Competencia y poder de mercado en los mercados eléctricos

8/3/2019 Competencia y poder de mercado en los mercados elctricos

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Competencia y poder de mercado

en los mercados elctricosNatalia Fabra

Departamento de EconomaUniversidad Carlos III de Madrid

Jorge Fabra UtrayComisin Nacional de Energa

Resumen

Este artculo se centra en el anlisis de la competencia y el poder de mercado en el Sector Elc-trico. Se repasan brevemente algunas caractersticas esenciales del suministro elctrico que hacenque los mercados elctricos sean particularmente vulnerables a problemas de competencia. Lasimplicaciones de dichas caractersticas sirven como base para identificar distintas manifestacio-nes del poder de mercado en los segmentos mayorista (generacin) y minorista (comercializacin),

poniendo el nfasis en algunas manifestaciones concretas que rara vez estn presentes en las dis-cusiones regulatorias.

Palabras Clave: mercado elctrico, competencia, poder de mercado.Clasificacin JEL: D43, L94.

Abstract

This article focuses on the analysis of competition and market power in electricity markets. Wereview some of the features that make electricity markets particularly vulnerable to the exercise ofmarket power. This discussion allows us to identify how market power is reflected in wholesaleelectricity markets as well as in the retail segment.

Keywords: electricity markets, competition, market power.JEL Classification: D43, L94.

1. Introduccin

Una condicin necesaria (aunque no suficiente) para el correcto funcionamien-to de los mercados es la ausencia de poder de mercado. Para que los mercados cum-plan su funcin de asignar de manera eficiente los recursos, es necesario que las em-presas revelen de manera fidedigna sus costes en sus decisiones de oferta. Esto seproduce cuando los agentes que concurren carecen individualmente, o en su conjun-to, de una influencia determinante sobre la fijacin del precio. Adems, es necesarioque exista libertad de establecimiento en todos los segmentos de la actividad, quelas barreras de entrada y de salida no sean muy relevantes y que la presin competi-tiva sea suficiente para blindar los precios frente a comportamientos estratgicos delas empresas.


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Este artculo se centra en el anlisis del poder de mercado como un problema parala competencia en el sector elctrico, prescindiendo de otros problemas estructu-

rales presentes, tales como los relacionados con la inexistencia de libertad de insta-lacin a precios histricos en ciertas tecnologas de generacin1.Los mercados elctricos renen varias caractersticas que los hace vulnerables

al ejercicio del poder de mercado. La imposibilidad de almacenamiento de la elec-tricidad, la existencia de lmites de capacidad en la produccin y en el transporte, lavolatilidad de la demanda y su baja o nula elasticidad al precio, y la interaccin fre-cuente entre un nmero reducido de empresas protegidas por barreras a la entrada,dificultan el que los mercados elctricos respondan al paradigma competitivo.

En el mundo acadmico se han dedicado muchos esfuerzos al anlisis e identi-ficacin de los comportamientos estratgicos en los mercados elctricos, aportandosugerencias de mejora en el diseo de mercado tendentes a mitigarlos (tales comocambios en las reglas de la subasta, o el fomento de la contratacin a plazo)2.

Pero esta preocupacin no es exclusiva del mundo acadmico. De hecho, distin-tos organismos reguladores y de defensa de la competencia han puesto en repetidasocasiones de manifiesto su preocupacin por las distorsiones que el ejercicio delpoder de mercado ocasiona en los mercado elctricos. Como reconoce el reguladorbritnico (Ofgem, 2009), the potential for undue exploitation of market power inthe electricity generation and wholesale sector has been an issue of concern to re-gulators since electricity markets first began to be deregulated in the 1980s.

A nivel europeo, la Energy Sector Inquiry publicada en 2007 por la Direccin Ge-neral de Competencia de la Comisin Europea3, aport evidencia sobre el ejerciciode poder de mercado en varios pases europeos, entre ellos Espaa. Los recientescasos de abuso iniciados a raz de la Sector Inquiry y las medidas de separacinde actividades o unbundling contenidas en el tercer paquete legislativo de la UninEuropea, reflejan una creciente incidencia y preocupacin por el ejercicio del poderde mercado. Seguramente el ejemplo ms reciente de ejercicio del poder de merca-do en los mercados de generacin de electricidad lo aporta la investigacin abiertacontra E.On por abuso de posicin dominante (violacin del Artculo 82, ahora art-

culo 102 del Tratado de Funcionamiento de la Unin Europea, MEMO/06/483)4

. LaComisin encontr evidencia suficiente para demostrar que E.On haba retirado ca-pacidad de generacin del mercado elctrico alemn con el objetivo de elevar pre-cios, que haba tomado acciones estratgicas con el fin de dificultar la realizacin denuevas inversiones, y que haba operado el sistema elctrico en detrimento de sus com-

CUADERNOS ECONMICOS DE ICE N. 7918

1 Para un anlisis de esta cuestin, vase Fabra y Fabra-Utray (2009).2 Vanse entre muchos otros, Fabra et al. (2006), y Bushnell et al. (2008). Por ejemplo, en Espa-

a, la obligacin impuesta desde 2006 a los dos operadores de mayor tamao, Endesa e Iberdrola, desubastar a terceros el derecho de uso de parte de su capacidad instalada (a travs de las conocidas comoVirtual Power Plants), responde a un intento de mitigar su poder de mercado a travs de la contrata-

cin a plazo.3 Disponible en http://ec.europa.eu/competition/sectors/energy/inquiry/index.html.4 En la pgina web de la DG COMP, se puede consultar un listado de todos los casos de competen-

cia en los sectores energticos, http://ec.europa.eu/competition/antitrust/cases/index/by_nace_code_d.html.


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petidores. La investigacin se cerr a cambio de compromisos por parte de E.On, queacept desinvertir 5000 MW en generacin y sus redes de transporte.

Recientemente, el regulador britnico Ofgem, ha elaborado un detallado informeen el que se diseccionan muchos de los problemas de poder de mercado presentes enel Reino Unido (Ofgem, 2009). Y, aunque el poder de mercado no es su nica preo-cupacin, sin duda es una de las que han motivado su apuesta, hecha pblica muy re-cientemente, por un cambio radical en el diseo de su mercado elctrico (Ofgem,2010). Si esta transformacin finalmente se concretara, sera la tercera o cuarta a laque se ha sometido al sector elctrico britnico tras la liberalizacin de los aos no-venta, seguida por diversos pases, entre ellos Espaa.

El sector elctrico espaol tampoco es ni ha sido ajeno a las preocupaciones sus-citadas por ejercicio del poder de mercado. Los problemas se han detectado princi-palmente en el segmento de la generacin, pero aunque la liberalizacin minorista seareciente (menos de un ao), tambin en este segmento se estn originando ya diver-sos problemas de competencia. A lo largo del artculo se describen algunos episodiosdocumentados de ejercicio del poder de mercado en el sector elctrico espaol.

En este artculo se discuten algunas cuestiones relacionadas con la competenciay el poder de mercado en los mercados elctricos. Primero, se repasan algunas delas caractersticas de la electricidad relevantes para el anlisis de competencia y susimplicaciones. Despus, se analizan los distintos comportamientos tendentes al ejer-cicio del poder de mercado y posibles medidas para su mitigacin en los segmen-

tos mayoristas (generacin de electricidad) y minorista (suministro de electricidada clientes finales).

2. Caractersticas de la electricidad relevantes para la competencia

El anlisis de competencia en los mercados de produccin de electricidad no pue-de ignorar las caractersticas singulares de la electricidad que, como condicionantesde su oferta y demanda, tienen importantes implicaciones sobre el comportamiento

estratgico de los agentes. La comprensin de sus implicaciones es por tanto funda-mental para poder identificar el ejercicio del poder de mercado, as como para dise-ar mecanismos eficaces de mitigacin.

1. No almacenabilidad2. Estacionalidad en la demanda y volatilidad de las energas renovables3. Baja o nula elasticidad-precio de la demanda en el corto plazo4. Bien perfectamente homogneo5. Coexistencia de diversas tecnologas de generacin

6. Restricciones en le red de transporte7. Interaccin repetida en el tiempo y elevado grado de transparencia8. Barreras a la entrada

COMPETENCIAY PODER DE MERCADO EN LOS MERCADOS ELCTRICOS 19


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No almacenabilidad, volatilidad y baja elasticidad de la demanda

La energa elctrica no es almacenable, o slo lo es a pequea escala y a costesmuy elevados. La casi imposibilidad de almacenar la electricidad exige que produc-cin y consumo se igualen instantneamente en todo momento del tiempo y en todopunto de la red, porque la falta de equilibrio, por muy puntual que ste sea, genera-ra cortes indiscriminados en el suministro elctrico. A este hecho se suman las fuer-tes oscilaciones que experimentan la demanda y las aportaciones de las energas re-novables. En Espaa, durante el da, la demanda de potencia podra aumentar sobrela que se registra por la noche en un 60%; durante los fines de semana, la demandallega a disminuir un 65% en energa y un 40% en potencia, sin perder la estaciona-lidad diaria; y durante el invierno, la demanda puede ser hasta un 15% superior a lade verano. Por su parte, las aportaciones de las energas renovables estn fuertementeinfluidas por las condiciones atmosfricas, que ni son constantes ni en muchos casospredecibles. Por aportar algunos rdenes de magnitud, en 2009 la energa elica enEspaa, que contribuy a cubrir un 13% de la demanda total, vio cmo su aportacinvariaba del apenas 1% en algunas horas del ao al 54% en su mximo anual.

Estas caractersticas tienen implicaciones muy importantes para el anlisis de com-petencia. Por una parte, la curva de produccin ha de seguir irremediablemente a lacurva de demanda. Esto quiere decir que en el sector elctrico no se puede recurrira los inventarios para aplanar la curva de produccin, acumulando inventarios o re-

curriendo a ellos cuando la demanda sea respectivamente menor o mayor a la deman-da media. Por tanto, resulta necesaria la existencia de capacidad de produccin sufi-ciente para cubrir las puntas de demanda ms un cierto margen de reserva, capaz decontrarrestar variaciones en el parque de generacin causadas por fallos fortuitos enlas centrales, en el transporte o en la distribucin, o por las menores aportaciones delos recursos renovables. Tal necesidad se ve acentuada por el hecho de que los ajus-tes instantneos difcilmente pueden provenir del lado de la demanda, dado que lamayor parte de sta carece de capacidad para reducir su consumo en el corto plazo,descontados los contratos de los consumidores interrumpibles cuya potencia est com-

putada como margen de reserva o instrumento de gestin de la demanda para el Ope-rador del Sistema.Las fuertes oscilaciones en la demanda y en la aportacin de las energas reno-

vables implican que, durante un gran nmero de horas, una parte importante delparque de generacin trmico (principalmente, ciclos combinados y centrales decarbn) permanezca ocioso5, mientras que durante un nmero reducido de horas to-das las centrales son necesarias para la cobertura de la demanda. Es decir, las con-diciones de competencia varan de forma muy pronunciada de hora en hora, depen-diendo de la relacin entre demanda y capacidad instalada. Si bien en perodos de


5 Durante 2009, los ciclos combinados y las centrales de carbn operaron a plena potencia apro-ximadamente durante 3395 y 2980 horas respectivamente, lo que supone en torno al 30-35% de las ho-ras totales del ao.


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demanda baja habr una fuerte competencia entre un gran nmero de centrales, enperodos de demanda alta, cuando la capacidad de todas las empresas es necesaria

para la cobertura de la demanda, la competencia para la fijacin del precio es muylimitada porque todas las unidades de produccin sern casadas, independientemen-te de sus precios de oferta. La relacin inversa entre capacidad existente y poder demercado supone a su vez un desincentivo para la inversin, dificultando el que el mer-cado genere un margen de reserva ptimo, necesario para la gestin eficaz del siste-ma, que, adems, contribuya a aumentar, por el lado de la oferta, la presin compe-titiva en los mercados.

Homogeneidad del producto y diversidad de tecnologas

La electricidad es el bien ms homogneo que se pueda concebir: resulta imposi-ble con independencia de las mistificaciones regulatorias o contractuales que im-postan la realidad de las cosas distinguir un kWh de otro, independientemente dequin, con qu o dnde se hayan producido. Los kWh ni tienen propietario ni admi-ten adjetivos: no existe tal cosa como un kWh nuclear o un kWh verde, o un kWh desta o aquella empresa, o de uno u otro pas, porque su transporte y distribucin enred impiden identificar su origen y destino. Sin embargo, detrs de la uniformidadde todos los kWh, se esconde una compleja diversidad tcnica, tecnolgica y eco-

nmica que es necesaria e ineludible para abastecer la totalidad de la demanda6. EnEspaa, y en general en la mayora de pases, no existe disponibilidad suficiente deuna nica y sola materia prima energtica o energa primaria para cubrir las necesi-dades de produccin de electricidad. Siempre es necesario recurrir a todas las fuen-tes energticas disponibles, cada una de las cuales exige, a su vez, una especfica tec-nologa para transformar la fuente primaria energtica en electricidad. sta es lacausa principal, pero no la nica7, de que los medios tecnolgicos para la produc-cin de electricidad difieran y coexistan. Pero, adems de inevitable, la diversidadtecnolgica es deseable. La diversificacin contribuye a la estabilidad de precios y

a la seguridad del suministro, y permite que se cubran de forma eficiente las osci-laciones y la estacionalidad de la demanda. As, las tecnologas con altos costesfijos y bajos costes variables operan casi continuamente a lo largo de las 24 horas delda, siendo las tecnologas de menores costes fijos y mayores costes variables lasdedicadas a cubrir las variaciones en la demanda y en la disponibilidad de las ener-


6 Las convenciones comerciales contratos bilaterales fsicos u otros de naturaleza semejante queimpostan la realidad fsica del funcionamiento del Sistema Elctrico, no alteran la descripcin realiza-da. Su finalidad no es otra que la bsqueda de soluciones mercantiles convencionales para la regulacindel mercado de la electricidad.

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La propia regulacin, que impone cotas inferiores (p.e. energas renovables) y superiores (p.e.nuclear) a la potencia instalada de cada tecnologa, y la larga vida til de las instalaciones, y el agota-miento de recursos naturales a costes competitivos, implican la coexistencia de diversas tecnologas encada momento del tiempo.


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gas renovables8. (La Figura 1 muestra la curva de costes marginales de la industria,en la que las distintas tecnologas se sitan en orden creciente en funcin de sus cos-

tes marginales).

FIGURA 1

ORDEN DE MRITO ENTRE LAS DISTINTAS TECNOLOGASDE GENERACIN ELCTRICA

Lo anterior implica que la competencia no se establece entre todas las centrales.La rivalidad slo se produce entre un nmero muy limitado de ellas, slo entre aque-

llas centrales con costes marginales similares que compiten por ser casadas en elmargen para satisfacer la ltima unidad de electricidad demandada (por ello, se de-nominan centrales marginales). Las centrales con costes marginales inferiores (deno-minadas centrales inframarginales) tendran un coste de oportunidad muy elevadode no ser casadas, y a las centrales con costes marginales superiores (las centralesextramarginales) no les resultara rentable ser casadas a los precios a los que estndispuestas a producir las centrales marginales. Esto no quiere decir que las centralesinframarginales o las centrales extramarginales que en cada momento determinan


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En 2009, las energas renovables han cubierto el 26% del consumo de energa elctrica en Espa-a. Esta cifra responde tanto a las condiciones meteorolgicas favorables y a la menor demanda de elec-tricidad, como a la intensificacin en las inversiones en dichas tecnologas durante los ltimos aos.Ello ha implicado una menor tasa de utilizacin de las centrales trmicas.


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los mrgenes de reserva del Sistema sean irrelevantes en el juego de la competen-cia, muy al contrario. El coste marginal de las centrales extramarginales impone un

lmite superior a la elevacin de precios de las centrales marginales, mientras queuna mayor produccin inframarginal genera mayores incentivos a la elevacin deprecios porque los mayores precios se repercuten sobre la mayor produccin infra-marginal9. En definitiva, el anlisis de competencia tiene que tener en cuenta la com-pleja relacin existente entre todas las tecnologas, que a su vez depende de las es-tructuras de propiedad corporativa y del comportamiento de la demanda, puesto quees sta quien en ltima instancia determina qu tipo de centrales sern las que com-petirn en el margen10.

Resulta difcil reducir esta complejidad en ndices agregados, como los ndicesde concentracin, frecuentemente utilizados en los anlisis de competencia11. Porejemplo, no es equivalente en trminos de competencia el que dos empresas se re-partan el 50% de la capacidad produccin con un mix tecnolgico muy similar o muydispar: en el primer caso, ambas empresas estaran compitiendo en cada segmentotecnolgico, mientras que en el segundo cada una se podra comportar, en cada tra-mo tecnolgico, casi con total independencia de su rival. Para evitar esta deficien-cia de los ndices de concentracin, a veces se recurre al cmputo de ndices de con-centracin sobre las centrales marginales, o ndices de concentracin que excluyanla produccin o capacidad de produccin extramarginal (vase London Economics(2006)). Pero de nuevo, estas medidas, aunque complementarias entre s, no reflejan

la compleja relacin existente entre las centrales que determinan la capacidad y losincentivos al ejercicio del poder de mercado. Por ello, las limitaciones de un anlisisque nicamente recurra a los ndices de concentracin aconsejan que los anlisis decompetencia en los mercados elctricos se basen en modelos que reflejen las ca-ractersticas (fsicas, institucionales y corporativas) del mercado objeto de estudio.Por ejemplo, en la literatura econmica reciente se han desarrollado modelos queasumen que las empresas compiten eligiendo curvas de oferta (continuas o discre-tas), y la casacin y retribucin de las distintas unidades de oferta se realiza aten-diendo a normas similares a las que imperan en los mercados elctricos12. Este tipo

de modelos tiene una mayor capacidad para predecir los comportamientos estratgi-cos en relacin con otros modelos menos especficos, como el modelo de Cournot(o de competencia en cantidades) sobre el que se sustenta el uso de los ndices deconcentracin.


9 Es conveniente matizar que si bien las centrales que pertenecen al Rgimen Especial (renovablesy cogeneracin) son inframarginales, no todas ellas reciben una retribucin dependiente de los preciosde mercado. Por ello, esta produccin inframarginal no intensificara los incentivos a ejercer poder demercado.

10 Vase Garca-Daz y Marn (2003) y De Frutos y Fabra (2009) para un anlisis de los equilibrios

de mercado cuando las empresas difieren en su mix y capacidad de generacin.11 Borenstein, S., J. Bushnell y C. Knittel (1999) aportaron una de las primeras crticas al uso deindices de concentracin, como el HHI, al anlisis de la competencia en estos mercados.

12 Vanse Green and Newbery (1992) o Fabra et al. (2006), entre otros.


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Restricciones en la red de transporte

A las complejidades ya descritas, se suma una de vital importancia: desde quela electricidad se produce en las centrales de generacin hasta que se suministra alcliente final, tiene que transitar por las redes de transporte de alta tensin y por lasredes de distribucin de baja tensin. Dependiendo de la localizacin de los puntosde generacin y consumo y de la capacidad de la red de transporte, en algunas oca-siones se pueden crear congestiones en la red que limiten la posibilidad de importaro exportar flujos de energa de una zona a las zonas adyacentes. En presencia de res-tricciones en la red de transporte, las centrales que se localizan cerca de los puntosde consumo disponen de una posicin de dominio que, de ser explotada, dara lugara la elevacin artificial de precios.

La existencia de restricciones tcnicas tiene una especial relevancia en la delimi-tacin del mercado relevante. Si se define el mercado relevante segn los lmites den-tro de los cuales se produce la rivalidad entre las empresas, entonces la identificacinde las restricciones de red es necesaria para la delimitacin del mercado relevante,necesaria a su vez para todo anlisis de competencia. Pero, al ser funcin de las con-diciones de oferta y demanda, la definicin del mercado relevante cambia a lo largodel tiempo y presenta un problema de endogeneidad: las propias empresas puedengenerar congestiones de red para as limitar el tamao del mercado.

De hecho, las empresas elctricas espaolas han sido expedientadas en diversas

ocasiones por su comportamiento en el mercado de restricciones tcnicas. En unadecisin de Octubre de 2009, la Comisin Nacional de Competencia (CNC) ha abier-to expediente sancionador contra las principales compaas elctricas bajo la sos-pecha de que, entre 2004 y 2008, stas manipularon los mecanismos de restriccio-nes tcnicas. La CNC cree que las empresas podran haber incurrido en un abusode posicin dominante, individual o colectivo, o en una conducta conscientementeparalela para distorsionar el funcionamiento del mercado. En el expediente, la CNCtambin cita la actuacin de Iberdrola en el segundo semestre de 2006, que [al re-tirar demanda del mercado diario] habra provocado un aumento significativo de las

restricciones tcnicas en Espaa. La reciente decisin del Tribunal Supremo, anu-lando la sancin impuesta en 2004 a Unin Fenosa, Endesa e Iberdrola por abu-so de posicin de dominio en los mercados de suministro elctrico, en un contextode restricciones tcnicas, introduce sin embargo incertidumbre acerca del futuro deeste tipo de expedientes. No deja de extraar, no obstante, que el Tribunal Supremodetermine implcitamente que los precios en el mercado elctrico no han de guar-dar relacin con los costes variables, alegando que se trata de un mercado libre. Yno deja de extraar porque (al menos para los economistas) la quiebra de la relacinentre precios y costes variables, constituye el indicio ms grave de falta de compe-tencia en los mercados. La cuestin es que no es slo la intervencin administrativala que puede limitar la libertad de los mercados sino tambin y ste es el caso laalteracin o fijacin artificial de los precios por parte de los agentes que concurrenen el mercado.



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Interaccin repetida en el tiempo y elevado grado de transparencia

Tal y como reconocen varios autores, los mercados elctricos renen ciertas ca-ractersticas que los hacen especialmente vulnerables al mantenimiento de acuerdoscolusivos:

i) generalmente existe un nmero reducido de competidores,ii) la interaccin entre ellos es muy frecuente, en la mayora de los casos dia-

ria, yiii) el grado de transparencia es muy elevado (los agentes tienen acceso a datos

de precios y demanda y los costes de los rivales son conocidos con un estre-cho margen de error)13.

Es bien sabido que en este contexto, las empresas pueden aprender a coordinarsus estrategias, siendo conscientes de que los posibles desvos de una estrategia co-lusiva tendente a la elevacin de precios se veran frustrados por la reaccin compe-titiva de sus competidores en el momento en que se detectara el desvo. Por tanto,el anlisis de competencia en los mercados elctricos no slo tiene que discernir sise est o no manipulando el mercado, sino adems si la manipulacin potencial seproduce por efecto de un comportamiento esttico o dinmico14.

Barreras a la entrada

Los problemas de competencia descritos con anterioridad encuentran una difcilsolucin a travs de los propios mecanismos de mercado, porque la existencia designificativas barreras a la entrada en la actividad de generacin elctrica impidenque la amenaza de entrada pueda resultar creble y as contribuir a disciplinar el com-portamiento de las empresas incumbentes.

La existencia de barreras a la entrada en los mercados elctricos es un hecho poco

discutible. As lo han manifestado en diversas ocasiones los diversos organismos in-volucrados en la supervisin y regulacin del sector elctrico en Espaa. Tal y comosealaba el Tribunal de Defensa de la Competencia en su Informe sobre la fusin GasNatural/Endesa (C94/05), la existencia de activos estratgicos impide que los nue-vos entrantes puedan competir en las mismas condiciones que los operadores incum-bentes. As lo corroboran tambin la Comisin Nacional de la Energa (CNE)15 y la


13 Vanse Armstrong, Cowan, y Vickers (1994), Borenstein y Bushnell (1999) y Fabra (2003).14 Vase Fabra y Toro (2005) para un anlisis emprico de la colusin en el mercado elctrico es-

paol.15

Informe a peticin de la Comisin Nacional de la Competencia sobre la operacin de concen-tracin consistente en la adquisicin por parte de Gas Natural SDG, S.A. de una participacin de controlsobre Unin Fenosa, S.A. (aprobado por el Consejo de la CNE el 9 de octubre de 2008). Disponibleen www.cne.es.


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Comisin Nacional de la Competencia (CNC)16 en sus informes sobre la fusin GasNatural/Unin Fenosa, destacando que las barreras a la entrada ms significativas

son: la existencia de retrasos administrativos para la instalacin de nueva capaci-dad, la escasa capacidad de interconexin con otros sistemas, la existencia de acti-vos estratgicos para la generacin (acceso a emplazamientos, a recursos hdricosy a combustibles, restricciones de transporte y derechos contractuales heredados),el excesivo grado de concentracin empresarial y las derivadas de la integracinvertical entre generacin, distribucin y comercializacin de electricidad.

Estas barreras a la entrada, todas ellas importantes, son de muy distinta natura-leza. Por una parte, existen barreras a la entrada propias de muchas otras industriasintensivas en capital que surgen porque la toma de decisiones bajo incertidumbreimplica riesgos. Dicha incertidumbre est causada por cambios en las condicionesde mercado durante la larga vida til de los activos (oscilaciones de la demanda, cam-bios en el precio de los inputs, progreso tcnico, etc.), y est acentuada por el hechode que los costes de instalacin de la nueva capacidad implican elevados costes fi-

jos, en buena medida hundidos.Por otra parte, existen barreras a la entrada propias de muchos otros mercados

oligopolsticos en los que los incumbentes toman decisiones estratgicas para difi-cultar la entrada de competidores. Por ejemplo, y retomando de nuevo palabras de laCNC,elalto grado de concentracin empresarial tanto por el lado de la oferta comode la demanda permite a los operadores instalados desarrollar estrategias de con-

trol de precios que pueden perjudicar a los nuevos entrantes. En la medida en quela integracin vertical responde a decisiones endgenas de las empresas, sta tam-bin se puede considerar como una barrera a la entrada estratgica, porque [los prin-cipales operadores que integran generacin y comercializacin] se pueden ver re-lativamente indiferentes a obtener sus mrgenes comerciales por el lado de la ofertao por el de la demanda, mientras que los nuevos entrantes sin integracin verticalse ven enteramente expuestos al riesgo de fluctuaciones de precios. A tales barre-ras, hay que sumar el impacto que tienen sobre las decisiones de inversin los in-centivos de las empresas incumbentes: en la medida en que exista una relacin posi-

tiva entre capacidad instalada e intensidad de la competencia, las inversiones puedenconllevar una reduccin de precios que afecta negativamente a la retribucin de lacapacidad existente (Fabra et al. (2009) y Fabra (2007)). Por ello, las empresas in-cumbentes tienen menores incentivos que los entrantes a expandir capacidad17, si bienstas ltimas se enfrentan a unas mayores barreras a la entrada.

Estas barreras barreras a la entrada exgenas causadas por la aversin al riesgo,y barreras a la entrada endgenas causadas por el poder de mercado pueden con-llevar ineficiencias en la fijacin de precios, debido al reforzamiento del poder de


16 Expediente de la CNC C-0098/08 GAS NATURAL/UNIN FENOSA (aprobado por el Conse-

jo de la CNC el 11 de febrero de 2009). Disponible en www.cncompetencia.es.17 No obstante, las empresas incumbentes mantienen un elevado nmero de proyectos de genera-cin abiertos que tienden a desanimar a potenciales nuevos entrantes que perciben esos proyectos comoamenaza de sobre-dimensionamiento de la capacidad instalada futura.


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mercado. Tambin en las decisiones de inversin, pueden conllevar ineficiencias de-bido a probables retrasos en la incorporacin de la nueva capacidad, o alteraciones

en la eleccin ptima de las tecnologas.Aunque hemos advertido en la introduccin de este artculo que prescindiramos dealgunos problemas estructurales que afectan negativamente y de manera determinan-te a la calidad de la competencia en el sector elctrico, s conviene mencionar, en estepunto, que a estas barreras hay que sumar otro tipo de barreras, las sostenidas, indi-rectamente y de manera sobrevenida, por la Administracin: la de facto moratoria nu-clear y las concesiones hidrulicas, que anulan la libertad de establecimiento en los seg-mentos de la generacin nuclear e hidroelctrica18. La consecuencia es que los beneficiosque se generan en ambos segmentos nuclear e hidroelctrico, con costes de opera-cin, e incluso medios, muy inferiores a los precios que estas tecnologas perciben enel mercado, se ejercen desde el amparo de decisiones administrativas y de las limita-ciones naturales que hacen no disputables por la competencia los citados beneficios19.

En definitiva, las caractersticas singulares de la electricidad, y sus implicaciones,hacen que el funcionamiento de los mercados elctricos sea muy sensible al diseode mercado y a su estructura empresarial. Para que los mercados funcionen correc-tamente, es necesario que se produzca competencia efectiva entre los oferentes (noslo en el mercado, sino tambin en la etapa de inversin), lo cul a su vez requiereque exista un gran nmero de empresas con un mix tecnolgico semejante, que sedisponga de capacidad de importacin, y que el margen de reserva sea suficiente. Si

no confluyen estas caractersticas, la eleccin del diseo de mercado podr hacer pocopara mitigar el poder de mercado y sus consecuencias.

3. Competencia en el segmento mayorista (generacin)

Dadas las caractersticas de la electricidad descritas en prrafos anteriores, cmose caracteriza el comportamiento estratgico de las empresas? De qu depende su via-bilidad e intensidad? El comportamiento estratgico que se puede ejercer a travs de

las centrales hidrulicas, es de la misma naturaleza que el que se ejerce a travsde las centrales trmicas? Se puede ejercer poder de mercado actuando sobre la de-manda? A estas y otras preguntas relacionadas, se intenta dar respuesta a continuacin.


18 En algunos foros se alega que ciertas empresas en Espaa estn realizando fuertes inversiones encapacidad hidroelctrica como prueba de la inexistencia de barreras a la entrada en dicho segmento.Esto sin embargo no invalida el argumento que aqu se defiende porquela capacidad de aprovechamientoshidrulicos, agotada o no, no es infinita, y si no es ahora, se saturar antes o despus. Adems, inde-pendientemente de este hecho, lo que es incuestionable es que el desarrollo de nueva capacidad hidro-elctrica con costes medios inferiores a su alternativa trmica ya ha sido agotado, y que, en cualquiercaso, las inversiones hidrulicas nuevas tendrn rentabilidades muy inferiores a las de las centrales exis-

tentes, cuyos costes de inversin ya han sido recuperados a travs de retribuciones reguladas, que sonlas que disponen de los emplazamientos mas rentables.19 Vase Fabra y Fabra-Utray (2009), y Fabra Utray y Mednik (2008) para un anlisis de las impli-

caciones que ello tiene sobre los equilibrios retributivos en el Sector Elctrico.


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3.1. Ejercicio del poder de mercado va oferta

Con algunas excepciones, y de forma genrica, los mercados de generacin elc-trica se organizan en torno a mecanismos de subastas: los generadores declaran, atravs de sus curvas de oferta, los precios mnimos a los que estn dispuestos a pro-ducir cada kWh, al igual que los demandantes (grandes consumidores, comerciali-zadores, o titulares de las unidades de bombeo), que declaran los precios mximos alos que estn dispuestos a consumir cada kWh. El subastador, conocido como elOperador del Mercado, establece el orden de preferencia econmica entre las pujas,casa oferta y demanda, y determina el precio que ser ingresado o pagado, por todaslas unidades despachadas, segn sean de oferta o de demanda.

El comportamiento maximizadorde los agentes les llevar a ofertar sus unida-des de produccin teniendo en cuenta el impacto de sus pujas sobre la cantidad pro-ducida y el precio de mercado, dado el previsible comportamiento de sus rivales.En este clculo, las empresas se enfrentan a la siguiente disyuntiva: elevar sus pujaspor encima de los costes marginales implicar una prdida de produccin, pero quepodr ser al menos en parte, compensada por el incremento resultante en el preciode mercado. Sobre la curva de demanda residual a la que se enfrenta una empresa(que se construye restando de la demanda agregada, para cada nivel de precios, lacantidad que estn dispuestos a producir los rivales), se puede identificar la prdidade produccin asociada a cada incremento del precio, y as los efectos sobre los be-

neficios de la elevacin de precios20 vase la Figura 2.Como en otros mercados, existe una relacin positiva entre el tamao de las em-

presas y sus incentivos a la elevacin de precios 21. Ello es as porque las empresas demayor tamao se enfrentan a curvas de demanda residual ms elevadas, y probable-mente tambin menos elsticas, debido a que sus rivales tienen menor capacidad paraexpandir su produccin en respuesta al aumento de precios.Adems, el beneficio per-cibido por las empresas de mayor tamao tambin ser mayor, porque el aumentoen el precio lo percibirn a travs de toda su produccin. Por ello, y an en situacio-nes en las que las empresas de mayor tamao no sean en sentido estricto pivotales

(es decir, imprescindibles para la cobertura), tendrn una mayor capacidad e incen-tivos a beneficiarse del ejercicio del poder de mercado.Los efectos, al menos en el corto plazo, de tales comportamientos estratgicos

son de doble naturaleza. Por una parte, se produce una elevacin de precios y por lotanto un aumento en el excedente de los productores en detrimento del de los con-sumidores; por otra, se pueden producir ineficiencias productivas (y por tanto, una


20 Es importante matizar que lo que a menudo se refiere como retirada de capacidad no es msque la forma ms extrema de elevacin de precios (es como si se ofertara la capacidad retirada aun precio infinito). Sin embargo, si bien los efectos de la elevacin de precios o de la retirada de capa-

cidad pueden ser similares, ambas opciones pueden tener distintas implicaciones en cuanto a su detec-cin, y por tanto ser preferidas por unos agentes bajo unas u otras circunstancias.21 No obstante, no siempre se verifica una relacin positiva entre concentracin y poder de merca-

do. Vanse Borenstein et al. (1999) y Garca-Daz y Marn (2003).


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disminucin en el bienestar econmico) porque la reduccin en la produccin de lasempresas que ejercen poder de mercado sea sustituida por la produccin de unida-des de mayores costes, propiedad de las empresas que se comportan como tomado-

ras de precios22

.

El comportamiento estratgico de las centrales hidrulicas

La descripcin hecha en los prrafos anteriores sobre el comportamiento estrat-gico de las empresa elctricas se refera al que se ejerce a travs de las centrales tr-micas (principalmente, ciclos combinados, centrales de carbn, y centrales mixtas


22

De forma adicional, como resulta estndar, se podra producir una prdida de bienestar econ-mica si la elevacin del precio produjera una reduccin en el consumo. Sin embargo, dicha prdida debienestar no se produce si la demanda es inelstica al precio (en este caso se producira una distribucindesigual del excedente), o si los consumidores no pagan el precio que se negocia en el mercado spot.

FIGURA 2

PODER DE MERCADO A TRAVS DE CAMBIOS ESTRATGICOS

EN LA OFERTA


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gas-fuel oil), para las que el coste de oportunidad de no producir es igual al margenentre el precio y el coste marginal al que renunciaran de permanecer paradas. sta

es precisamente la razn por la que, en los mercados elctricos competitivos, las ofer-tas de estas centrales se hagan a coste marginal. Sin embargo, lo mismo no puede de-cirse de la produccin de las centrales hidroelctricas con capacidad de regulacin,para las que el coste de oportunidad de no producir es menor o nulo: al ser almace-nable, el agua puede ser utilizada para generar electricidad en otro momento.

Por lo tanto, la primera pregunta que debe hacerse es cul es el coste relevantede generacin de la hidrulica regulable que determina su comportamiento ptimo?El coste relevante no es su coste marginal de generacin. Si las centrales hidrulicasregulables ofertaran su produccin a coste marginal, seran casadas en todas las ho-ras (punta, llano y valle) y sus reservas quedaran agotadas en las primeras 2000-3000horas del ao, convirtindose el resto del ao en meras centrales fluyentes con muypoca potencia. Por consiguiente, de no tener las centrales hidroelctricas regulablesun comportamiento estratgico, perderan su mayor aportacin al sistema (gestio-nando la energa producida de esta manera, las centrales hidrulicas regulables apor-tan su mayor valor al sistema). Es decir, la mayor aportacin de valor al sistema delas centrales hidroelctricas regulables se produce cuando en sus ofertas se auto-excluyen del mercado en determinadas horas para colocar sus 2000-3000 horas defuncionamiento en los mercados de operacin y de restricciones y en las puntas dedemanda, en las que los precios del mercado son mayores y maximizan sus ingresos.

Por ello, la retirada de capacidad hidroelctrica del mercado para su utilizacin enmomentos posteriores, no puede ser considerada como una estrategia tendente a laelevacin artificial de los precios contraria al inters general sino, muy al contrario,como un comportamiento necesario para alcanzar el ptimo social en su explotacin.

En otras palabras, es eficiente que las centrales hidroelctricas regulables maxi-micen sus ingresos inter-temporalmente y oferten su energa al coste de oportunidad,que es superior a su coste marginal. Este coste viene dado por el mximo precio quepodran haber obtenido de haber colocado dicha energa en otro mercado (intradia-rio, operacin, restricciones, etc.) o en otro momento dentro del horizonte temporal

de su ciclo hidrulico.Por otro lado, el coste de oportunidad no es el mismo para todos los perodos nipara todos los mercados. Es el coste de la energa sustituida, en caso de que existanexcedentes de potencia trmica; el coste de la energa no servida, en caso de que laltima central de oferta sea pivotal o el coste de un desequilibrio general o local delsistema, en el caso de que estemos en un mercado de restricciones resuelto bajo mo-nopolio. Considerar que en estas circunstancias existe un precio de referencia sobreel cual cabra suponer ejercicio de poder de mercado implicara establecer un capimplcito (secreto) contrario a la transparencia y seguridad jurdico-regulatoria. Lasolucin, por lo tanto, en estos casos, no pasa por establecer procesos sancionado-res por abuso de poder de mercado, sino por incorporar cambios regulatorios queorienten un comportamiento predecible de los operadores, compatible con los inte-reses generales del sistema.



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No obstante lo anterior, la integracin bajo una misma empresa de la gestin delos recursos hidrulicos y la propiedad de otras tecnologas inframarginales, como la

nuclear, puede introducir distorsiones en el uso ptimo del agua. Ello es as porquedicha empresa maximiza los beneficios de todas sus centrales, y no slo las hidru-licas. En particular, en vez de querer colocar el agua en aquellos momentos donde suvalor es mximo (generalmente, cuando se producen las puntas de demanda), puedetener incentivos a colocarla en aquellos perodos en los que su impacto sobre el pre-cio que perciben el resto de las centrales es menor. Es decir, moviendo el agua de laspuntas al valle, el precio de mercado sube ms en las puntas, precisamente cuandola produccin inframarginal es mayor, de lo que se reduce en el valle, incluyendo eneste clculo la propia prdida de valor del agua.

3.2. Ejercicio del poder de mercado va demanda

Salvo excepciones, generalmente slo se presta atencin al poder de mercadoque se ejerce actuando sobre la oferta: elevando precios, retirando capacidad, o en elcaso de la produccin hidroelctrica, alterando el perfil de produccin en relacincon el que resultara de la optimizacin hidrotrmica23. Sin embargo, existe un modoalternativo de poder de mercado, con consecuencias similares, y que sin embargo hapasado hasta ahora desapercibido: el que se ejerce alterando la demanda. Aqu nos

detendremos en analizar los incentivos a alterar la demanda va exportaciones, y vabombeo, bajo el diseo actual del mercado elctrico espaol. Otras vas que permi-tieran aumentar con fines estratgicos la demanda podran tener efectos similares.

Exportaciones

La exportacin, al constituir una mayor demanda en el sistema nacional, suponeuna escalada en el precio de casacin (de acuerdo con las vigentes reglas de casacin).

Se trata de un efecto perverso de las exportaciones de electricidad contra-intuitivodesde las experiencias de otros sectores productivos: los espaoles pagamos para quenuestras empresas exporten a los pases vecinos. Y no se trata slo de un efecto so-bre el reparto de excedentes entre consumidores y empresas. Tambin puede impli-car ineficiencias productivas y por tanto una reduccin en el bienestar general (quese suma a la causada por la elevacin de precios).

Constatado este sorprendente efecto de las exportaciones de electricidad sobrelos precios interiores, en este punto nos limitaremos a analizar la posible utilizacinde las exportaciones como instrumento de poder de mercado.

Anlogamente con el poder de mercado ejercido a travs de la oferta, que ha sidodescrito en prrafos anteriores, en lugar de restringir la oferta para que otros agen-


23 Vanse Bushnell (2003) y Arellano (2007).


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tes marquen precios con unidades de mayor coste marginal, las exportaciones seprestan a que la demanda pueda ser amplificada de forma estratgica con el mismo

objetivo. En ambos casos, el incentivo al ejercicio del poder de mercado deriva delefecto de la subida de precios sobre la produccin inframarginal de la empresa y, portanto, el incentivo es mayor cuanto mayor sea sta. La contrapartida es distinta, perolos efectos sobre la eficiencia productiva similares: si bien una empresa que elevaprecios renuncia al margen de beneficios sobre la produccin perdida, la empresaque exporta de forma estratgica (por debajo de los precios que pudiera obtener enel mercado nacional) pierde el margen entre el precio nacional y el precio de expor-tacin vase la Figura 3. En el caso del poder de mercado va oferta, la ineficien-cia productiva deriva del hecho de que otra empresa reemplaza la produccin a tra-vs de unidades de mayores costes; en el caso del poder de mercado va demanda, laineficiencia deriva del hecho de que en el pas exportador se abastece la mayor de-manda incurriendo en costes superiores a los de las unidades que dejan de produciren el pas importador y esta demanda no paga el coste de su suministro. Por ltimo,a diferencia del poder de mercado va oferta, el poder de mercado va demanda se


FIGURA 3

PODER DE MERCADO A TRAVS DE CAMBIOS ESTRATGICOSEN LA DEMANDA


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puede ejercer sin disponer de unidades que marcan precios, que son las que general-mente se consideran con la capacidad de alterar los precios de mercado. Adems,

se trata de un comportamiento estratgico difcilmente detectable por parte de losorganismos de supervisin.

Bombeo

El problema que presenta el bombeo es semejante al que presentan las exporta-ciones: el bombeo es propiedad de empresas que perciben cualquier incremento delos precios ocasionado por una demanda extra como una retribucin adicional de susunidades de generacin24. A diferencia de las exportaciones, en vez de arbitrar pre-cios entre pases, se trata de arbitrar precios entre perodos, pero los efectos sobre losprecios y la eficiencia son de similar naturaleza.

El bombeo aporta elevadas ganancias de eficiencia porque permite aplanar lacurva de demanda trmica y cambiar el valor del agua, bombeando en periodos deprecios bajos para turbinarla en periodos de precios altos, cuando los costes de lastecnologas a las que sustituye son ms elevados. El problema es que los incentivosestratgicos pueden distorsionar el uso eficiente del bombeo, as como desplazar alos grandes consumidores del valle, dificultando sus aportaciones a la gestin de lademanda del Sistema.

La demanda que genera el bombeo exige el acoplamiento de una central adicio-nal que pasar a marcar un mayor precio que percibirn todas las unidades acopla-das en ese mismo momento. Por tanto, puede ocurrir que una empresa tenga incen-tivos a desoptimizar el bombeo para llevarlo a aquellas horas en las que su propiaproduccin inframarginal sea mayor, y por tanto mayor el beneficio que percibe porefecto de la subida del precio.

3.3. Mitigacin del poder de mercado en el segmento mayorista

Los incentivos a ejercer poder de mercado se pueden mitigar, e incluso anular,reduciendo el volumen de produccin cuya retribucin dependa de los precios demercado. Ciertamente, no se trata de vaciar el mercado, sino de todo lo contrario: laliquidez del mercado, que est asociada con su volumen de contratacin, es una ca-racterstica irrenunciable si se quiere que ste opere de manera eficiente. Para miti-gar los incentivos a la elevacin de precios basta con que las empresas estratgicastengan el mismo inters en que los precios suban, como en que bajen: es decir, quesu posicin neta, o la diferencia entre lo que venden y lo que compran en el mer-


24 Cuantitativamente, el bombeo en Espaa puede suponer una demanda aadida al valle cerca-na a 3.000 MW y puede ser ofertado siguiendo una curva muy elstica. En 2009, el bombeo supuso3.736GWh de mayor demanda, que representa un 1,4% de la demanda total.


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cado, sea pequea. Esto se puede conseguir a travs de la integracin vertical entrela generacin y la comercializacin (que sin embargo tiene otros efectos negativos),

o a travs de contratos por diferencias que implican que la empresa recibir un pre-cio dado25 por una cantidad exgena (es decir, no dependiente del resultado del mer-cado) que luego se liquida por diferencias con el precio del mercado. Dado que todadivergencia entre la cantidad fija y la cantidad efectivamente vendida en el merca-do recibe o paga (segn su signo) el precio del mercado, se preservan los incentivosmarginales necesarios para la consecucin de la eficiencia, al tiempo que se reduceel beneficio de la elevacin de precios puesto que sta slo afecta a la retribucin dela posicin neta vase la Figura 4.

FIGURA 4EL EFECTO DE LOS CONTRATOS (X) SOBRE LOS INCENTIVOS

A EJERCER PODER DE MERCADO


25 El nivel de dicho precio no altera los incentivos de las empresas, porque ste constituye un in-greso hundido. Sin embargo, es un elemento crucial, porque es el que en definitiva determina gran par-te de la retribucin de la empresa. En algunas ocasiones, se ha optado por fijar dicho precio de forma

administrada, como en el caso de los CTCs, de forma similar a como se hizo en el caso de los vestingcontracts que se utilizaron en el inicio de la liberalizacin en el Reino Unido. Pero no hay ninguna ra-zn que excluya que dicho precio tambin sea producto de la competencia, tal es el caso de las VPPs,o las CESUR, o por razones distintas, de la alternativa regulatoria que se propone en este artculo.


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ste es el fundamento terico que ha justificado el fomento de la contratacin aplazo en los mercados elctricos26, o el uso de la VPPs como instrumentos de la po-

ltica de defensa de la competencia. Tambin explica porqu los CTCs en Espaa,que se liquidaban por diferencias, disciplinaron (a pesar de las imperfecciones en sudiseo) el comportamiento estratgico de los agentes durante su perodo de vigencia.

4. Competencia en el segmento minorista (comercializacin)

En aplicacin de las directivas de la CE y de la propia Ley del Sector Elctrico, enEspaa se ha implantado recientemente una nueva regulacin que implica la liberali-zacin completa del suministro de electricidad. Desaparecen las tarifas elctricas, ex-cepto para aproximadamente el 30% de la energa consumida (aquella consumida porlos hogares, con potencias inferiores a 10 kW), que tienen el derecho (que no la obli-gacin) de acogerse a la denominada Tarifa de ltimo Recurso (TUR) que, adems,constituye una tarifa aditiva de los precios del mercado. El resto de los consumidores(PYMES y grandes consumidores elctricos, con potencias superiores a 10 kW) nopueden acogerse a tarifa alguna, por lo que han de negociar con los denominados co-mercializadores libres los precios y las condiciones de su suministro elctrico.

En los prximos prrafos, se realiza una reflexin sobre el valor aadido que apor-tan las comercializadoras en el suministro elctrico, el margen existente para que la

competencia entre ellas sea efectiva, y las posibles distorsiones competitivas que po-dran introducir las comercializadores que suministran a los consumidores sujetos ala TUR (denominadas Comercializadoras de ltimo Recurso, o CUR).

4.1. Qu valor aadido aportan las comercializadoras al suministrode electricidad?

En los mercados en competencia, dado el comportamiento de los rivales, las em-

presas eligen el precio, las caractersticas, y la calidad de sus bienes o servicios paramaximizar sus beneficios. Cuando la calidad del servicio prestado es irrelevante enrelacin con su contenido, y las caractersticas del bien estn dadas, la competenciase encauza a travs de cambios en los precios. Si por el contrario existe margen paraalterar calidad y caractersticas, las empresas tienen incentivos a hacer sus produc-tos ms heterogneos con el objetivo de reducir la competencia buscando nichos demercado en los que el nmero de rivales es menor. En definitiva, dependiendo de lascircunstancias de cada mercado, la competencia puede ser positiva en la medida enque promueva la reduccin de precios, la elevacin de la calidad del bien o del ser-vicio que se suministra, o el incremento en la variedad y gama de productos.


26 El artculo pionero en esta rea es el de Allaz y Villa (1993). Para su aplicacin a los mercadoselctricos, vanse entre otros, Wolak (2007) y De Frutos y Fabra (2009).


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A diferencia de la mayora de bienes y servicios, la calidad y continuidad del su-ministro son determinadas por el sistema en su conjunto en una compleja sucesin

de hechos concatenados que, de forma instantnea y coordinada, comienza en la ge-neracin de electricidad, contina por su transporte a travs de las redes de alta ten-sin, y finaliza en la distribucin o entrega fsica del bien al consumidor final. Portanto, las caractersticas fsicas de la electricidad que llega a los puntos de consumoson las mismas independientemente de la identidad del comercializador o de las con-diciones econmicas que ste haya acordado con el consumidor. En otras palabras,sin capacidad para alterar la calidad del suministro elctrico, la nica dimensin enla que los comercializadores pueden diferenciarse de sus rivales es la puramente con-tractual.Y en esta dimensin slo se puede incluir el precio y su estructura temporal(desde un precio fijo a uno variable en tiempo real). La oferta de otros bienes y ser-vicios (como el gas, la telefona o servicios de reparaciones o de seguros) acompa-ando a las ofertas de electricidad, responde al comportamiento estratgico de laempresas, y en la mayora de las ocasiones slo contribuyen a hacer opaca para elconsumidor la competitividad de sus ofertas de electricidad y a dificultar la entradade potenciales competidores.

Dichas diferencias contractuales pueden justificar el que distintos consumidoresopten por distintos comercializadores, an a pesar de que las caractersticas fsicasde la electricidad que reciban de unos y otros, sean idnticas. Ello puede ser positi-vo en la medida en que haya margen para que los precios efectivamente se reduzcan,

o porque se responda mejor a las preferencias de los consumidores (por ejemplo, di-ferentes estructuras de precios dan mayor o menor cobertura a consumidores con dis-tintas actitudes ante el riesgo, o la venta conjunta del suministro elctrico con otrosservicios o bienes pudiera reducir ciertos costes a los consumidores). Sin embargo,no existe unanimidad en torno a si estas ventajas que pueden aportar los comerciali-zadores justifican su mera existencia. Por un lado, Paul Joskow (2000) defiende queen el sector elctrico existe poco margen para que los comercializadores indepen-dientes aporten suficiente valor aadido, y aboga por la alternativa de que los con-sumidores adquieran la electricidad a travs de un servicio bsico de electricidad

que, ofrecido por los distribuidores, consistira en la venta de la electricidad al pre-cio del mercado mayorista ms un cierto margen regulado. Por otro lado, Littlechild(2002) confa en que la competencia entre los comercializadores jugar un papel im-portante en la liberalizacin del sector elctrico, tanto como mecanismo de transmi-sin de informacin como fuente de valor aadido27.

4.2. Ser efectiva la liberalizacin del segmento minorista?

Una cuestin es que la regulacin permita la competencia entre comercializado-ras para el suministro de electricidad a los clientes finales, y otra bien distinta es que


27 Fabra Utray (2004, pp. 229-244) tambin aporta una discusin sobre la cuestin.


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la competencia entre stas sea efectiva. Por ello, cabe preguntarse: sern competiti-vos los precios en el mercado minorista? Es decir, reflejarn los precios del merca-

do de generacin que constituyen el coste en el que incurren los comercializadorespara abastecer sus demandas?Existen ciertos indicios que apuntan a la conclusin contraria: existen dificul-

tades de consolidacin para nuevos entrantes en la actividad de comercializacindebido, entre otras, a la integracin vertical entre generacin y comercializacin deelectricidad y entre los negocios gasista y elctrico de las empresas incumbentes; losconsumidores se enfrentan a ciertos costes de cambio de suministrador y no son siem-pre conscientes de los precios que pagan por el suministro; y el margen para la dife-renciacin del producto y la aportacin de valor aadido por parte de los comercia-lizadores es escasa, como ya se ha discutido. Sin que haya una competencia efectiva,los precios del suministro minorista no slo incorporarn los mrgenes sobre losprecios competitivos que pudieran derivarse del poder de mercado existente en el mer-cado mayorista, sino tambin los mrgenes obtenidos por el poder de mercado quepueda verificarse en el propio mercado minorista o de venta final.

4.3. Las Comercializadoras de ltimo Recurso (CUR) y la competencia minorista

Ms all de la polmica sobre la conveniencia de poner a los comercializadores

en competencia o no, lo que s parece claro es que si se eliminan las posibles dife-rencias contractuales porque se trata de un suministro regulado, como el suministrode ltimo recurso, es decir, con unos precios y una estructura horaria de precios dada,y la imposibilidad de venta conjunta con otros servicios, qu pueden aportar lasComercializadoras de ltimo Recurso (CUR), figura sobre la que se ha basado la li-beralizacin del segmento minorista? Las CUR no slo no aportan valor al suminis-tro de electricidad, sino que son al mismo tiempo, altamente burocrticas y pertur-badoras de las relaciones de los consumidores con el resto de los agentes del sistema(generadores, distribuidores, comercializadores y operadores del mercado).

Para analizar si las CUR son una fuente adicional de distorsiones en el segmen-to minorista, a continuacin se analizan dos elementos importantes: la existencia decostes de cambio de suministrador de los consumidores que opten por abandonar laTUR y el acceso privilegiado a la informacin de la que podran gozar las CUR.

Costes de Cambio de Suministrador

Existen costes de cambio28 cuando el consumidor tiene que incurrir en ciertoscostes al cambiar de comercializador, que no hubiera tenido que realizar permane-ciendo con su comercializador actual. Dependiendo de su naturaleza, dichos costes


28 En la terminologa inglesa, son los denominados switching costs.


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se pueden clasificar en distintos tipos. Primero, el cambio de suministrador generacostes de bsqueda porque requiere invertir tiempo para la bsqueda de un nuevo

comercializador, para la adquisicin de informacin relativa a precios, estructura delas tarifas, mtodos de pago o productos ofrecidos, y para la comparacin de dichainformacin con ofertas alternativas29. Adems, una vez seleccionado el nuevo co-mercializador, los consumidores se enfrentan a costes de transaccin, como los re-quisitos y el tiempo necesarios para formalizar el nuevo contrato, as como la esperapara que ste se haga efectivo. El cambio de comercializador puede adems provo-car costes contractuales, como la prdida de ciertas ventajas creadas por programasde fidelizacin, o polticas de descuentos que slo se hacen efectivos tras un ciertoperodo de relacin contractual. Por ltimo, la incertidumbre en cuanto a si el ser-vicio prestado por el nuevo suministrador ser adecuado (atencin al cliente, trans-parencia en la facturacin, continuidad del suministro, etc.) 30 puede provocar losdenominados costes psicolgicos, contribuyendo a desincentivar el cambio an apesar de que un comercializador alternativo ofrezca una mejor oferta.

La existencia de costes de cambio de suministrador genera dos incentivos con-trarios en la fijacin de precios31. Por una parte, existe un incentivo a la reduccinde precios para as capturar una amplia base de clientes. Por otra, los costes de cam-bio de suministrador crean inercia en las decisiones de contratacin, reduciendo laelasticidad de la demanda y creando as un incentivo al aumento de precios. La im-portancia de ambos incentivos, y por tanto el efecto de los costes de cambio sobre la

poltica de precios de una empresa, depender del tamao de su base de clientes: elincentivo a la reduccin de precios para la captacin de clientes ser ms fuerte paralas empresas que no dispongan todava de una amplia base de clientes; las empresascon una mayor base tendrn un mayor incentivo al aumento de precios, dado que laprdida potencial por no captar nuevos clientes ser menor que el aumento de los in-gresos obtenidos a travs de sus clientes cautivos.

Dichos resultados tericos han sido corroborados por diversos estudios empri-cos que utilizan datos de los mercados de gas y electricidad en el Reino Unido(vase Giuletti, Waddams y Waterson (2005)). Una de sus conclusiones destaca que

las empresas con una mayor base de clientes (tpicamente, las empresas incum-bentes en cada una de las quince reas en las que se dividi el pas), a pesar decobrar precios ms elevados, han mantenido una mayor cuota de mercado, y porambos factores, tambin mayores beneficios. Se ha verificado a su vez que el valor


29 Un informe encargado en 2001 por el regulador britnico, OFGEM, revela la importancia de di-chos costes en los mercados energticos: la mayora de los consumidores domsticos de electricidad noson capaces de nombrar suministradores alternativos al incumbente, y slo uno de cada tres consumi-dores es capaz de realizar comparaciones de precios correctamente.

30 Aunque el comercializador no pueda alterar la calidad del suministro, el consumidor puede no

ser consciente de ello.31 Klemperer (1995) discute los mecanismos principales a travs de los cuales los costes de cam-bio afectan a la competencia, y el informe encargado por el Department of Trade and Industry (2003)ofrece un resumen de los trabajos tericos sobre costes de cambio de suministrador.


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de un cliente es muy superior a su coste de captacin. Por ejemplo, mientras que elcoste de capturar a un nuevo cliente es de aproximadamente 60 libras esterlinas, en

procesos de fusiones recientes (PowerGen-TXU, London Electricity-SEABOARD)se ha estimado el valor de cada cliente cautivo en aproximadamente 280-310 Li-bras Esterlinas.

Estas cuestiones resultan relevantes para la discusin que aqu nos ocupa. Losclientes sujetos a la TUR, siempre que no opten por abandonarla, no constituyen unabase de clientes en el sentido utilizado en prrafos anteriores: al estar sus precios re-gulados, no cabe la posibilidad de que la CUR eleve los precios futuros para apro-vecharse de dichos consumidores cautivos. Sin embargo, la masa de consumidoresa tarifa s puede aportar una ventaja competitiva para la empresa encargada del su-ministro a tarifa porque los consumidores que opten por salir de la tarifa, se enfren-tarn a menores costes de cambio si contratan con la misma empresa en el mercadolibre que si lo hacen con uno de sus competidores. Atendiendo a la clasificacin an-terior, podemos apuntar que:

Los costes de bsqueda del consumidor que abandone la tarifa sern menoressi contrata con el comercializador libre integrado con una CUR, dado que alestar ya en contacto con l, el acceso a la informacin sobre los precios, es-tructuras tarifarias y productos ofrecidos ser ms fcil.

Los costes de transaccin sern tambin menores, dado que al existir ya un

contrato entre ambas partes, se evita la necesidad de traspasar informacin so-bre los datos necesarios para la contratacin.

Los costes contractuales no pueden jugar ningn papel en esta cuestin, dadoque el suministro regulado no puede incluir ni programas de fidelizacin, dedescuentos, o similares32.

La existencia de costes psicolgicos puede favorecer tambin al comerciali-zador integrado con la CUR, dado que el consumidor puede percibir que lacalidad del suministro ser la misma si permanece con una empresa del mis-mo grupo, y dudar acerca de la calidad del suministro contratado con una em-

presa que desconoce.

Acceso a la informacin de los clientes

Las conclusiones anteriores, relacionadas con la existencia de costes de cambiode suministrador, se ven reforzadas si se tiene en cuenta que el comercializador li-bre que est integrado con una CUR puede disponer de mayor informacin acercade los consumidores de la que puedan disponer sus rivales. Esta informacin, queincluye datos sobre los perfiles de consumo, consumos histricos, plizas de contra-


32 A no ser que con ste se realice conjuntamente, ver la venta de otros servicios a precios no re-gulados, cuestin que por su evidente contradiccin, se descarta.


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tacin, etc., puede permitir al comercializador realizar ofertas ms ajustadas a lasnecesidades de sus potenciales consumidores, adquiriendo as una ventaja competi-

tiva frente a comercializadores sin acceso a dicha informacin. Es decir, la ventajapara captar al consumidor que abandone la tarifa no slo proviene de los menorescostes que percibe el consumidor al cambiar al comercializador perteneciente al mis-mo grupo de la CUR, sino que adems proviene de la superioridad de la informacina la que accede este ltimo.

La solucin a las posibles distorsiones que pudiera generar el acceso a informa-cin privilegiada ha sido la creacin de bancos de datos a los que, en teora puedenacceder todos los agentes de mercado. En la prctica, sin embargo, se ha comproba-do que esto no asegura el derecho de acceso de todos los agentes a la informacinen condiciones de igualdad. Prueba de ello es la investigacin que la Comisin Na-cional de la Competencia (CNC) mantiene abierta sobre prcticas restrictivas de lacompetencia en el sector elctrico espaol. En el marco de esta investigacin, la CNCya impuso una multa de 36 millones de euros a Endesa, Iberdrola, Hidrocantbrico,Gas Natural y E.On por posibles prcticas anticompetitivas en el suministro de elec-tricidad a clientes finales (contrarias al artculo 1 de la Ley de Defensa de la Com-petencia y el artculo 101 del Tratado de Funcionamiento de la Unin Europea). Di-chas prcticas consistieron en la suspensin temporal a terceros, por parte de lasdistribuidoras de estos grupos empresariales, del acceso telemtico a los datos nece-sarios para gestionar el cambio de compaa suministradora de los consumidores

finales. En noviembre del mismo ao, la CNC ha llevado a cabo inspecciones porsorpresa en la sede de la patronal elctrica, UNESA, a la que tambin ha incluido enla investigacin. La conducta objeto de incoacin consisti en la existencia de unaestrategia de coordinacin en el sector elctrico tendente, entre otros, a la obstaculi-zacin del cambio de suministrador de electricidad.

4.4. Mitigacin del poder de mercado en el segmento minorista

Para mitigar los problemas de competencia detectados en el segmento minoristaas como eliminar las distorsiones que introduce la mera existencia de las CUR, sepodra considerar un enfoque alternativo, basado en la completa desaparicin de lastarifas elctricas y una mnima regulacin de las ofertas de los comercializadores.Bajo esta alternativa, seran los propios comercializadores y no el Ministerio los queofrecieran a todos los consumidores, entre sus diferentes ofertas libremente confi-guradas con las caractersticas, plazos y precios que consideraran convenientes, laopcin de un contrato bsico consistente en el suministro de electricidad al precioque resultara de la media ponderada de los precios horarios del mercado mayoristaverificados en el plazo del correspondiente contrato.

De esta manera, todos los consumidores tendran la opcin de acogerse a cualquie-ra de las ofertas imaginativas y competitivas que los comercializadores les presenta-ran que sin duda surgiran del juego de la competencia y entre ellas, la suscripcin



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de un contrato bsico de suministro en el que los comercializadores prestaran a losconsumidores un servicio bsico con un pass-through puro de los precios del mer-

cado mayorista correspondiente al perfil de su consumo33

.En su implementacin sera necesario establecer un periodo transitorio para todoaquel consumo de baja tensin que careciera de contadores horarios, considerandolos precios de mercado que correspondan al perfil de consumo caracterstico de estenivel de tensin. De esta manera, las tarifas de energa quedaran completamente eli-minadas sin dejar desprotegido a ningn grupo de consumidores.

La transparencia y sencillez de este planteamiento de la comercializacin aporta-ra a los consumidores la calidad y las garantas necesarias exigibles a todo entornocompetitivo basado en el ejercicio de la libertad de eleccin por los consumidoresde suministradores en competencia.

Una ventaja adicional pero fundamental: la existencia de un servicio bsico (comoel antes apuntado), a disposicin de todos los consumidores independientementede su potencia contratada, constituira, por s mismo, un estmulo a la competenciaporque los consumidores tendran una alternativa en el caso de que los comerciali-zadores tendieran a elevar el resto de sus ofertas por encima de los precios de mer-cado. De esta manera la competencia se beneficiara de la caracterstica que la haceposible: la transparencia.

5. Conclusiones

El potencial ejercicio del poder de mercado y sus implicaciones junto con otrosproblemas de carcter estructural relacionados con la ausencia de libertad de insta-lacin en las principales tecnologas inframarginales de generacin no tiene que serdejado de lado a la hora de disear los mecanismos regulatorios que rigen los merca-dos elctricos. Tanto la lgica econmica como la prctica han puesto de manifiestola importancia de comprender cmo las caractersticas especiales de la electricidadpueden aumentar la capacidad y los incentivos de las empresas elctricas a manipu-

lar estos mercados en detrimento de la eficiencia productiva y de una distribucin equi-tativa de los excedentes de la actividad entre empresas y consumidores.En el segmento mayorista (generacin de electricidad), la elevacin artificial de

las pujas de oferta o retirada fsica de algunas unidades de produccin, favorece elaumento de precios con los que se retribuye toda (o gran parte) de la produccinque en cada momento contribuye a la cobertura de la demanda; si este efecto com-pensa la posible prdida de produccin sufrida por la empresa o empresas que lle-ven a cabo dicha estrategia, ejercer poder de mercado ser rentable. Tambin, a tra-vs de cambios estratgicos de la demanda que induzcan un aumento artificial dela demanda de exportacin o de una utilizacin estratgica de la demanda de bom-


33 Productos similares ya se utilizan con xito en diversos pases, como Noruega (vase von der Fehry Hansen, 2009).


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beo, las empresas elctricas pueden aumentar sus beneficios, porque la mayor de-manda implica una elevacin de los precios de mercado que retribuye la totalidad

de la generacin.El segmento minorista (comercializacin de electricidad) tampoco ha sido ajenoa problemas de competencia. La imposibilidad de diferenciar un kWh de otro y elnulo papel que las comercializadores pueden jugar en la calidad y en la seguridaddel suministro elctrico, hacen que la competencia entre ellas slo se pueda canali-zar a travs del nivel de precios. Sin embargo, la fuerte inercia en las decisiones deconsumo causada por la existencia de costes de cambio de suministrador (que re-sultan muy elevados en relacin con los potenciales ahorros en forma de menoresprecios), mitigan la competencia entre comercializadores, haciendo que aguas aba-

jo se incorpore un nuevo margen al precio de la electricidad sin compensacin realpara los consumidores. A ello hay que aadir las asimetras de partida que beneficiana las empresas incumbentes, que dificultan la entrada de nuevos competidores. Enlnea con otros pases, la existencia de un contrato bsico de suministro que im-plicara un pass-through puro de los precios del mercado mayorista (sobre los que sepodran desarrollar instrumentos de mitigacin de su volatilidad) podra introducirun estmulo a la competencia, al constituir una alternativa para los consumidores enel caso de que las comercializadoras tendieran a elevar sus ofertas por encima delos precios de mercado.

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Competencia y poder de mercado en los mercados eléctricos

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