Cronica politica agraria

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ACTIVIDAD DE RECONOCIMIENTO PRESENTADO POR CARLOS EFREN CORTES UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA UNAD

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trabajo colaborativo sobre conflicto agrario.

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ACTIVIDAD DE RECONOCIMIENTO

PRESENTADO PORCARLOS EFREN CORTES

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA UNADESCUELA DE CIENCIAS AGRICOLAS, PECUARIAS Y DEL MEDIO AMBIENTE SAN ANDRES DE TUMACOMARZO 2015ANTOLOGIA DE UN TUMACO ILICITOLos habitantes de Nario cuentan que en la dcada de los ochenta la presencia de grupos armados en el departamento no era significativa. Segn entrevistas con fuentes informadas, las Farc y el ELN empezaron a hacer presencia desde los aos noventa. Estos dos grupos, recuerdan los entrevistados, tenan una presencia ms bien tenue que se limitaba a un par de frentes, el 29 de las Farc y la columna Mariscal Sucre del ELN, que operaban en las estribaciones de la cordillera Occidental.

Aunque en trminos generales esta zona estaba ms condenada al olvido que a la violencia, se recuerda que entre Llorente (en el piedemonte) y Tumaco, poco a poco empezaron a instalarse sectores mafiosos que compraron haciendas para lavar dinero.

Uno de ellos fue la familia Aparicio, conectada con el cartel de Medelln. Segn un informe del Instituto Colombiano de Antropologa e Historia de 2005, entre 1992 y1994 trescientas personas fueron asesinadas lo largo de la carretera Tumaco- Pasto, por rdenes de Jairo Aparicio, testaferro de narcotraficantes que posea una hacienda ubicada en la vereda Vaquerio, del municipio de Llorente. Varias fuentes coinciden en que esta fue la llegada de los narcotraficantes y sus negocios, y de la presencia de los grupos armados ilegales en la regin. Otros factores incidiran tambin para que Nario y Tumaco se convirtieran en zona de narcos.

La migracin cocalera empez a finales de la dcada del noventa, cuando, de acuerdo con el Plan Colombia, se inici una ofensiva militar y de fumigaciones en el Putumayo, que en ese entonces concentraba la mayor cantidad de cultivos ilcitos en el pas, lo que provoc el desplazamiento de miles de campesinos y colonos de esa regin al municipio nariense de Llorente, a tan solo 60 kilmetros de Tumaco. As, el narcotrfico empez a copar nuevos espacios y esta dinmica repercutira en el departamento y sus municipios costaneros.

Los grupos armados de la regin empezaron entonces las disputas para controlar el trfico de insumos y a cobrar por la produccin de coca, instalaron cocinas en la zona del piedemonte y empezaron a usar el litoral para el transporte de insumos desde el Ecuador. Este pueblo (Llorente) creci como una Babilonia, dice la misionera laica Gaby May, de la Dicesis de Tumaco. Despus de llegar la invasin, el pueblo se llen de chongos (burdeles) y restaurantes, y la poblacin nativa tuvo que irse. May asegura que el pueblo, de apenas tres mil habitantes, lleg a tener nueve mil, solamente en el casco urbano, la mayora colonos dedicados a cultivar la hoja de coca.

Segn un estudio de junio de 2010 que le hizo seguimiento al Plan consolidacin, elaborado por un grupo conformado por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola), el Centro de Poltica Internacional (CIP), con sede en Washington tambin, y las ONG colombianas Asociacin Minga y el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), las Farc y el ELN comenzaron a recaudar fondos para la compra de armas extorsionando a los cultivadores de coca, pasando rpidamente a participar en la produccin y el trfico. Los grupos guerrilleros, en especial el frente 29 de las Farc, empezaron a asesinar a los lderes comunitarios que consideraban una amenaza a su dominio, a extorsionar a propietarios de negocios y a controlar los movimientos de las comunidades a lo largo de los ros.

En el informe se consigna que la presencia del Estado en Tumaco era escasa, limitndose a unos pocos militares y puestos de polica y a un gobierno municipal muy corrupto. Los representantes del gobierno pasaban muy poco tiempo fuera de la cabecera municipal, dejando a las comunidades olvidadas en los ros a merced de los grupos armados. El reporte dice tambin que en 2000 el comercio de la droga atrajo a las Autodefensas Unidas de Colombia, especficamente del bloque Libertadores del Sur. Y que al igual que en otras zonas de influencia guerrillera, los grupos paramilitares recin llegados desataron una brutal ola de ejecuciones y masacres de quienes crean colaboradores de la guerrilla.

Entre 2000 y 2006, ao de desmovilizacin del Libertadores del Sur, su accionar oblig a desplazarse a cerca de 80.000 personas (cifra de Codhes) hacia la cabecera municipal de Tumaco y a otras ciudades del pas, mientras que miles ms cruzaron la frontera hacia Ecuador.

La presencia paramilitar en Nario y particularmente en Tumaco data de 1999, cuando Diego Fernando Murillo, don Berna, y luego Carlos Mario Jimnez, Macaco, enviaron sendos grupos para disputarle esta zona a las Farc y al ELN.

Segn la Fiscala Cuarta de Justicia y Paz, el grupo paramilitar se instal en el puerto durante el segundo semestre de 1999 bajo las rdenes de Roberto Carlos Delgado, Negro Pacho, y Rigoberto Urrea, Ferney, quienes crearon un primer grupo. A los seis meses, Macaco, ex jefe militar del bloque Central Bolvar, que delinqui en ocho departamentos, envi a Pablo Sevillano como jefe en Nario. Este grupo paramilitar estaba conformado por tres frentes: Hroes de Tumaco y Llorente, Lorenzo Aldana y Brigadas Campesinas Antonio Nario, este ltimo en alusin al grupo de las Farc que tena presencia en la regin.

Segn un informe de la Fundacin Seguridad y Democracia, los paramilitares se repartieron la llanura pacfica y la costa de Nario. El frente Hroes de Tumaco tena su centro de accin entre Tumaco y Llorente, con presencia en el puerto y tomando como ejes de accin el ro Mira as como el ltimo tramo de la va que de Pasto conduce a la costa pacfica. El Lorenzo Aldana tuvo su zona de influencia en los ros Pata y Telemb.

Por otro lado estaban las Brigadas Campesinas Antonio Nario, que delinquan en el extremo suroccidental del Macizo colombiano.

De acuerdo con la revista Semana, Sevillano coordinaba las mulas del cartel del Norte del Valle, donde comenz su carrera en el narcotrfico. Este paramilitar pag varios millones de dlares a las AUC por el control de la ruta del narcotrfico entre Buenaventura y Tumaco, as como por la franquicia para.

Segn un informe de 2003 de la Oficina contra las Drogas y el Delito de las Naciones Unidas, bajo proteccin paramilitar las hectreas cultivadas en Nario se incrementaron 17 por ciento en relacin con 2002. A diciembre de 2003 un clculo conservador estimaba en 17.000 el nmero de hectreas sembradas de coca, aun cuando otros reportes sealaban que estas podran llegar a 40.000.

El efecto de la mezcla entre coca y grupos armados llev a que la tasa de homicidios en Tumaco pasara de 53 por cada 100.000 habitantes en 2000 a 82 en 2001 y a 99 en 2002.

La reaccin del gobierno fue prolongar el Plan Colombia en Tumaco y sus zonas rurales. Segn el informe de Wola, el Centro de Poltica Internacional, la Asociacin Minga e Indepaz, la respuesta inicial de los gobiernos estadounidense y colombiano a la crisis de violencia y narcotrfico que sufra Tumaco fue la de fortalecer la presencia estatal en este municipio mediante el Plan Colombia, que luego se convertira en el Plan nacional de consolidacin. De acuerdo con este informe: El Plan Colombia inici un fuerte aumento en la fumigacin area de herbicidas sobre los territorios colectivos de propiedad de los consejos comunitarios. Nario, liderado por Tumaco, ha sido, por mucho, el ms fumigado de los 32 departamentos de Colombia durante los ltimos diez aos. El estudio de estas organizaciones explica, adems, que a pesar de la fumigacin a gran escala, los cultivos de coca han demostrado ser difciles de erradicar en Tumaco.Esto es en gran parte resultado de la ausencia del Estado en la mayora del territorio y la falta de otras alternativas econmicas para los productores.

El impacto del narcotrfico y la debilidad estatal se vieron reflejados muy pronto en el deterioro de la situacin de seguridad de la zona. Entre 2000 y 2003 los paramilitares ganaron el pulso por el control de la produccin y comercializacin de coca, atacando a la poblacin civil y aprovechando la dbil respuesta institucional para permear la poltica y la fuerza pblica. Luego, y como se dijo, la estructura del bloque Libertadores del Sur se desmoviliz parcialmente tras la negociacin entre el gobierno del presiden te Uribe y los paramilitares. No obstante, segn varias fuentes de la zona, algunos de sus hombres recalaron en el grupo conocido como los Rastrojos, quienes entraron a disputarle, como lo haban hecho las AUC en el pasado, el control del negocio de la coca a los grupos guerrilleros.

Con casi 180.000 habitantes, segn el Dane, la mayora afrocolombianos (88,9 por ciento), Tumaco, cerca de los lmites con Ecuador, al sur de Colombia, es hoy el mayor campo de batalla del Pacfico colombiano debido a la presencia histrica de la guerrilla de las Farc y a la de los paramilitares y las llamadas bandas criminales (Bacrim), que se disputan este territorio convertido en la perla de la coca desde que los cultivos emigraran del departamento del Putumayo, a principios de la dcada de 2000, a consecuencia del Plan Colombia. Tumaco es adems uno de los pocos municipios de Colombia donde ocurren todas las fases del proceso de produccin de la cocana. All se cultiva la hoja de coca, se procesa y transforma en cocana, y adems desde all se exporta. Este puerto es un territorio estratgico para la criminalidad y el conflicto armado en el sur del pas. Segn el informe Que nadie diga que no pasa nada, publicado por la Dicesis de Tumaco en marzo de 2011, los grupos armados ilegales han gozado histricamente de varias ventajas.

Ofrece rutas terrestres y fluviales que son utilizadas para la movilizacin de tropas, armas y narcticos por las guerrillas de las Farc (frente 29) y ELN (frente Mariscal Sucre) y organizaciones criminales como las guilas Negras, Autodefensas Campesinas de Nario-ACN, los Rastrojos y la organizacin Nueva Generacin, a lo que se suma una fuerte militarizacin de la Fuerza Pblica.

La guerra all cuenta con el combustible del negocio de las drogas: segn un informe de las Naciones Unidas de junio de 2011, Nario era el departamento con el mayor nmero de hectreas sembradas de coca en todo el pas: casi 6.000 hectreas. Tumaco, por su parte, concentraba 8,8 por ciento del rea sembrada de coca en Colombia, a lo que se sumaba 21 por ciento de la produccin de cocana. Segn estas cifras de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, este puerto encabezaba la lista de los municipios con mayor rea cultivada del pas, seguido por Barbacoas, en el mismo departamento, Cumaribo en Vichada y Tierralta en Crdoba.

A lo anterior se suma, de acuerdo con datos del Observatorio de la Presidencia para los Derechos Humanos, que de las 1.757 acciones de los grupos armados ilegales en Colombia entre 2008 y 2010, 209 se registraron en Nario y 20 por ciento en Tumaco, equivalentes, se dijo, a 41 ataques, ataques que aumentaron durante 2011. Segn cifras oficiales, las acciones de grupos ilegales en Tumaco crecieron 69 por ciento entre 2010 y 2011, debido, en gran medida, a la reactivacin de la guerrilla, a la llegada de ms miembros de las fuerzas militares y a las acciones de las Bacrim. Todo junto ha puesto a este municipio como uno de aquellos donde es mayor el nmero de homicidios, desplazamiento forzado, secuestros, ataques con minas antipersonal y masacres en el pas.

Fuente: Fuente:http://library.fes.de/pdf-files/bueros/kolumbien/09889.pdfSegn don Rafael, la coca llego a Tumaco hace muchos aos y aqu en Pital de la costa (zona rural de Tumaco) eso fue una novedas, todo mundo quera sembrar y sembramos, nos toc cortar el pltano, la yuca, el coco y el cacao; pa pode mete la coca, uno compraba los insumos y esa plata era rapidita, esto aca la gente jugaba naipe, bebia dia y noche y en las casas, usted viera; televisor, equipo, planta de energa, nevera, mejor dicho, esto pareca una ciudas, ah en San Juan de la costa llegaban avionetas, cantantes, la familia Narvaez eran los duros, pero ahorita a toditos los mataron, los fueron pelando uno a uno. A nosotros nos tocaba comprar el pltano en Tumaco, porque ac no se consegua, como nadie sembraba y cuando lo traan del patia, eso venia carsimo a $ 1.000 un platanito. Todo se puso caro, el arroz, el aceite, todo. Pero como uno tena su plata a uno no le importaba el precio, vea esa poca fue una cosa loca, pero lo malo fue que empezaron a llegar los paras, esa gente mato a un poco de muchachos de aca, nos tocaba venderles la coca y ellos eran la ley aqu, uno no poda pelear, ni hacer bochinche ni nada, porque o lo mataban o lo ponan a barrer las calles pueblo, por una parte era bueno porque metan el orden, pero fue mucha la mortandad que hubo. Eso la mujer que les gustaba tena que ser pa ellos y si el marido o los papas reclamaban los amenazaban o los mataban a uno le tocaba dejarles su muchacha o irse escondido del pueblo. Aqu hubo plata bastante, pero uno viva tranquilo porque en cualquier momento cuando escuchaba era el bum, sala uno a ver y estaba cualquier ah tirao. Esa gente se coga la casa que le daba la gana y a uno le toca atenderlos porque si no, imagnese.Despus ya empezaron a funigar y eso acabaron con todo, pero uno volva sembraba, porque esa coca es necia. Algunos nos cansamos, pero otros atodavia siguen en los suyoPese a todos los esfuerzos del gobierno a travs de plan Colombia y de la unidad de consolidacin territorial, hoy en da en Tumaco persisten los cultivos ilcitos, podemos decir incluso que estos van a en aumento. Ya que asi se ha podido verificar en las comunidades a las que se interviene da tras da. La estrategia de sustitucin de cultivos no ha tenido los resultados esperados, ya que en nuestra gente se cre una cultura del dinero rpido y fcil y para muchos es demasiado esperar 3 aos para que un cultivo de cacao o del palma de sus primeras cosechas. Adems de lo anterior la llegada de las bacrim y luego la intervencin directa por parte de la guerrilla ha ayudado mucho a que este problema se agudice, puesto dicho grupo se ha encargado de visitar todas las comunidades rurales para incitarlos a sembrar nuevamente coca y donde muchos lo hacen porque asi lo desean pero otros lo hacen por temor, en nuestra gente ya existe una cultura de lo ilcito y se requiere de un trabajo arduo para cambiar y sensibilizar a nios y adultos sobre la inconveniencia de estos cultivos, ya que solo nos han dejado muerte, desplazamiento forzado y mucha tristeza en nuestra comunidades, desarraigndonos de nuestra cultura, de nuestros saberes de nuestra esencia misma.

BIBILOGRAFIAMolinares C, Reyez E. Pobreza, debilidad institucional, cultivos ilcitos, trfico de drogas y grupos armados ilegales en Buenaventura y Tumaco Recuperado el 13 de marzo de 2015 de: http://library.fes.de/pdf-files/bueros/kolumbien/09889.pdf

Testimonio Rafael Perlaza, habitante de la vereda de Pital de la Costa, Tumaco, Nario. Marzo de 2015.