Condicionamiento clásico: la venganza de Pavlov · Ivan Pavlov era un fisiólogo ruso que estaba...

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PSICOLOGÍA Condicionamiento clásico: la venganza de Pavlov Por Fabián Maero - 10/02/2015 Compartir Twittear Email

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Condicionamiento clásico: la

venganza de Pavlov Por Fabián Maero -

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Volvemos al ruedo con otro artículo que toca el área del

conductismo (sí, otro más). Esta vez, sin embargo, vamos a

enfocarnos en un área mal conocida y peor valorada en el campo

del aprendizaje: el condicionamiento clásico.

Condicionamiento clásico para principiantes

La mayoría de nuestros artículos se refieren al condicionamiento

operante, un área dentro de la psicología que generalmente se

asocia a los desarrollos de B.F. Skinner, aproximadamente desde

la década del 40, que se refiere a la interacción entre la conducta y

el ambiente y en particular a cómo las consecuencias moldean la

conducta (esta descripción es una carnicería, pero no quiero

extenderme demasiado sobre este tema en este artículo, pueden

visitar este artículo en donde describimos los principios de

condicionamiento operante aplicado al Angry Birds)

El condicionamiento clásico (que también se suele llamar

“respondiente” o “pavloviano”), en cambio, comprende una serie

de principios de aprendizaje que surgen del trabajo que Ivan

Pavlov llevó a cabo a principios del siglo XX.

La historia de Pavlov es bastante conocida por los estudiantes de

psicología. Ivan Pavlov era un fisiólogo ruso que estaba

investigando las secreciones salivares, gástricas y pancreáticas en

perros, para lo cual había implementado un aparato que le

permitía medir con precisión el volumen de saliva y otras

secreciones emitidas por un perro (la ciencia es a veces una cosa

asquerosa, lo sé). En el transcurso de su investigación notó que los

perros salivaban al ver los guardapolvos blancos de las personas

que los iban a alimentar, es decir, comenzaban a salivar antes de

recibir la comida, lo que llamó una “secreción psíquica” (porque

esa secreción no dependía de la comida en sí sino de la

anticipación). A partir de entonces cambió el foco de su

investigación, y comenzó a investigar bajo qué condiciones podía

obtener ese resultado.

PAVLOV ESTABLECIÓ ASÍ UNO DE LOS

MOMENTOS MÁS IMPORTANTES EN LA

HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA Pavlov hipotetizó que cuando un estímulo cualquiera predice la

ocurrencia de otro estímulo que dispara una respuesta

automática, aquel primer estímulo adquiriría la capacidad de

disparar esa respuesta. Dicho de una manera un poco más técnica:

un estímulo incondicionado (EI), genera una respuesta

incondicionada (RI). Tener comida en la boca (EI), dispara

naturalmente salivación (RI); si un estímulo neutro (por ejemplo,

en el caso de los perros de Pavlov, ver a las personas que

proporcionan la comida) predice el estímulo incondicionado en

repetidas ocasiones, ese estímulo comenzará a disparar la

respuesta incondicionada. Ese estímulo se llamará estímulo

condicionado (EC), y la respuesta que ese estímulo dispara se

llamará entonces respuesta condicionada (RC). Pavlov

experimentó entonces asociando distintos sonidos y estímulos

visuales a la comida. Por ejemplo, ponía un metrónomo antes de

alimentar a un perro; después de repetir esto en varias ocasiones,

bastaba con que el perro escuchara el metrónomo para que

empezara a salivar (nota para pedantes: a pesar de lo que cuenta

la leyenda popular, Pavlov nunca usó una campana, porque un

estímulo así sería demasiado impreciso y difícil de controlar1). La

cosa iría así:

1. Presentación de Estimulo Incondicionado (EI – comida)—

——Dispara Respuesta Incondicionada (RI – salivación)

2. Presentación de un estímulo neutro (metrónomo) antes

de presentar el EI (comida)—Dispara respuesta

incondicionada de salivación. Este emparejamiento se

repite varias veces.

3. El Estímulo Condicionado (EC – metrónomo) genera

ahora una Respuesta condicionada (RC – Salivación)

PAVLOV NUNCA USÓ UNA CAMPANA,

PORQUE UN ESTÍMULO ASÍ SERÍA

DEMASIADO IMPRECISO Y DIFÍCIL DE

CONTROLAR Pavlov estableció así uno de los momentos más importantes en la

historia de la psicología. Había descubierto un principio del

aprendizaje que era aplicable tanto a animales como a humanos,

que permitía tanto predecir como establecer nuevas respuestas. Si

bien Pavlov no era propiamente un conductista, los principios que

él descubrió inspiraron a las primeras generaciones del

conductismo, y fueron la base para todo un campo de la psicología

científica. Durante el siglo XX miles de psicólogos e investigadores

utilizaron esos principios complejizándolos y refinándolos y quizá

sea justamente el éxito que tuvo Pavlov (o mejor dicho, sus

investigaciones), lo que hizo que quedara un poco en segundo

plano en psicología. Hoy, el condicionamiento clásico suele

enseñarse como si fuera una nota al pie en las carreras de

psicología, una mera anécdota histórica de un abordaje obsoleto.

Ahora bien, ¿recuerdan a Schwarzenegger en Terminator? Bien, el

“Volveré” bien podría haberlo dicho Pavlov (y sí, me he dado el

gusto de ponerle un título hollywoodense a este artículo).

Hoy en día una plétora de investigaciones utilizan los principios

del condicionamiento clásico en áreas que son de extraordinario

interés en la psicología, y no me refiero a investigaciones que “más

o menos, algo tienen que ver con el condicionamiento clásico”,

sino que están explícitamente basadas en esos principios. Si me

acompañan, veamos algunas de esas áreas.

(Algunas) aplicaciones del

condicionamiento clásico

Vamos a omitir las aplicaciones más conocidas del

condicionamiento clásico tales como fobias y aprendizajes básicos,

ya que las pueden leer en cualquier libro de texto. Demos, en

cambio, un vistazo a las aplicaciones y desarrollos del

condicionamiento clásico más subterráneas, más desconocidas.

En el ejemplo clásico del perro de Pavlov, lo que se condiciona es

la secreción de una glándula (salival, para ser más precisos).

Ahora bien, ¿qué otras respuestas pueden ser influenciadas por

mecanismos de condicionamiento clásico? Vamos a examinar dos

áreas: respuesta a las drogas y respuesta inmune.

Tolerancia a las drogas y sobredosis

Esta es una línea de investigación fascinante.

Supongamos que administramos una inyección de adrenalina a

una persona, precedida por, digamos un tono audible. Como quizá

sepan, la adrenalina tiene el efecto de aumentar el ritmo cardíaco

y el azúcar en la sangre. En este ejemplo la adrenalina sería un

estímulo incondicionado (EI), el tono audible el estímulo

condicionado (EC), y el aumento de la presión sanguínea y

descenso del azúcar en la sangre serían la respuesta

incondicionada (RI). Ahora bien, si repetimos este procedimiento

varias veces, ¿qué creen que pasaría al presentar el tono audible

solamente?

Intuitivamente probablemente diríamos que el tono audible, al

igual que el metrónomo en el caso del perro de Pavlov, generaría

un aumento del ritmo cardíaco similar al de la adrenalina.

HOY EN DÍA UNA PLÉTORA DE

INVESTIGACIONES UTILIZAN LOS PRINCIPIOS

DEL CONDICIONAMIENTO CLÁSICO Error (me encanta decir eso). Lo que sucede en esos casos es que

al presentar el tono, el ritmo cardíaco y el nivel de azúcar en la

sangre descienden2. Es lo que se denomina una respuesta

condicionada contradireccional (porque va en la dirección

opuesta a la RI). Por decirlo de alguna manera, el organismo

“compensa” el efecto de la adrenalina que se va a administrar y –

esta es la parte crucial– esta compensación hace que el efecto de la

adrenalina que se administra sea menor. Estas respuestas

contradireccionales han sido observadas en la administración de

anfetaminas, atropina, clorpromazina, glucosa, histamina, litio,

morfina, naloxona, entre otros3.

La parte interesante es que esto permite explicar la tolerancia a las

drogas y las sobredosis. Cuando una droga se administra repetidas

veces en un mismo contexto (la misma habitación, por ejemplo),

ese contexto o estímulo se vuelve un EC que dispara una RC

compensatoria, y así disminuye el efecto de esa droga. Ahora bien,

cuando esa misma droga con la misma dosis se administra en un

contexto nuevo, esa respuesta compensatoria no se produce; no

hay nada que le “avise” al cuerpo que va a recibir una dosis, por lo

cual el efecto de la droga, ahora ya sin freno, se multiplica y se

produce una sobredosis.

CUANDO UNA DROGA SE ADMINISTRA

REPETIDAS VECES EN UN MISMO

CONTEXTO, ESE CONTEXTO O ESTÍMULO SE

VUELVE UN EC QUE DISPARA UNA RC Esta respuesta compensatoria (y su ausencia), puede tener

consecuencias dramáticas. Schneider4 cuenta la siguiente

anécdota:

“Un hombre quizá haya matado a su padre sin querer. Su padre,

que sufría de cáncer pancreático, estaba recibiendo cuidados en

su casa, en un dormitorio pobremente iluminado. Sentía mucho

dolor y recibía cuatro inyecciones de morfina por día. En el día

de su muerte, el hijo se encontró con que su padre se había

movido hasta el living, que era muy luminoso, y como era la

hora de su inyección y su padre estaba dolorido, el hijo le

administró su dosis usual de morfina en ese lugar. La reacción

del padre fue excepcional, y un médico inmediatamente

diagnosticó sobredosis de morfina, pero nada pudo hacerse.”

Por supuesto, es imposible saber a ciencia cierta si hubo

mecanismos de condicionamiento clásico en esta historia, pero es

bastante probable que así haya sido. Numerosas investigaciones

dan cuenta de este efecto en el desarrollo de tolerancia a las

drogas y sobredosis. En un estudio Siegel y colaboradores

encontraron que un mero cambio de lugar bastaba

para duplicar la ocurrencia de sobredosis5.

El mismo mecanismo permite explicar los impulsos (craving),

para el consumo de drogas. Permítanme un rodeo para explicar

esto. Seguramente están familiarizados con lo que nos pasa

cuando vemos comida en una vidriera o cuando sentimos el olor

del asado que el desgraciado de nuestro vecino está cocinando. En

esos casos, no sólo babeamos como perros, sino que con

frecuencia efectivamente comenzamos a sentir hambre. En parte

esto se explica por una respuesta contradireccional: el cuerpo,

ante el EC de ver comida, comienza a aumentar la producción de

insulina, lo cual genera un descenso del azúcar en la sangre y así

comenzamos a sentir hambre (en la siguiente sección hablaremos

más de esto). Del mismo modo, la exposición a estímulos

vinculados al consumo de drogas puede disparar una respuesta

compensatoria que hace que aumente el deseo de consumir.

De esto se derivan algunas indicaciones clínicas2. En primer lugar,

se deriva que es relativamente fácil ser abstinente si no se

confronta con estímulos vinculados al consumo; en segundo lugar

las recaídas son más probables apenas una persona en

recuperación se expone a estímulos asociados al consumo (por

ejemplo, cuando una persona recibe el alta de una clínica de

adicción y vuelve a vivir en ambientes previamente asociados al

consumo). Finalmente, la prevención de recaídas se ve facilitada si

se debilita el vínculo entre estímulos y consumo. Esto es lo que se

denomina “exposición a señales” (cue exposure therapy), y

básicamente consiste en exponer a los estímulos que disparan el

consumo a la vez que se bloquea la respuesta de consumir. La

evidencia para este tipo de intervención está aún en sus etapas

iniciales pero parece ser prometedora6. (Para leer un poco más

sobre el efecto del ambiente en la administración de drogas

pueden leer este artículo que escribimos sobre farmacología

conductual)

Respuesta inmune y medicina

Pareciera algo sacado de las peores páginas de los libros de mala

psicología (no voy a nombrar ninguno para no herir

susceptibilidades), pero pareciera que la respuesta inmune del

cuerpo también es susceptible de ser influida por

condicionamiento clásico.

En un estudio ya clásico Ader y Cohen (1975)7 descubrieron

accidentalmente que podían condicionar una respuesta de

inmunosupresión. Observaron que si en un procedimiento de

condicionamiento clásico asociaban la administración de sacarina

(el edulcorante que usan para el café) a un medicamento

inmunosupresivo (ciclofosfamida -se utilizaba para tratar

enfermedades autoinmunes), posteriormente la mera inyección de

sacarina tenía un efecto inmunosupresor. Tiempo después se

demostró que también es posible condicionar una respuesta de

inmunosupresión en seres humanos8.

¿Tienen alguna alergia? Russell y colaboradores9 trabajaron con

conejillos de india alérgicos a una proteína. Asociaron la

presentación de esa proteína a un olor específico y encontraron

que luego de repetidas asociaciones el olor por sí mismo disparaba

una respuesta de alergia (incremento de la histamina plasmática).

Booth y colaboradores demostraron que es posible condicionar

una respuesta alérgica en la piel de seres humanos10. Recuerden

esto la próxima vez que comiencen a estornudar en primavera,

quizá el culpable no sea un alergeno sino algún estímulo del

ambiente asociado a él.

En una línea de investigación vinculada, Woods y Ramsay

demostraron que es posible condicionar la secreción de insulina,

tanto en animales como en seres humanos11. Un estímulo que se

asocia a la ingestión de comida puede provocar un aumento en la

secreción de insulina, de la misma manera en que las respuestas

compensatorias contradireccionales actúan en la tolerancia al

consumo de drogas.

LA PRÓXIMA VEZ QUE COMIENCEN A

ESTORNUDAR EN PRIMAVERA, QUIZÁ EL

CULPABLE NO SEA UN ALÉRGENO SINO

ALGÚN ESTÍMULO DEL AMBIENTE ASOCIADO

A ÉL Pero además de investigar si es posible causar una respuesta

alérgica o deprimir el sistema inmune, también ha sido

investigado si es posible utilizar los mismos principios para

mejorar la respuesta del organismo frente a diversas

enfermedades. Y al parecer, esto es posible. Es posible aumentar

la actividad y el conteo de células natural killers (NK), utilizando

condicionamiento clásico. En una serie de experimentos

prometedores, Exton et al.12 dicen lo siguiente:

Datos de experimentos animales sugieren que el

condicionamiento clásico tiene el potencial de modificar la

progresión de tumores. Incrementos clásicamente condicionados

de la actividad de células NK en ratones pueden prolongar el

tiempo de supervivencia luego de la inoculación de tumores. Más

aún, la inmunoterapia activa con células alogénicas del bazo en

animales con linfomas es aumentada por el condicionamiento,

resultando así en un retraso en el crecimiento de tumores.

En un estudio de caso, Olness y colaboradores13 utilizaron

condicionamiento clásico como co-tratamiento para una niña de

11 años con Lupus, y esto es lo que narran:

“a lo largo de doce meses la niña recibió 6 en lugar de 12

tratamientos con ciclofosfamida, la mitad de la dosis

acumulativa que hubiera sido administrada. La niña mejoró

clínicamente, y 5 años después continúa estando bien.”

Impresionante, ¿no?

Cerrando

Como dije, la evidencia para estos tratamientos aún es inicial y

debe ser tomada con cautela. Después de todo, esto es

investigación, y hay un motivo por el cual la investigación siempre

avanza lentamente. Cuando meramente especulamos, podemos

imaginar muchas cosas pero eventualmente los desarrollos se

estancan y quedamos condenados a la repetición. Pero cuando la

evidencia es sólida, cuando hacemos los deberes, los resultados

pueden ser extraordinarios.

Consideren esto: un siglo después de Pavlov, no sólo los principios

que postuló aún se sostienen (han pasado por varias

modificaciones y refinaciones, sin embargo), sino que siguen

generando nuevas aplicaciones en campos insospechados.

CUANDO LA EVIDENCIA ES SÓLIDA, CUANDO

HACEMOS LOS DEBERES, LOS RESULTADOS

PUEDEN SER EXTRAORDINARIOS Para no extendernos demasiado sólo hemos tocado dos áreas en

este artículo, pero las áreas de aplicación son enormes – por

ejemplo, la literatura sobre la relación entre el condicionamiento

clásico y el efecto placebo, que vamos a tratar en un próximo

artículo.

Por supuesto, con respecto a las líneas de investigación que

abordamos en este artículo, se necesitan más ensayos para

confirmar los estudios, se necesita saber de qué manera

funcionan, cuáles son las condiciones necesarias para que suceda,

pero sólo por un momento imagínense las posibilidades si estas

áreas de investigación prosperaran.

Imaginen que pudiéramos mejorar el efecto de los tratamientos

para el cáncer, ayudar a tratar las alergias, o reducir la necesidad

de medicamentos inmunosupresores.

Pavlov estaría contento.

Referencias

1. Specter M. DROOL. New Yorker. 2014.

http://www.newyorker.com/magazine/2014/11/24/drool.

2. Van den Hout M, Merckelbach H. Classical Conditioning:

Still Going Strong.Behav Psychother. 1991;19:59.

doi:10.1017/S0141347300011514.

3. MacRae JR, Scoles MT, Siegel S. The contribution of

Pavlovian conditioning to drug tolerance and

dependence. Br J Addict. 1987;82:371-380.

doi:10.1111/j.1360-0443.1987.tb01493.x.

4. Schneider SM. The Science of Consequences : How They

Affect Genes, Change the Brain, and Impact Our World.

Prometheus Books; 2012.

5. Siegel S, Hinson RE, Krank MD, McCully J. Heroin

“overdose” death: contribution of drug-associated

environmental cues. Science. 1982;216:436-437.

doi:10.1126/science.7200260.

6. Drummond DC, Glautier S. A controlled trial of cue

exposure treatment in alcohol dependence. J Consult Clin

Psychol. 1994;62:809-817. doi:10.1037/0022-

006X.62.4.809.

7. Ader R, Ader R, Cohen N, Cohen N. Behaviorally

conditioned immunosuppression. Psychosom Med.

1975;37:333-340.

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/1162023.

8. Goebel MU, Trebst AE, Steiner J, et al. Behavioral

Conditioning of Immunosuppression Is Possible in

Humans.; 2002:1869-1873. doi:10.1096/fj.02-0389com.

9. Russell M, Dark KA, Cummins RW, Ellman G, Callaway E,

Peeke H V. Learned histamine release. Science.

1984;225:733-734. doi:10.1126/science.6205449.

10. Booth RJ, Petrie KJ, Brook RJ. Conditioning Allergic

Skin Responses in Humans: A Controlled Trial.; :492-

495.

11. Woods SC, Ramsay DS. Pavlovian influences over food

and drug intake. In:Behavioural Brain Research.Vol 110.;

2000:175-182. doi:10.1016/S0166-4328(99)00194-1.

12. Exton MS, Von Auer AK, Buske-Kirschbaum A,

Stockhorst U, Göbel U, Schedlowski M. Pavlovian

conditioning of immune function: Animal investigation

and the challenge of human application. In: Behavioural

Brain Research.Vol 110.; 2000:129-141.

doi:10.1016/S0166-4328(99)00191-6.

13. Olness K, Ader R. Conditioning as an Adjunct in the

Pharmacotherapy of Lupus Erythematosus. Journal of

developmental and behavioral pediatrics : JDBP 13, 124-

125 (1992). doi:10.1097/00004703-199204000-00008.

Imagen: monsteroftheid

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Si callamos, hablarán las

piedras: un análisis al estado

actual del psicoanálisis Por Isabel Lucioni - 09/04/2013

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Comencemos por aclarar algunos conceptos y cómo van a ser

usados en este trabajo.

1. Movimiento psicoanalítico: es el conjunto de personas

que se consideran psicoanalistas y todas las prácticas de

curas llamadas psicoanalíticas, más las publicaciones

producidas por el primer conjunto.

2. “El Psicoanálisis”: dicho en singular como pretenden

seguir usándolo, tanto propios como extraños al movimiento

psicoanalítico y, sobre todo, los enconados críticos de “los

freudianos”, es inexistente.

Muchos de los enconados que menciono critican pues una

singularidad o totalidad inexistente.

Son varios los psicoanalistas que hablan de una Babel que está

constituyendo “al psicoanálisis” de tal manera que, como también

están diciendo algunos, el singular referido a los integrantes del

Movimiento y sus obras, no corresponde, sino que hay que hablar

de “los psicoanálisis”.

Muchos psicoanalistas llegan a reconocer en privado pero no en

publicado que : cada uno tiene su propia “ensalada” de autores en

la cabeza, otros sostienen que cada uno elige la teoría que “le

gusta”, otros explican que para cada paciente usan el autor

conveniente, tirando de un “cajoncito” de los varios en los que

tiene archivados a los autores, y finalmente están los muchísimos

que afrontan la hinchazón llamándola gordura y que sostienen

que la situación descripta constituye en sí misma nuestra

“riqueza”.

Ese estado sería absolutamente divertido si se tratara sólo de un

ejercicio de ideas y no de ideas diferentes que producen

inevitablemente procesos de “cura” muy distintos y hasta dispares

consecuentemente, así como una indeseable versatilidad y

variabilidad en los diagnósticos, estado de la práctica y de la

práctica teórica totalmente excéntrica al proyecto freudiano.

EL MOVIMIENTO ESTÁ FUNCIONANDO MAS

BIEN AL

ESTILO DE UNA FUERZA POLÍTICA

Es decir que el Movimiento está funcionando mas bien al estilo

de una fuerza política, que se diferencia bastante de una

disciplina en búsqueda de verdades que operan concretamente en

la vida de las personas, verdades contrastables de alguna manera,

contrastación consensuada racionalmente, para lo que no es

necesario acudir a una de las metodologías “duras” de

contrastación parecida al experimento pero sin llegar a ello,

cualquier metodología dura a la que, por la descripción antedicha,

no es posible acceder en estos momentos. El estado de la

psicología no es mejor aunque se tenga una esperanza de solidez

(vana) en la identificación de la mente con el cerebro al estilo

de Bunge.

Pero el objetivo de mi trabajo no es la psicología en general y sus

múltiples formas de psicoterapias, sino el estado del movimiento

psicoanalítico, del cual defenderé siempre la validez de su

fundamento: la estructura de la teoría freudiana y la

práctica clínica que se deriva de ella.

Es muy difícil ver esto como un problema, y grave, cuando lo que

cunde en la sociedad es el pensamiento débil, tal cual lo describió

el filósofo Vattimo, alegre él porque evidentemente el

pensamiento débil, el ataque a la racionalidad y a la lógica llevan a

la religión.

Respeto a las religiones que buscan su verdad en un acto de fe,

considerada por ellas como la virtud fundante de la religiosidad, y

respeto su convocatoria a una verdad, consoladora de una

humanidad que se siente huérfana, soberbiamente extrañada de

los demás animales.

Pero encontrar verdades mas allá de una fe es un esfuerzo

específico para buscarlas y no una mera variabilidad de ideas a las

que se llame “riqueza”.

El ataque a la razón conlleva un ataque a la posibilidad de

encontrar verdades con lo cual se funda también un relativismo

absoluto de las afirmaciones, considerándose tiránica a toda

posición científica, por lo menos en el campo de las ciencias

humanas o sociales. Esta posición de muchos psicoanalistas que

despacha con el cómodo mote de “positivistas” a todas las críticas,

repito, un mote no funciona como una crítica razonable que

deslinde por ejemplo la circunstancia de que hay muchos

positivismos, funciona mas bien como un insulto que paraliza

cualquier intento de crítica en el sentido de pensamiento crítico, el

que es muy distinto a la mala educación, pero al que el

pensamiento “blando” denigra. El pensamiento “blando” es un

pensamiento sin lógica, intuitivista, en el que se exaltan los

“sentimientos” en una regresión al romanticismo, no en el sentido

común de regalar rosas o bombones, en que se lo usa también,

sino en el de la corriente de pensamiento que dió origen, por

ejemplo, al nazismo; con su sentimiento de “pueblo” y “raza” y su

teoría del origen del universo a partir de una gran bloque de hielo.

El pensamiento blando que tanto gusta a los relativismos

extremos, culturales y morales, donde todos los gatos son pardos,

pensamiento blando que también prefiere considerar al riguroso

como “narcisista” o “irrespetuoso de las diferencias”, diferencias a

las que se quiere salvaguardar en un estado de desorden e

imprecisión extrema. El pensamiento “blando” reniega de la

posibilidad de encontrar verdades salvo que sea por revelaciones

compartidas por comunidad empática o de sentimiento.

Veo pues al movimiento psicoanalítico mal, en un estado

de disolución implosiva y digo disolución, porque es un

deterioro silencioso, parapetado detrás de la actitud de

desechar todas las críticas despachándolas con otro

mote: el de las “resistencias” o el “odio”, también

resistencial contra el psicoanálisis.

Esto no quiere decir, como lo reconocí en párrafos anteriores que

la mayoría de las críticas emprendidas contra los “freudianos”

sean buenas, mas bien son malas, sobre todo cuando atacan a

Freud por mentiroso o por su vida personal, o porque se “peleaba”

no dejando levantar cabeza a sus “discípulos”, como lo ha hecho el

“Libro negro del psicoanálisis” o considerándolo como a un

filósofo mas entre otros filósofos como hace Onfray.

La autocrítica tiene que ser interna, la tenemos que

asumir los psicoanalistas si no queremos naufragar en

una alegre y autocomplaciente disolución filosofante y

poetizante, donde se considera psicoanalista a

cualquiera que se autotitule así, aunque sea por

ejemplo, un deleuziano con algo de Lacan, al que no le

importa que Deleuze sea un crítico de Lacan y de Freud,

que ha inventado una terapia alternativa al psicoanálisis

que es el “ezquizoanálisis”. Basta que su discurso “guste”

a la masa de psicoanalistas para que se considere

psicoanalista. Es un mero ejemplo de las “ensaladas”

posibles hoy en día.

Sería un error pensar que esto se corrige con institucionalidad

política como lo intentó hacer durante décadas la IPA, creando

definiciones defensivas del psicoanálisis que pasan por la rigidez

ritual como concepto de la técnica, lo que ha dado lugar y no sé si

continúa así, a definirlo por el diván y por las cuatro sesiones

como exigencia formal, que según se sabe pocos cumplen pero

dicen que sí lo cumplen. Y cuando digo “definiciones defensivas”

lo hago en el mas estricto sentido de defensa en el mas estricto

psicoanálisis : defensa es lo que la angustia dispara como

operación sustitutiva de un pensamiento que, si se hiciera

también angustiaría.

Creo que hubo una desgracia inicial fundante del psicoanálisis y

de los psicoanálisis que fue la del no reconocimiento del

psicoanálisis por la ciencia oficial decimonónica; no puedo

ponerme en los zapatos de Freud como para saber cuál hubiera

sido un camino mejor al que tomó, que fue el de formar una

institución de alcance prácticamente ecuménico, la que no

funcionó de manera muy distinta a la del Vaticano, con

inquisidores internos incluidos.

ESTA SALIDA POLÍTICO-INSTITUCIONAL FUE

MORTAL PARA LA

CIENCIA QUE SE PROPUSO FUNDAR FREUD

Esta salida político-institucional fue mortal para la ciencia que se

propuso fundar Freud, a pesar de su valor para saber apartarse de

discípulos que no adoptaban las líneas fundamentales que él le

imprimió a su teoría-práctica. No tenía porqué aceptar

desviaciones que él consideraba esenciales para su construcción

racional.

La estructura teórica y las prácticas como contexto de aplicación

derivadas, son los grandes desconocidos del movimiento

psicoanalítico a 113 años de la publicación de la “Interpretación de

los Sueños” y su primera consolidación publicada de las bases

para concebir el Aparato Psíquico.

La multiplicidad de fotos y recuerdos lacrimógenos de Freud que

tanto gustan de conservar o de publicar en Facebook muchísimos

que se consideran psicoanalistas, no hace mas que reafirmar este

vínculo religioso pero no teórico-práctico que señalo.

Salvando las distancias y sin ofender a nadie, es parecido a lo que

pasa con la iconografía de Jesús que prolifera en una inmensa

masa generalmente incapaz de ser cristiana.

Salvando las distancias repito, porque ser psicoanalista es

infinitamente menos difícil que ser cristiano, es decir

heroicamente bueno.

Hace poco un joven colega

que está emprendiendo muy rigurosamente sus estudios de la

teoría y la práctica freudiana me hizo notar lo temprano de los

primeros discípulos de Freud, por ejemplo Jung: fué mas o menos

alrededor de 1912. A esa altura sólo hacían 12 años de la primera

configuración estable de la teoría del psiquismo, sólo se habían

publicado los “3 Ensayos” y “Totem y Tabú” y la citada

“Interpretación….” como grandes obras, y el primero todavía

habría de sufrir numerosos agregados a lo largo de la vida de

Freud. Los primeros discípulos fueron convocados por el

deslumbrante descubrimiento del inconciente y la eficacia de la

cura por la palabra que cambiaba totalmente la perspectiva de una

medicina todavía mecanicista y abría el acceso científico a lo que

los siglos habían llamado el alma, pero que ahora tenía forjada

una categoría científica: el Aparato Psíquico, en 1912 todavía como

Conciente-Preconciente-Inconciente. Faltaba un y poco aún para

el otro gran monumento teórico que son los escritos de

metapsicología y nada menos que 8 años para la revolución

teórica freudiana de los años 20, y 26 años hasta la muerte de la

fructífera y productiva vida de Freud, quien fundó una Institución

antes de tener concluído su descubrimiento.

Los “discípulos” pues, se congregaron y luego se

institucionalizaron sintiéndose socios del descubrimiento,

expertos en inconciente y cura por la palabra, socios y no

discipulos, lo que por lo menos a mí me explica algo del

desenvolvimiento psicoanalítico.

Siempre me ha llamado la atención el narcisismo de los autores

psicoanalíticos, la extremada estima que casi todos tienen sobre la

“originalidad” y la “creatividad” de cada autor y la

despreocupación absoluta por consolidar el fundamento o

paradigma y las derivaciones lógicas de él. Creo que este es el

comienzo del funcionamiento de la “cómoda” o “mesita de luz”

donde cada cajoncito es un autor retirado en el momento

necesario para cada paciente. Cada cajoncito un pequeño sol con

pretensiones, generalmente, de ser el centro del sistema

planetario del psicoanálisis.

André Green dijo antes de morir que una de las desgracias del

movimiento psicoanalítico fue la de que el único genio haya sido y

sigue siendo el fundador, sin desmedro de los valiosos aportes de

varios otros autores, aportes que es necesario especificar

lógicamente todavía por su relación al paradigma o fundamento

en lugar de ponerlo en un “cajoncito” mas en la acumulación de

nuestra “riqueza” o disolución implosiva.

¿Qué impresión tengo a partir de esa en la que veo que los

“discípulos” se acercaron a Freud como socios y no dispuestos a

aprender, aunque tantos se hayan analizado con el fundador y/o

con algunos de sus primeros adherentes? Se sintieron en su

mayoría mas inclinados a desatar su “originalidad narcisista” más

que a acompañar críticamente pero con rigurosidad y paciencia el

desenvolvimiento de la poderosa teoría que Freud estaba

construyendo.

El análisis personal es una potente herramienta de conocimiento

de sí mismo y de adquisición de la convicción sobre la existencia

de nuestro propio inconciente, pero la experiencia del análisis no

enseña teoría y tampoco enseña a ser epistemológicamente

riguroso.

Green nunca será taxativo como lo soy yo, pero de todos modos

sirven sus tímidos pensamientos que a veces rozan lo que planteo:

“La nueva clínica psicoanalítica y la teoría de Freud” pag 21:

(Refiriéndose al giro teórico freudiano de los años 20) “…ya no se

trata entonces de una controversia destinada a averiguar si el

psicoanálisis de Freud se debe admitir o rechazar. El proceso

cismático ha terminado y el movimiento psicoanalítico ha dejado

por el camino (Yo:¡¿?!) a los que estaban en desacuerdo con los

principios fundamentales del psicoanálisis. Los que permanecen

agrupados en torno de Freud no cesan de reafirmar su lealtad

hacia su pensamiento y reconocen-con una sinceridad de la que

no cabe dudar- su indiscutible leadership. No se puede negar, sin

embargo, que las relaciones de Freud con sus discípulos eran

mas complejas, y que sin cesar y de manera indefinida se

replanteaba la cuestión formulada por Adler de saber si era

preciso conformarse con vivir a la sobre del gran hombre. Freud

percibía sin duda entre los más cercanos de sus fieles esa

legitima necesidad de independencia, que el declaraba admitir

sin limitación, aunque no ahorraba sus criticas cuando

ese afán de volar con las alas propias dejaba a su juicio

translucir desviaciones teóricas susceptibles de poner en peligro

los ejes fundamentales de la teoría psicoanalítica.

Lo que sorprende de esta confesión es que, siendo un texto que en

castellano se publicó en 1991, o sea con la obra de Lacan ya hecha

y reivindicada como “la verdadera teoría o la continuidad de la

teoría freudiana”, sorprende, repito, que Green no se haga cargo

de este último “freudiano” (O sea Lacan) que viene a fundar el

psicoanálisis por retroacción, sin respetar por lo tanto a ninguna

categoría freudiana cuando las redefine en el contexto de:

Simbólico-imaginario-Real, lo cual no funda sino que volatiliza

toda la teoría freudiana ante un público complaciente, demasiado

acomodado a los prestigios adquiridos como para hacerse cargo

de un debate trascendental, en el que se jugaba nada mas y nada

menos que cómo heredar, hacerse cargo productivamente de la

herencia freudiana.

Pero hay mas cosas -que sorprenden a un pensamiento que es

riguroso- de las que dice Green que hay que revisar como muestra

nada mas de maneras de pensar que escucho muchísimo en el

medio del “movimiento”. Son:

1. Reafirmación de la lealtad. ¿Qué es eso? Lealtad no es

un reconocimiento científico ni pone en juego una

racionalidad, hasta política diría, porque si uno ve que un

líder se equivoca políticamente hay que tener mas lealtad

con la causa que con el líder. Lealtad pertenece mas bien a

contextos religiosos o guerreros en los que si la obediencia,

sobre todo en el último caso, es necesaria aunque lleve a la

muerte.

2. Reconocimiento del liderazgo ¿qué es eso? El juramento

de los señores feudales al Rey “como primero entre pares”. El

mismo Green está reconociendo el aglutinamiento de

profesionales alejados ya de una posición científica.

¿Porqué lo reconocio Freud? Creo que por la expulsión que hizo

de él la ciencia, a la cual siempre quiso pertenecer sin poder, y

porque tempranamente apareció una incapacidad del

movimiento, entusiasmado por la facilidad para que “muchos

descubran cosas”, pero sin poder contrastar de manera fuerte es

decir rigurosa todas y cada una de las “ideas” que iban ocurriendo

mientras el fundador seguía firme en el camino de su

descubrimiento que culminó en su muerte.

La contrastación clínica como única contrastación necesaria tiene

fallas porque depende muy grandemente de los afectos del

psicoanalista y del sentimiento subjetivo de bienestar que cada

analizando tiene con ese psicoanalista. Pero esta es una dificultad

que se agranda con la proliferación de ideas que no se critican o

que se critican mal, porque ya hay desorden en la estructura de

enunciados base y porque las ideas cunden también

desordenadamente si algunos analistas “ven” o “como han dicho

ver”. No alcanzo a saber cuánta responsabilidad sobre esto tuvo

Freud y tampoco me preocupa porque no soy historiadora del

Movimiento psicoanalítico.

MAS TARDE TODAVÍA ME SEGUÍ

SORPRENDIENDO DEL

DESORDEN DE LA PRODUCCIÓN

PSICOANALÍTICA

Ejemplo de esto fue la bizantina discusión que sostuvieron los

psicoanalistas respecto a M. Klein y con los kleinianos, sobre si

había “suficiente Yo” al nacer como para aceptar la dramática de

fantasías y defensas que Klein postulaba. Esta discusión me

perturbó ya en la universidad haciendo la carrera, porque me

quedaba claro que Klein no postulaba un Yo semejante al Yo de

realidad Definitiva, maduro y ejecutor de las defensas. Pensaba

que sólo hacía falta el principio del Placer-Displacer para que

territorios psíquicos se escindieran. Mas tarde pulí la idea, sobre

todo cuando ya recibida, me dediqué a estudiar a Freud de lleno, y

ví que Freud mismo había planteado una disociación así,

defensiva en el Proyecto y que en otras obras postulaba el inicio

del Psiquismo divido en un territorio de todo lo bueno-

placiente=Yo de Placer Purificado y otro espacio psíquico al que

llamó Objeto hostil como zona de todo lo displaciente=odiado.

La discusión pues había sido totalmente inútil por lo menos

porque se había ignorado lo que Freud había sostenido respecto a

los inicios del Aparato Psíquico.

Mas tarde todavía me seguí sorprendiendo del desorden de la

producción psicoanalítica cuando vi que piera Aulagnier postulaba

un “Pictograma bueno” y un “Pictograma malo” reconociendo

vagamente y sin precisiones a Freud y sin reconocer a Klein. O no

estudiaban debidamente o eran falsarios, una de dos.

Pero el colmo del desorden ha sido Lacan indudablemente. En mi

experiencia la teoría freudiana nunca fue una ortodoxia, cuando

estudiaba la mayoría de los psicoanalistas hablaban básicamente

kleiniano y las referencias a Freud no eran profundas y de pronto

comenzaron a hablar en otro idioma o a mezclar términos de otro

idioma que rápidamente me dí cuenta de que era un dialecto

nuevo: el lacanés.

Como yo ya estaba consolidando a Freud como una estructura

teórica fuerte y lógica me ví arrasada por este idioma que se

proponía como la mejor continuidad de Freud, así que me dediqué

a estudiarlo también durante 9 años.

PERO EL COLMO DEL DESORDEN HA

SIDO LACAN INDUDABLEMENTE

Indudablemente el nuevo autor no planteaba disidencias o

novedades sino que era una teoría que arrasaba con la teoría

frfeudiana y con todo aquéllo que uno pudiera considerar aporte o

derivaciones consecuentes de la teoría fundacional.

Pero el movimiento psicoanalítico fue creyente una vez mas: viró

sin crítica al idioma lacanés y puso fervientemente retratos de

Lacan al lado de los de Freud. La mayoría probablemente no

conoce ni a uno ni al otro. La IPA echó a Lacan sin crítica, sólo por

la sesión de tiempo arbitrario que Lacan preconizaba y que le

permitió ahorrar en oro, pero la oficialidad psicoanalítica jamas

defendió a Freud teórica y clínicamente Defendió su ritual de 4

por 50 minutos.

Otra vez citamos la percepción y la cobarde complacencia de un

gran intelectual como André Green en su libro editado en 2002:

“El pensamiento clínico” Pag 26. “ Si el pensamiento

psicoanalítico sufre hoy no es por su cuestionamiento de las

ideas eutanasias Esto sería mas bien el indicio de un

psicoanálisis en movimiento, y no fijado a la idolatría de su

creador y a su teoría. No, lo que preocupa es la multiplicidad de

ideas de reemplazo, la dispersión de referencias fundamentales, la

ausencia de un examen atento y desprovisto de prejuicios de los

cuerpos doctrinarios que se reparten el campo del psicoanálisis.

Es válido preguntarse si, a pesar de los notables logros de la

posteridad de Freud, algo no se perdió, o si las numerosas

modificaciones aportadas a sus interpretaciones de la clínica sus

recomendaciones técnicas, sus hipótesis teóricas, no llevaron a

una crisis del entendimiento psicoanalítico.

Va de suyo que está describiendo una situación grave, leída

atentamente es el estado que yo llamo de disolución implosiva

pero Green concilia permanentemente las contradicciones sin

admitir que existe una necesidad lógica de exclusiones. En la pag

27 de la obra citada dice: “ Son muchos los admiradores de Freud

entre los psicoanalistas, (Yo: Freud estará contento de tener tatos

fans como una estrella de rock) incluso entre aquéllos cuyas

opciones contemporáneas se separan tanto de su obra-aunque se

proclamen sus continuadores-, que ya no tienen mucho en común

con ella. Y, de un deslizamiento a otro, lo que hace temer la

inminencia de lo peor…”

Ah! Lo peor es inminente! Pero Green continua impávido como

tantos autores contentos con la “originalidad” que le dejan a la

posteridad, aunque no sepamos si esa posteridad será de

psicoanalistas, puede que el nombre continúe porque, como ya

hemos visto, Freud tiene muchos fans. ¡Jesucristo Superstar!

Si seguimos callando, hablarán las piedras.

Ha llegado la hora de reconocer, conocer los fundamentos y

reconocerse en los fundamentos, fundamentar a los fundamentos,

separar lógicamente lo que es de lo que no es y, sobre todo,

fundamentar la clínica y hacer descripciones coherentes de los

procesos que desencadenamos en los pacientes y de los

diagnósticos a partir de los cuales los comprendemos e

intentamos ayudarlos.

Si callamos hablarán las piedras.

Vigencia de Freud Por Luis Hornstein -

21/09/2012

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Sigmund Freud, circa 1935

El 23 de septiembre se cumplen 73 años de la muerte de Freud.

¿Cuánto de Freud nos queda en nuestras arcas? Lo cual supone

que tenemos arcas, además de un mundo asolado por

destrucciones y miserias, que tenemos un patrimonio. El

psicoanálisis es una práctica entre otras, a las que afecta y por las

que es afectada. Más que insertar al psicoanálisis en la cultura se

trata de dejar de negar que está inserto.

En vida de Freud y después de Freud, el psicoanálisis ha sido

atravesado por diversas líneas teóricas y por diversas prácticas

clínicas. Un enorme capital acumulado, pero no pasivo sino en

permanente inversión productiva, que a veces hace olvidar que,

hoy por hoy, los fundamentos son freudianos. Los fundamentos y

el disparador. Por eso la lectura de Freud es un paso ineludible

para quien aspire a reformular, con los recursos teóricos

actualmente disponibles, los innumerables problemas que

requieren ser dilucidados. Pero no basta con Freud.

Una lectura histórico-crítica-problemática de Freud implica

relegar conceptos que se han vuelto impensables desde la

racionalidad actual diferenciando entre la historia caduca y la

historia constituida por el pasado actual (que define los conceptos

aún válidos).

Umberto Eco (1997) ante la pregunta de cómo reflexionar sobre

un pensador del pasado, responde: “Tomar en serio todo lo que ha

dicho es como para abochornarse. Ha dicho, entre otras cosas, un

montón de estupideces. Honestamente: ¿Hay alguien que sienta

que vive como si Aristóteles, Platón, Descartes, Kant o Heidegger

tuvieran razón en todo y para todo? […] Cada uno ha tratado de

interpretar sus experiencias desde su punto de vista. Ninguno ha

dicho la verdad, pero todos nos han enseñado un método de

buscar esta verdad. Esto es lo que hay que entender, no si es

verdad lo que dijeron, sino si es adecuado el método con el que

han tratado de responder a sus interrogantes”.

PARA ALGUNOS EL PSICOANÁLISIS YA NO ES

CONTEMPORÁNEO Para algunos el psicoanálisis ya no es contemporáneo. Otros ni

deprimidos ni eufóricos están luchando con los nuevos desafíos

clínicos, teóricos y transdisciplinarios. Una vez apareció en un

periódico que Mark Twain había muerto. El escritor, que estaba

vivo y con el humor siempre despierto, les mandó un telegrama:

“Noticia de deceso muy exagerada”. Twain no dijo “falsa”, dijo

“exagerada”. Observen ese matiz.

Científicos, filósofos, etc., todos heredan. En el legado se reciben

objetos valiosos y trastos viejos. No se trata de administrar un

patrimonio sino de ponerlo a producir. Para lo cual, en la vida y en

la teoría, hay que abandonar la fascinación. “La idea de herencia

implica no solo reafirmación y doble exhortación, sino a cada

instante, en un contexto diferente, un filtrado, una elección, una

estrategia.

Un heredero no es solamente alguien que recibe, es alguien que

escoge y que se pone a prueba decidiendo” (Derrida). Somos

herederos, pero no del gran hombre sino de su obra. Trabajemos

la obra de Freud definiendo sus condiciones de posibilidad, sus

principios, sus métodos, desentrañando su idiosincrasia teórica,

histórica y pragmática, dando cuenta de sus fuentes, sus

referencias conceptuales, sus fundamentos y sus finalidades.

EVITEMOS LA FASCINACIÓN Evitemos la fascinación. En 1921 Freud afirma que la idealización

“falsea el juicio”. El objeto idealizado “sirve para sustituir un ideal

del yo propio, no alcanzado”. generando el autosacrificio del yo.

Nietzsche (1881) lo dice en un molde imperativo: “¡Si aspiráis a las

alturas, usad vuestras propias piernas! ¡No os dejéis llevar arriba;

no os encaraméis en hombros y cabezas ajenos!”. Cuando se

activan ciertas ilusiones prevalece la idealización como ocurre en

el enamoramiento en la hipnosis, y en el dogmatismo.

De la fijación neurótica a la filiación simbólica

Todo saber, en tanto deviene saber instituido, porta el germen de

su propia esclerosidad. Una historización y actualización de los

fundamentos para problematizarlos y renovarlos hace que lo

instituyente (Castoriadis) repercuta sobre la práctica y que ésta

vuelva a actuar sobre los fundamentos. El riesgo del

fundamentalismo está siempre allí. Cuando Freud deja de ser una

referencia al origen para ser un punto de llegada, se convierte en

una identificación cristalizada dando lugar a tantas ortodoxias

coaguladas. Por el contrario, Freud y su obra deben constituir una

identificación fundante que remita a una filiación simbólica.

No nos resignemos a ser alelados discípulos crónicos. Ni a

deponer la pasión. Hay pasión cuando nos identificamos con ese

Freud dispuesto a cuestionar lo dado, nunca sentado en los

laureles. En caso contrario el deseo de no tener que pensar

convierte al pensamiento en ecolalia. Un psicoanalista es una

trayectoria. Día a día procesa sus lecturas, su experiencia clínica,

su propio análisis, su participación en diversos colectivos. Va

complejizando su escucha, jaqueada por una teorización

insuficiente o tan consciente, tan sistemática, que dejara de flotar.

EL PSICOANÁLISIS NO NACIÓ AISLADO. NI SE

CONSOLIDÓ HACIENDO OÍDOS SORDOS A SU

ÉPOCA

¿Estamos actualizados o seguimos como si el mundo no hubiera

cambiado? ¿No serán viejos nuestros paradigmas? ¿Cómo es hoy

nuestra subjetividad? ¿Un mecanismo de relojería, como lo era en

el siglo XVIII? ¿Una entidad orgánica, como en el XX? No. Hoy la

metáfora para nuestra subjetividad es un flujo turbulento.

Fundamentarse en Freud no es garantizarse en Freud ni menos

que menos atarse a él. Hoy estamos obligados a pensar el

psicoanálisis, con la física, la biología, las neurociencias, las

ciencias sociales, la epistemología de hoy. No con las de Freud. El

psicoanálisis no nació aislado. Ni se consolidó haciendo oídos

sordos a su época. Y ahora, en que se advierten signos de

agotamiento de cierto discurso psicoanalítico anquilosado, que se

quiso sentar en sus laureles, el intercambio es más necesario que

nunca.

No le escapo al diálogo. Le escapo al reduccionismo, es decir a la

simplificación excesiva en el abordaje de un tema complejo. A los

reduccionismos, porque cada disciplina tiene el suyo.

Para la ideología reduccionista en biología (biologicismo) las

problemáticas psíquicas serían consecuencia de la constitución

genética. Se les niega cualquier papel a las problemáticas

psíquicas, sociales, históricas. La ideología reduccionista en

psicología (psicologismo), a su turno, hace oídos sordos a los

aspectos biológicos, a los socio-históricos y al cuerpo.

El sociologismo no considera casi la historia individual y familiar.

Por el contrario se trata de inscribir al psicoanálisis en el

paradigma de la complejidad. Y así entendemos los conflictos

humanos y neuróticos debido a la acción conjunta y difícilmente

deslindable, de la herencia, la situación personal, la historia, la

enfermedad corporal, las condiciones histórico-sociales, las

vivencias, los hábitos y el funcionamiento del organismo.

SE TRATA DE INSCRIBIR AL PSICOANÁLISIS

EN EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD La filiación implica abrir un futuro al pasado, oponiendo un olvido

pasivo al activo. El pasivo es el de los fundamentos. Perpetúa todo

lo que tiene un valor de origen. El olvido activo es lo que Nietzsche

denominó la fuerza del olvido. Ese “hacer lugar a lo nuevo”

cumple una función liberadora, evitando la parálisis debido al

exceso de memoria.

Sobre el Autor: Luis Hornstein *Premio Konex de platino en

psicoanálisis (década 1996 a 2006). Sus últimos libros son

Narcisismo (Paidós), Las depresiones (Paidós) y Autoestima e

identidad (F.C.E.). Puedes escribirle a su email:

[email protected].

La ‘extraña muerte’ del

conductismo radical Por José Olid -

18/02/2015

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El conductismo ha muerto. Un capítulo corto en la historia de la

Psicología. Acusado desde el principio como corto de miras y

simplista, fue obviamente reemplazado por la revolución cognitiva

hace ya bastantes décadas. Esta perspectiva es la que se transmite

comúnmente en libros de texto, revistas y publicaciones populares

(Baron-Cohen, 2014; Miller, 2003).

Ser conductista parece ser pertenecer al pasado, ser un vestigio de

la Psicología. Parece ser una sorpresa para algunos, entonces, que

el conductismo radical -y su ciencia y análisis de la conducta- de

hecho está prosperando. Parafraseando a Mark Twain, “los

informes sobre la muerte del conductismo han sido enormemente

exagerados”.

Lejos de haber llevado a una histórica muerte absoluta, las ideas

del conductismo radical forman una parte importante de nuestro

presente psicológico. Y son precisamente esas ideas las que están

haciendo que el conductismo radical se esté posicionando en una

posición claramente ventajosa. Dado que sus principios, términos

y teorías se están convirtiendo poco a poco en parte del

pensamiento popular, es difícil distinguirlo de otros modelos y

posturas. Aquí tendremos algunos ejemplos.

La construcción social de la ciencia

Skinner definía el conductismo radical como la filosofía de la

ciencia de la conducta. Conducta, para el conductismo radical, se

refiere a todo lo que un organismo hace, lo que para humanos

incluye experiencias privadas como pensamientos y emociones.

Esto es lo que lo diferencia de formas tempranas de conductismo,

que se centraban sólo en las conductas públicas y observables. De

hecho, ese es uno de los motivos por los cuales es llamado radical.

Lo que es menos conocido es que el conductismo radical desecha

la idea de que el mundo puede ser objetivamente conocido, y

asume el conocimiento científico como una construcción social.

Para el conductismo radical, la ciencia es una forma de conducta

humana (muy especializada) por lo que es objeto del mismo

análisis contextual que cualquier otra conducta.

EL CONDUCTISMO RADICAL RECHAZA DE

PLENO ESTA IDEA POSITIVISTA, Y SE

POSICIONA COMO TOTALMENTE

AONTOLÓGICA Con sus orígenes en el pragmatismo americano de William James,

John Dewey y Charles Pierce (Menand, 2001, el conductismo

radical toma a la ciencia como un método para encontrar maneras

útiles de hablar y relacionarse con el mundo, y no como un

método para descubrir la verdad última o la naturaleza de la

realidad. De hecho, esa tarea es imposible, porque ninguna ciencia

podrá jamás aportar una perspectiva no sesgada sobre su materia

de estudio.

Lo que subyace a la visión de la ciencia dada por el conductismo

radical es “invención” (Hayes&Follette, 1992). Describe la ciencia

como el proceso por el cual nosotros inventamos (en el sentido

creativo de formular o disponer) maneras de hablar del mundo

que son útiles. Mientras que es posible que exista un mundo real

ahí fuera, nosotros jamás podremos conocerlo de manera objetiva.

Esta visión de la ciencia contrasta con aquella que la describe

como un proceso de descubrimiento, mediante el cual vamos

iluminando poco a poco la verdad última de la naturaleza. El

conductismo radical rechaza de pleno esta idea positivista, y se

posiciona como totalmente aontológica (Barnes-Holmes, 2000).

Aunque a veces pueda ser entendido como mecanicista, el

conductismo radical es mejor entendido como una variante de

contextualismo filosófico (Hayes y otros, 1988). El contextualismo

cubre un amplio rango de modelos filosóficos, incluyendo al

constructivismo social, que es actualmente popular en ciencia

psicológica (Gergen, 2001) y su particular relevancia para la

práctica clínica (Rapley y otros, 2011). Viniendo desde la misma

postura filosófica, no es sorprendente que el constructivismo

social y el conductismo radical tengan mucho que ver relacionados

con los asuntos típicos en la práctica clínica. Por ejemplo, la

reserva de la Sociedad Británica de Psicología (BPS, 2011) sobre

que el manual diagnóstico DSM descontextualiza el problema de

las personas y se pierde su carácter personal es totalmente

compartida por los principales analistas de conducta (Hayes y

otros, 2011).

El aprendizaje como un proceso evolutivo

En los últimos años la psicología evolutiva ha ido relacionando la

conducta humana con el marco teórico darwiniano. Las

habilidades y capacidades humanas son concebidas como

adaptaciones psicológicas en el mismo sentido en que nuestro

cuerpo obedece a adaptaciones biológicas. Una de las mayores

críticas que se hace a esta suposición de la psicología evolutiva es

que el supuesto contexto que favoreció el desarrollo de

habilidades humanas es histórico y por tanto inobservable e

inmedible; de esta manera, dichas críticas remarcan que las

explicaciones de la psicología evolutiva son especulaciones y poco

más que historias “porque sí”. (Rose&Rose, 2000).

El contextualismo funcional también entiende la actividad

humana dentro del marco del darwinismo, pero en su caso dicha

relación puede ser estudiada directamente en un presente

evolutivo. El aprendizaje es entendido como el proceso por el cual

nos adaptamos a nuestro entorno, teniendo en cuenta nuestro

periodo vital. Aprendemos cuando variantes conductuales son

seleccionadas por el entorno, que hace que sea más posible que se

repitan en el futuro. Skinner llamó a este proceso selección

mediante consecuencias (comunmente conocido como

“reforzamiento”), en el sentido en que las consecuencias causan

un aumento o una reducción en la probabilidad futura de la

conducta (Skinner, 1987). Tal y como explicó Darwin en relación a

la manera en que las especies se adaptan al entorno mediante

selección natural, Skinner explicó cómo los organismos

individuales se adaptan a su entorno mediante el aprendizaje en

su periodo vital. Esto no es sólo una gran especulación o un

“porque sí”. La selección natural del comportamiento no es una

teoría o una hipótesis, es un proceso directamente observable que

ha sido ampliamente estudiado en laboratorio y en situaciones

diarias.

EL CONDUCTISMO RADICAL ES MEJOR

ENTENDIDO COMO UNA VARIANTE DE

CONTEXTUALISMO FILOSÓFICO La “operante” es un concepto central en conducta evolutiva y es el

equivalente a la especie en biología evolutiva. Operantes y

especies son las unidades en las cuales la evolución y el cambio

como variantes individuales son seleccionadas. En biología

evolutiva, los organismos viven y mueren conforme la especie

evoluciona. En conducta evolutiva, las conductas son

seleccionadas conforme la operante evoluciona. La principal

diferencia es que en las especies el organismo vive de manera

concurrente y se distribuye en el espacio, mientras que en la

operante las conductas ocurren de manera consecutiva y se

distribuyen a lo largo del tiempo (Glenn y otros, 1992).

Igualmente, tanto especies como operantes son moldeadas por la

acción selectiva del entorno. No es de extrañar que Skinner haya

sido descrito como “el Darwin de la ontogenia” (Donahoe, 1984).

Lenguaje y Psicoterapia

Uno de los más curiosos malentendidos del conductismo radical

es que no puede explicar el comportamiento complejo, como el

lenguaje. A juzgar por la manera en que se aborda comúnmente

este asunto, fue la crítica de Chomsky sobre Conducta

Verbal(1957) de Skinner la que asestó el golpe de gracia. Lo que es

extraño sobre esa crítica es que, realmente, es totalmente errónea.

Sea lo que fuere que Chomsky criticó, claramente no lo hizo sobre

la postura funcionalista de Skinner (Andresen, 1991;

MacCorquodale, 1970).

Es cierto que los primeros investigadores conductistas se

centraron en el estudio del lenguaje centrándose en animales no

humanos o en humanos con sistemas lingüísticos poco

desarrollados. Igualmente, esa estrategia fue tan sólo el comienzo,

y la intención siempre fue dirigir la investigación hacia análisis

más complejos en el momento en que fuera oportuno. Fue en el

comienzo de la década de 1980 cuando Murray Sidman y sus

compañeros realizaron una serie de investigaciones que

condujeron a la teoría de la equivalencia funcional (Sidman, 1994)

y más tarde a la teoría del marco relacional (RFT: Hayes y otros,

2001). Los detalles de esas teorías van más allá de este artículo, y

se podrían resumir en que describen en qué manera los humanos

lingüísticamente competentes relacionan y combinan funciones

derivadas de los aprendizajes. Dicha habilidad puede sonar trivial,

y lo cierto es que es algo que sólo se ha encontrado en humanos:

otros animales fallan a la hora de realizar aprendizaje por

derivación en relación de equivalencia. Es una habilidad que

permite a los humanos enlazar todo tipo de eventos y estímulos

(incluidos pensamientos y emociones) de manera arbitraria, lo

cual parece ser la diferencia entre el lenguaje simbólico humano y

otras maneras de comunicación animal.

SEA LO QUE FUERE QUE CHOMSKY CRITICÓ,

CLARAMENTE NO LO HIZO SOBRE LA

POSTURA FUNCIONALISTA DE SKINNER Los principios básicos de análisis de conducta, junto a la

equivalencia estimular y la RFT, han sido transformados en

modelos terapéuticos, siendo los más característicos la Terapia de

Aceptación y Compromiso (ACT: Hayes y otros, 2011) y la Terapia

Dialéctico Conductual (DBT: Dimeff y Linehan, 2001).

Curiosamente, gran parte de los terapeutas que ejercen en la

actualidad no están enterados de ello, o en el mejor de los casos no

tienen ni idea de la relación de esos modelos terapéuticos con el

conductismo radical.

Una asociación con la neurociencia y la epigenética

El conductismo radical está interesado en nuestro funcionamiento

biológico y neurológico. A pesar de que se dice que dicha postura

ignora “nuestro interior” y lo mira como si fuera una “caja negra”,

no es realmente cierto. Skinner (1974) fue muy explícito en ese

sentido, y escribió: “El organismo no está vacío, por supuesto, y no

puede ser tratado como una “caja negra” (página 233).

En este caso, sin embargo, no necesitamos entender lo que ocurre

por dentro para estudiar las relaciones funcionales que tenemos

con el entorno exterior. Es muy factible el hecho de que, mientras

nosotros desarrollamos la investigación sobre cómo nos

relacionamos con nuestro enorme contexto, las neurociencias

sigan estudiando nuestro funcionamiento biológico interior. Los

datos de una ciencia no invalidarán los datos de la otra en parte

porque están respondiendo a diferentes preguntas. Dado que las

neurociencias investigan sobre como nuestra neurobiología

correlaciona con nuestro comportamiento, no puede explicar el

significado contextual de nuestra conducta. Puede ser que nos

diga qué ocurre en nuestro cerebro cuando pensamos y hacemos

ciertas cosas, pero en ningún caso nos dirá por qué pensamos o

hacemos esas cosas. La neurociencia puede identificar qué partes

de nuestro cerebro están activas cuando pensamos en jugar al

tenis, pero no nos puede decir por qué pensamos en jugar al tenis

en primer lugar, ni tampoco el significado que tiene jugar al tenis

para nosotros. Esto requiere de un análisis contextual, y ese es el

dominio de la psicología (para una mayor discusión sobre niveles

cercanos y lejanos a la causación, consultar Alessi, 1992).

LAS NEUROCIENCIAS NO PUEDEN EXPLICAR

EL SIGNIFICADO CONTEXTUAL DE NUESTRA

CONDUCTA Lejos de ser extraños compañeros de cama, el conductismo radical

contempla a la psicología y a la neurociencia como necesitadas la

una respecto a la otra. La neurociencia profundizará en nuestro

entendimiento del funcionamiento humano llenando los huecos

“temporales” (cómo eventos pasados afectan a nuestro

comportamiento futuro). A cambio, la ciencia psicológica ayudará

a configurar los puntos interesantes sobre los que los

neurocientíficos deberían investigar. Shallice y Cooper (2011),

escribieron: “Sin tareas analíticas putativas, interpretar los

resultados de imagen funcional es poco más que ver las hojas

caer” (p. 186). La neurociencia es dependiente de un análisis

contextual coherente para organizar su actividad y darle sentido a

sus datos. Las dos ciencias se necesitan mutuamente.

La epigenética es el estudio de la expresión genética y la

heredabilidad fenotípica que ocurre sin que se produzcan cambios

profundos en la estructura del ADN (Jablonka y Lamb, 2005).

Aunque se pensó que podría ser una “estupidez lamarckiana”, hoy

en día la epigenética está ampliando nuestro entendimiento de la

manera en que nuestro genoma interactúa con el entorno.

Michael Meaney y sus compañeros, por ejemplo, concluyeron

como una modificación conductual en ratones podía modificar la

expresión genética de sus descendientes, que presentaron

conductas estereotipadas moduladas por el ambiente, que moduló

la estructura genética.

La epigenética está empezando a entender cómo eventos del

entorno afectan a la expresión de nuestros genes en las

generaciones actuales y futuras. El análisis de la conducta está a la

vanguardia de esta asociación, en parte porque comparte un

modelo evolutivo, y también porque el análisis de la conducta está

compuesto por un conjunto de teorías y métodos que describen

nuestras relaciones contextuales con el entorno, algo que los

epigenetistas necesitan con la intención de explicar su impacto en

la expresión génica.

Actualizando desde cero

El conductismo radical es descaradamente utópico. La utopía no

se concibe ingenuamente como un lugar o destino (el término fue

acuñado por Tomás Moro del significado griego antiguo “ninguna

parte”, después de todo), sino más bien como un ideal a alcanzar.

La intención de la ciencia psicológica es hacer del mundo un lugar

mejor, más justo, seguro y sostenible. Este es el valor y la

dirección desde la cual el conductismo radical se aleja del sueño

utópico. No es raro ver camisetas donde se lee “Salva al Mundo

con Análisis Conductual” en conferencias sobre ACT y análisis de

conducta. Quizás alguien pase por alto la presunción, pero

seguramente no la ambición.

Skinner recibió influencia de las ideas del filósofo del siglo XVII

Francis Bacon, quien veía que el propósito de la ciencia era la

mejora del Estado del hombre. Para Skinner, problemas sobre el

medio ambiente, la polución, la sobrepoblación o la falta de

alimentos eran fundamentalmente problema de conducta

humana, y quería que la ciencia dijera algo al respecto.

MUCHOS DE LOS PRINCIPIOS DEL

CONDUCTISMO RADICAL SON APLICADOS

REALMENTE EN EL PENSAMIENTO Y LA

CULTURA POPULAR Hoy en día, la ciencia psicológica está jugando un rol incremental

en cómo organizamos el comportamiento, y los psicólogos están

realizando una contribución positiva en cada nivel de la sociedad.

En Reino Unido, por ejemplo, la Administración general del

gobierno ha creado el “Behavioural Insights Team” (Equipo de

Investigación Conductual) con el propósito específico de usar el

conocimiento y los métodos psicológicos para realizar una mejora

de la política social. En el NHS (National Health Service), las

terapias como ACT y DBT están ayudando a mejorar el bien estar

psicológico ofreciendo apoyo para que las personas vivan una vida

que tenga más significado. En educación, los psicólogos

numerosas intervenciones en grupos de atención especial. En

otros campos está sucediendo lo mismo: marketing y negocios,

dieta y comida saludable, deportes de élite e incluso conducción

segura. El tiempo de que la Psicología marque la diferencia en la

sociedad es este, y los modelos explicativos que aporta el

conductismo radical tienen un papel principal.

Muriendo de éxito

Fue el historiador Thomas Leahey quién primero escribió sobre la

extraña muerte del conductismo radical (Leahey, 1992). Él notó

que el análisis de la conducta estaba en realidad en buena forma, y

que a lo largo de las décadas ha continuado creciendo.

Muchos de los principios del conductismo radical son aplicados

realmente en el pensamiento y la cultura popular. “El

conductismo está muerto, larga vida al conductismo”, escribió

Steve Hayes reflejando el hecho de que muchas personas

realmente practican conductismo radical sin saberlo (Hayes,

1987). Él notó eso hace 25 años y hoy en día es aún más cierto.

En los libros de texto, sin embargo, aún se ofrece esa versión como

si el conductismo fuera un movimiento monolítico, cuando la

realidad es que está compuesto de muchas variedades muchas de

las cuáles sí están realmente muertas. Mezclarlas todas y tenerlas

como un único conductismo ha supuesto un malentendido

enorme.

EL CONDUCTISMO RADICAL NUNCA FUE

ENTENDIDO DE MANERA DOGMÁTICA PARA

LA PSICOLOGÍA, SIENDO REALMENTE PARTE

DEL AMPLIO CAMPO QUE SUPONE EL

CONTEXTUALISMO Eso hace que se confunda el trabajo de Watson con el de Skinner

de manera muy frecuente, incluso en libros de texto que

supuestamente han pasado una revisión académica (Hobbs y

otros, 2000).

Skinner predijo que el conductismo radical moriría algún día, y lo

haría por su éxito y no por fracasar (Skinner, 1969, p. 267).

Entendió que dejaría de ser necesario en la medida en que los

problemas del mentalismo y el positivismo lógico se fueran

resolviendo.

El conductismo radical nunca fue entendido de manera dogmática

para la psicología, siendo realmente parte del amplio campo que

supone el contextualismo, y Skinner comprendió que existiría

mientras fuera útil. Desde la muerte de Skinner, el conductismo

radical se ha definido y se han ampliado sus aplicaciones,

extendiéndose y revitalizándose, y ese proceso continúa.

Lejos de ser un capítulo de la psicología del pasado, las ideas del

conductismo radical, los principios y la ciencia continúan dando

forma y contribuyendo a las discusiones contemporáneas, teorías,

práctica e investigación. Quizás ahora es la hora de rehabilitar

nuestro entendimiento de una de las más importantes posiciones

filosóficas de la psicología moderna.

Traducción del artículo: The Strange Death of Radical

Behaviorism de Freddy Jackson Brown y Duncan

Guillar publicado en The British Psychological Society.

Angry Birds y Skinner:

conductismo en la vida

cotidiana Por Fabián Maero -

17/03/2014

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El conductismo (más precisamente, el análisis de la conducta), no

es el modelo más popular dentro de la psicología. La persona

promedio probablemente desconozca prolijamente el nombre

de Burrhus Frederic Skinner (su representante más conocido), e

incluso una buena parte de los psicólogos tiene dificultades para

distinguir entre condicionamiento clásico (o respondiente) y

condicionamiento operante, sin mencionar distinciones más

sutiles, como la que hay entre refuerzo negativo y castigo.

A pesar de haber pasado a un segundo plano en lo que a

popularidad se refiere, los principios planteados por Skinner

siguen absolutamente vigentes, utilizándose en toda una gama de

situaciones y contextos. Esto es posible porque los principios del

condicionamiento operante son aplicables a todo organismo,

incluyendo a los seres humanos.

LOS PRINCIPIOS PLANTEADOS POR SKINNER

SIGUEN ABSOLUTAMENTE VIGENTES

El conductismo operante se basa en una premisa muy simple:

toda conducta se ve afectada por sus consecuencias. Es una

descripción de cómo funciona el aprendizaje de los organismos, y

en este sentido, las leyes del aprendizaje no son una invención (así

como Newton no inventó la gravedad), sino una descripción de

cómo todo aprendizaje tiene lugar.

Un ámbito interesante para echar un vistazo a esto es el de los

videojuegos. Los videojuegos han dejado de ser ámbito exclusivo

de las consolas para pasar a ser accesibles a un amplio número de

personas a través de la posibilidad de jugar en el celular o incluso

en el navegador (vía juegos nefastos como Farmville y

similares). Y gran parte del éxito de estos videojuegos se puede

explicar a través de principios conductuales, aún cuando no sean

aplicados de manera deliberada.Nota para los conductistas

leyendo este artículo (si, ustedes tres), vamos a sacrificar aquí la

precisión técnica en aras de la claridad, así que vayan sabiendo.

Dicho esto, pasemos al Angry Birds.

Angry Birds y los principios del aprendizaje

Los videojuegos proveen una ventana a los principios básicos del

conductismo. La mayoría de los videojuegos utilizan estrategias

derivadas de los principios del condicionamiento operante para

mantenernos “enganchados” al juego. Consideremos cualquier

juego sencillo de los últimos años, como el Candy Crush, Angry

Birds, Farmville, etc. (aunque esto se aplica también a los

videojuegos más complejos) y veamos algunos elementos que

tienen en común. Pero antes de esto, necesitamos comprender

algunos términos básicos para el análisis de la conducta.

Refuerzo y castigo

Como dijimos antes, el conductismo se basa en que las

consecuencias de una conducta influyen en su frecuencia. De la

misma manera que en la teoría de la evolución la interacción entre

las adaptaciones de un organismo y su medio hacen que ciertas

modificaciones perduren y otras no, para el conductismo las

consecuencias de una conducta llevan a que ésta se sostenga (es

decir, que se siga produciendo), o que se extinga (que se deje de

emitir). Cuando las consecuencias hacen que una conducta dada

aumente o se sostenga, hablamos de “refuerzo”; cuando las

consecuencias hacen que una conducta disminuya, hablamos de

“castigo”. Sobre este último término, probablemente “castigo” no

sea el término más feliz, por lo cual hacemos hincapié en lo

siguiente: “castigo” no es sinónimo de castigo físico, sino que es

un término técnico para describir lo que sucede cuando las

consecuencias de una conducta hacen que ésta disminuya.

Debemos recordar que “refuerzo” y “castigo” no remiten a

estímulos concretos, sino afunciones que ciertos estímulos ejercen

sobre las conductas. Por esto incluso un abrazo (algo que

podríamos considerar generalmente como un reforzador), bajo

ciertas condiciones puede funcionar como un castigo para algunas

conductas (si no me creen, prueben a abrazar a su hijo adolescente

frente a sus compañeros).

LOS VIDEOJUEGOS PROVEEN UNA VENTANA

A LOS PRINCIPIOS BÁSICOS DEL

CONDUCTISMO

Denominamos entonces “refuerzo” acualquier consecuencia que

aumenta la probabilidad futura de una conducta. Una distinción

más fina es la de “refuerzo positivo” y “refuerzo negativo”.

Hablamos de refuerzo positivo cuando la

consecuenciaagrega algo nuevo (por ejemplo, ganar puntos o

pasar de nivel en el juego), en cambio un reforzador negativo es

cuando esa consecuencia quita algo aversivo del ambiente (por

ejemplo, cuando tomamos una aspirina para mitigar un dolor de

cabeza). Pero ya sea que agregue algo o que remueva un aversivo,

el refuerzo siempre aumenta o sostiene la frecuencia de una

conducta.

Veamos cómo se aplica esto a los videojuegos. Básicamente un

videojuego tiene dos objetivos

1. “Enganchar” al usuario, que éste aprenda las reglas

básicas de funcionamiento.

2. Que éste siga jugando.

Para el primer objetivo, el principio conductual que aplica es el de

moldeamiento (shaping), de la conducta.

Moldeamiento

El moldeamiento de una conducta es el proceso por el cual, a

través de la manipulación de las contingencias, se genera una

conducta que no estaba presente anteriormente. Involucra

reforzar aproximaciones sucesivas a la conducta deseada hasta

que se llega a ella.

Los videojuegos comienzan estableciendo recompensas por jugar:

estrellas, puntos, gemas, vidas, pasar de nivel, etc. Podemos

considerar a estas recompensas como “refuerzos positivos”, en

tanto agregan nuevos estímulos. Una vez establecido cuáles serán

los reforzadores, éstos se utilizan para generar las conductas

deseadas.

El refuerzo es inmediato y contingente en las primeras etapas del

juego. En los primeros niveles de Angry Birds, por ejemplo,

prácticamente cualquier lugar al que se apunte será exitoso y nos

permitirá pasar al siguiente nivel, es decir, se refuerza cada vez la

conducta de apuntar y disparar el condenado pájaro. La dificultad

es mínima en este punto es mínima, y frecuentemente hay

tutoriales incorporados que nos señalan qué hacer (y a menudo,

esos tutoriales sólo nos permiten seleccionar la opción correcta,

eliminando la posibilidad de meter la pata).

EL REFUERZO ES INMEDIATO Y

CONTINGENTE EN LAS PRIMERAS ETAPAS

DEL JUEGO

De a poco, siguiendo con el ejemplo de Angry Birds, las conductas

necesarias para derribar a los cerdos son más complejas, y sólo

son reforzadas las conductas con mayor precisión al apuntar, o las

más rápidas, es decir, se refuerzan sólo las conductas que

tienen ciertas propiedades especiales. Skinner denominó a este

proceso “reforzamiento diferencial”, y dijo “es la diferencia

entre ‘saber hacer algo’ y ‘hacerlo bien’. Este último es el campo

de la habilidad”. Es la etapa de “aprender a jugar el Angry

Birds”.

También es el camino estándar en el aprendizaje de cualquier

instrumento musical: inicialmente se comienza sólo presionando

teclas, luego se practican escalas sencillas que se pueden realizar

sin dificultad, y de a poco se refuerzan conductas con propiedades

especiales (tocar una tecla con cierta fuerza, pero no demasiada,

para obtener un forte en el piano, por ejemplo.)

De esta manera, podemos construir operantes complejas que

nunca hubieran aparecido en el repertorio del organismo de otra

manera. Reforzando una serie de aproximaciones sucesivas,

hacemos que una respuesta infrecuente tenga una alta

probabilidad en un corto tiempo.

(Skinner, 1963)

Para observar el proceso de moldeamiento en otro ámbito, aquí

podemos ver a Skinner moldeando una conducta nueva en una

paloma (hacer que la paloma efectúe un giro completo) a través de

reforzar las conductas que se acercan a la conducta deseada:

Esto es el primer paso para la adquisición de toda nueva conducta:

el refuerzo de las aproximaciones progresivas a dicha conducta.

Esto aplica a aprender a caminar, a tocar el piano, a hablar, hacer

psicoterapia, etc. En esta charla de TED podemos ver cómo un

bebé, partiendo de un sonido inarticulado llega por

aproximaciones sucesivas a emitir correctamente la palabra

“water” (agua) (a partir del minuto 4.30 es el segmento en

cuestión)

Programas de refuerzo

Una vez adquirida la conducta (una vez que uno ya aprendió a

jugar el Angry Birds, en este caso), lo siguiente que le interesa a

quien diseña el juego es que la persona siga jugando, que la

conducta se mantenga en el tiempo. Y aquí entran a tallar otro

conjunto de principios conductuales.

¿Cuándo y qué reforzar? Si estuviéramos diseñando un

videojuego, podríamos entregar un refuerzo cada vez que se emite

la conducta, pero esto tiene un inconveniente: conduce a la

saciación; el jugador se aburre rápidamente. Este es el problema

con los juegos “demasiado fáciles”, en los que a poco tiempo de

jugar se pierde el interés, aun cuando se siga reforzando al

jugador.

¿CUÁNDO Y QUÉ REFORZAR?

Hay otra opción, y es la de reforzarintermitentemente la conducta.

Es decir, en lugar de reforzar todas las conductas podemos hacer

que el refuerzo se entregue bajo determinadas condiciones. En la

vida cotidiana, esto es la norma; no obtenemos un refuerzo por

cada actividad que realizamos, sino que el refuerzo se presenta

bajo ciertas condiciones (por ejemplo, rara vez se paga un salario

por cada vez que se trabaja, sino que habitualmente cobramos

cada cierta cantidad de días o al alcanzar determinada cuota de

producción). Estas condiciones son las que denominamos

“programas de refuerzo”.

Los programas de refuerzo intermitente pueden depender de la

cantidad de respuestas (programas de “razón”), o del tiempo

transcurrido (programas de “intervalo”). Cada tipo de programa

de refuerzo tiene sus utilidades y desventajas, son útiles bajo

ciertas situaciones y no otras. En este artículo sólo nos vamos a

detener en las características de los programas de razón.

Programa de refuerzo de razón fija: en estos programas, en

lugar de reforzar todas las respuestas, el refuerzo se obtiene cada

cierto número determinado de respuestas. Por ejemplo, se

refuerza sólo cada 10 respuestas emitidas. Un ejemplo cotidiano

podemos encontrarlo en las personas que reparten volantes en la

calle, que tienen que repartir un determinado número de volantes

para poder recibir su paga. En los juegos, nos encontramos con

situaciones en las cuales tenemos que completar diez misiones

(cantidad de respuestas), para obtener un ítem especial o para

pasar al siguiente nivel (refuerzo). Todos los juegos comienzan

reforzando cada conducta para pasar luego a un programa de

razón fija que gradualmente va aumentando el número de

respuestas requeridas. Es crucial aquí lo de “gradualmente”, ya

que si no fuera así:

Cuando se utilizan programas de razón debe tenerse cuidado de

no aumentar demasiado pronto la razón requerida (o, en

términos más generales, la dificultad de la tarea), pues de otro

modo puede presentarse una tensión de la razón y el sujeto tal

vez deje de responder por completo.

(Domjan, 2010)

Esto es algo que, a propósito o no, tenemos en cuenta siempre:

nunca se le impone un aumento súbito de dificultad a alguien que

está aprendiendo, sino que la dificultad se

aumenta gradualmente.

Estos programas de refuerzo juegan un papel importante en lo que

denominamos comúnmente “motivación”. Cuando una persona

actúa dentro de un programa de refuerzo de razón fija en la cual el

refuerzo surge sólo después de un número altísimo de respuestas,

es probable que la persona termine abandonando la actividad o

que la continúe con mucha dificultad. Es el clásico ejemplo de la

procrastinación del escritor, en donde el refuerzo (una novela

terminada, por ejemplo), sólo surge después de un número muy

alto de respuestas, y este tipo de programa de refuerzo hace que la

conducta de sentarse a escribir se vuelva infrecuente. Es

interesante destacar en este caso (y para otros casos similares) no

resulta útil pensar en términos de que la persona “ no está

motivada”, pero sí resulta útil pensar si hay refuerzos suficientes

para el nivel de actividad exigido. Los videojuegos, en cambio,

inicialmente recompensan niveles bajos de actividad para luego,

progresivamente, requerir mayor nivel de actividad y respuestas

más precisas (por llamarlas de alguna manera).

A PESAR DE LO QUE AFIRMA EL FOLCLORE

PSICOLÓGICO, SE HA OPUESTO AL USO DE

AVERSIVOS CUANDO HAY OTRA

ALTERNATIVA DISPONIBLE

Programa de refuerzo de razón variable: estos programas

requieren un número variable de respuestas para obtener un

refuerzo. El refuerzo se obtiene aleatoriamente luego de una, diez

o veinte emisiones de la conducta en cuestión. Este principio es la

base de todos los juegos de azar. El ejemplo clásico es el de las

máquinas tragamonedas, en donde el número de respuestas a

emitir (poner una moneda y bajar la palanca), es completamente

aleatorio dentro de un rango. Una conducta puesta bajo un

programa así resulta notablemente persistente, y es por esto que

las adicciones al juego son tan difíciles de manejar. Dicho de otro

modo, dado que nunca se sabe cuándo se obtendrá el refuerzo, la

conducta se sigue emitiendo.

A través del uso de refuerzos, de procedimientos de moldeado y

aplicando programas de refuerzo de razón fija o variable, los

videojuegos se aseguran de que la persona juegue y continúe

jugando durante la mayor cantidad de tiempo posible. Por

supuesto que el éxito de los videojuegos depende de varios otros

factores (como su calidad y su popularidad), pero requieren

inevitablemente de la aplicación exitosa de estos principios para

que los usuarios continúen jugando.

Algo que vale la pena destacar: no se utilizan estímulos aversivos.

El conductismo, a pesar de lo que afirma el folclore psicológico, se

ha opuesto al uso de aversivos cuando hay otra alternativa

disponible, y esto se debe a que los aversivos sólo disminuyen una

conducta, sin generar otra conducta alternativa. Trabajar con

refuerzos positivos suele ser la mejor opción a largo plazo.

Angry Birds en la vida cotidiana.

La madre que se queja de que su hijo de tres años llora y gime

por atención de una manera extrema quizá no se dé cuenta de

que sus propias prácticas de refuerzo son responsables de ello. Si

está ocupada, quizá no responda a una llamada o un gemido

hecho en un tono bajo de voz. Cuando el niño levanta su voz, ella

responde. Esto es reforzamiento diferencial. La intensidad

promedio de la conducta vocal del niño se eleva. Cuando la

madre se ha adaptado a un nuevo nivel, nuevamente solo las

instancias más intensas son reforzadas. (Skinner, 1953)

Estos principios (junto con varios otros), están presentes no sólo

en los videojuegos, sino en toda nuestra vida. La cita de Skinner

de arriba es un buen ejemplo de reforzamiento diferencial,

situación que nos encontramos a menudo en situaciones clínicas:

padres que sólo prestan atención a su hijo adolescente cuando

emite una conducta particularmente nociva, amigos que sólo

prestan atención cuando los niveles de demanda son altos,

terapeutas que sólo se involucran activamente en la terapia

cuando escuchan determinadas palabras por parte del paciente.

LOS TERAPEUTAS SOMOS PARTE

PRIVILEGIADA DEL AMBIENTE DE NUESTROS

PACIENTES

Los programas de reforzamiento son también responsables de

varios fenómenos clínicos, como ciertos casos de depresión. El

descenso de los niveles de actividad y la pérdida del interés en

actividades típicos de la depresión suelen ser explicables por la

falta de refuerzo positivo para esas conductas, o por situaciones en

las cuales el refuerzo se vuelve difícil de obtener (por ejemplo,

requerir mucho trabajo para conseguir un objetivo laboral, tener

que estudiar 10 años para obtener un título, sin refuerzos

intermedios).

En la clínica, los terapeutas somos parte privilegiada del

ambiente de nuestros pacientes. Respondemos a determinadas

palabras, a determinados gestos, y no a otros; reforzamos con

nuestra atención o nuestras palabras que los pacientes hablen de

ciertos tópicos, somos indiferentes frente a otros, y eso lleva a que

se extingan. Luego de un tiempo, los pacientes aprenden a

responder de determinada manera a un mero gesto o al tono de

voz del terapeuta. Y por supuesto, los pacientes son a la vez parte

privilegiada del ambiente del terapeuta: nos activan, nos aburren,

nos conmueven. Por eso es que la influencia recíproca es

inevitable, y conocer de qué manera funcionan los refuerzos y los

castigos en la situación clínica es una manera de volvernos

mejores terapeutas.

Los principios conductuales no son una mera explicación, sino,

fundamentalmente, una vía para cambiar las conductas. Cada uno

de ellos establece bajo qué condiciones es más o menos probable

que una conducta determinada se produzca o deje de producirse.

Cada uno de ellos es un herramienta que nos puede ayudar a

cambiar nuestra vida.

La inteligencia: el gran

malentendido de la educación Por Rita Arosemena -

17/05/2016

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Uno de los conceptos más difíciles de definir ha sido siempre

lainteligencia.

En términos universales, se asume que un individuo es muy

inteligente cuando se muestra más ágil de “lo normal” al momento

de dar resolución a un problema. Sin embargo — y si bien esta

definición no es equivocada — la Psicología presenta a la

inteligencia como un fenómeno mucho más amplio — incluso

pluralizado — por lo que, en lugar de hablar de inteligencia, sería

más exacto hablar de inteligencias.

Hace un siglo, el psicólogo Charles Spearman sugirió que la

inteligencia podía ser vista como una habilidad para

desempeñarse favorablemente en distintas áreas: una inteligencia

general subyacente. Años más tarde, L. L. Thurstone se mostró en

desacuerdo: la inteligencia, decía él, se conformaba de siete

habilidades mentales y no solo una, idea en la que Cattell

profundizó más adelante dividiendo la inteligencia en dos grupos:

1. La inteligencia cristalizada (razonamiento, habilidades

verbales y numéricas)

2. La inteligencia fluida (imaginería espacial y visual, y

memorización).

Esta visión multidimensional de la inteligencia se prolongó hasta

la época contemporánea con la Teoría Triárquica de Robert

Sternberg y la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard

Gardner. La primera nos habla de tres tipos de inteligencias:

la analítica, la creativa y la práctica (esta última, referente a la

resolución de problemas).

EN LUGAR DE HABLAR DE INTELIGENCIA,

SERÍA MÁS EXACTO HABLAR

DE INTELIGENCIAS La Teoría de las Inteligencias Múltiples, por otro lado, describe

ocho tipos de inteligencias separadas entre sí y no

interdependientes, como sugería Spearman en su macrovisión.

Para Gardner, estos ocho tipos de inteligencias incorporaban:

• Destrezas lógico-matemáticas

• Destrezas lingüísticas

• Destrezas espaciales

• Destrezas musicales

• Destrezas cinestésica-corporales

• Destrezas interpersonales

• Destrezas intrapersonales

• Destrezas naturalistas.

Otra teoría un tanto más reciente es la Teoría de la Inteligencia

Emocional (1997) de Daniel Goleman, en la cual se habla de cinco

atributos que comprenden el reconocimiento y externalización de

las emociones:

• Conocimiento de las propias emociones

• Manejo de las emociones

• Uso de las emociones para motivarse

• Reconocimiento de las emociones de otras personas

• Manejo de las relaciones

El planteamiento hecho por Goleman en la Teoría de la

Inteligencia Emocionalguarda relación con las

inteligencias interpersonal e intrapersonal a las que hace

mención Howard Gardner en su Teoría de las Inteligencias

Múltiples.

Entonces, ¿a qué llamamos “Inteligencia” y por

qué es malentendida en la educación?

Lo claro es que la inteligencia encierra un conjunto de habilidades

vinculadas con el aprendizaje que se relacionan, a su vez, con una

capacidad de adaptación al entorno llamada competencia social.

La raíz del dilema está en que la competencia social no determina

en qué proporción cuenta un individuo con habilidades lógico-

espaciales o kinestésicas, de igual forma que las habilidades

lógico-espaciales o kinestésicas no se relacionan necesariamente

con una “buena” competencia social.

Se sabe, por ejemplo, que un sinnúmero de personas

diagnosticadas conSíndrome de Asperger muestra un grado de

destreza elevado en campos de dominio específico (como la

matemática o la pintura) sin poseer una gran fluidez social. Como

escribió Hans Asperger: “Al parecer, se requiere un chorrito de

autismo para el éxito en la ciencia o en el arte”. 1

LA INTELIGENCIA ENCIERRA UN CONJUNTO

DE HABILIDADES VINCULADAS CON EL

APRENDIZAJE Simplificando: es un hecho que la inteligencia se mide, lo que

resulta complicado es saber si se mide bien.

Existen pruebas de uso frecuente como la Escala de inteligencia

para adultos de Wechsler (WAIS-IV) que permite obtener un

estimado del Cociente Intelectual o CI — término que hace

referencia a la división entre la edad mental y la edad cronológica

— y establecer “con propiedad” si una persona posee una

inteligencia por encima de la media opor debajo de la media.

El asunto es: ¿se puede confiar en la medición de una facultad que

muchos centros educativos en más de una región del mundo

entorpecen en lugar de desarrollar?

La inteligencia ha sido un fenómeno tan malentendido que hemos

diseñado sistemas educativos para azotarla y procesarla en latas

del 1 al 10. La consecuencia es que habitamos sociedades repletas

de genios anónimos que no saben, siquiera, que lo son.

La aplicación de pruebas estandarizadas tampoco es que ayude

mucho. La tendencia es dividir a los estudiantes en grupos a partir

de su desempeño: los “lentos” por un lado y los “rápidos” por otro,

una vía fácil para darle motivación bien merecida a los rápidos,

pero también para seguir hundiendo a los lentos (que,

irónicamente, resulta que son rápidos).

Algunos sugieren que la inclusión es de gran ayuda para disminuir

el rango diferencial entre los alumnos que están por debajo de la

media y aquellos por encima de la media, mientras que otros

defienden el derecho de los que están“por encima” de recibir una

educación distinta, un plan de estudios que sirva de impulso y no

de lastre.

ES UN HECHO QUE LA INTELIGENCIA SE

MIDE, LO QUE RESULTA COMPLICADO ES

SABER SI SE MIDE BIEN El problema, por desgracia, va mucho más allá de la adopción de

planes de estudio personalizados, porque parte del caos es

también el malentendido entre lo que supone estudiar por

obligación y lo que significa aprender.

Un niño con altas capacidades, por ejemplo, antepone el

aprendizaje al estudio. La educación tradicional se convierte en un

estorbo para él, un mecanismo retrógrada que le obliga a repetir

una y otra vez algo que ya sabe.

Los sistemas educativos tradicionales invierten prioridades

anteponiendo el“estudio” (seguimiento inflexible de un currículo

donde la jerarquía de las asignaturas denota un claro desequilibrio

en el derecho a la educación) y dejando en segundo plano

el aprendizaje (asimilación de conocimientos).

El malentendido de la inteligencia se extiende, así, a otro: la

manía de asumir que existe aprendizaje porque hay un resultado

de evaluación positivo. No obstante, suponer que un alumno ha

comprendido cómo funciona el ciclo del agua porque ha

memorizado todas las fases, es una terrible equivocación.

El gran malentendido de la inteligencia nos deja, a nivel social,

desorientados e incoherentes. Cada año, se obtienen cifras muy

detalladas del “fracaso” y la deserción escolar, pero la estimación

de alumnos con altas capacidades es ridículamente baja, porque

un gran porcentaje de ellos está entre los alumnos “fracasados”.2

EL GRAN MALENTENDIDO DE LA

INTELIGENCIA NOS DEJA, A NIVEL SOCIAL,

DESORIENTADOS E INCOHERENTES Cuando un sistema invierte más recursos en etiquetar fenómenos

disfuncionales que en hallarles remedio, hablamos de un sistema

apasionado por la decadencia.

¿Y qué pasa con América Latina?

“Conocer la realidad implica construir sistemas en continua

transformación que se correspondan, más o menos, a la

realidad.”

Jean Piaget, psicólogo suizo (1896-1980)

El énfasis en el fomento de la creatividad es una alternativa que

ha dado buenos resultados en sistemas educativos de Asia y

Europa, al igual que la introducción de asignaturas dirigidas a

desarrollar la inteligencia emocional y explotar las cualidades

artísticas3 al margen de la necesidad casi neurótica de evaluarlo

todo con base en una escala numérica. Sin embargo, adoptar un

esquema similar en una región como América Latina, que sigue

educando a la sombra de una tradición colonialista*, no es sólo un

desafío pedagógico, sino tecnológico.

A causa de sus componentes históricos, la educación en la región

latinoamericana y caribeña se ha visto orientada a las Ciencias

Sociales, las Humanidades, el Comercio y campos afines. Las

ciencias y la tecnología, en cambio, han sido caminos de muy

poca incursión, lo que explica la necesidad de consumir

tecnología externa (porque no se educa para fabricarla) y una

producción de conocimientos desequilibrada. Mientras que los

países desarrollados poseen una base sólida de

telecomunicaciones, redes microelectrónicas e Internet, América

Latina y el Caribe tardará para converger en ese aspecto4, lo que

a su vez ocasiona deficiencias en los procesos de aprendizaje

elemental (problemas de lectoescritura y cognición simbólica).

A los niños y jóvenes se les educa haciendo de ellos prototipos

enlatados que pueden procesarse a razón de una escala numérica,

un índice que determina sus “capacidades”. No obstante, si

repasamos modelos educativos de alta eficiencia, como Finlandia

y Japón, veremos que la directriz pedagógica va enfocada a la

educación formativa, es decir, a la formación del carácter, de

valores, de conciencia de grupo. Se forman competencias desde la

infancia, y lo que es aún más importante: se da la suficiente

relevancia a la formación de competencias

intrapersonales e interpersonales.

LAS HABILIDADES DE RAZONAMIENTO

LÓGICO SON FRANCAMENTE INSERVIBLES

EN UN INDIVIDUO SIN HABILIDADES

EMOCIONALES Puede que en el pasado se haya creído que los sistemas educativos

puramente racionalistas tienen éxito al formar ciudadanos aptos y

útiles para la sociedad, pero hoy en día mantener esta posición es

un acto primitivo.

Desde el campo de la Psicología Social y la Psicología Educativa,

sabemos que las habilidades de razonamiento lógico son

francamente inservibles en un individuo sin habilidades

emocionales, o aún peor, rotundamente servibles pero con fines

nefastos. Una de las claves del éxito de modelos educativos como

el de Finlandia o Japón es el reconocimiento de este principio, de

esta necesidad de balance entre el cerebro pensante y el cerebro

que siente.

América Latina afronta el reto de modificar un sistema educativo

que persigue a tientas el desarrollo y medición de ciertas

facultades a expensas del olvido categórico de otras.

Einstein decía que si juzgas a un pez con base en su habilidad para

trepar un árbol, vivirá toda su vida pensando que es un inútil. El

problema es que no sólo los estamos juzgando, los estamos

aniquilando.

Referencias:

Morris, Charles & Maisto A. Psicología. 13ª Edición. Editorial

Pearson. 2010.

Pie de página

1. Hans Asperger: Problems of infantile autism. Journal of

the National Autistic Society, London 1979. Zitiert nach

Tony Attwood: Ein ganzes Leben mit dem Asperger-

Syndrom p. 249.

2. ¿Qué hay detrás del fracaso escolar de los superdotados

y de las altas capacidades? | Augere

Conversations (2014)

3. Taddei, François | Creatividad: corazón y razón de la

educación del siglo XXI – Ministerio de Educación

Nacional de Colombia (2009). Mineducacion.gov.co

4. Gazzola, Ana Lúcia & Didriksson, Axel. Tendencias de la

Educación Superior en América Latina y el Caribe

(2008).Organización de las Naciones Unidas para la

Educación, la Ciencia y la Tecnología.

Cómo el trauma infantil

afecta la salud durante toda

la vida (Vídeo) Por David Aparicio -

22/07/2016

Puedes activar los subtítulos en español en el botón CC del

reproductor de Youtube.

La pediatra canadiense Nadine Burke Harris nos explica cómo la

exposición al trauma, abuso y negligencia durante la infancia

puede afectar el desarrollo psicológico y cerebral a lo largo de la

vida.

La conferencia de Burke Harris está basada en el impactante

estudio realizado por dos investigadores del Centro de Control y

Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CDC) y

denominada: ¨Estudio sobre las experiencias infantiles

adversas¨.

En dicha investigación se evaluó a 17.500 adultos y sus historias

de exposición a las experiencias adversas durante la infancia, que

incluyeron: abuso físico o emocional, abandono físico o

emocional, trastornos mentales, drogodependencia,

encarcelamiento de los padres, separación o divorcio de los padres

y violencia doméstica.

Sus resultados se pueden sintetizar en dos puntos principales:

• El 67% de la población evaluada había sufrido al menos una

situación adversa durante la infancia. Y el 12,6% de ellos

había sufrido 4 o más situaciones adversas.

• Se encontró también una importante relación entre la

exposición adversa y los problemas de salud a lo largo de la

vida. Las personas que habían sufrido de 4 o más situaciones

adversas tenían en promedio 2,5 más probabilidades de

sufrir enfermedades crónicas1.

Burke Harris explica que la primera explicación ante estos

resultados sería que los niños que tuvieron una infancia difícil son

más propensos a desarrollar conductas de riesgo, como fumar o

consumir alcohol, lo que explicaría los riesgos de enfermedades

crónicas.

No obstante, ella explica que los efectos nocivos de la exposición a

las situaciones difíciles pueden producir cambios no sólo

conductuales sino a nivel celular. De esta manera quedaría

afectado el desarrollo cerebral y en especial el núcleo acumbens,

centro del placer y recompensa del cerebro y área fundamental en

el proceso de aprendizaje.

Harris Burke es una apasionada investigadora que nos demuestra

con datos el profundo efecto que tienen los padres y cuidadores en

el desarrollo a corto y largo plazo de los niños.

Para mí, es un vídeo que todos debemos ver y compartir.

Realmente es impactante.

Fuente: TED

Sorprendente investigación

demuestra que los bebés

recién nacidos sí sienten dolor Por David Aparicio -

04/05/2015

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Durante años los médicos han creído que los cerebros de los

neonatos no están lo suficientemente desarrollados para sentir

dolor y que sus reacciones físicas son meros reflejos. Se añadía a

eso que es muy difícil inferir el dolor a través de las observaciones.

Según una revisión del 2014 sobre el manejo de neonatos en

cuidados intensivos, se realizarían alrededor de 11 procedimientos

dolorosos y el 60% de los bebés no recibe ningún tipo de

anestesia.

Pero, de acuerdo con una nueva investigación realizada por la ya

conocida Universidad de Oxford, los bebés recién nacidos

sentirían dolor al igual que los adultos.

Los investigadores se valieron de las imágenes de resonancia

magnética para comparar la actividad cerebral de 10 bebés sanos

que tenían entre 1 a 6 dias de nacidos, con las imágenes de 10

adultos de 23-36 años, cuando se les pinchaba con una barra

especial de retracción que daba la sensación de ser pinchado

levemente por un lápiz en la planta del pies.

Puedes activar los subtítulos en el botón CC del reproductor de

Youtube.

Al comparar las imágenes se encontró que se activaron, en los

cerebros de los bebés, 18 de las 20 regiones cerebrales que se

activan cuando los adultos experimentan dolor. Las imágenes

también mostraron que los cerebros de los bebés tenían una

respuesta al ¨pinchazo¨ 4 veces más fuertes que los adultos, lo que

significa que los bebés no sólo experimentan el dolor al igual que

los adultos, sino que también que su umbral de dolor es muy

inferior.

LOS BEBÉS TENÍAN UNA RESPUESTA AL

¨PINCHAZO¨ 4 VECES MÁS FUERTES QUE

LOS ADULTOS

Los resultados de esta investigación tienen repercusiones muy

importantes porque nos ofrece una fuerte evidencia de que los

bebés recién nacidos sienten dolor y, además, resalta la necesidad

de diseñar guías para administrarles medicamentos para el dolor.

La Dra. Rebecca Slater, autora principal del estudio explicó:

¨Tenemos que pensar que si queremos aliviar el dolor de

someterse a un procedimiento a un niño mayor, entonces

debemos darle alivio al dolor de un bebé que se somete a un

procedimiento similar.¨

Las investigadores saben que este trabajo abre un nuevo camino

en la investigación del dolor neonatal, y tienen la esperanza de que

en el futuro se puedan encontrar signos neurológicos específicos

del dolor en el cerebro que permitan desarrollar tratamientos para

el dolor efectivos para estos pequeños bebés, que son los más

vulnerables.

El paper completo fue publicado en la revista eLife y es de acceso

libre. Puedes descargar el PDF completo.

Fuente: University of Oxford

El efecto de los vídeojuegos

violentos en nuestro cerebro Por David Aparicio -

30/06/2012

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Las investigaciones han develado las repercusiones negativas en

los adolescentes que juegan videojuegos violentos o ven

programas de televisión del mismo contenido, pero 3 grandes

preguntas se resumen como resultado de estas investigaciones:

¿cuál es la causa? ¿acaso los niños solamente copian lo que ven en

televisión?, o ¿los videojuegos tienen un efecto más profundo en

sus cerebros, afectando su conducta?

ANALIZARON QUÉ PASABA EN EL CEREBRO

DE 28 ESTUDIANTES JÓVENES

El Dr. Vincent Matthews y sus colegas de la Universidad de

Indiana, exploraron estas preguntas a través de un estudio sobre

la violencia en los videojuegos ,y analizaron qué pasaba en el

cerebro de 28 estudiantes jóvenes (que no habían tenido

experiencia en videojuegos). Los sujetos fueron asignados

aleatoriamente a jugar videojuegos violentos de disparos en

primera persona (first person shooter) y juegos no violentos,

durante un día a la semana.

¿En qué consistió la investigación?

Los científicos utilizaron imágenes de resonancia magnética

funcional (fMRI) para analizar la actividad cerebral de los

participantes, mientras resolvían tareas de contenido emocional y

no emocional. Después de haber jugado videojuegos violentos por

dos semanas, se volvió a escanear el cerebro de los sujetos

mientras realizaban las mismas tareas.

Una de las tareas que los sujetos tenían que realizar, mientras se

escaneaba su nivel de respuesta cerebral, consistía en presentarles

palabras violentas (daño, golpe, matar, etc.) y no violentas

(caminar, correr y hablar, etc.) en diferentes colores. Luego, se les

pidió a los sujetos que identificaran el color correspondiente a

cada palabra, en lugar de la palabra en si (esta prueba era una

variación del conocido test psicológico Efecto Stroop: donde es

esperable que haya una demora en la identificación del color, ya

que nuestro cerebro tiende a procesar el significado de la palabra

que leemos antes de notar el color en las letras).

¿Qué encontraron los investigadores?

Los investigadores encontraron en los sujetos que no jugaron

videojuegos violentos, un retraso normal en el test de Stroop y un

incremento esperable en las áreas del cerebro relacionadas con la

emoción. En cambio, los resultados de las imágenes cerebrales de

los jugadores de juegos de videos violentos, develaron al inicio de

la investigación una actividad cerebral normal, pero luego de 2

semanas de jugar videojuegos violentos, exhibieron menos

activación en las áreas cerebrales relacionadas con la emoción.

TENÍAN MENOS ACTIVIDAD EN LAS ÁREAS

CEREBRALES RESPONSABLES DE LA

EMOCIÓN, ATENCIÓN Y LA INHIBICIÓN DE

SUS IMPULSOS

Los investigadores también diseñaron otra tarea para evaluar la

atención y concentración de los participantes que consistió en

presentarles en una pantalla los números 1,2 ó 3 repetidamente y

se les pidió que apretaran un botón, no cuando aparecía el

numero en sí, sino según la cantidad de veces que este aparecía.

Los jugadores de juegos de video violentos, luego de una semana,

mostraron un declive en la actividad en las áreas que regulan la

atención y concentración .

¿Cuán duraderos son los cambios cerebrales?

No está claro cuán duraderos pueden ser los cambios en el

cerebro. Cuando Mathtews y su equipo trajeron a sus

participantes, después de semanas sin jugar videojuegos, su

actividad cerebral había cambiado otra vez y mostraban rasgos

más parecidos a los normales, pero esta actividad cerebral no era

exactamente como al inicio de la investigación, antes de ser

expuestos a los juegos de video violentos.

Con relación a los resultados del estudio Matthews dijo:

“Estudios comportamentales han demostrado un incremento en

la conducta agresiva luego de que los sujetos jugaron

videojuegos violentos y lo que nosotros mostramos es la

explicación fisiológica de los resultados de los estudios

conductuales”.

Para Matthews y su equipo, los cambios cerebrales develados en el

estudio son similares de los adolescentes con trastornos

sociopáticos, y sus resultados sustentan los estudios previos que

demostraron los efectos negativos de los videojuegos a corto

plazo, que han sido utilizados en casos judiciales por padres y

tutores para controlar los videojuegos violentos en adolescentes.

NO ESTÁ CLARO CUÁN DURADEROS PUEDEN

SER LOS CAMBIOS EN EL CEREBRO

“Los individuos y los padres de los chicos que eligen jugar

videojuegos deben estar conscientes de los cambios que pueden

producir en el cerebro y deben considerar si juegan o no esa clase

de juegos”, sostuvo Matthews.

Este estudio es un avance significativo en la comprensión de cómo

los jugadores jóvenes pueden ser afectados por esta clase de

juegos y es nuestro deber como padres, tutores y profesionales de

la salud mental alentar a la población, para que se tome las

medidas de prevención pertinentes