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COLOMBIA Y EL CARIBE

COLOMBIA Y EL CARIBE

XIII Congreso de ColombianistasUNIVERSIDAD DEL NORTE - ASOCIACIÓN DE COLOMBIANISTAS

12 al 15 de agosto de 2003Barranquilla - Colombia

Ediciones Uninorte

© Universidad del Norte, 2005

Una realización deEdiciones Uninorte

Coordinación editorial Zoila Sotomayor O.

Diseño y diagramación Carlos José Gill Cantillo

Corrección de textos Henry Stein

Diseño de portadaJoaquín Camargo Valle

Impreso y hecho en ColombiaJavegrafPrinted and made in Colombia

986.11C718 Colombia y el Caribe / XIII Congreso de Colombianistas. Varios

autores. –Barranquilla: Ediciones Uninorte, 2005. 520 p. ISBN: 958-8252-04-0 1. Caribe (Región) - Historia2. Caribe (Región) - Condiciones socioeconómicas3. Cultura - Caribe (Región)4. Literatura - Caribe (Región)

ASOCIACIÓN DE COLOMBIANISTAS

Junta directiva

J. Eduardo Jaramillo Zuluagapresidente

Herbert Tico Braunvicepresidente

MIchael Palencia-Rotheditor de la revista de Estudios Colombianos

Jonathan Tittlercoeditor de la revista de Estudios Colombianos

Gilberto Gómeztesorero

Elvira Sánchez Blakesecretaria

XIII CONGRESO DE COLOMBIANISTAS

UNIVERSIDAD DEL NORTEComité organizador

Carmen Helena de Peñadirectora ejecutiva

Lucila Stella Gonzálezcoordinadora académica

Alexandra Bolañocoordinadora administrativa y financiera

Silvia Carrillocoordinadora de comunicaciones

CONTENIDO

Presentación .............................................................................................................................

DISCURSOS

LA CASA DEL CARIBE ...............................................................................................................3Jesús Ferro Bayona

BARRANQUILLA: LA PUERTA DE LAS PALABRAS ..............................................................8J. Eduardo Jaramillo Zuluaga

HAY DESPREOCUPACIÓN POR LOS PROBLEMAS DE LÍMITES ..................................... 12Alfonso López Michelsen

Tratados de delimitación, 13. La Gran Colombia, 14. Juego de palabras, 15.

PLENARIA

PERSPECTIVA HISTÓRICA DE LA CRISIS COLOMBIANA ACTUAL ................................ 21J. Eduardo Jaramillo Zuluaga, Malcom Deas,Charles Bergquist, Frank Safford

HISTORIA Y POLÍTICA

BARCOS, VELAS Y MERCANCÍAS DEL OTRO LADO DEL MAR EL PUERTO DE CARTAGENA DE INDIAS A COMIENZOS DEL SIGLO XVII .............................. 45Antonino Vidal Ortega

Introducción, 45. Las flotas en Cartagena. Un acercamiento difícil, 53. Análisis e interpretación de las cifras, 55. Máximo desarrollo comercial: plata y esclavos, 57.

HACIENDAS, ESCLAVOS Y ECONOMÍAVALLEDUPAR ENTRE 1810 Y 1850 ......................................................................................... 61Adriana Santos Delgado

Introducción, 61. Valledupar: jurisdicción político administrativa, 62. Las haciendas, 63. La esclavitud, 68.

EL SURGIMIENTO DE UNA ECONOMÍA CAMPESINA:POBLAMIENTO Y MERCADOS LOCALES EN EL BAJO MAGDALENA .............................................71Hugues Sánchez Mejía

Introducción, 71. Las fundaciones en el Bajo Magdalena, 73.

MATRIMONIO Y CONTROL RELIGIOSO: BARRANQUILLA SIGLO XIX ............................. 84María del Carmen Márquez Salas

El matrimonio: discurso y práctica ritual, 85. Matrimonio, parentesco y dispensa, 87. Matrimonio en artículo mortis, 91. Unión libre y matrimonio católico, 93.

LA EXPERIENCIA HISTÓRICA DE LA INSERCIÓN DE BARRANQUILLA EN EL SISTEMA INTERNACIONAL DESDEFINES DEL SIGLOXIX Y SUS POSIBILIDADES EN EL SIGLO XXI ......................................... 97Jorge Villalón Donoso

Tendencias actuales del pensamiento histórico y filosófico respecto a la visión del futuro, 97. Algo de historia de Ba-rranquilla, 101.

HISTORIA, CULTURA, GEOGRAFÍA Y ECONOMÍA DE LOS SURES ...................................110Álvaro Baquero Montoya

La Serranía de San Lucas, 110. Las serranías de Abibe, San Jerónimo y Ayapel, 110. Serranía de Perijá, 111. Cultura en los sures, 112. Ecología y cultura, 113. Las imágenes culturales regionales, 115. Comentario final, 118. Bibliografía, 118.

THE UNITED STATES DISCOVER PANAMA .............................................................................120Michael J. La Rosa

The Panama Railroad, 125. The Search for a Route, 128. Choosing the Route, 131. Diplomacy and Strategy of the Isthmian Region, 135. After Separation, 138.

EL REORDENAMIENTO TERRITORIAL EN COLOMBIA:UN PROCESO ABIERTO PARA LA REGIÓN .....................................................................................142Roberto González Arana

Antecedentes históricos, 142. La descentralización administrativa y los alcances de la Constitución Política de 1991 en Colombia, 143. La regionalización en Colombia: Un proceso abierto, 145. Descentralización y regionalización en Colombia: Dificultades y debilidades, 149. A manera de conclusión, 152.

COLOMBIA Y EL CARIBEREFLEXIÓN EN TORNO A SUS PRIORIDADES E INSERCIÓN INTERNACIONAL .....................155Martha Ardila

Hacia un nuevo orden mundial, 156. La incertidumbre latinoamericana y del Caribe, 157. El Caribe: Influencias y diversidad, 159. Hacia una nueva concepcion de seguridad internacional, latinoamericana y caribeña, 161. El interés de Colombia en el Caribe, 165. A manera de conclusión, 169. Bibliografía, 170.

UN SENTIPENSANTE EN BUSCA DE LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL ..........................172Alfredo Correa de Andréis (†)

CULTURA E IDENTIDAD

NACIONALISMO MUSICAL EN UN CONTEXTO TRANSNACIONAL: LA MÚSICA POPULAR COSTEÑA EN COLOMBIA ..................................................................191Peter Wade

Introducción, 191. La música costeña, 193. Conclusión, 199. Bibliografía, 200.

ACERCA DE UNA ESTÉTICA POPULAR EN LA MÚSICA Y CULTURA DE LA CHAMPETA .......................................................................................................202Michael Birenbaum Quintero

CARNAVAL, MESTIZAJE, DANZA: UN FENÓMENO LATINOAMERICANO ....................................................................................216John Charles Chasteen

DANZA, MESTIZAJE Y CARNAVAL: UN FENÓMENO LATINOAMERICANOEL CASO DE BARRANQUILLA ............................................................................................................228Adolfo González Henríquez

El Carnaval colonial: Corpus Christi fiestas de comunidad y carnaval de aldea, 229. Siglo XIX: carnaval de pequeña sociedad, carnaval de villorrio y fiestas públicas, 231. Notas, 237.

MÚSICA Y VERSOS POPULARES DEL CARIBE COLOMBIANO EN EL IMAGINARIO NACIONAL ..............................................................................................240Consuelo Posada Giraldo

Punto de partida, 240. Valoraciones de la música y la cultura del Caribe colombiano, 242. Bibliografía, 249.

DE LO CARIBE EN LA CUENTÍSTICA DEL CARIBE COLOMBIANO: ¿RASGOS DE IDENTIDAD? ......................................................................................................251Alfonso Rodríguez Manzano

La llamada “certidumbre caribe”, 252. De la autoconciencia caribe, andinos, gringos y europeos, 259. ¿Metafísica del cuento caribe?, 260. ¿Otras identidades caribeñas?, 261. Enfoque, problemáticas, tareas, 263.

EL CARIBE VISTO DESDE EL INTERIOR DEL PAÍSESTEREOTIPOS RACIALES Y SEXUALES ...........................................................................................265Elisabeth Cunin

Introducción: el interés de estudiar los estereotipos, 265. Naturaleza de la champeta, 267. Vanessa, primera negra reina de belleza: “culturización” del cuerpo, 272. Conclusión, 279.

CONCIENCIA Y ACTITUDES LINGÜÍSTICAS EN EL CARIBE COLOMBIANO .................281María Trillos Amaya

Vitalidad lingüística, 283. Movilidad lingüística, 284. Transmisión

lingüística, 288. Conclusiones, 292. Bibliografía, 293.

LAS CONDICIONES DE USO DE LAS LENGUAS DE LA GUAJIRA ...................................295Francisco Pérez van-Leenden

LITERATURA

ACOMPAÑADO POR GABO ...............................................................................................307Michael Palencia-Roth

LA COLONIA EN LA OBRA DE GARCÍA MÁRQUEZ ......................................................317Yudis Contreras

ROMANZA PARA MURCIÉLAGOS Y LA BALADA DEL PAJARILLO DE GERMÁN ESPINOSA: REGRESO A LA HISTORIA RECIENTE Y FUNDACIÓN

DE NUEVAS GEOGRAFÍAS NARRATIVAS ..............................................................................327Cristo Rafael Figueroa Sánchez

De los primeros cuentos a Romanza para murciélagos, 328. De la novelización del pasado a La balada del pajarillo, 331. Bibliografía, 339.

CEPEDA SAMUDIO Y ROJAS HERAZOCONVERGENCIAS Y DIVERGENCIAS EN EL CARIBE LITERARIO ..........................................341Jorge E. Rojas Otálora

LA CIUDAD IMAGINADA EN LOS RELATOS DE MÁRVEL MORENO ...........................351Pamela Flores Prieto

La ciudad real, 351. La ciudad imaginada, 352. La ciudad imaginada en la literatura femenina, 355. La ciudad imaginada en los relatos de Márvel Moreno, 357.

EL COFRE DE LOS SECRETOS DE MÁRVEL MORENO ..................................................361Elvira Sánchez-Blake

FUSIÓN DE TIEMPO Y ESPACIO EN “ORIANE, TÍA ORIANE”DE MÁRVEL MORENO .......................................................................................................370Clara Camero

EDUCACIÓN E IDEOLOGÍA EN COSME DE JOSÉ FÉLIX FUENMAYOR ......................382Alba Clemencia Ardila J.

COSME, DE JOSÉ FÉLIX FUENMAYOR: NOVELA DE (MAL) FORMACIÓN SEXUAL .............................................................................391Kevin G. Guerrieri

CONCIENCIA DE MODERNIDAD Y DECADENCIAEN MARACAS EN LA ÓPERA (1996) DE RAMÓN ILLÁN BACCA ..........................................402Álvaro Pineda Botero

Introducción, 402. El escenario, 402. La historia nacional, 404. El hilo narrativo y la estructura, 405. Trasvestismo cultural, 408. Consideraciones finales, 409. Bibliografía, 410.

MARACAS EN LA ÓPERA: LA BÚSQUEDA DE LA AUTENTICIDAD

Y LOS EXCESOS ANTIFUNDACIONALES ................................................................................ 411Nayibe Bermúdez Barrios

EL CUENTO CARIBE COLOMBIANO: HISTORIA, POÉTICA E IDENTIDADES SOCIOCULTURALES ....................................................419Manuel Guillermo Ortega

IDENTIDAD AFROCARIBEÑA VS. CONCIENCIA NACIONALEN LA POESÍA POSCOLONIAL DEL CARIBE HISPÁNICO .............................................436Graciela Maglia

Reflexiones preliminares, 436. Identidades heterogéneas, 440. Habitus caribe, 443. Campo literario en colombia, 444. Ad finem, 449. Bibliografía, 450.

GLORIA GUARDIA Y LA CONTRAHISTORIA PANAMEÑA ...........................................452María Roof

CIUDAD Y MEMORIA EN “MAÑANA DE ÁMBAR”DE MANUEL ORESTES NIETO ...........................................................................................460Erasto Antonio Espino Barahona

PRESENTACIÓN

Este libro recoge algunas de las conferencias presentadas en el XIII Congreso de Colombianistas que se realizó en la Universidad del Norte, Barranquilla, entre el 12 y el 15 de Agosto de 2003.

La organización del Congreso fue una tarea ardua que la dirección experta y respetuosa de Carmen Helena de Peña y la asesoría constante de J.Eduardo Jaramillo Zuluaga convirtieron para Silvia Carrillo, Alexandra Bolaño, Lida Cabrera, Nora Choperena, Katherine Pardo y para mí en una experiencia rica en aprendizajes y satisfacciones que se plasmaron en los logros del Congreso que convocó cerca de 200 participantes entre los que se contó con la presencia de académicos provenientes de universidades colombianas, norteamericanas y de Europa.

Tuve a mi cargo la coordinación académica del Congreso y la selección de ponencias para esta publicación, en ambas tareas gocé del apoyo y asesoría de colegas que con entusiasmo aportaron su conocimiento y experiencia.

Ante la dificultad de publicar todas las ponencias presentadas, se tomó la decisión de escoger aquellas que trataran directamente sobre El Caribe, tema central del Congreso; y dentro de éstas, con un criterio de rigurosa selectividad en lo que a calidad de refiere, las que guardaran relación que permitiera su organización por temas. También fueron omitidas las que durante la preparación de este libro fueron publicadas en revistas y periódicos. Los trabajos fueron organizados en amplias categorías que comprenden la Historia y la Política, la Cultura e Identidad, y la Literatura; todas ellas muestran a través de sus objetos particulares de atención y desde la perspectiva de las disciplinas y los enfoques, una mirada plural y multifacética de la realidad colombiana y de una región que se caracteriza por su variedad y vocación universal; así encontramos reflexiones que ayudan a la comprensión de la organización social y política de las ciudades y territorios que conforman la región Caribe, sus luchas y contradicciones, sus manifestaciones culturales y la obra de sus pensadores y artistas.

Hay muchas personas e instituciones que contribuyeron a la rea-lización del Congreso y de estas memorias, a ellas hacen justo recono-cimiento el presidente de la Asociación de Colombianistas y el rector de la Universidad del Norte en sus intervenciones, a mí solo me resta agradecer a todos el apoyo y confianza con que me animaron para realizar la tarea encomendada.

Lucila Stella GonzálezBarranquilla, julio de 2005

DE LO CARIBE EN LA CUENTÍSTICA DEL CARIBE COLOMBIANO: ¿RASGOS DE IDENTIDAD?

Alfonso Rodríguez ManzanoUniversidad del Norte y Universidad del Atlántico

Dos dones naturales [el don de la creatividad y una arrasadora determinación de ascenso personal] nos han ayudado a sortear los vacíos

de nuestra condición cultural, a buscar a tientas una identidad y a encontrar la verdad en las brumas de la incertidumbre.

G. García Márquez

El vegetal no tiene movimiento voluntario y, sin embargo, el pueblo de la costa colombiana, en trance de fervor fantástico, asegura que, por la

noche, “los cocoteros caminan’[...] Pero, en fin, a las afirmaciones bonitas no hay que buscarles razón.

Amira de la Rosa

Estamos cansados del arte que se hace hoy y que se ha hecho en toda la historia. Y esto hay que decirlo con letras, creo yo.

Álvaro Cepeda Samudio

El texto que sigue, realizado en el marco de la investigación “El cuento caribe colombiano: historia, poéticas e identidad”1, registra una búsqueda de ras-gos, elementos, leitmotiv comunes en una decena de libros escritos por los autores de cuentos más reconocidos, según diversas expresiones, regional, nacional e internacionalmente.

Varios elementos aparecen como recurrentes en personajes, temas y poéticas, desde José Félix Fuenmayor (JFF) hasta Roberto Burgos Cantor (RBC), pasando por Amira de la Rosa (ADR), José Francisco Socarrás (JFS), Álvaro Cepeda Samudio (ACS), Gabriel García Márquez (GGM), Germán Espinosa (GE), Ramón Illán Bacca (RIB), Márvel Moreno (MM) y Jairo Mercado (JM).

1 ORTEGA, M. G., CASTILLO M., A. & RODRÍGUEZ M., A., “Cuentística del Caribe colombiano: historia, poéticas e identidad”. Proyecto de investigación Universidad del Atlántico-COLCIENCIAS, 2002-2003.

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En primera instancia, con diversos orígenes y diversas funciones, vemos lo que narradores, personajes y localizadores llaman, según los casos, lo extraño, lo sobrenatural, lo irreal, en la mayor parte de los casos empa-rentado con lo religioso católico; en segunda instancia, con más énfasis en unos autores que en otros, el universo de lo musical; y, en tercer término, según los casos como una constante con diversos matices, una generalizada actitud humorística. La balanza de lo que se puede llamar, generalizando, lo fantástico puede abarcar los otros dos componentes: se puede dar a partir de la música y puede surgir con humor. Ello contribuye, además, sobre todo en cuentos publicados a partir de los años ochenta, a la autodefinición por oposición a lo andino, a lo gringo y a lo racional europeo. En esos libros de cuentos vemos a un hombre caribeño autodefinirse, instrumentalizar a la mujer, mirar peyorativamente al andino, estigmatizar al marica y animalizar al negro y al indio. En cuentos de después de los ochenta vemos a la mujer ya no sólo como un ser para el trabajo casero, al negro en un papel activo valorado y al homosexual configurado como personaje aunque estigmatizado.

Seguidamente me concentraré en mirar ese universo de lo fantasioso, sus explicaciones internas, su eventual significado o “función” en relación con lo que se puede llamar identidad caribe, así como la trascendencia o metafísica de esa significación, después de haber visto, más someramente, los componentes de la religión, la música y el humor. Este perfil así anotado se puede contrastar, muy brevemente, con el dado por esos mismos narra-dores en otros tipos de textos y por otros colegas investigadores y ensayistas. Plantear el tema de la identidad caribeña desde la aproximación vista aquí, se verá finalmente, tiene su problemática y deja sus tareas.

1. La llamada “certidumbre caribe”

1.1. ¿LO FANTÁSTICO COMO IDENTIDAD?

Lo que según personajes, narradores y focalizadores de los cuentos vistos es llamado fantasía, lo insólito, lo sobrenatural, excentricidades, lo fabuloso, vida imaginaria, irrealidad, lo extraño, consiste en transfiguraciones, presa-gios inexplicables, historias exageradas, increíbles o milagrosas presentadas como verdaderas que cuestionan el mundo convencional, la lógica formal, lo racional. Pueden tener, según los autores, diversos orígenes. Pueden tener así mismo diversas significaciones.

De lo Caribe en la cuentística del Caribe colombianoAlfonso Rodríguez Manzano

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Ya desde los primeros cuentos de José Félix Fuenmayor2, Amira de la Rosa3 y José Francisco Socarrás4, como después en Roberto Burgos Can-tor5, las transfiguraciones, el diablo, los milagros, son acciones, personajes, fenómenos que cohabitan en el mismo nivel de los personajes y acciones “humanos” y “reales”. En “Las brujas del viejo Críspulo”, de JFF, por ejemplo, una mujer confiesa que era bruja, todas las noches se convertía en puerca y una vez se escapó huyendo transfigurada en una zorra. En “Marsolaire”, de Amira de la Rosa, el diablo “afuetea” a un personaje con el rabo. En JFS, Don Teófilo había hecho pacto con el diablo, como el acordeonero Pacho Rada. En “Los misterios gozosos”, de RBC, “Onissa –nos dice el narrador– en cuya casa encontraron dibujos de muñecas en horca y leyenda, en el barrio todavía la nombran: bruja, puta o santa, depende de quien la olvide” (p. 50).

En Álvaro Cepeda Samudio (ACS), como ya en JFS, además de mostrarse como reales hechos por lo menos excéntricos –como un piano blanco que ejerce una fuerza insólita, un deseo irreprimible de acariciarlo6–, se da una real real-ización de lo que parece ser una mera figura literaria. Así como en José Félix Fuenmayor (JFF) “la patilla camina como caracol”, en ACS los cabellos de Juana son, verdaderamente, no de color dorado, sino de oro puro: con las dificultades que esto implica para peinarlos, con el aprovechamiento que hacen de ello los diáconos y subdiáconos, hasta el punto de tener que cortárselos totalmente porque algo cortos puyaban demasiado7.

La cuentística de GGM, sabemos, tiene también como eje central la transfiguración, el mundo de lo inexplicable, la equivocidad entre este mundo tangible, real y lógico y el otro mundo espiritual, sobrenatural y metafísico8. Esas transfiguraciones pueden cuestionar la identidad numérica del ser hu-mano; real-izar en nuestra tierra el universo bíblico; materializar, de hecho, las palabras de maldición proferidas por nuestros padres; ser expresión de

2 FUENMAYOR, J. F. (1994). La muerte en la calle. Prólogo de Gabriel García Márquez, Bogotá, Alfaguara Hispánica.

3 DE LA ROSA, A. (1976). Marsolaire y otras páginas. Bogotá, Banco de América Latina.4 SOCARRÁS, J. F. (1961). Viento de Trópico. Bogotá, Antares.5 BURGOS CANTOR, R. (1984). Lo amador y otros cuentos. Bogotá, Editorial Oveja Negra.6 CEPEDA SAMUDIO, Á. (1980). Todos estábamos a la espera. Segunda edición aumentada.

Prólogo de Jacques Gilard. Bogotá, Plaza y Janés.7 CAPEDA SAMUDIO, Á. (1995). Los cuentos de Juana. Bogotá, Norma.8 GARCÍA MÁRQUEZ, G. (1999). Cuentos 1947-1992. Santafé de Bogotá, Norma.

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una potencia que sobrepase la precaria naturaleza humana; eliminar las di-mensiones evidentes entre vida y muerte, entre el mundo “vivido” y el mundo convencional, entre lo racional y lo irracional. En su libro de cuentos de 1992, Doce cuentos peregrinos, incluido en la antología citada, esos “dédalos de la fantasía” configuran los rasgos de una “certidumbre caribe” que se opone a un pretencioso racionalismo europeo.

“La tercera resignación”, la realidad real de una vida después de la muerte, sustenta desde el más allá la existencia de nuestro mundo equivocado y absurdo de animales racionales. Eva, mujer metafísica, realiza el mundo de los espíritus puros. La lluvia, elemento natural, en un continente despropor-cionado en todo, tiene el poder de hacer perder la facultad del pensamiento, la noción de las dimensiones convencionales, la lógica de los sentidos. “Un señor muy viejo con unas alas enormes” es un ángel de carne y hueso que cae en este mundo de visión medieval. El espectáculo triste de una mujer que se había convertido en araña, concreta, realiza el castigo premonitorio de desobedecer a los padres.

Estas transfiguraciones en GGM tienen diversas explicaciones, diversas funciones, diversas trascendencias. Están acompañadas, en la mayoría de los casos, de las nociones de miedo, de terror, de vacío ante lo ignoto. Pueden “funcionar” como un artificio, un otro externo que agrede. Además, puede mostrarse como resultado de un poder, una potencia, una realización vir-tuosa del ser humano. Sabemos que la Eva de “Eva está dentro de su gato” sufría el natural espanto del vacío. Ese universo dislocado puede ser además instrumento para fregar a los gringos. Pero también tal transfiguración en los seres puede ser tomada como la expresión de una fortaleza que sobre-pasa los límites comunes impuestos a nuestra naturaleza humana corpo-ral: “Alguien nos dijo que estaba muerta –leemos en “Amargura para tres sonámbulos”–[...] Era lo suficientemente humana para eliminar a voluntad sus funciones vitales” (p. 50).

En los cuentos que GGM publica en 1992, los presagios, transfiguracio-nes y milagros van a tener como “función” importantísima la caracterización de un saber, de una forma de ser, de ¿una seña de identidad? erigidos como rasgos de las gentes de una región del mundo por oposición a las gentes de otra región del mundo. Se trata de la oposición, aunque con algunos matices

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excepcionales en ciertos casos, entre la “certidumbre caribe” y la racionali-dad europea, entre la engreída medicina científica occidental y la efectiva sabiduría de los presagios, entre la pretensión europea de conocimiento y la temible superchería afrocaribeña. Según el narrador de “Tramontana”, sabemos, se trata de una “certidumbre caribe” que no puede ser entendida por una banda de nórdicos racionales”. Sabemos también que al presidente en el exilio de “Buen viaje, señor presidente”, después de sus lecturas de taza, incluso abandonadas por “salirle al revés”, le empieza a ir bien de salud, es decir, ni mejor ni peor, y “hacía meses que comía carne con regularidad, y toda clase de mariscos, y era capaz de beberse hasta 20 tazas de diarias de café cerrero, por lo que, definitivamente, su viaje a Ginebra, Suiza, por un tratamiento médico, “había sido providencial” (p. 376). Sabemos también que toda la ciencia parisina no puede impedir la muerte por desangre de Nena Daconte a causa de una herida producida por una espina de rosa.

En Germán Espinosa (GE), la “fantasía” está también tintada de lo religioso católico o filosófico esotérico, oficia como rasgo de lo propio que se opone a lo europeo y puede tener un valor altruista9. Rodolfo Escarpit, sabemos, en “El ángel caído”, padece la maldición de una bruja en Curazao según la cual ninguna mujer podía conservarlo en su poder sin merecer, aunque fuese a fuerza de maldad, exequias de santa” (p. 73). Una trasgre-sión a un ser fabuloso es tambien la que hace del narrador de “Fábula del pescador y la sirena”, una especie de humano con la escamación de un pez sarnoso. La transmigración, no la reencarnación ni la metempsicosis, es la que permite en “El crisol” escuchar músicas imponderables y olvidar el propio cuerpo. Ese prodigioso medio alcanzaría la realización del ser humano porque “el hombre –leemos en “La noche de la Trapa”–, más que animal racional es animal insatisfecho” (p. 46).

En Ramón Illán Bacca10, Jairo Mercado11 y Márvel Moreno12, la vidas imaginarias, excentricidades e irrealidades tienen un origen más bien de

9 ESPINOSA, G. (2001). Sus mejores cuentos. Antología personal. Medellín, Editorial Universidad de Antioquia.

10 BACCA, R. I. (2001). El espía inglés. Cuentos. Medellín, Fondo Editorial Universidad Eafit.11 MERCADO, J. (2001). Cuentos escogidos. Edición al cuidado de Guillermo Martínez.

Bogotá, Trilce Editores.12 MORENO, M. (2001). Cuentos completos. Bogotá, Norma.

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orden psicológico. En el caso de Ramón Illán Bacca (RIB), la llamada excen-tricidad atañe frecuentemente a la identidad psicológica, es en casos rasgo señalado como paradójico cuando se da en un europeo, es eventualmente explicado por la locura, la deformación fisiológica o la “desviación de la personalidad”, generalmente está emparentada con la música, el humor y el fracaso de lo propio local. Sabemos que Tobo, personaje a todas luces de origen caribeño, japonés por decisión propia, sufre el drama de haber nacido en una país de habla española, lengua de pobres. La predicción, lo astral, el universo esotérico local envuelve incluso a una científica europea que en las ensoñaciones de “Cuando cae la noche” se enturbanta para la presdigitación con las estrellas. La exagerada sensibilidad auditiva, sabemos, explicada por una deformación del tallo cerebral, hace que con cierto tipo de música Osiris Magué sangre por los oídos. Se trata de desviaciones o exageraciones o excentricidades con una explicación, digamos, más racional, más creíble, más psicopatológica, como la del personaje La Avioneta en el cuento “Cosas de hombres” de Jairo Mercado (JM). Esa prostituta actuaba así –leemos en este cuento– porque se crió cerca del aeropuerto, toda la vida se la pasó viendo aterrizar y despegar aviones. Por eso aceleraba sexualmente a los niños para que se le subieran rápidamente cuando había prendido los motores, aunque también rebuznaba como burra y daba pataditas como mula en calor.

Como en el caso de Márvel Moreno (MM), el poder extraño y malévolo de ciertos juguetes como un muñeco, ciertos espacios como una gaveta, cierto fenómeno como un ruido, parece ser producido por un ensueño, un estado de invención malévolo de la imaginación, un estado de origen mental que se puede superar o asimilar o adoptar con la madurez o la concientización o la superación de la superchería religiosa.

1.2. DE LO RELIGIOSO, LO MUSICAL Y LO HUMORÍSTICO

En varias de las alusiones a lo que se ha llamado la fantasía, lo irreal, lo fabuloso, se habrá podido notar la gran recurrencia de lo religioso católico, de lo musical y de lo humorístico.

Con excepciones como en RIB para denunciar ácidamente, lo religioso católico está presente con gran insistencia en la mayor parte de los cuentos vistos. En JFF, un taburete es bautizado como a un cristiano. En ACS, GGM, RIB,

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GES, JM es notable la presencia de cardenales en Ciénaga, arzobispos primados que bendicen bodas en Cartagena de Indias, papas para funerales, seminarios eclesiásticos con privilegios jerárquicos y depravaciones sexuales, monasterios en donde se confronta lo esotérico, practicantes de la confesión católica. Hay frecuentes santas, milagros, pactos con el diablo. En “Buen viaje, señor presidente”, de GGM, una antillana, siendo una princesa yoruba, se casa por lo católico. En su alucinación, el personaje de GE antes de suicidarse, grita: “Poséeme, tú, mi diablo”. Ramoncito, después de haberse iniciado sexualmente como hombre montando a La Avioneta con todos los motores prendidos, va a confesarse porque siente que ha pecado.

Lo musical atraviesa también gran parte de la cuentística del Caribe colombiano publicada en la parte del siglo XX a la que nos referimos, con mayor o menor énfasis en unos casos. Ya en JFF un personaje oye música suave para calmar el dolor (p. 110). Hay frecuentes bandas musicales cuando alguien muere, en política, en fiestas. Hay personajes como Nena Daconte, José Raquel y muchos en RIB que sienten una pasión por algún instrumento musical. Uno de los poderes del crisol en el cuento de GE es poder escuchar, viéndolo, “músicas imponderables”. En ACS, GE, RIB, la música es frecuentemente eje temático de la trama. Cantar es una de las palabras recurrentes en la titulación de RBC. Hay la sensibilidad musical, sabemos, que lleva a sangrar oídos. El cuento de RIB “Edipo toca la flauta” trata del significado psicoana-lítico que tiene un aire musical para el narrador, pero también a uno de los personajes “le encanta la música clásica porque es la forma más sofisticada del bolero” (p. 93).

En la “Fábula del pescador y la sirena”, de GE, el narrador, antes de su transfiguración en pez por su copulación con una vaca marina que creyó sirena, había escuchado una cántico suave y penetrante que al principio tomó por el eco de una cumbia lejana que narraba consejas y fábulas (p.102).

Lo mismo podríamos decir del humor, lo que ya se habrá podido ver en las ilustraciones relacionadas con lo fabuloso, lo religioso y lo musical, más evidentemente en autores como JFF, ACS, GGM, RIB, JM.Ya desde el inicio del primer cuento del libro de JFF leemos: “Ya está aquí Magdaleno, flaco y cabezón, que parece una olla de mono en su varita” (p. 25)

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1.3. HOMBRES, MUJERES, INDIOS, NEGROS Y MARICAS

Una vista general del ser humano tal como aparece en estos cuentos es-tudiados nos muestra a una mujer generalmente instrumentalizada, eje del trabajo de la casa, frecuente sostén del hogar; a un hombre que no se autodefine como flojo; a indios y negros considerados mayormente como animales de carga, incluso esclavizados, destacables sólo por su potencia sexual; a maricas referenciados peyorativamente.

En la “hamaca”, de JJF, Temistócles saca a vivir a Matea porque así se ahorra la plata del lavado y el cocinado.

Según el personaje de “Con el doctor afuera”, también de JFF, el coste-ño no es flojo: llámenlo para una ocupación y va: “es tranquilo, tardo, pero rendidor” (p. 30). Según Billy Sánchez en “El rastro de tu sangre sobre la nieve”, no hay humillación más grande para un hombre que dejarse conducir por una mujer (p. 490). Desde los cuentos de JFF al hombre no le es permitido llorar.

La mujer es mayoritariamente en estos cuentos “un ser para el tra-bajo casero”, el orden y hasta el sostén de la casa, en JFF, ADR, JFS, ACS, GGM; se le coloca candado para que no tenga relaciones sexuales, se le escoge marido, se la vende en ADR, ACS, GGM; frecuentemente es objeto de violencia, particularmente durante la borrachera de los sábados, aunque como en el caso paradigmático de “En este pueblo no hay ladrones”, ella también se da puños con el marido.

Los negros y los indios son generalmente “seres para cargar”, en JFS, ACS, GGM. En “La cándidad Erendira”, la abuela dice al carguero: “Ya su esclavo se pagó por la derecha” (p. 297).

En Márvel Moreno la mujer no aparece sólo como un “ser para los trabajos de la casa”; en RIB –lo que ya se vislumbra en “El piano” de ACS–, el homosexual muestra configuración como personaje, estigmatizado; el negro José Raquel del cuento de RBC ya es más que un “ser para cargar” invisibilizado. Este personaje central del cuento “Estas frases de amor que se repiten tanto” es amigo de todos y los invita a su casa a jugar dominó y oír canciones. Cuando hay problemas con los turnos o con la paga, habla

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con el capataz y arregla el asunto. Por ello, el narrador –probablemente su mujer negra–escribe: “Para que estés como Aracelly primera en todas las paredes de este barrio” (p. 41).

2. De la autoconciencia caribe, andinos, gringos y europeos

En los cuentos del Caribe señalados hay expresada una autoconciencia de lo caribe, sobre todo en GGM, RIB y GE.

En GE, una alusión encontrada rechaza la visión objetivista europea porque raya en la indiferencia (“La alcoba”, p. 76).

En RIB, el Caribe, lo local, lo propio es siempre sentido degradadamente frente a lo europeo, lo norteamericano y lo oriental antiguo; sus personajes generalmente miran muy valorativamente “lo mono”, lo blanco; se puede producir, debido al prurito de lucir lo europeo en nuestro trópico, una fusión de civilización y barbarie que llama a la risa y a la ridiculez. En “En la guerra no hay manzanas” se habla del “desprestigio de nuestra raza crisol donde se funden otras” (p.136). Ya habíamos mencionado que para el “nuevo japonés” el español es una lengua de pobres. En “La sombra de Greta”, leemos que no era raro ver a Jacinta Pérez en la carnicería cortar la carne y salpicar de grasa un sombrerito exclusivo de la casa Patou, o a Rosita Amador por la plaza al mediodía con un sol canicular luciendo una gran copa salida de la ópera” (p. 50).

En la cuentística de GGM, el Caribe se asocia a la luz, la hospitalidad, la alegría; al gozo primitivo, a la exageración de lo sensual, a lo lleno de vitalidad; a una visión medieval, al nepotismo; al origen histórico infame. En “El ahogado más hermoso de del mundo”, el Caribe es el espacio donde “el sol brilla tanto que no saben hacia dónde girar los girasoles” (p. 260). La antillana de “Buenos días, presidente” añoraba una terraza de flores primitivas donde era un gozo dormir con el alboroto de los grillos y la brisa de melaza y ron de caña de los trapiches”. En este mismo cuento, el llamado presidente explica así la condición caribe, con palabras por demás certeras que podrían explicar parte de nuestro sino actual: “Así somos y nada podrá redimirnos [...] Un continente concebido por las heces del mundo entero sin un instante de amor: hijos de raptos, de violaciones, de tratos infames, de engaños, de enemigos contra enemigos” (p. 368).

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Ya se ha mostrado un poco el significado que tiene Europa para el narrador y para los personajes caribeños que se encuentran en Europa. Las referencias a los habitantes del altiplano nunca son positivas tampoco, ni en GE, ni en GGM, ni en RIB. El personaje del gringo, asociado al dinero en abundancia, a lo científico y al oportunismo económico, tampoco tiene una imaginería favorable en la cuentística de GGM. En el caso garciamarquino, lo europeo significa la arrogancia científica, el rigor intransigente, el raciona-lismo ignorante que, en última instancia, se equivoca, es impotente, se traiciona a sí mismo (“Tramontana”, “El rastro de tu sangre en la nieve”, “El verano feliz de la señora Forbes”).

La alusiones a los andinos son negativas en la totalidad de los cuen-tos vistos. Para un personaje en “Los doce infiernos”, de GE, esos simpáticos lechuguinos son la flor de la hipocresía” (p. 58). En la cuentística de RIB, del cachaco inmundo que ordena disparar en “Si no fuera por la zona caramba” pasamos al de “la fría y gris y corrupta capital”. También en “Los funerales” se habla de “la capital remota y sombría” (p. 214). En el resto de la cuentística garciamarquiana, los habitantes del altiplano, aunque algunos, como la quin-diana de “Me alquilo para soñar”, pueda ser un ser humano encantador, en general están asociados a lo triste, lo hipócrita, lo persistente. “Volvía a verlo como era: sigiloso, imprevisible y de una tenacidad de picapiedrero” –leemos del otro andino del cuento comentado. El papá de la santa, en el cuento “La santa”, tenía “una conducta lúgubre y las ropas funerarias de letrado andino” (p. 378).

En “Blacamán el bueno”, finalmente, hay una explicación bien suges-tiva de nuestra inclinación por lo increíble, lo fantasioso, lo exagerado. “La gente del Caribe –leemos ahí– tenía la virtud de cambiar la naturaleza para embolatar a los gringos” (p. 282).

3. ¿Metafísica del cuento caribe?

La cuentística del Caribe colombiano, vista con el énfasis mostrado aquí, se presenta como un alegato contra el racionalismo europeo, la arrogancia del conocimiento occidental y las mezquindades de una civilización pretenciosa. Cerca del universo cuentístico de un Guy de Maupassant, aparece como una artillería que desde la ficción realiza lo que desde otros géneros ha

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realizado la filosofía nietscheana, las construcciones del psicoanálisis freu-diano, la militancia de la teoría crítica frankfurtiana, en el sentido de librar un combate contra la hegemonía de la arrogante razón reinante. Con un fantástico próximo a un Marcel Aymé sin lo religioso, esa arista que hemos señalado aquí, la de la “certidumbre caribeña”, milita en contra del cogito claro, distinto y ordenado del DESCARTES del Discurso, reconocido fundador de la llamada subjetividad de la modernidad occidental, contra la razón segura y todo conocedora del SARTRE de Situaciones, contra los defensores de una modernidad europea entendida como infalible. Próxima al universo de Rulfo, Borges y Cortázar, en su lugar se encuentra la efectividad de un saber no racional como el de las intuiciones, la eficacia de las premoniciones ilógicas, un espacio de ficción en el que nos liberamos de las ataduras impuestas por la realidad real, las dimensiones y las convenciones.

Claro que el presidente caribeño de los Doce cuentos peregrinos toma la decisión salvadora después de que decide no leer más las tazas, pues los mensajes se invertían, estando precisamente en Ginebra, Suiza, Europa. Al africano caribe no lo salva la “certidumbre caribeña” de la muerte que alcanza al intentar huir del presagio. Y de todas maneras Nena Daconte muere des-angrada, inexplicablemente, por la herida de la rosa. Y las nativas de la isla de Sicilia rezan por los muertos. Como si más allá de la evidente superioridad de la “sabia intuición del caribe popular” sobre la equivocada arrogancia del intelectual racional hubiera una sabiduría popular universal que reconoce la precaria naturaleza humana, lo ignoto, lo ineluctable.

4. ¿Otras identidades caribeñas?

En otros espacios los cuentistas que hemos reseñado aquí, lo mismo que ensayistas e investigadores han sustentado versiones acerca de la identidad del Caribe.

Varios de los cuentistas estudiados han teorizado acerca de la iden-tidad caribe. Según Héctor ROJAS HERAZO (HRH), por ejemplo, nuestros pueblos

13 ROJAS HERAZO, H, (1998). “Rasgos lineales para bocetear el Caribe”. En C. M. López & A. Abello (comps.), La Costa que queremos. Reflexiones sobre el Caribe colombiano en el umbral del 2000 (p. 9-18). Cartagena, Departamento Nacional de Planeación-Fondo de Publicaciones de la Universidad del Atlántico-Observatorio del Caribe Colombiano.

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caribeños en el fondo son pueblos tristes, no tienen nada de alegres13. Sabemos también que según GE, el carácter más notorio del Caribe es, debe ser, nuestra vocación universalista14. GGM, coincidiendo parcialmente con HRH, califica al Caribe como “el centro de gravedad de lo increíble” debido a la profusa variedad de culturas, el sentido de libertad sin términos en nuestras tierras y una realidad real que vas más allá de toda imaginación15.

Algunos investigadores del decir caribe oral, escrito o artístico literario han indagado acerca de lo caribe. Consuelo Posada Giraldo, en un estudio del cuento de MM “Oriane, tía Oriane” encuentra que “la fantasía popular costeña se integra en el cuento a la credibilidad de la historia”16. Ariel Castillo Mier, recientemente encontró que en Manuel Madiedo, uno de nuestros primeros cuentistas de principio de principio de siglo, reitera dentro de su cuentística elementos como el baile, la religiosidad, la tendencia a la hipérbole, el mama-gallismo17. Guillermo Tedio, así mismo, en recientes comunicaciones resalta la oralidad como rasgo característico en la cuentística del Caribe18.

Otros autores, no analistas disciplinares del discurso (literario), han encontrado rasgos distintivos en el sujeto o ethos o identidad caribes. Jesús Ferro Bayona ha insistido en una visión con preeminencia de los sentidos, arraigo, franqueza y música19. Para Ramón de Zubiría, la identidad humana del Caribe está caracterizada por el mestizaje, el enraizamiento y la apertura

14 ESPINOSA, G., “Caribe y universalidad”. Historia y Cultura, revista de la Facultada de Ciencias Humanas de la Universidad de Cartagena, N° 4, p.155-162. II Seminario Internacional de Estudios del Caribe, Cartagena de Indias.

15 GARCÍA MÁRQUEZ, G. (1991). “El Caribe: centro de gravedad de lo increíble”. En N. Klahn & W. Corral (comps.), Los novelistas como críticos, 2 (p. 126-128). México, Fondo de Cultura Económica.

16 POSADA GIRALDO, C. (2000). “Hacia una lectura semiótica de “Oriane, tía Oriane”. Poli-fonía, revista de Lingüística y Literatura, vol. 2, N° 2-3, junio-julio, p. 55-59.

17 CASTILLO MIER, A. (2003). “Los inicios del cuento caribe”. En VI Seminario Internacional de Estudios del Caribe. Cartagena de Indias, 23 al 26 de julio.

18 ORTEGA, M. G. (Guillermo Tedio). Marco teórico para un estudio de la relación entre cuento caribe colombiano y valores identitarios socioculturales, a partir de los conceptos de campus y habitus de Pierre Bourdieu. En La casa de asterión, revista trimestral electrónica de estudios literarios. www.lacasadeasterion.homestead.com/v.3, n.12, ene.-mar. 2003.

19 FERRO BAYONA. J. (1994). “Una visión de la cultura caribe”. Huellas, revista de la Uni-versidad del Norte, N° 40, abr., p. 4-6.

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universal; la ausencia de envidia y de egoísmo; el carácter pacífico, comuni-cativo y de júbilo existencial20. Para Armando Benedetti, a su vez, la identidad cultural caribeña es matrifocal transgresora de la familia cristiana; vive en un tiempo circular con un carácter lúdico, anticastrense y no violento; practica la sabia intuición de un realismo que considera al tráfico venal como única alternativa inteligente21.

¿Será que estas piezas así encontradas son antagonistas, complemen-tarias o indiferentes? ¿Todas juntas arman el mosaico de nuestra identidad? ¿Habrá que “triangular” los rasgos encontrados por observación con los rasgos encontrados en el discurso escrito?

5. Enfoque, problemáticas, tareas

Como ha sido mencionado al inicio, se han mostrado aquí constantes, temas, reiteraciones, en una decena de libros de cuentistas considerados como los más reconocidos. Esto ha tenido un enfoque, tiene su problemática, deja varias tareas.

La perspectiva buscaba las constantes que den un perfil de cómo aparece el Caribe en esos cuentos caribes. Se ha hecho con base en escritores que posean al menos dos de las siguientes características: un libro anto-lógico personal (GGM, GE, RIB, MM, JM), mayor reconocimiento por la crítica, la traducción, la academia (ADR, ACS, RBC); por el comentario altamente valorativo recíproco (ADR, JFF, RBC). En cierta medida, también ha habido la escogencia mía de los textos que sustentan la tesis que me surgió después de una pri-mera lectura global. A esto se le puede aunar mi “implícita intertextualidad enciclopédica” como lector de la literatura francesa.

El perfil así alcanzado plantea varias problemáticas. En primera instan-cia, como lo ha hecho en este mismo congreso GE, los escritores insisten en que ellos en sus obras no han descrito a “la” mujer ni “al” negro ni “al” indio

20 DE ZUBIRÍA, R. (1990). “Identidad humana del caribe”. En Caribe Colombia (p. 21-27). Bogotá, Fondo para la protección del medio ambiente “José Celestino Mutis”-FEN Colom-bia.

21 BENEDETTI, A. (2002, 22 de septiembre). “Costeño tenía que ser”. Lecturas Dominicales de El Tiempo, Bogotá, p.1, 4-8.

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sino a “una” mujer, a “un” negro, a “un” indio, lo que plantea la problemática de las generalizaciones presentadas. Esto es más notorio cuando, al presentar un perfil, casi por definición abstracta, no se tomen en cuenta las épocas, los campos sociales, la evolución. Hay además el tema del cuento como género textual: varios de los textos considerados aquí como cuentos han sido con-siderados, incluso por sus autores, como relato, o noveleta o novela corta, sin contar los casos de “fusiones” frecuentes en ACS. Además: ¿será apropiado leer en los cuentos de ficción de una región, como si fueran espejos, los ras-gos de identidad de esa región? ¿En qué medida se han expresado aquí tan solo las poéticas de los cuentistas y no los rasgos de las personas humanas habitantes de una región, su valores y sus instituciones?

Lo anterior deja sobre la mesa varias tareas. Una de ellas sería matizar el perfil mostrando una evolución, las variaciones particulares, encuadrar según una época. Cada uno de los elementos aquí esbozados, sabemos, merece una monografía, incluso de cada autor, incluso de cada libro. Se podría además abordar los cuentos con otro enfoque metodológico, lo que probablemente daría otros resultados.

Tareas hay en esta perspectiva de conocernos más para actuar mejor. Por lo pronto, aquí estuvo esta búsqueda para discutirla. Para humorizarla, para musicalizarla, ¿para fantasearla?