Conoce La Biblia - Nuevo Testamento 07 - Introduccion Y Tesalonicenses

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    I N T R O D U C C I N A L A S

    E P S T O L A S P A U L I N A S .

    1 .

    a

    y 2 .

    a

    A L O S T E S A L O N I C E N S E S

    P. Bruce Vawter, C. M

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    CONOCE LA BIBLIA: NUEVO TESTAMENTO

    Una coleccin insustituible en cursil los bblicos, reuniones

    de equipo, crculos de estudio...

    Y para vivir

    una autntica ESPIRITUALIDAD BBLICA

    EVANGELIOS

    HECHOS

    EPSTOLAS

    APOCALIPSIS

    Firmas interna cionale s

    Rigor cientf ico

    Sencil lez asequible

    Comentar ios pastorales

    Un servicio editorial de SAL TERRAE

    p a ra q u e t o d o s c o n o z c a n y v i v a n

    LA PALABRA DE DIOS

    CONOCE LA BIBLIA:

    N U E V O T E S T A M E N T O

    7

    IdLCSla DE SAN

    INTRODUCCIN A LAS

    CARTAS PAULINAS

    PRIMERA Y SEGUNDA

    A LOS TESALONICENSES

    Introduccin y Comentar

    P

    Bruce Vawter, C. M

    S t . T homa s S e mi n

    D e n v e r , C o l o r a

    E D I T O R I A L S A L T E R R A E

    S A N T A N D E R ( E s p a a )

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    T r a d u c i d o del or igina l ingls , NKW T K S T A M E N T H K A D I N G

    GUlDK:

    In t r od u c t i on

    to theP a u l i ne E p iH t le u .IT h e s s a l o n i a n s .II T h e a s a l o n i a n s

    The I i turgica l Prese-Col legevi l le , Minnesota

    Imprim Potest FRANCISCO DEBORJA

    V I ZM A N O S,

    S. J.

    Prep. Prov. Cast i l la

    Nihil Obstat: D R . AGAPITO AMIEVA

    Censor

    Imprimatur JAVIER AZAGRA

    Vicar io Genera l

    Santander,

    16

    Octubre

    1965

    E D I T O R I A L SA LT E R R A E "- S A N T A N D E R

    P R I N T E D I N S P A I N

    Depsi to lega l :

    BU-

    11 5

    -

    1966

    N .o Rg t r o . : SA-134-65

    HIJOS

    DE

    SANTIAGO RODHIGUEZ. Molinillo U. . BURGOS

    N D I C E

    #

    P

    Introduccin

    alas

    Cartas Paul inas

    El pensamiento dePablo

    Los escritos

    de

    Pablo

    Introduccin a la1.

    a

    y2.

    a

    Carta alos Tesalonicenses ...

    Texto

    y

    Comentario

    de la1.

    a

    Car ta

    TextoyCom entario de la2.

    a

    Carta

    Pasajes usados

    en las

    lecturas

    dela

    Misa

    Abreviaturas 1

    Ayudasdeexamenyt em asdediscusin 1

    N.

    B.

    La

    t r a duc c i n del N. T.e s t t om a da de lave r s in e spa o

    del P.Felipe deF u e n t e r r a b a, O. F.M. Cap.,publ icada porla E d i t o r

    Verbo Divino.Este l la (Navar ra ) .

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    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULIN

    EL PENSAMIENTO DE PABLO

    Saulo de Tarso

    "Circuncidado el octavo da, de la raza de Israel, de

    tribu de Benjamn, hebreo, hijo de hebreos, y segn

    ley, fariseo, y por el celo de ella perseguidor de la Igles

    segn la justicia de la ley, irreprensible". (Fil3:5s).

    describi el apstol Pablo en los ltimos das de su v

    su estado anterior a la conversin en el camino de D

    masco.

    El Nuevo Testamento, que es en real idad nuestra n

    fuente de informacin sobre la vida de San Pablo,

    t iene para nosotros el inters de una biografa como

    Consecuentemente, cualquier vida de Pablo debe ser

    completa por necesidad y ha de componerse de varios t

    tos,

    algunos

    de J05 cuales

    son por su naturaleza

    t o t

    mente ocasionales. En real idad, la principal fuente s

    los extensos "hechos" de Pablo, usados por San Lucas

    los Actos de los Apstoles para describir el desarrollo

    la joven Iglesia en el mundo gentil. Por razn del inte

    por Pablo, o tambin a causa de la act ividad realmen

    extraordinaria del Apstol, conocemos sobre l ms q

    sobre cualquier otra persona que figure en la primera h

    toria del Cristianismo.

    Primeros aos

    Pablo probablemente naci pocos aos despus de c

    menzar la era cris t iana en Tarso de Cil icia, "ciudad i l

    t r e "

    (Act 21:39). Pue sto que era todava "jov en" cu an

    ape drea ron a Esteb an (Act 7:58) suceso que oc ur

    pocos aos despus de comenzar la Iglesia en Jerusaln

    Pablo debi de nacer mientras nuestro Seor estaba

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    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    que "con la muerte de Rabban Gamaliel, el anciano, la

    reverencia a la ley haba desaparecido, y la pureza y mo

    deracin de la misma haban muerto". Ciertamente que

    Pablo no aprendi de l esa forma de farisasmo frecuen

    temente condenada en los Evangelios, la cual haba sust i

    tuido el formalismo legalista por la religin espiritual y

    que bastante frecuentemente terminaba en hipocresa.

    El fariseo

    En realidad el farisesmo cuando fue enseado por gran

    des maestros como Hillel y Gamaliel, era la forma de

    religin aceptada por la gran mayora de los judos como

    la verdadera interpretacin del espri tu del Antiguo Tes

    tamento. Combinaba la reverencia por los l ibros sagrados

    con el reconocimiento de que la religin haba de ser un

    modo actual de vivir, no permitiendo que se fosilizara en

    los libros. Nuestro Seor en ms de una ocasin se puso

    del lado de los fariseos contra sus principales rivales, los

    saduceos, quienes se inclinaban al escepticismo en religin

    y eran paganos en su pensamiento, orgullosos y ms inte

    resados por este mundo que por el mundo del espri tu. Pa

    blo, como vemos, siendo ya cristiano, miraba su educacin

    estrictamente farisea como una nota de leg t imo orgullo.

    El Evangelio tambin hace mencin de otros fariseos que

    desde el principio fueron atrados por la doctrina de Nues

    tro Seor y que le aceptaron como el prometido de Israel .

    Por lo tanto si es un hecho innegable, del que el Nuevo

    Testamento no nos deja duda, que el farisasmo en algu

    nas ocasiones degener en un fanat ismo meramente na

    cional is ta, no debemos olvidar que es igualmente verdad

    el que tuvo en sus fi las dignos herederos de la ant igua re

    velacin, quienes procuraban sinceramente conducirse de

    manera i rreprensible en la presencia de Dios segn la

    prctica de su Ley.

    No hay razn para pensar que Pablo no fuera de igual

    manera movido en su oposicin inicial al Cristianismo. No

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAUL INAS

    tenemos ms informacin sobre su vida en Jerusaln

    cuando era joven. Pudo haber tenido la oportunidad

    ver a Jess, el Maestro de Galilea, en alguna de las visi

    que Nuestro Seor hizo a la Ciudad Santa, y pudo ha

    estado en la ciudad durante la Crucifixin, la Resurrecc

    y el nacimiento de la Iglesia en el da de Pentecosts. S

    embargo, sobre esto guardan silencio Lucas y Pablo y

    puede presumir que l no tuvo contacto con la doctr

    del Cristianismo hasta el debate del que surgi la gue

    civil en las sinagogas de Jerusaln, algunos aos desp

    de la muerte del Salvador. Entonces Pablo sali en

    fensa de la ortodoxia juda contra una hereja peligro

    y blasfema, como l pensaba.

    En verdad, desde Pentecosts los cris t ianos de Jeru

    ln haban estado soportando persecuciones espordica

    host i l idades de sus compaeros los judos, mie ntras la Ig

    sia iba extendiendo firmemente su influencia. Con el a

    sina to de Esteban (Act 6:8-8:3) surgi en el prim er m

    mento una evidente violencia y a continuacin una per

    cucin en gran escala. La lucha comenz de man

    caracterstica en las sinagogas de los judos grieg

    (Act 6:8-11) a las que sin duda perteneci Esteban y Pab

    Pablo aprob la mue rte de Esteb an (Act 7:60) y to

    parte principal en la persecucin de los cris t ianos q

    sigui.

    La conversin de Pablo

    Es probable que no mucho despus Pablo fue derrib

    por la gracia en el camino hacia Damasco, y con ello

    histrica marcha del Crist ianismo cambi irrevocabmente de curso por la providencia de Dios.

    En su celo por reprimir el desarrollo de la secta c

    tiana, Pablo consigui cartas de los altos sacerdotes

    Jerusaln en las que se le recomendaba a las s inago

    de Damasco para que pudiera con entera l ibertad bus

    all a los judos cristianos. Nos da la impresin de que

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    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    se senta satisfecho del xito que obtuvo la persecucin en

    Jerusaln y haba concluido que ahora er el momento

    de apl icar las mismas medidas de represin en la princi

    pal ciudad de la provincia romana de Siria- En estos

    centros, impedidos de amenazar a la ortodoxia juda, el

    movimiento bien podra cesar por falta de direccin. La

    comunidad cris t iana de Damasco sin duda fue fundada

    por los cristianos de Galilea de quienes conocemos poco,

    aparte de los primeros captulos de los Evangelios Sinp

    ticos.

    La importancia dada a la conversin d Pablo se re

    fleja en las t res diferentes narraciones que de el la apa

    recen en los Hechos de los Apstoles (9:1-19; 22:4-21;

    26:10-20). Estas narraciones se diferencian eA detalles m

    nimos. Las diferencias probablemente son intencionales,

    ya que los relatos en cada caso estn destinados a descri

    bir la visin de Pablo en trminos tradicionales copiados

    del Antiguo Testamento. La Bibl ia, como lo hace siempre,

    relata lacnicamente y del modo ms simple y adecuado

    al pensamiento humano, la revelacin divina hecha al

    hombre. Lo cierto es que Pablo era consciente de que Je

    ss de Nazaret, que haba muerto, todava viva, que le

    haba hablado con autoridad divina y que en adelante

    deba hacer su voluntad. "Cristo Jess me alcanz", haba

    de escribir ms tarde (Fi l3:12). Esta experiencia de Jess

    resuci tado iba a servir para l lamarle al apostolado y darle

    el contenido de su mensaje apostlico. "No soy yo aps

    tol? No he visto yo a Jess Nue stro Se or?" (I Cor 9:1).

    Jess se le haba revelado identificndose con su Iglesia

    perseguida. Aqu est la gnesis de una de l#s enseanzas

    ms caractersticas de Pablo, el Cuerpo Mstico de Cristo.

    Pablo continu su camino a Damasco pefo hecho otro

    hom bre y con otras intenciones. En Damasco fue bau tizad o

    por Ananas y se hizo cristiano.

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    Saulo cristiano

    Naturalmente cris t ianos y judos se maravil laron cua

    do Pablo se levant en la Sinagoga de Damasco, pero

    para buscar a los judos cristianos y castigarles, si

    para dar test imonio de su fe cris t iana y predicar a Jes

    como Hijo de Dios. Poco a poco se fueron convencien

    hasta aceptarle por lo que ahora era, para alegra de l

    cristianos y creciente odio de sus enemigos.

    Sabemos del mismo Pablo que entonces se ret i r a Ar

    bia por un perodo indeterminado (Gal

    1:17),

    detalle q

    no se narra en los Hechos de los Apstoles. No se nos di

    dnde se retir y con qu fin lo hizo. "Arabia" puede si

    nificar, y probablemente significa aqu, el territorio rur

    nabateo, justamente al este de Damasco, fuera de la e

    fera de influencia romana. Se puede pensar que Pablo

    retir de los debates de la ciudad por un tiempo con

    fin de prepararse con la oracin y la meditacin a su nu

    va vocacin. De cualquier manera, volvi pronto a Dama

    los judos de Damasco, dem ostrando que Jess es el Crist

    (Act9:22). Aqu permaneci durante t res aos (Gal1:1

    Por fin sus adversarios los judos forzaron su salida

    le hubieran quitado la vida de haber podido hacerlo. Co

    tando con la ayuda del representante local del rey

    Nabatea, Aretas IV, determinaron cerrar las puertas

    la ciudad para impedir su huida, cogindole as, a su p

    cer, en la ciudad. Pero con la ayuda de sus hermanos

    cris t ianos, Pablo huy de noche por encima de la mura

    de la ciud ad y as escap con vida (II Cor 11:32; A

    9:23-25). Se puede dar una fecha aproximada de este s

    ceso,

    ya que fcilmente pudo ocurrir del 37 d. C. o an

    del 40 d. C. El emperador romano Tiberio, enemigo

    carnizado de Aretas, no hubiera tolerado act ividad alg

    na nabatea en o cerca de Damasco; s in embargo Tibe

    muri en el ao 37 y Aretas en el 40,

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    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    De Damasc o Pablo se dirigi a Jerusal n (Act 9:26-29;

    Gal 1:18 ss). Aqu, al principio, tambin fue recibido con

    alguna desconfianza por los cristianos, quienes encontra

    ron duro creer que el que antes era su ms encarnizado

    enemigo, se haba hecho uno de ellos.

    Pero Bernab que haba sobresalido en la Iglesia de

    Jerusaln desde sus comienzos (Act4.-36) y que iba a ser

    ms tarde su compaero de misiones, defendi a Pablo

    y convenci a los dems cristianos de la sinceridad de su

    conversin. De nuevo Pablo se puso a predicar el Cristia

    nismo y a disputar especialmente con los judos griegos.

    De nuevo, tambin, esto puso en peligro su vida y termin

    por huir a Cilicia, su ciudad natal (Act9:30; Gal1:21).

    Su apostolado en Tarso y Antioqua

    Pablo iba a permanecer en Tarso varios aos. Sobre su

    act ividad durante todo este t iempo carecemos de infor

    macin, pero no sera difcil de imaginar por lo que, por

    otra parte, conocemos del Apstol. Sin duda tuvo aqu ac

    t ividades apostl icas y controversias; para un hombre tan

    irreprensible como Pablo hubiera sido extrao no tener

    las.

    Pero probablemente la mayor parte del t iempo la

    dedic a prepararse para un trabajo mucho mayor que se

    le presentaba, asimilando lo que haba aprendido de los

    apstoles Pedro y Santiago, con la ayuda de las luces

    dadas por Dios y pensando sobre todas estas verdades

    para sacar de el las sus deducciones ms profundas. Las

    cartas que l ha escri to son test imonio de este su t rabajo

    que le sirvi de preparacin.

    Mientras tanto la predicacin del evangelio iba avan

    zando a grandes pasos no slo en Judea sino tambin en

    regiones muy distantes. Lo inmediato que nosotros cono

    cemos de Pablo est en relacin con el establecimiento del

    Cristianismo en Antioqua de Siria. Aqu se haban hecho

    cristianos no slo judos sino tambin griegos, esto es

    genti les . Bernab fue enviado a Antioqua como represen-

    INTRODUCCION A LAS CARTAS PAULINAS

    tante de la Iglesia de Jerusaln y llev consigo a Pabl

    desde Tarso, para tomar parte en el nuevo trabajo de c

    tequizar (Act 11:19-26). Durante un ao Pablo permanec

    en Antioqua. Este trabajo con los primeros cristianos gen

    tiles sera el presagio de la destacada vocacin de Pab

    como Apstol de los Gentiles. Muy oportunamente indi

    Lucas en los Hechos de los Apstoles que "fue en Anti

    qua donde los discpulos fueron llamados por prime

    vez "cristianos". Este ttulo, que les fue dado no por lo

    judos, sino por los gentiles, indica la nueva dimensin qu

    iba a tomar la Iglesia por medio del ministerio de Pabl

    En este momento nos llega otro dato cronolgico, aun

    que parcial, sobre la vida de Pablo. Al final de su estanc

    en Antioqua, l y Bernab fueron a Jerusaln para con

    solar a los cris t ianos de Judea que estaban experimentan

    do el hambre que entonces se extenda por varios lugare

    del Imperio Romano (Act 11:27-30). El texto seala que

    hambre tuvo lugar durante el reinado del emperador Cla

    dio,

    y por lo tan to despus del 41 d. C. Adem s el his t

    riador judo Flavio Josefo indica que el perodo del ham

    bre en Palest ina fue bajo el gobierno de los procurador

    Cuspius Fadus y Tiberius Alexander, i . e., entre el 44

    45 d. C. Fue por lo tanto en este t iempo c uando Pablo ha

    su segundo viaje a Jerusaln del cual no hace mencin e

    sus cartas. Despus l y Bernab volvieron de nuevo a A

    tioqua llevando consigo al joven Juan, ms conocido

    la primitiva Iglesia con el nombre de Marcos y que e

    primo de Bernab (Act 12:25).

    Primer viaje misionero

    Con el primer viaje misionero hecho en compaa

    Bernab comienza en serio el t rabajo de Pablo. Desde es

    momento los Hechos de los Apstoles dedican su atenci

    de manera exclusiva a la act ividad misionera del gra

    Apstol. Nos ha parecido til dividir la carrera apostli

    de Pablo como lo hacen los Hechos, en tres viajes misi

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    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    eros y la etapa final hacia Roma con que termina Lucas

    su obra. Sin embargo es dudoso que Pablo o Lucas con

    cibieran la actividad misionera del Apstol como consis

    tente en viajes, en el sentido de que tuviera una base fija

    de operaciones fuera del lugar donde se hal laba t rabajan

    do .

    Ms bien las bases de operaciones se encontraban en

    aquel preciso lugar donde suceda que se hal laba t raba

    jando en sus viajes, s iempre impaciente como estaba de

    llevar la Buena Nueva de la Salvacin a nuevos pueblos y

    a nuevas regiones. El que haya vuelto sobre sus pasos al

    guna que otra vez en sus jornadas misioneras es un de

    tal le incidental . En cada caso tuvo sus razones para hac er

    lo as , independientemente de toda idea de t rabajar par

    t iendo para cada jornada de una base fi ja de operaciones.

    En lo sucesivo, estaba destinado a realizar un viaje casi

    continuo en la predicacin del Evangelio y en sus viajes,

    Lucas haba visto figurado el movimiento de toda la Igle

    sia de Cristo "an en los confines de la tierra" (Actl:8).

    Lo que nosotros l lamamos primer viaje misionero, descrito en Act 13-14, probablemente sucedi entre los aos 45

    a 49. Fue u n m odesto comienzo, a la vista de lo que Pab lo

    iba a real izar posteriormente. Lucas ut i l iza tambin la

    historia para mostrar la tal la creciente de Pablo en el

    desarrollo de la Iglesia. Al comienzo de su hegemona

    permanece evidentemente con Bernab; el nombre de ste

    es mencionado el primero y el de Pablo el l t imo en la

    lista d e los lderes de la Iglesia de A ntioqua (Ac t 13:1)

    y el primer destino de los dos misioneros es Chipre, patria

    de Bernab. Pero sin embargo al final del viaje no hay

    duda de que Pablo es reconocido por todos como el alma

    que dirige el trabajo de la evangelizacin.

    Lucas tambin t iene ahora la oportunidad de comenzar

    a llamarle Pablo, su nombre como Apstol de los gentiles,

    puesto que hasta este momento ha aparecido siempre

    como Saulo. No hay razn para pensar que Pablo cambi

    su nombre slo en este preciso momento; ms bien, como

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    muchos judos de entonces y de ahora, tuvo de nacimie

    to un nombre estrictamente judo en su caso el nomb

    de su gran antecesor benjaminita, el primer rey de

    rael y otro que era t raduccin o sonido similar, pa

    usarlo en las relaciones con el mundo genti l . Ahora q

    Pablo comienza a emerger como representante de la Ig

    sia de los Gentiles, Lucas usa el nombre con el cual

    Apstol sera conocido desde entonces. Ninguna otra co

    se nos dice del trabajo de Pablo y Bernab en Chipre, e

    cepto su encuentro con Elymas Bar-Jess, un judo co

    sejero del procnsul romano Sergius Paulus. Atravesar

    la is la de este a oeste, predica ndo en las sinagogas, a pare

    temente con algn xi to, pues haban conseguido la am

    tad del procnsul , ocasionando as la intervencin

    Elymas.

    Lucas concluye el episodio relatando que el procn

    "crey y que estaba maravil lado de la doctrina del Seo

    (Act 13:12). No es cierto si esto significa que se hizo cr

    t iano.

    Es posible, ya que el judaismo era una "religi

    legal" en el Imperio Romano, y el Crist ianismo en e

    t iempo no era mirado con desprecio como una secta d

    judaismo. En el Museo Metropoli tano de Nueva Yo

    hay una inscripcin griega procedente de Chipre, q

    menciona a un cierto Quinto Sergio (el resto del nomb

    est perdido) como procnsul en el t iempo del Empe

    dor Claudio. Esto lo toman algunos como una referen

    a Sergio Paulo. Pero ni aqu ni en ningn otro documen

    contemporneo o escri to l i terario se da una informaci

    concerniente a este hombre.

    Apostolado en Asia Menor

    De Chipre, Pablo y sus compaeros navegaron a la ve

    na Asia Menor, a la costera ciudad de Perge de Panfll

    Al parecer no permanecieron aqu mucho t iempo sino q

    inmediatamente comenzaron a p lanear cmo proseg

    ms al norte, a Antioqua de Pisidia. En ella Marcos

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    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    abandona y se vuelve a su casa, en Jerusaln. Por Act 15:38

    sabemos que esta part ida fue ocasionada por cierto ren

    cor a la oposicin de Pablo. Generalmente se piensa que

    el rencor de Marcos no influy en los ambiciosos planes

    de Pablo para esta jornada; s in embargo puede haber

    ms en esta historia que nosotros no conocemos. Algunos

    de los que sostienen que el pueblo de Antioqua y las otras

    ciudades de este viaje, como Iconio, Listra y Derbe, son

    los "Glatas", a los que Pablo se dirige en la carta que

    lleva este nomb re, concluyen de Gal 4:13 que se apr esur

    a ir a Antioqua despus de haberse puesto enfermo en

    Perge. As lo que ocasion la salida de Marcos parece

    haber s ido un cambio de plan por parte de Pablo.

    Se supone en la narracin una corta permanencia en

    Antioqua y en Iconio. En Antioqua, despus de predicar

    una semana a los judos, se determin la manera de pro

    ceder en el ministerio de Pablo. Cuando l y Bernab vie

    ron la resistencia que se opona a la predicacin del Evan

    gel io en la Sinagoga, pronunciaron las memorables pa

    labras: "Era necesario que la palabra de Dios fuera

    predicada primero a vosotros, pero puesto que vosotros

    os mostris indignos de la vida eterna mirad cmo nos

    volvemos a los gentiles" (Act 13:46). En A ntioqua y en

    Iconio los judos enemigos y los gentiles finalmente influ

    yeron en las autoridades de la ciudad para expulsar a los

    misioneros; sin embargo sus xitos en la evangelizacin

    fueron considerables.

    Iconio es el escenario de la leyenda de Pablo y Tecla,

    de tal manera que se hizo popular entre algunos herma

    nos y en la Edad Media. La leyenda tal como est pre

    sentada, no puede ser tomada como historia; s in em

    bargo contiene algunos datos que pueden ser la base de

    un hecho. En part icular la descripcin que se hace de

    Pablo es lo bastante desagradable como para no venir de

    testigos oculares, ms que de un posterior escritor de pia

    dosa ficcin: "un hombre de moderada altura, con escaso

    INTRODUCCIN A* LAS CARTAS PA ULINA S

    pelo, pierna s arquea das, grand es ojos, cej i junto, y con u

    nariz ms bien larga". Pablo en esta poca poda ten

    cerca de los cuarenta aos.

    En las ciudades de Licaonia, Listra y Derbe, las lt

    mas que iba a visitar Pablo en este "viaje", l y Berna

    encont raron por pr imera vez un ambiente puramente p

    gano.

    Como acabamos de ver, ellos haban fijado su ate

    cin en los genti les , pero hasta entonces slo haban t r

    bajado con ellos por medio de la Sinagoga y con los ge

    t i les que haban tenido algn conocimiento del monote

    mo judo y de sus enseanz as m orales. En Listra los misi

    neros fueron tenidos por dioses, y la predicacin de Pab

    se hubo de l imitar a las ms elementales verdades rel

    giosas (Act 14:10-17). Ms ta rde , despus de un tiemp

    considerable, el apstol fue echado de la ciudad y con d

    ficultad escap de la muerte a manos de los judos que

    haban seguido desde Antioqua e Iconio.

    Desde Derbe, Pablo y Bernab volvieron sobre sus pas

    e hicieron de nuevo la visita a todas las ciudades del As

    Menor que haban evangelizado, a pesar de la presenc

    de sus enemigos en ellas. En Act 14:21, Lucas indica q

    los nuevos cristianos estaban ya sufriendo la persecuci

    estado que Pablo siempre consideraba normal en la Igl

    sia. Desde el puerto de Atalia, cerca de Perge, volvier

    navegando a Antioqua de Siria para informar a la Igl

    sia de all sobre su sistema de admitir gentiles y los xit

    que con el los tuvieron. Los misioneros haban viajado a

    rededor de dos mil kilmetros.

    El Concilio de Jerusaln

    Lucas ha ordenado los Hechos de los Apstoles de m

    nera local ms que estrictamente cronolgica; por

    tanto, nosotros no estamos siempre del todo seguros

    qu orden sucedieron en real idad determinados hecho

    Sin embargo la mayora de los comentadores ident ific

    el Concilio de Jeru sal n de Act 15:1-35 con la relaci n

    7

    2

  • 7/24/2019 Conoce La Biblia - Nuevo Testamento 07 - Introduccion Y Tesalonicenses

    11/56

    18

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    Pablo de un viaje a Jerusaln catorce aos despus de su

    conversin, como cuenta en Gal 2:1-10. Las dos narracio

    nes estn descritas desde dos puntos de vista diferentes;

    el de Pablo es muy personal, teniendo en cuenta su pro

    pia parte en la predicacin del Evangelio a los gentiles;

    pero los mismos hechos parecen estar en duda. Es posible

    que suced ieran du ran te el ao 49 50 p. C.

    No todos los judos cristianos estn contentos con la

    poltica que ahora se identificaba con Pablo, de recibir a

    los gentiles convertidos sin obligarles a someterse a la

    circuncisin y a la prctica de la Ley Mosaica. Debemos

    de tratar de entender la legt ima inquietud de algunos

    de estos cristianos (aunque tambin Pablo deca que al

    gunos de ellos eran "falsos hermanos"). Para el judo la

    Ley haba sido durante largo tiempo, el seguro bastin

    contra el mundo pagano. Si la Iglesia se haca ahora gen

    til y abandonaba la Ley se podra asegurar que las prin

    cipales mximas de moral , impuestas por la Ley perma

    neceran inclumes? Se podra dividir la Ley, eligiendo

    entre sus preceptos, para decidir lo que todava obligaba?

    Estos eran despus de todo los primeros das de la Iglesia,

    cuando muchos problemas como ste tenan que ser de

    cididos bajo la inspiracin del Espritu Santo.

    Posicin de Pablo

    La postura propia de Pablo fue inequvocamente clara,

    y fue su buen criterio el que prevaleci para beneficio

    perpetuo de la Iglesia . Si el Crist ianismo hubiera perma

    necido unido al judaismo jams hubiera l legado a ser de

    hecho lo que ahora fundamentalmente es: una Iglesia

    Catlica. Aunque la elevada doctrina juda sobre Dios y

    su cdigo moral tan perfecto han influido durante largo

    tiempo sobre algunos de los mejores espritus del mundo

    pagano, su inf luencia ha sido notor iamente l imitada a

    causa de la oposicin de los gentiles a someterse a la Ley y

    a sus prescr ipciones r i tuales y hacerse de hecho miembros

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    de otra nacin. Cada consideracin prctica impela a

    disociacin del Cristianismo de la Ley. Adems no hab

    que atribuir la salvacin a la Ley que, como Pablo i

    a describir ms tarde, haba sido el "pedagogo de Crist

    sino ms bien deba de ser reconocida la obra realiza

    por medio de Jesucristo exclusivamente. En sus car

    Pablo desarrollara esta doctrina como una de las pied

    fundamentales de su enseanza. En los Hechos se resu

    en estas palabras dir igidas a Pedro: "Por qu tentar

    Dios queriendo imponer sobre el cuello de los discpu

    un yugo que ni nuestros padres ni nosotros fuimos

    paces de soportar? Por la gracia de Jesucristo creem

    ser salvos nosotros lo mismo que ellos" (15:10 ss).

    Una vez que el problema se present en Antioqua

    remitido a la Iglesia de Jerusaln, a la institucin q

    tena la autoridad, y la solucin dada all fue la decla

    cin de independencia del judaismo. Sera inti l ac

    tuar la impo rtancia de esta decisin. Actl5 :20 ss, 28

    nota que por invitacin de Santiago los cr ist ianos genles de Antioqua, Siria y Cilicia, que estaban viviendo

    regiones ms intensamente habitadas por judos, fue

    instruidos para obedecer a determinadas prescr ipcio

    contenidas en Lv 17:8-13; 18:5-26, para no excitar la o

    sicin juda innecesar iamente. Este no era un comprom

    con la decisin a que se lleg, sino una medida purame

    prctica que no llevaba consigo el sacrificio de ning

    principio. Estas prescr ipciones levt icas fueron interp

    tadas por los judos como obligatorias no slo para el

    mismos sino para todos los gentiles que vivan en su m

    dio. Pablo en Gal 2:10 aade que las autor idades de Je

    saln le pidieron que "se acordase de los pobres, cosa

    procur yo cumplir con mucha solicitud". Los pobres

    cuestin eran los de la Iglesia de Jerusaln. En varias

    sus car tas vemos cmo Pablo urge a los cr ist ianos gen ti

    de las iglesias establecidas por l a ser generosos en c

    tribuir a la colecta que ha de enviar a Jerusaln. E

  • 7/24/2019 Conoce La Biblia - Nuevo Testamento 07 - Introduccion Y Tesalonicenses

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    20

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    t rabajo de la prct ica de la caridad se real izaba para dar

    nfasis a la unidad esencial de la Iglesia, aunque los gen

    tiles y los judos cristianos siguieron costumbres diferen

    tes,

    entre las que estaba su act i tud ante la ley mosaica.

    As el problema se solucion de raz y Pablo qued

    libre para predicar el Evangelio a los gentiles sin estar

    l igado a las prescripciones acostumbradas. Sin embargo

    pas mucho t iempo antes de que el problema se solucio

    nara de hecho. Las cartas de Pablo son test imonio de el lo

    respecto a los "judaizantes", que en todas las partes se

    mantenan fuertes en las comunidades cris t ianas. Sin

    duda muchos de el los estaban de buena fe, pero el deber

    de Pablo era indicarles las complicaciones l t imas de sus

    ideas que hubieran finalizado despojando a Cristo de su

    t tulo de Salvador. Ms an, en el terreno prct ico, s in

    duda muchos judos, aunque eran cris t ianos, encontraron

    duro el reajustar su pensamiento despus de la larga t ra

    dicin de la ley. En Gal 2:11-14, Pablo nos dice que incluso

    Pedro visitando Antioqua poco despus del Concilio fue

    incapaz de desafiar la opinin de sus compaeros judos

    y tuvo que ser increpado por Pablo por su conducta ambi

    gua respecto a los cristianos gentiles. "Si la justicia viene

    de la ley concluy Pablo entonces Cristo ha muerto

    en vano" (Gal 2:21).

    Segundo viaje misionero

    Con la aprobacin de la Iglesia madre para su misin,

    Pablo pronto vuelve a ponerse en marcha desde Antio

    qua. Su intencin primera fue el volver a andar el ca

    mino recorrido en su primer viaje y as se lo propuso a

    Be rnab . Sin embargo no fueron ca paces de pon erse de

    acuerdo para que les acompaase Marcos, al tomar Ber

    nab part ido por su famil iar, y como resul tado, Pablo

    cambio sus planes (Act 15:36-41). Bernab y Marcos mar

    charon a Chipre y nosotros no omos ms de el los en los

    He cho s de los Apstoles. Pab lo sali, esta vez, por la ru ta

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    t rascontinental a visi tar las ciudades a donde haban l

    gado en su ltimo viaje, Listra y Derbe. Consigo tom

    Silas, personaje importante en la Iglesia de Jerusaln.

    cual ha ba venido a An tioqua (Act 15:22). Como apare

    ms tarde, Si las era como Pablo, ciudadano romano, hec

    que probablemente influy en la eleccin de Pablo.

    Listra tom tambin consigo al joven cris t iano Timot

    (Act 16:1-3) que estaba destinado a ser su discpulo fav

    ri to y su principal colaborador, el cual es mencionado

    casi todas las epstolas de Pablo. Pablo circuncid a T

    moteo, no como una concesin al principio que la ley m

    saica requera para el cris t iano, s ino para hacer posible

    ministerio entre los judos, quienes saban que la mad

    de Timoteo era juda y le habran considerado en su

    tado de incircuncisin como un apstata detestable.

    El resto de la ruta de Pablo en el Asia Menor est su

    to a discusiones. Lucas indica que ellos "pasaron a trav

    del territorio de Frigia y Galacia" (Act 16:6). Si por "G

    lacia" quiere indicar la provincia romana de este nomb

    ellos estuvieron en Derbe, Listra e Iconio. Si quiere de

    la regin conocida con este nombre en los t iempos an

    riores,

    Pablo hizo entonces un largo recorrido hacia

    norte y este, del cual no tenemos informacin alguna. L

    cas dice que "les impidi el Espri tu Santo hablar la pa

    bra en la provincia de Asia". Evidentemente la intenci

    de Pablo era dirigirse a Efeso, la ciudad principal de

    provincia romana del Asia y blanco natural para su ce

    una ciudad donde ms tarde iba a encontrar una Igle

    floreciente. Pero por el momento era claro para l, p

    algunos medios no revelados, que no era tiempo de que

    fuera all . Tampoco le fue permitido entrar en Bitinia,

    norte del Asia Menor. Por una ruta, pues, que no nos

    enter am ente conocida, los misioneros se enco ntraron

    Trad e, al noroe ste de la costa del Asia Menor (Act 16:7 s

  • 7/24/2019 Conoce La Biblia - Nuevo Testamento 07 - Introduccion Y Tesalonicenses

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    22

    INTRODUCCIN

    A LAS

    CARTAS PAULINAS

    Entrada en Europa

    Fue en Trade donde Pablo tuvo el famoso sueo del

    Macedonio

    que le

    suplicaba cruzara para ayudarles

    (Act

    16:9),

    suceso

    que

    ma rca otra poca decisiva

    en la

    historia

    dela Iglesia. Pablo reconoci la voluntad deDiosen esta

    visin y tom la decisin de predicar el Evangelio en

    Europa.

    Act 16:10 marca

    el

    comienzo

    de los

    "pasajes-nosotros"

    de este libro, donde los t rabajos de losmisioneros sedes

    criben

    en la

    pr imera persona

    del

    plural . G eneralm ente

    se ut i l izan stos para probar

    que

    Lucas,

    el

    autor, haba

    vuelto

    a ser

    compaero

    de

    Pablo.

    Sin

    embargo puede sig

    nificar que Lucas sim pleme nte ut i l iz como fuentes el

    test imonio

    de

    algn otro compaero

    de

    Pablo. Sabemos

    por o t ra par te

    que

    Lucas

    fue

    c ier tamente

    uno de los

    dis

    cpulos

    de

    Pablo.

    Por

    razn

    de que la

    evangelizacin

    de

    Filipos se describe con mucho detal le, algunos han pen

    sado

    que el

    mismo Lucas

    era un

    macedonio

    a

    quien Pablo

    encontr

    en

    Trade (pareca

    por

    todos

    los

    hechos

    que

    haba sido gentil ) ,

    y de

    quien Pablo pudo haber recibido

    la

    primera sugerenciade ir aM acedonia.

    En Filipos

    Filipos, la principal ciudad de Macedonia, llegara a ser

    el emplazamiento de una de lasIglesias favori tas de Pa

    blo,

    como sirve

    de

    test imonio

    la

    del icada carta dirigida

    a

    los

    Filipenses. Fiel

    a su

    poltica

    de

    aproximarse pr ime

    ram en t e

    a los

    judos, Pablo comenz

    su

    t rabajo

    en el

    lugar

    de oracin

    de los

    judos. Evidentem ente

    que los

    judos

    de

    Filipos eran demasiado pocos y pob res pa ra m a n t ene r

    una Sinagoga; sin embargo, como era normal , un grupo

    de gentilesde la mejor posicin haban sido atradospor

    la eminente religin

    del

    Judaismo. Entre el los e sta ba n

    una

    tal

    Lidia, "vendedor

    de

    p rpu ra

    en la

    ciudad

    de Tia-

    t i ra", probablemente

    una

    rica mujer

    a

    quien Pablo haba

    INTRODUCCIN

    A LAS

    CARTAS PAULINAS

    baut izado

    y en

    cuya casa

    se

    hospedaban

    los

    misionero

    Sin duda,por sumedio Pabloseaproximmsfcilmen

    a

    los

    gentiles.

    De manera paradjica, Pablo,quean ter iormen te hab

    sufrido en m anos de los judos, en Filipos sufre nuev

    cont ra t iempos al ser acusado de hacer prosel i t ismo

    favor

    de los

    judos. Mientra s

    el

    Judaismo

    fue

    tolerado

    p

    las leyes romanas,

    era

    i l ci ta toda act ividad pa ra hac

    conversos para

    el

    Judaismo entre los ciudadanos romano

    los

    de

    Filipos, com o

    es

    na t u ra l ,

    no

    haca n dist incin ent

    Judaismo y Crist ianismo, mirando a ste comouna sec

    del primero. En todo caso, la acusacin contra Pablo

    Silasfue unamedida posterior como aparece claroen

    Hechos. Fueron perseguidos por un motivo de muypo

    importancia ,

    y fue que los

    exorcismos

    de

    Pablo sobre

    u

    joven,

    que

    t en a t ras tornado

    el

    juicio, haban privado

    sus dueos

    de la

    ganancia

    que

    sacaban

    de

    supuestas rev

    laciones

    que

    ella tena.

    Una noche

    fue

    hecho prisionero Pablo

    en

    Filipos

    un motn originado

    por sus

    perseguidores

    y fue

    en tonc

    la ocasin de invocar por pr imera vez sus prerrogat iv

    de c iudadano romano.

    Por su

    deseo

    de

    sat isfacer

    al p

    pulacho,

    los

    magis t rados

    de la

    ciudad haban hecho go

    pear

    a

    Pablo

    y

    Silas, crimen grave

    que

    bien poda cos

    a lasautoridad es provinciales supuesto,e incluso sus

    das,por el

    inters que tena Roma

    de

    gua rda r

    la

    invio la

    lidad

    de su

    c iudadana .

    Los

    m agis trados

    se

    cons t e rna r

    al descubrir

    que

    aquellos

    dos

    homb res era n algo

    ms

    unos judos predicadores queiban depaso y que pod

    ser t ra tados

    con

    impunidad .

    Fue con

    cierto aire

    de

    t r i u

    fo como accedi Pablo

    a sus

    preocupados ruegos

    y el q

    determinara dejar la ciudad sin recriminaciones. L

    Hechos, que han fijado su atencin en los sucesos m

    extraordinarios

    del

    modo

    de

    vivir

    del

    Apstol

    en

    M a c

    donia,

    en

    real idad

    no han

    contado

    la

    h i s tor ia compl

    sobre Filipos.Por la car taa losFi l ipenses podemos d ed

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    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    zara la unin de la filosofa griega con la revelacin b

    blica y que nosotros conocemos con el nombre de la edad

    patrstica de la Iglesia. Los Hechos de los Apstoles dejan

    una pequea duda de si Pablo mir su predicacin a los

    atenienses en gran parte como un fracaso. Por la prime

    ra carta a los Tesalonicenses sabemos que el Apstol tuvo

    otras preocupaciones, principalmente en lo que se refiere

    al estado de la Iglesia en Tesalnica, que, como l supo

    por Timoteo, estaba soportando una persecucin por partede los que haban seguido la pista de Pablo desde la ciu

    dad. Deba de estar algo desanimado cuando decidi pasar

    a la vecina Corinto.

    E n C o r i n t o

    Corinto, destinada a ser una de las mejores Iglesias de

    la primit iva cris t iandad, no dio tan buenos augurios cuan

    do fue visitada por primera vez por Pablo. Si Atenas com

    pendiaba mucho de lo mejor que tena la cul tura de los

    gentiles, Corinto era el smbolo de muchas de las peores

    cosas de la misma cul tura. Ciudad rica, cosmopoli ta y co

    mercial , haba adquirido una reputacin desagradable des

    de t iempos ant iguos y, aunque ahora era una ciudad to

    ta lmente romanizada, Cor into era prct icame nte s innimo

    de inmoral . Sin embargo, en su descripcin de los t raba

    jos apostlicos de Pablo en ella (18:1-11), los Hechos de

    los Apstoles indican la gran amplitud que tuvieron los

    xitos de Pablo y que confirman las cartas. Aunque, en su

    mayor parte, no fueron premiados sus esfuerzos con los

    judos, el presidente de la s inagoga de una importante

    comunidad de judos se convirti, y "muchos de los de

    Corinto escucharon a Pablo y creyeron y fueron ba utizados".

    Adems, la narracin de la misin de Corinto nos pro

    porciona dos fechas cronolgicas. Cuando Pablo lleg a

    Corinto "encontr a un judo l lamado Aquila, nat ivo del

    Ponto, que acaba de l legar de Ital ia con su esposa Pris-

    INTRODUCCION A LAS CARTAS PAULINAS

    cila porque Claudio haba ordenado que todos los judo

    sal ieran de Roma" (Actl8:2), Aquila y Prisci la, dos con

    vertidos de Pablo, formaban parte de los judos expulsado

    de Roma por el Emperador Claudio, suceso que tuvo luga

    en el ao 49 50 d. C. y que es recordado por el histori

    dor romano Suetonio. Esto nos permite sealar la l legad

    de Pablo a Corinto a lreded or del ao 50 51. Por ot

    parte, se confirma esto con el incidente de Gallio (A

    18:12-17). Gallio, hermano del filsofo Sneca y to d

    poeta Lucano, fue nombrado procnsul de Acaya (provi

    cia romana de Grecia) segn Act 18:12, hacia el fin de

    estancia de Pablo en Corinto, que dur ao y med

    (Act 18:11). Una inscripcin enc ontr ada en Delfos y p

    blicada en 1905, confirma que Gallio fue procnsul por l

    aos 51 y 52.

    Epsto las a los Tesalon icenses

    El comienzo de la carrera l i teraria de Pablo tambin tuv

    lugar en Corinto. Aqu se le unieron Silas y Timoteo quhaban venido desde Macedonia (Act 18:5) y de ellos hab

    recibido noticias, que esperaba con ansiedad, del estado d

    la Iglesia en Tesalnica. Por otra parte, durante el a

    51-52 escribi la primera de sus epstolas cannicas,

    primera carta a los Tesalonicenses. Una segunda car

    sigui a sta, sin duda, durante este perodo y a poc

    meses de la primera.

    Fue probablemente en la primavera del 53, en el m

    mento en que se reanuda la navegacin despus del i

    vierno, cuando Pablo vuelve a Jerusaln y a Antioqua

    Siria, haciendo una breve escala en Efeso que se hal la

    en el mismo cam ino (Act 18:18-22).

    T e r c e r v i a j e m i s i o n e r o

    La divisin que hacemos del apostolado de Pablo en v

    jes es, como lo hemos indicado anteriormente, art i f ici

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    28

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    y esto se puede comprobar con una cuidadosa lectura

    de Act 18:18-22. De Corinto se apresur Pablo en llegar

    a Jerusaln con intencin de realizar un deseo. Su estan

    cia en Jerusaln fue muy breve, lo mismo que en Corinto,

    a la cual no volvi a mirar ms como su cuartel general

    sino simplemente como un lugar de parada en su camino

    de vuelta a Efeso, en donde haba quedado en unirse a

    Aquila y Prisci la . Por otra par te , mientras haba pasado

    ao y medio en Corinto, permanecera durante dos aos

    en Efeso.

    En Efeso

    Aunque los Hechos de los Apstoles dedican considera

    ble espacio a la historia de la misin de Efeso (Act 18:24-

    19:40),

    sin embargo se nos dan muy pocos detalles. Efeso,

    a donde Pablo haba tratado de llegar en su primer viaje,

    era la ciudad principal del Asia Menor. Como la Iglesia

    estaba floreciente en Asia Menor, probablemente Pablo

    consider a Efeso como el centro de sus operaciones msque a Corinto, que estaba ms inaccesible. Desde este cen

    tro "todos los que viven en la provincia de Asia, judos y

    gentiles, oyen la pala bra de Dios" (Act 19:10). Pro bab le

    mente durante estos dos aos el Evangelio se extendi

    hacia el Oriente, hasta Colosos y la regin del valle de

    Lizus.

    Por la carta a los Colosenses, tenemos noticias de

    una Iglesia floreciente en Colosas, Hierpolis y Laodicea.

    Probablem ente tambin la evangelizacin de Trade tu

    vo lugar en este tiempo (cf. Act 20:5-12). El pas por el que

    pas Pablo camino de Efeso, y donde iba "alentando a

    todos los discpulos" (Act 18:23), es muy probable que in

    cluya las ciudades del Asia Menor evangelizadas durante

    su primer viaje: Derbe, Listra, Iconio y Antioqua de

    Pisidia, que miraran a Efeso como su metrpoli. Es pro

    bable que desde Efeso dirigi Pablo a ellas su carta a los

    Glatas para animarles a luchar contra la hereja judai

    zante y que l haba encontrado actuando con energa

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    entre ellos. Por todas estas razones la ciudad de Efeso e

    de capital inters para el autor de los Hechos, que ve e

    ella otra etapa de progreso de la Iglesia hacia Occident

    Primera epstola a los Corintios

    En Efeso, Pablo conoci a Apolo, un misionero cristian

    que haba de desplegar mucha actividad en Corinto,

    donde haba sido enviado por Aquila y Priscila (A

    18:23-28). La primera carta de Pablo a los Corintios, escr

    ta en el tiempo de su estancia en Efeso, fue en parte or

    ginada por la actuacin de Apolo en Corinto y de dond

    tena noticias alarmantes de una lucha de par t idos qu

    amenazaban con romper la unidad de la Iglesia.

    Los Hechos nos dan ciertos detalles de la historia de

    disputa originada por la predicacin de Pablo en Efeso;

    famoso incidente de la Artemis de Efeso, "Diana de los Ef

    sios"

    (Act 19:23-40). Siendo dramtico, sin embargo, es

    incidente no provoc la salida de Pablo de la ciudad, sin

    su mirada estaba ya puesta en otros campos de misi

    ms lejanos y totalmente independientes de cualqui

    oposicin (Act 19:21).

    Parece lo ms at inado pensar que Lucas, en l

    Hechos, ha pasado por al to otras persecuciones sufr

    das por Pablo en Efeso, atento a dar relieve a lo qu

    era el smbolo de sus xitos misioneros. En 1 Cor 16

    Pablo menciona los "muchos adversar ios" que se le op

    sieron en Efeso y en la misma carta indica que "l

    ch con las fieras en Efeso" (15:32), mientras un poc

    ms tarde dice a los romanos que Aquila y Priscila, qu

    estaban con l en Efeso, "por salvar mi vida, expusiero

    su cabeza" (Rom 16:4). Estos hechos no se refieren al ep is

    dio de Diana que ocurri muy al final de la estancia d

    Pablo en Efeso y en el cual no estaba directamente m

    tido (cf.Act 19:31). Parece ms razonable concluir, com

    lo hacen muchos autores modernos, que la permanenc

    de Pablo en Efeso fue mucho ms movida de lo que pare

  • 7/24/2019 Conoce La Biblia - Nuevo Testamento 07 - Introduccion Y Tesalonicenses

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    30

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    sugerir la relacin de los Hechos y que, en concreto, estuvo

    prisionero por un tiempo.

    Epstola a los Filipenses

    La razn para pensar en su pr isin aparte de que Pa

    blo confiesa en 2 Cor 11:23 que es tuvo pris ione ro frecuen

    temente, ciertamente con ms frecuencia de las veces que

    se menciona en los Hechos es que la carta a los Fili

    penses, escrita mientras Pablo estaba en la crcel, parece

    datar de este perodo. Es muy afn en el lenguaje y en

    las ideas a las cartas que nosotros sabemos con certeza

    estn escritas en este perodo, ms que a las "otras eps

    tolas de la cautividad" (Efesios, Colosenses, Filemn) es

    cr i tas ms tarde cuando Pablo estaba pr isionero en Roma.

    La fiel Iglesia de Filipos, teniendo noticias de la desgracia

    de Pablo, le conforta y anima y en contestacin Pablo

    expres sus deseos de visi tar les pronto y mientras tanto

    enviaba a Timoteo como emisario suyo (Fil2:19-24; cf.

    Act 19:21 s).

    Algunos autores tambin creen que durante su perma

    nencia en Efeso Pablo hizo un viaje de ida y vuelta a Co-

    r into por mar; creen que tal visi ta es necesar ia para ex

    plicar cier tas discrepancias entre la pr imera y la segunda

    carta a los Corintios. Ante tales hechos, todos reconocen

    que la narracin que se hace de Pablo en los Hechos es

    incompleta, al estar compuesta del mater ial que era de

    inters para el autor en la exposicin de su esquema del

    desarrollo de la Iglesia, ms que de lo que hubiera pro

    porcionado una completa biografa del Apstol.

    Segunda epstola a los Corintios

    La segunda car ta a los Corintios nos proporciona una

    narracin ms detallada de los viajes de Pablo, despus

    de dejar Efeso, que la sum aria exposicin de Act 20 :1.

    Despus del tumulto sobre Diana de Efeso, Pablo se dirige

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    a Trade donde va a encontrar a Tito, el discpulo qu

    haca mucho t iempo le haba acompaado al Concil io d

    Jeru saln (Gal 2:1), quien le iba a inform ar sobre el est

    do de la Iglesia de Corinto. Por delicadeza, Pablo determ

    n no seguir directamente hasta Corinto, sino espera

    noticias del efecto de su anterior carta de admonici

    Dejando a Tito, a quien haba encontrado, atraves Ma

    cedonia y visit Filipos. Aqu le encontr Tito cuando

    trajo buenas noticias, y aqu fue escrita la segunda car

    a los Corintios.

    Epstola a los Romanos

    No est claro cunto t iempo permaneci Pablo en M

    cedonia. Algunos concluyen de Rom 15:19, que el Apst

    no estaba contento con la asistencia apostlica que pro

    curaba a las iglesias de Filipos, Tesalnica y Berea y llev

    tambin su actividad misionera a nuevos terr i tor ios qu

    se exten dan h ast a el Adritico. De Macedonia finalmen

    volvi a Corinto, donde permaneci tres meses; es prob

    ble que los meses de invierno cuando la navegacin

    imposible, hasta que determin volver a Siria por m

    (Act l0: l s ) . Cuanto nos es posible de te rminar c ronolg

    camente, aunque nunca de manera cier ta , es que es

    ten dra lugar en invierno del 57-58 d. C. De nuevo no

    nos dice nada de la actividad del Apstol en Corint

    pero es cierto que la epstola a los Romanos fue escri

    aqu por este t iempo. De modo diferente a las otras ca

    tas , Pablo dirige esta epstola a la Iglesia que todava

    ha visitado y de la cual no es su fundador, aunque splan actu al es hacer un viaje a Roma (cf. Act 19:21). L

    epstola difiere tambin de las otras cartas en que no h

    sido motivada por su ministerio, sino que, ms bien,

    la elaboracin doctr inal de algunos de los temas desarr

    llados en su carta a los Glatas.

    El resto de la narracin del "tercer viaje misioner

    de los Hechos es de gran valor por la luz que arroja sob

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    32

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    la historia de la primit iva Iglesia, pero dice relat ivamen

    te poco de Pablo. Cuando el Apstol, en la primavera del

    ao 58, descubre un complot judo que se haba organi

    zado contra l ( las circunstancias del hecho no se han

    esclarecido) abandona su viaje por mar y en cambio vuel

    ve a Trade a t ravs de Macedonia, acompaado por algu

    nos seguidores (Act20:3-6). En Fi l ipos permaneci hasta

    despus de Pascua, a continuacin, se qued una semana

    en Trade, en la que haba ahora una comunidad cris t ia

    na o rgan izad a (Act 20:7-12). Desde Trade nav eg h acia

    el sur por la costa, haciendo escala en varios puestos, pero

    procurando retrasarse lo menos posible, ya que haba de

    terminado l legar a Jerusaln para Pentecosts (Act20:13-

    16). Por las epstolas conocemos el motivo de su ida a Je

    rusaln, que fue el dar para los pobres de la Iglesia-Madre

    la colecta que haba recogido en las iglesias de Macedo

    nia y Acaya, en cumplimiento del compromiso que tena

    hec ho hac a mu cho tiempo (cf. Gal 2:10).

    Efeso era un lugar que Pablo no poda pasar com

    pletamente de largo cuando estuvo cerca. Desde la cercana Mileto, cit a la Iglesia de Efeso, a la que dirigi una

    conmovedora alocucin, una de las ms personales que

    los Hechos le atribuyen, en la que vaticina los sufrimien

    tos que le esperan en Jerusaln por parte de sus hermanos

    los judos (Act 20:17-38). Sin embargo, su sombra predic

    cin de que no volvera a verles, no se cumpli, si juzga

    mos por lo que se dice en las epstolas pastorales.

    En lo resta nte del viaje de vuel ta a Jerusa ln, en que

    los misioneros siguieron la ruta por mar que recorran

    las naves de los comerciantes fenicios (Act 21:1-16), Pablo

    fue advertido por dos veces, en Tiro y en Cesrea, de las

    dificultades con que se iba a encontrar en Jerusaln. Pablo

    y sus compaeros debieron de llegar con los corazones un

    poco tris tes a la Ciudad Santa, y probablemente la l t ima

    vez en la vida de Pablo.

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    Prisionero en Palestina

    Las circunstancias del arresto de Pablo y su encarcel

    miento en Palestina nos las describen Act21:17-26:32. L

    advertencias y prediciones que tuvo en el viaje a Jerus

    ln se cumplieron ampliamente.

    La Iglesia de Jerusaln, como era natural , estaba com

    puesta por judos que, siendo cristianos, observaban

    Ley Mosaica como, en realidad, el mismo Pablo haca e

    su vida privada. La predicacin del Apstol de la salvaci

    por la fe, en la que los judos y gentiles estaban en u

    posicin de igualdad y en que la Ley era impertinent

    no fue inspirada en el desprecio a la Ley, la cual Pab

    siempre consider como santa; tampoco intent persu

    dir a los judos a que abandonaran la prct ica de lo q

    formaba parte de su leg t ima cul tura nacional y t radici

    nal . Por su parte, s in embargo, no era renunciar a s

    principios, cuando se avino a lo que le propusieron los cri

    t ianos de Jerusaln, de que hiciera una confesin pbli

    de su prc t ica de la Ley para calmar los rumores de que

    opona a ella.

    Esta estratagema fal l y adems era probable que f

    llase. En Jerusaln, los judos cristianos, que frecuentab

    la sinagoga y el templo y, en general, se portaban com

    otros judos, fci lmente podan dar la impresin de q

    el Cristianismo no era otra cosa que una secta del J

    daismo las divisiones doctrinales entre judos, que fo

    maban diversas sectas reconocidas, con frecuencia no er

    ms pronunciadas, para quien juzgara desde fuera, q

    las diferencias entre Crist ianismo y el Judaismo pri

    cipal . En aquel las circunstancias los mismos judos cri

    t ianos podan incluso considerar su fe diversa conform

    a este punto de vista. Pablo, s in embargo, haba come

    zado un trabajo que era necesario para que no se rea

    zara tal confusin, ya fuera por parte de los judos com

    por parte de los gentiles. Su enseanza sobre Cristo, com

    3

  • 7/24/2019 Conoce La Biblia - Nuevo Testamento 07 - Introduccion Y Tesalonicenses

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    34

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    punto central en la obra de la salvacin, no hubiera deja

    do duda de que la nueva rel igin no era meramente una

    nueva interpretacin del Judaismo sino que le haba su

    perado.

    Sus enemigos, deseosos de tener algn pretexto para

    cast igar lo que el los consideraban una t raicin, falsamen

    te le acusaron de introducir a los gentiles en los recintos

    del templo, crimen que las autoridades romanas habandeterminado cast igar con la muerte. Podemos hacer notar

    que de nuevo fueron los judos griegos, implacables ene

    migos suyos (Act

    21:27).

    Se levant un revuelo entre el

    pueblo que finaliz con el arresto de Pablo, y slo su ciu

    dadana romana le l ibr de la arbi traria brutal idad de los

    soldados romanos, cuya primera intencin era apalearle

    y despus investigar en la verdad o falsedad del hecho.

    Traslado a Cesrea

    Despus de un prel iminar juicio oral delante del Supre

    mo Consejo Judo y que termin en un desorden por causa

    de un hbil juego de Pablo pero en el que t rat de

    presentar el verdadero motivo de su persecucin el

    tribunal romano en Jerusaln le t raslad en secreto, du

    rante la noche, a Cesrea para prevenir el que fuera ase

    sinado por parte de un grupo violento que se haba de

    terminado a tomar la ley por sus manos. En Cesrea, que

    era el cuartel general del Procurador romano, Antonio

    Flix, de nuevo las autoridades judas acusaron a Pablo en

    forma legal, pero sin resultado.

    Ahora comienza para Pablo un perodo de unos cinco

    aos durante el cual ser prisionero al menos terica

    mente. Aunque tena un cierto grado de l ibertad para

    comunicarse con sus amigos y recibir sus visitas, sin em

    bargo sus viajes apostlicos, por el momento, haban lle

    gado a su fin. Antonio Flix, un oportunista sin escrpu

    los,

    conoca, por su larga experiencia en Palest ina (hab a

    sido procurador desde el ao 52-60) que las acusaciones

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    que se le hacan a Pablo no tenan fuerza, pero deseo

    y necesitado de estar a bien con las autoridades judas

    persuadi que era mejor tener a Pablo en la crcel .

    Cuando Flix fue quitado de su cargo por el empe

    dor Nern en el ao 60, fue reemplazado por Porcio Fes

    Festo fue un hombre honesto, cosa rara entre los proc

    radores romanos. Por otra parte, era un hombre sin

    periencia y los enemigos de Pablo, que no le haban ol

    dado, t ra taron inmed iatamen te de aprovecharse de la ca

    didez del procurador. Su plan era conseguir que Pa

    fuera enviado de nuevo a Jerusaln, con lo cual podr

    ponerle alguna asechanza y conseguir con el lo su mu

    te . Festo, totalmente inconsciente, consint i en sus p

    nes porque deseaba comenzar su carrera en Palest ina a

    gurndose la buena voluntad de los lderes judos. Cua

    do indic a Pablo que fuera a Jerusaln para tener

    juicio delante del Sanedrn, t rat de garant izar con

    propia presencia el que se hiciera just icia. Pero Pa

    saba que, una vez que dejara la seguridad que le ofreCesrea, tendra pocas probabil idades de salvarse. F

    ya le haba tenido en prisin durante los dos aos es

    pulados para la preparacin de una acusacin formal y

    un juicio. Festo podra acarrearle un mayor mal al ig

    rar las fuerzas que se oponan a Pablo.

    Pablo hizo la nica cosa que poda hacer: apel

    Csar haciendo uso de su prerrogat iva de ciudadano

    mano y as forz su salida de Palestina. Despus de

    famosa defensa en presencia de Herodes Agripa II (A

    25:13-26:32) Pablo dejaba Tierra Santa probableme

    para no volver jams.

    Viaje a Roma

    La narracin grfica del viaje de Pablo a Roma, escr

    en primera persona del plural (originariamente por L

    cas o alguno de sus compaeros de viaje) es una de

    ms inte resan tes de los Hechos (ce. 27-28) y contiene p r

    36

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

  • 7/24/2019 Conoce La Biblia - Nuevo Testamento 07 - Introduccion Y Tesalonicenses

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    ticamente la nica relacin contempornea de los peli

    gros de los viajes por mar.

    Juntamente con otros pr isioneros destinados a Roma,

    Pablo fue transferido a un centurin de Cesrea quien

    les embarc en una nave que se diriga a Asia. En Sidn

    se le concedi a Pablo desembarcar para recibir las aten

    ciones de sus hermanos, indicando probablemente con esto

    que el Apstol se haba puesto enfermo. Desde Sidn na

    vegaron al sotovento de Chipre y bordearon la costa de

    Cilicia y Panfilia hasta que llegaron a Mira de Licia, en

    la punta ms al sur de Asia Menor. Aqu cambiaron de

    barco, tomando una nave alejandrina destinada a I tal ia .

    Con dificultad llegaron hacia oeste hasta Cnidus, donde

    no pudieron desembarcar por el viento. As navegaron

    hacia el sur, al sotovento de Creta, donde desembarca

    ron con dificultad en el puerto de Buen Puerto.

    Estaban en la mitad de setiembre cuando la navega

    cin comienza a ser peligrosa. Pablo aconsej al centurin

    invernar en Buen Puerto a pesar de las malas condicio

    nes de ste, pero decidi apresurarse hasta el puerto ms

    seguro de Fenice. Intentando llegar a l y navegando a

    lo largo de la costa de Creta, les cogi un fuerte viento

    noroeste y les arrastr al mar abier to. Durante dos sema

    nas fueron llevados por la fuerza del mar, hasta que por

    fin naufragaron en la isla de Malta.

    Despus de invernar en Malta, navegaron de nuevo en

    otro barco alejandrino y, habiendo alcanzado Siracusa de

    Sicilia a los tres das, continuaron por la costa hacia arri

    ba, hasta Regio, en la punta de la bota de Italia. Dos das

    ms tarde, con viento favorable, desembarcaron en Pu-

    teoli, entonces uno de los puertos principales de Roma.

    All encontraron a cr ist ianos que evidentemente per te

    necan a la Iglesia de Roma y con ellos permanecieron

    durante una semana. "Y as concluye Lucas llegamos

    a Roma. Y los herm ano s de all, tenien do noticia de

    nuestra llegada, vinieron desde el mercado de Apio y las

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    Tres Tabernas; y, cuando Pablo les vio, dio gracia

    Dios y se anim. A nuestra llegada a Roma, a Pablo le

    ron permiso para vivir por su cuenta con un soldado

    le gu arda se". (Act 28:15 s).

    Epstolas a los Colosenses a Filemn

    y a los Efesios

    La estan cia de Pablo en R oma se, puede designar co

    nombre de "custodia libera militaris". Estaba tcn

    mente bajo custodia pero viva en su propio alojami

    con amplia libertad para escribir y predicar. Durante

    poca escribi la carta a los Colosenses cuando tuvo

    ticia de las graves dificultades doctrinales a las que

    taba haciendo frente aquella Iglesia . Juntamente con

    envi una breve nota a Filemn, un cr ist iano importa

    de Colosas y la carta a los Efesios que es un desarr

    doctrinal de las ideas contenidas en la carta a los

    losenses.

    Act 28:17 indica que hubo un peque o con tacto e

    los cristianos y los judos de Roma, al sugerir que

    este tiempo la Iglesia de Roma estaba compuesta en

    mayora de gentiles. Pablo hizo un gran esfuerzo en Ro

    por atraer a sus hermanos los judos, pero aparentem

    no tuvo mucho xito. Act

    28:28,

    al ci tar las palabras

    les dirigi a ellos, virtualmente describe el futuro de

    Iglesia en el mundo: "Sabed, pues, que la salud de D

    ha sido ya comunicada a los gentiles y stos la oir

    La salvacin ha pasado, pues, de los judos a los genti

    y la Iglesia pertenece a todo el mundo.

    Antes se pensaba que Lucas debi haber concluido

    Hechos de los Apstoles antes de que Pablo hubiese

    puesto en l iber tad, pues de lo contrar io hubiera cont

    este suceso en lugar de concluir con Pablo todava e

    prisin. Pero aho ra se ve que tuvo presente o tra idea

    cho ms importante. Deliberadamente termin la na

    cin con Pablo todava en Roma porque al final ib

  • 7/24/2019 Conoce La Biblia - Nuevo Testamento 07 - Introduccion Y Tesalonicenses

    21/56

    38

    INTRODUCCIN

    A LAS

    CARTAS PAULINAS

    contar lahistoria quetena intencindedecir: LA IGLESIA

    QUE HABA COMENZADO COMO UN SECTA J UDA ENJ E R U S A L N

    HABA LLEGADO SER U N I V E R S A L DEHECHO Y EN SUESTRUCTURA.

    En real idad noshad ichodeman era equivalenteque Pa

    blofuepuestoenl ibertad,aldecirnos que p erm anec i all

    "du ran t e dosaos com pletos" (Act 28:30). Comonopre

    sentaran cont ra l cargo alguno (de loscuales los judos

    de Roma no esta ban enter ado s, segn Act 28:21) sera

    automt ico

    el que

    fuera puesto

    en

    libertad

    al

    final

    de

    estos dos aos.En las cartas que escribe Pablo desde Roma

    durante este perododel61-63d. C, aparece cmo miraba

    l mismo conconfianza sul ibertad. Eneste t iempo esta

    ban con lAristarco (Col 4:10), Epafra s (Filem 23), Dem s

    (Col 4:14; Filem 24), Jess elJu sto (Col 4:11), Lucas(Col

    4:14; Filem 24), Marco s (Col 4:10; Filem 24), On sim o

    (Col 4:9 ; Filem 10), Tim oteo (Col 1:1; Filem 1),y Tiquio

    (Ef6 :21 ; Col 4:7).

    ltimos aos de Pablo

    P ara lasetap as finales de la vida dePablo dependemo s

    de algunos presupuestos y decierto n mero de conjetu

    ras.

    Lospresupuestos p rincipalm ente son quelasca r t a s

    pas torales son au tnt icas dePabloyquefueron escri tas

    en el siguiente orden: 1Tim, Tit,2 Tim ambas cosas

    las sost ienen comnmente los autores catlicos.La conje

    tura apoya lasuposicin deque Pablo lleva cabo a lgu

    n a s

    de sus

    intenciones

    que

    previamente haba anunciado .

    Apoyndonos en ellas podemos sugerir el siguiente i t i

    nerario.

    Despus

    de

    ser

    puesto

    en

    l ibertad

    en el

    63, Pablo

    fue

    a Espaa. Sabemos que tena intencin dehacerlo(Rom

    15:24)yalgunas fuentes patrs t icas de lospr imeros t i e m

    pos indican quelohizo. Proba blemente en suruta de ida

    o devuel ta de Espa a hizo escala en la costa sur de

    Francia . Devuel ta deEspaa en elao64, pas de l argo

    Roma, en este momento muy insegura par a los cr i s t i a-

    INTRODUCCION

    *A LAS

    CARTAS PAULINAS

    nos,

    ya queNern les ha ba acusadodequemar laciud

    En cambio, naveg directamente a Asia Menor, dese

    barc enMileto,yvisit Colosas, donde h aba anuncia

    previamente sullegada (Filem 22).De Colosas se dir

    de nuevo a Efeso donde dej a Timoteo en el

    ao

    1T im1:3).

    Epstolas a Timoteo y a Tito

    Desde Efeso, Pablo fue a Macedonia por el camino

    Trade. Denuevo en Filipos, escribi lapr imera car ta

    Timoteo. Desde Macedonia sedirigi, probablem entep

    el caminodeCorinto,a Creta, donde deja Tito (Tit 1:

    A continuacin subi a Nicpolis,en lacosta occide n

    de Macedonia, donde permaneci el invierno del65-

    All escribilacar ta aTitoyfue tambin al l donde

    selevolvia unir (Tit 3:12).

    Despus de dejar Nicpolis, prob able me nte v iaj

    nor te a t ravs del Ilrico y Macedonia antes del lega

    Trade, donde

    de

    nuevo

    fue

    hecho prision ero (2 Tim 4:1

    Se puede presumir que,como conocido lder delos cr

    tianos, Pablo fueunadelas l t imas vct imas de la p

    secucin de Nern dirigida contra los cris t ianos.

    Trade sera llevadoaEfeso, capital deAsia, par a hac e

    un juicio pre limin ar (2 Tim 4:16 s); por esto, desde Mi

    to ,se leenvia Roma. Esta vezsuru ta ser a d i recta :

    t ravs

    del mar

    Egeo hasta elpuer to deCorinto deC e

    dra,enun barcoconcarga pa ra elotro ladodelis tmo

    Corinto. Desde Corinto siguierondenuevola ru tadel m

    has ta Puteol i (2Timl :17; 4 :9 ,21) .

    Pablo lleg

    a

    Roma

    en el

    ao

    66. Aqu escribi

    su

    gunda epstola a Timoteo. Fuedecapitado en el impe

    de Nern elao 67.Segn lat radicin suejecucin tu

    lugar

    en la

    va

    de

    Ost ia,alas afuera s

    de

    Roma,

    en el

    l ug

    conocido como TreFontane, donde hay un m onas t e

    t rapense.Sucuerpo fuesepultado en un cementeriode

    v a deOstia,a corta distancia de losmurosdelac i ud

    40

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

  • 7/24/2019 Conoce La Biblia - Nuevo Testamento 07 - Introduccion Y Tesalonicenses

    22/56

    Sobre el lugar de su tumba hoy se levanta la gran Baslica

    de San Pablo E xtra M uros, que lleva el nomb re del Apstol.

    El pensamiento de Pablo

    El haber narrado la vida de Pablo supone que hemos in

    dicado su importante significacin en la Historia de la

    primitiva Iglesia. Como indicamos al comienzo, presidi

    y experiment las etapas cruciales por las que la Iglesia

    se desarroll desde una comunidad juda, que surgi en un

    oscuro rincn del Imperio Romano, hasta t ransformarse

    en un movimiento internacional de habla griega, estable

    cido firmemente en todos los centros del mundo civiliza

    do; en gran parte Pablo dirigi estas etapas de desarro

    llo y las inici. Una de las paradojas de la historia es que

    al judo de Cilicia, hebreo de hebreos y fariseo, le atri

    bumos el hecho principal, bajo la proteccin de Dios, de

    que la Iglesia haya prescindido de las amarras de sus or

    genes nacionales y haya venido a ser posesin de toda la

    humanidad .

    Si la religin cristiana ha llegado a ser el molde de

    la civilizacin occidental a la que nosotros pertenecemos,

    se le debe a Pablo ms que ningn otro hombre, Es por

    esta razn por la que Lucas, aparte de lo fascinante de

    la propia vida de Pablo, ha tomado la carrera de ste

    como el contenido de la segunda parte de los Hechos.

    Adems de ser un extraordinario hombre de accin,

    Pablo era sobre todo el l der ms importante del primit ivo

    Cristianismo. Los grandes movimientos los originan las

    grandes ideas, sin las cuales la accin es imposible. El

    Cristianismo nunca poda haber llegado a ser lo que es

    sin hombres como Pablo que, guiados por el Espritu Santo,

    apl ican hasta sus l t imas consecuencias el mensaje de la

    verdad que el fundador del Crist ianismo ense a sus pri

    meros discpulos en Gali lea y Judea. Sin embargo, para

    conocer plenamente la grandeza de Pablo, debemos no

    slo presentar lo que hizo sino tambin estudiar sus pa

    labras.

    Siempre se ha reconocido que Pablo es el ms impo

    tante de los escritores del Nuevo Testamento. Cuand

    hablamos de "doctrina del Nuevo Testamento" o "teolog

    del Nuevo Testamento" frecuentemente no nos referimo

    a ninguna otra cosa ms que a alguna de las enseanz

    de Pablo. De tal manera es verdad esto que los crtico

    racional is tas, todos a una, determinaron designar al Cri

    tianismo histrico con el nombre de "Paulinismo", con

    cual insinuaban que el gran Apstol era el responsab

    de la gnesis y del desa rrollo de lo que es fund am enta l e

    nuestra fe. Cr t icos independientes de nuestros das, e

    principio, han abandonado esta posicin. Sin embarg

    admiten que Pablo ha comprendido mejor que ning

    otro de los cristianos primitivos el espritu de la doctrin

    de Jess, y que a travs del Apstol llegamos hasta encon

    trarnos cara a cara con el Maestro mismo.

    Para apreciar esto, debemos leer las cartas de Pab

    cuya tarea vamos a comenzar a continuacin.

    LOS ESCRITOS DE PABLO

    Cartas o epstolas?

    La pregunta puede parecer al principio extraa: los e

    cri tos de Pablo se han de l lamar cartas o epstolas? Pa

    nosotros parecen significar la misma cosa, aunque ordin

    r iamente hablaremos de car tas y usaremos e l t rmin"epstolas" ms bien semiconscientemente como un t

    mino tradicional o afectado, excepto cuando nos encon

    t-amos ante documentos bbl icos u otros documentos a

    tiguos. Lo que queremos decir con la pregunta es: son l

    epstolas de Pablo cartas verdaderas, esto es, s imples e

    tensiones o sust i tuciones de su conversacin, cartas com

  • 7/24/2019 Conoce La Biblia - Nuevo Testamento 07 - Introduccion Y Tesalonicenses

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    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    las que nosotros escribimos? O son ms bien formalistas

    composiciones l i terarias, t ratados morales o doctrinales

    que utilizan la forma de carta como una ficcin literaria?

    Algo similar a esto, y que nosotros utilizamos hoy, se llama

    carta abierta que se dirige a una persona individual o un

    grupo, pero en real idad se pretende que sea pblica. Si

    los escri tos de Pablo entraran dentro de esta categora,

    realmente deberamos l lamarlos epstolas en lugar de

    cartas.

    Contestar a esta pregunta no es tan fci l como pare

    ce . Por una parte, como ya hemos sealado continuamente

    en las pginas anteriores, los escritos de Pablo estn diri

    gidos a personas verdaderas, ordinariamente a comunida

    des ms bien que a individuos, pero comunidades con las

    que estaba en relaciones plenamente famil iares y a las

    que conoca personalmente. Fueron escri tas para solucio

    nar problemas que le presentaban, para corregir abusos

    de los cuales haba odo hablar, para responder, en otras

    palabras, a s i tuaciones actuales y reales. Por lo tanto pa

    rece obvio que las diramos el nomb re de cartas en el sen

    t ido estricto de la palabra. Pero por otra parte los cris

    t ianos miran a las epstolas de Pablo como documentos

    cristianos que son norma aplicable a la Iglesia en todos

    los tiempos, y en realidad as fueron mirados desde el

    comienzo.

    Comparacin con los papiros

    La pregunta ha adquirido ms importancia con el des

    cubrimiento, al f inal de la pasada centuria, de los "papi

    ros",

    un gran nmero de papiros manuscri tos que datan

    de los t iempos del Nuevo Testamento, encontrados prin

    cipalmente en las arenas de Egipto, y que se componen

    de documentos comerciales y privados de todas las clases,

    muchos de los cuales son cartas. Inmediatamente se reco

    noci que el lenguaje del Nuevo Testamento, no slo el de

    los escritos de Pablo, era el mismo griego familiar y vul-

    INTRODUCCION A LAS CARTAS PAULINAS

    4

    gar del de los papiros, hecho que ha estado durante larg

    tiempo velado por el lenguaje majestuoso, sonoro y potic

    en el que era costumbre traducir la Biblia. Se ha descu

    bierto tambin que las epstolas de Pablo fueron escrita

    en la forma de carta convencional de la poca. La nic

    diferencia significativa est en la extensin, ya que mien

    tras el promedio de las cartas de los papiros es de una

    87 palabras, el promedio de las de Pablo es de 2.500.

    Como consecuencia de estos descubrimientos uno de lo

    eminentes eruditos actuales lleg a esta conclusin: "La

    cartas de Pablo no son escri tos l i terarios; son cartas au

    tnticas, no epstolas; las escribi Pablo, pero no para se

    pblicas o para la posteridad, s ino para las personas a la

    cuales ellas van dirigidas. Casi todos los errores que s

    han cometido siempre en el estudio de la vida y la obr

    de Pablo, han provenido de descuidar el hecho de qu

    sus escritos no son de carcter literario sino epistolar

    (ADOLF

    DEISSMANN,

    Light From the Ancient East,

    p. 234

    Hay una verdad en esta exposicin que nunca debi

    ramos olvidar y que, en la medida en que es verdad, deb

    tenerse cuidadosamente presente. Pablo no vivi en el de

    sierto sino en un mundo de habla griega del cual h

    part icipado mucho. Es obvio que sus palabras t ienen qu

    ser comprendidas, primero y principalmente, segn el con

    texto que l las ha dado, en la situacin concreta en l

    que ha tenido que t ratar. Es igualmente obvio que ha

    que entenderlas segn el espritu popular con que han sid

    escri tas , por un hombre que t rata famil iarmente con su

    amigos: con esta medida el vocabulario, que es semejant

    al encontrado en los papiros frecuentemente, puede arrojar mucha luz sobre el pensamiento de Pablo. Por la mis

    ma razn la tendencia moderna de t raducir el Nuev

    Testamento en un lenguaje de conversacin y popula

    es buena, ya que de este estilo fue el griego en el que ori

    ginalmente fue escrito. Los escritos de Pablo no son com

    posiciones literarias elaboradas sino cartas.

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    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    No slo las cartas de Pablo se diferencia de las de los

    papiros en la longitud sino tambin en otras cosas. No

    es verdad cuando se dice que el Apstol no tuvo presente

    al pblico o a la posteridad cuando escriba. Y este es en

    particular el caso de las cartas de Romanos y Efesios,

    donde el Apstol evidentemente ha elaborado ciertos as

    pectos de su enseanza, ms por causa de la doctrina que

    por cualquier urgente inters pastoral de sus dirigidos, y

    esto tambin vale para las otras epstolas. Propiamente

    Pablo siempre fue consciente de su autoridad apostlica

    y del hecho de que l no escriba meramente como un

    cristiano privado a otro cristiano sino como el receptor de

    la divina revelacin que haba de manifestar la "palabra

    nueva" en el desarrollo del mensaje cristiano. Consider

    que sus cartas haban de ser guardadas y ledas por otros

    adems de sus primeros dirigidos (cf.Col4:16) como en

    realidad sucedi. Por lo tanto son escritos de un profesio

    nal y esto se extiende a las epstolas y a las cartas.

    Lenguaje y vocabulario

    El lenguaje de las epstolas de Pablo, como el resto del

    Nuevo Testamento, es el comn al pueblo ordinario y que

    los papiros nos le han colocado en su verdadera perspec

    tiva. Este lenguaje lo escribi Pablo con vigor y de manera

    fluida, sin vacilacin ni rebuscamiento de palabras. Evi

    dentemente Pablo pens y escribi en griego, ya que las

    epstolas contienen muchos semitismos, esto es, locuciones

    arameas comunes en los evangelios que traicionan la pa

    ternidad literaria de aquellos para quienes el griego erauna lengua extranjera. Pablo era capaz de usar esta len

    gua con gran efecto dramtico y algunos de los ms t ier

    nos pasajes del Nuevo Testamento son suyos. Su estilo es

    exclusivamente el suyo propio y lo utiliz con el mayor

    provecho. Sin embargo, al lado de los modelos del Nuevo

    Testamento el griego de Pablo no es lo mejor. Era un hom-

    INTRODUCCION A LAS CARTAS PAULINAS

    4

    bre culto y escribi como tal, pero no dedic ni su educa

    cin ni su inteligencia a tareas literarias.

    Antecedentes en el Antiguo Testamento griego

    Si es importante interpretar las palabras de Pablo en

    su marco contemporneo, es an ms importante tene

    presente todo lo que le separa de la civilizacin griega e

    la que vivi. Aunque Pablo pens y habl griego, origina

    riamente era judo, por preferencia y por educacin. Pa

    rece que tuvo poco inters y muy poco conocimiento d

    la literatura griega. Su medio ambiente literario fue cas

    exclusivamente el del Antiguo Testamento y el de otro

    escritos del Judaismo.

    Esto significa que muy frecuentemente para la com

    prensin de ciertas palabras claves de su vocabulario teo

    lgico tales como "redencin", "salvador", "propiciacin

    y muchas otras debemos fijarnos en el Antiguo Testa

    mento gr iego ms que en la sociedad pagana contempornea. El Antiguo Testamento griego, cuyo lenguaje l

    era a Pablo ms familiar que ningn otro, era en su mayo

    parte una "traduccin gr iega". Al poner las memorias d

    la historia y pensamiento religioso de Israel en una lengu

    que nace de una mentalidad completamente diferente, lo

    traductores de la Biblia gr iega inevitablemente hubiero

    de usar palabras nicamente las palabras gr iegas qu

    eran uti l izables muy frecuentemen te en otro sentido qu

    el que tenan exactamente en el griego puro. Estas pala

    bras, cuando se encuentran en la Biblia griega, significa

    lo que el contexto y la inspirada intencin del escrito

    les dio, no necesariamente lo que el griego etimolgica

    mente puede indicar . Cuando Pablo usa estas palabras

    consagradas por la tradicin centenaria juda, se ha d

    presumir que Pablo quiso indicar con ellas lo que signifi

    can en el Antiguo Testamento griego, no lo que ellas po

    dan significar para un griego pagano.

    Esto es una verdad tan vulgar que nos podemos sor

    46

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

    INTRODUCCIN A LAS CARTAS PAULINAS

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    prender al saber cuan frecuentemente ha sido ignorada.

    En tiempos pasados, Pablo ha sido mal traducido y, ms

    frecuentemente, mal interpretado por el abandono de este

    principio. Es muy importante para nosotros que compren

    damos bien esto, ya que estamos ahora mucho ms dis

    tanciados de su mundo contemporneo y de la tradicin

    griego-juda de la cual fue heredero. Los modernos comen

    tar istas que son tambin per i tos del Antiguo Testamento

    griego, prestan un buen servicio a los hombres al restau

    rar el pensamiento de Pablo en sus formas originales y

    al apartar le de los caminos por donde Pablo nunca haba

    tenido intencin de desviarse.

    Aparte de la influencia del helenismo contemporneo

    y del griego del Antiguo Testamento, hay muchas cosas

    en el lenguaje y en el estilo de Pablo que hay que atri

    burselas nicamente a l. Ningn escritor del Nuevo Tes

    tamento t iene ms formas caracter st icas de expresin

    que Pablo. Su estilo es ms propio de un pensador enr

    gico que de un hombre sosegadamente meditat ivo. Sus

    pensamientos brotan unos de otros, muchas veces sacr i

    ficando el orden lgico. Tiene tendencia a los anacolutos,

    esto es, a dejar una frase sin terminar, suspendida en el

    aire,

    a causa de que un nuevo pensamiento le ha sugestio

    nado antes de que tuviera t iempo de expresar completa

    mente la f rase anter ior . Frecuentemente acenta su pen

    samiento amontonando adjetivos y verbos de tal manera

    que causara la desesperacin a un elegante estilista. Todos

    estos giros son aumentados todava ms por el hecho de

    que ordinariamente dictaba sus car tas a un escr iba en

    lugar de escribirlas l mismo. Es fcil imaginar cmo fre

    cuentemente sus secretar ios debieron correr para poder

    seguir el torrente de sus palabras, y cmo tambin fre

    cuentemente debieron de dejar de hacerlo.

    La recopilacin

    Es probable que hasta el final del primer siglo del Cris

    tianismo no se reunieron las epstolas de Pablo. Los evan

    gelios escritos antes del final de este siglo, presentan

    muy poca dependencia, si es que tienen alguna, con la

    epstolas, las cuales, se puede presumir, eran desconocida

    a los evangelistas. Por otra parte, la literatura cristian

    de finales del s. i y comienzos del s. n supone un conoci

    miento de las obras recopiladas de San Pablo.

    Las cartas dirigidas a las diferentes Iglesias, fueron

    naturalmente guardadas por estas Iglesias y pasaron de

    unas Iglesias a otras. Gradualmente fueron agrupadas en

    una nica coleccin hasta llegar al nmero completo qu

    tenemos ahora. Sin duda hubo otros escritos de Pablo qu

    no poseemos. El primer testimonio cristiano del canon de

    Nuevo Testamento menciona slo las epstolas de Pabl

    que poseemos hoy y slo stas las ha considerado la Iglesi

    como escritos inspirados.

    El orden en que se encuentran las car tas ahora en

    nuestras Biblias no es el original. Acerca de su orden ori

    ginal se t ienen diversas opiniones: el orden actual pro

    viene de comienzos del s. iv. Como se puede var a las in

    mediatas, este orden no tiene nada que ver con el orden

    en que fueron escritas las epstolas. El nico cambio d

    este orden es el que se refiere al lugar que ocupan Glata

    y Efesios (la ltima es en realidad algo ms larga que l

    primera). Sin duda esta discrepancia tiene algo que ve

    con la historia de la creacin de la coleccin, pero esto e

    materia para que la discutan los peritos.

    Importancia

    La relat ivamente temprana recopilacin de los escr i to

    de Pablo testifica la importancia que ellos tuvieron en l

    pr imitiva Iglesia . Su importancia no es menos evident

    hoy. Como es natural , las epstolas preeminentemente t ie

    48 INTRODUC CIN A LAS CARTAS PAULINAS

    INTRODUCCION LAS CARTA S PAULINAS

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    nen importancia por la misma importancia de Pablo. An

    teriormente hemos tratado de mostrar el grado de esta

    importancia.

    Sin embargo, hay que aadir que las epstolas de Pa

    blo tienen una significacin nica, ya que son los primeros

    escritos cristianos. Ms antiguos que los escritos evang

    licos, ms antiguos que el resto del Nuevo Testamento

    tomado en su conjunto, son la primera exposicin que te

    nemos del depsito primitivo de la revelacin tal como

    era conocido y credo por los primeros cristianos mucho

    antes de que adquiriera su forma escrita en los Evange

    lios. Por lo mucho que conoce sobre el Seor y su obra de

    salvacin, Pablo est en dependencia de esta tradicin

    primitiva, la cual supone conocida para sus discpulos. Uno

    de los valores de los escritos de Pablo consiste en que

    podemos comparar sus expresiones ms ant iguas de con

    cepciones cristianas con expresiones posteriores de otras

    partes del Nuevo Testamento y encontrar admitiendo

    siempre nfasis diferentes e ideas apropiadas a los distin

    tos entendimientos humanos cmo estas expresiones

    coinciden en lo fundamental.

    Las epstolas paulinas son el primer intento de una

    teologa cris t iana, real izado por un hombre de aguda inte

    ligencia religiosa. La revelacin, la comunicacin del co

    nocimiento divino, es slo un material crudo de la teolo

    ga. La teolog