Colaboración de los Fieles Laicos en el sagrado Ministerio...

42
COLABORACIÓN DE LOS FIELES LAICOS EN EL SAGRADO MINISTERIO DE LOS SACERDOTES Taller de Inducción Febrero de 2019

Transcript of Colaboración de los Fieles Laicos en el sagrado Ministerio...

COLABORACIÓN DE LOS FIELES LAICOS EN EL SAGRADO MINISTERIO DE LOS SACERDOTES

Taller de Inducción Febrero de 2019

JUSTIFICACIÓN

La apasionada recomendación que el Apóstol de lasgentes dirige a Timoteo, «Te conjuro en presencia deDios y de Cristo Jesús (...) proclama la palabra,insiste a tiempo y a destiempo, reprende, exhorta (...)vigila atentamente (...) desempeña a la perfección tuministerio » (2 Tim. 4, 1-5), interpela en modoespecial los sagrados Pastores llamados adesarrollar la propia tarea de « promover ladisciplina común a toda la Iglesia (...) y urgir laobservancia de todas las leyes eclesiásticas».

PREMISA

Del Misterio de la Iglesia nace la llamada dirigidaa todos los miembros del Cuerpo místico para queparticipen activamente en la misión y edificacióndel Pueblo de Dios en una comunión orgánica,según los diversos ministerios y carismas.

Se tiene, en efecto, una colaboración de todos los fielesen los dos ámbitos de la misión de la Iglesia, sea en aquelespiritual de llevar el mensaje de Cristo y de su gracia alos hombres, sea en aquel temporal de permear yperfeccionar el orden de las realidades seculares con elespíritu evangélico.(5)

Especialmente en el primer ámbito —evangelización y santificación— « el apostolado de los laicos y el ministerio pastoral se completan mutuamente ».(

Precisamente porque se trata de tareas íntimamenterelacionadas con los deberes de los pastores —quepara ser tales deben ser marcados con elSacramento del Orden— se exige, de parte detodos aquellos que en cualquier modo estánimplicados, una particular atención para que sesalvaguarden bien, sea la naturaleza y la misión delsagrado ministerio, sea la vocación y la índolesecular de los fieles laicos. Colaborar no significa, enefecto, sustituir.

en mérito al significado del Orden sagrado en laconstitución de la Iglesia, algunos breves y esencialeselementos teológicos tendientes a favorecer unamotivada inteligencia de la misma disciplina eclesiásticala cual, en el respeto de la verdad y de la comunióneclesial, pretende promover los derechos y los deberes detodos, para aquella « salvación de las almas que debeser en la Iglesia la ley suprema ».(18)

PRINCIPIOS TEOLOGICOS

1. EL SACERDOCIO COMÚN Y EL SACERDOCIO MINISTERIAL

Por la “…regeneración y la acción del Espíritu Santo, los bautizados son consagrados para formar un templo espiritual y un sacerdocio santo, para ofrecer, mediante todas las actividades del cristiano, sacrificios espirituales y hacer conocer los prodigios de Aquel que de las tinieblas le llamó a su admirable luz (cfr. 1 Pe 2, 4-10).

DIFERENCIA Y UNIDADSea el sacerdocio común de los fieles, sea el sacerdocioministerial o jerárquico, « aunque diferentes esencialmente y nosólo de grado, se ordenan, sin embargo, el uno al otro, puesambos participan a su manera del único sacerdocio de Cristo».(22) Entre ellos se tiene una eficaz unidad porque el EspírituSanto unifica la Iglesia en la comunión y en el servicio y laprovee de diversos dones jerárquicos y carismáticos.(23)

2. UNIDAD Y DIVERSIDAD EN LAS FUNCIONES MINISTERIALES

Si, por tanto, el ejercicio de parte del ministro ordenado del munusdocendi, sanctificandi et regendi constituye la sustancia del ministeriopastoral, las diferentes funciones de los sagrados ministros, formando unaindivisible unidad, no se pueden entender separadamente las unas de lasotras, al contrario, se deben considerar en su mutua correspondencia ycomplementariedad. Sólo en algunas de esas, y en cierta medida, puedencolaborar con los pastores otros fieles no ordenados, si son llamados adicha colaboración por la legítima Autoridad y en los debidos modos.

3. INSUSTITUIBILIDAD DEL MINISTERIO ORDENADO

Cada Iglesia particular debe a Cristo su guía, porque es Elfundamentalmente quien ha concedido a la misma Iglesia elministerio apostólico, por lo que ninguna comunidad tiene elpoder de darlo a sí misma,(40) o de establecerlo por medio deuna delegación.

El sacerdocio ministerial es por tanto absolutamente insustituible. Se llega a la conclusión inmediatamente de la necesidad de una pastoral vocacional que sea diligente, bien organizada y permanente para dar a la Iglesia los necesarios ministros como también a la necesidad de reservar una cuidadosa formación a cuantos, en los seminarios, se preparan para recibir el presbiterado.

4.LA COLABORACIÓN DE LOS FIELES NO ORDENADOS EN EL MINISTERIO PASTORAL

“Cuando la necesidad o la utilidad de la Iglesia lo exige, lospastores pueden confiar a los fieles no ordenados, según lasnormas establecidas por el derecho universal, algunas tareasque están relacionadas con su propio ministerio de pastorespero que no exigen el carácter del Orden.” Chfl 23

DISPOSICIONES PRÁCTICAS

ARTÍCULO 1 NECESIDAD DE UNA TERMINOLOGÍA ADECUADA

1. El lenguaje se hace incierto para llamar nosólo a los “oficios” (oficcia), y las “funciones”(munera), como “ministerios”, sino también aaquellos ejercidos por los fieles laicos en virtudde su sacerdocio bautismal. Vgr Ministerio demúsica, pastores, capellanes, moderadores,coordinadores, cuando se pueda confundir conaquella del Pastor, que sólo puede ser elObispo o el Presbítero CIC 230, 2.

2. Aclarar, que se les pueda llamar “ministerios” por depender de la única Fuente en el Sacerdocio de Cristo, pero que hay una diferencia no sólo de grado sino de esencia, por el sacramento Orden.

3. El fiel no ordenado puede asumir la denominación general de « ministro extraordinario », sólo si y cuando es llamado por la Autoridad competente a cumplir, únicamente en función de suplencia…

ARTICULO 2: EL MINISTERIO DE LA PALABRA

1. Consiste en la predicación pastoral, lacatequesis, y el puesto privilegiado de lahomilía, cuyo ejercicio original es propia delObispo, y de los Presbíteros susColaboradores. Los Diáconos en comunión conel Obispo y su Presbiterio.

2. Los fieles no ordenados participan según su propiaíndole, a la función profética de Cristo, son constituidos sustestigos y proveídos del sentido de la fe y de la graciade la Palabra. Todos son llamados a convertirse, cadavez más, en heraldos eficaces “de lo que se espera “

3. Para una colaboración eficaz, en el ejercicio del ministerio de la Palabra, es preciso dejar en claro que no es un derecho propio (Obispo), o una facultad como la de los Presbíteros o Diáconos, sino como un hecho excepcional.

4. En circunstancias de escasez de ministrossagrados en determinadas zonas, puedenpresentarse casos en los que se manifiestenpermanentemente situaciones objetivas denecesidad o de utilidad, tales de sugerir laadmisión de fieles no ordenados a lapredicación.

ARTÍCULO 3: LA HOMILÍA

1. Se debe de reservar al Ministro sagrado

2. Es lícita la propuesta de una breve monición

3. La posibilidad de una homilía dialogada.

4. La homilía fuera de la Misa si puede ser pronunciada por fieles no ordenados

5. La homilía no puede ser dicha por Sacerdotes o Diáconos que han perdido el estado clerical.

ARTICULO 4: EL PÁRROCO Y LA PARROQUIA

1. Los fieles no ordenados pueden desarrollar un trabajo de efectiva colaboración en las parroquias, siempre y cuando:

a) Sea por penuria de vocaciones sacerdotales y no por comodidad.

b) Se trata de participación y no de dirección de la Parroquia

2. Aunque el Párroco haya cumplido 75 años, no cesa automáticamente de ser el Pastor propio.

ARTÍCULO 5: LOS ORGANISMOS DE COLABORACIÓN EN LA IGLESIA PARTICULAR

1. Consejo presbiteral, sólo clérigos.

2. Consejo pastoral parroquial, siempre presididos por el Párroco, y el de Asuntos económicos es consultivo no deliberativo

ARTÍCULO 6: LAS CELEBRACIONES LITÚRGICAS

1. Las acciones litúrgicas deben manifestar con claridad la unidad ordenada del Pueblo de Dios en su condición de comunión orgánica y por tanto la íntima conexión que media entre la acción litúrgica y la manifestación de la naturaleza orgánicamente estructurada de la Iglesia.

Esto se da cuando todos los participantes desarrollan con fe y devoción la función propia de cada uno.

Para evitar confusiones entre la liturgia sacramentalpresidida por un clérigo o un diácono con otrosactos animados o guiados por fieles no ordenados, esnecesario que para estos últimos se adoptenformulaciones claramente diferentes.

ARTÍCULO 7: LAS CELEBRACIONES DOMINICALES EN AUSENCIA DE PRESBÍTERO

En algunos lugares, las celebraciones dominicales son guiadas, por la falta de presbíteros o diáconos, por fieles no ordenados.

Para animar las mencionadas celebraciones el fiel noordenado deberá tener un especial mandato del Obispo,el cual pondrá atención en dar las oportunas indicacionesacerca de la duración, lugar, las condiciones y elpresbítero responsable.

ART. 8: EL MINISTRO EXTRAORDINARIO DE LA SAGRADA COMUNIÓN

Los fieles no ordenados, ya desde hace tiempo, colaboran endiversos ambientes de la pastoral con los sagrados ministros a finque « el don inefable de la Eucaristía sea siempre másprofundamente conocido y se participe a su eficacia salvífica consiempre mayor intensidad »

Se trata de un servicio litúrgico que, responde a objetivasnecesidades de los fieles, destinado, sobre todo, a losenfermos y a las asambleas litúrgicas en las cuales sonparticularmente numerosos los fieles que desean recibir lasagrada Comunión.

Un fiel no ordenado, si lo sugieren motivos deverdadera necesidad, puede ser delegado por elObispo diocesano, en calidad de ministroextraordinario, para distribuir la sagrada Comunióntambién fuera de la celebración eucarística, ad actumvel ad tempus, o en modo estable, utilizando para estola apropiada forma litúrgica de bendición.

En casos excepcionales e imprevistos la autorización puede ser concedida ad actum por el Sacerdote que preside la celebración eucarística.(98)

Para que el ministro extraordinario, durante lacelebración eucarística, pueda distribuir la sagradaComunión, es necesario o que no se encuentren presentesministros ordinarios o que, estos, aunque presentes, seencuentren verdaderamente impedidos.

Se debe proveer, entre otras cosas, a que el fiel delegado a talencargo sea debidamente instruido sobre la doctrina eucarística,sobre la índole de su servicio, sobre las rúbricas que se debenobservar para la debida reverencia a tan augusto Sacramento ysobre la disciplina acerca de la admisión para la Comunión.

ART. 9: EL APOSTOLADO PARA LOS ENFERMOS

En este campo, los fieles no ordenados pueden aportar una preciosa colaboración

Ello constituye una presencia cristiana de primera línea en el mundo del dolor y de la enfermedad.

Allí donde los fieles no ordenados acompañan a los enfermos enlos momentos más graves es para ellos deber principal suscitar eldeseo de los Sacramentos de la Penitencia y de la sagradaUnción, favoreciendo las disposiciones y ayudándoles a prepararuna buena confesión sacramental e individual, como también arecibir la Santa Unción.

Art. 10 La asistencia a los Matrimonios

Art. 11 El ministro del Bautismo

Art. 12 la animación de la celebración de las Exequias eclesiásticas.

ART. 13 NECESARIA SELECCIÓN Y ADECUADA FORMACIÓN

No pueden, por tanto, ser admitidos al ejercicio de estas tareasaquellos católicos que no llevan una vida digna, no gozan debuena fama, o se encuentran en situaciones familiares nocoherentes con la enseñanza moral de la Iglesia. Además, lapersona debe poseer la formación debida para el adecuadocumplimiento de las funciones que se le confían.

CONCLUSIÓN

Es necesario reconocer, defender, promover, discernir y coordinar con sabiduría y determinación el don peculiar de todo miembro de la Iglesia, sin confusión de papeles, de funciones o de condiciones teológicas y canónicas ».

Son directivas para asegurar la eficaz colaboración delos fieles no ordenados en tales contingencias y en elrespeto a la integridad del ministerio pastoral de losclérigos…no nacen de la preocupación de defenderprivilegios clericales, sino de la necesidad de serobedientes a la voluntad de Cristo, respetando la formaconstitutiva que El ha indeleblemente impreso a su Iglesia.

Su recta aplicación, en el cuadro de lavital communio jerárquica, ayudará a los mismos fieleslaicos, invitados a desarrollar todas las ricaspotencialidades de su identidad y de una disponibilidadsiempre más grande para vivirla en el cumplimiento de lapropia misión.

La Virgen María, Madrede la Iglesia, a cuyaintercesión confiamos estedocumento, nos ayude atodos a comprender susintenciones y a hacertoda clase de esfuerzopara su fiel aplicación alfin de una más ampliafecundidad apostólica.