Cine y cultura

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Las Nociones de “Alta Cultura” y “Cultura Popular” y su interacción durante el Siglo

XX.

Theotônio Dos Santos

1 - La Noción de Alta Cultura o Cultura Erudita - fué un producto de la

cresciente individualización del productor cultural a partir del Renacimiento Europeo.

El produtor cultural (artezano, sabio, religioso u otros) era, en general, parte de la

comunidad y raramente actuava como un productor independiente individualizado.

Durante los siglos XVI y XVII el desarrollo de las Cortes monárquicas y la riqueza

creciente de las familias burguesas con el comercio mundial abrieron espacio para el

surgimiento de pintores, escultores, cantores y músicos, atores de teatro, autores de

teatro, poetas, escritores que se tornaron grandes individualidades, reconocidas y

divinizadas por sus mecenas o clientes (el Estado monárquico, las iglesias y conventos,

las casas burguesas, etc). Como producto de esta actividad cada vez más profesional

surge la obra de arte única e irrepetible, como parte de un mundo cultural bien definido.

Este mundo cultural fue consagrado en los Siglos XVIII y XIX por los estilos

barroco y clássico que hicieron despuntar los genios fundadores del arte y de la cultura

occidental considerada como estadio más alto de la cultura y de la civilización. La

música polifónica, con el concierto, el teatro moderno, con el drama y la comedia, la

ópera, la danza como espetáculo, el cuadro y la escultura como elementos

independientes de la arquitetura, la poesía pura, la novela, sumados al desarrollo de la

ciencia como actividad profisional y sistemática, cuyo avance se proyectava en el

lenguage y en los instrumientos utilizados por estas manifestacions culturales

autónomas, todo este criava en occidente un acervo cultural que se separava y

autonomizava de toda la producción cultural anterior y se presentava como la “alta

cultura”. Cabía a ella seleccionar sus antecedentes culturales buscados sobretodo en la

llamada Antiguidad Clásica Grego-Romana.

El acceso a ella exigía una iniciación y aprendizado específico que fue cada vez

más entregue a las Escuelas, a las Universidades, a las Academias, a los Conservatorios.

La propria recepción y apreciación de esta producción cultural exigía una iniciación ya

que ella no se produzia ni se consumia en lo cotidiano sino en locales especiales que se

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fueron creando para su realización. Era el mundo del Esclarecimiento: un modelo

cultural filosófico, científico, moral y estético que debria conquistar a toda la

humanidad ya que era un producto de la razón pura y de la correspondencia entre el

orden social y las necesidades decorrentes de la naturaleza humana. Por lo menos así se

veía la Europa a desde del siglo XVIII hasta la II Guerra Mundial.

2 - La Cultura Tradicional y la Cultura Popular - La alta cultura se desarrolló en

parte en oposición a una cultura tradicional de origen rural o de otra parte, en oposición

al aparato cultural religioso que adquiriera importancia especial en la Edad Media

Europea (mientras en el Mundo Árabe y Oriental en general otras intancias de

producción culturales eran tan importantes o aún más que el aparato religioso). Pero, en

estos años se desarrolló una cultura urbana nueva y cada vez más significativa. Tenemos

ahi la fuente de una cultura popular que no se funda en el folk-lore, el cual tiende a

reproduzir-se sin cambios y se apoya en el trabajo colectivo y anónimo y no

profesional.

La cultura popular es hija del desarrollo de la prensa y la tipografía, de la

generalización del uso de las tintas y telas, del avance de la acústica y de los

instrumentos musicales, de la construcción de casas de espetáculos, de la comunicación.

Fue la formación de una opinión pública burguesa y de una sociedad civil cada vez más

complexa y diferenciada que, en varias olas revolucionarias, se posesionó de los

jardines y parques de la nobleza y de la monarquía y fue estableciendo su proprío

mundo cultural, donde el divertimiento, la emoción, la sensualidad tenían un rol mucho

más evidente que en la “alta cultura”, iluminista, racionalista.

Muchas veces este mundo burgués en constitución fué buscar sus raíces en la

tradición de grupos étnicos más expertos en el desarrollo de las artes del

entretenimientro, como la música gitana que servió de fundamento para las canciones de

Europa Central, Rusia el flamenco español (así como inspiró los músicos eruditos de

las escuelas románticas y nacionalistas), o como las canciones del sur de Italia o la valza

vienense que tienen origen popular antes de llegar a las dalones y a los escenários. En

América, la rica tradición cultural de los esclavos africanos dieron origen a los

“spirituals” y al “jazz”, cuya evolución posterior se mezcló muchas veces con la música

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erudita, o el tango argentino (de origen hispánico y afro). Es curioso que este mundo

artístico que incluya liricas de origen a veces popular a veces erudita se mezclaba al

teatro, imitando la ópera y el ballet de las cortes y despues de los teatros nacionales con

versiones más levianas como el “vaudeville”, las zarzuelas, el musical norte-americano

y varias otras manisfestaciones similares como el teatro kabuki japonês que vulgarizó la

disciplina teatral clásica del Teatro No, o mismo la ópera de Pequin que tuvo su cara

popular.

El mundo de la bohemia, de la diversión masculina fue el ambiente también de

gran parte de la producción estética que rompió con la alta cultura clásica sin romper

con su carácter elitista, cerrado, del arte por el arte, de la obra artística o literaria pura,

autónoma e independiente. E “art nouveau” del fim de siglo, el impressionismo y el

expresionismo, el abstraccionismo, el concretismo, el futurismo e incluso los

surrealistas de “Dadá” no rompieron con la alta cultura, apesar de buscar un contenido y

sobretodo unas técnicas más amplias y accesibles que rompían con la forma y contenido

clásico y aún con el romanticismo y el realismo del siglo XIX.

Estos, sin romper con la técnica y las formas de producción del clasisismo

buscaron encontrar nuevos contenidos artísticos y estéticos más próximos del pueblo en

general (entendido como el campesino europeo, o el indio americano, o el campesino

japonês, todos idealizados como fuente de pureza y expontaníedad humanas que la

civilización intentaba destruir) o mismo de las classes populares modernas en proceso

de organización política en los partidos socialistas (el obrero, el miserable, el minero

ganaron su espacio en la literatura, el teatro, la ópera naturalistas de la segunda metad

del siglo XIX, como expresiones de la naturaleza más bestial que se chocava con las

formas civilizadas y racionales).

3 - La Interación de la alta cultura y la cultura popular - Al mismo tiempo que la

alta cultura crecía en torno al Estado, particularmente su sistema de enseñanza de la

primaria a la Universidad, a las escuelas religiosas o a las asociaciones ideológicas, a los

museos, a las galerías de arte, a los teatros nacionales o a otros teatros de classe alta o

media, el jovem aparato de la cultura popular ganava un dinamismo ímpar. Y penetrava

en las casas de prostitución, en los teatros populares, en las colunas de los diarios, en las

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revistas, en los editoriales populares que produzían cada vez más para un público no

oficial, particularmente para las mujeres que impedidas de tener a la alta cultura

(excluídas de las escuelas, sobretodo secundarias y universitarias) se instruían en las

novelas y los folletines, en las revistas femininas, de moda y atividades paralelas.

El impacto más fuerte fué dado por el surgimiento de nuevas técnicas y menos

por el desarrollo de productos culturales capazes de potencializar la capacidad de

reproducción de las palabras, através de la tipografía por linotipía; de las imágenes, por

la fotografía; en seguida, por el cine; del sonido, por el radio y, posteriormente, juntase

a la imagen en movimiento en el cine hablado y en la televisión. Al mismo tiempo, los

objetos produzidos por la industria se dejaron influenciar por principios estéticos nuevos

abiertos por la superación del estilo clásico en las artes plásticas. Esta revolución tan

profunda tendría que afectar la propria alta cultura. Bajo el impacto de la presión de las

lucha sociales en el fin del siglo XIX y el início del XX, la llamada Alta Cultura se

sensibiliza con los notables cambios en los instrumentos de productión estética y en su

naturaleza misma.

La posibilidad de produzir en masa con preocupación estética y de reproduzir

las obras de arte para públicos mucho más amplios llevó a las propuestas futuristas

sobre el arte de masas. La vítoria de la Revolución Rusa y la ola revolucionaria despues

de la I Guerra Mundial llevaron a una búsqueda cada vez más rigurosa de utilizar el

potencial del arte puro para la producción en masa. Los futuristas rusos y

posteriormente la Bauhauss, (que abrigó parte de ellos, en choque con la evolución de la

Revolución Rusa) intentó cambiar el conceptó del arte poniendola al servicio de la

funcionalidad.

El objeto artístico se independizaba totalmente de sus funciones representativas

de cualquier realidad para transformase en un objeto de valor proprio que se integra

cada vez más a la revolución industrial, en la medida en que puede reproduzir-se más o

menos ampliamente o adaptarse a las artes aplicadas comunes a todas las artes

industriales de masa. Era el período del avance de la administración científica de la

producción, lo que se llamó el taylorismo o el fordismo: la producción en masa

aproyada en las esteras de producción, en la división de las tareas productivas realizadas

por las máquinas y por los obreros. Era el aumento infinito de la productividad através

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del pleno desarrollo de la mecánica, de la energia elétrica y fósil. Había que traer para la

producción artística al neon fosforeciente, a los nuevos materiales, a la mecánica, a la

matemática, a la ingeneria y la construcción. Había que reintegrar el arte en la vida

cotidiana. Había que romper con el escenario teatral tradicional, con los museos y con

toda noción del espetáculo para llevar el arte para las calles. Había que romper con la

oposición entre la alta cultura y la cultura popular, transformando esta última en forma

aplicada de aquella.

Pero el resultado no fué animador en el primer momento. La revolución estética

de los futuristas rusos no ganó las masas y fue facilmente aplastada por el Estado de

deformación burocrática stalimiano. Es necesario considerar sin embargo la la URSS

era esencialmente un país campesino y que era muy difícil que las masas rurales que se

desplazaron hacia los centros urbano se sentiron identificadas con las propuestas

futuristas que emaraban toda su sensibilidad del mundo industrial abstracto y mecánico.

La misma opresión y anulación ocurrió en la Alemania nazi con la Bauhauss y

con los proyectos surrealistas que no encontraron abrigo en ningún gobierno por su

contenido anarquista. Es interesante señalar sin embargo que la Revolución Mexicana se

mantuvo fiel a sus artistas. Los muralistas mexicanos, sus músicos nacionalistas, sus

escritores “realistas imaginarios”, aún la producción surrealista fue preservada y

apoyada por el Estado revolucionario. Claro que México no pudo resistir a la ofesiva

pós Segunda Guerra Mundial en favor de la cultura industrial norte-americana.

A partir de la II Guerra el aparato cultural culto pasó a competir duramente con

la naciente industria cultural. El cine, la fotografia, la radio y la televisión eran

actividades nuevas basadas en la producción en masas. El cine llegó a desarrollar una

estética propia que lo inscribrio en el campo del arte (la sétima arte). La fotografia

encontró también un reconocimiento estético significativo. El radio y la televisión jamás

lo lograron tal reconocimiento pero atrayeron novelistas, teatrólogos, directores y

guionistas de cine y varios otros profesionales que coqueteahan con las artes puras o

altas. La novela escrita y el teatro terminaron por incorporan importantes recursos

estéticos del cine y de los medios de communicación de masas. Cientistas puros

también se aproximaron de estos medios de comunicación de masas. En algunos casos,

como la BBC de Londres, se desarrollaron escuelas de documentarios importantes.

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Al lado de los nuevos medios de comunicación, la tipografía avanzaba muy

rapidamente para el offset y abría espacio para el uso del dibujo generalizado impreso.

Surgieron las famosas revistas “comics”, con una nueva literatura ilustrada o

ilustraciones con apoyo litarario. El diseño reproduzido en masas ganaba una gran

sofisticación bajo la influencia del expresionismo y otras corrientes estéticas. Los

“comics” se iniciaron como una literatura infantil y joven pero avanzaron

posteriormente hacia el público adulto. El caso de los mangas japoneses es un ejemplo

de esta evolución, que tenia importantes precedientes en del siglo XIX. Más tarde los

“comics” irón influenciar el arte pop de la década de los 70s y 80s.

La música popular se desarrolló enormemente en el período llegando a apoyarse

en orquestras completas y dando origen a las “big bands” de jazz u otros ritmos. Por

otro lado, la influencia del jazz en la música erudita fué extremamente fuerte en los años

20 y 30. Gerschin y Cole Porter llevaron el jazz para los escenarios con musicales y

óperas de alto reconocimiento. El avance de los nuevos instrumentos eletrônicos abrió

el espacio para “shows” cada vez mayores. En la década del 60 la nueva realidad

explotó. Los “beattles” naciereon de las zonas proletarias y elevaron al “rock and roll”

(comunidade originalmente como una versión blanca del jazz) hacia un nuevo patamar.

Los enormes conciertos de rock, integrados a las luchas en contra de la guerra del

Vietnam y otros itens programáticos, inauguró los auditorios de centenares de miles y

hasta de un millón y más espectadores. Muy activos en general, ellos acompañan las

músicas, danzane, se manifestam politicamente y sobretodo ostentan nuevos costumbres

en general prohibidos en otras circunstancias, sobretodo el consumo de drogas. Estaba

abierto el camino para las “gangs” de jóvenes asociados a las varias versiones del rock,

al “rap” y otras modalidades de un fenómeno social y cultural nuevo, subproducto del

desempleo y de la exclusión social, al mismo tiempo que refleja el desarrollo de la

tecnología y del tiempo libre en una estrutura demográfica adonde el joven ganó una

clara preminencia (que debrá perdurar por algunas décadas aún).

La apropiación de este extremo dinamismo cultural por los medios de

comunicación ha sido vacilante algunas veces, pero en general ellos buscaron sumarse a

estos fenómenos. El mundo de los jóvenes y del rock influenció el lenguage de los

sistemas audio-visuales. El corte rápido, las frases inconclusas, sus términos proprios,

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sus chistes brutales dieron origen a los “clips” que ocupam un tiempo creciente en las

televisiones, particularmente en los canales para jóvenes. Hay una perplejidad creciente

del pensamiento estético, social y político frente a estos câmbios. Muchos creen que hay

una oposición creciente entre los varios elementos de esta revolución tecnológica: la

alta cultura se encontraría amenazada por la industria cultural, la lectura es presentada

como amenazada por los audio-visuales, del cine se encuentra por su vez en extinción

frente a la televisión y los vídeos. Estos por su vez se encuentram amenazados por la

multimídia y así por adelante. Habría que repasar estas intentos de teorizar sobre estos

fenómenos. Es lamentable constatar sin embargo que ellos reflejan más bien los

prejuizios de los autores que un estudio profundo sobre la evolución o revolución

cultural que la humanidad está realizando.

4 - Las Teorías sobre la Alta Cultura y la Cultura Popular - Si el Esclarecimiento

no dubada de la superioridad de su proyecto cultural, el Romantismo lanzaba sus dudas

al exigir la presencia temática del universo de los campesinos, indígenas y otros

pueblos, los realistas y naturalistas reivindicaban la representación de las camadas

populares. Sin embargo, tratabase de aproximar e integrar estas otras realidades como

contenidos del de la modernidad y no el contrario. Los choques del final del siglo XIX

ya revelaban movimientos sociales no solo activos pero también alternativos. Los

obreros reivindicaban una nueva organización económica, política y cultural. La

Proletariat Culturel, durante la revolución rusa, postuló la superioridad de la cultura

proletaria, pero se veía como heredera de la alta cultura, exigiendole que se abriera, esto

sí, al mundo de la producción industrial y a la producción en serie. La Bauhauss

también reivindicaba el triunfo de la utilidad, del funcional creados por la producción en

masa, pero aspiraba reformar la alta cultura. Autores marxistas como Walter Benjamin

intentaban una síntese entre la alta cultura y la cultura popular urbana naciente. Bertold

Brecht ensayó esta síntesis en el plano del espetáculo teatral. Pero los nazistas parecian

haber ganado esta batalla al transformar las masas en espetáculo produciendo una

identidad entre ellas y el poder político ditatorial sin límites evidentes. Brecht pretendía

educar las masas por el espetáculo, los nazistas lograron mobilizarlas por estos medios.

De otro lado, autores como Gabriel Tarde, en el fin del siglo XIX, y Ortega y

Gasset, en los años 20 y 30, veían en la emergencia de las masas una amenaza a la alta

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cultura y a los valores humanos en general. Ellos temían la fuerza totalitaria que parecía

emergir del uso político de las masas, identificadas con la mujer, objeto del poder

masculino, con sus coqueteos y juegos de seducciones que la técnica del poder

terminaba por subjugar.

Adorno y Horkheimer fueron quizás los primeros e identificar esta cultura

popular y de masas como una nueva industria - la industria cultural. Esta no era

simplesmente una expresión de los comportamientos temperamentales de las masas, ella

reflejaba una manipulación no solamente política mas una propuesta civilizacional, una

amenaza totalitaria que pretendía banir la modernidad racionalista que la alta cultura

significaba. La defensa de la Razón, aún cuando la razón crítica pudiera cuestionar su

absolutización realizada por el Iluminismo, era la defensa de la Civilización en contra

de la amenaza totalitaria del nazismo, del burocratismo stalinista y, posteriormente, de

la industria cultural dominada por el sistema de producción capitalista. La crítica de

Adorno y Horkheimer no buscaba compreender la dialética propuesta por esta industria

cultural. Ellos la veian como manifestación sea del mercantilismo capitalista, sea del

totalitarismo. Ellos llamaban a una correta defensa de la alta cultura - apesar de su

contenido de clase - en la medida en que permitía un avance del pensamiento humano

diante de los objetivos puramente subjugados al mercantilismo, al entretenimiento, al

utilitarismo, a la manipulación de emociones y sentimiento de la cultura de masas

convertida en industria. Y si su crítica en realidad se dirigía al propio Iluminismo (que

ellos pretendían superar en una versión positiva), los lectores de su ensayo sobre la

industria cultural tendieron a enrijecerla y a partir para una negación completa de la

industria cultural convertida en monstro generador de la enajenación. La noción

desarrollada por Althurser muchos años despues de los aparatos ideológicos de Estado

venia a reforzar este enfoque al agregarle una metodologia estruturalista que veia el

capitalismo como un sistema que se auto-mantenía y cuyos elementos constituyentes

eran siempre funcionales a su auto-reproducción. La cultura de masas, así como la alta

cultura burguesa aparecían como instrumentos constitutivos del sistema y su

reproductor. Marcuse produjera la mediación para este discurso unidimensional al ver

en el capitalismo moderno un sistema unidimencional. No había más contradicción

interna entre los componentes del sistema y él solo podría ser negado por algo externo a

él. La dialética no existía más y el marxismo se convertia en una modalidad más de

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pensamiento formalista no-dialético. Próximos a este enfoque estuvieron muchos

trabajos de los años 60 y 70.

Sin romper totalmente con estos problemas metodológicos, hay que destacar otra

línea crítica a la industria cultural representada por los estudios sobre la dominación

ejercida por los grandes grupos económicos y los Estados imperialistas sobre los medios

de comunicación. Autores como Herbert I. Schiller, Armand Mattelard y Ariel

Dorffman incorporaron en el plano cultural las críticas de la teoría de la dependencia al

sistema de dominación internacional. En la década del 70 estas críticas llegaron a la

propia UNESCO y terminaron en la propuesta de un Nuevo Orden Informativo

Mundial. En realidad tratabase de transformar en proceso real la crítica histórico-

cultural que representaba la reafirmación histórica de los pueblos subyugados por la

expansión del capitalismo europeo desde los años 1500 hasta la Segunda Guerra

Mundial. Tratabase de mostrar que el sistema mundial (que tenía como centro países

europeos y despues los Estados Unidos) había dado origen a un euro-centrismo cultural

que identificaba características intrínsecas a las sociedades y culturas europeas y al

proceso de acumulación primitiva de expansión capitalista a la civilización en general, a

la modernidad en general, a la humanidad en general. Entre estos elementos

indiosincrásicos europeos estaba la superioridad racial del hombre blanco. El racismo

europeo era fruto del triunfo de los pueblos blancos sobre otros pueblos, más en

particular, a partir del siglo XVIII, de los pueblos anglo-saxones que se quizo identificar

con características raciales, discriminando incluso los blancos que antes fueron

hegemônicos pero ahora eran decadentes (quizás por sus mesclas con los pueblos

africanos...). Se excluía también los eslavos, cuyo pasado esclavista los inviabilizaba

como civilización ocidental.

Agregase a la crítica de los pueblos emergentes al eurocentrismo intrínseco al

mundo cultural occidental y su visión de la modernidad, la otra crítica del movimiento

feminino que empieza a mostrar la identidad entre ciertos valores éticos y estéticos y la

posición dominadora y hegemônica del patriarcado, que se consolidó en el Occidente

desde la Antiguidad Greco-Romana.

La alta cultura se veía así atacada de nuevos flancos. Si antes se la acusaba de

elitista, discriminadora del universo obrero y de los pobres en general, ahora se le

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agregaba su contenido euro-cêntrico, racista y sexista. Pero la cultura de masas y la

industria cultural no servían a la superación de esas llagas custionadas por el desarrollo

de nuevas fuerzas sociales desde el final del siglo XIX. Los esfuerzos por desarrollar

una contra-cultura, una cultura alternativa o “underground” en los años 60 y 70 o mismo

una Nueva Orden Informativa Mundial terminaran en los años 80 en una absorción de

sus mitos y propuestas por la industria cultural del “estabishment” o su suplantación

por la fuerza de un proceso de globalización cultural dominado por los grandes grupos

económicos.

En consequencia, se produce un enorme refuerzo al enfoque estruturalista y

pesimista que se desarrolla en el periodo através de autores como Derrida, Foulcaut y

otros que abren el camino hacia la idea de una pósmodernidad en la cual las formas

culturales se disuelven en un fluxo de cambios permanentes donde la história también se

subsume. En este nuevo ambiente, tanto la alta cultura como la cultura de masas o

popular o la industria cultural se fusionan en una dinâmica indeterminada. En este

ambiente pesimista es de gran utilidad el Informe de la Comisión Mundial sobre Cultura

que buscó reelaborar el rol de la cultura Alta o Baja en un mundo en globalización,

donde el pluralismo, la creatividad y el reforzamiento de los movimientos sociales, de la

mujer, el niño, los jóvenes y otras minorías puedan florecer através de la defensa de la

herencia cultural de la humanidad, la defensa del medio ambiente y de políticas

culturales conscientes de los cambios de nuestro tiempo.

Indicaciones Bibliográficas: Sobre la noción de alta cultura y cultura popular vease Walter Benjamin “Theses on the Philosophy of History” in Hannah Arendt (ed.) Illuminations, Schocken Books, N.Y., 1969; Theodor W. Adorno e Marx Horkheimer, Dialética do Esclarecimento, Zahar, Rio, 1985, del original alemã, Dialectik der Anfkläruny - Philosophische Fragmente, Sr. Fischer Verlag, 1969, ahí se encuentra el capitulo sobre industria cultural; Andreas Huyseen, Memórias do Modernismo, Ed. UFRJ, 1997, de los originales en inglês: After the Great Divide y Twilight Memories. Sobre la crítica a la industria cultural: Herbert I. Schiller, The Mind Managers, Beacon Press, Boston, 1973; Herbert I. Schiller, Communication and Cultural Domination, U.E.Scharpe, Inc., White e Plains, 1976. Un resumen de los aspectos históricos y teóricos se encuentra en Armand Mattelard, La Communication-monde: Histoire des idéas et des stratégies, La Découverte, Paris, 1991. Sobre o debate atual sobre cultura y globalización y pós-modernidade vease Mike Featherstone (ed.), Global Culture: Nationalism, Globalization and Modernity, Sage Publication, London, 1990. Sobre a questão cultural en el mundo actual, vease el informe de la World Commission on Culture and Development, Our Creative Diversity, UNESCO, Paris, 1995. Sobre la relación entre cultura y dependencia vease nuestro Theotônio dos Santos, “Cultura y

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Dependencia en América Latina: Algunos Apuntes Metodológicos e Históricos”, in Pablo Gonzalez Cazanova (coord.), Cultura y Creación Intelectual en América Latina, Siglo XXI, México, 1984.