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  • 8/9/2019 Con Den a Dos

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    EL LIBRO DE LOS CONDENADOS

    CHARLES FORT

    Ediciones DRONTE

    Argentina

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    Ttulo original: THE BOOK OF THE DAMNED

    (c) 1919, by Charles Fort

    Versin castellana de Domingo Santos

    Ediciones Dronte Argentina

    Agosto 1977

    Digitalizado por J. M. C.

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    Este es uno de los libros ms asombrosos y menos convencionales que jams hayan sidoescritos! En este volumen Charles Fort recoge algunos de los ms extraos y asombrososacontecimientos que hayan ocurrido en este mundo, hechos sobre los que la ciencia semuestra extraamente silenciosa.

    Una recopilacin de 1.001 fenmenos, comprobados y testificados, a los que la ciencia, no

    pudiendo dar explicacin, ignora de un modo deliberado.

    "Charles Fort ha llevado a cabo un terrible ataque contra la locura acumuladadurante cincuenta siglos... Ha hecho unos enormes y feos agujeros en la basecientfica de los conocimientos modernos". Ben Hecht

    "Charles Fort fue el Coln de lo desconocido, el arquitecto de los OVNIS y elpadre fundador de todo lo que hay de fabuloso en los confines inexplorados delUniverso. El leer su obra es algo necesario para toda mente inquisitiva". DonaldWollheim

    "Sugiero que todo aquel que piense que el nuestro es el nico mundo posible sepase un fin de semana leyendo la obra de Charles Fort". Arch Oboler

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    ALGUNAS OPINIONES SOBRE EL AUTOR Y SU OBRA

    "Charles Fort es el apstol de la excepcin y el sacerdote engaador de lo improbable".Ben Hetch

    "Sus sarcasmos estn en armona con las crticas ms admisibles de Einstein y de Surrell".

    Martin Gardner

    "Leer a Charles Fort es como cabalgar en un cometa".Maynard Shipley

    "Es la mayor figura literaria desde Edgar Allan Poe".Theodore Dreisler

    "Una de las monstruosidades de la literatura".Edmund Pearson

    "Un ramo de oro para los flagelados por la crtica".John Winterich

    En el Libro de los condenados hay, como mnimo, el germen de seis nuevas ciencias".John W. Campbell

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    INTRODUCCION

    Para presentar un libro hay que hablar primero de su autor. Pero, cmo hablar de CharlesFort? Cmo presentar una personalidad como la suya? Por otra parte, no creo que a l legustara tampoco. Dira: escribir que soy un hombre de edad indefinible, bajo, regordete, conbigotes de morsa y gafas de montura metlica, rostro bonachn y mirada perdida en el

    infinito, no conduce, en nuestro estado intermediario, absolutamente a nada. Decir que nacen Albany, estado de Nueva York, el 9 de agosto de 1874, que mis padres posean una pequea tienda de ultramarinos en la que trabaj durante varios aos, que ejercsimultneamente el periodismo y la taxidermia, y que lo abandon todo para dedicarme acoleccionar hechos extraos arrojados del. seno de la ciencia por unas mentes encallecidas, esreunir una serie de datos positivistas que pueden ser aplicados a cualquiera; ya que cualquierpersona es continua con todos sus semejantes, y todos los datos correspondientes a un serdeterminado son hechos de una historia comn a toda la humanidad, puesto que en nuestracuasi-existencia cualquier persona puede ser baja, regordeta, con bigotes de morsa y gafas demontura metlica, tener rostro bonachn y mirada perdida en el infinito, cualquier personapuede haber nacido en Albany en 1874 y descender de los propietarios de una tienda deultramarinos.

    Porque ste es el espritu que animaba a Charles Hoy Fort, inconformista, iconoclasta,

    destructor de mitos y leyendas cientficas, contemporneo del futuro, y autor de uno de loslibros ms discutidos de nuestro siglo. El libro de los condenados apareca por primera vezen Nueva York, en 1919, editado por Boni and Liveright Inc; y su aparicin causaba unverdadero escndalo, siendo al mismo tiempo alabado como uno de los libros ms lcidos delos ltimos tiempos e insultado como una de las aberraciones ms monstruosas de toda lahistoria de las pseudo-ciencias. Y as, en la polmica, el libro obtena un xito extraordinario:algunos lo comparaban a The Golden Bough, la monumental y famosa obra de Frazer, otroslo equiparaban a un moderno Apocalipsis, los ms calificaban a Charles Fort como la mayorfigura literaria despus de Edgar Allan Poe.

    Pero, qu es El libro de los condenados, cmo naci, qu espiritu lo anima? Ms quecualquier disgresin que pueda hacer yo al respecto, creo que es el propio Charles Fort quienmejor puede definrnoslo.

    Comenc a escribir "El libro de los condenados" -dice Charles Fort- cuando era un nio.Estaba determinado a ser un naturalista. Lea con voracidad, cazaba pjaros y los disecaba,coleccionaba sellos, clasificaba minerales, clavaba insectos con agujas y les pona etiquetascomo las que vea en los museos. Luego me converti en un periodista y, en su lugar,coleccion cuerpos de idealistas en las morgues, escolares desfilando por Brooklin y presos enlas crceles, arregl mis experiencias y las examin como haba examinado los huevos de lospjaros, los minerales y los insectos.

    Me asombra cada vez que oigo a alguien decir que no puede comprender los sueos o,mejor, que no ve nada especialmente mstico en ellos. Que cada cual contemple su vida. Nohay fenmenos de los sueos que no sean caractersticos para todas las vidas: la desaparicin,el disolverse de nuevo de algo que uno haba supuesto que seria el final, era algo tanexcitante como podan serlo los fragmentos de cadaveres en las morgues, el crimen y elaltruismo. As naci el monismo que aparece a todo lo largo de "El libro de los condenados": la

    fusion de todas las cosas en las dems, la imposibilidad de distinguir cualquier cosa decualquier otra en un sentido positivo, o especficamente de discernir la vida de cada da de laexistencia en los sueos.

    Tom la determinacin de escribir un libro. Comenc escribiendo novelas: cada ao hacia,ms o menos, tres millones y medio de palabras, aunque esto slo sea una estimacin. Pensque, excepto en la escritura de novelas, que probablemente parecan cras de canguro, no poda hallar ningn otro incentivo por el que seguir viviendo. Abogados, naturalistas,senadores de Estados Unidos... vaya conjunto de aburridos! Pero no escriba lo quedeseaba. Comenc de nuevo, y me convert en un realista ultracientfico.

    Asi que tom una enorme cantidad de notas. Tena una pared cubierta por pequeosdepartamentos destinados a ellas. Tena veinticinco mil notas. Me preocupaba la posibilidad deun incendio. Pens en tomar las notas en un material ignfugo. Pero no era lo que quera y,finalmente, las destru. Esto es algo que Theodore Dreiser no me perdonar jams.

    Mi primer inters haba sido cientfico. pero el realismo me hizo retroceder. Entonces,durante ocho aos, estudi todas las artes y ciencias de que haba odo hablar, e inventmedia docena ms de otras artes y ciencias. Me maravill de que alguien pudiera contentarse

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    con ser un novelista o el director de una compaa acerera, o un sastre, o gobernador, obarrendero. Entonces se me ocurri un plan para coleccionar notas sobre todos los temas de lainvestigacin humana acerca de todos los fenmenos conocidos, para entonces tratar dehallar la mayor diversidad posible de datos, de concordancias, que significaran algo de ordencsmico o ley o frmula... algo que pudiera ser generalizado. Coleccion notas sobre los principios y fenmenos de la astronoma, sociologa, psicologa, buceo a grandes

    profundidades, navegacin, exploraciones, volcanes, religiones, sexos, gusanos... eso es,buscando siempre similitudes en las diferencias ms aparentes, tal y como cuantivalenciasastronmicas, qumicas y sociolgicas, o perturbaciones astronmicas, qumicas ysociolgicas, combinaciones qumicas y musicales, fenmenos morfolgicos de magnetismo,qumica y atracciones sexuales.

    Acab por tener cuarenta mil notas, repartidas en mil trescientos temas tales como:"armona", "equilibrio", "catalizadores", "saturacin","oferta" y "metabolismo". Eran miltrescientos demonios aullando con mil trescientas voces a mi intento de hallar una finalidad.Escrib un libro que expresaba muy poco de lo que estaba tratando de conseguir. Lo recort,de quinientas o seiscientas pginas, a noventa. Entonces lo tir: no era lo que quera.

    Pero la fuerza de las cuarenta mil notas haba sido modificada por este libro. No obstante,el poder o la hipnosis de todas ellas, de las notas ortodoxas, del materialismo ortodoxo, delTyndall dice esto o del Darwin dice aquello, la autoridad, la positividad, de los qumicos y

    astrnomos y gelogos que haban probado eso o aquello, el monismo y la nausea, meestaban haciendo escribir sobre el hecho de que ni siquiera dos veces dos son cuatro, exceptoen una forma arbitraria y convencional; o sea, que no existe nada positivo, que hasta el sujetoms profundamente hipnotizado tiene alguna dbil consciencia de su estado, y que con unaduda aqu y una insatisfaccin all, jams ha sido totalmente fiel a la ortodoxia cientfica,como nunca lo fue un monje medieval o un miembro del Ejrcito de Salvacin aunque ellos nose hicieran preguntas. La unicidad de la totalidad. Que en mi tentativa de hallar lo que seesconde tras los fenmenos me haba equivocado en las dos clasificaciones con las que habaterminado: que esos dos rdenes de lo aparente representan extremos ideales que no tienenexistencia en nuestro estado de simulacin, que nosotros y todas las dems apariencias ofantasmas de un supersueo somos expresiones de un flujo csmico o una graduacin entreellos; uno llamado desorden, falta de realidad, inexistencia, equilibrio, fealdad, discordancia,inconsistencia; y el otro llamado orden, realidad, equilibrio, belleza, armona, justicia, verdad.Este es el tema que se esconde bajo "El libro de los condenados". Es algo que muchaspersonas no han querido.

    Este es el espritu que gui a Charles Hoy Fort a escribir "El libro de los condenados". Paraalgunos, una primera lectura parecer tal vez tan solo un amasijo de datos ms o menosextravagantes. Si su mrito fuera tan solo ste, El libro de los condenados sera un libro queno valdra la pena de ser ledo: cualquiera, con ms o menos paciencia y tras consultar variosarchivos y bibliotecas, puede llegar a completar una tarea as. El mrito de "El libro de loscondenados" es mucho ms profundo que la simple recopilacin de unos hechos malditos: meatrevera a decir que es, incluso, el del planteamiento de una nueva filosofa. Charles Fort, atravs de los veintiocho captulos de su libro, nos presenta toda una nueva concepcin de loque nos rodea. Sus ideas a este respecto podrn parecernos a veces atrevidas, incongruentes,incluso absurdas... si las estudiamos bajo el manto del cartesianismo. Pero Charles Fort

    repudia el cartesianismo. Por otro lado, aadira yo, muchos hechos ortodoxamente cientficos,reconocidos por la "ciencia oficial" contempornea -como pueda ser la bilateralidad de lamateria por ejemplo-, pueden parecer al no iniciado nociones tan malditas como el propioesoterismo de Fort.

    El intermediarismo de Charles Fort no es en el fondo, en cierto modo, ms que una rabiosareaccin contra el conservadurismo de una ciencia oficial que solamente acepta los hechosque le convienen a ella, una reaccin contra el exclusionismo que ejercen unas determinadasdisciplinas cientficas que, desde todos los tiempos, han practicado una severa segregacinentre los hechos que le acomodan y los que no se le acomodan, aceptando sin ms losprimeros e ignorando completamente, rechazando y suprimiendo sin escrpulos los que lemolestan. Esta reaccin est expresada en El libro de los condenados, de un modoferozmente irnico, destructivo, expresin fiel de la propia personalidad de Charles Fort. Fort,como dice en multitud de ocasiones a todo lo largo de su obra, busca la universalidad en todos

    los fenmenos, en contraposicin a los intentos de localizacin que llevan a cabo las distintasciencias. Pero el tema, reconoce, es demasiado amplio: Consmanme el tronco de unasequoia, hojenme las pginas de un acantilado de creta, multiplquenlo por mil, y reemplacen

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    mi ftil inmodestia por una megalomana de titn: slo entonces podr escribir con la amplitudque reclama mi tema. Fort buscaba correlacionar entre s todos los fenmenos: todo escontinuo con todo, y para ello intentaba saber tambin de todo. Estudi todas las artes yciencias de las que haba odo hablar, e invent media docena ms de ellas. Porque novivimos en un mundo compartimentado, elaborado a modo de celdillas por multitud deciencias aisladas las unas de las otras. El matemtico necesitar del astrnomo, el astrnomo

    del bilogo, el bilogo del fsico. Sin embargo, la ciencia oficial no acepta esta interaccin, esttotalmante compartimentada, y esta compartimentacin constituye su principal defecto. Fortluchaba contra todo esto, y luchaba con todas sus fuerzas. Sus ideas, ortodoxamente, podanparecer as acientficas, alocadas, absurdas. A l no le importaba. Vivimos en una pseudo-existencia, deca, en la que slo se pueden extraer pseudo-conclusones basandose en pseudo-intormes. Fort no se preocupaba as de extraer conclusiones concretas: Misconclusiones son intermediaristas; maana otros las rebatirn, al igual que hoy rebato yo lasconclusiones positivistas, y estar contento por ello. Cada uno de nosotros vive inmerso en laDominante de su poca, y Fort escriba tambin segn su Dominante, y lo admita. Pero lsabia ver, pese a todo, con una visin superior a su alrededor, y vea que todo no es ms queconvencionalismo: Siempre he encontrado interesante recorrer una calle, mirar lo que merodea y preguntarme a qu se pareceran todas estas cosas si no se me hubiera enseado aver caballos, rboles y casas all donde hay caballos, rboles y casas. Estoy persuadido de que,

    para una visin superior, los objetos no son ms que constreimientos locales fundindoseinstintivamente los unos con los otros en un gran todo global.

    La personalidad de Charles Fort es, para m, una de las personalidades ms intensas de sutiempo... y de nuestro tiempo tambin. La idea de esta personalidad se halla fielmentereflejada en un fragmento autobiogrfico aparecido en su libro Wild talents: Hace tiempo-escribe Fort-, cuando yo era un bribn especialmente perverso, se me condenaba a trabajarlos sbados en la tienda paterna, en donde deba rascar las etiquetas de las latas de conservade la competencia para pegar en su lugar las de mis padres. Un da en el que dispona de unaverdadera pirmide de conservas de frutas y legumbres, no me quedaban ms que etiquetasde melocotones. Las pegu en los botes de melocotones hasta que llegu a los dealbaricoques. Y pens: acaso los albaricoques no son melocotones? Y algunas de las ciruelas,no son tambin albaricoques? En vista de lo cual me puse concienzudamente ocientficamente a pegar mis etiquetas de melocotones en los botes de ciruelas, de cerezas, dejudas, y de guisantes. Ignoro an cul era mi motivo, y no he llegado a decidir si era un sabioo un humorista. Pero, algunas pginas ms adelante, en el mismo libro, aadir comocolofn: El precio de los pijamas en Jersey City se ve afectado por el mal carcter de unasuegra groenlandesa o por la demanda en China de cuernos de rinoceronte para la curacinde los reumatismos; ya que todas las cosas son continuas, estn unidas entre ellas con unahomogeneidad subyacente. Y de ah la lgica subyacente del chiquillo, culpable de muchascosas, salvo de haber odo pronunciar un silogismo, y que pegaba una etiqueta demelocotones en un bote de guisantes. La relacin de las cosas entre s es tal, que la diferenciaentre un fruto y lo que se ha convenido en llamar una legumbre permanece indefinible. Ques un tomate: un fruto o una legumbre?

    Este era, precisamente, el sistema de bsqueda de Charles Fort: buscar una universalidadpor encima del convencionalismo de las arbitrarias divisiones y subdivisiones. El que este

    sistema fuera ms o menos ortodoxo no importa: daba los resultados apetecidos... y los siguedando an. Porque, si bien el libro fue publicado por primera vez en 1919, su vigencia siguean totalmente en pie hoy en da. En realidad, El libro de los condenados es un libro que nopertenece en absoluto a su tiempo, a la poca en que fue escrito: est completamente pordelante de l. Para la convencional y estratificada sociedad de principios del siglo XX, las ideasde Fort resultaban tan revolucionarias como pudieron serlo, en su tiempo, las de un Coprnico.Lo son an hoy en da. Ciertamente, hay algunos conceptos que han sido superados, peroincluso en ellos bastara con sustituir algunas palabras, cambiar por ejemplo tal vezaeronautas por astronautas, elevar un poco los lmites de las fronteras sealadas por Fort,sencillamente, actualizarlo, para que recuperase toda su vigencia, ya que ninguna de lasideas, que es en el fondo lo que importa, ha envejecido. S, lo s: algunos lectores aducirn,sin duda, que algunas de sus hiptesis son hoy insostenibles: el supermar de los Sargazos, porejemplo, el cielo gelatinoso, los campos de hielo celestes... Por supuesto, la astronutica se ha

    encargado de eliminar en cierto modo la barrera de nuestra atmsfera, mejor dicho, la halevantado un poco, apenas algunos kilmetros. Cuntos? Porque la astronutica no nos haresulto an, en absoluto, todos los misterios de all arriba. Y el hecho de que el hipottico

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    supermar de los Sargazos, o los forteanos superlagos, o las grandes extensiones gelatinosas ylos bancos de hielo, estn a diez kilmetros de las superficie de la tierra, a cien o a diez mil, novara demasiado el hecho en s de la posibilidad de su existencia. Conocemos acaso todo loque hay all arriba? Quedan an demasiados misterios por desentraar en el cielo como paraque nos apresuremos a anatemizar unas ideas que tal vez rechazamos tan slo por el simplehecho de ser demasiado perturbadoras.

    Por otro lado, creo que en el mismo decimonnico anacronismo que actualmente tienenalgunos de los hechos cientficos expresados por Fort se halla el mayor encanto del libro. Ellibro de los condenados fue escrito utilizando las ideas de su tiempo, y la necesidad de unapuesta al da es ms bien relativa, ya que, desgraciadamente, la base del mtodo cientficoreconocido oficialmente ha cambiado muy poco desde aquellos das. Las ideas bsicas de Fort,su cosmogona, siguen siendo vlidas: y no hay que olvidar que, entre otras muchas cosas,Charles Fort ha sido un precursor al hablar por primera vez, cuando an nadie pensaba enellos, de una serie de temas malditos que hoy ocupan las primeras pginas de muchasrevistas y peridicos: platillos volantes, civilizaciones desaparecidas, visitantes extraterrestres.

    Escrito en 1919, El libro de los condenados cre, sigue creando an, toda una escuela deseguidores, entre los que hay que citar a personalidades de la talla de Theodore Dreiser, BoothTartington, Harry Leo Wilson, Ben Hecht, Alexander Woollcott, Burton Rascoe... Influencitambin a Lovecraft -que lo consideraba como su maestro-, en toda su labor literaria, y los

    propios Pauwels y Bergier confiesan haberse basado en su propio proceso de bsqueda parala gestacin de su Retorno de los Brujos.

    Creo que hoy, precisamente hoy, es cuando El libro de los condenados tiene una mayorvigencia que nunca... y que son los propios avances de la ciencia autodenominada oficial losque le confieren precisamente esta desusada actualidad. Como dice muy bien RobertBenayoun en el prlogo a la edicin francesa del libro: cuando dos asambleas de sabiosdeciden, la una en Oxford, la otra en Oak Ridge, que nada se ha hecho an para el estudiosistemtico de los fenmenos clsicos de ebullicin y de congelacin, cuando los observadoresda Monte Palomar encuentran a menudo despreciable la curvatura del espacio y revelan laposibilidad de un universo plano e infinito, cuando Jean Rostand, en el film "En las fronterasdel hombre" remeda a Prometeo ("All donde la Naturaleza no haba previsto ms que unasola clula, yo construyo dos, tres"), cuando Albert Ducrocq, confundiendo memoria eimaginacin, se dedica con el automata Calliope a la poesa-aprieta-botones, cuando el granmatemtico Eddigton encuentra claramente expuesto en el Jabrebocq de Lewis Carroll "elequvoco esencial de las entidades fundamentales de la fsica...", es tiempo de leer a CharlesFort.

    Domingo SANTOSEnero de 1970.

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    Una procesin de condenados.Por condenados, entiendo a los excluidos.Tendremos una procesin de todos los datos que la Ciencia ha tenido a bien excluir.Batallones de malditos, dirigidos por los descoloridos datos que yo he exhumado, se

    pondrn en marcha. Unos lvidos y otros inflamados y algunos podridos.Algunos de entre ellos son cadveres, momias o esqueletos chirriantes y vacilantes,animados por todos aquellos que fueron condenados vivos. Deambularn gigantes hundidosen su sueo. Guiapos y teoremas andarn como Euclides bordeando el espritu de laanarqua. Aqu y all se deslizarn putillas. Algunos son payasos. Otros son muy respetables.Varios ms son asesinos. Horribles pestilencias y supersticiones desencadenadas, sombras yburlas, caprichos y amabilidades. Lo necio, lo pedante, lo raro, lo grotesco y lo sincero, lohipcrita, lo profundo y lo pueril arrostrarn la pualada, la risa y las manos muypacientemente juntas de la decencia.

    La apariencia colectiva se situar entre la dignidad y la intemperancia, la voz de la tropaadquirir el tono de la letana desafiante, pero el espritu del conjunto ser procesional.

    El poder que ha decretado que todas estas cosas sean condenadas es la CienciaDogmtica.

    Sin embargo, avanzarn.Las putillas brincarn, los enanos y los jorobados distraern la atencin, y los payasos

    rompern con sus bufonadas el ritmo del conjunto. Sin embargo, el desfile tendr laimpresionante estabilidad de las cosas que pasan, siguen pasando y no dejan de pasar.

    Por los condenados, yo entiendo. pues, a los excluidos.Pero por los excluidos entiendo tambin a todos los que, algn da, excluirn a su vez. Ya

    que el estado comn y absurdamente denominado existencia es un ritmo de infiernos y deparasos: ya que los condenados no seguirn siendo condenados, puesto que la salvacinprecede a la perdicin. Y nuestros andrajosos malditos sern, un da, ngeles melifluos que,mucho ms tarde an, volvern al mismo lugar de donde han venido.

    Sostengo que nada puede intentar ser, excepto si prueba de excluir algo; y que esto que sedenomina comnmente ser es una diferencia entre lo que est incluido y lo que estexcluido.

    Estimo tambin que no hay diferencias positivas, que todas las cosas son como el insecto yel ratn en el interior de su queso. Insecto y ratn: nada ms distinto que estos dos seres.Permanecen all una semana o se quedan un mes y, acto seguido, no son ms quetransmutaciones de queso. Creo que todos somos insectos y ratones y solamente diferentesexpresiones de un gran queso universal.

    O an que el rojo no es positivamente distinto del amarillo, sino otro grado de estavibracin de la cual el propio amarillo es un grado... que el rojo y el amarillo son continuos o sefunden en naranja. De manera que si la Ciencia, sobre la base de la cualidad de rojo o deblanco, debiera clasificar los fenmenos, incluyendo todas las cosas rojas como verdaderas yexcluyendo todas las amarillas como ilusorias, la demarcacin sera falsa y arbitraria, ya que

    los objetos naranja, constituyendo una continuidad, perteneceran a los dos lados de lafrontera propuesta.Ahora bien, resultar que no se ha concebido jams base ms razonable de clasificacin,

    de inclusin o de exclusin, que el rojo y el amarillo. La Ciencia, utilizando diferentes bases,ha incluido o excluido multitud de datos. Pues si el rojo es un continuo con el amarillo, si todabase de admisin y toda base de exclusin son un continuo, la Ciencia ha debido incluir hechosque prolongaban aquellos mismos que ella aceptaba. En el rojo y el amarillo, que se funden ennaranja, querra tipificar todos los tests, todos los standards, todos los medios de formarse unaopinin.

    Toda opinin posible sobre un tema cualquiera es una ilusin basada sobre este sofisma delas diferencias positivas. La bsqueda de todo entendimiento tiene por objeto un hecho, unabase, una generalizacin, una ley, una frmula, una premisa mayor positiva... pero lo mejorque se ha hecho nunca ha sido desprenderse de las evidencias.

    Esta es la cuestin, aunque no obtuvo resultado. Y, sin embargo. la Ciencia ha actuado,ordenado, condenado, como si esta cuestin hubiera obtenido un resultado.Si no hay diferencias positivas, no es posible definir nada como positivamente diferente de

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    Abandonada en un campo de batalla ya no lo es.Pero todo lo que nos rodea es una parte de algo, a su vez parte de otra cosa: en este

    mundo no hay nada hermoso, slo las apariencias son intermediarias entre la belleza y lafealdad. Slo es completa la universalidad, slo es hermoso el conjunto: y tender hacia labelleza es querer dar a lo local el atributo de lo universal.

    Por estabilidad, desgnar lo indesplazable, lo inalterable, lo sincero. Pero todas las

    apariencias no son ms que reaccin hacia alguna otra cosa. La estabilidad no puede sertampoco ms que universal. Algunas cosas parecen tener, o tienen, una mayor aproximacinde estabilidad que otras, pero en este mundo no hay ms que diversos grados de intermedioentre la estabilidad y la inestabilidad. Todo hombre, pues, que trabaja por la estabilidad bajosus diversos nombres de permanencia, de supervivencia o de duracin, tiende alocalizar en alguna cosa un estado que slo es realizable en lo universal.

    Por independencia, entidad e individualidad, designar aquello cerca de lo cual no existenada ms. Si no hubiera ms que dos cosas, stas seran continuas y se afectaran entre s,ambas destruiran su independencia, su individualidad respectiva.

    Todas estas tentativas de organizacin, de sistemas y de lgicas, siguen siendointermediarias entre el Orden y el Desorden: fracasan a causa de sus relaciones con lasfuerzas exteriores. Todas tienden a lo completo. Si todos los fenmenos locales soportanfuerzas exteriores, estas tentativas no se realizarn ms que en el conjunto, ya que slo el

    conjunto no soporta fuerzas exteriores.Y todas estas palabras son sinnimos, designan el estado que yo denomino positivo.Toda nuestra existencia tiende al estado positivo.Asombrosa paradoja: todas las cosas intentan convertirse en universales excluyendo a

    otras.La Verdad es otro nombre del estado positivo. Los sabios que crean buscar la Verdad no

    buscaban ms que verdades astronmicas, qumicas y biolgicas. Pero la Verdad es aquellodespus de lo cual no existe ya nada ms.

    Por Verdad, designo lo Universal.Los qumicos han buscado lo verdadero o lo real, y han fracasado siempre a causa de las

    relaciones exteriores a la qumica: nunca ha sido descubierta una ley qumica sin excepciones,pues la qumica es un continuo con la astronoma, y la fsica, y la biologa. Si el Sol cambiarade posicin con respecto a la Tierra y la humanidad pudiera sobrevivir a ello, nuestrasfrmulas qumicas no significaran absolutamente nada: seria el nacimiento de una nuevaqumica.

    Buscar la verdad en lo especial, es buscar lo universal en lo local.Y los artistas buscan laArmona, mIentras sus pigmentos se oxidan, o las cuerdas de sus

    instrumentos se ajustan inopinadamente a las fuerzas qumicas, trmicas y gravitatorias. Eneste mundo no hay ms que intermediaridad entre la armona y la discordancia. Y las nacionesque han combatido con el nico fin de adquirir su entidad, su individualidad, para ser nacionesreales y terminantes, no han obtenido nunca ms que su intermediaridad, ya que siempre hanexistido fuerzas exteriores y otras naciones animadas del mismo anhelo.

    En cuanto a los objetos fsicos, qumicos, mineralgicos, astronmicos, no buscanconsumar la Verdad, sino que todos tienden hacia el Equilibrio: no hay un movimiento que nosea dirigido hacia el Equilibrio y no se aleje de otra aproximacin al Equilibrio. Todos los

    fenmenos biolgicos buscan adaptarse: no hay un solo acto biolgico que no sea un ajuste.Ajuste es sinnimo de Equilibrio, y el Equilibrio est en lo Universal, de modo que nada exteriorpuede perturbarlo.

    Pero esto que se denomina ser es el movimiento: todo movimiento no es la expresin deun equilibrio, sino de una puesta en equilibrio o del equilibrio no alcanzado. Y el simple hechode ser, en el sentido positivo, se manifiesta en la intermediaridad entre Equilibrio yDesequilibrio.

    De modo que todos los fenmenos, en nuestro estado intermediario o en nuestro cuasi-estado, representan dicha tendencia nica a organizar, estabilizar, armonizar, individualizar...oa positivar, es decir, a convertir en real. Despus de una apariencia, esto es expresar elfracaso o la intermediardad entre el fracaso y el logro final: cada tentativa, esto esobservable, es derrotada por la continuidad o por las fuerzas exteriores, es decir, por losexcluidos, continuos de los incluidos.

    Toda nuestra existencia es una tentativa de lo relativo hacia lo absoluto o de lo localhacia lo universal.Y dicha tentativa, tal como se manifiesta en la ciencia moderna, es el objeto de mi libro. La

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    ciencia moderna ha intentado ser real, concluyente, completa y absoluta. Si lo incluido y loexcluido son un continua, el sistema de apariencias de la Ciencia Moderna no es ms que uncuasi-sistema, obtenido por el mismo proceso arbitrario, gracias al cual el sistema teolgico hausurpado su ilusin de existencia.

    Reunir en este libro algunos de los datos que estimo que han sido arbitrariamenteexcluidos.

    Los datos de los condenados.Me he lanzado a la oscuridad exterior de las transacciones y procedimientos cientficos,una regin ultrarespetable pero cubierta del polvo del desprecio. He descendido hasta el niveldel periodismo, pero he regresado con las cuasi-almas de los hechos perdidos.

    Avanzarn.

    En cuanto a la lgica de mis razonamientos futuros, hela aqu:En nuestra moda de apariencias, no puede haber ms que una cuasi-lgica.Nada ha sido probado jams...Porque nada hay que probar.Y cuando digo que no hay nada que probar quiero decir que, para todos aquellos que

    aceptan la Continuidad, o la fusin de todos los fenmenos con otros fenmenos, sin

    demarcacin posible entre cada uno de los mismos, no hay mas que una sola cosa, en unsentido positivo. Y es por tal razn por lo que no hay nada que probar.

    No se puede probar, por ejemplo, que algo sea un animal, porque la animalidad y lavegetalidad no son positivamente diferentes. Algunas expresiones de vida son tan animalescomo vegetales o representan la fusin de la animalidad con la vegetalidad. No hay, pues,test, criterio ni standard para formarse una opinin. Distintos de los vegetales, los animales noexisten. No hay nada que probarles. No se puede probar, por ejemplo, que algo sea bueno, yaque no hay nada en nuestra existencia que sea bueno en sentido positivo y que se distingaverdaderamente del mal. Si es bueno perdonar en tiempos de paz, es malo en tiempos deguerra. En este mundo, el bien es continuo con el mal.

    En lo que me concierne, no hago ms que aceptar. No pudiendo ver las cosasuniversalmente, me contento con localizarlas. De modo, pues, que nada ha sido probado jams, y que las declaraciones teolgicas estn tambin sujetas a precaucin, pero handominado sobre la mayora de los espritus de su tiempo por puros procesos hipnticos: que enla poca siguiente, las leyes, dogmas, frmulas y principios de la ciencia materialista no hansido jams probados, pero que los espritus dirigentes de su reino los han conducido porautosugestin a creer ms o menos firmemente en ellos.

    Las tres leyes de Newton, que intentan acabar con la positividad, desafiar y romper laContinuidad, son tan reales como todas ias dems tentativas de localizacin de lo universal. Sitodo cuerpo observable es un continuo, mediata o inmediatamente, con todos los demscuerpos, no puede ser influido solamente por su propia inercia, de modo que no hay medio desaber lo que es el fenmeno de la inercia. Si todas las cosas reaccionan ante una infinidad defuerzas, no hay medio de saber cules sern los efectos de una sola fuerza imprimida. Si todareaccin es un continuo con la accin, no puede ser concebida en su conjunto y no hay mediode concebir lo que puede igualar, ni a qu puede oponerse.

    Las tres leyes de Newton son actos de fe.Las inercias y las reacciones son personajes mitolgicos. Pero, en su tiempo de predominio,han suscitado la creencia, como si hubieran sido probados.

    Las enormidades y los absurdos avanzarn.

    Sustituir la aceptacin por la creencia.Las clulas de un embrin cambian de apariencia en diferentes pocas.Lo que est firmemente establecido cambia dificilmente.El organismo social es embrionario.Creer firmemente es retardar todo desarrollo.Aceptar temporalmente es facilitarlo.Pero:

    Aun sustituyendo la aceptacin por la creencia, usar mtodos convencionales, medios porlos cuales han sido formuladas y sostenidas todas las creencias: mis mtodos sern los de lostelogos y de los salvajes y de los sabios y de los nios pequeos. Ya que si todos los

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    fenmenos son un continuo, no pueden haber mtodos positivamente distintos. Por losmtodos balbucientes de los cardenales, de los cartomnticos y de los campesinos es comoescribir este libro.

    Y si acta en tanto que expresin de su tiempo me atrevo a creer que prevalecer.

    Todas las ciencias comienzan por tentativas de definicin. Pero nada ha sido defioido jamsporque nada hay que definir.Darwin ha escrito El origen de las especies sin haberse preocupado nunca de definir lo que

    era una especie.Es imposible definirlo.Nada ha sido descubierto finalmente jams, porque no hay nada final que descubrir.Algo as como buscar una aguja que nadie hubiera perdido en un pajar inexistente.Pero todas las tentativas cientficas encaminadas a descubrir realmente algo all donde no

    haba nada que descubrir, son en realidad tentativas de ser algo.Cualquiera que busque la Verdad no la hallar jams, pero hay una nfima posibilidad de

    que se convierta l mismo en la Verdad.Puesto que la ciencia es ms que una bsqueda.Es una pseudo-construccin, una cuasi-organizacin, es una tentativa de evasin con miras

    a establecer la armona, el equilibrio, la estabilidad, la consistencia, la entidad.Hay una nfima posibilidad de que lo consiga.

    Vivimos una pseudo-existencia1 en la que participan todas las apariencias con su irrealidadesencial.

    Pero algunas apariencias se aproximan ms que otras al estado positivo.Concibo todas las cosas como ocupando gradaciones, o escalones en series entre la

    positividad y la negatividad, entre la realidad y la irrealidad: algunas apariencias son msconstantes, ms justas, ms hermosas, ms armoniosas, ms individuales o ms estables queotras.

    Yo no soy un realista. Yo no soy un idealista. Yo soy un intermediarista. Nada es real, peronada es tampoco irreal, y todos los fenmenos son aproximaciones a un lado o a otro entre larealidad y la irrealidad.

    De modo que toda nuestra cuasi-existencia es un estadio entermedio entre lo real y loirreal. Algo como un purgatorio, creo.

    Pero en este resumen prematuro, he omitido precisar que la Realidad es un aspecto delestado positivo.

    Por Realidad designo lo que no se confunde con cualquier otra cosa, lo que no esparcialmente otra cosa, lo que no es una reaccin a alguna cosa o una imitacin de algunacosa. Un hroe real es aquel que no es parcialmente cobarde o cuyas acciones y motivos nopueden confundirse con la cobarda.

    Pese a que lo local puede ser universalizado, no es concebible que lo universal pueda ser

    localizado, pero las aproximaciones de un orden elevado pueden ser transferidas de laintermediaridad a la Realidad, al igual que, en un sentido relativo, el mundo industrial serecluta transfiriendo fuera de lo irreal (o fuera de la imaginacin de apariencia irreal de losinventores) las mquinas que, una vez montadas en las fbricas, parecen tener ms deRealidad de lo que posean al nivel de lo imaginario.

    Si todo progreso tiende hacia la estabilidad, la organizacin, la armonia, la consistencia, ola positividad, todo progreso es una tentativa de concluir lo real. En trminos de metafsicageneral, estimo, pues, que todo lo que se denomina comnmente existencia y que yodenomino intermediaridad, es una cuasi-existencia, ni real, ni irreal, sino expresin de unatentativa encaminada hacia lo real, o hacia la penetracin de una existencia real.

    Acepto que la Ciencia, aunque concebida mayormente en su especificacin, aunqueconsiderada generalmente en sus propios trminos locales, como exhumacin de viejos

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    huesos de insectos o magmas repugnantes, expresa de hecho el espritu que anima toda laintermediaridad. Si la Ciencia pudiera excluir todos los datos, salvo los mos propios,asimilables a la actual cuasi-organizacin, sera un verdadero sistema, dotado de contornospositivamente definidos. Sera real.

    Pero no parece aproximarse a la consistencia, a la solvencia, al sistema, a la posibilidad y ala realidad, ms que condenando lo irreconciliable o lo inadmisible.

    Todo ira bien.Todo sera admisible.Si los condenados quisieran seguir siendo condenados.

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    En otoo de 1883, y varios aos despus, hubo puestas de sol tan vivas que nadie anteshaba observado algo semejante. Hubo tambin lunas azules.

    La sola mencin de lunas azules ser sin duda suficiente para hacer sonreir a losincrdulos. Sin embargo, en 1883, las lunas azules eran algo tan vulgar como los soles verdes.

    Era necesario que la ciencia se explicara. Las publicaciones como Nature y Knowledgerecibieron un diluvio de cartas. Supongo que, en Alaska y en los Mares del Sur, todos los brujosfueron sometidos a una prueba parecida. Era preciso encontrar algo.

    El 28 de agosto de 1883, el volcn de Krakatoa, en el estrecho de la Sonda, haba hechoexplosin. Terrible. El ruido, se dijo, se propag a tres mil kilmetros de distancia. Hubo treintay seis mil trescientos ochenta muertos. Este detalle me parece demasiado poco cientfico: escurioso que no se mencionen tres mil doscientos dieciocho kilmetros y treinta y seis miltrescientos ochenta y siete vctimas. El volumen de humo desplazado debi ser visible en losplanetas vecinos. Atormentada por nuestra agitacin, nuestras idas y venidas, la Tierra debiquejarse al planeta Marte, lanzndonos un vasto y negro juramento.

    Todos los libros de texto que mencionan el hecho anotan sin la menor excepcin que losfenmenos atmsfricos de 1883 fueron registrados por primera vez hacia finales de agosto oprimeros de setiembre. Esto complica las cosas. Se pretenda, en 1883, que estos fenmenos

    eran causados por las partculas de polvo volcnico que haba arrojado el Krakatoa.Sin embargo, los fenmenos se prolongaron durante siete aos, despus de una pausa de

    varios aos. Durante todo este tiempo, qu le haba ocurrido al polvo volcnico?Una cuestin semejante, pensarn ustedes, debera haber conturbado a los especialistas.Pero ustedes no han estudiado los efectos de la hipnosis, no han intentado demostrar a un

    hipnotizado que una mesa no es un hipoptamo. Denle mil razones de pensar que unhipoptamo no es una mesa, y terminarn por convenir que una mesa ya no es tampoco unamesa, sino que slo tiene su aspecto. No se puede oponer a un absurdo ms que otro absurdo.Pero la ciencia posee la ventaja de ser la incongruencia establecida.

    El Krakatoa: he aqu la explicacin que dieron los sabios. No conozco la de los brujos.Vean cmo la ciencia tiende, en su punto de partida, a negar mientras pueda las relaciones

    exteriores a esta Tierra. Mi libro, precisamente, es un compendio de datos sobre estasrelaciones. Sostengo que mis datos han sido condenados, no por consideracin a su mrito osu demrito, sino de acuerdo con una tentativa general de aislamiento de esta Tierra. Unatentativa de positividad. Con su pseudo-consideracin de los fenmenos de 1883, los sabios,en un gran arranque de positivismo. han sostenido esta enormidad: la suspensin de polvovolcnico en el aire durante siete aos, despus de un intervalo de varios aos. Esto antes queadmitir que este polvo poda tener un origen extraterrestre. Es cierto que estos mismos sabiosestaban lejos de haber completado la positividad con la unanimidad de sus opiniones: ya quemucho antes de 1883, Nordenskiold se haba expresado prolijamente sobre el polvo csmico, yel profesor Cleveland Abbe se haba levantado, en su tiempo, contra la explicacinkrakatoniana. Pero tal es la ortodoxia de la mayora de sabios.

    Mi mayor motivo de indignacin es, en tales circunstancias, que esta absurda explicacininterfiere con algunas de mis enormidades favoritas. Por ejemplo: rehuso admitir que laatmsfera terestre pueda tener un poder semejante de suspensin. Dare ms adelante

    numerosos datos sobre objetos que han ascendido en el aire y han permanecido all semanaso meses, pero no por la virtud de suspensin de la atmsfera terrestre. La tortuga deVicksburg, por ejemplo. Me parecera muy ridculo sostener que una tortuga de respetabletamao haya podido permanecer suspendida durante tres o cuatro meses por encima de laciudad de Vicksburg, y esto gracias al nico sostn del aire.

    Pero volvamos al Krakatoa.La explicacn oficial est descrita en el Report of the Krakatoa Comitee of the Royal

    Society. Se extiende a lo largo de 492 pginas, con 40 ilustraciones, algunas de ellasmagnficamente realizadas en color. Fue publicado despus de cinco aos de eficiente,artstica, y autoritaria investigacin. Las cifras son impresionantes: distribucin del polvokrakatoniano, velocidad del transporte, proporciones de la subsistencia, altitud y persistencia,etc.

    La desgracia hace que, segn elAnnual Register1, todos los efectos atmosfricos atribuidos

    al Krakatoa hayan sido apercibidos en la Trinidad antes de la fecha de ia erupcin, y que,

    1 Annual Register. 1863-105

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    segn Knowledge, 5-418, se les haya observado en Natal, en Africa del Sur, seis meses antes.

    La inercia y su inhospitalidad.No se debera. dar jams carne cruda a los bebs; tengo miedo de que la tortuga haya sido

    un poco indigesta para esos seores.

    Y sin embargo, lo imposible se convierte en razonable, por poco que sea presentado concortesa.El granizo, por ejemplo. Se lee a veces en los peridicos que han cado piedras de granizo

    grandes como huevos de gallina. Uno se sonre. Sin embargo, yo me comprometo aproporcionar una lista de cien casos, citados en la Monthly Weather Review, de tales piedrasde granizo. Segn Nature, 1 de noviembre de 1894, se hallaron dos piedras de granizo de unkilogramo cada una, y el Report of the Smithsonian Institution2, menciona dos de casi treskilogramos. Finalmente, en Seringapatam, en la India, en el ao 1800, cay una piedra degranizo...

    Tengo mido, tengo mucho miedo... se acerca ahora un gran condenado. Tal vez deberaabstenerme de mencionar esto antes de la pgina trescientos de este volumen, pero estacondenada cosa tena el tamao de un elefante.

    Risotada.

    Copos de nieve como platos. Cayeron en Nashville, en Tennessee, el 24 de enero de 1891.Sonrisas.

    En Montana, en invierno de 1887, cayeron copos de nieve de treinta y ocho centmetros delargo y veinte de espesor3.

    En la topografa de la inteligencia, se podra definir el conocimiento como la ignoranciarodeada por la risa.

    Lluvias negras, lluvias rojas, cada de mil toneladas de mantequilla.Nieve negra, nieve rosa, pedrisco azul, pedrisco con gusto a naranja.Yesca, seda, carbn.

    Hace cien aos, s alguien era lo suficientemente crdulo como para creer que las piedrascaan del cielo, se le opona este razonamiento: no hay piedras en el cielo; por tanto, ningunapiedra puede caer de all.

    Nada ms razonable, ms cientfico o ms lgico poda ser sostenido sobre un temacualquiera. El nico inconveniente es que la premisa mayor era falsa o intermediaria entre loreal y lo no real.

    En 1772, un comit, del que era miembro Lavoisier, fue designado por la AcademiaFrancesa para examinar un informe sobre una piedra cada del cielo en Luce, Francia. De todaslas tentativas de positividad, en este aspecto del aislamiento, no conozco parecer msardientemente defendido que la del no-parentesco terrestre. Lavoisier analiz la piedra deLuce. La explicacin exclusionista deca, en aquella poca, que ninguna piedra caa del cielo:objetos luminosos parecan aterrizar y, en su lugar de cada, se recogan piedras ardientes:

    slo el rayo golpeando a una piedra poda calentarla o hacerla fundirse.La piedra de Luce mostraba signos de fusin. El anlisis de Lavoisier probirrefutablemente que aquella piedra no haba cado, sino que haba sido golpeada por unrayo. Oficialmente, las cadas de piedras fueron condenadas, y la explicacin del rayo fue elstandard de la exclusin.

    Uno no hubiera pensado nunca que unas piedras condenadas pudieran clamar justiciasobre una sentencia de exclusin, pero subjetivamente los aerolitos lo hicieron. Susmanifestaciones, acumulndose en una tromba de evidencias, bombardearon los muros que sehaban elevado en torno suyo. Puede leerse en la Monthly Review4. Que el fenmeno que nosconcierne parecer para muchos indigno de atencin. La cada de grandes piedrasprocedentes del cielo, sin que aparezcan las razones de su previa ascensin, parece ser algo

    2 Report of the Smithsonian Institution, 1870-479.

    3 Monthly Weather Review 1915-734

    Monthly Weather Review, 1796-426.

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    maravilloso o sobrenatural. Sin embargo, una larga suma de evidencias aqu acumuladasconfirmar la existencia de semejantes fenmenos, a los cuales convendra prestar atencin.El autor de esta nota abandona la primera exclusin, pero la modifica explicando que lavspera de una cada de piedras en la Toscana, el 16 de junio de 1794, el Vesubio haba hechoerupcin. Es decir, que las piedras caan en algn otro lugar de la Tierra bajo la accin de untornado o de una erupcin.

    Ms de ciento veinte aos han transcurrido desde esta fecha, y no conozco ningn aerolitoal cual se le haya podido atribuir un aceptable origen terrestre. Era preciso levantar unacondena en torno a la cada de piedras, a fin de excluir, a travs de una serie de reservas, todaposibilidad de una fuerza exterior.

    Se puede tener toda la ciencia de Lavoisier y ser incapaz de analizar, o incluso ver, msall de ias hipnosis y de las contrahipnosis convencionales de su poca.

    Nosotros ya no creemos. Nosotros aceptamos.Poco a poco, ha sido necesario abandonar las explicaciones del tornado y del volcn, pero

    esta hipnosis de exclusin, esta sentencia de condenacin, esta tentativa de positividad, estan poderosa que an hoy en da algunos sabios, como el profesor Lawrence Smith y Sir RobertBall, continan negando los orgenes exteriores, afirmando que nada cae sobre la tierra amenos que haya sido levantado antes de ella.

    Posicin virginal.

    Los meteoritos, antao condenados, son admitidos, pero bajo reserva de una tentativa deexclusin. Se admite que dos especies de sustancias, y solamente dos, pueden caer del cielo:las sustancias metlicas y las sustancias ptreas, y que los obetos metlicos se limitan alhierro y al nquel...

    Mantequilla y papel, y lana, y seda, y resina.Desde el principio, las vrgenes de la ciencia han combatido, llorado, gritado, maldecido las

    relaciones externas, bajo los mismos pretextos... diciendo que os meteoritos provenan de lasuperficie terrestre y de ninguna otra parte.

    Progreso significa violacin.Mantequilla y sangre. Carne de buey, y una piedra cubierta de inscripciones.

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    Estimo, pues, que la Ciencia no tiene ms contactos con el verdadero conocimiento de losque tiene el empuje de una planta, la organizacin interna de un gran almacn o el desarrollode una nacin. Todos ellos son procesos de asimilacin, de organizacin, de sistematizacin,todos tienden, por diferentes medios, a alcanzar el estado positivo, es decir, supongo, el

    paraso.No puede haber una verdadera ciencia all donde hay variables indeterminadas, siendo asque todas las variables son indeterminadas, irregulares. La interpretacin precisa de lossonidos exteriores en la mente de un durmiente que suea no podra sobrevivir en una mentesoadora, porque este toque de relativa realidad no pertenecera ya al sueo, sino aldespertar. Asimismo lo invariable, es decir lo real, lo estable, no es nada en la Intermediaridad.La Ciencia es esta tendencia a despertar a la realidad: a la regularidad, a la uniformidad. Perolo regular, lo uniforme, presupone la ausencia de tenmenos exteriores que puedanperturbarlo. Por lo universal, entiendo lo real. Y la gigantesca tentativa latente que expresa laCiencia permanece indiferente a la justificacion misma de la Ciencia, la cual ve en el esprituvital una tendencia a la regularizacin.

    Las cucarachas, las estrellas, los magmas qumicos, son apenas cuasi-reaies. No hay nadaverdadero que aprender de ellos. Mientras que la sistematizacin de los pseudo-datos es una

    aproximacin hacia la realidad, hacia el despertar final.Supongamos que una mente inmersa en el sueo, sus centauros y sus canarios se

    transforman en jirafas; sobre tales temas se podra basar una verdadera biologa, pero si estamisma mente que suea intentara sistematizar semejantes apariencias, se aproximara aldespertar. A condicin que el estado de vigilia (una vigilia muy relativa) procure realmente unamejor coordinacin mental.

    Al intentar sistematizar, la Ciencia ha ignorado, pues, del mejor modo posible todos losaspectos de la exterioridad. As, el conjunto de los fenmenos de cada se le ha aparecidocomo tan turbador, tan inoportuno, tan desagradable como una batera de instrumentos demetal trastornando la composicin relativamente sistemtica de un msico, como una moscaaterrizando sobre la aventurada tentativa de un pintor y mezclando los colores al azar de suspatas, o como un poltico interrumpiendo la misa para colocar en ella su discurso electoral.

    Si todas las cosas pertenecen a una unidad, a un estado intermediario entre lo real y lo no-real, si nada puede establecerse por s mismo en entidad, ni existir en la intermediaridad, silos nacidos pueden ser al mismo tiempo los uterinos, entonces no veo diferencia positiva entrela Ciencia y la Ciencia Cristiana, ya que la actitud de la una y de la otra en presencia de loinoportuno es la misma: Esto no existe.

    Todo lo que no gusta a lord Kelvin y a la seora Eddy no existe. Pero yo aadira esto: en laintermediaridad no hay tampoco inexistencia absoluta. De modo que un Cientfico Cristiano yun dolor de muelas no existen en el sentido ltimo de la palabra, pero no son tampocoabsolutamente inexistentes y. segn nuestra teraputica, aquel de los dos que se acercarams a la realidad se la llevar.

    El secreto de la energa... Este creo que es otro pensamiento profundo. Quieren ustedestriunfar en algo? Sean ms reales de lo que este algo es.

    Quisiera empezar con las sustancias amarillas que caen sobre la Tierra: deseara que

    observaran a este respecto cul de mis datos tiene mayor aproximacin al realismo queposeen los dogmas que niegan su existencia como productos procedentes de algn lugarexterior a nuestra Tierra.

    Mi posicin es puramente impresionista. No poseo ni tests ni standards positivos. Elrealismo en arte, el realismo en ciencia, estn pasados de moda. En 1859 era de muy buentono el aceptar el darwinismo; en la actualidad los bilogos se devoran e intentan concebir deun modo distinto. En su tiempo, el darwinismo estaba de moda pero, por supuesto, no haprobado nada.

    Su fundamento: la supervivencia del ms apto. No del ms fuerte, ni del ms hbil, puestoque por todas partes sobreviven la debilidad y la estupidez. As pues, no se puede determinarla aptitud de otro modo que por la supervivencia. De modo que el darwinismo prueba en todoy por todo la supervivencia de los supervivientes.

    Y pese a que, en resumen, parece alcanzar en todo a lo irracional, el darwinismo, con su

    amasijo de suposiciones y sus tentativas de coherencia, se acerca mucho ms a laOrganizacin y a la Consistencia que todas las rudimentarias especulaciones que loprecedieron.

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    Otra cosa: Cristbal Coln no prob jams que la Tierra fuera redonda.La sombra que proyecta sobre la Luna? Nadie la ha visto nunca enteramente, ya que la

    sombra de la Tierra es mucho ms grande que la Luna. Si la periferia de la sombra fuera curva,y la Luna convexa, un objeto rectilineo podra muy bien, sobre una superficie convexa,proyectar una sombra curva.

    Todas las otras autocalificadas como pruebas pueden ser tornadas de la misma manera.

    Era imposible probar que la Tierra era redonda. Esto no era por otro lado necesario, y slo unamayor apariencia de positividad de la que manifestaban sus adversarios lo empuj aintentar la aventura. Era de buen tono, en 1492, aceptar que ms all de Europa exista, aiOeste, otro continente.

    En concordancia con el espritu de este primer cuarto de siglo, propongo que se admita laexisrencia ms all de nuestro planeta de otros continentes de donde caen objetos, al igualcomo los restos de Amrica derivan hacia Europa.

    Para excluir el origen extraterrestre de las lluvias y nieves amarillas, se ha recurrido aldogma segn el cual estaran coloreadas por el polen de pino. Entre otras publicaciones, elSymons' Meteorological Magazine es formal sobre este punto, y disuade de toda otraexplicacin.

    Sin embargo, la Monthly Weather Review5 reporta que el 27 de febrero de 1877, enPechloch, Alemania, cay una l1uvia amarillo oro cuya materta colorante se compona de

    cuatro organismos diferentes, con exclusin total del polen. Estos organismos tenanrespectvamente la forma de una flecha, de un grano de caf, de un cuerno y de un disco.

    Tal vez fueran smbolos. Tal vez fueran, perdneseme esta ilusin, jeroglficos objetivos.En los Anales de Qumica6, hay una lista de lluvias llamadas sulfurosas. Tengo ms de

    cuarenta fichas de estos fenmenos meteorolgicos, que no voy a utilizar. Admitamos que setrate de polen. He dicho ms arriba que mi mtodo sera el de los telogos y los sabios, y estoscomienzan siempre por darse aires de liberalidad. No tengo inconveniente en ceder a lapartida una cuarentena de puntos: mi generosidad no me costar nada, teniendo en cuenta losinnumerables datos que poseo an en mis cajones.

    Examinemos solamente este caso tpico: segn informa elAmerican Journal of Science7, enuna noche de junio, en el puerto de Pictou, en Nueva Escocia, en una noche de calmachicha, cay a chorros, a bordo de un navo, una sustancia amarilla. El anlisis revel lapresencia de nitrgeno, de amonaco, y un fuerte olor animal.

    As pues, uno de mis principios es que, en su homogeneidad, todas las sustancias estnmuy lejos de ser positivas. En un sentido puramente elemental, dir que no importa qu puedeser hallado en no importa dnde. Madera de caoba en las costas de Groenlandia, cucarachasen la cima del Mont Blanc, ateos en misa, hielo en la India. Por ejemplo, el anlisis qumicopuede revelar que todos los muertos han sido envenenados con arsnico: en efecto, no existeestmago que no contenga hierro, plomo, estao, oro y arsnico. Lo cual, por supuesto, notiene la menor importancia puesto que, por influencia represiva, cierto nmero de personasdebe ser ejecutada por homicidio cada ao; y pese a que los detectives no descubren jamsabsolutamente nada, la ilusin de su xito basta para hacerlos felices, mediante lo cual esperfectamente honorable hacer donacin de sus vidas a la sociedad.

    El qumico quc analiz la sustancia de Pictou someti una muestra al redactor del Journal,el cual encontr en ella, por supuesto, trazas de polen. Mi opinin es que efectivamente haba

    algo de polen en ella: nada hubiera podido atravesar el aire, en junio, cerca de los bosques depinos de Nueva Escocia, sin escapar a las nubes de esporas. Pero el redactor no escribi queesta sustancia contena polen. Olvid el nitrgeno, el amonaco y el fuerte olor animal,declarando nicamente que la sustancia era polen. En nombre de mis cuarenta prendas deliberalidad (o de pseudoliberaridad, ya que uno no puede ser realmente liberal) quiero suponerque el qumico en cuestin no detect un solo olor animal si era guardin de zoo. Pero lacontinuacin ser ms difcil de pasar por alto: las cadas desde el cielo de materia animal.

    Sugiero que nos pongamos por un momento en el lugar de los peces de las grandesprofundidades.

    Si los peces de las grandes profundidades quisieran llevar la cuenta de las cadas demateria animal procedente de la superficie. cmo lo haran? Intentaran tan slo hacerlo?

    5

    Monthly Weather Review. mayo 1877.6Anales de Qumica, 85 288.

    7American Journal of Science. 1-24-198.

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    Si planteo la cuestin es porque resulta muy tentador el definir al hombre como un pez delas grandes profundidades.

    El 14 de febrero de 18708, cay en Gnova, Italia, segn el seor Boccardo, director delInstituto Genovs, y el profesor Castellani, una sustancia amarilla. El examen microscpicorevel, sin embargo, numerosos glbulos de azul de cobalto, y tambin corpsculos color perlaque se parecan al almidn9.

    M. Bouis10

    habla de una sustanca variando del rojo al amarillo. cada en cantidadesenormes y sucesivamente el 30 de abril, el 1 de mayo y el 2 de mayo en Francia y en Espaa:esta sustancia, que se carboniza desprendiendo un olor a materia animal quemada, no erapolen: sumergida en alcohol, produjo un residuo de materia resinosa. De ella cayeroncentenares de miles de toneladas.

    Un olor a materia animal quemada.Una batalla area en pleno espacio Interplanetario hace centenares de aos, un efecto del

    tiempo dando a restos diversos un aspecto uniforme...Todo lo cual resulta absurdo porque no estamos dispuestos a aceptar que, durante tres

    das, una prodigiosa cantidad de materia animal haya cado del cielo en Francia y en Espaa.M. Bouis declara que dicha sustancia no era polen, y la enormidad de su cada parece darle larazn. Pero la materia resinosa sugiere el polen. As que es el momento de hablar de una cadaabundante de materia resinosa, enteramente divorciada.de toda sugestin de polen.

    En Gerace, Calabria, el 14 de marzo de 181311 cay un polvo amarillo que fue recogido porel signore Simenini, profesor de qumica en Npoles. Tena un gusto terroso, inspido, y fuedescrito como untuoso. Calentada, esta materia se volvi parda, negra, despus roja. Deacuerdo con los Annals of Philosophy12, uno de sus componentes era una sustancia amarilloverdosa que, desecada, se convirti en resinosa.

    Pero esta cada fue acompaada de ruidos ensordecedores en el cielo y de un chaparrn depiedras. Estos fenmenos, son asociables a una dulce y apacible llovizna de polen?

    Lluvias y nieves negras, lluvias de tinta copos de nieve negros como el azabache.Cayeron en Irlanda, en mayo de 18409a, sobre un distrito de 80.000 hectreas,

    acompaadas de un olor ftido y desagradable. La lluvia de Castlecommon, Irlanda, el 30 deabril de 1887, densa, negra lluviaAmer. Met. Jour.9b. Una intensa lluvia negra en Irlanda, los8 y 9 de octubre de 1907, dejando en la atmsfera una horrible pestilencia10. La explicacinortodoxa, aparecida en Nature, 2 de marzo de 1908, hace intervenir nubes de lluvia venidas delos grandes centros industriales de Gales del Sur, atravesando el canal irlands.

    En la Continuidad, no se pueden distinguir los fenmenos en su punto de unin, as que espreciso buscarlos en sus extremidades. Es imposible distinquir, en algunos infusorios, entre lovegetal y lo animal, pero en su lado prctico puede hacerse aun la distincin entre unhipoptamo y una violeta. Nadie, salvo quiz Barnum o Bailey, enviara un ramo dehipoptamos a su prometida.

    As pues, alejmonos de los grandes centros industriales.Lluvia negra en Suiza el 20 de enero de 1911. Suiza se siente incmoda. Su explicacin11 es

    convencional: en ciertas condiciones atmosfricas, la nieve puede tomar una aparienciaengaosa y ennegrecerse.

    De acuerdo. Puede decirse que en una noche muy oscura la nieve puede parecer negra.Pero vayamos an ms lejos: un chaparrn de tinta cae en el Cabo de Buena Esperanza, locual resulta poco verosmil. LaNature12a, da su explicacin: humo de volcn, esto es de lo quese trata.

    No nos ocuparemos de las lluvias negras sin pasar revista a sus fenmenos concomitantes.

    8Jour, Franklin inst., 90-11.

    9(Nature, 2-166.)

    10Comptes rendur, 56-972.

    11Blackwood's Magazine, 3-338.

    12Annals of Philosophy, 11-466.

    9aAnnals of Scientific Discovery, 1850, y el Annual Register, 1849

    9bAmer. Met. Jour., 4-193.

    10 (Symons' Met. Mag. 43-2.)11 (Nature, 85-451.)

    12aLa Nature, 1888, 2-406.

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    Un corresponsal de Knowledge12b, informa de una lluvia negra en el valle de Clyde, el 1 demarzo de 1884; otra lluvia negra cay dos das despus, segn el corresponsal, otra lluvianegra haba cado el 20 de marzo de 1828 y otra el 22. Segn Nature12c, una lluvia hegra cayen Marlsford, Inglaterra, el 4 de setiembre de 1873; veinticuatro horas ms tarde otra lluvianegra cay en el mismo lugar.

    Segn el reverendo James Rust (Scottish Showers), una lluvia negra cay en Slains,

    Escocia, el 14 de enero, otra en Carluke, a 250 kilmetros de Slains, el 1 de mayo, y otras dosen Slains el 20 de mayo de 1862 y el 28 de octubre de 186313. En el mismo momento, grandescantidades de una sustancia tan pronto denominada piedra pmez como escoria fueronarrojadas por el mar sobre las costas de Escocia. El informe de un qumico identific estasustancia, no como un producto volcnico, sino como escoria de fundicin. Todo ello, dijo Mr.Rust, en tan gran cantidad, que el producto hubiera podido representar el rendimiento globalde todas las fundiciones del mundo!

    Si se tratara de escoria, sera preciso aceptar el hecho de que un producto artificial habacado del cielo en cantidades enormes. Y si ustedes no creen que semejantes fenmenos soncondenados por la Ciencia, lean los fracasos sufridos por Mr. Rust al intentar hacer examinar eldossier por las autoridades cientficas. Aadamos que varias de entre las lluvias de Slains nocorrespondan a ninguna actividad volcnica terrestre. El destino de toda explicacin es el deno cerrar una puerta ms que para abrir otra mucho mayor.

    Pienso en una isla cercana a un trayecto comercial transocenico. Podra recibir variasveces al ao los detritus provinentes de las naves de pasaje.

    Otras concomitancias de lluvias negras14: Una especie de estruendo como el queproducen los vagones de ferrocarril se elev en el cielo durante una hora, el 16 de julio de1850, en Bulwick Rectory, Northampton, Inglaterra. El 19, cay una lluvia negra. En Nature15

    un corresponsal seala una oscuridad intensa, el 26 de abril de 1884, que engulle Preston, enInglaterra: en la pgina 32, otro corresponsal seala que, el mismo da, una lluvia negra seabate sobre Crowle, cerca de Worcester, y vuelve a caer el 3 de mayo. Otra cae el 28 de abrilcerca de la iglesia de Setton, tan espesa que a la maana siguiente las orillas estn anennegrecidas. En los cuatro casos, segn los corresponsales de Nature, se haban sealadotemblores de tierra en Inglaterra en el mismo momento.

    Una lluvia negra cae, el 9 de noviembre de 1819, en Canad: se atribuye la precipitacin ala humareda de un incendio forestal al sur del ro Ohio. Pero esta lluvia16 fue acompaacia desacudidas ssmicas que, segn el Edimburgh Philosophical Journal17, siguieron a una intensaoscuridad.

    La ortodoxia de todas las lluvias rojas exige que el siroco arrastre hasta Europa las arenasdel Sahara.

    Se han producido numerosas cadas de materia roja, sobre todo en las regiones volcnicasde Europa, y generalmente bajo forma de lluvia. En muchas ocasiones, dichas sustancias hansido absolutamente identificadas como arena sahariana. Ahondando en el tema, heencontrado seguridad sobre seguridad, tan positivas que no hubiera buscado nada ms si nohubiese sido intermediario. Muestras de lluvia tomadas en Gnova han sido comparadas conarena recogida en pleno Sahara. Los autores han coincidido, con una unanimidad absoluta:

    el mismo color, idnticas particulas de cuarzo, igual proporcin de diatomeas. El anlisisqumico no aport una sola discrepancia.Pensamiento intermediarista: a condicin de las exclusiones apropiadas, segn el mtodo

    cientfico y el mtodo teolgico, puede identificarse no importa qu, con no importa qu otracosa, puesto que cualquier cosa no es ms que una expresin diferente de una unidadsubyacente.

    Qu satisfaccin para el espritu la expresin absolutamente identificado! El absoluto o

    12bKnowledge, 5-190.

    12cNature, 9-43.

    13La Science pour tous, 11-26, seala que entre el mes de octubre de 1863 y

    enero de 1866 otras cuatro lluvias de color se abatieron sobre Slains.

    14Timbs' Year Book, 1851-270,

    15Nature, 30-6.16 (Zurcher: Meteors. p. 238.)

    17Edimburgh Philosophical Journal, 2-381.

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    su ilusin: la bsqueda universal. Si una sustancia cada en Europa es identificada por losqumicos como arena de los desiertos africanos, elevada en el aire por torbellinos, he aqu loque aliviar de sus irritaciones a todos los espritus enclaustrados, sumergidos en el conceptode un mundo mullido, aislado, minsculo, libre de todo contacto con la maldad csmica, asalvo de todo artificio estelar, indiferente a los vagabundeos e invasiones interplanetarias. Lomalo es que el anlisis qumico, pese a su apariencia definitiva y oficial, ya no es ms absoluto

    que la identificacin hecha por un chiquillo o la descripcin de un imbcil.Retiro el insulto: prefiero que la aproximacin sea ligeramente ms elevada.Pero, de todos modos, se basa en la ilusin, ya que no hay exactitud, homogeneidad ni

    estabilidad; no hay ms que diferentes estados entre estos tres valores y la inexactitud, laheterogeneidad y la inestabilidad. Adems, no hay elementos qumicos. Ramsay, entre otros,lo ha probado plenamente. Los elementos qumicos no son ms que otro fracaso en labsqueda de lo positivo, en tanto que ste es exacto, homogneo y estable.

    En los das 12 y 13 de noviembre de 1902 se sita la ms importante cada de materia enla historia de Australia. El 14 de noviembre llovi barro en Tasmania. El fenmeno seatribuy a los torbellinos australianos pero18, hubo tambin una bruma que lleg hasta Hong-Kong y las Filipinas. Quiz tal fenmeno no tuviera relacin con la an ms formidable cada defebrero de 1903 en Europa. Durante varios das, el sur de Inglaterra fue un verdadero albaal.Si desean conocer la opinin de un qumico, aunque sea tan slo su mera opinin, consulten el

    informe de la Sociedad Real de Qumica. El 2 de abril de 1903, Mr. E. G. Clayton describi endicho informe una sustancia cada del cielo y recogida por l mismo. La explicacin del Saharaprevalece sobre todo para el sur de Europa. Ms lejos, los convencionalistas se sienten adisgusto. Bajo demanda, el editor de la Monthly Weather Review19a declara, hablando de unalluvia roja cada en 1890 sobra las costas de Terranova: Sera sorprendente que se tratara depolvo sahariano. El seor Clayton afirma de su muestra: Es, simple y llanamente, polvo delas carreteras de Wessex levantado por el viento. Esta opinin es tpica de toda opinincientfica, teolgica o femenina. Est a la medida de lo que no toma en cuenta. Es mscaritativo pensar que Mr. Clayton desconocia la extensin de la cada: el 19, recubra unasuperficie equivalente a las islas Canarias.

    Pienso, por mi parte, que en 1903 atravesamos los restos de un mundo pulverizado, dejadocomo recuerdo de una antigua disputa interplanetaria y llevando despus su inquina, a travsdel espacio, como una querella roja.

    Pensar es concebir incompletamente, ya que todo pensamiento no tiene lazos de uninms que con lo local. Por supuesto, nosotros, los metafsicos, gustamos de ir adelante ypensamos en lo impensable. Los qumicos, por su parte19b, se limitan a analizar la sustancia yencuentran un 23,49 por ciento de agua y un 9,8 por ciento de materia orgnica. Estasfracciones son bien convincentes, de modo que la identifican con la arena sahariana. Si sedescontara de nosotros todo lo que no es arena, podramos, ustedes y yo, ser identificadostambin con la arena sahariana. Sin mencionar el hecho de que la mayor parte del desiertosahariano no es rojo, sino que es descrito como de una deslumbrante blancura.

    La enormidad de los hechos. el 27 de febrero, la cada prosigui en Blgica, en Holanda, enAlemania y en Austria20. Un buque la seal en pleno ocano Atlntico, entre Southampton ylas Barbados. Slo en Inglaterra, se calcul que cayeron 10.000.000 de toneladas de materia.En Australia, hubo una lluvia de barro de cinco toneladas por hectrea 21. Cay tambin en

    Suiza

    22

    y en Rusia

    23

    .Con un desprecio total por todos los detalles accesorios, y utilizando el mtodo cientfico-teolgico, la sustancia de febrero de 1903 podra ser identificada con cualquier cosa: con laarena sahariana, con azcar en polvo, con el polvo del bisabuelo de cualquiera de nosotros.Vean diversas muestras analizadas por los qumicos24 (24): parecida al polvo de ladrillos, dijouno; pelo marrn claro, dijo otro; despus: color chocolate, sedoso al tacto y ligeramenteiridescente, gris, herrumbre, gotas de lluvia rojiza y arena gris, sucio, muy rojo,

    18Monthly Weather Review, 32-365.

    19aMonthly Weather Review, 29-121.

    19b (Nature, 68-54. 68-65, 68-223, y 5 de marzo de 1903.)

    20 (Journal of the Royal Meteorological Society, 30-56.)

    21 (Victorian Naturalist, junio 1903.)

    22 (Simon's Met. Mag., marzo 1903.)23 (Bull. Com. Geolog., 22-48.)

    24Journal of the Royal Meteorological Society, 30-57.

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    marrn-rojo con un matiz de rosa, color de arcilla amarilla.La Ciencia de la qumica es como la Ciencia de la sociologa: prejuzga por anticipado, si se

    piensa que ver es ya prejuzgar.La Ciencia de la qumica es tambin tan poco positiva como la quiromancia. O, ms bien,

    representa una mayor aproximacin a la realidad que la alquimia, a la que ha terminado porsuplantar, pero se queda an a medio camino entre el mito y la positividad. Una tentativa de

    aproximacin a la realidad se sita en estos trminos: todas las lluvias rojas estn teidas porla arena del Sahara.Mi posicion no positlva es la siguiente: algunas lluvias se hallan teidas por la arena del

    Sahara, otras lo son por arenas de otras fuentes terrestres, otras aun por arenas de otromundo o de regiones areas demasiado amorfas e indefinidas para que puedan ser calificadasde mundos o de planetas. Ningn supuesto torbellino puede dar cuenta de los centenaresde toneladas de materia cadas en Australia, en los ocanos Pacifico y Atlntico y en Europa,de 1902 a 1903. Un torbellino de este volumen hubiera superado muy rpidamente la simplesuposicin.

    La Ciencia intenta localizar lo universal: no concibo que pueda conseguirlo. Todo el restodel universo rehusa ser excluido, condenado o despreciado. Aunque todo fenmeno tiendehaca lo Absoluto, ser fenomenal, tener una apariencia de intermediario, es expresar unasucesin de relaciones. Un ro no es mas que agua expresando la relacin gravitatoria a

    diferentes niveles. El agua del ro no es ms que la expresin de relaciones qumicas (no-finales) del hidrgeno y del oxgeno. Una ciudad no es ms que la manifestacin de relacionessociales y comerciales. Puede una montaa pasarse sin base, una tienda sin clientes? LaCiencia ya no puede sobrevivir en la intermediaridad como pura, aislada, o positivamentediferente, como no lo pueden un ro, una ciudad, una montaa o una tienda. Los sabios, con susueo de una ciencia pura, se parecen a los artistas que suean en el arte por el arte. Sonbuenos positivistas, pero son perjudiciales econmica y sociolgicamente, ya que nada tienems justificacin, a menos que exprese las relaciones de un conjunto ms alto, que el servir yde funcionar para l.

    En la Edad Media, haba lluvias rojas que eran denominadas lluvias de sangre.Aterrorizaban a las gentes, agitaban poblaciones hasta el punto que la Ciencia resolvi, en susrelacionies sociolgicas, apartar el flujo. Asegur que las lluvias de sangre no existan, queno eran ms que agua teida de arena sahariana. Esta prostitucin positivista (porprostitucin, entiendo utilitarismo) estaba muy justificada en el plan nico de la sociologa.Pero nos hallamos en el siglo XX y los soporferos del pasado ya no nos son necesarios. Sicayeran lluvias de sangre sobre la ciudad de Nueva York, los negocios ni siquiera seinterrumpiran.

    He partido de las lluvias de arena. Y en mi hereja o en mi progreso, en mi regreso a lassupersticiones modificadas del pasado, creo mantenerme muy por encima del concepto de lalluvia de sangre. Solamente tengo la tmida intencin de manifestar que ciertas lluvias rojassugeran firmemente la sangre o la materia animal pulverizada.

    Desechos de desastres interplanetarios. Batallas areas. Provisiones alimenticias de lossupercargos naufragados en el trafico espacial.

    Hubo, el 6 de marzo de 1888, en la regin mediterrnea, una lluvia de sustancia roja queexpandi, al ser quemada, un fuerte y persistente olor animal25. Pero, heterogeneidad sin fin o

    desechos de cargamentos celestes, hubo lluvias rojas que no estaban coloreadas ni por laarena, ni por la materia animal. El 2 de noviembre de 1819, una semana antes del temblor detierra y la lluvia negra del Canad, cay una lluvia roja en Blankenberge, Holanda: dosqumicos de Brujas concentraron ciento cuarenta partes en cuatro onzas sin obtenerprecipitado alguno. Otros reactivos provocaron precipitados, pero no de arena. Concluyeronque contena clorhidrato de cobalto, lo cual resulta muy vago26.

    Acompaada de un polvo llamado meterico, una sustancia extraa, compuesta dealmagre, carbonato de calcio y materia orgnica cay del 9 al 11 de marzo de 187227. El 14 demarzo de 1873, una granizada naranja en Toscana28. Una lluvia lavanda el 19 de diciembre de

    25 (L'Astronomie, 1888-205.)

    26 Annals of Philosophy, 16-226. Annales de Chimie, 2-12-432. Edin. Phil.

    Jour., 2-381. Quar. jour. Roy. Inst, 9-202.)27 (Chemical News, 25-300.)

    28 (Notes and Queries, 9-5-16.)

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    1903 en Oudon, Francia29a. Segn el profesor Swedoff, el 14 de junio de 1880, en Rusia,granizo rojo, despus granizo azul, despus granizo gris La Nature29b. El 17 de abril de 1886. enuna pequea ciudad de Venezuela, granizo a veces rojo, a veces azul, a veces blanquecinoNature29c. El 13 de diciembre de 1887, en Conchinchina, una sustancia parecida a sangrecoagulada30. En 1812, en Ulm, una materia roja, espesa y muy viscosa31.

    Pero, sobre todo, hay un detalle que llama la atencin, y que aparecer sin cesar en el

    curso de nuestras investigaciones, un factor de especulacin tan revolucionario que serpreciso reforzarlo continuamente antes de aceptarlo. El 28 de diciembre de 186032, a las sietede la maana, en el noroeste de la ciudad de Siena, una lluvia roja cay durante dos horas,desde las siete de la maana. Una segunda tormenta se abati a las once, otra tres das mastarde, una ltima a la maana siguiente. Pero cada tormenta cay exactamente sobre elmismo barrio de la ciudad.

    29a (Bull. Soc. Mt. de France, 1904, 124.)

    29bNature, 1885-2-351.

    29cNature, 34-123.

    30 (L'Annee Scientifique, 1888, 75.)31 (Annales de Chimie, 85-266.)

    3 ear Book of Facts, 1861, 273: carta del profesor Campini al profesor Mateuci)

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    El 13 de agosto de 1819, en Amherst, en Massachussets, un objeto misterioso, recubiertode una pelusilla como la que se encuentra en las fbricas de paos, se abati sobre el suelo.Ms tarde fue examinado y descrito por el profesor Graves, antiguo catedrtico del colegio deDartmouth. Separada la pelusa, apareci una sustancia pulposa de color amarillento que,

    desprendiendo un olor muy nauseabundo, se volvi rojo vivo por el simple contacto del aire(1).El profesor Dewey, comunicando el informe Graves, cuenta en el American Journal of

    Science (2), que el 13 de agosto, al sonido de una explosin, una viva luz se extendi sobre laciudad de Amberst, iluminando uno de los muros de la habitacin donde se hallaba l mismoen compaa de su familia. A la maana siguiente, en el patio delantero del profesor Dewey,en el mismo emplazamiento de donde pareci provenir la extraa luz, se descubri unasustancia distinta a todas aquellas que los testigos declaraban conocer. Era un objeto enforma de tazn, que meda quince centmetros de dimetro por tres de espesor, recubierto deuna fina pelusilla amarillenta que tena la consistencia de la espuma de jabn y esparca unolor fuerte, casi sofocante. Expuesto al aire durante algunos minutos, perdi su color, sevolvi rojo sangre, absorbi rpidamente la humedad del aire y se licu. ElJournal da algunasde las reacciones qumicas.

    Esto me recuerda otra alma perdida: una cada de peces muertos y disecados de la especiechalwa, de un palmo de longitud, en los alrededores de Allahabad, en la India (3). Habanpermanecido tanto tiempo fuera del agua que no podan haber sido recogidos de un estanquepor una tromba, pese a que se les identific como pertenecientes a una especie local. Meinclino a creer, por mi parte, que no eran peces, sino objetos en forma de peces, de la mismasustancia que cay sobre Amherst. Se dice que resultaron incomibles puesto que, colocadosen la sartn, se convirtieron en un charco de sangre (4a).

    En elAmerican Journal of Science (4 b), el objeto de Amherts cay bajo la inevitable dagade la condenacin. El profesor Edward Hitchcok se instal en el pas. Aos ms tarde, unobjeto totalmente parecido al primero se abati casi en el mismo lugar. Invitado por elprofesor Graves a examinarlo, Hitchcok descubri el mismo tamao, la misma consistencia, lasmismas reacciones qumicas, y lo reconoci instantneamente: era un hongo gelatinoso.

    No solamente identific su especie exacta, sino que anunci que otros hongos semejantesapareceran dentro de 24 horas. Aparecieron dos de ellos aquella misma tarde.

    Hemos llegado con ello a la ms vieja de todas las convenciones exclusionistas: el nostoc.Cada vez que se seala una cada de sustancia gelatinosa, se la identifica como nostoc. unaespecie de hongo o alga cuyo rival es la freza de ranas o de peces Combinadas entre s,estas dos explicaciones forman una excelente mezcla. Cada vez que faltan pruebas sobre lacada efectiva de materias gelatinosas, se asegura en primer lugar que el nostoc se encuentraall. Cada vez que los testimonios confirman la cada, se acude a los torbellinos diseminadoresde freza.

    Yo no puedo decir: todos los mirlos son negros, porque un da vi de blancos. No puedo decirtampoco: el nostoc es invariablemente de color verde, porque al menos un sabio ha descritoun nostoc de color rojo sangre. Pero me gustara poner de relieve que la mayor parte de lascaidas de sustancias gelatinosas son descritas como blancas o grises, y que el nostoc es

    definido como verde en el Diccionario de Webster, azul-verde en la New InternationalEncyclopedia, verde claro u oliva en Science Gossip (4 c), o verdoso en Notes and Queries(4 d). Si se sealan pjaros blancos, parece razonable no tomarlos por mirlos, incluso si haymirlos blancos. Si caen sustancias ge1atinosas blancas o grises, puede apostarse a que elnostoc no se halla implicado en ello, y si caen fuera de estacin, no hay lugar para invocar a lafreza.

    El fenmeno de Kentucky. En su tiempo, produjo un grandioso efecto. De ordinario,datos como estos son silenciados precipitadamente: recuerden ustedes las lluvias negras deSlains. Pero el 3 de marzo de 1876, numerosos periodistas fueron atraidos a Bath Country.Kentucky, por un notable acontecimiento: trozos de una sustancia que pareca carne de vacacayeron del cielo sobre Olympian Sprngs. En un cielo completamente puro, copos de cinco adiez centmetros cuadrados cayeron en denso chaparrn sobre el suelo y los rboles, perolimitndose a una banda de terreno de cien metros de largo sobre cincuenta de ancho (5).

    Anoten cuidadosamente esta formacin en copos: indica una presin muy significativa, dela que volveremos a hablar.Compadezco sinceramente a los exclusionistas. Les era ya bastante difcil combatir la idea

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    de simples polvaredas extraterrestres, sin tener que manejar un fenmeno tan sensacionalcomo una cada de carne de vaca. Uno de los copos. se afirma, tenia las dimensiones de unsobre. La sustancia de Kentucky fue examinada por Leopold Brandeis. Hemos encontradofinalmente una explicacin verosmil del fenmeno, escribi (6). La maravilla de Kentucky nofue ms que nostoc. Dicho de otro modo. no se haba producido cada. La sustancia pegada alsuelo se haba mezclado con el agua de lluvia y, con su aumento de volumen, haba llamado la

    atencion de observadores no cientficos, los cuales la creyeron cada del cielo.De qu lluvia se trata?, me pregunto yo.Se dijo tambin de la sustancia que estaba desecada. Este es un detalle muy importante.

    Pero admiremos el alivio de la honradez ultrajada, muy a lo Salvation Army, de un sabio detercera categora, blandiendo en el Supplementuna explicacin del apndice vermiforme o delcoxis que hubiera podido muy bien ser aceptada por el propio Moiss. La sustancia fuedefinida por Mr. Brandeis como nostoc de color carne.

    Pero el profesor Lawrence Smith, de Kentucky, uno de los exclusionistas msdeterminados, analizando la misma materia, fue de una opinin completamente distinta. setrata de freza desecada de un reptil cualquiera, sin duda de rana (7 a). Desecada, ya que, sinduda, este fue el estado en que lleg a sus manos.

    En cuanto al doctor A. Mead Edwards, presidente de la Asociacin Cientfica de Newark, siinclin, en el Scientific American Supplement ante la sugestin de Mr. Brandeis, pero

    mencionando que el doctor Hamilton, habiendo analizado el espcimen, lo reconoci como unfragmento de tejido pulmonar. As, dice el doctor Edwards, esta sustancia fue magnficamentedefinida como nostoc, siendo tambin tejido pulmonar. l mismo identific varias otrasmuestras como trozos de cartlago y fibra muscular. Con lo cual su explicacin no puede serms extravagante: una bandada de pjaros atiborrados de comida, invisible en la claridad delcielo, haba debido vomitar.

    El profesor Fassig registra la sustancia, en su Bibliografa, como freza de pez. McAtee enla Monthly Weater Review (7 b), lo anota como un material gelatinoso, supuestamentecalificado como freza desecada de peces o de batracios.

    Nada es positivo ante la unidad, ante la homogeneidad. Si el mundo entero se unieracontra ustedes, su combinacin sera irreal, intermediaria entre la unidad y la falta de unidad.Toda resistencia est en s misma dividida en varias partes que se resisten mutuamente. Y lams simple estrategia no es la de combatir a un enemigo, sino la de forzar a sus filas acombatirse entre s. He aqu que pasamos de las sustancias crnicas a las sustanciasgelatinosas, de las que tenemos abundancia de informes. Estos datos son obscenos a los ojosde la Ciencia, pero veremos que la Ciencia no ha sido siempre, lejos de aqu, tan hipcrita.Chladni no lo era, y Greg tampoco.

    Acepto, por mi parte, que del cielo han cado sustancias gelatinosas.Es gelatinoso el cielo entero?Son los meteoros los que le arrancan y desprenden sus fragmentos?Dichos fragmentos, nos son arrojados por las tempestades?El parpadeo de las estrellas, es debido a la simple penetracin de la luz a travs de una

    masa temblona?Pienso, por mi parte, que seria absurdo pretender que todo el cielo es gelatinoso. Es ms

    verosmil suponer que tan slo algunas regiones del cielo sean gelatinosas. Humboldt (8)

    afirma que todos nuestros datos a este respecto deben ser clasificados entre las fbulasilusorias de la mitologa. Pero su autoridad se matiza por algo de redundancia.No quiero agarrarme a los argumentos convencionales de la subida y la bajada o de la

    presencia anterior, so pena de invadir la jurisdiccin de mi ejemplo final, el cual implica elestacionamiento prolongado, por encima de una ciudad inglesa, de una sustancia misteriosa:freza, nostoc o algo como un nexo larvario. Si esta sustancia ha planeado por los aire durantevarios das, soy, como Moiss, el mayor cronista de las inconveniencias. A menos que estahistoria no haya sido contada, tambin ella, por Moiss? En fin, dar tantos ejemplos desustancias gelatinosas cadas al mismo tiempo que meteoritos, que ser preciso admitir unaconexin cualquiera entre estos dos fenmenos. Hay en el cielo vastos campos gelatinosos,que los meteoritos atraviesan vacindolos de su sustancia.

    En 1836, M. Vallot (9). miembro de la Academia de Ciencias, present a sus colegasfragmentos de una sustancia gelatinosa cada, se nos dice, del cielo, y de la cual reclam un

    anlisis. Tal incidente no tuvo la ms mnima continuacin.Vilna, Lituania, el 4 de abril de 1846 (10), cayeron, en plena tormenta, grandes masas deuna sustancia gris e inodora, a la vez resinosa y gelatinosa que, al quemarse, desprendi un

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    olor dulzn. Sumergida en el agua durante veinticuatro horas, se hinch, pero continu siendogelatinosa.

    Una sustancia anloga haba cado, en 1841 y en 1846, en Asia Menor.En Notes and Queries (11) se lee que, en agosto de 1894, miles de medusas, grandes como

    un cheln, fueron sealadas por encima de Bath, en Inglaterra. No creo que se tratararealmente de medusas, sino ms bien, esta vez, de freza de ranas, empujada por un torbellino,

    ya que en el mismo momento cayeron sobre Wigan, en Inglaterra, una lluvia de pequeasranillas.El 24 de junio de 1911, en Eton Bucks (12), Inglaterra, el suelo fue recubierto de pedazos

    de gelatina grandes como guisantes, despus de una fuerte tormenta. Esta vez ya no se hablde nostoc, sino de numerosos huevos de algunas especies de chironomus, de los cualessalieron larvas.

    Las medusas de Bath, 23 aos antes, quiz no fueran otra cosa...El 22 de abril de 1871 (13 a), una tormenta de gotas viscosas cay sobre la estacin de

    Bath, algunas de las cuales se transformaron en crislidas de dos centmetros de largo.Infusorios, se dijo enZoologist(13b).

    El fenmeno (14) fue analizado por el reverendo L. Jenyns, de Bath, que describio gusanosminsculos encerrados en los envoltorios transparentes, pero de los cuales no explic susorprendente segregacin. Puesto que el misterio sigue siendo siempre el mismo: Cmo

    fueron reunidos estos huevos? Un torbellino no es segregativo. El reverendo Jenyns imaginauna charca inmensa, llena hasta el borde de estas masas esfricas, secndose de golpe yconcentrndolo todo, que ms tarde un torbellino se encargar de recoger.

    Pero, unos das ms tarde, otros de estos objetos cayeron en el mismo lugar.Los torbellinos dan raramente prueba de tanta precisin, esto cae por su propio peso.Pero no cae por su propio peso el que tales objetos hayan podido estacionarse varios das

    por encima de la ciudad de Bath.Lluvias negras en Slains.Lluvias rojas en Siena.R. P. Greg, uno de los catalogadores mas notables de fenmenos metericos, reporta

    cadas de sustancias viscosas en 1652, 1686, 1718, 1796, 1811, 1819, 1844 (15). Da datosms antiguos, pero yo tambien practico la exclusin. En el Report of the British Association(16), seala incluso el paso de un meteoro muy cerca del suelo entre Barsdorf y Friburgo. enAlemania. Al da siguiente se encontr sobre la nieve una masa enorme de gelatina. No era nila estacin de la freza, ni la del nostoc. Curioso, si es exacto, como dice l. Pero relata, sinmodificarla, la cada de un meteoro en Gotha, Alemania, el 6 de setiembre de 1835, dejandoen el suelo una gran masa de gelatina y aterrizando apenas a un metro de un observador. Enotro artculo del Report (17), segn una carta de Greg al profesor Baden Powell, el 8 deoctubre de 1844 por la noche, cerca de Coblenza, uno de sus amigos alemanes vio caer alsuelo un cuerpo luminoso cerca de l y de otra persona. A la maana siguiente, encontraronen aquel lugar una masa gelatinosa de color gris.

    Segn Chladini (18), una masa viscosa cay con un meteorito luminoso entre Siena yPoma, en mayo de 1652; otra, despus de la cada de una bola de fuego en Lusatia en marzode 1796; una sustancia gelatinosa, despus de la explosin de un meteorito, cerca deHeidelberg, en julio de 1811. En el artculo citado en la nota (19), se describe la sustancia de

    Lusatia como poseyendo el color y el olor del barniz negro deseca