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  • 7/31/2019 Cuaderno de Heidelberg

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    CUADERNO DE HEIDELBERG EJERCICIOS AL DICTADO

    (2011-2012)

    IGNACIO CAPILLA VALLS

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    INO QUIERO EMPEZAR MINTINDOTE:

    he hablado de ti en otros ambientes,

    y no precisamente bien.

    Podra haber mencionado, de pasada,

    tu puente y tu castillo,

    tus calles adoquinadas,

    o tu precioso otoo,

    pero no...nada de eso he comentado

    slo se me ha ocurrido despotricar!

    Sabis que en las aguas de su ro

    nadan peces radioactivos?

    Sabis que las calles de su puerto fluvial

    huelen a meada cervecera?

    No te dejo, aunque lo intente, en buen lugar:

    y cuando se me ocurre elogiarte,

    me vienen a la mente las intrascendentes imgenes

    de un cruce de vas,

    de una cancha de baloncesto,

    de un camino en el parque,de un paso subterrneo,

    de un gymasium de vidrio y hormign,

    de unos grandes almacenes,

    de una cabina telefnica color magenta,

    de una gasolinera,

    de una panadera gratamente olorosa,

    de una cadena de puestos de bocadillos,

    de un restaurante indio,de una librera de lance,

    de unas obras municipales,

    de unas campanas de una iglesia,

    de unos mendigos junto a la estacin,

    de un taxi color crema en la oscura noche,

    de una calle residencial silenciosa y hmeda,

    de una casa de dos pisos con jardn,

    de una sinagoga,

    y de todo un recorrido hecho a pie,

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    al caer la noche.

    Ya me invento hasta recuerdos,

    relacionados contigo:

    caminando por tus calles con una cerveza entre manos,

    recorriendo tus calles sin luces en bicicleta,

    esperando no s a quin en la entrada trasera del Kaufhof ,

    fabricando muecos de nieve en la plaza de la iglesia,

    conversando con las ancianas que alimentan a las palomas...

    Pero si hablo mal de ti, la mayor parte de las veces

    es ms por amor que por odio.

    Me hubiese gustado deleitarme ms en tus entraas,

    visitar ms tus locales de moda,

    conocer un poco por encima a tus jvenes vecinos,

    sentir ese calor especial que dicen -

    se respira en tus terrazas.

    Pero no me dejaste mucho tiempo.

    He pensado volver tu mono me lo dijo .

    Pero en realidad te odio:

    bien hubiese deseado que los bombardeos aliados

    te hubiesen destrozado,

    de arriba abajo, y no quedase ni siquiera en piela ms insignificante lpida de tu cementerio.

    Pero en realidad te amo:

    bien hubiese deseado perderme en tus colinas

    y escuchar el brollar

    de tus manantiales y torrentes,

    y el susurro

    de las ramas de tus bosques,

    en los que, silenciosos, andan los erizos, mis amigos.Y perder en mi vagar

    completamente la cabeza.

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    II

    LA ESCRITURA NO DEBE SER

    la revancha de los sinsabores personales,

    ni el archivo de las pequeas mezquindades cotidianas,

    ni la histrica y encarnizada defensa del orgullo herido.

    La escritura debe ser

    la voz de los mil cuerpos

    atravesados por dardos y emociones

    como pequeos sebastianes.

    La escritura no debe ser

    el elenco de los amores consumados,

    ni la ampulosa escenografa de una vida pobre,

    ni la bsqueda de explicaciones en la cuna y los amigos.

    La escritura debe ser

    la curiosidad nunca satisfecha

    por saber en qu carajo piensanlos animales y las piedras.

    La escritura no debe ser

    el onanismo del que escribe y se lee a s mismo,

    ni la voluntad burguesa de inflar el globo del yo,

    ni la mana de escribir sin terminar el rengln.

    La escritura debe ser la carta invisible, escrita no en papel

    sino en el aire, en la que dancen

    todas las letras sueltas.

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    III

    CONCEPTUAL Y TMIDO EN CUANTO ALTIVO;

    decadente y melanclico en cuanto melodramtico;

    lcido y perfeccionista en cuanto perezoso,

    todo eso soy yo.

    Me gustara ser como no soy

    pero en el fondo, estoy encantado de conocerme,

    y de hablar a solas con mis fantasmas

    y de llevar esta vida de monje bebedor

    que desea a toda costa los placeres

    pero que por vagancia no los busca,

    ms bien porque sabe que de encontrarlos

    por azar, su efecto ser mayor.

    Y a veces pienso si encontrar en mi nuevo deambular

    a alguien que conozca a Oliveira,

    a alguien que ame el sebastianismo,

    a alguien que adore las imgenes en movimiento,

    a alguien, en definitiva, que pueda reemplazarte,y con el que jugar de nuevo a no querer crecer,

    a hacer de la ciudad un gran tablero,

    y echar horas y horas pensando en arte y en elencos.

    Pero me temo que aqu, entre estos muros,

    no encontrar lo que busco.

    Te cansaste de este individuo que ejecutaba siempre su papel

    de padre y diplomtico en las distancias cortas,

    y al que le cambiaba la voz al hablar con extraos.Y no te culpo, pues mi fachada de profesor

    es aburrida y jactanciosa: habla con tonito.

    Ahora que soy ms viejo y no ms sabio,

    y me he vuelto un poco ms sectario,

    ms exigente con los otros y, al mismo tiempo,

    ms despreocupado, echo de menos tu imagen

    de amiga y amante ideal: una imagen, por supuesto,

    construida por mi imaginacin en los grandes momentos del amor.

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    Pero no lo creas, en realidad el amor es una gran cosa:

    el arroyo que se precipita ladera abajo

    en el deshielo de primavera;

    el territorio del que proviene la msica.

    No se nos permite la estancia mucho tiempo en sus confines;

    vuelve el invierno, y los arroyos se congelan;

    acaba el concierto y se encienden las luces:

    pronto somos expulsados de esa tierra prometida,

    o ms bien nos expulsamos.

    Pero quienes, como nosotros,

    han pasado una noche entre sus almohadones

    y han credo ver la luz,

    ya nunca vuelven a estar solos.

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    IV

    PLIDA AMIGA DE ESPRITU LIBRE Y CABEZA LOCA,

    volver alguna vez a sentir la calidez de tu cuerpo junto al mo?Has volado como uno de esos globos de colores

    que, dejados de las manos de los nios,

    se pierden en el cielo.

    Espigada amiga de alma fantasiosa y cabeza prctica,

    podr posar mi mano otra vez en tu cabeza y en tu cuerpo?

    podr sentir de nuevo tus caricias?

    Quise creer que tu vuelo era el de la cometa,

    y yo podra sujetarla aun al suelo.Pero la cuerda se me escap y, cuando quise reaccionar,

    estabas ya en contacto con las nubes.

    S, al conocerte demasiado,

    que como amante de las cumbres

    a los valles habrs de descender,

    aunque sea slo a beber agua.

    Pero en ellos no permanecers largo rato,

    pues como amante de los cambios

    prefieres torrentes a glaciares,

    y das nublados a aquellos soleados.

    Podra contentarme, aqu abajo,

    con la contemplacin de tu vuelo,

    pero he comprendido que mejor sera que volase yo tambin,

    al menos por el momento,

    aunque no s hacia dnde ni con quin.

    He de reconstruir mis alas;

    rozaron demasiado pronto el sol,

    y, calcinadas, las plumas se perdieron entre el mar y la maleza.

    Ten paciencia y espera que las encuentre

    y pegue, una a una, las plumas a mi espalda,

    a fin de remontar yo tambin el vuelo,

    y surcar el cielo en acrobacias que rimen con las tuyas.

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    V

    HEIDELBERG LUDWIGSHAFEN MANHEIM HAHN

    No miraste atrs,

    en la avenida de las hojas cadas.

    No miraste atrs,

    atravesando las vas del tranva,

    y yo segu con la mirada

    tu rpida marcha,

    hasta que el color azul de tu anorak

    se perdi entre los amarillos, verdes y rojos

    de aquella maana de otoo.

    Haca un buen da

    y el sol brillaba sobre la estacin,

    sobre las fbricas, sobre los terraplenes de tierra negra.

    Al recordar tu rostro, mis labios temblaban.

    Y mi pecho se oprima.

    Entre Ludwigshafen y Manheim me com el bocadillo,

    y sin darme cuenta, empec a disfrutar.Senta la excitacin incierta del inicio de un largo viaje.

    Despus atardeci. Un cielo gris.

    Gris como otros cielos de otras tierras,

    cielos altos y despejados, de un azul lvido.

    Bandadas de pjaros. Es el Otoo.

    El paisaje cambi. Ya no haba casas, solo colinas,y bosques espesos, densos e impenetrables,

    como costras sobre la tierra negra.

    Igual de espesa, densa e impenetrable

    era entonces la confianza que depositaba en el futuro,

    aunque ocultase, y eso lo saba, una montaa negra de temores.

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    VI

    HEIMATLIED

    Cuando por fin regreses de tu largo peregrinaje,

    has de saber que puede que tu casa est vaca

    y que te decepcionen sus paredes y sus muebles.

    Ante el umbral puede que temas entrar

    solo de imaginar la humedad de las paredes.

    Ante el umbral puede que temas entrar

    solo por miedo a no hallar recuerdos cariosos.

    Ante el umbral puede que temas entrar

    solo de pensar en quedar de nuevo all encerrada.

    Pero antes de cruzar el umbral

    echa un vistazo a tu entorno:

    no estn all las calles estrechas,

    la ermita, y ms all la olivera?

    no ves acaso la Naturaleza

    salpicando de piteras las cunetas?

    Imagina tu vuelta en tren, o en camioneta:

    el sol ilumina los campos tras la tormenta,y en los naranjales, las avispas chapotean

    en el barro, entre surco y surco.

    Que tales imgenes sean un escudo

    que te proteja del vaco de tu hogar recobrado!

    Que tales imgenes sirvan para cubrir,

    como mentiras piadosas, la desnudez de tu casa!

    Antes de cruzar el umbral

    recuerda todo lo visto y odo,las distintas voces y colores.

    El alivio de tales imgenes

    contribuir a que tu casa ames,

    aunque de ella sepas,

    como sabes,

    que jams ha contenido nada,

    y que nada habr en ella

    a tu llegada.

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    VII

    23 de mayo

    Llevaba tiempo dando vueltas a la idea de hacerme dao,

    un poco como quien juega,

    y finalmente la tercera bala, al parecer la ms inocua,

    no pude esquivar.

    Por la maana me cruc con un fantasma del pasado,

    que, deliberadamente o por azar, cambi de acera al verme,

    y al que estuve tentado de seguir

    y sorprender en una esquina.

    Pero de la persecucin finalmente desist;

    no quise caer en el ridculo de dar explicaciones.

    Luego compr unas pelculas que haba visto contigo,

    y que me traen los mejores recuerdos de mi vida.

    Y esa misma tarde, tras esquivar dos accidentes en bicicleta,

    - primero contra otra bici, luego contra un peatn,

    sin frenar en ningn caso -

    la tercera bala lleg.

    Sentir que una parte de mi cuerpo se ha roto,y no en sentido figurado,

    me ha hecho reparar ms en m, y en no hacer planes.

    Supongo que se ha tratado de una advertencia:

    que asuma menos riesgos,

    que viva con ms tranquilidad,

    que acepte la vida tal y como es,

    o tal y como se me presenta.

    Han sido muchos meses de combateentre lo que s, o creo saber, y lo que es, o creo que es;

    s lo que nos une y nos ha unido, nuestras almas y vidas gemelas;

    es la distancia y el tiempo, la separacin y los caminos divergentes.

    Y el combate, bien es cierto, haba trascendido a un plano fsico:

    el hecho de estar contigo y contra ti,

    y, en el fondo, conmigo y contra mi,

    estaba consumindome.

    Pero hoy s

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    que no s qu es lo que s,

    ni tampoco s lo que es.

    A fin de cuentas, ni s qu quiero, ni quiero preguntrmelo,

    pues querra dejar de padecer.

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    VIII

    EN CUANTO BURGUS,

    concibo la sala de cine

    como el templo de una religin sin dioses,

    al encuentro

    de la trascendencia perdida,

    aunque en realidad

    busque las certidumbres aoradas

    y un lugar donde llorar.

    En cuanto burgus,

    concibo la sala de cine

    como el espejo ante el camino,

    al encuentro

    de la dosis consabida de catrsis,

    aunque en realidad

    busque superar la propia vida

    desde la pasividad de la butaca.

    En cuanto burgus

    concibo la sala de cine

    como el aula magna de una universidad popular,

    al encuentro

    de conceptos encarnados en luces, tramas y personas,

    aunque en realidad

    busque ampliar el bagaje de ancdotas y curiosidades

    a fin de aparentar ser ms listo de lo que soy,o, al menos, un poco ms competente

    en el campo roturado de la cultura general,

    nico terreno en el que se me permite correr,

    soar, delirar, suspirar y amar,

    como un burgus ms,

    anodino, pedante y cultivado.

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    IX

    ESTPIDA FALANGE IZQUIERDA:

    te estoy agradecido.

    Necesitaba convalecencia, reposo y procurar por m mismo,

    y obligndome a encamarme, en sueos

    me has conducido de nuevo a la orilla,

    y entre las ruinas de las civilizaciones hundidas,

    all me has dejado, a la espera del tiempo de los cambios.

    Estpida e insignificante falange izquierda:

    me siento recompensado.

    Mientras esperaba mudar de piel

    y de vicios con fuerzas renovadas,

    me nombraron cuatro veces en la tele,

    y no s si podra haber logrado esos efmeros minutos de gloria,

    de no ser por la reclusin a la que me has forzado.

    Estpida, insignificante e intil falange izquierda:

    no sabes cmo me has salvado.Me has forzado a mirarme de nuevo en el espejo,

    y no me he conformado con mi rostro, ni con mi rostro reflejado.

    Sobre stos se ha superpuesto una proyeccin en sper-8:

    una imagen temblorosa, que viene y va, de un rostro amigo,

    cuyos lmites coinciden siniestramente con los mos.

    Estpida, insignificante, intil y amistosa falange izquierda:

    escucha lo que te digo.Ese rostro de mirada felina, pmulos altos y sonrisa amiga,

    no se parece en nada al mo, pero habita en mi,

    como una presencia siempre fresca, como una primavera renacida mil veces,

    y me impele a vivir con fuerza, olvidando quien era y quien soy,

    trascendiendo a un tercer plano.

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    XCADA DA MS PEQUEO

    me estoy haciendo,

    cada da ms insignificante,

    y si me lo propongo

    puede que incluso

    llegue a desaparecer.

    El tiempo anda

    ajustndome las tuercas,

    quitndome la grasa

    y las ganas de comer.

    Y siempre habita

    el abatimiento

    en la sombra proyectada

    por los momentos de dicha.

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    XI

    SALIR DE LA VIDA A TRAVS DE LA VIDA,

    y perfeccionar y pulir el mtodo

    para trascurrir con optimismo,

    procurando por uno mismo

    sin apartar en ningn momento

    la mirada del abismo;

    y observar y escoger,

    entre el sin fin de rostros amables

    que la vida planta ante los ojos,

    aquel cuya sonrisa

    prometa un claro en el bosque,

    un remanso en el atolondrado

    precipitarse del torrente,

    un anuncio de entrega sin condiciones;

    y desear amar,

    amar sin lmites, amar hasta el extremo,

    amar sin respiro, amar agradeciendo,

    amar los labios, amar los cuerpos,y apartar de s el egosmo

    de desear ser siempre amado.

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    XII

    EN EL PARQUE DE LOS SKATERS

    caen las primeras hojas del otoo.

    Los skaters ocupan hoy

    el tiempo

    que antes nos daba sentido

    a ti y a mi,

    y hoy se lo da a ellos.

    Pues aos atrs,

    - apenas durante una primavera -

    Deleuze hablaba de nosotros,

    Astrud estaba de nuestra parte,

    y Dad obraba prodigios

    en nuestras proximidades.

    Hubo un tiempo

    en que tocar un cuerpo

    era idntico

    a posar un dedo

    sobre cualquier calle del mapa:la ciudad nos atravesaba

    y nos hera de gozo,

    y sobamos con acostarnos en Estambul

    y despertarnos en Tokyo,

    sin salvar ni siquiera sus murallas.

    Las esquinas!, las basuras!, las palomas!,

    iluminadas por la luz del Arte:

    el nico rbolque segua solemnemente en pie

    tras las tormentas

    en el bosque de los dolos.

    Pensbamos que tener una galera,

    y trasnochar en compaa de poetas,

    alcanzaba ms lejos que el amor

    y, por supuesto, ms all del sexo.

    Pero cambi la dcada.

    Nos hicimos mayores,

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    llegaron las obligaciones.

    Ya no se poda hablar ms tiempo

    de infrarrealismo

    ni de suprarrealismo,

    y la Realidad,

    a pesar de los poetas,

    a pesar de los filsofos,

    qued reducida

    a cuatro palabras malsonantes.

    El tiempo pertenece

    a los skaters, digo.

    As que el da menos pensado,

    y sin previo aviso,

    me pego un tiro.

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    XIII

    LOS DEMASIADO ARRAIGADOS

    (opereta)

    [todos]

    Dnde has estado?.

    Yo

    Dando vueltas como un tonto

    por una ciudad demasiado grande,

    habitada por gente que desconozco.

    Cundo los gorilas tirarn de mis axilas

    y me arrancarn del tiesto?

    Los demasiado arraigados :

    [todos]

    Cuando vueles junto a las golondrinas africanas

    hacia los impenetrables bosques del norte!

    Demasiado arraigado nmero 1 :

    Corre! Corre!

    No pierdas el tiempo!

    Salta y brinca sobre la hojarasca!Aparta de ti las ramas bajas!

    No oses pisar a los escarabajos verdes!

    No despiertes de su sueo a los erizos!

    Abre la boca cuando llueva,

    y permite que las gotas se deslicen

    de hoja en hoja hasta tu boca!

    Demasiado arraigado nmero 2 :

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    Te dijeron muchas veces no?

    Pues haber gritado t s hasta quedar afnico!

    De nada sirve que nos presentes

    el historial de sinsabores pasados!

    Aqu no aceptamos esas credenciales!

    Una hoja de servicios

    sin amigos, sin familia, ni trabajos,

    qu coo nos importa!

    Demasiado arraigado nmero 1 :

    Escucha! Atiende!

    El agua del arroyo cae de roca en roca.

    Un cuervo grazna en lo alto del ciprs.

    Cruje la hojarasca bajo las pezuas del ciervo.

    Un jabal furioso destroza los matorrales.

    El viento ulula entre las ruinas del teatro griego.

    Las zarzas se agitan, y sobre ellas, las abejas.

    Borbolla el agua caliente del bao de los monos.

    Un lloro lejano llega a tus odos

    a travs de las montaas:un nio se habr cado

    mientras conversan dos vecinas.

    Agudiza el odo!

    El ruido de un motor.

    Palabras rabes. Palabras hngaras. En el valle.

    El ahogado ladrido de un perro sin su amo.

    Demasiado arraigado nmero 2 :

    Sintetiza! No pierdas el hilo! No te pongas melanclico!

    Yo:

    Cunto tiempo hace que las mozas del lugar

    no ascienden hasta el merendero

    a lavar sus ropas y a verlas secar?

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    Demasiado arraigado nmero 2:

    En el mercadillo de ocasin

    venden relojes suizos. Una mesita de color caoba.

    Unas flores de plstico. Unos libros viejos.

    Un rosario. Estampitas de la virgen.

    Reposabrazos. Dos o tres sillines.

    Vinilos dmode. Un collar de perlas.

    Camisetas de moda. Una dentadura.

    La peluca de una vieja. Condecoraciones militares.

    El reverso de una carta de amor.

    Sobres de colores. Un ojo de cristal.

    Una amatista. Un farol. Una mariposa (de celofn).

    Y mientras tanto, ese tipo de la esquina pretende

    que todos paguen por sus amarguras,

    y piensa vaciar el cargador!

    Demasiado arraigado nmero 1:

    All, en lo alto de la colina,

    los antiguos nos hacen gestos con la mano.Quieren que vayamos a su encuentro?

    Demasiado arraigado nmero 2:

    Eso parece!

    Demasiado arraigado nmero 1:

    Quieren aportar una solucin a nuestros problemas?

    Demasiado arraigado nmero 2:

    No creo!

    Demasiado arraigado nmero 1:

    Nos invitarn a una taza de t o a una pierna de cordero?

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    Demasiado arraigado nmero 2:

    Qu menos!

    Demasiado arraigado nmero 1:

    No, no, no Observa mejor!

    Yo:

    Se ren!

    Se estn riendo de nosotros!

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    XIV

    EQUIDISTANTE,

    contigo y contra ti,

    aqu estoy, digamos

    en un punto medio.

    Contigo, eterno, de acuerdo;

    contra ti, contra tus barbas

    y tus elencos, no lo niego.

    Dime si me equivoco

    y no eres t la realidad,

    eterna y cargada de sucesos,

    laberinto en lnea recta

    en el que nacimos y moriremos,

    y en el que luchamos,

    torpemente, intilmente,

    por ser algo, por ser alguien,

    por querernos y juntarnos.

    La razn ma no esclarece

    y niega lo que s por intuicin:

    y es que no hay ms dios

    que la realidad,

    y que en ella nada hay ms

    que la realidad.

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    XV

    TE CAIGO BIEN Y NO ME QUIERES;

    te quiero y no me caes bien.

    Pero si para existir

    yo necesito pensarte,

    y t por m ser pensado,

    es que hubo un tiempo

    en que un todo formamos,

    antes del desgarro.

    Acaso puede el amor

    superar la escisin?

    Mi amor no puede abarcarte,

    y a mi libertad no das alcance;

    de tu amor tan indigno soy yo

    como t del mo, libres los dos.

    Mas vagar ser peregrinar

    un da, y la naturaleza circundante

    demostrar cmo deriva

    de un manantial inagotable.

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    XVIHE PERDIDO LA INTENSIDAD,

    la intensidad del ayer:

    de un mundo de fronteras derribadas,

    de comunin con los objetos.

    Aoro incluso la ruptura, el desgarro,

    que al menos, y a su manera,

    fue intensidad.

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    XVII

    NECESITO DULCES SUEOS HOY, DMELOS;

    y ensrtame con tu alfiler, enmrcame

    en tu despacho como raro ejemplar,

    pues tras el cristal el tiempo se detiene.

    Colmar la curiosidad de tus visitas,

    y aunque se diviertan con la espasmdica

    agitacin de mis frgiles patitas,

    hazles saber que producto placentero es

    de pathos , no as de mortal felicidad.

  • 7/31/2019 Cuaderno de Heidelberg

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    XVIII

    EN EL MUNDO DE LA ESPERA QUE HABITAMOS,

    un mundo sin dioses, anhelamos

    el sueo que de nios

    creamos radicado

    en una lejana ciudad.

    Poetas vagabundos cantaran all

    historias de amor que parecan una sola,

    con idnticos obstculos, xtasis y engaos.

    Apartados de ese mundo repetitivo y seguro,

    no hacemos otra cosa que esperar

    la hiriente luz de la hora de cierre de los bares.

    Pero al igual que en nuestro mundo sin dioses

    se cuela a veces uno despistado,

    y nos junta en una barra o en un baile,

    tambin en el pasado mundo de los dioses

    habita la oscura y triste accin

    de la estpida ley de los hombres.

  • 7/31/2019 Cuaderno de Heidelberg

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    XIX

    TUVE UN SUEO,

    te lo voy a contar:

    tenamos que enterrar a mi abuelo

    en la alquera del pueblo.

    Su cadver, desnudo y robusto, esperaba sobre el suelo

    compuesto por tierra compactada y azulejos rojos,

    cuando por la puerta entraron con otro,

    idntico en todo, envuelto en en una lona de plstico.

    Observando mejor, haba leves diferencias.

    A ese cuerpo nuevo, colocado junto al viejo,

    le creca vello rizado en los hombros,

    y no le faltaba un solo cabello en su morena cabeza.

    Entonces me di cuenta de que

    el segundo cuerpo que ya estaba, noble y pesado,

    quiz ms delgado, en contacto con el fro suelo,

    - cuerpo que, por otro lado, solo yo vea -

    no era otra cosa que su alma.

    - Die Seele -Que no es otra cosa que un cuerpo.

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    XXHORTVS PALATINVS

    Nubarrones copiados de Giorgione,

    hay hoy en aquellos cielos lvidos

    del otoo, antes rasos y alegres,

    que vaticinaban crudos inviernos.

    El sol doraba bosques y colinas;

    hoy, sin l, contemplamos el ro

    que repta como una negra babosa

    en mltiples, contrarias direcciones.

    Las calles han cambiado su trazado,

    han cerrado tiendas y galeras,

    no se erigen monumentos al futuro

    y crece la herrumbre en los autmatas.

    No oigo los pjaros mecnicos,

    y esos mitos y esas fuentes no son ms

    que representaciones para viejosmaquillados y carentes de pasin.

    Limpios y decapados por el tiempo

    que avanza y retrocede, en espiral,

    identificamos con el recuerdo

    lo que ha sido slo un confuso sueo

    que ayer vivamos narcotizados,

    menos sabios, pero quiz ms bellos,

    como naturaleza no domada

    en laberintos de fra razn.