Cuadernos de Cine Colombiano - Cine y Literatura
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7/23/2019 Cuadernos de Cine Colombiano - Cine y Literatura
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7/23/2019 Cuadernos de Cine Colombiano - Cine y Literatura
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7/23/2019 Cuadernos de Cine Colombiano - Cine y Literatura
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2
Que hablen las imgenes. Lo dice ll Ching
un libro ,
que
propone su dictamen
al
lector,
arrojando una combinacin
de
elementos gr
ficos, creadores de una potente visin .
Al igual
que este antiguo
tratado ,
el
cine
,
antiqusima
intuicin
y
novsima tcnica, tambin es orculo
,
interpretacin, lectura . Lo
que
no lo convierte
en ningn caso
en literatura , o aun peor,
como
lo quisiera un ideario muy
bien
establecido , en
su heredero
, tributario,
apndice
o
remplazo.
Liberarlo
de
su e
xcesi
va carga
en
palabras,
para
que , tal orculo, en l
sean las imgenes
las
que
hablen
, parece ser
el
dictamen de ms
de una pelcula realizada en Colombia en
los
dos
ltimos aos. Obras en las que la balanza parece
inclinarse
ms
del
lado de lo visual, ponindole
por esto un necesario semforo
al exceso
litera
rio . nclinacin que debe ser profundizada, y que
tomamos como signo de bsqueda de mejores
vientos vuelcos
y
retratos para
la cinemato
grafa local
, en tiempos en
los
que
es
mejor ni
casarse ni embarcarse.
Desde
la perspectiva de lo expresivo, y no
del indicio
material ,
la
literatura
no precede al
cine
;
el cine no
es
antecedido por
la literatura.
Nuestra presentacin no reside
en
la filiacin
como problema ,
que en
este caso pareciera ser
una premisa incompleta. De lo que se trata ms
bien
,
es de
identificar
el origen de las
estruc
turas creativas,
para evaluar sus
resultados.
En efecto , entre la literatura y
el cine
existe
un v
nculo
, un concepto inicial, una
base
crea
tiva , esencial y comn, que
los
precede a am
bos: el uni
verso
de las imgenes
y
a primaca
del territorio de lo mental. Es
en
esta pradera
donde
deambulan libremente las imgenes ,
salvajes , indmitas , en su estado puro , verda-
deros electrones
sin tomo
, tropos
sin dueo
,
aun
sin registro o
fase
material , y por ende no
traspuestas o traducidas ni a lo literal , ni a lo
visual. Entera y absoluta virtualidad. La imagen
mental
,
viento
y arcilla,
antecede
a
os lengua
jes
y a
sus actualizaciones. Es en ese
sentido
una
Torre de Babel.
La narracin,
el
relato,
su
lgica
y
sus
formas,
as como las
influencias
mutuas entre estos, v
enen
despus .
3
Cada te
rritorio
expresivo (cine
o iteratura)
desvirtualiza
y captura estas
imgenes
mentales a ravs
de
su
propia e mplacable
cacera
,
movilizando me
canismos cerebrales diferentes.
De
indmitas
e rracionales, a dcil materia de creacin . Luis
Buuel
, figura emblemtica
de ambas bsque
das
,
cercano
tanto a a
escritura
automtica y
al
cadver exquisito en literatura ,
como
a
a explo
racin del onirismo subconsciente
en cine, sabe
lo difcil de estas batallas en pro de la extraccin
de la imagen mental de su caverna
4
Tal vez sea
por
ello
que
sus
composiciones
visuales
son tan
violentamente plsticas.
En necesario complemento crtico a lo
de
sarrollado por los
articulistas
de este cuaderno
,
y a
veces
, en abierta y
saludable
contradiccin
con
sus
planteamientos ,
nos parece
que
no
es
el
contenido
el que
determina
la
relacin cine/
literatura en
las
pelculas hechas en Colombia;
es la
estructura
misma de sus
significados y
3
Pocos
han establecido estos
vasos
comunicantes
con
tanta
contundencia claridad
como
Sergei Miai ovich isenstein
on
su
artculo Qickens Grf th y el cne en la actualdad. Ver: La forma del
cne
Editor
i
a Siglo XXI, Mxico
, 1990, p. 1B1-234.
4 Sobre
la
obra y
e mtodo en
Luis
Buuel
, ver: Agustn
Snchez
Vidal
, Luis Buue: obra cinematogrfca Ediciones
JC
,Madrid , 1984,
417 p
; Luis Buuel: obra lteraria Ediciones de Heraldo de Aragn
,
Zaragoza,
19B2
, 291 p. Ver
tambin
: Caros J Barbachano, Luis
Buuel
entre
cne y
lteratura
Editoral Prames , Zaragoza, 2000 ,
174 p
; Antonio Monegal
,
Luis Buuel de la lteratura al cneEditoral
Anthropos
,
Barcelona
, 193, 255
p
componentes el elemento
primordial
de
esta
relacin ,
Podra
ser dif
cil
afirmarlo, especialmente
en momentos en los
que el
modelo de pro
duccin
imperante
casi
nos
convence que sin
adaptacin
no hay
paraso
para
estas cintas,
apostndole al xito automtico
en los
teatros
despus del xito en libreras,
como nico
ar
gumento y punto de partida, Sin embargo , a
increble
y riste historia de un escritor
que
ama
al cine
y
no
es correspondido
, de
la
que
ya
nos
hablaba Hugo
Chaparro
quince aos
atrs, con
relacin a
un
nobelliterato y os encargados de
su trasvase a a pantalla grande,5
nos
permite
justamente ser escpticos
con relacin
a esta
frmula ,
al ver
amplificado este desamor
en el
presente . Esta increble y riste historia crece
en nmero y persiste en el tiempo , generando
una enorme procesin
,
nutrida
no
slo con
otros
escritores
que
insisten en la
idea de verse
a
s
mismos
como
guionistas , o ca-guionistas ,
sino
aun
peor:
ahora
, la
de los
encargados
de
estos
nuevos
trasvases, pareciera ser adems la
in
creble
y triste historia
de unos
directores
que
aman al cine
y
no son
correspondidos.
Pero
,
por
qu?
De donde
tal tragedia , tan propia
justamente
de un
best seller? Pier
Paolo Pa
solini
nos
entrega
unos
elementos esenciales
de
respuesta ,
En
el
artculo
de
nuestra cita
de
apertura,
adems de negar
el guin como
una
pieza
o
creacin literaria en
s
misma , tanto por
el
mtodo como por el
resultado,
el cineasta
y
terico (tambin
poeta
y novelista) identifica
el
punto
comn
,
el
sustrato compartido
en
-
s
Hugo
Chaparro Valderrama
,
Edpo Alcalde de Jorge J Trana cine
versus lteratura. En Kinetoscopio
,
No
. 3B,
ulo-agosto,
1996, p.
4.
tre
cine
y literatura , intuido
ms
arriba
como
magen
, y
llamado
por el autor
como signo .
Segn
Pasolini
, este es a a vez oral
(fonema)
,
escrito (grafema) y vsivo (cinema) 1 .. 1 siem
pre
copresentes
estos aspectos diversos del
s
igno lingstico
el cual
es
uno
y trino.s
Esto
pone la experiencia sensorial del receptor
de
lo
audible
, lo legible y o visible exactamente al
mismo
nivel
de importancia y complejidad, des
cart
ando de
entrada filiaciones,
dependencias
o
herencias desde el punto de
vista estructural.
Para Pasolini
, en trminos
de
percepcin sensi
ble del receptor, de su expectancia , lo vsivo no
necesita ni filtros ni universos anteriores.
Tesis
que
compartimos
plenamente, As entonces
,
no
hay
una
costilla
menos: el cine no surge de
la
literatura. Contrariamente al prejuicio surgido
del mundo de lo literario , que quisiera , como lo
expresa claramente Maiakovsky tambin en la
cita
de
apertura,
que hubieran campos supedi
tados y resultados por verificar a travs
de un
juicio,
Pasolini
considera que
los
c inemas son
imge
nes
primordiales, mnadas visivas inexis
tentes, o
casi
,
en la realidad.
La
imagen nace
de
las coordinaciones de los cinemas
7 Y
enfatiza
todava
con mayor claridad: este
es
el punto:
estas coordinaciones
de c
inemas
no son una
tcnica
literaria,
Son
otra
langue fundada en
un
sistema
de cinemas
, o im-signos ,
en los
c
uales se
implanta analgicamente a
os
meta
len
guajes
escritos o
hablados
,
el
metalenguaje
cinematogrfico .
8
No solamente el cine no procede de la
litera
tura,
as las pelculas
ilustren
novelas
,
sino que
' Ib
d.
,
p
33
7 Ib
i
d.
,
p
34.
' I
bid.
, p. 34.
adems las rela
orden mecnico
traspaso. Com
desarrollo y tra
calmente
difere
entonces
,
com
adaptacin. Va
al
lenguaje
, o
m
Aqu es do
planteado
:
desd
cionalidad
arts
estos realizad
amor por el
cine
en
trasponer
g
mente
,
pero no
los
, interrogarl
problema ,
en
c
cinema
,Y
siend
co el resultado
de los que
resu
nes
, podremos
secuencias
de
literarias , per
pelculas de ello
soporte,
que
va
de
un ensancha
seguramente
d
all
de un asun
Es una esencia.
tecnolgica y
darnos cuenta
entre nosotros
una cuestin de
Dedicamos
cuadernos a ex
entre
cine
y lit
en
Colombia
,
de
-
7/23/2019 Cuadernos de Cine Colombiano - Cine y Literatura
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investigacin premiada por
el
Ministerio
de
Cultura ,
de
prxima publicacin
en
toda su
extensa
bsqueda
, sobre
los lazos
entre
cine
y
literatura en Colombia, basada esencialmente
en
las
obras surgidas de
esa
convergencia,
y
muy
particularmente
en las pelculas de
obras
colombianas
, realizadas por autores colombia
nos
, sin prejuicio de todas
las dems
posibles
combinaciones. Esto nos permite comenzar
estos
cuadernos
con bases
y certezas
reales
,
dejando
claramente establecida
la
dimensin
del universo flmico
en
cuestin , y la
evolucin
histrica
del
problema
en el
tiempo .
El
lector
podr entender a ravs de mltiples ejemplos ,
algunos de ellos rodeados de una aureola m
tica ,
como Mara
(1922),
de Mximo
Calvo ,
lo
profundo y arraigado
de
estas relaciones , y
el
peso
de
las
mismas a a hora de la construccin
de imaginarios colectivos perdurables en varias
generaciones de
espectadores .
Felipe Gmez
, Profesor Asistente
de Es
tudios Hispnicos en
la
Universidad
Carneg
ie
Mellan de Pittsburgh,
nos
entrega una versin
muy
completa
,
clara
y
documentada de las re
laciones
ntimas entretenidas entre
Fernando
Vallejo yel cine,
desde sus
estudios en el Centro
Sperimentale
de
Cinematografa
en
Roma , has
ta la realizacin de sus tres largometrajes en
M
x
co
,
en dos de los cuales
trat
de
recrear,
ante la
censura
en Colomb ia, pocas
y
geo
grafas
muy
caractersticas , lo que
genera
un
distanciamiento
digno
de anlisis, con relacin
al problema de
los
inicios de la violencia poltica ,
vista desde lo
rural
n la tormenta ,
1
9BOJ Y o
urbano
Crnica
roja , 197B1. E enorme xito
de La virgen de los s
carios
especialmente
en
Francia
, es
la
antesala de la adaptacin
flmi
-
ca
2000, dir.
Ba
rbet Schroeder) , cuyo
guin
Vallejo mismo escribe , redefiniendo la relacin
del pblico
con
su obra
literaria,
relanzando
el
inters por
su obra flmica
, prcticamente
desconocida
en
Colombia
,
aunque celebrada
en
Mxico , e
nclusive
reconstruyendo su propia
re
lacin con sus libros y
sus
pelculas . Interesante
ejemplo de vasos comun
i
cantes
e
nteraccin de
universos , retomado
en
varios documentales
que
regresan sobre
los pasos de
esta relacin
maldita cine-autor, desechada y retomada , y
en
todo caso vivida como un gran embeleco.
Cierra
esta primera parte ,
despus de la
revisin
de estos
dos momentos
importantes
de
clasicismo y modernidad , a ravs delo histri-
co y o esttico, el texto de Fernando Ramrez ,
coordinador del rea de guin de la
Maestra
en
Escrituras
Creativas de la Un iversidad Nacional
de
Colombia
, que
se
presenta tambin ,
al igual
que
el de
Alzate , como un
avance de
hiptesis
de investigacin de su tesis de maestra, sobre
las relaciones
entre
cine
y iteratura,
enfocadas
a
analizar
detalladamente la
forma
en
como dos
novelas de
gran aceptacin entre
el
pblico ,
Satans y Paraso Travel
se
convierten
en
ver
siones para la gran pantalla , y
las
estrategias
adaptadas
por
los
directores
de ambas
,
para
cautivar a un pblico
deseoso de
establecer
comparaciones y emitir juicios con
relacin
a
os
dos momentos de universos a los que adhirie
ron . Es claramente una empresa de anlisis na
rrativo,
lo que
no
slo complementa las visiones
anteriores,
sino
permite interrogarse tambin
sobre los paradigmas de la creacin contempo
rnea
del
cine hecho en Colombia,
preocupado
como
est por su internacionalizacin .
E estudio de caso que
concluye
estos cua-
dernos
no
poda
estar
dedicado
a
alguien dis
-
tinto a
Gabriel Garca
Mrquez , y a la forma
en como el cine
,
con
diversa fortuna, se ha
apropiado
de sus
obras literarias ,
sus guiones
originales, as como las adaptaciones de las
primeras,
realizadas por mano propia
o
ajena
,
autorizadas o
no.
La
permanencia
e
influencia
de Garc
a Mrquez en el
cine
latinoamericano ,
con un
peso especfico
en
M xco ,
Cuba
y
Co
-
lombia ,
donde
su prestigio y figura
son
eviden
tes , trasciende
tan
claramente
el mbito de la
escritura y a
adaptacin
,
que era
un imperativo
dedicarle por lo
menos
tres artculos al anlisis
de este fenmeno.
Gabo
,
hombre de
cine
,
est
a
cargo de
otro
hombre de cine
,
Augusto Bernal, ex
director
de
la Cinemateca
Distrital, colaborador
de nues
tras publicaciones , director
de
la
Escuela de
Cne Black Mara. Su texto est basado en una
conferencia indita que
dictara
en Buenos Aires
en la
que nos
describe
cmo se da el paso de
la
cinefilia a a crtica formal , y
de
all , tambin
va
el
Centro Sperimentale ,
se
construye
la
certeza
de querer dedicarse prioritariamente al cine,
deseo
que
se topa con grandes
dificultades
que
le
permiten
al
joven escritor, tambin radicado
en
M
x
co
, invertir tiempo esencial
en
la litera-
tura , en cuya definicin
de
estilo y estructura
cobra una parte importante el
cine.
Juan Rulfo ,
Car
l
os Fuentes
,
Luis Alcoriza
,
el
encuentro
con
Arturo
Ripstein
,
odo gira
alrededor
del
sptimo
arte: rodajes,
guiones,
colaboraciones , adapta
ciones
, proyectos. Demasiada cercana e
nvo
lucramiento, para alguien celebrado y prem iado
esencialmente
por
su actividad
literaria.
Hay,
eso s
la definicin
de una muy
clara
pasin
,
de
un
amoro. Correspondidos?
Luciano Castillo, investigador e historia-
dor cinematogrfico , director
del
Centro
de
Documentacin de la
E
scuela de Cine de San
Antonio de los
Baos, retoma estos
caminos
que
comienzan
a truncarse y
analiza
, ya
no al
Garca
Mrquez hombre de
cine
, sino al escri-
tor
confirmado, en su
laberinto
por
definir
si se
encuentra
ms cerca del neorrealismo
o
de su
propia versin mgica
y iteraria
de esta
vertien
te . Del mtodo creativo a a creacin esttica.
Lo flmico comienza sutil y entamente a supedi
tarse a
o
literario,
aunque
a
a
par
de novelas
,
tambin es
ya,
escritor
de guiones
,
en los
que,
a pesar de la exhuberancia de
su
imaginario
vsual y metafrico,
en
su vertiente de escritor,
no logra definir una identidad propia , segn
los
retos y
exigencias del cine
.
Esto genera una enorme contradiccin ,
fruto
de
estudio y debate hasta
hoy
en da ,
retomada y trabajada por
Frank Padrn
, escri-
tor, ensayista
y crtico
cubano
, especialista
en
cine
latinoamericano , en
cuyo
texto
se analiza
el pasaje del cine como
mtodo e influencia
cre ativos,
al guin como
prctica
de
escritura ,
y in almente a
as
pelculas finalizadas,
al
grado
de
interv
encin en ellas por
parte
del guionista
,
y a
su valoracin
esttica.
Dichas
obras , dife
re
ntemente recibidas y
evaluadas
por el
pblico
y a crtica, comparten
sin
embargo una
huella
indeleble de
es
atraviesa
los
a
enc ima de sus
desde un
Ruy
G
Francesco Ros
ellas
un cuerpo
neralizando una
primara
ms
cinematogrfica
Todas las p
nica
que
ningu
cita, y que extr
por la
crtica
d
mundial
por
su
grficas . Se tra
de
ien
aos
d
que
Garca
Mr
ceder los
der
por
el polmico
teatro experim
Saraba Hakobun
Tal vez su xito
de no
ser
el
re
escritor
de
la
n
por ende resulte
y libre de interp
ni de
transposi
el
archipilago
pleto cualquier
relacin a a ins
conserva
sin
e
sorprender
al
traordinario
com
del caribeo,
lo
tesis escuchad
Ibid . p. 6.
-
7/23/2019 Cuadernos de Cine Colombiano - Cine y Literatura
5/32
Mximo
Calvo,
director
de
... Mara.
Uno: antecede ntes terminologa
La
historia
de las
relaciones entre
el cine
y
la
literatura
colombiana no se
inic
ia en
Co lombia, sino en
Mxico, con una pe
lcula fundacional
del
cine
argumental de
ese pas
y
de
la
que no se
conservan ms noticias
que el hecho
mismo
de su
realizacin:
una
adapta-
cin de la
Mara
de Jorge Isaacs filmada
en
1918 por
Rafael
Bermdez Zatara n.
Bueno
,
dicho inicio puede situarse en esa pelcula si circunscribimos tales relaciones al ejercicio
de
adaptar
obras
literarias,
pero ya veremos en las
prximas
pginas que
entre
el cine
y
a
literatura
se ha
tejido
en Colombia un
sist
ema de
relaciones que
se
remonta por
lo menos
al
siglo
XIX. Fenmeno que,
desde
luego, no es
exclusivo de nuestro
pas.
Para empezar,
es
importante proponer algunas definiciones,
con el
fin de contribuir a
la comprensin del asunto
.
En primer lugar, e
iccionario de la Real Academia Espaola
1
dice que la
literatura
es el
arte
que emplea como
medio de expresin una
lengua. Un annimo
redactor de
la
enciclopedia digital carta agrega
que
el trmino
se
refiere a un acto peculiar de la
co-
municacin humana
y
o
identifica
con
la
expresin esc
rita,
anotando de paso
que
deriva
de
l
latn i/terae
cuyo
significado
es
letras, caracteres, escrito,
obra
literaria .
Reconoce
el
enciclopedista
que el
arte literario
engloba
tambin
' Vigsima
aquellas creaciones artsti
cas
expresadas con palabras
y
que no
se
han
escrito ,
con lo cual se da
carcter
de
arte
li
terario a elementos
del
saber popular
como los
cuentos y
leyendas de la
tradicin oral ,
las canciones
,
l
os
ch istes y hasta
los
proverbios
que
corren de
boca
en
boca
del pueblo . Sin embargo ,
es
necesario advertir
que
no todo lo
escrito
es
literatura,
pues para ello se
r
equiere de una
intencin artstica y
de una elaboracin
de
l
lenguaje que den
lugar
al
valor esttico,
aunque
la
valoracin de lo esttico est sujeta a los cdigos de
u
na
poca
e
ncluso
a
os de un
lector o crtico:
El paso
del
t i
empo
es
quien
diri
me
este
asunto , concluye el
redactor
encic
lopedista .
Muchos escritores modernos, entre ellos Albert
Camus y Gabriel Garca Mrquez , argumentan
que
dis-
ci
plinas emparentadas con la palabra
escrita ,
como el
period
i
smo de gnero
narrativo,
deben
recibir tambin
el
reconocimiento
de
arte literario.
Un
ejemplo
excelso
s
era
Noticia
de
u secuestro
reportaje
novelado de
Gar-
c
a Mrquez , publicado en 1996 y que en este mom ento
se
encuentra en proceso de
trasvase
al cine
.
En
este acercamiento entre periodismo y iteratura
es preciso contar
unas
discip l
inas
afines a
os dos
y que
ta mbin interesan
en
nuestro recuento: la historia y as
m
emorias personales. La
historia
como memoria colec-
tiva,
as
memorias
como
historia
individual
,
ambas muy
cercan
as al per
i
odismo en la nocin de verdad
y
idelidad
a os h
echos,
y
os
tres , hay que insistir,
en
ltimas
como
gneros literarios. Por
eso
la mencin aqu de pelculas
com
o
El lado oscuro del nevado de Pascual Guerrero
(1 98OJ
,
que
se
basa en las
memorias
de
Eric
Leupin
,
ciudadano canadiense
y
cnsul
honorario
de Holanda
que
aos
antes ue secuestrado por
las
Farc ; y,
desde
la
histo ria y
su
prima hermana la
leyenda
, un cortometraje
com
o
Luisa Luisa de Jos Mara Arzuaga
(19751
cuyo
argumento
parte
de la
tradicin
de
la
Villa de Guaduas
.
la ara
(M
-
7/23/2019 Cuadernos de Cine Colombiano - Cine y Literatura
6/328
e incluso antes ,
cuando se
desarrollaron
las
escuelas
literarias que
en
el siglo XIX antecedieron , y fundamen
taron, a la narracin cinematogrfica . Y en el mundo ,
desde luego ,
ocurri
igual. Entre el cine y
a
literatura se
ha
producido una fusin de sus naturalezas
en
apariencia
distintas: tanto en
el
desarrollo de
ambos
por separado,
influencindose y nutrindose uno a otra, como en la
muy
gran de cant i
dad
de oportunidades en que el
cine
ha
tomado historias de la li
te
r
atura
y as ha traducido,
trasvasado o adaptado a
su
propio
lenguaje
.
Traducir
trasvasar y adaptar son
los
tres verbos
que
los crticos , acadmicos y realizadores de cine
usan con mayor frecuencia para definir el proceso de
conversin del argumento de una obra literaria
en
obra
cinematogrfica .
Por traducir se entiende el procedimiento
de bs
queda
de equivalencias entre el universo literario y el
ci
nematogrfico
que permitan a la pelcula resultante
constituir
una
ob
ra
en
s
misma,
con su
prop
io
sistema
expresivo y sin depender
del
referente literario
para su
juicio y disfrute por parte de
los
espectadores . Lo ms
interesante del uso de esta expresin es que vale no
solamente para la elaboracin del universo visual que
en
la cinta
equivalga al universo
escri
to
de la literatura ,
sino
adems para
equipa
rar
el mu
ndo narra do
en el
original literario con
el
mundo narrado en el filme . Un
buen ejemplo de este procedimiento
son
as pelculas del
real i
za
dor antioqueo Vctor Gaviria basadas
en
textos
literarios:
con
excepcin de Que
pase el aserrador,
telefilme
3
bastante fiel
al
cuento original ,
las
dems
desarrollan un sistema de refere ntes cu lturales e his
tricos que se aparta
notablemente
pero equivale
de l texto literario
en
el cual se originan. L
os
casos
ms paten
t
es
son os msicos
,
cortometraje
cuya ac
cin ha
pasa
do del Portugal regido por una dictadura a a
Colombia al borde de la guerra
civil
amediados del siglo
XX , y
a
vendedora
de
rosas , largometraje cuya accin
2
la vi
eja g
ua
rdia
19841
cortometraje
basado en
el
cuento guardia durade
Juan
Diego
Meja; Que pase el aserrador
(1985l,
mediometraie
para televisin
basado en el cuento homnimo de
Jess del Corral ; os ms cos
(19861
.
cortometraje
basado
en
e cuento
Los
caminantes del portugus Jos Cardoso
Pires , y a vendedora de
rosa
s (19981 .
largometraje basado en
e cuento La
vendedora
de cerillas deHans Christian
Andersen . Gaviria hzo
adems
, en 1994,
la adaptacin para la televisndel
cuento
'
Simn e
mago de
Toms
Carrasqui a .
reeditado
en
formato de te le fme
en
2008 .
En la actualidad trabaja en la realizacin
de a
hora
delos t
raido
res ,
basada
en
el
reportaie novelado de Pedro Claver Tez ,
y planea proyectos
basados
en obras de
Gonzalo Malarino
Flrez
. Toms Gonzez y
Hel
Ramrez.
3 Por celen me se entiende una produccin
televisiva
hecha
con las
ambiciones
y
mecanismos
estticos de cine
.
4 Las pelculas fueron hechas en Mxico
en 1918.
Colombia
1922 . Mxico 1938,
Colombia 1966. 1970 Y1972 lIa
ltma
.
coproduccin con Mxicol . y Puerto Rico
en 2010 . En la televisin
colombiana
se
hicieron versiones en
1956
(en
formato de
teeteatro , 1972 (formato de telenovelal y
1991 (formato de seriadol .
5 De las tres
primeras
versiones en cine,
por ejemplo
, escasamente quedan algunos
fotogramas en centros de preservacin
de patrimonio f mico.
De
las versiones
televisivas,
la primera
no
qued
grabada.
la
telenovela presumiblemente se conserva en
los
archivos de la casa productora RT y e
serado
en
los de ReN
.
Archivos
a
os
que
es virtualmente imposible tener acceso, o
que da pe auna
necesaria
discusin sobre
la condcn de patrimonio cultural
Que
es
inmanente
a determinadas
realizaciones
de
la televisin.
ha pasado de
la Din amarca
de comienzos
del
siglo
X
IX
a a
Colombia de
finales del XX. Explica Gav ria (2003:
129-13OJ refirindose a os msicos:
Lo
ue
ms se
de
staca n
esta adaptacin
es la
coherencia
de lacultura pai saen
todos
los
momentos del
relato
ypor
eso
sorprende
que se trate realmente de un
cuento
de
Jo
s
Cardoso
Pres, un
importante
escritor portugus, que
ocurre en
una
geografa
de
srtica
con rboles
de
corcho
que
nosotros h
ci
mos equivaler a
Santa
Fe
de
Antioquia ,
en
el
occidente antioqueo,
que tambin es desrtico
, pero
que
tiene
de pronto una imprevista y
hermosa fertili
dad en
las orillas del ro Cauca L .
1
Hi
cimos
'equivaler ' absouta
mente todo ,es
de
cir, el corcho por el matarratn,un retn
por el
puente de
Occidente,
una
pa rulla
de soldado
s por
un
grupo
de
campesinos
que
trabajaban
para las rentas
de
licor
y
abaco
, y as hicimos una equivalenc
ia
entre las
cu
lebras de Portugal y as culebras de
Urab
entre el
hu
mor del
cu
en to
de Pire
s
con
un chiste antioqueo contado
co n
oda
la
forma antioquea.
Trasvasar
es el
trmino que utilizan muchos estu
diosos para referirse
al paso
de un argumento de un
me do a otro. Mltiples historias mudan de a nove la al
teatro , de la radio a la televisin , del cmic al cine , y
de
stos a
aqullos
, en
un
incesante cruce
de lengua
jes.
E
emp
lo notable de
ello es la nove
la Una
mujer
de
cuatro
en conducta , de Jaime Sann Echeverri , que fue
publicada en
1948 y
ha sido sucesivamente trasvasada
a los formatos de rad
onove
la en los aos sesenta ,
fil
me en 1961 y e l
enovela
a
fina
les
de
l
os aos
setenta :
cada medio y cada
poca
la
re
nterpretan a la medida
de
sus
intenci
ones
8'sfticas yeconmicas y esta rein
terpretacin se torna ms interesante cuando se trata
de una misma obra
trasvasada
en distintos
momentos
histricos. El
caso ms
notab le es el
de Mara ,
n
ove
la
de
la que e
xis
ten siete versiones cinematogrficas y res
televisivas:
4
si se tuviera acceso a cada una de estas
rea lizaciones,
5
la confron tacin
entre
ellas permitira
la
Mara
(Mximo
Cavo ,
19221. Archivo
Fundacin
Pat
rimonio F
mico Colombiano
.
entender c
mo
cada
poca,
de acuerdo con
sus
cdigos
vigentes, interpreta y se apropa de la obra de Jorge
Isaacs . Por ejemplo ,
en
la adaptacin para
televisin
di
rigi
da
en 1991 por Lisandro Duque yescrita por Gabriel
Garca
Mrquez ,
Eliseo
Alberto D
ego
y
Manuel
Arias,
se explora el complejo poltico-social que
subyace
en
el
rela to de Isaacs, mientras que en la ltima versin en
cine,
la
que acaba de dirigir
en
Puerto Rco el mexicano
Fernando Allende
,
con guin
suyo y de Jessielly Ol
ivero
,
prevalec
e
una
lectura
de
la
novela
basada
en
un
romanti
cism o rampln, menos propio del texto de Jorge Isaacs
que de la industria de la te l
enovela
mexicana.
Para
comprender
la
naturaleza d
el trasvase
va le
la
pena tener presentes estas
pala
bras del acad
mico
esp
aol Jos
Luis Snchez
Noriega (2000: 24l:
Esevidente
que
no todo trasvase tiene la misma entidad,a
menos
en tanto que ladiferencia radical entre l
os
medios
expr
esivos exige
hacer
una obra
original no se puede
trasl
adar un
cuadro
a una
obra
musical- y en
tanto
que
el genio arts ico desborda el mero comentario para pro-
6 Un caso d
historia de
que
aparec
XVI en
e
c
Rodrguez
sn
alterar
s go
XIX p
en su relato
Ins de H
n
Morales Pr
de
Ins
deH
adaptacin
-
7/23/2019 Cuadernos de Cine Colombiano - Cine y Literatura
7/3210
e cine
y la literatura en
nue
stro
con
te
xto no es
todo lo
amplia
n todo
lo
satisfactoria
que
la mayor parte
de los
investigadores espera antes
de
iniciar
sus
pesqui
sas. S
uno est interesa do en e asunto
,
e es preciso sumergirse
en
la
bsqueda muy paciente de
esa
mirada
de
artculos
dispersos y encontrar la
aguja en e
pajar
de lo
s
pocos
que dan cuenta de algo
m s
que
la
opinin
impresionista
de
unos tratadistas casi
nunca
lo bastante metdicos.
De
esta manera
,
el
primer mito
que ha
de
superar
e inves-
tigador es
aquel se
gn
e cual
'
en Colombia se ha
escrito
mucho sobre e
tema ' (Alzate , 2007a: 131 -132J.
Una revisin atenta
de
las
historias
de
la iteratura
colombiana
permite detectar
la
total
ausencia
en
ellas
de captulos o apartados sobre la relacin
con
el cine .
A o
sumo, cuando algunos autores se
refieren a escri
tores
cuyas obras han sido objeto de adaptacin
men-
cionan este
aspecto
sin detenerse en
l
ni analizar,
por
ejemplo
, o que su
conversin
o reinterpretacin-a
un
lenguaje tan diferente como el cinematogrfico sig-
nifica para el proceso de recepcin de
la
obra
literaria.
En
este sentido
, el nico aporte
ms
o
menos sig-
nificativo
es
el de
las
investigadoras
Mara
Mercedes
Jaramillo, Betty Osario y ngela Ins Robledo .
En
el
tercer
volumen de su compilacin de ensayos sobre la
literatura
colombiana
7
incluyen sendos ensayos de Jess
Martn Barbero ,
Mara Helena Rueda
y Jacques
Gilard
sobre
las
relaciones entre
la
literatura y
a
televisin
y
la literatura y el cine en
Colombia
y sobre
las
relaciones
entre el cuento
O
iane, ta Oriane
de Marvel Moreno
y la
pe
l
cula Driana 1
9B9)
de
la directora
venezolana
Fina
Torres
.
Reviste
especial importancia
el
ensayo La letra
vs.
el cine en la conformacin
del
imaginario cultural
colombiano
,
de Mara Helena Rueda.
La
autora hace
un rpido
recorrido
por la
historia
de las adaptaciones
colombianas, advirtiendo de entrada
y
esto
vale
tanto
para
el cine
colombiano
en
general como para
Litararura
y cuh:ura. Narratva colombiana
del siglo
XX
est compuesto por tres
v
olmenes
: 1 Nacin
moderna. Identdad
. 11
Diseminacin,
cambios, desplazamientos.
111 Hbrdez,
alteridades
.
B
Adaptacin cuya posibi idad la autora
niega
de
entrada , l titular este fragmento
de
su artculo
como -La pelcula quenunca
veremos, Existe sn embargo un pequeio
corpus de
pelculas
inspiradas
en esta
novela e ncluso una que pretende ser su
adaptacin, todas elas sn autorizacin
de Garca
Mrquez
: os
cortometrajes
argumentales la m
atanza
de
las
bananeras y
Vda , las n Vgo
ri
a deRemedios a bela . de
la
colombiana
Mar
a Victoria Vlez ambos
fechados
en
19791
, y
e largometraie
Ad s
al
a
rc
a IS r
aba H kobunel del iapons
Shu
T
erayama
119841.
9 Entrevista
concedida a
autor en
juno
de
2007.
10
t
stos sonlos per
o
dos que propone
la
Hstoria de
Mart
nez
Pardo : 1900-
1928:
Los comienzos
; 1929-1946: E
cine sonoro
; 1947-1960: Eencuentro
de
tres
tendencias
; y 1960-19761sin ttulo
especifco .
las adaptaciones
liter ri s
que
la
ausencia de las
cintas constituye
una
muestra
de
la
desidia
con
la
que
este
pas
ha
contemplado
su
cine
.
Como
resultado de
ello , el cine
colombiano
de
los
primeros aos existe ,
ms
que en las pelculas filmadas
,
en
textos escritos
(2000:
4741. Rueda se desva del recuento
histrico
de
las adaptaciones para
adentrarse en el caso
de Gabriel
Garca
Mrquez , aunque aqu se pierde un poco del
objetivo anunciado en el ttulo y
las
primeras lneas de
su ensayo para especular sobre la significacin de una
hipottica
adaptacin
cinematogrfica
de
Cien
aos
de
soledad
B
Yen
general, sostiene
que
en
el
imaginario
del
pas
existe
una
especie
de
supremaca
de
la
literatura
sobre el cine, consecuencia de lo cual es la
escasez
de adaptaciones: Estos datos
parecen
bastar
para
postular que
existe
una
relacin de dependencia de la
literatura
con
respecto al
cine nacional
o,
al menos
,
que se presenta
una
mayor valoracin de lo literario
frente a
o
cinematogrfico
en el imaginario
cultural
de
los colombianos
.
D
esde los
estudiosos de lo
audiovisual
,
sucede
con
el
cine
que son pocos
los esfuerzos
por historiarlo
exhaustivamente. Dice el crtico
Orlando
Mora:
La
bibliografa sobre cine es
tan
incipiente como
nuestro
cine
", y
agrega
que
los de por s escasos
libros
sobre
el tema tienen una
circulacin
de
pocos ejemplares que
adems
se
restringe
al
mbito acadmico.
En
cuanto
a a existencia de historias, la propuesta
ms
importante
es la Hstoria del cine
colombiano de
H
ernando
Martnez P
ardo, publicada en
197B.
Este
reconocido
crtico
hace
un recorrido histrico
por los
fenmenos
que
han
marcado la vida cinematogrfica
de
Colombia,
desde la
llegada del
cinematgrafo al pas
en 1897
hasta el ao
en que
se publica el libro
,
propo-
niendo incluso
una
periodizacin
1o
y una
inmersin
en
los
fenmenos
de
mayor relevancia
. Ninguno de estos fe-
nmenos
de mayor
relevancia
es ,
para
Martnez
Pardo
,
la
adaptacin
literaria.
Ello no significa
,
por supuesto
,
que
no mencione
el
asunto
en
aquellos casos
en que
hab la de
pelculas
cuyo
argumento proviene
de una
obra
literaria: ningn autor, y mucho
menos uno
tan riguroso
como ste
,
desconoce
la
particularidad
de que
las
dos
primeras
pelculas argumentales de
largometraje que
se
hicieron en el
pas
fueron de hecho adaptaciones de
obras
literarias cuyo prestigio
habra
de garantizar el
inters
del pblico
en los filmes Mara en 1922 y Aura
o as violetas en
1924).
La Historia
de Hernando Martnez Pardo
no ha
cono
cido
segunda edicin
.
Existe sin embargo
otra Historia
si
bien
menos completa:
la
que
escribe
Luis
Alberto
lvarez para
el volumen VI
(Literatura,
pensamiento
,
artes,
recreacin
)
de
la
Nueva
Historia
de Colombia
publicada por
el
grupo
editorial
Planeta en
1989. Fiel a
la
idea general del
proyecto
Nueva
Historia,
lvarez
se
preocupa ms
por identificar hitos que por proponer pe-
riodizaciones y, menos aun
,
istados completos de obras
realizadas.
A a
adaptacin
de
obras
literarias
le
presta
la
misma
atencin que
Martnez
P
ardo
:
El recurso hacia
la literatura
popular
y de gran
difusin
pareca
ineludible
Aura o
as violetas [Pedro
Moreno
Garzn
y
Vincenzo
D
Domenico
,
1924J. Archivo Fundacin
P
-
7/23/2019 Cuadernos de Cine Colombiano - Cine y Literatura
8/32
12
a
piezas
cinematogrficas, la pr
eocupacin de lvaro
Cadavid
no es la
bsqueda
historiogrfica y en
cambio
avanza por
los
terrenos de la reflexin ensaystica.
Su libro est compuesto por
cuatro
captulos. stos
abo
rdan
desde el concepto mismo
de
memoria visual
,
pasando por
la controversia entre
la
literatura y
el
cine
y
adentrndose en
el territorio de la crtica,
hasta
la evaluacin del
concepto
de literatura y cine
nacional.
F
nalmente en el campo de
las
relaciones cine
literatura
es
pr
eciso mencionar
aJaime G
arca Sauceda
,
autor
de
un libro que ,
aunque
til, es bastante criticable
deb
ido
a su abunda n
cia
de inexactitudes. P
or
su
carc
-
ter p
ionero
,
el
Diccionario de
literatura
colombiana en
el cine es
a
pesar de
sus
falencias
la
fuente documental
ms consultada cuando se
trata
de averiguar por adap
-
taciones de
la literatura colom biana. Ap
areci
en 2003,
con informacin actual izada
hasta
el ao 2001. G
arca
Sauceda
elabora
un
compendio
de
pelculas
que tienen
base en obras de la
literatura
colombiana
,
sea cual sea
la nacional idad
de
la
produccin
y a
duracin
o ormato
de
cada filme
,
pero en cambio
no
tiene en cuenta
las
pel
culas colombianas basadas
en textos extranjeros.
E
D
ccionario
es
ms
o
menos
ex
haustivo
:
le falta por
resear una buena cantidad de
cortometrajes y
hasta
u
nos cuantos larg
o
me
t
rajes
- Una
mujer de cuatro
en
conducta (1961), de Carlos Cao laT
obn; Bajo
la tierra
(1968),
de
Santiago
arca
. De
aqu se
colige
que
lastimosamente
est
plagado
de carencias
e
impreci
-
siones.
En al
gunos casos
,
presenta como adaptaciones
pe lcu las que
en realidad son guiones or
igina l
es.
D
os
ejemplos
de
esto: en el
primero, a pelcula
Alma provin-
ciana (1926)
se
presenta como adaptacin de la pieza
teatral on
el
nombre
de Isabel en los labios realizada
por
el
propio
autor
de
dicha
pieza
, F
l
ix
Joaqun
R
odr
guez ;
en el
segundo , Canaguaro dirigida
por Dunav
Kuzmanich, a direccin
se
le
adjudica
a Pepe Snchez y
se presenta como
adaptacin
de la
obra
testimonial
Las
11 El error
de identificar
a
Ama provi
nc
ana
como adaptacin de l a pieza teatral de
mismo Rodrguez cundi hasta
el
estreno
de la
restauracin
total de la pelcula
en
2001
.
La
restauracin estuvo a
cargo de
la
Fundacin
Patrimonio
Fmico Colombiano
que irnicamente comete
el mismo
error cuatro aos ms tarde ensu lbro
argometrajes
colombianos
en
cine video
1915-2aJ4.
12
El propio Dunav Kuzmanich explcaba
en entrevista personal (Medelln, juno de
2007). que
Las guerr as
del Llano sirvi de
inspiracin a
una primera
versin
delgun
de Canaguara
.
Sn embargo
a pelcula que
termin
rodndose es resultado de
un guin
distinto a primero
y
en
el Que
e
lbro
de
Eduardo Franco Isaza es apenas un lejano
referente
de
carcter
documental.
guerrillas del Llano
de
Eduardo Franco Isaza
.
2
Muchas
ms imprecisiones aquejan
al Dicc
i
onario de
Garca Sau
ceda pero
no
daremos cuenta
de
ellas en
este artculo.
Otro libro importante
para
la bsqueda de informa
cin relacionada con el cine
y
la
literatura
en
nuestro
pa s es
Largometrajes colombianos
en
cine y
video.
1915-2004
elaborado
por la
Fundacin
Patrimonio
F
lmico Colombiano
,
as como
su actualizacin en la
pgina web de Pro
mgenes
en Movimiento. Contiene
fichas completas
de
todas
las
producciones de
ms
de
setenta minutos realizadas
en
el pas durante el perodo
indicado
en el ttulo. C
omo su especificidad
es el
cine
nacional
,
no
contiene informacin sobre
las
pelculas
extranjeras
basadas
en
te
x
tos colombianos.
I
nformacin
til
sobre el tema puede hallarse tam
-
bin en
el l
ibro Literatura
y
cine Una
tradicin
de paso
nes
encontrada
s editado
en 2003
por
A
ugusto
Escobar
Mesa para
la caja de
compensacin
Comfama de Antio
quia
, y
en
mltiples
ediciones de las
revistas
Cuaderno
s
de Cne Colombiano
y Kinetoscopio y
de los cat
l
ogos
de
los festiva
les de
cine de
Santa Fe
de Antioquia
Mede
n
y
Cartagena
.
Portada
de argometrajes colombianas encne y vi o Fundacin Patrimonio
FOmco Colombiano
. 2005.
Dos:
el
cine es hijo de la literatura
En
un
arrebato
verbal que es de
reconocer
ms
cercano
a a
poesa
que
al error Gabriel Garc
a
Mrquez
seala
en
De
sobremesa
de Jos Asuncin
Silva
la
influencia imposible del
cine.
Imposible
,
porque
cuando
Silva
estaba
concluyendo
la
escritura
de
su nica novela
en la lejansima Bogot de
1896
13 el cinematgrafo de
los herma nos Lumiere era un beb tecnolgico
de
esca
sos
meses
que , s
maravillaba
a
as masas en Europa
y
empren
da una ve loz
seduccin
del
mundo pero
no
pasaba de constituir
una
atraccin de feria que si aca
so regis
traba en bruto
las imgenes de
la
realidad
y
se
hallaba de
la
narracin de
historias
tan
distante
como la
capital colom biana del
cosmopolitismo. El
cine
no solo
no estaba en
ese
momento en
capacidad
de influir en
novelis
ta
alguno
,
sino que
adems
empezaba
a
beber
,
3 Personaj
Que
De
sob
a menos s
todas perdi
del buque e
en
1895.
E
de
sus amig
ltima pers
de
mayo
de
que
la
nove
sugerencia
suicidio de
4 E
sta nov
ttulo de Er
mozambique
propio
Gac
-
7/23/2019 Cuadernos de Cine Colombiano - Cine y Literatura
9/32
14
diente
yde alguna
manera complementario
de los otros;
esto
es, del literario ydel
flmico.
As , aunque las pelcu
las por lo general tienen como gnesis un
guin
,
al cua
l
el director
se
cie en un
alto porcentaje
de su
trabajo ,
una
vertiente interesante
del
estudio
de
adaptaciones
literarias al cine
podr
a ser el
anlisis
comparat ivo en
tre
la
obra literaria y
el gu
i
n
y entre ste y a
pel
cula
.
No son
pocos los estudiosos
de
l hecho cinemato
grfi
co
que incluso colocan aguioni
sta
en el lugar
de
verdadero
autor de una pelcula ,
por
encima del director,
cuando no
se
da el que uno y otro sean el mi
smo
indivi
duo
.
Sin
embargo , Fernando
Mora
(2003: 64) recoge
los
conceptos
de muchos
tratadistas
al
decir: L
os
guiones liter
arios
, encuanto
te
xtos , quedan
absorbidos
por
la real izac i
n
cinematogrfica y no pueden
conside
rarse
piezas
literarias. Laguionista
me
x
cana
P
az Alicia
Garciadiego , quien ha desarrollado
la
mayor parte
de
su
carrera al l
ado
del director Arturo
Ripste
in y
qu
ien
escr ibi el guin de
l
coronel no tiene quin
le
escriba
(1999),
reconoce
la
cercana
del guin a la categora
de obra literaria, pero es clara sobre
el
problema
de la
autora: A final de
cuentas
,
categoriza
, a pelcu la
es
del director.15 Concluye el per iodista Juan Jos Ho
yos que eguin es una
forma
de literatura sin patria
q
ue con
d
ena
a sus escritores a
vivir
como fantasmas
(2008: 4a) y cotejando la relac in
del gu
in y
la
obra
literaria
con
la
pelcula
trae a
colacin una
cita
del guio
nista me xcano
Guillermo
Arriaga segn la cual es en
la
obra escrita
donde
se
ponen la
sangre , la carne y
os
huesos
de la
historia
que va
a ser filmada .
Volviendo a a
novela
de Si l
va
, Garca Mrquez resal
ta
que adems del com ienzo narrado como en un movi
miento
de
cmara
se
advierten
en ella un
concepto
del
espacio , un manejo expresivo
de
la
luz
, una estrategia
en la pre sentac in de los protagonistas y
una
ilacin
de
tiempos
paralelos
,
que
son modos propios
de
contar en
cine .
Ms
aun
, puntualiza
, son hallazgos que el cine
15
E
ntrevista concedida al autor
.
Medelln
agosto de
2007 .
Pub
l cada
en e catlogo
del IX Festval de
Cine
y Video de Santa Fe
de Antoquia (2008).
mismo
se
demor
para utilizar. Ypor
supuesto
,
reco
noce
enseguida
(1996: XIII
)
que estas
cara
ctersticas
de la narraci
n son
pura
clariv
idenc ia
del
poeta , pues
por los das de la muerte de Silva el cine ni
siquiera
empezaba a explorar sus
posibilidades
como medio
de
ex
presin
de historias
argumentales
, as que lo
llevar
an
hacia la ficcin .
El anlisis
de
Garc a Mrquez no menciona la par
ticularidad
de
que
e
sobremesa nunca ha figu r
ado
en
los planes de realizador cinematogrfico alguno , mien
tras que en
cambio varios
de los
poemas
de Silva han
inspirado cortometrajes
de
carcter argumental. Una
noche
,
la
ms famosa pieza
lrica
del poeta bogotano
,
fue
adaptada
en 1975 bajo el ttulo de Nocturno
por
Jo
s
Mara
Arzuaga , con guin de Fernando Laverde. Y os
poemas conocidos
como
Nocturnos ueron reunidos
en
el cortometraje l
ltimo romntico
por el directorJorge
Gaitn Gmez y el
guionista
Alfonso Acevedo en 1980.
Igual que en su poesa, el
novelista
Jos Asuncin
Silva se
muestra vanguardista. A
nada de
lo
que se ha
ya
hecho antes en
el pa
s
se
parece
su novela
y, como
puede inferirse
de lo
dicho en las pginas anteriores, en
cambio s abuena parte de la
novelst
ica posterior. Aqu
desde
luego no es de inters
analizar
la i
nfluencia
de
Vicky Hemndez Frank Ramirez en C n ~ o r e
no
entierr n
todo da IFrancisco Norden.
1983J.
Foto f a : Nereo Lpez .
Archivo
Fundacin Patrimonio
FOmco Colombiano
.
Silva en las subs i
guientes generaciones
de
escritores,
salvo por esos
aspectos
que
muchos
de
ellos heredaron
no
de l
si
no del cine
: la
narracin
literaria amanera
de
im genes flmicas y el uso de procedimientosy efe ren
te
s
de
evdente extraccin cinematogrfica .
Estos usos son los ms comunes en el
proceso
de
hibridacin
de
l
as do
s ar
tes
. Son muchos
los
escritores
qu
e en Colomb ia
(y
,
po
r supuesto , tambin en
el
resto
del
mundo) han ll
enado
de cine sus relatos . Expl
ica
Edwin
Carvajal Crdoba (2006: 83) :
Puede afir
ma
rse que e cine le aport a
mu
chos e
sc
ritores
de Amrica
Latina
, yde otros contextos culturales,
ins
tru
mentos
n
uevos
o
renova
d
os pa ra
p
rofun
di
zar
en ci
er
tas
variaciones de
a
sintaxs narrat iva, exper imentar nuevas
variedades en la
const
ruccin de las
his
torias, mezcl
ar
de
manera
ilusoria
e
oniris
mo
y a
real idad
,
para
re-presentar
la
v
da desde nuevas
per
s
pecti
va
s, as
como para
imple
mentar temporal
idades
diversas; instrumentos que
al
da
de hoy se hacen vgentes y que constituyen eementos de
homologa
estructural para a n e rpretac
in
de la nflue
n
cia,
cruce, o
con
flue
nc
ia ent
re estas
d
os
arte
s.
Al decir de Carvajal
(96)
,
se da
el caso de autores
como Andrs Caicedo (1 952-1977) que emplean un
lenguaje que
supura formas flmicas
en cada historia.
Esto es:
si
en
el
caso de
Jos
Asuncin Silva la
presenc
ia
de
forma
s fl
micas
en
su
narrativa es en realidad pro
ducto de su relacin con las fuentes
literarias pr
opias
del
tardo
siglo XIX europeo , ochenta aos despus, en
Caicedo, ya lo es de una apasionada
relacin
con el cine
que da
como
resultado
, adems
de la
compenetracin
de
dichas formas en el armado
de
sus obras literarias,
la
permanentereferencia apelculas
vistas
o a narracin
de la histo
ri
a
de
ciertos
personajes
en funcin de dichas
pelculas.
Es oportuno recordar que
Andrs Caicedo
ll
eg
a
em
prender
aunque no
a conclu ir-
con su
compaero
de
generacin Carlos Mayolo
una
adaptacin
de su re
lato
Angelita
y
Miguel
ngel
16
Por supue
de
todos
los
han
asumido
delcine
sela
desmesurada
de
presente
anteriores
se
-
7/23/2019 Cuadernos de Cine Colombiano - Cine y Literatura
10/3216
dcadas iniciales
del
siglo
XX
. Y como en el resto
del
mundo, os comienzos de la industria nacional fueron con
pelculas
de
carcter documental y
corta
duracin , yno
fue
hasta 1915
que
se h
zo
en el
pas
un largometraje:
l drama del15
de
octubre
de
Vnc
enzo
Di Domnico .
17
y ya o apenas , si se
compara
con lo sucedido en otros
pases del rea
latinoamericana-
en la
tercera
dcada
se dio
inic io a la adaptacin
de
obras literarias y
con
ella ,
de
hecho , al cine
argumental.
Es importante anotar
que
, sinembargo , a primera adaptac in en nuestro pas
no se hizo de una
obra
en
prosa
ni se convirti en un
argumental
ni
en un
largometraje;
ue
un
mediometraje
documental
,
cuyo
texto literario
de
or i
gen era una poe
sa
: Tierra caucana (1921), poema de
Ricardo
Nieto y
pelcula de
Donato
Di Domnico . P
ero
al parecer la in-
tencin
de Di
Domnico
con los
versos
de
Nieto era ms
usarlos para acompaar unas imgenes filmadas por l
en el departamento
del
Valle del Cauca y el resultado
de
su trabajo fue una especie de noticiero . De hecho , segn
se
colige
del
testimonio
del
director
(Salcedo
, 1981:
38-391 , el encuentro en
su
pelcula entre las imgenes
flmicas
y os
versos
de
Ricardo Nieto
fue
ms producto
de la
casualidad
que de la preparacin .
En 1922,
el ex fraile
franciscano Antonio J.
Posada
estrenaba como productor
una
versin de res horas
de
la
Mara dirigida
por
Mximo
Calvo
Olmedo y Alfredo
del
Diestro .
Dos aos despus
,
en
1924,
el
antioqueo
Samuel Velsquez estrenaba una
adaptacin
de su pro-
pia novela Madre
que se haba
publicado en 1897, en
tanto
que
Vincenzo Di Domnico y Pedro Moreno Garzn
hacan lo
propio
con Aura as violetas
de
Jos
Mara
Vargas
Vila (publicada en
18891.
La accin y os
dilogos
las vietas , desde luego
de
Velsquez adoptan un
tono totalmente contrario al romanticismo circunspec-
to
y rgico de Isaacs , Vargas Vila y sus adaptadores.
En as primeras
secuencias
de Aura as
violetas
18
el
hroe
regresa
tras larga ausencia a
su
hogar,
baa
7 Se trata de
una
reconstruccin
documental del asesinato del general
Ralael Urbe Urbe
. ocurrido
en Bogot
en
1914.
Lo
ms lamatvo
es que en la
reconstruccin de crimen participaron los
propios asesinos . Oe esta pelcula apenas
se
conserva
un
fotograma
y
sobre
su
contenido
hay menos noticia
que
sobre l
polmica
que
suscit .
8
De
esta primera
versin fmica
dela obra
de Vargas Via sobrevven
diecisiete
minutos
de imgenes
. E realzador
boyacense
Gustavo
Nieto Roa
hizo
en
1973 una nueva
adaptacin.
en
ptalos
de flores a su madre y lamenta las malas
pasadas
del
destino . Pero el amor de Aura
no
era el
mismo
, nos cuenta una de las primeras
vietas
. En
cambio ,
en Madre nos encontramos
a
una
herona bas-
tante adelantada a
su tiempo
,
una que entra
en rebelda
ante las imposiciones precisamente
de su
madre, y el
escritor-adaptador la
dota
de un humor renegrido . Ve-
mos
en las
vietas :
Buenos das
,
mujer divina
, antasmagrica y
elctrica
, la
saluda
el
pretend
iente
impuesto por
la
madre
.
Cmo te
va,
hombre simpln
,
rezandero
y
cndido
,
res-
ponde
la
para
nada
dulce
Ins .
De este largometraje
se
conserva un
fragmento de
19 minutos y 58 segundos , a 18 cuadros por segundo ,
y a noticia
de su
realizacin alcanza para ubicar aVels
quez (Snchez, 2000: 281 , aliado del peruano Federico
81ume
, el
mexicano
Federico
Gamboa
yel
puertorriqueo
Luis Llorens Torres entre los escritores latinoamerica-
nos que durante la segunda y tercera dcadas
del
siglo
XX se
dedicaron
a dirigir
pelculas
. Samuel Velsquez
ostent
adems , durante
ochenta aos
,
a particularida
d
de ser el
nico escritor colombiano en producir y dirigir
la adaptacin de
su
propia novela , hasta cuando Celmira
Zuluaga
produjo
, escribi y codirigi con
Julio
Luzardo
la
adaptacin
de su novela
La
ministra inmoral
(2007)
y Gustavo
80lvar hizo
lo
mismo con
su
novela Sin
tetas
no hay
paraso
(estrenada en
septiembre
de 20101
.
l resto
de
la dcada del veinte fue prolfico
en
rea-
lizaciones
cinematogrficas,
pero
no en
adaptacione
s
literarias. D
urante
las dcadas
siguientes
se
hiciero
n
en el pas pocas pelculas y menos adaptaciones, y e
cine nacional estuvo en varias
oportunidades
apunto de
perecer. Pero nunca acab de producirse dicho pereci-
miento
.
Antes bien
,
una
y otra
vez
renaci.
Un florecimiento tanto
de
la industria
del
cine n
a-
cional como
de su
relacin
con
la literatura
se
ha dado
progresivamente a partir de la dcada de 1980: Esta
dcada conoci el
idilio
de las dos artes, y durante ella
se
adaptaron obras
de
autores como Gustavo Alvarez
Gardeazbal, Germn Pinzn
, Hernando
Tllez
,
Ma rve
l
Moreno, Eduardo Caballero Caldern , Alvaro Mutis y,
clar o, Garca Mrquez (Alzate: 2006,
41.
Dicho florecimiento se
mantiene
en
la
actualidad
, al
punto
que en
marzo
de
2010
ha
tenido
lugar el estreno
comercia
l
de
la
adaptacin
de
una
novela
de
Garca
Mrquez
Del amor
y
ot
ros demonios dirigida por la
costarricense Hilda Hidalgo) y se encuentran en
proce-
so el trasvase de un reportaje del Nobel , Notic
ia
de un
secuestro y
de
su guin
Tiempo de morir
.
9
En cambio,
han llegado casi
al
nivel
de
descarte
dos
proyectos
que
hace algn tiempo haban sido anunciados : la adapta-
cin de El otoo
del
patriarca
por
parte del director de
la
ex Yugoslavia
Emir
Kusturica
y a
de
Memoria
de mis
putas tristes
que
estaba a inales de 2009 a punto de
ser filmada en Mxico, pero un escndalo provocado
por
denuncias
sobre
la
supuesta pedofilia
de la historia
llev al
retiro
del apoyo de Garca
Mrquez
al proyecto
y por tanto a
su
cancelacin .
As mismo,
avanzan
los proyectos
de
llevar al cine
sendas novelas de
Andrs
Caicedo [Que viva
la
msica)
Jorge
Franco
(Mala
noche)
Laura
Restrepo
{Leopardo
9
E
ste
guin
para la pelc
realzada
en
para los
tras
Jorge Al
Tra
en
cine
en
1
anunciada
po
Garca B
arc
h
otro
proyecto
Mrquez
es
e productor
Anda a parti
joven
escrito
aos
sesenta
dirigido
por
La ministra inmoral ICelmira Zuluaga Aparcio y Julo Luzardo, 2007
1
Archivo Starfims S A.
-
7/23/2019 Cuadernos de Cine Colombiano - Cine y Literatura
11/32
18
La
variable
literaria ha aportado
valiosos
recursos
estticos al
cine colombiano
y en bastantes
casos
-
cuando en
otros
pas
es
se han emprend
i
do adaptacio
nes de obras
literarias colombianas-
al internacional.
Hablando de
largometrajes,
la adaptacin de novelas
,
cuentos,
p
eza
s teatrales,
crnicas per
i
ods
ticas y
hasta
canciones
, ha significado
apro
xmadamente el
veinte
por
c
iento de la producc i
n
lmica nac
i
ona l.
2 Esta
pro
por cin est sin embargo lejos de
ex
periencia
s
como
la
estadounidense
, cuya industria
cinematogrfica
, a
ms
poderosa del
mundo , se nutre de historias
provenientes
por lo menos en un
cincuenta
por ciento de la literatura ;
o,
dicho
de
otro
modo
,
all
parte
inmanente
del
proceso
de recepcin de cas
i
oda obra
literaria
es su adaptacin
al medio flmico.
Aunque
todava lejos de la ex
periencia
norteamerica
na , el boom que en
apar
iencia vive la literatura
colombia
na en especial la
novelstica-
empieza
a significar
la
exploracin de modos
alternativos
de recepcin
,
siendo
el principal de ellos
la
adaptacin de las obras al cine
, a
televisin
e
ncluso
el teatro . De hecho ,
os
contr
atos
de
publicacin incluyen
desde
hace
algunos
aos clusulas
que
obligan
a
os
escritores a contar
con las
editoriales
en
las eventuales negociac
i
ones que tiendan
a a
adap
tac i
n
.
Tambin
empieza a
darse
el caso de escritores
formados en
escuelas
de cine que usan en
sus
novelas
un
lenguaje
del
i
beradamente cinematogrfico, tendiente
sin duda
a
hace
r
ms fcil
un
proceso de adaptacin.
El
caso
ms notable es
el
de Jorge
Franco .
Su segun
da
novela
, Rosario Tijeras ,
se
convirti
en
1999
en
un
bestseller que en
menos
de
cinco
aos
lleg
al cine en
la forma de una superproduccin internacional.
La
si
guiente novela de Franco
, Paraso
Travel
,
fue publicada
en 2001 y
de inmediato
sus
derechos de adaptacin
negociados
(la
versin flmica se
estren en 2007). Y a
ms
r
ec
i
ente
, Melodrama
, aparec i en
2005 y
amb
i
n
de inmediato los
representantes
del
escritor
iniciaron
2 Este
dato
resulta
de
cotejar
la
totaldad
depel culas reseadas n l lbro
argometrajes
colombianos
en
cine
video
1915-2aJ4
con la cantdad de
elas
que
son adaptacionesdeobras literarias.
Para
l
caso no se tienen en cuenta los
cortometrajes.
contactos
con
productores
brasileos
a
fin de llevarla
al cine
,
aunque
Franco dice que Melodrama
es
la
me
nos
cinematogrfica
de
sus
no
v
elas
.
Incluso
av
anza el
proceso de adaptacin
de
la
pri
mera novela de Franco
,
Mala
noche.
En
todos los casos el
escritor ha
sido pieza
importante en la
escri
tura
del guin
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o
c
o
E
V
a
o
O
c
V
c
-
7/23/2019 Cuadernos de Cine Colombiano - Cine y Literatura
13/32
22
La
adaptacin
de La
Insoportable Levedad
del
Ser (1988,
de
Ph ilip
Kaufmanl
de Miln
Kundera , rescata la historia , la trama de la no
vela
y deja de lado la
profunda
y
conmovedora
refle
x
n filosfica
del
escritor.
Se queda
con
la
parte
ms obvia
y
ms visual
,
comportamental
,
diramos
. Es una
traduccin
que pone en escena
los acontecimientos de la
pelcula
, raspasando
los med i
os
de la novela amed i
os aud
i
ovisuales
.
Es una adaptacin
como
transposici
n
,
pero
el
resultado
banal za el
texto
original.
l
cine colombiano
no ha
sido ajeno
a esta
influencia
literaria .
Hasta
el
punto
de que
a
me
nudo ha sido ex
cesiva,
no tanto por el
nmero
de adaptaciones
,
sino porque los
guiones
co-
lombianos
, a
o largo de la
historia ,
han estado
impregnados de
lenguaje literario ya
sea por el
exceso de
verbalizacin
de
los
personajes , por
descripciones muy
retricas o
por sus
preten
siones grandilocuentes
.
l cine nacional
ha
ido muchas veces de
trs de la literatura
nacional
en la
medida
en
y
ms
reconocimiento internacional. E valor
de
la literatura
nacional en
nuestra cultura
ha
ejercido
una
influencia avasalladora sobre
el
cine que
muchas
veces ha querido contagiarse
de la
calidad
,
acud
i
endo
a
ella
. En
Colombia se
han
r
ealizado adaptaciones tan notables como
:
ndores
no
entierran
todos los
das
(1984,
de
Francisco
Nordenl , basada en la
novela hom-
nima de
lvarez
Gardeazbal; Tiempo de Morir
(1965,
de
Arturo
Riupstein;
1985,
de Jorge Al
Trianal
,
basada en el
texto
de Garca Mrquez
; o
adaptaciones tan
discutidas como a
n
(1984,
de
Gustavo Nieto
Roal
,
basada
en la no
v
ela de
Eduardo Caballero Caldern
.
En los
ltimos
dos aos
2.007 y 2.008,
se
han llevado al cine dos novelas
que han
tenido
una amplia resonancia en los medios masivos
y
amplio
reconocimiento entre el
gran pblico
:
Satans (2007, de
Andy
Bizl , de Mario Mendo
za
y
Paraso travel
(2008,
de Simon
Brandl,
de
Jorge
F anco .
Por el impacto social
de
estos dos
textos, se
hace
importante realizar un anlisis
un
lenguaje
a otro .
Dicho anlisis exige
estudiar
la propuesta
literaria de
estas
dos novelas
con
el nimo de entender a ravs de l su naturale-
za discursiva , el espritu de estas
adaptaciones
y
su
aporte a
las
complejas relaciones
entre
literatura y
cine colombianos.
Paraso
travel y
Satans son
dos novelas
colombianas
recientes ,
publicadas
a
nicios
del
siglo XXI y que de diversas maneras represen-
tan
su momento
histr i
co
y
social
.
Las dos han
sido
escritas
por
escritores
contemporneos
jvenes
que
se
sintonizan con
la
actualidad
y
con
su
pblico
.
Ellos
recogen
no
slo
actitudes,
mentalidades , formas de vida y circunstancias
que
estn en el ambiente en el momento
que
les ha correspondido vivir. Al
referirse a
as re-
laciones
entre texto y
sociedad
,
David Perkins
seala
: Esimple reflejo o expresin
es
por
supuesto la
suposicin ms
antigua de la huma-
nidad
:
os
textos
expresan lo que
los
escritores
observaron
o sintieron
en su mundo
histrico.
Esta
teora no es de ninguna
manera
obsoleta
que esta ltima, ha tenido un mayor desarrollo crti
co
de estos dos procesos de trasplante de
(Perkins
, 2.003; pg .
2421.
Bias Jaramio en
atan
s
IAndrs
B
aiz.
2007).
Foto f a : Juan Antonio Monsalve.
Archivo
O
yma
no
Producciones
.
Satans es una novela de
fuerte
acento
ur-
bano
, no
slo porque
transcurre
en la ciudad,
sino porque es
testigo
de formas
de
vida
, repre
sentaciones
y
usos
que
pertenecen
a
a
cultura
urbana . Ciudades
nicas