Contrapunteo Caucano de La Caña, La Coca y La Marihuana

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Gregorio Hernández de Alba Pensamiento Sociológico Latinoamericano 29/05/2015 El Contrapunteo Caucano de la Caña, La Coca y La Marihuana Me resulta fascinante, y difícil de creer, cómo Fernando Ortiz logra en su obra el contrapunteo cubano del azúcar y el tabaco sintetizar un posible –y muy creíble- Ser de la cultura cubana. De sus raíces y fusiones a través de la Era. No es gratuito que sus explicaciones se originaran de dos productos agrícolas que predominaban la actividad económica hacendada de la isla. Estos dos productos estaban incorporados en la cotidianidad de los isleños desde su origen. Sus productos y derivados permeaban su diario vivir desde las costumbres fiesteras hasta la medicina y diferentes prácticas religiosas. El Cauca es una región que resume y contiene mucho del mestizaje que se da en el territorio colombiano. Hay presencia indígena chocando con la tradición mestizo-campesina mientras más al norte hay una mayoría negra traída forzadamente como mano de obra para la industria cañera que es dominante en la zona. El Cauca está lleno de muchos –si no todos- los productos que hacen parte del conflicto en el que se ha sumido el país en las últimas décadas: minerales, oro, coca y marihuana entre otros, además de tener la agro-industria cañera más fuerte del país. La relación de la población con estos tres productos es muy latente y los discursos frente a las plantas es muy diverso.

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A través del análisis de Fernando Ortíz en su contrapunteo cubano del azúcar y el tabaco, se realiza un análisis de la simbiosis que se presenta en el Cauca, Colombia.

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Gregorio Hernndez de AlbaPensamiento Sociolgico Latinoamericano29/05/2015

El Contrapunteo Caucano de la Caa, La Coca y La MarihuanaMe resulta fascinante, y difcil de creer, cmo Fernando Ortiz logra en su obra el contrapunteo cubano del azcar y el tabaco sintetizar un posible y muy creble- Ser de la cultura cubana. De sus races y fusiones a travs de la Era. No es gratuito que sus explicaciones se originaran de dos productos agrcolas que predominaban la actividad econmica hacendada de la isla. Estos dos productos estaban incorporados en la cotidianidad de los isleos desde su origen. Sus productos y derivados permeaban su diario vivir desde las costumbres fiesteras hasta la medicina y diferentes prcticas religiosas.El Cauca es una regin que resume y contiene mucho del mestizaje que se da en el territorio colombiano. Hay presencia indgena chocando con la tradicin mestizo-campesina mientras ms al norte hay una mayora negra trada forzadamente como mano de obra para la industria caera que es dominante en la zona. El Cauca est lleno de muchos si no todos- los productos que hacen parte del conflicto en el que se ha sumido el pas en las ltimas dcadas: minerales, oro, coca y marihuana entre otros, adems de tener la agro-industria caera ms fuerte del pas. La relacin de la poblacin con estos tres productos es muy latente y los discursos frente a las plantas es muy diverso. Durante este trabajo se trabajara lo observado en las poblaciones de Cajibo, Lerma, Santander de Quilichao, Toribo, Padilla y Villarrica.El azcar paso de ser un condimento de lujo a uno barato: el primer refugio contra el hambre.[footnoteRef:1] Martn Caparrs analiza en su libro El Hambre la evolucin del azcar, como pasa de ser un bien de lujo, a uno sinnimo de baratija: Coca-Cola. Aqu afirma el autor lo importante que es que la naturaleza la volviera un bien difcil de conseguir y lo tonto que haba sido el hombre al empezar a producirlo en masa. De sus implicaciones en la dieta humana contempornea y un poco- de las implicaciones histricas del cultivo de esta planta. Ortiz es un autor que analiza la envergadura del fenmeno para entender culturalmente a Cuba. En su obra del Contrapunteo Ortiz cuenta la como las plantaciones de caa son las que -en efecto- necesitaban ms mano de obra, por lo que la inmigracin forzada encuentra su nicho en el mercado local cuando se crece el negocio caero en Cuba. La expansin de los campos de caa las separa en: maquinismo, latifundismo, conolismo, trata de braceros, trata de bracero, supercapitalismo, ausentismo, corporativismo, imperialismo[footnoteRef:2]. [1: Caparrs, Martn. El Hambre, 2014. Pg. 336] [2: Ortiz, Fernando. Contrapunteo cubano del tabaco y el azcar. 1940. Pg. 43]

La evolucin del cultivo de caa comienza de manos imperiales y coloniales pero se tecnifica rpidamente para dar paso a la implementacin de mano de obra esclava para lograr trabajar mayores extensiones. Durante el siglo XX los avances tecnolgicos logran maquinar el campo, por lo que los cultivos logran extenderse y la necesidad de mano de obra tambin se expande. El impacto de la llegada del ferrocarril no pasa desapercibido, el transporte de caa permite plantar mayores extensiones, las cuales responderan a los intereses de una hacienda que, situada centralmente, administrara todas las actividades que fueran a realizarse en su zona de influencia. (Territorio?). En el Cauca los ingenios comienzan a mediados del siglo XIX, con la creacin de la Hacienda La Manuelita[footnoteRef:3][footnoteRef:4]. Desde entonces se consolido aqu la industria caera en el pas. Dos siglos ms tarde podemos ver el impacto de esto cuando se ve la extensin y emergencia del llamado por los locales, dejemos a la prensa fuera de esto- monstruo verde. Su expansin ha llegado a mover, trasladar y rodear poblaciones enteras, cuyas vidas se reduce a trabajar la caa desde los ingenios para producir todos los productos que salen de esta. [3: Observatorio de Territorios tnicos, Poblaciones Negras en el Norte del Cauca, pg. 17] [4: ]

El impacto cultural no se hace esperar. Adems del evidente y poderoso Azcar! de Celia Cruz (para el caso cubano) o el olor a caa, tabaco y breva del Joe, toda la msica de la regin est envuelta en la temtica, como es el caso de los cantos tradiciones de la regin. Durante la salida tuvimos la oportunidad de or a Mama Leona, una de las cantadoras de la vieja guardia que, acompaada de su nieto, comenzaron con una cancin que en su primer verso afirmaba que:Yo vengo del Cauca Donde solo hay caaNo solo hay que dejar aqu el tema de la caa, pues uno de sus derivados ha sido el acompaante de las fiestas colombianas durante siglos: el Ron. Sin azcar el caf no queda completo, sin Ron no hay salsa y durante muchos aos, uno de los compaeros fieles de esta dupla fue la coca procesada; la cocana.Un permanente en la regin es la presencia de la hoja de coca, su uso como de acompaante jornalero se remonta a siglos. En Lerma especialmente se trat el tema de la hoja de coca, debido principalmente a dos motivos. Primero a la tradicin que hay del uso de la hoja de esta planta con fines energticos, acompaantes del trabajo y segundo por la implicacin que hubo del pueblo en la bonanza cocalera de la dcada del setenta. Segn nos contaban en una exposicin que se realiz con todo el grupo por parte de los lderes comunitarios, el pueblo ha usado la coca y la ha interiorizado tanto como smbolo propio que hace parte del escudo de la regin, un orgullo del macizo colombiano. Un orgullo manchado. El descubrimiento de la cocana a travs de la extraccin de un componente activo en esta hoja hizo que el pueblo se viera sumido en la violencia. Violencia que en un lapso de menos de una dcada dejara a un cuarto del pueblo diezmado por todos los excesos que llegan con la inclusin del pueblo en las redes de narcotrfico. El excedente de produccin del pueblo llevo a un aumento del consumo interno exponencial del consumo interno. El embale producido por la cocana, adems del ambiente propiciado por los expendios de licor crearon ambientes donde se desataba fcilmente violencia en una sociedad armada. El resultado fue la masacre auto-infringida. Entre la poblacin indgena que conocimos en Toribo logr identificar algunos usos que se le daban a esta planta. Por ejemplo, los medicinales se dieron fcilmente. Ante un caso de malestar estomacal le prepararon un agua de hoja de coca a una de las compaeras de viaje. No fue mucha la conversacin hasta revelarme que a veces para los dolores musculares preparaban aceite de marihuana, la eterna cosecha de la zona. Toribo al igual que los municipios montaeros vecinos estn rodeados por plantaciones de marihuana. Hidropnica, segn contaban. De invernadero con luz permanente y sistemas complejos de riego para lograr una mayor polinizacin de la planta. Algunos jvenes trataban el tema con cautela, se nota que el envolvimiento del narcotrfico en la zona es un tema sensible. Actores del conflicto tales como las FARC han tenido una fuerte presencia en el pueblo por pertenencia de algunos de estos campos que financian operativos enteros. A lo largo de la estada intent sacar informacin acerca del consumo o posibles hbitos respecto a las dos plantas, pero no encontr ms que ritos, respecto a la hoja de coca, y silencio frente al consumo de la marihuana. Hablan acerca de ella como algo ajeno, no como algo que haga parte de ellos. Reconocen los usos medicinales pero no dieron indicios del uso recreativo. Los dos temas salieron a la luz cuando llegamos a Villarrica. No hubo que esforzarse mucho para soltar lengua locales respecto al tema. El uso era muy comn, tanto de la marihuana (a base cotidiana) como la cocana, que la usaban ms en eventos o festividades. Segn contaban los jvenes de la regin, el panafricanismo los involucraba a la fuerza mayor, a la primera tierra. La planta solo era el medio para la conexin con lo ancestral. La infinita demanda proveniente de los montes cercanos dejaba en claro el alcance del consumo de los jvenes del pueblo. Se compraban por aproximadamente 100000 pesos una libra (500gr) de marihuana de calidad de exportacin -150k aprox. si uno no es residente-, la cual les duraba aproximadamente un mes a los 6 que se aliaban para comprarla. Al lograr entrar en confianza con algunos de los jvenes compradores les pregunt por la involucracin en el negocio. La respuesta no s hasta qu punto deseaban contarme todo lo que saban- era que la compraban por lo barata, efectivamente no disfrutaban saber que eran hojas cubiertas en sangre y que deseaban plantar algn da lo suyo. Definitivamente le mat el Mood con la pregunta. Los hice pensar en una de las aberraciones del mercado mundo: La recproca, permanente y global lavada de manos.Desde que Marx trato el concepto de enajenacin de la mercanca hemos visto como esto ha sido llevado al extremo. Nadie hace nada malo cuando va al mercado. Compra sus vveres en paz sin preguntarse que debi haber pasado para que eso estuviera a su alcance, y mucho menos el cmo. El azcar es un claro ejemplo de este proceso. Antes de vislumbrar al monstruo verde nadie siquiera se preguntaba mucho acerca del porqu de los precios del azcar. Es normal ha sido as toda la vida. Claramente el mercado mundo y la industrializacin forzada donde la mano de obra es barata -barata?, es enserio?- ha logrado que la ecuacin: sentimiento de propiedad del dolor es inversamente proporcional a lo cerca que ocurre el fenmeno. Por ejemplo, (y aqu invito al lector a realizar un ejercicio) mire la etiqueta de la ropa que est usando ahora mismo. Probablemente dir que es hecha en Bangladesh o China, a miles de kilmetros, donde lo que le ocurre a la gente que trabaja en estas fbricas le importa poco o nada mientras los precios sean bajos.Claramente los consumidores de estupefacientes tambin deciden no pensar mucho en el tema. Es el secreto de las pequeas grandes maldades del neoliberalismo. Ya sea plana ignorancia o una posible doble moral, nos es indiferente lo que ocurre detrs de los productos que consumimos, siempre y cuando estn disponibles. Ortiz lo viene planteando desde otra perspectiva, una que cabe rescatar. Como estos productos, con todo lo forzado que traen en su cultivo, manutencin y cosecha, logran definir la cotidianidad de una sociedad. De cmo, a pesar de todos los desastres del modelo econmico contemporneo, se da una posibilidad de reivindicacin gracias a la relacin hombre-producto. Hombre-Planta. Una relacin simbitica entre seres vivos, que adems de contemplar el cuidado de una especie, define el modo de relacionarse, alimentarse y comportarse de la otra. Se dan vida mutuamente. Bibliografa: Contrapunteo cubano del tabaco y del azcar. Ortiz, Fernando, 1940, Cuba. Poblaciones negras en el norte de Cauca. Contexto poltico y organizativo. Observatorio de Territorios tnicos, 2012, Bogot, Colombia. Caparros, Martn. El Hambre, 2014 ISBN: 978-84-339-6377-2