Comentario Biblico Moody - 1 Juan

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PRIMERA EPÍSTOLA DE JUAN

Introducción Bosquejo

Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5

INTRODUCCIÓN La Vida de Juan. La vida del apóstol se divide en dos períodos. El

primero concluye con su salida de Jerusalén algo después de la ascensión de

Cristo, y el segundo abarca desde este momento hasta la muerte. Juan fue

evidentemente mucho más joven que Jesús. Quizá nació en Betsaida (Jn.

1:44). Hijo de Zebedeo y de Salomé, al parecer era de familia acomodada;

porque tenían servidores (Mr. 1:20), su madre ayudó al sostenimiento de

Cristo (Mr. 15:40,41), y Juan conocía al sumo sacerdote, quien era escogido

de entre la clase rica (Jn. 18:15). Hermano menor suyo era Santiago. Aunque

es probable que Juan no asistiera a las escuelas rabínicas (Hch. 4:13), su

preparación religiosa en su hogar judío debió de ser esmerada.

Los galileos eran hombres de acción, laboriosos y fuertes, y Juan no fue

una excepción. Si bien los artistas lo han presentado como afeminado, la

Biblia lo describe en forma muy diferente. Era conocido como uno de los

“hijos del trueno” (Mr. 3:17), quien a veces actuó llevado del fanatismo (Mr.

9:38; Lc. 9:49), de la venganza (Lc. 9:54), de la maña (Mt. 20:20, 21; cf. Mr.

10:35). El poder de Cristo fue el que cambió a este galileo típico en “el apóstol

del amor”.

No consta cuanto tiempo permaneció Juan en Jerusalén después de

Pentecostés. Es evidente que no estaba en la ciudad cuando Pablo la visitó por

primera vez (Gál. 1:18,19), si bien quizá estuvo en ella más adelante como

miembro del concilio (Hch. 15:6). Las pruebas de que pasó la última parte de

su vida en Asia Menor. Sobre todo en Éfeso, son demasiado válidas para que

otras conjeturas las hagan vacilar. Justino Mártir (Diálogo con Trifón,

LXXXI), Ireneu (Eusebio, Historia Eclesiástica V, xx. 4,5), Polícrates (Ibid.

V. xxiv. 3), y la sólida deducción del Apocalipsis de que lo escribió un líder

de la iglesia en Asia Menor, todo ello corrobora este hecho. La literatura

extrabíblica está llena de relatos de la actividad de juan durante este período,

entre los cuales el más famoso es el referente a Cerinto en el baño y el joven

(uno de los conversos del apóstol) quien se volvió bandido y luego se

reintegró a la iglesia (cf. A. Plummer, The Gospel According to S. John,

Cambridge Greek Testament, pág. xvii, xviii).

A Juan se le conoce sobre todo como “el apóstol del amor”, pero también

fue un hombre severo quien incluso en los últimos años de la vida se mostró

intolerante con la herejía. Estos dos aspectos de su carácter, severidad y amor,

se manifiestan en forma destacada en la Primera Carta. Fuerte es la palabra

que mejor describe al mismo. Juan fue el apóstol fuerte, en el modo de actuar,

en el amor por los hermanos, en la condena de la herejía.

La Ciudad de Éfeso. Éfeso, lugar de residencia de Juan en los últimos

años de su vida, está situada en una fértil llanura cerca de la desembocadura

del río Cayster. En tiempo de Pablo fue centro comercial, tanto de la región

oriental egea como de la que pasaba por Éfeso procedente del Este. Como la

ciudad era la capital de la provincia de Asia Menor, el procónsul romano

residía en ella. Al pueblo de Éfeso se le permitía reunirse en asambleas

democráticas (Hch. 19:39). El cristianismo llegó a la ciudad hacia el año 55

por medio del ministerio de Pablo, y él mismo escribió una carta circular a

Éfeso y a las otras iglesias unos ocho años más tarde. Antes de que Juan fuera

a la ciudad, muchos otros habían trabajado en ella por la causa de Cristo

(Aquila y Priscila, Hch. 18:19; Pablo, Hch. 19:3-10; Trófimo, Hch. 21:29; la

familia de Onesíforo, 2 Tim. 1:16-18; 4:19; y Timoteo, 1 Tim. 1:3).

La moralidad en Éfeso se hallaba en un nivel muy bajo. El magnífico

templo de Diana, con sus 127 columnas de 18 metros de altura, era como un

imán que atraía a la gente al pozo de inmoralidad de Éfeso. Era como una casa

de prostitución en nombre de la religión. Y con todo, a pesar de la idolatría

degradante del lugar, era la Meca o Roma del culto religioso, y la gente

gustaba llamarse “guardianes” de la gran Diana (Hch. 19:35).

Gnosticismo. El gnosticismo, filosofía de la existencia o del ser, en su

forma primitiva estaba penetrando en la iglesia de Asia Menor en tiempo de

Juan. Conllevaba especulaciones referentes al origen de la materia y a cómo

los seres humanos se pueden liberar de la misma. El nombre es griego, pero

los elementos principales eran griegos y orientales; características judías y

cristianas se agregaban a la mezcla. Sobre todo, el gnosticismo defendía que el

conocimiento es superior a la virtud, que el sentido no literal de la Escritura es

el verdadero significado y sólo unos pocos elegidos pueden entenderlo, que el

mal hace imposible que Dios sea el creador del mundo, que la Encarnación es

inverosímil porque la divinidad no se puede unir con nada material – como un

cuerpo, y que no hay resurrección de la carne. Esta enseñanza llevaba al

docetismo, al ascetismo y al antinomianismo. El docetismo extremo sostenía

que Jesús no era hombre sino tan sólo una teofanía, en tanto que el docetismo

moderado consideraba a Jesús como el hijo físico de José y María, al cual se

unió Cristo en el bautismo. Juan ataca ambas formas de la herejía en la

Primera Carta (2:22; 4:2, 3; 5:5, 6). Algunos gnósticos practicaron el

ascetismo porque creían que toda la materia era mala. El antinomianismo, o

carencia de ley, fue la práctica de otros, porque creían que el conocimiento era

superior a la virtud (cf. 1:8; 4:20). La respuesta principal de Juan es poner de

relieve la Encarnación y el poder ético del ejemplo de la vida de Cristo.

Paternidad Literaria de las Cartas. Lo que se discute en cuanto a la

paternidad literaria de 1ª Juan es si el Juan que escribió tanto el evangelio

como la carta fue en realidad el hijo de Zebedeo o Juan el anciano. La

literatura menciona a un presbítero Juan en Éfeso, y algunos han sido llevados

a concluir que el Juan hijo de Zebedeo no fue el mismo Juan de Éfeso, y que

éste último fue el que escribió estos libros (Ireneo en Eusebio, op. cit., V. viii

y xx; Papías en Ibid., III, xxxix; Polícrates en Ibid., V. xxiv; el Canon de

Muratori).

El argumento básico a favor de la paternidad literaria del Juan del

Evangelio se apoya en las pruebas internas. Esta argumentación procede en

tres círculos concéntricos. (l) El exterior demuestra que el autor fue judío de

Palestina. Esto se demuestra por el ejemplo del Antiguo Testamento (cf. Jn.

6:45; 13:18; 19:37), y por el conocimiento que demuestra de las ideas,

tradiciones y esperanzas judías (cf. Jn. 1:19-49; 2:6, 13; 3:25; 4:25; 5:1; 6:14,

15; 7:26 ss.; 10:22; 11:55; 12:13; 13:1; 18:28; 19:31, 42), y por su

conocimiento de Palestina (Jn. 1:44, 46; 2:1; 4:47; 5:2; 9:7; 10:23; 11:54). (2)

El círculo central demuestra que el autor fue testigo ocular. Lo prueba la

precisión en los detalles referentes a tiempo, lugar e incidentes relatados en el

Evangelio (cf. Jn. 1:29, 35, 43; 2:6; 4:40, 43; 5:5; 12:1 , 6, 12; 13:26; 19:14,

20, 23, 34, 39; 20:7; 21:6), y las descripciones personales (p. ej. Andrés,

Felipe, Tomás, Natanael, la mujer Samaritana, Nicodemo) que son exclusivas

de este Evangelio. (3) El círculo interno concluye que el autor fue Juan. El

método que se sigue es primero eliminar a todos los demás que formaban

parte del círculo íntimo de discípulos y luego citar las pruebas confirmativas

para mostrar que sólo Juan pudo haber sido el autor.

Los argumentos a favor de la identidad del autor para el Evangelio y la

Carta son terminantes. Esta pruebas se basan en pasajes paralelos (p. ej. Jn.

1:1 y 1 Jn. 1:1), expresiones comunes (p. ej. " unigénito", "nacido de Dios"),

construcciones iguales (uso de conjunciones en lugar de frases subordinadas),

y temas comunes (ágape, "amor"; phos, "luz"; zoe, "vida"; meno,

"permanecer"). Pero el problema básico subsiste: ¿El autor de ambos escritos

fue Juan el apóstol o Juan el anciano?

Algunas de las razones que se alegan para distinguir a Juan el apóstol de

Juan el anciano y con ello para atribuir a este último la paternidad literaria de

ambos libros son: (1) un hombre iletrado (Hch. 4:13) no pudo haber escrito

algo tan profundo como el Cuarto Evangelio; (2) el hijo de un pescador no es

probable que hubiera podido conocer al sumo sacerdote; (3) un apóstol no se

hubiera llamado a sí mismo anciano, como lo hace el autor de la carta; (4)

puesto que el autor del Evangelio empleó a Marcos como fuente, dicho

escritor no pudo haber sido Juan, ya que un apóstol no hubiera usado los

escritos de alguien que no lo fue. No es difícil responder a estos y con ello

sustanciar la paternidad literaria de Juan el apóstol. (1) Iletrado significa falto

de preparación formal en las escuelas rabínicas y no significa “ignorante”; (2)

no se debe presuponer que todos los pescadores fueron de clases bajas; (3) el

apóstol Pedro se llamó a sí mismo anciano (1 Pe. 5:1), por tanto ¿por qué Juan

no hubiera podido emplear el mismo título? (4) Mateo, apóstol, empleó

Marcos como fuente, según los críticos, y con todo no se emplea este hecho

como argumento en contra de la paternidad literaria de Mateo del Primer

Evangelio. Además, si Juan el Anciano es autor del Cuarto Evangelio y el

discípulo amado, resulta muy difícil explicar por qué una persona tan

importante como Juan el hijo de Zebedeo nunca se menciona en ese

Evangelio. Las pruebas indican con claridad que uno solo fue el autor del

Evangelio y de las Cartas, Juan el apóstol, el hijo de Zebedeo, que es además

el mismo Juan el anciano que pasó los últimos años de la vida en Éfeso.

Fechas y lugar de composición. Las fechas de composición de las Cartas

están en relación con la fecha que se le dé a la composición del Evangelio. Los

que asignan una fecha entre el 110 y el 165 para el Evangelio y suponen que

Juan no fue el autor se encuentran ante un dilema. Si el Evangelio fue tan

tardío, no escrito por Juan sino atribuido al mismo. ¿Por qué los centenares de

cristianos vivos que habían conocido a Juan durante sus últimos años no

protestaron el fraude? O por lo menos, ¿por qué no mencionó alguien que no

era de Juan mismo? Si no fue publicado hasta después del 140 y antes del 165,

¿cómo pudo haber llegado a ser del todo aceptado ya para el 170, como de

hecho lo fue? El hecho de que el fragmento Rylands de Juan hallado en Egipto

sea del 140 o antes exige que la fecha de composición del libro deba colocarse

hacia finales del siglo o antes. En el Evangelio aparece con evidencia que el

autor recuerda (Jn. 7:39; 21:19), lo cual significa que como Juan fue el autor,

el Evangelio debe haber sido publicado entre el 85 y el 90 (aun cuando la

composición misma quizá fue anterior). Sin duda vio la luz debido a la

insistencia de los ancianos de la iglesia de Asia Menor, quienes deseaban que

lo que Juan les había enseñado por palabra fuera puesto por escrito antes de

morir. Como el mensaje de 1ª Juan parece presuponer conocimiento del

contenido del Evangelio, y dado que no se menciona la persecución de

Domiciano en el 95, La Primera Carta probablemente fue escrita hacia el 90.

La Segunda y Tercera Cartas también se pueden fechar hacia el mismo tiempo

que la Primera, o sea, hacia el 90. Todas las cartas fueron escritas desde Éfeso,

según tradición fidedigna.

BOSQUEJO Introducción. 1:1-4.

A. La Persona. 1:1, 2.

B. El propósito. 1:3, 4.

I. Condiciones para la comunión. 1:5-10.

A. Conformidad a una norma. 1:5-7.

B. Confesión de pecado. 1:8-10.

l. Confesión del principio del pecado. 1:8.

2. Confesión de los pecados concretos. 1:9.

3. Confesión de los pecados personales. 1:10.

II. Conducta del que está en comunión. 2:1-29.

A. Carácter de nuestra conducta: imitación. 2:1-11.

1. El principio de imitación. 2:1, 2.

2. El modelo para imitar. 2:3-6.

3. La prueba de nuestra imitación. 2:7-11.

B. El mandamiento para nuestra conducta: Separación. 2:12-17.

1. A quien se dirige el mandamiento. 2:12-14.

2. Invitación del mandamiento. 2:15-17.

C. El credo para nuestra conducta: afirmación. 2:18-29.

1. Necesidad de un credo. 2:18-21.

2. Naturaleza del Credo. 2:22-29.

III. Características de la comunión. 3:1-24.

A. En relación a nuestra expectativa – Pureza. 3:1-3.

1. Motivos de la pureza. 3:1-3a.

2. Significado de la pureza. 3:3b.

B. En relación a nuestra posición– justicia y amor. 3:4-18.

1. Justicia. 3:4-9.

2. Amor. 3:10-18.

C. En relación a nuestra oración– respuestas. 3:19-24.

1. Depende de la confianza. 3:19-21.

2. Depende de la obediencia. 3:22-24.

IV. Cautelas en la comunión. 4:1-21.

A. Cautelas respecto a los espíritus embusteros: falsos profetas. 4:1-6.

1. Existencia de espíritus embusteros. 4: 1.

2. Examen de los espíritus embusteros. 4:2-6.

B. Cautela respecto al espíritu de amor: profesión falsa. 4:7-21.

1. Fundamento del amor. 4:7-10.

2. Glorias del amor. 4:11-21.

V. Causa de la comunión. 5:1-21.

A. Fe en Cristo demostrada en la conducta que tenemos. 5:1-5.

B. Fe en Cristo demostrada en los testimonios que exhibimos. 5:6-12.

1. La prueba de los testimonios. 5:6-8.

2. Efecto de los testimonios. 5:9-12.

C. Fe en Cristo demostrada en la confianza que manifestamos. 5:13-21.

1. Confianza en la oración. 5:13-17.

2. Confianza en el conocimiento. 5:18-21.

COMENTARIO

1ª Juan 1

Introducción. 1:1-4. A diferencia de la mayoría de las cartas del NT ésta no contiene saludo

alguno al comienzo ni bendición al concluir. Estos cuatro versículos

introductorios corresponden a los dieciocho versículos iníciales del Evangelio

y a los tres versículos del comienzo de Apocalipsis. Nos dicen cuál es el tema

del escritor, a saber, la palabra que es vida.

A. La Persona. 1:1,2. Esto es lo que el apóstol va a proclamar:

1. Era. No "vino a existir" sino que era, existía ya (en). Desde el

principio. La ausencia de artículo es idiomática. El significado siempre

depende del contexto. En este caso la expresión significa antes de la creación,

y el significado va determinado por el estaba con el Padre del versículo 2. Es

una alusión concreta a la eternidad de Cristo. Lo que hemos oído. Tiempo

perfecto, que indica el efecto permanente de una acción pasada. Visto con

nuestros ojos. Juan hubiera querido que supiéramos que el ver no es una

metáfora sino un hecho literal. Hemos contemplado, y palparon. El tiempo

cambia; es aoristo e indica una manifestación especial de Cristo. Palparon es

la misma palabra que Cristo empleó en una de las apariciones después de la

resurrección (Lc. 24:39). Es Evidentemente que Juan se refiere a esto. Verbo

de vida. Verbo es un nombre más que tan sólo la idea de revelación, y vida

indica acción más que un nombre que se aplica a Cristo (aunque en v. 2 es

prácticamente un nombre).

2. La vida que Cristo manifestó fue la vida eterna porque Cristo estaba

con el Padre. La frase indica la personalidad específica de Cristo, quien es la

vida; y la preposición con muestra la igualdad de Cristo con el Padre, como en

Jn. 1:2.

B. El Propósito. 1:3, 4. El por qué el apóstol proclama este mensaje.

3. Visto y oído. La Encarnación es la base de la comunión. También

vosotros. Los que no han visto ni oído. Comunión. Este es el propósito (hina,

"para que") del mensaje de Juan y es el tema de la carta. Esta palabra la

emplea sobre todo Pablo en el NT, con la excepción de este capítulo. Es tanto

divina – con Dios, como humana – con nosotros. Se demuestra con la

manifestación de gozo (v. 4) y con la generosidad (Hch. 2:45; Rom. 15:26; 2ª

Cor. 8:4; 9:13; 1ª Tim. 6:18). La comunión se describe mejor en la Cena del

Señor (1ª Cor. 10:16). Con el Padre, y con su hijo Jesucristo. "Con esto dos

verdades fundamentales, que las herejías filosóficas de la época podían negar

o confundir, se dejan sentadas con claridad desde el principio: (1) la distinción

de personalidad y la igualdad en dignidad entre el Padre y el Hijo; (2) la

identidad del Hijo eterno de Dios con la persona histórica Jesucristo”

(Plummer, op. cit., pág. 20).

4. Para que vuestro gozo sea cumplido. La comunión es la base del

gozo. El gozo de los lectores dependía de la misma y también el del apóstol.

(Es difícil decidir en cuanto a la preferencia entre los variantes nuestro gozo y

vuestro gozo).

I. Condiciones Para la Comunión. 1:5-10. A. Conformidad a Una Norma. 1:5-7. Esta sección contradice en forma

directa a la doctrina gnóstica de que la conducta moral es indiferente para el

iluminado.

5. De Él. De Cristo. Dios es luz. Nadie nos dice tantas cosas de Dios

como Juan. Es Espíritu (Jn. 4:24); es luz (1ª Jn. 1:5); y es amor (1ª Jn. 4:8).

Estas afirmaciones dicen lo que Dios es, no lo que hace. Así pues, la luz es su

misma naturaleza. La santidad es la idea principal, y el empleo que se hace de

ella en este comienzo de la carta constituye el fundamento para la ética

cristiana de la carta.

6. Si decimos. Condición de tercera clase en griego, pero incluye al autor

– manera muy delicada de afirmar la posibilidad. Andamos en tinieblas.

Fuera de la voluntad de Dios, quien es luz. No practicamos la verdad. La

verdad no es sólo lo que uno dice, sino lo que uno hace.

7. Pero si andamos… como él está en luz. Dios es luz; nosotros

andamos en ella. Lo que la comunión exige es que dejemos que la luz revele el

bien y el mal y luego que respondamos constantemente a esa luz. El cristiano

nunca llega a ser luz hasta que su cuerpo sea transformado, pero debe andar en

este mundo en respuesta a la luz. Se siguen dos consecuencias – primera,

comunión; luego purificación. Comunión unos con otros. La referencia es a

nuestros hermanos y no a Dios, como en 3:11, 23; 4:7, 12; 2ª Jn. 5. Y. La

purificación del cristiano es una consecuencia del andar en luz. Sangre de

Jesucristo. Tanto en el AT como en el NT la sangre equivale a muerte – de

ordinario violenta. Nos limpia. Andar en la luz pone de manifiesto nuestros

pecados y fragilidades; por ello necesitamos purificación constante, y ésta está

a nuestra disposición debido a la muerte de Cristo. El verbo está en tiempo

presente y se refiere a la purificación en la santificación. De todo pecado.

Pecado es singular, indicando el principio del pecado, pero la incorporación de

todo (o cada uno) demuestra que tiene muchas facetas.

B. Confesión de Pecado. 1:8-10.

La mención de la purificación del pecado en el versículo 7 conduce la

idea de esta sección.

1) Confesión del principio del pecado. 1:8.

8. Si decimos. La segunda de las tres profesiones falsas en este capítulo

(cf. vs. 6, 10). No tenemos pecado. La expresión tener pecado es propia de

Juan en el N.T. (cf. Jn. 9:41; 15:22, 24; 19:11). Se refiere a la naturaleza, el

principio o la raíz del pecado, y no al acto. Las consecuencias de no confesar

que tenemos pecado son dos: 1) nos engañamos a nosotros mismos.

Literalmente, nos desviamos del camino, haciéndonos lo que Satanás se

esfuerza en hacer; 2) la verdad no está en nosotros; apagamos a luz y

pasamos a vivir en un ambiente de tinieblas creadas por nosotros mismos.

2) Confesión de los pecados concretos. 1:9.

9. Admitir la verdad del versículo 8 puede no ser difícil, pero hacer lo

que se requiere en el versículo 9, resulta difícil. Confesamos. Literalmente,

decir la misma cosa. "Tener la misma visión que Dios tiene" (Candlish, pág.

49). Pero no una simple acuerdo externo concordancia externa; antes, incluye

el abandono, pues esa es la actitud que Dios quiere que tomemos en relación

al pecado. La confesión es a Dios. Fiel y justo. Dios cumple Su palabra y es

justo en todos sus actos, incluido el modo en que perdona los pecados, que

está basado en la muerte de Su Hijo. Perdonar. . . limpiarnos. El perdón es la

absolución del castigo merecido por el pecado, y la limpieza es la remisión de

la contaminación del pecado.

3) Confesión de los pecados personales. 1:10.

10. Se pueden admitir las verdades de los versículos 8 y 9 de manera

abstracta sin nunca admitir estar implicado personalmente en el pecado. Si

decimos. Esta es la tercera profesión falsa. No hemos pecado se refiere al

acto del pecado, no al estado, como en 1:8. Le hacemos a él mentiroso.

Porque Dios dice que el hombre ha pecado. Y su palabra no está en

nosotros. La palabra de Dios, tanto en el AT como en NT. La comunión

depende de responder al patrón de la luz y reconocer nuestro estado

pecaminoso. La vida cristiana victoriosa es una vida de pecados confesados, la

confesión genuina incluye abandonar el pecado, y solamente así se produce el

crecimiento espiritual.

1ª Juan 2

II. Conducta del que está en comunión. 2:1-29.

El escritor trata ahora la conducta del creyente que anda en luz. No hay

interrupción de pensamiento entre los capítulos. A. Carácter de nuestra conducta: imitación. 2:1-11.

1) El principio de imitación. – “Para que no pequéis”. 2:1, 2.

La certeza del perdón de los pecados (1:9) y las declaraciones de su

universalidad (1:8, 10) pueden llevar a algunos a considerar el pecado a la

ligera. Así que Juan muestra el patrón de conducta y la naturaleza del remedio

para el pecado, a fin de que sus lectores no cometiesen pecado.

1. Hijitos míos. Una expresión de cariño, no una indicación de la edad.

Para que no pequéis. El aoristo no significa "que no continúen en pecado",

sino "que absolutamente no pequen". Si bien esto no podrá ser absoluta

realidad hasta que Lo veamos (3:2), debería ser siempre nuestra meta. Si

alguno hubiere pecado. El aoristo indica nuevamente que se trata de un acto

particular de pecado. Tenemos. Juan también se incluye. Abogado.

Literalmente, alguien llamado para estar al lado, especialmente para ayudar –

a un cliente. La palabra fue usada en el NT únicamente por Juan (Jn. 14:16,

26; 15:26; 16:7; y aquí). El abogado defiende la causa de los creyentes en

contra de Satanás, su acusador (Ap. 12:10). Ele é Jesucristo, el justo. Justo

indica la característica particular de nuestro Señor que le concede eficacia en

Su abogacía (cf. Heb. 7:26). Siendo justo puede interceder ante el Padre quien

es justo.

2. Él. Él mismo, pronombre personal enfático. Propiciación. Esta es la

base de su defensa, y aunque ésta es solo para los creyentes, es la propiciación

por todos los hombres. Propiciación significa satisfacción (usada aquí y en

4:10 únicamente). Cristo mismo es la satisfacción (nótese el tiempo presente).

"Se dice que Cristo es la 'propiciación' y no simplemente el 'propiciador'

(como se le llama "Salvador" 4:14), con el fin de hacer hincapié en la idea de

que Él mismo es la ofrenda propiciatoria además del sacerdote (cf. Rom.

3:25). Un propiciador que se empleó como medio de propiciación a sí mismo"

(B. F. Westcott, The Epistles of St. John, pág. 44). Por nuestros pecados. Por

(peri). En relación, no "en beneficio de". Sino también por los del mundo

entero. No hay limitación en la satisfacción que Cristo es en relación al

pecado. Mundo. Kosmos. En este caso, como en Jn. 3:16, significa la raza

humana.

2) El modelo para imitar. - "Como Él anduvo". 2:3-6.

a) La Palabra de Cristo. 2:3-5. Imitación conlleva el cumplir Sus

mandamientos.

3. Y en esto, es decir, si guardamos sus mandamientos. Sabemos.

Percibimos. Que nosotros le conocemos. Hemos venido a conocerlo.

Guardamos sus mandamientos. En oposición al gnosticismo, que buscaba

los logros intelectuales, el cristianismo exige conducta moral.

4. Es mentiroso. Toda su índole moral es falsa. La verdad como

principio activo no está en un hombre así y por ello no puede regir toda su

vida.

5. Este versículo es lo contrario de 2: 4 al igual que 2:4 es lo contrario de

2:3. Palabra. Más amplio que mandamientos, ya que abarca toda la

revelación que Dios hace de su voluntad. Amor de Dios. Probablemente el

amor del hombre por Dios (genitivo objetivo), en este caso como en 2:15;

4:12; 5:3. Lo opuesto (el amor de Dios por el hombre, genitivo objetivo) se

encuentra en 4:9.

b) El Andar de Cristo. 2:6.

6. El que dice. El decir que uno está con Cristo lo ata a uno a imitarlo.

Permanece. Palabra favorita de Juan. Definida en 3:24 como comunión

habitual que se mantiene con el cumplimiento de sus mandamientos.

Debe. Está obligado; obligación que se describe como deuda (cf. Lc.

17:10). Como. Kathos, no sólo hos, para indicar que la imitación debe ser

exacta en todo. El ejemplo de Cristo tal como se proclama en el NT es

siempre de humillación y autosacrificio. Este debería ser el foco de la

imitación cristiana (cf. Mt. 11:29; Jn. 13:15; Ro. 15:2; Fil. 2:5ss.; He.

12:2; 1 Pe. 2:21).

3) La Prueba de la Imitación – Amor. 2: 7-11.

La vida de Cristo fue de amor abnegado; para ello, la prueba de que uno

lo imita se manifiesta en el amor. Amar es buscar el mayor bien posible de la

persona amada; y como el bien mayor es la voluntad de Dios, amar es hacer la

voluntad de Dios.

7. Hermanos. Mejor, amados. Primera vez que se emplea esta palabra en

esta carta. Mandamiento. Andar como Él anduvo (v. 6) y amar a los

hermanos (vs. 9-11). En esencia son la misma cosa. Desde el principio. Esto

podría significar el principio de la raza, o el principio de la Ley (Lv. 19:18) o,

mejor, el principio de la vida cristiana.

8. Que es verdadero. La mejor traducción parece ser, Un mandamiento

nuevo os escribo, a saber, el que es verdadero. Van pasando. Tiempo

presente. Como las tinieblas pasan y la luz verdadera brilla, Juan invita a sus

lectores a que anden como hijos de la luz. La luz verdadera. La revelación de

Dios en Cristo.

9. El que dice. Esta es la quinta vez que Juan señala una posible

inconsecuencia entre profesión y conducta (1:6, 8, 10; 2:4; cf. 4:20).

Hermano. Cristiano, no hombre en general (aunque a veces en el NT

“hermano” significa hombre, como en Mt. 5:22; Lc. 6:41). En tinieblas. Esta

falsa profesión conlleva existencia en el estado precisamente opuesto del que

se pretende tener.

10. El que no ama. No es una simple profesión, como en el versículo 9,

sino la verdad. En él no hay tropiezo. Nada hay en él que pueda hacer

tropezar a otros. Este es el significado general del NT skandalon, ocasión de

tropezar, porque se emplea para agravio causado a otros. “La falta de amor es

la fuente más prolífica de agravios” (Westcott, pág. 56).

11. Está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe. Las tinieblas son

el ambiente y esfera de actividad y el ambiente cegador del que odia a su

hermano.

B. El Mandamiento para Nuestra Conducta: Separación. 2:12-17.

1) A Quién se Dirige el Mandamiento. 2:12-14.

El fundamento de la invitación a la separación que sigue en 2:15-17 se

halla en la índole y posición de aquellos a quienes se dirige lo dicho en estos

versículos.

12. Hijitos. Todos los lectores de Juan, pero sobretodo se subraya la

relación familiar mutua nacida en el perdón de sus pecados. Por su nombre.

Al creer en el nombre de Cristo (y por tanto en la persona representada en el

nombre) experimentaron el perdón.

13. Padres. Se dirige a los ancianos de la congregación y a los que

ocupaban posición prominente. Conocéis. Habéis llegado a conocer al

permanecer en los mandamientos de la vida cristiana. Al que es desde el

principio, es decir, Cristo (cf. Jn. 1:1-14). Jóvenes. Los más jóvenes del

grupo. Habéis vencido. Tiempo perfecto, que expresa el resultado permanente

da una acción pasada. Para vencer en las luchas espirituales es necesaria la

fortaleza, característica de la juventud. Maligno. La forma podría ser

masculina (el maligno, o sea, el diablo) o neutra (mal). Como la apelación a

los jóvenes es personal, es probable que en este caso la referencia sea al diablo

personal. “La forma abrupta como la idea del 'maligno' se introduce muestra

que era conocida” (Westcott, pág. 60). Hijitos. Las mismas personas a las que

se dirige en 2:12, aunque la palabra en este caso es “paidia” y se subraya la

subordinación más que la relación, como en teknia del versículo 12. Las

diferencias de edad no son visibles en estas palabras, como lo son en “padres”

y “jóvenes”; por lo tanto la referencia es a todo o grupo. Escribo.

Literalmente, cambiando aquí y en el versículo 14 el tiempo presente de 2:12,

13a al aoristo. Conocido al Padre. El uso de Padre al dirigirse a los hijitos

refuerza la idea de subordinación. El termino Padre es más frecuente en las

cartas de Juan que en los tres Evangelios Sinópticos juntos.

14. Palabra de Dios. La razón por la cual los jóvenes podían vencer al

maligno consistía en que la Palabra de Dios permanecía en ellos. Ellos hacían

la voluntad de Dios conforme es revelada en Su Palabra.

2) Invitación del Mandamiento. 2:15-17.

a) La Naturaleza del Mandamiento. 2:15a.

En 2:12-14 Juan recuerda a sus lectores de sus privilegios como

cristianos. Sus pecados fueron perdonados, ellos conocían a Aquel que es la

verdad, y han experimentado la victoria espiritual. En estos versículos les

exhorta a caminar de acuerdo con esta sublime vocación, no amando al mundo

y a las cosas que en él hay. Amar a Dios es incompatible con el amor al

mundo.

15. No améis. La orden es para todos (no a un grupo en particular) y

aparece repentinamente en el texto. Al mundo (kosmos, lo opuesto a kaos). El

mundo es el sistema organizado que actúa como rival de Dios. Se trata de "lo

que sostiene su propia esfera de un orden finito y sin Dios" (Westcott, pág.

63). Aunque Dios ama al mundo de los hombres (Jn. 3:16), no debemos amar

aquello que los organiza contra Dios. Un hombre verdaderamente religioso se

mantiene alejado del mundo (Stg. 1:27), ya que la amistad con él es enemistad

contra Dios (Stg. 4:4). El mundo entero está bajo el maligno (1 Jn. 5:19), y

Juan usa el mundo como símbolo de las tinieblas. El mandamiento no es, "no

lo amen demasiado", sino más bien, "no lo amen de modo alguno". Ni las

cosas que están en el mundo. No amen nada que esté en la esfera del kosmos.

Tenemos que usar las cosas que están en el mundo, más cuando las amamos

en lugar de Dios, estamos abusando (I Co. 7:31).

b) Las Razones del Mandamiento. 2:15b-17.

15b. Esta idea de suplantar a Dios en nuestros sentimientos o afectos con

las cosas del mundo es presentada en la última frase del versículo. Si alguno

ama al mundo. Está el principio de no servir a dos señores (Mt. 6:24; Stg.

4:4). Puesto que el mundo es lo mismo que tinieblas, debe excluir a Dios, que

es la luz. Esta es la primera razón para no amar al mundo.

16. La segunda razón para no amar al mundo es que las cosas del mundo

no son del Padre. Porque. El versículo 16 nos da razones detalladas sobre de

la declaración de 2:15b.

Los deseos de la carne. El genitivo, carne, es subjetivo aquí, como

normalmente sucede cuando se usa con la concupiscencia o lujuria. Así que

el significado no es la concupiscencia o deseo por las cosas de la carne, sino la

concupiscencia o deseos que provienen de la carne, o la concupiscencia o

lujuria que está basada en la carne. La carne se está utilizando en el sentido

ético (en comparación con el sentido material, que significa el cuerpo), es la

vieja naturaleza del hombre, o su capacidad para hacer aquello que desagrada

a Dios.

Los deseos de los ojos. Los ojos son la puerta del mundo para la carne.

En la frase, los deseos de la carne, el pensamiento es el del placer físico;

mientras que en los deseos de los ojos, la idea es el placer mental, físico o

estético.

Vanagloria de la vida. La palabra vanagloria se encuentra también en

Fil. 2:3 y en Stg. 4:16, donde es traducida "soberbias". La idea implícita en la

palabra es la ostentación que resulta de no ver el vacío real que hay en las

cosas del mundo. Vida. Bios, no zoe. Esto último significa el principio

fundamental de vida, mientras lo primero significa posesiones. Así la

"vanagloria de la vida" es el orgullo de posesiones materiales ostentosas. No

procedentes del Padre. Es decir, Ninguna de estas cosas provienen del Padre,

sino del mundo.

17. La tercera razón para no amar al mundo es que es transitorio. Pasa.

Tiempo presente, un proceso que está en marcha. Y sus deseos. La

concupiscencia o deseos que pertenecen al mundo y es estimulada por él. Si

todo esto está pasando, que tonto es fijar la atención en aquello que está en

proceso de desintegración. El que hace. El cristiano no se perturba. Hace. No

dice, lo ama, más aún lo hace. La voluntad de Dios. Lo opuesto de todo

aquello que está en el mundo. Para siempre. Hacer la voluntad de Dios

provee la posesión de la vida eterna, que significa permanecer para siempre.

C. El credo para nuestra conducta: afirmación. 2:18-29.

1) Necesidad de un Credo. 2:18-21.

a) El Último Tiempo. 2:18a.

18a. Hijitos. Juan se dirige a todos sus lectores, independientemente de

la edad de ellos, como quien tiene la autoridad de los años y la experiencia.

Ya es el último tiempo. La afirmación surge de la idea precedente del mundo

que pasa. Literalmente, última hora. La hora o el tiempo de la dispensación

presente que se volverá más y más penosa en la fase inmediatamente anterior

a la segunda venida de Cristo. Tiempo de perturbación y persecución.

b) Los Muchos Anticristos. 2:18b-21.

18b. Anticristo... anticristos. Sólo Juan emplea este término (aquí; 2:

22; 4:3; 2 Jn. 7). En este versículo sólo Juan afirma la presencia de muchos

anticristos en su propio día y prevé la venida del Anticristo en un día futuro

(tal como lo describe en Ap. 13:1-10). Anti significa "opuesto" a Cristo. Así

pues, un anticristo es uno que se opone a Cristo bajo la apariencia de Cristo.

Poseen fuerzas satánicas sobrehumanas; pueden formar parte de la asamblea

cristiana en lo exterior; y enseñan falsas doctrinas (2:19; 2 Jn. 7). La

presencia de anticristos en el mundo demuestra que es una última hora. Como

ya los había en tiempo de Juan y han estado presentes en toda la historia de la

Iglesia, la “última hora” o último tiempo debe de ser todo el período entre la

primera y segunda venida de Cristo.

19. Salieron de nosotros. Externamente, pertenecían a la Iglesia. No

eran de nosotros. Nunca estuvieron orgánicamente unidos al cuerpo.

Permanecido con nosotros. Su misma separación del grupo cristiano era

prueba de que su profesión externa era falsa, y su salida los exponía como

anticristos. La apostasía es posible para quienes nunca han hecho de verdad de

Cristo su propio Salvador.

20. Unción. Aunque estos anticristos no se hubieran separado ellos

mismos, los creyentes tienen dentro de sí el poder para descubrirlos, es decir,

para discernir entre la verdad y el error debido a la unción. La unción asigna a

algo para uso sagrado. Las palabras Cristo y ungir tienen la misma raíz;

parece, pues, que Juan establece un contraste entre el anticristo y los

anticristos, por una parte y Cristo y los cristos (los ungidos) por otra.

Conocéis todas las cosas. En especial la diferencia entre la enseñanza falsa y

la verdadera.

21. No os he escrito. Tiempo aoristo epistolar, que se refiere a esta carta

(no al evangelio) y en especial a esta sección sobre los anticristos. Juan da dos

razones para escribir: porque sus lectores conocen la verdad y porque ninguna

mentira procede de la verdad. Estas razones establecen un vínculo de

simpatía y un punto de contacto entre el escritor y los lectores. La conocéis.

Juan apela al conocimiento que poseen. Ninguna mentira procede de la

verdad. Toda mentira tiene su origen en el diablo y por tanto es ajena a la

verdad que los lectores conocen.

2) Naturaleza del Credo. 2:22-29.

22. ¿Quién es el mentiroso? Se introduce en forma abrupta, sin

partículas de enlace. El que niega que Jesús es el Cristo. Alusión al

gnosticismo y no al judaísmo. Si fuera el judaísmo, la negación sería

semejante a aquella contra la que predicaron los apóstoles en el principio

(Hechos 5: 42., etc.) – A saber, que Jesús de Nazaret no era el Cristo del

Antiguo Testamento. Pero la herejía gnóstica contra la que Juan escribe era

que Cristo se unió a Jesús en el momento de Su bautismo y se separó de Él

antes de su muerte. Esta era la negación del mentiroso de que Jesús fuera

verdaderamente Dios-hombre. Esta es la enseñanza del anticristo. El que

niega al Padre y al Hijo. El gnosticismo consideraba a Cristo y a Jesús como

dos entidades distintas. Por ello, negar que Jesús es el Cristo es negar al Hijo,

al Dios-hombre. Y negar al Hijo es negar al Padre, porque el Hijo es la

revelación del Padre sin quien el Padre no puede ser conocido (Mateo 11:27).

23. La afirmación anterior ahora se pone de relieve. Tampoco tiene al

Padre. En el versículo 22 Juan dice que negar al Hijo es negar al Padre Aquí

dice que negar al Hijo es no tener al Padre; negar al Hijo es renunciar al

derecho de convertirse en un hijo de Dios (Juan 1:12) y de poseer al Padre

como amigo vivo. Es una relación viva la que se tiene presente en este caso,

no sólo un asentimiento intelectual a un credo. El que confiesa. Afirmación

positiva de la misma verdad.

24. Lo que … permanezca en vosotros. En griego, la frase comienza

con el enfático vosotros - "en cuanto a vosotros ...", y contrasta a los

creyentes verdaderos con los maestros falsos. Lo que habéis oído desde el

principio. Es decir, las verdades fundamentales del Evangelio. Pero esto

equivale a permanecer en él del versículo precedente.

25. Esta se refiere a la vida eterna, que es la promesa. Mas é o mesmo

que o permanecer nEle do versículo precedente.

26. Esto respecto a los falsos maestros. Engañan. Desvían; participio

presente, que indica esfuerzo habitual.

27. Como en el versículo 24, el pronombre vosotros está en posición

enfática. La unción. El don del Espíritu Santo que los creyentes recibieron al

convertirse. (cf. v. 20). De él. Fuente del don del Espíritu. No tenéis

necesidad de que nadie os enseñe. Porque esto es obra del Espíritu Santo

(Juan 16:13 ss.). Así como la unción misma os enseña todas las cosas. Se

vuelve a subrayar la afirmación anterior. Enseña. Enseñanza presente y

continua de la verdad. Permaneced. El verbo puede ser indicativo o

imperativo (como Juan 5:39, 12:19, 14:1, 15:18, 27). Si es indicativo, Juan

simplemente da por supuesta la verdad de las afirmaciones que ha hecho

respecto a sus lectores. Si es imperativo, les manda que experimenten esas

cosas.

28. Permaneced. Orden de cumplir sus mandamientos (3:24). Cuando.

Los mejores textos leen si (ean). Ese si no arroja duda alguna sobre el hecho

de su venida sino sólo suscita interrogantes en cuanto a circunstancias de su

venida, por ejemplo, el tiempo. El permanecer resulta en (1) tener confianza

y (2) no avergonzarse. Confianza. Intrepidez (parresia); literalmente, libertad

en hablar o disposición para decir lo que sea. Cuando se manifieste.

Deberíamos poder expresarnos sin reservas cuando le demos cuenta de nuestra

administración. No nos alejemos de él avergonzados, como la persona

culpable, sorprendida a su venida. Venida. Parousia. Única vez que aparece

esta palabra en los escritos de Juan. A menudo se emplea en conexión con el

juicio que acompaña a su retorno (Mateo 24:3, 27, 37, 1 Corintios 15:23, 1

Tesalonicenses 2:19, 3: 13, 5:23, Santiago 5:7, 8).

29. Él es justo. El versículo anterior habla de Cristo, por ello parece

lógico referir el él de este versículo a Cristo. Justo. Compárese 2:1, 3:7. Todo

el que hace justicia. El verbo está en presente – acción habitual. Nacido de

él. ¿Significa nacido de Cristo, como lo indicaría si las referencias de los

versículos 28 y 29a son a Cristo? De ser así, esta es la única referencia a la

obra de Cristo de engendrar (aunque engendrado de Dios y del Espíritu son

ideas bíblicas; cf. Juan 1:13, 3:6, 8). "La verdadera solución de la dificultad

parece ser que cuando Juan piensa en Dios en relación con los hombres, nunca

piensa en Él aparte de Cristo (cf. v. 20). Y además nunca piensa en Cristo en

su naturaleza humana sin añadir el pensamiento de su naturaleza divina. Por

ello es posible que se trate de una transición rápida de un aspecto de la

Persona divino-humana del Señor al otro"(Westcott, p. 83).

1 Juan 3

III. Características de la Comunión. 3:1-24.

A. En Relación a Nuestra Expectativa – Pureza. 3:1-3.

El pensamiento de 2:29 - nacido de él – se amplía ahora. "¡Nacido de él!

Esto es lo que suscita la sorpresa agradecida de Juan, y lo hace exclamar:

¡Mirad que manera de amar! Luego no hace más que explicar ese pensamiento

"(Robert S. Candlish, The first Epistle of John, p. 227).

1) Motivos de la Pureza. 3:1-3a.

Juan da dos razones de por qué el cristiano debería ser puro. La primera

se refiere a la obra anterior de Dios y la segunda a la obra futura.

1. Mirad. La palabra es plural – “todos vosotros mirad lo que yo he

visto" (2:28). Algunos toman el cuál en el sentido de algo extraño; es decir,

"qué clase de amor extraño o de otro mundo" (cf. Kenneth S. Wuest, In These

Last Days, p. 142). Otros no ven tal significado en la palabra tal como se usa

en el NT (Plummer, The Epistles of S. John, Cambridge Greek Testament,

p.71). La palabra sí implica sorpresa y admiración (cf. Mt 8:27, Mr. 13.:1, Lc.

1:29, 2 P. 3:11 son los otros usos en el NT). Nos ha dado. El tiempo perfecto

indica además, que el don es una posesión permanente del hijo de Dios. Hijos.

Literalmente, nacidos o de hijos. Huios, hijo adulto, presenta el aspecto legal

de la filiación (y sólo lo usa Pablo para los creyentes). Esta palabra (Teknon)

subraya el aspecto natural, el nacimiento en la familia de Dios. Con todo,

ambos términos son adecuados para expresar la adoración (Juan 1:12,

Romanos 8:14-17). Después de hijos de Dios, deberían añadirse las palabras y

lo somos. Por esto - porque somos hijos de Dios - el mundo no nos conoce.

El mundo no sabe por experiencia qué clase de personas son los hijos de Dios.

El mundo no puede tener tal conocimiento experimental porque no conoce a

Cristo como Salvador (cf. l Co 2:14).

2. Ahora somos... y. Los dos pensamientos de la condición presente y

futura de los hijos de Dios se unen por medio de la conjunción simple y, como

partes de un solo pensamiento. La condición cristiana, ahora y en la eternidad,

se centra en el hecho de ser hijos de Dios. "En este hecho se basa el germen de

todas las posibilidades de vida eterna" (M.R. Vincent, Word Studies in the

New Testament, II, p. 344). Semejantes a él. La semejanza del reflejo pleno

de la gloria de Dios en el creyente. Esto incluye el cambio físico al cuerpo

resucitado, así como el cambio espiritual total, que incluye la pureza (v. 3), la

ausencia de pecado (v. 5) y la justicia (v. 7). La razón de este cambio es el que

lo veamos en la transformación de la Iglesia. "La visión de Dios nos

glorificará" (Plummer, Epistles of S. John, p. 74).

3. Esperanza en él. Literalmente, sobre (epi) Él, o sea, esperanza que

descansa en Él. Él se refiere a Cristo. Purifica. Tiempo presente, "se purifica

constantemente". El esfuerzo personal es necesario, pero debe descansar en

nuestra esperanza (cf. Juan 15:5).

2) Significado de la Pureza. 3:3b.

El pensamiento en la raíz de la pureza es la purificación ritual que se

requería para presentarse ante la presencia de Dios (Jn. 11:55, Heb. 10:19 ss.,

Éx. 19:10). Pero la idea en la palabra es no sólo la de la purificación externa

sino también interna (cf. Santiago. 4:8, 1 Pedro 1:18,19). Así pues, significa

que el cristiano con esperanza debería ser completamente puro, como Cristo lo

fue. Cristo es siempre el ejemplo que Juan propone al creyente (cf. 1 Jn. 2:6).

B. En Relación a Nuestra Posición Justicia y Amor. 3:4-18.

Nuestra posición exige una cierta práctica, y Juan pasa a subrayar las

características de dicha práctica en dos ideas - justicia y amor. El versículo 3,

pues, se explica por medio de desarrollo y contraste en 3:4-18, y quizá la

manera mejor de seguir el pensamiento del escritor es ofrecer un esquema de

dichos versículos.

1. Justicia. 3:4-9.

Características

a) No peca (4).

b) No peca en forma habitual (6)

c) Hace justicia (7).

d) No peca (8).

e) No practica el pecado (9).

f) No puede pecar (9).

Consecuencias

a) No está sin ley (4). No anula la

misión de Cristo (5).

b) Comprueba el permanecer y el

haberle conocido (6).

c) Es justo e imita a Cristo (7).

d) No es del diablo y participa en el

triunfo que Cristo da (8).

e) Es engendrado de Dios (9).

f) Demuestra ser nacido de Dios (9).

2. Amor. 3:10-18.

Características

a) Amor fraterno (10).

b) Difiere de Caín (11,12).

c) El mundo lo odia (13).

d) Amor fraterno (14).

e) No odia (15).

f) Da la vida por los hermanos (16).

g) Comparte los bienes (17, 18).

Consecuencias

a) Procede de Dios (10).

b) No lleva al homicidio (11,12).

c) No será sorprendido (13).

d) Demuestra haber pasado de muerte

a vida (14).

e) No es asesino y tiene vida (15).

f) Conoce el amor en su esencia (16).

g) El amor de Dios mora en él

(17,18).

4. Comete pecado. Literalmente, hace el pecado. La idea es que peca

continuamente y lo más radicalmente posible. El pecado es la infracción de

la ley. Literalmente, el pecado es estar sin ley. Los términos son

intercambiables (debido al empleo del artículo con ambas palabras). El pecado

es estar sin ley, y el estar sin ley es pecado. Ley se usa en su sentido más

amplio e incluye la ley natural (Rom. 2:14), la ley mosaica y la ley de Cristo

(Romanos 8:2; 1 Corintios 9:21).

6. Permanece ... no peca. Ambas palabras están en tiempo presente e

indican el carácter habitual de la persona. La persona que permanece en Cristo

no puede pecar habitualmente. El pecado puede formar parte de su

experiencia, pero esto es la excepción y no la regla. Si el pecado es el

principio que gobierna la vida, la persona no está redimida (Rom. 6); por ello

la persona salva no puede pecar en forma habitual. Cuando el cristiano peca,

lo confiesa (1 Jn. 1:9) y persevera en su purificación (3:3). El pecador

constante no ha conocido a Dios y por tanto es una persona no regenerada.

7. Hijitos. "El peligro de la situación requiere esta ternura al dirigirse a

ellos" (Westcott, p. 105). Engañe. Literalmente, desvíe. Hace. Tiempo

presente; "hace habitualmente". Es justo. Las obras justas nacen de la índole

justa y son prueba de regeneración. Como. Cristo, como siempre, es el

ejemplo.

8. Practica. Tiempo presente; "el que continuamente comete pecado".

Hábito de vida, no un simple acto. Del diablo. Satanás es la fuente de estos

deseos pecaminosos. "Las acciones habituales una vez más son el índice de la

condición moral, y en este caso, de la fuente" (Wuest, pág. 148,149). Hijo de

Dios. Es la primera vez que Juan emplea este título en la carta, y expresa en

forma especial dignidad y autoridad. Deshacer. Literalmente, desatar. Cristo

en su muerte ha soltado las ataduras con que se sostenían las obras del diablo.

Satanás ya no puede presentar un frente de batalla sólido en sus ataques al

cristiano.

9. Es nacido. Participio perfecto – acción pasada con efectos que siguen

hasta el presente – "ha nacido y sigue siéndolo" (cf. 2:29; 4:7; 5:1, 4,18). No

práctica el pecado ... no puede pecar. Tiempos presentes, que indican de

nuevo el pecar habitual. Simiente. El principio de vida divina dado al nacido

de Dios (Jn. 1:13; 2P. 1:4). Esto hace imposible que el cristiano viva

habitualmente en pecado.

10. En esto se refiere a los versículos precedentes, si bien se reitera la

misma enseñanza en la última parte del versículo 10, es decir, "en esta vida de

triunfo sobre el pecado . . . " Los hijos de Dios ... los hijos del diablo. Es el

único lugar del Nuevo testamento en que estas dos expresiones aparecen

juntas (cf. Hch. 13:10; Ef. 2:3). Todo el género humano al parecer pertenece a

una familia o a la otra; y hasta que uno reciba a Cristo es hijo del diablo (Ef.

2:3 y aquí). Que no ama a su hermano. “Esta cláusula no es una simple

explicación de lo que precede sino la expresión de ello en su forma cristiana

más elevada (Westcott, p. 109).

12. El amor por el hermano trae a la mente el odio por el hermano, y por

ello se cita el ejemplo de Caín. Se dice de él que perteneció a la familia del

maligno. Mató. En un principio la palabra griega (empleada aquí y en Ap.

5:6, 9, 12; 6:4, 9; 13:3, 8; 18:24 solamente) significaba "cortar el cuello", y

luego significó "matar violentamente”.

13. No os extrañéis. Literalmente, dejad de extrañaros. Los lectores de

Juan sin duda no podían entender por qué el mundo tenía que odiarlos.

14. Amor significa vida y odiar significa muerte. La prueba de haber

nacido de nuevo no es que el mundo nos odie sino que amamos a los

hermanos. 15. Homicida. No ha de entenderse en sentido figurado como asesino del

alma o de la vida moral, sino en forma literal, debido al versículo 12. Dios

mira el corazón, y el corazón que está lleno de odio es potencialmente capaz

de matar. Compárese con la enseñanza del Señor en Mt. 5:21, 22. "El que cae

bajo un estado, cae bajo los efectos normales de dicho estado llevado hasta sus

últimas consecuencias” (Alford, The Greek Testament, IV, 474). Si se presenta

la ocasión, la persona que suele odiar hará lo que Caín hizo. Esa persona no es

salva.

16. Cf. 2:6. Al creyente se le pide amor abnegado.

17. No a muchos se les pide que den la vida por otros, pero todos pueden

seguir las instrucciones de este versículo. Juan sugiere “que existe peligro en

soñar con lo que suele estar fuera de la senda de la experiencia ordinaria.

Podemos por tanto someternos a una prueba mucho más a nuestro alcance. El

problema no es el de morir por otro sino el de hacer partícipe a otro de los

recursos necesarios para la vida” (Westcott, p. 114). Bienes. Las necesidades

de la vida. Corazón. Sede de la vida afectiva.

C. En Relación a Nuestra Oración – Respuestas. 3:19-24.

La enseñanza anterior despertó naturalmente ciertas reservas mentales.

Por ello Juan se apresura a agregar que el fruto del amor es la confianza, y que

la confianza se expresa en oración, y que la oración confiada es escuchada.

1) Depende de la Confianza. 3:19-21.

19. En esto. En el amor de los hermanos. Aseguraremos. Literalmente,

persuadir o tranquilizar. ¿Persuadir nuestros corazones de qué? De que no

debe condenarnos. Por ello el asegurar de RVR es una traducción

interpretativa correcta. Delante de él. La seguridad viene en la presencia de

Dios.

20. Pues si, es decir, "cuantas veces", lo cual equilibra el todas las cosas

de la última parte del versículo. En lo que el corazón nos condena, mayor ...

es Dios. Al examinar nuestra vida de amor fraterno, nuestro corazón puede ser

o demasiado riguroso o demasiado indulgente. Pero Dios es mayor y conoce

todas las cosas; por consiguiente, recurrimos a él para descubrir la verdad

acerca de nosotros mismos, y recordamos que es un ser todo compasión. Esto

conduce al juicio recto y a la confianza.

21. Argumento a fortiori: "Si delante de Dios podemos persuadir la

conciencia que nos absuelva, cuando nos reprende, mucha mayor seguridad

debemos tener delante de él, cuando no nos censura” (Plummer, The Epistles

of S. John, p. 89). No nos reprende. No por perfección absoluta, sino por no

haber pecados no confesados en la vida. Confianza. Literalmente, valor o

libertad en hablar.

2) Depende de la Obediencia. 3:22-24.

22. La respuesta a la oración se hace depender ahora del cumplimiento

habitual de los mandamientos y del hacer lo que a Él le plazca. Guardamos y

hacemos están ambos en presente.

23. El mandamiento es de que creamos y amemos. La fe es una obra,

como en Jn. 6:29. Creamos en el nombre. Literalmente, creamos el nombre.

Significa creer todo lo que Cristo es, tal como se nos presenta en su nombre.

Puesto que esto se dirige a los cristianos, es una exhortación a creer en Él en

cuanto a todo lo que suministra para la vida cristiana.

24. La obediencia también produce permanencia. Permanece. Esta

palabra se traduce por “morar” en Jn. 15. Así pues, la frase es una definición

de morar. Morar es guardar sus mandamientos. Y el Espíritu Santo da

testimonio del hecho de que Cristo mora en nosotros.

1 Juan 4

IV. Cautelas en la Comunión. 4:1-21. A. Cautelas respecto a los espíritus embusteros: falsos profetas. 4:1-6.

1) Existencia de espíritus embusteros. 4:1.

1. La mención del Espíritu Santo en 3:24 lleva a la definición de los

falsos espíritus. Tenemos en ello otro ejemplo del método de Juan de emplear

antítesis. Amados. Este apelativo tierno vuelve a recordar al lector que el tema

es importante. No creáis. Literalmente, dejad de creer. Evidentemente algunos

de los lectores se dejaban arrastrar por la enseñanza gnóstica. Probad.

Dokimazo, que significa someter a prueba para aprobar. Esta palabra suele

implicar poner a prueba con la esperanza de que lo que se prueba resistirá, en

tanto que peirazo ("probar" o "tentar") generalmente significa probar con el

propósito de encontrar defectuoso lo que se prueba. La razón de someter a

prueba es sencillamente que muchos falsos profetas andan por el mundo. Los

falsos profetas son falsos maestros (2 P. 2:1) y obradores de prodigios (Mt.

24:24; Hch. 13:6; Ap. 19:20). Se les prueba respecto a su origen si son de

Dios. 2) Examen de los espíritus embusteros. 4:2-6.

a) Hay que Examinar su Credo. 4:2, 3.

2. Si un maestro confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es un

verdadero profeta. Debe reconocer abiertamente (esto significa confesar) la

persona del Salvador encarnado. Esto conlleva la forma de su venida (en

carne) y la permanencia de la encarnación (tiempo perfecto de venir). Si no

hubiera asumido un cuerpo humano, nunca hubiera podido morir y ser el

Salvador. De este versículo no hemos de deducir que esta es la única prueba

de ortodoxia, pero sí es una de las más importantes y era la más necesaria del

tiempo de Juan, debido a los errores de su día.

3. Afirmación negativa de la verdad del versículo 2. No. La posición del

relativo a continuación del pronombre relativo exige la traducción: “Todo

espíritu que sea tal que no confiese”. El espíritu del anticristo. RVR con

razón incluye espíritu, si bien la omisión de la palabra en el texto griego

indica amplitud de pensamiento. En este profeta falso influyen muchas fuerzas

y espíritus, incluyendo los diabólicos, y todos ellos revelan la acción del

anticristo. Fuerzas sobrehumanas respaldan a estos falsos maestros.

b) Hay que examinar a los que los siguen. 4:4-6.

4. Vosotros. En contraste con los falsos maestros. Los. Los falsos

profetas mismos, no los espíritus que los respaldan. El que está en vosotros.

No se precisa a qué persona de la Divinidad se refiere Juan, si bien la mención

del Espíritu en 3:24 indicaría que se alude a la permanencia del Espíritu Santo.

El que está en el mundo. Satanás, el príncipe del mundo y fuerza que da

energía a todos los falsos espíritus y profetas (Jn. 12:31).

5. Ellos. Los falsos maestros. Hablan del mundo. El mundo es la fuente

de lo que dicen, no el tema del que hablan. El sistema del mundo del que es

cabeza Satanás es la fuente de toda herejía.

6. Nosotros. Intensivo – "En cuanto a nosotros somos . . . " Conoce...

oye. Ambos verbos están en presente, lo que indica progresión. El que crece

en el conocimiento en el conocimiento de Dios sigue oyéndonos. En esto. Es

decir, los apóstoles hablan la verdad porque el pueblo de Dios los oye, en

tanto que los falsos profetas hablan el error porque el mundo los oye.

B. Cautela respecto al espíritu de amor: profesión falsa. 4:7-21.

1) Fundamento del Amor. 4:7-10.

a) El amor es de Dios. 4:7, 8.

7. "La transición parece brusca, como si el apóstol hubiera descartado en

forma sumaria un tema desagradable” (Plummer, The Epistles, pág. 99). Es la

tercera sección acerca del amor (cf. 2:7-11; 3:10-18). El amor es de Dios.

Origen. Nacido. Tiempo perfecto – "ha sido engendrado y sigue siendo hijo

suyo".

8. No ama. Participio presente – "habitualmente no ama". Dios es amor.

Tercera de las tres grandes afirmaciones de Juan respecto a la naturaleza de

Dios (Jn. 4:24; 1 Jn. 1:5). La ausencia del artículo (Dios es el amor) indica que

el amor no es simplemente una cualidad que Dios posee, sino que el amor es

lo que Él es por su misma naturaleza. Además, como Dios es amor, el amor

que demuestra nace de sí mismo y no de alguna causa exterior. La palabra

Dios va precedida de artículo, lo cual significa que la afirmación no se puede

invertir; no se puede leer, “El amor es Dios”.

b) El amor es de Cristo. 4:9, 10. 9. La manifestación del amor de Dios en nuestro caso (para con

nosotros) estuvo en el dar a su Hijo. Unigénito. No sólo envió Dios a Su Hijo,

sino que el que envió era su Hijo unigénito. Cristo es el Hijo unigénito en el

sentido de que no tiene hermanos (cf. He. 11:17). Para que vivamos. El

propósito de enviar a Cristo.

10. En esto consiste el amor. El amor que es la naturaleza de Dios. Y

este amor no tiene relación con nada de lo que puedan hacer los seres

humanos, sino que se expresa en el don de Cristo. Propiciación. Satisfacción.

2) Glorias del Amor. 4:11-21.

a) Nos hace amar a otros. 4:11, 12. 11. Así. Si Dios nos amó hasta el extremo de darnos a su único Hijo,

debemos (obligación moral) amarnos unos a otros. Los falsos maestros no se

preocupaban de enseñar obligaciones morales.

12. Dios se halla en posición enfática. Tradúzcase: A Dios nadie lo ha

visto jamás. La relación entre este pensamiento y el contexto parece ser: está

puesto que nadie ha visto nunca a Dios, la única forma en que se puede ver al

que es amor es en el amor mutuo de sus hijos que es lo que manifiesta el

parecido familiar. Su amor podría referirse a su amor por nosotros o a nuestro

amor por Él (Plummer, p. 103) o a Su naturaleza (Westcott, pág. 152; Wuest,

pág. 166). Probablemente no es su amor por nosotros. Si es nuestro amor por

Él, se perfecciona (madura) al amar nosotros a los hermanos. Si es el amor

que es Su naturaleza, se perfecciona (o alcanza su propósito pleno) cuando los

creyentes se aman unos a otros.

b) Nos hace conocer que Él permanece en nosotros. 4:13-16. 13. Como no podemos ver a Dios, nos da prueba de Su presencia en

nosotros por medio de su Espíritu, que mora en nosotros.

De su Espíritu. No es que recibamos parte de la Tercera Persona de la

Trinidad, sino que recibimos algunos de los muchos dones del Espíritu.

15. Confiese. Dice lo mismo, es decir, está de acuerdo con una autoridad

fuera de uno mismo. Hijo de Dios. "Esta confesión de la divinidad de

Jesucristo conlleva entrega y obediencia también, no sólo homenaje de

palabra” Robertson, World Studies in the New Testament, VI, 234).

16. El amor que Dios tiene para con (literalmente, en) nosotros. El

amor se convierte en fuerza activa en nosotros.

c) Nos hace confiar en el día del juicio. 4:17.

17. El amor en nosotros. Es el amor que Dios, quien es amor, ha

producido en nosotros al engendrarnos y al poner a su espíritu en nosotros.

Confianza en el día del juiscio. El creyente que ha perfeccionado el amor de

Dios en su vida terrenal sabrá acercarse al tribunal de Dios sin vergüenza. Esta

garantía no es presunción, porque como él es, así somos nosotros en este

mundo. El fundamento de la confianza es nuestra semejanza actual a Cristo

en esta vida, y en especial, según este contexto, nuestra semejanza en amor.

d) Echa fuera el temor. 4:18. 18. El pensamiento de la confianza trae el recuerdo de lo contrario, el

temor. Como el amor busca el mayor bien posible del otro, el temor, que se

aparta de los demás, no puede ser parte del amor.

e) Demuestra la realidad de nuestra profesión. 4:19-21 . 19. Le amamos. La palabra le no se encuentra en los textos mejores, y el

verbo es subjuntivo. Por ello es mejor traducir: amemos, porque él nos amó

primero.

20, 21. Nuestro amor por los hermanos, algo visible, demuestra nuestro

amor por Dios algo invisible. Es fácil decir lleno de piedad, “Amo a Dios”.

Juan dice que la verdadera piedad se demuestra en el amor fraterno. Más aún,

deja bien claro el punto con la declaración del versículo 21 de que esto es

mandamiento de Cristo (Jn. 13:34).

1 Juan 5

V. Causa de la Comunión. 5:1-21.

Creer en Cristo es el fundamento de nuestra comunión. La palabra creer

sólo ha sido usada tres veces en la carta hasta ahora, pero en 5:1-13 aparece

seis veces. “San Juan se remonta a las bases del parentesco espiritual”

(Westcott, p. 176). El hecho de que el cristiano ha ejercitado la fe en Cristo se

demuestra de tres maneras, según la enseñanza de este capítulo.

A. Fe en Cristo demostrada en la conducta que tenemos. 5:1-5.

1) Como engendrados amamos a los hermanos. 5:1-3.

1. Los gnósticos negaban que Jesús de Nazaret fuera el Cristo. Juan hace

de la fe en esta verdad una prueba esencial del ser engendrados de Dios. A

que engendró es el creyente.

2. Se afirma lo opuesto de 4:20,21. Es igualmente verdadero decir que el

que ama a Dios ama a sus hijos, y que el que ama a sus hijos ama a Dios.

Cuando. Literalmente, cuantas veces.

3. Gravosos, Pesados, carga agobiante y agotadora. Amor. Hace ligeros

los mandamientos de Dios.

2) Como creyentes vivimos triunfando. 5:4, 5. 4. Guardar el mandamiento de amar a los hermanos es posible debido a la

victoria que el cristiano posee sobre el mundo. Victoria que ha vencido. El

verbo es aoristo, lo cual indica la seguridad de la victoria. La victoria que

venció al mundo es nuestra fe.

5. Nuestra fe es en el hecho de que Jesús es el Hijo de Dios. Es la

creencia en la divinidad plena (Hijo de Dios) y la humanidad verdadera

(Jesús) del Dios-hombre. “Nuestro credo es nuestra lanza y escudo”

(Plummer, The Epistles of St. John, p. 112).

B. Fe en Cristo demostrada en los testimonios que exhibimos. 5:6-12.

1) La prueba de los testimonios. 5:6-8.

6. Agua y sangre. Se han interpretado en el sentido de (1) el bautismo y

la muerte de Cristo; (2) el agua y sangre que brotaron del costado de Cristo en

la cruz; (3) purificación y redención; y (4) los sacramentos del bautismo y la

cena del Señor. Las dos últimas interpretaciones son simbólicas; y no son

posibles porque vino es aoristo, refiriéndose a un suceso verdadero. Las dos

primeras hacen que la frase se refiera a sucesos verdaderos de la vida del

Señor. No se puede preferir la segunda porque se invierte el orden de las

palabras (cf. Jn. 19:34). La primera explicación es la más satisfactoria. Cristo

vino mediante (dia, “por medio de”) el bautismo, el cual lo marcó y asoció su

ministerio con la justicia; y mediante la sangre, su muerte, la cual pagó el

castigo por los pecados del mundo. Su ministerio también se ejerció en

(segundo y tercer mediante en el versículo) la esfera de aquello que

representaba su bautismo y muerte. El espíritu Santo sigue dando testimonio

de esta verdad. El bautismo y la muerte fueron los dos límites del ministerio

de nuestro Señor.

7. El texto de este versículo debería decir, tal como lee RVR, porque

tres son los que dan testimonio en el cielo. El resto del versículo es espurio.

Ni un solo manuscrito contiene la añdidura trinitaria antes del siglo catorce, y

nunca se cita el versículo en las controversias trinitarias en los primeros 450

años de la era cristiana.

8. Los tres testigos son el espíritu, el agua y la sangra; y estos tres

concuerdan. "la trinidad de testigos da un mismo testimonio” (Plummer, The

Epistles, p. 116), a saber que Jesucristo vino en la carne para morir por el

pecado a fin de que los hombres pudieran vivir.

2) Efecto de los testimonios. 5:9-12.

9. Lo que los hombres necesitan no es más que un testimonio triple (cf.

Dt. 19:15; Mt. 18:16; Jn. 8:17). Dios nos ha dado tres testigos en el Espíritu, el

agua y la sangre que debemos recibir. 10. En sí mismo. El testimonio no es

sólo externo sino también interno. “Lo que para otros es externo para el

creyente es experimental” (Westcott, p. 186). Le ha hecho mentiroso. Porque

el incrédulo hace de Dios un mentiroso en cuanto a todo su plan de redención.

11. Testimonio. El contenido del testimonio externo e interno es que Dios dio

a su Hijo divino para que los hombres pudieran tener vida eterna. 12.

Deducción del versículo 11. Si el Hijo tiene vida, entonces el que tiene al Hijo

también tiene vida.

C. Fe en Cristo demostrada en la confianza que manifestamos. 5:13-21.

1) Confianza en la oración. 5:13-17.

13. Estas cosas. Toda la carta. Para que sepáis. El conocimiento

consciente de la posesión de la vida eterna es la base del gozo de la comunión,

que es el tema de la carta (1:4). 14. Confianza. Es la cuarta mención de esto

(cf. 2:28; 4:17 en conexión con el juicio; y 3:21, 22 y aquí en conexión con la

oración). Conforme a Su voluntad. La limitación es misericordiosa porque

siempre es mejor para sus hijos. La promesa es que Dios nos oye, y esto

incluye la idea de que también Él otorga la petición. (cf. Jn. 9:31; 11:41, 42).

15. Cualquier cosa que pidamos es sinónimo de conforme a Su voluntad

del versículo 14. El creyente que está en comunión con Dios no pedirá nada

que sea contrario a la voluntad de Dios. 16. La oración está limitada no sólo

por la voluntad de Dios sino también por las acciones de otros. “La voluntad

del hombre ha sido dotada por Dios con tal libertad, que nisiquiera su voluntad

la constriñe. Menos todavía, por tanto, puede constreñir la oración de un

hermano. Si la voluntad humana ha resistido a Dios en forma deliberada y

obstinada, y persiste en lo mismo, quedamos privados de su certidumbre

habitual. Ante una voluntad rebelde incluso la oración de fe de acuerdo con la

voluntad de Dios (porque desde luego Dios desea la sumisión del rebelde) se

ofrece en vano” (Plummer, The Epistles of S. John, p. 121). Cometer. . .

pecado. El caso que se supone es aquel en que se ve al hermano en el acto

mismo de pecar. Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado

que no sea de muerte. Los pronombres son ambiguos. La frase puede

significar que Dios dará vida al intercesor, o también puede significar que el

intercesor dará vida al pecador mediante sus oraciones (parecido a Stg. 5:20).

Es difícil decidir cuál es mejor, porque ambas ideas son escriturísticas.

Pecado de muerte. La traducción pecado es muy concreta. Hay pecado de

muerte, que implica no un solo acto sino actos que tienen el carácter de

pecado de muerte. Quizá no siempre son externos de modo que se puedan

conocer y reconocer, ya que Juan dice que no sabemos qué pedir. El pecado de

muerte tampoco es el repudio de Cristo, porque el contexto habla de los

cristianos. Debe ser parecido a los casos citados en 1 Co. 5 y 11:30. Respecto

a la oración por un hermano así, Juan tiene mucha cautela en lo que

recomienda. No prohíbe que se interceda ni tampoco alienta a ello. La

comunión individual determinará el curso adecuado de la acción. 17. Toda

injusticia es pecado. Juan pone sobre aviso en contra del modo laxo de pensar

de que algunos pecados están permitidos y otros (de muerte) no.

2) Confianza en el conocimiento. 5:18-21.

18. Sabemos. Con conocimiento cierto, positivo. No practica el pecado.

Tiempo presente; pecado habitual. "El poder de interseción para triunfar sobre

las consecuencias del pecado podría parecer que estimula a cierta indiferencia

hacia el “pecar” (Westcott, p. 193). "La condición de filiación divina es

incompatible, no sólo con el pecado de muerte, sino con cualquier clase de

pecado” (Plummer, p. 125). Toca. En Juan sólo se usa en Jn. 20:17, y

significa no un simple tocar superficial sino un apoderarse de. Satanás no

puede apoderarse y retener al engendrado de Dios. 19. Segundo hecho de

nuestro conocimiento. El mundo entero. El orden de las palabras indica que

el mundo con sus pensamientos, modos, métodos, etc., es lo que se quiere

decir. 20. Tercer hecho. Ha venido. El verbo (hekei y no erchomai) incluye

las ideas de su venida en la encarnación y su presencia actual en los creyentes.

Para conocer. Conocer experimental por medio de la apropiación de

conocimiento. 21. Guardaos. Palabra diferente (phylasso) de la usada en 5:18

(téreo). Significa custodiar como lo hace una guarnición. Ídolos. "Un 'ídolo' es

algo que ocupa el lugar debido a Dios” (Westcott, p. 197). Éfeso estaba

repleto de ídolos y de prácticas idólatras; la advertencia era por tanto

sumamente apropiada.

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