Construcción de proyecto de vida en los jóvenes. desafío para la formación

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Título: Construcción de proyecto de vida en los jóvenes: Desafío para la formación profesional. Autor: Paula Leiva Sandoval. Eje temático: I Tensiones en la disputa de proyectos societales en América latina: Sus implicancias para la educación superior, las Ciencias Sociales y el Trabajo Social. Universidad de pertenencia: Universidad Católica Silva Henríquez, Santiago, Chile. Correo: [email protected] Palabras clave: Juventud, Proyecto de Vida, Formación profesional. Resumen: La presente ponencia da cuenta de parte de los resultados investigación realizada, por los profesionales Carlos Oyarce, Nelson Segovia y Paula Leiva, en el marco de la Tesis de grado del Magister en Trabajo Social “Competencias para la Acción Socioeducativa” de la Universidad Tecnológica Metropolitana, de Chile. (Paula Leiva, 2009). Para recoger los aspectos más relevantes del discurso juvenil, se utilizó la metodología de análisis de la semántica estructural, la que permitió otorgar centralidad a los relatos juveniles, rescatando los anhelos y expectativas de futuro de los jóvenes. Lo anterior se plantea como desafío al mundo adulto, especialmente para aquellos que tienen un rol en el ambito de la educación superior y la formación profesional, de jóvenes que se encaminan a la concresión de su proyecto vital. Antecedentes: La sociedad actual presenta un acelerado proceso de cambio cultural que se aprecia, principalmente, en las nuevas formas de consumo, las nuevas tecnologías, los medios de comunicación, modificando aquellos valores y símbolos tradicionales con que las familias, personas y grupos, orientan su vida en sociedad. Esta transición cultural compleja, tiene también consecuencias en la construcción de las capacidades individuales y el modo en que las personas viven sus vidas y construyen sus proyectos de vida personal y social (Baeza, 2003). Estas transformaciones culturales también afectan de manera importante a los jóvenes, quienes se encuentran en una etapa vital de trascendentes definiciones, lo que plantea la necesidad de generar aproximaciones que permitan conocer más profundamente a la persona del joven, que frente a los profundos cambios sociales y económicos globales y expuesto a la presión de las expectativas y dificultades de su cotidianidad, se repliega a su espacio más íntimo para ir construyendo el rumbo de su vida. Frente a estos cambios es importante reconocer como se comportan los jóvenes, cuyas conductas presentan rasgos contradictorios (Sandoval, 2002), vistos desde el mundo de las instituciones y de los adultos, en campos tan diversos como la educación, el trabajo, la religión, la sexualidad, y la política, entre otros. En otras palabras, lo que los jóvenes hacen o cómo lo hacen no tiene relación con las expectativas que se tiene de ellos. Cada una de estas conductas juveniles, tiene un sustrato valórico que las fundamenta y las orienta, es decir, es en este ámbito donde se están generando los cambios más significativos actualmente, existiendo un conjunto de valores emergentes que guían y

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Título: Construcción de proyecto de vida en los jóvenes: Desafío para la formación profesional.

Autor: Paula Leiva Sandoval.Eje temático: I Tensiones en la disputa de proyectos societales en América latina: Sus implicancias para la educación superior, las Ciencias Sociales y el Trabajo Social.Universidad de pertenencia: Universidad Católica Silva Henríquez, Santiago, Chile.Correo: [email protected]

Palabras clave: Juventud, Proyecto de Vida, Formación profesional.

Resumen:La presente ponencia da cuenta de parte de los resultados investigación realizada, por los profesionales Carlos Oyarce, Nelson Segovia y Paula Leiva, en el marco de la Tesis de grado del Magister en Trabajo Social “Competencias para la Acción Socioeducativa” de la Universidad Tecnológica Metropolitana, de Chile. (Paula Leiva, 2009).

Para recoger los aspectos más relevantes del discurso juvenil, se utilizó la metodología de análisis de la semántica estructural, la que permitió otorgar centralidad a los relatos juveniles, rescatando los anhelos y expectativas de futuro de los jóvenes.

Lo anterior se plantea como desafío al mundo adulto, especialmente para aquellos que tienen un rol en el ambito de la educación superior y la formación profesional, de jóvenes que se encaminan a la concresión de su proyecto vital.

Antecedentes:

La sociedad actual presenta un acelerado proceso de cambio cultural que se aprecia, principalmente, en las nuevas formas de consumo, las nuevas tecnologías, los medios de comunicación, modificando aquellos valores y símbolos tradicionales con que las familias, personas y grupos, orientan su vida en sociedad. Esta transición cultural compleja, tiene también consecuencias en la construcción de las capacidades individuales y el modo en que las personas viven sus vidas y construyen sus proyectos de vida personal y social (Baeza, 2003).

Estas transformaciones culturales también afectan de manera importante a los jóvenes, quienes se encuentran en una etapa vital de trascendentes definiciones, lo que plantea la necesidad de generar aproximaciones que permitan conocer más profundamente a la persona del joven, que frente a los profundos cambios sociales y económicos globales y expuesto a la presión de las expectativas y dificultades de su cotidianidad, se repliega a su espacio más íntimo para ir construyendo el rumbo de su vida.

Frente a estos cambios es importante reconocer como se comportan los jóvenes, cuyas conductas presentan rasgos contradictorios (Sandoval, 2002), vistos desde el mundo de las instituciones y de los adultos, en campos tan diversos como la educación, el trabajo, la religión, la sexualidad, y la política, entre otros. En otras palabras, lo que los jóvenes hacen o cómo lo hacen no tiene relación con las expectativas que se tiene de ellos. Cada una de estas conductas juveniles, tiene un sustrato valórico que las fundamenta y las orienta, es decir, es en este ámbito donde se están generando los cambios más significativos actualmente, existiendo un conjunto de valores emergentes que guían y

fundamentan las actuales conductas juveniles, con lo cual se verifica un cambio de modelo cultural.

Los jóvenes tienen control sobre sí mismos y ponen sus capacidades orientadas a la construcción de un futuro, lo que denota una fuerte auto imagen, donde se apela principalmente a la fuerza interna de los sujetos. Sin embargo también se sabe, que esos jóvenes presentan varios problemas personales relevantes que los afectan como la falta de oportunidades laborales y el acceso a la educación (INJUV 2007).

Este contexto de cambio y transformación de los sentidos adscritos al proyecto vital evidencia un desplazamiento del eje movilizador; mientras en décadas pasadas, la orientación del proyecto de vida se enfocaba prioritariamente en la búsqueda de integración a una razón social, hoy día se dirige fundamentalmente a la realización mediante el logro personal, cambio que evidencia los procesos de individuación de nuestra sociedad (PNUD, 2002).

En esta realidad compleja, se debe reconocer, que a los jóvenes de hoy, les corresponde vivir en una sociedad donde ya no se avanza de acuerdo a patrones preestablecidos, sino que el sujeto se ve enfrentado a diversos caminos, lo que genera una permanente tensión. Hoy la juventud escoge entre diversos trayectos para llegar a un punto determinado, donde ya no se pueden reconocer caminos únicos.

Los jóvenes, en las últimas décadas, se han encontrado inmersos en un proceso caracterizado por el creciente dominio de la incertidumbre, de las posibilidades de adscripción a identidades colectivas, de las dinámicas de transformación de la familia y de la proyección y realización de las opciones laborales, entre otros.

Esta tensión a la que se enfrentan los jóvenes, los sitúa en un momento vital en la que la identidad personal y la representación de sí mismos se construyen en una compleja interacción entre su experiencia familiar, el sistema educativo y otros espacios de sociabilidad entre pares y con su entorno.

Lo anterior permite reconocer las formas de ser del sujeto joven, su formas de pensar y en la forma en que observan la etapa vital en que se encuentran como horizonte existencial, entre ser joven (presente) y hacerse adulto (futuro) (Zarzuri, 2007).

Este horizonte existencial corresponde al proyecto vital de las personas. El proyecto de vida -entendido desde la perspectiva psicológica y social- integra las direcciones y modos de acción fundamentales de la persona en el amplio contexto de su determinación por las relaciones entre la sociedad y el individuo. (D´Angelo, 1998)

De esta manera, la configuración, contenido y dirección del proyecto de vida, por su naturaleza, origen y destino están vinculados a la situación social y cultural del individuo, tanto en su expresión actual como en la perspectiva anticipada de los acontecimientos futuros, abiertos a la definición de su lugar y tareas en una determinada sociedad.

El proyecto de vida, precisamente, es la estructura general que encauzaría las direcciones de la personalidad en las diferentes áreas de la actividad y la vida social, de manera flexible y consistente, en una perspectiva temporal que organizan las principales aspiraciones y realizaciones actuales y futuras de la persona. En este sentido, la

construcción del futuro personal abarca todas las esferas de la vida, desde la sentimental-amorosa, la socio-política, la cultural-recreativa, hasta la profesional.

Como se mencionó anteriormente los Proyectos de Vida de los jóvenes se construyen dentro de un contexto. El cual está dado principalmente por la sociedad en su conjunto, con todos los elementos que la constituyen y que influyen positivamente o negativamente en la construcción de los proyectos personales, no sólo de los jóvenes, si no de la totalidad de las personas.

En tal sentido, es posible afirmar que la construcción del Proyecto de vida, no es un ejercicio privativo de la juventud, ya que los adultos a lo largo de su existencia, también deben revisar y replantear sus proyectos vitales. Sin embargo, es en la etapa juvenil, donde se sientan las bases de ese proyecto, es el momento en donde se toman las decisiones más importantes y que determinan en gran medida el rumbo de la existencia de la persona.

En la juventud, como en etapas previas, se van adquiriendo las destrezas sociales, que permitirán realizar un entrenamiento útil para el futuro desempeño como adulto. Esta madurez social, que se consolidará de manera fundamental con el ingreso al mundo laboral, permitirá al joven ubicarse y desplegar los deberes y derechos como adulto, ejerciendo al interior de la sociedad los roles propios de la adultez, como trabajador, ciudadano, cónyuge, etcétera.

Desde la perspectiva anterior, la juventud es una etapa de moratoria, en la que se vivencia la postergación de los roles de adulto, para obtener una mejor preparación para enfrentar el futuro.

Lo complejo en la actualidad, es cuando el joven enfrenta el mundo adulto, sin la debida preparación. Es decir, en una sociedad en donde se privilegia el individualismo y el consumo, la posibilidad de contar con espacios e instancias que permitan al joven analizar reflexivamente su vida y sus anhelos de futuro, son cada vez más escasas. Aquí cobra sentido el preguntarse, como desde el mundo adulto se acompaña el proceso de reflexión y se orienta a los jóvenes en la construcción de sus proyectos vitales, que le otorguen un sentido claro y definido a sus vidas. Especialmente en un contexto social que contribuye permanentemente a la sensación de ausencia de sentidos de vida personal y social y en el que no se observan proyectos colectivos de cambio social.

En diversos estudios de la realidad juvenil, que abordan los procesos de construcción de identidad y la construcción de proyectos vitales, es posible reconocer actores que son fundamentales en éste proceso, destacan a la familia en primer lugar, ya que ahí el joven adquiere pertenencia al grupo, se socializa y se produce la adquisición del lenguaje, hábitos y valores. Los pares, el barrio y la escuela son otros espacios básicos de la constitución de la identidad. Es en estas interacciones donde las y los jóvenes construirán su autoimagen, se representarán el futuro y actuarán las condiciones que favorecerán o afectarán las posibilidades de realizar sus expectativas.

Acercamiento a los Proyectos de vida juvenil:

Para acceder a los Proyectos de Vida de los jóvenes, el marco metodológico que orientó la investigación, se desarrolló con un enfoque cualitativo, de carácter exploratorio – descriptivo, desde una perspectiva fenomenológica, utilizando la Semántica Estructural

como método de análisis de los relatos surgidos en el estudio. Se otorgó un énfasis central al discurso de los actores y su visión de proceso, recogiendo los significados que los sujetos de la investigación asignan a su Proyecto de Vida.

La Investigación abordó las interpretaciones subjetivas, que se develaron en el relato oral o discursos, que los estudiantes expresaron respecto a su proyecto de vida personal, lo que contempló una recopilación de los discursos juveniles, a través de grupos de discusión y entrevistas en profundidad.

El material textual producido a través de las entrevistas en profundidad y los grupos de discusión, fue analizado con el método de la semántica estructural desarrollado por Greimas. Entre los conceptos que Greimas recoge y aplica en su modelo de análisis semántico, se encuentran aspectos centrales como los referidos al signo lingüístico, a su naturaleza y a sus relaciones con otros signos.

En todo proceso de representación simbólica interviene un sujeto sometido a reglas y leyes culturales, sociales y simbólicas, propias de su grupo de origen, de su clase, de su comunidad y de su entorno natural de vida.

Por lo anterior, tenemos a un sujeto (S) que se ubica frente a un objeto (O), el que – a su vez- está condicionado por otros sujetos (S`) que alteran sustancialmente sus características, en un medio ambiente dado.

Consecuente con lo anterior, se puede señalar que todo texto, como actualización de un modelo codificado, produce significado a través de la peculiaridad de la estructura de los actantes de su relato. De esta manera, la estructura actancial bajo la forma de “relato de búsqueda” con la cual se trabajó, es la siguiente:

OPONENTES TOTALIDAD REMITENTE

ALTERIDAD

SUJETO ACCIONES OBJETO VALOR

IDENTIDAD

AYUDANTES TOTALIDAD DESTINATARIO

En el esquema del relato de búsqueda el Sujeto (S), a partir de una carencia, de una necesidad y/o de una expectativa, emprende la búsqueda de un Objeto (O) que satisfará esa carencia, necesidad y/o expectativa. Este objeto surge de un proceso de comunicación que va desde un Remitente (Rem.), que es el productor simbólico del objeto, o proveedor de la competencia simbólica, para que efectúe el proceso de búsqueda, que envía al Objeto hacia un actante que es el Destinatario (Dest.)

En la trama del relato de esa búsqueda, el Sujeto se enfrenta a ciertas pruebas calificantes o descalificantes, los que podríamos llamar los límites que tiene para el logro

de sus expectativas. En ese contexto, el Sujeto se enfrenta a Adversarios u Oponentes (Op) y cuenta con ciertos ayudantes (Ay.) para conseguir sus fines. En el proceso de “relato de búsqueda”, el sujeto desarrolla una “identidad”, entendida como el conjunto de características específicas que le otorgan la individualidad al sujeto, diferenciándolo de los otros.

Al mismo tiempo, el sujeto (S) se enfrenta a un otro diferente, a un “alter” que en términos semánticos, es definido como “alteridad” del objeto, es decir, el hecho de ser otro, de reconocer la diferencia a través de rasgos característicos diferentes. La relación que se establece entre el Sujeto y su “alter” (entre Identidad y Alteridad) toma cuerpo en un contexto determinado, el que, en términos semióticos, lo hemos definido como “totalidad”.

Concluidos los análisis y descripciones de los relatos en torno a los proyectos de vida de los sujetos, según sus campos lexemáticos, a continuación se presenta la forma en que se constituyen los mundos de los proyectos de vida, a través de los relatos de los jóvenes consultados.

La estructura actancial de los relatos de búsqueda es la siguiente:

OPONENTENo tener proyectos

de Vida.No desear tenerlo.

Percibirlo como restricción vital.

Carencia de medios.

TOTALIDADUniversidad

REMITENTESociedad

chilena actual.

ALTERIDADFamilia.

Compañeros de Universidad.

Otros jóvenes.

SUJETOJoven estudiantes

de la UCSH.

ACCIONESVida Universitaria

Terminar los estudios.

(solo eso)

OBJETO VALOR

Ser Profesional

Universitario.

IDENTIDADJóvenes urbanos de

clase media, universitarios.

AYUDANTESPadres.

Escuela/Colegio.Profesores.

Amigos.

DESTINATARIOEllos mismos.

Familia

Centrando el análisis en aquello que se constituye para el joven como su objeto valor, podemos observar que para los jóvenes entrevistados el Ser Profesional Universitario es altamente valorado, lo que implicaría que los jóvenes están orientando sus acciones y sus perspectivas de futuro en éste aspecto.

Éste objeto valor es el producto de una demanda que es transversal a todos los grupos sociales, incluso cuando las condiciones socioeconómicas son muy precarias, ya que la Educación Superior es vista, por la sociedad y también por los jóvenes, como un medio concreto de movilidad social y se percibe como una verificación del éxito y el crecimiento personal.

En otras palabras, el acceso a mejores oportunidades de educación, es altamente valorado en las sociedades modernas, ya que esto posibilita la modificación del estatus adscrito de los individuos, determinado por el nacimiento. En nuestro país, el contar con un título profesional permite por ejemplo, acceder a mejores condiciones laborales, tanto en los sectores públicos como privados, observándose claras diferenciaciones en las oportunidades de ascenso laboral dependiendo del título profesional o técnico que se posea. El contar con un título profesional también otorga la posibilidad del ejercicio independiente de la profesión, actividad que cuenta con normativas específicas que la regulan. Así mismo, se abren al profesional universitario otras estructuras sociales como los gremios o agrupaciones profesionales, que amplían las redes sociales de quienes las integran.

Las acciones que este sujeto emprende para conseguir su objeto valor, es precisamente cumplir su proceso de formación en el tiempo determinado para su carrera desarrollando una vida universitaria que implica cumplir con las tareas académicas que se desprenden de la formación, asistir regularmente a clases, apropiarse de los contenidos específicos de la disciplina que se estudia, participar en las tareas grupales, incorporándose a la vida estudiantil, desarrollando la disciplina personal, cancelando regularmente su arancel mensual, acciones concretas que le permitirán conseguir su objeto que es no solo terminar sus estudios, sino que además conseguir el título universitario.

Para lograr su cometido, el joven cuenta con personas concretas que colaboran en este proceso. Según el relato de los jóvenes, estos ayudantes, estarían dados en un primer lugar por sus padres, quienes, los motivaron para estudiar, y en la mayoría de los casos, son quienes financian los estudios superiores y mantención de los jóvenes, brindando el apoyo económico necesario.

En otro lugar como ayudantes del logro del objeto, se ubica la Escuela o Colegio de origen, ya que la formación recibida en ese espacio, tanto en la enseñanza básica como la enseñanza media, es determinante, según relatan los jóvenes, al momento de acceder a la educación superior. Según los antecedentes revisados, efectivamente el prestigio del establecimiento educacional, de donde provengan los jóvenes, además de otros factores que favorecen el que la experiencia educativa sea significativa, como por ejemplo el vínculo que se establece entre el educador y alumno, este hecho es altamente influyente ya que contribuye entre otros factores a la autoestima, y a generar expectativas superiores de desarrollo personal.

Así cómo es posible reconocer ayudantes en el relato de los jóvenes, en cuanto a la consecución del objeto valor que es ser profesional, también es posible reconocer a los oponentes, es decir a aquello que impide o dificulta la obtención del objeto valor.

En un primer lugar, reconocemos como oponente, el hecho que los jóvenes manifiesten “no tener proyectos de vida, podríamos afirmar que estos jóvenes que no desean tener un proyecto de vida, podrían no estar interesados en planificar su proyecto vital, porque este ejercicio anticipatorio los enfrenta a un futuro que los adultos y la sociedad en su conjunto no los convence ni los invita. Ya que en el futuro se ubican las posibilidades tanto de inserción laboral como social y esta idea de inserción no es atrayente porque perciben que sus proyectos de vida podrían verse obstaculizados por condiciones socio-estructurales que afectan a algunos sectores de la población como impedimentos de pleno acceso a mejores oportunidades.

Frente a estas opiniones, podríamos afirmar, que a los y las jóvenes el tema del futuro, les preocupa ya que éste se presenta, en algunas ocasiones, como incierto e inestable. Esta percepción, poco esperanzadora del futuro, está en cierta forma influenciada por las señales que les llegan desde el mundo adulto.

De igual forma la carencia de medios, también se percibe como un oponente a la obtención del objeto valor, medios que entre otros se refieren a los económicos que son la capacidad de pagar los estudios, la mantención del estudiante, los gastos permanentes asociados al trabajo académico y todo aquello que aporta para continuar con los estudios.

Cuando se les consulta a los jóvenes sobre su proyecto vital, la mayoría está consciente de que el futuro no se puede improvisar. Están claros que cada una de las decisiones que tomen en esta etapa de la vida, tendrá efectos y consecuencias para su porvenir, y ese solo hecho los asusta. A tal punto que en ocasiones en posible visualizar en algunos jóvenes una negación, de no desear tener un proyecto de vida, porque ese ejercicio de planeación de la propia vida, implica para ellos tomar decisiones que aún no han reflexionado profundamente. Por lo tanto no quisieran correr el riesgo de proponerse algo que no puedan lograr, evitando así la sensación de fracaso que pudieran sentir en el futuro.

Las expectativas, vistas éstas como una suposición centrada en el futuro, vinculan al sujeto con la idea que tiene de su futuro, la cual se construye con los elementos provenientes de su socialización y su formación en los diversos ámbitos de la educación formal. En relación a las expectativas de futuro de los jóvenes, los estudios demuestran que éstas se centran principalmente en tres categorías. Estudio, trabajo y familia (Omar et.al, 2005).

En relación a lo último, la Educación Superior se constituye para los jóvenes, en una posibilidad de preparación para el mundo futuro y en un elemento favorecedor de la movilidad social, centrando sus expectativas, especialmente en el sentido de que el concluir la formación profesional, les abrirá una mayor cantidad de posibilidades de insertarse al mundo laboral, con mayores herramientas para desempeñarse de manera favorable.

No obstante, es necesario orientar a los jóvenes en cuanto a que hoy la educación se considera como una actividad continua, los trabajos son cada vez más inestables y múltiples en un mismo sujeto, por lo que la construcción y ajuste sucesivos de los proyectos de vida personal, suponen la superación positiva de conflictos cotidianos y

situaciones de crisis personal y social, inherentes al movimiento mismo de la vida y su dinámica. Se requiere una evaluación constante de los sucesos vitales y la toma de decisiones efectivas.

La Formación profesional orientada al Proyecto de Vida

La Educación Superior en Chile ha experimentado grandes cambios en las últimas décadas, el Informe del Consejo Asesor Presidencial (CAP, 2008) que fuera convocado por la Presidenta de la República para conocer la actual situación de la educación superior chilena.

El Informe en cuestión señala que nuestro país ha experimentado un triple proceso de crecimiento, diversificación y aumento de la oferta en educación superior. Observándose hoy un sistema cuya cobertura bruta se acerca ya al umbral del 40%, ampliándose, cada vez más, la matrícula de quienes se encuentran en edad de asistir a ese nivel educacional, y posee una plataforma institucional de oferta de índole mixta, pública y privada, que ofrecen miles de cupos a estudiantes en programas que van desde alternativas vocacionales y técnicas hasta el doctorado.

En otras palabras, Chile ha transitado desde un sistema de educación superior elitista y homogéneo, con financiamiento estatal en base a rentas generales, a uno masivo, diversificado y que se financia, ante todo, con recursos privados distribuidos mediante mecanismos de mercado.

El aumento de la cobertura ha permitido, hasta ahora en Chile, una mayor inclusión a la educación superior de sectores sociales históricamente excluidos; pero ese proceso no seguirá expandiéndose si la sociedad civil y especialmente el Estado, junto con asegurar la igualdad de oportunidades en el sistema escolar, no hacen mayores esfuerzos, que los que hasta ahora han desplegado, por remover las múltiples barreras de entrada y de permanencia que todavía existen en el sector para los jóvenes que se encuentran en posiciones sociales desventajadas.

Los jóvenes que logran acceder y que actualmente se encuentran en la Educación Superior, perciben éste tiempo de formación como una etapa preparatoria para el ingreso a la vida adulta, centrando sus esfuerzos en el desarrollo de sus potencialidades y en la búsqueda de espacios de crecimiento, todas acciones que les permitirán insertarse, en un futuro próximo, de mejor forma en la sociedad.

Este último aspecto se constituye en un desafío para quienes cumplen un rol formativo en la Educación Superior. Ya que requiere de profesionales que sean capaces de acompañar al joven en una etapa vital cargada de incertidumbre y tensión, y favorecer en él su capacidad reflexiva y su actuación en un mundo cambiante y complejo, que le desafiará continuamente a tener que replantear su proyecto vital y a adquirir mayores y mejores herramientas para insertarse de manera favorable a la sociedad.

Esto último implicaría que la formación profesional en el ámbito de la educación superior, se constituya en una instancia que entregue al joven elementos orientadores

concretos de connotación ética y valórica, que le permitan construir su proyecto vital, trascendiendo la sola idea de la adquisición de bienes materiales, venciendo la tentadora seducción de la sociedad centrada en el consumo, modificando la idea de éxito personal vinculado a la acumulación material.

Referencias bibliográficas:

Baeza, Jorge (Marzo de 2003). Culturas Juveniles: acercamiento bibliográfico. Biblioteca virtual de la CLACSO. http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/chile/ceju/culturas.pdf

CAP (2008) Informe de la actual situación de la educación superior de Chile del Consejo Asesor Presidencial. Presidencia de la República de Chile.

D´Angelo, O. (1998) Proyecto de Vida como categoría básica de interpretación de la Identidad Individual y Social. Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas.: www.clacso.org Recuperado el 16 de Junio de 2008.

INJUV. (2007). Instituto Nacional de la Juventud, V Encuesta Nacional de Juventud. Santiago, Chile.

Omar Alicia, Uribe Hugo, Aguiar Marcos, Soares Milton (2005). Perspectivas de Futuro y Búsqueda de Sensaciones en jóvenes estudiantes. Un estudio entre Argentina y Brasil. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos. Vol.XXXV Año 1-2 centro de estudios Distrito Federal, México.

PNUD(2002). Desarrollo Humano en Chile.Nosotros los chilenos:un desafío cultural.http://www.desarrollohumano.cl/textos/sin2002/sinopsis.pdf . Recuperado el 15 de agosto del 2008.

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Leiva, Paula, C. O. (2009). Proyecto de Vida en Jóvenes: Un estudio de caso. Tesis para optar al título de Magister en Trabajo Social: Competencias para la acción socieducativa. Universidad Tecnológica Metropolitana UTEM, Santiago, Chile. No publicada.

Zarzuri Cortés, Raúl (2007) Construcción de Identidad y Orientaciones para el Proyecto de Vida, Comentarios a los Resultados de la V Encuesta Nacional de Juventud. Instituto Nacional de la Juventud,