CRECIMIENTO NEO LIBERAL, CONSTRUCCION DE REGIONES Y ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO. IMPLICACIONES PARA EL DESARROLLO. REFLEXIONES EN BASE A LA EXPERIENCIA ARGENTINA EN LOS 90s.

Martha Roldán *

FLACSO/CONICET

Buenos Aires, julio, 2001

* Investigadora del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) con sede en FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) Sede Académica de Argentina. Dirección e-mail: imartharoldan@arnet.com.ar “Prepared for delivery at the 2001 meeting of the Latin American Studies Association, Washington, DC, September 6-8, 2001.”

1

Crecimiento neo Liberal, Construcción de Regiones y Organización del Trabajo. Implicaciones para el Desarrollo. Reflexiones en base a la experiencia argentina en los ´90s. Martha Roldán 1. INTRODUCCIÓN

La Problemática: Organización del trabajo, conocimiento, aprendizaje, e innovación para el desarrollo.

El presente ensayo explora algunas dimensiones de la relación postulada entre el desarrollo

socioeconómico, la organización del trabajo a nivel micro fabril, y la producción y difusión

de conocimiento y saberes en el contexto de las tendencias de Mundialización del capital

expresadas en la Argentina durante la última década, en particular a través de la

configuración del ‘Mercosur automotriz’. Dado que la relación entre organización del

trabajo, conocimiento, aprendizaje e innovación para el desarrollo no surge

espontáneamente, sino que requiere de estrategias y políticas explícitas, públicas y

privadas, para su generación y difusión ¿Qué reflexiones cabe derivar de esta experiencia

como contribución a una nueva agenda de desarrollo nacional y regional y a la

reivindicación de los derechos humanos económicos y sociales de varones y mujeres

trabajadore/as inherentes a su definición?

Al plantear la relación entre la organización del trabajo y la producción de conocimientos y

saberes como pertinente e implícita en la teorización y prácticas del desarrollo (o a su

ausencia) me refiero a una concepción amplia del desarrollo concebido como dinámica de

construcción articulada de contextos que garanticen el ejercicio de los derechos

2

económicos, sociales, culturales, civiles, y políticos como dimensiones indivisibles de los

derechos humanos. Una filosofía de construcción articulada implica la consideración de

un número de dinámicas interrelacionadas : desde algunas tradicionales en el discurso del

desarrollo: la naturaleza del crecimiento económico, la inversión, y la distribución del

ingreso, a aquellas que conciernen la agencia de las pueblos en la definición de lo que

constituye la ‘sociedad buena’ 1/__la pregunta fundamental de la filosofía política __ y la

reivindicación de los derechos económicos y sociales de mujeres y de varones como

dimensiones inescindibles del conjunto de los derechos humanos. 2/

El derecho de toda persona a trabajar (artículo 6), al goce de condiciones de trabajo equi-

tativas y satisfactorias (artículo 7), a un nivel de vida adecuado, para si y su familia,

incluyendo alimentación, vestido y vivienda adecuados y a una mejora continua de las

condiciones de existencia (artículo 11. 1) , a estar protegida contra el hambre (art. 11. 2)

al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental (art. 12) a la educación

(art. 13. 1) entre otros, son dimensiones esenciales de los derechos económicos, sociales y

culturales. (Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, 1966). De

ahí que la búsqueda de senderos de desarrollo, por ejemplo a través de la

internacionalización tecnológica, el conocimiento y la innovación, conlleve

necesariamente la del diseño de formas de organización del trabajo que impliquen una

‘humanización’ pensada como crecimiento de las capacidades de las personas y de poder

para su ejercicio (o agencia de trabajadores y trabajadoras en la producción de

conocimiento y control sobre el mismo). Ésta es la significación aquí acordada al derecho

de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental y a la

3

educación de acuerdo al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales, y Cultu-

rales. (Nota 2).

A pesar de que los Estados nacionales signatarios del Pacto se comprometen a garantizar el

ejercicio de estos derechos sin discriminación de ningún tipo: raza, color, sexo, idioma,

religión y otros (artículo 2), la evolución socioeconómica de la últimas décadas viola los

derechos humanos económicos y sociales en la mayoría de los países del planeta. 3/.

Argüiré entonces que la construcción articulada de contextos de desarrollo constituye

una meta y un desafío teórico y político clave de nuestro tiempo y pertinente a la

configuración presente y futura del Mercosur.

La reemergencia de este esquema integrativo en julio, 2000 en Buenos Aires, fue

significativamente opacada por el intento de inmediata promulgación del ALCA (Area de

Libre Comercio de las Américas) en la Cumbre de presidentes celebrada en Quebec en

abril, 2001, y a pesar de la intensa movilización en su contra que la precedieron. Ante un

escenario signado por la postergación del ALCA hasta 2005, y la incertidumbre sobre su

carácter 4/, la problemática de este ensayo se constituye en pauta legítima de evaluación de

si la evolución de nuestros países y de la configuración del Mercosur con base neo liberal

se condice o no con aquella meta de construcción del desarrollo, a fin de obrar en

consecuencia.

Con este propósito, el presente trabajo comienza con un ejercicio de reconocimiento teórico

y conceptual (Sección 2), para luego aludir a algunos aspectos de la consolidación del

modelo neoliberal en la Argentina y en la evolución del Mercosur a través de la regulación

4

de la industria automotriz (Sección 3); a sus implicaciones para la organización generizada

del trabajo y la producción de conocimientos (Sección 4); y a las Reflexiones del ejercicio

(Sección 5).

2. EL MARCO TEÓRICO-CONCEPTUAL. ¿Hacia una Era del Conocimiento y del Aprendizaje en el Contexto de la Mundialización Regional Contemporánea? 1.La relación Desarrollo Socioeconómico y Era del Conocimiento y del Aprendizaje en el marco de la ‘Globalización’

Una importante e influyente literatura, predominantemente económica __crítica de la visión

neo- Liberal del desarrollo hegemónica en los ‘90s 5/__asocia la problemática del

crecimiento económico a la emergencia de una Era del Conocimiento y del Aprendizaje

articulada a las tendencias contemporáneas de ‘Globalización’. Se trataría de una Era funda

da en la construcción de una economía de innovación perpetua y real que recibe distintas

denominaciones según los autores: Era del Conocimiento (Foray y Lundvall 1996, Lastres

y Albagli, Org. 1999), Economía del Aprendizaje (Lundvall, 2000, Lundvall, y Borrás,

1998) Economía basada en el Conocimiento (Dosi, 1996); Revolución Informacional

(Lojkine, 1995), Economía de Innovación Perpetua. (Morris Suzuki, 1997); Era de la

Información (Castells, 1996), Economía de la Información, del Conocimiento y del

Aprendizaje (Lastres y Ferraz, 1999).

El elemento común de esta literatura consiste en atribuir a la creciente intensidad en el uso

del conocimiento y de la información__ optimizada a través de la utilización generalizada

de las TICs (Tecnologías de la Información y de la Comunicación) el carácter de eje clave

5

de la innovación y por ende de la competitividad de los agentes económicos a fin de que

éstos acompañen los cambios en curso 6/. Los procesos mencionados se asocian a

modificaciones substanciales en la esfera productiva y de la circulación, en el consumo de

bienes y servicios, y en el tipo de cooperación y competencia entre aquellos mismos

agentes. Existiría así, según Lastres y Albagli, 1999, p.8, una ‘sinergía entre una serie de

innovaciones sociales, institucionales, tecnológicas, organizacionales, económicas y

políticas a partir de las cuales la información y el conocimiento pasan a desempeñar un

papel nuevo y estratégico’ (Mi traducción del portugués). Esta dinámica sinérgica explica

la importancia acordada a la profundización de la capacidad de individuos, empresas, y

países de generar y adquirir conocimiento y saberes y de aprender a transformar este

aprendizaje en pro de aquel objetivo competitivo. El conocimiento, la información, y el

aprendizaje constituyen de este modo el trípode sobre el que se asentaría la

reestructuración socioeconómica exitosa de las últimas décadas del siglo 20 y que se

prolonga en el futuro de nuestro siglo 21.

Corresponde señalar aquí tres dimensiones de esta literatura y algunos de sus aspectos

polémicos.

i) La diferenciación entre Conocimiento e Información y entre Conocimiento Codificado

y Conocimiento o Saberes tácitos. El conocimiento puede ser transformado en un mensaje

y manipulado como información y, por lo tanto, ser fácilmente transferible en tanto

conocimiento codificado, a través de las TICs. Los segundos son 1) aquellos inherentes a

la personas (y a la acumulación de su experiencia de vida en el mundo del trabajo

productivo y a mi juicio también reproductivo) y a organizaciones y lugares específicos

6

que comparten un accionar y un lenguaje común. 2) Que no están disponibles en el

mercado para ser vendidos o comprados y requieren un tipo especifico de interacción

social, similar al proceso de aprendizaje, a fin de ser transferidos (Lundvall 2000,

Lundvall y Borrás, 1998, Cowan y Foray, 1998, Lastres y Ferraz, 1999). 7/

Lundvall, tal vez el teórico más reconocido en la materia, aduce que existe una variedad de

tipos de conocimiento tácito, desde las habilidades prácticas de los individuos (como andar

en bicicleta) a aquellos que están en el centro de la dinámica económica ( las decisiones

gerenciales en materias complejas en base a su experiencia). Ni unos ni otros pueden ser

codificados y transmitidos vía telecomunicaciones a la vez que comparten los siguientes

elementos: Su origen, la propia experiencia Se pueden aprender mediante el

intercambio con otras personas a través del aprendizaje con maestros (en su relación con

aprendices o educandos). Se pueden diseminar por intermedio de procesos de intercambio

y cooperación. (2000, p.202).

En otros términos, si bien se puede acceder a las formas simples de conocimiento tácito por

imitación, por lo común el aprendizaje se facilita mucho cuando el maestro o colega

cooperan y se comunican con el aprendiz (p.202). En suma, ‘Los individuos u

organizaciones que solucionan problemas de manera conjunta, al final de un proyecto

específico habrán compartido el conocimiento original del socio, del mismo modo que

habrán compartido el nuevo conocimiento tácito generado por el trabajo en conjunto. El

aprendizaje compartido es clave para el aprendizaje generado en conjunto e implica que el

7

contexto social es crucial para este tipo de aprendizaje’ (Mi traducción del portugués, p.

202).

Téngase en cuenta que no solamente el individuo acumula saberes tácitos. Las

organizaciones, arguye Lundvall, también pueden considerarse unidades poseedoras de

conocimientos, en gran medida tácitos (ejemplificados por rutinas específicas, normas de

comportamiento y códigos de información) lo que motiva que los gerentes deban incentivar

la codificación de ese conocimiento a fin de que sean menos vulnerables al riesgo de que

sus funcionarios claves abandonen la empresa. Los conglomerados industriales y las

formas de cooperación inter-empresarial, sostiene el mismo autor, son asimismo

reservorios de saberes tácitos, consolidados en procedimientos comunes y códigos no

expresos en contratos ni en cualquier otro documento. 8/

Pero el éxito de la generación y transferencia de saberes no está asegurado por definición.

Según elabora Lemos, (p.125), ya no se aceptan criterios lineales sobre el proceso

innovativo, como aquellos que atribuían una carácter unívoco a la relación entre la esfera

de la ciencia, trasladada a las tecnologías y de allí al producto y al mercado. El

conocimiento en que se basa la innovación proviene de un acervo social y colectivo. Ni la

ciencia es la única fuente de innovación ni las demandas del mercado constituyen el único

elemento determinante del proceso de innovación, arguye la misma autora, (p.125). La

experiencia cotidiana e histórica del trabajo en producción, diseño, y comercialización del

producto, plasmada en los saberes tácitos del personal, es reconocida como fuente de

generación de innovaciones y puede tener mayor o menor relevancia para la empresa

8

dependiendo de su tipo, sector y país, y también de si se trata de una innovación radical o

incremental, la más generalizada en los países ‘en desarrollo’.

Asimismo, ambos tipos de conocimientos, tácitos y codificados, deben ser tratados como

complementarios, porque siempre habrá una forma de conocimiento tácito especifico

implícito en las prácticas comunes a cada firma, sector o región. (redes de firmas). El

proceso de codificación nunca será completo porque la codificación no ofrece más que

soluciones incompletas a la expresión del conocimiento. (Cowan y Foray, 1998) De ahí que

la capacitación necesaria para comprender a usar los códigos locales puede darse

solamente con su inserción en las redes de relaciones y a fin de participar en los procesos

de aprendizaje interactivo.

ii) La importancia acordada al Aprendizaje para la Innovación y el Desarrollo y su

engarce al ‘modelo japonés’ (Ohnista/JIT Just-in-Time). Debido a que este enfoque

significa al conocimiento como el recurso más estratégico para la innovación, y al

aprendizaje como el proceso mas importante para su generación y difusión, se explica el

rótulo de Economía del Aprendizaje propugnado por Lundvall en diversas publicaciones.

El aprendizaje interactivo, y la capacitación ‘on the job’ pasan a ser piezas claves del

aparato de generación y transferencia de innovaciones y por lo tanto pertinentes a la

misma esencia del desarrollo. De ahí también la importancia de los sistemas productivos

basados en el ‘modelo japonés’, u ‘Ohnista/JIT ‘(Just-in-Time) con mecanismos de

producción y apropiación de saberes tácitos estructurados en el propio proceso de

producción. (Jürgens et.all, 1993, Roldán, 2000a). Véase Sección 2.2 i.

9

En efecto, con referencia a las actividades productivas, en particular, la relación postulada

entre organización del trabajo, conocimiento, saberes tácitos, aprendizaje e innovación para

el desarrollo se traduce en la significación otorgada y auspicio de aquel mismo modelo. A

título de ejemplo, en un texto reciente, Manual de Bogotá, Normalización de Indicadores

de Innovación Técnológica en América Latina y el Caribe, 2001, patrocinado por la RICYT

(Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericana /Interamericana) y la OEA,

entre otros organismos, su Segunda Parte: Aspectos Operativos, Acápite 6: Set de

Indicadores, menciona expresamente en el Item 6.3: Actividades de Innovación, a la I/D

(Investigación y Desarrollo) y a los Esfuerzos de Innovación. Entre éstos, bajo 6.3.2.4

Modernización Organizacional se hace referencia específica al JIT (en inglés), a los

círculos de calidad, a la desintegración vertical u horizontal, entre otros elementos (p.70-

71). Estos son, por supuesto, componentes esenciales del ‘modelo japonés’ en materia de

organización del trabajo a nivel de planta (JIT interno) o de subcontratación (JIT externo)

esto es, su expansión a nivel de eslabonamientos productivos. (Tópico al que retorno bajo

2.2.i )

iii)La necesidad del diseño de políticas públicas y de nuevas formas de organización. El

hecho de que el conocimiento crucial para el éxito de la economía tenga carácter tácito

tiene implicaciones fundamentales para las políticas de innovación, arguye Lundvall, 2000,

(p.203) Dado que el proceso de aprendizaje está socialmente vinculado, son fundamentales

las iniciativas de las organizaciones e instituciones tendientes al surgimiento del

intercambio. Las empresas, sus redes, la Universidad misma son significadas promotoras

del aprendizaje. De ahí que el objetivo de las políticas de innovación, arguye el mismo

10

autor, debe ser contribuir a la capacitación de las empresas, de las instituciones dedicadas al

conocimiento, y de la población en general. (p.204)

Respecto de la organización de la firma, en particular, se trata de lograr ‘organizaciones de

aprendizaje’. Éstas __en la que puede considerarse una referencia implícita al ‘modelo

japonés’ de producción ‘magra’ auspiciado por Womack et.al. 1991__ deben promover el

intercambio entre departamentos, un tipo de comunicación más horizontal y más intensa, la

delegación de responsabilidades a los operarios y el entrenamiento específico de gerentes

(p.208). Asimismo es importante la ubicación geográfica de la empresa en el contexto más

amplio de educación y del mercado de mano de obra que afectan a las opciones de

radicación. Las redes de innovaciones con otras firmas proveedoras, clientes y

competidoras son también fundamentales a los efectos de la adquisición de competencias,

un proceso colectivo que refleja una división del trabajo muy desarrollada y la mayor

complejidad de productos y tecnologías. No existe ya, arguye Lundvall, una empresa

individual que domine todos los elementos necesarios para el desarrollo de un nuevo

producto, proceso o servicio.

En materia de desarrollo de recursos humanos, continúa el mismo autor, se trata de

promover la capacidad de aprender, de formular nuevas teorías del conocimiento y nuevas

habilidades (p.306) Se debe enseñar enfatizando la comunicación, el lenguaje, el

aprendizaje con solución de problemas y la organización de proyectos, y formando alumnos

con principios éticos y de cooperación. La promoción de Institutos de Investigación y

Sistemas de Innovación es crucial, ya que no resulta suficiente llevar a cabo programas

11

tradicionales en ciencia y tecnología con producción de ciencia básica y protección de los

derechos intelectuales, sino que estos esfuerzos tienen que ser suplementados con Políticas

Específicas de Innovación para la aceleración de innovaciones y su pertinente transferencia.

(p.209-211)

En suma. En el período contemporáneo__ concluye Lundvall en una reflexión muy

pertinente al caso Latinoamericano__ resulta necesario contar con un espectro más amplio

de políticas públicas a fin de hacer frente a los desafíos de la Economía del Aprendizaje.

Los esfuerzos malogrados no se pueden recuperar, como es el caso de Europa en su atraso

en informática, ya que las competencias y los patrones de especialización son acumulativos

y confieren una ventaja inicial. (p.211)

iv) Algunos aspectos polémicos de la nueva literatura. Resulta innegable la utilidad de

este enfoque en materia de visibilización y esfuerzo de análisis de la problemática

planteada y de su rol en la reestructuración económica exitosa en curso. Las empresas

compiten, pero también cooperan utilizando el conocimiento, la información y el

aprendizaje en pro de aquel objetivo básico, que también requiere el diseño de políticas

públicas y privadas acertadas para su feliz concreción. Sin embargo, la economía política

crítica y la evidencia empírica reciente ponen en evidencia las dificultades inherentes a la

articulación entre desarrollo y fundación de una Era del Conocimiento y del Aprendizaje en

el contexto de la Mundializacion contemporánea, en particular en economías periféricas.

Cabe entonces formular tres reservas básicas a la propuesta teórica de la Era.

12

1.El enfoque acepta el contexto ‘Globalizador’ y destaca la presión que sus aceleradas

transformaciones imponen al comportamiento y competitividad empresaria, pero no inves

tiga su naturaleza, orígenes, dinámica concreta e implicaciones (carácter de las trayectorias

de internacionalización productiva, de la competencia oligopólica, de la relación entre ésta,

el Estado nación y organismos supranacionales, su diferente pero articulada manifestación

en economías centrales y periféricas, entre otras). La falta de contextualización adecuada co

adyuva a comprender las dudas que el mismo Lundvall, 2000, expresa sobre la posibilidad

de construir el lazo de cooperación entre las personas, las empresas, y las instituciones edu

cativas necesario para el aprendizaje y, por lo tanto, para el desarrollo promocionado por el

mismo esquema. Las empresas deben querer cooperar para poder llevar adelante un

aprendizaje compartido. ‘Las políticas de innovación necesitan tener una dimensión so-

cial en la que la calidad del intercambio entre personas y organizaciones sea importante

y en el que la búsqueda del objetivo de adquisición de competencias por parte de las empre

sas se torna un objetivo legítimo’. (Mi traducción, p.203. Énfasis y negritas agregadas).

No sorprende entonces que__ en el contexto actual de exacerbación de la competencia

inter-empresaria, y de los costos elevadísimos de I/D que demandan los nuevos

productos__ el llamado a la reflexión sobre la necesidad de cooperación y la importancia

del aprendizaje en la etapa pre-competitiva a través del desarrollo de proyectos conjuntos,

no haya tenido todavía el éxito esperado (Nota 8).

2. El enfoque se desentiende, por lo común, del plano de la realidad concreta de la organi-

zación trabajo en el seno de la empresa, i.e. de la relación capital-trabajo-género en la

empresa capitalista, dimensión subyacente al nexo postulado entre el crecimiento y la

13

promoción de aquella Era en el contexto actual de ‘Globalización’. En otros términos, los

autores de esta postura teórica, no examinan la hibridización de formas de organización

productiva y del trabajo derivadas del ‘modelo japonés’, en tanto soportes de estrategia de

acumulación de capital. Por lo tanto, también se mantienen ajenos a sus implicaciones para

la sociedad en su conjunto y para los sectores trabajadores involucrados en particular, cuyo

rechazo potencial o actual de las formas de aprendizaje auspiciadas coadyuvan a explicar

su éxito sólo relativo.

En el transcurso de los ‘90s, sin embargo, los hallazgos de investigaciones desde la

politología, sociología, antropología, y en menor grado la economía, han cuestionado la

visión neo Liberal del sistema productivo nipón __denominado ‘magro o ‘lean production’

en el texto de Womack y asociados, 1991__ su performance, el carácter de las

multicalificaciones, y la asumida ‘humanización del trabajo’ que derivaría de su

implementación. (Para una crítica de esta literatura , véase Roldán, 2000 a) Corresponde,

por lo tanto, tener en cuenta el carácter de este modelo de organización productiva antes de

propugnar su aplicación como requisito para el éxito de la Innovación implícita en la di-

námica del Aprendizaje de la nueva Era.

3. Las limitaciones anteriores explican que el reconocimiento de los saberes productivos

como fuente de innovación, directamente pertinentes a la competitividad de la firma, no

haya sido todavía acompañado de una comprensión profunda de las fuentes y dinámica

de su generación y apropiación a través del aprendizaje interactivo. (Daly y Mjelde,

2000, Mjelde, 1997)

14

Un avance importante está plasmado en la vertiente teórica derivada de los textos pioneros

de Dewey y de Vygotsky, de la noción de este último de una ‘zona de desarrollo’, y de la

psicología del aprendizaje y del sentido (meaning) culturalmente negociada (Daly y Mjele,

2000 y Mjelde, 1997). Estos autores reelaboran el debate entre Vygotsky , Leontiev, y

Luria en los ‘20s y ‘30s en la ex -Unión Soviética referente a la educación, la socialización

y los procesos de trabajo y la adquisición del lenguaje; y de Mead, Schulz, y Dorothy Smith

sobre las relaciones sociales integradas al proceso de adquisición de conocimiento. El

sujeto que aprende adquiere saberes y sentido a través de la interacción social y los

testea en relación al conocimiento socialmente aprobado. (El supuesto es que el sentido

proviene de la interacción social y que el sentido del lenguaje se articula a lo social). De

este modo la experiencia de vida es desafiada y revisada constantemente por el propio

proceso de aprendizaje y las relaciones de poder predominantes.

Expresado en otros términos, el aprendizaje debe considerar las relaciones de dominación

en una sociedad dada, relaciones que dan origen a la violencia simbólica, en la expresión

de Bourdieu y Passeron, 1964.(Daly y Mjelde, 2000, p.2, 3) Surge entonces la necesidad de

que las y los cientistas sociales, pero también ingeniero/as y especialistas en comunicación,

estudien el aprendizaje ‘on the job’, en su contexto cotidiano en el que se manifiestan

relaciones de cooperación, pero también de control sobre el trabajo y estructuración de

relaciones de dominación y a fin de contribuir al diseño de políticas de desarrollo en el

sentido amplio definido en la Introducción.

La contribución de Zarifian, 1999, distinguiendo entre un Sistema de Competencia, y

competencias en plural también resulta útil en este sentido. El primero, todavía no

15

materializado, expresa un cambio esencial en las organizaciones y en las relaciones

sociales. Implica así la toma de iniciativa y el responsabilizarse con éxito ante la situación

profesional, a nivel del individuo y del grupo; la automovilización de saberes para enfrentar

la situación. Se trata de una situación que no puede ser impuesta, sino indirectamente,

cuando la jerarquía define el marco de responsabilidad de una persona y la incita de alguna

manera a asumir esa responsabilidad. Competencias, en plural, son modificaciones en los

contenidos profesionales, en tanto saberes diversos requeridos, pero que no escapan a la

lógica postFordista)

Las empresas, aclara Zarifian, dudan mucho de la conveniencia de desarrollar la com-

petencia organizacional, al menos entre los asalariados de base, ya que existen

prerrogativas jerárquicas y nexos de poder de difícil modificación. La competencia

organizacional se da entonces en algunos proyectos únicamente, con cambios concretos de

optimización de una función localizada de la propia organización. (pp.41-42).

En resumen, las dificultades de la capacitación e innovación ‘on the job’ no pueden

atribuirse al contexto externo (o a un historia que se opone al cambio) sino que se impone

el análisis contextuado de la situación concreta de innovación en la empresa (añadiría en la

Universidad, Instituto o Departamento gubernamental) considerada/o. De este modo la

literatura critica de la organización capitalista del trabajo y de su control enmarca la teoría

de la información y la obliga a bajar a la realidad y a la experiencia cotidiana.

Simultáneamente conecta este nivel micro-social con sus orígenes en las estrategias de

internacionalización de tecnologías de las ETs (Empresas Transnacionales) portadoras del

modelo de organización propiciado; esto es, de los procesos de internacionalización del

16

capital y de su regulación y, por ende de la visión del desarrollo que los mismos implican,

según se deduce del marco teórico conceptual de la economía política crítica de la

Mundialización que se considera a continuación.

2.Ubicando la problemática en el contexto de las tendencias contemporá-neas de Mundialización del capital.

El concepto de Mundialización alude, en la definición de Chesnais, 1996, a, a la

profundización de las tendencias históricas de internacionalización financiera, productiva, y

comercial__ ahora basada en espacios regionales, dotados de recursos y mercados (cual se-

ría el Mercosur)__y en tanto elemento clave de la configuración del capitalismo contem-

poráneo.9/ Estos procesos recrean e intensifican, en lugar de reducir, la antigua brecha

entre economías desarrolladas y ‘en desarrollo’. Entre las facetas de la Mundialización más

cercanas a nuestra problemática, se destaca la hipermovilidad del capital financiero; la

importancia creciente de la IED (Inversión Extranjera Directa) en lugar del comercio

exterior como eje crucial de los procesos de internacionalización; la emergencia del

comercio intra sector e intra-conglomerados de ETs como forma dominante del comercio

exterior, y la concentración de flujos monetarios, de IED, y comerciales en los países de la

Tríada en detrimento de los países periféricos, entre otras. El fin de los '70s y en

particular la década de los '80s, registra el incremento espectacular de la IED asociada al

desmembramiento de los instrumentos regulatorios de la etapa 'de Oro' dando también

origen a una nueva relación entre la profundización de la internacionalización productiva y

la financiera, a la que comúnmente se atribuye un papel hegemónico.

17

A los efectos de este trabajo, cabe destacar que Chesnais, 1996, a, entre otros autores,

articula a las dimensiones anteriores, la integración vertical y horizontal de las bases

industriales nacionales separadas y diferentes a partir de la IED, facilitada por la apertura

comercial, las TICs, y los sistemas productivos basados en el modelo japonés; la tendencia

de los grandes grupos industriales a reestructurarse como empresa-red reconciliando la

centralización del capital y la descentralización de operaciones a través de nuevas formas

de gerenciamiento y control, modalidades de tercerización, y las posibilidades brindadas

por la teleinformática y la automatización; y el mayor grado de interpenetración de

capitales nacionales a través de adquisiciones y fusiones transfronteras y las inversiones

cruzadas en los países de la Triada, de las que emergen estructuras de oferta altamente

concentrada a nivel mundial en un número creciente de industrias(oligopolios mundiales).

El conjunto de procesos señalados resulta, por ende, de particular relevancia para la

comprensión del rol que juega la internacionalización de tecnologías en el accionar

mundial de las ETs. Las inversiones en I/D figuran entre los gastos industriales más

concentrados del mundo y con fuerte presencia privada, por lo que no sorprende que los

cambios que se suceden desde los 70s provocaron alteraciones en la relación ciencia,

tecnología y actividad industrial volviendo a la tecnología un factor decisivo de

competitividad (cuasi rentas tecnológicas) y afectando el carácter del tejido industrial y de

servicios. (Véase Chesnais, 1996 a, entre otros autores).

No sorprende, por ende, que la nueva competencia entre ETs haya intensificado la

centralización de conocimiento y de información codificada en sus casas matrices, y en

las economías de la Tríada. Simultáneamente, la privatización de la información y del

18

conocimiento vía comercio intra-firma__ actualmente una pauta principal del comercio

internacional que refleja decisiones concernientes a importaciones y exportaciones de

bienes, tecnologías, servicios y knowhow (activos intangibles)__constituye una faceta

inherente a las corrientes mismas de Mundialización. Cabe entonces concluir que no

existe tal difusión tecnológica global (Tesis de K.Ohmae, 1995 y Womack y asociados,

1991) sino el proceso opuesto de concentración de la producción de conocimiento

científico y técnico, y de tecnologías, consideradas estratégicas, en lugares muy limita-

dos. (Véase Chesnais, 1996 a y b, y el texto de Lastres y Albagli, Orgs, 1999, entre otros ).

En suma, considerando la importancia de los flujos de IED y del comercio intra-firma como

tendencia de internacionalización contemporánea, cabe preguntar ¿Qué formas de

hibridización o adaptación del modelo ‘Ohnista/JIT’__ se asocian a las tendencias de

IED incentivadas en la configuración actual del Mercosur? Dado también que el

conocimiento y el aprendizaje conducente a la innovación no surgen espontáneamente sino

que requieren de estrategias y políticas explícitas, públicas y privadas, para su generación

y difusión nos preguntamos sobre la capacidad efectiva de la trama regulatoria del

Mercosur a los efectos de la consecución del desarrollo.Pero antes de emprender esta tarea

corresponde una breve referencia al ‘modelo japonés’ y al reto que la teoría feminista

impone a este debate.

i) La hibridización (adaptación) del modelo ‘Ohnista/JIT (Just-in-time)

¿Cuáles son las características principales del modelo ‘Ohnista/JIT’ significados como

soportes de estrategias de acumulación del capital? Según se profundiza en otro texto,

(Roldán, 2000 a) el Ohnismo persigue una búsqueda sistémica de economías de tiempo que

19

comprende el uso de capital fijo y circulante y de trabajo dirigidas al incremento de la

velocidad global de producción y circulación del capital (tiempo de rotación) 10/. Persigue,

por lo tanto, como la organización Fordista, una meta de incremento del flujo de

producción pero perfeccionada ya que incluye también el tiempo de circulación antes y

después de la producción: las entregas y distribución JIT y los eslabonamientos de

subcontratación se vuelven elementos cruciales del mismo modelo.

En materia de organización del trabajo se observa una dimensión clave, el trabajo en

equipos que demanda el despliegue de un espectro amplio de calificaciones o saberes

laborales del ‘saber hacer y saber ser’ o del ‘comportamiento correcto’ (polivalencia) que

hace posible una mejor coordinación de la menos aguda división del trabajo a la par que

mayor eficiencia y calidad. 11/

El modelo ‘Ohnista/JIT’ facilita la generación y apropiación de saberes tácitos, la

innovación, y la transmisión de información a través de una serie de mecanismos que

están insertos en la trama misma del proceso de producción. Por ejemplo a través del

trabajo en equipo (que facilita la comunicación y por ende el aprendizaje interactivo); la

capacitación ‘on the job’; a través de la utilización de tarjetas kanban (como mecanismo de

descentralización de información en un sistema de planificación totalmente centralizada);

del principio de ‘mejoramiento continuo’, los Círculos de Calidad, la obligación de

presentar sugerencias de mejoras, entre otros. No hay que olvidar tampoco la movilización

de la pulsión de saber del personal a través del estímulo del ‘pensamiento creativo’.

20

En conjunto los mecanismos mencionados aseguran el aprovechamiento de las curvas de

aprendizaje al estimular [o forzar] el aprendizaje continuo conducente a la innovación.

Por lo tanto son también formas estrictas de control sobre el trabajo, conjuntamente el

principio de 0 stocks devenido 0 error, y el uso intensivo de las calificaciones del ‘saber

ser’o del ‘comportamiento correcto’ individual y grupal ( ‘pensar para la empresa’). 12/

Corresponde destacar aquí un elemento crucial. La expectativa de ejercicio de aptitudes que

involucran ‘creatividad´ no significa que el operario esté autorizado a desplegarlas de ‘motu

propio’ modificando de manera inconsulta la rutina asignada. Por el contrario, la poliva-

lencia implica, en los hechos, el ejercicio de operaciones simples y estandarizadas. La

inventiva y el interés en el perfeccionamiento del proceso tienen lugar fuera de los horarios

de trabajo, por ejemplo en la discusión en Círculos de Calidad y en la presentación de

sugerencias, a la que el personal está obligado por el principio de ‘mejoramiento continuo’.

La ‘resolución de problemas’ supone transmitir la experiencia cotidiana en sugerencias de

mejoramiento que serán nuevamente estandarizadas y sujetas a MTM (Métodos de tiempos

y movimientos) de corresponder. (Saberes tácitos de lo/as trabajadore/as que se

estandarizan y se convierten en información)

Finalmente este modelo, basado en un mayor grado de auto regulación controlada, requiere

instituciones y procedimientos para la resolución de conflictos que niegan la inevitabilidad

del conflicto inherente a la relación entre el capital y el trabajo. (Jürgens et.al, 1993) El

principio de 0 stocks devenido 0 error, un mecanismo crucial para el control sobre el

trabajo tiene lugar en un contexto en que las instituciones que representan los intereses de

los trabajadores ‘tienen por meta asegurar conformidad y obediencia en los casos en que

21

no puede obtenerse un auténtico consenso’. Asimismo estos arreglos institucionales

protegen únicamente a un pequeño sector de la población asalariada resultando inherentes

a un modelo de acumulación de capital que también construye su propio centro y periferia a

nivel de la fábrica y de la sociedad. (Coriat, 1992 , Shinoda, 1997).

La lógica externa del modelo ‘Ohnista/JIT’. Las firmas japonesas exhiben un grado menor

de integración vertical en comparación con las firmas occidentales, pero la lógica del

modelo Ohnista, dirigida al incremento de la ‘velocidad global’ de producción y circulación

del capital, implica una relación más estrecha con la cadena de proveedores. El aspecto

polémico es el carácter de la relación entre la gran empresa japonesa subcontratante y sus

firmas subcontratadas. Dado que las relaciones contractuales que se establecen con las

firmas subcontratadas del primer nivel no implican necesariamente precios, sino un

estímulo al avance tecnológico, ésta sería una ventaja en comparación con los sistemas de

alta integración vertical, caso de la organización ‘Fordista’ occidental. Desde la perspectiva

de otros autores, empero, los beneficios mutuos que surgen de la subcontratación no son tan

obvios, especialmente para las firmas más pequeñas. Son las ETs ls que, merced a la

subcontratación, pueden defenderse de las fluctuaciones de los mercados, tanto regionales

como locales.

Chesnais, 1996 a, se pregunta en particular, sobre el juego de internalización vs.

externalización de operaciones en el modelo japonés, concluyendo que el mismo significa

la internalización de las externalidades de la subcontratación dado el control que las

empresas subcontratantes siguen ejerciendo sobre las subcontratadas. Las primeras

subcontratan en mayor escala, pero la información y el control se centralizan, para lo cual

22

la intermediación de las TICs resulta crucial. Cabe destacar, por último, que esta temática

compleja constituye, en sí misma, un foco importante de la investigación contemporánea

incluyendo el grado posible de cooperación, conflicto y control en la que está inserto el

aprendizaje en redes inter-empresarias en las visiones contrastantes de Lundvall y Chesnais.

Desde la perspectiva de la economía política crítica, por ende, la transición hacia el

capitalismo de base regional no implica ‘el pasaje’ de un modelo de organización del

trabajo inherentemente ‘deshumanizante’ a otro que es inherentemente ‘humanizante’ i.e

que garantiza el derecho humano al crecimiento de la capacidad mental, física y emocional

y poder para el ejercicio de esta capacidad enriquecida.(o agencia de los y las trabajadore/s

en la generación de conocimientos y control sobre el mismo) El modelo ‘Ohnista/JIT’

presenta implicaciones negativas para la salud física, mental, y emocional de los

trabajadores y por lo tanto para la sociedad en su conjunto cuando son examinadas

desde una significación amplia del desarrollo.

ii) La persistencia de la jerarquización de género en el mundo del trabajo. La subordina-

ción del género femenino en las prácticas y representaciones de la organización del trabajo

industrial (y en general en toda práctica de trabajo) no ha desaparecido, sino que continúa y

posiblemente se haya exacerbado en el transcurso del ‘pasaje’ al capitalismo de base

regional. Un conjunto de factores materiales y simbólicos__ que incluyen la consideración

del rendimiento y costos de la mano de la obra femenina en comparación con la masculina

y la mayor facilidad [real o presunta] de su control, y la propia acción de los elencos

23

productivos masculinos a fin de perpetuar sus ventajas relativas en materia de ascensos y

condiciones de trabajo__ coadyuvan a explicar aquel fenómeno complejo. 13/

Los efectos de la inserción subordinada de las mujeres en la esfera productiva ya han sido

ampliamente documentados: la enorme brecha salarial, de capacitación, y de condiciones

de trabajo entre hombres y mujeres son factores que inciden de modo crucial en las futuras

trayectorias profesionales asimétricas de ambos géneros. Este estudio arguye, en

consecuencia, que la jerarquización de género inserta en las realidades del trabajo

productivo y reproductivo fundamentan una interpelación específica al pensamiento del

desarrollo.

3. EL CASO ARGENTINO Y LA CONSTRUCCION PUBLICA Y PRIVADA DE LA REGION AUTOMOTRIZ DEL MERCOSUR (1991-2000)

1. Consolidación del modelo neo liberal en los ‘90s.

Los antecedentes de la imposición del modelo neo liberal durante la última década se

remontan a los cambios en el patrón de acumulación que impone la dictadura militar a

partir de 1976. Sin embargo bajo el lema de menos Estado y más mercado, el modelo

económico neo liberal auspiciado por el Consenso de Washington y sectores del

Establishment nativo 14/ se consolida a partir de l991, durante el gobierno de Carlos

Menem, a través de las denominadas 'Nuevas Políticas Públicas' (NPP) de privatización de

empresas Estatales, apertura comercial asimétrica, y desregulación selectiva de la

economía. De modo concomitante y tal cual era inherente a la lógica del modelo, se

introdujeron cambios sustanciales en la regulación de la relación capital-trabajo,

24

cercenando los derechos históricos adquiridos por los trabajadores. En el plano regional, el

mismo modelo se expresó a través de la aceleración de la des- y re-regulación del Mercosur

confiándose en que la liberalización del comercio que proviene de la misma alentaría la

IED, el comercio intra-firma y la especialización productiva. Sin entrar en detalles sobre la

evolución de esta configuración, cuya negociación había comenzado en la década de los

‘80s corresponde señalar que de acuerdo al Tratado de Asunción, 1991, el Mercosur puede

considerarse una propuesta de elaboración de un mercado común. Empero la definición del

Protocolo de Ouro Preto de 1994 propende a una Unión Aduanera rotulada imperfecta.

(regionalismo abierto) debiendo recordarse que ya en 1994 se había establecido un AEC

(Arancel Externo Común) en la mayoría de las posiciones arancelarias que conllevaba un

nivel de protección efectiva entre un l0 y un 14 %. 15/

Las expectativas creadas por las NPPs no han sido satisfechas. Brevemente, la transición

‘no inexorable’ no conllevó la construcción de senderos de desarrollo en su sentido amplio

y los resultados obtenidos no concuerdan con las expectativas suscitadas por el equipo

gobernante en términos de expansión dirigida a la construcción de un nuevo régimen de

acumulación estable en base a bienes y servicios transables. Desaparecido el shock positivo

inicial de rápido crecimiento del PBI, con el arribo de capitales, y la caída de la inflación ,

la fase de entusiasmo se interrumpe en 1995 con el efecto Tequila existiendo en la

actualidad el peligro de default y de transformación de la larga recesión (desde 1998) en

depresión. Las NPPs promovieron la reprimarización, desindustrialización, y

reestructuración regresiva del sector industrial; la concentración, y transnacionalización

generalizada de la economía, y la centralización del capital. Cabe destacar asimismo que el

modelo neo liberal de crecimiento ha probado su incapacidad para generar impactos

25

positivos sobre el empleo (tasas altísimas de desocupación y subocupación) y los salarios,

consolidando un patrón distributivo de los mas desiguales del mundo, y caldo de cultivo de

la creciente violencia urbana y la inseguridad social que tornan la regulación coercitiva en

una posibilidad creíble en el futuro. La evolución es aún más grave considerando el déficit

de la balanza comercial, y las crecientes dificultades en la balanza de pagos en un cuadro de

alto grado de vulnerabilidad externa que se evidencia ante alteraciones bruscas de la volátil

situación financiera mundial.

Varios aspectos de estos procesos son particularmente relevantes a nuestra problemática.

i) Como arguye Azpiazu, 1999, el shock institucional de los ‘90s implica la consolidación

de nuevos marcos regulatorios sectoriales y carece de uniformidad. En la Argentina no ha

habido una liberalización plena de las fuerzas del mercado. Hubo, sí, elección de sectores

ganadores y perdedores ex ante, lo que implicó cambios sustantivos en las condiciones que

definen y delimitan los ámbitos de acumulación de importantes actividades industriales,

con efectos en cierta medida irreversibles, en el mediano o largo plazo, y que auspiciaron

la creciente oligopolización de los mercados. En otros términos, al haber re-regulación,

determinados efectos eran absolutamente previsibles: como la destrucción de las pymes, y

la precarización del trabajo, que estaban reguladas ex ante, entre otros.

ii) El perfil de especialización del país se ha reprimarizado. También era previsible el

perfil de especialización resultante, un tema clave ya que modela la futura vinculación del

país con el resto del mundo. El perfil argentino, basado en sectores estáticos, compromete

gravemente la inserción exitosa argentina en la economía regional y mundial, concentrada

en la exportación de recursos naturales, energía y commodities industriales. Permanecen

ausentes de esta lista la producción de tecnologías que lideran la expansión mundial, como

26

las telecomunicaciones, la microelectrónica, la computación y nuevos materiales, las

biotecnologías, las especializaciones intensivas en conocimiento.

iii)La inversión en CyT es escasa y favorece a ese sector ‘primario’. La presencia de

NPPs se vio acompañada de la ausencia de políticas públicas activas en el plano industrial,

científico y tecnológico confirmando la hipótesis de que ese mismo sector primario no está

interesado en el diseño e implementación de políticas de CyT. La existencia misma de un

SNI es dudosa en el caso argentino.16/. Veamos algunas cifras.

En materia de Políticas Tecnológicas, específicamente, apunta Nochteff, 2001 (En prensa)

‘Más allá de la voluntad de los funcionarios de Ciencia y Tecnología (CyT) por vincular

los organismos oficiales de CyT con el sector privado –con éxitos aislados, algunos

significativos- la CyT siguió sin tener prioridad alguna en la agenda pública. Un proxy de

ello es que el gasto público consolidado (GPC) en Ciencia y Tecnología osciló entre un

máximo de 0.24% (1990) y un mínimo de 0.18% (1996) del PBI, con una caída del 20.8%.

Dicho gasto está concentrado en el nivel nacional: el gasto conjunto de las provincias no

superó el 0.01% del PBI, y el de los municipios es nulo (SPGER, 99, p. 110-111) Si se

considera que todas las estimaciones coinciden en que en torno de 50% del gasto en CyT es

realizado por el sector público, el agregado muestra que el tema no es tampoco prioritario

en la agenda privada’.

Con referencia a la Política Educativa y aunque la Ley Federal de Educación de 1993

establecía que el GPCE (Gasto Público Consolidado en Educación) debía crecer como

mínimo a una tasa del 20% anual acumulativo a partir de la base de 1993, el mismo autor

27

arguye, en base a cálculos en el mismo texto en prensa , que el GPCE no cumplió lo

dispuesto en la ley mencionada, y creció menos que el GPC (Gasto Público Consolidado).

En materia de Construcción de redes e integración de proveedores, productores y

usuarios, una pauta de la competencia mundial contemporánea enfatizada en la sección

anterior, esas mismas políticas neo liberales llevaron a una ‘reestructuración desarticulada’,

con desintegración de las redes de subcontratación locales, tanto entre el comercio y la

industria como dentro de ésta. (Kosacoff 1993, Kosacoff, 2000, Cap. 6, Nochteff, 2001 en

prensa.)

2. Construcción pública y privada de la región automotriz del Mercosur (1991-2000).

i) General. Durante la década de los ’90s la consolidación del modelo neo liberal de creci-

miento y el progresivo forjamiento de la región (mercado) automotriz del Mercosur a través

de un nuevo marco regulatorio reconstruyeron las condiciones para el crecimiento sectorial

luego de la crisis de los ‘80s. 17/ En otros textos (Roldán 1997,1998a, 2000b) me he

referido a los eslabonamientos históricos entre la regulación doméstica y regional y/o

bilateral que forjaron progresivamente la definición de la región automotriz del Mercosur.

Esta construcción culmina en el Nuevo Régimen Bilateral Automotriz, entre Argentina y

Brasil, de marzo, 2000. A los efectos de esta ponencia destacaré únicamente dos aspectos:

las expectativas que suscitaban las concesiones acordadas al sector, y algunos resultados de

la aplicación del nuevo marco regulatorio que constituyen el contexto de la hibridización

productiva y del trabajo examinadas en la Sección 4.

28

Las expectativas. A comienzos de los ‘90s el sector se encontraba paralizado y la normativa

argentina de 1991 (cuando se lanzan las NPP) traza una estrategia de incentivación de la

IED en la industria a los efectos __de acuerdo al discurso gubernamental oficial__ de que

las terminales fabricaran a mayor escala de eficiencia y calidad y a precios competitivos

internacionalmente. De este modo las subsidiarias locales se integrarían a las estrategias

globales de sus matrices exportando a (no importando de) las economías centrales y no

sólo al emergente mercado del Mercosur. Téngase en cuenta, sin embargo, que el Régimen

regulatorio de la década__ en concordancia con el precedente histórico de un sector

subsidiado por distintas regulaciones y regímenes preferenciales__ prolongó la protección

que tradicionalmente defendió al sector de la competencia. (Véase en particular el estudio

de Vispo, 1999).

ii) Los resultados. Por una parte la industria fue la principal locomotora de la recuperación

del nivel de actividad económica que siguió a la implementación del Plan de Conver-

tibilidad, y una de las actividades ganadoras ex ante que produjo ganancias extraor-

dinarias. (Azpiazu, 1999, Vispo, 1999) Sin embargo, el comportamiento del sector no

satisfizo las expectativas optimistas que el discurso oficial preconizaba. Ni en materia de

inversiones, mucho menores que las originalmente planeadas, ni de producción, ni de

empleo en terminales y firmas autopartistas. En materia de empleo su característica más

marcada es la pérdida de puestos de trabajo y/o suspensiones con oscilaciones de acuerdo a

año y compañía considerada, No hay que olvidar, tampoco, los efectos negativos en los

salarios, la balanza comercial, y de pagos.

29

El régimen de promoción, a lo largo de los ‘90s, fomentó, sí, el crecimiento del sector, y

sus ventas regionales. Pero la industria terminal no refleja un incremento de la oferta de

vehículos basado en una producción industrial estricta, sino que el crecimiento se origina,

en gran medida, en actividades de ensamble de insumos y partes importadas

ensamblándose autos con un promedio de 75% de partes importadas. 18/ (Navarro, 2000).

Simultáneamente, este alto contenido de insumos importados, y la elevada integración

vertical conspiran contra la transferencia tecnológica e innovación local a través de redes

productivas de subcontratación a proveedores especializados.

En efecto, según observa Vispo, 1999, las terminales no se han constituido como empresa

red, categoría que implica un circuito de aprendizaje que estimula externalidades positivas

endógenas especificas al sistema de relaciones y, en este sentido, exhibe típicamente

mecanismos de incentivo a la innovación y mayor velocidad de difusión intra red del

nuevo conocimiento generado De este modo, manifiesta el mismo autor, la posibilidad de

posicionar al país en un sendero de desarrollo de ventajas comparativas dinámicas

sustentadas en capacidades ingenieriles domésticas, ha quedado relegada al terreno de la

fantasía en forma definitiva. 19/

La evolución de la industria autopartista refleja las tendencias anteriores, con la drástica

reducción en el número, producción, y empleo de las pymes de capital nacional, sector

prácticamente eliminado del mercado. A nivel general cabe advertir un proceso de

transnacionalización conjuntamente bajos volúmenes de producción y alto porcentaje de

partes y piezas importadas, factores todos que dejaron su impronta específica en aquella

evolución.

30

En suma, Hasta mediados de los ‘90s, Argentina se perfilaba como posible contendiente en

la carrera hacia la construcción de un polo productivo de carácter regional. Tal

expectativa no se ha concretado. La recesión local y los subsidios y la devaluación de Brasil

atrajeron hacia ese país la mayor parte de las inversiones. La producción (ensamble) en

Argentina no ha sido integrada a las estrategias ‘globales’ de las ETs exportando a extra

zona. La regulación del sector ha significado, además, la delegación de una parte crucial

de poder de decisión al dominio del sector privado en temas concernientes al futuro del

país y de la región y contribuye, a mi juicio, a explicar sus implicaciones negativas desde

la perspectiva del desarrollo.

En efecto, el comercio intra firma (percibido desde Argentina ya que puede ser distinto

desde las estrategias de las ETs radicadas en Brasil) siguió una dirección Norte a Sur

aprovechando el recién construido mercado regional. 20/ De este modo la producción (o

más bien el ensamble) se ajusta a las estrategias de ventas internacionales de la ETs

decididas por las matrices en base a una estrategia ‘global’ de rentabilidad y flujos de

intercambio intra firma. Las terminales ubicadas en la Argentina importan de extra zona

vehículos completos y autopartes y deciden el mix de producción, los modelos, los

componentes, cuáles firmas vinculadas entran o no al circuito intra-corporativo pro-

duciendo, por ejemplo, motores, cajas de cambio, y las características de la

subcontratación regional, con efectos negativos en la balanza comercial, de pagos, el

empleo y los salarios. A esto se agrega__en el caso argentino__la carencia de un estricto

control aduanero y la falta de procesamiento de las ETs que violan la normativa vigente.

31

3. HIBRIDIZACION PRODUCTIVA Y RELACIONES DE GENERO EN EL SECTOR AUTOMOTOR desde la perspectiva de la organización del trabajo, la producción de conocimientos y el desarrollo de capacidades.

1. Nivel de Terminales Automotrices

Considerando la importancia de los flujos de IED y del comercio intra-firma como

tendencias de internacionalización contemporánea, preguntábamos en la Sección 2.2. ¿Qué

formas de hibridización o adaptación del modelo ‘Ohnista/JIT’ se asocian a las tendencias

de IED incentivadas en la configuración actual del Mercosur? Prosiguiendo una

elaboración conceptual previa (Roldán, 2000a) propongo utilizar el concepto de

hibridización para connotar la adaptación de modelos de organización productiva fuera de

su marco original y aludiendo a la intersección de las trayectorias de internacionalización

de las ETs y de sus modelos productivos con el marco socio económico e institucional de

captación e incentivación de la IED (Inversión Extranjera Directa) del país receptor.

Como paso previo, la hibridización del ‘modelo’ nipón debe verse en el marco de los

cambios en las relaciones capital-trabajo a través de Convenios Colectivos en un sector en

el que, desde los ‘60s, las terminales habían conseguido asegurar acuerdos a nivel de

planta, con la participación del sindicato nacional, SMATA, y de la necesaria distinción a

fines de los ‘90s, entre nuevas y viejas plantas, las primeras exportando a Brasil. Los

trabajadores en las plantas más recientemente instaladas, en coincidencia con las nuevas

trayectorias internacionales de acumulación, tienen acuerdos ‘modernos’, que aceptan la

‘paz laboral’, la reducción de las categorías laborales, la organización del trabajo en células

32

de producción o equipos, montaje justo a tiempo, CTC, polivalencia y mejoramiento

continuo entre otras prácticas. Estas mismas plantas, por lo común, contratan a trabajadores

jóvenes y de mayor capacitación formal con nivel de educación secundaria mínima; un

personal sin experiencia previa, laboral ni sindical, que ejerce calificaciones ‘del saber ser’

(o del comportamiento correcto, i.e. la predisposición a cooperar con las metas de cantidad

y calidad establecida por la empresa) y que recibe mayor capacitación en su lugar de

trabajo. La persistencia o modificación de estas pautas dependerá de los efectos de la

implementación del nuevo marco regulatorio (Convenio para mejorar la competitividad y la

generación de empleo, mayo 2001). 21/

¿Pero cuál es la relación entre las disposiciones de los C.C., los discursos de los gerentes

y la realidad de planta? La reestructuración argentina ha incorporado__ en un grado de

correspondencia entre discurso y realidad aún no determinado__ un espectro de

prácticas de organización del trabajo que llevan un rótulo asociado al modelo japonés por

ejemplo ‘JIT’(justo-a-tiempo), células o equipos de trabajo semi-autónomos, CTC ,

principio de ‘mejoramiento continuo’, kanban, programas de capacitación y motivación del

personal, entre otros, y según se deduce de diversos estudios. 22/

A mi juicio resulta entonces plausible que la gran ausencia en el caso argentino sea la

implementación genuina de la lógica de acumulación propia del modelo ‘Ohnista/ JIT’

señaladas en la Sección 2.2.i. Me refiero a la orientada a la búsqueda sistémica de

economías de tiempo abarcativa del uso del capital fijo y circulante y del trabajo dirigida al

incremento de la velocidad global de producción y circulación del capital (tiempo de

rotación). La velocidad de rotación del capital es decidida de acuerdo a las estrategias

33

‘globales’ de las ETs involucradas, no por la optimización de la producción de las filiales

locales. Pero también los cambios en la relación capital-trabajo en un contexto de alta

desocupación y debilidad sindical coadyuvan a explicar la hibridización sui-generis de la

etapa.

No sorprende, por ende, verificar a nivel de planta productiva, la implementación de

fragmentos del “modelo japonés” combinando aspectos de maximización de la

intensificación del trabajo con intentos de mínimo tiempo muerto, con disfuncionalidades

propias del aprovisionamiento de partes y componentes JIT sui generis sin eslabona-

mientos productivos locales. Encontramos así, en este mismo nivel, aquellos fragmentos

que destacan sus características más negativas en materia de intensificación del trabajo,

ciclos de trabajo muy cortos, y una concepción del trabajo en equipos acoplado al ciclo de

producción, y basado en una visión sumatoria de la polivalencia obrera aún en su

variedad ‘modular’ 23/

De este modo, no obstante que las Gerencias entrevistadas señalaban que operaban en

conjunción con la totalidad del personal a fin de producir un cambio cultural sustentado en

el completo desarrollo del potencial de recursos humanos de la firma, los arreglos de

organización del trabajo no parecían ser conducentes a aquel objetivo amplio. El ejemplo

de campo aludido en la nota 23, bajo el rótulo de fabricación ‘modular’, muestra que los

arreglos del trabajo observados no coadyuvan al desarrollo pleno de las capacidades del

personal. Las configuraciones híbridas sólo podían interpelar a un reservorio muy limitado

del conocimiento de los trabajadores ya que las operaciones no fueron diseñadas desde un

enfoque holístico del trabajo de ensamble.

34

El aprendizaje interactivo en equipos de trabajo, principal mecanismo de generación y

apropiación de saberes tácitos, permanecía ausente en el caso observado. Esto no significa,

sin embargo, que no se utilizaran mecanismos de control para la apropiación de esos

saberes (las mañas del oficio) en algunos casos recompensados con viajes a Brasil u otros

destinos para la transmisión de esos saberes fuera del país. En este sentido es interesante

destacar que la significación de los módulos muestra menos ‘velos’ ideológicos (a través de

la terminología del empoderamiento) que aquellos encontrados en otras compañías que

estudié en el pasado (Roldán 1998 a, 2000a) tal vez porque la necesidad de edulcorar la

vida fabril ya no existe en la Argentina de hoy, en la que el desempleo se ha convertido en

el más convincente mecanismo de control sobre la vida de los trabajadores.

En suma, No se encuentra evidencia, por lo tanto, de instancias de humanización del

trabajo tal cual fuera prometida por las representaciones más difundidas de la producción

‘magra’ en la terminología de Womack et.al, 1991 y por la nueva literatura que relaciona el

crecimiento a la emergencia de una Era del Conocimiento y del Aprendizaje propia de la

Mundialización contemporánea. Los ‘containers’ con autopartes, conjuntos y subconjuntos

importados de Brasil o de extra-zona, comunes en las áreas adyacentes de las firmas

terminales e inclusive en la misma planta, también atestiguan la ausencia de aquella

búsqueda sistémica de economías de tiempo en el caso argentino. Empero, según se sugirió

más arriba, sólo estudios en profundidad permitirán comparar información y dar ímpetu a

generalizaciones fidedignas. Finalmente cabe señalar que la producción de terminales

35

sigue por lo general siendo generizada masculina, continuando la pauta de décadas

previas de la historia del sector. 24/

2. Nivel de Empresas Autopartistas

La evidencia disponible sugiere la réplica de las pautas de hibridización a nivel de

Terminales, esto es la adaptación sui-generis y heterogénea de elementos del modelo nipón

de acuerdo al producto, su mercado y la propiedad de la firma (capital nacional o

transnacional). También está ausente, en este estrato la búsqueda sistémica de economías de

tiempo propias de aquel modelo. Asimismo, según señalan Yoguel, Novick y Marín, 2000,

la transferencia tecnológica entre niveles de subcontratación no es elevada debido al alto

volumen de las importaciones.

La generización de esos procesos, de acuerdo a la investigación de campo pertinente

(Roldán 1994, Hirata, Husson y Roldán, 1995, Roldán, 1997, Roldán 2000c, Stobbe 2000)

parece repetir las pautas históricas de la inserción de mujeres en esta industria estudiadas en

profundidad para el período 1960-1990. (Roldán. 2000a). En otros términos varones y

mujeres son incorporados a las nuevos o viejos híbridos (antes ‘invisibles’) del modelo

‘Ohnista /JIT’, pero parece advertirse, en ausencia de información censal pertinente __el

Censo Económico de 1994 no distingue entre el personal femenino en producción (u obrero

de acuerdo a registros anteriores) y otros trabajadores__un crecimiento del proceso de

masculinización en la generización ‘polivalente’ de los ‘90s (Roldán, 2000 c y Stobbe,

2000).

36

Considerando los procesos de trabajo involucrados en producción únicamente, esta

observación general debe desglosarse a nivel de los procesos de trabajo involucrados: 1) si

se trata de procesos previos al ensamble que exigen el despliegue de aptitudes pertinentes al

espectro amplio del ‘Saber-hacer’ incluyendo las que denominé técnicas para la operación

y/o puesta a punto de máquinas calificantes y del ‘Saber-ser’ individual o grupal de acuerdo

al grado de adaptación de las técnicas respectivas; o 2) del montaje en si mismo, por lo

general únicamente manual y que exige un despliegue de aptitudes variable de acuerdo al

producto y diseño del proceso pertinente.

También hay que considerar la posible existencia de lógicas productivas diferentes y

articuladas en una misma planta. En el ejemplo de Roldán 2000 a, una de ellas perseguía

economías de escala (para una empresa como la estudiada) y estaba basada en procesos

con dimensiones ‘Taylorista-Fordistas' de máxima fragmentación y velocidad en

operaciones individuales La segunda, y crucial, era una lógica de 'Ohnismo sui-generis

encubierto', en prosecución de economías de escala y variedad en la producción en lotes

más chicos, asentada en la organización del trabajo en equipo para las operaciones de

armado y terminación de la familia de filtros ‘de nafta’. Esta forma organizativa hacía

posible el logro de máxima eficiencia, en un ‘Justo a Tiempo’ que abarcaba dos jornadas de

trabajo en planta y la integración del trabajo domiciliario.

En otros términos, no existe una relación unívoca entre el modelo que se hibridiza, y su

generización masculina o femenina. Entre los factores intervinientes cabe destacar el pro-

ducto al que se aplica y los procesos pertinentes a su ejecución y qué actores sociales

ofrecen las calificaciones o aptitudes adecuadas para su concreción (incluyendo los

37

saberes técnicos, aquellas pertinentes al Saber-ser, y los saberes tácitos del personal ) a

menor costo y máximo rendimiento teniendo en cuenta la legitimidad de la

contratación__ de acuerdo a las normas de las Convenciones Colectivas vigentes y

efectivamente observadas___ en el momento histórico y en la localidad estudiada.

La experiencia de las firmas analizadas ilustra como la evaluación que cada firma efectúa

de las ventajas y desventajas económica y políticas (de control) derivadas de la contratación

de mujeres resulta el factor crucial, sin negar la posible influencia androcéntrica del actor

sindical. Dentro de este plano amplio, son varios los elementos coadyuvantes: la

composición genérica previa a la reconversión (se trata de secciones masculinas o feme-

ninas), las condiciones del mercado de trabajo local, la fase del ciclo doméstico que

atraviesa el personal potencial (en el caso de mujeres si son jóvenes, o madres que ofrecen

‘certeza de responsabilidad’); la experiencia fabril y sindical previa (o su ausencia) entre

otros.

En general las firmas continúan con la composición genérica previa a la reconversión:

hombres en operaciones de máquinas y mujeres en ensamble, pero se advierten procesos de

masculinización de procesos de ensamble que ya antes mostraban una organización en

equipos, pero que pudo permanecer ‘invisible’ al generizarse femenina en un contexto

‘prohibido’ (que no legitima esa forma productiva) para ‘salir a la luz’ y masculi-

nizarse si las estrategias de rentabilidad y objetivos ‘políticos’ (de control) de la em-

presa lo requiere en un marco de legitimación ya ‘aggiornado’. El Convenio Colectivo

puede haber cambiado o ha dejado de cumplirse y ese incumplimiento es un hecho

aceptado por las partes contratantes.

38

En una etapa ‘de Crisis’ como la actual el ejercicio de las diversas aptitudes del ‘Saber-

hacer’ y del ‘Saber-ser’ desplegadas en Grupos de Trabajo, y la generación y apropiación

de los saberes tácitos de las mujeres, que en etapas previas estaban vedadas o eran

ignoradas por la Convención Colectiva Metalúrgica se hacen públicas. Las firmas pueden

ahora contratar hombres para un despliegue extenso de aptitudes, que comprenden

saberes técnicos y no técnicos, sin remuneración adicional. Han cambiado, hasta cierto

punto, cuáles operaciones son femeninas y cuáles masculinas, pero el espacio de

generización masculina se ha extendido ‘a la baja’. Todos los hombres tienen mayores

responsabilidades que antaño y ejercen calificaciones antes consideradas ‘sólo de mujeres’.

Pero, dado el actual ‘mix de producción’ resulta más económico y se ha tornado

‘políticamente correcto’ ‘bajar a los hombres’ del ´oficio’ que ahora proveen el conjunto

de aptitudes requeridas, que ‘subir a las mujeres’ para lo cual se hubiera requerido la

capacitación en los saberes técnicos de los primeros.

Como conclusión de esta sección: A la luz de la perspectiva observada una visión de la

estrategia empresaria en términos exclusivos de imperativos de competitividad, a través de

la adopción inexorable de determinados modelos de organización productiva 'best practice'

no sólo es sesgada en términos de relación capital-trabajo __ya que no existe una

trayectoria única de 'hibridización'__ sino de género, al ignorar como la lógica económica

y política subyacente a cada modelo productivo se generiza a través de las prácticas y

representaciones concretas inherentes a su implementación. El modelo ‘Ohnista/JIT se

tratará de transferir si constituye el soporte de estrategias de acumulación de capital

pensado como más adecuado para una determinada oferta oligopólica, expresada en

39

trayectorias de internacionalización multi o transregionales. Pero su generización en las

empresas terminales y autopartistas responderá a los criterios de contratación y estrategias

específicas de rentabilidad y de control adoptadas por las firmas involucradas que incluyen,

por supuesto un programa específico de aprendizaje para la innovación, que en el caso

argentino parece estar mayoritariamente ausente.

En otros términos no existe una relación unívoca entre el modelo que se hibridiza, y su

generización masculina o femenina, pero la generización no modifica la naturaleza del

modelo que se hibridiza, no lo hace más o menos ‘humanizante’ Las relaciones de género

pre-existentes son incorporadas y recompuestas en la relación capital–trabajo que se

re-construye y deben tenerse en cuenta en las políticas resultantes. La aplicación del

modelo genuino y corregido en sus aspectos de deshumanización del trabajo, y pertinente

aprendizaje para la innovación, hubiera requerido, a mi juicio, un marco regulatorio

diferente del que construye la región automotriz del Mercosur. De este modo, y en

coincidencia con los hallazgos de una investigación histórica, es posible concluir que los

modelos que se hibridizan no son los únicos posibles y deseables (ni en origen ni en la

hibridización considerada) pero la existencia de formas de ‘contención’ y regulación de la

competencia en la relacion capital-capital, y capital-trabajo a nivel internacional, regional,

macro y mezzo económicos de acuerdo a principios de humanización del trabajo (en su

significación de crecimiento de las capacidades de las personas y poder para su ejercicio)

o su ausencia, constituye una diferencia fundamental.

40

4. REFLEXIONES FINALES. DESARROLLO, ORGANIZACIÓN GENERIZADA DEL TRABAJO, Y PRODUCCIÓN DE CONOCI-MIENTOS. Desafíos para las políticas de construcción del MERCOSUR

Al ubicar el Círculo Virtuoso postulado por el enfoque de la Era del Conocimiento y del

Aprendizaje ____la relación entre desarrollo, organización del trabajo, y producción de

conocimientos_____en el contexto de las tendencias de Mundialización contemporá-

neas, en su expresión en la Argentina a través del Mercosur automotriz, advertimos que su

efectivización no constituye un desenlace ni fácilmente construible ni previsible a corto

plazo. Por una parte la relación No-Virtuosa en el caso argentino es el producto de una

articulación histórica específica de procesos externos y endógenos que imponen en una

economía periférica un modelo de crecimiento imperante, aunque con importantes

diferencias, en el mismo escenario mundial. Simultáneamente, el ‘shock institucional neo

liberal de los 90s’, coadyuva a la no- construcción de contextos de desarrollo en el

sentido amplio definido en la Introducción o tal vez constituya una condición necesaria

y/o facilitadora de esa misma ausencia de construcción.

Era, sí, previsible que un Estado-nación que interviene con NPPs (Nuevas Políticas

Públicas) que incluyen sectores ganadores y perdedores seleccionados ex ante: políticas que

resultan, según se adujo, en desindustrialización, reprimarización del perfil de

especialización del país, escasa inversión en CyT y educación, propia de ese sector

primario, al avance de la regulación privada de los flujos de comercio intra-firma y al

desmantelamiento de las redes de subcontratación locales, entre otros efectos negativos, no

propendería al objetivo de creación de un Sistema Nacional de Innovación genuino, meta

41

del enfoque de la Era del Conocimiento y del Aprendizaje. Peor aún, aquellas NPPs

producen un impacto a largo plazo y no son fácilmente reversibles ya que el crecimiento de

las capacidades conducentes a la innovación y al desarrollo, son el producto de una

construcción endógena y acumulativa, como bien lo destaca aquel mismo enfoque.

Sin embargo, dado que la concatenación No-Virtuosa deriva de un modelo de crecimiento

y de organización del trabajo en si misma violatoria de los derechos humanos al desarrollo

en sentido amplio, resulta imperativo indagar la posibilidad de su reversión . A mi juicio,

la misma trasciende los límites del diseño de políticas sectoriales, para requerir el

trazado de un proyecto integral de desarrollo articulado a una nueva configuración del

Mercosur.

En efecto, desde la teorización de la Mundialización, el ‘pasaje’ al crecimiento regional es

producto de procesos complejos, y excluyentes de la mayoría de la población mundial,

procesos de internacionalización del capital que originados en las economías de la Tríada

encuentran un espacio ‘custom made’ a través de la normativa laxa y abierta pertinente al

Mercosur. Por lo tanto la solución que se plantée a nivel nacional y regional quedará en el

plano de las buenas intenciones si se ignora aquella relación causal. Esto implica partir del

examen del contexto internacional y de los condicionamientos que éste impone al plano

interno de cada país y a la concomitante evolución regional.

Más aún, cabe sostener que solamente desde un plano internacional que se vaya

construyendo con características alternativas, y que, por lo tanto, permita una

macroeconomía alternativa, se pueden encarar soluciones progresistas a la cuestión

42

económicosocial en la que incluyo la garantía del ejercicio de los derechos humanos y de

su indivisibilidad. Tal orientación requerirá cambios en los condicionamientos

macroeconómicos, de política monetaria, cambiaria, de protección efectiva, entre otros,

además de políticas industriales, científicas, y tecnológicas activas necesarias para la

activación del Círculo Virtuoso que estimula el aprendizaje, la capacitación, y la

acumulación continua de conocimientos. Sin embargo este conjunto de políticas no sería

suficiente para la meta de aprendizaje interactivo genuino, con calidad en las relaciones

sociales que se construyen, proceso que implicaría el diseño de formas de organización del

trabajo alternativas y facilitadoras del desarrollo de capacidades tendientes a su

humanización..

Es necesario, por lo tanto, un debate amplio de estos temas desde un proyecto integral de

desarrollo con políticas activas de los Estados-nación y su coordinación regional. Esta

meta significa, a mi juicio, ir más allá de la discusión de si se trata de un Mercosur

comercial o productivo, ya que doy por sentado este último, para preguntarnos en qué

medida ha contribuido su configuración actual a ‘mejorar’ el perfil de inserción

internacional de la región y de sus miembros. ¿Es posible modificar el patrón de ventajas

comparativas de los países miembros para que puedan ganar competitividad en la

producción de bienes de mayor contenido tecnológico, intensivos en conocimiento, y con

mayor capacidad de generar externalidades al resto de la economía? Esto no ocurre en el

caso argentino.

En el caso automotriz en particular, ¿cómo se traduciría aquella coordinación si Brasil ha

sido elegido como polo de desarrollo por las ETs que operan en el mercado ampliado del

Mercosur?. ¿En que medida difieren las estrategias de internacionalización de las ETs que

43

operan en los países miembros en aspectos de transferencia científica y tecnológica,

incluyendo las formas de organizar el trabajo y la demanda de calificaciones laborales?

¿Cómo se traslada esa transferencia o su ausencia a las políticas educativas? ¿Tienden a la

homogeneidad o hacia nuevas asimetrías entre los socios del acuerdo regional?

No se trata, por ende, de coordinar políticas únicamente, sino de priorizar qué políticas,

tal vez vía estrategias de especialización y complementación, de aumento de la com-

petitividad del aparato productivo a nivel de toda la región. y que incluya la eliminación de

asimetrías entre los socios tanto macroeconómicas como microeconómicas.

Es aquí, a mi juicio__ en el núcleo de la discusión del desarrollo deseable y posible y de la

innovación que lo promueve__ donde debe incluirse la discusión sobre la generación y

difusión de Conocimiento y de Saberes Tácitos: en tanto emergentes de una Política ‘a la

alta’__ incluyendo dimensiones industriales, científicas, tecnológicas, educativas y de

formación profesional a nivel nacional y de la región__Política que para ser efectiva

debe basarse en formas alternativas de organización del trabajo y producción de

conocimiento. Sólo así podríamos preguntarnos si el sendero productivo es o no

conducente a la defensa de los derechos humanos con énfasis en el trabajo y en la libre

generación y difusión de saberes.¿Avanzaríamos de este modo hacia un Sistema Regional

de Innovación con una regulación de las relaciones capital-trabajo instrumentales al trazado

de senderos genuinos de desarrollo? Claro está, para llevar adelante este proyecto los socios

necesitan recursos y voluntad de regular para el desarrollo ex ante, generando

conocimientos al efecto, en lugar de aplicar barreras para arancelarias ex post facto. Sin

embargo, como señala Vispo, 1999, los gobiernos de los países miembros muestran escasa

44

vocación por ir más allá de los problemas coyunturales y contar con un diagnóstico bien

fundado respecto de la dinámica y consecuencias del proceso de integración. Recordemos

también que todavía conocemos poco sobre la articulación de esos procesos y que el

aprendizaje ‘haciendo, interactuando, e investigando’ (learning by doing, by interacting,

and by searching) es parte integral de esa misma dinámica.

Políticas con ‘sensibilidad de género’ Pero si se requiere de nuevas políticas activas, las

mismas deben ser ‘sensibles al género’ y tendientes a erradicar sus asimetrías. En efecto,

las mujeres, aunque tal vez en menor número que en décadas anteriores en cuanto al trabajo

'formal’ se refiere, se siguen incorporando al trabajo remunerado, de acuerdo a países,

regiones y ramas industriales, otorgando matices particulares a las realidades de la

organización del trabajo que recrean formas de jerarquización generizadas. Las mujeres y la

sociedad en su conjunto se perjudican por ese desarrollo mellado de una parte

significativa de su población.

De este modo, la perspectiva de la Mundialización ‘sensible al género’ al postular que los

orígenes del ‘pasaje’ al capitalismo de base regional son el producto de construcciones

sociales también conduce a reconocer que los procesos desencadenados son eventualmente

controlables. Las reglas del comercio que marcan la normativa del Mercosur son

importantes, pero no pueden tener precedencia respecto de los derechos humanos y la

sustentabilidad del medio ambiente. Plantear el desarrollo y nuestros derechos al mismo,

el derecho de todos, significa una opción ética y emprender un sendero difícil por lo menos

a corto plazo. La elaboración de un programa teórico y político alternativo, desde nuestra

América Latina, y de sus realidades, resulta imperativo, más aún en el plano productivo y

45

de CyT. sin el cual no tendríamos el acceso a los códigos que van re-construyendo una

renovada relación Centro/Periferia. Es también el mayor desafío que el presente ofrece a la

construcción, aún no resuelta, de la macro región del Sur.

NOTAS 1.Véase Jaggar, 1983, para una elaboración ya clásica de esta temática desde una perspectiva feminista. 2. Me refiero a los derechos consagrados en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, menos conocido que su ‘mellizo’, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. El primero fue aprobado por la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas 2200 A (XX1) adoptada para firma y ratificación el 6 de diciembre de l966, y fecha de entrada en vigor el 3 de junio de 1976. El segundo, de igual Resolución, del 16 de diciembre de 1966, y fecha de entrada en vigor el 23 de marzo de 1976. Al hacer hincapié en la urgencia de revitalizar el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales__ firmado por la Argentina en 1968, ratificado en 1986, e incorporado a la Constitución nacional en 1994 me propongo subrayar que aquellos derechos poseen las características básicas de los derechos humanos: son universales, inherentes a las personas, inalienables, indivisibles, interdependientes e interrelacionados. No todos los países ratificaron el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, siendo la ausencia de los Estados Unidos tal vez la más significativa. (ODI, (Overseas Development Institute) Briefing Paper, 1999, (3) September, p.1). Téngase en cuenta que estos derechos no pueden ser sostenidos sin el ejercicio pleno de los derechos civiles y políticos__a una vida sin violencia, subordinación y tortura, libertad de la esclavitud y del trabajo forzado, al voto, libertad de opinión, pensamiento y religión, entre otros (Pacto Internacional de los derechos civiles y políticos, 1966 también incorporado a la Constitución argentina) Para una elaboración de estos temas véase Roldán, 2000a y destacando las dimensiones de género, Roldán 1998b. 3.Diversas fuentes internacionales, Chesnais 1996 a y b, Brenner 1998, Petrella 1996, CEPAL 1999, para America Latina y el Caribe, entre muchas otras, presentan evidencia de la brecha creciente entre economías centrales y periféricas. Consúltese Hirst y Thompson, 1996, sobre niveles de regulación de esos procesos. 4. No se han dado a publicidad las cláusulas del proyecto de integración al ALCA por parte de los países Latinoamericanos. Según trascendidos de un borrador se trataría de un proyecto que combinaría disposiciones neo liberales sobre el comercio internacional propios de la OMC y de NAFTA, recordándose que las disposiciones de la primera resultan menos restrictivas de las soberanías de los Estados nación, que las del segundo. El abanico de medidas propuestas comprenderían aquellas referentes a la protección de la propiedad intelectual, normas de inversión, comercio de bienes y servicios, servicios financieros, compras del Estado, entre otros. 5. En términos amplios, esta literatura socioeconómica puede ubicarse en la tradición crítica de la vertiente neo clásica del pensamiento económico para el cual la tecnología es un factor exógeno a la dinámica empresaria, que se encuentra fácilmente disponible y que es transferible a cualquier agente económico, al poder ser adquirida en el mercado a través del mecanismos de los precios. Involucra también una definición del conocimiento como información técnica codificada, caracterizada por valores y usos económicos en su producción y empleo y cuyo uso produce resultados positivos (Lundvall, 2000) En los espacios homogéneos y de mundo sin fronteras de la Globalización, las ETs difundirían la información, el conocimiento y las tecnologías libremente. Véase también sobre este tópico la contribución de Lastres y Ferraz, 1999, sobre los antecedentes de la literatura de la Era del Conocimiento y del Aprendizaje en una serie de autores neo Schumpeterianos (Dosi, Freeman, Pérez ) en la década de los 80s. 6. Téngase en cuenta que la literatura de la Era del Conocimiento y del Aprendizaje considera que las TICs optimizan el acceso a la información, otorgan mayores posibilidades de codificacion del conocimiento y la

46

transferencia de ese conocimiento codificado. Pero no disminuye por esto la importancia de los conocimientos tácitos que por su naturaleza son difíciles de transferir y sin los cuales no se tiene las claves para decodificar la información. Las TICs, arguye Lundvall 2000, producen un impacto contradictorio sobre la codificación del conocimiento. ‘Por un lado se torna menos costoso codificar el conocimiento y en algunas áreas mucho más atrayente (por ejemplo en la economía vía Internet) Pero el uso de las TICs tiene como mayor impacto la aceleración de los cambios y la expansión de la complejidad basada en el conocimiento. Por esa razón el conocimiento tácito se vuelve más importante que antes y resulta muy útil para la localización, selección y utilización de la información. Por eso el conocimiento tácito y el aprendizaje entre socios se vuelven cruciales en la ‘nueva economía’. (p.203. Mi traducción del portugués) 7. Téngase en cuenta que la mayoría de los autores elaboran la generación y transferencia de saberes tácitos tomando como base a las firmas, pero no analizan la imbricación de las relaciones capital-trabajo que enmarcan la generación de esos saberes a nivel de operarios individuales y equipos de trabajo, tópico al que me refiero en la página 7. 8. Claro está, filosofa Lundvall, algunos de estos saberes pueden ser codificados, ¡pero otros perderían su sentido si fueran puestos por escrito (jugar al golf, ir a cocktails, ser miembros de una misma iglesia en tanto métodos de reclutamiento de empleados en empresas socias, por ejemplo)! 9. Ubico a los textos de Chesnais 1996 a y b dentro del campo amplio de la teorización de la economía política crítica del desarrollo que también incluye a Brenner, 1998, y en algunos de sus textos a Boyer, entre otros autores. Téngase en cuenta que no todos los autores de esa escuela utilizan el concepto de Mundialización, acuñado por Chesnais, pero poco difundido en el mundo anglosajón. 10. Véase Marx, El Capital, 1991. 11. A fin de esclarecer las calificaciones laborales requeridas por cada modelo de organización productiva propuse, en el ejercicio de Roldán. 2000 a, la utilización un continuo de criterios que abarcan una reivin-dicación de las calificaciones del ‘saber-hacer’ en sus diversas dimensiones: de ejercicio de destrezas y habilidades manuales y corporales e intelectuales, que incluye aquellas que denomino Básicas, Generales, Técnicas y de Gestión Delegada del Flujo de Producción, (tales como la administración del tiempo del ciclo de producción y del espacio de trabajo , el auto control de defectos, y resolución de problemas). Asimismo la connotación amplia abarca las aptitudes pertinentes al ‘saber- ser’ o al ‘comportamiento correcto’ de lo/s as trabajadore/es que interpreto como disposición a cooperar con la empresa para objetivos de productividad y calidad, ya sea en un sentido individual o grupal aludiendo al desarrollo de la capacidad de cooperación y adecuada interacción y comunicación grupal. Este desglose sólo pretende tener un valor heurístico y en la práctica no resultan mutuamente excluyentes. Ninguna actividad de trabajo (en la que se materializaran aquellas aptitudes) puede ser ‘puramente manual’ o sólo ‘intelectual’ Todas incluyen algún grado de reflexión sobre la práctica que en forma explícita o tácita es tomada en cuenta en la compra de fuerza de trabajo. La propuesta rechaza toda lectura ortodoxa en el tópico de la difusión de ´viejas’ formas de racionalización del trabajo que lleve a sostener que la contribución o aporte del trabajador o trabajadora seria únicamente el de su destreza o habilidad manual. Tampoco la actividad de trabajo puede estar desprovista totalmente de ejercicio de capacidades de comportamiento individual adecuado, la disposición a cooperar en algún grado con las demandas de la organización productiva. Las aptitudes consumidas en el gasto de fuerza de trabajo en producción, a mi juicio, siempre comprenden un continuo de destrezas corporales, intelectuales y del comportamiento consideradas adecuadas y relevantes para la organización del trabajo auspiciada por la empresa. El eje de análisis por lo tanto debe pasar por la determinación de por qué determi-nadas calificaciones son ahora visibilizadas y publicitadas, como si fueran nuevas; por qué fueron invi sibilizadas en el pasado; a que relación de fuerzas respondía tal falta de reconocimiento, y cuáles son los cambios en la relacion capital-trabajo-género a nivel nacional e internacional que impulsan la discusión contemporánea sobre la importancia de la generación y apropiación de saberes tácitos a través de la hibridización de base ‘Ohnista/JIT’. 12. Véase Roldán 2000 a para un ejercicio de desglose de formas de control internas e internas al proceso productivo implícitas en los modelos Taylorista/Fordistas y ‘Ohnista/JIT’

47

13. Véase bibliografía en Benería y Roldán, 1987 para material de esa década y la Enciclopedia de N. Stromquist, Ed. 1998, para la más reciente. Sobre la implementación del ‘modelo japonés’ y su generización véase Hirata, Husson y Roldán 1995, diversas publicaciones de H.Hirata en el marco del GEDISST, Francia, y Roldán 2000 a entre otros. En Hirata y Kergoat, 1997, los artículos de la primera proporcionan excelentes ejemplos de la óptica feminista crítica aplicada al análisis de sistemas Tayloristas en Brasil, Japón y Francia. 14. Sobre las mutaciones del Establishment industrial argentino y su asociación al capital financiero; la evolución de las fracciones del bloque en el poder, de la cúpula industrial y el comercio exterior de la misma véase Azpiazu, Basualdo y Schorr, 2000, Basualdo 2000 a y b. Sobre la evolución general de la economía argentina de la década de los 90s consúltese Azpiazu y Nochteff, 1994 y Nochteff, H. Comp. 1998. 15. Véase la elaboración de Chudnovsky, et.al , 1996, y Vigevani, 1998 para una visión brasileña sobre la materia. Obsérvese asimismo que __como apunta Nochteff, 2001, en prensa__ el único socio comercial de importancia con el que la Argentina tuvo superávit en los ‘90s es Brasil, proceso que el autor atribuye al MERCOSUR y al crecimiento de su economía , pero ese superávit está basado en las exportaciones argentinas de productos primarios o de primera elaboración de los mismos. Por el contrario, el déficit comercial con el resto del mundo creció constantemente, mucho más que compensando el superávit en el MERCOSUR. 16. No existe consenso sobre el particular. Compárese las diferentes concepciones de los autores identificados con el Manual de Bogotá , Nun, 1995, y Nochteff, 2000. 17. Véase Roldán, 1997 y Vispo, 1999 entre otros autores. 18. Como arguye Navarro, 2000, el motor es la parte mas importante de un auto y su valor es, en promedio, el 20% del costo total de una unidad. En 1992 el 97% de los vehículos que se producían en el país contenía un motor nacional. En 1996 todavía el 44% de los autos salía de fábrica con motor argentino. Con el cierre de la planta de motores Fiat, en el transcurso de 2001 ya no habrá motores de fabricación nacional. Un proceso similar sufrieron las cajas de cambio, otros de los componentes principales de un vehículo. La integración de piezas nacionales (a pesar del texto legislado) bajó del 60% hace una década a menos del 30% en la actualidad. Si además consideramos que ninguna de las terminales proyecta presentar en 2001 nuevos modelos producidos en el país, estamos en presencia de la desarticulación de la industria automotriz y de sus saberes acompañantes, base de la innovación necesaria para la competitividad contemporánea. Ni las terminales utilizaron el período de auge en el primer lustro de la década para generar capacidades tecnológicas locales fomentando la industria autopartista ni los fabricantes nacionales de autopartes contaron con políticas Estatales activas que generaran eslabonamientos productivos ‘best practice’. 19. Con referencia específica a las actividades de I/D efectivizadas por las filiales locales. El gran volumen de vehículos importados y la legislación laxa de la etapa se traduce en prácticas que no comprenden genuina I/D o adaptación de tecnologías de diseño con origen en las matrices, como se efectuara en la fase previa de crecimiento automotriz. Se han desmantelado departamentos enteros de Ingeniería y avances previos en capacitación y knowhow afectándose crucialmente los recursos técnicos y sociales. A su vez, el gran volumen de autopartes importadas coadyuva a los mismos efectos y se traslada a los eslabonamientos de la cadena de proveedores (Véase Yoguel, Novick y Marín, 2000). Empero, el grado real de subordinación a la agenda de producción de Brasil (dado que las estrategias de las matrices están generalmente mediatizadas vía sus filiales en Brasil) tiene aún que establecerse con certeza. 20. Véase E. Martínez, 1999. 21. Sobre las diferencias apuntadas véase Shaiken, 1995; Novick y Yoguel, 1998, Vispo, 1999, entre otros. 22. Ibid y Roldán, 1997, 1998 a, 2000 b y c. 23. Trabajo de campo llevado a cabo con el Dr. Lennart Nilsson, de la Universidad de Gotenburgo, Suecia, en 1999, dirigído a explorar la hibridización y sus representaciones destacando las dimensiones de la organización del trabajo y de desarrollo de capacidades. Una de las plantas estudiadas era la filial local de una ET europea, bien conocida por sus prácticas de Fabricación Modular en su matriz alemana__entendiendo

48

aquí por módulo y siguiendo a Jürgens, 1997 y a Lung, 1998, a una organización del trabajo en equipos para operaciones de ensamble (assembly group work organization)__ y en sus plantas de ensamble de camiones y autobuses en Rezende, Brasil. En este segundo caso la terminología de módulo hace referencia al ensamble asociado a una forma específica de aprovisionamiento en la que la planta terminal está compuesta por un conjunto de talleres modulares para cada proveedor de subsistemas (Lung, et.al 1998).Dado que nuestro interés principal radicaba en la organización del trabajo y en sus implicaciones, el estudio piloto permitió establecer las definiciones y prácticas según son representadas en la emergente literatura sobre módulos (las dos definiciones de módulos arriba indicadas), la representación de la fabricación modular expresada por los gerentes argentinos en cuanto a una forma de organización del trabajo, y contrastar a ambas fuentes con la realidad de campo. Esta se estableció en base a la observación de un módulo y dos unidades y a entrevistas con el monitor y los técnicos asociados al primero. 24. Según surge del Censo Nacional Económico de 1974, y 1985. (Roldán 1993 a y b) Los datos del Censo Económico de 1994 no permiten distinguir entre empleadas administrativas y obreras, situación que impide generalizar sobre las escasas mujeres incorporadas a este nivel. La experiencia en equipos de trabajo, por ejemplo en Chrysler de Córdoba han resultado efímeras y las mujeres operarias de la planta asiática observada en 1999, eran pocas e incluidas en equipos mixtos (con varones operarios) y a cargo de las tareas finales del ensamble (detectación de defectos en el pulido, pintura y tareas afines de ‘trimming) Esta empresa no permitió conversar con los equipos de trabajo y declinó formular declaraciones sobre aspectos genéricos. Por lo general los gerentes se asombran al ser consultados sobre la ausencia femenina en producción..no pueden imaginar por que debiera haber mujeres en la línea, salvo por razones 'operativas' de mayor productividad, disciplina, y salarios mas bajos, etc. que compensen por mayores gastos en baños, permisos por embarazo, etc. que ocasionaría la contratación de mujeres. En la industria autoparatista las obreras constituían el 8.5% del personal obrero de acuerdo al registro censal de 1974 y el 7.2% según el de 1985. Téngase en cuenta que estos datos sólo revelan la presencia de mujeres en producción, pero no cabe generalizar sobre las razones de la generización femenina sin aclarar el sector considerado y las operaciones involucradas. En particular es importante establecer si las mujeres ganan puestos en industrias de punta, o quedan relegadas en las más tradicionales, si están o no a cargo del monitoreo de nuevas tecnologías, etc. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Azpiazu, D. y H. Nochteff, l994. El Desarrollo Ausente. Restricciones al desarrollo, neoconservadorismo y élite económica en la Argentina. Ensayos de Economía Política. Buenos Aires: Flacso/Tesis. 1999, ‘Introducción’ La Problemática (Des-re)Regulatoria en el ´Shock ‘ Neoliberal de los Años Noventa’ en D.Azpiazu (Comp.) La desregulación de los mercados . Pa- radigmas e inequidades de las políticas del neoliberalismo. Buenos Aires:Grupo Edi- torial Norma/FLACSO. Azpiazu, D, E. Basualdo y M. Schorr, 2000. La reestructuración y el redimensionamiento de la producción industrial argentina durante las últimas décadas. Publicación del Instituto de Estudios y Formación de la CTA, Buenos Aires, agosto. Basualdo, E. 2000 a. Acerca de la naturaleza de la Deuda Externa y la definición de una estrategia política.Buenos Aires.: U.N.Quilmes, Flacso.Página 12. b. Concentración y centralización del capital en la Argentina durante la década de los noventa. Una aproximación a través de la reestructuración econó- mica y el comportamiento de los grupos económicos y los capitales extranjeros Buenos Aires; FLACSO/Universidad Nacional de Quilmes/IDEP Beneria L. y M. Roldán, 1987. The Crossroads of Class and Gender. Industrial Homework, Subcontracting and Household Dynamics. Chicago; The University of Chicago Press. Boyer, R. 1996. 'La globalisation: mythes et realites'. Actes du Gerpisa, n. 18.Nov.Paris Brenner, R. 1998. The Economics of Global Turbulence. en New Left Review, 229, May-June Castells, M.1996. The information age: economy, society and culture. Oxford: Blackwell. CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), 1999, Panorama social de América Latina 1998. Santiago: Naciones Unidas

49

Cowan, R. y D. Foray, 1998. ‘Économie de la codification et de la diffusion de conaissances’ en P.Petit (org.)L’ économie de l’information; les enseignements des théories économiques. Paris: La Découverte. Chesnais, François. 1996.a A Mundializaçao do Capital. Sao Paulo: Xama. b.La mondialisation financière. Genèse, coût, et enjeu. Paris: Syros Coriat, B. 1992. Pensar al Revés. México: Siglo XXI Chudnovsky, Daniel, [Coordinador], l996. Los limites de la apertura. Liberalización, reestructuracion productiva, y medio ambiente. Buenos Aires; CENIT/ Alianza Editorial. Daly, R. y L.Mjelde, 2000, Learning at the Point of Production: New Challenges in the Social Division of Knowledge. En D. Boud (ed), Working Knowledge. Sydney: UTS (Sydney Technical University Press) Dosi, G. 1996. ‘The contribution of economic theory to the understanding of a knowledge-based economy’. En OCDE (ed). Employment and growth in tke knowledge-based economy, Paris: OCDE. Foray D. y Lundvall, B. 1996- ´The knowledge-based economy: from the economics of knowledge to the Learning Economy’ En OCDE (ed) Employment and growth in the knowledge-based economy. Paris: OCDE GERPISA (International Network. Permanent Group for the Study of the Automobile Industry and its Employees). Evry Cedex, Francia. Hirata, H., M. Husson y M.Roldán, 1995. ‘Reestructuraciones productivas y cambios en la división Sexual del trabajo y del empleo. Argentina, Brasil y México’ en Sociología del Trabajo Nueva época, n.24, primavera de 1995. Hirata, H. y D. Kergoat, 1997. La división sexual del trabajo. Permanencia y cambio. Buenos Aires: Asociación Trabajo y Sociedad. Centro de Estudios de la Mujer, Chile, Piette del Conicet. Hirst, P. y G. Thompson. 1996. Globalization in Question. Cambridge: Polity Press. Jaggar. A. 1983. Feminist Politics and Human Nature.Brighton: Rowman and Allanheld. Jürgens U; T. Malsch, y K.Dohse, 1993 Breaking from Taylorism, Changing forms of work in the automobile industry. Cambridge: Cambridge University Press. 1997. ‘Rolling Back Cycle Times: The Renaissance of the Classic Assembly Line in Final Assembly’ en Transforming Automobile Assembly Experience In Automation and Work Organization. K.Shimokawa, U.Jürgens, T.Fujimoto. Comps. Springer. Kitson M. y J. Michie, 1995. ‘Trade and Growth: a Historical Perspective’ en J.Michie y J.Grieve Smith (ed) Managing the Global Economy, Oxford: Oxford University Press Kosacoff, B. et.al, 1993. El desafío de la competitividad. La industria argentina en transformación. Buenos Aires: Cepal/Alianza Editores. (ed), 2000. Corporate Strategies under Structural Adjustment in Argentina, London: Macmillan Lastres, H. y S. Albagli (Orgs) 1999. Informaçao, e Globalizaçao na Era do Conhecimento, Sao Paulo:Editora Campus. Lastres H. y J.C. Ferraz, 1999, ‘Economia da Informaçao, do Conhecimento e do Aprendizado’, en Lastres y Albagli (Orgs) Lemos, C. 1999. Innovaçao na era do Conhecimento, en Lastres y Albagli (Orgs). Lojkine, J. 1995. A revoluçao informacional. Sao Paulo, Editora Cortez Lundvall, B. 2000.’Políticas de Inovaçao na Economia do Aprendizado’ Primeira abordagem na contribuiçao ao projeto’ Produtividade Local por Amostragem Setorial e Sistemas de Inovaçao no Brasil: novas políticas industriais e tecnológicas (1 de agosto de 2000). Mimeo. Lundvall B. y S. Borrás, 1998, Globalizing learning economy: implications for innovation Policy. Targeted Socio-Economic research_TSER, DGXII__European Commission Studies, Luxemburgo: European Communities. Lung Y. et.al. 1998. Flexibility through Modularity; Experimentations with Fractal Production in Brazil and in Europe’ en Coping with Variety. Flexible productive systems for product variety in the auto industry en Y.Lung, J.J, Chanaron, T.Fujimoto y D.Raff. Comps. London: Ashgate Marx, K. 1991.(14 edición), El Capital, México, Siglo XXI editores s.a. Tomo II/Vol.4. Martínez, E.M, 1999.‘Cada una juega como más le gusta’ En Cash, Suplemento Económico de Página 12. febrero. Mjelde, L. 1997. ‘Economic Restructuring and New Challenges in the Political Economy of Knowledge?’

50

Publicación provisoria. Monden, Y. 1993. El Sistema de Producción de Toyota. Buenos Aires: Macchi Grupo Editor, S.A. Morris- Suzuki, T. 1997.’Capitalism in the computer age and afterwards’ En Davis, J. et.al. (orgs) Cutting Edge:technology, information, capitalism and social revolution,Nueva York: Verso. Navarro, R. 2000. ‘En llanta’ en Cash, Suplemento Económico de Página 12. Diciembre Nilsson, L. 1995. ‘The Uddevalla Plant.: Why did it succeed with a holistic approach and why did it come to an end?’ en A. Sandberg, (Ed.) Enriching Production. Perspetives on Volvo´s Uddevalla plant as an alternative to lean production. Aldershot: Avebury. Nochteff, H. 2001 (En prensa). ‘La experiencia argentina de los 90 desde el enfoque de la competitividad sistémica’ en Altermburg, Tilman y Messner, D. (eds) Wettbewersfahiges Lateinamerika Herausforderungen fur Wirshaft Gessellschaft und Staat, Bonn. 2000.’El marco económico y tecnológico de las perspectivas de cooperación entra la Argentina y el Brasil en tecnologías de la información, en Realidad Económica, n.180, Buenos Aires. (Comp). 1998. La economia argentina a fin de siglo: fragmentación presente y desarrollo ausente. Buenos Aires: FLACSO/Eudeba. Nohara, I.1993. ‘Reconsidering the Japanese Production System Model’ en The Hiroshima Law Journal, Vol. 3, n.16. Novick, M.y A.M.Catalano. 1996 ‘Reestructuración productiva y relaciones laborales en la industria automatriz argentina. Estudios del trabajo. n.11, Primer Semestre. y Yoguel, M.1998. ‘Espacios Emergentes en la Industria Automovilística Internacional. Algunas Evidencias del Caso Argentino’. Ponencia presentada en el Coloquio de Gerpisa, París, junio (Publicación Provisoria, pp.245-268) Nun, J. 1995. ‘Argentina: sicence, technology and public policies’ en Bastos M.I. y Cooper, C. (eds). Politics Of Technology in Latin America, London and New York, Routledge/UNU Press, INTECH. (ODI (Overseas Development Institute) Briefing Paper, 1999, (3) September. Ohmae, K, 1995 . The End of the Nation State. The Rise of Regional Economies. New York: The Free Press. Petrella, R. (y Grupo de Lisboa),1996. Los limites a la competitividad. Cómo se debe gestionar la aldea global. Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes, Editorial Sudamericana. RICYT,OEA,Programa CYTED, COLCIENCIAS/OCYT, 2001. Manual de Bogotá. Normalización de Indi- cadores de Innovación Tecnológica en América Latina y el Caribe. Buenos Aires, marzo. Roldán, Martha. 1993 a.’La Evolución de la Divsión Genérico-Sexual del Trabajo en la Industria Manu- facturera Argentina: 1935-1985. Algunos elementos claves para una discusión demasiado pos- tergada’. Estudios sobre Reestructuración Socioeconómica y Subordianción de Género en la Argentina, n.1, Buenos Aires, Flacso, Programa Argentina Diciembre 1993. 1993 b. con la colaboración de L.Stobbe y M.Miravalles.’La División Genérico-Sexual del Trabajo en la Industria Manufacturera Argentina: 1974-1985. Alimentos, Textiles, y Me- talmecánica’ Estudios sobre Reestructuración Socioeconómica y Subordianción de Género en la Argentina, n.2, Buenos Aires, Flacso, Programa Argentina Diciembre 1993. 1994. ‘Critical JIT Restructuring in a Cluster Context, Autopart Manufacturing And Gender Relations in Vittoria City, Argentina’. Working Paper. WEP 2-22/WP.240. International Labour Organization. Geneva 1997. 'Continuities and Discontinuities in the Regulation and Hierarchiza- tion of the World Automotive Industry' Reflections on the Argentinean Experien ce [l960's-1990s]’ Actes du Gerpisa, Reseau international, n-20, Universite d'Evry: Evry Cedex 1998.a ‘Procesos de Mundialización-Regionalización Socio-Económica, Trayectorias de Internacionalización de EMNs (Empresas Multinacionales) y Desafíos a la Acción Sindical. El Complejo Automotriz en la Argentina ‘Fin de Siglo’ en Sindicalismo e negociaçäo coletiva nos anos 90. Organizadores Antonio Moreira de Carvalho Neto y Ricardo Augusto Alves de Carvalho. Belo Horizonte: Ministerio do Trabalho, FAT- CODEFAT, y Brasil em Açao. 1998.b ‘Mujer y Trabajo. Entre cenicientas y hadas madrinas’ en Los Dere-

51

chos Humanos de la Mujer a los 50 años de la Declaración Universal.APDH Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Buenos Aires: Fundación F.Ebert. 2000. a ¿Globalización o Mundialización? Teoría y Práctica de Procesos Produc- tivos y Asimetrías de Género. Buenos Aires: UNP (SJB) Delegación Zonal Trelew Flacso. Eudeba. b. ‘Competition and Cooperation in the Automobile Sector in the Context of neo Liberal Region Construction in the Periphery (Mercosur) Some Evidence from Argentina’. Actes –Proceedings du Gerpisa, Paris: June. c. Estudios de caso con delegadas metalúrgicas. Buenos Aires, noviembre e investigación en curso.. Sayer, A, y R. Walker, l994 Reworking the Division of Labor, Cambridge; Blackwell Shaiken, H. l995. 'Technology and Work Organization in Latin American Motor Vehicle Industries. ECLAC Document. LC/R. l517. March. Shinoda, T. 1997. ‘Neo-liberalism and the Crisis of the Japanese Style of After-Fordism’ Separata en inglés de la publicación en japonés de la Ritsumeikan University, Kyoto Stobbe L. 2000 Inclusion and Exclusion in the Argentine Auto Components Industry Nijmegen Studies in Development and Cultural Change, n. 32 .Nijmegen; Niccos Stromquist, N.Ed. 1998. Women in the Third World. An Encyclopedia of Contemporary Issues: New York and London: Garland Publishers, Inc. Vigevani, T. 1998. Mercosul: Impactos para Trabalhadores e Sindicatos. Sao Paulo: LTR, FADESP , CEDEC Vispo, A. 1999: “Reservas de mercado, cuasi rentas de privilegio y deficiencias regulatorias: el régimen automotriz argentino”, en Azpiazu, D. (comp.): La desregulación de los mercados. Paradigmas e inequidades de las políticas del neoliberalismo, Buenos Aires: Grupo Editorial Norma/FLACSO. Womack, J.P., D. Jones y D. Roos. l991. The Machine that Changed the World New York: Harper Perennial. Yoguel, M, M.Novick , y R. Marín, 2000. ‘Production networks (linkage styles, innovative capacity, and social management technologies. A methodological approach applied to the VW Case in Argentina’. Texto extraido de Internet. Zarifian P. 1999.El modelo de competencia y los sistemas productivos. Papeles de la Oficina Técnica, n.8 Montevideo:Cinterfor

52

53