AÑO 4 · Nº 16 · SEPTIEMBRE 2014

CONFERENCIA DEL DR. MARIO BUNGE EN EL POLO CIENTÍFICO TECNOLÓGICO

Como parte de las actividades realizadas en su última visita a Buenos Aires, el Dr. Mario Bunge, reconoci-do filosofo de la ciencia a nivel internacional, ofreció la charla “Elogio del Cientificismo”, organizada en el marco del Programa de Estudios sobre el Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología y Desa-rrollo (PLACTED) de la Secretaría de Planeamiento y Políticas del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Inno-vación Productiva de la Nación.

En la apertura del evento, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Dr. Lino Barañao, afirmó que el Dr. Bunge es “un faro iluminador de mucha gente por su pensamiento independiente y por plantear preguntas inteligentes que promueven un cambio de visión”. Asimismo, reconoció la influencia que Bunge ha tenido en muchos científicos que han leído su vasta obra.

La conferencia dictada abarcó una recorrida histórica que arrancó en la época de la Ilustración francesa cuando, de acuerdo con el también doctor en física, se acuñó este término en 1782, y continuó hasta llegar a nuestra época. El cientificismo elogiado por Bunge considera que el mejor conocimiento sobre la realidad es el que se obtiene a través de la aplicación del método de investigación científica. En esa línea, el despliegue de conocimientos del doctor Bunge en cuanto a la diversidad de autores citados en su con-ferencia resultó impresionante. Aún más si se considera que a muchos de los intelectuales citados que vivieron en el siglo XX fueron frecuentados por el propio Bunge, quien nació en Buenos Aires en 1919, como Jean Piaget, Thomas Khun o Karl Popper, a quien Bunge es cercano en su postura respecto al valor

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que le da a la refutación (la contrastación de una teoría o falsabilidad), aunque si para Popper la refuta-ción era el punto central de su pensamiento, para el filósofo argentino es un punto de partida. Bunge, quien ha sido profesor en la Universidad de Buenos Aires así como en diversas universidades americanas y europeas, mencionó además la necesidad de plantearse nuevas preguntas, a fin de procurarse un pen-samiento original y no sólo quedarse con la interpretación de los aportes filosóficos o científicos ya gene-rados, “hace falta tener pensamiento propio”, afirmó.

En lo que se refiere a su opinión sobre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Bunge lo considera un hecho afortunado en la medida en que se entiende la importancia de la ciencia y la tecnología a nivel gubernamental. Al aumentar el número de científicos se mejora la educa-ción, comentó. Respecto a qué hacer para promover las vocaciones científicas, dijo que es necesario des-pertar la curiosidad de los chicos y motivarlos a través de la experiencia misma de los científicos, quienes deben ir a las escuelas primarias y secundarias a compartir sus vivencias para incentivar la curiosidad natural de los niños y despertar vocaciones. En este sentido cabe mencionar que el Ministerio realiza acciones en esa dirección, como el programa “Los científicos van a las escuelas” y la “Semana Nacional de la Ciencia y la Tecnología”.

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