“CONOCIENDO A DIOS EN CRISTO” -...

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ESTUDIOS BÍBLICOS PARA LA SEMANA DE EVANGELISMO “CONOCIENDO A DIOS EN CRISTO”

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ESTUDIOS BÍBLICOSP A R A L A S E M A N A D E E V A N G E L I S M O

Dpto. de Evangelismo UP

“CONOCIENDO A DIOS EN CRISTO”

ÍNDICEUNA CARTA PARA TI ..............................................................................................3

UN DIOS PARA TI .................................................................................................. 6

ESTOY PARA TI ...................................................................................................... 9

VENCIÓ POR TI ....................................................................................................14

SUFRIÓ POR TI .....................................................................................................19

MURIÓ POR TI .................................................................................................... 22

REPOSANDO POR TI .......................................................................................... 25

VIVE POR TI.......................................................................................................... 28

Esta serie de Estudios Bíblicos ha sido elaborada por el Departamento de Obra misionera de la Union Peruana. Director:Pastor Victor Carbajal Hurtado

Diseño y diagramación:Publicaciones AsdimorMarzo, 2017

INTRODUCCIÓN: IMPARTIENDO CONFIANZA

Este es el momento que como iglesia unamos nuestro esfuerzo y nos coloquemos en las manos de Dios para hacer nuestra parte en la evangelización. Nuestro Dios tiene una consideración muy especial por nosotros y nos ha llamado para que anunciemos su verdad. (1Pe.2:9).

La verdad debe proclamarse a toda tribu, lengua y pueblo. Ha llegado el momento de llevar a una obra mucho más agresiva en las ciudades y en todos los campos descuidados donde no se ha trabajado. Evangelismo. p.48

Esta semana de evangelización inicia el domingo 09 de abril y termina el domingo 16 de abril. Se ha elaborado estos bosquejos de conferencias para ayudar a los directores de obra misionera y laicos a realizar sus programas de evangelización en diferentes lugares: los grupos pequeños organizados en la iglesia debemos trabajar en los hogares, barrios, salones o al aire libre y que cada hermano que tenga la capacidad de predicar pueda unirse con otros para integrar a la iglesia en la obra misionera.

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UNA CARTA PARA TI

I. INTRODUCCIÓN

La Biblia era considerada como la base de la fe, la fuente de la sabiduría y la carta magna de la libertad. Sus principios se enseñaban cuidadosamente en los hogares, en las escuelas y en las iglesias, y sus frutos se hicieron manifi estos, en inteligencia, en pureza, en templanza y en principios y valores cristianos. CS.341. Dios se había propuesto que la Biblia fuese un libro de instrucción para toda la humanidad en la niñez, en la juventud y en la edad adulta, y que fuese estudiada en todo tiempo. Dio su Palabra a los hombres como una revelación de sí mismo. Cada verdad que vamos descubriendo es una nueva revelación del carácter de su Autor. El estudio de las Sagradas Escrituras es el medio divinamente instituido para poner a los hombres en comunión más estrecha con su Creador y para darles a conocer más claramente su voluntad. Es el medio de comunicación

entre Dios y el hombre. CS. 75

II. INTERRUPCIÓN

¿Quién puede medir o anticipar el don de Dios? Por las edades, el pecado... interrumpió el fl ujo divino de la benevolencia hacia el hombre, pero la misericordia y el gran amor manifestados a la raza caída no han cesado de acumularse… Alza tus Ojos 362.

Víctor Carbajal H.

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Es así como fue necesario que el Señor inspirara por el Espíritu Santo, a hombres creyentes y entregados al servicio del Maestro de todos los tiempos, a ser depositarios de los misterios y voluntad divinas. “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. 2Tim.3.16, 17.

Verdaderamente es sorprendente que el Creador de todos los mundos, haya confiado sus designios y todo lo necesario para salvar al hombre de sus pecados, con los mismos seres humanos pecaminosos (Sant.5.17-18), es honroso para los humanos sin merecerlo las siguientes palabras: “Porque no hará nada Jehová, el Señor, sin revelar su secreto a sus siervos los profetas.” “Si el Señor hubiera visto que los ángeles, que son seres perfectos, podrían realizar una obra más efectiva que los hombres en favor de la raza caída, se la habría encargado a ellos. En lugar de eso, envió la ayuda necesaria por intermedio de mortales, pobres, débiles y errantes, quienes, al padecer debilidades similares a las de sus prójimos, están mejor preparados para ayudarles”. Exaltad a Jesús 220.

III. ¿QUÉ HACER CON ESTA CARTA?

Dios siente desagrado hacia los que son demasiado descuidados o indolentes, hasta el punto de no llegar a ser obreros eficientes y bien informados. Los cristianos debieran poseer más inteligencia y un discernimiento más agudo que los mundanos.

El estudio de la Palabra de Dios expande constantemente la mente y fortalece el intelecto. No hay nada que refine y eleve más el carácter y dé más vigor a toda facultad, como el ejercicio continuo de la mente para captar y comprender graves e importantes verdades. { CSI 254 } “Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”. (Heb.4.12).

El apóstol Pablo recomienda a los jóvenes especialmente y a todo creyente, a leer las Sagradas Escrituras: “Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza”. (1Tim.4.13).

Es sencillo entender esto, porque como necesitamos de un desayuno, almuerzo y cena cada día, es imprescindible la lectura y estudio con oración de la Biblia con el fin de nutrirnos y entender lo que Dios tiene para nosotros.

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IV. REFLEXIÓN FINAL

Prestemos interesada y vital atención a la siguiente advertencia y prevención: “Bien sabe Satanás que todos aquellos a quienes pueda inducir a descuidar la oración y el estudio de las Sagradas Escrituras serán vencidos por sus ataques”. (CS. Cap-33. 511). Ahora admira lo que escribió una mujer que comprobó y experimentó el valor e importancia del estudio y lectura del sagrado volumen:

“Libro mío, libro en cualquier tiempo y en cualquier hora, bueno y amigo para mi corazón, fuerte, poderoso compañero. Tú me has enseñado la fuerte belleza y el sencillo candor, la verdad sencilla y terrible en breves cantos. Mis mejores compañeros no han sido gente de mi tiempo, han sido los que tú me diste: David, Ruth, Job, Raquel y María. Con los míos, éstos son toda mi gente, los que rondan en mi corazón y en mis oraciones, los que me ayudan a padecer y a amar . . . ¿Cuántas veces me habéis confortado? Tantas como estuve con la cara en la tierra. ¿Cuándo acudí a ti en vano, libro de los hombres, único libro de los hombres? Por David amé el canto mecedor de la amargura humana. En el “Eclesiastés” hallé mi viejo gemido de la vanidad de la vida, y tan mío ha llegado a ser vuestro acento, que ya no sé cuándo digo mi queja y cuándo repito solamente la de vuestros varones de dolor y arrepentimiento. Nunca me fatigaste como los poemas de los hombres. Siempre me eres fresco, recién conocido, como la hierba de julio, y tu sinceridad es la única en que no hallo cualquier día pliegue, mancha disimulada de mentira. Tu desnudez asusta a los hipócritas y tu pureza es odiosa a los libertinos, y yo te amo todo, desde el nardo de la parábola hasta el adjetivo crudo de los números. Los sabios te parten con torpes instrumentos de lógica para negarte, yo me he sentado a amarte para siempre y apacentar con tus acentos mi corazón por todos los días que me deje mi Dueño mirar su luz.

GABRIELA MISTRAL, poetisa chilena, Premio Nóbel de Literatura.

Que el Señor permita obtener una semejante experiencia con la investigación de la Palabra de Dios y transmitir a los nuestros y demás semejantes. Amén

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UN DIOS PARA TI

I. INTRODUCCIÓN

Sin lugar a dudas la existencia de un Dios y Creador esta impreso en la vida, obra y esencia de todo ser vivo, especialmente del hombre por cuanto responde con mayor evidencia al rigor racional de él mismo, en desear saber la “identidad existencial”. El ser humano es por naturaleza religioso, todas las culturas sin excepción lo atestigua. Se necesita mayor fe para aceptar las

teorías evolucionistas que confi ar en el registro bíblico: “

En el principio creó Dios los cielos y la tierra…” “El hombre ha quedado sin excusa. Dios le ha dejado sufi cientes evidencias sobre las cuales basar su fe, si tiene la voluntad de creer. En los últimos días la tierra se verá casi completamente destituida de la fe verdadera. La Palabra de Dios se considerará indigna de confi anza bajo el menor pretexto, mientras que se aceptará el razonamiento humano, aunque éste contradiga directamente las realidades claras de la Escritura. Los hombres se esforzarán por explicar la obra de la creación como resultado de causas naturales, algo que Dios nunca ha revelado. Pero la ciencia humana no puede escudriñar los secretos del Dios del cielo ni explicar las obras estupendas de la creación, que no

Víctor Carbajal H.

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son sino un milagro del poder del Altísimo, como también son incapaces de explicar cómo llegó Dios a la existencia.” { EJ 53.4} Honor y gloria para siempre al Rey eterno, al inmortal, invisible y único Dios! Amén. Tim.1.17; Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Jn.17.3

II. SI ÉL NO EXISTIERA

Si fuera solo un invento del hombre, porqué refugiarse en algo que nosotros mismos lo hemos creado engañándonos creyendo que es superior a nosotros. Millones de personas han experimentado verdaderas evidencias de fe en la enfermedad, muerte, cárceles, peligros, etc. El hombre no sabe ¿de dónde venimos? y menos aún saber ¿qué hacemos aquí? y finalmente ¿hacia dónde vamos? Bastaría levantar nuestras cabezas y contemplar el firmamento, ¡las maravillas! ¿por qué? Sencillo, un pensamiento bíblico: “Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos”. Sal.19.1. Las leyes que rigen los astros, planetas y satélites, la naturaleza, como el mar, los ríos, la vegetación, los animales, son abrumadores razones que convencen a las mentes más lúcidas, que hay orden, precisión matemática, lógica, inteligencia, todo con un verdadero fin: hacer feliz a los seres humanos, para que vivan, y que no les falte nada, pero somos nosotros los que hemos atrofiado a la creación, haciéndola insana o deteriorarla por nuestro egoísmo. Nada existe por lo fortuito, la casualidad, el azar, por el destino, coincidencia, suerte o algo parecido, todo obedece a una inteligencia sobrenatural e infinita. ¡Gracias a Dios!

“La ciencia humana jamás podrá explicar el portento de sus obras. Dios ordenó que hombres, animales y árboles, varias veces más grandes que los que habitan la tierra en la actualidad, así como otras cosas, quedaran sepultados debajo de la tierra en ocasión del diluvio y fueran así preservados como evidencia para los seres humanos de que los habitantes del mundo perecieron mediante un diluvio. Dios decidió que el descubrimiento de estas cosas en la tierra contribuyera a establecer la fe de los hombres en la historia inspirada. Pero los seres humanos, mediante sus vanos razonamientos, utilizan equivocadamente estas cosas que Dios preparó con el fin de inducirlos a exaltarlo a él”.—Spiritual Gifts 3:94-96. EJ 53.5

III. SÍ, ÉL EXISTE

“El mundo, aunque caído, no es todo tristeza y miseria. En la naturaleza misma hay mensajes de esperanza y consuelo. Hay flores en los cardos, y las espinas están cubiertas de rosas. { CC 9.3 } “Dios es amor” está escrito en cada capullo de flor que se abre, en cada tallo

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de la naciente hierba. Los hermosos pájaros que con sus preciosos cantos llenan el aire de melodías, las flores exquisitamente matizadas que en su perfección lo perfuman, los elevados árboles del bosque con su rico follaje de viviente verdor, todos atestiguan el tierno y paternal cuidado de nuestro Dios y su deseo de hacer felices a sus hijos. { CC 10.1 }.

Reflexiona en los siguientes pensamientos milenarios: “Así como tú no sabes cuál es el camino del viento ni cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así también ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas”.(Ecle.11.5); “Todos los ríos van al mar, pero el mar no se llena. Al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo”. Ecle.1.7; “Y por el vestido, ¿por qué os angustiáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos”. (Mat.6.28, 29).

Amigo y hermano, piensa y reflexiona en los valores, los principios, el amor, la justicia, la misericordia, la honradez, la armonía, la confianza, la sinceridad, la verdad, ¿evolucionaron? Y que diríamos en los animales que pensamos son salvajes, y muchos altamente peligrosos, sin embargo como cuidan a sus hijos aun a riesgo de perder sus vidas. Y que decir de las etapas en el desarrollo de todo hombre y mujer, de ser un bebé, un infante, niño, adolescente, joven, adulto y anciano, todo sincronizado , porque es regido por leyes, asi como los que rigen a nuestro sistema solar y todos los mundos en el vasto universo de Dios.

IV. REFLEXIÓN

El amor divino desbordó de evidencia y manifestación en la persona y obra de JESUS. He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Juan 1:29. Al hombre caído le fue revelado el plan de infinito sacrificio por el cual se lograría la salvación. Nada sino la muerte del amado Hijo de Dios podía expiar el pecado del hombre, y Adán se maravilló por la bondad de Dios al proporcionar tal rescate por el pecador. Por el amor de Dios, una estrella de esperanza iluminó el terrible futuro que se extendía delante del transgresor. Mediante el establecimiento de un sistema simbólico de sacrificios y ofrendas, la muerte de Cristo había de estar siempre delante del hombre culpable, para que pudiera comprender mejor la naturaleza del pecado, los resultados de la transgresión y el mérito de la ofrenda divina. Si no hubiese habido pecado, el hombre no hubiera conocido nunca la muerte. Pero en la víctima inocente sacrificada por su propia mano, contemplaba los frutos del pecado: la muerte del Hijo de Dios en su lugar... (AFC 19.3)

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ESTOY PARA TI

INTRODUCCIÓN

Como cristianos en nuestro testimonio personal podemos decir que un momento de nuestra vida tuvimos que hacer esta confesión: “Jesucristo es el Hijo del Dios viviente” y que él está para nosotros como nuestro Creador; como nuestro proveedor y

sustentador; y es nuestro salvador:

I. JESÚS ES MI CREADOR

Jesús en la creación. Apocalipsis 21:6 dice: “Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed le daré de beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida.” No hay otro Principio, no fue el big bang, ni ninguna explosión que trajo un mundo ordenado de la nada. Sólo es el Todopoderoso Creador que dijo y fue hecho el mundo. Hechos 17:24 dice: “El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra.”

Colosenses 1:16 dice “Porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él”.

Rosas Calderón B.

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Jesús el Creador de todo lo que vemos, oímos, olemos, gustamos, sentimos y percibimos, tanto de lo visible como lo invisible. ¡Él es el Creador de todo! Jesús el Creador también “sostiene todas las cosas con su palabra poderosa”. (Hebreos 1:3).

“… Nuestro Creador es Jesucristo. Él es el autor de nuestro ser. Él ha creado la estructura humana. Es el autor de las leyes físicas, así como es el autor de la ley moral.” (CRA 49.3).

Jesús es Dios encarnado. Dios vino a la tierra en la persona de Jesús. Filipenses 2:7 dice: “… se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos”. Dios, el Creador de todas las cosas, el Rey del universo tomó forma de siervo en un cuerpo humano. Él se vistió así mismo con piel humana y vino a vivir entre nosotros. Dios se convirtió en carne y hueso. Nunca hubo un momento en que Jesús no fuera Dios.

La alegría más grande que debe llenar al universo, es que en la tierra lo tuvimos viviendo entre nosotros, al mismo creador del universo; por tal motivo que nuestra confianza en él, debe ser firme, segura y saber que él nunca abandonó a sus criaturas.

II. JESÚS ES MI SUSTENTADOR

Es verdad que hay muchos aun científicos que son desagradecidos de Dios que no reconocen que gracias a Él es la existencia humana, esto queda ilustrado en el siguiente suceso ocurrido hace dos milenios durante el ministerio de Jesús. En el capítulo diecisiete del Evangelio de Lucas, leemos cómo Jesús encuentra a diez leprosos. Les dice que vayan con los sacerdotes y son sanados. Sin embargo, sólo uno regresa y se tira agradecido a los pies de Jesús, alabando a Dios. Aunque la curación milagrosa es importante en esta historia, hay otra lección igualmente significativa en las diferentes reacciones de quienes fueron sanados.

“No es debido a algún poder inherente a la naturaleza que año tras año la tierra produce generosamente y el mundo conserva su continua marcha alrededor del Sol. La mano de un poder infinito está guiando perpetuamente este planeta” (Comentarios de Elena G. White, 8TI 271.1)

Desde que se realizó la creación Dios nunca la abandono, Él la sustenta mediante las leyes establecidas, toda la creación en su complejidad es la evidencia de la mano sustentadora de Dios.

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“el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”, (Hebreos 1:3)

“No es por un poder inherente por lo que año tras año produce la tierra sus frutos y sigue en su derrotero alrededor del sol. La mano de Dios guía a los planetas y los mantiene en posición en su marcha ordenada a través de los cielos. Es su poder el que hace que el verano y el invierno, el tiempo de sembrar y de recoger, el día y la noche se sigan uno a otro en sucesión regular. Es por su palabra como florece la vegetación, y como aparecen las hojas y las flores llenas de lozanía. Todo lo bueno que tenemos, cada rayo del sol y cada lluvia, cada bocado de alimento, cada momento de la vida, es un regalo de amor”. (DMJ 65.2)

“El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” (Juan 10:10, 11)

Elena G. White dice: “Él realiza su obra por medio de las leyes y atributos de sus instrumentos, y la naturaleza obedece a un ´Así dice el Señor`” (Testimonios para la Iglesia, 186). “Toda la naturaleza no hace nada más que obrar dentro de las leyes que él mismo estableció, una manifestación de su voluntad soberana” (Manuscript Releases, v.3, p. 342). Todos ellos esperan en ti, para que les des su comida a su tiempo. Sal 104: 27

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. (Mateo 11:28)

“Sin embargo, los hombres de ciencia creen que ellos pueden comprender la sabiduría de Dios, lo que él ha hecho y lo que puede hacer. Se ha generalizado mucho la idea de que Dios está restringido por sus propias leyes. Los hombres niegan o pasan por alto su existencia o piensan que pueden explicarlo todo, aun la acción de su Espíritu sobre el corazón humano; y ya no reverencian su nombre ni temen su poder. No comprendiendo las leyes de Dios ni el poder infinito de él para hacer efectiva su voluntad mediante ellas, no creen en lo sobrenatural. Comúnmente, la expresión ‘leyes de la naturaleza’ abarca lo que el hombre ha podido descubrir acerca de las leyes que gobiernan el mundo físico; pero ¡cuán limitada es la sabiduría del hombre, y cuán vasto el campo en el cual el Creador puede obrar, en armonía con sus propias leyes, y sin embargo, enteramente más allá de la comprensión de los seres finitos!” (PP 106).

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El hombre y toda la naturaleza está bajo el control de nuestro Dios, si hay alguna situación difícil que estamos pasando, no pensemos que Dios nos ha abandonado él siempre está a nuestro lado, conoce nuestras necesidades y él sabe lo que es mejor para nosotros.

III. JESÚS ES MI SALVADOR

Leamos en este momento en Isaías 46:9 Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, Isa 46:10 que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; Isa 46:11 que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré Isa 46:12 Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia: Isa 46:13 Haré que se acerque mi justicia; no se alejará, y mi salvación no se detendrá. Y pondré salvación en Sion, y mi gloria en Israel.

Dios todavía continúa llamándonos y advirtiéndonos, que su salvación no se detendrá, y que su salvación, esta puesta en Sion, y su gloria en Israel, y la gloria que proviene de Israel es Jesucristo, él es la gloria de Dios revelada a nosotros para darnos salvación, verdadera y única porque él es Dios. Y está muy interesado en los corazones duros, así como él nos salvó en la Cruz y que además está en el cielo mismo, en el lugar santísimo por nosotros, quiere cambiar ese corazón duro como piedra él quiere hacerlo un corazón dócil, Ezequiel 36:26-27 dice os daré corazón de carne.

“Hemos de aceptar a Cristo como a nuestro Salvador personal, y él nos imputa la justicia de Dios en Cristo. Repitamos y hagamos resaltar la verdad que ha descrito Juan: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados”. 1 Juan 4:10. (1MS 449.2)

Isa 45:21 Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. Isa 45:22 Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más. Isa 45:23 Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua. Isa 45:24 Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados.

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Deseo que escuchemos esta poderosa declaración del Apóstol Pedro: “Hch 4:10 sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. Hch 4:11. Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Hch 4:12. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”

En San Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Jesucristo es nuestro salvador, fuera de él estamos en peligro, la invitación a todos es que acudamos tan pronto podamos, nos salvó no por nuestras obras sino por su pura misericordia y quiere que te rindas a él, quiere realizar un cambio en tu vida y solo él lo puede hacer.

CONCLUSIÓN

Amigo o amiga que estás escuchando o leyendo este mensaje, te pregunto en forma personal: ¿Cómo está tu vida? ¿Quién es tu Señor? ¿Quieres cambiar tu vida? Si no tienes respuestas a estas preguntas, permite que Dios te ilumine y acepta a Jesucristo como tu Señor y Salvador. Entonces tus labios podrán pronunciar al igual que el apóstol Pedro: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Desde ese momento tu vida cambiará y tendrás bendiciones que sólo Dios te dará si permaneces fiel y obediente a Su palabra. Que el Señor te ilumine y te de fuerzas para tener el coraje de tomar esta decisión de ser uno más de sus discípulos contemporáneos, ahora y no mañana. Amén.

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VENCIÓ POR TI

INTRODUCCIÓN

Jesucristo nuestro salvador, se ofreció voluntariamente colocarse como fi ador del hombre, decidió cargar la culpa del hombre y vivir como hombre en esta tierra, luchando con las vicisitudes de la humanidad y llegar hasta la Cruz, y es allí donde ganó la lucha y obtuvo la victoria para el ser humano, por eso en este estudio veremos a través de la biblia lo que hizo Jesús para vencer por ti.

I. JESÚS CARGÓ MI CULPA

Jesús pronuncio lo siguiente: “La copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?” (Juan 18:11). Él tenía que cargar nuestra culpa. Y él Apóstol Pedro nos informa: “Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero… y por cuya herida fuisteis sanados” (1.ª Pedro 2:24)

“Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba,

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sino encomendaba la causa al que juzga justamente” (1.ª Pedro 2:21-23). El Apóstol Pedro aquí nos presenta la gran obra que realizó Cristo en la Cruz, es allí donde cargo la culpa del pecador, allí pago con su sacrificio la culpa que merecía el hombre pecador. “…esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo” (Hebreos 7:27) “Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos” (Hebreos 9:28). “Hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)” (Gálatas 3:13). “Cristo murió por nuestros pecados” (1.ª Corintios 15:3).Fuimos rescatados “con la sangre preciosa de Cristo” (1.ª Pedro 1:18-19).

“¡Miradlo en el desierto, en el Getsemaní, sobre la cruz! El Hijo inmaculado de Dios tomó sobre sí la carga del pecado. El que había sido uno con Dios sintió en su alma la terrible separación que el pecado crea entre Dios y el hombre. Esto arrancó de sus labios el angustioso clamor: “¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿por qué me has desamparado?”. Fue la carga del pecado, el reconocimiento de su terrible enormidad y de la separación que causa entre el alma y Dios, lo que quebrantó el corazón del Hijo de Dios.” (CC 13.1)

“Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre” (Apocalipsis 1:5). El apóstol Pablo no se glorió en Getsemaní, sino en la cruz de Cristo (Gálatas 6:14). No predicó el huerto de Getsemaní, sino la cruz (1.ª Corintios 1:18; 2:2). El apóstol Pedro no enseñó que Cristo llevó nuestros pecados en su propio cuerpo «en el huerto de Getsemaní», sino “sobre el madero” (1.ª Pedro 2:24).

“El peso de la culpabilidad de todos los pecados cargó sobre el alma divina del Redentor del mundo. Los malos pensamientos, las malas palabras, los malos actos de cada hijo e hija de Adán demandaron una paga que recayó sobre Cristo, pues se había convertido en el sustituto del hombre. Aunque no era suya la culpa del pecado, su espíritu fue desgarrado y magullado por las transgresiones de los hombres, y Aquel que no conoció pecado llegó a ser pecado por nosotros para que pudiéramos ser justicia de Dios en él.” (1MS 378.1)

II. JESÚS LUCHÓ POR MI

“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado por el Espíritu;” (1.ª Pedro 3:18).

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El énfasis de Isaías 53 radica, no en lo que los romanos le infligieron a Jesús, sino en lo que Dios le hizo. El v. 4 dice: “y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido”, aun cuando sabemos que en el proceso los romanos sirvieron de instrumento. A pesar de esto, Isaías 53 hace hincapié en el hecho de que fue quebrantado (lit.: “magullado”) por Jehová (v. 10). El énfasis de Isaías 53, pues, estriba en lo que Dios le hizo (véase el v. 6: “Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”). El v. 5 dice que él fue “herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados”.

Éste es el mismo contexto de la última parte de Isaías 53:5 donde dice que “por su llaga (lit.: ‘magulladuras’) en referencia al castigo infligido sobre él por Dios cuando fue castigado como nuestro Sustituto. Y al final del versículo de 1.ª Pedro 2:24 se confirma también lo mismo cuando Pedro cita la frase de Isaías: “y por cuya herida fuisteis sanados”. Y este mismo versículo es más que claro al declarar formalmente que Cristo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero (la cruz).

Las cuestiones del pecado y de la culpa nunca han tenido una solución definitiva en muchas conciencias. La encarnación fue un evento maravilloso y bello: que el eterno Hijo de Dios, el unigénito Hijo del Padre, haya tenido que ser hecho bebé, y haya sido puesto en un pesebre de un mesón. ¡Qué contraste entre la gloria de la que salió, y el lugar que el hombre le asignó! Dios y el cielo pudieron expresar sus delicias en Él entonces y allí, en ese humilde lugar, y también sentirlo (Lucas 2:8-14). Pero el hecho de llevar nuestros pecados en su propio cuerpo, no tuvo lugar en la cuna, sino en la cruz, y en la cruz solamente.

De nuevo, ¡qué contraste (¿y quién jamás sintió esto como Él lo sintió?) entre él como la simiente de la mujer y la raza humana a quien él había venido! ¡Qué contraste entre Él personal e individualmente, y la casa de Israel, “los suyos”, a quienes había venido! No sólo era “Dios manifestado en carne”, sino “el Santo Ser” nacido de la virgen: “santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores”, “aparte del pecado”; y, sin embargo, voluntariamente entre hombres pecadores y en medio del Israel culpable: la inmaculada simiente de la mujer, el Rey de Israel en su santidad. Esto trajo aparejados sufrimientos. Así, una vez que emprendió el servicio, sufrió constante persecución por causa de la justicia y tomó conciencia de que no había nadie que fuera capaz de simpatizar con él, y de que el hombre caído no daba la bienvenida a la gracia de la que él era mensajero. Tuvo que soportar padecimientos a manos del mundo y del hombre. Pero aun todo eso, sin embargo, no era el abandono de Dios. En ninguna de estas experiencias —ni al verse constreñido cuando su alma se volvió hacia su venidero «bautismo», ni cuando, en el huerto de Getsemaní, su alma

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penetró en las escenas que luego fueron puestas inmediatamente ante él— estuvo presente aquello que tuvo lugar en el momento que exclamó: “Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?”. En esta ocasión singular, Cristo, como siempre, fue asimismo perfecto; aun cuando fue abandonado por Dios, él no abandonaría ni abandonó a Dios. Nunca Dios ni el cielo vieron resplandecer de él la perfección como allí y entonces, cuando su obediencia alcanzó la cúspide, “haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:8). Pero aun cuando el cielo —en Su sumisión bajo el abandono, por causa de los demás— halló sus delicias en Él (porque era la revelación de Dios como el Dios-Salvador), no hubo, ni podía haber (sólo porque se trataba de abandono por el pecado, por nuestro pecado, que él tuvo que soportar) ninguna expresión de aprobación, NADA SINO ABANDONO.

“Jesús … En cumplimiento del propósito celestial, se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. No había tenido ninguna comunión con el pecado no lo había conocido en absoluto, pero vino a este mundo, y tomó sobre su vida inmaculada la culpa del hombre pecador para que los pecadores pudieran estar justificados delante de Dios. Luchó contra la tentación venciendo en favor de nosotros. El Hijo de Dios, puro e incontaminado, llevó la penalidad de la transgresión, y recibió el golpe de muerte que trajo liberación a la humanidad.” (CE 79.2)

III. JESÚS GANÓ LA VICTORIA

No veo cómo un pecador puede hallar descanso hasta no haber aprendido algo de aquello que es distintivamente peculiar del Calvario; hasta no haber aprendido que, entonces y allí, en la cruz, hubo una copa que el Señor bebió, en obediente sumisión a Dios; una copa de ira debida solamente a nosotros, sobrellevada por Cristo en el Calvario. El único lugar al cual debemos acudir cuando se suscita en nuestra conciencia la cuestión acerca del pecado o de la culpa, o de los pecados, (de la familia humana,) , es al Calvario, y al Señor allí, clamando: “Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?”

“La cruz de Cristo será la ciencia y el canto de los redimidos durante toda la eternidad. En el Cristo glorificado, contemplarán al Cristo crucificado. Nunca olvidarán que Aquel cuyo poder creó los mundos innumerables y los sostiene a través de la inmensidad del espacio, el Amado de Dios, la Majestad del cielo, Aquel a quien los querubines y los serafines resplandecientes se deleitan en adorar se humilló para levantar al hombre caído; que llevó la culpa y el oprobio del pecado, y sintió el ocultamiento del rostro de su Padre, hasta que la maldición de un mundo perdido quebrantó su corazón y le arrancó la vida en la cruz del Calvario.” (CI 106.3)}

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Él es nuestra garantía en nuestro juicio en el lugar santísimo, la victoria en la cruz es la garantía de sus 33 años de vida a nuestro favor.

“Jesús salió vencedor. “Despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”. Colosenses 2:15. En virtud de su muerte y resurrección, pasó a ser “ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre”. Hebreos 8:2. Los hombres habían construido el tabernáculo, y luego el templo de los judíos; pero el Santuario celestial, del cual el terrenal era una figura, no fue construido por arquitecto humano. “Mirad al hombre cuyo nombre es El Vástago, y él... edificará el Templo de Jehová, y llevará sobre sí la gloria, y se sentará y reinará sobre su trono, siendo Sacerdote sobre su trono”. Zacarías 6:12, 13, VM.” (CES 45.2)

CONCLUSIÓN Como dice el himno «Cristo de Dios»: La horrenda cruz, Jesús, por nos sufriste,Desamparado por tu Dios allí;La muerte y sus terrores Tú venciste,Al recibir su golpe sobre Ti. Con grande amor ¡oh Cristo! te entregaste,En cruz colgado, de Dios maldición;Tu propia sangre, el precio que donaste,Fue nuestra paz y eterna salvación.

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SUFRIÓ POR TI

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el

rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Isaías 53:3. Cuán pocos son los que tienen un concepto de la angustia que desgarró el corazón del Hijo de Dios durante sus treinta años de vida en la tierra. La senda desde el pesebre al Calvario fue ensombrecida por el dolor y la pena. Fue el varón de dolores y soportó tal quebrantamiento de corazón que ningún lenguaje humano puede describir. Podría haber dicho en verdad: “Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido”. Lamentaciones

1:12 (The Review and Herald, 20 de diciembre de 1892)

I. JESÚS SUFRIÓ EN EL HUERTO DEL GETSEMANÍ

Con frecuencia, había visitado este lugar para meditar y orar; pero nunca con un corazón tan lleno de tristeza como esta noche de su última agonía. Debía llevar la culpabilidad de la humanidad caída. Sobre el que no conoció pecado, debía ponerse la iniquidad de todos nosotros. Tan terrible le parece

ESTEBAN ÑAUPARI

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el pecado, tan grande el peso de la culpabilidad que debe llevar, que está tentado a temer que quedará privado para siempre del amor de su Padre. Sintiendo cuán terrible es la ira de Dios contra la transgresión, exclama: “Mi alma está muy triste hasta la muerte.”

Al acercarse al huerto, los discípulos notaron el cambio de ánimo en su Maestro. Nunca antes le habían visto tan completamente triste y callado. Mientras avanzaba, esta extraña tristeza se iba ahondando; pero no se atrevían a interrogarle acerca de la causa. Su cuerpo se tambaleaba como si estuviese por caer. Al llegar al huerto, los discípulos buscaron ansiosamente el lugar donde solía retraerse, para que su Maestro pudiese descansar. Cada paso le costaba un penoso esfuerzo. Dejaba oír gemidos como si le agobiase una terrible carga. Si tan sólo pudiera saber que sus discípulos comprendían y apreciaban esto, se sentiría fortalecido. ( DTG 636.2 }

Cristo sufrió en lugar del hombre en el huerto de Getsemaní y la naturaleza del Hijo de Dios vaciló bajo el terrible horror de la culpabilidad del pecado, hasta que de sus pálidos y temblorosos labios fue arrancado el clamor agonizante: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”. Mateo 26:39 El poder que infligía el castigo sobre el Sustituto y Garante del hombre, era el poder que sostuvo y mantuvo al Doliente bajo el tremendo peso de la ira que hubiera caído sobre un mundo pecaminoso. Cristo estaba sufriendo la muerte a la que fueron condenados los transgresores de la ley de Dios. Es horrenda cosa que el pecador no arrepentido caiga en las manos del Dios vivo. Esto se demostró en la historia de la destrucción del mundo antiguo por el diluvio, por el relato del fuego que cayó del cielo y destruyó a los habitantes de Sodoma. Pero nunca se demostró esto más plenamente como en la agonía de Cristo... La naturaleza humana puede soportar solo una cantidad limitada de prueba y aflicción. Lo finito solo puede soportar una medida finita, sucumbe la naturaleza humana; pero la naturaleza de Cristo tenía una capacidad mayor para sufrir, pues lo humano existía en la naturaleza divina y esto le daba una capacidad para sufrir y soportar el resultado de los pecados de un mundo perdido. La agonía que soportó Cristo amplía, profundiza y nos da un concepto más amplio del carácter del pecado y el carácter de la retribución que Dios traerá sobre los que continúan en el pecado. La paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Jesucristo para el pecador arrepentido. Manuscrito 35, 1895

II. SUFRIÓ LA HUMILLACIÓN MÁXIMA

Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía

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el imperio de la muerte, esto es, al diablo. Hebreos 2:14 Maravillosa combinación de hombre y Dios!... Él [Cristo] se humilló hasta la naturaleza del hombre. Lo hizo para que se cumpliera la Escritura, y el Hijo de Dios entró en ese plan conociendo todos los pasos de su humillación... ¡Qué humildad! Maravilló a los ángeles. La lengua no puede describirla; la imaginación no puede abarcarla. ¡El Verbo eterno consintió en volverse carne! ¡Dios hecho hombre! Fue una humildad maravillosa. Pero descendió más todavía; el Hombre debió humillarse como un hombre para soportar insultos, reproches, vergonzosas acusaciones y maltratos. No parecía haber un lugar seguro para él en su propio territorio. Tuvo que huir de lugar en lugar para salvar su vida. Fue traicionado por uno de sus discípulos; fue negado por uno de sus más celosos seguidores. Fue escarnecido. Fue coronado con una corona de espinas. Fue azotado. Fue forzado a llevar la cruz.No fue insensible a ese desprecio e ignominia... Sintió la amargura como ningún otro ser pudo haberla sentido. Era puro, santo e inmaculado, y sin embargo fue tratado como un criminal. El adorable Redentor descendió desde la más elevada excelsitud. Paso a paso se humilló hasta morir, ¡y qué muerte! Era la más vergonzosa, la más cruel: la muerte en la cruz como malhechor. No murió como héroe a los ojos del mundo, cargado de honores, como mueren los hombres en las batallas. Murió como un criminal condenado, suspendido entre los cielos y la tierra: murió una penosa muerte de vergüenza, expuesto a los vituperios e injurias de una multitud degradada, criminal y licenciosa... Toda esta humillación de la Majestad del cielo fue por el hombre culpable y condenado. The Review and Herald, 4 de septiembre de 1900.

CONCLUSIÓN

Cristo, nuestro divino redentor, sufrió para bien de nosotros Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros. 1 Pedro 1:3, 4.

Cristo dio su vida para que todos los desleales y desobedientes pudieran comprender la verdad de la promesa dada en el primer capítulo de Juan: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Juan 1:12. Repetid esto vez tras vez. Podemos llegar a ser hijos de Dios, miembros de la familia real, hijos del Rey celestial. Todos los que aceptan a Jesucristo y mantienen firmemente el principio de su confianza hasta el fin, serán los herederos de Dios y coherederos con Cristo. Manuscrito 153, 1893.

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MURIÓ POR TI

Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. Juan 19:30

I. ¿QUÉ ESTADA DECLARANDO CRISTO CUANDO DIJO: CONSUMADO ES ?

Cristo no entregó su vida hasta que hubo cumplido la obra que había venido a hacer, y con su último aliento exclamó: “Consumado es.” La batalla había sido ganada. Su diestra y su brazo santo le habían conquistado la victoria. Como Vencedor, plantó su estandarte en las alturas eternas. ¡Qué gozo entre los ángeles! Todo el cielo se asoció al triunfo de Cristo. Satanás, derrotado, sabía que había perdido su reino.

El clamor, “Consumado es, tuvo profundo signifi cado para los ángeles y los mundos que no habían caído. La gran obra de la redención se realizó tanto para ellos como para nosotros. Ellos comparten con nosotros los frutos de la victoria de Cristo. DTG 706.1

II. ¿QUÉ PRINCIPIO USÓ CRISTO PARA VENCER A SATANÁS? 1Juan 4:18

ESTEBAN ÑAUPARI

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Dios podría haber destruido a Satanás y a los que simpatizaban con él tan fácilmente como nosotros podemos arrojar una piedrecita al suelo; pero no lo hizo. La rebelión no se había de vencer por la fuerza. Sólo el gobierno satánico recurre al poder compulsorio. Los principios del Señor no son de este orden. Su autoridad descansa en la bondad, la misericordia y el amor; y la presentación de estos principios es el medio que quiere emplear. El gobierno de Dios es moral, y la verdad y el amor han de ser la fuerza que lo haga prevalecer. DTG 706.5

Era el propósito de Dios colocar las cosas sobre una eterna base de seguridad, y en los concilios del cielo fue decidido que se le debía dar a Satanás tiempo para que desarrollara los principios que constituían el fundamento de su sistema de gobierno. El había aseverado que eran superiores a los principios de Dios. Se dio tiempo al desarrollo de los principios de Satanás, a fin de que pudiesen ser vistos por el universo celestial. DTG 707.1

III. ¿QUÉ DESENMASCARÓ CRISTO CON SU MUERTE?

Si se hubiese podido encontrar un pecado en Cristo, si en un detalle hubiese cedido a Satanás para escapar a la terrible tortura, el enemigo de Dios y del hombre habría triunfado. Cristo inclinó la cabeza y murió, pero mantuvo firme su fe y su sumisión a Dios.

Satanás vio que su disfraz le había sido arrancado. Su administración quedaba desenmascarada delante de los ángeles que no habían caído y delante del universo celestial. Se había revelado como homicida. Al derramar la sangre del Hijo de Dios, había perdido la simpatía de los seres celestiales. Desde entonces su obra sería restringida. Cualquiera que fuese la actitud que asumiese, no podría ya acechar a los ángeles mientras salían de los atrios celestiales, ni acusar ante ellos a los hermanos de Cristo de estar revestidos de ropas de negrura y contaminación de pecado. Estaba roto el último vínculo de simpatía entre Satanás y el mundo celestial. DTG 709.3;

IV. ¿POR QUÉ LA VIDA Y LA MUERTE DE CRISTO RECONCILIA LA JUSTICIA Y LA MISERICORDIA DE DIOS? Salmos 85:10

Al principio de la gran controversia, Satanás había declarado que la ley de Dios no podía ser obedecida, que la justicia no concordaba con la misericordia y que, si la ley había sido violada, era imposible que el pecador fuese perdonado.

Mediante Jesús, la misericordia de Dios fue manifestada a los hombres; pero la misericordia no pone a un lado la justicia. La ley revela los atributos del

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carácter de Dios, y no podía cambiarse una jota o una tilde de ella para

ponerla al nivel del hombre en su condición caída. Dios no cambió su ley,

pero se sacrificó, en Cristo, por la redención del hombre. “Dios estaba en

Cristo reconciliando el mundo a sí.” DTG 710.2;

La ley requiere justicia, una vida justa, un carácter perfecto; y esto no lo tenía

el hombre para darlo. No puede satisfacer los requerimientos de la santa

ley de Dios. Pero Cristo, viniendo a la tierra como hombre, vivió una vida

santa y desarrolló un carácter perfecto. Ofrece éstos como don gratuito a

todos los que quieran recibirlos. Su vida reemplaza la vida de los hombres.

Así tienen remisión de los pecados pasados, por la paciencia de Dios. Más

que esto, Cristo imparte a los hombres atributos de Dios. Edifica el carácter

humano a la semejanza del carácter divino y produce una hermosa obra

espiritualmente fuerte y bella. Así la misma justicia de la ley se cumple en

el que cree en Cristo. Dios puede ser “justo, y el que justifica al que es de la

fe de Jesús. DTG 710.3 El amor de Dios ha sido expresado en su justicia no

menos que en su misericordia. La justicia es el fundamento de su trono y el

fruto de su amor. Había sido el propósito de Satanás divorciar la misericordia

de la verdad y la justicia. Procuró demostrar que la justicia de la ley de Dios

es enemiga de la paz. Pero Cristo demuestra que en el plan de Dios están

indisolublemente unidas; la una no puede existir sin la otra. “La misericordia

y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron. ”DTG 711.1; Por

su vida y su muerte, Cristo demostró que la justicia de Dios no destruye

su misericordia, que el pecado podía ser perdonado, y que la ley es justa

y puede ser obedecida perfectamente. Las acusaciones de Satanás fueron

refutadas. Dios había dado al hombre evidencia inequívoca de su amor.

DTG 711.2;

CONCLUSIÓN

Mientras la cruz del Calvario proclama el carácter inmutable de la ley,

declara al universo que la paga del pecado es muerte. El grito agonizante

del Salvador: “Consumado es”, fue el toque de agonía para Satanás. Fue

entonces cuando quedó zanjado el gran conflicto que había durado tanto

tiempo y asegurada la extirpación final del mal. El Hijo de Dios atravesó los

umbrales de la tumba, “para destruir por la muerte al que tenía el imperio de

la muerte, es a saber, al diablo”. Hebreos 2:14.

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REPOSANDO POR TI

INTRODUCCIÓN

1. Jesús dijo de sí mismo antes de venir al mundo: “Me complazco en hacer tu voluntad, oh Dios mío, y tu ley está en medio de mi corazón” Salmo 40: 8. 2. Y cuando estaba por ascender a los cielos, dijo otra vez: “Yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor ”. Juan 15: 10. 3. Como Hijo del hombre, nos dio un ejemplo de obediencia; como Hijo de Dios,

nos imparte poder para obedecer. DTG 16.

I. CRISTO DESCANSÓ POR MÍ EL SÁBADO DESPUÉS DE LA CREACIÓN.

1. “Al principio, el Padre y el Hijo habían descansado el sábado después de su obra de creación”. Génesis 2.2-3

2. Cuando “fueron acabados los cielos y la tierra, y todo su ornamento,” el Creador y todos los seres celestiales se regocijaron en la contemplación de la gloriosa escena. Génesis 2. 1

KICNER PARDO B.

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3. “Las estrellas todas del alba alababan, y se regocijaban todos los hijos de Dios.” Job 38. 7

II. CRISTO DESCANSÓ POR MÍ EL SÁBADO DESPUÉS DE SU OBRA DE REDENCIÓN

1. Por fin Jesús descansaba. El largo día de oprobio y tortura había terminado. Al llegar el sábado con los últimos rayos del sol poniente, el Hijo de Dios yacía en quietud en la tumba de José.

2. Terminada su obra, con las manos cruzadas en paz, descansó durante las horas sagradas del sábado. Luc. 23: 53-56

3. Ahora Jesús descansaba de la obra de la redención; y aunque había pesar entre aquellos que le amaban en la tierra, había gozo en el cielo. Mateo 27. 59-60.

4. Los discípulos descansaron el sábado, entristecidos por la muerte de su Señor, mientras que Jesús, el Rey de gloria, permanecía en la tumba.

5. Para los entristecidos discípulos ése fue un sábado que nunca olvidarían, y también lo fue para los sacerdotes, los príncipes, los escribas y el pueblo.

6. “En aquel sábado, mientras Cristo yacía en la tumba, Nicodemo tuvo oportunidad de reflexionar. Una luz más clara iluminaba ahora su mente, y las palabras que Jesús le había dicho no eran ya misteriosas.

7. Cuando Cristo estaba en la tumba, los discípulos recordaron estas palabras. Meditaron en ellas, y lloraron porque no pudieron medir su significado. Ninguna fe ni esperanza alivió el corazón de los afligidos discípulos. Únicamente acertaron a repetir. estas palabras: “Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.

8. La promesa de lo futuro era gloriosa a los ojos de los seres celestiales. 9. Una creación restaurada, una raza redimida, que por haber vencido el pecado, nunca más podría caer, era lo que Dios y los ángeles veían como resultado de la obra concluida por Cristo.

10. Con esta escena está para siempre vinculado el día en que Cristo descansó. Porque su “obra es perfecta;” y “todo lo que Dios hace, eso será perpetuo. Éxodo 31. 15-17

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III. CRISTO DESCANSARÁ CONTIGO EL SÁBADO DESPUÉS DE SU OBRA DE RESTAURACIÓN JUNTO CON LOS DEMAS REDIMIDOS.

1. Cuando se produzca “la restauración de todas las cosas, de la cual habló Dios por boca de sus santos profetas, que ha habido desde la antigüedad,” el sábado de la creación, el día en que Cristo descansó en la tumba de José, será todavía un día de reposo y regocijo. Juan 19. 31

2. El cielo y la tierra se unirán en alabanza mientras que “de sábado en sábado,” las naciones de los salvos adorarán con gozo a Dios y al Cordero. Isaías 66. 22-23.

CONCLUSIÓN “Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico. “(Eze. 20: 12).

Así como el sábado fue la señal que distinguía a Israel cuando salió de Egipto para entrar en la Canaán terrenal, así también es la señal que ahora distingue al pueblo de Dios cuando sale del mundo para entrar en el reposo celestial.La observancia del sábado es el medio dispuesto por Dios para reservar el conocimiento de sí mismo y para establecer una distinción entre sus súbditos fieles y los transgresores de su ley. (Maranata. C.V )

Jesucristo es nuestro mayor ejemplo a seguir, guardo el sábado al concluir su obra creadora, su obra redentora y guardara el sábado con su hijos redimidos en el mar de vidrio.

¿Quisieras estar allí con nuestro amado Jesús? Decide entregarte a cristo y guardar sus mandamientos y podrás estar un día con Jesús en la patria de los redimidos.

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VIENE POR TI

INTRODUCCIÓN

1. Cuando Cristo estaba en la tumba, los discípulos recordaron estas palabras. 2. Meditaron en ellas, y lloraron porque no pudieron medir su signifi cado. 3. Ninguna fe ni esperanza alivió el corazón de los afl igidos discípulos. 4. Únicamente acertaron a repetir. estas palabras: “Vendré otra vez, y os tomaré a mi mismo,

para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. Juan 14. 3

I. CRISTO VIENE COMO REY DE REYES POR TI

1. Cristo vendrá en su propia gloria, en la gloria del Padre, y en la gloria de los santos ángeles. Lc 9. 26

2. Vendrá con millones de millones y millares de millares de ángeles. Mateo 25. 31, Judas 14

3. El llevará una corona de gloria: una corona dentro de una corona.

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4. Estará vestido con un ropaje del blanco más puro. Mar. 9:3

5. Su rostro brilla más que la luz deslumbradora del sol de mediodía. “Rey de reyes y Señor de señores” Apoc. 19:16

6. Con cantos celestiales los santos ángeles, en inmensa e Innumerable muchedumbre, le acompañan en el descenso.

7. Ninguna pluma humana puede describir la escena, ni mente mortal alguna es capaz de concebir su esplendor. Habacuc 3: 3, 4.

8. A medida que va acercándose la nube viviente, todos los ojos ven al Príncipe de la vida. Mateo 24. 30

II. CRISTO VIENE CON VOZ DE MANDO POR TI

1. “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” 1 Tes. 4: 16, 17

2. “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre”. Mat. 24: 30, 27

3. Será acompañado por todas las huestes del cielo, pues “el Hijo del Hombre” vendrá “en su gloria, y todos los santos ángeles con él”. Mat. ; 25: 31

4. Desde el aire Cristo enviará sus ángeles como un relámpago, con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos” Mat. 24: 31, 28. 3.

III. CRISTO ASCIENDE AL CIELO CONTIGO Y CON LOS SERES SANTOS

1. Juntos entramos en la nube y durante siete días fuimos ascendiendo al mar de vidrio.-PE 16. Apoc 8.1.

2. Al llegar al cielo se celebra la reunión que jamás ser humano a presenciado. “…entonces se sentará sobre el trono de su gloria; y delante de él serán juntadas todas las naciones; y apartará a los hombres unos de otros, como el pastor aparta las ovejas de las cabras; y pondrá las ovejas a su derecha, y las cabras a la izquierda.

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3. Entonces dirá el Rey a los que estarán a su derecha: ¡Venid, benditos de mi Padre, poseed el reino destinado para vosotros desde la fundación del mundo!” Mat. 25: 31-34

CONCLUSIÓN

Una de las verdades más solemnes y más gloriosas que revela la Biblia, es la de la segunda venida de Cristo para completar la gran obra de redención. La doctrina del segundo advenimiento es verdaderamente la nota tónica de las Sagradas Escrituras. C.S 344.1

Jesús regresa por su pueblo y todo ojo lo vera, El viene como Rey de Reyes y Señor de señores.

Jesús volverá por ti. Él quiere que donde Él esté tú puedas estar, aunque muchas personas se salven, pero tu lugar estará vacío en aquella cena de salvados. ¡Oh cuan gloriosa será la recompensa que nos espera!Acepta a Jesús en tu vida para estar allí.

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RECOMENDACIONES PARA EL PROGRAMA ESPECIAL“CONOCIENDO A DIOS EN CRISTO”

Las iglesias organizadas en Grupos Pequeños deben elegir un lugar donde trabajar en esta semana Santa, y distribuir las responsabilidades de acuerdo al número de personas que colaboran en cada Grupo.Sugerimos las siguientes:

1. Conferencista.2. Animador.3. Recepcionista.4. Responsable de la propaganda.5. Operador de sonido.6. Secretaria.

Si se dispone de diapositivas o películas adecuadas, tendremos un incentivo mayor, pero no es esto indispensable, pueden hacerse cartelones sobre cartulina, usar pizarras o gigantografias. Se recomienda tener un equipo de sonido de acuerdo al tamaño del lugar y música instrumental.

El programa puede tener el orden siguiente:

• Música ambiental mientras llega la gente.• El recepcionista recibe a las personas en la puerta, les saluda amablemente y les indica su lugar o acompaña hasta el mismo.• El animador da la bienvenida al programa especial y anuncia en forma resumida, el desarrollo del programa.• Himno especial: • Oración (de pie o de rodillas de acuerdo al lugar)• Como introducción pueden presentarse consejos prácticos de salud, familia o un programa especial para los niños. (duración de 10 minutos.)• Pueden presentarse poesías.• Presentación del tema Central.• Un canto final de acuerdo al tema puede producir un impacto profundo y llevar a las personas a la decisión.• Oración final.• Invitarles para el siguiente día.• Al final de la semana de evangelismo regalar algún libro a los que asistieron a las reuniones.• Comprometer a los asistentes a llevar el estudio del curso bíblico y visitarlos continuamente.

Deseamos de todo corazón que nos pongamos en las manos de Dios para que Él nos utilice de acuerdo a su divina Gracia, y en esta semana trabajemos con mucho entusiasmo por Rescatar las almas por quienes cristo murió.Vuestro hermano.

Pr. Víctor Carbajal Hurtado.Director de Obra Misionera de la Unión Peruana.

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ESTUDIOS BÍBLICOSP A R A L A S E M A N A D E E V A N G E L I S M O

Dpto. de Evangelismo UP