COMO-ESTUDIAR-MARXISMO (1)
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¿CÓMO ESTUDIAR MARXISMO? PCV
1.- LA FORMACIÓN IDEOLÓGICA
LA IDEOLOGÍA, INSTRUMENTO DE DOMINACIÓN.
En toda sociedad clasista, existe lucha entre clases dominantes y clases dominadas. La clase que ejerce su dominio material en una determinada
sociedad, domina también en el plano espiritual, impone su propia
ideología al resto de la sociedad, crea sus propias instituciones que le permiten sostener una situación preponderante.
“Ello se debe a que esa clase tiene a su servicio la parte fundamental de los hombres dedicados al trabajo físico y a que dispone de las
instituciones ideológicas y de los medios de propaganda y difusión de sus
ideas. En consonancia con sus propias concepciones que expresan a su
vez sus intereses de clase, la clase dominante crea las instituciones estatales, jurídicas, etc… con el fin de defender sus propios intereses y
aplastar a las clases enemigas”.
La ideología tiene así dentro de la sociedad dividida en clases, -y ello deja ver su importancia-, el carácter de un instrumento de dominación social.
¿Cómo se manifiesta este fenómeno dentro de la sociedad capitalista?
IDEOLOGÍA DOMINANTE EN LA SOCIEDAD CAPITALISTA.
Marx y Engels prestaron particular atención a este problema de la base y la superestructura capitalista.
Al mostrarnos “el esqueleto” económico de la sociedad burguesa, es decir, sus relaciones de producción, nos presentaron al mismo tiempo la
formación social capitalista como algo vivo, “con diversos aspectos de la vida cotidiana, con las manifestaciones sociales afectivas del antagonismo
de clase propio de las relaciones de producción, con su superestructura
política burguesa, destinada a salvaguardar el dominio de la clase de los
capitalistas, con sus ideas burguesas de libertad, igualdad… con sus
relaciones familiares burguesas”.
Sobre la base económica del capitalismo se ha erigido la superestructura correspondiente.
Forman parte de ellas las concepciones y teorías políticas y jurídicas burguesas dominantes en la sociedad capitalista, la filosofía, la moral
burguesa y el arte de la burguesía, así como las instituciones con ella congruentes; y aquí figuran también el Estado y el Derecho burgués, con
sus fuerzas represivas, tribunales, cárceles, ejércitos, servicios de
inteligencia y democracia burguesa que en nuestros días degenera cada
vez más en fascismo; de ella forman parte igualmente los partidos políticos burgueses y otras organizaciones sociales de la clase dominante,
junto con la prensa burguesa, la radio, el cine, el teatro y la iglesia.
Todas las instituciones y organizaciones, imponen la ideología burguesa a la sociedad, también a los trabajadores, defienden el
régimen burgués, la propiedad y la dominación de los capitalistas, a la par
que en manos de éstos sirven de instrumento para ejercer la violencia, para aplastar y oprimir a las masas trabajadoras.
DOMINACIÓN IDEOLÓGICA Y DOMINACIÓN COACTIVA.
La imposición de la clase dominante tiene dos aspectos:
1) Ideológico, la infiltración por todos los medios a su alcance de sus concepciones políticas y de todo orden al resto de la sociedad, del
convencimiento de que esas concepciones son las mejores, las únicas
justas y universalmente válidas;
2) otro aspecto directamente coactivo de imposición de aquellas por la fuerza a través del poder estatal y demás instituciones y organizaciones,
a fin de defender sus propios intereses, de conservar su régimen de dominación.
Ambos aspectos se complementan: el Estado, las instituciones en general le aseguran a la clase dominante el prestigio ideológico sin el cual
ninguna clase puede conservar por mucho tiempo su dominio.
Cuando la situación de crisis, de malestar económico y espiritual de las otras clases va minando en ellas la convicción de que las ideas
propugnadas por la clase dominante son las mejores, es señal de que el régimen sostenido por esa clase toca a su fin; es el momento en que la
imposición se ejerce sólo por la coacción, la represión, la violencia: el
caso, como se apuntó antes, del régimen burgués que tiende a degenerar
en fascismo.
IDEOLOGÍA SOCIALISTA, INSTRUMENTO DE LIBERACIÓN.
La ideología socialista se convierte así en el factor esencial para un cambio, para una transformación radical del sistema capitalista imperante.
“En contraposición a la ideología burguesa, la clase obrera crea por medio de sus propios ideólogos su ideología socialista, que expresa su situación
de clase, sus intereses y objetivos; crea su propio Partido, el partido
revolucionario marxista, así como otras organizaciones, con el fin de luchar contra el capitalismo, contra la base capitalista y la superestructura
que le corresponde”.
La ideología socialista, marxista, viene a ser la formulación científica de la necesidad del cambio arriba aludido, del carácter de la transformación que
debe sufrir el sistema capitalista, por obra del proletariado, la única clase que puede realizarlo. Socialismo científico se le llama porque está basado
en el análisis científico de la realidad, en las leyes objetivas de desarrollo
de ésta; de allí que se convierta en el único instrumento capaz de
penetrar verdaderamente la naturaleza y condiciones del cambio, por
tanto de dirigir la lucha de las clases revolucionarias en el sentido justo. “Sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario”.
IDEOLOGÍA Y CONCIENCIA DE CLASE
Según Marx, la intervención de la ideología puede, en determinadas circunstancias, asumir hasta mayor importancia que los intereses
económicos de las clases.
En el Manifiesto del Partido Comunista (1848) expresan Marx y Engels que la clase social está constituida de una manera definitiva, solamente,
cuando además de desempeñar un mismo papel en la producción y de tener intereses económicos comunes, interviene la solidaridad de clase,
cuyo funcionamiento supone la toma de conciencia de clase, la cual no
puede obtenerse a su vez sino por la ideología de clase.
La burguesía, que en el surgimiento de la sociedad capitalista desempeñó un papel revolucionario, se ha destacado en el dominio de la ideología y
esto ha despertó precozmente su conciencia de clase burguesa.
El proletariado, que comprende muy vastas masas y se encuentra en una situación de oprimido, aun psicológicamente, sólo adquiere conciencia de
sí mismo por etapas. Solamente la ideología socialista lo ayuda a
constituirse definitivamente en clase.
La ideología socialista no surge naturalmente de la lucha de clases por aguda que ésta sea.
Esta lucha apenas si crea en el obrero un primer agrado de conciencia espontánea –muy ajena todavía a una ideología de clase-, que por sí misma apenas si lo conduce a un tipo de lucha reformista y no
revolucionaria, o sea que lo condena a permanecer en la fase puramente
económica de la lucha de clases.
La lucha económica no constituye la forma fundamental y decisiva de la lucha del proletariado.
La experiencia histórica demuestra que la clase obrera sólo puede lograr un mejoramiento radical de su situación económica, destruyendo el
sistema capitalista de economía, y para ello tiene que librar una lucha política dirigida a la conquista del Poder político y su consolidación; “la
lucha política expresa los intereses vitales del proletariado y es por tanto
la forma superior de la lucha de clases”.
Pero estas conquistas políticas no pueden lograrse sin la consiguiente lucha ideológica, sin que la clase obrera adquiera la ideología socialista de clase, que le sirve de guía revolucionaria, para la transformación social
que debe llevar a cabo.
La lucha ideológica es la palanca que transforma la lucha económica en lucha política.
Para que el proletariado sea capaz de derrocar al capitalismo, no sólo debe constituirse como clase, sino que además debe tener conciencia de
sus intereses de clase cardinales.
Debe transformarse, según expresión de Marx y Engels, de clase en sí, en
clase para sí, y ello sólo puede lograrse mediante la fusión de la teoría del Socialismo Científico en el movimiento obrero.
En todas las formaciones sociales más o menos complejas y sobre todo en la formación capitalista los hombres cuando entran en relación unos con
otros, no tienen conciencia de cuáles son las relaciones sociales que se
establecen entre ellos, de las leyes que presiden el desarrollo de esas
relaciones. Le toca al Partido Comunista, como Partido del proletariado, hacer conscientes esas relaciones, transformar aquella conciencia
incipiente en conciencia revolucionaria.
O sea que para que la lucha espontánea de clases se transforme en una lucha consciente, es condición indispensable que el Partido marxista
infunda la ideología socialista al movimiento obrero, que el proletariado adquiera una clara conciencia de su misión histórica.
Publicada por Tribuna Popular Impresa Nº 162
2.-LA FORMACIÓN IDEOLÓGICA DE LOS MIEMBROS DEL PARTIDO
¿QUÉ SE QUIERE SIGNIFICAR POR FORMACIÓN IDEOLÓGICA?
Se quiere significar fundamentalmente:
a) Una lucha en nuestra mente entre la ideología del proletariado y otras
ideologías;
b) Una lucha en nuestra mente entre la perspectiva comunista de la vida
y el mundo, de una parte, y todos los otros conceptos de la vida y del
mundo, de otra parte; y, c) Una lucha entre dos conceptos: los intereses y fines personales de los
miembros del Partido y los intereses y fines del Partido y del pueblo.
Es una lucha de ideas en conflicto que refleja las demandas económicas y políticas de las diferentes clases en una sociedad determinada.
El resultado de esta lucha en cuanto atañe a la ideología de los miembros
del Partido debería ser:
a) La derrota de todas las demás ideologías por la ideología proletaria;
b) La derrota de todos los otros conceptos de la vida y del mundo,
sustituyéndolos por el concepto comunista sobre la vida y sobre el mundo;
y, c) El vencimiento de la idea de los intereses y fines personales de los
miembros del Partido, por la idea de los intereses y fines comunes del
Partido, de la Revolución y de la Liberación del proletariado y de la
humanidad.
Si fuera otro el resultado, ello significaría la derrota de todo lo último por todo lo anterior, y el militante se atrasaría y hasta llegaría a perder lo que
lo califica para pertenecer al Partido.
En el curso de todas las luchas ideológicas, políticas y económicas tanto dentro como fuera del Partido es donde los comunistas tiemplan sus ideas
y llegan a comprender las realidades de la Revolución.
Al mismo tiempo, se necesita resumir y absorber la experiencia obtenida de la práctica revolucionaria y examinar las propias ideas para ver si están
de acuerdo con el marxismo-leninismo y con los intereses de la lucha por la liberación del proletariado.
Eliminar en el curso de semejante estudio, reflexión y autoexamen, todas las ideas incorrectas y combatir las ideas que sean contrarias a los
fundamentos del comunismo y a los intereses de la clase obrera y del
pueblo trabajador.
Esto es lo que se quiere significar por “formación ideológica”.
Y, es también una forma del proceso de temple ideológico.
Todos los actos del hombre son dirigidos por su ideología. Además, todo individuo tiene su concepto del mundo, como guía general de sus ideas y
acciones. Por consiguiente, al llevar a cabo su formación ideológica, los
comunistas, deben ante todo definir claramente su concepto de vida, su concepto del mundo, porque todas las ideas y actividades de los
comunistas están inspiradas en su concepto de la vida y del mundo.
Y ¿cuál es ese concepto de la vida y del mundo?
El concepto de la vida y del mundo de los comunistas debe responder al sistema de ideología del proletariado.
Son los conceptos del marxismo-leninismo sobre la vida y el mundo, y ellas forman también la base de la metodología marxista.
3.-¿EN QUÉ CONSISTE EL MARXISMO-LENINISMO?
a) El marxismo-leninismo es una ciencia
¿Qué es una ciencia? La ciencia, en general, es la suma, el conjunto de los
conocimientos sobre la naturaleza, la sociedad, el pensamiento, acumulados en el curso de la vida histórico-social de la humanidad.
Dice Lenin que el objetivo de la ciencia es darnos un cuadro exacto del
mundo.
La ciencia busca poner al descubierto las leyes que rigen los fenómenos que son objeto de estudio. Tiene por objeto explicarlos en forma verídica,
exacta. b) El marxismo-leninismo como ciencia pone al descubierto las leyes que
rigen el desarrollo de la sociedad, que rigen el desarrollo del capitalismo,
las leyes que rigen la emancipación del proletariado, la revolución y la
construcción del socialismo. El marxismo-leninismo es la ciencia de la revolución proletaria.
Es la teoría del movimiento de emancipación del proletariado.
La teoría y táctica de la revolución socialista y de la dictadura del
proletariado. La teoría de la construcción del comunismo.
El marxismo-leninismo, como cuerpo de doctrina, explica y expresa científicamente lo que debe ser la ideología del proletariado interesado en
librarse de la opresión y en liberar a las otras clases oprimidas y
explotadas; descubre las leyes, causas y condiciones que han dado origen
a las sociedades divididas en clases antagónicas, la naturaleza de la sociedad capitalista moderna en que el productor asalariado y explotado
se encuentra desposeído de los instrumentos de trabajo y el capitalista
dominante se encuentra monopolizando los instrumentos de producción,
lo que le permite apoderarse de la mayor parte de la riqueza engendrada en el proceso de producción por el obrero.
El marxismo-leninismo nos explica la naturaleza del imperialismo y las condiciones en que opera el capital financiero por expoliar a los países
más débiles, poco desarrollados, por medio de la exportación de capitales.
Publicado en Tribuna Popular Impresa Nº 163
4.- EL MÉTODO MARXISTA-LENINISTA APLICADO AL ESTUDIO DEL
DESARROLLO SOCIAL
El marxismo-leninismo nos enseña a considerar todo fenómeno social en relación con las condiciones en que ha surgido.
Todo depende de las condiciones, del lugar y del tiempo.
Todo el espíritu del marxismo, todo este sistema, exige que cada situación se considere:
1.-Desde el punto de vista histórico;
2.-Solamente en relación con otras;
3.-Solamente en relación con las condiciones materiales que le han dado lugar.
Sólo abordando los fenómenos sociales de un modo concreto, de un modo histórico, es posible comprender los nexos internos necesarios, las leyes
que rigen el desarrollo de la sociedad.
a). Los nexos entre los fenómenos son multiformes.
Hay nexos externos, aislados, fortuitos, y hay nexos internos, generales y
necesarios, constantes, reiterados, esenciales.
Las leyes de la naturaleza y las leyes del desarrollo de la sociedad descubiertas por la ciencia expresan los nexos internos, necesarios,
generales, reiterados y relativamente constantes y las relaciones de
interdependencia entre los fenómenos, nexos y relaciones que brotan de
la esencia misma, de la naturaleza de los fenómenos y procesos de que se trata.
b). La historia demuestra que la aparición y el desarrollo de los procesos sociales no están determinados por los nexos casuales, externos, entre
estos fenómenos, sino por sus nexos internos y necesarios.
Los movimientos de liberación nacional, las revoluciones sociales, la lucha de clases, las guerras, los cambios de unas formaciones sociales por otras,
no son en modo alguno fenómenos casuales, sino fenómenos rigurosamente regidos por leyes, y que responden al desarrollo de las
condiciones de la vida material de la sociedad.
c). Las leyes del desarrollo social al igual que las leyes de la naturaleza, expresan los nexos reales, objetivos, entre los fenómenos, nexos que
existen independientemente de la voluntad y la conciencia de los
hombres.
d). Las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad, tienen una existencia real, objetiva, independiente de la voluntad y la conciencia, y determinan
la conciencia y la voluntad, así como también la vida social y la acción de los hombres.
Los hombres no pueden abolir, destruir, ni transformar las leyes de la naturaleza, ni tampoco las leyes del desarrollo de la sociedad.
“Los hombres pueden descubrir estas leyes, llegar a conocerlas, estudiarlas, tomarlas en consideración al actuar y aprovecharlas en interés
de la sociedad pero no pueden modificarlas ni abolirlas. Y aún menos
pueden formar o crear nuevas leyes de la ciencia.”
Ya se trate de la sociedad capitalista, cuyo desarrollo económico discurre
de un modo espontáneo, o de la sociedad socialista que se desarrolla con arreglo a un plan, el desarrollo se opera en ambos casos bajo la acción de
las leyes objetivas, independientes de la voluntad y la conciencia de los
hombres.
e). El conocimiento de las leyes objetivas permite prever los rumbos de desarrollo y actuar fructíferamente con éxito, en interés de la sociedad.
Negar las leyes objetivas del desarrollo de la sociedad es caer en el
idealismo y equivale a renunciar a la ciencia social.
Negar las leyes objetivas de los fenómenos sociales equivale asimismo a renunciar a la posibilidad de prever el curso de los acontecimientos, a
negar la posibilidad de influir en la marcha de éstos sobre la base de la
previsión científica, a negar la posibilidad de gobernar el curso de los
acontecimientos mediante el dominio de las leyes de la ciencia.
f). Las leyes del desarrollo de la sociedad, al igual que las leyes de la naturaleza, expresan una relativa constancia en las relaciones entre los fenómenos, aquello que se repite con una cierta regularidad, con una
necesaria consecuencia, en presencia de las condiciones objetivas dadas.
La existencia de determinadas causas, engendra inevitablemente determinados efectos.
La reiteración, como uno de los rasgos más importantes de la acción de toda ley, incluyendo las leyes histórico-sociales, no se da solamente en la
naturaleza, sino también en la vida social.
5.-¿CÓMO ANALIZA UN MARXISTA?
-Un marxista toma en cuenta, las condiciones objetivas y la correlación de clase en cada etapa del desarrollo de la lucha de clases y las condiciones
reales de la vida material, como las fuerzas determinantes del desarrollo
de la sociedad;
-Un marxista no habla, por ejemplo, de la necesidad de un determinado proceso histórico;
-Un marxista registra con exactitud una determinada formación económico-social y las relaciones antagónicas engendradas por ella;
-Un marxista, al mostrar la necesidad de una serie de hechos, no toma el punto de vista de la apología de esos hechos, un marxista descubre las contradicciones de clase y determina con ello su propio punto de vista;
-Un marxista no habla de las tendencias históricas inevitables; un marxista habla de la clase que “domina” el orden económico de que se
trata, creando las formas de resistencia de las otras clases;
-Un marxista es consecuente en el análisis, no limitándose a señalar la necesidad de un proceso, sino explicando qué formación económico-social
concreta da contenido a ese proceso y qué clase concreta determina esa necesidad;
-Un marxista tiene siempre una actitud de Partido, que lo obliga a situarse en cualquier enjuiciamiento de los acontecimientos, abierta y
directamente en el punto de vista de un determinado grupo social, del
proletariado.
Publicado en Tribuna Popular Impresa Nº 164
6.-DOS GRUPOS DE MARXISTAS: FALSOS Y VERDADEROS
Hay dos grupos de marxistas. Los dos actúan bajo la bandera del marxismo y se creen marxistas “auténticos”. Y sin embargo están lejos de
ser idénticos. Es más: los separa un abismo, porque sus métodos de trabajo son diametralmente opuestos.
1.- El primero de los dos grupos se limita, habitualmente, a reconocer en lo externo al marxismo y a proclamarlo solemnemente.
-No sabiendo o no queriendo penetrar en la esencia del marxismo, no sabiendo o no queriendo encarnarlo en hechos, transforma las tesis vivas
y revolucionarias del marxismo, en fórmulas muertas y huecas.
-Basa sus actividades, no en la experiencia, no en las enseñanzas del trabajo práctico sino en citas de Marx.
-Las indicaciones y las directivas las deduce, no del análisis de la realidad
viva, sino de analogías y paralelos históricos.
Divergencia entre las palabras y los hechos
Tal es la enfermedad principal que padece dicho grupo.
Estos “marxistas”:
-Concentran toda su atención en el estudio de teorías vacías, divorciadas de la realidad.
-No prestan atención alguna al estudio de las condiciones objetivas y, con frecuencia, guiados por el entusiasmo, confunden sus sentimientos
personales con la norma.
-Son subjetivistas y hacen caso omiso de la existencia de las cosas objetivas.
-No les interesa buscar la verdad partiendo de los hechos; sólo quieren impresionar a la gente con fuegos de artificios.
-Son llamativos pero carecen de sustancia.
-Son quebradizos y no tienen solidez.
-Son engreídos y no ceden ante nadie.
Adoptar este estilo en la conducta personal significa buscarse la propia destrucción; adoptarla en la educación de los otros significa buscar la
ruina de éstos, y adoptarla en la dirección de la revolución significa buscar la ruina de la revolución.
Esta metodología subjetivista, anti-científica, contraria al marxismo-leninismo, es enemiga del Partido, de la clase obrera, del pueblo y de la
nación y es una manifestación de impureza del espíritu de Partido.
La falta de la actitud científica-marxista, de fusión de la teoría con la práctica, significa una falta de espíritu de Partido o una deficiencia del
mismo.
2.- El segundo grupo por el contrario, traslada el centro de gravedad del
problema, de este reconocimiento externo del marxismo a su aplicación, a su realización.
-Determinar de acuerdo con la situación los caminos y los medios para realizar el marxismo, modificar estos caminos y estos medios cuando la
situación cambia: esto es lo que merece principalmente la atención de
este grupo.
-No es de las analogías y de los paralelos históricos de donde este grupo
deduce las directivas e indicaciones, sino del estudio de las condiciones circundantes.
-Sus actividades no descansan sobre citas y sentencias, sino sobre la experiencia práctica, comprobando cada uno de sus pasos por medio de la
experiencia, aprendiendo de sus propios errores.
Esto es lo que precisamente explica que en las actividades de este grupo la acción no diverja de las palabras y que la doctrina de Marx conserve enteramente su fuerza revolucionaria viva.
A este grupo se aplican plenamente las palabras de Marx, según las cuales los marxistas no pueden contentarse con interpretar el mundo, sino que
deben ir más lejos, a fin de transformarlo.
La actitud marxista-leninista
De acuerdo con ella se aplica la teoría y el método del marxismo-leninismo para el estudio sistemático y amplio de las circunstancias.
En lugar de basarse en el puro entusiasmo hay que combinar, el impulso revolucionario con el espíritu práctico.
En la actitud de “buscar la verdad a partir de los hechos”.
Los “hechos” son todas las cosas que existen objetivamente, la “verdad” consiste en la relación interna de las cosas, es decir, sus leyes; y, buscar,
significa estudiar.
A partir de la situación real que existe dentro y fuera del país, del Estado, del Distrito o del municipio, hay que buscar las leyes intrínsecas de dicha
situación, y no leyes puramente imaginarias.
O sea, que hay que encontrar las relaciones internas de los acontecimientos que se desarrollan alrededor y utilizarlas como guía para
la acción.
A fin de hacer tal cosa hay que basarse no en la imaginación subjetiva, ni en el impulso del momento, ni en libros inertes, sino que es preciso
extraer conclusiones correctas, a partir de los datos, bajo la guía de los principios generales del marxismo-leninismo.
Las conclusiones no tienen que ser un ordenamiento superficial de fenómenos dispuestos según A, B, C, D, etc., ni una retórica trillada llena
de frases pomposas, sino que deben ser conclusiones científicas.
Esta es la actitud que va en busca de la verdad a partir de los hechos, y no la que trata de impresionar a la gente por medio de fuegos de artificio.
Es una manifestación del espíritu del Partido; es el estilo de trabajo marxista-leninista, que une la teoría con la práctica.
Es lo menos que se le puede exigir a un comunista.
7.-LA RELACIÓN ENTRE EL ESTUDIO DE LA TEORÍA MARXISTA-LENINISTA Y
LA CONCIENCIA DE CLASE DE LOS MIEMBROS DEL PARTIDO
El marxismo-leninismo, es la ciencia de la revolución proletaria.
Únicamente puede ser comprendida y dominada cabalmente por aquellos que se sitúan por completo en el punto de vista proletario y adoptan como
suyos los ideales del proletariado.
A nadie le es posible entender y dominar totalmente la ciencia marxista del proletariado, exclusivamente por medio del intelecto y del arduo estudio, si carece del punto de vista y de los puros ideales del
proletariado.
Esto es también una verdad evidente. Por tanto, al estudiar hoy, la teoría y el método del marxismo-leninismo, es necesario que el estudio avance
simultáneamente con el proceso de temple y formación ideológica, porque
sin la teoría y el método del marxismo-leninismo, no se tendría guía de los pensamientos y actos, y también el avance ideológico se haría imposible.
Una cosa y otra se hallan estrechamente vinculadas entre sí y son inseparables.
Es frecuente que alguno de los mejores miembros del Partido entre los de origen obrero, que se encuentran menos avanzados en el conocimiento de
la teoría del marxismo-leninismo, si se les compara con aquellos que han
hecho un estudio especial de esta teoría, demostrarían ser los menos adelantados si se les pidiera que recitaran fórmulas marxistas-leninistas o
citas de las obras marxistas-leninistas.
Pero cuando se trata de estudiar la teoría del marxismo-leninismo, con frecuencia su interés es más vivo y su comprensión más profunda que la
de aquellos miembros del Partido que son de origen estudiantil, siempre
que aquella teoría se les explique en palabras que ellos comprendan.
Especialmente al observar y afrontar diversos problemas prácticos, a menudo demuestran ser más capaces, más acertados y asimilar mejor
que los demás, los principios del marxismo-leninismo.
¿Por qué sucede esto? Porque estos camaradas tienen el punto de vista y los ideales firmes y puramente proletarios, comunistas, adoptan una
actitud objetiva hacia las cosas y no llevan en la mente ideas
preconcebidas de ninguna índole, ni preocupaciones por problemas personales.
Por lo tanto pueden percibir inmediatamente la verdad de las cosas, y defenderla valerosamente sin ninguna vacilación ni dificultad.
Los miembros del Partido cuyo punto de vista de clase no es muy definido y firme, y cuya ideología no es correcta y pura, que conservan restos de
diversos tipos de ideología, hábitos y prejuicios de otras clases y de la
vieja sociedad, que todavía tienen intereses personales, fines particulares, serán incapaces de entender el marxismo-leninismo, de penetrar
hondamente en su verdadera naturaleza, de absorber su esencia que tiene
un definido carácter de clase, y de hacer de esta esencia un arma que le
sea propia, porque esa arma no tiene nada en común con su anterior ideología de clase.
Asimismo, cuando tenga que vérselas con diversos problemas prácticos en el curso de la revolución proletaria,a menudo,la solución de estos
problemas,de acuerdo con el marxismo-leninismo será incompatible con
sus hábitos y prejuicios y se hallará en conflicto con sus intereses
personales.
En tales circunstancias se mostrarán mezquinos de mentalidad, irresolutos, vacilantes y mudables.
Serán incapaces de tratar los problemas con capacidad, con acierto, y de modo objetivo; de percibir la verdad sin dificultades o de mantenerla con
valor. Llegarán hasta ocultar o deformar la verdad, consciente o
inconscientemente.
Así, puede decirse que: si un miembro del Partido Comunista carece del punto de vista y la ideología definidos, firmes, correctos y puros del proletariado, le será imposible comprender y dominar completamente la
teoría y el método del marxismo-leninismo y hacer de ellos un arma para
su propia lucha revolucionaria.
Por consiguiente, lo primerísimo en la formación de los miembros del Partido debe ser la formación ideológica, que es la base de toda otra
formación.
Publicado en Tribuna Popular Nº 165
II. ELEVACIÓN DEL NIVEL IDEOLÓGICO
“Estudiamos con el único objeto de poner en práctica lo que hayamos aprendido. Para el Partido y para la victoria de la Revolución, es para lo que estudiamos”
Liu-Shao-Shi.
El leninismo nos enseña, y la experiencia lo confirma cotidianamente, que el militante comunista que tiene conciencia de la responsabilidad que se
desprende de la adhesión al Partido, y que sabe orientarse exactamente
en cada situación, no puede formarse sólo en la actividad práctica y en la
actividad política de masas.
Para que asuma plenamente su función de dirigente de masas, es necesario que la actividad práctica vaya unida a un estudio continuo y
atento de la situación política interna e internacional, y de la ideología
marxista-leninista.
Solamente así se podrá examinar y resolver no sólo los problemas inmediatos que se planteen en la fábrica, en la oficina o en el campo, sino
incluso aquellos más complejos que atañen a toda la sociedad.
Las tareas políticas que se plantean hoy al Partido y cada una de sus organizaciones, hacen que el problema de la formación política e
ideológica de cada militante sea uno de los problemas fundamentales de
nuestra acción.
La posibilidad de movilización del Partido y de las masas, la agilidad con que nuestro Partido reaccione ante los acontecimientos y tome posición,
depende de la capacidad de cada militante de desarrollarse política e
ideológicamente y de comprender, y por lo tanto realizar su función
dirigente entre las masas.
El estudio necesario para esa formación deberá desenvolverse en estrecha relación con los problemas planteados por la vida.
No es casual que ya en 1920, en el III Congreso de la Juventud Comunista de Rusia, Lenin incitara a los jóvenes a actuar de modo “que el
comunismo no sea para nosotros, exclusivamente algo aprendido de
memoria, sino que sea algo profundamente meditado por nosotros
mismos. Bien poco de positivo podría esperarse –proseguía Lenin-, de un
comunista que hubiese llegado a proveerse de un comunismo rígido, bellamente confeccionado, sin haber realizado primero un gran, serio y
difícil trabajo preparatorio, sin haber trabajado sobre los hechos que
reclaman ser valorados críticamente.”
En sus Resoluciones, Congresos y prensa, nuestro Partido siempre ha llamado a nuestros camaradas a estudiar más.
Para tener una noción exacta de la lucha de clases, hay que tener una
completa y precisa noción de nuestra ideología y de nuestra teoría.
El estudio es indispensable para superar tal deficiencia, para hacer cada vez, de cada inscrito, un militante activo y consciente, para llevar nuestra
influencia más allá de los límites del Partido, a las grandes masas sin
Partido y a los inscritos en otros Partidos; a las organizaciones
adversarias.
El Partido es la vanguardia de la clase obrera, la fuerza que dirige y organiza el movimiento de las masas en lucha contra la explotación capitalista.
De igual modo, cada militante comunista debe plantearse la tarea de transformarse en una fuerza dirigente entre los compañeros de trabajo,
entre los amigos y conocidos, en el ámbito de la propia familia.
Cada comunista debe tender a ser el centro de un grupo de simpatizantes; para ello es a veces necesario un largo y paciente trabajo personal para demoler las mentiras y calumnias del adversario, para clarificar a todas y
todos los trabajadores cuáles son sus verdaderos intereses, para dar a
conocer qué es y cómo trabaja nuestro Partido, qué es la Liberación
Nacional, qué es la Revolución Socialista.
Allí donde el Partido sea fuerte, cada camarada debe sentir que no es
nunca bastante fuerte; donde el Partido sea débil y las masas sufran la influencia adversaria, cada camarada debe trabajar para modificar esa
situación.
Algunos dicen: “Pero es el Partido quien debe pensarlo”, y no comprenden que son una parte del Partido, y que también tienen el deber de
“pensarlo”, es decir, de “transformarse en su pequeño ámbito, en
elementos de vanguardia”.
Para hacer esto, el estudio es indispensable.
Es indispensable:
1). Leer atentamente la prensa del Partido;
2). Estudiar las Resoluciones de los organismos de Dirección;
3). Los discursos parlamentarios de los diputados comunistas;
4). Conocer los textos clásicos de marxismo, etc.
¡Cuántas veces sucede que al final de un mitin escuchado con atención, un camarada no es capaz de exponer lo que ha escuchado!
Y, ¿Cuántas veces oyendo discutir a nuestros adversarios, en el autobús, en el restaurante o en el café, nuestros camaradas no intervienen,
temerosos de no lograr demoler las mentiras y los prejuicios adversarios?
Existen camaradas que ni han leído los Estatutos de nuestro Partido.
Esta es una laguna que debe ser colmada inmediatamente.
Mediante el estudio de los Estatutos, los camaradas aprenderán a conocer mejor la estructura de nuestro Partido, los deberes y derechos del militante, el funcionamiento de los organismos dirigentes y de base.
Mediante el estudio de los Estatutos, los militantes comprenderán que el reforzamiento político e ideológico no es “algo de más” sino uno de los
deberes revolucionarios de los miembros del Partido.
En todos nuestros camaradas existe una gran confianza en el Socialismo, pero la sola confianza no basta y es necesario esforzarse por adquirir los
argumentos que consoliden esa confianza y capacitarnos para trasmitirla a
otros.
Estos argumentos se conquistan esencialmente de dos modos simultáneos:
1). Participando activamente en la vida del Partido al calor de la lucha de clases;
2). Estudiando para mejorar nuestros conocimientos de la ideología marxista-leninista.
ESTUDIO Y VIDA DEL PARTIDO
El estudio y la actividad del Partido son dos cosas íntimamente ligadas.
Hay camaradas que dedican al Partido gran parte de su tiempo y que declaran no encontrar el tiempo para estudiar.
A estos camaradas hay que responderles con el ejemplo de nuestros dirigentes que aún dedicando sus vidas enteramente al Partido, sin
embargo han estudiado siempre.
¿Cómo conseguir el tiempo? Se preguntan muchos.
Ciertamente, no se puede dar una respuesta igual para todos, pero si cada uno examina su propia jornada, su propia semana, se puede tener la
certeza de que alguna hora libre saldrá fuera.
Pocas, posiblemente al principio, pero luego cada vez más a medida que el estudio apasiona y nos lleva a dejar a un lado tantas otras exigencias que
hoy nos parecen absolutamente necesarias.
Y cuando se haya adquirido el hábito de estudiar, hasta el propio trabajo político parecerá más fácil, se comprenderán mejor las situaciones en que
nos movemos, se resolverán con mayor rapidez y seguridad las cuestiones
que día a día hay que afrontar.
Tenemos también el caso inverso, de camaradas que, aunque sin perder la confianza en el Partido, se han distanciado de la actividad de éste y no
llegan a interesarse por la vida de la Célula, del Comité Local, de los
organismos de masas.
Muchos camaradas se mantienen alejados de las reuniones porque éstas no les interesan o porque al participar no saben qué decir.
Mediante el estudio, los camaradas aprenderán a comprender cuán vivos y urgentes son los argumentos tratados en las reuniones de base.
Una discusión de Célula puede interesar profundamente a todos, desde el intelectual especializado hasta el campesino que vive aislado en la
montaña; pero, evidentemente, es necesario comprender la importancia
de lo que se discute y para ello, el estudio es un elemento indispensable.
ESTUDIO Y LUCHA POLÍTICA
Las fuerzas reaccionarias intentan por todos los medios debilitar el
prestigio y la influencia de nuestro Partido.
La perspectiva de una lucha dura está clara para todos, y en tal situación se impone un mayor espíritu de sacrificio y de abnegación en cada
militante, la elevación del nivel ideológico y un mayor conocimiento de la
línea política del Partido.
El adversario dispone de grandes medios en el campo del estudio.
Pero esa gran superioridad de medios que el enemigo de clase goza en el campo de la educación no debe desalentar a nuestros militantes sino que
por el contrario, cada comunista debe prepararse para las luchas que esperan al Partido y a la clase obrera, incluso en el terreno del estudio.
Cada comunista debe leer, estudiar, meditar sobre el patrimonio de doctrina y experiencia colectiva.
Mediante el estudio, cada comunista debe darse cuenta de que el marxismo-leninismo no es solamente un arma no superada para la lucha
del proletariado, sino que también es la más completa y perfecta
concepción del mundo que haya elaborado el conocimiento humano.
Publicado en Tribuna Popular Nº 166
ESTUDIAR PARA PODER MEJORAR EL
ESTILO DE TRABAJO
Un eslabón fundamental para la modificación del estilo de trabajo, es el
desarrollo de planes para el estudio y la investigación.
El Partido debe acometer la tarea de realizar un estudio sistemático y
amplio de todos los aspectos de nuestra situación.
Realizar una detallada investigación y estudio, de acuerdo con la teoría y
el método del marxismo-leninismo, respecto a las actividades económicas, financieras, políticas, militares, culturales y partidarias de nuestro
enemigo, de nuestros amigos, y de nosotros mismos, y luego extraer de
allí las conclusiones adecuadas e inevitables.
Con tal fin hay que dirigir la atención hacia la investigación y el estudio de
esos problemas prácticos.
La tarea fundamental de los cuerpos dirigentes del Partido reside en dos
cosas importantes:
1) El conocimiento de la situación.
2) La comprensión de la política.
Lo primero es lo que llamamos conocer el mundo; lo segundo, cambiar el
mundo.
Hay que entender que nadie tiene derecho a hablar sobre un tema si no lo
ha investigado, y que de nada sirve la grandilocuencia, el parloteo hueco
ni el ordenamiento superficial de fenómenos, por ejemplo, en el trabajo de agitación, sólo será posible encarar bien un aspecto cualquiera del mismo,
si se ha estudiado bien la situación concreta.
LAS ESCUELAS DEL PARTIDO Y EL ESTUDIO INDIVIDUAL
El Partido se preocupa por organizar Escuelas para elevar el nivel
ideológico y político de sus cuadros y de sus militantes.
Sin embargo es evidente que estas Escuelas, así como no pueden sustituir la gran experiencia práctica de la lucha política que adelantan los
militantes del Partido, tampoco pueden por varias razones ponerse en
contacto con todos los militantes del Partido.
Para ello serían necesarias centenares de Escuelas y esto, naturalmente
no es posible todavía; y además, ¿cómo poner a la Escuela en contacto
con los cientos y cientos de camaradas que viven aislados? ¿Qué horario adoptar para hacer posible la presencia de todos aquellos trabajadores
que no tienen una jornada determinada de trabajo? Por otra parte, cuando
se ha frecuentado una Escuela, ¿no es acaso necesario continuar
estudiando por cuenta propia?
El papel de los Cursos y de las Escuelas del Partido es extraordinario en
esta tarea de elevar el dominio por parte de los cuadros del Partido de las
tesis fundamentales del marxismo-leninismo.
Pero ni los Cursos, ni la Escuela pueden eliminar el estudio individual.
El estudio individual es el principal método de estudio del marxismo-
leninismo.
Los Cursos y la Escuela del Partido, tienen justamente, como objetivo,
crear un ambiente que estimule ese estudio individual, divulgar
conocimientos que se profundizan por medio del estudio individual, ayudar
a tener método, disciplina y crear hábitos para el estudio individual.
Queda pues, fuera de toda duda, que quien estudia sólo puede obtener
grandes resultados.
Muchos de los camaradas dirigentes no han tenido nunca la ocasión de
frecuentar una Escuela; su escuela ha sido la cárcel, su tenaz voluntad
para aprender más y servir mejor a la causa del proletariado.
ESTUDIAR NO ES DIFÍCIL
Muchos piensan que estudiar es una cosa difícil.
Esto es uno de los motivos por los cuales se dejan impresionar, incluso
por los textos más fáciles.
No leen ciertos materiales porque han encontrado palabras que no han
comprendido.
Ciertamente, comenzar a estudiar no es fácil. Cuando no se tiene el
hábito, incluso hasta tomar el libro en mano, produce cierta impresión; se piensa que los libros y especialmente los libros de estudio, pueden ser
comprendidos únicamente por quienes han hecho largos años de escuela.
Pero también en el estudio, como en muchas otras cosas, todo está en
comenzar.
Puede ser que el primer día nos queden muchas dudas, pero al segundo
se comprenderá mejor lo que se ha estudiado, y así sucesivamente.
Para estudiar lo fundamental es haber comprendido la necesidad de
estudiar, de donde surge la voluntad que permite no desconsolarse ante la
primera dificultad.
Es pues, necesario leer y releer varias veces cada trozo del texto y no avanzar sino se tiene la certeza de haber comprendido y de estar en
capacidad de poder exponer el contenido de lo que ha estudiado.
Claro que, la primera vez, posiblemente sea necesario emplear una hora
para estudiar una página; puede incluso suceder que uno se atasque en
una expresión o en un período particularmente difícil; en tal caso, es
necesario tratar de comprender bien el significado de cada palabra, de la frase misma; tratar de relacionarlas entre sí y con los períodos que
anteceden y los que le siguen.
Si el pasaje resulta aún poco claro o incomprensible, conviene releer toda
la página para procurar al menos, asimilar el sentido general.
Si hay un camarada más preparado, es necesario preguntarle sin temor al
ridículo.
En fin, estudiar requiere, ciertamente, mucha atención, pero no es una
cosa extremadamente difícil.
La perseverancia, la paciencia, el hábito, a no tener demasiada prisa para
andar adelante, son las cualidades indispensables para afrontar el estudio,
y se trata de cualidades que cada uno puede fácilmente adquirir cuando
ya ha comprendido la necesidad de estudiar.