Colombia: Transgénicos, minería y TLC
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Dirección General de la serie:
Alberto Piedra
Con la participación de: Lorena Aguilar. Camilo Aristizabal. LucíaBetancur.
Mónica Carbonell. Sonia Carbonell. Jorge Durango. Alexander Fernández. Carla Martínez. Lorena
Osorio. Sandra Ríos. Aura Ruíz. Andrés Saldarriaga. Margarita Saenz. Angélica Serna. Lourdes Sierra.
Florence Thomas. Juan Tisnes. Diana Uribe. Leovigildo Vivanco.
Colombia, país periférico de los centros de poder, mantuvo hasta principios de los años 90 del siglo XX,
un modelo proteccionista para su industria y su sector agropecuario,
con una tímida inversión extranjera y un respeto inconsciente
hacia sus recursos naturales.
Antes de los TLC
A partir del gobierno de Cesar Gaviria, quién con su famosa frase
“Bienvenidos al futuro”insertó a Colombia
en el concierto de países amantes del libre comercio
y la apertura económica, Las cosas comenzaron a cambiar…
La venta de empresas de servicios públicos y bancos, antaño propiedad del Estado,
a precio de vaca flaca, permitió la llegada de nuevos inversores extranjeros, quienes se apoderaron de estos sectores estratégicos
de la economía nacional, ocupando para dirigir las recién privatizadas empresas,
ex funcionarios oficiales colombianos (la puerta giratoria)
y remesando a sus países de origen las utilidades de estas empresas de ultramar.
Muchas de estas empresas inversionistas son de origen ibérico,
y en su afán de salvar los balances tristes del ejercicio global,
lograron en el gobierno colombiano de Álvaro Uribe, la posibilidad de remesar automáticamente
las utilidades obtenidas por sus filiales, sin impuestos, convirtiendo de nuevo a Colombia
en un país exportador neto de divisas, recolonizandolo, y limitando su soberanía.
El porcentaje de regalías por parte de las empresas multinacionales extractoras
que hacen parte de boom firmado en el gobierno de Álvaro Uribe
y profundizado por el de Juan Manuel Santos, es de alrededor del 4%,
liquidado sobre lo que diga la empresa que extrajo y exportó,
principio de buena fe o exceso de confianza, y que hoy forman parte
del tan apetecido pastel de las regalías.
Los indígenas Wayu de las minas de sal en Manaure pagan el 16% de regalías.
Las compañías de semillas modificadas (trasgénicas)
ejercen un férreo control en los mercados emergentes,
entre ellos Colombia, donde los agricultores han caído rendidos
ante el canto de sirena de la agricultura “certificada”,
donde a pesar de la propaganda de las primeras cosechas exitosas,
la productividad del suelo decrece con el tiempo, el costo de los insumos crece exponencialmente,
los riesgos de contaminación son crecientes para las personas y para el medio ambiente,
y las semillas para la nueva cosecha solo pueden ser adquiridas
donde el “concesionario autorizado”.
El Congreso colombiano aprobó el Convenio de la Unión Internacional
para la Protección de las Obtenciones Vegetales (Upov),
que salvaguarda los derechos de autor o propiedad intelectual de los investigadores
(compañías privadas)que se encargan de “mejorar”
las especies vegetales que se siembran en el planeta.
Pese a que las semillas son patrimonio de la humanidad
(no tienen dueño particular), se protegen las modificaciones que se hayan logrado en estas,
bien sea por cruzamientos convencionales por medios biotecnológicos.
Según los laboratorios y organismos multilaterales la “semilla mejorada ©”
termina beneficiando a los agricultores porque logran más producción y productividad.
Según los ambientalistas, este sistema de agricultura industrial-comercial,
es una amenaza a la soberanía alimentaria de los pueblos del orbe,
pues, a medida que se imponen los transgénicos, la extinción de la biodiversidad
termina con las alternativas tradicionales, convirtiendo a todos los habitantes del planeta
en tributadores obligados por el oligopolio de la alimentación transgénica.
Hoy, todas las semillas utilizadas en el mundo tienen algún tipo de mejoramiento,
sea este evolutivo natural, cultural de bajo impacto, o realizado en laboratorio
con modificaciones genéticas.
El Cerrejón, la mina de carbón a cielo abierto más grande del mundo,
se ha convertido en un símbolo de la preeminencia de la minería extractora multinacional
frente a sectores económicos tradicionales (hotelería, pesca, etc),
y a comunidades nativas (Wayu).
La Drumond, compañía norteamericana de explotación carbonífera en el Cesar,
presenta serias acusaciones de violación de derechos humanos, a más de los costos ambientales
inherentes a su ejercicio, en un país con una administración pública
De tan laxa ética, y muchas veces, proclive a la corrupción.
.
La explotación minera de Santurbanen Santandér y La Colosa en el Tolima,
son dos ejemplos de títulos mineros espurias, legales quizás, pero rotundamente inmorales,
injustas y engañosas, en lo que respecta a las dimensiones física, biótica, social ycultural
de la zona, siendo privilegiada la dimensión económica de las multis.
El Quimbo es otro ejemplo de negocio “desarrollista” en Colombia ,
antes del TLC con Estados Unidos.
Aquí estan involucradas Unión Fenosa y Engesa, entre otros inversores ibéricos.
Los errores de ISAGEN en el túnel del embalse de Amaní, de la central La Miel, es un ejemplo que no solo las
multis, sino también los criollos cometemos barbaridades ambientales,
amparados en el “progreso”.
Isagen es una empresa mixta, Estado colombiano, EPM, fondos de
pensiones, e inversionistas privados, nacionales, pero también extranjeros,
en una clara muestra de “seguridad inversionista” para “capitales
golondrina” y especulación financiera.En 2015 será privatizada, según el
gobierno colombiano.
Salvajina en el Cauca
Operada por EPSA, no solo es señalada deimpactos ambientales negativos,
sino además de violación a los derechos humanos, demora en los pagos a proveedores, y otras irregularidades.
El Túnel de Oriente
aprobado “a la brava” por el exgobernador de Antioquia Alfredo Ramos Botero, y continuado Sergio Fajardo,
pone en riesgo el abastecimiento de agua en una importante zona de Antioquia.
Gracias a las denuncias e intervenciones, el proceso se halla detenido,
a pesar de anuncios oficiales de inminente inicio de obras.
Los derechos de los inversores extranjeros han estado en Colombia desde siempre,
por encima de los derechos de los colombianos,
siendo el TLC con Estados Unidos, la máxima expresión
de esta injusta legislación.
Incluso el TLC entre Colombia y Estados Unidos, puede estar por encima
de la Constitución Política de Colombia, en cuanto a jerarquía legal.
El gobierno canadiense “asesoró” a Colombia
en el manejo del otorgamiento de licencias y títulos mineros,
durante el gobierno Uribe Vélez;Luego, las mineras canadienses se
afincaron en el país, aprovechando las condiciones favorables para su
actividad inversionista y extractora.
Paramos, Parques Naturales Nacionales, y Zonas de Reserva, fueron “parcelados” y entregados a las multis,
con generosa eficiencia.
De manera suspicaz se puede inferir que el símbolo más caro de esta
canadización, ha sido el nombramiento de Frank Pearl, funcionario de origen,
coincidencialmente canadiense, como Ministro de Medio Ambiente.
Ecosnob
La mutación publicitaria de compañías extractoras en “verdes”
es un hecho irreversible: Es así como la Shell, ya se perfila como Ecoshell,
Cerromatoso (BHP Billington) dice que hay que ser “buena gente con el medio ambiente”,
y la compañía monopólica que vende los combustibles más contaminantes y caros en el subcontinente,
sea Eco, aunque su sigla no diga “ecológico”sino “empresa colombiana”,
sumando a su logo, una iguana, son ejemplos, del nuevo disfraz camaleónico
de los mineros y los petroleros.s.
Greystar, minera multinacional, mutó en Colombia su nombre por Eco Oro,
para asociarse a lo ecológico…
Las mismas empresas multis, amparadas en fundaciones y ONG´s de su bolsillo,
crean, publicitan y se otorgan premios y reconocimientos ,
relacionados con la conservación y respeto ambiental,
Despistando a la opinión pública con testimonios no creibles de asalariados,
y una pauta que silencia y alinea medios y periodistas, sin un control efectivo por parte del Estado
de su producción real, de la liquidación de las regalías, y mucho menos de sus acciones
ambientales y sociales.
AmazonasEstados Unidos hace años manifiesta su enorme interés
por el Amazonas, y con el TLC con Colombia ha logrado entrar en él, con amparo jurídico pleno.