis Evrard

He consultado el Répertoire des pho-tographes de France au XIX° siècle[Guía de los fotógrafos de Francia enel siglo XIX], publicado en 1993 y quemenciona como único daguerroti-pista de la Loire en los años 1840 a uncierto Evrard. El autor, Voignier, aquien he consultado, ha encontradosu nombre en una obra de J. Thierry,de Lyon, Franches explications surl’emploi de sa liqueur invariable…Précédées d’un Histoire abrégée dela photographie, publicado en Paris yen Lyon en 1847. Éste alaba a Evrard“por la perfección de sus pruebas”.

Se trata probablemente de CharlesAlbéric Romain Evrard que se casa el26 de julio de 1841, Marie Anne Virgi-nie Girodet. Nacido en Cambrai(Nord) el 21 de agosto de 1806 o1809, salió de la escuela de las minasde St. Etienne en 1830. En 1841 es in-geniero de minas, es decir un perso-naje con una buena fortuna y de unbuen nivel científico, como la mayorparte de los primeros daguerrotipis-tas. Procede del mismo medio quelos notables industriales en relacionesestrechas con Champagnat talescomo los Sres. Génissieux, Thiollière,Neyrand.

Largas búsquedas en los archivos de-partamentales de la Loire me han per-mitido situar a este personaje. Direc-tor de la mina de las tres cuencas(Unieux, Fraisse et Firminy), Evrardparece haber quebrado en 1865.Muere en 1872, indigente y endeu-dado. Su esposa, Anne-Marie Giro-det, muere en St Etienne el 13 de fe-

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brero de 1892. Su deceso quizás tie-ne relación con la publicación de la fotoChol, pues el patrimonio Evrard quizáshabía sido dispersado en aquel mo-mento. Jules Evrard, hijo de CharlesEvrard y de A.M. Girodet, se inscribecomo abogado en el colegio de abo-gados de St. Etienne en 1869. Al co-mienzo del siglo XX será consideradoun notable de la ciudad y es probableque la situación económica de la familiahaya mejorado después de 1870.

En síntesis, la pista Evrard es unpoco decepcionante aunque sea se-guro que un Evrard ha practicado eldaguerrotipo en los años 1840-50.

CONCLUSIÓN Y BALANCE FINAL

Al final de este estudio la cuestiónpermanece por tanto abierta. Por unlado, disponemos de fuertes indi-cios para pensar que el personaje dela foto podría ser el P. Champagnat:

– Parecido físico notable61.– Cicatriz en la parte superior del ojo

derecho documentada en el pa-saporte y retomada a la izquierdasobre la foto lo que hace pensarque se trata de una imagen inver-tida, como las que se obtenía conun daguerrotipo.

– Convicción de la familia Arnaud.

Las objeciones no son menos im-portantes:

– Ninguna fuente escrita o icono-gráfica para apoyar este docu-mento de manera decisiva.

– Una tradición Arnaud que no se re-monta más allá de los años 1900y documentada por una sola foto.

– Dificultad de creer que un dague-rrotipo haya podido ser sacadomenos de un año después de ladifusión de esta técnica. ¿Y porparte de quién?

– Indicadores secundarios (vesti-dos, crucifijo...) contradictorios.

Queda pendiente una cuestión tan di-fícil como la que hemos abordado yque podría cerrar el debate: si esteretrato no es el de Champagnat, ¿dequién se trata?

Actualmente este retrato no puederepresentar una vía iconográfica com-plementaria de la de Ravery. En cam-bio su estudio ha permitido determi-nar mejor el contexto en el cual hasido realizado el retrato Ravery yapuntar a muchos puntos oscurossobre su realización y su difusión.

Para terminar, este estudio superaampliamente la pregunta sobre la au-tenticidad o no de la foto Arnaud por-que plantea el problema de una ico-nografía del P. Champagnat surgida

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61 El Sr. Arnaud me ha contado que cuando fue a hacer la fotocopia del documento a Saint Chamond,la señora de la tienda pensó inmediatamente que se trataba del P. Champagnat. Yo mismo, habiendopresentado una copia del documento a un habitante de Saint Genest Malifaux, éste claramente me dejócomprender que no veía porqué yo me tomaba tanto trabajo para probar lo que era evidente a prime-ra vista.

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de las iniciativas de miembros de lacongregación o incluso de personaso de grupos poco preocupados dereferirse a una imagen oficial, el P.Champagnat es su santo, así comolo es de los Hermanos Maristas.Podría ser por tanto que la seme-janza notable entre el sacerdote dela foto Arnaud y Champagnat hayasuscitado entre algunos la convicciónde que se trataba del hombre que

ellos veneraban sin haberse preo-cupado de verificar la autenticidaddel documento.

Por tanto es necesario todavía hacerinvestigaciones. Para avanzar en el es-tudio de la foto Arnaud, la comisión delpatrimonio ha pensado en exploraruna vía original, de la cual el hermanoIvo Strobino ofrecerá los resultados enuno de los artículos siguientes.

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El descubrimiento en 2004 de la fotoArnaud provocó un vivo interés porparte de algunos hermanos más di-rectamente relacionados con la in-vestigación sobre el Fundador, por tra-tarse de una fotografía que estaba enposesión de la familia del señor MariusArnaud, descendiente directo de Phi-lippe Arnaud, sobrino de MarcelinoChampagnat, y porque retrataba a unsacerdote en su lecho de muerte, conuna semejanza impresionante con el P.Champagnat.El hermano André Lanfrey, coordina-dor de la Comisión de Patrimonio Es-piritual Marista, se interesó de modoespecial en este hallazgo y realizó in-vestigaciones específicas sobre algu-nos elementos particulares ofrecidospor la fotografía: fecha, estudio foto-gráfico que lo produjo, proceso utili-zado para la grabación de la imagen,tipo de indumentos religiosos repre-sentados en la imagen, señas parti-culares, etc. También trató de esta-blecer el árbol genealógico de la familia

Arnaud, intentando comprender cuán-do y cómo la fotografía fue realizada yqué caminos siguió hasta llegar a lasmanos de Marius Arnaud que, ama-blemente, presentó la fotografía a losSuperiores del Hermitage, en enero de2004. Los trabajos del hermano Lan-frey sobre el tema constituyen el tex-to del artículo anterior de este mismonúmero de Cuadernos Maristas.Con ocasión de la reunión anual de laComisión Internacional del PatrimonioEspiritual Marista en Roma, en elmes de junio de 2005, la foto Arnaudfue uno de los temas de nuestro tra-bajo. En esa ocasión se decidió en-cargar un estudio científico profundo,haciendo una comparación entre lafotografía y la réplica del cráneo deChampagnat. Esta tarea me fue en-comendada, en nombre de los her-manos brasileños, porque ya se ha-bía realizado anteriormente en Brasilun trabajo científico en esta área, talcomo se relata a continuación, en laprimera parte de este artículo.

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LA FOTO ARNAUD, EL RETRATO RAVERY Y EL CRÁNEO DE CHAMPAGNATResultados de un análisis científico

D O S S I E R

Ivo Antônio Strobino, fms

Provincia marista Brasil Centro-Sul

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1. RÉPLICA DEL CRÁNEODE MARCELINOCHAMPAGNAT

Se sabe que en el año 1955, cuandose hizo la exhumación de los restosmortales de Marcelino Champagnaten vista de su beatificación, varios desus huesos fueron encontrados en-teros: fémur, tibia, falanges y entreellos, el cráneo. Fue encontrado consu formato global intacto, conforme alas fotografías sacadas en la ocasión.Después de haber sido limpiados,autentificados y debidamente trata-dos, esos huesos fueron preparadospara ser nuevamente guardadoscomo reliquias sagradas. Mientras seesperaba la llegada de la nueva y pre-ciosa urna de las reliquias, que se en-

cuentra actualmente en el altar de lacapilla del Hermitage, surgió la felizidea de realizar un molde del cráneo.Entonces, a partir del molde, se pu-dieron realizar algunas copias del crá-neo de Marcelino Champagnat.

2.RECONSTITUCIÓNCRANEOMÉTRICA

El año 1997, los hermanos Provincialesdel Brasil aprobaron un proyecto pre-sentado por SIMAR, Secretariado In-terprovincial Marista, sugiriendo untrabajo científico de reconstruccióncraneométrica del rostro de MarcelinoChampagnat. Una réplica del cráneo yahabía sido hecha en Brasil; a partir deella, sería posible realizar el proyecto.

PRIMERA PARTEReconstitución craneométrica y facial de la cabeza de Champagnat

En 1955, exhumación de los huesos de Champagnat. Se destaca el cráneo, todavía intacto.

La foto Arnaud, el retrato Ravery y el cráneo de Champagnat36

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Fases de la reconstitución craneométrica.

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El hermano Roque Brugnara, secre-tario ejecutivo de SIMAR, juntamen-te con el hermano Cláudio Girardi quehabía sido Consejero general, estu-vieron al frente del proyecto. Lostrabajos científicos fueron encomen-dados al equipo del Dr. Badan Pal-hares que en aquella época era unaautoridad brasileña de renombre enel sector de la reconstrucción pericialdentro del campo de la criminalística.Sobre una copia del cráneo de Cham-pagnat una vez corregidas las lagu-nas de huesos y cartílagos que falta-ban, fueron colocadas capas de ceraplástica apropiada, de un espesor ri-gurosamente iguales a la media delespesor normal del tejido y de la pieldel rostro humano. Se obtuvo así laestructura completa de la cabeza deun hombre, con las proporcionesque había dado la copia del cráneo:se trata de la estructura de lo que ha-bría sido la cabeza de MarcelinoChampagnat en 1840.

3. RECONSTITUCIÓNFACIAL

El trabajo siguiente consistió en de-finir la apariencia que sería dada aaquel esbozo de cabeza, de modoque formase un rostro humano conuna expresión fisionómica corres-pondiente a la personalidad de Mar-celino Champagnat. El trabajo fue en-comendado a dos artistas plásticos:Cícero Davila y Marco Antonio Cava-llari, ambos de San Paulo. Ellos tu-vieron acceso a las varias descrip-ciones del carácter de MarcelinoChampagnat y pudieron apreciar al-gunas imágenes representativas delfundador, sobretodo el retrato Ra-very. El intento de los dos artistasplásticos de dar vida al personaje re-tratado consistió especialmente endar expresión al rostro: cabello, co-loración de la piel, brillo de la miraday rasgos generales. Desgraciada-mente el resultado no fue del agra-

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do general, a causa de la “imagenidealizada” que todos tenemos delFundador. Estamos influenciados porpinturas que, a lo largo de la historia,

han representado estereotipos deMarcelino, según las concepcionesartísticas, estéticas y espirituales desus autores.

4.EN BUSCA DE UN RETRATO OFICIAL

En 1998, cuando en el Brasil se esta-ba desarrollando esta fase de re-constitución facial, en Roma se anun-ciaba el reconocimiento de un milagroatribuido al P. Champagnat, con lo cualfinalizaba el largo proceso de su ca-nonización. Entonces, antes que el Va-ticano divulgase la fecha del esperadoevento, en la Casa general se consti-tuyó un grupo de trabajo para prepa-rar todos los aspectos materiales y so-ciales de la canonización; era el grupopro-canonización. Una de las preocu-paciones del grupo fue definir el retratooficial del nuevo santo de la Iglesia, re-trato que serviría no solo para la di-vulgación de imágenes, sino que se-ría reproducido en la gran pintura pre-vista para la fachada de la Basílica de

San Pedro, el día de la canonización.El hermano Benito Arbués, Superiorgeneral, el día 9 de octubre de 1998,envió una carta al secretario ejecutivode SIMAR, solicitando que se apresu-rase el trabajo que se estaba reali-zando, para que el grupo pro-canoni-zación pudiese disponer del resultadode aquella reconstitución facial, comoelemento de ayuda en la elección delretrato oficial. Como respuesta al lla-mado del hermano Benito, fueron en-viadas fotografías del trabajo, en el es-tadio en el que éste se encontraba,aunque no estuviera todavía finalizado.Al examinar las fotografías, el grupopro-canonización elogió el trabajo dereconstitución craneométrica, por lacontribución dada a la recuperaciónde las proporciones exactas del ros-tro, pero no encontró buena la re-constitución facial de Marcelino, por

38 La foto Arnaud, el retrato Ravery y el cráneo de Champagnat

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EEnsayos de reconstitución facial a partir de las dimensiones que proporciona la réplica del cráneo

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la falta de una expresión más diná-mica y más llena de vida en el rostropresentado. Faltaba simpatía y atrac-tivo en el resultado final.

Posteriormente, con la elección de lapintura de Goyo como retrato oficialde la canonización, el trabajo que elequipo brasileño de SIMAR estabadesarrollando fue interrumpido, sin in-

sistir a los artistas plásticos para quela expresión del rostro fuese corregi-da por un semblante más entusiastay sereno, menos triste y menos serio.Las piezas principales del trabajo dereconstrucción del cráneo y del ros-tro de Marcelino, debidamente acon-dicionadas, fueron enviadas poste-riormente a Roma. Se encuentran enlos archivos de la Casa general.

Ivo Antônio Strobino, fms 39

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SEGUNDA PARTEComparación de la foto Arnaudcon la réplica del cráneoEn el Brasil, después de la reestructu-ración de las seis Provincias existen-tes hasta 2002, fue creada la UM-BRASIL, organismo coordinador delas actividades maristas a nivel nacio-nal. Es el organismo que sustituyó yamplió aquello que antes era el SIMAR.Fue por la mediación de UMBRASILque se puso en marcha el proyectocientífico de análisis comparativo de lafoto Arnaud.En el mes de mayo de 2007, en la ciu-dad de Brasilia, el hermano José Wag-ner Rodrigues da Cruz, secretario eje-cutivo de UMBRASIL, y el señor Pedro

José Radaelli, su asesor para las rela-ciones inter-institucionales, entraron encontacto con el Dr. Malthus FonsecaGalvão, médico legal, notoria autoridaden Antropología Forense, Catedráticode la Universidad Católica de Brasilia,que trabaja en el Instituto de MedicinaLegal del Distrito Federal y en el sec-tor de Criminalística de la Policía Téc-nica. Obtuvieron su consentimientopara realizar la comparación científicade la foto Arnaud con la réplica del crá-neo de Champagnat.La conclusión del análisis científico sehizo pública el día 6 de diciembre de

La réplica del cráneo de Champagnat y la “foto Arnaud”

Page 42: Cuadernos Maristas 29

Divergencias en las medidas angulares

Divergencias en el intento de sobreponer las líneas del contorno

3.LABIOS CERRADOS Y ARCADA DENTARIAABIERTA

La fotografía muestra un rostro conlos labios cerrados. Esto no impideque, internamente, la posición man-dibular pueda estar abierta o cerra-da. Como el cráneo presenta la ar-cada dentaria cerrada, por mediodel ordenador fue hecha la proyec-ción de una apretura mandibular

La foto Arnaud, el retrato Ravery y el cráneo de Champagnat40

2007, por medio del protocolo pericial19.898/2007 del Laboratorio de Antro-pología Forense de Brasilia, dando un re-sultado negativo, es decir, afirmando lano concordancia entre la foto y el cráneo.Algunos pasos de ese estudio están sin-tetizados en los siguientes párrafos.

1. COMPARACIÓNANGULAR

El ángulo formado por puntos espe-cíficos del rostro en la fotografía es di-vergente del ángulo formado por lospuntos correspondientes del cráneo.

Fueron tomados como base trespuntos craneométricos importantes:porión, pogonión y nasión.

2.COMPARACIÓN DEL CONTORNOFACIAL Y CRANEANO

La línea del contorno facial-mandibularde la fotografía, redimensionada en ladebida proporción, no coincide con elcontorno del cráneo. Haciendo coinci-dir algunos puntos básicos, dos a dos,se observa que el resto de las líneas delcontorno se distancian sensiblemente.

fms Cuadernos MARISTAS29

Page 43: Cuadernos Maristas 29

Variaciones milimétricas de la posición del cráneo Distorsiones de esfericidad en la fotografía

41Ivo Antônio Strobino, fms

para verificar si, en esta hipótesis, ha-bría alguna coincidencia de las líneasde contorno analizadas. Aun en estecaso sigue habiendo discordancias.

4.ROTACIÓNMILIMÉTRICA DEL CRÁNEO

En el intento de obtener una posicióndel cráneo exactamente igual a aque-lla del rostro representado en la fo-tografía, fue hecha una rotación mi-limétrica del cráneo. Ninguna de lasdiversas posiciones obtenidas pre-sentó una coincidencia significativa enlas líneas del contorno analizadas.

5.DISTORSIÓN DE LA ESFERICIDAD

La foto Arnaud es una reproducciónde un daguerrotipo, es decir, una ima-gen de los comienzos de la técnicafotográfica, cuando el resultado ob-tenido casi siempre representabapequeñas distorsiones en los bordes.En la hipótesis de que la foto Arnaudestuviera distorsionada y que poreso no se obtiene puntos significati-vos de coincidencia con el cráneo,fueron hechas distorsiones convexasy distorsiones cóncavas en la foto.Ninguna de las posiciones obtenidasresultó satisfactoria.

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Page 44: Cuadernos Maristas 29

La foto Arnaud, el retrato Ravery y el cráneo de Champagnat42

6.CONCLUSIÓN DEL ANÁLISIS

El estudio ofrece a continuación otrospuntos de análisis, no descritos eneste artículo, todos ellos mostrandola incompatibilidad del perfil del crá-neo con el perfil del rostro fotogra-fiado. La divergencia más acentuadaes la de la mandíbula y el mentón, queson más alargados en el cráneo queen la fotografía. El protocolo pericialconclusivo firmado por el Dr. MalthusFonseca Galvão y por su asistente, elmédico legal Dr. Elvis Adriano da Sil-va Oliveira, ofrece estas afirmaciones:

1. la fotografía analizada es incom-patible con la réplica del cráneoestudiado;

2. la persona de la cual se hizo la ré-plica craneana no es la mismapersona retratada en la fotografía.

7. CONTRAPRUEBA

La conclusión arriba indicada no afirmanada respecto al Fundador; apenas diceque la persona retratada no es la mis-ma que la del cráneo. Queda abierta lapregunta respecto a la identificación dela persona de la foto: un sacerdote conuna cabellera y ropas semejantes a lasde Marcelino Champagnat, que pre-senta una cicatriz en la parte superiordel ojo derecho, detalle impresionante,ya que el Pasaporte de Marcelino, delaño 1836, describe también la existen-cia de una “pequeña cicatriz en la par-te superior del ojo derecho”.

Cuando presenté el resultado delanálisis científico a los miembros de

la Comisión Internacional del Patri-monio, en la reunión anual en Roma,en junio de 2008, surgió la siguientey obvia pregunta: ¿El cráneo que sir-vió para la comparación con la fotoes verdadera réplica del cráneode Champagnat?Aunque disponemos de los docu-mentos que trazan el itinerario de laobtención y transporte hasta el Bra-sil de aquella réplica, la pregunta eslógica, pues podía haber sucedidoque, por alguna circunstancia inad-vertida, la réplica del cráneo utilizadafuese falsa, lo que invalidaría todo elestudio hecho. Fue entonces quesurgió la idea de pedir al equipo delDr. Malthus, en Brasil, que hiciese untrabajo de contraprueba, confron-tando esta vez, el cráneo con lapintura de Ravery.

Sabemos que la pintura realizadapor Ravery es la representación másexacta que tenemos del Fundador, apesar de haber sido hecha cuando élhabía ya fallecido. Entonces, para larealización de la contraprueba, el ra-zonamiento daría como resultadouna de las dos siguientes posibilida-des: 1. Si el cráneo presenta líneas opuntos de concordancia con la pin-tura, tendremos la comprobación deque el cráneo es verdadera réplica delcráneo de Champagnat. 2. Si la com-paración del cráneo con la pinturafuera negativa, es decir si presenta-ra discordancias notables, tendremosque admitir que el cráneo no es deChampagnat, o que la pintura reali-zada por Ravery fue mal hecha des-de el punto de vista estético, no re-produciendo de modo exacto las

fms Cuadernos MARISTAS29

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TERCERA PARTEConcordancias entre el cráneo y la pintura de Ravery

El trabajo científico encomendadofue el análisis comparativo de la ré-plica del cráneo con el retrato de Mar-celino, pintura al óleo ejecutada porRavery el día de la muerte del Fun-dador. El retrato Ravery, por tratarsede una pintura, es una concepción ar-tística. Sabemos que en la represen-tación artística, no siempre el originalretratado aparece con las propor-ciones y características exactas, pues

el artista es libre para destacar aque-llos elementos con los que más sin-toniza. Teniendo en cuenta que el ob-jeto de análisis es la pintura y no la fo-tografía, el análisis del retrato Raveryfue hecho mucho más por su aspec-to craneoscópico que por su aspec-to craneométrico, o sea, se investi-garon las características fisionómicassalientes, sin someterlas a medidas li-neares o angulares rigurosas.

El retrato Raveryy la réplica del cráneo

43Ivo Antônio Strobino, fms

proporciones craneométricas del ros-tro del difunto.

La realización de la contrapruebafue encomendada al comienzo delaño 2009. El resultado del análisis fuepublicado el 16 de junio de 2009 yconsta en el protocolo pericial nº

24136/09 del Laboratorio de Antro-pología Forense de Brasilia. Dichoprotocolo está firmado por el Dr.Malthus y por otro miembro de suequipo, el médico legal Dr. CristoferDiego Beraldi Martins. Ofrecemos acontinuación algunos puntos de estetrabajo.

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Indicación de los puntos de visible concordancia

2. PROBABILIDADES

Se podría plantear la hipótesis de queen la época del Fundador, en la regiónen que vivió, otras personas tambiénpodrían haber tenido algunas de esascaracterísticas faciales sobresalientesy que, en ese caso, la réplica del crá-neo pudiera ser no de Marcelino, sinode alguna otra persona. ¿Cuál es laprobabilidad de que haya sucedidoesto? Aplicando el cálculo de proba-bilidades (que no integramos en este

artículo) resulta que la posibilidad deencontrar otra persona con las mis-mas ocho características faciales se-ñaladas es de apenas 1,05%

Incorporando esta probabilidad, elprotocolo pericial del Dr. Malthus y suequipo concluyó con esta afirma-ción: por aproximación, hay unaprobabilidad de 98,95% de que laréplica del cráneo analizado, es dela misma persona representada enel retrato Ravery.

La foto Arnaud, el retrato Ravery y el cráneo de Champagnat44

1. OCHO SEMEJANZASSALIENTES

El cráneo fue fotografiado desde elángulo más próximo posible al del re-trato de Ravery. La foto del cráneo yel retrato Ravery cuando fueron co-locados uno al lado del otro, presen-tan semejanzas en ocho puntos ca-racterísticos importantes:

1. en la depresión frontal mediana;2. en la forma general del cráneo;3. en la forma del mentón;4. en la proporción entre los tercios

frontales;5. en la hipoplasia sinusal y en el pro-

nunciamiento zigomático;6. en el contorno de la base mandi-

bular y de su ángulo;7. en el aspecto de los arcos supra-

orbitarios y del entrecejo;

8. en la proporción cráneo-facial.

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45Ivo Antônio Strobino, fms

Este resultado nos ofrece la seguri-dad de que la réplica del cráneo no esfalsa ni abusiva, validando, por lotanto, el análisis hecho a partir de lamisma.

CONCLUSIÓN

La descripción de los trabajos delanálisis técnico y científico del Labo-ratorio de Antropología Forense deBrasilia, relativos a la comparación delcráneo de Champagnat con la fotoArnaud, descripción que se integra enel tema general de la iconografía delFundador, hay que considerarla máscomo un capítulo de la historia ma-rista en busca de nuevos elementosreveladores de la personalidad hu-mana de San Marcelino.

A falta de un registro fotográfico au-téntico del Fundador, muchas fueronlas imágenes que se difundieron de él,a lo largo de la historia casi bi-secularde la Congregación, tanto las que de-rivan del retrato Ravery como las queprovienen de la imaginación de los ar-tistas. Estas últimas, sin duda, porqueparten de la subjetividad del autor, sonmenos auténticas y más inciertas.

El descubrimiento de la foto Arnaudsuscitó interés y curiosidad porque enel caso de que se hubiese reveladoauténtica, hubiera sido un cuadroobjetivo del Fundador. Pero a no serque surjan nuevos elementos, por elmomento, el protocolo pericial técni-co descarta la imagen daguerrotipo,objeto de nuestro estudio. La foto Ar-naud, no es una fotografía de Mar-celino Champagnat en su lecho demuerte.

Este resultado negativo no debe serconsiderado decepcionante. Asícomo de Jesucristo y de Nuestra se-ñora tenemos apenas la imagen ide-alizada en nuestros corazones, pin-tada con los colores de nuestra de-voción y con los matices que capta-mos en los Evangelios, así tambiénsucede con la imagen de nuestroFundador. Estamos llamados a re-tratarlo subjetivamente, dando énfa-sis a los aspectos salientes de su per-sonalidad humana y espiritual. Es enla contemplación amorosa donde suimagen se irá delineando para nos-otros. Así, en esta lógica, podemos fi-nalizar con este versículo evangélico:“Señor, muéstranos al Padre, queesto no basta”. (Jn 14,8)

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62 A.F.M. 213/ 16 p. 21. 63 Al parecer, ha desaparecido.64 A.F.M. 213/16. Los Anales del hermano Avit (Annales de l’Institut t.1, p.175 § 149-152 aluden ex-

tensamente a esta descripción pero no mencionan las invocaciones marianas del santuario.

47

Para la mayoría de los hermanosmaristas, Josep Ravéry (o Ravery) esun pintor de un solo cuadro: el retratode Marcelino Champagnat difunto,cuyo original lo comenzó el 6 de juniode 1840, fecha de la muerte del fun-dador, y lo terminó a principios de1841. En realidad, dicho señor ya habíatrabajado de forma destacada para elInstituto en 1836. Podremos compro-bar cómo algunas huellas notables desu obra subsisten hoy en día.

1. JOSEPH RAVÉRY Y EL PROGRAMAICONOGRÁFICO DEL P. CHAMPAGNAT

Josep Ravéry, cuya vida transcurre en-tre el 6 de octubre de 1800, fecha desu nacimiento y el 26 de julio de 1868,fecha de su muerte, trabajó bastantepronto para el P. Champagnat. LosAnales del Hermitage62 hacen men-ción de “un cuadro de Cristo pintado

sobre lienzo, situado en el comedor,que tiene 1,35 m. de alto y 1,07m. deancho y que ha sido realizado por elSr. Ravéry, pintor de Saint Chamond,encargo solicitado por el P. Cham-pagnat para el comedor de los her-manos de La Valla, si bien ha perma-necido siempre en el comedor de N.D. de l’Hermitage”63.

El Sr. Ravéry tenía sin duda, una granexperiencia y una sólida reputacióncuando en 1836 decoró la nueva ca-pilla del Hermitage. Oportunidad apro-vechada por el P. Champagnat paratransmitir su mensaje espiritual a tra-vés de la decoración. Ésta reflejabaasimismo el éxito material y simbólicode su obra, ya que, con la ayuda debenefactores, podía dedicarle canti-dades significativas.

En los Anales del Hermitage,64 el her-mano Francisco nos describe esta de-coración de la que no queda ningúnvestigio:

UNA VISION DE LA OBRA DE RAVÉRY

D O S S I E R

André Lanfrey fms

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65 Ésta no es ciertamente obra de Ravéry. Parece que era de un valor mediocre, dado que el her-mano Avit señala en el § 160 que, poco después, el Sr. Gourdias, párroco de San Policarpo, parroquia deLyon, hizo un donativo de un nuevo Vía Crucis que bendijo él mismo.

66 Ciertamente, un efecto.67 El hermano Avit precisa que “en el medio del templo hay dos rosetones pintados: uno a la dere-

cha y otro a la izquierda. En medio de la nave de los hermanos, así como en medio de la parte destina-da a los de fuera hay también pintado al fresco un gran rosetón en medio del techo”.

29

Detalle significativo que no tiene nadaque ver con Ravéry, pero que da alHermitage una impronta claramenteconventual.

“La parte de la capilla destinada a los de fuera, está separada (de la de los hermanos) por una balaustrada de 2,60 m. de altura, compuesta por paneles sólidos hasta la altura de apoyo y rematada con barras lisas y en punta”.

48 Una vision de la obra de Ravéry

fms Cuadernos MARISTAS

“El Sr. Ravéry, pintor de St. Chamond y amigo de la casa, realizó las pinturas con las que está adornada. Doce columnas de estilo corintio al fresco, con una cornisa que destaca por encima, embellecen el santuario(es decir, el coro). Entre cada columna figuran medallones, pintados al fresco, con invocaciones de las letaníasde la Virgen, representadas bajo formas simbólicas. Del lado del evangelio (a la derecha de los asistentes): 1º, Foederis Arca : el Arca de la Alianza; 2º, Rosa mystica : una hermosa rosa; 3º, Regina martyrum: unacorona real situada entre dos palmas entrelazadas en una corona de rosas; 4º, Turris Davidica: una torre; 5º, Auxilium christianorum: una cruz y una espada ligadas. Del lado de la epístola: 1º, Janua coeli: una puerta abierta; 2º, Stella matutina : una estrella; 3º, Reginavirginum : dos lirios enlazados en una corona de rosas, con una paloma en la parte superior; 4º, Sedessapientiae : un hermoso trono coronado con una paloma; 5º, Consolatrix afflictorum : una cepa cargada defruta que trepa sobre una cruz.

En el centro del templo, detrás del altar, hay un cuadro grande que representa la Asunción de María, pintadosobre lienzo por el Sr. Ravéry. En la parte superior del cuadro figura un crucifijo, al fresco, con dos ángeles enactitud de adoración. En el mismo nivel, del lado de la epístola, se encuentra la estatua de la Santísima Virgen,la misma de la antigua capilla y del lado del evangelio, la de San José, en madera dorada, comprada asimismopor el P. Champagnat. En la parte inferior de cada lado del cuadro están todavía, la estatua de San LuisGonzaga, en el lado de la epístola y la de San Francisco Javier, en el lado del evangelio.

El espacio que conforma la nave, así como el reservado para los de fuera de la comunidad, está decorado con15 columnas jónicas; en su parte superior figura una cornisa del mismo orden. Entre cada columna hay uncuadro del via crucis65. A cada lado y en la parte inferior de la capilla, por encima de la cornisa, hay unaguirnalda de rosas en forma arqueada y pintada al fresco.

La nave está iluminada, a cada lado, por dos ventanas en forma de arco y el coro lo está sólo por un lado; enel otro hay una ventana pintada66. El techo de la capilla es de yeso y en forma de bóveda, sostenida porcimbras de madera en forma de arco. “Por encima del altar, el Espíritu Santo está pintado al fresco sobre unfondo azul, rodeado de un gran círculo de gloria” 67.

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Lo esencial del mensaje espiritualestá reflejado en el coro. Según el ejevertical, figuran el Espíritu Santo, elcrucifijo, la Asunción y el altar. En elcentro del eje horizontal está la Asun-ción rodeada por todos los lados demedallones inspirados en las letaníasde la Santísima Virgen.

Está claro que el P. Champagnat noescogió aleatoriamente las doce in-vocaciones entre las 45 de las leta-nías. Se puede comprobar fácilmen-

te cómo se acoplan, dos a dos y seasocian en una especie de gradaciónmística que encuentra su máxima ex-presión en la Asunción. El cuadro si-guiente nos permite visualizar esta or-ganización. La interpretación de estemensaje con ricas connotacionessimbólicas resulta más delicada. A losumo, se puede señalar que estas in-vocaciones se basan en símbolos deautoridad (reina, trono, torre, arca…),de compasión (consoladora, ayuda,puerta), de belleza (rosa, estrella).

André Lanfrey, fms 49

mayo2011

De este modo, la Asunción, punto deencuentro de los ejes vertical y hori-zontal, al unir simbólicamente la tie-rra y el cielo, parece expresar una es-piritualidad de Champagnat, que sinser sorprendente, me parece poco

presente en los textos maristas. Esllamativo, por ejemplo, que Cham-pagnat no haya conservado ningunainvocación de María como Madre,mientras que las invocaciones de lasletanías muestran 9 invocaciones

ASUNCIÓN

Lado de la epístola Lado del evangelio

Janua Cœli(puerta abierta)

¿María, garantía de nuestra salvación?

Foederis Arca(arca de la alianza)

Stella Matutina(una estrella)

¿María, guía y modelo ideal?

Rosa Mystica(una hermosa rosa)

Regina Virginum(lirio, corona, paloma)

¿María, copartícipe en la Redención?

Regina Martyrum (corona de rosas y plantas)

Sedes Sapientiæ(trono sobrevolado por una paloma)

¿María, partícipe en la Encarnación?

Turris Davidica (una torre)

Consolatrix Afflictorum (viña entrelazando una cruz)

¿María mostrando la cruz comofuente de fecundidad y de victoria?

Auxilium Christianorum (una cruz y una espada unidas)

Page 52: Cuadernos Maristas 29

29

que comienzan con “Mater”. Ha ob-viado asimismo 7 invocaciones quecomienzan con “Virgo”. Parece quedesea ofrecernos una espiritualidadmariana activa y mística a la vez.

2. OTRAS OBRAS DE RAVÉRY

François Gonon, en “Nuestro AntiguoSaint-Chamond,” 1944: escribe: “… elpintor Ravéry, a quien se debe la de-coración interior de la capilla de lospenitentes7 (los cuatro paneles de lasparedes son ciertamente, suyos). Hadejado algunos cuadros no carentesde mérito”. Sin duda, esos cuatro paneles de la ca-pilla de los penitentes, se han conser-vado, aunque no sabemos dónde. Encualquier caso, el sitio de internet delinventario general del patrimonio (sitioPalissy), menciona varias obras de Ra-véry en la ciudad de Saint Bonnet-le-Château, no lejos de Saint-Étienne.

2.1 - Una adoracióndel Santísimo Sacramento por ángeles69

Es un cuadro de 88 cm. de alto por66 cm. de ancho. Presenta una cus-todia en el cielo, rodeada de cabezasde angelotes, y por debajo un grupode cuatro ángeles: dos están en ora-ción, otro lanza flores y el últimopone incienso en un incensario.

2.2 – La Trinidad sobre un lugarde peregrinación no identificado

Se trata de un cuadro del mismo ta-maño que el anterior. En el aire figu-ran: a la izquierda, Cristo con sucruz; en el centro, el Espíritu Santo enforma de una paloma y a la derecha,el Padre, representado como un an-ciano, con el globo del mundo y el ce-tro. En una nube, a los pies del Padrey del Hijo, hay unas cabezas de an-gelotes. En la parte inferior del cua-dro, el primer plano presenta un río;en el segundo hay una llanura dondeestá construida una iglesia y en el ter-cero, dos montañas en forma deconos. Las iniciales “JR 1838” figuranen el cuadro.

2.3 - Entrega del escapulario a San Simón Stock

en presencia de Santa Teresa deJesús. Sus dimensiones son impre-sionantes: 2,56 m de alto por 2,06 mde ancho. Mientras que la Virgen en-trega el escapulario, el niño Jesús, enel regazo de su Madre, tiende el bra-zo a la santa. La escena tiene lugar enun paisaje que representa un con-vento, delante del cual pasa un ríoatravesado por un puente.

Según el libro de cuentas del hospi-tal de Saint Bonnet-le-Château, estecuadro fue encargado por las cofra-

50 Una vision de la obra de Ravéry

68 Destruido en 1965.69 Para estos tres primeros cuadros, ver el anexo al final del artículo.

fms Cuadernos MARISTAS

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André Lanfrey, fms 51

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Documentos Ravéry CONTRATO DE MATRIMONIO70

70 Archives notariées, fonds Malassaguy, notaire à Rive-de-Gier (Archives Départementales de laLoire, 5E_VT 1067DEM_8366)

días. Costó 220 F y fue pintado porRavéry, quien asimismo firmó “Ravéry,1836” en el cuadro. El marco fue re-alizado y pintado por el mismo artis-ta en septiembre del mismo año.

2.4 - El Bautismo de Cristoperteneciente a un retablo del con-junto del baptisterio de la Colegiatade Saint Bonnet-le-Château, el mar-co se ha montado sobre el retablo.Dimensiones: altura: 129, 5 cm; an-chura: 116, 5 cm. Está firmado como:“Ravéry, hijo, 1839.”

2.5 - El retablo mencionado, fechado en 1676, esprobablemente el trabajo de PierrePeyreyron, escultor de Monistrol-sur-Loire. Es de madera. Sus dimensionesson de 2,40 metros de alto por 2,44m de ancho. Para instalarlo en el bap-tisterio en 1838, Ravéry, que dirigió elconjunto de trabajos de la decoraciónde la iglesia en aquella época, re-construyó los bajos, reemplazó ypintó el borde de falsa madera.

2.6 - La adoración de los pastores

lienzo de 2,12 m ancho por 1,57 m dealto. El autor, del siglo XVII, es desco-nocido, pero el marco, similar al de laentrega del escapulario a San SimónStock es, sin duda, obra de Ravéry.

CONCLUSIÓN

Este inventario muestra, por tanto,que Ravéry fue un activo decoradorde iglesias en los años en que el P.Champagnat construía la casa delHermitage. Parece haber sido, nosólo pintor, sino también un contra-tista en decoración, utilizando pro-bablemente los servicios de un equi-po, sin realizar él mismo todos los tra-bajos que ha firmado. Las obras su-yas que hemos mencionado, revelantal vez una pequeña parte de su tra-bajo. En particular su talento de re-tratista sólo nos es conocido por elretrato de Marcelino Champagnat,pintado el 6 de junio de 1840.

“Ante François Mallassaguy y sus colegas, notarios residentes en Rive de Gier (Loira).” En el año mil ochocientos veinticuatro y a treinta y uno de enero, Comparecen: de una parte, Joseph Ravéry, pintor, hijo mayor de Pierre Ravéry, de la misma profesión, y de la Sra. Hélène Montfouilloux, que vive con su padre y su madre en St Chamond, plaza de San Pedro; y de otra parte, Jeanne Garon, hija mayor y legítima de Jerôme Garon, propietario, y de Fleurie Foiras, que vive con su padre y su madre en el lugar de Treyve, municipio de Longes y Treyve; quienes, con el parecer y el consentimiento de sus padres y de sus madres aquí presentes, han hecho y adoptado el acuerdo de su futuro matrimonio como sigue:

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El Señor Joseph Ravéry y la señorita Jeanne Garon, someten sus propios bienes y mobiliario al régimen decomunidad, debidamente establecido, permaneciendo exceptuados los que les podrían caer en suerte.

Las pertenencias de la Señorita, futura esposa, consisten en:

1 ° Su vestuario, estimado amigablemente por las partes en la suma de quinientos francos, y a la disolucióndel matrimonio por el fallecimiento previo del futuro cónyuge, ella podrá tomarlo en especie o reclamar el valorestimado, quedando el susodicho, Sr. Joseph Ravéry, responsable del valor especificado, sin que hayanecesidad de otra actuación desde el día de la celebración del matrimonio;

2° y en la ventaja que le será asegurada por su padre:

“A favor de este matrimonio, Jérôme Garon, ha hecho donación (entre vivos e irrevocable) a su hija, pero aimputar sobre su futura herencia, de una suma de mil francos de plata.” De esta suma, cien francos han sidoentregados al futuro esposo que los ha retenido en su poder, acusando recibo y se encarga desde estemomento de su futura esposa. El superávit de esta suma de mil francos será pagado por el donante, según se ha comprometido, a razón de 100 francos al final de cada año, desde la presente fecha.

Como prueba del afecto que tienen hacia su hijo Joseph Ravéry y bajo su autoridad, le hacen donación entrevivos e irrevocablemente, de una casa y jardín, de los cuales Hélène Montfouilloux es propietaria. La casa está ubicada en Saint Chamond, plaza de San Pedro y limita al este con la plaza pública, al sur con la calle de San Pedro y al oeste y al sur con la casa de los denominados Perat y Gagnol. Esta casa, que consta de entresuelo y un sótano, una primera planta y un granero encima, tiene un ingresoanual de 150 francos, y el jardín, situado en el lugar de la Cruz de Beaujeu, municipio de Saint Chamond, está limitado al este con un terreno del Sr. de Montdragon, al sur con la viña del Sr. Souchon, al oeste con el jardín del Sr. Corrompt (?) y al norte con la plaza de la Cruz de Beaujeu y tiene un ingresoanual de 50 francos.

Como muestra de cariño a su futura esposa, el futuro esposo le hace, por estos presentes, donación entre vivos e irrevocablemente, de una casa y un jardín, del cual acaba de ser beneficiario, pero la mencionada no podrá disfrutar del efecto de esta disposición hasta después del fallecimiento del susodicho Sr. Joseph Ravéry y el fallecimiento de los dos esposos: Ravéry y Montfouilloux, que se reservan expresamente el disfrute durante su vida.

Hecho pues, el documento se ha pasado a la lectura en Rive de Gier, en el estudio del Sr. Mallassaguy. Después de la lectura, las partes, menos la madre de la futura esposa, han firmado con el notario receptor.Dicha señora no ha firmado por no saber hacerlo, como ella así ha declarado.

Joseph Ravéry 71 Jeanne GaronPierre Ravéry, Jérome Garon, élène Monfuollio (sic)

Guauttier Mallassaguy

71 Ver más tarde, en un anexo, la reproducción de las firmas.

Una vision de la obra de Ravéry52

fms Cuadernos MARISTAS29

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Lunes, a 27 de julio de 1868.

Fallecimiento del Sr. Ravéry, esposo de Mme. Garon, de 68 años. El Sr. François Marie Butavand receptor y (¿) de los hospicios civiles de esta ciudad, de 45 años, calle de la Fondrière, casa Ravéry Nº 9 y el Sr. Laurent Girard, conserje y ordenanza del Ayuntamiento, de 45 años, calle grande, casa de Tomas núm. 77, sin parentesco: han declarado que Joseph Ravéry, natural de Saint Chamond, hijo de los difuntos Pierre Ravéry y Helene Montfouilloux, nacido el 6 de octubre de 1800, esposo de Jeanne Garon, terrateniente, ex pintor, de 68 años de edad, ha fallecido el domingo 26 de julio, a las 4 horas de la mañana, en el domicilio conyugal, calle de la Fondrière, num. 9.

Nombre: Ravery Jean Joseph

Profesión: rentista

Lugar de defunción: Saint Chamond

Edad: 68 años

Fecha: 26 de julio 1868

Esposo de Jeanne Garon

Herederos: Garon Jeanne y Lucie Ravéry

Bienes declarados:

valor del mobiliario: 385 F

ingresos de los inmuebles: 400 F

“Ravéry, Jean Joseph, falleció el 26 de julio de 1868, esposo de Jeanne Garon. El 20 de enero de 1869 comparecieron: 1° La Señora Jeanne Garon, viuda del difunto,

ama de casa en Saint Chamond…2° El Sr. M. François Marie Butavant, recaudador

de los hospicios de Saint Chamond actuandocomo esposo de la Sra. Fleurie Lucie Ravéryque vive con él, pero que no deseacomparecer si no es para satisfacer los pagos debidos al tesoro…

Total de los bienes gananciales: 8385 F.

FALLECIMIENTO DE JOSEPH RAVÉRY72

En la lista alfabética de sucesiones yausencias (A. D. de la Loire, 3Q 6892).

En el registro (A.D. de la Loire 3Q6720 p. 54 lado 115)

72 Estado civil del ayuntamiento de Saint Chamond.

53André Lanfrey, fms

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FALLECIMIENTO DE JEANNE GARON, SU ESPOSA73

SUCESIÓN BUTAVANT

Nombre: Garon Jeanne, Sin profesiónLugar del fallecimiento: St ChamondEdad: 82 añosFecha: 31 de octubre de 1883

Viuda de Ravéry JosephHeredera: su hija Ravéry Lucie, de St Chamond

En alteraciones por fallecimiento (A.D. de la Loire, 3Q 6734 p. 91).Sucesión directa de Garon Marie, viuda de Ravéry, fallecida a St. Chamond el 31 de octubre de 1883 a los 82años”… “deja por única heredera de derecho a su hija Ravéry Lucie esposa del Sr. Butavant.”Su dote está estimada en 77 F. Inmuebles 1. Una casa y jardín en la calle Ardaillon, 9. Renta de 500 F.; la mitad para la sucesión: 250 F. 2. Una casa en la Plaza de San Pedro, nº 11, propiedad de la difunta. Renta: 200 F. Capital 9000 F.

Declaración de transmisión de herencia por fallecimiento (A.D. de la Loire, 3Q 6759). Declaración del 23 deoctubre de 1900, nº 60. Sucesión de la Sra. viuda de Butavant.

La abajo firmante, Augustine Francine Didier, célibe, mayor de edad, sin profesión, domiciliada en SaintChamond, calle de Lyon, actuando en calidad de heredera universal, declara que la Sra. Ravéry Lucie Fleurie,de 72 años, viuda del Sr. François Marie Butavant, sin profesión, con domicilio en Saint Chamond, calle deLyon, ha fallecido en su domicilio el 12 de mayo de 1900. No ha dejado ningún heredero a tener presente y por su testamento recibido por el Sr. M. Cartier, notario deSt. Chamond, el 4 de mayo de 1900, ha establecido como su heredera universal a la Srta. Didier, declarante.

La herencia incluye: Muebles de acuerdo con su estado, estimados en 160 F.Un inmueble situado en Saint Chamond, calle de Lyon, que consiste en una vivienda y jardín, de alrededor de1.300 m2, no arrendados.Ingresos: 800 F. Capital: 16.000 F.Total: 16.160 F,La declarante afirma, sincera y verdaderamente, bajo las penas de la ley, la presente declaración contenida enuna página.

St Chamond, a 23 de octubre de 1900.Agustine Didier.

73 Tabla alfabética de sucesiones y de ausencias (A.D. de la Loire, 3Q 6896)

Una vision de la obra de Ravéry54

fms Cuadernos MARISTAS29

Page 57: Cuadernos Maristas 29

“ No terminaríamos la enumeración de nuestros notables de Saint Chamond. Citemos al azar y en pocaspalabras: El molinero Terrasson, gran mago y gran orador de clubes en 1848, su amigo el pintor Ravéry; elapuesto Butavand, oficial de la Guardia Nacional…

Pierre Ravéry, pintor y Hélène Montfouilloux, viven en Saint Chamond, tienen por hijo a Jean Joseph Ravéry,nacido en 1800. En 1801 nace Jeanne Garon, su futura esposa. Jean-Joseph Ravéry, pintor, se casa el 26 de julio de 1824 con Jeanne Garon, hija de Jérôme Garon, propietario en Longes y Treyves, y de Fleurie Foiras.

En 1828 nace su única hija: Fleurie Lucie Ravéry.

En 1836 Ravéry decoró la capilla de l’Hermitage, cerca de Saint Chamond.En 1836-39 Joseph Ravéry ejecutó importantes trabajos en Saint Bonnet-le-Château.

En una fecha no bien determinada, hacia 1848, Fleurie Lucie se casó con François-Marie Butavant, ordenanza de los hospicios de Saint Chamond.

Fallecimiento de Joseph Ravéry el 26 de julio de 1868.

Fallecimiento de Jeanne Garon, esposa de Ravéry, el 31 de octubre de 1883.

Fallecimiento de François Marie Butavant en Saint Chamond, el 8 de marzo de 1900.

Fallecimiento de Fleurie Lucie Butavant-Ravéry, el 12 de mayo de 1900 en Saint Chamond. Augustine Didier, al parecer, su sirvienta, fue nombrada su heredera universal.

RESUMEN GENEALÓGICO DE LA FAMILIA RAVÉRY-BUTAVANTDe la información proporcionada por los archivos del departamento del Loira

74 Informaciones amablemente facilitadas por el H. Dominique Murigneux, natural de Saint Chamond.

55André Lanfrey, fms

RAVÉRY EN LA LITERATURA DE ST CHAMOND74

Stéphane Bertholon, “Historias de Saint Chamond, 1927 ”.

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Anexos

ANEXO 2 Los cuadros de St Bonnet le Château

Departamento: 42 Referencia: IM42000490

Lugar del estudio: Saint-Bonnet-le-Château

Edificio que contiene: castillo fortificado, convento de las Ursulinas y hoy hospital (Ref IA42000267).

Título normal: Cuadros (2): La Trinidad sobre un lugar de peregrinación. Adoración de la Custodia por los ángeles.

Título de la obra: La Trinidad sobre un lugar de peregrinación; Adoración de la custodia por los ángeles.

Cartografía: Lambert 3 X = 0735470 Y = 0348620

Estado jurídico: Propiedad de un establecimiento público

Dossier del inventario topográfico establecido en 1996-1997 por Ducouret Bernard; Monnet Thierry (c) Inventario general, 1996.

DESCRIPCIÓN

Categoría técnica: pintura

Estructura: rectangular-vertical

Materiales y técnica: tela (como soporte): pintura al óleo.

Descripción: marco añadido

Representación y ornamentación: Paisaje (Río, montaña, iglesia, peregrinación);

La Trinidad en el aire, angelote, ángel, custodia, flor.

Una vision de la obra de Ravéry56

ANEXO 1 Las firmas del contratode matrimonio Ravéry - Garon

Extracto del acta de matrimonio deJoseph Ravéry con Jeanne Garon,el 26 de julio de 1824. Debemos ob-servar que ni Joseph Ravéry ni supadre Pierre han puesto el acentosobre sus apellidos, mientras queotros textos sí lo llevan: “Ravéry.”

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Trinidad sobre un lugar de peregrinaciónJean-Marie Refflé, Eric Dessert © Région Rhône-Alpes,

inventaire général du patrimoine culturel, 1997ADAGP n° 97420472 XA

57André Lanfrey, fms

Motivo del primer cuadro: La Trinidad en los cielos por encima de un lugar de peregrinación no identificado.

Motivo del segundo cuadro: Custodia en el cielo rodeada de cabezas de angelotes y, por debajo, un grupo de cuatroángeles de los cuales dos están orando, otro arroja flores y el último pone incienso en un incensario.

Dimensiones: dimensiones del marco: alto = 88, ancho = 69,

Estado de la obra: Un pequeño agujero en la parte inferior del cuadro de la Trinidad.

Marcas e inscripciones firma (pintada, monograma sobre la obra). Fecha (pintada sobre la obra) firma y fechasobre los dos cuadros: JA. 1838

HISTORIA Autor(es) : Ravery J. : ¿ ? Lugar de ejecución: Rhône-Alpes, 42, Saint-Chamond (¿ ?) Fecha: 2e cuarto del siglo XIX, 1838 Las iniciales J.R. corresponden probablemente a las de Ravéry, pintor de Saint Chamond, a quien fue encomendada en1836 otra obra para el mismo hospital (cf. dossier)

42 SAINT BONNET LE CHÂTEAU FORTALEZA - CONVENTO - HOSPITAL convento de las Ursulinas CUADROS (2) La Trinidad sobre un lugar de peregrinación y Adoración de la custodia por los ángeles.

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42 SAINT BONNET LE CHATEAU FORTALEZA - CONVENTO - HOSPITAL convento de las Ursulinas CUADROS (2) La Trinidad sobre de un lugar de peregrinación y Adoración de la custodia por los ángeles.

Adoración de la Custodia por los ángeles

Jean-Marie Refflé, Eric Dessert © Région Rhône-Alpes,inventaire général du patrimoine culturel, 1997ADAGP n° 97420474 XA

Departamento: 42 Referencia: IM42000491

Lugar del estudio: Saint-Bonnet-le-Château

Ayuntamiento: Saint-Bonnet-le-Château

Edificio que contiene: Fortaleza - convento de las ursulinas. HOY hospital Referencia: IA42000267Emplazamiento: Capilla grande. Coro de las religiosas.

Título normal: Cuadro: Entrega del escapulario a San Simón Stock en presencia de santa Teresa de Ávila

Título de la obra: Entrega del escapulario a San Simón Stock en presencia de Santa Teresa de Ávila.

Cartografía: Lambert3 x = 0735470 Y = 0348620

Estado jurídico: Propiedad de un establecimiento público.

Para señalarDossier del inventario topográfico establecido en 1996-1997 por Ducouret Bernard; Monnet Thierry (Inventario general, 1996)

Una vision de la obra de Ravéry58

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Page 61: Cuadernos Maristas 29

Entrega del escapulario a san Simón Stock en presencia de Santa Teresa de Ávila.

Jean-Marie Refflé, Eric Dessert © Région Rhône-Alpes,inventaire général du patrimoine culturel, 1997

ADAGP n° 97420508 PA

59André Lanfrey, fms

DESCRIPCIÓN

Categoría técnica: Pintura

Estructura: Rectangular- vertical

Material y técnicas: Lienzo como soporte: pintura al óleo.

Descripción: Cuadro añadido

Representación y ornamentación: Entrega del escapulario a San Simón Stock mientras que el Niño,

sobre las rodillas de la Virgen, extiende los brazos hacia Santa Teresa de Ávila. La escena se desarrolla en un paisaje que representa un convento delante del cual pasa un río franqueado por un puente

Dimensiones: alto = 256 ancho = 206: dimensiones de la cara del cuadro.

Estado de la obra: mancha en el hábito de la religiosa.

Marcas e inscripciones: Firma (pintada sobre la obra); fecha (pintada sobre la obra), firma y fecha RAVÉRY, 1836

HISTORIA

AUTOR(es): Ravéry: pintor

Lugar de ejecución: Rhône-Alpes, 42, Saint-Chamond (¿-?)

Fecha : 2º cuarto de siglo 19, 1838

Según el libro de contabilidad de la capilla del hospital, este cuadro, dicho de Nuestra Señora de Monte Carmelo, ha sidoencargado por las “cofradías”, ha costado 220 francos y ha sido realizado por un pintor de Saint Chamond llamado Ravéry.El marco ha sido fabricado y pintado por el mismo artista, a petición del encargado, en septiembre del mismo año.

42 SAINT BONNET LE CHATEAU CHATEAU FORT - CONVENTO - HOSPITAL convento de las Ursulinas CUADRO Entrega del escapulario a san Simón Stock en presencia de Santa Teresa de Ávila

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60 Una vision de la obra de Ravéry

DOCUMENTACIÓN

A.D. Loire, 34 J, entrada 548, n° 24: Diario de recetas y gastos de la iglesiadel hospicio de Saint-Bonnet-le-Château, Septiembre de 1836. A.H. Saint-Bonnet-le-Château: Registro de ingresos y de gastos de la igle-sia (1860-1909), noticia añadida a la cabeza del registro

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LAS FAMILIAS NEYRAND-THIOLLIÈRE-DUGAS-DE BOISSIEU

Aunque la literatura marista a vecestenga tendencia a afirmar que la obramarista ha sido milagrosa y que seha formado con la única ayuda de laProvidencia, el P. Champagnat y sussucesores se han beneficiado de nu-merosos apoyos. Por otra parte, elInstituto ha sabido recordar con fre-cuencia el papel de sus bienhecho-res, sobre todo rezando por ellos,aunque sobre este asunto no existeal parecer, ningún estudio global. Conocemos al Sr. Basson, el únicohacendado de Lavalla, consejero yamigo del Padre Champagnat75. Ade-más, en sus Anales del Instituto (t.1,

año 1840, § 680), el hermano Avit,después de detallarnos la lista de loseclesiásticos participantes en los fu-nerales del P. Champagnat, señala lade los laicos bienhechores: “Señores:Victor Dugas, Antoine Thiollière y Eu-gène su hermano, Antoine Neyrand,Richard-Chambovet76, Royer de laBastie y Montagnier-Gayot77, de laciudad de Saint-Chamond y bienhe-chor de la Sociedad de María” 78.En los mismos Anales (t. 1 p. 300 §659), el hermano Avit menciona lasayudas financieras recibidas por el P.Champagnat: del Sr. Antoine Thiollière100 000 F. según el hermano Stanis-las; de la Sta. Fournas, 70 000 F.; delSr. Boiron alrededor de 40 000 F79,del Marqués de Mondragón, almenos 6 000 F80. Menciona asi-

61

75 Vida, cap. 12 p. 129; OM2 doc. 754 § 14; Censo de Lavalla, 1815, archivos municipales. 76 En Lucien Parizot se cita (en los anexos) a los Richard y a los Chambovet sin precisar su situación. 77 Es un rico comerciante de Saint Chamond. (Lucien Parizot, La Révolution à l’oeil nu…, ediciones

Val Jaris, 1987, anexo 41 p. 337). 78 Se limita a copiar el acta de defunción y de sepultura. Ver Circulares, t. 1, p. 324. 79 Se trata sin duda del Sr. Boiron, cuyo caso se evocó delante de la Convención nacional el 8 de

marzo de 1794. Tonelero de oficio en Izieux, fue acusado de haber colaborado con los revolucionarios lio-neses en 1793. Ver Lucien Parizot, anexo n° 24 p. 326.

80 Ver Lucien Parizot, La Révolution à l’oeil nu…, p. 15: en 1768, Jean-Jacques Gallet de Montdragoncompró el marquesado de Saint Chamond; p. 32. Al inicio de la Revolución de Mondragon posee una‘molière’ muela (para el afilado de objetos cortantes y de armas) en el Pré-Château y un ‘maillot’ (forja)para fabricar palas y útiles agrícolas. También explota minas de carbón.

BIENHECHORES DEL P. CHAMPAGNAT Y DEL INSTITUTO

D O S S I E R

André Lanfrey fms

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mismo al párroco Sr. Dervieux, a losSres. Dugas, Génissieux, Neyrand,Montagnier, etc… “cuyas donacio-nes no se pueden precisar” 81.

La lista de las cartas del P. Champag-nat (hermano P. Sester y R. Borne,Roma 1987), nos da información devarios de ellos y sobre algunos otros.El Sr. Antoine Thiollière (1796-1876),maestro de forja en Saint Chamond,asociado a los Neyrand, es el queproporciona82 la información más do-cumentada. En 1834 funda con el Sr.Neyrand una escuela en Lorette paralos hijos de sus obreros (Anales delInstituto, t. 1, § 44). En 1837, según elhermano Avit (Anales t. 1, § 214), el 18de enero de 1837 el P. Champagnatle dirige un mensaje de asociaciónespiritual mostrando la cercanía delas relaciones entre ambos. (P. Ses-ter, Cartas 1, n° 85):

“Nos asociamos, si le parece bien, con usted y sufamilia, de una manera especial y particular encomunidad del bien y de las buenas obras que serealizan y que puedan realizarse en adelante”83

Seguirá con sus donaciones al Insti-tuto e instalará a los hermanos ma-ristas en la escuela de SaintMédar-en-Forez donde posee una re-sidencia. Con ocasión de su muerte,el hermano Louis-Marie lo tiene pre-sente en su circular del 29 de junio de1876; además, en una carta de pé-same, (RCLA, vol. 6 n° 6672) recuerda

a Eugène Thiollière, su hijo, todos losfavores recibidos por el Instituto.

De la Sta. Marie Fournas (1763-1833)se tiene también información (P. Ses-ter y R. Borne, Cartas II p. 223). Ellahizo donación de la casa de la GrangePayre al P. Champagnat.

El Sr. Victor Dugas (1783-1861), (Car-tas II p. 202-204) es, con su hermano,un gran industrial de la manufacturade bandas en Saint Chamond; al-calde, al menos desde 1819 a 1825, yuna persona muy dinámica.

El Sr. Génissieux (1788…), (Cartas II p.246) es el director de la “Compañía defundiciones y forjas” de Terrenoire, LaVoulte (valle del Ródano) y de Bessè-ges (Gard). Es un patrón animado deespíritu social. Por él, los hermanosmaristas se establecieron en Terre-noire, en 1832, luego en La Voulte en1837 y en Bessèges en 1854.

El Sr. Royer de la Bastie (1766-1849)es alcalde de Izieux desde 1808 a1829. Funda una escuela para los her-manos en 1838.

Cabe decir que, aunque de todos losbienhechores del P. Champagnat nose tenga información suficiente; cier-tamente de algunos mejor que deotros, los estudiosos maristas hancomenzado bien el trabajo de locali-zación.

62 Bienhechores del P. Champagnat y del Instituto

81 Sobre la vida en St. Chamond bajo la Revolución, ver Lucien Paizot, La Révolution à l’œil nu.L’exemple du Lyonnais vécu à Saint Chamond et en Jarez, edición Val Jaris, 1987.

82 P. Sester y Raymond Borne, Roma, 1987 t. 2, p. 493-496.83 Este tipo de asociación se practicaba entre personas privadas pero los conventos concedían asi-

mismo actas de asociación espiritual como el concedido al Sr. Courveille por el abad de la Trapa de Ai-guebelle (OM1/ doc. 153 p. 396)

fms Cuadernos MARISTAS

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LAS FAMILIAS NEYRANDY THIOLLIÈRE DESPUÉSDE CHAMPAGNAT

Las relaciones cordiales entre estasfamilias y el Instituto continuaron du-rante largo tiempo. Me ha llamado

especialmente la atención una cartadel Sr. Elisée Neyrand, alcalde deChevrières, localidad de la región‘las montañas del lionés’, incluida enlos documentos del proceso dioce-sano de canonización de M. Cham-pagnat84.

Esta manifestación insistente sobrela fe, el celo y el desinterés del P.Champagnat nos aporta un preciosotestimonio de la opinión que de él setenía en la sociedad de Saint-Cha-mond. Ciertamente, el regalo de uncrucifijo utilizado por Champagnat ala familia pone en evidencia los es-trechos lazos entre Antoine Thiollièrey el Fundador ya documentada por

la asociación espiritual evocada an-teriormente85.

En una segunda carta (nº 46) del 18de octubre de 1890, el Sr. EliséeNeyrand, menos preciso sobre lasvirtudes de Champagnat, hace unaestimación de la opinión que sobreél se ha conservado en la región:

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84 Testimonios sobre Marcelino Champagnat. Proceso diocesano, texto transcrito por el hermanoAgustín Carazo, postulador, Roma 1991, volumen II, apéndice I, Carta nº 16 p. 14.

85 Es poco probable que este crucifijo haya sido regalado por recomendación del P. Champagnat, re-ligioso desde 1836.

“El abajo firmante, Elisée Neyrand, alcalde de Chevrières, miembro del consejo del distrito de Montbrison(Loira), con 65 años de edad, certifico del modo más formal que, durante toda mi juventud, he oído hablar delsacerdote Champagnat como de un santo, que sólo pensaba en Dios y en su prójimo, para servirlo y serle útil,sin preocuparse nunca de su propia persona, y que practicaba la pobreza evangélica de una manera absoluta.Certifico que el Crucifijo ante el cual oraba en su habitación, está conservado y es venerado en mi familia comola reliquia de un santo.[…]

Chevrières, 6 de octubre de 1886.”

“Era yo demasiado joven cuando pude ver al Sr. Champagnat, una o dos veces lo más. Siempre oí decir queera un sacerdote muy santo, siempre oí hablar de él de forma muy elogiosa, aunque nunca oí contar sobre él algún hecho destacado del que yo haya conservado el recuerdo. Tuve siempre una grandeveneración por este hombre santo del que todos hablan con verdadera admiración en nuestros lugares, pero no puedo añadir más ya que mi edad no me ha permitido conocerlo personalmente”…

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El Sr. Eugène Thiollière86(carta nº 45)mantiene el mismo criterio que el Sr.Neyrand. El 17 de octubre de 1890 escribe:

“…Siendo niño en el momento de la muerte del P. Champagnat, no puedo decir nada de particular sobre su vida que no sea conocido por todos, sólo afirmar que mi padre lo ha conocido,lo ha estimado y ha guardado siempre su memoria con gran veneración…”

Por otra parte, los Anales de las ca-sas del hermano Avit aportan detallesinteresantes sobre los Neyrand y losThiollière como fundadores de la es-cuela de los hermanos de Chevrières,en los ‘montes del lionés’ y la de SaintMédard-en-Forez.

“…En la época de la que vamos a hablar,Chevrières, como la mayoría de los municipiosrurales, sólo había tenido maestros pocoinstruidos, poco metódicos y con frecuencia, pocoedificantes. Los Sres. Thiollière y Neyrand, aquienes nuestro piadoso fundador contaba entresus principales bienhechores, tenían el proyecto dearreglar esta situación. El primero había realizado este proyecto en St.Médard desde el año 184287. El segundo tomómedidas para llevarlo a cabo aquí en 1853.Primeramente, se puso de acuerdo con el Sr.Girardet, párroco de Chevrières desde 1847. Elacuerdo con nuestros superiores fue de viva voz yreferido sólo a dos hermanos. Éstos iban a dirigir laescuela municipal, que era de pago en gran parte”. Sigue el texto del acuerdo en 11 artículos

“En realidad el Sr. Neyrand pagó los gastos deinstalación y el mobiliario del personal. El resto,parece haber sido sufragado por el Sr. Cura”…Siguen extensas consideraciones sobre el funcionamiento de la escuela

En 1886, “el Sr. Neyrand, siemprecomo alcalde, tiene la intención demantener a los hermanos en una es-cuela libre, aun cuando le sea arre-batado el cargo municipal 88…”

Lo que sucedió. En Chevrières exis-te todavía una escuela católica. Loshermanos dejaron su dirección hacealgunos años.

EL PROBLEMA DEL CRUCIFIJO DEL P. CHAMPAGNAT

Habiendo hablado el Sr. Elisée Neyrandde un crucifijo del P. Champagnat re-galado a su familia, he querido buscareste objeto. Gracias a un cohermanode mi comunidad natural de Chevriè-res89 he podido entrar en contacto conel Sr. Bruno de Boissieu, emparenta-do con los Neyrand y actual propieta-rio del castillo de Chevrières. El Sr. deBoissieu me ha respondido que, enefecto, poseía un crucifijo del siglo XIXque gustosamente me regalaría.En la cita acordada, nos hemos dadocuenta en seguida de que las dimen-siones del crucifijo no podían corres-ponder al aludido por el Sr. Elisée

64 Bienhechores del P. Champagnat y del Instituto

86 Cuñado de Elysée Neyrand, hijo de Antoine Thiollière. 87 Saint Médard es conocido además como la parroquia del cura Jacquemont, jefe de un partido jan-

senista, siempre activo en el Forez a principios del siglo XIX (Ver Anales de la provincia del Hermitage).El Sr.Thiollière parece haber sido bastante exigente con los hermanos de su escuela.

88 Extracto de los Anales de las casas de la provincia del Hermitage: Chevrières 89 El hermano Michel Fatisson. Chevrières ha dado numerosos hermanos a la provincia del Hermitage.

fms Cuadernos MARISTAS

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Neyrand. Como contrapartida, el Sr. deBoissieu me ha prestado amable-mente un libro de la genealogía for-mada por la familia Neyrand y sus em-parentados: “Los Neyrand en las re-giones del Vivarais y de Lyon. Una fa-milia de maestros en forja”90, verda-dera fuente de informaciones sobreesta familia y sus socios emparentadosasí como sobre la industria de SaintChamond en el siglo XIX.

GENEALOGÍA DE LA FAMILIA NEYRAND

Según este documento, una ramasecundaria de los Neyrand, originariadel Ardèche, emigra a Jarez91 dondeJacques Neyrand (1659-1720) llega aser notario real en Longes, desde1695 a 1720. Tiene siete hijos entre loscuales Catherine, nacida en 1701, quese casa en 1723 con Nicolas Pleney,comerciante de Saint Julien-en-Jarez y luego negociante de clavos. Elúltimo hijo, Eustache (I), nacido en Lon-ges, cerca de Rive-de-Gier, se casa en1722 con Marie Burlat, de Saint Cha-mond, quien fallece muy pronto. Mar-cha a Avignon y luego a Nîmes dondecontrae nuevo matrimonio en 1732 conMarie-Anne Gélinet, hija de cirujano, dequien tendrá cuatro hijos. Su profesiónes entonces la de “comerciante dequincalla”. De regreso a Saint Chamond, a partirde 1740 explota en La Rive, (St. Julien-en-Jarez) una fundición92 que hace

prosperar y aún compra otras. Hacia1760 la clientela de la fundición se ex-tiende al sur de Francia y hasta Espa-ña. Acaba asociando a sus dos hijos:Eustache (II) (1737-1812) y Antoine, na-cido en 1738. Así pues, a principios delsiglo XVIII, emparentados con la fami-lia Pleney, los Neyrand se lanzan a lafabricación y al negocio de los clavos.

El 13 de octubre de 1767, Eustache II yAntoine Neyrand se casan con dos her-manas: Marie-Anne y Agathe Ravel, hi-jas de Jacques Ravel, rico fabricante debandas de Saint Etienne, “antiguo con-sejero municipal” y propietario de LaTerrasse, en el valle vecino al del Gier.Habiendo fallecido rápidamente Marie-Anne Ravel, Eustache II contrae en1773, nuevo matrimonio con Marie-Ma-deleine Buyet de Lyon. Tendrán nuevehijos. En cuanto a Antoine, sus tres hi-jos morirán de temprana edad.

La fundición de Lorette, cerca deSaint Chamond, que llegará a ser la fá-brica Neyrand, es adquirida en 1771.Los hermanos Neyrand compran asi-mismo minas de carbón y otras pro-piedades. En 1785 Eustache II y An-toine acceden a la nobleza.

En vísperas de la Revolución, la familiaNeyrand, en razón de sus actividadesy sus alianzas matrimoniales, estápues fuertemente instalada en las tresindustrias predominantes de la regiónde Saint Chamond: la fabricación declavos, las minas de carbón, la elabo-

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90 Volumen en formato A4, sin nombre de autor ni de editor, 2003, 353 p. 91 Región de Rive-de-Gier, cerca de Saint Chamond. 92 Taller metalúrgico que funde el metal y fabrica unas barras de hierro que los campesinos de la re-

gión transforman en clavos

Page 68: Cuadernos Maristas 29

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ración de bandas de paño. Los Ney-rand, los Thiollière, los Dugas93, gran-des bienhechores del Padre Cham-pagnat a principios del siglo XIX, cons-tituyen una especie de conglomeradopoderoso familiar e industrial a la vez.

Bajo la Revolución, los Neyrand sonprudentes. Aunque inscritos en las li-tas de la nobleza, en 1789, no partici-pan en la votación de los diputados alos Estados Generales. Sin embargo,en 1790, Eustache II aloja en su casade La Rive como fugitivos a Mons. d’A-viau94 y a su vicario general, el Sr. Ber-tholet (Sacerdote Lyonnet, Vida deMons. d’Aviau) antes de que prosigansu camino hacia Lyon y Chambéry.Como tantos otros, adquieren bienespertenecientes a la Iglesia95.

Lucien Parizot (p. 143) declara que An-toine y Eustache Neyrand, prefiriendoun régimen de liberalismo económicoal sistema anterior, se han adherido alas nuevas ideas. Ocupados en lagestión de sus negocios, dejan trans-currir las primeras etapas de la Revo-lución pero “cuando constatan que suvida, sus bienes y su libertad estánamenazados por una Revolución quese desborda, deciden tomar parte enella”. Eustache se hace elegir el 2 dediciembre de 1792 oficial municipal

del municipio de Saint Julien-en-Jarez en límite con Saint Chamond y seconvierte en uno de las personas másinfluyentes del municipio. Es de los queen 1793, rechazan el envío de tropaspara ayudar a un Lyon sublevado y el8 de agosto de 1793, declara oficial-mente su sumisión y la de su herma-no Antoine a la Convención Nacional(Lucien Parizot p. 144). Habiendo dadopruebas de lealtad política en el buenmomento, y siendo por otra parte,grandes beneficiarios de los encargosde la República en guerra (los clavosson necesarios para las botas de lossoldados y para la marina), los Ney-rand sobreviven a la Revolución graciasa su habilidad política y a la situaciónde una República en guerra que tienenecesidad de su industria. Asimismo,mediante regalos generosos, sabránapagar la desconfianza de los radica-les (L. Parizot, p. 169, 244)96. En 1793la compañía Neyrand hermanos yThiollière se sitúa con gran ventaja a lacabeza de las diez empresas fabri-cantes de clavos (L. Parizot, p. 234).Eustache II asocia a sus dos hijos a laempresa: Guillaume Neyrand-Colle-non en 1801 y André Neyrand-Buyet97

en 1809, vendiéndoles incluso unaparte de sus propiedades. Muere el 12de diciembre de 1812 a los 75 años. Enese momento, su fortuna se estima

66 Bienhechores del P. Champagnat y del Instituto

93 Manufactureros de bandas y de cintas. Están más próximos a los Thiollière que a los Neyrand. 94 Jacques-Olivier Boudon, Les élites religieuses à l’époque de Napoléon. Diccionnaire des évfêques et

vicaires généraux du Premier Empire, ediciones Nouveau monde/Fondation Napoléon, 2002, p. 52. Charles-François d’Aviau du Bois de Sanzay (1736-1826) es nombrado arzobispo de Vienne el 13 de septiembre de 1789.Habiendo rechazado el juramento constitucional, se exila a Italia en 1792 pero regresa a Francia desde 1797.

95 Lucien Parizot, op. cit. anexo 9 p. 312. 96 Los Dugas, otra familia de bienhechores de Champagnat, recibirán peor trato: en 1794 deben so-

portar la prisión y la extorsión de bienes por parte de Javogues, quien ejerce su dictadura en la región.(L. Parizot, p. 199-202).

97 El segundo nombre sirve para distinguir las dos familias. El Collenon es un afluente del Gier. Elnombre “Buyet” ha sido añadido para complacer al abuelo materno.

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en 1 422 300 F. A diferencia de su her-mano, no deja el recuerdo de una per-sona especialmente caritativa.

Antoine Neyrand98, es conocido enSaint Chamond por su gran caridad yreligiosidad. Está particularmente re-lacionado con el Sr. Dervieux, párrocode Saint Pierre, a quien ayuda para re-organizar La Charité (un hospicio).Proporciona fondos considerables alhospital. Con su esposa, mantiene unaobra de beneficencia que, entre otrasayudas, distribuye más de mil libras depan cada domingo. Durante los añosdifíciles de 1813-1817, su caridad no tie-ne límites. Ejerce asimismo un granprotagonismo para el restablecimien-to del culto en Saint Chamond.

En relación con el P. Champagnat,“Acudía constantemente en su ayudapara hacer frente a los gastos de fun-cionamiento de su Instituto; estos gas-tos eran gravosos pues el juniorado(sic) acogía a numerosos alumnos”. El documento “Los Neyrand en el Vi-varais y en el Lyonnais” (p. 35) señalarasgos interesantes de religiosidad:regala a la iglesia de Saint Pierre unarica custodia, y obtiene a cambio dosfavores: se cantará el ‘Inviolata’ (him-no mariano) cada vez que se la utilicey todos los jueves se dirá la misa delSantísimo Sacramento.

Es un fiel monárquico: el 24 de julio de1814, el rey Louis XVIII, apenas vuelto delexilio, le condecora con la orden de Lys.En 1824, es distinguido como caballe-ro de la orden real de la legión de ho-

nor. En una fecha no precisa, recibe lavisita del Conde de Artois, hermano delrey y futuro Charles X. Fallecido el 8 defebrero de 1830, es inhumado en SaintJulien-en-Jarez y su corazón es depo-sitado en una capilla de la iglesia deSaint Pierre de Saint Chamond.

LIBERALISMO, MONARQUÍA Y ACCIÓN SOCIAL

Los negocios de los Neyrand resul-taron más beneficiados que perjudi-cados por la Revolución. Aunque pú-blicamente manifestaron lealtad po-lítica hacia la República y luego haciael Imperio, su catolicismo y su mo-narquismo parecen haber permane-cido intactos. Los favores recibidosdurante la Restauración prueban quedebieron prestar grandes servicios ala causa monárquica. De hecho, ellos,como la mayoría de la población de-bieron “capear el temporal” bajo re-gímenes que apenas les convencían,al precio de compromisos y de am-bigüedades bien comprensibles.

Ciertamente, el espíritu liberal en losnegocios, su catolicismo y el espíritudel Antiguo Régimen, mantuvieron enellos la idea de que quien es agracia-do por la fortuna debe ayudar a otrosmenos favorecidos. Practican pues, nosólo una caridad generosa, sino queedifican para los obreros viviendas, ca-pillas, escuelas, hospitales y participancomo administradores en obras so-ciales de interés público, como el

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98 Les Neyrand en Vivarais et en Lyonnais, p. 35

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hospital de Saint Chamond. De hecho,figuran entre los protagonistas de unprimer catolicismo social99.

La obra del P. Champagnat puede in-teresarles por varias razones. Antetodo, el hecho de formar profesorescapaces y moralmente fiables, res-ponde a una necesidad social y reli-giosa en la que están personalmenteinteresados cuando crean las prime-ras fábricas con los edificios contiguos:capilla, hospital y escuela. No es ca-sual que un número notable de las pri-meras escuelas de los hermanos ma-ristas estén localizadas en zonas in-dustriales donde está prevista una ur-banización rápida. Además, M. Cham-pagnat reúne en su persona cualida-des que estiman sobremanera y queellos mismos asumen con mucha fre-cuencia: el espíritu de empresa, prin-cipios doctrinales, una gran austeridady gran desprendimiento.

Incluso puede suceder que los orí-genes de M. Champagnat no los de-jen indiferentes: saben con seguridadque su padre fue comerciante y que,bajo la Revolución, ejerció algunasresponsabilidades de las que, comoellos, se salvó como pudo. En defini-tiva, la historia de la familia Cham-pagnat es un poco la suya.

M. DERVIEUX

Pero un personaje clave ha sido sinduda el intermediario entre este am-biente burgués y Champagnat: el Sr.Julien Dervieux, párroco de la iglesiade Saint Pierre de Saint Chamonddesde 1803100. Parece ser que, sien-do párroco de Saint Ennemond, unade las parroquias de Saint Chamondantes de la Revolución, presta jura-mento y luego se retracta. En agos-to de 1792, las autoridades del de-partamento le consideran como di-misionario y su parroquia es suprimi-da101. ¿Qué ha hecho durante la Re-volución? En todo caso, no pertene-ce al grupo de once sacerdotes de laciudad que, el 12 de agosto de 1795,manifiestan su sumisión a las leyes dela República (L. Parizot p. 267 y doc.n° 36). Tal vez habría emigrado o (y)participado en misiones clandesti-nas de la Iglesia refractaria. El hechode ser nombrado para un puesto im-portante desde 1803 deja entreverque se ha comportado bien en tiem-pos difíciles.

Sin embargo, la opinión mostrada porel Vicario general Courbon en sucuadro del clero en 1802102 presen-ta un retrato atenuado del Sr. Der-vieux:

99 Ver J. B. Duroselle, Los comienzos del catolicismo social en Francia (1822-1870), PUF, 1951. Meparece que el autor de esta tesis clásica señala los inicios del catolicismo social un poco desfasados.

100 Ver OM4 p. 418, una apreciación sobre la parroquia Saint Pierre y su párroco, Sr. Dervieux. 101 Lucien Parizot, La Révolution à l’oeil nu p. 82, 84102 Cuadro general de los sacerdotes de la diócesis de Lyon del 1º vendimiario de 1802, archivos del

arzobispado, 2 II/83.

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“Antiguo párroco de Saint Ennemond103 y en activo104, con 49 años aproximadamente, buena persona bajo todos los aspectos, su salud débil influyeen su carácter, un poco político105”.

Es pues un sacerdote experimenta-do pero con carácter inestable. El ca-lificativo “político” es de interpretacióndelicada: en principio este término de-signa a alguien con tendencia a con-formarse con la línea del poder vi-gente, aunque otros significados sonposibles. Puede designar asimismo aalguien inclinado a maniobrar las de-cisiones superiores (tal fue el caso delos Neyrand durante la Revolución) oincluso un personaje de tempera-mento autoritario. En todo caso, res-pecto al P. Champagnat, el Sr. Der-vieux mostró dos rasgos muy dife-rentes: primero, una gran intransi-gencia, luego una generosidad ex-tremada.

Asimismo, parece haber sido un di-rector espiritual apreciado. Proba-blemente lo fue de Antoine Neyrandy de otros notables de Saint Cha-mond. En todo caso, la biografía delos hermanos Cassien y Arsène nosrecuerda que Louis Chomat, futurohermano Cassien, nacido en 1788, ala edad de 24 años, o sea en 1812, in-cluso no siendo natural de Saint Cha-mond, sino de Sorbiers, más cerca deSaint Etienne, se pone bajo la direc-

ción espiritual del Sr. Dervieux, quienle da un programa de vida detalla-do106 y le guía hasta 1820107.

Sabemos que hacia 1820, como pre-sidente del comité cantonal de la en-señanza pública, amenaza al P.Champagnat con actuar para disolversu comunidad. Sin embargo, despuésde la enfermedad del Fundador, en-tre finales de diciembre de 1825 y laprimavera de 1826, él mismo pagauna deuda de seis mil francos (Viday OM2, p. 788) y lo acoge en su casadurante su convalecencia (Vida yOM2, p. 793). Él mismo bendice la ca-pilla del Hermitage el 15 de agosto de1825 (OM1, doc. 138) e incluso rega-la unos candelabros para su decora-ción (OM2, p. 783).

El cardenal Donnet, antiguo compa-ñero del P. Champagnat en el semi-nario y nombrado arzobispo de Bor-deaux, en una carta al hermanoLouis-Marie fechada en 1864 (OM3doc. 888, § 4) recuerda, en efecto,que él: “hizo disipar los prejuicios quehabían provocado108 en el Sr. Der-vieux, párroco de Saint Pierre, contratoda la orden”. El mismo P. Cham-pagnat (Cartas, t.,1/doc. 26) afirmaque fue el sacerdote Jean-Louis Du-play quien convenció al Sr.Dervieuxpara que cambiase de opinión res-pecto a su obra. Sea como sea, en la

103 Es la parroquia más antigua de Saint Chamond y data de antes del siglo XIII. El Sr. Dervieux es pár-roco de esta iglesia desde antes de la Revolución.

104 Tal vez, se reintegró bastante pronto a su antigua parroquia. 105 El “un poco” ha sido tachado. 106 Biographie de quelque frère, p. 189…107 Parece que Louis Chomat se relaciona luego con el Sr. Rouchon, párroco de Valbenoîte, quien

desea enrolarlo en su congregación de hermanos. (Biografías, p. 193). 108 Ciertamente, el Sr. Cathelin. Ver en OM4, p. 415

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primavera de 1830, interviene de nue-vo a favor de la autorización legal delos hermanos maristas (OM1 p. 81).Muere el 15 de enero de 1832. Segúnsu biografía, escrita por Jacques deBoissieu, no deja ni siquiera el dineronecesario para su sepultura y la pa-rroquia cargará con los gastos109.

El hecho de que Antoine Neyrand pidaque su corazón repose en Saint Pie-rre de Saint Chamond, la iglesia del Sr.Dervieux, parece muy significativo. Porotra parte, cabe pensar que los 6 000F. pagados para reducir las deudasdel P. Champagnat en 1826, tengan suorigen, al menos en parte, en el Sr.Neyrand.

Sin minimizar la influencia de Donnet ydel Sr. Duplay, es preciso considerarque la llegada de Mons. de Pins, queapoya a Champagnat, contribuya a queel Sr. Dervieux, entusiasmado al pare-cer por la causa del Sr. Cathelin, di-rector de la escuela de Saint Chamondy temeroso de la competencia de la es-cuela de La Valla110, se adapte al crite-rio del administrador apostólico. Pue-de ser que incluso haya pagado lasdeudas siguiendo las recomendacio-nes del arzobispado. Sin embargo,opiniones aparte, no se debe poner enduda la sinceridad de su adhesión a laobra de M. Champagnat.

Los favores del Sr. Antoine Neyrand aChampagnat han comenzado quizásantes de que el Sr. Dervieux se lo pida;puesto que, siendo fabricante de cla-vos, probablemente desde 1817 le pro-

porcionaba las “barras” de hierro queservían a esta finalidad. No obstante, elhecho de que M. Champagnat y J.C.Courveille pidan un préstamo de 12.000F. en Lyon el 13 de diciembre de 1825(OM1, doc. 142), parece indicar que laayuda local a la obra de los hermanosno había comenzado. Incluso, cabe su-poner que Sr. Dervieux la hubiera fre-nado o impedido.

El cambio de opinión del Sr. Dervieuxen favor de Champagnat ha debidoser un motivo de peso para conven-cer al Sr. Neyrand y asimismo a otrosnotables de Saint Chamond en elapoyo a la obra de los hermanos. Siel año 1826 señala el abandono de lossacerdotes compañeros de Cham-pagnat, ha sido asimismo el del iniciode un soporte financiero local masivocuyos promotores son los Sres. Der-vieux y Neyrand. Esta ayuda disiparádefinitivamente la perspectiva del fra-caso económico de la obra.

DE ANTOINE NEYRAND ALOS HIJOS DE EUSTACHE II

En su testamento, Antoine Neyrand,que carece de heredero directo, dejasus bienes al párroco de Valfleury, al dela parroquia de Saint Julien-en-Jarez,al superior del seminario Saint Irénée(4.000 F.), a las Hermanas Saint Char-les (1.200 F.), a los Hermanos de las Es-cuelas Cristianas de Saint Chamond(800 F.), a la Oficina de beneficencia(6.000 F.), a sus sirvientes. El docu-mento no parece indicar una legación

109 Vida del P. Champagnat, edición 1989, nota 18 p. 143. 110 También ha podido creer que, obrando así, seguía la política del vicario general Sr. Bochard.

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al P. Champagnat, superior de losHermanos de María, de la suma de1.400 F. cantidad que será abonada porsus herederos111 (ver documento).

Guillaume Neyrand-Collenon (1780-1834), hijo de Eustache II y sobrino deAntoine, contrae matrimonio con Fran-çoise-Louise (1809), hija de Jean Clau-de Thiollière de la Côte, uno de los aso-ciados a la fábrica de clavos de Ney-rand, cuya esposa, Louise-ElisabethRegnault tiene por madre a una Dugas.André Neyrand-Buyet (+ 1832) se casacon la hermana de la primera, ElisabethThiollière, (1813). Si Guillaume no tienehijos, André y Elisabeth tendrán siete.

En 1824 Guillaume y André transfor-man la fundición de Lorette en fábri-ca siderúrgica, situando la metalurgiade un plano artesanal a un nivel in-dustrial. Edifican una capilla dedicadaa Nuestra Señora de Loreto que lle-gará a ser parroquia en 1840. En miopinión, la cruz conservada por el Sr.de Boissieu procedería de esta capi-lla. El municipio de Lorette se crea-rá posteriormente, en 1847. AndréNeyrand-Buyet compra el castillo deChevrières en 1828. Muere sin testaren Saint Julien-en-Jarez el 6 de sep-tiembre de 1832, a los 46 años.

A partir de 1834 la empresa va a re-caer sobre los hombros de los hijosde André Neyrand-Buyet y de Elisa-beth Thiollière. Antoine, el mayor(1813-1854), educado con los jesuitasen Friburgo, en Suiza, lleva a cabo la

transformación de la empresa. Es uncristiano ferviente y un legitimistaconvencido. Se casa con Anne Ale-xandrine Terrasse de Tessonnet(+1833), perteneciente a una familialionesa muy castigada por la Revolu-ción. El 8 de junio de 1840 participa enlos funerales del P. Champagnat. En-tre los otros seis hijos, figura EliséeNeyrand, nacido en 1821, que contraematrimonio en 1846 con su primaLouise Thiollière. Tendrán siete hijos.Hereda de su padre el castillo de Che-vrières y funda la escuela dirigida porlos hermanos maristas. Será asimis-mo uno de los testigos en el procesode beatificación del P. Champagnat.

La hija de Elisée Neyrand y de Loui-se Thiollière, Louise Neyrand, se casaen 1868 con Paulien Dugas du Villard,una de las ramas de la familia Dugas,gran bienhechora de M. Champagnat.Su hija, Louise Dugas du Villard con-trae matrimonio en 1896 con Jacquesde Boissieu, gran bienhechor del Ins-tituto. De este modo, la propiedad delcastillo de Chevrières ha pasado delos Neyrand a los de Boissieu.

LOS DE BOISSIEU

A lo largo del siglo XIX las familiasNeyrand, Thiollière y Dugas han mul-tiplicado entre ellas los lazos matri-moniales y financieros. Los de Bois-sieu, de origen lionés, están presen-tes en Saint Chamond desde antesde la Revolución112. En 1793 los bien-

111 Este olvido es debido tal vez, al hecho de que, al no estar reconocidos los hermanos maristas, ellegado sea a una persona y no a una asociación.

112 Lucien Parizot, op. cit. p. 42. Poseen entonces tres casas.

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es de viuda de Boissieu, considera-da sospechosa, son requisados113. Talvez empobrecidos por la Revolución,los de Boissieu no figuran entre losprincipales bienhechores del P.Champa gnat. Los lazos de la familiade Boissieu con las otras grandes fa-milias de Saint Chamond, se esta-blecen al parecer, en 1834, con el ma-trimonio entre Louise Dugas de laBoissony y Roch de Boissieu. Su úni-co hijo, Victor de Boissieu, se casa en1865 con Antoniette Dugas-Montbel.Su hijo único, Jacques, se casará en1896 con Louise Dugas de Villard. Vic-tor y Jacques de Boissieu son los queal parecer, han continuado de formamás particular el apoyo a la obra delP. Champagnat. La relación entre el Instituto y el Sr.Victor de Boissieu parece haberse es-tablecido en torno a la obra de los ju-niorados. Como la creación de estoscentros, decidida por el capítulo de

1876, requiere recursos importantes,el hermano Louis-Marie crea unaObra de los juniorados, estimuladapor una carta del cardenal Caverot,arzobispo de Lyon (1877) y luego porun breve del Soberano Pontífice(1880)114.

Una carta del R. hermano Teófano del12 de octubre de 1884 en la que tes-timonia sus condolencias con ocasióndel fallecimiento de la madre del Sr.Victor de Boissieu, nos muestra queéste es presidente del Comité centralde la Obra de los juniorados (Cartasadministrativas). Sin embargo, su hijoJacques parece haber sido el apoyomás activo de la congregación.

JACQUES DE BOISSIEU

Las Actas del capítulo de 1920 des-criben su acción con detalle115:

“El Muy Reverendo hermano Stratonique presenta a continuación detalles interesantes en relación con la retrocesión de Lavalla, Cuna del Instituto. Desde la liquidación, nuestra Cuna estaba en manos del Sr. Aubrun, párroco de Saint Paul, en Lyon, y servía como albergue.En varias ocasiones, se habían iniciado negociaciones para la retrocesión de los edificios; pero la hora de Dios no había sonado. Las gestiones no llegaban a término […]En febrero de este año 1920, un nuevo intento aunque tímido se hizo después del acuerdo con uno de nuestros amigos, que se ha mostrado siempre digno representante de la familia de Boissieu, gran bienhechora del Hermitage desde la época del V. Fundador.El éxito sobrepasó nuestras esperanzas. Todo parecía marchar según nuestros deseos, cuando nuevas dificultadesimprevistas llegaron a romper las negociaciones. Felizmente, todo se solucionó y el sábado, 6 de marzo, el Sr. Jacques de Boissieu se convertía en propietario de todo lo que poseíamos en Lavalla, antes de 1903.

113 Ibid. doc. 23 p. 324. 114 Sobre los juniorados, ver André Lanfrey, Une congrégation enseignante: les Frères Maristes dès

1850 à 1904, Lyon, 1979, p. 115-118 y 209-223. 115 Extracto de las actas del XII Capítulo general de los hermanos maristas en 1920. En el informe de

la comisión de economía, lunes 14 de junio.

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Encontramos de nuevo al Sr. de Bois-sieu en el Hermitage con motivo delcentenario de la casa (Boletín del Ins-tituto) y en esta ocasión el R. her-mano Diogène reconoce en él “unode nuestros Bienhechores más insig-nes”. También está presente cuandose hace el reconocimiento de los res-tos del hermano François en 1936116.

En una carta de pésame con oca-sión de la muerte del hermano Dio-gène, en 1942, Jacques de Boissieuevoca esta misma situación de pro-pietario ficticio y de fundador de so-ciedad-pantalla que permite alInstituto recuperar sus bienes y ase-gurarlos un marco jurídico.

“Durante su Generalato yo había readquirido el pensionado de Velbenoîte117 y el de La Valla, éste último muy querido para los hijos del VenerablePadre Champagnat […]. El Instituto ha podido de esta forma, recuperar varias casas que tenían para él un valor inestimable” 118.

Los superiores responden119 que:

“los miembros del Consejo general creerían faltar a un deber si no os aseguraran los sentimientos de religioso respeto y de profunda gratitud que el Reverendo hermano Diogène, continuando en ello la tradición de los predecesores, profesaba en todo momento por la Familia de Boissieu, clasificada con toda justicia en nuestra historia entre los insignes bienhechoresdel Instituto”

Cuando el Sr. Jacques de Boissieumuere en 1947, los superiores envíanal Sr. Jacques de Boissieu, proba-blemente su hijo mayor, banqueroen Saint Chamond, una carta de pé-same particularmente elogiosa120:

“…Esta pérdida es profundamente sentida por la Congregación de los Hermanitos de María que, desde sus primeros orígenes ha considerado y honrado siempre a la familia Boissieu como insigne bienhechora.

En este momento, este buen Señor, cuya abnegación no tiene límites, acaba de constituir una sociedadinmobiliaria con acciones que podrá incluir, además de la propiedad de La Valla, otros edificios aptos para la enseñanza. Gracias a Dios, a la Virgen María y también al Sr. de Boissieu, la Cuna del Instituto vuelve a ser la cuna de numerosas y buenas vocaciones.

Permítase hacer la observación que el Sr. de Boissieu es el elemento esencial de la sociedad propietaria de N. D. del Hermitage. Como contrapartida, este Bienhechor insigne pide, para él y su familia, una participaciónen las plegarias y en las buenas obras que se hacen en la Congregación”…

116 Bulletin de l’Institut, nº 106.117 Acuerdos de conformidad, en relación con la integración de Valbenoîte en la Sociedad del Sr. de

Boissieu, figuran en las cartas administrativas del 21 de enero de 1921 y del 8/3/1922.118 Cartas administrativas, n° 17519, del 7 de febrero de 1942. Dirigida al hermano Michaelis, Vicario general. 119 Carta administrativa, n° 17520, del 4/03/1942.120 Carta administrativa, n° 17697, del 9/3/1947.

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En efecto, los Hermanos de Nuestra Señora del Hermitage no podrán olvidar los servicios de todo tipo prestados muy especialmente por el querido y venerado difunto a su casa y a la misma obra del Venerable Marcelino Champagnat.”

Los superiores parecen exagerar algocuando recuerdan los lazos entre losde Boissieu y el Instituto en su primeraetapa. Cabe pensar, no obstante,que en ellos, agradecen a todos losbienhechores de Saint Chamond. Sintener necesariamente buen conoci-miento de las genealogías complica-das de las familias Neyrand, Dugas, deBoissieu… son conscientes de que to-das estas familias pertenecen a unmismo grupo humano entregado a lasobras católicas y que ha beneficiadoal Instituto en gran manera.

En 1951, como respuesta a las felici-taciones del Sr. Jacques de Boissieucon ocasión de su distinción con lalegión de honor, el hermano Léonida

tendrá palabras semejantes a las de1942121:

“No podríamos olvidar lo que la expansión prodigiosade la obra del Venerable Padre Champagnat debe a la familia de Boissieu, y soy muy feliz de aprovechar esta ocasión para confirmaros el recuerdo imborrable que esta generosidadprofundamente cristiana y “marista” ha dejado en la historia del Instituto”.

No hemos proseguido nuestras in-vestigaciones más allá de 1951, pero,por el regalo de un precioso crucifijo,el Sr. Bruno de Boissieu se inscribeen la larga tradición de favores alInstituto y a muchas otras obras.Además, este artículo quisiera con-tribuir a recordar de qué modo laobra del P. Champagnat respondía alas necesidades de un ambiente so-cial y de una época hasta el puntode seducir a personas, a la vez rea-listas y enraizadas religiosamente,como las familias que acabamos derecordar.

121 Carta administrativa n° 17888. Al Sr. Jacques de Boissieu, banquero, 24, rue de la République, StChamond.

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GENEALOGÍA SIMPLIFICADA DE LOS NEYRAND-THIOLLIERE-DE BOISSIEU

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EUSTACHE I NEYRAND(1712 - 1771)

ANTOINE NEYRAND(1738 - 1830)

Gran bienhechor delP. Champagnat

ANDRÉ NEYRAND- BUYET ( 1832)Casa con

Elisabeth Thiollière

GUILLAUME NEYRAND- COLLENON

(1780-1834)Casa con

Louise Thiollière

EUSTACHE II NEYRAND(1737 - 1812)

ANTOINE NEYRAND(1813-1854)Está presente

en los funerales del P. Champagnat.

ELISÉE NEYRAND (né en 1821).

Senõr de Chevrières, testimonia por escrito en

el proceso de beatificacióndel P. Champagnat.

Casa Louise Thiollière(1846)

LOUISE NEYRANDcasa con Paulien Dugas

du Villard(1868)

Louise Dugas du Villardcasa con

JACQUES DE BOISSIEU (1896)

Preside la Sociedad propietaria de los bienes de

los hermanos maristas

VICTOR DE BOISSIEUcasa con

Antoinette Dugas-Montbel(1865)

Es presidente del Comité de la obra

de los junioradosde los hermanos

ROCH DE BOISSIEUcasa con

Louise Dugas de la Boissonny

(1834)

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ANEXO 1 Los recibos de M. Champagnat a MM. Neyrand

Anexos

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ANEXO 2 El crucifijo

Regalo del Sr. Bruno de Boissieu

a la Provincia del Hermitage. 14 de diciembre de 2008.

Sus dimensiones sonimpresionantes: 1 m. 13 de alto con

el pedestal; 90 cm. la cruzsolamente. 43, 5 cm. de anchura a

nivel de los brazos de la cruz. La talla de Cristo en marfil

esculpido es de 42 cm. Es una obra de arte religioso

del siglo XIX de buena calidad.

Según el Sr. de Boissieu, procedede Saint Chamond. Sus

dimensiones inducen a pensar queestaba colocado en una capilla,

probablemente la que los Neyrandhabían construido para sus obrerosen Lorette, hacia 1824, sustituida a

mediados del siglo por la iglesiaparroquial.

Expuesto en la casa renovada del Hermitage, recordarásimbólicamente a todos

los bienhechores de la obra del P. Champagnat.

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Page 81: Cuadernos Maristas 29

La segunda parte de la historia dePompallier-Champagnat, comienzacon el estudio del famoso asunto deQuerbes: el intento de las autoridadesdiocesanas de fusionar la congrega-ción de Champagnat con la del P.Querbes.Un “triunvirato” de personas signifi-cativas parece desacreditar, en ma-yor o menor medida, a Pompallier.Hay otros puntos de vista sobrePompallier en este asunto; por eso

reflexionaremos con cierto deteni-miento para llegar a una conclusión: Pompallier y la misión de Oceaníaocupan una sección importante deesta segunda parte, a la vez que sepresentan también las relacionesChampagnat – Pompallier en torno ala misión. En lo que respecta a estetema, la decisión de Pompallier de noemitir los votos como marista, es im-portante respecto a la posterior rela-ción entre el Superior general Colin y

JJean-Baptiste François Pompallier, Obispo de Maronea yVicario Apostólico de Oceanía Oriental

POR UNA CAUSA COMÚNChampagnat, fundador de los Hermanos Maristas, y Pompallier, Obispo de Oceanía Oriental

A R T I C U L O

Fr. FrederickMcMahon, fms

2a PARTE Introducción

79

Page 82: Cuadernos Maristas 29

Por una causa común80

Pompallier como obispo. Presenta-mos los primeros episodios de una tur-bulenta relación entre estos dos hom-bres.La abundante correspondencia entreel Obispo misionero y el Fundador delos hermanos y la libertad de expre-sión que de ella se deriva, ha puestode manifiesto como testimonio ma-ravilloso de Champagnat su profun-do amor a la Virgen María.En una “última palabra”, intentaremosconfirmar la valiosa contribución dePompallier a la Sociedad de María. Sinembargo, hay también un esbozo dela forma en que Pompallier se apar-tó de cualquier forma de compromi-so permanente con la Sociedad deMaría.

POMPALLIER Y UNACRISIS DE CHAMPAGNAT:EL ASUNTO DE LOS CLÉRIGOS DE SAN VIATOR

Habiendo completado el estudio delas cartas de Pompallier a Champa -gnat, debemos regresar al pasadopara concentrarnos en un aspectocontrovertido de esas relacionesPompallier-Champagnat entre losaños 1831 y 1834. En 1831, la Congregación de Cham-pagnat estaba en una situación difícil.El 18 de abril de 1831, se promulgó unaOrdenanza Real sobre la enseñanzaimpartida por los miembros de las con-gregaciones religiosas. El documentoaludía al cumplimiento del servicio mi-litar obligatorio. Podría lograrse unaexención mediante un compromiso dediez años en el servicio de la instruc-

ción pública. Los religiosos de con-gregaciones autorizadas podrían ob-tener esta exención a través de sucongregación. Pero las congregacio-nes no autorizadas, tenían que solici-tarla individualmente a las autoridadesciviles. El grupo del Champagnat noestaba autorizado.El 18 de mayo de 1831, el alcalde deSaint Chamond recibió un cuestiona-rio de la Academia de Lyon sobre alHermitage y sus actividades. El alcal-de respondió de manera favorable. Sinembargo, el 24 de julio llegó la famo-sa visita de inspección del comisario depolicía, episodio gestionado de formanotable por parte del P. Champagnat.Como el tiempo pasaba, las autorida-des de la archidiócesis estaban nece-sariamente preocupadas. Los intentosdel arzobispo Mn. de Pins para obte-ner la autorización legal de los her-manos de Champagnat, habían fra-casado hasta entonces; los conseje-ros de Monseñor, por su parte, esta-ban dispuestos a otras propuestaspara solucionar el problema.Mientras tanto, el P. Champagnat in-tentaba encontrar una solución me-diante una congregación que dispu-siese de la autorización legal. Queríaver si podía encontrar una solución sinque los dos grupos perdiesen su iden-tidad particular. A este respecto, las cir-cunstancias del primer contacto entreel P. Chaminade y los maristas, per-manecen oscuras. Si el primer movi-miento procedió de los marianistas delP. Chaminade en Burdeos, debió pa-recer providencial al P. Champagnat,obligado como estaba, por la necesi-dad de obtener la protección de la au-torización legal. El grupo del P. Cha-minade había sido autorizado el 16 de

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Lyon, a 5 de diciembre de 1832.

“Mi querido P. Champagnat:

“Después de haber reflexionado sobre el asunto, el Consejo, reunido hoy, opina que podría beneficiarse de la Orden Real en favor de la Congregación de San Viator. En lugar de salir de la diócesis y negociar con el P. Chaminade para afiliarse con él, adquiriendo así la exención de sus hermanos por un proceso legal,usted tiene en nuestra diócesis una vía más fácil y más favorable.

Sería suficiente, por lo tanto, llegar a un entendimiento con el P. Querbes. No se trata de cambiar sus reglas,no más que con el P. Chaminade. Dejando aparte toda prevención, lograría por este medio todas las ventajasque propone sin tener los inconvenientes. Viendo en ello solamente el bien y la mayor gloria de Dios, deberéis, mi querido P. Champagnat, prestar atención al seguimiento de esta idea, que es tan prudente como realista.

Crea plenamente en los buenos sentimientos con que lo expreso.Su muy afectuoso,

Cattet, Vicario general.”123

122 O.M.1, Doc. 256.123 O.M.1, Doc. 259.

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noviembre de 1825. Si se afiliaban aellos, los Hermanitos de María se be-neficiarían de dicha autorización. Deacuerdo con el asesoramiento del P.Colin, el P. Champagnat pensó ir a vi-sitar al P. Chaminade a Agen. Para estagestión contaba con el apoyo del Vi-cario general Cattet, quien escribió aChampagnat el 30 de noviembre de1832. Por desgracia, el arzobispoMons. de Pins no era favorable a esteproyecto. Cattet tuvo que admitirlo ensu carta: “El arzobispo ha expresadosu intención de continuar los esfuerzospara que el Gobierno le autorice.”122

En efecto, parece que existía una di-vergencia de puntos de vista entre elVicario general y el Arzobispo. El pri-mero favorable a una afiliación y el se-gundo, partidario de unos esfuerzos

renovados para asegurar la autoriza-ción mediante gestiones directas conel Gobierno. El arzobispo no estaba afavor de cualquier forma de afiliacióncon un grupo ajeno a su propia archi-diócesis; obviamente, retener a suspropios sacerdotes y religiosos era unelemento de la política de Mons. dePins. Así pues, el P. Champagnat noconsiguió la autorización para viajar aAgen y encontrarse con el P. Chami-nade.Una semana más tarde, la bomba ex-plotó: una carta de Cattet comuni-cando la decisión del Consejo de laarchidiócesis para que el P. Cham-pagnat intentara negociar una unióncon los Clérigos de San Viator, un gru-po que se encontraba dentro de loslímites de la archidiócesis.

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Padre,

Aunque le escribí ayer, ahora tengo que informarle que Monseñor parece más decidido que nunca en continuarsus formalidades con el Gobierno para obtener su autorización. Haga lo que pide la cabeza de la diócesis yaplace indefinidamente lo que, en nombre del Consejo, le dije en mi última carta. Por lo tanto, no hable con elP. Querbes. Quizás Dios bendecirá los nuevos intentos de Monseñor.

Devotamente suyo,

CATTET, Vicario general.124

Por desgracia, los intentos del arzo-bispo fracasaron de nuevo, y al año si-guiente, el 28 de junio de 1833, entróen vigor en toda Francia la ley Guizot,que exigía que cada profesor poseyerael brevet, o certificado de profesor.Esta ley era un mal presagio para el P.Champagnat y sus hombres; el cercose estrechaba a su alrededor.¿Cuál fue la respuesta a esta nuevacrisis? Las autoridades archidioce-sanas estaban cada vez más preo-

cupadas por la Congregación deChampagnat, puesto que, al carecerde autorización legal, no tenían la pro-tección otorgada a los grupos auto-rizados. En consecuencia, el Conse-jo archidiocesano trató de evitar losproblemas, involucrando de nuevo alP. Querbes; esta vez la solución se-ría fusionar el grupo del P. Cham-pagnat al del P. Querbes.En el Acta del Consejo del 7 de agos-to de 1833, se puede leer:

124 O.M.1, Doc. 261.

Por una causa común82

Podemos imaginar de qué formaChampagnat pudo perturbarse conla recepción de esta carta. Afortuna-damente, no tuvo que sufrir por lar-go tiempo pues, al día siguiente llegóuna segunda misiva de Cattet, anu-lando la primera decisión. El arzobis-po, que no había estado presente enla reunión del Consejo y no tenía co-nocimiento de esta carta enviada

(aunque realmente firmó el Acta de lareunión), estaba decidido a hacer otrointento para obtener la autorización através del contacto con el Gobierno.No lo conseguiría, pero al menos seeliminó la presión ejercida sobreChampagnat de afiliarse con Quer-bes. Según instrucciones del arzo-bispo, Cattet escribió el 6 de diciem-bre de 1832:

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125 O.M.1, Doc. 276.126 O.M.1, Doc. 291, Sección 3.

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“el Consejo está de acuerdo en que los Hermanitosde María se unan con los Clérigos de San Viator deVourles, ya legalmente autorizados. Por lo menos hayserios motivos para que se haga el intento”.125

En su respuesta a esta decisión, el P.Querbes señalaba al Vicario generalCholleton las condiciones necesariaspara que dicha unión se llevara acabo. El 18 de agosto llegó la carta dePompallier (mencionada anteriormen-te), en la que manifestaba que el P.Cholleton escribiría pronto a Cham-pagnat. Es probable que esta carta tra-tara sobre la propuesta de unión.En estas circunstancias críticas, el P.Champagnat mostró finalmente supunto de vista frente a todas las pre-siones que le empujaban hacia la uni-ficación con Querbes. Se puede ob-servar en el borrador de una carta, es-crita por Champagnat en agosto y sep-tiembre de 1833, carta que se enviaríaa las autoridades archidiocesanas.Champagnat se opone rotundamentea tal unión y se siente profundamenteafectado por ello. Todos los senti-mientos reprimidos, mantenidos a lolargo de más de siete años, están ex-presados en este borrador. Las refle-xiones de Champagnat regresan congran tristeza a 1826, al período de sugravísima enfermedad; a la salida deCourveille; a lo que él considerabacomo la deserción de Terraillon, y a lavisita de inspección del Hermitage re-alizada por el Vicario general Cattet.Puede percibirse con claridad a unChampagnat emotivo, a un hombre desentimientos profundos.

Además, como complemento al con-tenido de este borrador, encontramosuna página que muestra claramente laimpronta de lo que parecen ser lágri-mas. Champagnat fue incapaz decontener su emoción al escribir estacarta. Algunos opinan que las manchasproceden de gotas de lluvia de una tor-menta pasajera que tal vez, cayeronsobre la carta-borrador, dejada cercade una ventana abierta. Sea lo que fue-re, no hay duda de que Champagnatse sintió profundamente afectado poreste asunto.Los partidarios de la unión no desis-tieron. En una carta del 10 de octubrede 1833, encontramos estas palabrasde Cholleton:

“el sacerdote jesuita que predicó el retiro a loshermanos del Hermitage, comentó al P. Barou que elP. Champagnat estaba en aquellos momentos biendispuesto a admitir todos nuestros puntos de vistarespecto a la unión”.126

En realidad, ni Champagnat ni Quer-bes estaban interesados en la uniónde sus congregaciones bajo ningúnconcepto. Felizmente, el paso deltiempo fue un elemento de utilidad,como lo fue también la aparición de unrecurso para Champagnat: los her-manos maristas susceptibles de serreclutados para el servicio militar, po-drían unirse temporalmente a los Her-manos de St. Paul-Trois-Châteaux,congregación del P. Mazelier, quedisponía del reconocimiento legal.Estos hermanos de Champagnat es-tudiaban para conseguir el certificadode maestro (brevet), enseñando en

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las escuelas de Mazelier y, a su debi-do tiempo, regresaban con sus co-hermanos maristas.El primer biógrafo de Champagnatnos dice que, más adelante, el arzo-bispo de Lyon felicitó a Champagnatpor haberse opuesto a los esfuerzosde aquéllos que defendían la unión.

Un triunvirato contraPompallier

El hermano Jean-Baptiste, en su“Vida de José Benito MarcelinoChampagnat”, critica con dureza al P.Pompallier, acusándolo de ser el ele-mento que ocasionó a Champagnatlos sufrimientos provocados por losproyectos de la unión de sus her-manos con los Clérigos de San Viatordel P. Querbes.127

“El P. Pompallier, capellán del Hermitage durantevarios años, no estaba de acuerdo con los métodosusados por el P. Champagnat para dirigir la Sociedad.Censuraba y criticaba la administración y la direcciónque el P. Champagnat daba a sus hermanos.

Según el P. Pompallier, la Sociedadestaba abocada al fracaso en manosdel P. Champagnat. Estaba tan con-vencido de esto, que se creyó obli-gado a denunciar sus temores al Sr.Arzobispo. El P Champagnat – decía – a pesar desu piedad y su virtud, no tiene ningu-na de las cualidades requeridas paradirigir una comunidad con éxito. Noestá preparado para llevar una co-rrespondencia por carta, para instruir

a sus hermanos, para tratar con losfundadores de las escuelas o para di-rigir un noviciado convenientemente.Además, no presta mucha atención aestos asuntos y dedica casi todo sutiempo a la construcción y a desbro-zar la ladera de la montaña. De ahí sededuce que los hermanos no estánsuficientemente formados en la pie-dad o en las virtudes religiosas ni enlos conocimientos necesarios a losmaestros y que muchas otras cosasse ven afectadas”.“El P. Pompallier era tan constante endefender sus puntos de vista, y ma-nifestaba tanto celo y dedicación conlos Hermanitos de María, que se diocrédito a sus denuncias. El arzobispole encargó que tratara con el P. Quer-bes, superior de los Clérigos de SanViator, con miras a la fusión. Mientrastanto, el arzobispo mandó llamar al P.Champagnat y le dijo: “como puedever, Ud. no ha podido conseguir la au-torización del gobierno y, a juzgar porlas circunstancias, este favor no leserá concedido nunca. Además,como vuestra sociedad es cada vezmás numerosa y no puede continuarsin reconocimiento jurídico, deseoque una sus hermanos a los de SanViator, que ya están reconocidos porel gobierno. El P. Querbes está pre-parado para recibir a los hermanos ensu congregación.”El hermano Jean-Baptiste no es, sinduda, indulgente con Pompallier, alque describe aquí casi como un Ma-quiavelo. Según las declaracionesdel hermano Jean-Baptiste, P. Pom-pallier estaba detrás del proyecto de

84 Por una causa común

127 ‘Vida’, 1947, pp. 189-191 y ‘Vida’, 1989, pp. 186-188.

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la fusión con Querbes en 1833. No esel único acusador. El P. Colin empleatambién duras palabras contra Pom-pallier en un documento de 1847:

“Ansioso e insinuante, él (Pompallier) se ganó laconfianza del Arzobispo Administrador; logró que unVicario general fuese reemplazado por otro comosuperior de la nueva casa de los hermanos en elHermitage y, algún tiempo más tarde, casi consigueque el Arzobispo Administrador privara al P.Champagnat de la dirección de la obra que él mismohabía fundado, poniendo en su lugar a un sacerdoteextraño. Tal situación habría destruido la nuevacomunidad. La Providencia quiso que no tuvieraéxito. Ocurrió cuando, con la intervención de laadministración archidiocesana, él fue propuestocomo Vicario Apostólico de Oceanía Occidental.”128

El hermano Avit, cuyos “Anales” sonuno de los primeros documentos delInstituto de los hermanos, se une alos acusadores. Avit no cita sus fuen-tes, pero sin duda, sus afirmacionesse basan en las memorias de los her-manos mayores y, se supone, en losrelatos del hermano Jean-Baptiste. Suhistoria es similar a la del hermanoJean-Baptiste; una historia en la quepodemos también percibir un eco delas severas manifestaciones del P.Colin. El hermano Avit escribe:

“El P. Pompallier estaba aún en el Hermitage. Segúntodos los informes, el Instituto prosperaba: losnovicios eran numerosos; los hermanos adquiríanformación; tenían un buen espíritu y estabanencariñados con su piadoso fundador.

El P. Pompallier, sin embargo, no era

de esta opinión. No aprobaba elmodo de dirigir los asuntos del P.Champagnat. Censuraba y criticabasu gestión y las orientaciones quedaba a los hermanos. Según él, el Ins-tituto perecería en manos de Cham-pagnat. En este sentido, su convic-ción era tan profunda, que se creía enla obligación de comunicar sus sen-timientos y temores al Arzobispo.

“El P. Champagnat”, le dijo, “a pesar de su piedad ysu virtud, no tiene ninguna de las cualidadesnecesarias para un buen superior de comunidad. Esincapaz de llevar la correspondencia, de instruir asus Hermanos, de tratar con los fundadores de lasescuelas y de dirigir adecuadamente un noviciado.

Además, apenas se ocupa de estos asuntos y emplea casi todo su tiempo en construir la casa y en desbrozar la montaña. De ahí que los hermanos no estén suficientemente formados en la piedad y en las virtudes de la religión, ni en los conocimientos necesarios a los maestros”.

“El P. Pompallier nació en Vourles. Conocía muy bien al párroco, el P. Querbes, el sacerdote que había fundado los Clérigos de San Viator: una congregación muy poconumerosa. Sus miembros, como su nombre indica, se ocupaban tanto de la sacristía como de la escuela.Iban de uno en uno, viviendo y alojándose en las casas de los párrocos. Sus reglas estaban aún en proceso de elaboración.Su forma de vestir no tenía nada de particular: tanto iban vestidos de civil como con atuendo clerical.“Sin embargo, el P. Pompallier estaba convencido de

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128 O.M. 4, Doc. 909, Líneas 17-26.

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El P. Querbes, Fundador de los Clérigos de San Viator

129 Resumen de los Anales del hermano Avit, p. 154 (p. 98). También O.M. 4, Doc. 909, p. 71. 130 O.M. 2, Doc. 765, Líneas 3-9.

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que esta pequeña congregación tenía bases muysólidas y un futuro brillante. En consecuencia, pidió alArzobispo que el P. Champagnat juntase sushermanos con los Clérigos del P. Querbes. Mostrómucha convicción en todo lo que decía. Parecíahaber estudiado la cuestión tan a fondo, que el Sr.Arzobispo quedó convencido. Convocó al bueno deChampagnat y le instó con fuerza para que ejecutaseel proyecto del padre Pompallier.”129

Observaciones

Pero, ¿son verdaderamente precisosesos tres hombres en sus acusacio-nes? ¿Se muestran justos con Pom-pallier? Hemos estudiado las afirma-ciones de los tres comentaristas. He-mos observado que el informe del her-mano Avit sigue muy de cerca al delhermano Jean-Baptiste, y en algunospasajes, palabra por palabra. Por otraparte, el hermano Avit trata el caso delHermitage bastante más tarde de lasalida de Pompallier para Oceanía. Porlo tanto, su relato dependería en granmedida de los demás: las mismasfuentes utilizadas por Jean-Baptiste. Y,en cuanto al tercer testigo, sabemosque después de haber gestionado du-rante un tiempo los asuntos de losmaristas en el Pacífico, Pompallierhabía provocado el descontento, in-cluso el enfado de Colin.

Examinemos ahora los elementosfavorables a Pompallier respecto alasunto Querbes. Es cierto que hubocontactos entre Champagnat y Quer-bes mucho antes de proponer elproyecto de la fusión de los dos Ins-

titutos. Tratemos primero este tema.

Desde 1824, encontramos ya unasolicitud de Querbes por los herma-nos de Champagnat. No hubo resul-tado en este intento. Querbes dice:

“desde 1824 he intentado proporcionar a los chicosde mi parroquia los beneficios de una educaciónreligiosa y prescindir de los dos maestros que eranindignos de esta profesión. Habiendo sido rehusadami petición de un hermano al P. Courveille, comprendíentonces la necesidad de un instituto religioso, quepudiera enviar, uno por uno, algunos de susmiembros, a los lugares más remotos”.130

Probablemente Querbes había tenidoconocimiento del folleto de Courvei-lle, procedente del Hermitage y que“ofrecía” hermanos maristas. Cour-veille, sin ningún recato, se había‘propuesto’ como superior.

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¿Es necesario añadir que esta fundación no puede perjudicar más el desarrollo de los hermanos de La Valla,que las Hermanas de San José puedan hacerlo con las Hermanas de San Carlos? Unos irán a Judea, otros a Samaria, todos marchando hacia el mismo objetivo, aunque por caminos diferentes. La Diócesis de Lyon y sus alrededores, constituyen un campo suficientemente amplio para dichas obras. No temo afirmar que actuaremos de acuerdo con el P. Champagnat, que vino a verme hace algún tiempo y que acaba de escribirme sobre el asunto por medio del P. Pompallier, quien debe regresar pronto. Quiero ir yo mismo a visitar al P. Champagnat para ver todo el bien que el Señor se ha complacido hacer en favor de los niños gracias a los esfuerzos de este virtuoso sacerdote.131

Esto es sólo un extracto de la cartade Querbes; en ella abordaba tam-bién otros asuntos. No estamos se-guros si el P. Querbes decidió final-mente enviar la carta, porque se en-cuentra todavía en los archivos delInstituto de Querbes. Tal vez decidióno enviarla. Realmente no lo sabe-mos, pero es evidente que, en estaprimera etapa, no se habla de unapropuesta de fusión.Ahora centremos nuestra atención enPompallier. Aparte de las diez cartasde Pompallier, que ya hemos consi-derado, cartas que muestran su re-lación armoniosa con Champagnat,presentamos ahora una lista de do-cumentos pertinentes de “OrígenesMaristas”, que ponen en duda las se-veras afirmaciones de Jean-Baptiste:

n Doc. 276 (decisión del Consejode la Archidiócesis, 7 de agostode 1833): “… llevar a cabo esta fu-sión vale, al menos, como in-tento”. Es la decisión del Consejodel Arzobispo, pero no se hace re-ferencia al P. Pompallier.

n Doc. 277 (Carta del P. Querbes alP. Cholleton, del 10 de agosto de1833): las condiciones del P. Quer-bes para esta propuesta de unión,sin mención alguna del P. Pompa-llier.

n Doc. 278 (Carta del P. Pompallieral P. Champagnat, del 18 de agostode 1833). Tal vez se refiere a unaposible unión con los Clérigos deSan Viator, pero no se mencionadirectamente: “El P. Cholleton medijo que le ha escrito hace poco”.

131 O.M. 1, Doc. 204.

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Disponemos aún de otra carta del P.Querbes, dirigida a Mons. de Pins (2de noviembre de 1829), pero no tra-ta de la unión de los institutos. En sulugar, afirma que ambos grupos pue-

den funcionar armoniosamente en lamisma diócesis o archidiócesis; dejade lado cualquier sugerencia decompetencia entre los dos:

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Fourvière, 31 de agosto de 1831.

Padre y digno pastor:

“No he podido ver al P. Cholleton, salvo muy brevemente el viernes por la noche (26 de agosto), después de haberlo esperado por lo menos dos horas y media.

Parecía que todavía se mantenía firme en la idea diocesana. Le hablé con detalle de vuestras dificultades; no lo tuvo en cuenta. Me dijo que la autoridad, (sería el Arzobispo de Pins), sólo certificaba la existencia de las fundaciones en su archidiócesis; certificación que, añadió, el Arzobispo no podría rechazar (1). Él, sin embargo, no ha presentado ninguna solicitud para obtener una autorización para todo el proyecto ypara sus miembros distribuidos en dos diócesis (2). He aquí más o menos el núcleo de este asunto.

Aún persisten las ideas que tuve el honor de exponerle, ideas que pueden legitimar las actuaciones de nuestros superiores en estas circunstancias. ¡Cuánta precaución se ha de tener y qué prudentes pasos se han de dar para tratar al mismo tiempo, lo sobrenatural y lo humano! Coincido con usted en que debemosorar mucho y orar sin cesar. Si viene a Lyon el lunes, suba a Fourvière, y haga de nuestra casa la suya.

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n Doc. 280 (Carta del P. Cholletonal P. Querbes, del 23 de agostode 1833): “El Padre Champagnatme ha parecido estar bien dis-puesto. Irá a verle a lo largo de lapróxima semana”. Champagnatno lo visitó; y, una vez más, no hayninguna mención al P. Pompallier.

n Doc. 286 (agosto-septiembre de1833): Es un esbozo rudimentariode la admirable carta del P. Cham-pagnat al P. Cholleton. Ninguna re-ferencia al P. Pompallier.

n Doc. 291 (Carta del P. Cholleton alP. Querbes, del 3 de octubre de1833). Alude al retiro con los Je-suitas, manifestando que el P.Champagnat estaba en aquel mo-mento mejor dispuesto a colabo-

rar en “todos nuestros puntos devista” respecto a la unión.

Todas las citas de estos documentosaportan pocas pruebas de cualquierintervención del P. Pompallier en elasunto del P. Querbes.Hay una carta, que, al encontrarse enlos archivos de los Clérigos de SanViator, casi con seguridad es del P.Pompallier al P. Querbes. Parece ser,que en esta carta se sugiere algún in-tento de unión entre el grupo deChampagnat y el de Querbes hacia lamitad de 1831, dos años antes de lacrisis de 1833. Una lectura cuidado-sa revelará sin embargo que tal teo-ría encuentra sólo apoyo endebledentro de la carta.

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(1) Puede haber sido una certificación realizada por Monseñor de Pins, cuando realizaba gestionesel año anterior, para conseguir la autorización legal de los Hermanitos de María.

(2) Las dos diócesis de Lyon y de Belley, en las cuales trabajaban los clérigos aspirantes a la Socie-dad de María. En aquel tiempo, los hermanos enseñantes del P. Champagnat actuaban en tres diócesis:Lyon, Viviers y Grenoble.

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Nos complacería mucho.

Tengo el honor de ser, con profundo respeto y total disposición, Padre y digno pastor, su muy humilde yobediente servidor”.

Pompallier, sacerdote.132

Monseñor de Pins, Arzobispo titular de Amasia,Administrador Apostólico de Lyon

132 O.M. 1, Doc. 235.

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Esta carta, que surge como algo “sor-prendente” (sin referencia a docu-mentos anteriores o posteriores) yque tampoco es muy clara en su sig-nificado, requiere una minuciosa inter-pretación. Se puede afirmar que “todoel proyecto” al que se alude no tienenada que ver con P. Querbes, pues eldocumento habla de un grupo disper-so en “dos diócesis” y que tenía “fun-daciones” en la archidiócesis de Lyon.

La Congregación del P. Querbes no es-taba en esta situación; de hecho, sugrupo comenzó verdaderamente unosmeses más tarde.Por otro lado, la Sociedad de María (lossacerdotes) tenía sus miembros distri-buidos en dos diócesis y se esforzabapor superar los criterios puramente dio-cesanos del Arzobispo de Lyon. Era es-pecialmente esta Sociedad, la que po-dría ser objeto de discusión entre el P.Cholleton y el P. Pompallier.Está claro que una cuestión plantea-da en la carta no afecta directamen-te a un proyecto del P. Querbes, sibien no podemos saber cuáles eranlas “dificultades” del proyecto, o loque realmente estaba en juego enesa entrevista.Sin embargo, hay un pasaje en la car-ta que quizás tenga algo que ver conel intento de legalizar el grupo del P.Champagnat mediante la unión con elgrupo de Querbes, que había tenidola suerte de obtener la autorización le-gal del rey Carlos X, en enero de1830. El pasaje interesante es:

“todavía persisten las ideas que tuve el honor de comunicarle, ideas que pueden legalizarlas actuaciones de nuestros Superiores en estas circunstancias.”

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De este modo y únicamente sobre labase de la documentación, pareceser que, a partir de esta carta se ha-bría deducido que el P. Pompallier erala ‘fuerza’ oculta tras la propuesta deafiliación de los Hermanitos de Maríacon los Clérigos de San Viator. En re-alidad, aparte de esa breve y oscurafrase, tenemos muy pocos elementospara demostrar que Pompallier estu-vo involucrado en la tentativa de unaunión del grupo del P. Champagnatcon el del P. Querbes.En consecuencia, a partir de las car-tas de Pompallier a Champagnat, y delos demás documentos sobre estetema, podemos deducir que Pom-pallier no fue protagonista importan-te en este periodo difícil de la vida deChampagnat. Sin embargo, la dudapersiste. Los testimonios de Colin,Jean-Baptiste y Avit, tendenciososaunque muy severos, y la leve sos-pecha suscitada por esa frase brevey oscura citada en el párrafo anterior,permite que la duda persista.En su biografía de Pompallier, LillianKeyes afirma:

“el autor de una vida del P. Champagnat, atribuye al P. Pompallier un intento para negociar la unión de la Congregación de los hermanos de la enseñanza, fundada por el P. Champagnat, con el Instituto que el P. Querbes estaba fundando en Vourles. Pero eso no es muy correcto. El administrador de Lyon, Mons. de Pins, hacia 1832,confió a su Vicario, el P. Cholleton, la dirección de los Hermanos de San Viator antes de que esacongregación fuese aprobada oficialmente por Roma.

En un informe entregado en 1844 al cardenal de Bonald, el mismo P. Querbes dice expresamenteque fue el P. Cholleton quien “tuvo la idea de unirnuestra institución con los Hermanos de María. Esta idea fue aprobada por el Consejo del Arzobispo;también apoyada con entusiasmo por el P. Pompallierde Vourles, un sacerdote marista... Dios no permitióesta unión, ya que el objetivo de las doscongregaciones no era el mismo.Así pues, el protagonismo del P. Pompallier en este asunto no fue muy activo.”133

Conclusión sobre el asunto Querbes

Consideremos ahora lo que el P.Coste, uno de los grandes historia-dores maristas, nos dice acerca deeste tema: “Unido por un lado al P.Querbes, por parentesco con familiasde la parroquia de Vourles, y por otrolado a la futura Sociedad de María, ala que perteneció desde 1829, el P.Pompallier difícilmente podía actuaren contra de su deseo de unir este úl-timo grupo a la obra de los Cate-quistas de San Viator. Desde el mo-mento en que fijó su residencia en elHermitage, actuó en esta direc-ción”.134 Ahora bien, dado el vínculofamiliar de Pompallier con Vourles,donde el P. Querbes era párroco, po-demos fácilmente comprender su in-terés por la afiliación de la obra del P.Champagnat con la del P. Querbes.Pero, aunque al P. Pompallier le gus-taba hacer el papel del “entrometido”,podríamos concluir, vistas las pruebasque tenemos, que Pompallier no in-

90 Por una causa común

133 La Vida y Tiempos del Obispo Pompallier, p. 36. También, en parte, en Abbé J.B. Martin, Historiade la Iglesias y Capillas de Lyon, Vol. 1, p. 334.

134 O.M. 1, Doc. 235, Introducción.

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tentaba deliberadamente socavarcon malas intenciones la posición deChampagnat. A lo sumo, pareceríahaber querido gustosamente favore-cer esta solución como un medio fá-cil para resolver los problemas de laautorización de Champagnat.Sin embargo, podemos criticar al P.Pompallier por su carencia de sensi-bilidad con los deseos del P. Cham-pagnat, y por su dejadez en no pres-tar suficiente atención a las razonesen contra de la unión. A pesar de es-tas actitudes negativas de Pompallier,no se merecería, al parecer, el nivelde condena lanzado sobre él por elprimer biógrafo de Champagnat y porotros.¿Por qué pues, los hermanos Jean-Baptiste y Avit presentaron a Pom-pallier con colores tan sombríos eneste tema? Ciertamente, los docu-mentos no condenan a Pompallier.Parecería que es la “voz del pueblo”la que le acusa ya que no gozaba desimpatía entre algunos Hermanos.Tanto Jean-Baptiste como Avit, no vi-vieron de cerca lo que sucedió en elHermitage durante largo tiempo porrazones de edad, pero con toda evi-dencia recogieron los prejuicios con-tra Pompallier manifestados por her-manos que habían tenido relacionesmás estrechas con él. Fácilmente sepuede comprender que el Pompallierde talante digno, de ademanes no-bles, muy consciente de sus cualida-des y de su valor, llegara a no gozar

de la simpatía de los humildes discí-pulos de Champagnat, quienes, enaquella época, a pesar del talento in-telectual que podían tener, no teníanla oportunidad de hacerlo brillar. Losprejuicios evidentes de Jean-Baptis-te y de Avit contra Pompallier puedenexplicarse, en parte, por el hecho dehaber estado influidos por otros.Evidentemente, uno de los defectosde la forma en que los hermanosJean-Baptiste y Avit relatan esta his-toria Champagnat-Querbes radicaen el uso de “diálogos fabricados” porellos. Por ejemplo, la conversaciónentre Champagnat y el Arzobispo.¿Cómo podrían estos autores estartan al tanto de los intercambios ver-bales en estas ocasiones? Es difícilaceptar como buenos historiadores apersonas que han inventado diálogos.Además, las palabras para denigrar aPompallier, empleadas en este diálo-go fabricado y en el relato, no sonciertamente las que habría escogidoun historiador imparcial. Sabemos por supuesto, que, en par-te gracias al talento del P. Champa -gnat en dar tiempo al tiempo, launión con los Clérigos de San Viatorno tuvo lugar. Más tarde, según Jean-Baptiste, el Arzobispo le felicitó.135 Po-demos comentar a este respecto,que un estudioso de Champagnat, haafirmado que el hermano Jean-Bap-tiste insertó este cambio de actituddel Arzobispo a fin de restaurar suprestigio entre los hermanos.

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135 Vida, 1989, página 188.

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POMPALLIER Y LASMISIONES DE OCEANÍA

Sería apropiado, en este momento, re-gresar a las circunstancias en las quelos sacerdotes maristas lograron la au-torización de Roma como congrega-ción religiosa y en consecuencia, laexención de sus miembros del controlcanónico estricto de los obispos dio-cesanos.Alertada por las actividades de los mi-sioneros protestantes ingleses en lacuenca del Pacífico, Roma decidióerigir el Vicariato de Oceanía Occi-dental. La dificultad consistía en en-contrar sacerdotes para la nueva mi-sión y un responsable que asumiera ladirección. Se hizo una propuesta so-bre dicha responsabilidad al P. Pastre,antiguo Prefecto Apostólico de la Islade la Reunión. Pastre, enfermo, ya sehabía retirado a Lyon, donde llegó a sercanónigo de la Catedral. Queriendoayudar de alguna manera, el P. Pastrehabló de ello al Vicario general Cho-lleton, quien inmediatamente pensó enPompallier, un sacerdote que había ex-presado el deseo de trabajar en las mi-siones extranjeras. El P. Pastre se en-trevistó con Pompallier, le considerómuy válido y le habló de la propuestamisionera.Siendo aún aspirante marista, Pom-pallier escribió a Colin. El Superior delgrupo entrevió enseguida los buenosresultados que la aceptación podría te-ner para la aprobación de la Sociedadde María. Exhortó a Pompallier a queaceptara, aconsejándole que men-cionase explícitamente las ramas de

padres y de hermanos, como fuentesde vocaciones misioneras. Pastre es-cribió a Roma, incluyendo la carta deColin a Pompallier. Los maristas eranlos candidatos preferidos. En el mo-mento oportuno, Roma, por medio desu rama misionera Propaganda deci-dió encomendar la nueva misión a laSociedad de María. Posteriormente, elDecreto Papal “Omnium Gentium”otorgó el reconocimiento Pontificio alos sacerdotes maristas. Pompallier fueordenado obispo, siendo nombrado Vi-cario Apostólico de la inmensa regiónde Oceanía occidental.Cuando los aspirantes a sacerdotesmaristas se reunieron en Belley (el 24de septiembre de 1836), para hacerprofesión, eran veinte: once de la Dió-cesis de Belley, nueve de la Archidió-cesis de Lyon. El P. Pompallier, tambiénde Lyon, estuvo presente pero no hizolos votos. Expresó las razones de suactitud en el ‘post-scriptum’ de unacarta al cardenal Fransoni (el 10 deseptiembre de 1836):

“Voy a dejar París por Lyon el próximo miércoles. Voy a estar en medio de mis hermanos para las reuniones que vamos a tener con ocasión de la elección del Superior general y para el retiro quedebe preceder a la emisión de los votos. Por lo que a mí se refiere, me dispongo a hacer una declaraciónque me situará, con respecto a la Congregación, enel estado en el que un obispo se encuentra cuando,antes de su consagración, estaba vinculado por losvotos de religión, ya que, de acuerdo con la opiniónde su Eminencia y la del Cardenal Sala, ya no puedo,como obispo, emitir votos ante un simple sacerdote,siendo esto algo inconveniente, especialmente tras haber prometido bajo juramento una obedienciainmediata al Santo Padre, el Papa”.136

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136 O.M. 1, Doc. 401, Líneas 1-11. Post-scriptum de una carta del P. Pompallier al Cardinal Fransoni 10/9/36.

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Pompallier, en efecto, hizo su “de-claración” en la reunión de los pri-meros Maristas (el 24 de septiembrede 1836); hizo una promesa de ad-hesión espiritual a la Sociedad.

“Pompallier nombró a Colin su Vicario general (Pro-Vicario) para Oceanía Occidental. El P. Colin lo aceptó como una manera de compartirla misión y pidió a Pompallier poder actuar comosuperior religioso de los misioneros de su orden.Pompallier aceptó diciendo: “pero dígame si lo debo permitir para que yo pueda dedicarmeexclusivamente a la misión”.“Este pacto fue la causa de conflictos interminablesentre ambos; incluso podría haber causado el fin de la obra. La misión en Oceanía Occidental sufriógraves daños durante cierto tiempo, y habría sido casi destruida, de no mediar la prudencia, la paciencia y finalmente, la severidad de laCongregación para la Evangelización de Roma”.137

Existe una cita del libro de Wiltgen, “laFundación de la iglesia en Oceanía,1825-1850”, que tiene relación coneste asunto:

“El 29 de mayo de 1848, el Cardenal LuigiLambruschini, en una reunión general, dijo a los cardenales miembros de la Congregación para la Evangelización, que Roma había permitido a Pompallier hacer los votos (con los maristas) en aquel momento. Pero él nunca los hizo y nuncadespués se consideró a sí mismo como miembro de la Sociedad de María. En su propia declaracióndespués de la emisión de votos, el 24 de septiembrede 1836 (sábado), se menciona su declaración:“Guardar firmemente en el corazón y en el alma a la Sociedad de María… Deseo ser miembro de ellahasta mi último aliento”.

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137 La Fundación de la Iglesia católica en Oceanía, 1825-1850. Ralph W. Wiltgen S.V.D., p. 129.

El Papa Gregorio XVI (1831-1846)

El P. Jean-Claude Colin S.M., Fundador de los Padres Maristas

Hay, metafóricamente hablando, unamplio mundo de información acercade Pompallier en su trabajo posteriorcomo misionero en Oceanía. Pero elperíodo en cuestión no entra dentrodel ámbito de este estudio.

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París, 27 de mayo de 1838,Misiones Extranjeras, Rue du Bac, n.° 120.

Monseñor:

Con verdadero placer y una especial diligencia, aprovecho un momento de descanso para responder a su amable carta. Como usted ve, me encuentro en París desde el 18 del mes de enero, gestionando la autorización de los hermanos, que aún no tengo, aunque la espero cada día con más interés. Todo parece dispuesto, pero las formalidades nunca están del todo completas. ¡Cuántas caminatas realizadaspor París, cuántas visitas! Es difícil hacerse una idea de ello. He hecho todas las visitas, todos los desplazamientos con sotana, sin recibir ningún insulto; ni siquiera me han llamado jesuita.

París está de lo más tranquilo; el comercio sigue funcionando. En la capital hay más religión de lo que la gentecree. Debéis pensar cuán largo se me hace el tiempo, alejado como estoy de mis asuntos habituales. A pesarde las preocupaciones que tengo en París, me encuentro mejor de salud que en Notre Dame de l’Hermitage.

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Pompallier y la mariologíade Champagnat

Deberíamos dar gracias a Pompallier,pues sus contactos con Champagnatsuscitaron una respuesta de éste úl-timo que nos da muestras de la pro-fundidad de su devoción a María.

Carta del P. Champagnata Monseñor Pompallieren Oceanía

El P. Champagnat aprovechó su se-gundo domingo en París, en 1838,para responder a una carta del obis-po Pompallier, carta que no se haconservado. Las numerosas cartasque se intercambiaron muestran cla-ramente el vínculo que existía entre elP. Champagnat y Mon. Pompallier.Eso puede explicar el tono confiden-cial de esta carta. El ‘post-scriptum’fue escrito tras el regreso del P.

Champagnat al Hermitage, hacia me-diados de julio. Dado que la carta nolleva sello postal, Champagnat habíaprevisto tal vez, una ocasión para ha-cérsela llegar. Pero eso es sólo unahipótesis, ya que no tenemos la másmínima prueba que nos lo demuestre.El segundo grupo de misioneros sa-lió para Oceanía en septiembre de1838. Ahora bien, dado que la cartafue escrita en mayo, parece ser unafecha demasiado lejana para teneruna explicación plausible en estecaso.La carta está ahora en los archivos dela provincia de Sydney de los herma-nos maristas, habiendo sido entre-gada en 1905 al entonces Provincialde Australia, el hermano Stanislaus,por Mn. Lenihan de Auckland. Se ha-bía encontrado entre los papeles deMn. Pompallier, primer obispo deNueva Zelanda. La carta:

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El Sr. Dubois habla con frecuencia de usted y de su misión. Casi cada día me dice: “No se olvide de estamisión”. ¡Qué hombre más santo, haría falta poderlo multiplicar y hacerlo vivir largo tiempo! Franciaproporciona en este momento misioneros para cuantos países los necesitan. Durante mi estancia, he vistomarchar seis del Seminario de Misiones Extranjeras, más otros que se están preparando. ¡Cuántos motivos deedificación encuentro en esta casa! La religión no perecerá por ahora en Francia, hay demasiadas reservas. La obra de la propagación de la fe adquiere aquí nuevo desarrollo cada día.

El Sr. Miolan es obispo de Amiens; tomó posesión ayer.1 Los Cartujos se han elegido otro superior; lo siento,pero he olvidado el nombre. Seguimos recibiendo muchos novicios. Actualmente somos doscientos veinticincoo veintiséis. Tenemos ya 38 ó 39 escuelas y 70 peticiones. Sufrimos una auténtica persecución por parte de los que desean tener hermanos nuestros; emplean toda clase de medios para arrancárnoslos. Los que no tienen bastante influencia, se sirven de personas a las que no podemos rehusar nada. Estamos en vísperas de abrir una segunda casa madre. Es posible que la hagamos en el departamento del Var.

El Sr. Matricon sigue conmigo, estoy muy contento, se hace apreciar por los hermanos, tiene un excelentecriterio. Tengo también al Sr. Besson, que continúa siendo un chico estupendo. El hermano François es mi brazo derecho; en mi ausencia, gestiona la casa como si yo estuviera presente. Todos lo aceptan sin ninguna dificultad. María muestra de forma manifiesta su protección en favor del Hermitage. ¡Cuánta fuerza tiene el santo nombre de María! ¡Qué felices somos por habernos adornado con él! Hace ya mucho tiempo que no se hablaría de nuestra Sociedad si no fuera por ese santo nombre, por ese nombre milagroso. María es todo el recurso de nuestra Sociedad.

Hemos terminado la capilla. Es muy bonita. Aún nos es muchísimo más querida al haber sido bendecida por el primer misionero y el primer obispo de la Sociedad. Espero que a todos estos títulos se añada un tercero, como consecuencia natural: el primero... que...

El Sr. Terraillon sigue de Párroco en Saint-Chamond, pero creo que no será por mucho tiempo. El Arzobispo nos muestra más aprecio que nunca, lo mismo que el obispo de Belley.

Hemos iniciado este año la obra de la Grange-Payre. Empieza a prosperar; tenemos ya un cierto número de alumnos. María, sí, sólo María es nuestra prosperidad. Sin María no somos nada y con María lo tenemostodo, porque María tiene siempre a su adorable hijo o en sus brazos o en su corazón.

Como usted seguramente supone, Monseñor, cuento también con María para obtener el decreto que solicito.Que se cumpla la santa, la santísima voluntad de Dios. Le oigo contestar: amén. Que todos los que están conVuestra Excelencia, me refiero a los hermanos y co-hermanos, respondan del mismo modo y recen por mí,pues me encomiendo de manera especial a sus fervorosas plegarias, a las vuestras sobre todo, Monseñor. Por mi parte, no subo nunca al santo altar sin pensar en nuestra querida misión y en los que a ella han sido enviados. Sírvase mostrarse padre de los que le enviamos, como lo hace con los primeros. Dígnese recibir la seguridad de mi sincera entrega y de los sentimientos verdaderamente afectuosos con los que tengo el honor de ser, Monseñor, con todo respeto, vuestro muy humilde servidor,

Champagnat

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“Estoy de regreso en el Hermitage sin haber terminado en París. El Sr. Fulchiron, recientemente llegado de París y a quien acabo de ver, me informa que el dossier ha salido por fin, de la universidad para pasar al Consejo de Estado, con una apostilla favorable por parte del Ministro.Vamos a abrir una escuela en Saint-Pol (Pas de Calais), que me pidió el Ministro. Parece ser que querían una casa madre. Nos han pedido otra para Montpellier y una tercera para el departamento del Var, con los gastos ya pagados. Nos vemos asediados por las numerosas peticiones que nos llegan cada día. Deseo mucho encontrar un reemplazante. Ruegue por mí, que lo necesito mucho. Estoy convencido de que sus oraciones son agradables a Dios” 138

138 Si el Padre no se equivoca en la fecha, quiere decir que empezó la carta el 27 y la continúa el 28.(Nota del traductor). Archivos de los Hermanos Maristas, Provincia de Sídney.

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Champagnat escribió esta desde Pa-rís, durante su segunda visita a la ca-pital francesa. Regresó por terceravez, también en 1838. En su primerviaje a París estuvo acompañado porPompallier. La alusión que hace de“ser un sacerdote o jesuita”, indica elacusado anticlericalismo que oca-sionalmente causaba estragos enFrancia, especialmente en París, don-de varios sacerdotes habían sidoarrojados al Sena.La Propagación de la fe fue una Aso-ciación fundada por Pauline Jaricot,amiga del P. Colin y que organizabacolectas de fondos para las misiones,incluyendo la misión de Oceanía, di-rigida por Pompallier.En cuanto a las palabras omitidas en“el primero…que…” podemos qui-zás suponer que el término que faltasea “apóstol” o “mártir”.EL P. Terraillon, que dejó el Hermita-ge en 1826, dimitió como párroco deNotre Dame en Saint Chamond ennoviembre de 1839 y se trasladó aPuylata, en Lyon, nombrado por el P.

Colin. Había hecho profesión religio-sa con los otros maristas en sep-tiembre de 1836.La Grange Payre, mencionada antes,se había convertido en un internado.Un juniorado al que el P. Champagnattenía gran afecto.Antes de su muerte en 1840, Cham-pagnat envió a sus hermanos a Oce-anía como misioneros: tres con el pri-mer contingente en 1836 y tres másen 1838. El hermano Attale fue en-viado en 1839, y dos más en febre-ro de 1840.St. Pol está en el norte de Francia, le-jos del grupo compacto de las co-munidades de Champagnat, cerca deSt. Chamond, en el suroeste de Lyon.Contestando a la petición del minis-tro de abrir una escuela en esta re-gión, Champagnat esperaba conse-guir la autorización legal para su Ins-tituto, pero no tuvo éxito. El hermanoJean-Baptiste fue enviado para abrirla escuela de St. Pol, fundación queconllevó un desarrollo más allá de to-das las expectativas.

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97Frederick MacMahon, fms

El “ruegue por mí; tengo mucha ne-cesidad”, podría ser tal vez, una re-ferencia a su salud, dado que en 1837,Champagnat cayó enfermo en suviaje al sur, y tuvo que regresar. A ellohabría que añadir la preocupación porel programa de la construcción. No essorprendente que, después de 22años de trabajo y ansiedad incesan-tes, Champagnat deseara confiar a“otros la continuación de la obra”.Además de todos los otros comen-tarios, tenemos que decir que estacarta a Pompallier, en Nueva Zelan-da, nos ofrece sobre todo la visiónmás profunda de su devoción a Ma-ría. Champagnat escribe:

“María muestra su protección de forma patente en lo que respecta al Hermitage. ¡Cuánta fuerza tiene el santo nombre de María! ¡Qué felices somos por habernos adornado con él!Hace ya mucho tiempo que no se hablaría de nuestra Sociedad si no fuera por ese santo nombre, por ese nombre milagroso. María es todo el recurso de nuestra Sociedad”.

Y más tarde, en la misma carta, dice:

“A María, sí, a María sólo pertenece toda nuestra prosperidad. Sin María no somos naday con María lo tenemos todo, porque María tiene siempre a su adorable Hijo o en sus brazos o en su corazón”.

En verdad, no se esperaría este liris-mo de un hombre del campo, un li-rismo que revela a Champagnatcomo hombre de gran ternura. Por lotanto, agradezcamos a Pompallierpor haber sido la ocasión de estearrebato de Champagnat en alaban-za a María.

POMPALLIER – UNA PALABRA FINAL

Jean-Baptiste-François Pompallierfue quizás el sacerdote más estre-chamente asociado con MarcelinoChampagnat en los primeros años.Llegado al Hermitage en 1829, residióallí más o menos, hasta el final de1832 y estuvo constantemente encontacto con Champagnat. Incluso,después de su marcha a Lyon, Pom-pallier, amigo del Vicario generalCholleton, continuó siendo una per-sona de enlace no oficial entre las au-toridades eclesiásticas y la fundaciónde los maristas en la Archidiócesis.Estuvo en estrecho contacto conChampagnat hasta 1836, año de sunombramiento como Vicario Apostó-lico de Oceanía Occidental.La carta de Champagnat a Pompallieren 1838, es una maravillosa expresiónde amistad y a la vez, una declaraciónsincera de su devoción a la Virgen.Por otro lado, las diez cartas dePompallier a Champagnat, ya exami-nadas en este estudio (cf. CM, nº 28,p.71-85) son igualmente amistosas yllenas de noticias e informaciones so-bre los asuntos maristas y diocesa-nos. El tono de las cartas de Pom-pallier es siempre amable, compren-sivo y respetuoso. Estas cartas no su-gieren en absoluto el carácter ma-quiavélico expresado por los herma-nos Jean-Baptiste y Avit. Aun careciendo de prueba docu-mental sobre la implicación de Pom-pallier en el intento de unir los her-manos de Champagnat con los Clé-rigos de San Viator, encontramos enla reconocida autoridad del historia-

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139 O.M.1, Doc. 347.140 O.M.1, Doc. 370.

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dor marista P. Coste, y también delmismo P. Querbes indicios de que asífue. De ser así, podríamos imaginarque Pompallier habría unido sus es-fuerzos a los de Cholleton (principalpromotor del proceso), no con in-tención malévola, sino simplementejugando el papel de un “sabelotodo”,el hombre de conocimiento superiorque encuentra soluciones prácticas yrápidas para todas las situaciones.Pompallier, de hecho, era un hombrede gran inteligencia. Por ejemplo, supercepción de la oportunidad de laMisión fue muy perspicaz:

“la Misión en sí misma, si puedo hablar así, es a mijuicio, accesoria, y la obtención de un decreto papalde autorización o, al menos, de su atribución a laSociedad de María recientemente fundada, loprincipal. Si se produce, marcharé muy feliz a losextremos de la tierra, a las islas del Océano Pacífico,a estar con esos pobres salvajes que no conocen anuestro Señor, pero que muestran, al parecer,buenas disposiciones para la fe”139

Además,

¡cuánto me alegro ante Dios por haber aceptado,desde el principio y de forma particular los trabajosde esta misión y por haber inducido a toda laSociedad a dedicarse a este mismo proyecto, quesiempre me creí en el deber de acelerar y quizás deasegurar la aprobación (de Roma), objeto denuestros deseos comunes!”140

Las aptitudes de Pompallier tambiénse pueden ver en su gestión deldesarrollo espiritual de la Tercera Or-den de María, en la fundación de las

Vírgenes consagradas y en su inter-vención a favor de las HermanasMaristas. Su intervención en el nom-bramiento de Cholleton para reem-plazar a Cattet, mencionado en sucarta (8 de abril de 1833) a JeanneMarie Chavoin, revelando su capaci-dad de presionar, también parecemostrar una cierta autosatisfacción ensu propia capacidad persuasiva.El deseo expresado con vehemenciapor Pompallier para la creación de laSociedad de María y su deseo per-sonal de un trabajo misionero en elextranjero, contenidos en los pasajescitados anteriormente, testimoniancon seguridad el compromiso dePompallier por la causa marista. Sinembargo, es posible que Pompallieractuara movido por otros motivos. Talvez se dio cuenta de que su situaciónno era muy aceptada para ocuparpuestos de alta responsabilidad en-tre los Maristas. A pesar de tener lascualidades requeridas para ejercer elliderazgo, no fue elegido por suscompañeros de la archidiócesis deLyon en las elecciones de noviembrede 1832. Séon fue el elegido. La propensión de Pompallier a ela-borar normas fue, quizás, un factordesfavorable para él. Además, sutraslado a la residencia de los Her-manos Terciarios le distanció más desus compañeros maristas. Por lotanto, existe la posibilidad de quePompallier, ansioso como estaba,sin duda, de comenzar la Sociedadde María, podría haber estado bus-cando una oportunidad para desple-

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gar sus propias alas eclesiásticas enotros lugares.Al ocuparse, tanto como le era posi-ble, de la aceptación por Roma de lamisión de Oceanía, como medio paraque la Sociedad de María fuese apro-bada, le colocó en buena posiciónpara ser elegido responsable de lamisión; tal vez eso era lo que busca-ba. Ciertamente tenía todas las cua-lidades de responsable episcopal.Además, en su condición de obispo,evitaría estar bajo la jurisdicción delSuperior general de una congrega-ción religiosa. Podría ser autónomo y,con sus conexiones maristas, tenía laventaja adicional de disponer de losmiembros de esta congregación re-ligiosa, tal vez, como ayudantes parala misión.Lo que hizo Pompallier para intentardistanciar a los Hermanos Terciariosde los vínculos con los maristas, esmuy interesante. Aunque el P. Forest,marista, fuera designado para re-emplazarlo como capellán de loshermanos Terciarios, Pompallier,como hemos visto, no tenía la inten-ción de asociar a los Hermanos Ter-ciarios a la jurisdicción del Superior dela Sociedad de María. Actitud algo ex-traña porque anteriormente, parecíahaber tenido la intención de vinculara los Hermanos Terciarios con losmaristas. Quizás había pensado que,puesto que estaban bajo la jurisdic-ción del arzobispo de Pins, sería me-jor no insertarlos abiertamente en laSociedad de María. Tal vez no queríaofender a Mn. de Pins. Cualesquiera

que sean las razones, sabemos loque dijo a Colin, en relación a su con-versación con el Papa sobre los Her-manos Terciarios: “Yo no los he pre-sentado como sujetos a la jurisdiccióndel General de la Sociedad (de Ma-ría)”.141

Sin embargo, Pompallier hizo muchoy de muchas maneras por la Socie-dad de María. Llevó a cabo la reali-zación de uno de sus objetivos origi-nales: el establecimiento de una Ter-cera Orden. Es cierto que Colin ac-tuaba en la misma dirección entre loshombres en Belley pero el grupo dePompallier en Lyon, era más vigoro-so. Y fue de este grupo de Lyon quefinalmente surgió y creció con fuerzala Tercera Orden, especialmente bajola dirección del P. Pierre Julien Eymard(más tarde canonizado). Además,Pompallier inició asimismo una ramafemenina: las Vírgenes consagradas,de cuyas filas surgieron finalmente lasHermanas Misioneras de María, quie-nes, a su vez, animaron la fundaciónde pequeñas congregaciones indí-genas en la región del Pacífico.A pesar del verdadero apego dePompallier a la Sociedad de María yel excelente trabajo que realizó en sufavor, no es realmente sorprendenteque optara por no hacer votos comomarista en 1836. Tenemos, por su-puesto, las razones que él adelantódiciendo que su primer deber era ha-cia el Papa; pero parece que hay másque eso.Pompallier ha parecido estar siempreen la periferia del movimiento de los

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Sacerdotes Maristas. Parece que fuetambién protagonista en la elabora-ción, probablemente en 1830, de losdieciséis estatutos, que eran real-mente un manifiesto de la Sociedadde María del Hermitage, tal como sehabían vivido en los primeros años.Ciertamente, ya no fueron tan im-portantes después de la elección deColin como Superior central en 1830,porque Colin, en su condición de su-perior, fue designado para supervisarel estilo de vida marista en comuni-dad. Aún más, cuando se creó el gru-po de Valbenoîte, Pompallier escribiólas reglas para su estilo de vida.Como sabemos, su propensión aestablecer reglamentos no era evi-dentemente apreciado. Sin embargo,con este empeño de escribir las re-glas para los grupos maristas, Pom-pallier daba la impresión de que teníasu propia visión de lo que la Sociedadde María debería ser. Es posiblepues, que no estuviera satisfecho conla orientación que estaban tomandolos maristas.De 1832 a 1836, Pompallier jugaba supropio papel en solitario, profunda-mente implicado aún en asuntos ma-ristas, pero más o menos de formaindependiente. En muchas de sus ac-tividades, parece haber estado algoal margen del espíritu marista y, entérminos de la vida religiosa, se com-

porta más como un hombre de poderque como un hombre de servicio. Porlo tanto, la elección de no a unirse alos maristas y de aceptar el lideraz-go de la misión de Oceanía, un apos-tolado que le distanciaba de Franciay del corazón de la Sociedad, Pom-pallier pudo haberlo hecho siendoconsciente de sus diferencias con susantiguos compañeros de la Sociedadde María.Pompallier y sus compañeros maristaszarparon para Oceanía Occidental alfinal de 1836. Esto significaba paraPompallier más de tres décadas dedificultades y peligros, de disputascon Colin y de querellas con los mi-sioneros de otras confesiones cris-tianas. Que su corazón estaba ver-daderamente entregado a su obra, loprueba la impresión duradera quedejó en los Maoríes de Nueva Zelan-da. En el año 2002, un grupo de pe-regrinos buscaron su cuerpo en unoscuro cementerio de la región pari-sina y, con ceremonias solemnes yprolongadas, lo llevaron a la Tierra dela Gran Nube Blanca, enterrándolebajo el altar de la pequeña iglesia delpueblo de Motuti, al lado del río Ho-kianga, cerca del lugar donde se tu-vieron lugar los primeros esfuerzosmisioneros del primer obispo católicode Nueva Zelanda, Jean-BaptisteFrançois Pompallier.

100 Por una causa común

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INTRODUCCIÓN

Algunos meses después de la muer-te del hermano Basilio Rueda, acae-cida el 21 de enero de 1966, tuve laidea de pedir al hermano Gabriel Mi-chel, con quien me encontraba en-tonces en la comunidad de N. D. del’Hermitage, si aceptaría compartirsus recuerdos en relación con lacomposición de las Circulares escri-tas por el hermano Basilio durante susdos mandatos como Superior gene-ral. Con su acostumbrada disponibi-lidad, no tardó en redactar un largotexto cuyas páginas, en forma resu-mida, se presentan en este númerode Cuadernos Maristas.

Recuerdo sencillamente que el her-mano Gabriel Michel fue Secretariogeneral durante el primer mandatodel hermano Basilio (1967-1976). Poreste motivo, fue uno de sus más ín-timos colaboradores, sobre todo para

revisar la versión al francesa de cadauna de las Circulares. Durante el se-gundo mandato (1976-1985), el her-mano Gabriel Michel, aunque desti-nado en el Centro de Acogida de N.D. de l’Hermitage para continuar untrabajo histórico sobre nuestros orí-genes y servir como guía a los diver-sos grupos de peregrinos de los lu-gares maristas, no por eso estuvomenos relacionado con el hermanoBasilio, quien continuó pidiéndole unaactiva colaboración en la redaccióncorrecta de sus Circulares.

Que la lectura de las páginas si-guientes sea una ocasión para agra-decer al Señor por María a estos doshermanos cuya vida ha sido un mag-nífico regalo para nuestra familia re-ligiosa.

Las cifras entre paréntesis van refe-ridas a las páginas de las Circularesen su edición francesa.

101

Les Avellanes, 11 de diciembre de 2009

LAS CIRCULARES DEL HERMANO BASILIO RUEDACircunstancias de su composición, porel hermano Gabriel Michel

A R T Í C U L O

Alain Delormefms

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2 enero 19681. LA PRIMERA SESIÓN

DEL CAPÍTULO Al comienzo del Capítulo general de1967, el hermano Basilio ya era co-nocido por una parte de la Congre-gación. Podía recibir pues muchasconfidencias sobre los problemasque iban a plantearse.Si algunos capitulares llegan sin granpreparación, otros, al contrario, hanestudiado con esmero los documen-tos como “Perfectae Caritatis”. Muypronto nos vamos a percatar de lasorientaciones que se manifestarán enlas subcomisiones y comisiones en-cargadas de estudiar los grandestemas: Vida religiosa, Vida apostólica,Formación de los aspirantes y de loshermanos, Gobierno del Instituto.

Apenas nombrado, el hermano Basi-lio subraya que él ni quiere ni debe im-poner nada antes de que las nuevasConstituciones hayan decidido lo quese espera del nuevo Consejo general.

Procedimientoscapitulares complejos

Un texto provisional de las Constitu-ciones y de los Estatutos ha sido pre-parado en 1966, y todos sus artículosdeben ser aprobados por el Capítu-lo; lo que sólo tendrá lugar en un se-gundo momento, pues en primer lu-gar hay que poner a punto los “do-cumentos” procedentes de las co-misiones y subcomisiones, presen-tados bajo forma de “hojas rosas”,luego en “hojas azules”, luego en “ho-jas blancas”. El nivel “hojas rosas”quiere decir que la comisión está con-

forme, pero que debe conseguir elacuerdo de la Asamblea plenaria.Sus posibles enmiendas obligarán auna nueva versión del texto, presen-tado esta vez en “hojas azules”. Trasla aprobación por la Asamblea ple-naria, se mostrarán en “hojas blan-cas” para la votación definitiva. El documento sobre un eventual ac-ceso al sacerdocio, deseado por al-gunos en los límites de “Perfectae Ca-ritatis”, era uno de más delicados. Loera de forma particular respecto a lasdeterminaciones ante las que el her-mano Basilio Rueda sentía el deberde permanecer neutro y discreto,previendo incluso tener que aplicardecisiones en desacuerdo con sumanera de pensar (p. 6).Ya ha podido percibir en tal o cualProvincia un cierto rechazo a la vidacomunitaria clásica con orientacioneshacia formas próximas al Institutosecular (26-27). Por su parte, eneste período de intermedio capitular- momento en el que publica su cir-cular: enero de 1968 - no piensa in-fluir sobre ninguna tendencia: ni la delos que quieren ir muy deprisa, ni la delos que ya no se reconocen dentro deuna Congregación dispuesta a de-masiados cambios.

Balance de la primera sesión

El hermano Basilio, recordando ya lanecesidad de verdaderas encuestaselaboradas científicamente (46),constata que la 1ª sesión, aunquehaya discurrido en un ambiente degran amistad, se clausura mostrandosobre todo posiciones contrarias

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(49). En el inicio de 1968, nos encon-trábamos asimismo al borde de esacrisis que se iba a manifestar en tan-tos países: nuevas investigacionespsicológicas, dinámica de grupos,insistencia en el derecho a la felicidad,la libertad ante todo, etc… Pero la li-bertad necesita la ayuda de las es-tructuras (57), del carisma del Fun-dador, fuente de verdadero dinamis-mo (58). Ciertamente, era necesariovibrar con los valores del tiempo, enlo que tenían de positivo pero sin re-nunciar a los valores de antaño queposeían también aspectos auténticos.

2 febrero 19682. LA INTERSESIÓN

En una segunda Circular, el hermanoBasilio continúa preparando a loshermanos para la 2ª sesión. Además,apoya algunos trabajos positivos quese hacen en determinadas Provincias,juzgando que, incluso sería buenodisponer en todos los lugares deuno o de dos hermanos especializa-dos, liberados enteramente, parapreparar el trabajo de la 2ª sesión.

Fidelidad al espíritu del Concilio

Ya en esta época, el hermano Basiliosabe que puede haber desconfianzarespecto a algunos textos pontificios(77). Así pues, va a insistir sobre unode los puntos del Concilio: el carismade los Fundadores y precisar para nos-otros “un carisma dinámico” para vivircada época de forma inteligente. Aun-

que las aportaciones de cada gene-ración hayan podido ser más o menosfieles, el hermano Basilio piensa en tra-bajos de investigación y de sistemati-zación de nuestra espiritualidad (80)que tendrían más valor que una tradi-ción no siempre bien estudiada (79).De todos modos, no hay que precipi-tar nada, pues la Congregación va adisponer de 9 años o incluso de 18para experimentar. La experiencia que tiene de su Pro-vincia y las confidencias recibidascomo maestro de los Segundos Novi-cios, le han enseñado que, si existentorpezas en actuaciones demasiadoprecipitadas de los entusiasmadospor la novedad, hay también frenos in-admisibles por parte de los que noquieren admitir ninguna novedad. Porotra parte, los numerosos contactosque ha tenido con muchas congre-gaciones le permiten constatar quelas tensiones no existen sólo entre loshermanos maristas.Y si más tarde, la Sociedad San Pablopublicará en italiano la mayor parte desus Circulares, será debido a quesabe que el pensamiento del herma-no Basilio, es apreciado como ade-lantado, a la vez abierto y prudente. En conclusión: Si la vida religiosa debehacer experiencias nuevas, éstas de-ben basarse en algunos principios.• Transformar lo que es bueno en

mejor• Elaborar encuestas significativas• Buscar fórmulas más funcionales

para nuestro tiempo• Aceptar que la experiencia sea

reversible• No crear opiniones favorables a

la irregularidad.

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24 febrero 19683. HACIA

LA SEGUNDA SESIÓN

Es preciso orientarse hacia una con-versión institucional y ésta representamás que la suma de las conversionespersonales. He aquí la verdaderapregunta: ¿queremos lo que ha que-rido el Concilio, lo que quiere el Evan-gelio? Existen dos peligros: anquilo-sarse o convertirse en víctimas de re-voluciones internas como conse-cuencia de las fuerzas de oposiciónprocedentes de los jóvenes.Ahora bien, en todo grupo humano,se debe contar con un peso de fide-lidad y un peso de carne. Y sabertambién que una congregación no esla Iglesia: no tiene las promesas de lavida eterna. Si sus únicas tendenciasson el rigorismo por un lado y el libe-ralismo burgués por el otro, tendrápocas oportunidades para sobrevivira las sacudidas que se preparan. UnCapítulo debe ser una acción profé-tica, que injerte las almas en el Espí-ritu (127)

Renovación y fidelidad al evangelio

Una renovación adaptada no lleva auna ley de muerte. El mundo quequeremos ayudar ya no es concebi-do bajo un matiz peyorativo: es unasociedad fuente de deberes, a laque debemos aportar valores nuevoso re-actualizados. No en vano el her-mano Basilio ha hecho estudios deaxiología y ha elaborado una tesis so-bre los valores (El ser y el valor). Nose debe pues partir desde las minu-

cias, sino desde los grandes ejes: lacreación es buena; pero existe la ca-ída, felizmente seguida de la Reden-ción (131). Sólo en Cristo y por Cristose realizan el mundo y el hombre.Tal es el sentido de una renovaciónadaptada, que no es cualquier adap-tación. La tentación de muchos Su-periores es la contemporización conlos hechos consumados: tal aban-dono ya se ha realizado; sólo faltaaceptarlo. Con un poco de humor ne-gro, el hermano Basilio constata queestas legitimaciones tienen la venta-ja de resolver los conflictos de unacomunidad mediocre, pero también elinconveniente de situarse sobre unapendiente que la hará deslizar aúnmás abajo. Así pues: descentralización, ¡sí!, perono una federación que permita acada Provincia crear su propia ley.Los Consejeros generales deben re-cordar que la autoridad central tieneel derecho de reaccionar. El Capítu-lo decidirá los poderes concretosque pueden conservar las autorida-des provincial y local. Esto planteatambién el problema más generalde la obediencia, que será tratadomás adelante.

2 julio 19684. UN CAPÍTULO

PARA EL MUNDO DE HOY

Faltan algunas semanas para el Ca-pítulo y el hermano Basilio está cier-tamente preocupado por un posiblepeligro: dedicarse enteramente aproblemas internos sin darse cuenta

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de las necesidades del mundo. Asípues, intentará decir lo que nuestromundo espera del Capítulo de loshermanos maristas.

La misión marista

El mismo día de su elección, el her-mano Basilio había manifestado su fir-me decisión: ir a los pobres y a las mi-siones. La gran motivación de hoy noes precisamente la ascesis, sino lacaridad. Sin embargo, la ascesis, eldiálogo con Dios y la vida fraterna se-rán las que conjuntamente, nos di-namizarán para darnos a conocer siel Instituto hace lo que conviene res-pecto al mundo real. No se trata de una ruptura con el pa-sado, sino de una mejor orientacióncara a las nuevas necesidades deesta gran aldea en que se ha con-vertido el mundo. De ahí, tres pre-guntas:• ¿Cuáles son las llamadas

del mundo?• ¿Qué eco deben encontrar entre

los discípulos de Champagnat?• ¿Cómo responder

a estas llamadas?

El problema de la no violencia

Conociendo bien el Tercer Mundo la-tinoamericano, el hermano Basilio nopuede hacer menos que prever losfenómenos de violencia como reac-ción a tantas injusticias en la distri-bución de las riquezas y el peligro deuna justificación teológica de esta vio-lencia. Sabe que frente a la violenciade los guerrilleros está la de los po-

licías, no menos injustificable. Las respuestas a estas situacionesson primeramente, las del materialis-mo en sus formas radicales. Nosotros,al contrario, lo que debemos buscares la cristianización, la pasión por unprogreso humano universal, por lapromoción de todos los hombres y delhombre entero (240).¿Existe el derecho a la violencia? Noestá totalmente rechazado en “Po-pulorum Progressio” y el hermanoBasilio cita a Helder Cámara:

“Yo respeto a los que, en conciencia, se sienten obligados a optar por la violencia, no la violencia demasiado fácil de los guerrilleros de salón, sino la de los que han probado su sinceridad con el sacrificio de su vida. […]Nosotros, cristianos, estamos del lado de la no-violencia, lo que no significa en absoluto una opción de debilidad y de pasividad. La no-violencia, consiste en creer más en la fuerza de la verdad, de la justicia y del amorque en la fuerza de las guerras, de los asesinatos y del odio”.

Pero, hay que distinguir entre lo de-seable y lo posible. No se debe com-batir un mal real con un mal mayor. Eneste caso, el hermano Basilio cita nu-merosas veces la “Populorum Pro-gressio” y los escritos de J. L. Lebret.

Actualidad de nuestravocación educativa

La escuela católica está para cumplirla misión del pueblo de Dios. En esteaspecto hay un desfase que se deberecuperar: ¿qué representa la aporta-ción en personas y en dinero de todaslas congregaciones de enseñanza a las

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necesidades del mundo? Es necesa-rio que todos actúen: familias, Iglesias,Estados. Pero para nosotros, profe-sionales y apóstoles, la acción que te-nemos que realizar debe proceder deun impulso de caridad sobrenatural, deacuerdo con nuestro carisma, segúnuna programación realista y sin caer enla anarquía (en una empresa que fun-ciona no se tolera la anarquía).

“Por eso intento sensibilizar al Capítulo, incluso si cierto hermano joven estudiante haya visto que las tres primeras Circulares no presentaban nada importante en relación con el Capítulo. Yo no puedo menos que pensar en las 8.000 voluntades libres que están a mi disposición y de los que soy responsable”.

El hermano Basilio está profunda-mente penetrado por la doctrina de“Populorum Progressio” y cita tam-bién con frecuencia a J. L. Lebret:

“Sólo con la condición de compenetrarnos con el espíritu del Señor y con el espíritu evangélicopodremos adaptarnos a los signos de los tiempos y dar las respuestas adecuadas”(283)

El hombre del evangelio

Personalmente, es lo que siempre headmirado más en el hermano Basilio.Ciertamente, es el hombre de una in-teligencia extraordinaria, de un pro-digioso espíritu de síntesis, de unagran apertura a los cambios, pero,ante todo es el hombre del Evange-lio. Un día me decía:

“Si un hermano está siempre disponible al Señor y a los demás, puedo dispensarle de toda la regla”.

Es necesario pues, aceptar nuestrotiempo ya que es el nuestro, y hacerlocon alegría, sin renegar del pasado.No se trata de que los jóvenes seconviertan en maestros, pero hay queescucharlos (286). Los tomamos dela cantera del mundo y los modela-mos para el mundo.

Otro autor citado varias veces por elhermano Basilio es Houtart, quien re-cuerda:

“Los cristianos no deben olvidar que hay un lazo misterioso y real entra la creación en su origen y la escatología… no es indiferente para la nueva creación que hayamos hecho del mundo un universo habitable para un hombre cada vez más parecido a su creador, o por el contrario un infierno de odio y de destrucción. Existe una relación misteriosa entre los dos”.

En esta línea se sitúa la vocación delHermano, que permanece maravillo-sa:

“Liberar a unos seres humanos del condicionamiento de la vida secular (ganancia, interés, familia, regionalismo, nación, vida sexual) para dedicarlos con todas sus energías y toda su unidad psíquica,integrarlos en un equipo de acción, ofrecerlos como un don al servicio de la juventud, del desarrollo y de la evangelización mediante la tarea educativa; este ideal será siempre de actualidad”… (289).

Pero para vivirlo con plenitud, espreciso que nuestra vida de plegariase sitúe en un nivel de familiaridad conel cielo.

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Como criticar a nuestro mundo

Aludiendo a la protesta global que co-noció Francia en mayo del 68, poneen guardia asimismo contra ciertastendencias nuevas que mueven a losalumnos hacia ideas de rebelión y depreocupaciones sociales sin control.Ya que, incluso una justa rebeldía nodebe emplear medios abocados deantemano al fracaso por su falta demedida.

Se puede comprender a qué niveleclesial quiere orientar al Capítulo elhermano Basilio.

“La humanidad, afirma con Madeleine Delbrel, seráevangélica o dejará de existir” (312).

Es ya la constatación de la circular:

“El gran enigma de la antropología es el fracaso de todo el humanismo laico. Los jóvenes tienen sobre todo necesidad de encontrar, no sólo medios para vivir, sino razones para vivir. Es necesario convertirlos en apasionados del plan de Dios, lo que se logra mediante la acción y la vida, no con los libros”.

De ahí la necesidad de planifica-ción: no esperar una persecución, alestilo Combes, para organizar porejemplo, una expansión programadaen lugar de la expansión forzosa de1903.

En cuanto a la formación de líderes,es preciso también salir del marcoclásico y no tener miedo de elegirlos

en “todas las clases sociales” máspor razón de su dinamismo, de su ca-pacidad de entrega que por sus po-sibilidades académicas – las cualessin embargo, deben tenerse en cuen-ta, tratándose de una congregaciónde enseñanza.

En nuestro mundo, en el que algunosse preguntan para qué sirve la Igle-sia, el hermano Basilio adivina estapregunta y la responde con las ad-mirables reflexiones de PopulorumProgressio: “Todo desarrollo es am-bivalente. Sin embargo, para permi-tir al hombre ser más hombre, le en-cierra en una prisión desde el mo-mento en que se convierte en biensupremo que impide mirar más allá.La investigación exclusiva de haberhecho de él un obstáculo al desarrollodel ser, da como resultado un “sub-desarrollo moral”. (310) De ahí la ne-cesidad de redescubrir y hacer re-descubrir a nuestros alumnos un hu-manismo cristiano.

Conclusión

La verdadera batalla se librará a ni-vel de Provincias si se admiten losprincipios de la descentralización.Las llamadas se refieren a plantea-mientos del presente, muchos deellos nuevos, y no se contradicen conlos del pasado (por ejemplo: ir a lospobres). Es preciso seguir a Cristocomo lo habría hecho el Fundador,con absoluta confianza.

Y anuncia una 5ª parte que se distri-buirá a lo largo del Capítulo.

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1 noviembre 19685. LAS LLAMADAS

DE LA IGLESIA Y DEL FUNDADOR

Aun cuando las realizaciones exce-lentes de antaño deben someterse arevisión, la escuela sigue siendo un lu-gar muy importante, una actividad pri-mordial aunque no exclusiva. “Cami-nante, se hace camino al andar”. Espues necesario aplicar el Concilio anuestra congregación y a nuestro Ca-pítulo.

Vaticano IIy la situación actual de nuestro Instituto

Para formar parte de la Iglesia “ad in-tra”, hay que familiarizarse con la Sa-grada Escritura, ya que, aunque laIglesia tenga estructuras “ad extra”,éstas son carismáticas y neumáticas.

5.1 - Vida de oración En todo caso, para nosotros, her-manos maristas, lo que necesitamosno es primordialmente la exégesissino la oración personal y el gusto porla liturgia. El hermano Basilio quiereque la palabra de Dios nos hagadescubrir la Iglesia y que la Iglesia noshaga descubrir la Palabra. Atenciónpues, de leerla con sentido de Iglesiay no como mera divagación según in-vitan tantos estudios ilustrados ypoco preocupados por la vida interiory por la fe.

El hermano Basilio, que ha conocidoensayos discutibles sobre la moder-nización de la liturgia, pone en guar-

dia contra las fantasías. En guardiaasimismo contra ciertas tendenciasde asistir a la eucaristía cada uno porsu lado, lo que dice muy poco de lacomunidad cuando, desde posicionesopuestas, algunos hablan de un votode comunidad. En todo caso, cuida-do con la norma de la misa diaria: queno se abandone por excusas infun-dadas.

5.2 - Caridad Es la base del mensaje de Juan XXIII:la caridad es la ley fundamental de laperfección humana (394). Clara re-ferencia al testamento espiritual delPadre Champagnat. Hacer una obrade caridad o de servicio sin amor, esuna ofensa.

5.3 - Ecumenismo El hermano Basilio presenta estudiosextensos sobre este tema, siempremuy equilibrados. Cita a Culmann conquien se ha reunido y con quien ha ha-blado de eucaristías ecuménicas:

“Si la fe cede, la comunión recíproca puede resultarfácil, pero el ecumenismo no tiene nada que ganarcon esta convergencia de dos debilidades.”

5.4 - Las misiones Aunque no seamos un Instituto mi-sionero, tenemos una buena prepa-ración a este respecto. Desde 1836,algunos hermanos han salido paraOceanía. Pero en nuestros días, hayuna regresión misionera y continen-tes enteros ignoran aún el Evangelio.De ahí un nuevo esfuerzo proceden-te de las Provincias para crear Pro-vincias nuevas. (30 años más tarde,ya es una pequeña realidad)

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La misión es el anuncio del Evangelio:a) a paganos o a evangelizados re-

cientemente pero que no han asi-milado aún el mensaje.

b) a católicos que no poseen el mar-co pastoral deseado

c) a países de tradición católica, peroen vías de paganización.

El hermano Basilio visitó trece paísesde África antes del Capítulo para po-der juzgar mejor. Para él, la fundaciónde institutos autónomos es posible,pero no sería conveniente realizarlapor dificultades de integración. Porotra parte, en el conjunto, la integra-ción a nivel marista es buena. Para una expansión misionera hace fal-ta una mística; es necesario pues cre-ar un ambiente que favorezca la eclo-sión de vocaciones y mueva a una Pro-vincia a asumir sacrificios razonables.

5.5 - Mariología renovada Una circular, ocho años más tarde,tratará este tema. El hermano Basi-lio subraya únicamente que nunca unConcilio había elaborado una síntesisparecida sobre el tema mariano. Asípues, que no vengan diciendo que elConcilio ha solicitado un tono discre-to en torno a María.

5.6 - Promoción del laicado La Iglesia no es una democracia; porparte de Cristo mantiene su prerroga-tiva de enseñar, de santificar y de go-bernar. Pero los cristianos tienen en ellauna participación activa. Un colegiocristiano sólo cumple su misión si, al fi-nal de curso, llega a ofrecer un núme-ro razonable de vocaciones consa-gradas o de jóvenes comprometidos.

En el periodo de confusión en el quehemos entrado, el problema de lasvocaciones tropieza con la carenciade convicciones fuertes. Ahora bien,nadie lucha por defender algo que noha amado verdaderamente. Es pre-ciso tener “el carisma de no poder vi-vir de otro modo”. Así pues, adquiriruna conciencia nueva de nuestracondición de religiosos.

Para la selección de las vocaciones,ante todo, no se deben despreciarotros valores (por ejemplo, el matri-monio) para que el joven opte poraquello que realmente para él quierael Señor.

5.7 - Espíritu del Fundador El Concilio ha pedido la reafirmacióndel carisma de los Fundadores.¿Qué nos diría Champagnat? El hermano Basilio recuerda ochopuntos importantes (482-3).• Formación: Marcelino supo formar

en un periodo tan difícil como elnuestro. Al abordar el tema de las cualida-des de los formadores, el mismohermano Basilio se describe: ma-durez, comunicabilidad, receptivi-dad ante el Concilio, sentido de lapaternidad, preocupación por re-alizar bien la tarea, disponibilidaddel tiempo, profundidad en suvida espiritual.

• Adhesión al Papa y a los obispos• Audacia evangélica en los acon-

tecimientos (No convertir en mu-seo la obra de Champagnat).

Uno de los tristes acontecimientos deaquel momento era la guerra de Bia-fra. El hermano Basilio se había pre-

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guntado, inquieto, qué se tenía quehacer, pero le calmó la decisión to-mada por los propios Hermanos: to-dos querían permanecer en el país.Aunque no fueran mártires de la fe,podrían ser mártires del amor.• La pobreza

No vivir en un sistema de tranqui-lidad basada en una seguridadeconómica (567).

El hermano Basilio piensa particular-mente en abrir escuelas que no reci-ban subvención del Estado (allí don-de el Estado subvenciona) y donde laevangelización no encuentre impedi-mentos. Pero no lo precisa y no pa-rece que este gesto de audacia hayasido llevado a cabo.

El problema consiste también en ocu-parse no sólo de los pobres (lo quepuede reabrir planteamientos cerca-nos) sino de los marginados. Y no setrata de “una variación sobre un temaconocido”, sino de una necesidad ur-gente. Cita el caso de esos sesentasacerdotes españoles amigos a quie-nes pide un sucesor para el MundoMejor y que rehúsan, puesto que sehabían comprometido en servir úni-camente a los más pobres de Améri-ca latina (572-3). Para demostrar queno sueña, cita a un cierto número dehermanos maristas que han sabido ira los pobres verdaderos (576).

Propone también cosas muy con-cretas, como colocar el 5% de re-serva sobre el presupuesto de unaProvincia, fondo constituido por eco-nomías correspondientes a las priva-ciones asumidas voluntariamente.No se puede aprender a orar huyen-

do de la oración (597). La teologíaestá muy bien, pero la oración es otracosa. Basa su justificación citando aUrs von Balthasar en Cordula:

“El anuncio auténtico de la fe nace más bien de una unión atenta y consciente con el magisteriode la Iglesia. Requiere un estudio detenido, la meditación y la plegaria…” (599-600)

Conclusión (para “acabar-acabando”como decía cuando veía que el finalse alargaba).Que se dialogue con propuestas cla-ras, argumentos auténticos, una in-vestigación sociológica. Avanzamoshacia formas menos legalistas, apos-tólicamente más atrevidas, más in-sertadas en una socialización profe-sional en auge, con formas más in-dependientes.

30 noviembre 19686. CONCLUSIÓN

DEL 16 CAPÍTULO GENERAL

El hermano Basilio recuerda que el 21de noviembre los capitulares han “pre-sentado en el Templo” los documen-tos que anuncian un nuevo estilo devida personal y comunitaria. Han ima-ginado y dialogado, corregido y apro-bado los rasgos de una vida que fun-damentalmente debería ser siempre lade los 7197 hermanos fallecidos, a pe-sar de las apariencias externas.

Todos han perdido algo en las deci-siones que se han tomado. Él mismotambién: “Yo había intentado decir lo

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que esperaba del Capítulo. Ahora,obedeceré las decisiones. Ya no es-tamos en la etapa-manantial ni en laetapa-estuario. Nuestro río está en ellugar donde su cauce se abre paso.La realidad que se anuncia, perma-nece aún misteriosa. Después delConcilio ha habido crisis. Nosotros nopretendemos evitarlas”.

19 marzo 19697. CIRCULAR CON

OCASIÓN DE LA FIESTA DE PASCUA 1969

Se trata de una breve exhortación dela que retengo sencillamente esta alu-sión que hace el hermano Basilio delPadre Champagnat:

“Nada alteraba la paz de su alma ni la serenidad de su rostro.”

La paz en el hermano Basilio

Para mí, esta alusión describe al mis-mo hermano Basilio. A lo largo de nue-ve años, no recuerdo haberlo visto niuna sola vez mostrando desánimo, irri-tación o variación notable de su sere-nidad. Y Dios sabe que, en estos años1968-70, tenía motivos para vivir estosestados de ánimo, ya fuera por la evo-lución de nuestros estudiantes deRoma, o por los cambios de ciertasProvincias (México no era excepción). Tomaba las cosas como venían, es-perando el momento de gracia y ac-tuando entonces con toda la pru-dencia posible.

Me parece que no perdía ni el apeti-to ni el sueño. Hay que decir no obs-tante, que su sueño era tan reducidoque tenía que prescindir de algunacomida para dormir un poco. Adver-tía que no había por qué inquietarse.Ya estábamos acostumbrados a de-cir: “dordine” (del dicho francés: “elque duerme, come”) al referirnos a él.

Ciertamente, sabía que la convulsiónde la vida religiosa no era un fenóme-no exclusivamente marista y en lasreuniones de Superiores, se mostrabaoptimista y realista como le recuerdael Padre P. Giordano Cabra F.N.:

“Una de las personalidades más apreciadas era el hermano Basilio. Sus escritos sobre la vida religiosa eran conocidos y apreciados por su aspecto práctico y por la seguridad de la doctrina. Su cordialidad le mostraba amable y fraterno. En los trabajos de grupo destacaba su extraordinaria experiencia sobre los problemas de diferentes contextos culturales. Con bastantefrecuencia su opinión se convertía en texto y era citado, no sólo durante las reuniones sino también en los diferentes institutos, como orientación segura. Se puede afirmartranquilamente que el hermano Basilio, tanto por sus escritos como por su presencia activa y única en estas reuniones, ha sido uno de los orientadoresmás escuchados y más equilibrados de los años de la renovación, no solamente dentro de su institutosino en el conjunto de la vida religiosa.”

Como yo mismo formaba parte de lasreuniones de asistentes generalesdurante el periodo 1968-76, pude oírcomentarios del mismo género. Porotra parte, cuando el hermano Basi-lio estaba en Roma, cuántas vecesrecibía huéspedes en casa o bien en

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el “Agua Viva”, siempre con la finalidadde entablar nuevas relaciones, o parainformarse de lo que otros pensabansobre tal o cual tema de debate.

Disponiendo de tan poco tiempopara leer, estaba sorprendentemen-te al corriente de todos los grandesproblemas religiosos y rápidamentese hacía de ellos una idea personalque podía exponer en una síntesis im-pecable. En verdad, la falta de tiem-po no le facilitaba este proceso y de-bía explicar su punto de vista de for-ma más dilatada.

Pero, como se ve a través del testi-monio antes citado, su fe dominabatodo el paisaje brumoso de la época:

“Nuestra época es difícil, pero apasionante; además, no tenemos otra opción: es la nuestra” (23).

Las relaciones del hermano Basilio

Podría añadir que se sentía tan a gus-to con las personas sencillas comocon las personas eminentes. Des-pués de la sesión de 1968, parecióestar notablemente cansado y elConsejo general decidió que fuera adescansar a Taormina (Sicilia) y queyo le acompañara. Nos alojamospues en un hotel. Había que vercómo la conversación podía prolon-garse después de la cena con los de-más clientes, gente de diversa con-dición: turistas, cristianos o no.

Tenía muchos conocidos en el mun-do eclesiástico. Si me decía: “Vaya abuscar al cardenal Pironio (a quien

había invitado)”o “Reserve tres pues-tos en el “Agua Viva” (famoso res-taurante gestionado por religiosas)”no estaba motivado por relaciones“mundanas” sino porque tenía nece-sidad de sondear el punto de vista deBalthasar, de Lyonnet o de cualquierotro teólogo mientras conversabafamiliarmente con ellos durante lacomida. Con toda sencillez se infor-maba. Cuando la invitación tenía lugaren la casa general, iba a recibir alhuésped con toda delicadeza y leofrecía una visita a la casa. Si no ha-bía nadie para acompañarlo, se com-prometía él mismo a hacerlo, lo quemás de una vez, con los calores delverano romano, le privaba de unasiesta tan necesaria para quien sólohabía dormido cuatro o cinco horas.

6 junio 19708. LA VIDA

COMUNITARIA

Después del año 1970, las circularesque tratan de manera exhaustiva lostemas más importantes de la vida re-ligiosa se van a escalar regularmen-te durante dieciséis años.

El hermano Basilio piensa que debecomenzar por la VIDA COMUNITARIA,pues las deficiencias en este puntoexplican tal vez la hemorragia de vo-caciones en la mayoría de las con-gregaciones durante este periodo.

Es el momento en el que comienzana vaciarse en Roma las demasiadograndes casas generales y en el que

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las malas lenguas hablan del caso(quizás único) de un religioso falleci-do sin que sus co-hermanos se die-ran cuenta durante dos días.

Esta circular será un verdadero trata-do y no simplemente una exhortación.Trata de exponer toda la importanciaque puede tener una verdadera vidacomunitaria, sin hacer de ella una pa-nacea. De ahí el título: Apologia ydesmitificación de la vida comunitaria.El hermano Basilio había tenido que re-flexionar mucho sobre el tema y lo ha-bía tratado probablemente en sesioneso retiros durante su periodo de “Mun-do Mejor” ya que (lo precisa él mismo)este organismo había sido fundado deforma particular para la mejora de lasrelaciones humanas.

El hermano Basilio, en sus sesionesdel Mundo Mejor, había mantenidomuchos contactos con industriales ysabía que los estudios llevados acabo en la industria aportan tambiénsu sabiduría: una conducta autorita-ria por parte de la autoridad tieneefectos disolventes; la eficacia pro-gresa cuando los intercambios con eljefe son más fáciles.

En los ambientes religiosos se perci-be también la importancia del factorpsicológico en los comportamientoscomunitarios.

“El día en que todos comprendan que las leyes psicológicas bien experimentadascomprometen la conciencia moral, será posible un gran progreso”

(R.P. Hoffer)

En sus años del Mundo Mejor, tam-bién se puso en contacto con orga-nismos como la CLAR (Conferenciade Religiosos Latinoamericanos) don-de el tema también había sido estu-diado por y para personas llamadasa vivir juntas. No obstante, su circu-lar se expresará con un tono muy per-sonal, pues va a insistir sobre la es-cucha al otro - sólo Dios sabe el nú-mero incalculable de horas que élmismo había dedicado para escuchara centenares de hermanos

“habría preferido aprovechar de una visita para vercierto espectáculo que se me proponía, pero antetodo tenía que escuchar a mis hermanos”.

Sabe que se dirige a una congrega-ción en la que no ha habido nunca“castas de religiosos”, pero dondepuede ocurrir a pesar de todo, que talo cual se sienta menos aceptado. So-bre todo es necesario pensar en elideal de una comunidad desde elpunto de vista del director espiritualde sus miembros, lo que exige nocontentarse con lo mínimo.

12 mayo 19719. CONFERENCIA

GENERAL

El hermano Basilio recorrió numero-sos países desde 1968, y pudo cons-tatar lo que funcionaba o no en la re-novación sugerida por el Capítulogeneral. Cabe aclarar que coincidemás o menos con el periodo más crí-tico de las congregaciones religiosas.

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Pregunta: ¿estamos llamados a unalicuefacción estructural? Segura-mente no. Estamos llamados a unamisión y a un nacimiento. Hay unaobligación de renovar, mediante unaconversión no sólo personal sino ins-titucional. Y esto es un cambio quesupera el alcance de un mandatoconciliar. Por eso habla de nacimien-to más que de misión.

Cita a un obispo:

“Estáis equivocados porque no queréis cambiar”.

Y añade:

“Siento crecer en mí, con una fuerza irresistible y espontánea, la decisión de apoyar la puesta en marcha regular de la forma marista post-conciliary post-capitular.”

Ante todos los abandonos que hanmarcado este periodo, no puedemenos que interpelarse. Sin duda,muchos de los que nos abandonan lohan hecho por carencia de vida es-piritual, pero el rechazo al cambio porparte de ciertos hermanos habrá po-dido contribuir a ello. De ahí estas fra-ses duras pero acertadas:

“La vida religiosa no puede renunciar a vivir del Espíritu Santo para alimentarse sólo de un texto que se repite”.

O bien:

“La ley sin la Verdad que la engendra se transforma en legalismo”.

El Superior general se dirige pues asus Provinciales para pedirles si son

conscientes de ser Superiores, en laépoca del cambio querido por laIglesia y por el Espíritu Santo. Se pre-gunta a sí mismo y les pregunta so-bre vida evangélica, eclesial, encar-nada y carismática. El hermano Basilio, siempre muyatento con los hermanos mayores,frecuentemente los más virtuosos,deja bien claro que no quiere en ab-soluto renunciar el pasado. La iden-tidad institucional permanece comopunto esencial, pero…

Obediencia

Hay que aceptar la forma de mandarsegún las indicaciones del sistemacapitular, sin caer por otra parte, enla dimisión de la autoridad. Hay queformar en la responsabilidad, pues lasinstancias subalternas deben ejercersu función.

Formación

Las vocaciones son ahora de unaedad mucho mayor. No se puede ac-tuar del mismo modo que con las vo-caciones más jóvenes. Es un proble-ma muy serio (visto y revisado mástarde, por ejemplo en 1996) que se hapresentado sobre todo a nivel de lasmotivaciones para la elección de unavocación.Bajo el pretexto de que se nos ha for-mado “así” no hay por qué someterlas nuevas vocaciones a pruebaspor encima de sus fuerzas, si bien,tampoco se tiene que llegar, me-diante una formación demasiado in-fantil, a una despreocupación espiri-tual y moral.

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Misión

La escuela católica es un campo deacción muy importante, pero puedehaber también otros campos de ac-ción apostólica.

1 noviembre 197310. CHARLA SOBRE

LA ORACIÓN

Para la circular sobre la oración, el her-mano Basilio había pensado primera-mente en una forma de actuar queutilizará otras veces: partir de la vi-vencia de los hermanos que quieranaportar su testimonio. Finalmente,adopta otro método. Como había di-rigido un número de retiros sobre estetema, se sirve de estas mismas char-las para conformar la circular. Recor-demos que estas conferencias de re-tiros eran la respuesta al cuestionarioque había propuesto y que revelabaen qué situación se encontraba la vidade oración de los hermanos. Su pun-to de partida es el hecho de que exis-te en algunos una inconformidad conla oración y una sorprendente reduc-ción del tiempo dedicado a ella.

Una experiencia

El hermano Basilio visitó a los her-manos de Ceilán y pudo ver que, parael mundo budista, la contemplación yla castidad son también realidades.Por otra parte, es la época en la quemuchos jóvenes europeos marchana la India para iniciarse en la espiri-tualidad hinduista y budista. Los gru-

pos de Renovación apenas habíancomenzado en el mundo católico. Es-tos grupos van a dar importancia a laoración de alabanza, pero el herma-no Basilio considera que hay que darrespuesta primero a la objeción sobrela oración de súplica que pareceesencial y casi única en Santo Tomás. Sin embargo, la gran objeción a la quehay que responder es la que consi-dera la oración como forma obsole-ta de religiosidad: Cita a Sartre:

“El hombre, su liberación es el fruto de susmanos… Su desesperanza llega a ser activa y seconvierte en salvador eficaz”.

Es la época en la que se oyen frasesterribles, incluso dentro del mundo re-ligioso.

Hoy, al hablar de la oración, no hayque orillar el tema. Aquí, el hermanoBasilio alude al testimonio del P. Hä-ring que dirigía un pequeño retiro alConsejo general. Habiendo sido invi-tado por algunos Pastores protes-tantes para concelebrar la eucaristía,había rehusado porque “ustedes nocreen en la eucaristía”. Los Pastoresle habían respondido:

“Vd. conoce su fe, no la nuestra. Pregúntenos y juzgará luego”.

Después de algunas preguntas, habíatenido que reconocer que aquellosPastores creían en la Presencia real.

El hermano Basilio intenta situar elproblema de la oración en su esen-cia profunda, más que en sus formas,pues no quiere meterse en un calle-

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jón sin salida. Esto nos obliga a utili-zar algunas definiciones de naturale-za filosófica bastante desconcertan-tes para el gran público marista.

1ª definición: la plegaria, comienzo, esencia y definición de la transcendencia Partiendo de la noción de petición de-masiado acentuada en Santo Tomásy aludiendo al “Benedicite” discutidoy de posible discusión: “Y dad el pana los que no tienen”, recuerda que, in-cluso en la petición de un corazóncristiano, debe haber sístole y diás-tole: pido, pero también doy.Por otra parte, al final de los tiemposya no habrá oración de petición, sibien toda la escatología será oración,pues oración no es sinónimo de pe-tición. Se sirve asimismo de otroejemplo que no tiene tiempo de de-tallar pero que ya es conocido de mu-chos hermanos. Un hermano jovenespañol, estudiante en Roma, ha re-alizado estudios brillantes y pocodespués, se ha visto machacado poruna enfermedad que ha hecho de éluna piltrafa humana sobre una silla deruedas. Cuando se le preguntaba enlos últimos días de su vida: “Para ti,Juan, ¿qué será la vida eterna? Res-puesta: “Seguir haciendo lo que hago:contemplar”.En una situación como ésta puedeconsiderarse la plegaria como uncomienzo. Esto significa también quees anticipación. De este modo se al-canza su núcleo, su esencia. Se tra-ta pues de algo distinto a lo útil ya quealgunos quieren discutir la utilidad dela oración. (Lo que es otro asunto)

2ª definición: necesidad psico-teológica vitalEl hermano Basilio tiene siempre la ha-bilidad de aclarar sus definicionesoscuras sirviéndose de sencillas com-paraciones. No es aún el momento delos ordenadores, pero las encuestascientíficas que manda elaborar conocasión de sus retiros, se hacen a tra-vés de fichas IBM. Cita el caso de dosenamorados a quienes diría:

“En lugar de perder una hora con vuestraconversación amorosa, ayudadnos a elaborar fichasIBM; el dinero que ganaréis será una ganancia para vuestro matrimonio”.

Su respuesta sería: “No”. Tienen másnecesidad de la intimidad de su con-versación que del dinero. Sacad laconclusión de que la fe es ante tododiálogo de amor. No se trata de queDios tenga necesidad de mi oración,sino de que mi vida bautismal tienenecesidad de ella. Para manifestar suexperiencia interior, porque el corazónno está evangelizado y la oración esel gran medio para evangelizarlo. Sinella nos vaciamos de Evangelio. Si sesitúa debajo de un cierto nivel, la vidacristiana corre peligro.

3ª definición (aún más desconcertante, pero explicada rápidamente): Epifanía antropomórfica de Dios

Manifestación misericordiosa por lacual Dios asume una humanidad y secomienza a orar. El hermano Basilio busca una compa-ración y toma la de un niño en el senode su madre. Respiración, circula-ción, asimilación desasimilación, todo

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es realizado por la madre. Pero unavez nacido, él asume su propia vida.Ciertamente, en la vida cristiana, noexiste separación alguna: cuando unhombre ora y lleva una vida cristiana,es Cristo, el primer nacido de Maríaque ora en él. Cuando oramos nues-tra palabra afecta al Verbo que se haceVerbo (Palabra) para el Padre en unacarne humana. La plegaria es Dios quehabla a Dios por medio del hombre. Elhombre se ‘cristifica’ al orar. Toda polarización de la acción frentea la plegaria o de la plegaria frente ala acción es mala.

4a definición : La oración es una expresióndel corazón de tres personasen el cruce de dinamismosvariados y de esferasexistenciales variadas.

El hermano Basilio percibe que estadefinición va a resultar oscura. Propo-ne enseguida una comparación: arro-yos que confluyen: Jesús, yo y el Pa-dre. Pero Jesús y yo formamos ya laIglesia. La vida cristiana es una vida encomunión. En lo más profundo de mítengo cosas incomunicables o sus-ceptibles de comunicar sólo a Dios.

Conclusión

Se trata sobre todo de una llamada ahacer la experiencia de la oración.Cita a esta joven india de Taizé: ‘Nose puede hablar de contemplación sino se la ha experimentado’.La secularización puede tener unbuen efecto si conduce a una purifi-cación de la oración. Pero cuidadocon la secularización sin sentido. Si ya

no queda detergente en vuestra má-quina de lavar, no lavará nada más.Evidentemente el hermano Basiliono tiene reparo en decir a los her-manos que él no habla sin funda-mento, pues las encuestas estánahí, reveladoras de un tiempo deoración ¡tan reducido a veces!En el mundo laico se podía encontrarcasos como el de los esposos Huberque dedicaban dos horas diarias a laoración. La Sra. Huber vino varias ve-ces a hablar a los Hermanos. Habríaque añadir Carlo Carreto y el Saharao las comunidades catecumenales deKiko Argüello que se desarrollaban atoda velocidad en Italia, incluso másque en España. Taizé, adonde milla-res de jóvenes acudían sólo para orary reflexionar. Caffarel y la escuela deoración de Troussures, - el hermanoBasilio enviaría allí a muchos herma-nos -, los carismáticos y las semanasde oración de Jean Fournier y otros. El hermano Basilio animaba el contactocon estos diferentes movimientos.Personalmente, yo participé muchasveces en las plegarias de los catecu-menales y durante un año o dos en lacelda de Taizé. Le comenté el caso deaquel padre de familia (4 hijos) de ungrupo catecumenal que me decía:

“Hasta ahora, debía encontrar once horassemanales; en este momento, que me han nombradocatequista (animador), tendré que encontrar veinte.No sé cómo lo haré. Pero el Señor sabe todo. Al principio, mi mujer no quería venir. Ahora viene. Así pues, dos veces por semana dejamos a los niñoscon los abuelos y tanto unos como otros somos muyfelices. Antes de entrar en esta comunidad sentía la necesidad de asistir a todos los partidos. Ahora ya no voy: el Señor ha cambiado mis preferencias”.

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30 mayo 197511. LA OBEDIENCIA

Con la circular sobre la obediencia, elhermano Basilio aborda un tema quesin duda convulsionaba muchas con-gregaciones desde hacía años. Habíala tendencia de ver peligros en la obe-diencia. El pasado había sido testigode mandatos con resultados sor-prendentes en el caso de los santosy las santas; como Sta. Rita, encar-gada de regar una rama seca queacabó por transformarse en una ma-ravillosa vid. El hermano Basilio re-cuerda que incluso actos de obe-diencia casi del mismo tipo, existíanaún hace veinticinco años entre los je-suitas antes de los Votos Solemnes,aunque esto, en verdad, ya no cons-tituía motivo alguno de edificación.En los años 60, ya no existía el me-nor peligro de estar sometido a talespruebas, pero para los contestatariosde la obediencia, estos “errores delpasado”, como decían, podrían seruna buena excusa para “patalear”como los niños. En todo caso, el nú-mero de comunidades sin Superiorcrecía y con más frecuencia aún, elde las comunidades donde el Supe-rior ya no daba órdenes.En el mismo periodo volvía a florecerlevemente la práctica de la direcciónespiritual, llamada más bien acompa-ñamiento. Ciertamente, el hermanoBasilio hablará de ella, poniendo sobretodo el listón muy alto, para mostrar alas claras que la obediencia no ha per-dido nada de su importancia sinoque, por el contrario, en los momen-tos actuales llega a ser mucho másexigente en sus aspectos nuevos.

El hermano Basilio quiere referirse en-seguida al núcleo mismo del misteriode la obediencia: la pasión por la vo-luntad de Dios.

“Mi alimento es hacer la voluntad de mi Padre…”hasta la cruz.

Sin embargo, para Jesús la voluntadde Dios es siempre clara, incluso si enla agonía se muestra asustado. En micaso, por el contrario, esta voluntadde Dios se me ofrece como una tarea:transparencia, pasión de amor, reali-zación. Debo acoger la iniciativa deDios como María que la acepta comomujer fuerte, desde la Visitación has-ta Pentecostés. Yo la descubro pormedio de la prudencia, el consejo, eldiscernimiento, la sabiduría, etc…El hermano Basilio, familiarizado conlas actividades de diversos movi-mientos: Mundo Mejor, y tambiénCursillos de Cristiandad, etc… sabebien que hoy se escucha con másgusto a los testigos que a los maes-tros. Él aportará también su propiotestimonio. Hace tiempo descubrióque la voluntad de Dios sobre él erala vida religiosa. Sin embargo, cuan-do ha hablado a un hermano sobreeste tema, le ha dicho: “Quedaosdonde estáis”. A pesar de ello, comoen el caso del profeta Habacuc, el Se-ñor sabe encontrar a un ángel que osagarra por los cabellos. La obediencia es una realidad dife-rente del acompañamiento espiritual.El director guía pero no se impone. Elsuperior, al contrario, después de ha-ber dialogado, puede llegar a tenerque dar una orden, lo que hace de lavida religiosa un régimen de mediación

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más exigente, cuando es examinadoen toda su profundidad. Esto suponeque nos comprometemos a crear lascondiciones para que la voluntad deDios sea más palpable. Evidente-mente, el hermano Basilio habla en sucondición de director espiritual con in-mensa experiencia.El hermano Basilio, que utiliza con fre-cuencia frases complicadas, tomauna de ellas del P. Varillon:

“La voluntad es el lugar de unión con Dios ya queella se sitúa en lo más profundo del ser”.

Explica que los fieles cristianos quizásno lleguen a comprender bien esta fra-se aunque la realicen; mientras que enmi caso, esta frase puede decidirme aemitir mi voto de obediencia, sabien-do que tal vez, su realización resultemediocre. No obstante, una decisióntiene ciertamente su valor. Se puededecir que hay “como una condensa-ción que desde el principio sitúa la vidaentera bajo la obediencia”. Y llega a sersigno y anticipación en la Iglesia.

Signos de los tiempos

Ciertos contestatarios querían ha-blar de los signos de los tiempos: pa-labra del Concilio que precisaba bue-na interpretación. Me acuerdo de lapalabra “discernimiento”, y de quémanera inquietaba a hermanos acos-tumbrados a una obediencia ciega. Para el hermano Basilio al contrario,es muy necesario estar atento a lossignos de los tiempos, no precisa-mente para buscar la voluntad deDios con un calidoscopio hasta queme complazca. Para estos aficiona-

dos, les es necesario un cierto estilode capitel, sin que sea importante lasolidez de las columnas. (He aquí unametáfora más de las que brotan es-pontáneamente en Basilio conferen-ciante) (82)

Distingamos pues entre signos de lostiempos y las modas. No hay que que-rer convertirse en instituto secular o enquerer colocar juntos a los Hermanosde las Escuelas Cristianas y a los her-manos maristas. Se refiere al presi-dente de los institutos seculares (ha-bíamos recibido a varios representan-tes de estos institutos en la Casa ge-neral para una reunión), quien decíaque su verdadero problema era:

“la dificultad de ser comprendidos por gentes deIglesia, deseosos de alteraciones que anulan laintuición de Pío XII.”

El hermano aborda asimismo un temaque parece subrayar una “adquisi-ción” del pasado: la cuenta de con-ciencia, costumbre sólo habitual en-tre los jesuitas, por lo que respecta alfuero interno. Piensa que no se tratade una violación de las conciencias,sino simplemente de un medio quecrea las condiciones mínimas paraque la mediación del superior seaevangélica:

“El código ha reaccionado suprimiendo un remedioque parecía nocivo. Pero, en lugar de suprimirlo, loque convenía tal vez, era dosificarlo”.

Piensa, por otra parte, que se cami-na hacia la tendencia de permitir quecada congregación cree su propianormativa.

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En conclusión, el hermano Basilioalude de nuevo al tema de la comu-nidad sin Superior (137), del consen-so que no es necesariamente la bús-queda de la voluntad de Dios (141). Lavoluntad de Dios es mucho más queel bien común de la comunidad. Encuanto a la mediación de la comuni-dad es una utopía, sin duda deseable,pero más utópica que la del Superior.El hermano Basilio deja entrever queya lo ha vivido en el Mundo Mejor.Tengamos paciencia. Hay, como diceLégaut, lo esencial y lo indispensable.Que se comience pues esta media-ción con una plegaria participada.

25 diciembre 197512. EL ESPÍRITU

DEL INSTITUTO

Estamos en USA con ocasión de al-gunos retiros. El hermano Basilio yahabía visitado las comunidades unosmeses antes. Durante el periodo in-termedio de los retiros, decidió es-cribir una circular sobre el espíritu delinstituto. Fue prácticamente realiza-da al dictado. Como siempre, yo la re-dactaba en francés y le entregaba elresultado, lo que le daba tiempo paracorregir, completar…El preámbulo muestra que ya habíatratado este asunto y había tenidoefectos retroactivos que le habíanpermitido profundizar en el tema.Asegura que no es competente paratratar la parte histórica, pero puededecir cómo ha comprendido estetema del espíritu en su vida de her-mano marista y también qué sentido

puede tener cara a las preguntasplanteadas hoy entre nosotros y fue-ra de nosotros. En suma, hablará delas tres violetas, de María y del espí-ritu de familia, lo que parece bien paratodo hermano como compendio denuestro espíritu. Ante todo, una distinción entre elespíritu referido al ser y el carisma quese refiere al ser y al actuar (un donpara que el fruto brote desde el ser).Además, no es preciso otorgar al es-píritu de una congregación más de loque conviene. El espíritu no debe re-ferirse a la sustancia sino a la dife-rencia, pues la sustancia será siem-pre el Evangelio. Ver también: “lo im-portante y lo propio” (181). En cuan-to a la espiritualidad, es el estilo pro-cedente del espíritu que nos convierteen lo que somos. El P. Champagnat,tuvo primeramente una vocación dePadre Marista, es decir, de sacerdo-te formado por la teología del sigloXIX, pero con motivo de la fundaciónde los hermanos, María ocupa para élun papel relevante de educadora ytambién de asidua orante, mientrasque para los Padres Maristas, Ella es,tal vez, el modelo con el que debenidentificarse. Todo ocurre como si el Espíritu San-to, desde la promesa de Fourvière,hubiera actuado para diferenciar lasramas maristas, sin tener en cuentala idea que sobre ello tenía Cham-pagnat. De forma similar a la evolu-ción del cristianismo judío-cristianohacia el cristianismo único que cons-tatamos en S. Pedro, después de laexperiencia de Cornelio.Pero las realidades de los orígenes,aunque tengan su importancia, no

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son todo. El origen del Carmelo, la apa-rición a S. Simon Stock, son objeto demucha discusión hoy día, lo que no im-pide que el Carmelo sea una de lasgrandes espiritualidades. El sentido dela obediencia en varias congregacio-nes depende asimismo de la concep-ción monárquica de la época. Incluso,en la humildad, puede haber algún ele-mento “cultural”: por ejemplo, sirvepara obligar a aceptar trabajos mo-destos a religiosos o a religiosas.Por otra parte, en el caso de la humil-dad, ha podido haber un deslizamien-to de lo espiritual a lo psicológico: el“rechazo a la singularidad”, por ejem-plo, es un ideal bastante discutible.El inconveniente de estos desliza-mientos es, que en tiempos de in-conformismo, puede haber hermanosque protesten contra “lo que nos hainfantilizado”. Es necesario pues, mi-rar con bastante audacia la contes-tación de enfrente.

Volver a situar bien lahumildad

Hablé con frecuencia con el herma-no Basilio de la situación francesa y leindiqué que la condición de ‘Peque-ño Hermano’ en Francia era, en la in-mensa mayoría de los casos, alusivaa una condición social baja. La pro-cedencia de las vocaciones era ma-yoritariamente campesina salvo unpequeño porcentaje de hijos de obre-ros. Así pues, durante largo tiempo,han debido de contentarse con un ni-vel de instrucción propio del Brevetelemental; es decir, siete u ochoaños de estudios menos que un sa-cerdote. Aunque se haya resaltado

poco este aspecto, hay generacionessacrificadas hasta en torno a losaños 1940. El hermano Basilio apun-ta muy acertadamente que es muydistinto el hecho de pertenecer a unaclase social elevada e ir a clases so-ciales bajas (el caso frecuente de losHermanitos de Jesús) y el de perte-necer uno mismo a una clase socialbaja. Esto explica de forma particularciertos complejos de inferioridad y laexistencia de ciertas normas como:dejar que el director lleve la voz can-tante en una entrevista con los padresde alumnos.El hermano Basilio dice que ha em-pleado mucho tiempo para com-prender el consejo de Jesús: ‘colo-caos en el último lugar para que se osinvite a subir más arriba’. Psicológi-camente, la explicación que da es in-teresante: en la vida comunitaria, enlugar de un esquema de hegemonía,es necesario un esquema de frater-nidad. Tal vez, esto explica su éxito entrenosotros. Siempre el primero paralimpiar la vajilla. Ninguna reivindicaciónpara ser tratado aparte. Qué más dasi el inglés no es su fuerte: dirá lo quetiene que decir, incluso en esta len-gua. Se siente a gusto y crea am-biente de tranquilidad. “Soy Superiorgeneral, pero, si es preciso, lavo lospies a cualquiera”. A partir de su ex-periencia, puede afirmar que la hu-mildad es la piedra clave de la cons-trucción comunitaria.

La sencillez es la falta de complejidad:camina humildemente en presenciade Dios. ¿A cuántos hermanos no haaconsejado leer el libro del cuáque-

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ro Kelly: “Mi experiencia de Dios”, enel que habla de una vida que tiene sufuente en el “Centro” donde se en-cuentra la paz? Cita asimismo a Bo-ros, quien describe a los sencillos…

“Ellos distinguen con nitidez lo que es justo y lo que no lo es; cuando no pueden aprobar, se guardan su conformidad, pero no juzgan… Viven con frecuencia en una cierta despreocupación.Ponen en práctica la exhortación de Cristo aunque a menudo no conozcan mucho sobre Él.”

¿Es éste el tipo de sencillez queconviene a los “Pequeños Herma-nos”? En todo caso es el estilo de unpapa: Juan XXIII. A este respecto citaa Martín Descalzo:

“Lo veo en la basílica de S. Pedro cuando todos los obispos esperaban su discurso y que buscaba,Dios sabe en qué bolsillo escondido, sus gafasperdidas, mientras los nervios de los monseñoresque le rodeaban estaban a punto de explotar…”

Asimismo, el hermano Basilio per-feccionista era capaz de esta senci-llez. Si no había tenido tiempo parapreparar una conferencia porque ha-bía dedicado dos horas en la direc-ción con un hermano, confiaba enque el Señor proveería.

8 septiembre 197613. UN NUEVO ESPACIO

PARA MARÍA

La circular: “Un nuevo espacio paraMaría” fue escrita algunas semanasantes del Capítulo de 1976 y termi-nada durante este Capítulo.

Yo no sé si el hermano Basilio podíaimaginar que no sería reelegido, aun-que era una posibilidad. Sea comosea, esta circular la sentía como unanecesidad al final del mandato. Enefecto, el tema mariano en el Institu-to y fuera de él constituía un proble-ma y los hermanos esperaban que di-jera lo que pensaba de esta grave si-tuación de falta de fervor mariano enuna congregación marista.

Reunió pues en la casa del “DivinoMaestro” (Ariccia) a un equipo de seishermanos que habían realizado es-tudios de mariología con los que tra-bajó durante diez días. Había mo-mentos de oración, de reflexión, dediscusión. Pidió información sobreaspectos en los que temía no estar altanto de tal o cual matiz actual. Noobstante, enseguida pudo dictar consu reconocida seguridad, según elplan que tenía pensado. Yo estaba re-almente impresionado de la exactitudy precisión con las que las frases sur-gían. La copia se realizó en una ban-da magnética para la parte doctrinal.Esta parte, muy equilibrada, es aunverdaderamente reveladora para unlector de hoy.

Se añadiría luego la parte histórica re-ferente a la congregación, seguida dela encuesta científica y de los testi-monios que había pedido desde ha-cía algunos meses. No se trata de un tratado sino de unmensaje mariano destinado a sermeditado, como material de eventualuso en retiros marianos, “semanasmaristas” de oración, etc… Voy a recordar lo esencial.

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Este mensaje mantiene un tono bas-tante personal. Cuando una idea nose impone, el hermano Basilio dejaque su autor la exprese; por ejemplo,R. Guardini cuando trata de la espe-ra del Mesías por parte de María:

“Ella lo ha esperado, tal vez presentido. ¿No ha presentido que ella misma contribuiría a esta venida?” (272)

El hermano Basilio estudia luego las re-acciones de María ante las actitudesde Jesús, lo que denomina acompa-ñamiento mariano de la vida pública deJesús. María lo introduce en el mundode los esponsales: esponsales deYahvé con su pueblo. Y su humilde de-seo es elevado al rango de un derechoulterior (325). La vida espiritual deciertos cristianos revela algo parecido:algo que desconozco mueve a un ami-go de Dios a realizar una acción, de-cir una palabra, seguir un camino…quesólo se aclararán más tarde.

No tiene necesidad de imaginar a Ma-ría encerrada en Nazaret, como noconociendo nada de Jesús durantetres años. Es evidente que Maríacontempla a Jesús en su vida públi-ca, si no ¿cómo evolucionaría, des-pués de haber recibido una educa-ción muy estricta y siendo al menos,tan fiel como sus primos “a todas lasobservancias”?

El hermano Basilio también conside-ra como posible que María (que haconocido tantas cosas por medio detestigos: Isabel, Simeón, Ana, lospastores, etc…) conoce asimismo através de testigos la resurrección de

su Hijo, pues ella es la “bienaventu-rada por haber creído”.En todo caso, para María como paraAbraham, les es necesario creer y ca-minar, y no vivir una crisis de identi-dad. Pero su gran revelación tiene lu-gar en la Pasión; ella conoce por me-dio de Jesús su condición de madredel discípulo (Juan, 19, 25-27). No tie-ne necesidad de las explicaciones da-das a los discípulos de Emaús. Hameditado toda la Biblia.

Nueva era mariana

¿En qué se convierte nuestra misión:‘hacer conocer y amar a María’?Un estudio de carácter científico re-alizado a 2.000 hermanos muestrarealidades interesantes, por ejemploque la motivación mariana desde elprincipio contribuye considerable-mente al dinamismo y a la firmeza dela vocación (430).

Por desgracia, en los años que van aseguir al Capítulo de 1968, la situaciónmariana llega a ser mediocre, en pu-blicaciones: libros, cantos… o en la vidade oración. Las antiguas formas se re-ducen y las nuevas aún no aparecen.En la fecha de la circular (1976) se per-cibe un ligero rebrote. Por eso el her-mano Basilio expresa su “mea culpa”:“Yo no había reaccionado todavía”. Heaquí el motivo de la circular. El XVI Ca-pítulo general (1967-68) ha habladobien de María (Documento Mariano, enparticular) pero la corriente no ha dis-currido con suficiente fuerza. Como el hermano Basilio había rea-lizado una tesis doctoral sobre los va-lores, dedica un capítulo a este tema:

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los valores no se demuestran, semuestran. Examina lo que ha podidodesacreditar el valor mariano:

• Saturación axiológica• Imposición• Hipertrofia• Aparición de nuevos valores

(sociales por ejemplo).

De ahí la necesidad de una reformu-lación de los valores antiguos, lo quepide tiempo y medios.Finalmente, añade algunos anexospara aclarar tal o cual opinión de laspáginas anteriores. En verdad, estacircular es un documento extenso,pero se puede retomar ya para me-ditar la doctrina magistralmente ex-puesta, ya para encontrar magníficostestimonios de personas que sonhermanos nuestros.

19 mars 197814. PROYECTO

COMUNITARIO

La circular: “Proyecto de vida comu-nitaria” tiene algo de imprevisto. Elhermano Basilio lo dirá en un anexo4, p. 193. El Capítulo de 1976 intro-ducía este elemento más bien nuevodel que muchos hermanos no sabíandemasiado qué opinar. Por ello, elConsejo general le va a pedir una cir-cular sobre este tema, lo que le obli-gará a renunciar a la circular que pre-paraba sobre la Fidelidad, cuya apa-rición tendrá lugar más adelante.Ciertamente tiene ideas sobre el Pro-yecto de vida comunitaria e incluso

una experiencia práctica; no obs-tante, estudia lo que ya ha sido pu-blicado a este respecto y luego aña-dirá su propia reflexión original. Seráun texto bastante chocante dondedirá verdades de puño. Cabe decir que se puede exponer bri-llantemente una doctrina, pero ha-cerla vivir, es otro cantar.En realidad, se trata de crear una nue-va mentalidad, de suscitar grupos deanimación que se inspiren en unanueva mística: la mística del cambio. Esnecesario ponerse a ello, aun sabien-do de antemano que esta “utopía” sólose realizará de forma incompleta. Esta nueva mística está basada en eldiscernimiento y en la ortopraxis (ac-ción justa más que enunciado justo).Probablemente sea suficiente un nú-mero reducido de textos pero que sebusquen los medios eficaces paraproyectarlos en la acción. Se necesi-tan personas que sean fermento,sino una comunidad será víctima dealgunos de sus miembros movidospor criterios mundanos.

Sí, se necesitan personas que se ad-hieran profundamente al misterio dela cruz. Sin nombrar a Taizé, el hermano Ba-silio propone esta comunidad comomodelo. Conoce, en efecto, que Ro-ger Schutz ha podido decir:

“Si encontráis difícil la vida comunitaria entrereligiosos católicos, ¿qué debemos decir de Taizé?Nosotros pertenecemos a dieciocho Iglesias diferentes”.

Así pues, si una comunidad quiereelaborar un verdadero proyecto co-

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munitario, no debe poner el acento enlas diferencias, en todo lo que puedeser obstáculo para la unión. Es pre-ciso asumir las diferencias con opti-mismo y crear una corriente de pro-greso, no de regreso.

La comunidad debe estar abierta a laProvincia, la Provincia a la Iglesia, laIglesia al mundo. Y no criticar dema-siado pronto lo que funciona: espa-cios para la oración, su ambientación,mucho más atractivos para los jóve-nes que la capilla ordinaria. Esto de-pende de la aceptación que se hayaconseguido. La ascesis de pasar unanoche en blanco para lograr estaaceptación, tiene mucho que ganar yrefleja una actitud más apropiadaque el cilicio de antaño. El hermano Basilio no deja pasarocasión para insistir sobre el tema delos valores, aunque sea citando aMalraux:

“En el mercado de los valores… la mayoría de los hombre no compran nada” (45).

Volviendo al ejemplo de la comunidadecuménica, insiste en cuáles son lasbases, los valores nuevos y perma-nentes de la comunidad: “El funda-mento ‘sine qua non’ de una frater-nidad cristiana no es necesariamen-te la homogeneidad doctrinal, sino elamor que, a pesar de las diferencias,haga posible la unidad”.

La solución no está en los libros. Nitampoco en la comunidad ideal. Elhermano Basilio añade un anexo en-tero para citar a Bonhöffer:

“Para que Dios pueda hacernos conocer la comunidad cristiana auténtica, es preciso incluso que estemos decepcionados de los demás, decepcionados de nosotros mismos.Dios, en su gracia, no nos permite vivir, aunque sólo sea algunas semanas, en la Iglesia de nuestros sueños”.

En el intermedio del Capítulo queproponía la idea nueva de proyectocomunitario y la redacción del anexo4, el hermano Basilio ha podido en-contrar comunidades que le han pe-dido cómo hacer realidad este pro-yecto. Entonces, él se sirve de las te-orías de algunos hermanos especia-listas en estos temas y los consejosprácticos que le sugiere su expe-riencia muy reciente. Estos consejosse refieren sobre todo a la importan-cia del tiempo dedicado al proyectoy también al lugar:

“La preparación no debe hacerse en la casa donde se está habitualmente. Es conveniente un lugar físicamente favorable y psicológicamente adecuado que asegure la suficiente continuidad” (202).

¿Por qué si se dispone de textos tanhermosos los resultados son tan de-cepcionantes? ¿Por qué los anterio-res programas más imperfectos ofre-cían resultados más sólidos? Unavez más, hay que tomar los medios.El hermano Basilio sugiere, por ejem-plo, reflexiones compartidas en tornoa las Constituciones con espíritu deplegaria. (256). Que las Constitucio-nes sean un posible instrumento parala evaluación (316) de un proyecto co-munitario.

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8 diciembre 198215. CIRCULAR

SOBRE LA ORACIÓN

En 1981, el hermano Basilio había en-viado a los Provinciales una carta so-bre la oración para decirles hasta quépunto debían estar preocupados poreste problema. Evidentemente losretiros a base de encuestas revelabanuna situación bastante mala, que, porotra parte, era la de muchos sacer-dotes y religiosos. Los Provinciales lepedirían que esta circular fuese en-viada también a los hermanos. Comienza la circular con una ciertacautela que el hermano Basilio seaplica a sí mismo, recordando el re-proche de S. Pedro de Alcántara aSta. Teresa:

“Nadie puede dar consejos más allá de lo que él mismo vive. Teme no ser suficientemente hombre de oración para hablar de la oración. Poco importa: ¡Es necesario hablar!

La oración enseña a escuchar a Dios,no sólo a hablar con Él. La vida deplegaria no se vive en el único niveldel deber cumplido (344). Y ¿cómose podrá, en tiempo de crisis, arreglarla situación de algunos hermanoscuya vida de oración está casi apa-gada?. Es el drama poco menos queinevitable. En este punto interviene laresponsabilidad de los Superiores. Al-gunos hermanos lo consiguen porquehan realizado un esfuerzo personal,pero ¿han sido ayudados por un es-fuerzo provincial o comunitario?

Sin embargo, se ha podido llegar aconfusiones trágicas. Tal la sugestión

del Capítulo deseando que los her-manos

“puedan preveer un periodo psicológicamente válidopara prescindir de la oración”,

interpretada como dejar ‘ad libitum’ lamedia hora diaria que los maestrosespirituales consideran como tiempomínimo para un religioso. El que permanece en el umbral de laoración puede llegar a pensar, comoFeuerbach, que es el hombre quiencrea un Dios con el que se imagina dia-logar. El que, por el contrario, entra deverdad con docilidad y fe, podrá cons-tatar por experiencia que el espíritu deoración es un don gratuito:

“Pondré mi ley en el fondo de su ser y la escribiré en su corazón”

Mas para ello, hay que acabar con ladispersión de esfuerzos en una va-riedad de ocupaciones inútiles. Que elSuperior sepa un poco dónde se si-túan sus hermanos en su vida de ora-ción a fin de encontrar el medio deestimularlos. Además, no existe nin-guna razón para no volver a proponerlos medios maristas: oración de lahora, visitas al Santísimo, rosario. Ytambién informar, sugerir, invitar.

Conocía por experiencia que algunoshermanos “ comidos por el activis-mo ” habían podido acabar sus díasen una vida de oración sencilla aun-que muy profunda. Incluso situacio-nes muy comprometidas por gravesdesórdenes morales, habían podidotransformarse en “situaciones espiri-tuales envidiables”.

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Se atreve incluso a decir que un tipode ley marista predestina a esta ma-duración y lo confirma con la cita delP. Voillaume:

“Sin ninguna duda, llegará el día en que todo granoque no ha dado flores ni frutos, se alzará con unacosecha impresionante”(361).

En efecto, todos los actos de abne-gación, de caridad, realizados duranteun periodo demasiado agitado, po-drán florecer en una vida de oración.

Sin embargo, no es conveniente es-perar al final de la tarde. Y evoca losmisteriosos rayos de la Medalla Mi-lagrosa, brillantes o tenues:

“las gracias que se me piden y las gracias que no seme piden por olvido”.

.8 septiembre 198416. LA FIDELIDAD

Al final va a aparecer la circular másvoluminosa y totalmente diferentede las demás: la Fidelidad.

Ciertamente expondrá un poco dedoctrina, pero toda ella estará sem-brada de testimonios de los herma-nos. El hermano Basilio cuenta que levino la idea como un rayo de luz. Du-rante años, aprovechándose de todaslas ocasiones, va a reunir testimoniosque, por otra parte, ha recogido ya ensus entrevistas con los hermanos.

Es un trabajo increíble – él mismo sepregunta cómo lo ha podido llevar a

cabo – por el que no ha tenido la másmínima duda (9-10). La motivación ra-dica en su amor por la congregacióny en la fuerza del Espíritu Santo. Cuan-do todo está más o menos a punto,cuenta con un material de unas no-vecientas respuestas que van de unao dos páginas hasta quinientas.Personalmente, aunque ya no me en-contraba en Roma, sabía el tipo detrabajo que íbamos a tener que rea-lizar con un pequeño equipo de lascuatro principales lenguas. Era ne-cesario extraer, recortar mucho, in-tentando conservar lo esencial. Y loesencial era manifestar, frente a unperiodo de duda y de abandonos,que la vida religiosa marista valía lapena de ser vivida.

Un poco el hermano Basilio y unpoco sus ayudantes, deberíamos tra-bajar en las fotocopias los testimonios,todo lo referente a este periodo,compartiendo lo que se conservaba,tras la supresión de repeticiones y detextos extensos. Después de todo, nose podía publicar un testimonio de qui-nientas páginas, por más interesanteque fuera, si bien cada testimonio, lar-go o corto, podría aportar citas paradiversos capítulos o subcapítulos.

Para cada subcapítulo, el hermanoBasilio dictaba lo que quería decir so-bre “las raíces evangélicas, subjetivasy propias de la congregación” sin te-ner miedo a criticar oportunamente loque era censurable. En cuanto a lostestimonios, una vez puestos deacuerdo los miembros del equiposobre lo que se conservaba, sóloquedaba situarlos tal cual y traducir-

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los al francés, ya que el texto basedebía ser en dicha lengua.

Los elementos doctrinales aparecíancomo “ sombreros ” de los párrafos ycon frecuencia llenos de luz y de vida,como esta reflexión sobre la fidelidadenferma, a nivel de la voluntad, y a ni-vel de una inteligencia demonizadamientras que la humilde fidelidad sedeja recuperar y reconciliar (31).Los “ sombreros ” permitían encuadrarciertos puntos como el clima mariano,

“un clima un poco excepcional y que hoy día es casiinexistente en las casas de formación” (163).

Sí, se trataba de una llamada muyfuerte a los formadores mucho me-jor preparados que los de antaño,pero que carentes de aquel dinamis-mo que contribuía a aceptar y desdeluego a experimentar la interiorizacióny el crecimiento espiritual. Ahora bien, en los testimonios sóloaparecen rasgos positivos. El puntode vista de la educación sexual, llegaa ser, como en las familias de antes,más bien débil:

“A pesar de la calidad espiritual de los maestros de novicios… parece que no sean muy numerososlos que han sabido iniciar, aclarar, calmar, guiar en una sana comprensión y un buen comportamientoesta dimensión de la persona que permite alcanzarla comprensión más global de un amor virginal y de una vocación a este amor” (188)

Del mismo modo, puede decirse quela congregación ha sido poco mater-nal para dar facilidades de estudio enel pasado y que los que han conse-guido diplomas lo han hecho fre-cuentemente gracias a excesos detrabajo.

Incluso en casos en que la fidelidadha sido admirable, no está prohibidojuzgar actitudes deplorables de cier-tos responsables poco comprensivosen circunstancias dolorosas, como elfallecimiento de un padre o de unamadre (297-8)

El hermano Basilio no es un hombredel pasado, y, aunque en un estudiomuestre lo que este pasado ha teni-do de extraordinario, sabe abordar losdesafíos del presente. Censura porejemplo, el miedo a salir de un cier-to capullo y a considerar con des-confianza todo lo que está verdade-ramente vivo en la Iglesia.

En otra parte habla de la perseve-rancia. Incluso se atreve a hablar deperseverancia cínica. Lo esencial noes quedarse, sino permanecer en unaperseverancia cualificada. Sobre esto,los testimonios muestran que, inclu-so después de periodos muy medio-cres, pueden tener lugar situacionesde una reanudación y una evoluciónde las más envidiables en la edad ma-dura y en la vejez.

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