Ciudades para un futuro sostenible

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  • CIUDADES PARA UN FUTURO MAS SOSTENIBLE (CF+3) CARLOS VERDAGUER VIANA-CARDEGAS ARQUITECTO C O M I T E B I B L I O T E C A

    Antes que nada, para empezar, algunas obviedades, pero que me parecen necesarias para enmarcar la intervencin. Primero vamos a hablar de la desaparicin de la idea de ciu-dad y de su sustitucin por lo que Frangois Choay ha venido en llamar "fenmeno urbano".

    Conviene recordar que la ciudad en la historia ha sido siem-pre -hasta hace muy poco, hasta la aparicin del urbanismo como disciplina- una creacin annima y colectiva, en la que, sin nimo de mitif icar las formas de hacer del pasado, lo cierto es que, de forma intrnseca y por su propia lgica, incluso econmica, el resultado se adecuaba en general a la topografa y a las condiciones climticas locales. Esto podra, de alguna forma, caracterizar la construccin de la ciudad en la historia: la autosuficiencia y el equilibrio con el entorno.

    Cuando aparece la idea de planeamiento, aunque no se pue-de situar en un momento histrico claro, lo cierto es que va unida a la idea del orden geomtrico. Un elemento pri-mario del planeamiento es la imposicin de la geometra y la desatencin al clima. Esta imagen de una ciudad colonial espaola es especialmente significativa de esa especie de dicotoma entre la ciudad creada desde el tablero de dibujo y la ciudad como un producto acrisolado del tiempo. La Re-volucin Industrial acelera este proceso de desarrollo de la ciudad -aqu tenemos una imagen de! Manhattan primitivo-y aparece ese concepto que se llama "metrpolis", esa gran ciudad extendida, un concepto propio de finales del XIX y principios del XX.

    En este momento, sin embargo, ya hemos superado incluso ese proceso y nos encontramos en un planeta fundamen-talmente urbano. No insisto en las cifras, que por s islas dicen mucho del incremento de la poblacin en general y del incremento de la poblacin urbana en particular. En el ao 2004 haba 400 ciudades de ms de 1.000.000 de habi-tantes, en los pases industrializados la poblacin urbana ya es el 75%, y se espera que en el 2010 la poblacin urbana mundial sea el 60 %; esto implica que en este momento, ya. podemos hablar, no de ciudad, sino de fenmeno urbano. La ciudad como artefacto acotado en el espacio y en el t iempo ha pasado a la historia.

    As pues, la ciudad, evidentemente, ya no puede ser una creacin espontnea. Cuando lo es, el resultado es esta ima-gen, un extenso conjunto de infraviviendas. Naturalmente, a todo se le puede buscar otras facetas y se puede decir que en estos barrios de chabolas, a su vez, existen rdenes internos; la teora de los sistemas emergentes nos dice que esto no es exactamente el caos, pero lo cierto es que no es una alternativa a nivel de urbanismo global. Esta extensin de torres residenciales en altura sin orden ni concierto de la siguiente imagen tambin es una creacin espontnea, la otra cara de la moneda, y tampoco puede ser una alter-nativa. Y muchas veces convive lo peor de los dos mundos, como se puede ver en esta tercera imagen donde el chabo-lismo horizontal termina donde se inicia el vertical.

    Lo cierto es que, desde el momento en que esa forma de construir la ciudad como algo colectivo desaparece, se hace necesario pensar y planificar la ciudad. La ciudad planifi-cada, en el fondo, es un sueo; hay que tener cuidado, sin embargo, con las ciudades que se suean - esta imagen del Plan Voisin de Le Corbusier, es paradigmtica de los sueos urbanos del siglo XX- porque los sueos se pueden hacer realidad. Aqu tenemos una imagen de Mstoles en 1961 y una imagen de Mstoles en 1982; esta segunda imagen amorfa y abigarrada de bloques abiertos en altura, eviden-temente, es producto del sueo del Movimiento Moderno, es producto del Plan Voisin, es un producto de esos sue-os visionarios. Esta palabra, "visionario", me da siempre mucho miedo, porque, en el mbito de la arquitectura se suele utilizar como un trmino positivo y a m, en general, me parece lleno de connotaciones negativas.

    Dicho esto, que sirve uri poco como marco para entender por qu es necesario el urbanismo sostenible, vamos a hablar, de forma tambin muy sinttica, de cules son las perspectivas de esta nueva forma de enfocar el urbanismo desde la ptica de la sostenibilidad. Las pinceladas que voy a dar son un intento de decantacin de todas las teoras que, en este momento, giran en torno al urbanismo soste-nible; digamos que intento buscar un cierto denominador comn de aquellos aspectos en los que podran llegar a ponerse de acuerdo las muchas corrientes que se reclaman del urbanismo sostenible. Interesa, sin embargo, aclarar los

  • trminos del debate para identificar aquellas cosas en que, evidentemente, no se est de acuerdo, aunque se pretenda estarlo.

    Entre las constataciones que surgen de la nueva concien-cia ambiental de cara al siglo XXI, est la de que el medio ambiente es un tema transversal y que requiere un enfoque multidisciplinar. Por otra parte, el deterioro ambiental es un problema fundamentalmente urbano -esto se constat en la famosa Cumbre de Ro, y la Agenda 21, de alguna forma, ins-titucionalizaba esta idea-, y la de que el deterioro ambiental es transfronterizo. En todas estas cosas, que pertenecen al mbito del diagnstico, podemos ponernos de acuerdo.

    A partir de este marco general, podran enunciarse algunos principios bsicos de sostenibilidad urbana

    - Hay uno del que se ha hablado repetidamente a lo largo de estas jornadas-: el de la relacin entre deterioro am-biental y conflicto social. El respeto al medio ambiente es inseparable del bienestar humano; la espiral produccin-consumo se traduce en deterioro ambiental y descenso de calidad de vida. Es decir, hay una ntima relacin que es necesario recalcar, sobre todo de cara a quienes -como algunos de nosotros- provenimos del ecologismo. En algn momento se ha hablado de defensa de la naturaleza -a m el concepto de "defensa de la naturaleza" siempre me ha parecido epistemolgicamente poco til, en el sentido de que la naturaleza no necesita que la defienda nadie, se de-fiende ella sola y, si para ello, necesita que desaparezca la especie humana, pues lo har; lo que necesitamos, en realidad, es defendernos a nosotros en nuestro frgil equi-librio con la naturaleza-,

    - El bienestar humano es inseparable de la equidad y de la solidaridad a nivel global. Esto es algo que hay que tener cuenta a nivel tcnico. No es una cuestin exclusivamente tica. Al hablar de sostenibilidad hay que tener muchas ve-ces cuidado de no introducir elementos morales o ticos, ms que cuando es necesario, para entender que muchas veces tambin estamos hablando de optimizacin y efica-cia. Y esta idea -la de que el bienestar humano es insepa-rable de la equidad de la solidaridad a nivel global- es una idea que debemos incorporar a nuestros planteamientos tcnicos. Yo creo que la huella ecolgica es un concepto revelador en este sentido, que permite salir de esa especie de espiral tico-moral o ideolgica en torno a estos temas y traducirlo a trminos objetivos. Es decir, hay quienes es-tamos gastando tres veces ms planeta que otros y eso, evidentemente, al margen de cualquier planteamiento ideolgico, no es sostenible desde ningn punto de vista.

    Dentro de este salto muy acelerado que estoy haciendo para acercarme al final, vamos ahora a hablar de criterios generales de urbanismo sostenible:

    El primero tiene relacin con todo lo que hemos dicho -que la ciudad ya no puede ser, en ningn caso, una creacin an-nima, colectiva. El desarrollo urbano y terr i tor ial debe ser planificado. Si hubiera que resumir de forma tan sinttica y telegrfica como lo estoy haciendo aqu cules seran esos objetivos del urbanismo sostenible, yo los reducira a tres, que son, al menos desde mi punto de vista, los que me han resultado tiles a la hora de pensar e intervenir desde la prctica profesional concreta:

    - Uno de los objetivos sera la integracin en el contexto natural y artificial.

    - El otro sera el ahorro de recursos energticos y mate-riales.

    - Y el tercero sera la calidad de vida en trminos de salud, confort y bienestar social.

    Vamos a extendernos un poquito sobre cada uno de ellos, teniendo en cuenta que esta articulacin de los conceptos nos puede ayudar a entender por qu determinadas inter-venciones, que se califican como sostenibles, si se contem-plan y analizan desde esta voluntad de rigor, quiz no lo sean tanto o lo son muy parcialmente.

    - Integracin en el contexto natural y artif icial. Podramos decir que, para considerarse sostenible, toda intervencin debe integrarse armnicamente en el medio natural, rural o urbano en el que se plantea, partiendo de lo existente y contribuyendo a su mejora, ya sea mediante la sustitu-cin, la renovacin o la conservacin de los elementos del contexto. Podemos decir que, desde esta perspectiva, antes de emprender cualquier intervencin arquitectni-ca o urbana lo primero que debera plantearse sera esta cuestin: es necesario hacerla? Y, si es necesario hacerla, no se puede hacer a partir de lo existente? Y si se hace a partir de lo existente, lo que vamos a hacer lo va a me-jorar o no lo va a mejorar? Aqu entrara, formando parte de la reflexin sobre la sostenibilidad, el debate en torno a la rehabilitacin, la renovacin, la regeneracin urbana, etc. Y aqu viene a cuento tambin una de las aseveracio-nes que yo suelo enunciar, un poco provocadoramente, emulando a Frei Otto, que ya lo dijo hace aos: muchas veces lo ms sostenible es no intervenir. Es decir, que la arquitectura y el urbanismo ms ecolgicos no son los que tienen ms paneles solares, ni los que utiliza ms medios y materiales ecolgicos, sino los que no se hacen si no es necesario hacerlos.

    - El segundo objetivo bsico es el ahorro de recursos ener-gticos y materiales. Sobre esto no vamos a extendernos. Lo nico que ses necesario sealar es que muchas veces se identifica la sostenibilidad urbana exclusivamente con este campo. Esto es lo habitual. Un ejemplo muy claro es al que haca referencia esta maana Mario Gaviria: cuan-

    136 ALEGACIONES

  • do se piensa exclusivamente en trminos de orientacin solar, el urbanismo que se genera, si no se tienen en cuenta los otros objetivos, es un urbanismo de una cali-dad muy baja desde el punto de vista dei espacio pblico, contextual e identitario. Por qu? Porque lo nico que se est pensando es orientar los edificios al Sur, porque se est planteando el problema exclusivamente en trminos monofuncionales.

    Y el ltimo objetivo, que es el que quiz competera ms al contenido de estas jornadas, sera la calidad de vida en trminos de salud, confort y bienestar social. Y los tres trminos, aunque se solapan en gran parte, no son lo mismo. La salud se refiere particularmente a los aspectos mdico-sanitarios en su sentido ms amplio; el bienestar social, naturalmente, a los socioeconmicos; y dentro de la idea de confort entran todos aquellos aspectos de calidad de vida que no tienen que ver directamente ni con la salud ni con el bienestar social, pero s que tienen que ver con la posibilidad rea! de uso y la habitabilidad de los espacios urbanos. Si analizamos desde esta perspectiva cualquiera de los espacios pblicos -sobre todo los que se estn reali-zando y muchos de los que salen en las revistas- veremos que no aguantaran el examen: el que no es confortable, puede que est contribuyendo a agravar problemas so-cioeconmicos o puede, incluso, que sea fuente de proble-mas sanitarios o mdicos.

    Este marco conceptual, que, por supuesto, admite otras muchas formulaciones nos permite saber, por lo menos, en qu terreno nos movemos para no apresurarnos a aplicar el adjetivo "sostenible" a cualquiera de las intervenciones que se autodenomine como tal.

    Vamos a ver cmo se traducira todo esto a objetivos muy claros a las escalas territorial y urbana.

    A la escala territorial, los objetivos bsicos seran la limita-cin de la dispersin urbana, la redistribucin terr i torial de los recursos, la gestin integrada de los flujos de energa y materia, la reduccin de las necesidades de movilidad mo-torizada, el reequilibrio entre el entorno natural, rural y ur-banizado, el fomento del desarrollo local y la autonoma de los ncleos urbanos, y la insercin en las redes globales.

    No tenemos ahora tiempo ahora de entrar en un anlisis ms detallado, pero aunque slo sea mirando los dos ltimos puntos veremos que podran parecer dicotnnicos o contra-dictorios. Yo creo que esa es la clave de la sostenibilidad -la complejidad debemos entenderla as-: lo local no debe estar nunca reido con lo global; y yo creo que eso pertenece a los genes del movimiento ecologista ms profundo que es el que ide la feliz frmula de pensar global y actuar local. Es decir, muchas veces se acusa a quienes hablamos de sos-tenibilidad de estar en contra de procesos de globalizacin relacionados con las redes globales; es todo lo contrario,

    lo que se busca es una optimizacin mxima a travs del aprovechamiento de los recursos locales: lo que se puede resolver a nivel local, para qu vamos a perder recursos, energa y tiempo en resolverlo a nivel global? Esto no es sino el principio de subsidiariedad en otros trminos-.

    Si descendemos a la escala urbana, cules seran las con-diciones bsicas para una ciudad sostenible? Podramos empezar hablando de articulacin de piezas urbanas: cuan-do hablamos de metrpolis, la idea de los ecobarrios entra dentro de este concepto; el ecobarrio como una pieza de esa metrpolis que tiene un funcionamiento local, pero a su vez est integrada y bien articulada con el resto del tejido o, a nivel territorial, tambin los pequeos pueblos pueden funcionar como estas piezas urbanas que pueden articular-se. La rehabilitacin o reutilizacin del patrimonio construi-do antes que la ocupacin de nuevo suelo, la compacidad, la mezcla de usos, la cohesin social y la participacin, ia habitabilidad, ia concepcin del espacio pblico como esce-nario privilegiado de la vida ciudadana.

    Este ltimo es un elemento fundamental, no es posible concebir un urbanismo, o una arquitectura, en la que el es-pacio pblico sea meramente residual, el vaco que queda entre los edificios; el sistema de produccin del espacio que impera en este momento, basado en gran parte en la arquitectura cnica y meditica, suele generar este tipo de espacios pblicos residuales de muy baja calidad.

    La insercin de la naturaleza en la ciudad, el predominio del transporte pblico y peatonal sobre el vehculo privado, el uso de las energas renovables, la gestin de la demanda -no slo de agua, sino de todos los recursos-; la idea de ges-tin de la demanda es un concepto novedoso que se est ya aplicando en sitios como California, donde se comprueba que se consigue la optimizacin de los recursos, incluso desde el punto de vista de la economa de mercado, cuando se gestiona la demanda en lugar de la oferta. Y, por supues-to, las famosas "tres erres" aplicadas al mbito urbano: re-ducir, reutilizar y reciclar.

    Siguiendo con este panorama acelerado, como sera el mapa de una ecociudad? Cules seran sus rasgos ms ca-ractersticos? En la siguiente imagen aparecen formulados de manera sinttica como piezas de un todo: la ciudad de la diversidad cultural y de la identidad, la ciudad que produce la energa que necesita, la ciudad del confort bioclimtico, la ciudad de las distancias cortas, la ciudad con espacios pblicos que facilitan !a vida, la ciudad con un ciclo cerrado de agua, la ciudad con una red equilibrada de barrios fuer-tes, la ciudad que combina descentralizacin y centralidad, la ciudad en equilibrio con la naturaleza, la ciudad que con-suma el mnimo de suelo virgen, la ciudad razonablemente compacta, la ciudad como un organismo vivo y autosufi-ciente, la ciudad que se mueve sin contaminar demasiado, la ciudad construida y gestionada por sus habitantes, la

  • ciudad con una economa local fuerte y bien enraizada. En suma, la ecociudad es una ciudad saludable, una ciudad que genera bienestar.

    Y cules seran las herramientas bsicas para llevar a cabo esto? No voy a hacer un ejercicio de sntesis, soy consciente de que cada una de las aseveraciones que voy haciendo de forma as, tan contundente, pueden ser objeto de debate y, al respecto de las herramientas, podra ocurrir lo mismo-.

    En primer lugar, a modo de marco general, estas nuevas he-rramientas para la planificacin sostenible deben atender a lo local desde la compresin del contexto global -como ya hemos dicho- y deben construirse desde un diagnstico integral que combine lo sectorial y en el que se incluya la participacin. La base para cualquier intervencin en el m-bito del urbanismo, debe ser la capacidad de carga del te-rritorio; deben responder a objetivos consensuados, deben traducirse en programas y proyectos; y deben someterse a un proceso continuo de seguimiento. No voy a extenderme mucho ms. Voy a hacer el resumen de cules seran las herramientas, en qu se resumiran, en qu se distinguira esa forma instrumental de abordar el urbanismo que ofrece el paradigma de la sostenibilidad:

    - La primera, en la que se podran resumir muchas de las cosas que acabo de decir en global la idea del enfoque holstico y multidisciplinar,

    - La segunda, y fundamental, se refiere a la participacin y el control de los usuarios.

    - Y la tercera, gira en torno a la evaluacin y monitorizacin continua.

    Todo esto no quiere decir que haya que echar en saco roto todas las herramientas convencionales de que se han dota-do el urbanismo y la arquitectura, sino que se deben resi-tuar, en aras de conseguir los objetivos planteados.

    - El enfoque holstico y multidisciplinar es aquel que, busca la conexin, el solapamiento entre los tres objetivos fun-damentales (integracin, ahorro y calidad de vida), y es de esa hibridacin de donde surge realmente la sostenibili-dad urbana como resultado.

    - La participacin y control de los usuarios consiste en darle la vuelta al modelo habitual de intervencin en la ciudad, que es un proceso de arriba a abajo en el que, de alguna forma, la construccin de la ciudad se impone a sus habi-tantes usuarios, y considerar el conocimiento acumulado gue poseemos como ciudadanos, como usuarios, no como un obstculo a la intervencin, sino como todo lo contra-rio, un filn de conocimiento, y un filn para la optimiza-cin de cualquier intervencin.

    - Y la evaluacin y la monitorizacin continua, que se pue-de producir a todas las escalas y que es tambin un ele-

    mento fundamental. Yo suelo decir que en el mbito de la arquitectura y el urbanismo, sobre todos los arquitectos, no estamos habituados a volver al lugar del crimen. Yo he estado durante aos trabajando tambin en una revista de arquitectura, y por mis manos han pasado las ms ma-ravillosas memorias de arquitectura y de proyecto, con unas declaraciones de intenciones fantsticas de cmo ese proyecto en concreto, el que ha hecho el que redacta la memoria, va a contribuir al bienestar de todo el mundo que tenga la suerte de vivir en l. Lo que no se suele ha-cer, como se hara en cualquier otro campo cientfico, es comprobar si eso realmente ocurre; visitar el sitio y ver si realmente es cierto y, si no, por qu, de modo que en el siguiente proyecto no se produzcan los mismos errores o, por el contrario y si es el caso, se reproduzcan los aciertos. Eso no suele ser habitual, no est incorporado a nuestra forma de pensamiento y prctica.

    Todo esto implica que es necesario establecer un nuevo papel para el arquitecto y el urbanista y, en general, para cualquier tcnico que tiene que ver con la intervencin en la ciudad. Un nuevo papel del arquitecto, que sera el de traductor de deseos y necesidades, el de mediador y facili-tador de procesos, el de catalizador de situaciones, y el co-nector entre sujetos e intereses diversos. Todo ello no est reido -insisto- con las funciones tradicionales del arquitec-to. Pero esto nos puede permitir tambin -como urbanistas y arquitectos- como profesionales, movernos en un entorno mucho ms cmodo, en el que la toma de decisiones sobre cmo se utilizan los recursos energticos y materiales de toda la colectividad no sea una pesada carga que cae sobre nuestras espaldas, sino un reto compartido.

    El objetivo de un nuevo urbanismo de los ciudadanos, desde este punto de vista, sera el de pasar de este papel de tcni-co y maestro y demiurgo, al de tcnico que es consciente de su papel de ciudadano y usuario, y que, a la hora de pensar en lo que pone en el papel, y a la hora de instrumentar tc-nicas para trasladar sus ideas al papel, tiene en cuenta su vivencia personal sobre lo urbano; y lo contrario, el paso del usuario pasivo al usuario activo, buscando formas de que sea consciente de que lleva -por as decirlo- un urbanista, un arquitecto dentro y de que es tambin capaz, si se bus-can los medios adecuados, de articular ese conocimiento que tiene en forma de conocimientos tiles.

    Aqu acabara mi charla. Slo quiero hacer un corolario de la misma, referido al sector vivienda, que creo oportuno en este momento en que, asociado a este sector, nos invade el "tsunami urbanizador"del que habla Ramn Fernndez Du-rn. Si hubiera que hacer un resumen de recomendaciones para la sostenibilidad dentro del sector vivienda, por mucho que pueda parecer ingenuo en esta situacin de urbanismo depredador, podra formularse en estos trminos: construir en funcin de las verdaderas necesidades de vivienda, fa-

    ns " A L E G A C I O N E S

  • cilitar la participacin ciudadana a lo largo de todo el pro-ceso de creacin de vivienda, considerar la vivienda por su valor de uso, no por su valor de cambio - o sea, no como producto financiero, como ocurre en este momento-, evi-tar en lo posible la urbanizacin de nuevos suelos, reciclar ef tejido y el suelo existente, evitar las bajas densidades, evitar los barrios-dormitorios favoreciendo la mezcla de

    usos, concebir al mismo tiempo y con los mismos criterios de calidad la edificacin y el espacio pblico, construir en funcin de la topografa y el clima -orientar y aislar bien-, equipar la vivienda con tecnologas para el ahorro de ener-ga y materiales, y asegurar la accesibilidad mediante for-mas de movilidad sostenible -proximidad peatonal, bicicleta y transporte pblico-.