“Ciudadanía Fiel para Católicos en...

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“Ciudadanía Fiel para Católicos en Iowa” Septiembre 2018 Como americanos, celebramos los derechos que tantos nos ha costado ganar, frecuentemente ganados con el precio de una vida o de una extremidad. Entre estos contamos el precioso derecho al voto. Por principio, cuando existe un derecho a algo, también existe una obligación correspondiente. Así pues, tenemos un deber a ejercer nuestro derecho a votar. El Catecismo de la Iglesia Católica, en comentario sobre el Cuarto Mandamiento, nos enseña que el deber del voto es una obligación moral (2240). El deber al voto incluye la responsabilidad de estar informado sobre los asuntos, para poder votar conscientemente. Para poder lograr una formación de consciencia, la Iglesia Católica tiene una extensa lista de enseñanzas sociales que traducen al Evangelio a la vida diaria. Las enseñanzas sociales católicas se basan en los principios fundacionales de respeto a la vida y dignidad humanas, y el bien común. A ninguna persona humana, ya sea un preso culpable de una ofensa capital, un niño en el vientre, o una persona discapacitada debido a enfermedad o a edad avanzada, se le puede arrebatar ni puede perder su dignidad. El haber sido creado por Dios es la base de la dignidad humana. Pero la raíz de la dignidad humana va más profunda que la creencia de que las personas están creadas a imagen y semejanza de Dios, que han sido redimidas por la muerte y resurrección de Jesús y que Dios se roma personalmente cualquier cosa que hagamos (o dejemos de hacer) hacia otra persona (ver Mateo 25:30). La dignidad humana se defiende al perseguir el bien común. Es la responsabilidad de un gobierno, y de sus ciudadanos individualmente, el cuidar de todas las personas, especialmente de aquellos que necesitan ayuda para asegurarse de las cosas necesarias para vivir dignamente: un trabajo productivo, salarios justos, comida, techo, educación, servicios médicos y protección contra adversidades. Podemos estar en desacuerdo sobre el cómo la gente obtiene acceso a estas cosas, pero no sobre el hecho de que la gente tiene derecho éstas. Y es por esa razón, que la búsqueda del bien común incluye el asegurarnos que la gente tiene el derecho a migrar cuando las cosas que necesitan para vivir con dignidad no están disponibles en sus naciones de origen. Pero tengamos claro, el abogar por los derechos humanos, como el trabajo, salarios e inmigración, no tiene sentido si no defendemos el derecho fundamental que tiene toda la gente a la vida.

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“Ciudadanía Fiel para Católicos en Iowa” Septiembre 2018

Como americanos, celebramos los derechos que tantos nos ha costado ganar, frecuentemente ganados con el precio de una vida o de una extremidad. Entre estos contamos el precioso derecho al voto. Por principio, cuando existe un derecho a algo, también existe una obligación correspondiente. Así pues, tenemos un deber a ejercer nuestro derecho a votar. El Catecismo de la Iglesia Católica, en comentario sobre el Cuarto Mandamiento, nos enseña que el deber del voto es una obligación moral (2240). El deber al voto incluye la responsabilidad de estar informado sobre los asuntos, para poder votar conscientemente. Para poder lograr una formación de consciencia, la Iglesia Católica tiene una extensa lista de enseñanzas sociales que traducen al Evangelio a la vida diaria. Las enseñanzas sociales católicas se basan en los principios fundacionales de respeto a la vida y dignidad humanas, y el bien común. A ninguna persona humana, ya sea un preso culpable de una ofensa capital, un niño en el vientre, o una persona discapacitada debido a enfermedad o a edad avanzada, se le puede arrebatar ni puede perder su dignidad. El haber sido creado por Dios es la base de la dignidad humana. Pero la raíz de la dignidad humana va más profunda que la creencia de que las personas están creadas a imagen y semejanza de Dios, que han sido redimidas por la muerte y resurrección de Jesús y que Dios se roma personalmente cualquier cosa que hagamos (o dejemos de hacer) hacia otra persona (ver Mateo 25:30). La dignidad humana se defiende al perseguir el bien común. Es la responsabilidad de un gobierno, y de sus ciudadanos individualmente, el cuidar de todas las personas, especialmente de aquellos que necesitan ayuda para asegurarse de las cosas necesarias para vivir dignamente: un trabajo productivo, salarios justos, comida, techo, educación, servicios médicos y protección contra adversidades. Podemos estar en desacuerdo sobre el cómo la gente obtiene acceso a estas cosas, pero no sobre el hecho de que la gente tiene derecho éstas. Y es por esa razón, que la búsqueda del bien común incluye el asegurarnos que la gente tiene el derecho a migrar cuando las cosas que necesitan para vivir con dignidad no están disponibles en sus naciones de origen. Pero tengamos claro, el abogar por los derechos humanos, como el trabajo, salarios e inmigración, no tiene sentido si no defendemos el derecho fundamental que tiene toda la gente a la vida.

Cuando llegue el momento a ejercer el voto, puede ser que ningún candidato esté alineado con el respeto por la vida y la dignidad humana y el bien común. Entonces, ¿qué debe hacer el votante con una consciencia correctamente informada por las enseñanzas de Cristo y de su Iglesia Católica? Nunca habrá un candidato perfecto, pero eso no es excusa para no votar, lo cual permitiría que otra fuerza o voz llenaran el vacío que se genera al no participar. En vez de esto, escojan al candidato que crean que pueda causar el menor daño, o que tiene el potencial de crear el mayor bienestar para la mayoría de las personas. Nuestro Santo Padre el Papa Francisco, en si exhortación a la santidad “Alégrense y Regocíjense” nos advierte contra el error de separar la práctica religiosa de la participación social. Él nos enseña que “no podemos plantearnos un ideal de santidad que ignore la injusticia” (párrafo 101). El derecho y el deber a ejercer un voto informado es una enseñanza social católica muy importante, y una gran forma de que nosotros podamos tener un impacto en todos los aspectos de la vida pública. El voto y otro tipo de participaciones políticas son un deber tan importante en nuestra religión como lo es la oración diaria y el culto los domingos. Para más información sobre las enseñanzas sociales y morales de la Iglesia relacionadas con nuestra participación en la actividad política, visite la liga de “Ciudadanía Fiel” en www.iowacatholicconference.org. Sinceramente en Cristo,

Reverendísimo Michael Jackels Arzobispo de Dubuque

Reverendísimo Thomas Zinkula Obispo de Davenport

Reverendísimo R. Walker Nickless Obispo de Sioux City

Reverendísimo Richard Pates Obispo de Des Moines