LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN EN EL ACTO EDUCATIVO.

Por Claudia Lissette Alberti

La comunicación, es un factor trascendental dentro de las relaciones humanas,

que brinda la posibilidad de transmitir y recibir información, valores, habilidades

hábitos y contenidos temáticos de forma oral, escrita, mediante la utilización de

signos y símbolos, por gestos y ademanes, en fin, hay muchas maneras de emitir

y recibir información del entorno, y ello es parte del equilibrio y desarrollo social

que son fundamentalmente naturales en los seres humanos, que somos por sobre

todo, constructores de conocimientos.

En el ámbito educativo, nos valemos de la comunicación con objeto de crear una

red de información que se orienta de estudiantes a docente, de docente a

estudiante, de estudiante a estudiante, etc. Todo ello con el fin propio de ejecutar

el proceso de enseñanza-aprendizaje, basado en una comunicación efectiva, que

brinde los implementos para reconocer necesidades especiales de educación,

formulación de interrogantes frente a una determinada temática,interrrelaciones

con la comunidad educativa, entre muchas otras, ya que la comunicación efectiva

rompe barreras, evita y resuelve conflictos, y nos ayuda a conocer la complejidad

de cada individuo, y a partir de ello buscar las adecuaciones curriculares que se

ajusten a su ritmo de aprendizaje, para lograr una creciente realización del acto

educativo.

LA COMUNICACIÓN

La comunicación, es definida como el conjunto de procesos físicos y psicológicos,

mediante los cuales se efectúan unidades de relación, entre una ó varias

personas(emisores), con otras(receptores) a fin de lograr un objetivo(mensaje).

Para que se dé la comunicación también es necesaria la intervención de un código

común (lenguaje) a fin de que el mensaje pueda ser entendido.

LA COMUNICACIÓN EDUCATIVA

La comunicación docente-alumno, es un tipo de comunicación que debe ceñirse a

exigencias de carácter educativo.

En este tipo de comunicación, estructura, organiza y emite el mensaje buscando

influir en el estudiante, una conducta determinada.

Desde tiempos antiguos, la comunicación en el acto educativo era totalmente en la

dirección vertical de la misma, es decir sólo atendiendo la línea de transmisión de

información y conocimientos de docente a estudiante, y jamás a la inversa, esto

está descrito desde los tiempos en los que la mayeútica era el método de

enseñanza, pasando luego al diálogo socrático, donde el estudiante sólo era un

depósito de información, como Paulo Freire, muy bien ilustra en sus obras, siendo

un modelo de educación bancario, donde las variables y aportes que del

estudiante puedan resultar, no poseen importancia alguna, obligando a no poder

interrelacionarse más allá de eso, limitando así el dinamismo que debe existir en la

comunicación, y creando por tanto estudiantes pasivos.

En la actualidad se busca, construir mediante la comunicación horizontal, lazos de

mutua cooperación e interacción que permitan la creación de una serie de

aprendizajes significativos, debido a que un aprendizaje en el que el estudiante

sienta que verdaderamente puede ejercer parte activa dentro de las respectivas

discusiones, que lleven a situaciones concretas de aprendizaje, donde cada

opinión y perspectiva sean tomadas en cuenta, para confabularse en un mismo

proceso que lleve a formular situaciones concretas de aprendizaje, para las que se

prestan una serie de técnicas y metodologías de trabajo, ya sea de manera

directa, en cuanto a la educación presencial, o indirecta, en los procesos a

distancia.

No cabe duda, que los procesos educativos, en los que el estudiante se siente

parte activa, a través de palabras generadoras, escuchar sus propias inquietudes,

proyecciones y dificultades, puede plantear una clara diferencia en la educación.

Enfoque comunicativo conductista

En este, el grupo de estudiantes es considerado como receptores pasivos, la labor

educativa es considerada una actividad para estructurar y uniformar mentes en

cuanto a tareas, en las cuales el comportamiento pueda ser observado, medido y

evaluado directamente.

Sobre este aspecto, las ideas constituyen el inicio de la comunicación, surgen en

diversas ideas, culturas, contextos sociales o educativos, llamados fuentes.

Posteriormente estas ideas se codifican mediante símbolos, y signos particulares y

comunes en el habla y el escucha y de esta forma se elabora el mensaje, y se

escoge a partir de los sentidos un canal para transmitirlo.

Según lo anterior existen conceptos básicos en este tipo de comunicación, tales

como, el mensaje por transmitir, las emociones, el ambiente social y cultural del

emisor y receptor, el perfil docente, el perfil estudiantil, es decir, los factores

internos y externos del individuo, en consecuencia este modelo propone a la

fuente como productora del estímulo, la cual recibirá una respuesta. Por ello se

requiere de evidencias externas, manifiestas y observables, para detectar como la

comunicación tuvo la consecuencia ó el efecto esperado.

Enfoque dialéctico-hermeneútico

En contraparte al anterior, este modelo plantea una perspectiva dinámica, dentro

de la comunicación, cuyo propósito es la construcción de aprendizajes

compartidos entre docente y estudiante, mediante el acto comunicativo, mediante

el cual, el estudiante vá formando su propia personalidad, dando forma a sus

resultado, donde sus efectos y aprendizajes son intensos y significativos,

Por lo tanto, este tipo de comunicación estimula y libera el pensamiento, incita a

descubrir y resolver problemas, ayudando a crear estrategias de comprensión y

reflexión intrínsecas.

Cabe destacar además, que según este enfoque, la experiencia y los presaberes,

juegan un papel trascendental, y debido a la comunicación existente entre

docentes y discentes, las correspondientes adecuaciones curriculares se realizan

en tiempo y medida acordes a las necesidades y sobre todo, oportunamente.

La educación actual, donde la comunicación posee múltiples medios y formas de

realizarse, involucra al docente en una gran responsabilidad, ya que mediante,

una mirada, una palabra, una caricia, un diálogo entre pares, para buscar la

función tutora, puede modificar el rumbo de un acto educativo, trascendiendo de lo

formal y restrictivo, a un aprendizaje entre pares, que brinde la soltura y flexibilidad

para que el estudiante sienta la libertad de participar de su formación, conociendo

sus fortalezas y falencias, pero sobre todo siendo capaz de interaccionar con su

medio para lograr su desarrollo.

La comunicación democrática, es una manera de guiar los procesos educativos,

hacia el bien común, ya que las opiniones pesan de igual manera, y con ello se

enriquece el proceso.

La comunicación oral a trascendido, a la educación escrita, y de allí a el uso de

herramientas tecnológicas tan en boga, que obligan al docente a estar

actualizando sus estrategias metodológicas, para hacer uso de aquello que la

tecnología va creando con el fin de transmitir mensajes.

En lo anterior nace, otra gran responsabilidad docente, dentro del acto educativo,

y es el de contribuir en la formación de estudiantes críticos, creadores, capaces de

asumir actitudes de construcción y búsqueda del verdadero significado de las

imágenes y símbolos, con el fin de limitar la alienación, que tanto daño genera en

el ámbito cultural.

Las relaciones pedagógicas que se establezcan tanto en las aulas presenciales,

como a distancia y a través de la educación virtual -entre profesores y estudiantes

y estudiantes entre sí- son actos intrínsecamente culturales que inciden

profundamente en la calidad de la educación y en el desarrollo humano.

Es muy importante agregar que en el proceso de comunicación los

comportamientos no verbales juegan un papel fundamental; así aspectos como

apariencia física, posturas, miradas, gestos, la calidad de la voz, el énfasis en

algunas palabras, los silencios, pausas, el vestido, la proximidad, el manejo del

espacio, ejercen una gran influencia respecto a lo que se desea comunicar, ya que

al no cuidar de cada uno de ellos, estos a su vez podrían transformarse en

interferencias, que pudieran poner en contrapunto lo que se expresa mediante el

paralenguaje, la quinésica y la proxémica, y el mensaje que se desea transmitir, ó

expresar.

La comunicación ejerce un papel fundamental, en todo proceso educativo, pues es

de esta forma, como además, podemos llegar a considerar al estudiante ya no

como un número frío dentro de una lista de asistencia, sino más allá de eso, un

ser humano, con diversos aspectos de su entorno que le hacen único e irrepetible,

y que por tanto, posee propias necesidades educativas, formas de aprender, y

dificultades concretas, que sólo pueden ser conocidas, mediante el diálogo, que

debe ser parte de la esfera educativa.

Los docentes deben sentir el impulso por conocer a cada estudiante como ser

individual, para a partir de ello, contextualizar su discurso, y apoyarse en aquello a

lo cual el estudiante presta interés, y asi facilitar el proceso.

La forma en la cual se transmite un mensaje, puede dar lugar a malos entendidos,

y a dificultades futuras, por lo que el docente debe analizar plenamente su

discurso, buscando además que no exista dualidad entre lo que se dice y lo que

se hace, pues situaciones donde la coherencia entre palabras y hechos es

inexistente, genera un alto grado de confusión en el estudiante, que en nada

colabora en el acto educativo.

Saber comunicar a las entidades respectivas problemáticas que conciernen al

beneficio de los estudiantes, es también fundamental, ya que la detección

temprana de problemas de aprendizaje, físicos y psicológicos, traen altos

beneficios a la comunidad educativa.

La comunicación también ejerce un papel importante al momento de evaluar, ya

que al pactar con el estudiante su proceso evaluativo, en circunstancial la claridad

en el planteamiento de las interrogantes, y los desarrollos que se esperan, para

que los parámetros a considerar sean comprendidos y analizados a totalidad, y

con ello favorecer el proceso de aprendizaje.

El docente además hace uso de la comunicación, al momento de resolver

conflictos tanto en el ámbito de la enseñanza de una determinada asignatura,

como en problemáticas internas, ya que muchos docentes el conocimiento y la

experiencia la tienen a manos llenas, pero se ven limitados al momento de querer

darse a entender, ya que sus planteamientos no van adaptados a un lenguaje

universal, que conlleve a un aprendizaje en conjunto.

La comunicación además, ejecuta una gran labor en el trabajo del equipo docente,

ya que entablar relaciones de comunicación fluída, entre el claustro docente

favorece grandemente relaciones de colaboración y unificación de criterios que

benefician de sobremanera al estudiante sujeto al proceso educativo.

Como es para todos evidente, la comunicación desde sus diversas formas, provee

la posibilidad de transmitir no solo conocimientos, sino la manera mediante la cual

docentes y estudiantes entablen una relación de apoyo mutuo, conociendo las

necesidades y expectativas del otro, y llegando a consensos dentro del aula que

favorezcan un aprendizaje constructivo, crítico, relevante y eficiente, una

interpretación sensata de símbolos y signos, y de la complejidad de cada ser

humano, que le hacen ser único, irrepetible y original. Por lo que una

comunicación que abra las oportunidades de trascender a una imagen, a

reconocer señales que sean evidencias de gritos de ayuda de estudiantes, a

dialogar desde la liberación del pensamiento y la criticidad, pueden transformar la

esfera social, ya que muchos de los conflictos bélicos, guerras y desconciertos

sociales, resultan de fallas en la comunicación, de no ser coherentes con nuestro

discurso, de no trascender y problematizar las situaciones, en búsqueda de la

comunicación con nuestro interior, que nos lleve a reflexionar respecto a nuestra

práctica.

La comunicación nos facilita todo, y puede ser la llave de nuestro éxito en las

aulas, sabiendo que, solo utilizando los medios correctos, limitando los ruidos

internos y externos, que se convierten en interferencias que pueden deformar el

mensaje y generar dificultades en nuestros estudiantes, se logra el éxito.

El hecho de motivar a los estudiantes a comunicar eficientemente sus dificultades

de aprendizaje en el momento oportuno, a opinar respecto a su visión de las

cosas, a analizar críticamente las situaciones en las que se vé inmerso, a

compartir con sus pares lo aprendido, al acercarse al docente para corregir ó

realizar observaciones respecto al proceso educativo que se ejecuta, es realmente

una forma maravillosa de aprender, y retroalimentarse.

El acto educativo, debe ser en todo momento democrático y coherente, buscar el

lenguaje adecuado para llevarlo a cabo, considerar las variables individuales e

individualizar las respuestas, para de esta forma poder ser realizado bajo la

oportunidad de ser productivo, y mediante ello lograr una transformación profunda

de la sociedad, comenzando por las aulas que son un semillero de talentos, que

necesitan ser escuchados.

REFERENCIAS

David Fregoso Franco, La Comunicación en el Salón de Clases". Recuperado el dia 12 de

noviembre desde:www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n13/comsal13.html

Revista Electrónica "Razón y Palabra" N° 13: "Comunicación Educativa"

enero-marzo2009, recuperado el dia 14 de noviembre, desde

www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n13/index.html