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Conferencia magistral del Dr. Juan Manuel Almarza, de la universidad de Salamanca sobre derechos humanos y la globalización.

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CONFERENCIA CARDENAL

"LA JUSTICIA GLOBAL Y LOS DERECHOS HUMANOS.

PLANTEAMIENTO ACTUAL SOBRE EL DERECHO A UNA VIDA DIGNA".Dr. Juan Manuel Almarza Meica,

Prof. de las Fac. de Teologa de San Esteban de Salamanca

y de San Vicente Ferrer de Valencia.

Introduccin

Mi intencin es que conozcan a dos autores actuales Jean Ziegler y Thomas Pogge. A mi juicio, si hablamos de derechos humanos, son tan importantes para nuestro tiempo y la justicia global como lo fueron para el derecho internacional Francisco de Vitoria o Hugo Grozio.

Comenc a leer a Ziegler hace unos 30 aos en Ginebra en una serie de artculos que publicaba en el peridico catlico suizo donde denunciaba la opacidad de los bancos suizos y la corrupcin que ocultaban. Este jurista y economista suizo, nacido en 1934, profesor de Sociologa en las Universidades de Ginebra y La Sorbona de Pars, ha sido comisionado especial de la ONU para el derecho a la alimentacin, y actualmente miembro del Comit Consultivo del Consejo de Derechos Humanos del mismo organismo.

Mi descubrimiento de Thomas Pogge es ms reciente, hace unos tres aos, a propsito del estudio actual sobre los Derechos humanos. Este filsofo alemn, estudioso de Kant y especialista en Filosofa Moral y Poltica, hizo su doctorado en Harvard con una tesis dirigida por John Rawls, es autor de numerosas publicaciones sobre Kant y John Rawls y la justicia global. Es profesor de Filosofa y Relaciones Internacionales, en la Univ. de Yale. Forma parte tambin del Patent 2, un proyecto para cambiar el rgimen internacional de los productos farmacuticos segn un principio de equidad en el acceso a los cuidados de la salud.

El problema de la justicia internacional es un tema tan difcil como urgente para el anlisis filosfico-poltico, de modo que es el principal rompecabezas para la filosofa poltica contempornea, como lo ha definido el politlogo italiano Salvatore Veca. No se puede ignorar, sostiene Peter Singer, la importancia fundamental de este tema en un mundo cada vez ms interconectado y que requiere por tanto reglas que estn ms marcadas por una tica Global. En efecto, el mundo tiene necesidad de ideas claras sobre tales cuestiones. El pensamiento de Pogge nos ayuda a aclarar las cuestiones en el campo de la justicia internacional y ver sus problemas no como insolubles, sino como una oportunidad para repensar y mejorar el orden internacional existente.

En esa perspectiva, el trabajo de Pogge se presenta, as lo dice Michael Ignatieff, como una razonable apologa de los derechos humanos, enriquecida por la propuesta de una serie de reformas cosmopolitas fruto de un enorme trabajo interdisciplinar, que va de los temas ms debatidos y complejos de la filosofa tica, moral y poltica, hasta los ms refinados anlisis de tipo sociolgico, econmico y politolgico.

Todos estos elementos le han permitido a Pogge elaborar, ms all del puro debate acadmico, proyectos concretos dirigidos a la solucin de estos problemas. Su propsito no es slo el de llamar la atencin sobre tales cuestiones en la discusin pblica institucional, sino, sobre todo, implicar a la llamada sociedad civil.

Sus obras se han convertido en punto focal sobre los debates en torno a la tica global. En este contexto, su gran aportacin a los derechos humanos es plantear la obligatoriedad de todos, no exigible por solidaridad voluntaria sino por justicia, exigible de manera coactiva a fin de evitar la violacin de derechos humanos: Su tesis es que existe un rgimen institucional que, de forma previsible y evitable, produce dficits masivos de derechos humanos. Nosotros, al ayudar a imponer este esquema institucional, estamos violando los derechos humanos de los pobres del mundo. Antes de adentrarnos en cuestiones de derechos humanos, presentemos, siguiendo a Ziegler, el panorama econmico global.

El orden econmico internacional: el consenso de Washington

Seguimos en este tema la descripcin de Jean Ziegler perfectamente documentada como experto en los flujos econmicos internacionales y las leyes que los determinan, en su obra de 2002, recientemente traducida al castellano (2013), Los nuevos amos del mundo. Presentamos en primer lugar la ideologa de los amos, representada por el llamado consenso de Washington. Se denomina as, advierte Ziegler, a un conjunto de acuerdos informales concluidos a los largo de las dcadas 1980 y 1990 entre las principales compaas transcontinentales, los bancos de Wall Street, la Reserva Federal estadounidense y los organismos internacionales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, entre otras. Estos acuerdos apuntan a obtener, con la mayor premura posible, la liquidacin de toda instancia reguladora, estatal o de otra ndole, la liberalizacin ms completa y ms rpida posible de todos los mercados (de bienes, de capitales, de servicios, de patentes, etc.) y la instauracin final de un mercado mundial unificado y totalmente autorregulado, es decir, un gobierno global sin estado (statles global gouvernace).

Ziegler traduce: El Consenso de Washington apunta a la privatizacin del mundo. [] Esta ideologa de los seores, precisa es tanto ms peligrosa por cuanto que apela a un racionalismo riguroso, a hacer creer en una equivalencia entre el rigor cientfico y el rigor de las leyes del mercado.

Estos son los diez principios en los que descansa dicha ideologa: Les ruego que los escuchen desde la perspectiva de los pases ms pobres y de los grupos sociales ms necesitados:

1. En cada pas deudor, es preciso poner en marcha una reforma fiscal basada en dos criterios: a) disminucin de la carga tributaria que grava las rentas; b) ampliar la base de los contribuyentes, es decir, supresin de las exenciones fiscales que benefician a los ms pobres.

2. Liberalizacin completa de los mercados financieros.

3. Igualdad de trato a las inversiones autctonas que a las extranjeras.

4. Desmantelamiento del sector pblico, esto es, privatizar las empresas estatales.

5. Garantizar en la economa de un pas el libre juego de la competencia entre las diferentes fuerzas econmica, esto es, garantizar la no intervencin de los estados en la economa.

6. Intensificar la proteccin de la propiedad privada.

7. Fomentar la liberalizacin de los intercambios reduciendo en un 10% anual los aranceles aduaneros.

8. Favorecer prioritariamente el desarrollo de los sectores econmicos capaces de exportar bienes.

9. Limitacin del dficit presupuestario.

10. Transparencia de mercado: los subsidios estatales a los operadores privados deben ser eliminados en todas partes. En concreto: Los Estado del Tercer Mundo que subvencionen, con la finalidad de mantenerlos a nivel bajo, los precios de los alimentos, deben renunciar a esta poltica.

The Economist, revista nada sospechosa de intereses revolucionarios, defina este Consenso de Washington como una conspiracin destinada a enriquecer a los banqueros.

Esta perspectiva se pretende presentar como la ley natural que rige el acontecer en el mundo econmico, que ha de quedar liberado de todos los factores polticos. Desde esta perspectiva, Pierre Bourdieu, afirmaba con absoluta claridad: En realidad el fatalismo de las leyes econmicas oculta una poltica, aunque su ndole es paradjica, ya que se trata de una poltica de la despolitizacin, una poltica que aspira a dejar una influencia fatal en las fuerzas econmicas liberndolas de todo control y de toda obligacin, al mismo tiempo que aspira a obtener la sumisin de Gobiernos y ciudadanos a las fuerzas econmicas y sociales as liberadas.

Ciertamente, la globalizacin de los mercados financieros unifica el planeta dejndolo libre de fronteras, no slo econmicas sino tambin de ideas y personas. Pero cul es la perspectiva de los ms vulnerables? La globalizacin, en realidad, ms que unir este mundo, lo ha fraccionado. Ciertamente, dice Ziegler, todos los enunciados en que se fundamenta la ideologa de los seores se halla en contradiccin flagrante con la realidad.

No pretende subrayar estas contradicciones sino aludir a la herencia tica nuestras sociedades occidentales. As lo expresa Ziegler, este ginebrino luterano, predicador laico:

La mundializacin y la monopolizacin del capital financiero nacen, se desarrollan y alcanzan su mxima plenitud, sin embargo, en sociedades que an estn marcadas por su herencia, ya sea cristiana, juda, testa o simplemente humanista. Los valores de la decencia, de la justicia, del respeto a los dems, de la honestidad, de la salvaguarda de la vida habitan estas sociedades, que no toleran ni el asesinato ni el atropello del dbil sin resarcirle. [] Estas herencias complejas se encuentran, en grados diferentes, agazapadas en el fondo de la conciencia o del inconsciente de algunos banqueros, presidentes-directores generales (PDG) de empresas transcontinentales o especuladores del mundo burstil. Frenan sus actos y censuran de manera constante sus sueos.

Jean Ziegler, relator de la ONU para el derecho humano a la alimentacin (2000-2008), ha declarado repetidas veces que ya hace tiempo que no se da una fatalidad de la pobreza, sino que se trata de una diaria masacre silenciosa.

Esta es la perspectiva que le permite concluir a Thomas Pogge que los estados y ciudadanos no son meros observadores de la pobreza del mundo que reclama su solidaridad voluntaria, sino verdaderamente responsables del mal que causan y que, en justicia, han de resarcir.

Pobreza mundial y Derechos Humanos

En su gran obra Pobreza Mundial y Derechos Humanos, presenta un escenario extremadamente dramtico en el que ms de 3 mil millones de personas (es decir, alrededor del 48% de la poblacin mundial) viven en un estado de pobreza tan grave que todos los aos, entre ellos, ms de 18 millones mueren prematuramente. Ms de la mitad de estas muertes, un promedio de 29.000 por da, afecta a los nios menores de 5 aos. Mientras que esta enorme catstrofe humanitaria se perpeta a diario, mil millones de personas, la parte prspera, tiene un 80% del consumo mundial. Como sostiene Pogge, la transferencia slo 1/42 del gasto de consumo total anual de los pobres sera suficiente para que puedan escapar, al menos, de la ms extrema pobreza. Sin embargo, la transferencia de la renta mundial contina avanzando de forma inversa: los ricos siempre ms ricos, mientras que la desigualdad avanza dejando gradualmente ms y ms pobres a las personas por debajo del nivel de subsistencia.

Ante este escenario que nos presenta Pogge, se nos plantean cuestiones ticas ineludibles de suma importancia. Cmo, a pesar del enorme progreso econmico y tecnolgico, a pesar de las normas y valores morales ilustrados de la civilizacin occidental, es posible que alrededor de la mitad de la humanidad siga padeciendo una pobreza tan extrema?

La pobreza extrema en el mundo existe dice Pogge porque la mayora de los ciudadanos occidentales no considera su erradicacin moralmente relevante. El progreso moral sera totalmente incidental respecto a los intereses y las condiciones socioeconmicas. Es ms, los intereses y condiciones socio-econmicas tienden a afectar significativamente a las ideas sobre lo que es digno de atencin moral. De modo que los juicios morales comunes contribuyen inevitablemente a la agravacin de esta pobreza. De hecho es generalizada la opinin de que respecto a dicha pobreza no hay responsabilidad por parte de las polticas e instituciones econmicas mundiales forjadas por los propios pases ricos.

A saber, que la persistencia de esta severa pobreza, como est fuera de sus fronteras nacionales, no requiere, de hecho, ninguna atencin moral, y lo que es an un mal mayor, que esto se debe al hecho de que, en relacin con dicha pobreza, no hay responsabilidad por parte de las polticas e instituciones econmicas mundiales forjadas por los propios pases ricos.

Romper el muro de la indiferencia

El primer paso a dar dice Pogge consiste en el intento de romper, a travs de una reflexin crtica cuidadosa, el muro de la indiferencia moral, descubriendo algunas razones confortables que los ciudadanos de los pases ricos a menudo adoptan como una excusa para no hacer caso de la pobreza global.

1. La primera de estas razones es la tesis de la inutilidad de los esfuerzos, e incluso nocividad de la ayuda econmica. ya que fomenta la corrupcin. Pogge dice, simplemente, que la contribucin financiera asignada a estos pases no necesariamente debe tomar la forma de una simple transferencia de dinero. En su lugar se podra hacer a travs del alivio de la pesada carga impuesta a los habitantes de estos pases a travs de intereses, pago de la deuda y las rentas de monopolio en la propiedad intelectual de los medicamentos o las semillas. No slo eso, tambin detener la importacin de dinero corrupto de los pases pobres a los sistemas bancarios de los pases ms ricos, o la suspensin de la financiacin de las juntas militares y los tiranos que conducen a sus pases en la deuda y la venta de los recursos naturales, sera suficiente para tener un impacto significativo en el problema.

2. La segunda de las razones es la insostenibilidad: esto es, adems de reducir drsticamente los ingresos de los pases ricos, pondra en peligro la supervivencia por superpoblacin. Pogge seala que las reformas que propone, con nmeros en la mano, se traducira en una reduccin de slo el 1% del nivel de vida de los ciudadanos de los pases ricos y, teniendo en cuenta el hecho de que, hasta el momento, donde quiera disminuy la pobreza, las tasas de natalidad han disminuido de forma significativa, esto tambin es gracias a un mejor acceso a la informacin en el campo de la anticoncepcin y reproductivo, as como mejores oportunidades econmicas que se conceden a las mujeres.

3. La falta de un gobierno mundial hace que no se puedan imponer condiciones a los sistemas internacionales de comercio y financieros menos lucrativas, incluso acordando reestructurar el 'orden institucional global para que sea capaz de promover la gobernabilidad democrtica, el crecimiento econmico, la justicia, la salud y la educacin al alcance de todos en los pases ms pobres, lo que favorecera la reduccin de la pobreza en el mundo, o estableciendo reglas ms justas del comercio internacional.

4. El cuarto argumento est basado en la conviccin, esta vez optimista, de que la pobreza mundial, en el actual sistema globalizado, pronto ser derrotado. Es decir, que puede ser debido a factores independientes de nuestro compromiso. La pobreza y la desigualdad econmica en el mundo, como dicen muchos economistas, estn desapareciendo rpidamente, como lo demuestran las recientes hazaas de crecimiento econmico de los llamados tigres asiticos (China, Corea del Sur, Taiwn...) o la India, que habran permitido a muchos ciudadanos de estos pases escapar de la lnea de pobreza extrema.

En este contexto qu obligaciones tenemos los que no somos pobres?

Obligacin moral y obligacin de justicia

Segn el enfoque tradicional tenemos la obligacin de luchar contra la pobreza nacional, pero no contra la internacional, al menos no con la misma fuerza moral, pues una cosa es elaborar teoras y otra llevarlas a la prctica. Y es claro que el derecho internacional carece de instrumentos para imponer obligaciones. Siguiendo el principio de Hobbes: donde no hay un poder comn no hay ley; y donde no hay lay no hay injusticia. Ciertamente, podemos decir con l: Si no existe un estado mundial tampoco existe la posibilidad poltica de una justicia mundial. Pero, no nos atrevemos a concluir lo mismo que l: y si no hay ley no hay injusticia.

Concluimos, en cambio, que si hay alguna obligacin respecto a la pobreza mundial, se trata de un deber positivo e imperfecto, es decir, reconocemos que hay una obligacin moral de ayudar a quien lo necesita, pero corresponde a cada cual interpretar hasta dnde llega la obligacin. En suma, es una obligacin de los individuos, no de los estados, y es una obligacin moral, no jurdica. En la prctica esa actitud se traduce en la ayuda humanitaria voluntaria y voluntariosa de los ciudadanos de los pases ricos hacia lo pobres del mundo. En todo caso es un deber positivo e imperfecto que no obliga tanto como los negativos y perfectos. Un deber negativo y perfecto (regulado jurdicamente) es no daar a nadie, pero uno positivo se limita a ayudar a quien lo necesita y slo rinde cuentas ante uno mismo, ante la propia conciencia, pero no ante los dems. En suma, podemos decir que la lucha contra la pobreza mundial es en nuestra mentalidad un tema de caridad o de solidaridad (su versin laica) pero no de justicia.

Nos encontramos aqu con la palabra justicia cuya primera connotacin es que no es algo que tiene que ver slo con nuestra conciencia. Pues bien, la propuesta de Pogge es superar el enfoque tradicional para hacer ms exigentes las obligaciones morales de los ricos globales hacia los pobres globales, mostrando cmo la obligacin de mejorar las condiciones de vida de los pobres es por razones de justicia y no slo por razones caritativas o humanitarias. Esto es, invita a asumir las propias responsabilidades de nuestras acciones al tipificar su pobreza como un dao que causamos nosotros.

Uno de los aspectos que caracteriza la posicin de Pogge es que sostiene con muy buenos argumentos que muchas de las calamidades y precariedades que sufren los habitantes ms pobres del mundo han sido provocadas directa o indirectamente, en el presente o en el pasado, por la intervencin (no querida por la voluntad o la soberana de las personas afectadas) de los pases ms ricos y poderosos, de manera que ahora stos no pueden eludir la responsabilidad en repararlas. Esta es la idea que condensa su libro Pobreza mundial y derechos humanos: La idea nuclear de mi libro es que los derechos humanos de los dems nos imponen un deber negativo de no ayudar a imponer un orden institucional coercitivo que menoscaba los derechos humanos de forma evitable, sin hacer esfuerzos razonables para auxiliar a la s vctimas y para promover reformas institucionales.

El planteamiento liberal de Pogge es convertir un derecho positivo e imperfecto del ciudadano con respecto a la humanidad, esto es, el de contribuir a eliminar la miseria all donde se produce, en un derecho negativo y perfecto: dejar de daar y reparar. Su objetivo es hacer conscientes a los individuos de los pases ricos de que sus acciones y elecciones contribuyen a reproducir y perpetuar las injusticias globales.

Ciertamente, esto tiene mayor fuerza motivadora que atribuir la responsabilidad a ente abstracto y lejano de la poltica internacional.

La justicia global

Qu ha cambiado con el planteamiento de la justicia global? Esta es una expresin muy reciente y cada vez ms frecuente. Algunos temas generales que hoy se discuten bajo el ttulo de justicia global se han discutido durante siglos como temas de justicia internacional, de tica internacional y de derecho de las naciones. El cambio de terminologa es muy significativo. Para comprender su alcance hay que hacer dos distinciones:

La primera es que hay dos maneras de ver los hechos de nuestro mundo social. Podemos verlos interactivamente, como acciones y efectos de acciones, es decir, como la conducta de agentes individuales o colectivos, incluida la persona que sufre el dao: Hay daos que los agentes podan haber previsto en su comportamiento y por tanto podra haber evitado. Pogge se refiere a este tipo de exploraciones como anlisis moral interactivo o diagnstico moral interactivo.

Pero los hechos lamentables tambin se pueden seguir hasta factores duraderos de la sociedad, o del sistema social en el que ocurren, por ej. su cultura o su orden institucional. Hacer esto implica poner en consideracin cmo podran ocurrir las cosas si las normas fueran diferentes y si hay alguien responsable de los defectos de las normas al que se pueda culpar como responsable de ese diseo de normas. Este tipo de exploraciones es lo que Pogge denomina anlisis moral institucional o diagnstico moral institucional, como p. ej., la causa de la desnutricin infantil en muchos pases es el alto arancel a la importacin de productos alimenticios. Este anlisis institucional es ms exigente, pues presupone una comprensin del carcter convencional de las normas sociales y de sus efectos comparados.

Fue John Rawls el que inici en Teora de la Justicia (1971) este tipo de anlisis estableciendo que las instituciones sociales son una esfera separada de valoracin moral lo y quien la marc terminolgicamente asocindola a los conceptos de justicia. Esta innovacin terminolgica ha arraigado de modo que hoy da al anlisis moral interactivo se le denomina tica y al anlisis moral institucional se le llama justicia.

Como advierte su discpulo, Rawls aplic el anlisis moral institucional a la organizacin intra-nacional, pero sigui aplicando el anlisis interactivo a la esfera inter-nacional. El doble juego que denuncia Pogge es que Rawls tiene una teora domstica de la justicia que complementa con una teora interaccional o tica a nivel internacional, siguiendo la teora tradicional del derecho internacional.

Pero la concepcin tradicional de las relaciones internacionales, habitado nicamente por Estados, es actualmente insatisfactoria, sobre todo a partir de la aparicin y del tamao creciente de otros agentes en el escenario internacional: compaas multinacionales, organizaciones internacionales y asociaciones regionales. Lo que hace el derecho internacional es ver el cumplimiento de las normas, pero no se cuestiona la justicia de stas. La cuestin no est en cumplir las normas del derecho internacional sino en que stas sean justas. En este sentido nunca ha sido plausible que los intereses de los Estados de los gobiernos fuesen las nicas consideraciones moralmente relevantes.El segundo principio de conducta de Estado que propone Rawls dice: Los pueblos deben cumplir los tratados y compromisos; y el tercero aade: Los pueblos son iguales y son partes en los acuerdos que los comprometen. Pero vayamos al acuerdo entre Nigeria y Reino Unido para la exportacin de petrleo crudo, dice Pogge:

Esta es la realidad: el gobierno africano es corrupto y opresor, y su perpetuacin en el poder depende de la fuerza militar. Una parte de los ingresos por petrleo va a manos de la pequea lite poltica y otra parte se gasta en el armamento para la represin militar. Correcto desde el cdigo de derecho internacional. La pregunta que surge es desde el planteamiento global: con qu derecho puede un acuerdo internacional libre y justo entre un dictador militar de Nigeria y el gobierno britnico, o alguna compaa petrolera britnica, autorizar a estas dos partes a privar al pueblo nigeriano de sus recursos naturales y a destruir su medio ambiente?.

El derecho internacional admite que los gobernantes, simplemente porque ejercen el poder efectivo, estn autorizados a conferir derechos de propiedad legalmente vlidos sobre los recursos del estado y a endeudarse en su nombre. Estos privilegios son empobrecedores porque la poblacin del pas queda excluida de la participacin poltica y de los beneficios y son opresivos porque otorgan a los dictadores los fondos que necesitan para mantenerse en el poder.La responsabilidad institucional del orden global

El concepto de justicia global extiende el anlisis moral institucional no slo a las relaciones intra-nacionales y tambin a las internacionales. Desde esta perspectiva global, el orden institucional global es responsable de dos maneras:

En primer lugar, sus normas pueden afectar directamente a la poblacin como es el caso de la Organizacin Mundial del Comercio que permite que los pases ricos protejan sus mercado contra las importaciones baratas (productos agrcolas, textiles, acero) mediante cuotas, aranceles y subsidios a los productos nacionales). Este aspecto particular del sistema de tratados tiene gran impacto, porque reduce la oportunidad de exportacin de los pases en desarrollo. Sin esas restricciones, los pases en desarrollo podran lograr un ingreso adicional de 700 mil millones de dlares cada ao por sus exportaciones, casi 13 veces ms que la ayuda oficial al desarrollo.

Las reglas del orden institucional global pueden afectar a la poblacin de manera indirecta, como es el caso de los privilegios internacionales de venta de recursos y de endeudamiento otorgando a los gobernantes tirnicos as militares antes tiros de recursos y de endeudamientoto porque reducen la oportunidad d eexportaciones elpoder.n grnicos y a las juntas militares favoreciendo as los gobiernos opresivos.

La importancia de este enfoque de justicia global va ms all de la filosofa terica. Es esencial para hacer posible que los ciudadanos corrientes de los pases desarrollados lleguen a una comprensin adecuada de la situacin moral y sus responsabilidades.Las obligaciones de los derechos humanos:

Dos tipos de obligaciones

La Observacin General 12 sobre los Derechos Humanos distingue 4 obligaciones: 1. Respetar los derechos humanos; 2. Proteger los derechos humanos (garantizar el acceso a los objetos de los derechos humanos; 3. Proveer los objetos de los derechos humanos (garantizar el acceso a); 4. Facilitar el cumplimiento de los derechos humanos.

Los autores de la Observacin 12 hacan una distincin muy importante que establece dos categoras: distinguan claramente los deberes de facilitar, de los deberes de hacer efectivos los derechos humanos (expresados en la trada: respetar, proteger, realizar). Hacan esta distincin porque el grado de cumplimiento de los mismos, por ejemplo, ofrecer servicios mdicos bsicos para los pobres, depende de la totalidad de las condiciones de fondo.

Al introducir el trmino facilitar reconoce que el cumplimiento de los Derechos Humanos est muy condicionado por las instituciones sociales. Impone el deber de no colaborar en el diseo o la imposicin de instituciones sociales que previsiblemente cusen el incumplimiento de los derechos humanos. En las sociedades mal organizadas los dirigentes tienen la obligacin estricta de respetar, proteger y proveer los derechos de sus ciudadanos, pero adems han de favorecer aquellas instituciones que procuren su cumplimiento.El enfoque institucional sobre los derechos humanos

Pogge, en su obra La pobreza en el mundo y los derechos humanos, desarrolla una concepcin institucional de los derechos humanos.

Siguiendo la senda de los principios de justicia de John Rawls, distingue las violaciones de tipo interaccional: es decir, los agentes humanos individuales o colectivos hacen algo que tal como se proponen, prevn o deberan prever, privarn de forma evitable a los seres humanos de un acceso seguro a los Derechos Humanos.

Pero, adems del tipo interaccional, tambin existe el tipo institucional en el que los seres humanos disean e imponen arreglos institucionales que, tal como se proponen, prevn o deberan prever, privarn de forma evitable a los seres humanos del acceso seguro a sus Derechos Humanos. Una imagen nos aclara muy bien la diferencia entre violacin interaccional y violacin institucional: son dos cosas distintas jugar al parchs (violacin interaccional) y otra establecer sus reglas (violacin institucional).

La idea que se defiende en esta concepcin institucional es que se pueden violar los derechos humanos contribuyendo al diseo o a la imposicin de arreglos institucionales que previsiblemente causen dficits evitables en el cumplimiento de los derechos humanos. Esta es una idea esencial para la asignacin de responsabilidades. En este sentido, tras algunas crticas recibidas, Pogge reconoce que no son alternativas la concepcin interaccional y la institucional sino complementarias. Pero mantiene con insistencia su concepcin institucional, como un enfoque que denomina ms contemporneo frente a la visin tradicional.

Esta es la perspectiva propia de la Justicia Global, que nos permite aclarar el concepto. Rawls, cuando habla de los principios de la justicia, no est hablando de las acciones entre los individuos (un tema que define como cuestin moral) sino de las reglas bsicas que establece bajo un velo de ignorancia (cuestin de justicia). En este sentido, el tema de la Justicia Global no alude a los comportamientos interaccionales entre los gobiernos fijados por las reglas del derecho internacional, sino a la justicia de las reglas mismas. Con ello pone en cuestin la arquitectura supranacional de las relaciones internacionales.

En el enfoque tradicional se considera una violacin de los derechos humanos una intervencin violenta transfronteriza, pero la realizacin del cualquier derecho a la alimentacin o el derecho fundamental a no padecer hambre se considera como una mera aspiracin que ha de realizarse gradualmente y que no da lugar a obligaciones internacionales. Este enfoque, segn Pogge, est ocultando la posibilidad de que el orden mundial sea fundamentalmente injusto. Esto es importante, porque si es injusto no cabe esperar una mejora progresiva, y tampoco cabe esperar que aparezcan responsables, como ocurri en el caso de la esclavitud.

Hubo un tiempo en que se esperaba la mejora progresiva de la esclavitud. El problema no es que mejore progresivamente la condicin de los esclavos, sino que se erradique dicha institucin porque es en s misma injusta. La tesis que defiende Pogge es que injusticia institucional no es algo que debe mejorar gradualmente y a discrecin sino que se ha de eliminar a travs de reformas institucionales propias de un deber negativo: el de no causar dao. Las instituciones sociales injustas perpetan esa situacin y constituyen una violacin de los Derechos Humanos. En este sentido, Pogge no duda en equiparar o poner en el mismo nivel institucional la pobreza severa y la esclavitud.

Instituciones globales injustas

La tesis defendida por Pogge es que hay instituciones supranacionales injustas que perpetan los dficit de Derechos Humanos. En este sentido violan los derechos humanos y nos imponen el deber negativo de no colaborar en estos arreglos injustos.

Profundo conocedor de los mecanismos internacionales, Pogge seala: La globalizacin implica la emergencia de complejos cuerpos del derecho supranacional cada vez ms amplios y poderosos y reglamentos que se adelantan, restringen y moldean ms la legislacin nacional. Estas reglas no se formulan a travs del tipo de procedimientos transparentes y democrticos que caracterizan a la legislacin nacional de los pases que han alcanzado un nivel bsico de justica nacional. Por el contrario, las reglas supranacionales emergen, en gran parte, a travs de negociaciones intergubernamentales de las que la sociedad en general, e incluso la mayora de los gobiernos ms dbiles, estn efectivamente excluidos. Slo un nmero extraordinariamente pequeo de jugadores puede ejercer una influencia real en la negociacin: organismos poderosos, entre los que destacan las grandes empresas multinacionales y los bancos, as como los individuos muy ricos y sus asociaciones, y las lites gobernantes de los pases en desarrollo ms poderosos. Estos agentes ricos y poderosos estn mejor posicionados para participar en este rentable cabildeo. Pueden cosechar enormes ganancias gracias a las reglas supranacionales que les favorecen y, por lo tanto, pueden permitirse el lujo de gastar grades sumas para adquirir los conocimientos necesarios, formar alianzas entre ellos y presionar a los gobiernos ms poderosos (G7, G8, G20) que dominan la regulacin supranacional. A los ciudadanos comunes, por el contrario, en general les resulta prohibitivamente costoso adquirir el conocimiento y la experiencia necesarios, al igual que formar alianzas que sean suficientemente amplias como para rivalizar con la influencia empresarial. Sin instituciones democrticas mundiales, la globalizacin excluye a la gran mayora de los seres humanos, que no tienen manera de influir en la formulacin y aplicacin de las reglas supranacionales, mientras que mejora considerablemente los poderes reguladores de la pequea minora de ricos y poderosos.En estas contiendas hay ganadores y perdedores. Algunos jugadores de lite fracasan en sus esfuerzos por moldear a su favor las reglas que tienen ms incidencia. No obstante, las reglas son siempre propiedad de algunos jugadores y, como grupo, aumentan su cuota de riqueza mundial y amplan su ventaja sobre el resto de la humanidad. Esto, a su vez, aumenta su capacidad de influir a su favor en el diseo y aplicacin de las reglas y, sin querer, pero inexorablemente mantienen a la mitad ms pobre de la humanidad en la pobreza.

Crece y se consolida as la polarizacin de los ltimos 20 aos. Crece la desigualdad entre los pas, and envirinement database, http://earthtends.wri.org/searchable_db/index.php?d eobra e inversiones.n el diseo y aplicaicza ses y dentro de cada pas. Pero el fenmeno ms importante, advierte Pogge, es que el aumento de la desigualdad econmica dentro de cada pas ya no est bajo su control sino que est producido por el papel cada vez ms importante que las reglas supranacionales desempaan en la configuracin de la legislacin nacional y en el gobierno de los mercados internos de bienes, servicios, mano de obra e inversiones.

Como ejemplos de esta influencia directa e inmediata de las reglas supranacionales (que violan los derechos humanos por los efectos perfectamente previsibles que imponen) propone la venta de medicamentos y las normas laboralesa) La venta de medicamentos: La Organizacin Mundial del Comercio mantiene el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio obliga a instituir regmenes nacionales de propiedad intelectual que otorgan y hacen cumplir las patentes de nuevos medicamentos durante al menos 20 aos y que, por lo tanto, suprimen la fabricacin y venta de productos de la competencia genrica. Esa norma supranacional impone que los pobres, los ms vulnerables a la enfermedad, no puedan acceder a medicamentos, ni ellos ni sus estados. Este proteccionismo econmico supone la implantacin de una regla supranacional que viola directamente el derecho a la salud.

b) Las normas laborales: La Organizacin Mundial del Comercio, aunque gobierna los mercados mundiales abiertos y competitivos carece de normas laborales que protejan a los trabajadores de condiciones de trabajo abusivas: condiciones estresantes, salarios bajos y exceso de horas. Qu significa esta falta de normas laborales internacionales? Compitiendo por la inversin extranjera, los pases han de ofrecer mano de obra cada vez ms explotable. En las condiciones de la globalizacin del mercado de trabajo, los trabajadores no pueden resistir el empeoramiento de sus condiciones de trabajo, porque si tienen xito en sus demandas han de ir al paro porque las empresas se trasladan al extranjero Esta falta de una mnima regulacin laboral internacional est produciendo en todos los pases en desarrollo un aumento masivo de la desigualdad interna, de la polarizacin.

Esta competitividad de los mercados laborales llega a situaciones verdaderamente dramticas, que incluye la violacin directa y en cascada de muchos derechos humanos, si examinamos de cerca el mbito laboral de los pases ms pobres

Una visin tradicional explica la persistencia de la pobreza severa masiva mediante dos factores: los regmenes corruptos y opresivos en muchos pases pobres y el efecto de el cubo agujereado de la ayuda al desarrollo. Pogge da su propia explicacin reelaborando la metfora del cubo agujereado desde la perspectiva institucional o del control de las reglas:

Me permito, en favor de la concisin y la claridad, una cita amplia:

Nos sentimos muy orgullosos de nuestra ayuda, jactndonos, por ejemplo de los miles de millones que gastamos anualmente en ayuda a los pases pobres. Sin embargo ignoramos las cantidades mucho ms grandes que extraemos de estos pases sin compensarlos.

Consideremos los siguientes ejemplos:

1. En primer lugar, la compra de recursos naturales.

Los pases ricos y sus empresas compran grandes cantidades de recursos naturales a los gobernantes de los pases en desarrollo sin tener en cuenta cmo estos lderes llegaron al poder y cmo lo ejercen. En muchos casos esto equivale a colaborar en el robo de estos recursos a sus dueos legtimos: la poblacin del pas. Tambin enriquecen a sus opresores afianzando, de este modo, la opresin: los tiranos nos venden los recursos naturales de sus vctimas y luego utilizan los ingresos para comprar las armas que necesitan para mantener el poder.

2. En segundo lugar, el privilegio en el prstamo:

Los pases ricos y sus bancos prestan dinero a estos gobernantes y obligan a la poblacin del pas a pagar incluso despus de que el gobernante haya desaparecido. Muchas poblaciones pobres siguen pagando las deudas contradas, en contra de su voluntad, por dictadores como Suharto en Indonesia, Mobutu en la Repblica Democrtica del Congo y Abacha en Nigeria. Una vez ms, estamos participando en un robo: la imposicin unilateral de la carga de la deuda en poblaciones empobrecidas.

3. En tercer lugar, las cuentas secretas de los bancos.

Los pases ricos facilitan la malversacin de fondos de funcionarios pblicos de los pases menos desarrollados, al permitir a sus bancos la aceptacin de tales fondos. Esta complicidad podra evitarse fcilmente: los bancos ya estn bajo estrictas obligaciones de informar con respecto a los fondos sospechosos de estar relacionados con el terrorismo o el trfico de drogas. Sin embargo, los bancos occidentales todava aceptan con avidez y administran los fondos malversados y adems hay gobiernos que aseguran que sus bancos sigan siendo atractivos para alojar estos depsitos ilcitos. La Global Financial Integrity (GFI) calcula que los pases menos desarrollados han perdido de esta manera por lo menos 342 mil millones de dlares al ao durante el perodo 2000-2008.

4. En cuarto lugar, la evasin fiscal:

Los pases ricos facilitan la evasin fiscal en los pases menos desarrollados a travs de criterios de contabilidad laxos para las empresas multinacionales. Dado que no estn obligadas a transmitir la informacin desglosada por pases, las empresas pueden manipular fcilmente los precios y la transferencia entre sus filiales para concentrar sus beneficios donde tributen menos. Como resultado, al tributar sus beneficios mundiales en algn paraso fiscal en el que slo tienen una presencia formal, pueden no informar de sus beneficios en los pases en los que extraen, fabrican o venden sus productos o servicios. El GFI calcula que durante el perodo 2002-2006, la manipulacin de los precios de transferencia priv a los pases menos desarrollados de 98,4 mil millones de dlares al ao en ingresos fiscales.

5. En quinto lugar, los pases ricos son responsables de una parte desproporcionada de la contaminacin mundial.

Sus emisiones constituyen factores principales de los riesgos graves de salud, los fenmenos meteorolgicos extremos, el aumento del nivel del mar y el cambio climtico, a los que las poblaciones pobres son especialmente vulnerables. Segn un informe reciente del Foro Humanitario Mundial, el cambio climtico ya est afectando seriamente a 325 millones de personas cada ao y est comportando 125 mil millones de dlares de prdidas econmicas as como 300.000 muertes, de las cuales el 99 por ciento se encuentran en pases menos desarrollados.

6. Finalmente, el rgimen de comercio mundial.

Los pases ricos han creado un rgimen de comercio global que supone que genera grandes beneficios colectivos a travs de mercados libres y abiertos. El rgimen est amaado; permite a los estados ricos seguir protegiendo sus mercados mediante aranceles y derechos antidumping y ganar mayores cuotas del mercado mundial a travs de crditos a la exportacin y a las subvenciones que los pases pobres no pueden permitirse igualar. Puesto que la produccin est mucho ms basada en el trabajo intensivo de mano de obra en los pases pobres que en los pases ricos, tales medidas proteccionistas destruyen muchos ms empleos que los que crean.Qu deberamos hacer?

En conjunto, estos factores institucionales supranacionales generan grandes obstculos que reducen los efectos de la cooperacin internacional al desarrollo y perpeta la exclusin de los pobres de la participacin efectiva en la economa globalizada y les incapacita para beneficiarse proporcionalmente del crecimiento econmico mundial. Este problema podra solventarse a travs de grandes incrementos en la ayuda al desarrollo, pero esta compensacin continua no es rentable ni sostenible. Es mejor desarrollar reformas institucionales que reduzcan esos obstculos. Por ello, la propuesta de Pogge es una reforma institucional integral tendiente a la creacin de un orden mundial ms democrtico, impedido hasta ahora el orden internacional existente, promovido por las democracias ricas y sus polticas exteriores; una reforma institucional en la direccin de una Constitucin Mundial que, para reducir los beneficios de la adquisicin de un poder antidemocrtico, es necesario realizar ciertas modificaciones como invalidar el reconocimiento de los recursos de privilegio. En general, la propuesta se articula a travs de una reforma institucional integral, desde una perspectiva moral cosmopolita basada en el reconocimiento de ciertos derechos humanos universales, capaz de estructurar, mediante el desarrollo de obligaciones legales especficas, las directrices para una repblica universal en condiciones de indicar los derechos y obligaciones entre los Estados en el mbito internacional.

Ciertamente, surgen muchas dudas en cuanto a la viabilidad de la arquitectura general de sus propuestas. Estas se refieren, por un lado, a la aparente fragilidad de los Estados en los organismos internacionales existentes para hacer frente al creciente dominio de las corporaciones multinacionales; y por otro, a las mismas democracias ricas que podran oponerse a este tipo de cambios, porque anula la capacidad de sus bancos para hacer prstamos rentables para los gobiernos autoritarios, o porque son muy dependientes de recursos importados administrados por stas.

Por otro lado, tambin existe, a nivel terico o acadmico, un fuerte debate sobre el alcance de los derechos humanos distinguiendo en ltima instancia entre los derechos llamados liberales o negativos y los derechos de subsistencia o derechos positivos o de solidaridad.

El alcance de los derechos humanos: los derechos liberales y los derechos de subsistencia

Thomas Pogge coincide con Jrgen Habermas en la aceleracin del proceso de transicin del derecho internacional al derecho cosmopolita. ste trata de confiar a las Naciones Unidas poderes ejecutivos y judiciales capaces de promover la tutela efectiva de los derechos del hombre. Pero este poder coactivo, segn l, se aplica sobre todo a los derechos negativos, o sea, a los derechos que miran proteger a las personas de aquello que puede acontecerles en el espacio del mal y a crear las condiciones para usufructuar de las protecciones que defienden las capacidades de cada individuo a perseguir fines racionales, sin obstculos y sin tropiezos puestos en el camino por autoridades institucionales.

Para la defensa con carcter jurdico (coactivo) internacional de estos derechos llamados liberales, Habermas demanda incluso la creacin de fuerzas de polica internacional al servicio de los Tribunales Penales Internacionales ya existentes contra actos de criminalidad de masas. Segn l, el rechazo universal de las guerras de agresin y los crmenes de guerra contra la humanidad son los nicos criterios que puede limitar la soberana estatal en todas las circunstancias en las que es posible comprobar la responsabilidad de las autoridades polticas nacionales. Sera suficiente para ello un acuerdo negativo suscitado por el horror comn a las limpiezas tnicas y a los genocidios.

Los derechos liberales, como ttulo para vivir la propia vida o bien como derechos subjetivos que garantizan el margen de eleccin dentro del cual las personas son libres de coacciones externas, constituyen para Habermas el ncleo defendible jurdicamente de los derechos humanos. Estos son los unvocos deberes negativos de una moral de justicia universal.

Lo que separa enormemente a Habermas de Pogge es que ste reclama la misma pretensin jurdica internacional a otros derechos humanos que no entran en el modelo clsico del derecho liberal. No es un derecho humano ms bsico la facultad universal de disponer de medios de subsistencia? Sin embargo, este derecho resulta ampliamente desatendido para centenares de millones de personas porque este derecho no dispone de la fuerza jurdica que caracteriza a los derechos codificados en ley. Est claro, dice Pogge, que el artculo 25 de la Declaracin Universal no se integra en las estructuras del derecho moderno con el mismo grado de coherencia que caracteriza a los derechos liberales y por tanto las carencias en su aplicacin no pueden ser consideradas como violaciones de la ley perpetradas por gobiernos y particulares y por tanto sujetas a medidas sancionatorias o punitivas.

Por qu esta diferencia? Thomas Pogge esconde un as en la manga: Trata de reconducir el derecho de subsistencia, de ser reconocido nicamente como derecho en el mbito moral a ser reconocido tambin a nivel jurdico. Utiliza para ello con el ejemplo de las pequeas explotaciones familiares del tercer mundo que trabajan con subcontratas, que transforman o ensamblan componentes para la exportacin. Ilustra as cmo el derecho a la subsistencia queda drsticamente redimensionado. Muy a menudo, el lugar de trabajo de esta cadena de produccin, nacida bajo la presin de las corporaciones multinacionales, es la familia que trabaja en subcontrata y a la cual no se aplican las normas que garantizan un acceso seguro a los derechos que impiden tratamientos al lmite de la esclavitud. Lo explica en estos trminos:

En el contexto del trabajo familiar las diferencias entre trabajadores y dadores de trabajo desaparecen: el jefe de familia gobierna la disciplina del trabajo familiar sin necesidad de ordenanzas oficiales. Ejercitando una actividad al lmite de la supervivencia, domina y explota al cnyuge y a los hijos tambin porque l mismo est dominado y explotado por aquellos que subcontratan el trabajo. Desde el momento en que, como es obvio, en la familia no se aplican las reglas de contratacin colectiva son los roles tradicionales los que aseguran la oportuna continuidad del trabajo.

Este ejemplo ilustra la doble debilidad connatural a la interpretacin jurdica de los derechos humanos. Por una lado la concepcin interaccional y punitiva choca con las insuperables dificultades de un paterfamilias que prcticamente, por supervivencia, se ve obligado a reducir casi a rgimen de esclavitud a su propia familia. Se va a castigar a ese padre? Su objetivo es la supervivencia suya y de su familia. El sistema jurdico y su carcter penal focalizan la atencin en la responsabilidad de las personas singulares y en la punicin. Adems de instrumentos coactivos y sancionadores, esta estrategia comporta tambin mecanismos de compensacin para las vctimas. Pero en este caso quin es el culpable? a quin hay que castigar? quin debe resarcir?

Segn Pogge, es claro que el modelo interaccional no capta ms que un nico aspecto de los fenmenos vinculados a la violacin de los derechos. Los gobiernos del tercer mundo bajo la presin de las multinacionales se ven obligados a tolerar formas de trabajo que obligan a las mujeres a ser vctimas de humillantes tratamientos durante el proceso de seleccin del personal, reservan un tratamiento discriminatorio a la mano de obra femenina respecto a la masculina y acentan los de redistribucin desequilibrada de la riqueza.

La tesis defendida por Pogge respecto a los Derechos Humanos es doble: por un lado, sealar que adems de la responsabilidad interaccional est la institucional que tambin ha de tener un carcter jurdico y la obligacin jurdica de resarcir. Y por otro, que en un mundo globalizado no se pueden hacer distinciones drsticas entre derechos liberales y derechos de subsistencia, puesto que estn entrelazados. Las libertades fundamentales no vienen garantizadas si a causa de dficits econmicos, educativos o de salud las personas no vienen puestas en condicin de obrar de modo coherente con las libertades que le son garantizadas por las leyes sobre el papel. En la justicia global es necesario una mirada global.

Como indica A. Cassese, La esencia, el corazn de la doctrina de los derechos humanos es el concepto de dignidad de la persona. Nunca podemos olvidar que el origen de la autonoma privada y de la autonoma pblica desarrolladas en la propuesta de fundamentacin del sistema de derechos fundamentales y que sirven para proteger la libertad negativa, es el mismo que da origen al derecho de supervivencia: la dignidad humana. En este sentido, los derechos que sirven para proteger la liberad negativa (ausencia de vnculos o de coaccin) y que llamamos derechos liberales, no tienen prioridad sobre los derechos que sirven para proteger la libertad positiva (desarrollo de las capacidades u otorgacin de poder).

Reformas del orden global existente

Las reformas de orden global que lleven a la erradicacin de la pobreza severa, dice Pogge, han de ser propuestas viables y realistas, que se puedan convertir en figuras estables del derecho internacional y que sean propuestas atractivas para los agentes sociales involucrados. stas reformas deberan implementarse en el artculo 28 de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos que dice: Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en la Declaracin [que incluye los derechos sociales y econmicos] se hagan plenamente efectivos.

El ncleo duro est constituido por dos propuestas concretas:

1. Introducir un Dividendo de Recursos Globales (DRG) haciendo que aquellos que utilizan una parte desproporcionada de los recursos naturales globales (p.e. petrleo) compensen a aquellos que han sido privados de su apropiacin o de su beneficio de uso y comercializacin. Segn sus clculos bastara con el 1% del PIB de las economas ms desarrolladas a lo largo de algunos aos.

2. Una Estrategia de Bienes Pblicos para la reforma de las reglas internacionales relativas principalmente a la investigacin y comercializacin de medicinas bsicas. Este es el proyecto al que ha consagrado ltimamente su investigacin. Esta estrategia persigue:

i. que las medicinas bsicas capaces de curar las enfermedades que matan a millones de pobres cada ao sean desarrolladas y sean accesibles a precios bajos;

ii. que las farmacuticas que soportan los costes de la investigacin y desarrollo de estas medicinas puedan obtener ganancias como incentivo para producirlas. Para que esto sea factible su propuesta incluye estas tres reglas:

a. que los resultados de innovaciones exitosas sean puestos al alcance de todas las compaas farmacuticas de modo gratuito donde quiera que stas se encuentren. Es decir, que sean conceptuados como bienes pblicos;

b. que las compaas innovadoras sean premiadas con fondos pblicos en proporcin al impacto de sus invenciones en atencin al problema global de enfermedades que afectan a los pobres. Es decir, se introduce el reconocimiento y el estmulo de modo semejante a los premiso Nobel u otros

c. que se otorgue una asignacin equitativa, viable y polticamente realista relativa a la creacin de estas medicinas, y as como argumentos convincentes a favor de esta asignacin. Es decir equipos de investigacin mdica y equipos de investigacin jurdica, tica y poltica.

El desarrollo de estas propuestas requiere mucho trabajo, y Pogge ha formado ya grupos de investigacin interdisciplinaria para estudiar estos temas, entre ellos los mecanismos especficos para el cumplimiento de las reformas propuestas.A modo de conclusin

La gran aportacin de Pogge podemos resumirla en unos pocos puntos:

1. La existencia de un orden internacional injusto, proyectado por los aventajados e impuesto a los desaventajados.

2. Ese orden instituido contribuye causalmente a la perpetuacin de la desigualdad radical, a la persistencia de la condicin de la grave o extrema pobreza de la mitad de la humanidad, y a la incapacidad de las personas desaventajadas de proyectar alternativas realistas a las estructuras sociales, institucionales y culturales que forjan sus vidas.

3. La omnipresencia de la pobreza se traduce en mortalidad y morbilidad ms elevadas, mayor desnutricin, grave falta de cuidados mdicos, etc., que condicionan todos los aspectos de la existencia.

4. Si hay unas causas institucionales, hay una responsabilidad institucional que se traduce, desde una perspectiva liberal, en impedir el dao y compensar a todos aquellos que continan siendo daados.

5. Su objetivo principal es el de construir una conciencia civil global capaz de presionar a los gobiernos e instituciones a adoptar, al menos, algunas de las reformas concretas que propone.

6. Los obstculos ms grandes son de hecho polticos. Tanto los gobiernos autoritarios como la sociedad de consumo tienen importantes intereses en comn en el bloqueo de estas reformas. Por ello hay que hacer propuestas realistas, viables y deseables para ciudadanos, gobiernos y multinacionales.

Hay tmidas esperanzas de que despus de haber puesto de manifiesto estos hechos en todo el mundo, podra conducir a una reevaluacin de las relaciones internacionales hasta ahora tejidas por nuestros gobiernos con los dictadores y tiranos, y de asumir una voz cada vez ms creciente dentro de la opinin pblica internacional; esto pude actuar como una especie de catalizador para una movilizacin ms activa por parte de todos.

Salamanca, 25 de julio de 2014 El concepto statless global governance fue ideado por los tericos de la sociedad de la informacin como Alvin Toffler y Nicholas Negroponte. Luego fue recogido por la Escuela de Chicago

Jean Ziegler, o.c., p. 72.

A plague of finance, The Economist, Londres, 29 de septiembre de 2001, p. 27. Cit. por Jean Ziegler, Los nuevos amos del mundo y la lucha de aqellos que se resisten a dejarse engullir por la globalizacin, Barcelona, Ed. Destino, 2013, pp. 70-71.

Pierre Bourdieu, Cortafuegos 2. Por un encuentro social europeo, Anagrama, Barcelona, 2001.

J. Ziegler, o.c., p. 91.

Jean Ziegler, Lempire de la honte. La lutte contre la pauvret et loppression, Pars, Fayard, 2005.

Thomas Pogge, Pobreza Mundial y los Derechos Humanos, Paids Ibrica, 2005.

Esta es la tesis actualmente defendida por Wolfgan Kersting. Siguiendo los parmetros del derecho internacional marcados por Hobbes y Rawls sostiene que slo y exclusivamente se puede hablar de obligaciones de redistribucin en contextos intraestatales y sociales. Cfr. W. Kersting, John Rawls zur Einfrung, Hamburgo, 2001, seccin C.

Esta es la razn fundamental por la que John Rawls no aplica los conocidos principios de justicia ms all del mbito intranacional, aplicando nicamente criterios interaccionales al orden internacional. Rawls tematiza la pobreza global como un problema internacional, es decir, interestatal. Se dan cuestiones globales sobre la distribucin a partir de la situacin de que los Estados tambin son interdependientes histrica, econmica y polticamente. De ello se derivan compromisos internacionales que estn al servicio de la preservacin de la paz en la comunidad internacional compartida. Por lo menos los pases prsperos, dice Rawls, tienen la obligacin de apoyar para mejorar la situacin de pases extremadamente pobres y en apuros. Cfr. John Rawls, El derecho de gentes y Una revisin de la idea de razn pblica, Barcelona, Paids, 2001, cap. 16.

Th. Pogge, Estamos violando los derechos humanos?, Barcelona, Proteus, 2013, p. 52. Pobreza mundial y derechos humanos, o.c., p. 217.

Si los estados se vean tradicionalmente como entidades soberanas con una estricta distincin entre relaciones intranacionales e internacionales, que formaban dos mundos diferentes, el primero habitado por personas y asociaciones y el segundo por estados. Las evaluaciones normativas daban por supuesto esta separacin hasta el siglo XX.

En la actualidad, advierte Pogge lo que sucede entre distintas fronteras nacionales es mucho ms que meras interacciones y relaciones entre gobiernos. Por un lado existen muchos actores importantes adicionales en la escena internacional: agencias internacionales (Naciones Unidas, Unin Europea, Organizacin Mundial del Comercio Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional); as como corporaciones multinacionales y organizaciones no gubernamentales internacionales (ONG). Las interacciones y relaciones entre los estados y estos nuevos actores se estructuran mediante sistemas muy complejos de reglas y prcticas, asociadas algunas de ellas a mecanismos de adjudicacin y aplicacin. Esos actores y esas reglas ejercen una influencia poderosa sobre la vida interna de las sociedades nacionales. Th. Pogge, Qu es la justicia global?, Revista Latinoamericana de Filosofa v. 33, n. 2, Buenos Aires, 2007. Versin On-line ISSN 1852-7353.

J. Rawls, El derecho de gentes, Barcelona, Paids, 2001, p.37.

Th. Pogge, Qu es la justicia global?, Revista de Economa Institucional, vol. 10. N 19, 2008, p. 109.

Cfr.Th. Pogge, Estamos violando los derechos humanos de los pobres del mundo?. Barcelona, Proteus, 2013, pp. 28 ss.

Cfr. Th. Pogge, La pobreza en el mundo y los derechos humanos, Paids, 2005.

Th. Pogge, Estamos violando los derechos humanos de los pobres del mundo?, o.c., pp. 64-65.

Word Resorces Institut: Economics, business, and envirinement database, HYPERLINK "http://earthtends.wri.org/searchable_db/index.php?theme=5" http://earthtends.wri.org/searchable_db/index.php?theme=5

Th. Pogge, Id., p. 69.

Cfr. Th. Pogge, Estamos violando los derechos humanos de los pobres del mundo?, o.c, pp. 69-72.

Th. Pogge,., Id., pp. 74-78.

Cfr. Th Pogge, Pobreza mundial y derechos humanos, o.c., cap. 6, nota 28.

Dos aspectos especficos en los que centra su atencin Pogge son los recursos tales como el privilegio y el privilegio en el prstamo, otorgado a nivel internacional incluso a los gobiernos que vienen a controlar el pas a travs de un golpe militar o el ejercicio de una dictadura. Cuentan con el derecho vlido para actuar en nombre de las personas que dirigen, lo que de hecho les permite disponer libremente de los recursos naturales de esas naciones. Este privilegio reconocido internacionalmente proporciona incentivos poderosos para golpes de estado y guerras civiles en los pases que e son ricos de estos recursos naturales.

Lo mismo ocurre con el prstamo internacional privilegio, que permite a las lites del gobierno pedir prestados fondos en nombre de toda la comunidad. Los nuevos gobiernos establecen rupturas drmticas con el pasado. Lo nico que permanece es la deuda contrada a la cual estn obligados con castigos y sanciones de los bancos de otros pases para honrar as las deudas contradas por los predecesores corruptos e inconstitucionales.

Estos ejemplos demuestran cmo los factores causales tales como la tirana, la corrupcin, los golpes de estado y las guerras civiles, a menudo citados como factores nacionales ajenos a la accin de los gobiernos de las sociedades opulentas, se fomentan y apoyan por el orden econmico global impuesta por las mismas empresas multinacionales, a menudo a travs de negociaciones intergubernamentales complejas que, incluso al margen de los niveles de corrupcin de los pases pobres a las que sirven, reflejan los intereses de los gobiernos y empresas de los pases ricos que confan en una ventaja abrumadora contractual disfrutada por ellos en negociaciones.

En comparacin, durante este perodo, la ayuda oficial para el desarrollo ha distribuido 87 mil millones de dlares, de los cuales slo 9 mil se destinaron a servicios sociales bsicos.

A. Hollingshead, Global financial integrity: The implied tax revenue loss from trade mispricing, 15, Tbl. 2, 2010. Cit por Th. Togge, Id., pp. 76-77.

Global Humanitarian Forum, The anatomy of a silent crisis, 1, 78, 2009. Cit. por Th. Pogge, Id. P. 77.

Organisation for Economic Co-operation and Development, Agricultural policies in OECD countries, 13, 2009. Cit. por Th. Pogge, Id., p. 78.

Ibid.

J. Habermas, LOccidente diviso, Roma-Bari, ed. Laterza, 2005, p. 139.

Th. Pogge, La pobreza en el mundo y los derechos humanos, o.c., p. 82.

A. Cassese, I diritti umani oggi, Roma.Bari, Laterza, 2009, p. 54.

Declaracin Universal de los Derechos Humanos, a. 28.

Th. Pogge, Human Rights and Global Health: A Research Program en Metaphilosophy, 36, 1-2, pp. 182-209.

Ibid.

Ibid.

Ibid.

Ibid.

Th. Pogge, Human Rights and Global Health: A Research Program, o.c., pp. 182-209.

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