I r o n í a03 Agosto-Sept

II

crew

(decían)

PINCHE VIDA es un Zine Bimestral editado por Itzel y Yolotzín Solís Hernández. Este número se terminó de imprimir en agosto de 2015. Número de reserva en trámite, expedido por la Dirección de Reservas de Derechos del Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud de Título y Contenido

en trámite. Esta es una publicación para mentes inquietas. Edición 03 agosto-septiembre.

LOCAS AL TIMÓN

Pix Solís H. (Capitán) itzel.solis@pinchevidazine.com

Yolo SOlís HE (Oficial Jefe)yolo@pinchevidazine.com

CREATIVOS EN ALTA MAR

Mariel Chong (mente creativa)mariel.chong@pinchevidazine.com

Alejandro Bautista [el_letritas] (Arte)

TRIPULANTES

Carolina Acuña (retoque digital)William Álvarez (web developer)Juan J. Galván (corrección de estilo)

NAVEGANTES TALENTOSOS

Diego Castillo QuinteroLeticia H.Ramón GutiérrezAc Rivaud (RAC)Noé SegoviaMelissa SánchezMariel ChongJorge Adrián CobMar AlzamoraGermán TrujilloClaudia M.Juan Antonio Valdivia

S.O.S - CONTACTOhola@pinchevidazine.com

FB. PINCHE VIDA / ZINETW. @pinchevida_zine

www.pinchevidazine.com

PORTADA“Si los cerdos volaran...”

Pix

Una ironía, es decir un sarcasmo, es una figura retórica que se da a entender, en una frase seria con tono de burla, contrario a lo que se dice.

La mayor ironía es que este zine surge como una protesta al hartazgo de la vida, una protesta a las exigencias laborales y hay veces en las que termina siendo parte de lo mismo… Así es esto de la Pinche Vida; ¿Han escuchado la frase: “Ya no sé si reír o llorar?... Pues así más o menos y de esto trata nuestra tercera edición.

Pero como burlarnos, hacer mofa, cagarnos de la risa es en lo que mejores somos, con gusto les compartimos la chamba que nuestra bola de colaboradores harto creativos han hecho. No estamos muy seguros de haber logrado plasmar el sarcasmo en su máxima expresión, quizá, además de lo antes mencionado, lo más irónico es la dificultad para plasmar lo irónico de lo irónica que es la vida…

Sean ustedes los que juzguen, total, el número ya está hecho y lleno de color. ¡Pero que fácil es hacer un zine! (decían).

ARRE.

Yolo

¡qué fácil es...!

2

Diego Castillo Quintero nació en Tepeapulco (Hidalgo) en 1983. Es autor de dos libros de cuentos: “La batalla de las luciérnagas” (2008) y “Las Furias” (2015). No sabe nadar, baila muy poco, y odia la mayonesa con todo su corazón.

Las cervezas más frías de todo el pueblo

Cuando yo era niño, mi padre acostumbraba sentarse en el sillón más grande de la sala a mirar programas de tele-visión o partidos de futbol. Pero a veces hacía calor o daba sed, y por fin tener tres hijos –yo soy el de enmedio– iba a servirle de algo: que los niños vayan por las cervezas a la tienda, al fin que estaba acá en la esquina, y Tepeapulco no era un lugar peligroso a principios de los años noventa.

Por ahí de mis 10 años de edad nos era encomendada la importantísima misión de traer las caguamas para mi pa-dre, y sus amigos si fuera el caso.

A nosotros nos impulsaba el entusiasmo porque a veces sobraba dinero y alcanzaba para golosinas, entonces íba-mos con gusto por las chelas. Pero Élfego Castillo era (y sigue siendo) un sujeto muy exigente y quisquilloso.

Ay de nosotros si llegábamos a casa con las cervezas ti-bias, porque mi padre nos mandaba de regreso a la tienda a cambiarlas por unas completamente frías. “Que dice mi papá que no quiere las cervezas porque están calientes”. Pero si en dicha tienda no había, nuestra misión tácita era buscar un lugar donde las vendieran al gusto de mi padre.

Mis hermanos y yo íbamos a una y a otra tienda, calle tras calle, buscando un refrigerador decoroso, donde vendieran las cervezas más frías de todo el pueblo. Llegar a casa sin las botellas heladas era considerado un fracaso, una de-rrota. (Y ni modo, a meterlas al refri de la casa un ratote y que Élfego espere, mientras nos mira con desaprobación.) “Mta, pa’ qué sirven”, nos decía. Luego regresaba el rostro hacia la televisión.

Padecíamos porque después de andar asoleándonos en las calles y caminar mucho, al final nos sentíamos regañados, pero sólo éramos unos niños. Y ni modo de comprarnos dulces si habíamos fallado. Mejor así, que esté desconten-to pero sin enojarse con nosotros. Así pasaron los años y fuimos aprendiendo de él a ser quisquillosos con lo que nos diera de beber la vida.

Hace apenas unos días, con el mucho calor de la tarde se nos antojó algo refrescante, entonces le invité un par de cervezas a Élfego Castillo, y debieron ver cómo hasta dolía la mano al llevarlas de tan heladas que estaban. Y con qué gusto las bebimos. Por eso me acordé.

Ahora que tengo 31 años, cada vez que me dan una cer-veza tibia, pienso en él y en mi infancia y me digo: cuánta razón tuvo mi padre.

6

RIMUR GR“Mis tacos de tripas, no de sesos”. rimur.prosite.com

El pan nuestro de cada día I

El pan nuestro de cada día I

8

El pan nuestro de cada día II

El pan nuestro de cada día II

10

RAC is an artist who works any techniques and media. She is member of the group ZERO. www.levaseclos.com racart@outlook.fr rac-artiste.tumblr.comFRANCE

Médée

“Médée”, july 2015

12

Noé Segovia A.K.A. Noah “Diseñador e ilustrador, standupero espontáneo y siempre vestido de negro”.nsvxlll.tumblr.com

En teoría

“En teoría hasta el comunismo funciona,

en teoría” H.S.

14

ElyIlustradora freelance, originaria de Aguascalientes radicada en el DF desde hace un año. Realiza ilustración, diseño gráfico, pintas e imparte talleres. Le gusta el flan.

Mi ilustración habla de manera metafórica, sobre la ironía de vivir la vida

para al final morir y cómo durante la misma damos importancia a cosas sin relevancia o restamos

importancia a aquellas que deberían de tenerla.

Pequeñeces

16

Mariel ChEs una panameña buena gente que vive en México. no-tengo-sueno.tumblr.com

Interesante

18

Kolega Soberanis, diseñador gráfico especializado en ilustración, más de corazón. Fuerte obsesión por el mar y las tortugas. Dedica el tiempo necesario al color, le gusta transmitir historias en sus trabajos.

Paz para todo el mundo

20

Instantánea: este debe ser el lugar

Germán Trujillo, fotógrafo, videógrafo, experimentador y viajero. Busco historias poéticas donde los personajes cuenten su mundo interno. Vivo en Quebec, aprendo acrobacias de circo.

Mar Alzamora, artista multidisciplinaria: contrabajista, poeta, exploradora audiovisual y gestora cultural. Amante de los procesos creativos y los paisajes sonoros.

L os recuerdos son partículas de mundos destrui-dos. Espacios erosionados en el tiempo; habi-tantes equívocos, sin sentido. Enfermizos. So-

brevuelan la pesadumbre.

Cuando aterrizan, esparcen los ridículos dolores y sus formas. Relieves quebradizos, colores inenten-dibles, nombres afilados. Sus silenciosas cicatrices. Si uno pudiera hacer un inventario de todas las he-ridas, necesitaríamos el honguito 1UP de los video juegos. Tendríamos que inventar artificios para lace-raciones invisibles, pócimas para la lobotomía auto-infligida.

El viaje en ferri fue apenas una sutura. Quizá in-venté que ese día la luna se elevaba desde el puerto y que su luz se enredaba con la fluorescencia de la sangre bajo tus uñas. Esa luz que salía de ti tenía un origen, era la herida pulsante de un desastre. Tem-blabas y recordamos. Te juré convertirme en terro-rista, en deshacer el mundo en tu nombre. Éramos ilusos, soñábamos salir ilesos del combate.

Nuestro tiempo se construyó a partir de esos escom-bros; partículas que gravitan sobre nuestro rastro. El recuerdo debe ser el lugar donde se cauterizan las heridas, donde logramos imaginarnos libres, como en una fábula… Obvio. Sorry, dear, it takes one to know one! Only one.

22

Klamm Moma “Soy el lugar que ocupo”.

La ironía no entra por la nariz

24

Los tontos azules

Klamm Moma “Soy el lugar que ocupo”.

26

D espertar sabiendo que uno tiene que ir a trabajar no es una tarea fácil, la cual se acrecienta cuando uno sabe que tiene que sortear los diversos caminos del

transporte público y vivir una experiencia religiosa. En-frentar los desafíos de recorridos eternos y de una singular convivencia, nos invitan a pensar en la pinche vida de la mayoría de los mexicanos.

Razón por la cual, me permito presentar una serie de pa-sos (si usted quiere, un manual, instructivo o recetario) para hacer más llevadera la experiencia del transporte pú-blico, en especial el de la Gran Tenochtitlán, alias Ciudad de México o Distrito Federal.

Mire, damita, caballero, disculpe las molestias que esto ocasiona, pero… El primer paso de este deslumbrante y profundo instructivo, es el conocer tus horarios laborales de entrada y salida. Si tu horario es a la hora pico del trans-porte público y vas con el flujo de la mayoría, la experien-cia se vuelve aún más intensa y más religiosa.

Desde el instante en que uno entra al metro, autobús, metrobús, tren ligero, etc., debe estar consciente de haber comprado su boleto con anticipación, sino las colas inter-minables mermarán la puntualidad para arribar al trabajo

José Antonio Valdivia Peña Amante de la carne en su jugo, de los deportes y los libros, así como asiduo usuario del metro (por necesidad más que por gusto) que cada vez que lo aborda se pregunta ¿si 10 le vale y 10 le cuesta, algunas veces el producto podrá valer 10 y costar 20?

o a la casa (si usted no quiere llegar a la casa, la cola en la boletería es un buen pretexto para seguir disfrutando de las delicias del transporte público).

Después de librar el duro trámite de pasar los torniquetes ante los expertos y profesionales policías con los que cuen-ta el transporte público (nótese el sarcasmo), es momento de esperar el vagón o autobús correspondiente. En este momento de espera, si uno piensa que el siguiente vendrá más vacío o con lugares (recuerde que es hora pico), usted esperará por el resto de la mañana o tarde, según sea el caso, para poder abordar. Al momento de lograr entrar, ya sea por los empujones ajenos, gusto o por obligación, su experiencia será aún más excitante durante su trayecto ya que sufrirá diversos repegones, empujones, toqueteos, etc., sin que esto implique que le pidan el teléfono para salir, mmm… bueno, se lo pueden robar pero no pedir. Sin embargo, lo más interesante no es el subir, si no el poder bajar en la estación de su preferencia. Usted debe de buscar entrar y salir de la manera más educada posible (lo cual es muy poco probable), pero si este consejo no fun-ciona, debe de anticipar su salida con los colegas con los que comparte el vagón o camión, para poder descender de manera conjunta y a tiempo. Si esto no sucede, tendrá que utilizar sus diferentes habilidades para escurrirse, patear,

FoToGRAFíA: Pamela Berlanga

La pinche vida de la vida pinche del transporte público

28

empujar, etc., para lograrlo. No es tarea fácil, así que tome sus precauciones.

No todo es malo dentro del transporte público, ya que tiene varias virtudes (si uno lo quiere ver así), al encon-trar innumerables ofertas de juguetes, películas, comidas, aparatos electrónicos, etc., a un precio muy económico. Es una delicia el irse saboreando algún alimento o saber que se tiene que comprar algún producto para el hogar, cuando de la nada, alguien sale ofertando ese producto. Así mis-mo, uno debe de familiarizarse con el acento utilizado por las personas que dan estos servicios (ya que todas tienen el mismo tono y parece que fueron a la misma escuela para fingir la voz) así como saber los diferentes versos poéticos que utilizarán durante el trayecto, empezando por el famo-sísimo e inigualable “diez le vale, diez le cuesta”, así como frases un poco menos impactantes pero muy folclóricas tales como: “damita, caballero, le vengo ofreciendo lo que viene siendo (¿qué a veces no es?)”, “le traigo lo nuevo, la novedad”, “el bonito detalle, el bonito regalo, para el niño y la niña”, entre otros. Los precios oscilan entre los 5 y 10 pesos (Ciudad de México), sin embargo, hay algunos productos de “mejor” calidad que son de mayor precio, así que tome nota.

También existen proveedores de servicios de entreteni-miento, como son los payasos, músicos, así como los in-comparables actores de la cama de vidrios, en donde el “artista” de manera delicada, desliza su espalda de mane-ra “suave” en una cama de vidrios que él porta, para luego levantarse sangrando y con vidrios encajados en la espal-da. Es una experiencia muy singular y con enorme pecu-liaridad que en lo personal, siempre prefiero evitar. Como advertencia, trate de evitar este espectáculo para niños y niñas. En el caso de que quiera que su hijo se dé cuenta de estos sucesos de vida, déjelo ver este evento, aunque le recuerdo, las consecuencias que esto tendrá es garantizar un trauma más a su ya traumada vida.

Por cuestiones de extensión, esta serie de pasos de nuestro recetario tiene que llegar a su fin; sin embargo, espero que sea de utilidad para el usuario, y que este pequeño texto le brinde el poder para descifrar los misteriosos pasajes del transporte público que la vida pinche nos hace experimen-tar. Espero les haya traído lo nuevo, la novedad (aunque no lo creo), pero sobre todo, sea una refrescante reseña de lo que es ser un usuario del transporte público y poder vivir esta experiencia donde usted será una damita o un caba-llero de alcurnia de tez güera, con tal de que compre algo.