Comentario Plano Pamplona (1)

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Comenta el plano urbano de Pamplona siguiendo el modelo de la pág. 352. Pamplona, como las ciudades con una larga historia, presenta un espacio complejo en el que pueden apreciarse distintas áreas correspondientes a las diferentes etapas del desarrollo urbano: el casco antiguo; el ensanche desde mediados del siglo XIX a la primera mitad del siglo XX; y la periferia. Tales sectores estructurales se aprecian en el plano que analizamos, pero éste no es de una época muy reciente, pues la periferia urbana actual aparece escasamente desarrollada en él. 1. El casco antiguo Pamplona se asienta en un emplazamiento de carácter claramente defensivo, lo que atestigua la función militar, como plaza fuerte, que la ciudad va a tener desde sus inicios: ocupa un lugar de cierta elevación en la margen izquierda del río Arga, que la defiende por sus flancos norte y este. Por otro lado, la ciudad se sitúa en la cuenca que lleva su mismo nombre, en un lugar estratégico desde el punto de vista de las comunicaciones y, por tanto, para el comercio, tanto con Francia (está al pie del paso más accesible del Pirineo occidental paso de Roncesvallespor donde discurría la ruta de peregrinación medieval del Camino de Santiago) como con otras regiones españolas (País Vasco, La Rioja, Aragón y norte de Castilla). Además, la ciudad está rodeada de una fértil comarca agraria. El casco antiguo se sitúa en el centro de la zona edificada visible en el plano, entre el meandro más pronunciado del río, la ciudadela visible por su plano estrellado- y el ensanche, notorio por su plano reticular. El poblamiento del lugar debe ser antiguo, pero en época pre-romana existiría ya un poblado, Iruña, capital de los vascones, sobre el que hacia el 75 a. C. Pompeyo creó la ciudad romana de Pompaelo, base inicial de la actual Pamplona. La ciudad crecería desde ese momento inicial y, posteriormente, se dotaría de una cerca amurallada a la que se añadiría en una ciudadela defensiva hacia el SW, para defender su flanco más débil desde el punto de vista defensivo. Se aprecian en el plano aún posibles restos de la muralla (p. ej. hacia el NE, en el estrechamiento del meandro del río) que tenía finalidad defensiva, fiscal y sanitaria, y, sobre todo, importantes restos de la ciudadela, que, por su planta radial estrellada, siguiendo modelos de las fortificaciones europeas propias de la Edad Moderna, debe pertenecer a los siglos XVI o XVII, lo que encaja también con las necesidades de defensa de una plaza fuerte fácilmente atacable desde Francia en una época la de los Austrias españoles- de frecuentes guerras entre aquella potencia y la Monarquía Hispánica. Hoy, desprovista de significado militar, posiblemente sea un espacio verde dedicado al ocio y el esparcimiento de los pamploneses. En el casco antiguo se aprecia un tipo de plano claramente irregular, con manzanas irregulares, calles estrechas y angulosas, callejones sin salida. La trama es cerrada y compacta debido a que el crecimiento urbano a lo largo de la historia hubo de realizarse intramuros, tendiendo a densificar la edificación para aprovechar al máximo el espacio. Por esa razón no se aprecia en este casco antiguo abundancia de espacios abiertos. Únicamente es de resaltar en este sentido la gran plaza más o menos rectangular que se abre en el centro del borde sur del casco antiguo, que debe ser un auténtico punto neurálgico de la vida de la ciudad, posiblemente el corazón funcional y social de la ciudad en el que pueden estar representadas las funciones más relevantes: la administrativa, la financiera, la comercial y toda clase de oficinas y servicios. La edificación tradicional debe ser de baja altura; no obstante, en los últimos siglos, y, particularmente en el XIX, la densificación de la vida en el interior del casco antiguo obligaría a aumentar la altura de las casas, que podrán entonces alcanzar 4 o 5 plantas. Deben quedar restos de edificios históricos y artísticos (catedral, iglesias de diversas épocas, posibles palacios de época moderna,…). En algunas áreas la edificación pertenecerá a las últimas décadas debido a procesos de renovación que pueden haber llevado a la sustitución de inmuebles en estado de ruina por otros modernos. El plano no aporta información suficiente para poder apreciar en el seno del casco antiguo intervenciones o remodelaciones urbanísticas posteriores a la época medieval, aunque es posible que existan algunas intervenciones realizadas en los siglos XVI a XVIII (apertura de algunas plazas,

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Comentario plano de Pamplona, geografía.

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Comenta el plano urbano de Pamplona siguiendo el modelo de la pág. 352.

Pamplona, como las ciudades con una larga historia, presenta un espacio complejo en el que pueden

apreciarse distintas áreas correspondientes a las diferentes etapas del desarrollo urbano: el casco

antiguo; el ensanche desde mediados del siglo XIX a la primera mitad del siglo XX; y la periferia.

Tales sectores estructurales se aprecian en el plano que analizamos, pero éste no es de una época muy

reciente, pues la periferia urbana actual aparece escasamente desarrollada en él.

1. El casco antiguo

Pamplona se asienta en un emplazamiento de carácter claramente defensivo, lo que atestigua la función

militar, como plaza fuerte, que la ciudad va a tener desde sus inicios: ocupa un lugar de cierta elevación

en la margen izquierda del río Arga, que la defiende por sus flancos norte y este.

Por otro lado, la ciudad se sitúa en la cuenca que lleva su mismo nombre, en un lugar estratégico desde

el punto de vista de las comunicaciones y, por tanto, para el comercio, tanto con Francia (está al pie

del paso más accesible del Pirineo occidental –paso de Roncesvalles– por donde discurría la ruta de

peregrinación medieval del Camino de Santiago) como con otras regiones españolas (País Vasco, La

Rioja, Aragón y norte de Castilla). Además, la ciudad está rodeada de una fértil comarca agraria.

El casco antiguo se sitúa en el centro de la zona edificada visible en el plano, entre el meandro más

pronunciado del río, la ciudadela –visible por su plano estrellado- y el ensanche, notorio por su plano

reticular.

El poblamiento del lugar debe ser antiguo, pero en época pre-romana existiría ya un poblado, Iruña,

capital de los vascones, sobre el que hacia el 75 a. C. Pompeyo creó la ciudad romana de Pompaelo,

base inicial de la actual Pamplona. La ciudad crecería desde ese momento inicial y, posteriormente, se

dotaría de una cerca amurallada a la que se añadiría en una ciudadela defensiva hacia el SW, para

defender su flanco más débil desde el punto de vista defensivo.

Se aprecian en el plano aún posibles restos de la muralla (p. ej. hacia el NE, en el estrechamiento del

meandro del río) que tenía finalidad defensiva, fiscal y sanitaria, y, sobre todo, importantes restos de la

ciudadela, que, por su planta radial estrellada, siguiendo modelos de las fortificaciones europeas

propias de la Edad Moderna, debe pertenecer a los siglos XVI o XVII, lo que encaja también con las

necesidades de defensa de una plaza fuerte fácilmente atacable desde Francia en una época –la de los

Austrias españoles- de frecuentes guerras entre aquella potencia y la Monarquía Hispánica. Hoy,

desprovista de significado militar, posiblemente sea un espacio verde dedicado al ocio y el

esparcimiento de los pamploneses.

En el casco antiguo se aprecia un tipo de plano claramente irregular, con manzanas irregulares, calles

estrechas y angulosas, callejones sin salida. La trama es cerrada y compacta debido a que el

crecimiento urbano a lo largo de la historia hubo de realizarse intramuros, tendiendo a densificar la

edificación para aprovechar al máximo el espacio. Por esa razón no se aprecia en este casco antiguo

abundancia de espacios abiertos. Únicamente es de resaltar en este sentido la gran plaza más o menos

rectangular que se abre en el centro del borde sur del casco antiguo, que debe ser un auténtico punto

neurálgico de la vida de la ciudad, posiblemente el corazón funcional y social de la ciudad en el que

pueden estar representadas las funciones más relevantes: la administrativa, la financiera, la comercial y

toda clase de oficinas y servicios.

La edificación tradicional debe ser de baja altura; no obstante, en los últimos siglos, y, particularmente

en el XIX, la densificación de la vida en el interior del casco antiguo obligaría a aumentar la altura de

las casas, que podrán entonces alcanzar 4 o 5 plantas. Deben quedar restos de edificios históricos y

artísticos (catedral, iglesias de diversas épocas, posibles palacios de época moderna,…). En algunas

áreas la edificación pertenecerá a las últimas décadas debido a procesos de renovación que pueden

haber llevado a la sustitución de inmuebles en estado de ruina por otros modernos.

El plano no aporta información suficiente para poder apreciar en el seno del casco antiguo

intervenciones o remodelaciones urbanísticas posteriores a la época medieval, aunque es posible que

existan algunas intervenciones realizadas en los siglos XVI a XVIII (apertura de algunas plazas,

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ensanchamiento de algunas calles), pero, en todo caso, deben ser de poca entidad por la escasa huella

dejada en el plano.

Los usos del suelo tradicionales del casco antiguo eran residenciales, artesanales y comerciales. Pero,

en la actualidad, la función esencial del casco antiguo será la residencial, comercial y de esparcimiento,

junto a algunas actividades residuales de tipo artesanal y, sobre todo, la función turística, muy

relacionada con las fiestas de san Fermín, cuyos encierros taurinos recorren diariamente ciertas calles

del casco antiguo.

Los problemas que afectan hoy al casco antiguo son el deterioro de algunos inmuebles y el

envejecimiento demográfico, que pueden haber dado lugar a procesos de sustitución social, de modo

que socialmente la población que reside hoy en esta zona debe ser mayoritariamente obrera y

asalariada. La solución a estos problemas es la rehabilitación morfológica y funcional.

2. El ensanche de la segunda mitad del siglo XIX y de la primera mitad del XX

La primera época del desarrollo industrial y del crecimiento burgués se advierte en el plano de la

ciudad de Pamplona con la ampliación de ésta, inmediatamente al sur del casco antiguo y al este de la

ciudadela, un sector cuya morfología coincide con el modelo de los ensanches urbanos que se

produjeron en otras ciudades españolas desde mediados del siglo XIX, aunque aquí llegase con algún

retraso, especialmente en relación a los dos grandes modelos de ensanche de Madrid y Barcelona.

Probablemente una mayor duración de la economía agraria, junto al obstáculo de la muralla y la gran

ciudadela, explican que el crecimiento de la ciudad se mantuviese intramuros durante más tiempo. La

ampliación de la ciudad que se produciría como consecuencia de su configuración como centro

principal de servicios de un área en proceso de modernización agraria y del establecimiento de algunas

industrias.

Pero en esta expansión urbana puede distinguirse entre el ensanche ortogonal surgido para residencia

de la clase media al sur del casco antiguo y las instalaciones industriales y barrios obreros que se

crearían en torno a la estación del ferrocarril y los accesos principales a la ciudad.

a) El ensanche burgués

El ensanche pamplonés adopta claramente el plano ortogonal, y tiene como eje principal una avenida

que se extiende desde la gran plaza circular del casco antiguo antes citada hasta otra, también

rectangular y aún mayor, que se encuentra en el extremo meridional del propio ensanche; hay además

otra avenida diagonal, que, desde el borde lateral de la ciudadela, se dirige hacia el este y cruza a la

anterior en una plaza circular.

El ensanche tuvo lugar hacia el sur, para lo cual se eliminó la zona sur de la muralla que defendía la

ciudad entre la ciudadela y el río, como respuesta al crecimiento de la población.

La trama en la primera época del ensanche sería de baja densidad, alternando en la edificación las

manzanas con palacetes y edificios de baja altura; sin embargo, posteriormente, y especialmente

durante las décadas de los 60 y 70 del siglo XX se aumentaría la altura y la edificabilidad, al par que se

habrán llevada a cabo procesos de renovación y sustitución de edificios.

El uso del suelo sería en principio el residencial para la nueva clase social preeminente, la burguesía y

para las clases medias. Pero pronto, especialmente desde la década de 1950 se incrementarían los usos

terciarios, comerciales, financieros y de servicios liberales, que se trasladarían a esta zona desde el

casco antiguo. La mayor calidad constructiva y de infraestructuras, la mayor accesibilidad, los espacios

más abiertos, la mayor prestancia social del nuevo espacio… atraerían las funciones económicas más

importantes hacia esta zona. Por eso, las funciones económicas de mayor centralidad tenderían a

desplazarse desde el casco antiguo hacia las zonas de contacto con el área más moderna del ensanche, o

al ensanche mismo. El centro comercial y de negocios (CBD) terminaría instalándose, muy

probablemente, en la parte norte del ensanche, la más cercana al casco antiguo. Ahí se encontrarán los

edificios de la banca, los seguros y oficinas, que sustituirían poco a poco en los edificios a la función

residencial. Después seguirán unas orlas que contienen actividades de menor centralidad: comercios,

despachos, consultas médicas, centros educativos y culturales, etc.

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b) Instalaciones industriales y barrios obreros. Sabemos que la estación del ferrocarril fue construida en

el norte de la ciudad, al otro lado del río Arga, junto al acceso desde San Sebastián y Vitoria. Ello

propició en esta zona la localización de las primeras instalaciones industriales y dio lugar a la aparición

de barrios obreros, donde se alojaron los inmigrantes que acudieron a trabajar a la industria. Estos

barrios presentaron trama cerrada, edificación de baja calidad y deficiencias en equipamientos y

servicios, que deben subsanarse en la actualidad con políticas urbanísticas adecuadas.

3. La periferia

El crecimiento urbano de Pamplona se produjo sobre todo a partir de los años sesenta del siglo XX. El

motor fue un fuerte impulso industrializador, que convirtió a la ciudad y a su área metropolitana en un

centro industrial importante, con empresas metalúrgicas, del automóvil, química, madereras, textiles,

artes gráficas, alimentación, etc. Al amparo del desarrollo industrial se reactivaron y diversificaron los

servicios. A ello hay que sumar las funciones administrativas como capital y las funciones comerciales,

financieras, universitarias y sanitarias.

De cualquier modo debemos indicar que el plano que se nos presenta es, por su propio aspecto,

bastante antiguo; en él aparecen escasas y aún poco consolidadas formas de lo que el crecimiento

posterior a la década de l960 aportaría a la estructura de la ciudad, de forma que, en realidad, es muy

poco lo que en este plano podemos apreciar de lo que pudiéramos llamar "periferia urbana actual"

Dentro de la periferia pueden diferenciarse diversas áreas caracterizadas por sus usos del suelo: áreas

residenciales, industriales y de equipamiento.

a) Las áreas residenciales

Los barrios residenciales son de diversa categoría y morfología: alternan barrios de trama abierta y de

trama cerrada, barrios estandarizados de edificios hechos en serie, con otros de mayor variedad y

calidad. También varía la altura y el tipo y la calidad de los edificios, en función del mayor o menor

valor del suelo.

– Las clases medias se instalaron en una especie de nuevo ensanche urbano, que comenzaría en los

años sesenta (1960-1980) al oeste de la ciudadela, con un carácter eminentemente residencial para las

nuevas clases medias emergentes, al preverse que en una nueva etapa de industrialización crecería la

demanda de espacios de vivienda de calidad. Barrios de planos, tramas y densidades variadas, que

tendrían inicialmente función residencial para clases altas y medias, aunque, a lo largo de la avenida

que los conecta con el centro, posiblemente haya ido adquiriendo funciones terciarias hasta la

actualidad.

– Barrios obreros industriales. Una consolidada la industria, la margen derecha del Arga habrá recibido

el grueso de las instalaciones industriales y de los inmigrantes que acuden a trabajar a ellas, que se

asientan definitivamente en estos barrios. En la zona sur de la ciudad la implantación industrial es

menor, pero parecen existir también barrios obreros.

b) Las áreas industriales

– La zona norte de Pamplona concentra el grueso de la industria en torno a los principales accesos por

carretera y de acuerdo con la programación industrial (polígonos industriales). El plano es irregular, la

trama densa y la edificación de baja calidad.

– En la zona sur parecen haberse creado también algunas instalaciones industriales.

c) Zonas de equipamiento

Desde los años sesenta surgirían en la periferia urbana áreas de equipamiento que buscaban espacios

más baratos y más amplios, inexistentes en el centro de la ciudad. Hacia el sur se crearía el campus

universitario y la zona hospitalaria.

Otros servicios demandadores de grandes espacios buscaron también el área periférica hacia el sur,

como el campo de fútbol, el aeropuerto, las zonas deportivas, etc., pero nada de esto aparece en el

plano que analizamos.

La estructura urbana se completa con una franja periurbana en la que la ciudad penetra en el campo

siguiendo las vías de acceso principales. El área suburbana es un espacio discontinuo en el que se

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mezclan los usos del suelo: zonas agrícolas, urbanizaciones y polígonos o industrias aislados y

excepcionalmente la urbanización aislada en medio del campo.