Cobo Borda Entre Ironía y Ternura

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  • ofrece Cobo Borda en su Historia por-ttil de la poesa colombiana. "Home-najes-profanaciones [ ... ] que por ms irreverentes que parezcan, terminan por formar parte de una tradicin estable-cida" (pg. 263). Esta historia oficial, "tradicin institucionalizada", abarca nombres que van desde Silva, Valen-cia, Barba-Jacob, Luis Carlos Lpez, pasando por Len de Greiff, Vidales, Arturo, Carranza, Charry Lara, Mutis, Gaitn Durn, hasta Jaime Jararrllo Escobar y Mario Rivero. La tesis-para-doja a la cual llega Coba Borda es que la actual poesa colombiana encontr una "zona de influencia legalizada y especfica para ejercer su dominio (ca-sas de poesa, revistas especializadas, peridicos, premios, emisoras)'' y que contrasta con la anterior imagen erran-te, contestataria y bohemia de la poesa que lleg hasta el nadasmo en los aos setenta.

    De esta "historia oficial" forman par-te fundamental cinco panoramas crti-cos, estudios-hitos que fueron los en-cargados de acuar esta tradicin y que en su orden de aparicin son: Las pala-bras estn en situacin, de Armando Romero (Procultura, 1985); Poesa y poetas colombianos, de Fernando

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    Charry Lara (Procultura, 1985); Visin estelar de la poesa colombiana, de Eduardo Carranza (Biblioteca Banco Popular, 1986); Poesa colombiana 1880-1980, de J. G. Cobo Borda (Uni-versidad de Antioquia, 1987); e Histo-ria de la poesa colombiana (Casa de Poesa Silva, 1991).

    Historiaporttil de la poesa colom-biana (1880-1995), de Cobo Borda, corresponde a la segunda edicin del libro publicado inicialmente por el poe-ta Elkin Res trepo en 1987, dentro de las ediciones Universidad deAntioquia, en la Coleccin Celeste: "poesa colom-biana del siglo XX o de Silva a nues-tros das", sera el subttulo de esta se-rie de ensayos y reseas que, como su autor lo afirma, "tuvo un curioso desti-no: fue puesta como texto de referen-cia en colegios y universidades y sobre ella realizaron reseas los alumnos del seminario Andrs Bello del Instituto Caro y Cuervo" (pg. 13).

    Esta "historia porttil" incluye una relectura, correccin y revisin del pri-mer texto; inserta nuevas pginas so-bre Silva, Valencia y Barba-Jacob --en una tercera relectura- sumndole un estudio sobre Luis Carlos Lpez: el Tuerto Lpez, "conmovido por dentro y burln por fuera" (pg. 61). El texto termina con un ensayo titulado "En un pas de poetas, la tradicin en crisis", que intenta actualizar un panorama de la poesa en los aos noventa. All el autor se pregunta: ''Cmo compaginar el lirismo metafsico con la violencia suicida? Cmo en un pas enfermo -potica, econmica, socialmen~ la poesa crece con mayor mpetu, como un delgado hilo de agua?". Acaso el lirismo salva de la crueldad o es que la poesa ha sido siempre impertinente, se responde el poeta.

    En esta "eleccin respetable de una tradicin propia y arbitraria como cual-quier otra", Cobo Borda subdivide en una secuencia histrica los noventa aos transcurridos en este siglo, en seis gru-pos poticos reconocibles claramente: los modernistas, Los Nuevos, Piedra y Cielo, Mito, nadasmo. Generacin sin nombre o Desencantada (la dcada del setenta).

    Pasin por la lucidez. Aguda con-ciencia crtica. Acentuar el carcter pla-centero por la lectura decantada con los

    RESEAS

    aos (esa intimidad perdida), es lo que nos ofrece Cobo Borda en esta "histo-ria porttil" (porttil por lo "muy per-sonal" y porque "la llevo conmigo"). Cobo Borda con este "manual porttil" (tambin por lo leve y exacto), reivin-dica las posibilidades del ensayo en Colombia. Su lenguaje apasionado y tenso, su intuicin y gracia, concentra-cin e inspiracin, informacin y buen gusto, nos vuelven los ojos de nuevo hacia un gnero relegado en nuestro medio. Frescura en su imaginacin y cultura recreada seran los dos ingre-dientes bsicos de esta coleccin de ensayos, de la que slo extrao de su primera edicin la frase central de su ensayo sobre Aurelio Arturo cuando afirmaba tajantemente (sin curarse en salud) que Arturo era hoy por hoy: "el poeta ms importante de Colombia".

    JORGE H. CADAVID

    La poesa de J. G. Cobo Borda: entre la irona y la ternura

    El animal que duerme en cada uno y otros poemas Juan Gustavo Cobo Borda El ncora Editores, Santaf de Bogot, 1995, 174 pgs.

    Juan Gustavo Cobo Borda es, sin duda, una referencia obligada para quien quie-ra comprender el proceso de la poesa en Colombia. Nadie mejor que l le ha seguido la pista a ese otro rostro de su pas que se oculta detrs de la violen-cia, un lado menos amargo con una vocacin lrica, nostlgica quiz de un paraso perdido o anhelante de hacerse perdonar por tanta insrnsatez.

    Su serena y distanciada labor de cr-tico lo muestra, en apariencia, poco in-dulgente con una tradicin que, desde su punto de vista, ha buscado a toda costa ser moderna. Esta lapidaria con-clusin se explica desde su concepcin intemporal de la poesa que, para l, va ms all del lugar y de las fechas en

    Boletn Cultural y Bibliogrfico, 'Vol. 33, nm. 42, 1996

  • RESEAS

    que fue compuesta. En efecto, si mira-mos nuestra tradicin literaria, no po-demos negar que ese afn de ser mo-dernos ha marcado fatalmente el desti-no de las letras de Amrica Latina, dndonos como resultado, y en no po-cas ocasiones, patticos ejemplos.

    Esta conciencia de nuestra tradicin de la pobreza ha tenido, sin duda, que marcar la obra de alguien que, como Cobo Borda, ha hecho de su vida una aventura potica. Sus vacilaciones o pudores en los primeros versos se ex-plican tal vez por un inevitable y since-ro escepticismo juvenil frente a la efi-cacia del poema, en un pas que se per-cibe hurfano de un pasado glorioso, sin modelos que seguir, sin victorias reales que celebrar. Pero si seguimos sus huellas veremos con claridad una tra-yectoria que lo lleva de la mordacidad y la angustia, en sus primeros versos, a la bsqueda de ternura y de concilia-cin, en los ltimos.

    Cada poemario se plantea dudas que son tambin una indagacin honda del sentido de la poesa. Interrogantes que trata de resolver en una escritura osci-lante entre la intil preocupacin por las esencias y la necesidad vital de al-canzar la sencillez y la pureza de la pa-labra original, la palabra no como re-presentacin, sino como acto de vida.

    En El animal que duerme en cada uno, su ltimo trabajo, una seleccin que incluye libros desde Todos Los poe-tas son santos, hasta el ltimo, que le da el ttulo a la misma, podemos apre-ciar 1~ evolucin de un quehacer que se plantea la

  • NARRATIVA

    como se percibe en Nunca me han es-crito un poema, donde se sugiere la fun-cin iluminadora de la poesa, que no slo aporta sabidura sino que tambin da sosiego a la incierta existencia:

    Un poema es una crcel con /todas las puertas abiertas.

    Ms terrible que la libertad. Ms duro que los sentimientos

    1 encontrados. Pero el poema tambin te quita

    /el fro .

    La vida es, desde luego, ms importan-te, aunque un verso pueda modificarla, ofrecindole su cara oculta. En esa fuer-za radica el sentido del poema.

    Misterioso universo donde desapa-rece la palabra para dar lugar a la ima-gen, imagen que se desdibuja en una sustancia cambiante donde, unidos lo cncavo y lo convexo, se alcanza la perfeccin geomtrica de la esfera uni-versal. Quiz sea esta la aspiracin de alguien que adivina la perversidad que puede esconderse detrs de las palabras y que desea ser en el poema, ms que decir.

    Dado que el poema fracasa /siempre

    la vida se esclarece y sonre con sorna fraterna.

    Puede ser ste el sueo de quien ha emprendido la tarea de mostrar lo que intuye al otro lado del espejo y que ha corrido el riesgo del oprobio sealando miserias, pero tambin ha tenido la ge-nerosidad de celebrar no pocas de las

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    virtudes de una cara del pas que ha sido su motivo de reflexin y de inspiracin ms inmediato.

    CONSUELO 'fRrviO ANZOLA

    Los sueos que desnudan al filsofo

    Thrzn y el filsofo desnudo Rodrigo Parra Sandoval Arango Editores Ltda., Santaf de Bogot, 1996, 526 pgs.

    De los sueos de un filsofo caleo se desprenden las lianas de Tarzn y sus gritos selvticos de poder. Al despertar, emprende de nuevo camino a la univer-sidad a dar sus clases sobre Heidegger, pero an el eco del grito tarzanesco le acompaa. De los sueos pasa tambin a las reflexiones en los halls de los hoteles o en las salas de pelculas pomo. De al-guna de estas reflexiones va a poder to-mar por fin el impulso que lo lleve a es-cribir su tratado de filosofa colombiana o el de la posibilidad de la filosofa heideggeriana en el trpico.

    ~

    Este es un libro multiplicador de his-torias manejadas todas con una imagi-nacin fascinante y desbordada y con una lgica, no slo muy compleja y mltiple, sino expansora de las realida-des. Al leerlo se estudia, semestre por semestre, la carrera del desnudamiento del filsofo y de los sueos que se re-producen en sus dos partes, libros del escritor y del lector. Es la carrera del que quiere escribir y descubre solamen-te al llegar a la ltima pgina de su li-bro que lo ha logrado, por encima de los obstculos de las opiniones de sus colegas y de la de su mujer. Entre Tarzn y Heidegger, el filsofo caleo es halado hacia opuestos extremos y esto lo va desgarrando, lo va acercando cada vez ms a la luz de su propio ser oscuro y selvtico. Se sita entre el grito de Tarzn, que lo llama a la libertad de la naturaleza, y la ctedra de Heidegger, que le explica su propia realidad, en alemn por supuesto, nica forma de entenderla cabalmente. Este acadmi-

    co libro se propone escudriar detecti-vescamente todas las posibilidades de encontrar al asesino que en un sueo del filsofo ha matado a una bella mu-jer blanca que yace ahora desnuda. Es la investigacin ms ertica hasta aho-ra conocida, pues se medita en la cama y haciendo el amor. Los vinos y quesos son servidos a todo lo largo y curveado de sus pieles vidas. La pesquisa va a resultar en la pregunta de quin asesi-nara a quin y por cul motivo. Al ago-tarse el libro en sus ltimas pginas, nos va lanzando a la misma realidad all descrita, como si estuviramos en una pelcula que no acaba jams.

    Al avanzar en la lectura, se fue ha-ciendo cada vez ms clara la presencia de tres personajes alrededor del libro: el lector, el escritor y la acompaante. Uno de los epgrafes del comienzo, nos habla de la conjuncin de tres en la lec-tura. Sus miradas se cruzan, desnudan y provocan risa, rubor y a veces rabia, por el destape tan tajante. Cada uno de los que habitamos nuestro trpico esta-mos all metidos y vemos a los otros tambin. Son nuestros colegas profeso-res y filsofos los que defienden a capa y espada la verdad absoluta de una filo-sofa que, en s, no es del todo una ocu-pacin poco interesante, sino que no ha logrado vincularse con la realidad del pas, ni poltica ni creativamente, para as por lo menos aportar algo, a travs de la creacin, al descubrimiento de la cultura y a su movimiento. La rigidez con la que se asume aqu el saber filosfico es hija de las filosofas euro-peas, pero en Tarzn y el filsofo des-nudo se muestra que sta llega a un punto en que, aqu en el trpico, es ab-surda. Los moldes alemanes son como rieles de hierro rectos e iguales. El pe-dazo de hierro recto aqu, se evapora y habla, se contorsiona y re, pierde su terquedad para ganar flexibilidad. Aho-ra no es slo un pedazo de riel para medir, sino muchos tomos de hierro para jugar y crear. Pav.a Sandoval es un maestro del juego y de la desnudez, nos hace pensar en cules han sido los caminos por los que hemos tratado de llevar a esta nacin, donde ser colom-biano de verdad ya no interesa, sino que hay que tratar de imitar a "los que s saben", a los que tienen la verdad de nosotros mismos.

    Boletn Cultural y Bibliogrfico, Vol 33, nm. 42, 1-996