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COMISIÓN ESPECIAL DE ESTUDIO DE LA PROBLEMÁTICA DE LA ADOPCIÓN NACIONAL Y OTROS TEMAS AFINES PRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª MARÍA TERESA DEL CARMEN CAMACHO VÁZQUEZ celebrada el lunes, 8 de marzo de 2010 ORDEN DEL DÍA: Páginas Comparecencias: ................................................................................................................................................ 2 Del Director de la Línea de Acogimiento y Adopción de Agintzari, Sociedad Cooperativa de Iniciativa Social, D. Alberto Rodríguez González, psicólogo y terapeuta familiar, a petición del Grupo Parla- mentario de Senadores Nacionalistas Vascos, para informar sobre el trabajo que viene realizando en el campo de las adopciones y acogimientos. (Número de expediente 715/000060). .................................... 2 — Del Presidente de la Associació de Famílies Acollidores de Barcelona (AFABAR), D. Lluís Vallès Casanova, a petición del Grupo Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència i Unió, para informar en relación con la materia objeto de estudio de la Comisión. (Número de expediente 715/000157). .................................................................................................................................................... 17 Del Vocal de la Associació de Famílies Acollidores de Barcelona (AFABAR), D. Jorge Vidal-Quadras Trias de Bes, a petición de la propia Comisión, para informar en relación con la materia objeto de estudio de la Comisión. (Número de expediente 715/000294). .................................................................. 17 Año 2010 IX Legislatura Comisiones. Núm. 289

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COMISIÓN ESPECIAL DE ESTUDIO DELA PROBLEMÁTICA DE LA ADOPCIÓN NACIONAL

Y OTROS TEMAS AFINESPRESIDENCIA DE LA EXCMA. SRA. D.ª MARÍA TERESA DEL CARMEN

CAMACHO VÁZQUEZ

celebrada el lunes, 8 de marzo de 2010

ORDEN DEL DÍA:Páginas

Comparecencias: ................................................................................................................................................ 2

— Del Director de la Línea de Acogimiento y Adopción de Agintzari, Sociedad Cooperativa de IniciativaSocial, D. Alberto Rodríguez González, psicólogo y terapeuta familiar, a petición del Grupo Parla-mentario de Senadores Nacionalistas Vascos, para informar sobre el trabajo que viene realizando en elcampo de las adopciones y acogimientos. (Número de expediente 715/000060). .................................... 2

— Del Presidente de la Associació de Famílies Acollidores de Barcelona (AFABAR), D. Lluís VallèsCasanova, a petición del Grupo Parlamentario Catalán en el Senado de Convergència i Unió, parainformar en relación con la materia objeto de estudio de la Comisión. (Número de expediente715/000157). .................................................................................................................................................... 17

— Del Vocal de la Associació de Famílies Acollidores de Barcelona (AFABAR), D. Jorge Vidal-QuadrasTrias de Bes, a petición de la propia Comisión, para informar en relación con la materia objeto deestudio de la Comisión. (Número de expediente 715/000294). .................................................................. 17

Año 2010 IX LegislaturaComisiones. Núm. 289

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Se abre la sesión a las dieciséis horas y cinco minutos.

La señora PRESIDENTA: Se abre la sesión. Buenas tar-des. Bienvenidos de nuevo a esta Comisión de Adopción.

Antes de empezar las comparecencias de esta tarde qui-siera decir que hoy es un día muy especial para toda lasociedad y, fundamentalmente, para las mujeres y, desdela Presidencia de la Mesa quería felicitaros a todas y atodos.

Como punto previo tenemos la aprobación, en su caso,del acta de la sesión celebrada el 16 de noviembre. ¿Puededarse por aprobada? (Asentimiento.)

Queda aprobada.

COMPARECENCIAS:

— DEL DIRECTOR DE LA LÍNEA DE ACOGIMIEN-TO Y ADOPCIÓN DE AGINTZARI, SOCIEDADCOOPERATIVA DE INICIATIVA SOCIAL, D.ALBERTO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, PSICÓ-LOGO Y TERAPEUTA FAMILIAR, A PETICIÓNDEL GRUPO PARLAMENTARIO DE SENADORESNACIONALISTAS VASCOS PARA INFORMARSOBRE EL TRABAJO QUE VIENE REALIZANDOEN EL CAMPO DE LAS ADOPCIONES Y ACO-GIMIENTOS (Número de expediente 715/000060).

La señora PRESIENTA: Damos paso a la primera compa-recencia de esta tarde, de don Alberto Rodríguez González,psicólogo y terapeuta familiar, director de la Línea deAcogimiento y Adopción. Sin más le damos la palabra.Bienvenido y muchas gracias.

El señor DIRECTOR DE LA LÍNEA DE ACOGIMIENTOY ADOPCIÓN DE AGINTZARI, SOCIEDAD COOPE-RATIVA DE INICIATIVA SOCIAL (Rodríguez González):(El señor compareciente apoya su intervención con diapo-sitivas.) Buenas tardes.

Primero quiero decir que parte de la exposición que voya hacer me ha tocado improvisarla porque habíamos pre-parado un informe, pero no teníamos muy claro que íba-mos a hacer una ponencia. Fundamentalmente me gustaríaexplicar algunas de las propuestas que aparecen en elinforme y desde donde se hacen.

Me gustaría empezar diciendo que nuestra entidad, quese llama Agintzari —en euskera significa promesa— tienemás de veinticinco años de recorrido de los cuales lleva-mos trabajando casi quince en el ámbito del acogimientofamiliar y la adopción, y por lo tanto, hemos afrontadosituaciones buenas y malas, nos hemos equivocado y tam-bién hemos aprendido a hacer todo tipo de intervencionesy sobre todo a ver qué cosas son las que realmente funcio-nan en el acogimiento y la adopción. Aunque la comisiónse centra tanto en la adopción nacional como en el aco-gimiento familiar, me gustaría hacer aportaciones másrelacionadas con el acogimiento familiar porque otros

compañeros y compañeras ya han hablado anteriormentedel tema de la adopción, aunque sí señalaré algún punto alfinal.

Me gustaría, apoyándome en un PowerPoint que va aser muy breve, ver donde percibo algunas de las disfuncio-nes o necesidades de ajuste en el ámbito del acogimientoy la adopción, teniendo en cuenta que hay que empezardiciendo que el acogimiento familiar, desde mi punto devista, es una de las medidas mejores y más beneficiosaspara todos los niños del sistema de protección a la infancia.

Está encima de la mesa el debate sobre qué es más esta-ble, un acogimiento familiar o una adopción. Creo quetenemos que diferenciar dos conceptos, uno es la estabili-dad legal y otro la estabilidad emocional. Por lo tanto,aunque la adopción es una medida definitiva que aportaestabilidad legal, todos los niños tanto en acogimientofamiliar como en adopción van a vivir situaciones de alti-bajos, porque partimos de la siguiente realidad, que es quetodos han vivido situaciones graves de desamparo y, por lotanto, son chavales dañados, cuya única posibilidad deremontar es que puedan exteriorizar parte de los proble-mas que han vivido.

¿De dónde viene nuestra experiencia? Tanto del ámbitodel trabajo comunitario como del ámbito del acogimientoy la adopción, en los que desarrollamos cinco programasespecíficos, de los cuales tres son de la Diputación Foralde Vizcaya. Un equipo, el que representa La Casita, que esde promoción de acogimiento familiar centrado en losacogimientos en familia ajena, con casi trece años de reco-rrido y experiencia; un equipo de acogimiento en familiaextensa, acogimientos realizados por abuelos y por tíos,que se lleva haciendo aproximadamente desde los últimoscuatro años; un programa público de apoyo a la adopción,conocido como posadopción, que lleva funcionado desdeel año 2009 y otro servicio, del Gobierno vasco, relaciona-do con la investigación sobre las necesidades en la adop-ción que se denomina Adoberri. Finalizamos con el que sellama Adoptia, que es un servicio de carácter privado.

Por lo tanto sí me gustaría trasladar que algunas de lascuestiones que vamos a comentar no son sólo mías sino deun equipo de profesionales bastante amplio, que llevamostiempo trabajando y creo que podemos aportar, con ciertaprecaución pero también con cierta convicción, algunoselementos que hacen que algunas de las medidas de pro-tección sean eficaces o no lo sean.

Se nos pedía una valoración general sobre cómo estabael sistema de protección en este momento y contestamosque el sistema es adecuado. Es decir, en general, la legis-lación que hay sirve para arreglar muchas de las situacio-nes de los chavales pero no es del todo suficiente, tenien-do en cuenta que hay muchísimos retos y que el ámbito deprotección a la infancia cambia muy rápidamente. Lo voya plantear de una manera sencilla. Tenemos tres clavespara hacer que una medida de protección sea eficaz. Poruna parte, que esté bien fundamentada legalmente la situa-ción; por otra, que a nivel de procedimiento administrati-vo, éste sea ágil y esté bien organizado para que no haya

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ningún problema de que falta un papel que acredite que unniño tiene que estar en unas condiciones u otras y, por últi-mo, que técnicamente la intervención sea creativa y efi-caz porque los problemas son continuos, y porque sabe-mos que en la protección a la infancia en el ámbito deacogimiento familiar no termina con una intervenciónpuntual sino que se va a desarrollar hasta los 18 años deedad. Por lo tanto va a requerir que a lo largo de todos losaños de intervención no puedas hacer siempre lo mismo ytengas que hacer cosas distintas para generar cambios yayudar un poco a las partes.

Hay una parte del sistema que es mejorable y querequiere por lo menos actualizarse en base a la experien-cia. Ya hay suficientes buenas prácticas a nivel estatal. Enmuchos de los decretos autonómicos y, sobre todo, en lasregulaciones técnicas de funcionamiento de muchas de lascomunidades ya existen otro tipo de acogimientos que noshace pensar si realmente los acogimientos simples, perma-nentes y preadoptivos son las únicas modalidades que pue-dan figurar en la ley, porque lo que nos dice la práctica esque son insuficientes para poder responder a muchas cues-tiones del día a día.

Es cierto que, como decía Jorge Barudy —creo quehabrán oído hablar de él ya que es un autor muy conoci-do—, al sistema de protección no se le puede pedir perasal olmo, hay que pedirle peritas, porque partimos de situa-ciones bastante problemáticas. El sistema ha mejoradomucho, hay más recursos técnicos, hay más recursos eco-nómicos pero la realidad es que la actuación no es homo-génea ni a nivel estatal ni de las mismas comunidadesautónomas, lo que representa un problema de cara inclusoa la imagen social que puedan tener ambas medidas deprotección: el acogimiento y la adopción.

Nosotros realizamos acciones de formación en todo elEstado, y eso implica que tenemos conocimiento de cómose hace en muchos sitios y vemos que hay muchas cosasque mejorar. Me gustaría explicar sucintamente las disfun-ciones más claras. Hay que validar lo que ya se conoceque funciona. Eso significa que hay que incorporarlo denuevo, no sé si a la ley o en algún decreto. Hasta hace pocotiempo el concepto de acogimiento familiar se contempla-ba como una medida de carácter temporal donde se podíavalorar la posibilidad de una reunificación familiar. Perohoy en día el concepto de acogimiento familiar simple-mente lo que indica es que los niños tienen dos familias:Legalmente una familia de acogida y una familia biológi-ca, y que el mantenimiento de los contactos con la familiabiológica es un elemento tranquilizador para muchos delos niños. Esa es una de las partes en las cuales vamos atener que revisar la definición de algunos de los conceptos.Creemos que cualquier modificación legal que se hagatiene que ser de carácter innovador y que prevenga losretos y los cambios que se van a producir en los próximosaños. Si hiciéramos una ley muy encorsetada y muy rígi-da es probable que dentro de tres años se nos quedara dealguna manera caduca. Desde que llevo trabajando en esteámbito, me he encontrado con que todos los años tocainventarse nuevas formas técnicas para poder abordar yresolver las nuevas realidades.

Uno de los temas que sí nos gustaría trasladar como ele-mento genérico, y luego ya profundizaremos en ello unpoco más, es que todo lo que tiene que ver con la proteccióna la infancia se ciñe fundamentalmente hasta los 18 añosde edad. Pero nos encontramos, cada vez más, con muchassituaciones de chavales y chavalas que a los 18 años deedad, de repente, pasan a estar desamparados por el propiosistema de protección, y que tienen que esperar hasta cercade los 22 o 23 años para que el propio sistema de los servi-cios sociales les puedan amparar con otro tipo de ayudas.Por lo tanto las familias de acogida siguen haciéndosecargo de estos chavales en un limbo legal en el que no seha podido profundizar. Hay que pensar si una ley de pro-tección a la infancia puede ampliar el objeto de trabajo porlo menos hasta que los servicios sociales garanticen quepuedan obtener otro tipo de coberturas. Es una mala solu-ción que a los 18 años de edad, los profesionales que hantrabajado durante años con las familias y los chavales, derepente tengan que desaparecer y se incorporen personascon una filosofía de trabajo diametralmente opuesta ymuchas veces sin recursos técnicos ni económicos, lo quetermina generando un problema para poder dar continui-dad en un momento tan convulso como suelen ser los 18años de edad de cualquier persona.

Es cierto que el marco legal está cubierto a muchosniveles, pero creo que hay aspectos como el de la Ley deAdopción internacional donde se incorpora, en una de lasdisposiciones finales, un aspecto que era muy necesariopara el tema de protección a la infancia que es establecerun límite al período de tiempo en que los padres biológi-cos pueden reclamar a sus hijos y por lo tanto que vuelvancon ellos. En la práctica nos genera muchos problemasporque lo que viene a decir la disposición final es quepasado un período de tiempo de dos años decae el derechode los padres. Pero decaer no es suprimir, ni eliminar, nisuspender. Por lo tanto, dependemos de la interpretaciónjudicial que en cada uno de los ámbitos se pueda hacer yen esa parte nos hemos encontrado con interpretacionesmuy distintas según qué comunidades autónomas. Creoque es un elemento estructurante muy importante del sis-tema poder establecer un límite, no sólo en cuanto al tiem-po que los padres pueden reclamar la tutela de sus hijossino incluso también con respecto a otro elemento comopuede ser la guarda. ¿Cuántos chavales del sistema de pro-tección están en situación de guarda? Pueden estar ensituación de guarda durante 10, 11, 12 años y, por lo tanto,hay que contar con el aval de las familias biológicasteniendo en cuenta que en 12 años no se han producidocambios relevantes y que su situación se puede considerarcomo cronificada. Es el momento de valorar que hay queponer límites a ciertas cosas y es un elemento que nosotrosvamos a sugerir como posibilidad.

A modo de reflexión, aquí parece el esquema de cómoentendemos la estructura del acogimiento familiar. Estáformado fundamentalmente por un triángulo entre unmenor, una familia de acogida, y una familia biológica,pero del que también forman parte un conjunto de profe-sionales que está en torno al menor. Quiero decir que los

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niños acogidos no tienen un solo padre o una sola madre,tienen dos familias, y todo un equipo de profesionales entorno a ellos. Toda esta situación se desarrolla así hastalos 18 años. A los 18 años ya hemos comentado que derepente el sistema profesional desaparece pero sus otrasdos familias siguen existiendo. Esto da que pensar quemuchas veces este triángulo, al menos el del menor con lafamilia de acogida y la familia biológica, pueda convertir-se en un triángulo que se mueve hacía una de las esquinasy que los chavales parece que están más próximos a lafamilia de acogida que a la familia biológica, o que a vecesse mueva hacia el otro lado y parece que los chavales estánmás próximos a su familia biológica que a los acogedores.Cualquiera de los dos movimientos del triángulo terminagenerando un riesgo de cese de los acogimientos muyaltos y depende fundamentalmente del tipo de actuaciónprofesional que se realiza sobre ellos. De hecho creo quea día de hoy suele pasar que si nos preguntáramos de esetriángulo cuánta atención recibe cada una de las partes,cada uno de los protagonistas, el menor, la familia de aco-gida, y la familia biológica, los menores sí tienen muchaatención en el sistema de protección, las familias de aco-gida también, las familias biológicas a veces en exceso,pero suele haber un problema que es, quién se hace cargode la relación entre el menor y sus padres. Normalmentelas visitas son supervisadas, suelen ser en algunos servi-cios concretos o puntos de encuentro, pero son serviciosque están a veces desconectados realmente de lo que es elacogimiento familiar y, por lo tanto, no pueden respondera las necesidades que tienen esos mismos espacios. Y¿quién se hace cargo de la relación entre una familia deacogida y una familia biológica? Suele ser un espacio, unespacio intermedio que suele estar completamente aban-donado y del que nadie se hace cargo, y por lo tanto lo queno se ha gestionado por los profesionales de alguna mane-ra no será eficaz de cara a poder manejar las dificultadesdel acogimiento y también de la adopción.

En relación a las diferencias notables que se ven en elsistema, fundamentalmente ligado al acogimiento, tengoque decir que, por una parte, la realidad es que los apoyoseconómicos que reciben las familias de acogida a nivelestatal son diversos, depende del lugar. Puede ser que enun momento dado esté considerado como una ayuda alacogimiento, en otros casos esté considerado como unacompensación de gastos. Cada uno de los matices tiene con-secuencias distintas porque habla del nivel de la implicaciónde la Administración pública en los propios acogimientosfamiliares. Una compensación de gastos es eso, una com-pensación por los gastos que supone el acogimiento a lafamilia de acogida. Una ayuda al acogimiento es concebi-do como un apoyo puntual y de vez en cuando las propiasasociaciones de familia lo plantean más en la línea decompensación que de ayuda al acogimiento. Las cuantíasson diametralmente opuestas. Nos podemos encontrarsituaciones donde realmente abuelos que acogen en unaprovincia perciban compensaciones económicas muy dis-tintas que una familia de acogida ajena que acoge en esamisma provincia. Podemos hablar de compensaciones del

doble económicamente; es decir, una familia de acogidaajena percibe el doble en algunos sitios que las propiasfamilias extensas que paradójicamente cuentan con menosmedios económicos para ello. A la par, muchas de lascompensaciones económicas a veces se dan de maneraordinaria todos los meses y en algunos casos se hacen víasubvencional. Hace tiempo conocí a una familia que enuna comunidad autónoma percibía 12 euros al mes que eralo que le correspondía según las cuantías de las tablas deingresos, era lo que estaba establecido. Es decir que lascompensaciones económicas se tienen que valorar direc-tamente como un derecho y como una necesidad del aco-gimiento familiar donde de alguna manera se muestratambién la implicación de la Administración pública comoresponsable del sistema de protección.

Hay nuevas modalidades de acogimiento familiar queya les habrán trasladado a otras personas, pero es muy dis-tinto cómo se plantean para unas situaciones y para otras.Fundamentalmente para las situaciones más difíciles, paraencontrar familias de acogida y para niños a partir de 10 años,grupos de hermanos, niños con problemas de conducta, seplantean a veces diferentes situaciones. En unas comuni-dades autónomas se habla de acogimientos especializados,en otros de acogimientos profesionalizados, en otros deacogimientos de fin de semana y vacaciones, y, en otros, sehabla de que sean acogimientos ordinarios como todos losdemás pero con una remuneración especial, de 200 eurosmás al mes por cada uno de los niños. Es decir, al final larealidad lo que nos muestra es que una familia de acogidaque, por ejemplo, en Vizcaya acoja a unas sobrinas quesean de la Comunidad Valenciana por ejemplo, o de cual-quier otro sitio, se van a encontrar con que esa familia viveen el territorio de Vizcaya pero está sujeta a los derechosy ayudas que se reciben en la Comunidad Valenciana. Sila imagen de las ayudas que se perciben no es homogé-nea, al final el mensaje que se genera es que las familiasque acogen en comunidades con cuantías más altas seencuentran con que su papel casi es minusvalorado por-que hay una parte de no homogeneidad que perjudica.

Aparte, hay otros problemas como es la definición delrégimen de visitas. El régimen de visitas es vivido normal-mente como un problema porque se considera que, a veces,en los acogimientos familiares las familias biológicas,como suele decirse aunque lo diga mal, «mejor si muerto elperro se acabó la rabia». Es decir cuanto más les quitemosun poco del medio seguramente pueda funcionar mejor elacogimiento. Pero una clave de éxito del acogimiento va aser la presencia e implicación de los padres; sin ellos va aser muy difícil conseguir que el acogimiento familiar fun-cione. De hecho se puede decir que en Vizcaya, el 95% delas familias de acogida conocen a los padres biológicos ylos conocen previamente a empezar el acogimiento fami-liar. Es un procedimiento establecido que garantiza que elconflicto de lealtades se maneje desde antes de empezar elpropio acogimiento y la cuestión es que los adultos soncapaces de ponerse de acuerdo sin la mediación de losniños. En el régimen de visitas suele pasar que, por ejem-

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plo, las frecuencias en acogimiento simple y permanenteson muy distintos si está un niño en acogimiento en fami-lia ajena, en familia extensa y depende de las comunida-des en que se encuentra. Hay comunidades donde se con-sidera que un acogimiento simple puede tener un régimende visitas máximo de una vez al mes, mientras que enotros sitios se considera, me refiero a la comunidad de allado, que las visitas de un acogimiento simple tienen queser semanales. Necesitamos orientaciones que permitanhomogeneizarlo porque al final el sistema termina siendoconsiderado arbitrario a la hora de establecer algunas deestas pautas. Incluso también en lo que tiene que ver concómo se comprende el acogimiento familiar. Yo estoy tras-ladando una filosofía de trabajo que de alguna manera noes nuestra. Nosotros la hemos aprendido, la hemos mane-jado, pero es como se realizan y gestionan parte de losacogimientos familiares en el norte de Europa y en otrospaíses con más recorrido que nosotros, como puede serAlemania, donde las familias biológicas son las que ayu-dan a preparar a sus hijos a que vayan en acogimientofamiliar. Es decir, hasta dónde podemos llegar para quehomogéneamente se considere que las familias biológicaspueden ser una parte protagonista del sistema, cuando nor-malmente terminan siendo los excluidos porque no sabe-mos muy bien cómo manejar la situación con ellos.

Los recursos técnicos de apoyo al acogimiento suelenser a veces diametralmente opuestos. Voy a poner unejemplo un poco extremo pero solemos hacer consultoríaorganizativa y algunas veces solemos preguntar lo siguien-te: si un niño acogido en familia ajena le preguntara derepente a sus acogedores si su madre biológica sigue con-sumiendo droga, ¿cuántos profesionales intervendríanantes de darle la respuesta al chaval? El promedio está porencima de 12 profesionales. Por lo tanto estamos hablan-do de que tanto profesional y tanta coordinación al finalgenera ineficacia profesional y es probable que ese chavalno obtenga una buena respuesta en este período de tiem-po. Son elementos que nosotros los trasladamos como unaopinión y una visión un poco nuestra.

También es cierto que en la valoración de las familias deacogida hay diferencias muy notables. Hay comunidadesautónomas donde se reconoce la idoneidad de una familiade acogida. En otros casos no se habla de idoneidad sinode adecuación porque es distinto hablar de una familiaajena que de una familia extensa. En otras, las familias quese acercan voluntariamente no reciben ningún reconoci-miento por escrito si van a ser colaboradoras o no del sis-tema de protección, sin embargo se les entrevista porigual. Los criterios de valoración, no están del todo defini-dos ni tampoco homogeneizados. A veces se extrapolanalgunos de los criterios de la adopción y se quita un pocola parte del concepto de estabilidad pero de alguna mane-ra no se da continuidad, al contrario.

Nuestra entidad cree que hay muchas cosas que se pue-den hacer. Como ejemplo quiero decir que esta es un pocola realidad de los tipos de acogimiento que están defini-dos, según la Junta de Castilla y León, y estos son algunos

de sus decretos donde aparecen todas las modalidades deacogimiento que puede haber según la Constitución. Perosi vamos a la parte donde pone: según contenido, aparecepor una parte, acogimientos ordinarios y luego aparecenacogimientos especializados y estos con diferentes casuís-ticas y situaciones. Este mismo ejemplo nos muestra larealidad de muchas comunidades autónomas. Más allá deacogimientos simples y permanentes, me estoy centrandomás en los acogimientos que no son preadoptivos, la varie-dad de acogimientos casi no se suele utilizar, y como aveces tenemos que responder a necesidades de chavalesconcretos es probable tengamos que inventarnos otro tipode situaciones. Los acogimientos de urgencia están instau-rados, pero se considera un tipo de acogimiento simplecuando no lo es o pudiera tener su propia identidad.

Sobre los acogimientos especializados hay que pensarbien si con ese debate que está encima de la mesa paraestas situaciones más complicadas tenemos que buscarprofesionalizar los acogimientos familiares o especializarlos acogimientos familiares. En otros países se han profe-sionalizado. Ha habido cosas que han funcionado y otrasque no. Si alguien pregunta nuestra opinión diría que nosomos partidarios de la profesionalización del acogimien-to familiar en ningún caso porque la voluntariedad de lasfamilias y el hecho de que no vivan directamente sólo delacogimiento es un valor que los chavales perciben. Esdecir, que alguien soporta sus dificultades más allá de loque supone económicamente y, sin embargo, hay que darrespuesta al problema de esos chavales que están en cen-tros de acogida y que son un montón.

Hay otras situaciones que se planteaban en el escritocomo por ejemplo hasta dónde están suficientemente reco-gidos el interés del menor y el de los padres. Nosotrosexponemos lo siguiente. Por una parte, es cierto que con laLey de Adopción internacional hay algo en lo que se haavanzado, se ha mejorado pero no es del todo suficiente.Por otra, nos encontramos con lo siguiente, no hay crite-rios que especifiquen cuál es el interés del menor. Nospodemos encontrar que ante una modificación de un régi-men de visitas, una familia de acogida te diga que hay quemodificarlas y que las visitas sean menos por el interés delmenor y que los técnicos digamos que tienen que ser máspor el interés del menor, pero ¿cuál es el interés delmenor? ¿En base a qué está medido el interés del menormás allá de las consideraciones psicológicas o emociona-les que técnicamente se pueden abordar? Es un elementoque necesitamos para poder hacerlo o matizarlo.

He traído una sugerencia, que es incompleta pero es laque señala la ley autonómica del País Vasco, en la que sedice que el interés general del menor tiene que venir deter-minado por las necesidades y los derechos de la personamenor de edad, sus opiniones y deseos y considerar sumarco familiar, pero la pregunta es: ¿cuáles son las nece-sidades de un menor? Las necesidades de un menor pue-den ser de alimentación, de higiene pero no estamoshablando de esas necesidades de cara a tomar decisionessobre si el régimen de visitas tiene que ser de una manerao de otra, si se puede establecer un pronóstico de reunifi-

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cación o no, o si tenemos que hablar de los elementosdolorosos de la vida de un niño —de malos tratos, abusossexuales— porque de alguna manera entran en colisión losmiedos de cada una de las partes. Creemos que todo estose puede definir bastante bien, pero hay que hacerlo demanera diferenciada para cada una de las medidas. Porejemplo, nosotros solemos establecer necesidades especí-ficas en el acogimiento que son las siguientes: por unaparte, un contexto familiar estable y adecuado que eso lopuede proveer la familia de acogida; la continuidad de larelación y de los lazos con sus padres biológicos que noson lazos, exclusivamente lazos de afecto, lazos de amor,sino que son lazos fundamentalmente de conocimientopara entender su propia historia, son lazos de tranquilidadmuchas veces. Saber que cuando alguien tenga que expli-carle su historia va a estar realmente quien supo lo quepasó, no quien no se acuerda o quien lo ha tenido que leeren un expediente. Hay que reparar parte de los daños vivi-dos previamente y normalmente hay una parte filosóficarelativa a quién puede reparar los daños, porque normal-mente se suele decir que los repara quien los cometió. Sinunos padres presentes es difícil que haya elementos de lahistoria que puedan ser reparados por personas ajenas, unafamilia ajena, una familia adoptiva, que no tienen nadaque ver con esa parte de la historia pero que sí van a reco-ger todo eso. Aquí hay algunas sugerencias de elementosque pueden ayudar a definir dónde está el interés delmenor.

Por otro lado y volviendo atrás, al interés del menor, elconflicto no sólo se sostiene en la falta de criterio sinotambién en que hay un conflicto entre el sistema judicial yla Administración competente de tomar las decisiones. Enla práctica nos encontramos con que, normalmente, cuan-do una medida se ha puesto en marcha —un acogimientofamiliar o un régimen de visitas—, si los padres no estánde acuerdo va a ser revisada judicialmente. Esto significaque se van a volver a implementar todas las actuacioneshechas anteriormente y que, si tuviéramos que ir a juicioen un momento dado, la Administración competente,según la legislación, va a ser tomada como parte interesa-da. Es una situación que da la vuelta al papel del sistemade protección, es decir, no vamos a ser ya el sistema deprotección sino un sistema supervisado, casi comparable aun proceso de separación y divorcio, en el que en un ladoestarían los padres biológicos y en el otro el sistema deprotección. Hay que valorar, pues, si se tienen que seguirdando pasos para desjudicializar todavía más los procedi-mientos, por lo menos en el acogimiento familiar.

Avanzando un poco más, antes señalaba que otro de losejemplos era la diferencia de criterios en la valoraciónpero también en cuanto a cómo se entienden los proble-mas en el acogimiento familiar y en la adopción. Creo queno es ninguna barbaridad decir que los problemas formanparte de las medidas de protección del día a día, porqueestamos hablando de niños que han vivido situaciones gra-ves de desamparo, y la única manera de resolverlos essacarlos fuera. Por lo tanto, cuando surjan los problemasestaremos empezando a tocar la parte importante, la parte

emocional. Y aunque a veces los problemas son vividoscomo algo que indica ineficacia, en realidad el problemaes algo connatural. Si nos preguntáramos por la experien-cia de un chaval que haya estado dieciocho años en el sis-tema de protección, es probable que los primeros dos añosdel acogimiento fueran complejos. Si hubiera que modifi-car la medida y pasar de un acogimiento simple a uno per-manente, seguramente tendríamos problemas, y eso ines-tabilizaría al niño. En la adolescencia también se producensituaciones de inestabilidad porque se van a revivirmuchas de las historias previas. Y si el acogimiento llegahasta la mayoría de edad, se va revivir el conflicto de leal-tades, en el que se va a ver con quién se queda el chaval:con unos o con otros. Por lo tanto, no podemos considerarque los problemas del día a día sean un indicador de querealmente las medidas no se gestionan bien, sino que real-mente es así. En la adopción nacional y en la internacionaltambién se dan este tipo de problemas. Comentaba antesque durante mucho tiempo se ha estado pensando sobre encuántos casos de adopción se producen rupturas en la con-vivencia. Y aunque no hay ningún estudio exhaustivosobre ello —en la Comunidad de Madrid se hizo un inten-to—, la realidad nos dice que son más de los que pensa-mos y que, por lo tanto, nadie puede imaginarse que por-que las familias adoptivas no llamen al sistema deprotección no hay crisis ni problemas en las adopciones.Ambas medidas funcionan de la misma manera emocio-nalmente, pero una tiene más estabilidad legal que la otra.

Todo el mundo desearía que la evolución de un chavalfuera como en la imagen que les muestro, pero el sistemade protección va a funcionar realmente como aparece enesta otra. Esta es, por desgracia, la evolución esperable deun niño del sistema de protección. Por lo tanto, tenemosque pensar que la familia que se pueda hacer cargo de éltiene que estar muy preparada tanto para las subidas comopara las bajadas; y estas se van a dar de manera continua-da. Este esquema no es un mal indicador, pero es difícilinterpretarlo socialmente, porque se va a entender que seestá fracasando cuando realmente se está mejorando. Solopor poner un ejemplo con una broma, les diré que hay unafamilia de acogida que nos suele llamar muchas veces ynos dice: Lo debo estar haciendo de puñetera madre por-que no hay Dios que lo soporte. Y es cierto; vamos a tenerque empezar a traducir los problemas de otra manera, por-que esa es la realidad del día a día.

El proceso de acogida tienes sus objetivos pero tambiénhay que ver cómo está organizado. Normalmente hay unamanera de organizar la intervención, y voy a poner unejemplo de cómo se organiza en Vizcaya el acogimientoen familia extensa. En algunos casos los profesionalesintervienen fundamentalmente con el menor y con lospadres y no con el resto del sistema. En esta imagen tene-mos un triángulo, con el resto de los agentes: la Diputa-ción, que sería la Administración competente, y el sistemajudicial. En otros casos hay equipos profesionales quesolo trabajan con la familia de acogida y con el menor.Hay otras situaciones en las que solo se trabaja con lospadres. Pero realmente hay pocos que trabajen con todos.

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Eso significa que no solo hay que hacer el seguimiento ala familia de acogida y saber cómo se encuentra el menor,sino también un trabajo con los padres, hacerles presentes,supervisar las visitas, y trabajar los motivos del desampa-ro. Es decir, cuanto más fragmentado está el sistema, enmás ineficaz se convierte, de tal manera que en el ejemploque antes comentaba, del niño que necesita saber si sumadre sigue teniendo problemas de toxicomanía, en un sis-tema fragmentado es probable que no lo llegue a saber concerteza nunca si no se lo pregunta directamente a ella. Poreso tenemos que revisar cómo está organizado el sistema.

Hay algunos criterios o elementos que son directamen-te factores de éxito para entender el acogimiento. Me voya centrar en uno de ellos. Por una parte, tiene que habertécnicos que se crean el acogimiento familiar. Es la medi-da más difícil de creerse porque, así como normalmentesuele haber unos padres y un hijo o una hija, en este casohay dos familias y un chaval; un chaval con problemas ydos familias tocando las narices. Por lo tanto, es la medi-da más difícil —repito— de ser creída por parte de lospropios profesionales porque hay mucha presión y unadifícil gestión del día a día. Pero la clave para nosotros esque sin la presencia y sin la implicación de los padres nova a funcionar ningún acogimiento familiar.

Un elemento que también es importante es el de las visi-tas. No está suficientemente regulado el concepto del régi-men de visitas, con qué criterios se puede hacer, si de unamanera o de otra, si debe haber una frecuencia, etcétera.Lo importante es que las visitas son el espacio donde loschavales pueden plantear sus necesidades. Está claro quenecesitan entender lo que les ha pasado, pero ¿quién se lova a contar mejor que sus padres y dónde mejor que duran-te las visitas? Pero si estas las gestionan profesionales queno están conectados con la realidad del día a día no van apoder ayudar a que ellos cuenten la historia y, por lo tanto,el sistema volverá a estar fragmentado. Así pues, la formade gestionar las visitas es un elemento que puede dar esta-bilidad o no a los acogimientos, y hemos sugerido que sedebe intentar incorporar como principio de actuación laintegralidad, al menos en la protección a la infancia. Perola integralidad no es que haya un responsable, una comu-nidad autónoma o una provincia concreta, que dirija elcaso sino que los profesionales que intervengan lo hagancon todas las partes. Reconozco que es una situación queexige mucho más técnicamente, pero también es muchomás eficaz. Está comprobado y validado.

Por otro lado, normalmente solo tenemos dos tipos devisitas: las que llamamos libres, que no hace falta regularporque son un derecho que no requiere ningún tipo de nor-mas, y las supervisadas. Pero en la práctica existen másmodalidades que se utilizan a diario, por ejemplo, visitasmediadas, que son aquellas en las que hay que estar pre-sente en el intercambio, y también otras en las que, sin quehaya motivos suficientes para supervisarlas, es necesariala presencia de un profesional para que oriente y manejeciertas dificultades con los padres. Por lo tanto, es necesarioque se estructuren itinerarios en relación con las visitas,

porque estas por sí mismas pueden ser un grave problema,dependiendo de su gestión.

¿Cuáles son las propuestas que nos gustaría trasladar?Por una parte, hay que disociar el debate sobre si realmen-te la adopción nacional es la solución para muchos chava-les que están en centros de acogida. Mi opinión es, drásti-camente, que no es así; porque para los chavales quepodrían tener una propuesta de una adopción, esta ya se hagestionado.

¿Qué mejoras se pueden incorporar al sistema de insti-tucionalización? Muchas ya las hemos sugerido, pero megustaría centrarme en una de ellas. Tenemos que evitar queincluso legalmente se señale que los menores de 3 añostengan que estar en un centro de acogida, porque es muydañino para el desarrollo emocional de un bebé pasar en éldos o tres meses, por magníficos que sean los profesiona-les o las instalaciones que tengan. No depende de los pro-fesionales ni de las instalaciones. Es difícil encontrarfamilias de acogida para chavales de 9 años, pero paraniños de hasta 6 años sí es probable, dependiendo del tipode campañas que se puedan realizar. Por lo tanto, podríaser pertinente que, de la misma manera que sugerimos quelos menores de 3 años no deben estar en centros de acogi-da, los menores de 6 años tampoco estuvieran en ellos,porque tienen edades en las que se puede encontrar unrecurso. Otra cosa es que haya que ir de caza y pesca abuscar familias de acogida.

En cuanto a las propuestas sobre el acogimiento fami-liar, por una parte, hay que actualizar las modalidades deacogida. Eso significa que hay que incorporar las que yaestán sobre la mesa, las que ya conocemos, pero tambiénhabrá que valorar si conviene estructurar modalidades detipo simple, permanente o preadoptivo o hacerlo de mane-ra más abierta, estableciéndolas en función de su duración,de si son más o menos especializadas o de si hay un pro-nóstico de reunificación o no. Quizá haya que inventarseotra manera de nombrarlas. El sistema de Castilla y Leóntiene aportaciones muy interesantes sobre esa definición,que consideramos que se pueden tener presentes.

Por otro lado, hay que ampliar el objeto de intervenciónen el ámbito del acogimiento familiar. Intervenir en el aco-gimiento familiar solo hasta los 18 años está bien, pero esclaramente insuficiente, porque lo que termina pasando esque a los 19 años todo lo que el sistema de protección hatrabajado durante dieciocho se cae en menos de seismeses. Por lo tanto, hay que buscar otras fórmulas. Hayque encontrar criterios, como antes señalábamos, paradefinir el interés superior del menor y para establecer quétipo de régimen de visitas tiene que haber en cada una delas situaciones.

Uno de los problemas clave es el de las decisiones. Enel acogimiento familiar y en el acogimiento residencial lamayor parte de las decisiones se toman a nivel administra-tivo, sin tener que recurrir al ámbito judicial, exceptocuando hay una denuncia por parte de los padres. Y seríaaconsejable plantearse si ese sistema puede ser el adecua-do en el acogimiento familiar porque, de facto, cuando hayque modificar un régimen de visitas porque un niño lo

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plantea, una familia de acogida está de acuerdo y lospadres biológicos también lo están, hay que esperar a queel sistema judicial lo apruebe. Por lo tanto, pueden pasarentre seis meses y un año desde que se plantea un régimende visitas con acuerdo de todas las partes hasta que este selleva a efecto.

Ya he hablado de cómo he interpretado la Ley 54/2007,al hablar de que decae el derecho de los padres. Pues bien,hay que establecer plazos máximos para la recuperaciónde los menores, pero plazos máximos más flexibles. Por-que dos años es mucho tiempo para un bebé. Cuando unbebé tiene que esperar dos años hasta que se pueda encon-trar una solución más estable para él, lo que por una partehemos intentado aportarle como beneficio se lo estamosgenerando como daño por la inseguridad y la inestabilidad.Por lo tanto, tenemos que pensar que los menores de 6meses no deberían estar en una situación de espera de másde seis meses. Para los menores de entre 3 y 6 años eltiempo de espera para que los padres pudieran recuperar-los tendría que ser del orden de un año, como mucho. Ypara los niños de esa edad en adelante, hasta los 18 años,creo que la duración de dos años es mucho tiempo. Hayque tener en cuenta que muchas veces se establece técni-camente que el tiempo para elaborar un pronóstico con lospadres biológicos no es superior a dieciocho meses, lo quesería suficiente para determinar y poner un límite para larecuperación legal por parte de los padres de sus hijos.

Por otro lado, aunque contamos con todas las medidasde protección, acogimiento familiar, residencial y adop-ción, habría que revisar cómo se tiene que priorizar, por-que hay decretos como el de Andalucía, en el que se esta-blece como primera medida de protección la integraciónfamiliar, en este caso se señala el acogimiento familiar, yen segundo lugar se establece el acogimiento residencial,cuando no haya posibilidad de familia; y nunca viceversa.Pero en la práctica no suele ser así. Normalmente el aco-gimiento residencial suele ser la primera medida, porquees la que se tiene más a mano, y el acogimiento familiar seconvierte en una posibilidad, si hay suerte y se encuentraalguna familia de acogida. Se debería, pues, priorizar y,como se establece en algunos sitios, exigir que se funda-mente por qué un menor de 6 o 10 años tiene que estar enun centro de acogida y no con una familia de acogida. Almenos tiene que demostrarse que eso no se debe a que nose han hecho los esfuerzos para encontrar una familia paraél.

Asimismo, consideramos que hay que abordar tambiénla valoración de las familias de acogida, porque ni elCódigo civil ni la legislación establecen que sea un requi-sito. Simplemente se hacen valoraciones. Pero, al igualque en los procesos de idoneidad hay un reconocimientode los criterios al respecto, debería existir un procedimien-to que valorara la adecuación de las familias y que estuvie-ra recogido legalmente para que fuera homogéneo en todoel Estado.

Por otra parte, las familias de acogida solicitan que sereconozcan sus derechos. Y es que están reconocidos los

derechos de los chavales y también los derechos de lospadres están establecidos legalmente, pero no está estable-cida la carta de derechos de las familias de acogida cuan-do se incorporan para colaborar con el sistema de protec-ción. En el País Vasco, por ejemplo, las familias deacogida, según la legislación, son denominadas familiascolaboradoras del sistema de protección. Eso no tieneimplicación legal ni económica, pero es un reconocimien-to. Pero sería importante que pudiéramos señalar si lasfamilias de acogida, en los acogimientos simples y perma-nentes, tienen derecho, por ejemplo, a ser oídas cuando seva a hacer una modificación del régimen de visitas. Y aun-que no se tiene por qué escuchar a una familia de acogidapara modificar el régimen de visitas, en la práctica es con-veniente hacerlo porque hay que implicar a todo el mundo.Pero eso no está escrito en ningún lado. Y tampoco nadieha escrito que las familias de acogida deban tener derechoa una compensación económica por parte de la Adminis-tración pública en atención a la labor social que hacen; nise ha establecido que las familias de acogida en unmomento dado puedan tener beneficios a otros niveles;por ejemplo —a veces eso depende de cada comunidadautónoma—, acceso al carné de familia numerosa o no, enfunción de que sea un acogimiento simple o permanente.Es decir, hay muchas diferencias, por lo que creo que con-viene revisar este tema, pero teniendo muchas prevencio-nes, porque no se trata de que tengamos que articular uncuerpo legal que establezca que hay que tener en cuentatodo lo que dicen las familias de acogida. Son una parte atener presente, pero con limitaciones. Ellas también for-man parte del sistema y, al igual que los padres biológicostienen reconocida su parte de aportaciones, ellas deberíantenerlas.

Por otro lado, los apoyos para el acogimiento deberíanestar definidos de igual manera en todas partes, porque nopuede ser que una familia no cobre lo mismo aquí que enExtremadura o que, por ejemplo, las familias de acogidade la ciudad de Vitoria reciban compensaciones económi-cas distintas que las del resto del territorio por una cues-tión de distribución de competencias. En la práctica no setrata de que las administraciones quieran pagar más omenos, el problema es que la distribución excesiva y lafragmentación de competencias generan un problema sino hay elementos orgánicos que ordenen todo el proceso.

Se tiene, pues, que intentar avanzar, porque nos encon-tramos cada vez más con chavales mayores de 6, 7 u 8años que empiezan en acogimientos familiares o adopcio-nes tardías, y los permisos de maternidad a veces no sonsuficientes ni coherentes con los que se necesita para hacerfrente a las dificultades en la relación con esos chavales.Quizás el sistema no pueda pagar más, pero se puedenrevisar otros elementos que pueden ser importantes.

Creo que hay que pensar que el sistema no funcionaintegralmente, es decir, no interviene con todo el mundo,por lo que la integralidad debería ser un valor de la inter-vención. Así se evitaría, por ejemplo, que doce profesiona-les tengan que hablar con un chaval para decirle si sumadre sigue consumiendo droga o no. Tengo otras suge-

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rencias, pero me quedo aquí, y estaré encantado de res-ponder a cualquier pregunta.

Muchas gracias.

La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señorRodríguez.

Pasamos ahora al turno de portavoces.En primer lugar, tiene la palabra, por el Grupo Parla-

mentario Mixto, el senador Torres.

El señor TORRES I TORRES: Muchas gracias, señorapresidenta, y muy buenas tardes, señorías.

Señor Rodríguez, en nombre del Grupo ParlamentarioMixto y en el mío propio quiero darle la bienvenida a laComisión Especial de estudio de la problemática de laadopción nacional y otros temas afines. Sin duda su inter-vención nos será de gran utilidad en esta comisión delSenado.

Señorías, tras todos estos meses de estudio van apare-ciendo algunas opiniones respecto del tema que hoy trata-mos, que al parecer son comunes entre muchos de loscomparecientes que han intervenido en esta comisión.

Algunos de los obstáculos a superar en temas de adop-ción nacional son la precariedad de recursos de las enti-dades públicas, así como el largo tiempo de vida de losexpedientes, lo que condiciona seriamente los derechosdel menor para su normalidad y estabilidad.

Por otro lado, también se ha confirmado en numerosaocasiones que el acogimiento residencial debería tener uncarácter provisional y extenderse al período de tiempo másbreve posible. De por sí el concepto de institucionaliza-ción ya es contrario al interés superior del menor. Consi-dero que estamos todos de acuerdo en que la instituciona-lización debe ser considerada como la última opción.Usted mismo, señor Rodríguez, afirma que el sistema resi-dencial debería responder más a una necesidad por falta dealternativas familiares, de familias de acogida o adoptivasdisponibles, que ser una medida finalista en sí. No obstan-te, este pensamiento común no va a ningún lugar si lasdiferentes comunidades no impulsan suficientemente elacogimiento familiar y no se plantean modificaciones enel marco legal a nivel estatal que actualicen las modalida-des de acogida e introduzcan modalidades ya decididas yen funcionamiento. La falta de regulación en ese aspectoactualmente conlleva una serie de problemas tales como lalimitación del Código civil para establecer los distintostipos de acogimiento, sin que se determine qué circunstan-cias aconsejan la adopción de una u otra medida de protec-ción o las consecuencias de la oposición de los padres otutores al acogimiento. Usted comenta, señor Rodríguez,que en Vizcaya el acogimiento de urgencias es una alter-nativa a la institucionalización en edades tempranas deniños y niñas. Sin embargo, también afirma que sonmuchos los profesionales que consideran que el paso de unmenor de 3 años por una familia de acogida de urgenciacomo situación temporal puede generar confusión y doloren los más pequeños.

Por otro lado, el señor Vallés, próximo compareciente dehoy, en el cuestionario nos habla también del acogimientoprofesional como una propuesta posible para algunosmenores y para determinadas situaciones, como tambiénpodrían ser la adopción nacional o el recurso del acogi-miento familiar. Todas ellas son soluciones favorables antela institucionalización.

Del mismo modo, usted, señor Rodríguez, considera quese debería iniciar un debate que permita evaluar la perti-nencia de soluciones como el acogimiento profesional.Desde su punto de vista, asegura que la profesionalizaciónaporta claves de riesgo. Por ello, me gustaría preguntarle quémodalidades de acogimiento cree usted que podrían resultarmás efectivas o, por el contrario, cuáles considera que nodeberían plantearse por sus riesgos o inefectividad. Y tam-bién, de qué otras formas impulsan el acogimiento familiaren su comunidad autónoma.

Teniendo en cuenta algunas de las soluciones que se hanido planteando en esta comisión, según uno de los últimosinformes realizados sobre la adopción nacional sería con-veniente diferenciar entre el acogimiento familiar y el aco-gimiento residencial, incluyendo en el primero variostipos. De esta manera, el señor Casero Álvarez, represen-tante de FADA, ya en su comparecencia habló de las prio-ridades en las formas de acogimiento. En primer lugar,consideró que debería encontrarse el acogimiento simplefamiliar. En segundo lugar, el permanente. En tercer lugar,el profesional, con un modelo que reproduzca una fórmu-la de familia, y en cuarto y último lugar, un centro o ins-titución para casos excepcionales, como las patologíaspsicológicas.

En este sentido, en la anterior sesión de la ComisiónEspecial de estudio de la problemática de la adopciónnacional y temas afines, del Senado, doña ConsueloMadrigal, fiscal de la Sala Coordinadora de Menores de laFiscalía General del Estado, señalaba que no todas lasfamilias están dispuestas a afrontar acogimientos provisio-nales o permanentes sin expectativas de adopción, asícomo que tampoco es fácil encontrar acogedores paraniños mayores o adolescentes, cuya educación implica unalto nivel de compromiso y altruismo. Frente a situacionesde este tipo se ha planteado poner en marcha el acogi-miento familiar remunerado ante el acogimiento en cen-tros de acogida. ¿Considera usted, señor Rodríguez, queesta iniciativa es apropiada?

La señora Madrigal también habló de los inconvenien-tes y ventajas de diferentes tipos de acogimiento familiar,entre ellos, el acogimiento familiar en familia extensa, elcual —señalaba la señora fiscal— constituye el soporteprincipal de los acogimientos en nuestro país, a diferenciade lo que ocurre en países como Inglaterra, además deobtener los mejores resultados en cuanto a la reunificaciónfamiliar. En este sentido, ¿en qué medida considera usted,señor Rodríguez, que este tipo de acogimientos es real-mente efectivo? ¿Cree usted que debe seguir considerán-dose el soporte inicial de los acogimientos? Cabe destacaraquí que en muchas ocasiones este tipo de acogimientos serealiza en condiciones económicas precarias y por perso-nas de edad, como suelen ser los abuelos. Ante este pro-

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blema sería necesario plantearse la necesidad de dedicarmayores recursos y apoyos económicos y psicológicos.

Por otro lado, otras de las soluciones destacadas por lacomisión ha sido la realización de un listado de carácternacional de todas aquellas familias interesadas en el aco-gimiento, después de haber sido aprobada su idoneidad, alcual tuvieran acceso todas las comunidades autónomas.De esta manera una familia de Galicia, por ejemplo,podría acoger a un niño de Andalucía sin tantas dificulta-des, cosa que ya hemos expuesto aquí en diferentes oca-siones. Por tanto, le pregunto, señor Rodríguez, si consi-dera que podría ser efectiva esta solución para paliar lafalta de familias disponibles.

En relación con el mayor número de adopciones inter-nacionales frente a las nacionales, quiero destacar quepoco a poco la situación está cambiando. En muchos luga-res la asignación es relativamente rápida, incluso paraniños y bebés, sobre todo comparada con el aumento delos tiempos de espera en la adopción internacional. DeChina, por ejemplo, hasta hace muy poco procedían el60% de los menores adoptados internacionalmente, perola espera ha pasado en apenas dos años de nueve meses acasi dos años. ¿Qué opina usted, señor Rodríguez, sobre elmayor número de adopciones internacionales respecto delas nacionales?

Nada más, y muchas gracias, señora presidenta.

La señora PRESIDENTA: Gracias senador Torres.Por el Grupo Parlamentario de Senadores Nacionalistas,

tiene la palabra la señora Leanizbarrutia.

La señora LEANIZBARRUTIA DE BIZKARRALEGO-RRA: Muchas gracias señora presidenta, y muchas gracias,señor Rodríguez.

Le agradezco su exposición, tan exhaustiva, y su res-puesta al cuestionario, que hemos podido leer previamen-te. Digamos que ha cumplido claramente con los objeti-vos que queríamos, que era un diagnóstico de lasituación. Me ha gustado mucho que haya hablado de lainnovación —precisamente estamos hablando siempre deI+D+i— en materia de adopción, que es un tema tan dra-mático para el niño, para el menor. Me parece que es claveque también en estos temas se tenga claro que hay que iradecuándose, que hay que ir buscando nuevas fórmulas,porque la realidad es cambiante. Y eso nos tiene que ense-ñar a los que legislamos que la ley está hecha para serviral ciudadano, porque muchas veces da la impresión de quees el ciudadano el que está sirviendo a la ley. Esa flexibi-lidad para dar seguridad jurídica es muy importante.

También me ha gustado que piense que el acogimientoes un gran sistema que hay que fomentar. Tenemos quetener mucha más sensibilidad a ese respecto, porque cuan-do el menor está desamparado, es el hijo de todos. Un niñodesamparado es el hijo de toda la sociedad, y es nuestraobligación ampararlo y darle acogida cuanto antes, mejor,porque así se evitan o frenan los graves daños psicológi-cos y emocionales que esa situación le puede producir.

En su intervención ha dejado claro que la profesionali-zación no es de su gusto cuando a cuenta de ella viva lafamilia biológica. Ha dicho que la situación por la que unmenor que está acogido, cuando la familia de acogida vivegracias a lo que puedan percibir por tenerle a él, se puedeentender como un mercadeo. Emocionalmente no le da elvalor y tampoco el altruismo y el amor en sí de las relacio-nes afectivas.

Estoy con usted en que hay que hacer un decálogo paradeclarar el reconocimiento de los derechos que tienen lasfamilias de acogida. Todos hemos conocido situaciones—al menos, yo— que son muy sangrantes y por las querealmente las familias de acogida están desamparadas.Por eso, saber los diez puntos clave o los diez derechosmínimos que debería tener una familia de acogida seríainteresante.

También ha hablado de la fragmentación de esta cues-tión en el Estado, y de cómo se va regulando la acogida delmenor o los temas de los menores en general. Y se podríaelaborar un criterio a ese respecto que fuera válido. A lahora de elaborar una ley, ¿en qué temas básicos deberíavalorar unos parámetros de regulación iguales? Es decir,¿qué es lo más básico? No se trata de entrar en pequeñosdetalles, pero sí de establecer la estructura en la cual nodebe haber movimientos excesivos entre unas comunida-des o entre territorios diferentes.

Muchísimas gracias.

La señora PRESIDENTA: Gracias, senadora Leaniz-barrutia.

Por parte del Grupo Parlamentario Socialista, tiene lapalabra la senadora Gómez.

La señora GÓMEZ CERMEÑO: Gracias señora pre-sidenta.

Buenas tardes. Doy la bienvenida al señor Rodríguez en nombre del

Grupo Parlamentario Socialista y en el mío propio, y leagradezco toda la información que nos acaba de facilitar.

En primer lugar, todos sabemos, y además usted lo hadicho, que existen una serie de criterios para la determina-ción concreta del interés del menor: la edad, sus opinio-nes, sus deseos e incluso la valoración de los riesgos quela situación actual y la futura pueden acarrearle. Criteriosque en la mayoría de las ocasiones se tienen sobre todo encuenta a la hora de un proceso judicial. Mi pregunta a esterespecto sería si usted estima pertinente la inclusión deestos criterios mínimos dentro del ordenamiento. Es decir,sabemos que en los tribunales se funciona con estos crite-rios, pero ¿considera usted que sería importante el quequedara expresamente manifestado en la ley?

En segundo lugar y en referencia al modelo de gestiónde protección al menor tanto en las comunidades autóno-mas como en el Estado, muchos de los comparecientesque han pasado por esta comisión han hecho una reflexiónsobre el estatus preferencial del que gozan las familiasbiológicas. Han señalado que habría que articular la nor-mativa para destacar el papel de la familia acogedora.

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Aunque todos sabemos —y los comparecientes también lohan manifestado— que está expresamente recogido en ladoctrina del Tribunal Constitucional, han considerado quedebiera estar incluido en la ley, y me gustaría saber siusted comparte esta opinión y si, por lo tanto, sería conve-niente homogeneizar los derechos de la familia biológicay de la familia acogedora.

Por otro lado —también ha hecho usted referencia aesta cuestión—, en las diferentes comunidades autónomastienen diferentes conceptos sobre lo que es el interés supe-rior del niño, lo cual a mi modo de ver, es totalmente con-traproducente. Sé que ha hecho una mención sobre ello,pero no me ha quedado muy claro del todo: ¿cree quehabría que homogeneizar ese concepto?

Tengo gran interés en un asunto que usted también hamencionado y que ha dicho que es adecuado pero no sufi-ciente, me refiero concretamente al sistema de protecciónde menores. En muchas ocasiones —y también compare-cientes que han pasado por aquí lo han mencionado—, sehace una crítica sobre la cerrazón del sistema de menores,cerrazón que lleva a impedir, en muchas ocasiones, quedesde fuera se pueda hacer una evaluación, un análisis, unexamen de todo el funcionamiento, y parece ser que lapropia protección del menor en muchas ocasiones sirve deexcusa para, si se me permite la expresión, tapar determi-nadas cosas. Nosotros consideramos, como no puede serde otra forma, que el sistema de protección de menoresdebe funcionar de forma impecable y que los derechos delniño tienen que quedar garantizados, pero eso no significaque valga todo, o sea, no se puede apoyar una cerrazón delsistema para no hablar de determinados aspectos. Consi-deramos que se puede investigar, que se puede evaluar,que se puede estudiar, y que todo eso será bueno y será enbeneficio del menor. Me gustaría saber qué opina ustedsobre esta reflexión y, en el caso de que la comparta, si nospuede dar alguna receta para que esto cambie.

De cualquier forma —y ya finalizo—, sí me gustaríaagradecerle concretamente la multitud de modificacionesque propone para que el acogimiento sea mucho más efi-caz. Si no he contado mal, creo que son alrededor de vein-te propuestas de modificación, y le aseguro que el GrupoParlamentario Socialista las va a estudiar con sumo detalle.

Le agradezco nuevamente su comparecencia y suintervención.

Gracias.

La señora PRESIDENTA: Gracias, senadora Gómez. Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la

senadora Nicolás.

La señora NICOLÁS MARTÍNEZ: Muchas gracias,presidenta.

Mi grupo se suma a esa propuesta que hacía usted alprincipio puesto que hoy no solo es 8 de marzo sino que,además, coincide la celebración de esta comisión en la SalaClara Campoamor, lo cual también me parece muy signifi-cativo. Por tanto, nos sumamos a esa conmemoración.

Señor Rodríguez, en nombre de mi Grupo, y como hadicho la presidenta, le damos la bienvenida al Senado y leagradecemos su intervención. Una intervención que estáhecha desde el conocimiento y desde la práctica de esosquince años que lleva trabajando sobre todo en materiade acogimiento. La verdad es que se ha notado su cono-cimiento, porque este tema no se conoce si no es con lapráctica en el ámbito del acogimiento.

Me gustaría que me ampliara algunos de los puntos queha mencionado, que me parecen muy interesantes a la horade que, luego, esta comisión los estudie y pueda plantearesas modificaciones normativas que pretendemos.

Ha hablado de los nuevos retos que nacen en el día a díadel acogimiento tanto en los niños como en las familiasacogedoras. Estoy absolutamente de acuerdo con usted.Decía que el acogimiento es una de las medidas más bene-ficiosas para los menores, pero uno de esos nuevos retos—y quisiera que me dijera qué está pasando con eso—quizás sea el de los menores no acompañados extranjeros,que están asistiendo, que están acudiendo a unos centrosde menores en los que se están integrando. En mi opinión,ha sido tan rápido ese fenómeno que no se han adaptado yno tienen los medios suficientes para atender esa nuevarealidad social. Me gustaría que me ampliara ese puntoconcreto, dada su experiencia.

Ha hecho hincapié, como otros muchos comparecientes,en que la actuación no es homogénea en todo el Estado encuanto a cuándo se diagnostica o cuándo se hace una pro-puesta de un tipo de acogimiento o de otro. Al estar trans-feridas las competencias a las comunidades autónomas,aquí lo que se plantearía sería regularlo a nivel estatal, yno solamente esto, sino también las visitas o las remune-raciones a las familias. ¿Está usted planteando que debería-mos hacer una ley a nivel estatal para todas las comunida-des autónomas, donde se regularan estos aspectos, eninterés por supuesto del menor, para que tuviesen lasmáximas garantías, independientemente del territorio enel que se produjera el acogimiento?

Ha hablado de que es tranquilizador para los menores elcontacto con la familia biológica. Sin embargo, según loscasos concretos que conozco, es precisamente ese contac-to con la familia biológica lo que más rechazo produce enlas familias acogedoras. ¿Cómo podemos, a través decampañas de sensibilización, a través de información a lapoblación en general, romper ese falso esquema de queestamos hablando de menores conflictivos y de menorescon familias conflictivas? ¿Cómo podemos nosotros ayu-dar desde aquí a que ese mito se deshaga?

Hablaba del limbo legal a partir de los 18 años para losniños, pero decía, si no recuerdo mal, que no teníamosdatos sobre eso. ¿No se ha hecho ningún tipo de segui-miento, no se ha hecho ningún estudio que haya valoradocómo han evolucionado en los estudios universitarios, enel acceso al mercado laboral, los menores que han salidoen acogida y los menores que no han salido en acogida,que han permanecido hasta los 18 años en los centros?; merefiero en este caso en su ámbito territorial, que es el queusted debería conocer. —Si no tiene el dato, que entiendo

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que no lo tenga, ¿nos lo podría hacer llegar a la comisiónmás adelante?

Nos hablaba de esa consultoría organizativa y de quehasta doce profesionales pueden intervenir para contestara la pregunta de un niño. Yo le hago la pregunta ¿acaso noson más los profesionales que intervienen en el caso demenores institucionalizados durante muchos años? El niñomuchas veces se vuelve loco, en una palabra, por los cam-bios de centros por materia de edad, de educadores, por-que los propios profesionales se mueven laboralmente.¿Cómo se puede hacer para que el menor tenga un educa-dor o un psicólogo, un profesional de referencia a lo largode todo ese tiempo que permanece institucionalizado? ¿Dequé manera se podría articular esa figura?

En cuanto a los grupos de hermanos, me gustaría quenos dijera qué criterios se siguen cuando se rompen losgrupos de cuatro, cinco y hasta más hermanos. Creo queexisten criterios homogéneos en las diferentes comunida-des autónomas para romper esos grupos de hermanos, porejemplo, en grupos de dos, que harían más viables esasacogidas y teniendo en cuenta que eso también es unasituación muy traumática para los menores.

Hablaba de la necesaria relación con los padres a la horade hacer una acogida, pero muchos de estos padres bioló-gicos se niegan a esa acogida. Cuando los padres se nie-gan a la acogida, cuando los padres incluso en esa visita,aunque sean muy esporádicas, de alguna manera influyenen los niños diciéndoles que no acepten un acogimiento,les dicen a los niños que bajo ningún concepto solicitenellos mismos un acogimiento —estamos hablando demenores ya con 8 o 10 años, que efectivamente ellos mis-mos pueden solicitar esa figura que se les propone porparte de los profesionales—, ¿qué hacer en ese caso? ¿Sepuede regular legalmente? Creo que no, pero es algo queestá pasando y que tenemos que tener muy en cuenta a lahora de regular en un futuro la figura del acogimiento:cómo influyen los padres biológicos haciendo lo contrariode lo que les están aconsejando los educadores, los profe-sionales a estos menores.

Ha hablado de las campañas. Me parece también muyinteresante. Aquí se ha tratado mucho de esa necesidad decampaña porque es muy desconocida la figura de la adop-ción nacional y del acogimiento a nivel nacional, pero lopoco que se conoce es negativo: largos plazos para valorarla situación del menor, largos plazos judiciales para que sepueda convertir en una adopción un preadoptivo y, si haysuerte, encontrar familias de acogida. Repito: las campa-ñas, tanto a nivel territorial como nacional, ¿serían contra-producentes, produciríamos una avalancha de familias,produciríamos un efecto llamada, que es lo que se preten-de evitar? Porque no conozco ninguna comunidad autóno-ma que haya apostado abiertamente por esas campañaspara captar o para sensibilizar a la población, para haceruna bolsa de familias de acogida. ¿Qué es lo que pasa ahí?¿Por qué? ¿Son los profesionales, es a nivel político? ¿Porqué ese miedo a hacer esas campañas, a ese desconocimien-to? Hablaba hace pocos días sobre la acogida con unaamiga que había solicitado una adopción internacional. De

hecho está con una niña de acogida y ha dejado sin efectoesa solicitud de adopción internacional. Me parece quedesde aquí, desde el Senado, se podría hacer algo.

Para ir finalizando, hablaba de la carta de derechos delas familias acogedoras, y me gustaría saber su opiniónsobre la necesidad de formación de esas familias: forma-ción a nivel emocional y formación a nivel teórico-prácti-co para saber cómo hacer frente a las situaciones que nopueden ser más complicadas de las que ya todos tenemoscon nuestros hijos biológicos, pero que sí son diferentes enmuchos aspectos. Creo que esas familias acogedoras nece-sitan una formación que algunas veces es muy escasa, demuy pocas horas y que además en cada comunidad autóno-ma se da de una manera.

Estoy absolutamente de acuerdo en que el permiso depaternidad, el permiso de maternidad se dé a esas familiasacogedoras independientemente de la edad de los meno-res. Creo que eso es fundamental, pero siempre y cuando,como acabo de decirle, vaya relacionado, entiendo yo, conesa formación a las familias acogedoras. Me gustaría sabersu opinión.

Por mi parte, nada más. Siento abrumarle con tanta pre-gunta y pedirle un esfuerzo para que haga un comentariosobre alguna de estas cuestiones. Pero le vuelvo a decirque, en cualquier caso, lo que hoy por falta de tiempo nopudiera hacerse, mi Grupo estaría agradecido de que noslo hiciera llegar.

Le agradezco su comparecencia y su intervención deesta tarde.

Muchas gracias.

La señora PRESIDENTA: Gracias senadora Nicolás.Damos la palabra otra vez de nuevo al señor Rodríguez,

para las contestaciones.

El señor RODRÍGUEZ GONZÁLEZ: Voy a intentarcontestar del final hacia atrás a las preguntas que se hanido haciendo.

Sobre las campañas, considero que lo que se necesita ylo que es eficaz es que detrás estén las administracionespúblicas y que se vea directamente a los políticos de refe-rencia que dirigen una institución, que solicitan y hablandel acogimiento familiar. De hecho, cuando hay una admi-nistración pública detrás y alguien de referencia que pideuna colaboración, las familias responden.

¿Cómo hacer las campañas? Las campañas tienen queser siempre continuas. Hace dos años hubo una campañacon una imagen de un bebé sonriente y tranquilo, porqueno vamos a poner en las imágenes a niños tristes, ya quela imagen de la tristeza es un elemento que puede atraerpero que no es beneficioso para el acogimiento. Hubo másde setecientas familias que llamaron en Vizcaya. De estassetecientas familias, presentaron su ofrecimiento cerca decien. De las cien, nosotros tuvimos que plantear que másde cuarenta no eran adecuadas para el acogimiento fami-liar, y las otras están ahora mismo en disposición de empe-zar acogimientos familiares. Quiero decir que siempre,para conseguir doscientas familias, necesitaremos más de

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cinco mil llamadas de teléfono seguramente, y para esonecesitaremos campañas muy fuertes. Por lo tanto, toda laapuesta a nivel estatal, territorial y demás nunca va a serpoca y, por suerte o por desgracia, tendremos que hacercampañas a todos los niveles. De hecho, sugería que nosolo había que realizar campañas, ya que la campaña esuna llamada a corto plazo, sino una sensibilización a largoplazo. Por ejemplo, en nuestra cultura no hay apenas nin-guna película en castellano que aborde la situación deacogimiento familiar. El año pasado hubo una película,La vergüenza, que trata de una adopción nacional, pero elacogimiento familiar es el gran desconocido. Se hacenalgunas en Inglaterra. Francia tiene montón de películassobre este tipo de situaciones, y eso es un elemento sensi-bilizador a medio plazo que ayuda a entender ciertascosas.

Comentábamos los criterios sobre grupos de hermanos.Hay que tener presente que a veces en la práctica no cuen-tas con familias que puedan acoger a grupos de hermanos,pero los criterios que se siguen, al menos en Vizcaya, esque cuando hay que separar hermanos, las dos familias deacogida tienen que tener un perfil similar y vivir muycerca. Por lo tanto, al final se convierten en dos familiasque se apoyan mutuamente para hacerse cargo de un grupode hermanos. En Vizcaya hay grupos de tres familias deacogida que se hacen cargo de cuatro chavales, y la claveestá en que eran familias de un perfil muy similar, y quehan congeniado y que se han podido apoyar para ello. Esose va a dar fundamentalmente si en el proceso de valora-ción de las familias se obtienen los criterios que te permi-tan ver cómo funciona cada una de las familias. Es ciertoque faltan criterios homogéneos, pero la separación de loshermanos a veces, por desgracia, es una necesidad parapoder aportar un recurso.

Por lo que se refiere a las familias biológicas, que unafamilia biológica se niegue a colaborar en un acogimientofamiliar es algo esperable. No se puede regular por ley. Elproblema no es que las familias no consientan, sino cómose interviene con las familias biológicas para conseguirque colaboren, porque el objetivo no es que consientanlegalmente sino que colaboren en el acogimiento. Por lotanto, a veces el problema no suele ser de actitud de lasfamilias biológicas; es fundamentalmente de tiempo deintervención. Reconozco que en estas cuestiones cuantamás dedicación, cuanto más convencido está el profesio-nal o la profesional que interviene y cuanto más claramen-te se le transmite que es importante para el acogimiento,un padre biológico, una madre biológica, colaborará, nopor los técnicos ni por la familia de acogida, sino por sushijos. De facto, más del 90% o 95% de las familias de Viz-caya colabora. No quiero decir que no tengamos dificulta-des o conflictos, que los tenemos gordos y gravísimos,pero han aceptado colaborar con la familia de acogida. Seencuentran en los intercambios, y normalmente los men-sajes inadecuados de una familia biológica se puedenregular técnicamente a través de unas normas definidas,que en Vizcaya las tenemos, y que establecen cuáles sonlas normas que tienen que cumplir y los mensajes que se

deben abordar de una manera o de otra. Eso depende fun-damentalmente de que se dedique más de media hora depreparación previa para cada una de las visitas, para hablarcon los padres de cada uno de los mensajes que puedehaber e incluso técnicamente se intervenga y se corte elmensaje directamente. Hay recursos, como puntos deencuentro, donde en un momento dado, por el encuadredel propio recurso, no se puede intervenir porque se con-sidera que simplemente se está para observar y para mane-jar si hubiera situaciones de riesgo. Los sistemas de super-visión de visitas en Vizcaya no funcionan así. El técnicohabla tanto o más que la familia biológica. Eso no signifi-ca que no se tenga presente a los padres sino que se lesayuda y se les orienta para ello. El problema a veces esmás por la intervención en sí, por cómo se entiende ycómo se hace, que realmente por el problema que puedahaber. Un mensaje inadecuado siempre los va a dar,pero ese no es el principal problema en muchos de losacogimientos familiares. Es cierto que hay poca experien-cia sobre cómo poder manejarlos. Por ejemplo, el ReinoUnido tiene experiencia, tiene normalizadas hace muchotiempo las normas de las visitas, y hay elementos que sepodían apoyar. Pero no lo haría legalmente, lo haría técni-camente, porque ya están regulados otro tipo de principiosa ese nivel.

¿Nuevos retos? ¿El tema de los MENA? Yo no lo con-trolo mucho, pero hay dos retos que me gustaría señalarporque me parecen claves. Uno es la adolescencia y otroes la emancipación. Las adolescencias de los niños acogi-dos y de los niños adoptados son muy complejas porquese va a revivir todo lo anterior, todo el daño previo. Des-pués de muchos años, y por mucha preparación que se ledé a una familia de acogida o adoptiva, uno va a pensarque realmente está fracasando la familia y no que el cha-val o la chavala está reviviendo cosas. Es muy difícil, por-que al final los apoyos no pueden ser muy intensivos enlos primeros años del acogimiento y que luego vaya desa-pareciendo la intensidad, sino que por desgracia se tienenque mantener. El problema es qué hacemos entre los 18 ylos 22 años cuando de repente desaparecen los apoyos.Hay otra realidad que es que, en la adolescencia y en laemancipación, surgen como reto principal los estudios.Muchos de los chavales acogidos, por desgracia, no estu-dian. No es igual en la adopción. En la adopción hay un por-centaje mayor de chavales que termina haciendo estudios enla universidad. En el acogimiento, de momento y por lomenos en lo que nosotros conocemos, no. Esto lo que indi-ca es que la formación se cuestiona como un elementodonde un chaval puede contenerse y puede sostenerseemocionalmente porque no va a poder hacer los estudios,revisar su vida completamente, mostrar y sacar parte delabandono vivido durante mucho tiempo y, a la par, prepa-rarse exitosamente para entrar en el mercado laboral. Por lotanto, uno de los retos principales del sistema de protecciónno va a ser solo acompañarlo emocionalmente sino darleel empujón para que, en un momento dado, cuando losproblemas empiecen —no va al Instituto, no quiere traba-jar, no quiere hacer nada—, al final eso ponga en cuestión

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el propio acogimiento y se termine en un cese de la medi-da, tanto en una acogimiento como en una adopción. Laautoestima a partir de los 16 años hay que hacerla con tra-bajo. Es la única posibilidad: buscar trabajos adaptados.Voy a poner un ejemplo absurdo. Se trata de un chaval conmuchísimos problemas de conducta con el que hemosestado trabajando mucho tiempo. Al final, la única claveque podíamos usar —ya que no podía ir al Instituto por-que no aguantaba más de 24 horas sin liarla parda— fueayudarlo a encontrar un pastor que ha sido la persona conla que este chaval ha empezado a ganar autoestima sabien-do que en el día a día él ve que lo que hace le produceresultados, lo contiene, se ve eficaz. Seguramente no ten-drá ningún título de estudios completo, pero le estamosintentando ayudar a buscar una solución que puede ser ladel pastor o puede ser recogiendo sillones por las calles deBilbao la mayor parte de la semana. Estas son las situacio-nes donde vamos a tener que inventarnos que el éxito de lamedida de acogimiento no va a estar realmente en un acce-so al mundo laboral con la misma normalidad que puedentener otras personas, sino que va a haber que buscar otrassoluciones más adaptadas para un porcentaje importantede chavales a este nivel.

Me preguntaban sobre la familia de acogida y la familiabiológica, sobre el rechazo y los conflictos mutuos quepuede haber. Depende exclusivamente de la intervención,de cómo se haga. Depende de si tienes técnicos que estántrabajando esa relación, que hacen directamente conscien-tes a cada una de las partes de lo importante que tiene queser, y de que organices una presentación entre ambas.Nosotros organizamos una presentación antes de que elniño o la niña se vayan con la familia de acogida. Junta-mos a todas las partes, y con las administraciones delanteexplicamos por qué es beneficioso que incluso sean lospadres biológicos los que lleven al niño y se lo entreguena la familia de acogida. Depende no tanto de una regula-ción legal sino de un procedimiento de intervención técni-co, y depende de la convicción que uno tenga realmente depoder gestionarlo. No son intervenciones fáciles, pero síson muy eficaces.

Es cierto que hay que homogeneizar. Soy partidario deque en la homogenización haya unos mínimos reguladoslegal y orgánicamente. Nosotros no nos podemos quejar,porque el País Vasco en general funciona bastante bien aestos niveles. Pero la diferencia es muy notable en algunascosas con otros sitios, como el hecho de una compensa-ción económica como un derecho para una familia de aco-gida; el hecho de un sistema de apoyo; qué tipo de apoyose puede recibir; si se interviene de una manera o de otra.En las comunidades autónomas trabaja con las familiasbiológicas quien puede, no a quien le toca. Es un proble-ma al final, porque no es que trabajar con la familia bioló-gica sea darles más poder, sino que es tener la situaciónmás bajo control. A veces es una paradoja, ya que del cienpor cien de las intervenciones que hacemos con familiascasi un 40% serían con familias de acogida, teniendo encuenta que son acogimientos permanentes, y un 60% soncon las familias biológicas. Pensando que no van a retor-

nar es absurdo que hagamos más intervenciones con lospadres biológicos y, sin embargo, es porque toca más ayu-darlos a preparar los mensajes con sus hijos, ayudarlos aentender como están sus hijos y gestionar los conflictosdesde ahí. Es otra manera de entender directamente laparte de la intervención, y creo que ahí sí hay retos decómo generar innovación.

Me preguntaban por los retos. Nos hemos tenido queestrellar y ver que hay muchas intervenciones que no sonefectivas. Aplicar directamente terapias verbales con cha-vales que están muy tocados emocionalmente es plena-mente ineficaz, no genera ningún resultado. Hay que bus-car otro tipo de terapias no verbales, más gestionadas através del juego, que permitan sacar lo emocional, que esdonde está la clave. Voy a poner un ejemplo que no sé sise puede poner. Se trata del programa Hermano mayor.Creo que lo dan en el canal Cuatro. El valor del programaes hacer ver cómo los problemas emocionales se manejansobre todo a través de reventar físicamente a un chavalpara que sea capaz de, cuando ya esté cansado o cansada,saque lo que realmente le preocupa. Por tanto, son otrastécnicas las que hay que introducir para poder manejarlos.

Los datos que me pedía los buscaré. Sí tenemos datoscomparativos fundamentalmente entre acogimiento yadopción. En cuanto a los estudios, tienen mayores proba-bilidades de alcanzar estudios superiores los chavalesadoptados que los acogidos y tienen mayores probabilida-des de encontrar un trabajo normalizado sin apoyo de lasadministraciones públicas los chavales adoptados que losacogidos. En general, salen perdiendo en casi todo loschavales acogidos excepto en una cosa: que tienendelante a sus padres para poder cantarles las cuarenta ypara poder entender lo que pasó realmente, y eso es muyreparador.

Por otra parte, se hablaba de si el sistema de protecciónes cerrado o no lo es. Es un sistema que tiene que com-prender que comete errores. Yo podría enumerar los múl-tiples errores que he cometido. En mi primer año me asig-naron seis casos de acogimiento familiar y cesé cinco encinco meses. Mi autoestima estaba por los suelos. Pensa-ba que algo tenía que haber hecho muy mal. El sistemagenera errores, pero eso no tiene que hacer que no se valo-ren o no se supervisen. Lo que siente la mayor parte de losprofesionales de los centros y de los servicio de protecciónes una impotencia clara porque el trabajo los desborda, yno es que no se esté dispuesto a estar presente en ciertosforos sino que las cosas van saliendo como se puede. Lasregulaciones legales en cada sitio son como pueden, y losprocedimientos administrativos llevan tanto tiempo que, alfinal, termina siendo muy tedioso. Algo centrado más enla valoración del «queme» profesional del sistema de pro-tección sería una buena puerta de entrada porque los datosserían muy llamativos. Nosotros hicimos una investiga-ción así en Vizcaya con los educadores de los centros deacogida, y era curioso que el índice de «queme» profesio-nal era menor de lo esperado, pero respecto al índice demiedo que tenían a situaciones críticas como que un cha-val se intentara autoagredir, intentara fugarse o suicidarse,

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situaciones que a veces se pueden dar como llamadas deatención, como comportamientos difíciles, era tan altas lasprobabilidades que al final eso no generaba «queme», perogeneraba angustia, y la angustia es tan ineficaz como el«queme» profesional.

Sobre la homogenización sí creo que hay que homo-geneizar la parte del interés superior del menor, comodecíamos antes, pero no introduciría solo criterios comola edad. Terminan siendo criterios quizás poco explícitos.Para poder decidir si en un régimen de visitas tiene que serquincenal, semanal o mensual, hay algunos criterios queno nos ayudan y que creo que son criterios orientativos. Laparte que planteamos como entidad son que se señalencuáles son las necesidades específicas que tienen los niñosacogidos o los niños adoptados. Definidas las necesidades,es mucho más fácil tomar decisiones respecto a que régimende visitas, si una reunificación sí o una reunificación no.

En cuanto al modelo de gestión, comentábamos que aveces no es que tengan un estatus preferencial las familiasbiológicas, es que el hecho de que se haya vuelto a unaexcesiva judicialización del sistema de protección hahecho que, al final, las familias biológicas, cuando en unmomento dado no consiguen algo en esta puerta, llamen aotra. Como hay obligación de escuchar, se gestiona y, porlo tanto, lo que se termina haciendo es casi deslegitiman-do las actuaciones previas. Se podría introducir que elacogimiento familiar fuera gestionado solo a nivel admi-nistrativo, pero que, además, se introduzcan en las admi-nistraciones públicas las regulaciones o las supervisionesnecesarias para garantizar que está hecho conforme aderecho. Se puede hacer, y nos evitaría tener que dar tan-tas vueltas. Por ejemplo, en los acogimientos para lasadopciones nacionales, se puede llegar a tardar de cinco aseis años en la constitución de esa adopción y, por lo tanto,durante ese tiempo, de manera provisional, se puedenmantener contactos con familias biológicas en situacionesde altísimo riesgo. Es un elemento que hay que evaluar aotro nivel.

En cuanto a los derechos de las familias de acogida, nose deben homogeneizar los derechos de familias de acogi-da y de familias biológicas. Sí quiero señalar que hayderechos y, como manifestaba en el escrito, algunos sontan básicos como los siguientes: por una parte, el derechoa ser escuchado. Es un elemento muy importante, porqueuna de las quejas de las familias es que no se sienten escu-chadas. Por otra parte está el derecho a ser informado oinformada tanto de las características del chaval o de lachavala que vayan a acoger, tanto a nivel médico como anivel académico, que puedan tener información y quepuede ser hasta por escrito. En las condiciones para la for-malización de un acogimiento se señala que tiene quehaber un informe sobre el menor, que se señala que está enel expediente de protección. Ese informe podría estar enmanos de las familias de acogida, que podrían sentir,incluso por escrito, que se las informa y se les tiene pre-sentes, porque normalmente aceptan la asignación deniños verbalmente. Uno les cuenta cuatro cosas, y ellos setienen que fiar completamente. Hay más elementos, que

puede ser el derecho a una compensación económica.Sería una regulación de algo mínimo, que nadie tiene quedecir si tienen que ser 20, 200 o 3000 euros. Sería unacompensación económica que mostraría la responsabili-dad de la Administración. También está el derecho a con-tar con equipos profesionales de apoyo que estén disponi-bles permanentemente. No es cualquier cosa. Es underecho porque las familias de acogida, por muy potentesque sean, no dejan de ser familias voluntarias, van a estardisponibles, pero no van a poder hacer frente a muchascuestiones. Antes se comentaba si la formación puede sersuficiente. Claro que tienen derecho a la formación. Laformación no es un problema para las familias de acogidaa día de hoy, porque la mayor parte participan en espaciosde formación. Quizás las que menos lo han hecho hayansido las familias extensas, pero eso se ha ido paliando cadavez más y hay herramientas para poder hacerlo. El proble-ma es que la formación en sí no es un elemento que puedacontrolarlo todo, aunque puede ser importante. De hechoyo señalaba incluso que aparte de estos cinco que se hancomentado, se podían incorporar otros beneficios, comopor ejemplo que las familias colaboradoras tuvieran másposibilidades de acceder a becas escolares. Como lasfamilias de acogida, fundamentalmente ajenas, o las fami-lias adoptivas tienen ingresos económicos, no puedentener acceso a derechos que pueden tener otros niños ymuchas veces no pueden acceder a estas becas. Por ejem-plo, cuando hay una situación de crisis, muchas familiasde acogida, como tienen medios económicos, no puedenacceder de manera preferente a campamentos o a coloniasde verano, lo que podría suponer un respiro para aliviar lasituación del acogimiento familiar, que de facto tiene queser gestionada de otra manera, incluso el derecho dematernidad o paternidad revisado a ese nivel. Estamoshablando de un recurso escaso como es el de las familiasde acogida y, por lo tanto, para fomentarlo habrá que pen-sar qué otras cosas se pueden hacer.

En relación con los aspectos sobre los que debería serbásico trabajar para que el sistema no esté tan fragmenta-do, considero que la clave está no sólo en quién trabajacon la familia de acogida y con el niño, sino en quién tra-baja con la familia biológica y quién gestiona la relaciónentre la familia de acogida y la familia biológica, es decir,quién, de vez en cuando, está con ellos delante. Porque elacogimiento no se va a fraguar directamente en una saladonde no estén presentes, se va a fraguar en los intercam-bios, en las visitas. En los modelos de punto de encuentronormalmente se establece que la familia tiene que ir cincominutos antes; deja al niño en la puerta, y el niño entra enla sala acompañado de un profesional. La mayor parte delas visitas supervisadas que se hacen en Vizcaya tienenlugar en el parque, en el cine, en un restaurante o en el par-que infantil de Navidad, porque es el sistema de protec-ción el que tiene que flexibilizarse y no a la inversa. Por lotanto ese tipo de recursos obliga a encontrar otra manerade plantearlos y lo tienen que hacer las mismas personasque controlan toda la intervención. Desde mi visión, unosiempre tiene que tener presente lo que pasa en todo el sis-

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tema, pero cuanto más integral sea la gestión en el día adía, la crisis seguramente se podrá manejar de manera máseficaz.

En cuanto al tema de la profesionalización quiero decirque no es la única salida; de hecho hay comunidadesautónomas en donde no se ha planteado. Es cierto que nostendremos que inventar algo en los próximos años para loschavales con problemas de conducta, pero también algu-nos de estos chavales han estado en acogimientos ordina-rios en los que la remuneración se ha tenido que plantearde manera muy especial; se ha planteado que un chavalcon problemas de conducta y con trastornos importantesiba a requerir que la familia percibiera una remuneraciónde 900 euros al mes, y era un acogimiento ordinario, noera especializado. El problema no es el tipo de acogimien-to, sino contar con las familias, y de hecho mientras noexpliquemos qué significan los problemas de conducta enlos chavales va a ser poco probable que las familias seacerquen, porque el acogimiento familiar tiene muy malmarketing. Acoja usted a un niño que para que vayan bienlas cosas le va a dar muchos problemas; aparte tiene unafamilia biológica a la que tiene que ver cada quince días,y de vez en cuando le dirá tres frescas. Aparte de todo estousted no se preocupe porque abrirá la puerta de su casa yentrarán veinte profesionales rápidamente. Es decir, esun elemento muy poco motivador y hay que buscar otrasfórmulas de conseguirlo.

Hay muchas cosas por hacer en cuanto a la sensibiliza-ción. Por ejemplo, no hay ningún cuento en castellano quehable de un niño acogido, ninguno. Hay un cuento en ale-mán. ¿Cómo van a saber nuestros niños lo que es el aco-gimiento familiar si no se lo contamos en los cuentos?Nosotros sí que tenemos cuentos, pero para contar las his-torias de maltrato y de abandono, y no son suficientes. Lasensibilización empieza desde la literatura normal y desdeel cine. Nosotros hemos estado buscando durante muchotiempo alguna canción, alguien que hubiera cantado unaoda al acogimiento o algo parecido, pero no debe sermuy atractivo porque no hay odas ni ninguna poesía alacogimiento y, sin embargo, es un elemento social. Real-mente es una medida que no está en la mente, en el día adía y por lo tanto es poco probable que alguien se conven-za de ello.

Creo que la innovación es un elemento clave. Yo comen-taba hace un momento que, por ejemplo, a ciertas edadesya no sirven directamente los tratamientos psicológicospara la autoestima. Si un chaval lleva en tratamiento conun psicólogo de apoyo desde que tiene 6 años, a los 16 estáaburrido y sabe casi mejor que el propio psicólogo lo que vaa hacer en ese momento. Hay que buscar otras fórmulas, yeso significa incorporar herramientas como pueden ser lainserción laboral u otros contextos de trabajo. A los ado-lescentes con muchos problemas lo que normalmentemejor les funciona es tocarles la parte más emocional, loque decía antes del hermano mayor, que nosotros descu-brimos más tarde. A esa parte se puede acceder perfecta-mente a través de otro tipo de técnicas, más bien de carác-ter no verbal porque a través del juego sale de todo. De

hecho es algo que tendríamos que ensayar en los próximosaños, porque no tenemos mucha experiencia.

La innovación es una clave. Reconozco que la parte quemás adicción genera a nuestra entidad y a los técnicos quetrabajamos en ella es que no nos sirve la misma interven-ción en dos casos y nos hemos visto obligados a tener queinnovar técnicamente. Si legalmente está todo más omenos bien y el procedimiento es abreviado, en la partetécnica es donde vamos a tener que echar el resto.

También se me planteaba qué efectos pueden tener laadopción nacional e internacional en esta situación. Elhecho de que disminuya la adopción internacional no tieneque ser motivo para que tengamos que plantearnos incre-mentar la adopción nacional. La adopción nacional está enlas tasas que tiene que estar porque es lo que hay. Ojaláhubiera familias para los chavales que están en centros deacogida y sobre los que hay una propuesta de adopción. Sihubiera una sola familia que entrara por la puerta del sistemadiciendo que está dispuesta a adoptar un chaval de 15 años,en menos de veinte días tendría hecha la valoración, laidoneidad y tendría al chaval en su casa, porque la necesi-dad es tan grande que a esas situaciones nunca se le cie-rran puertas.

El tema de contar con un listado de familias de acogidaa nivel nacional tiene un riesgo muy alto. Se podría pro-mover la colaboración entre comunidades autónomaslimítrofes, sobre todo en los acogimientos familiares sim-ples y permanentes en los que tiene que haber un régimende visitas, pero conocemos situaciones de acogimientospreadoptivos con regímenes de visitas establecidos en losque, por ejemplo, el menor es del Sur de España y el cha-val está acogido en Vizcaya. Cada vez que hay que aplicarel régimen de visitas tiene que ir en avión toda la familia.Habrá que estudiarlo bien porque es cierto que la filosofíadel acogimiento familiar es que sea una medida de protec-ción en la cercanía, a no ser que el comportamiento de lospadres sea de tan alto riesgo que convenga situarlo lo máslejos posible, pero lo más lejos posible de Vizcaya puedeser Santander, sin tener que ser Galicia, por ejemplo. Yocreo que a ese nivel se pueden buscar otras fórmulas parapoder hacerlo; no estaría mal.

Para el acogimiento familiar en familia extensa, comousted comentaba, por suerte tenemos un volumen de fami-lias que pueden responder. De hecho el acogimiento fami-liar se realiza en un 80% en familia extensa y en un 20%en familia ajena, y los casos más graves —donde se danlas situaciones de abuso sexual, malos tratos físicos, gru-pos de hermanos y chavales adolescentes con graves pro-blemas de conducta— los atienden las familias extensasno las familias ajenas. El resultado no es del todo bueno,pero también es cierto que, como es lo que tenemos, laclave está en darles los suficientes recursos profesionalespara poder sostenerlo. Y yo estoy convencido de que nofaltan profesionales, más bien sobran, lo que pasa es queestamos mal organizados porque cada vez hay más progra-mas parciales: uno para trabajar los problemas de conduc-ta, otro para trabajar los problemas de adolescencia, otro

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para la reintegración familiar. La clave no sería esa, aun-que eso no significa que luego no haya necesidades que sepuedan presentar en un momento dado.

Existe asimismo el problema de saber qué familias tie-nen expectativas de adopción y cuáles no tienen expecta-tivas de adopción. El acogimiento familiar es una medidaque tiene su propia entidad, no se puede mezclar con laadopción. Una familia de acogida que tenga la pretensiónde adoptar terminará seguramente reventando el acogi-miento porque, ¿qué le va a contar el chaval cuando vuel-va de una visita? ¿Le va a contar que se lo ha pasadobomba con sus padres, sabiendo la cara que le van aponer? Hay que segregarlo lo máximo posible porque hayfamilias que pueden estar preparadas emocionalmentepara un acogimiento, porque tienen hijos propios, porqueestán convencidos socialmente, o por su compromiso aotros niveles, y hay otras familias que no podrían de nin-guna manera. A ese porcentaje tan alto de familias a lasque nos vemos obligados a retirárselos en Vizcaya, no esprecisamente por placer; les asignaríamos un niño aunquefuera solo por quince días, pero realmente el sistema tieneque ser garantista y responsable al plantear los mínimosque tienen que tener las familias para que todo esto puedaser eficaz.

¿Qué modalidades de acogimiento se tienen que regular?Si se tuviera que establecer un orden, primero estaríamoshablando de los acogimientos breves para bebés, menos de 6meses. El acogimiento simple debería ser la segundamodalidad, con una duración de hasta dos años, pero ajus-tada a las edades, como antes planteaba. En el caso demenores de 6 años no podría ser más de un año y para elresto de edades, entre 18 y 24 meses, a los 18 meses ten-dría que estar tomada la decisión. Habría que definir mejorqué es un acogimiento permanente, porque se dan situa-ciones donde no está del todo clara o se desaconseja lareunificación familiar. Ocurre que en los casos en queunos padres no van a poder hacerse cargo de sus hijos entres años, no se plantea un acogimiento simple, sino unopermanente, pero luego choca con el concepto de acogi-miento permanente. Al acogimiento permanente habríaque cambiarle el nombre y denominarle acogimiento inde-finido, y esto seguramente nos evitaría los disgustos quetenemos en el día a día.

Otra modalidad de acogimiento sería la de fin de sema-na y vacaciones. Es una modalidad que no está reconoci-da legalmente y que podría ser una gran solución para loschavales que están en muchos centros, porque hay quienno puede hacerse cargo de ellos todos los días, pero sípuede hacerse cargo los fines de semana, y tener la refe-rencia de una familia es mucho más que no tener nada.

El último sería, según mi criterio o el de nuestra entidad,el acogimiento especializado. Considero que el acogi-miento especializado puede responder a casi todas lassituaciones porque puede tener la misma preparación queuna familia profesionalizada, puede tener la misma dispo-nibilidad de tiempo que una familia profesionalizada, peroaporta un concepto distinto, es decir, ese chaval no va a serel motivo fundamental de la fuente de ingresos de una

familia. Puedo asegurar que es uno de los valores que másreconocen los chavales con los que trabajamos. De vez encuando te dicen: Joder, estoy desbordado. Me estoy por-tando como un cabronazo y encima estos siguen conmigo;joder, qué mérito tienen. Perdón por las palabras. Este esun valor que no aporta otro tipo de acogimientos. El siste-ma inglés es un sistema fundamentalmente profesionaliza-do pero con un número de ceses tan brutal que es comopara planteárselo. Al final hay que plantearse si lo que bus-camos es un sistema que dé estabilidad al acogimiento,aunque tenga crisis, o un sistema en el que tengamosmuchas familias y los chavales pasen de una a otra mien-tras haya dinero y podamos pagarlo. Yo igual les condicio-no mucho con mi planteamiento, pero considero que elacogimiento especializado, tal y cómo está organizado enla Junta de Castilla y León, es una experiencia muy buena,muy maja y muy ordenada como para poder apoyarse enella.

No sé si había alguna otra pregunta, pero he intentadoresponder a todas.

La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señor Rodrí-guez, por su comparecencia.

— DEL PRESIDENTE DE LA ASSOCIACIÓ DEFAMÍLIES ACOLLIDORES DE BARCELONA(AFABAR), D. LLUÍS VALLÈS CASANOVA, APETICIÓN DEL GRUPO PARLAMENTARIOCATALÁN EN EL SENADO DE CONVERGÈNCIAI UNIÓ, PARA INFORMAR EN RELACIÓN CONLA MATERIA OBJETO DE ESTUDIO DE LACOMISIÓN (Número de expediente 715/000157).

— DEL VOCAL DE LA ASSOCIACIÓ DE FAMÍLIESACOLLIDORES DE BARCELONA (AFABAR),D. JORGE VIDAL-QUADRAS TRIAS DE BES, APETICIÓN DE LA PROPIA COMISIÓN, PARAINFORMAR EN RELACIÓN CON LA MATERIAOBJETO DE ESTUDIO DE LA COMISIÓN (Núme-ro de expediente 715/000294).

La señora PRESIDENTA: Pasamos a la siguiente com-parecencia, compartida por don Lluís Vallès y por donJorge Vidal-Quadras Trias de Bes.

En primer lugar, tiene la palabra don Lluís Vallès.

El señor PRESIDENTE DE LA ASSOCIACIÓ DEFAMÍLIES ACOLLIDORES DE BARCELONA (AFABAR)(Vallès Casanova): Gracias, señora presidenta.

Señoras senadoras y señores senadores, bona tarda ygràcies por requerir la nostra presencia.

Es un detalle que hoy comparezcamos en la sala ClaraCampoamor. Les agradecemos que hayan solicitado nues-tra comparecencia hoy aquí en un doble sentido: por teneren marcha esta comisión que está trabajando sobre la ins-titucionalización de los menores desamparados, cuestión ala que nosotros nos estamos dedicando con tanto empeño

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y de forma voluntaria, y porque requieran nuestra presen-cia y lo que podamos aportar desde nuestro punto de vista.

Nuestra asociación, Afabar, la Associació de FamíliesAcollidores de Barcelona, es una de las asociaciones de laCoordinadora d’Associacions de Famílies Acollidores deCatalunya, con las que trabajamos conjuntamente en elámbito de Cataluña con los objetivos y finalidades de darsoporte entre acogedores, incidir en la gestión y la norma-tiva existente o la que está en trámite sobre todo o princi-palmente en el Parlament de Catalunya, pero también encualquier otra legislación. De hecho aquí, en el Senado, semodificaron un par de leyes que colateralmente afectabanal acogimiento: una fue la Ley de igualdad y la otra la Leydel IRPF. Justamente algunas enmiendas del Senado corri-gieron cuestiones que afectaban al acogimiento, precisa-mente a propuesta nuestra.

Formamos parte de ASEAG, asociación de entidadessimilares a la nuestra en el ámbito de todo el Estado espa-ñol y que hace tiempo compareció en esta comisión. En sudía, comentando la existencia de esta comisión con un parde senadores —precisamente uno de ellos no ha podidovenir hoy como consecuencia de la nevada en Girona— con-sideramos que quizá sería de utilidad que compareciéramoscomo familias acogedoras desde el ámbito de Cataluña.

Acoger a un niño no es fácil. Tiene una historia previacomo mínimo de abandono, más todas las circunstanciasque acompañaron a este abandono, algunas duras. Es unapieza frágil rota, que debemos reconstruir pieza a pieza yademás procurar que estas piezas encajen. Por tanto, ladedicación de las familias acogedoras es grande y entregansu tiempo y espacio familiar a unos menores a los que, enprincipio, no les une ningún vínculo, a veces con muchasdificultades y otras no tanto. Sin embargo, es una recom-pensa ver cómo evolucionan estos menores desde el díaque salieron del centro de acogida por el simple hecho detener una familia que les ha entregado su entorno afectivo.

Para exponerles lo que pensamos en nuestra asociación,he venido acompañado por Jorge Vidal-Quadras, que es elvocal de la comisión jurídica de nuestra asociación. Si lesparece, les dejo con su exposición y, si es preciso, en elturno de réplica quedo a su disposición.

Gracias.

La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Vallès.Tiene la palabra don Jorge Vidal-Quadras.

El señor VOCAL DE LA ASSOCIACIÓ DE FAMÍLIESACOLLIDORES DE BARCELONA (AFABAR) (Vidal-Quadras Trias de Bes): Bona tarda, buenas tardes. (El señorcompareciente apoya su intervención con diapositivas.)

Hace años un político manifestó que no se puede sermadre ocho horas al día. Como representante de una aso-ciación de familias acogedoras, creemos que lo mejor paracualquier menor es que disfrute en todo momento de unafamilia. Una familia como un bien para satisfacer el prin-cipio de interés superior del menor, una familia para quese responsabilice de él, para que lo cuide y para que lo

quiera. Nosotros hemos definido el interés superior delmenor como el conjunto de legislaciones y actuacionesadministrativas encaminadas a obtener el bienestar delmenor y el desarrollo de su personalidad. Nadie duda, ynuestra experiencia así lo demuestra, que el bienestar delmenor y el desarrollo de la personalidad se obtienen conun ambiente cotidiano en armonía y que el núcleo princi-pal para obtener ese ambiente es la familia.

Los centros residenciales de acogida deben existir perocomo una alternativa excepcional o residual. Numerososexpertos de la psicología, de la medicina y de la psiquia-tría han manifestado la enorme ventaja que supone teneruna familia. El señor Palacios ante esta comisión, el 22 deoctubre pasado, creo recordar, dijo: La primera opción paracualquier niño o niña que tiene que ser separado de sufamilia tiene que ser otra familia. También Boris Cirulnik,en unas jornadas organizadas por La Caixa en 2006, a raízde unas investigaciones en Rumanía y en Rusia, dijo:Desde el momento en que los menores fueron colocadosen familias de acogida recuperaron su desarrollo.

En Cataluña, como dijo la directora del Institut Catalàde l’Acolliment i l’Adopció, el día 30 de junio de 2009,había 7770 menores desamparados, de los cuales 2428 vivíancon su propia familia. Por lo tanto, en verdad había 5342 ensituación de desamparo, ya que el resto en realidad estaríaen situación de riesgo y de momento en Cataluña no estáregulada esta situación.

A Afabar le parece realmente preocupante que paraprácticamente la mitad de estos menores desamparados laopción sea un centro de acogida. Algo está fallando cuan-do sólo al 9% o al 11% se les ha encontrado una familiaque no tenga ningún vínculo con ese menor. Se puedeobservar en el gráfico de la izquierda que el margen deacogimiento familiar en sus distintas modalidades es prác-ticamente igual al acogimiento residencial. Por cierto, ennuestra asociación existen familias que hace más de unaño que están validadas y están esperando un menor enacogida. Desde Afabar hemos preguntado a varios trabaja-dores de centros por qué no salen niños en acogida. Noscontestan que muchas veces se debe a que todavía no tie-nen informe favorable de acogimiento, incluso al conside-rarlo como una posibilidad remota ya no se plantean ni tansolo declarar acogible al menor que está en el sistema deprotección, y por eso algunos niños pasan tiempo allí antesde ser acogidos, a veces años. Creemos que la solución esfácil. Por defecto, todos los menores deben ser idóneospara ser acogidos en familia, y cuando para un menor seaaconsejable vivir en un centro, debe existir un informeestableciendo como medida aconsejable el internamiento,no al revés. Me imagino que ustedes durante estos dosúltimos años, con motivo de la creación de esta comisiónde estudio, habrán seguido a algunos menores en algúncentro y a otros menores en familia y se habrán dado cuen-ta de la evolución tan favorable del menor cuando está enuna familia. Ya decía el doctor Rojas Marcos que los niñosque crecen en un ambiente en el cual hay seguridad, afec-to y estímulos lo tienen más fácil que aquellos niños aquienes les falta. Por ello entendemos que un menor nece-

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sita una familia, los mismos referentes continuos; unafamilia que pueda darle seguridad, un afecto constante ylos estímulos necesarios. Por eso no creemos en madres ypadres de ocho horas.

Además de ser mucho más beneficioso para el desarro-llo personal de un menor un acogimiento en familia queuno residencial, piensen que cualquier recurso que utilicenpara facilitar y favorecer ese acogimiento familiar esmucho más económico que mantenerlo en un centro.Nosotros hemos calculado que salen alrededor de 27 000euros anuales por niño, es decir, sólo en Cataluña estaría-mos hablando de un ahorro de 72 millones de euros anua-les. Pero también añadimos que es una medida más ade-cuada con un resultado social a evaluar. Saber, porejemplo, cuántos menores que hoy viven en centros hantenido a sus padres o abuelos anteriormente también insti-tucionalizados sería una forma de cortar la cadena.

El artículo 166 del Estatuto de Autonomía de Cataluñaestablece que la protección de menores es competenciaexclusiva de la Generalitat. Asimismo, saben ustedes queen Cataluña se está tramitando una nueva ley de la infan-cia, la llei de Drets i Oportunitats de la Infància i l‘Ado-lescència, así como el libro II del Código civil catalán, queregulará todo lo relativo a la protección del menor desam-parado en Cataluña. Por todo ello nos es difícil pronun-ciarnos sobre si es adecuado el modelo a nivel estatal o noy nos referiremos más al modelo catalán.

Existen aspectos de la ley estatal que pueden servir dereferencia para las legislaciones autonómicas, comopodría ser establecer una definición clara de lo que seentiende por interés superior del menor, así como el con-tenido para alcanzar este principio. El contenido paraalcanzar el interés superior del menor debe ser respetar elorden de las medidas de protección, que enseguida osenunciaré, y que la Administración ponga los mediosnecesarios en las familias y los centros para que ese menorrecupere su personalidad y su bienestar, es decir, que laAdministración tutele de forma positiva. Consideramosque tanto en una ley orgánica, al tratarse de derechos fun-damentales, como en las leyes autonómicas debería figu-rar taxativamente el siguiente orden de prelación en lasmedidas de protección: Primero, priorizar la declaraciónde situación de riesgo antes que la de desamparo; segun-do, en caso de declarar a un menor en situación de desam-paro debe prevalecer el acogimiento familiar; tercero, encaso de que exista un informe que así lo recomiende,podrá internarse a un menor; cuarto, en caso de que a unmenor sin informe de internamiento no se le encuentre unafamilia, debería permanecer el mínimo tiempo posible enun centro, hasta se podrían fijar plazos por ley y, por quéno, en caso de agotar esos plazos plantear la adopción. Loprimero es el menor. Nosotros estamos convencidos deello; lo primero siempre debe ser el menor.

Antes de concluir esta primera parte sobre el interéssuperior del menor y la familia como medida prioritariapara el menor, déjenme que les explique el caso de un aso-ciado sobre la importancia de vivir en familia. Es el de unniño de 8 años que desde casi los 2 vive en una familia de

acogida. Al año y medio de edad padecía una meningitistuberculosa. El diagnóstico era aislamiento total y autismofuncional. Viviendo en familia y con mucho cariño y cui-dado ha recuperado la vista y la audición. A los 4 años yahablaba y a los 5 caminaba. Esto es lo que han consegui-do sus padres de acogida con amor y cuidándole según susnecesidades las 24 horas del día.

En esta segunda parte queremos hablarles desde nuestraexperiencia de la realidad del acogimiento familiar, sobretodo en Cataluña, que es lo que conocemos. Pero antesdéjenme explicarles qué es lo que entendemos por acogi-miento familiar. El acogimiento familiar no es una medi-da temporal ni su objetivo debe ser el retorno, comohemos leído en alguna comparecencia. El fin principal delacogimiento familiar es la recuperación del menor desam-parado. El menor desamparado tiene una mochila detrás,una mochila de abandono, en algunos casos de malos tra-tos psicológicos y físicos. Hemos acogido menores conquemaduras de cigarrillos por el cuerpo, abusos de todotipo, miedo a relacionarse con adultos, a la oscuridad. Lamayoría de las veces los tratamos sin saber qué es lo quehan sufrido y eso cuesta mucho. Muchas veces no enten-demos sus reacciones porque desconocemos cómo hansido abandonados. Por eso, nuestro fin es recuperar a esemenor para que tenga un apoyo en su desarrollo personal.Para ello, en el día a día debemos asumir directa o indirec-tamente las funciones tutelares personales sobre el menor.

La medida del acogimiento familiar es indefinida en eltiempo. La prueba está en que, a excepción de algún aco-gimiento de urgencia, me parece que en nuestra asociaciónen los últimos cinco años no ha habido ni un solo retorno,y somos bastantes familias. El acogimiento familiar debetener tres objetivos. Primero —ya lo he comentado—, larecuperación del menor. Segundo, si es posible, en benefi-cio y como un derecho de ese menor, la relación con sufamilia biológica, pero no de cualquier manera y no comoun derecho de la familia biológica, sino como un deber deasumir su responsabilidad parental. El niño no debe ser uninstrumento para la recuperación de la familia sino que lafamilia debe servir para recuperar a ese menor. El tercerobjetivo que debe darse paralelamente a los dos anterioresdebe ser el estudio y elaboración de una propuesta de futu-ro para el menor, ya sea realizando las actuaciones nece-sarias en las familias de origen para un posible retorno delmenor o estableciendo medidas alternativas. Ahora bien,además de las actuaciones necesarias se deberán tomarmedidas rápidas y eficaces. No puede ser que un menortenga la esperanza de volver con su familia durante años yque esa familia no se recupere. Debe existir un límite en eltiempo y una vez sobrepasado ese limite tomar una deci-sión definitiva, ya sea un retorno, un acogimiento perma-nente de verdad, equivalente a la adopción simple, que hancomentado algunos ponentes, o una adopción. Es la Admi-nistración quien debe encargarse de encontrar y proponersoluciones de futuro estable a su situación provisional dedesamparo, consultando continuamente a la familia deacogida, y esto muchas veces no se logra, muchas vecesno se nos tiene en cuenta.

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El acogimiento familiar consta de cuatro fases que aquíse pueden ver muy claramente: las previas al acogimiento,el acoplamiento, el acogimiento en sí y, por último, lafinalización del acogimiento. En cuanto a las previas alacogimiento, los estudios previos que se hacen a la fami-lia a través del Instituts Colaboradors de la Integraciófamiliar en Cataluña, ICIF, los consideramos bastante ade-cuados y no creo que sea necesario modificarlos. Ahorabien, entendemos que a las familias se les debe advertir delo siguiente: Primero, que existe una probabilidad deretorno; se les ha de decir muy claro que sí que existe unaprobabilidad de retorno. Segundo, que es necesario favo-recer las relaciones con la familia biológica, siempre ycuando la Administración lo considere oportuno. En estacuestión y en la posibilidad de retorno es en lo que se dife-rencia principalmente con la adopción. Tercero, que elacogimiento no es temporal sino indefinido en el tiempo,por lo que se debe advertir a los futuros acogedores quepuede no haber retorno, pero sí relación con la familia bio-lógica y ello puede durar hasta que el menor alcance lamayoría de edad. Cuarto, la familia de acogida adquieredirecta o indirectamente las funciones tutelares personalessobre el menor, por lo que no es un complemento de lafamilia biológica sino que la sustituye y le debe acompa-ñar, educar, cuidar, alimentar y darle una formación inte-gral. La Administración tendría que advertir de esto deforma muy clara a la familia. En la asociación hemos teni-do algunos fracasos por no advertir de estas situaciones alos acogedores.

En cuanto al acoplamiento, hay que tener en cuenta quedesde el momento en que se nos comunica la posibilidadde acoger a un niño hasta que entra en nuestra casa pasanmuy pocos días y ello va a condicionar la vida de esoshogares y la vida laboral de la familia acogedora. Es nece-sario que en esos días la Administración tenga en cuentaesa inmediatez y se adapte un poco a la vida de los acoge-dores y no al horario de la Administración. Piensen quenuestra opción no es comprendida en todas las empresas.Sabemos el esfuerzo que hicieron con la Ley de Igualdadpara modificarla y adaptarla a la situación de los acogi-mientos en Cataluña, lo sabemos muy bien Lluís y yo por-que estuvimos una semana al teléfono hablando con sena-dores y diputados para que cambiasen cinco artículos de laLey de Igualdad a fin de adaptarlos. Se consiguió y por esose lo agradecemos. Aun así, consideramos que dichasmodificaciones se quedaron cortas. Se ha conseguido elpermiso de maternidad y paternidad para los acogimientosde carácter permanente, pero no entendemos por qué no seda una baja, aunque sea de un mes, para los acogimientosde urgencia. Dicen que es porque esa medida es de cortaduración, pero la realidad es que suele durar más, y aun-que dure poco, ¿por qué no se puede dar una baja a los deurgencia? ¿Acaso considerarían justo que en el caso, porejemplo, de un menor nacido y fallecido a los dos mesesse retrotrajese la baja maternal o paternal, ya que no hahabido una maternidad o paternidad larga? La baja pormaternidad o paternidad es fundamental en el acogimien-to para que el acoplamiento sea fácil, para que se puedaprestar una atención mayor a ese menor, para una mejor

integración del menor en la familia. En mi caso, hace yaunos años, antes de la aprobación de la Ley de Igualdad,acogimos a una niña que tenía 20 días y llegó a casa conmenos de dos kilos. La teníamos que alimentar con bibe-rón y forzarla a comer, la teníamos que mantener despier-ta. Pues bien, mi mujer y yo teníamos que ir a trabajar aldía siguiente y tuvimos que pedir ayuda. Sinceramente,creo que eso no es facilitar el acogimiento. Piensen nosólo en el coste que pueden tener medidas como ésta, sinoen el futuro beneficio social de personas que habrán podi-do crecer en un entorno afectivo que les fue arrebatado enorigen, así como el coste alternativo que representa la ins-titucionalización en el centro.

Entremos ahora a analizar el acogimiento en sí. Nadieduda, y así se ha manifestado en todas las ponencias, queen el acogimiento debe haber un seguimiento y un apoyoadministrativo. No me voy a extender en este punto ya queha habido otros profesionales que lo han manifestado,como el doctor Palacios, que dijo en su comparecenciaque un técnico no puede tener a su cargo 200 ó 300 fami-lias. Nos pareció asombroso, lo desconocíamos y noentendíamos cómo podía pasar eso. Tenemos la sensaciónde que muchas veces se fuerzan las visitas para cumplircon el problema de saturación de expedientes. Es verdadque las familias ajenas en Cataluña tenemos una ratiomucho menor, ya que no somos tantas, pero no así lasextensas. En Cataluña las familias ajenas las lleva el InstitutCatalà de l’Acolliment i l’Adopció y, en cambio, las exten-sas las lleva la DGAI, la Dirección General de Atención a laInfancia. Les voy a contar el caso estremecedor de unafamilia extensa. En el 2006 un perro atacó al menor y learrancó media cara, una oreja y parte de la masa corporal.Lleva varias operaciones. Siempre ha sido la familia deacogida quien ha acompañado al menor al hospital en lasinnumerables visitas. La familia de acogida estaba deses-perada. En julio del 2009 miembros de la asociación fui-mos a la DGAI a pedirles que, por favor, visitasen a lafamilia de acogida regularmente porque se trataba de uncaso especial, para que se sintiese acompañada. Me pareceque desde julio han ido una sola vez. Las familias de aco-gida estamos dispuestas a hacer lo que sea para el desarro-llo de estos menores que además llevan una historia previade abandono —y en ello estamos—, pero es necesario uncontinuo apoyo, sobre todo en estas situaciones.

En cuanto a los recursos económicos, creemos que noson suficientes para hacerse cargo de un menor, aunquesinceramente no es lo que nos mueve para acoger a unniño. Lo que nos parece poco correcto es la tardanza paraabonar los gastos extraordinarios y necesarios que debe-mos adelantar las familias acogedoras, como psicólogos,ópticos, dentistas, etcétera. También creemos que seríanecesario revisar las ayudas de las familias extensas, nor-malmente más necesitadas y, por lo menos en Cataluña,peor tratadas que las ajenas.

Ahora me gustaría entrar en el tema de las visitas, quees un punto fundamental del acogimiento. En Afabarentendemos que deben realizarse porque son necesariaspara la recuperación del menor, pero no de cualquier

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manera. Debe escucharse a la familia acogedora, que esquien convive con el niño las 24 horas del día, y las visi-tas deben adaptarse a la vida del menor y no a la Adminis-tración, a la familia biológica o a la familia acogedora. Lasvisitas nunca se deben hacer en horario escolar, pues ellosignifica que ese menor deberá ausentarse de sus clases yque a sus compañeros se les esté diciendo continuamenteque ese niño ha sido abandonado. ¿Se imaginan ustedes auna madre o un padre separado que fuese a las 11 de lamañana un miércoles a buscar a su hijo para cumplir conel régimen de visitas y que además eso fuese regulado porley?

Otro punto crucial es dónde se hacen las visitas. Debeser un lugar adecuado para el encuentro. Tenemos cons-tancia de que en Cataluña esto se ha mejorado muchísimo.Cuando decimos que las visitas deben realizarse cuandosean necesarias para la recuperación del menor y no decualquier manera, lo decimos con conocimiento de causa.No puede ser que después de una visita el menor deba acu-dir al psicólogo, que al día siguiente le llamen del colegiopor su estado de llanto, que el día anterior se orine en lacama con 12 ó 13 años, incluso que algunos padres bioló-gicos les amenacen en las visitas, les pasen droga, les pon-gan un piercing, etcétera, o que les generen expectativasde retorno irreales. He de manifestar contundentementeque existen muchas visitas y muy positivas; estamos total-mente a favor de las visitas, pero no de cualquier manera.Visitas que mejoran al menor y a los padres biológicos,incluso algunas familias tienen relación entre ellas. Tam-bién existen visitas de los abuelos, tíos o hermanos queson muy importantes para ese niño. Pedimos a la Adminis-tración que estudie de verdad, en cada caso, la necesidadde las visitas para el menor, que no sea algo para cubrir elexpediente y que hablen con la familia de acogida.

En cuanto a las expectativas de retorno, éstas deben serreales para plantearlas al menor. El menor debe sabercuanto antes si existe posibilidad de retorno o no. Elmenor necesita saber cuál va a ser su hogar durante lospróximos años. No se le pueden crear expectativas duran-te años de que volverá con sus padres biológicos. Creemosque ello puede cambiar con la reforma en los plazos de opo-sición establecidos en la reforma del Código civil de 2007,así como en la próxima aprobación de la llei de Drets iOportunitats de la Infància i l’Adolescència. Se podríaanalizar ahora, en el 2010, si tiene éxito o no y cómo estáfuncionando. Pero debe ir acompañada de una actitudclara por parte de la Administración sobre la generación ono de esas expectativas.

Por último, hablaré de la finalización del acogimiento.La finalización del acogimiento se dará por una de lassiguientes circunstancias —sé que la ley recoge otras, peroyo entiendo que son estas—: el retorno, la adopción u otroacogimiento, el fallecimiento y la mayoría de edad. En elfallecimiento no voy a entrar porque no hay nada quecomentar. Del retorno poco podemos hablar ya que tene-mos poca experiencia en la asociación, pero estamos segu-ros de que cuando se hace un retorno la Administración seha asegurado bien de que es lo más adecuado para ese

menor. Es más, los casos de acogimiento de urgencia quehemos tenido en la asociación han sido muy positivos. Dela adopción u otro acogimiento sí que nos gustaría comen-tar algo relacionado sobre todo con los acogimientos deurgencia. Sabemos que los acogimientos de urgencia sue-len ser para estudiar la situación del menor, para que enseis o nueve meses se tome una medida definitiva, el aco-gimiento simple o permanente, la adopción o el retorno.En caso de acogimiento o adopción nos hemos encontra-do casos en los que la familia de urgencia quiere ser laadoptiva o la acogedora simple y la Administración optapor separarlos. Esta medida la podemos entender cuandola Administración cumple los plazos de estudio, perocuando la Administración está un año o dos estudiando yno seis meses, se debe tener en cuenta a la familia que lo haacogido en urgencia. Pensemos que normalmente en estacasa hay más niños o se ha establecido un fuerte vínculocon la familia. Tampoco se entiende que se esté el doble oel triple de tiempo estudiando una situación. El retraso enla adopción de medidas, pasado el tiempo de diagnosis enlos acogimientos de urgencia implica, además, tener ocu-pada a la familia acogedora y por tanto disminuir losrecursos de acogimiento de urgencia.

Por último, en los casos de finalización del acogimien-to por mayoría de edad hay muchos temas a tratar quedeberían ser estudiados en otra comisión específica. Aúnasí les enunciaré alguno de ellos. La preparación delmenor para la mayoría de edad. El menor no puede estarpensando que cuando cumpla 18 años puede ser abando-nado. Por suerte, los acogedores ya nos encargamos dedecirle que nuestra casa es su hogar. Creemos que desdelos 14 o 15 años las instituciones tendrían que ir preparan-do al menor de que va a cumplir 18 años y no va a serabandonado por nadie. Al menor se le debe informar,desde que tiene suficiente conocimiento, de sus derechospara cuando llegue a la mayoría de edad. Por ejemplo,¿conocen los menores y los acogedores que a partir de los18 años pueden solicitar la adopción por parte de sus aco-gedores si éstos están de acuerdo?

Para cerrar la parte dedicada al acogimiento familiar,querría hacer una reflexión. El que exista una medida defi-nitivamente en un acogimiento sin que haya retorno nodebe equivaler a fracaso de la Administración, más bientodo lo contrario, ya que se habrá tomado una decisiónpensando en el menor y se le dará una estabilidad en sufuturo. El menor ya no deberá pensar: ¿dónde iré maña-na?, sino que sabrá a quién acudir, tendrá un referente. Portanto, que la Administración decida un acogimiento sim-ple o permanente o preadoptivo o adopción es una buenanoticia en interés del menor. Consideramos que los pode-res públicos, los grupos asociativos y la prensa debemosanimar a la Administración a que sea valiente y decida.Dejar pasar el tiempo sin tomar decisiones puede llegar aser una forma de abandono. Piensen, como comentaba uncompareciente anterior, si tiene sentido el alto porcentajede acogimientos en los que pasan años sin visitas de lafamilia biológica. En algunos casos no dejan de tener uncarácter adoptivo.

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Por último, aprovechando la oportunidad que nos hanbrindado para dirigirnos a quienes deciden sobre la legis-lación estatal, quisiéramos comentarles algunas leyes queconsideramos que se podrían adaptar o cambiar paramejorar la protección del menor desamparado. ¿Sabíanustedes que existen menores desamparados que no estáninscritos en el Registro Civil? Lo grave es que muchos deesos menores pueden haber pasado dos o tres años en cen-tros sin que ni quien ejerce la tutela, es decir, la Adminis-tración, ni los directores de las instituciones hayan inicia-do los trámites, cuando además están obligados por ley.Esto ha generado enormes problemas a los acogedores,como por ejemplo no poder coger un avión toda la fami-lia, ya que se necesita DNI o pasaporte y sin estar inscri-tos no lo pueden obtener. El pasado 8 de enero el Consejode Ministros aprobó un informe con un anteproyecto deley de reforma del Registro Civil, que establece la obliga-toriedad de los centros sanitarios de remitir los nacimien-tos al Registro Civil. Consideramos que es una medidamuy necesaria, que incluso les íbamos a comentar antes detener noticia de esta reforma. No esperen a aprobar la ley,introduzcan este artículo ya.

En cuanto a la legislación fiscal, se deberían adaptar lasleyes para considerar a los menores acogidos equivalentesa los hijos. Por ejemplo, en las deducciones familiares enrenta o en la bonificación del 95% en la transmisión lucra-tiva de un negocio familiar o de la vivienda habitual. Meimagino a la típica familia de acogida que tiene un nego-cio pequeño y que sólo tiene un niño en acogida que llegaa los 18 años. Si lo pudiese transmitir con la deducción del95% yo creo que estarían muy agradecidos. Debería tener-se en cuenta la posibilidad de que el menor, al llegar a lamayoría de edad, si continúa viviendo con la familia aco-gedora, se considere, al menos fiscalmente, como un com-ponente de la unidad familiar. Actualmente no lo es ysigue viviendo con la familia de acogida. La situación delos menores a los 18 años no deja de ser curiosa, pues sellegan a plantear ayudas si se van de la familia acogedorapero no en caso de mantenerse dentro de esa familia, cuan-do en la mayoría de las ocasiones es la mejor opción. Sedebería revisar la legislación estatal si cuando habla dehijos incluye a los acogidos, cuando sea necesario. Porejemplo, en las becas a estudiantes por situaciones fami-liares. O quizás plantear el acceso directo a las distintasbecas de ayuda al estudio o al material escolar.

Respecto a la baja maternal y la necesidad de incluirlapara todos los acogimientos, ya lo he comentado cuandohe hablado del acoplamiento. Asimismo, a la hora deredactar una ley se debería ser sensible con todas lascomunidades, y se lo pido a ustedes, una Cámara territo-rial, una Cámara de la que se espera que controle muchomás si una legislación no contempla las peculiaridades delas legislaciones autonómicas. En Cataluña lo hemossufrido durante años. Cataluña fue de las primeras comu-nidades en regular el acogimiento, pero sólo incluyó elsimple y el preadoptivo. Posteriormente, en el año 1996 sereformó el Código civil común y se introdujo el acogi-miento permanente en el artículo 173 bis. A partir de ese

momento se empezaron a igualar los beneficios que setenían por acogimientos de carácter permanente con losbeneficios que se tenían por hijos adoptivos o biológicos.Los acogimientos simples de larga duración no se han podi-do beneficiar durante años de estas ventajas, cuando lascaracterísticas de estos eran las mismas que los permanentes.

Para finalizar esta ponencia, querría explicarles un casoreal de un menor de la asociación. Una niña de 13 años quea los 3 años los servicios sociales habían encontrado aban-donada en su casa y atada al cochecito. Hasta los 11 añosha estado viviendo en centros hasta que fue acogida. Enlos distintos centros visitaba regularmente al psiquiatra ytenía que medicarse continuamente, ya que le habían diag-nosticado una disminución general del 41% y una discapaci-dad del 33%. Esta niña se encontraba encerrada en su mundo.Actualmente, un año y medio después del acogimiento, ya nose medica ni va al psiquiatra, y en lugar de ir a un centroespecial, tal como le habían recomendado a la madre deacogida, va a una escuela normal, hace actividades extra-escolares y aprueba las asignaturas. Esto no es un milagro,es que tiene una familia.

Muchas gracias, moltes gràcies.

La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Vidal-Quadras. Pasamos al turno de portavoces. Por el Grupo Parlamen-

tario Mixto, tiene la palabra el senador Torres.

El señor TORRES I TORRES: Muchas gracias, señorapresidenta.

En nombre del Grupo Parlamentario Mixto y en el míopropio quiero dar la bienvenida a don Lluís Vallès y a donJordi Vidal-Quadras Trias de Bes, de la Associació deFamílies Acollidores de Barcelona, Afabar, en aquestacomissió del Senado, y agradecerles sus intervenciones yaque sin duda alguna nos serán de gran ayuda para clarifi-car varios temas. Benvinguts en aquesta comissió; moltesgràcies. Señorías, doña Silvia Casellas Serra, directorageneral del Instituto Catalán del Acogimiento y la Adopción,ya habló en su momento de las familias como núcleo bási-co del desarrollo de la infancia y la adolescencia, y laimportancia que conlleva el apoyo institucional haciaellas. La formación de las familias debería ser una piezaclave, ya que la obtención de idoneidad técnica ha de irunida a que las familias valoren sus posibilidades comofamilias y como educadores. En muchos casos la inexis-tencia de familias dispuestas a acoger menores en prea-dopción y mantener un régimen de visitas con la familiabiológica hasta que se pueda constituir la adopción hizo enel pasado que la elección de estas familias se realizara máscon criterios asistenciales que de evaluación de capacida-des, aptitudes y actitudes reales para afrontar el reto de laadopción. Atendiendo a este aspecto, la señora Casellasmencionó en su intervención el pasado mes de septiembreel proyecto de la llei de Drets i Oportunitats de la Infàn-cia i l‘Adolescència, pendiente todavía de aprobación porel Parlament de Catalunya.

Ustedes, señores Vallés y Vidal-Quadras, también citandicho proyecto en su cuestionario y afirman que esta ley

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lleva varios años de retraso en su elaboración y tramita-ción, durante los cuales la regulación de los acogimientosfamiliares se ha limitado a unos escasos preceptos de laLey 37/1991, sobre medidas de protección de los menoresdesamparados y de la adopción. Como bien sabrán, estanorma recoge toda la legislación actual catalana sobre lainfancia y la adolescencia e introduce novedades en aspec-tos como la protección ante el maltrato de menores, el pro-cedimiento de desamparo o el proceso de acogimiento condos nuevas modalidades, el permanente y el especializado,es decir, el acogimiento en unidad convivencial de accióneducativa, UCAE.

Según la ley, el acogimiento familiar permanente se lle-vará a cabo cuando el desamparo sea prácticamente defi-nitivo pero no sea posible la adopción o no se considere laopción más favorable. El acogimiento familiar especiali-zado está dirigido a menores tutelados que requieren unaatención más especializada, menores con necesidadeseducativas especiales por causas psíquicas, físicas o sen-soriales, enfermedades crónicas y/o trastornos de conduc-ta y grupos de hermanos. Este tipo de acogimiento requie-re que uno de los miembros de la familia cuente con unatitulación específica, formación y experiencia para atenderlas necesidades del menor. Actualmente, el departamentode Acción Social y Ciudadanía está trabajando en un planpiloto para evaluar el funcionamiento de este tipo de aco-gimiento. En este sentido, ustedes señalaban en el cuestio-nario de la comisión que Afabar acoge a niños con enor-mes dificultades derivadas de una historia personal ysituaciones muy difíciles, fruto de sus dificultades en laetapa infantil. Los menores pueden presentar retrasos edu-cativos y problemas de adaptación a la institución escolar.Afirman que los poderes públicos deben hacer una autén-tica labor de compensación de este déficit escolar y lomismo afirman en relación con los servicios médicos,especialmente de tipo psicológico y psiquiátrico.

Por todo ello, me gustaría preguntarles si, desde supunto de vista, señores Vallès y Vidal-Quadras, creen queestas dos nuevas modalidades de acogimiento, especial-mente el acogimiento en unidad convivencial de accióneducativa, son efectivas y suponen una mejora para el sis-tema, promoviendo una cultura más responsable en lasociedad y aumentando la calidad de vida de los menoreso si, por el contrario, consideran que se podrían haberplanteado otras medidas más efectivas dentro de estanueva ley.

Pero siguiendo con el tema, como portavoz del GrupoParlamentario Mixto quería agradecerles el documentoaportado sobre los menores tutelados indocumentados,quienes ni tan solo constan inscritos en el Registro Civil yque desde Afabar han redactado y adjuntado las respues-tas del cuestionario. En ese contexto me gustaría destacaruna de las menciones relacionadas con el tema que se hanhecho en esta comisión. El señor don César Antón Beltrán,consejero de Familia e Igualdad de Oportunidades de laJunta de Castilla y León, en su exposición ya solicitó anteesta comisión del Senado la implantación de un sistema degestión de los datos de la protección infantil que permita

evaluar necesidades, cambios, resultados y planificar nue-vos recursos y respuestas. En definitiva, poner en marchauna metodología que recoja datos fidedignos acerca delnúmero de menores protegidos, las aplicaciones de lasdiferentes medidas, los perfiles de estos niños protegidosy de sus familias, los indicadores del proceso, tales comola duración de las medidas e indicadores de resultadoscomo el cumplimiento de objetivos, impacto, etcétera, yaque, como bien se ha indicado, la realidad es que nadiesabe a ciencia cierta qué es lo que está pasando en el terri-torio del Estado español. Es evidente que una poblacióntan importante como son los menores de edad y un proble-ma tan complejo requieren un análisis serio y un granesfuerzo para lograr una atención de calidad y para que laopinión pública conozca las necesidades y problemas de lapoblación infantil del territorio español.

Muchas gracias, señora presidenta.

La señora PRESIDENTA: Gracias, senador Torres. Por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra

el senador Bedera.

El señor BEDERA BRAVO: Muchas gracias, señorapresidenta.

Muchísimas gracias por su exposición y bienvenidos aesta comisión, en la que nos encontramos en un momentoavanzado, pues lleva en funcionamiento año y medio oaño y unos meses, y tenemos ya muy claros cuáles son losproblemas y las líneas fundamentales. Hemos recibidoaquí a muchos comparecientes y es verdad que en muchasocasiones acabamos teniendo una opinión muy parecida.Ahora bien, me gustaría ir un poco más allá de su expe-riencia. A estas alturas nos estamos dando cuenta de queen el propio nombre de la comisión, Comisión Especial deEstudio de la problemática de la adopción nacional y otrostemas afines, el grueso de las figuras afines realmente esel acogimiento. También estamos muy de acuerdo todoslos que estamos aquí y todos los que están ahí con algunascuestiones, pero la verdad es que se acaban repitiendo. Porejemplo, nadie dice otra cosa que no sea que los acogi-mientos no se deben alargar más del tiempo para el queestán establecidos, pero cuando uno estudia el análisis dela permanencia se encuentra con que la media de acogi-miento en familia ajena es de tres años y medio. Esos tresaños y medio suponen un alargamiento del tiempo para elque estaba pensado el acogimiento en el 86% de los casos.La media de acogimientos en extensa es de cinco años ytambién con una dinámica mucho mayor de la inicialmen-te pensada.

Todos estamos de acuerdo en que el acogimiento resi-dencial, en que la institución es lo peor que le puede pasara un niño. Ustedes acaban su exposición como todos lostratados internacionales que España tiene firmados,diciendo que todo niño tiene derecho a una familia, pero ala hora de la verdad nos encontramos con que, por ejem-plo, la media de edad del acogimiento en España es desiete años, cuando en otros sitios, como el Reino Unido,esta media es de cuatro años; es decir, que el paso por el

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acogimiento residencial es una constante y cuando el niñoestá en situación de ser acogido, no digamos ya en situa-ción de ser adoptado, ya tiene una edad que dificulta enor-memente esa medida.

También se dice que el acogimiento, cuando no es per-manente, es una medida que tiende al retorno a la familiabiológica y por lo tanto a que las condiciones que impul-saron ese acogimiento se hayan visto superadas, lo quefavorecerá la vuelta del menor. Es decir, que hay que pen-sar lógicamente que las interrupciones de estos acogi-mientos tienen un destino y un fin mejor, pero nuevamen-te, si vamos a los datos, vemos que esas interrupciones novan a las familias biológicas, sino que van en un 71% aacogimiento residencial.

Todos estos datos que estoy dando están tomados de unlibro, El acogimiento familiar en España, el famoso estu-dio que todos conocemos, de alguien que pasó tambiénpor aquí, Jorge Fernández del Valle, del equipo que traba-ja en la Universidad de Oviedo. Por lo tanto, si estamostodos de acuerdo en el diagnóstico, si estamos de acuerdoen lo que es bueno y en lo que es malo, y finalmente ocu-rre lo contrario de lo que debería ocurrir, la pregunta es:¿qué está pasando? Entiendo que ustedes me van a hablarde Cataluña, que es lo que más conocen, porque estacomisión se celebra en una Cámara territorial, pero evi-dentemente pretendemos establecer medidas que mejorenla adopción y el acogimiento en todo el Estado. Estamosun poco perplejos, particularmente quien les habla, por-que, coincidiendo en el diagnóstico, coincidiendo en loque es bueno, a la hora de la verdad no hacemos lo quedebemos hacer. Entonces la pregunta, más allá de qué eslo bueno para el menor, es por qué está pasando esto. Peroentonces les deslizo una segunda pregunta, sabiendo queustedes ya han dejado muy claro que este tipo de cuestio-nes, lógicamente —y es así—, son competencia exclusivade las comunidades autónomas: ¿Pero a ustedes no lesparece que algo deberíamos cambiar, que algo se deberíahacer, que se debería establecer algún tipo de contacto, decoordinación —pongan ustedes la palabra que menos lesrechine— para que lo que está ocurriendo no ocurra? Hayotras situaciones en las que las competencias están enmanos de las comunidades autónomas y, sin embargo, seha seguido una política de colaboración con la que se haconseguido que, por la gravedad o por la importancia delasunto en cuestión, se haya llegado a estos altos niveles decolaboración. Pongo el ejemplo de los trasplantes. ¿Nopodría el Estado español hacer algo —y les pregunto austedes, que vienen de una autonomía muy desarrollada—para ponernos todos de acuerdo? Como muy bien decía micompañero, es que es una constante, es que no conocemoslos datos, es que las comunidades autónomas no son trans-parentes con sus datos, es que en el estudio del equipo deinvestigación de Jorge Fernández del Valle lo primeroque se dice es que la mayor dificultad que han encontra-do —página 172— son las diferentes formas de registrarla información en cada comunidad autónoma, en cadaentidad colaboradora, etcétera. ¿Es que no nos podemosponer de acuerdo cuando de lo que estamos tratando es

nada menos que del interés superior de un menor? A todosse nos llena la boca con esto del interés superior delmenor, pero a la hora de la verdad resulta que cada uno loentiende a su manera o, entendiéndolo, cuando se ponende manifiesto los conflictos de ese interés superior delmenor con otros intereses no se decide de la misma mane-ra. No digo que ustedes o nosotros o casi todo el mundo lotenga claro, pero a la hora de la verdad —y ha dicho ustedalgo con lo que lo ha clavado, permítanme la expresión—,las familias tienen que estar al interés del menor y no losmenores al interés de las familias. Ahí está el típico casode hacer que el niño vuelva otra vez con la familia bioló-gica porque a su madre drogadicta la va a ayudar mucho asalir de su problema. Mire usted, esto no es así, el niño noestá para eso. Es exactamente al contrario. Si hay un pro-blema de esa naturaleza, tiene que prevalecer el interéssuperior del menor, y mi grupo está completamente deacuerdo con ello.

La segunda cuestión que les plantearía es: ¿No podría-mos ponernos de acuerdo en algo? Por lo menos paramedir, para que tuviéramos el mismo baremo, porque nomedimos las cosas de la misma forma.

Tercera cuestión que le queríamos plantear: el biologis-mo. Se lo pregunto al hilo de dos cuestiones. ¿Cómo apre-cian ustedes, en su asociación, la reformulación o el cam-bio en esa disposición final de la Ley de AdopciónInternacional que ha reducido, que ha limitado —antes nohabía límite— el periodo de impugnación de los padresbiológicos para la declaración de desamparo? ¿A ustedesles parece bien? El anterior compareciente incluso decíaque le parecía muy elevado el de dos años. ¿Qué les pare-ce eso desde el punto de vista jurídico?

Le pregunto a usted, que es jurista —eso he creídoentender— o al menos el que lleva el peso jurídico: ¿Cómovalora la sentencia del Tribunal Supremo del año 2009, quepor primera vez sienta doctrina en esta materia, en el sen-tido de que el interés superior del menor se debe imponera otros intereses de los padres biológicos? Es la sentenciaque casa la de la Audiencia Provincial de Toledo. ¿Cómovaloran ustedes esto? ¿Creen ustedes que esta sentencia vaa solucionarlo al tenerse que considerar a partir de ahora,porque genera doctrina? ¿Va a evitar o va a permitir que seimponga ese concepto de interés superior del menor, queno deja de ser un concepto jurídico indeterminado mientrasno se determine, aunque ustedes quieren que se determinemucho más? ¿Cómo valoran esa sentencia?

Por último —también lo han comentado en su exposi-ción—, en la contestación al cuestionario hablaban delcoste de los acogimientos residenciales, que es entre sietey diez veces superior al de la familia acogedora. Haceunos meses tuve ocasión de asistir precisamente a unencuentro en Gijón, en el que estaba el síndic de greuges,y venía a decir prácticamente lo mismo: ¿dónde creenustedes entonces que está el problema? Si es más baratoque vayan a las familias, ¿por qué no se está haciendo así?Si es mejor para el menor, ¿por qué no se está haciendo?Ya sé que quizá sea una pregunta muy elemental pero a lomejor, si se contestara, el resto de los ciudadanos interesa-

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dos en esta cuestión podrían entenderlo un poco mejor,porque la gente no es consciente de que esto sea así, deque un acogimiento residencial sea muchísimo más caro.¿Qué pasa, que tenemos un tipo de cultura determinado,que no hemos evolucionado todavía, que no estamos vien-do aquello en lo que otros países han avanzado muchomás, que hasta hace cuatro días esto tenía una soluciónmás bien de beneficencia o caritativa y hemos empezado apensar desde hace cuatro días que estos son derechos delmenor? Lo dejo ahí, porque a lo mejor puede ser unaforma de entenderlo.

Muchísimas gracias por su comparecencia.Gracias, presidenta.

La señora PRESIDENTA: Gracias, senador Bedera. Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra la

senadora Serrano.

La señora SERRANO ARGÜELLO: Muchas gracias.Buenas tardes a todos.

Las primeras palabras de esta portavoz no pueden sernada más que de agradecimiento, diría incluso que dedoble agradecimiento a las personas que comparecen aquíen representación de asociaciones de acogimiento. Y digodoble por la labor que están desarrollando, de una tremen-da humanidad y que causa admiración, y, además, porquedesde el punto de vista práctico para esta comisión ha sidomuy útil, como no podía ser de otro modo, escuchar porparte de las distintas administraciones autonómicas cómoestán reguladas y cómo está la situación. Nos han propor-cionado una visión de cómo está la situación de la adop-ción o de las figuras de acogimiento en todas sus varian-tes. Es verdad que si queremos construir es muyinteresante conocer los fallos que está teniendo, lasdemandas, los agujeros o lo que no están funcionando per-fectamente bien, y eso, lógicamente, siempre lo vamos aver mejor desde la parte demandante, en este caso desdesus asociaciones, porque son las que día a día están traba-jando de cerca y las que están detectando muchos de losproblemas que aquí se han puesto de manifiesto. Desde elpunto de vista práctico, son de muchísima utilidad paraesta comisión todas sus exposiciones.

Una vez que hemos mostrado nuestro agradecimiento,quisiera redundar en las dos exposiciones anteriores, la delseñor Torres y la del señor Bedera, puesto que ha sido unareiteración constante a lo largo de esta comisión —una deellas yo diría que mucho más allá incluso de la colabora-ción obligada— hablar sobre alguna normativa a nivelestatal que hiciese que eso fuese fluido en todo el territo-rio nacional, con independencia de la predisposición o noa colaborar por parte de cada administración, dado quecreo que la entidad y la calidad del tema así lo requieren.Además, como se ha manifestado también por los anterio-res portavoces, a través del observatorio podríamos serconocedores a nivel nacional de la situación real, de lo queestá pasando en este tema en España y, además, a través deesa homogeneización o de esa normalización tanto de cri-terios como de metodología para que podamos valorar

cuál es la situación real, porque solamente desde un buendiagnóstico se puede acometer una buena metodología ointentar paliar la situación.

Una vez dicho esto, le voy a formular cuatro preguntas.La cuarta es confirmar, si ha entendido bien esta portavoz,que hay determinadas propuestas encima de la mesa, pro-puestas que yo suscribiría tal cual las he entendido. Laspreguntas son las siguientes.

En primer lugar, usted ha mencionado que en Cataluñano estaba regulada la situación de riesgo. Querría saber siconsidera que, no solo en Cataluña sino también a nivelnacional, estas situaciones debieran o no regularse, no sé sicon normas con rango de ley o con otro tipo de normativas.¿Sería positivo que este tipo de situaciones se regularse?

En segundo lugar, ha manifestado que se dan situacio-nes de fracaso en muchas ocasiones derivadas de que laAdministración no es meridianamente clara a la hora deplantear las posibilidades de retorno del menor. ¿Esodebería o no estar regulado? Si realmente esa es la conse-cuencia de una no información, ¿también debería estarregulado que la Administración se vea obligada siempre ainformar al menor y a la familia de acogida de todas lasposibles situaciones que se puedan dar?

En tercer lugar, ha comentado que la inmensa mayoríade las visitas son positivas para el menor pero —y tampo-co nos ha extrañado porque se ha puesto de manifiestoaquí en alguna otra ocasión— que hay algunas visitas queson dañinas porque se ven los efectos inmediatamente, aldía siguiente, como usted ha mencionado. ¿Cuál sería supropuesta para evitar esto, puesto que ustedes son los queestán trabajando más cerca de los menores? ¿Se trataría devisitas tuteladas? ¿Cómo se podría encajar? ¿Se trataría desuprimir esas visitas cuando esos síntomas se dan al díasiguiente, de forma inmediata o con carácter urgente?¿Cuál entienden ustedes que podría ser la solución cuandose dan precisamente ese tipo de visitas —todos sabemos lolenta que es la justicia— y los efectos los vemos canden-tes al día siguiente en el menor?

La cuarta pregunta se refiere a las propuestas que ustedha hecho, que son las siguientes. Por ejemplo, nos ha defi-nido, cosa que nos alarma, igual que manifestaba el porta-voz del Grupo Parlamentario Socialista, que todos los quehan pasado por aquí y todos los portavoces nos estamosrefiriendo sistemáticamente al interés del menor, quetodos estamos de acuerdo en que la clave es la familia, yque siempre la parte complementaria, y secundaria comosegunda opción, sería la institucionalización, pero despuéslos pocos o erróneos datos que conocemos nos indican queestá sucediendo lo contrario. Además de eso, que ya es lla-mativo de por sí, lo que más alarma a esta portavoz es queme diga que en Cataluña hay familias con informes de ido-neidad esperando durante varios años y, sin embargo, setarde más de un año, por lo que he entendido, en que seproduzca el enlace, cuando esas familias llevan esperandobastante tiempo. Eso es alarmante, y quisiera saber si hayuna propuesta para que se pudiese regular por ley, paraacortar los plazos y que los informes se hicieran en undeterminado periodo de tiempo y que eso no sucediese.

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Una de las propuestas que me ha parecido realmenteinteresante es la de la posibilidad de la baja por acogimien-to de urgencia. Creo que el ejemplo lo he entendido per-fectamente, es decir, cuando hay un acogimiento la fami-lia pasa a ser la familia del menor y, por lo tanto, en unprincipio requiere de todas las atenciones. Con indepen-dencia de la modalidad del acogimiento, eso debería teneruna consideración en nuestro régimen laboral para poder-les otorgar una baja, con independencia de la transitorie-dad o de la temporalidad, porque puede empezar de urgen-cia y puede acabar siendo permanente. No obstante,aunque solo fuese de urgencia, es evidente que ese menor,como en el ejemplo que usted ha puesto, requiere de todala atención desde el día que llega a la familia y si lospadres están trabajando, se requiere disponer de todo eltiempo necesario para atenderlo.

En último lugar, una propuesta que me ha parecido bas-tante sensata es que, si a partir de los 18 años el menor queestá acogido se queda en la familia, entre a formar partedesde el punto de vista fiscal de la unidad familiar. Parecelógico, con independencia del régimen de adopción, quesea así si se queda en esa familia, porque hay una situaciónde hecho. Parece sensato que desde el punto de vista delderecho por lo menos se estudiase cómo se le podría darforma para que esa persona entrase a formar parte de launidad familiar.

Les agradezco, como no podía ser de otro modo, lalabor que están desempeñando no solamente con losmenores, que es lo más importante, sino también ayudan-do a esta comisión, porque están detectando —insisto—esos defectos o esos agujeros o aquello que las administra-ciones probablemente en muchas ocasiones no ven o nonos han explicado. No me queda nada más que invitarlosa que continúen en esa línea. Por supuesto, lo que nos hanhecho llegar acerca del Registro Civil es un caso insólitoque a la inmensa mayoría de los portavoces nos deja per-plejos, al igual que otra serie de cosas que hemos escucha-do aquí. Parece mentira que estando un menor precisa-mente en manos de la Administración, al final no estéregistrado. Hay determinadas cosas que, aunque parezcaninsólitas —que lo son, pero que de facto se dan— a lomejor en esas modificaciones o en esas propuestas legisla-tivas que vamos a hacer también habría que enumerarlas,es decir, que sea obligatorio que la Administración, inme-diatamente, dé de alta en el Registro Civil a todos losmenores. Sin más —repito— les agradezco mucho suexposición, que ha sido muy enriquecedora, y los animo aque sigan en la misma línea en la que están actuando.

Muchas gracias.

La señora PRESIDENTA: Gracias, senadora Serrano. Para contestar a las preguntas tiene la palabra, en primer

lugar, don Lluís Vallès.

El señor PRESIDENTE DE LA ASSOCIACIÓ DEFAMÍLIES ACCOLLIDORES DE BARCELONA,AFABAR(Vallès Casanova): Gracias, señora presidenta.

Cuando nos preguntan qué es lo que está pasando, porqué los menores no están en familias, a nosotros nos cues-

ta un poco responder porque precisamente estamos aco-giendo a niños desamparados, y hemos ido al sistema deprotección a ofrecernos como familias. Es una cuestión unpoco difícil, al menos para nosotros, responder a la pre-gunta de cómo es que no todo el mundo se apunta al carro,porque nosotros nos hemos apuntado.

Empiezo por el principio, con el señor Torres. EnCataluña, de acuerdo con la Ley 37/1991, e incluso con lapropuesta de ley que está en trámite parlamentario, encaso de acogimiento preadoptivo no existen visitas con lafamilia biológica. Se considera que no es adecuado, a noser que sea beneficioso para el menor, pero en principio,en el momento en que se inicia el trámite preadoptivo, lasvisitas no se hacen justamente para ir al camino de laadopción. Quizá en la otra comparecencia no haya queda-do muy claro.

Sobre las UCAE, los acogimientos especializados, ennuestro cuestionario lo planteábamos como un quizá. Ten-dríamos que estar muy al tanto del programa piloto que seestá haciendo al menos en la Generalitat de Catalunya, yen algunas comunidades autónomas me parece que tam-bién se han planteado algunas cosas. Lo digo porque tam-poco está muy claro, pues yo creo que el acogimiento pro-fesional debería servir para sacar niños de centros que deotra forma sería imposible que salieran de allí, no parasustituir a las familias acogedoras normales o voluntariaspor familias profesionales, porque un niño acogido en unafamilia normal, en un entorno normalizado, está muchomejor que en un entorno en el cual la familia tenga que serprofesional. Si tiene que ser profesional es porque hayunas dificultades muy intrínsecas o muy claras. Por tanto,en el orden de prioridades respecto a qué medida tomar enrelación con el menor, el acogimiento familiar voluntariotendría que ir por encima del profesional, y el profesionalreservarlo para aquellos casos de discapacidades físicas opsíquicas realmente muy graves, en los que si no hay unadedicación en exclusiva no se pueden sacar de los centros.

En cuanto a las comunidades autónomas, en lo relativoal acogimiento profesional, Cataluña ha iniciado un pro-grama piloto para ver los perfiles de la familia de acogida,cómo funciona y los tipos de niños. Supongo que despuésse hará un buen resumen de lo que ha pasado. Lo que a míse me ocurre es que se podría establecer un método decolaboración. Si una comunidad autónoma hace un pro-grama de este tipo, las otras comunidades autónomas sepueden sumar. Si, según parece, en el País Vasco la rela-ción entre familia biológica y familia acogedora se trata deuna determinada forma, con unas determinadas experien-cias que parecen positivas, se podría comentar con el restode las comunidades autónomas y aplicarse. Probablemen-te con este tipo de desarrollo sea incluso más ágil que si seunifica toda la legislación en un solo ámbito. En esto con-firmo lo que ustedes han dicho, es decir, de qué formapodemos colaborar para avanzar todos aunque no sea almismo paso, uno da un paso en una dirección, el otro enotra y el otro toma los dos pasos y se avanza a un tercerpaso, y así consecutivamente. Esto puede trasladarse alámbito educativo o a otros ámbitos, incluso al desarrollo

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informático, es decir, uno no desarrolla todo sino que cadauno desarrolla lo suyo y va cogiendo del otro. En esteaspecto habría que ver qué es lo que se está haciendo enEuropa. ¿Qué medidas hay en Europa? ¿Tienen claras lasexpectativas las familias acogedoras en Europa o no?También nos interesa, para ver si el resultado es mejor queel nuestro, saber qué están haciendo. Yo lo veo más en esteámbito, porque no romperíamos ninguna competencia,pero se podría avanzar y bastante.

Me preguntaba qué está pasando, y ahora vuelvo a larespuesta inicial. Siempre nos encontramos con que nostenemos que explicar muchísimo, con que hay un desco-nocimiento bastante grande sobre el acogimiento. Inclusoen determinadas legislaciones, cuando pasan por el Sena-do o por el Congreso, se olvidan del acogimiento o se olvi-dan de que el acogimiento en Cataluña no se llama perma-nente sino simple de larga duración. Resulta que inclusocuando se legisla nos olvidamos, porque no lo tenemos enmente, no es algo común, no es algo que esté presente enla sociedad, no hay una cultura sobre el tema.

Hay recursos para destinar al acogimiento. Cualquierniño que vaya en acogida es un ahorro. Todos estos recur-sos se podrían destinar a cualquier medida de las que seadoptan, a las bajas maternales que comentábamos o aotras, porque seguro que nos saldría mejor económica-mente. Quizá las expectativas de las familias acogedorasen el sistema de protección son mucho más claras en otrospaíses. Recientemente hablaba con unos acogedores ale-manes y tenían muy claro que al cabo de dos años esteniño iba a continuar en esa familia aunque fuera en régi-men de acogimiento. Aquí no sabemos bien lo que pasará.Lo que intentábamos exponer en la presentación era queuna familia biológica no es temporal, es que no sabe quéva a pasar. Si coge a un niño quizá lo va a tener un año,dos, tres, o toda la vida; cuando llegue a la mayoría deedad, se quedará en adopción o quizá no. Es una apuestatotalmente indefinida, sin saber qué pasará. Estas expecta-tivas está bien saberlas; no sabemos qué pasará, pero sedebe dejar claro: al cabo de dos años se resolverá algunasituación. Por eso nosotros entendemos que la disposiciónfinal que fija los dos años, incluida en la Ley de AdopciónInternacional, es bastante interesante. Al cabo de dos añosalgún técnico tiene que decirle: Voy a proponer esto, y nova a haber ningún recurso judicial a través de esta pro-puesta. Cabe señalar que estos dos años no se aplican enCataluña al tener Código civil propio. Esto también pare-ce una cuestión de colaboración entre comunidades autó-nomas, porque la idea de poner un plazo me parece quesurgió en Cataluña hace cuatro años, pero por lo que sea, porel trámite legislativo o por las legislaciones de Cataluña, nose puso en práctica. Se recogió en el Código civil común,se avanzó, y se ha dado un paso más en el Código civilcomún respecto al Código civil catalán, y eso está muybien. Ahora, en la Llei dels Drets i les Oportunitats de laInfància i l’Adolescència se ha presentado una enmiendaque no sé si prosperará o no; quizá, en el sentido quecomentaba la anterior compareciente, se podían poner pla-zos distintos: de 0 a 3 años, seis meses; de 3 a 12 años,

otro plazo, y para adolescentes, quizá los dos años. Estepuede ser un paso más allá del que se ha propuesto en elCódigo civil común.

Paso la palabra a Jorge Vidal-Quadras, que responderáal resto de las preguntas.

La señora PRESIDENTA: Muchas gracias, señorVallès.

Para seguir con el turno de respuestas, tiene la palabrael señor Vidal-Quadras.

El señor VOCAL DE LA ASSOCIACIÓ DE FAMÍLIESACOLLIDORES DE BARCELONA, AFABAR (Vidal-Quadras Trias de Bes): Gracias.

En cuanto lo que me ha preguntado acerca de la senten-cia del Tribunal Supremo, le debo decir que nos quedamosmuy contentos. Solo ver la noticia en el diario nacional,enviamos un e-mail a todos los asociados y todos hicimosel mismo comentario: Ya era hora. En muchas sentenciassalía indirectamente, lo que pasa es que en esta se expusocon mucha claridad. Pero es que, además, en las legisla-ciones internacionales lo pone muy claro: el interés supe-rior del menor ha de primar sobre todo lo demás. ¿Por quéno prima sobre todo lo demás? Creo que con esto contes-taría a muchas de las preguntas: por falta de valentía o porel temor de muchos miembros de la Administración atomar una decisión por miedo a la familia biológica, pormiedo a la familia de acogida —tampoco somos todosmaravillosos—, por miedo a todo. Creo que han de sermás valientes, y si creen que el interés superior del menorha de ser la adopción, que pase a adopción, si ha de ser unacogimiento permanente, que pase a acogimiento perma-nente, y si ha de volver a la familia biológica, que tomenla decisión, que no tengan miedo. Es tan fácil como esto,y así se arreglarían muchas cuestiones.

También estoy de acuerdo con que no se debe regulartodo en el acogimiento, se ha de tomar más iniciativa parala Administración. No se ha de regular todo, porque si nollegaríamos a la situación de que no podrían decidir sobrealgún asunto. Por ejemplo, al principio han comentadoque en Cataluña se habían introducido dos acogimientosmás. Yo creo que se han introducido tres más: el perma-nente, el profesional —allí se llama de otra manera— y,además, han añadido «y otros». Eso es muy importante,porque así se da lugar a que la Administración pueda estu-diar cada caso. No sé quién me comentó una vez que enCanadá —no estoy seguro de que sea así— no habíamodalidades de acogimiento —no sé si ahora las hay ono— y que era la Administración, según el caso, la quedecía si se planteaba este tipo de acogimiento o este otro.Eso me parece genial.

En cuanto a que si es más barato por qué no se hace,ojalá estuviesen todos en familias de acogida y eso losabemos todos, pero no todo el mundo está dispuesto aacoger, y ahí sí que influye hacer una buena publicidadsobre el acogimiento familiar, y se ha de estudiar quémedidas adoptar para hacer una buena campaña. Unosdecían que han de ser a largo plazo, otros decían que hande ser muy concentradas. O sea, que hay que ver el tipo de

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publicidad. Me ha parecido muy buena idea la del ante-rior portavoz de subvencionar películas que hablen delacogimiento, series de televisión, libros, para que estémás presente en la sociedad.

En cuanto a que en Cataluña no está regulada la situaciónde riesgo, lo va a estar ahora, y en España sí que está regu-lada desde hace tiempo. Sí que se está haciendo situación deriesgo, es en la que se actúa en la propia familia biológica,y esto se está haciendo actualmente en Cataluña, lo quepasa es que no se llama situación de riesgo. El problema esque se tenía que desamparar a un niño para hacerlo.

Por lo que se refiere a las visitas, si son positivas o dañi-nas, va un poco en la misma línea. Se ha de tomar unadecisión valiente. Si esa visita daña al menor, se cortan lasvisitas o se suspenden, no pasa nada, y entonces se traba-ja en la familia biológica. Nos hemos olvidado de decir enmuchas ponencias que se ha de trabajar mucho en la fami-lia biológica. Si creemos en el retorno se ha de trabajar enla familia biológica. Si no, ese menor no retornará o cos-tará mucho que lo haga.

Por último, quiero decirles que en Cataluña no se estájudicializando tanto. Se pueden tomar muchas más medi-das a nivel administrativo, y creemos que eso es importan-te. No ha de pasar todo por el juez.

Me parece que ya no me dejo nada por contestar. Muchas gracias.

La señora PRESIDENTA: Gracias, señor Vidal-Quadras. Para una puntualización, el señor Vallès me ha vuelto a

pedir la palabra. Se la doy.

El señor PRESIDENTE DE LA ASSOCIACIÓ DEFAMÍLIES ACOLLIDORES DE BARCELONA, AFABAR(Vallès Casanova): Gracias.

Solo deseo añadir algo sobre un comentario que hahecho respecto a las visitas dañinas o positivas. Creo queuno de los problemas es que no hay un plan para el menor,entonces las visitas, por defecto, son unas, pero sin saberpara qué. El problema es que el para qué puede crearexpectativas que no son reales. Entonces, en el caso de unacogimiento en el que no va a haber retorno, las visitasbiológicas deben servir para saber de sus orígenes, parasaber de sus padres, para saber cómo están. Las visitas sepueden generar de una determinada manera. Si no va ahaber retorno y las visitas se generan para el día en quevuelvas, ese día generará una esquizofrenia psicológicaque no sé cómo comentarla, o viceversa. Yo creo que esimportante acompañar las visitas con el para qué. Haycasos en los que se han dejado de hacer visitas porque nose plantearon para qué y entonces eran dañinas. Probable-mente si se hubieran planteado sólo para conocer a sufamilia de origen, se hubieran mantenido. Sólo queríahacer esta puntualización.

Muchas gracias.

La señora PRESIDENTA: Gracias, señores Vallès yVidal-Quadras, por su comparecencia.

No hay más temas que tratar.Se levanta la sesión.

Eran las diecinueve horas y cinco minutos.

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