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    44 [ i ! iJj j ! ! ! j ! ! i !clOn E n t r a d a I L o c u s S o lu s

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    Ludovico Silvaa pensar los medias como industria ideol6gicaPara Ludovico Silva la ideologiaera el sistema de valores,creencias y representacionesque gene ran las sociedades conrelaciones de explotacion parapoder justificarse. En el contextopolitico e ideologico de ladecada de los 70, Ludovico Silvaretoma las concepcionesfrankfurtianas sobre la industriacultural y propone el terminoindustria ideologica, que vendriaa representar el uso de losmedios de comunicacion masivoscomo instrumentos paratransmitir al hombre com un lasideas de los grupos dominantesque reafirman su propiaexplotacion. Asimismo planteael filosofo la idea de la plusvaliaideologica, la cual sostendriaque los capitalistas, ademasde obtener ingresos extras porel trabajo fisico del proletariado(plusvalia economical, tambienganarian por la penetracionideologica del hombre comun,que es llevado a consumir paraatisfacer necesidades creadasor las elites

    David De los Reyes

    "El tiempo es el espaciodel desarrollo del hombre".MARX

    Flosofo, poeta y profesor univer-sitario. En su juventud estudiaen Europa. Ese viaje determina-ria su vocacion definitiva enocupar su vida a las letras y a la reflexionfilos6fica. En el viejo continente paso dosafios en Madrid, donde tomo cursos de fi-losoffa y letras; luego se traslada a Fran-cia, para estudiar literatura francesa enLa Sorbona durante un ana; finalmente,su itinerario 10 lleva a instalarse en Ale-mania para estudiar filosofia romanica.De regreso a su pais se inscribe en la es-cuela de Filosofia de la uev, de la queegresa en 1969. Su incursion en los me-dios radioelectricos se inicia en 1968, aldirigir y producir el programa radial Lapalabra libre. Fue cofundador y colabo-rador de distintas revistas literarias comoPapeles, Cal, Lamigal. Desde 1980 man-tuvo en el diario El Nacional su columnaBelvedere. Como vemos, Silva seria unintelectual interesado de llevar su palabraala abierta polemica de la opinion publi-ca cotidiana por distintas vias.

    Desde 1970 asumio la docencia en lamisma escuela de Filosoffa de la uev,manteniendo su trabajo intelectual entrela creacion poetica y la reflexion filosofi-ca. El vinculo entre la filosoffa y la litera-tura reside para el en superar la falsa dico-tomia que nos lleva a establecer al hecholiterario reduciendolo al ser concreto yparticular, mientras que la filosofia debe-ria solo comprometerse con 10 abstracto y10 general. Para este autor las verdadesuniversales de la filosoffa deberfan ser

    cambiadas por verdades particulares, so-bre todo 10 que cada individuo llega a per-cibir y reflexionar como particular.

    Ludovico Silva centro su interes filo-sofico en el campo del marxismo con vo-cacion intelectual y revolucionaria irre-nunciable, es decir, en la biisqueda de lle-var a cabo, mediante el aporte de su prac-tica teorica, un cambio significativo y sus-tancial en 10 politico y en 10 cultural de lasociedad venezolana en que Ie toco vivir.Bardo de expresivas aguas profundas pe-ro tambien fervoroso entice de las injus-ticias del sistema capitalista que conocio,siempre se mantuvo en una constante di-namica de trabajo al querer ampliar losanalisis de esta tendencia filosofica politi-ca socialista, ademas de tratar de actuali-zar los conceptos clasicos del marxismo consu personal vision de comprender las con-tradicciones inherentes, que para el repre-sentaba el estadio del desarrollo de la so-ciedad de fines del siglo xx en una bus-queda por mejorar la condicion de la vidahumana; todo ello experimentando unaposible autocritica de superacion social.

    Su concepcion de ideologfa, desde superspectiva particular y marxista, es en-tendida como un sistema de val ores,creencias y representaciones que generanlas sociedades que sostienen en su senorelaciones de explotaci6n; para poder jus-tificar dicha situacion, esas sociedadesadecuan dicho sistema ideologico para seraceptado en la mente del hombre como al-go natural e inevitable, esencial; 10 ideo-l6gico, visto de esta manera, estara deter-

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    46 r m m D T f f i! c l C i nminado por la estructura social imperante,no de una manera mecanica sino dialecti-ca, asumiendo su modificacion y reversi-bilidad. Nosotros aquf queremos reflexio-nar junto a sus palabras sobre el tema encuestion,

    ENTRE MARx, LA CULTURAY LOS SUMINISTRADORES DE IDEOLOGIABajo el impulso de un trabajo hermeneuti-co, Ludovico Silva desarrollo una elegan-te concepcion teorica para establecer unacomprension del momento ideologico delmodo de produccion de la industria cultu-ral, es decir, de la accion producida por losmedios de comunicacion; para ello se sir-vio del analisis y propuestas de diferentesautores, adernas de la obra de Marx. Es poreso que encontramos en sus paginas un in-teres en acercarse y comprender a autorescomo Sartre, Althusser, Mannhein, Ador-no, Marcuse, entre otros; exponentes, al-gunos ellos, de la vanguardia marxista deentonces; cierra, eso sf, sus flancos en re-Iacion a la teoria que quiere conformar dela ideologfa lIegando a ampliar el sentidode esta dentro de los lfmites de un marxis-mo critico, no dogmatico, ni historicista,

    Su planteamiento se centra en que laconciencia, concepto cuestionado en suvalidez objetiva, vendria a ser un produc-to social y ella sera asi para toda sociedadhumana. Es la propuesta de la cuestiona-da (por Popper), teoria del reflejo cognos-citivo de la realidad historica y su desarro-llo material y economico que se llega a re-presentar en la conciencia de la mismaforma que esta procede en los mecanis-mos de la produccion del capitalismo.

    Ludovico Silva nos habla de los sum i-nistradores de ideologia, que son aquellosespecialistas que trabajan en un gigantes-co -global, diriamos hoy- laboratorio psi-cologico, haciendo uso de las tecnicas decondicionamiento, gracias al uso de esti-mulos y sus reforzamientos de mensajes atraves de los medios de comunicacion, Se-ran los creadores de un psiquismo huma-no que vendran a incrementar todos loselementos que componen al sistema pre-conciente de representaciones y valoresdel capitalismo 0 de la burocracia socia-lista. Estos suministradores de ideologfa ysu gigantesco sistema de estfrnulos y re-fuerzos son los que constituyen la llama-da industria cultural (Adorno) 0, su equi-valente, la industria ideol6gica, llamadaasf por nuestro filosofo, Toda ella estapracticamente conform ada, en su instru-mentaci6n, por psicologos sociales, escri-

    6 6Su conc ep cion d e id e olo gia ,d es de s u p ers pe ctiv a p articu lary m a rx is ta, e s e nte nd id a

    com o un sis tem a d e val ores,creencias y representacionesq ue g ene ran las s ocie dad esque sostienen en su senor e lacione s d e exp lo tacion

    9 9tores, trabajadores intelectuales. Indus-tria que esta completamente relacionada,segtin Adorno, con todo 10referente a 10que se suele lIamar por cultura.

    Ludovico Silva propone en su obra LaPlusvalia /deol6gica (uev, 1970), asig-narle al concepto de industria cultural, co-mo dijimos arriba, otra nominaci6n, la deindustria ideol6gica. Asf queda ampliaday se hace mas especffico su concepto. Unaindustria en la que 10"que menos se pro-duce... es propiamente cultura" (Sil-va, 1970:231); esta afirmacion estariacuestionada en la actualidad pues para laevolucion que ha tenido todo el sistemaideologico y por la presencia de las tecno-Iogias de la informacion no podemos ha-blar casi de ninguna otra sino de esta. Lacultura mediatica 0 de masas es hoy la cul-tura imperante, es decir, nuestro sistemade referencias simbolicas de representa-ciones y valores que conforman, en unagran parte, el sentido de la vida social glo-bal. Si bien ella produce ideologfa, comose nos dice en este trabajo, tambien com-prendemos que reproduce al mundo y 10dinamiza, 10oculta pero 10muestra, nos con-fun de, pero nos incita.La palabra cultura en ({Icontexto denuestro autor, esta relacionado con la ideade una conciencia de las formas esteticasy de las formas humanas en general. Talpropuesta es contraria, en su apariencia, ala que tienen de ella los duefios de la in-dustria ideologic a 0 cultural, la cual notiene sino una idea del hombre en tantocaldo de cultivo, convirtiendo la culturaen una especie de horticultura, 0' sea, un

    cultivo ideologico del hombre. Separandoesta de aquella otra, que vendria a impo-ner valores y normas generales propiaspara un devenir social optimizado.

    Por otra parte, se nos sefiala que si estaindustria nombrada se ocupa de la culturano quedara sino admitir que "hay numero-sos campos susceptibles de convertirse ensuministradores de ideologfa". Advirtien-do de este modo que "aunque no sea cultu-ra , una empresa publicitaria cualquiera, porel s610 hecho de dedi carse diariamente apresentar al mundo como un mercado demercancfas, es eminentemente una empre-sa suministradora de ideologia" (idem).

    Los especialistas que la conforman, ci-tados arriba, se dedican a buscar irracio-nalidades que aporten resortes psiquicos enlas masas, palancas que los ayuden a pre-sentar al mercado de mercancfas como"un verdadero mercado persa Ileno de fe-licidad y lamparas de Aladino que ejecu-tan el milagro de sacar al individuo de suclase social, por mugrienta y desarrapadaque sea", gracias al solo hecho de consu-mir un producto (por ejemplo, la relacionque hay en fumar deterrninada marca decigarrillos y sentirse todo un vaquero nor-teamericano). Pero Ludovico Silva nosmuestra otros lemas 0 esloganes y comooperan. Como aquel depermftanos pensarpor Ud., que 10interpreta como que deje-mos que nos conviertan en esc1avos de laideologfa capitalista; con tales generalida-des de su parte no toma en cuenta las dis-tancias que pueden efectuarse acordes algrado de desarrollo y libertad intelectualde los diferentes individuos sociales y latipologfa 0 tipos de publico que puedenestar insertados dentro de una misma so-ciedad; a todos pasa por el mismo tamiz.Pero nos explica que ello significarfa per-mitirles "-en suma- ayudarlo a enajenar suenergia mental como un valor de uso, yconvertirla a ella -y a usted mismo- en unamercancia. Permftanos -dirfa Marx- ena-jenar su valor de uso y realizar su valorde cambio" (idem).

    ;,INDUSTRIA CULTURAL 0 IDEOLOGICA?El concepto de industria ideol6gica -ahoraampliado por lapropuesta de Silva- es el lu-gar de producci6n de la plusvalfa ideologi-ca, que posee dos perspectivas que nos per-miten observar un mismo asunto.Como se sabe, el concepto de industriacultural sera empleado y acufiado por pri-mera vez en la reflexi6n de Adorno yHorkheimer sobre los medios de comuni-cacion al inscribirlo y desarrollarlo en su

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    obra Dialectica del Iluminismo (Dialektikder Aufkldrung), publicado en Amster-dam en 1947. Yes tambien como llama-ron a un vasto e importante capitulo de di-cha obra. Si bien ahf su desarrollo semuestra, como ya 10 sefialaban los autoresen el prologo, bastante fragmentario, enuna posterior conferencia titulada L'In-dustrie culturelle, pronunciada por Ador-no en 1962, y publicada en la revista Com-munications # 3 (paris, 1964), cambia yencontramos una mejor reelaboracion dedicha tesis, logrando mas profundidad yprecision. No podemos dejar de agregarque para 1947 aun estaba bastante inci-piente todo el arsenal ideologico que sepresentaria posteriormente por los mediosde comunicacion y, por ende, una posibi-lidad mayor para amp liar los analisis y losalcances de dicho concepto; sin embargosiempre se les ha reconocido como un sig-nificativo aporte al analisis de medios. Se-gun la apreciacion de Ludovico Silva,Adorno sera, igualmente, el autor que ma-neja con mayor precision el termino deideologia de todos los teoricos del marxis-mo para ese momento.

    La industria cultural (de ahora en ade-lante rc), conforma el marco donde se re-vela el tipico lugar social de la ideologia.Este marco es una industria: una industriamaterial como cualquier otra del capitalis-mo 0 del modo de produccion capitalista,que con templ a unas relaciones determina-das de produccion y su plusvalia material;es, por tanto, una de las ramas principa-les de produccion de ese mismo capitalis-o. Aparte de 10 material esta industria seedica a la construccion, elaboracion yoduccion de toda suerte de valores y re-resentaciones (imageries: sonoras, ico-graficas, lingufsticas, etc), con un cortoempo de existencia en el mercado, con 10ue la hace aparecer como una empresaedicada a la formaci on y propagacion deen las masas contemporaneas:as dota de imagenes, valores, temas denversacion, Idolos, fetiches, creencias,estualidad, valores, representaciones,tc., por solo nombrar algunas, con el fino iinicamente de preservar al capitalis-ovcomo nos dice Ludovico Silva, sinoambien de regenerarlo y ampliarle suempo de existencia como modelo de pro-ccion social. Respecto a ello, Ludovicoilva ve el germen de la falsa concienciaor todas partes, nada escapa de estar in-lpado: "...no solo la industria cultural esoductora de ideologia: todo el aparatoonomico del capitalismo, aun cuando seedique a cosas tan poco culturales comoproduccion de tornillos 0 refrescos, es

    6 6La in du st ria cu lt ur al , con form ae l m arco d ond e se re ve la e l tip ico

    l ug ar s ocial d e l a id e ol og ia.E ste m arco e s u na ind us tria: u naind u str ia m a te rial como cu alq u ie ro tr a d e l c ap it al ismo 0 d el m od o

    de p roducci6n cap i ta li st a,q u e con tem p la u nas r elacion esd e te rm i nad as d e p rod u cci6 n

    9 9productor de ideologfa. Aunque solo fue-se porque para vender esas mercancfas de-bera realizar campafias publicitarias, y enestas campafias presentar al mundo comoun mercado de mercancias" (idem:233).

    Para Marx la ideologfa no era otra co-sa que la expresion de la totalidad de la es-tructura socioeconomica, y no solo unaparte de ella, que es como la presentaAdorno, al centrarla en la industria cultu-ral. Para los directivos de esta industria, lacultura es solo y nada mas que un nego-cio; todo en ella debe adaptarse a los me-canismos con que se maneja cualquier in-dustria, perteneciendo asf a la estructura eco-nornica general del capitalismo y del so-cialismo, tanto empresarial como estatal.

    IDEOLOGIA E ILUMINISMOLos contenidos de dicho concepto son ex-presados por Adorno, al decir que la voca-cion de la filosoffa de la ilustracion quedaen esta fase del capitalismo reducida aideologfa, encontrando su canoniga ex-presion en el cine, la television y la radio.El iluminismo se reduce a un calculo deefecto, junto a su tecnica de reproducciony difusion. Su proporcion ideologica haceque la vida fetichice a todo 10 existentegracias al poder que otorga la tecnica dereproduccion mediatica. Se amplia ello alnotar que "sus continuas dec1aracionesrespecto a su caracter comercial y a su na-turaleza de verdad reducida sehan conver-tido desde hace tiempo en una excusa pa-ra sustraerse a la responsabilidad de la

    mentira", (Adorno 1972:13); de un interesen desmontar toda pretension inherente asus productos de ser creaciones esteticas,artfsticas y de portar, por su representa-cion, determinado grado de verdad. En esapretension se desenmascara la "vacuidadsocial de tal industria" (idem).

    Este regreso 0 retroceso del iluminis-mo en nuestra modernidad a la ideologiavendria a ser un regreso contemporaneo almito, "a una nueva y sutil concepcion rna-gica del mundo, que coexiste actualmentecon la mas desaforada carrera cientffica ytecnologica" (Silva, 1970:235). Tal situa-cion global no puede deslindarse sin su ex-presion (Ausdruck), que surge de todo elsistema construido alrededor de los me-dios de comunicacion. l,En que consisteesta vuelta al mundo mitologico? Esta re-gresion a 10 mitico consiste, como seha se-fialado, en destilar Yefetichiracion a todo10 existente, segun Adorno. Aquf todo 1 0existente en el contexto presente no es otracosa que el inmenso arsenal de mercanciasque constituyen toda la esfera economicade nuestro mundo contemporaneo.

    Un detalle importante y complementa-rio al concepto de fetichismo es el queapuntan los dos autores de Frankfurt cita-dos respecto a los diversos aspectos artis-ticos que se incorporan al arsenal de ins-trumentos para ampliar las posibilidades decreacion de esa expansiva industria cultu-ral 0 ideologica. Para ellos es incongruen-te el aspecto artfstico con el aspecto comer-cial. No hay necesidad de que cualquiermanifestacion 0expresion cultural tenga quepasarse por un producto artistico; pelfcu-las, programas de radio, etc., no requierenya de esa calificacion. Para estos cultoresde la dialectica negativa todos esos pro-ductos no son mas que el resultado de unnegocio que se sirve de la ideologfa paramercadearse y legitimar los rechazos quesurjan deliberadamente en esas esferas; laideologfa oculta 10 que se requiere y nosmuestra 10 que quiere con una atmosferaparticular de seduccion mental a los in-cautos, es decir y segun esta apreciacion,ala mayoria de los individuos que confor-man nuestra sociedad de masas. Es asf queno temen autodefinirse como industria ypublicar las jugosas cifras relacionadascon las ganancias obtenidas: se nos dan"las cifras publicadas de las rentas de susdirectores generales (que) quitan toda du-da respecto a la necesidad social de susproductos" (Adorno, 1972:147). La in-dustria cultural es un negocio cultural ydebe justificar en terminos tecnologicostodos sus intereses.Ella justifica sus creaciones de discs al

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    decir que el publico los demanda, sin decirque son ellos los que imponen tales even-tos publicitarios al publico, en quienes secrea tal grado de dependencia que llegan aser una necesidad para orientarse indivi-dual y colectivamente en la vida mercantilde la sociedad. Es por ello que LudovicoSilva advierte que la producci6n capitalis-ta no esta, en principio y como refiereMarx en su obra Contribucion a la criticade la economia politica, destinada a satis-facer necesidades, sino a crearlas en bene-ficio de la producci6n. De esta forma se in-vierte la ecuaci6n conocida en que la pro-ducci6n no es ya el fin del hombre sinoelhombre el fin de la producci6n: es el hom-bre perteneciente a la sociedad consumis-taoCondici6n en que la ideologfa del con-sumo dinamita lapreconciencia, llevando-la a desear una cantidad constante y reno-vada de necesidades ficticias, disparando-se estas automaticamente, "como un me-canismo seguro, ante el mercado de mer-candas" (Silva, 1970:236).

    ESTADO Y MEDIOSEn esta reflexi6n tambien se nos plantealos vfnculos de la industria cultural conotros sectores poderosos de la industriacomo los que surgen dentro del estadiodel capitalismo de Estado (casoVenezuela); en ella, sus dirigentes supre-mos, segun la opini6n de este investiga-dor, duefios de los entes industriales maspoderosos, determinaban el monopoliocultural en base a su direcci6n polftica; enel presente la aberraci6n es mayor: sepretende que todos los medios se plie-guen al dictamen de un proyecto hegem6-nico y autocratico de un regimen incom-petente y totalitario.I Estado y grandes corporaciones demedios forman un engranaje homogeneoque da cuerpo a la industria ideo16gica.Estos vfnculos y dependencias hacen quela industria radiof6nica este supeditada ydependiente a la industria electric a 0 deretransmisi6n de ondas 0 satelital, porejemplo. Pero la afirmaci6n mas determi-nante dada por Ludovico Silva es que aunsin esta industria el capitalismo no dejarfade segregar su ideologfa. Los medios de co-municaci6n son el vehiculo material espe-cifico que le faltaba al capitalismo, nos di-ce el autor; por nuestra parte creemos quenunca ha existido ni sepuede separar el mo-do de producci6n capitalista de no iracompafiado de uno 0 multiples medios decomunicaci6n masivos. Los orfgenes delperiodismo estan ligados a las hojas co-

    6 6Lu dov ico S ilv a ad v ie rte q u ela p rod u ccion cap it alis ta no e sta,

    en pr incip io y como r efie re Ma rxen su obra C ontribu cion a la

    cr it ica d e l a e conom ia pol it ica,d e st in ad a a s at is face r ne ce s id ad e s,

    s ino a cr ear las e n b ene ficiod e l a p r od u ccion ,

    9 9 merciales (las gacetas), que trafan infor-maci6n sobre mercados locales y extran-jeros, productos y regiones en que se po-dfan efectuar inversiones provechosas.Los medios de comunicaci6n, mas bien,son las que han amplificado el marco deacci6n del capitalismo y no vendrfan a sers6lo, como dice este marxista, un vehfcu-10material especffico del capitalismo delsiglo xx y su consolidaci6n en tanto in-dustria ideo16gica 0 cultural. Lo que pu-dieramos reconocer es, en este negocio delos medios y su usina cultural, que esta enel integrado el efecto de la plusvalfa ideo-l6gica. Situaci6n en que, a diferencia de laplusvalfa material que sustrafa un trabajodel obrero nunca retribuido, la plusvalfaideo16gica se traducira en una esclavitudinconsciente al sistema. En el fonda "se tra-ta, en suma, de un excedente de energfamental del cual se apropia el capitalismo"(idem:237), situaci6n que provee suculen-tos dividendos ideo16gicos y crematfsti-cos que sirven de sustento al modo capita-lista de producci6n.LA ALiENACION DE LOS MEDIOS,UNA INTERPRETACIONUno de los aspectos que hace mas enfasisLudovico Silva es la propagaci6n ideo16-gica de la alienacion que producen losmedios. Segiin este pensador, se expresaen una obediencia, sumisi6n y i,esclavi-tud? del hombre a otro que no es el y queesta, sin embargo -jno se c6mo llega a es-ta fantastic a afirmacionl- instalado dentro

    de el mismo, en zonas no conscientes(idem:238). Y apunta que el opuesto con-trario a esta condici6n era elposeer una con-ciencia revolucionaria, para asf poderromper con esa esclavitud que es dada porel otro dominador.Es conciencia revolucionaria porqueconsidera que no se puede distender esesometimiento iinicamente con una postu-ra crftica, pues siguiendo la cartillaaprendida del marxismo repetira el dis-curso dieciochesco del Marx (1969:40)de la Ideologia Alemana: esa dependen-cia "s610 puede disolverse por el derroca-miento practice de las relaciones socialesreales: el instrumento no es la crftica sinola revoluci6n". l,Cual revoluci6n? l,dearrancar la pasividad, la esc1avitud de lainercia social que esta c6modamente in-corporada en el individuo?Los actos deresistencia cfvica del presente que hemosvisto en el pafs nos llevan a poder pensarel caso contrario: la sociedad civil cues-tiona a una revolucion que se ha conver-tido en contrarrevolucionaria dentro deella misma y los medios de comunicaci6nhan asumido un poder faltante para la de-fensa del ciudadano cormin, cuando el re-gimen ha concu1cado todos los poderesdel Estado en el poder ejecutivo.

    Pero son por esos derroteros que ira suteorfa de la alienaci6n de los medios. Unamentalidad esc1avizada, pasiva, es la carac-terfstica primordial de ella; postura bastan-tecuestionada en los tiempos que corren. Yesa es la intenci6n primordial que tiene laindustria ideo16gica, el crear receptores-pa-sivos deideologfa. Citando aAdorno incor-pora la siguiente idea: "Para el consumidorno hay nada que c1asificar que no haya sidoya anticipado en el esquematismo de lapro-ducci6n" (Adorno, 1972:151).

    EL REALISMO, EL ARTE Y ESTETICADE LOS MEDIOSY refiriendose a Television y cultura demasas (1968) de Adorno, completa su vi-si6n sobre la alienaci6n mediatica desdela 6ptica de la teorfa crftico-negativa mar-xista: "cuanto mas se cosifican y endure-cen los clises en la actual organizacion dela industria cultural, tanto menos es pro-bable que las personas cambien sus ideaspreconcebidas (es decir, su ideologfa, LS)con el progreso de su experiencia. Masopaca y compleja se vuelve la vida mo-derna y mas se siente tentada la gente aaferrarse desesperadamente a clises queparecen poner algiin orden en 10 que deotro modo resulta incomprensible. De es-

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    te modo, los seres humanos no solo pier-den su autentica capacidad de compren-sion de la realidad, sino que tambien, enultima instancia, su misma capacidad pa-a experimentar la vida puede embotarseediante el uso constante de anteojoszules y rosados" (cit en Silva, 1970:239,Adorno, 1968:33).Con ella logra el tan comentado efec-

    o del realismo de los medios. Aquel queomprende el de hacernos creer que elundo exterior es la simple prolongacion10 que se nos presenta en las imageriesl film 0del programa en vivo y en direc-Tal realismo, visto asf, consiste en la re-y reproduccion en la imagen

    e los datos empiric os captados por la ca-0 el microiono. Con ella se busca

    esentarnos una copia de la realidad don-10 unico que hayes "una interpretacion

    e la realidad" (Silva, 1970:240). En unrincipio los productos de la IC no se dife-encian de los obtenidos en el hacer artfs-ico, pues ambos no son, dentro del mar-ismo, sino un mero "reflejo de la reali-d". Segun Ludovico Silva sin embargo,arecen de la bellezadel arte (l,cual es suoncepto de belleza? pudieramos pregun-rle aquf), y solo 10 que se obtiene es, pa-este autor, una aberrante interpretacion

    e la vida.Esta claro que en el arte encontramosa representacion e interpretaci6n falsa 0

    parente de la vida material en segun querte; es un artificio y encontramos que suresencia en determinada sociedad no re-uce las contradicciones y miserias pre-ntes en ella, como es el caso del arte grie-o y su esclavitud en tiempos de la demo-racia ateniense. Marx nos conmina a queta situacion sea perdonada por 10 loablee sus propositos esteticos pues ellos sereservaban dentro de 10 que el entiendeor el "reino de los valores de uso" y no deambio, que es 10 preponderante en nues-a sociedad; en la antiguedadera una dis-sion positiva de la realidad.En nuestro momenta la estetica de losedios y su sentido de belleza no solo en-

    ntramos el engafio presente en su inten-realista de representaci6n -moralmentendenable para el puritanismo marxista,no que viene a ser una interpretacion fal-, ideologica de nuestra vida material.odo ella nos lleva a comparecer en una

    unica que nos conduce a someter-s al dictamen del reino de los valores dembio, no vemos arte sino mercancfas,mo cuando estamos ante un film 0 unara plastic a, por ejemplo. Lo cual creoe para muchos estarfamos dudosos deta.afirmacion, aunque hayamos pagado

    6 6Tal r eal ism o, v is to as i,e on sis te e n l a r et ransm is ion

    y r ep r od u ccion en l aima g end e los d at os em p ir icos e ap tad osp or la cam ara 0 e l m icro fono ,Con e ll o s e b us ea p re se ntar nosu na eop ia d e la re alid ad d onde

    1 0 iinico q ue h aye s "u nain te rp r et acio n d e l a r e al id ad " .

    9 9para ver cierta obra cinematografica acambio de poseerla y disfrutarla en tantomanifestacion estetica mas no precisa-mente bella; y si existe el derecho de au-tor el artista podra, dependiendo de la ho-nestidad de la industria, seguir producien-do independientemente gracias a ese cobro,10 cual no es poca cosa, en un mundo dearte institucional.Pero sin duda, en esta construccion delsentido de la IC de Ludovico Silva-Adorno,nos encontramos que sibien ella pueda par-ticipar de algunos elementos artfsticos, pre-sentes en su estructuracion, construccion desus productos, no es, segiin afirman elIos,su verdadera 0realJaz. Lo iinico real es queno nos perrniten separarnos delligamen alque estamos fatalmente atados, es decir, almundo de 10 mercantil, es elmensaje ocul-to presente para esa industria cultural. Enla concepcion de la industria ideologic a-publicitaria- no 10 es. Repitiendo el eslo-gan al que hace menci6n Ludovico Silvaencontramos que "si elmundo es surnerca-do, dejenos manejar el globo", lema que an-ticipa muy bien a 10 que vendria a sucedercon los procesos de la globalizacion y laeconomia especulativa inherente a tal fasedel capitalismo actual.

    Respecto al tema de los artistas e inte-lectuales integrados a la industria culturalLudovico Silva advierte que diffcilmentese dan cuenta de cuan son explotadosideol6gicamente; observaci6n bastantemendaz a nuestro modo de ver la situacionplanteada. Afirma que "elliterato 0el pin-tor que se emplean en las compafiias pu-

    blicitarias y se dedican ocho horas diariasa producir slogans 0 a disefiarlos ...descu-bren que aquella ilusion, 0 apariencia deque, de un modo u otro, iban a trabajar en1 0 suyo, se estrellan contra la vulgaridadde las compafifas publicitarias" (idem:246) si pudieramos pensar de manera pa-recida igualmente l,acaso no es 10 mismocuando su arte esta entregado al partido?En ambos casos el artista ha quedado so-metido a una fuerza extema que 10 limitaen su produccion artfstica. Sus cauces es-tan establecidos de antemano para que suenergia creadora se yea dirigida haciaellos sin deslindarse ideologicamente. Seconvierte, en uno y en otro caso, en elcreador de ilusorias representaciones quenos venderan 0 prometeran "unos verda-deros regalos portadores de felicidad" 0lallegada de una sociedad sin contradiccio-nes, [menudo cuento!No es una casualidad que toda la ten-dencia del arte pop tendra que ver muchocon este arte popular incorporado a la in-dustria cultural en que se enraiza de ma-nera aguda la estipulaci6n dada de ser unaobra ajustada mas a los patrones de cam-bio requeridos por un mercado de arte quea los de belleza y su uso de la obra misma.El arte asf pierde autonomfa y esta soloconsagrado a ser efecto. Aunque por el de-sarrollo de la creacion estetica dentro delcapitalismo podemos decir que, aiin con to-do y ser convertidos cada uno de sus pro-ductos en valor de cambio, no se cumpleaquella maxima marxista de que el capita-lismo es hostil a todo arte. l,Habra ciertosartistas y arte privilegiado? Posiblementepero tambien han surgido respuestas este-ticas que cuestionan desde su propio cen-tro a este estadio del desarrollo capitalis-taoEn su seno encontramos tambien la ex-presion que 10 adversa y 10 reta a modifi-car y transgredir la pasiva percepcion conque ha habituado a su poblacion.

    EL PODER ESPIRITUAL DE LAS IDEASDOMINANTESEn estas paginas se esta conciente de la la-bor lirnitada del estudio de la ideologfa dela sociedad capitalista por parte de Marxen su epoca. Lo que encontrarnos en laIdeologia Alemana, respecto a ello, solo daciertas claves, importantes sin duda, decomo pensaba Marx acerca de este feno-meno. Podemos decir que las ideas de laclase dorninante son las dominantes de laepoca; esta afirmaci6n puede que vaneahora ya que en los medios encontramosrepresentada una variedad de concepcio-

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    nes, mentalidades, lenguajes-jerga y te-mas que pueden ser de cualquier tipo depublico y de diferentes epocas, aunquesiempre tamizado con la sintaxis inheren-te de cada medio en particular y sus inte-reses mercantiles 0 piiblicos mediaticos.La premisa de que el poder materialdominante tiene, al mismo tiempo, su po-der espiritual dominante podemos decirque si bien ella es cierto tambien el aba-nico de posibilidades mediaticas que en-contramos ya no se refieren s610 al temade 10 polftico sino a las preferencias ygustos del individuo particular abriendoas f todo un espacio de confrontaci6n gru-pal -l,tribal?- en que la determinaci6n delos individuos vendria dada por sus prefe-rencias, profesi6n, estamento social y eldeseo personal. En esto, si bien las ideasdominantes seran las que provienen delos canales del Estado 0 de poderososconsorcios multinacionales, en cierta for-ma se han democratizado, al menos enbuena parte de occidente, las distintas ydiversas formas de vida, sin dejar de ladoque, por otra parte, se ha reducido la cali-dad de vida, haciendo aparici6n su faz demanera mas aguda en las ultimas decadascon todos los problemas que acarrea lasobreexplotaci6n de recursos y el desor-den ecol6gico reinante junto al desborda-mien to demografico. Temas que paraMarx no tenfan directamente que ver consus planteamientos revolucionarios yl,cientfficos?

    Que las ideas dominantes sean y vayanal unfsono y expresen las relaciones mate-riales dominantes no es cosa nueva. En to-do momenta ha sido asi, Si ella se hace pa-tente en las sociedades capitalistas no me-nos 10son en las socialistas donde las uni-cas ideas dominantes son las de la buro-cracia, las del partido y su dictador de tur-no, es decir, las de la nomenclatura; claroesta, evocaran a la abstracci6n del pueblorevolucionario, de la sociedad revolucio-naria, al discurso de la pobreza y a la po-breza del discurso, pero notaremos la in-capacidad de mejora dentro de su mundocerrado expresarse individualmente enforma libre y evidente.Ludovico Silva afirma, cosa que tam-bien pensamos nosotros, que si nuestroautor aleman hubiera tenido la posibilidadde comprobar con sus ojos el nacimiento,casi mitol6gico, del amplio imperio in-dustria cultural con su crecimiento verti-ginoso de la maquinaria de propaganda ypublicidad a traves de los medios de co-municaci6n, seguramente habria trabajadoen una obra que plasmara sus ideas perti-nentes acerca de ella y no s610 quedar en

    "l p rob lem a com o nos 10p lante a e ste au tor e s q ue (...)s er c ap it al is ta h oy

    en d ia no es ya ser s610 duefiod e l cap it al m a te rial s ino- y s ob re todo- d e l cap it alid eol6g ico 0 s imb6 l ico

    "na concepci6n economicista materialistadel mundo. Y una afirmaci6n certera denuestro fil6sofo es que: "Vena, entre otrascosas, c6mo su propio descubrimiento -elmaterialismo hist6rico- y sus consecuen-cias revolucionarias en el siglo XX-, hansido acaso el factor mas poderoso para queel capitalismo comprendiese la necesidadde crearse una superestructura ideol6gicaad hoc, ademas de la que necesariamentetiene todo capitalismo. Como dina Lu-kacs, al capitalismo (y el socialismo mar-xista tambien; observaci6n de DR) , al en-trar en su fase imperialista, empez6 a in-teresarle la ideologia" (idem:243).

    Sin embargo esta claro que en Marxhubo una preocupaci6n por comprender elmundo espiritual que reflejaba identica-mente las condiciones y relaciones delmundo material de la producci6n. Com-prender el fen6meno que Ludovico Silvaplantea como plusvalfa ideol6gica, la derecibir "en su taller de trabajo espiritual,la incesante descarga ideol6gica produci-da por aquella industria .. .ideologica".Llegando a afirmar que la explotaci6n queefecnia esta viene a establecer una explo-taci6n del hombre por el hombre atin peorque la material, aquella que 10explotabaen cuanto duefio de su fuerza de trabajo.Su centro de ataque no es otro que la con-ciencia; en su conciencia se adentra unosmodos de pensar y significados simb6li-cos que 10arrastran ala aceptaci6n de unarealidad que aparentemente el marxismono toma como suya 0 como verdadera; nosdefine como si el hombre no tuviera capa-cidad de decidir individualmente sino enfunci6n s610de una clase, un partido 0 de

    esas ideas dominantes que pululan por elambiente; el marxismo no atiende muybien la libertad individual; su colectivismono se 10permite; la libertad individual vie-ne siendo una forma burguesa del pensa-miento, es decir, un momenta mas de laideologfa dominante a superar, sin reco-nocerla como un logro humano.Pero volviendo a 10 anterior, tal exce-dente de su trabajo espiritual no le perte-nece y ocupa el conjunto ideol6gico quelas pantallas del capitalismo le han intro-ducido para de esta forma preservar lasmismas relaciones de producci6n materialque las origina. La primera es su expresi6nideal de este material, que es guardada alinterior mismo de cada individuo.

    Una ideologfa que remite a manteneruna imagen del mundo en que todas sus re-presentaciones y sus creencias giran entomo a un solo tipo de valores, aquello querepresentan los valores de cambio, que esuna premisa basica de todo este analisismarxista. Premisa que remite a que el tra-bajador (l,se puede seguir hablando de unamanera tan generica respecto al conceptode trabajador?) "enajena su valor de usoy realiza su valor de cambio", comprendien-do con esto que la fuerza de trabajo espi-ritual tambien se vuelve una mercancfabajo el capitalismo; pero para LudovicoSilva tambien la fuerza de trabajo espiri-tual se convierte en una mercancfa bajo elcapitalismo; igualmente plantea que la se-guridad que le proporciona esta especiede salario espiritual que Ie da la industriaideol6gica del poder dominante de los me-dios, en el modo de producci6n modemosea cual sea, nos condiciona a no tener quepensar por cuenta propia, el hombre tam-bien sufrira una explotaci6n al vender esafuerza de trabajo espiritual y producir unexcedente ideol6gico; su seguridadle es da-da a cambio de una buena tajada de suconciencia. Pero esta relaci6n no quedas610 aquf, se traspasa a los artistas y los in-telectuales ya que: "El fen6meno, encuanto compra, es 10 habitual, pero en elcaso de los artistas e intelectuales que sir-yen a los intereses ideol6gicos del capita-lismo, se trata de venta de fuerza espiritualde trabajo. En ambos casos hay plusvalfaideol6gica" (idem:245). Son los explota-dos por el uso de su conciencia.Por otra parte tambien podemos sefia-lar su observaci6n acerca de la calidad dellenguaje cotidiano, del cual habitualmen-te se culpa a los medios mismos de distin-tos males que padece el hombre de la so-ciedad actual. Ello puede ser visto comoun error; los medios pudieran ayudar asubsanar ese mal lingtifstico. Error al in-

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    culparlos de ser solo vehiculos de medio-cridad 0 de desinformacion, Esto cambia-ria, segun esta propuesta, si sus fines fue-ran distintos a los actuales. Los recursostecnicos mediaticos solo se alzan comoproductores de alienacion ideologica enla medida que no diesen cabida a otras re-presentaciones que no fueran las de aque-llas ideas dominantes. Con todo 10 maloque pudieramos remitirles encontramosalgun nido de digna humanidad a traves desus programas. Ludovico Silva encuentraque ello s610podra cambiar con una revo-lucien social, latiguillo de todo intelectualmarxista en tiempos de guerra fria y aho-ra ya caliente. Creemos que algo se ha me-rado respecto a las ofertas mediaticas en

    el presente, y que los diversos estamentosde publico dan cabida para una pluralidadde opciones culturales de diversion y for-maci6n para que todos se conecten, segtinsus gustos privados, con ellos.

    E LA EXPLOTACION IDEOLOGICAL USO DEL TIEMPO LIBREolviendo a 10tratado arribamos que Lu-ovico Silva encuentra dos modos de ex-lotacion que surgen de la plus valia ideo-ogica. Uno, por el empleo de la creativi-ad espiritual de los intelectuales y artis-as adheridos a la industria cultural y latra la que opera en el hombre cormin yorriente, donde ambos se yen que hanerdido su autonomia individual espiri-ual y son manejados por la ideologfa he-em6nica colocada en el centro de su con-iencia, que termina no siendo ya suya si-o de la ideologfa que la ha absorbido, queeneficia no a el sino al sistema y que see inyecta gracias a los medios de comu-Pasa a tratar sobre como se inyecta talosis ideologica. Lo primero que encon-

    ramos es que no es de forma directa y doc-rinaria. Se entiende que la doctrina ven-ria a ser el resultado de una teoria asumi-a concientemente y la ideologfa es una re-roduccion de una situacion economicocial existente.j.Es solo econ6mica?En 1 0 ideol6gico, remedando a Ador-o, se nos dice que conlleva un mensaje

    los clises y sus motivaciones con-entemente buscados por sus creadores.logica -tanto oculta como explicita- haye estudiarla a la luz de la psicodinamica.el mensaje oculto tiende a reforzarctitudes convencionales rigidas y pseu-rrealistas, "analogas a las ideas acepta-as que propaga en forma mas racionalis-s el mensaje superficial" (idem:252).

    Con ello obtiene un mimero de gratifica-ciones a pulsiones reprimidas que estanpresentes en el mensaje oculto y puedenmanifestarse en forma de chistes, observa-ciones picantes, situaciones sugestivas yotros artificios parecidos. El fin de todoella esta en canalizar al unfsono lareacciondel publico; todos reaccionan de la mismamanera. Al que Adorno afiade en su textosobre Television y cultura de masas: "losprogramas de televisi6n se proponen pro-ducir, 0 por 10menos reproducir, las mis-mas notas de presuncion, pasividad inte-lectual y credulidad que parecen ajustarsea los credos totalitarios, por mas que elmensaje superficial explfcito de los pro-gram as televisados sea anti-totalitario"(p.23). Es lamanipulacion tan analizadadela TV y que Lowenthalla ha definido comounpsicoandlisis al reves, pues llega, segtinestas teorfas, a engendrar una represi6n enel psiquismo de los hombres; dota al hom-bre de su propio policia interior: que habi-ta para esta teorizaci6n del problema comouna falsa conciencia. Es 10que te6ricos co-mo Marcuse y Lefebvre llamaron socie-dad represiva 0 terrorista. Se trata de unterror dulce por estar el hombre esclaviza-do a las mercancfas que consume voraz-mente, con las que cree ser feliz al poseer-las en demasia. Esa sociedad interna y re-presiva es la que estos teoricos conminan aatacar primero que a la externa: efecto quellega a estar presente en los marxistas mis-mos y que les impide alcanzar al tan pre-gonado mas nunca visto hombre nuevo.

    La finalidad de todo este largo recorri-do por los distintos relieves del efecto de laplusvalfa ideologica era centrar una luchacontra el universo en que vivimos, y elmundo que de algun modo somos, en pa-labras de Ludovico Silva. El problema co-mo nos 10plantea este autor es que, comobien 10podemos constatar de una maneramas fehaciente en Ia actuaIidad y luego dehaber ya pasado tres decadas de haber sidoescrito este libro es que ser capitalista hoyen dfa no es ya ser solo duefio del capitalmaterial sino -y sobretodo- del capitalideologico 0 simb6lico; se trata no solo demanejar a los hombres econ6micamentesino ademas explotarlo ideologicamente.

    De 10que concluye que la explotacioninmaterial vendra a preservar la explota-cion material y ella hasta en el llamadotiempo libre que tiene el hombre luego desu raci6n de trabajo diario. Es con el temadel uso del tiempo en las sociedades capi-talistas como termina esta obra. Refiere aMarx que ya en sus Grundrisse establecetoda una teoria del tiempo fibre. En Tra-bajo asalariado y capital de 1847 afirma

    que el tiempo es el espacio del desarrollodel hombre, en donde la libertad temporalque resta al hombre de su trabajo deberiaser para el desarrollo pleno del individuo;tal tiempo no es un no-trabajo, caracteri-zado negativamente sino que deberia serun tiempo cualitativo para sf. No es el pro-blema de la reducci6n de la jornada de tra-bajo que sera un falso tiempo libre si noaspira a un desarrollo mas pleno del hom-bre y no s610 una ocupaci6n de dichotiempo que seria un pasar el tiempo en unsin-sentido, permaneciendo sujetos a surealidad y ala ideologfa que los nutre; ter-mina siendo un escaparse a la alienaci6ndel trabajo. Un tiempo que se sigue en lapreservacion del sistema y de la produc-ci6n de la plus valia ideologica, un tiempono indiferente para la producci6n capita-lista. "Es el tiempo de la radio, de la tele-vision, los diarios, el cine, las revistas y, sitan s610 se va de paseo, el tiempo de losanuncios luminosos, las tiendas, las mer-candas: Homo homini mercator", nos re-fiere Ludovico Silva. Un tiempo que nosale de ese acecho constante del sistemaconsumista que hasta en suefios cubre ymutila todo impulso hacia ellibre desarro-llo de la personalidad, la cual se encuen-tra atada a la rueda de molino del consu-mismo, otra forma de explotacion mas. Alfinal "El tiempo libre de la sociedad capi-talista-imperialista no es un tiempo libre:es el tiempo de produccion de la plusvaliaideologica" (idem:262).

    [JDavid De los ReyesDoctor en Filosofia y profesor de laUniversidad Central de Venezuela

    Notas y referencias bfbliograficasAdorno, T., (1972): Dialectica del Iluminismo. Tauro,Madrid

    -(1968): Television y culturade masas, Paidos.Bue-nos Aires.

    Marcuse, H., (1969): Un ensayo sobre L a liberacion.Joaqufn Morritz, Mexico.

    Ma r x , K., (1968): Manuscritos: Economiay Filosofta.Alianza Editorial, Madrid.

    -(1969): La Ideologia Alemana. Grijalbo. Madrid.Silva, 1.,(1970): La P l us va li a i de o lo g ic a . UCV,Caracas.-(1972): El estilo literario deMarx.Monte Avila, Ca-

    racas.-(1974): Marxy la alienacion. Monte Avila, Caracas.- (1991): La Torre de los Angeles. Monte Avila, Ca-racas.