COMUNICACIONES AL MARGEN DE LAS PONENCIAS
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COMUNICACIONES AL MARGEN
DE LAS PONENCIAS
Por BASILIO BUSTILLO SdB Autor y director de escena
El TEATRO es c ier tamente un gran medio para enriquecer la educación del hombre, por sus valores formativos en el campo de la ciencia, del arte, de la moral, de la religión...
Const i tuye uno de los pr incipales medios instrumentales de educación por la impor tanc ia que en él t ienen las palabras, el gesto y o t ros elementos exter iores del campo audiov isua l .
Puede llegar a ser un medio exper imenta l de p r ime r orden en el campo educat ivo cuando en él toma par te el a lumno . Porque le ins t ruye y ayuda a d i r i g i r sus mot ivac iones, le sirve de guía para situaciones concretas de la v ida y, sobre todo, le pe rm i te e jerc i tarse y de esta f o rma aumentar su formac ión .
El tea t ro , s in embargo , puede ser también un gran factor ant ieducat ivo. Toca, pues, al educador tener en cuenta todas sus posib i l idades para re
solver un prob lema tan real como este. El educador debe conocer, ante todo , la posic ión de la j uven tud ante el
tea t ro :
— qué t i empo le dedica, — qué géneros le gustan más, — qué recuerdos le de jan , — qué inf luencias ejerce en su v ida, — qué consecuencias específicas se siguen.
Sin o lv idar nunca la edad, desarro l lo , cu l t u ra , sexo y o t ros factores sociales y económicos que tan to in f luyen en la educación.
También deberá tener en cuenta que, mient ras el adu l to busca en el teat r o la evasión y el descanso con una cu l tu ra fác i l y d iver t ida o unas emociones pasajeras, el n iño y el muchacho, por el con t ra r i o , qu ieren hal lar en él una nueva act iv idad donde verter su fantasía y desarro l lar sus emociones. Con la edad cambia en ellos el gusto. Empezará el muchacho a gustar de aventuras y guerras; la muchacha se i rá interesando por la v ida f am i l i a r y femenina, con p redomin io sent imenta l is ta .
El adolescente, por f i n , proyectado ya en el mundo de los adul tos, buscará, en par te , la evasión, más por encima de ella i rá a la caza de nuevas experiencias que desahoguen desconcertantes sensaciones, nuevas aspiraciones y pasiones de todo género. Y , en general , le gustarán temas h is tór icos, obras muy humanas y aun superiores a su edad.
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Estos impu lsos , en busca de desahogo, y dada su inmadurez , pueden or ig inar d is t in tos pel igros, según las condiciones del su je to .
Peligros:
— En su sens ib i l idad, su pensamiento, su m o r a l , su conducta. — En la ident i f icac ión con modelos de vida pel igrosa. — Por la i r responsabi l idad de aquellos autores que fa ls i f i can la verdad
o proponen héroes indignos de tal nombre . — Por la presión psicológica que puede ejercer el d o m i n i o de la acción
o de la emoc ión .
Deben los educadores PREVENIR estos pel igros y salvar los con una educación prevent iva, a través de la cu l tu ra general , de la fo rmac ión de la conciencia, del e jerc ic io cr í t ico y del aprovechamiento del t i empo l ib re .
Produciendo ellos mismos sus propias obras y velando e in f luyendo sobre las que o t ros hagan para la j uven tud , en sus di ferentes condiciones de edad, sexo. . . Seleccionando salones, p rogramas, obras, bien di ferenciadas.
Creando todo un mundo teatra l específico en el que el lenguaje, los medios y los cr i te r ios tengan los valores mentales, afect ivos, morales, sociales, estéticos que corresponden.
La misma Escuela debe estar preparada:
— Con un conoc imiento , al menos general , del teat ro i n fan t i l y j uven i l . — Con pequeñas bibl iotecas teatrales bien seleccionadas que abran poco
a poco las puertas del gran teat ro nacional y mund ia l . — Con la asistencia a representaciones públ icas de obras teatrales sis
temat izadas. — Con lecciones de reci tac ión y ar te d ramát i co . — Con la par t i c ipac ión en un teat ro escolar-didáct ico, p r i m e r o , y un
« tea t ro t o ta l» , más ta rde . . .
El teat ro fue muy p ron to par te del sistema educat ivo de San Juan Bosco, sobre la base de «d ive r t i r e i ns t ru i r » mora lmente .
Ya en 1958 estableció el Reglamento para el Teatro (véase apéndice) , cuyo p r imer ar t ícu lo marca la t r i p le f ina l idad de: alegrar, educar e ins t ru i r a los jóvenes mora lmente .
Y en su art iculo séptimo prescribe: "Se eviten las obras que representan hechos atroces. Se quiten las expresiones poco cristianas y los vocablos rústicos y vulgares".
Las obras teatrales, según él , deben ser sencil las, morales y breves. El teatro así l levado y organizado: es escuela de mora l i dad , de buen
ambiente social y hasta de san t idad ; desarrol la la mente del que declama
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y le da desenvol tura; presta alegría a los jóvenes, los cuales piensan en las funciones teatrales durante mucho t i empo ; y es un remedio poderosís imo para llenar la mente.
La v is ión p ro fundamente pedagógica de San Juan Bosco no concibe un teatro puramente evasivo y amora l .
Por ello no quiere las reducciones teatrales a base de supresión de escenas o frases inconvenientes.
Le gustaban las composiciones or ig inales del profesorado y sobre todo de los mismos a lumnos por las ventajas de ref lex ión y fo rmac ión de carácter que de tales t raba jos se der ivan.
Y amaba, sobre todo, las representaciones teatrales con in tervención de muchos a lumnos.
Tal fue el p r inc ip io de la Pr imera Colección o Galería Teatral Salesiana, a la que tantas otras han seguido en d is t in tos países y lenguas.
Casi 800 t í tu los comprende la Galería Teatral Salesiana de Barcelona, casi todos ellos inspirados en los p r inc ip ios que preceden.
Pionera en este género, aspira a sal ir de su letargo y servir a la escuela de hoy con este impo r tan t í s imo medio de educación del Teatro.
B.ASIL10 BUSTILLO SdB.
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REGLAMENTO PARA EL TEATRO (DON BOSCO)
1 . El f i n de nuestro teat ro es alegrar, educar e i ns t ru i r lo más mora l -mente que se pueda a los jóvenes.
2 . Se designará un d i rec tor de escena, el cual debe dar cuenta, vez por vez, al d i rec to r de la casa, de lo que quiera representar, del día de la ejecución y deberá ponerse de acuerdo con él tan to en lo que respecta a la elección de las obras como a la de los jóvenes que han de in te rven i r en la representación.
3. Al elegir a los actores, pref iérase s iempre los de me jo r conducta y, de vez en cuando, para común es t ímulo , sean sust i tu idos por o t ros compañeros.
4 . Para ocupar mayor número de a lumnos en esta act iv idad procúrese no intervengan en las representaciones los que ya están ocupados en la música ins t rumenta l o voca l ; con todo , podrán declamar en los entreactos alguna composic ión poética o cosa por el est i lo .
5. No se encomiende, por cuanto sea posib le, papeles de tea t ro a los jefes de tal ler.
6. Procúrese que las obras sean amenas y a propós i to para recrear y d i ver t i r , si bien s iempre ins t ruc t ivas , morales y breves. La excesiva du rac ión , aparte del mayor t raba jo que ocasiona para los ensayos, generalmente cansa a los espectadores, hace que la representación p ierda en mér i to y que aun las cosas est imables no gusten: dos horas o, a lo más, dos horas y media es lo conveniente.
7. Excluyanse las obras que representen acciones crueles o t rucu lentas . Se puede a d m i t i r alguna escena un poco seria, si bien desterrando las expresiones poco cr is t ianas y aquellas palabras que, dichas en o t ro lugar, pud ieran parecer descorteses o demasiado cal lejeras.
8. Asista s iempre el d i rec tor de escena a los ensayos, p rocure que, si se ver i f ican de noche, nunca se pro longuen más allá de las diez, y que, al f i n de ellos, todos, guardando el mayor s i lencio, se re t i ren a d o r m i r , sin entretenerse en charlas que, además de ser, por lo regular , dañosas, molestan a los que ya están descansando ( 1 ) .
9. El d i rec tor de escena haga preparar escenario y salón antes de la representación (e l día a n t e r i o r ) , para que nadie tenga que t raba ja r en día fest ivo.
10. Sea r iguroso en que los t ra jes sean decentes y de poco costo.
( 1 ) Don Bosco escribía este Reglamento para sus alumnos internos.
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1 1 . Póngase de acuerdo, para cada func ión , con los maestros de música y canto acerca de las piezas que convenga e jecutar .
12. Sin jus to mo t i vo no permi ta que nadie entre en el escenario, y menos aún en el camer ino de los actores, y v ig i le para que éstos no se entretengan duran te la representación en coloquios par t icu lares . V ig i le tamb ién para que se observe la mayor decencia posib le.
13. Haga de modo que el teat ro no per tu rbe el horar io de la casa; si fuere necesario algún cambio , hable antes con el d i rec tor de la casa.
14. N inguno vaya a cenar apar te ; no se den premios n i muestras de alabanza a los dotados por Dios de especiales apt i tudes para la dec lamación, canto o música i ns t rumen ta l . Ya son bastante p remio que se les deja l ibres y las lecciones que para su provecho se les da.
15. Imp ida , cuanto sea posib le, las ro tu ras al preparar y desmontar el escenario, los desperfectos en el vestuar io y demás út i les del teat ro .
16. Conserve d i l igentemente en la pequeña b ib l io teca teatra l los dramas, comedias, operetas, zarzuelas y demás piezas y las reducciones adaptadas para uso de nuestros colegios.
17. Si el d i rec tor de escena no puede c u m p l i r por sí solo cuanto prescr ibe este Reglamento, se le dará un ayudante en la persona del apuntador .
18. Recomienda a los actores ademanes y tonos de voz no afectados, la pronunc iac ión c lara, gesto desenvuelto, dec id ido; será fác i l obtener lo si se aprenden bien los papeles.
19. No se o lv ide que lo bon i to y la especial idad de nuestros teatros está en abreviar los entreactos y representar obras preparadas y adaptadas de buenos autores.
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