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Genética: POLIMORFISMO ¿por qué somos diferentes?

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Genética:

POLIMORFISMO ¿por qué somos diferentes?

Cifra 211 y Minicifra11, tecnología argentina a nivel internacional.

Cifra 211 y Minicifra 11, calculadoras electrónicas creadas para satisfacer todas las necesidades contables de la pequeña y la gran empresa. Cifra 211, con impresión, circuitos integrados de 4? generación, sistema decimal múltiple y memoria auxiliar. Resuelve en fracciones de segundo las operaciones básicas, calculando, además, potenciaciones y porcentajes. Minicifra 11, con circuitos de 4? generación y visor luminoso. De tamaño reducido, resuelve con eficacia las cuatro operaciones básicas. Cifra 211 y Minicifra 11, alto nivel tecnológico que compite, en diseño, calidad y prestaciones, con las calculadoras electrónicas de todo el mundo.

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Ciencia e industr ia argentina La salud en las fábr icas Lingüíst ica • Física y Matemát icas

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Genética: POLIMORFISMO ¿por qué somos diferentes?

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R e v i s t a de c i e n c i a y t e cno log ía

Año III N° 2(¡ Setiembre 197:5 Buenos Aires

A v . R o q u e S ü c n z P e ñ a 825, 9 ° piso, O f . !):! - Buenos A i rea T e l . : 45-7175

3 Mesa redonda: Para que el hombre cante Mario Testa, Alberto Osores Soler (h) y Ricardo Saiegh

8 Lingüística Gabriel Bes

15 Física y matemática Jean Marc Levy-Leblond

25 POLIMORFISMO: ¿Por qué somos diferentes?. Claude Ropartz

43 Universidad y dependencia tecnológica Entrevista a Ivan Chambouleyron

46 El desarrollo científico-tecnológico de México Juan J. Al va Correa

50 ¿Qué hace el sistema científico por la industria en Argentina? Alberto Aráoz

II B : Becas externas para argentinos 18—Novedades de ciencia y tecnología 55—Comentarios de libros

—Libros nuevos 00—Correo del lector 04—¡Yletegol

De las opiniones expresadas en los ar-tículos firmados son responsables ex-clusivos sus autores.

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Director Ricardo A. Ferraro

Director Adjunto Hebe Mitlag

Asesores Héctor Abrales Daniel Goldstein Roberto Lugo Jorge Schvarzer

Secretario de redacción Horacio Speratti

Redacción Katia Fischer Patricia Walsh Alción Cheroni

Diseño gráfico Isabel Carballo

Dibujo Fernando Díaz María Angélica Peña

Humor Julio Moreno Isaías Nougués Suar Douglas Wright

Secretaría María Susana Abrales Rodolfo D'Amario Margarita Davis

Corresponsales

Interior:

Córdoba: Luis José Batellino Jacobo Sabulsky La Hioja: Eduardo Prado Mendoza: Carola Abrales Rosario: Marta Romano

Es una publicación de Editorial Ciencia Nueva S.R.L., Av. R. Sáenz Peña 825, 9o P, Of. 93, Buenos Aires, República Ar-gentina. Tel: 45-7175. Distribuidores: en la República Ar-gentina Ryela S.A.I.C.I.F. y A., Paraguay 340, Capital Fe-deral, Tel.: 32-6010 al 29; en Capital Federal, Vaccaro Hnos. S.R.L., Solís 858, Capital Federal. Impreso en S.A.D.E.I., Balcarce 1086, Buenos Aires. Precio del ejemplar:ley 18.188 $ 6 <m$n 600). Suscripciones: Argentina, ley 18.188 $ 70 (m$n 7.000 por doce números; Uruguay, $ 5.000; exterior, por vía or-dinaria, u%s 15 anual. Registro de la propiedad intelectual N° 1.049.414. Hecho el depósito de ley. Derechos reservados en castellano y cualquier otro idioma para ios trabajos originales, y en castellano para colaboraciones traducidas.

Exterior:

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Para que el hombre cante En la Facultad de Medicina de la Uni-versidad de Buenos Aires se realizó recientemente una Mesa Redonda so-bre el tema: La salud en las fábricas. Publicamos aquí el texto completo de las exposiciones allí realizadas.

Compañeros:

Esta Mesa Redonda se encuentra enmarcada dentro de la política general de la Reconstrucción Nacional, de acuerdo a los lincamientos planteados por nuestro líder, el Tte. Gral. Juan Domingo Perón. De esta manera retomamos el trabajo iniciado por el gobierno peronista y por su entonces Ministro de Salud Pública, el Dr. Ramón Carrillo y, en nuestra Facultad de Medicina, por el Dr. Germinal Rodríguez que fuera profesor de la Cátedra de Higiene. Al hacerlo tratamos, una vez más, de hacer realidad uno de los postulados de nuestro Movimiento Peronista: crear una Universidad del pueblo y para el pueblo.

Agradecemos la presencia en este acto de los compañeros dirigentes obreros y de los compa-ñeros profesionales, teniendo en cuenta que este Instituto de Medicina del Trabajo desarrollará sus tareas en el marco de las necesidades de los compa-ñeros trabajadores, coordinando su acción con todos los organismos destinados a dignificar al trabaja-dor, como lo manda y exige nuestra doctrina jus-ticialista. Para ello vamos a desarrollar tareas de docencia, investigación y asistencia, con la for-mación de equipos unificados de obreros y trabaja-dores de la salud, entendiendo a la salud como un derecho inalienable de todo ciudadano y no con el concepto —manejado hasta ahora— de salud-mer-cancía.

Mario Testa Delegado Interventor en la Facultad de Medicina

Al oír al compañero que me precedió, saludar la presencia en este acto de los compañe-ros trabajadores, los estudiantes y los docentes, pensé que, en un futuro cercano, ya no será necesario dirigirnos a los hombres, diferenciando categorías, las que, al menos en apariencia, puedan aparecer como separándolos. En ese momento nos dirigiremos a todos simplemente como "compa-ñeros trabajadores" y definiremos así un período fundamental del trabajo de Reconstrucción Nacional, que se está haciendo en el país y en el que nos consideramos insertados plenamente, El proceso en el que estamos empeñados tiene una dirección clara. Podríamos preguntarnos por qué la Facultad de Medicina se ocupa hoy de un tema como es el de la salud en las fábricas, tema que no estuvo en la preocupación de esta Facultad durante los últimos años. Ello corresponde a que nuestro país ha sido, durante los últimos 18 años, un país oligárquico y capitalista, donde se entendió la salud de una manera diferente para los distintos grupos sociales. Por otra parte, en un país dependiente - y este es un calificativo que caracterizó también los

últimos 18 años de nuestro vivir político— lo más dependiente son siempre la cultura y la ciencia, porque es lo que va a asegurar la continuidad de la dependencia en todo lo restante, o sea lo económico y lo político. De esta dependencia es un ejemplo fiel la Universidad que padecimos estos últimos años: cientificista, castrada por un seguidismo a espaldas del pueblo, y, lo que es peor todavía, traidora a sus necesidades más acuciantes, entre las que se en-cuentra, como es obvio, las de su población trabaja-dora. No es de extrañar entonces, que esta mezcla de país oligárquico, capitalista y dependiente, haya dado como resultado el imperio de una concepción de la salud como de una mercancía, ya que el signo del capitalismo es entender todo como mercancía, y una orientación en los estudios de Medicina que culminara en la formación de médicos individualis-tas, mercantilizados y antipopulares, que son las formas en que aquellas tres categorías se traducen a nivel personal.

Cuando la vieja Facultad de Medicina de aquellos años negros del régimen se ocupa de la salud en las fábricas, es para preparar "médicos de fábrica",

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cuya verdadera misión es la de controlar la ausencia de los trabajadores por razones de enfer-medad. El médico de fábrica pasa a formar parte del equipo de ayudantes que usan los patrones para mantener un alto nivel de productividad y aunque este pobre médico quisiera hacer otra cosa no po-dría, porque en la Facultad no le han enseñado algo distinto y el enfoque que le dieron del problema "salud" apunta únicamente en esa dirección.

¡Cómo cambian las cosas con Perón en el poder! Perón es la alternativa a la dependencia; significa la liberación y la garantía de lucha contra la oligarquía, porque es el líder de las masas populares argentinas y quien abre la posibilidad de la marcha definitiva hacia el socialismo nacional. La Facultad de Medicina, como parte integrante de la Universi-dad Nacional y Popular de Buenos Aires, tiene que adecuar sus realizaciones a estos hechos de tremenda significación política para el país. Una vez más quiero repetir que la nuestra es una

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Intervención política, que cumpliremos con decisión y responsabilidad militante, lo que no obsta para que tengamos que traducir esta decisión política en una propuesta técnica, una vez discutidos y analiza-dos los contenidos reales de la transformación que se busca. Creemos que es necesario redefinir la noción de salud, desde una perspectiva no depen-diente, es decir, en una patria liberada, en el contex-to de la sociedad global y en el marco que fija el go-bierno nacional y popular. Dentro de esté marco el médico pierde su papel de profesional individualis-ta, mercantilizado y alienado, para transformarse en un verdadero agente de salud, en un trabajador con conciencia social que trata de identificar las condiciones objetivas que transforman una sociedad sana en una sociedad de individuos física y socialmente enfermos. A partir de esta perspectiva liberadora que se abrió para el país el 25 de mayo, el médico deja de ser un "tratante de enfermos" y amplía su rol en la identificación de los agentes enfermantes, lo que le permitirá actuar con eficacia

ante los graves problemas de deterioro de la salud del pueblo. La concepción elitista de la medicina se opone a esta nueva visión liberadora y an-tioligárquica y para poder imponer ésta última, es necesario cambiar la forma en que estamos ense-ñando medicina. El nuevo enfoque debe considerar la situación ecológica y epidemiológica que deter-mina el proceso de la enfermedad. En esta línea de pensamiento es que hemos decidido la creación del Instituto de Medicina del Trabajo, como un primer paso hacia el esclarecimiento de los problemas que genera un medio, muchas veces agresivo, como es

el que rodea a los trabajadores en su actividad pro-ductiva. Este enfoque se contrapone con la noción anterior de que hay que proteger la salud del traba-jador porque su enfermedad resiente la productivi-dad y con la más nociva todavía, de que el médico de fábrica debe actuar como instrumento represor de los trabajadores. Los médicos de fábrica deberán transformarse en epidemiólogos del trabajo. Sólo de esta manera podrán cumplir la misión que la socie-dad les asigna en una patria liberada, la patria justa, libre y soberana, en el marco del socialismo nacional.

Alberto Osores Soler Interventor en el Hospital Escuela José de San Martín

Yo quiero brindar, a todos los compañeros reuni-dos en este recinto, la visión de quien fue formado hace años en esta Facultad, en la época a la que el compañero Testa se refería, con una Medicina oligárquica, liberal, al servicio de la dependencia. Quiero expresarles cuál es la crisis por la que atra-viesa un médico, que tiene una formación especiali-zada —sanitarista, en mi caso— que además no es especialista en salud laboral y que tiene que empe-zar a comprender el fenómeno de lo que es una salud al servicio del pueblo y la liberación. En este momento, yo tengo la responsabilidad de conducir un hospital que es uno de los más complejos de América Latina, y cuya enorme cantidad de pacientes atendidos anualmente, lo muestran como único en el Continente. Pues bien, yo quiero ex-presarles cómo me siento cuando tengo que trasla-dar a la vida cotidiana de este hospital los conteni-dos doctrinarios y programáticos de nuestro Movimiento Nacional Justicialista. Nuestros médicos reciben pacientes encerrados en las cuatro paredes del hospital; pero desde esas cuatro pare-des no se está mirando la salud de nuestro pueblo. Esto responde a la realidad de una medicina elitis-ta, disociada y desintegrada. El cuadro actual — el mismo que encontramos al llegar—, responde a una medicina que separó lo curativo de lo preventivo: "Los médicos sanitaristas se dedican a prevenir; los asistenciales a curar", como si prevenir y curar fueran dos cosas que no tuvieran nada que ver. También se diferenció una medicina para ricos y otra para pobres, respondiendo a distintos criterios de salud; asimismo se aplicó una medicina que

disoció a los miembros de la familia, con una me-dicina para niños, otra para padres, otra para ma-dres, etc. Igualmente se diferenciaron ámbitos de nuestro pueblo, con una medicina para los medios urbanos y otra completamente distinta para los me-dios rurales. De allí que surgieran infinidad de insti-tuciones, cada una con un fin distinto.

Hoy debemos emprender la tarea de recomponer todo lo que se ha deshecho y desintegrado durante estos 18 años y en este sentido nos guiará nuestro querido compañero Ramón Carrillo, quien ya en 1945 sentara las bases de lo que fuera una política de salud integradora, dentro de una concepción totali-zadora del hombre y su sociedad. En sus documentos, Ramón Carrillo comenzó a definir el hospital argentino y popular que fuera comple-tamente desvirtuado luego de 1955. Retomando su espíritu, nosotros debemos trasladar nuestros hospitales al pueblo, destruir las cuatro paredes, de-jar de pensar en la enfermedad y comenzar a pensar, en profundidad, en la salud, pero no tími-damente, como lo hemos hecho estos últimos años, haciendo sólo campañas de vacunación, sino comprometiéndonos y denunciando hasta las últimas consecuencias los males que enferman a nuestro pueblo. El hospital debe realizar una tarea integrada, previniendo, curando, rehabilitando, responsabilizándose por entero de la salud del pue-blo, haciendo realidad la frase del Gral. Perón cuando dijera, en un mensaje a los argentinos, desde el Congreso Nacional: "La salud será una prioridad en el país, en tanto haya un enfermo caminando por las calles de nuestro pueblo".

Ricardo Saiegh Director del Instituto de Medicina del Trabajo

Nosotros nos hemos formado, en la Facultad de Medicina, con un concepto de salud y enfermedad asociado al microbio. Con esta idea, —enfrentar las infecciones— nació la medicina, y fue heredada durante cientos de años. Pero en nuestra formación médica y en los planes de salud, se ha ignorado un

factor patógeno, tanto o más importante que el microbio, cual es el trabajo humano. El hombre desde que trabaja esclavizado, sufre más en su salud por el trabajo que por los microbios.

Cuando el hombre primitivo trabajaba libremen-te, cantaba para acompasar su trabajo, imitando

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la naturaleza. Cuando posteriormente, el trabajo humano se va esclavizando, el hombre deja de cantar y el cantó y el trabajo se divorcian. Hoy nos encontramos con la tragedia de que el hombre no sólo no canta cuando trabaja, sino que se apela a la música para imponer infernales ritmos de produc-ción. Este es un ciclo que se ha producido en la cultura y que habrá que revertir.

Como parte de esta idea, de asociar la. enferme dad a agentes patógenos ajenos al trabajo, se ha ido identificando a los problemas de la salud con los sectores pasivos de la población. La oligarquía lo ha hecho así como forma de preservar su propia salud; pero muchos de nosotros, cuando hemos querido denunciar las falencias del régimen y mostrar los problemas de salud, nos hemos referido, casi ex-clusivamente, a la niñez, la mujer embarazada y la vejez. Un hombre de 30, 35, 40 años, que está traba-jando 8,10 ó 12 horas por día, conmueve menos que los casos anteriores; hasta se tiene la impresión de que ese hombre está en la plenitud de su vida, y que no tiene mayores posibilidades de enfermarse. Por otra parte, las propias fábricas han ido realizando un proceso selectivo que hace que sus obreros sean lo más sano, no de la población en su conjunto, pero al menos sí de la población trabajadora. Sin embar-go, ese hombre, que quizás no gime ni llora, está quemando, deteriorando y desgastando su cuerpo y su mente.

Bernardino Ramacini, considerado el padre de la Medicina del Trabajo, escribía allá por el año 1700: "Con demasiada frecuencia el obrero cae enfermo, sufre y muere en el trabajo que lo hizo vivir a él y a su familia y enriqueció a la sociedad. El obrero debe ser por tanto, protegido, sostenido e indemnizado, porque sin el trabajo no existiría la sociedad". Esto se ha escrito hace cerca de 300 años y, sin embargo, cayó en el olvido y sólo fue reflotado cien años después.

Para nosotros, en los seis años de carrera médica y luego en los planes nacionales de salud, se ignora la situación de los trabajadores. En los documentos — e incluso en aquéllos que pretenden estimular en cambio— donde se realiza un análisis del panorama sanitario argentino, se describen tres áreas: una estatal, otra de las obras sociales y un área privada. Esto es un error, porque lo que determina el análisis de un panorama sanitario no es el sistema organiza-tivo que da la salud, sino quién y cómo la recibe y en este esquema de tres áreas hay un sector comple-tamente desamparado, que son los trabajadores, que no dependen de ninguna de las tres, sino de ese engranaje que es la medicina de fábrica.

Nosotros tenemos un gran maestro, el Dr. Ger-minal Rodríguez, que era el profesor titular de Higiene y Medicina Social y el asesor en los pro-blemas de Higiene y Medicina Preventiva y Social del Dr. Ramón Carrillo, durante el gobierno del Gral. Perón. Decía el Dr. Germinal Rodríguez, hace 23 años, en 1950: "Nuestro país inicia una era indus-trial nueva y para que ello no resienta el futuro de nuestra formación, debe ser hecha asimilando por entero todos los adelantos y conocimientos técnicos que tenemos hasta la fecha, haciendo que esta civili-zación industrial se extiendd de una manera unifor-me hasta los límites de nuéstra frontera, de modo que no haya un solo hombre que habite el suelo argentino, que no sienta el estímulo protector de sus

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leyes, inspiradas por entero en el bien público. Son más de 100.000 los establecimientos industriales con que cuenta nuestro país. Eso ya nos indica que no puede ser solo el poder de policía el que consiga imponer las leyes y velar por su cumplimiento. Para esa vigilancia no alcanzaría una masa enorme de inspectores industriales. Para colaborar en esta tarea debemos llamar no sólo a la conciencia de los dueños de las explotaciones para que pongan su vida industrial a tono con la vida social compatible con la salud, sino que también debemos darle autoridad efectiva a grupos de obreros y de gremios que quieran nombrar colaboradores sanitarios, con funciones honorarias, para que sean otros tantos ojos de la ley que lleguen hasta los más recónditos lugares, invistiendo un principio de autoridad que, por su carácter honorífico, sea asumido con todo pa-triotismo. Hay ejemplos en nuestro país, antes de 1917 , para la vigilancia del descanso dominical. Yo diría que este es el año de encrucijada para la legislación del trabajo en sus aspectos médicos y sociales. Desde hace cuatro años el país vive febril-mente para ajustar los términos del contrato de tra-bajo y patrones y obreros hablan de horarios y salarios, pero se olvidan a menudo de la salud. Se inicia el momento de hablar de la construcción de los nuevos edificios industriales, de los trabajos en subsuelos, de los servicios sanitarios de la industria, de las normas de iluminación, del confort en los ambientes de trabajo, de las medidas de seguridad en las máquinas, de la captación de polvos, humos, gases y vapores, del manipuleo de sustancias tóxicas, de los exámenes médicos periódicos". Esto era escrito hace 23 años. Posiblemente muchos de nosotros pensemos hoy que esto tiene limitaciones, pero yo creo que lo principal es mostrar este esfuer-zo que se hacía hace tantos años, y la brutalidad con que se lo ha querido enterrar.

Yo quiero traer una referencia, quizás por antigua dificilmente discutible, incluso en los términos aca-démicos. Ramacini escribía hace más de dos siglos lo siguiente:

"Debemos confesar que ocasionan no poco daño a los trabajadores ciertos oficios que desempeñan. Donde esperaban obtener recursos para el propio mantenimiento y sostén familiar, hallan a menudo gravísimas enfermedades y maldicen el arte al que se han dedicado, en tanto se van alejando del mundo de los vivos. El médico que vaya a atender a un pacienté proletario, que no tenga tanta prisa, que tome el pulso cuando llegue. Sucede que, a veces, descuida hasta acostar al paciente. El médico no de-be deliberar de pie sobre lo que conviene hacer o no, como si jugara con el pellejo humano. Debe tomar asiento con la tranquilidad de un juez, aunque no en silla dorada como en casa de magnate. Debe revisar al paciente con amabilidad y examinarlo deteni-damente. Yo mismo, para conocer los secretos de las artes médicas, no creí rebajarme frecuentando, de cuando en cuando, los talleres".

Luego de setiembre de 1955 , con la entrega progresiva del país a los monopolios extranjeros, con la persecución, el maniataje y el amorda-zamiento de nuestro pueblo, se verificó un progresi-vo deterioro de la salud del trabajador. Asimismo, y

las cifras así lo indican, se fue produciendo un permanente aumento del ritmo de producción, junto con un deterioro del salario real del trabajador, una prolongación de su jornada de trabajo y un aumento en los índices de desocupación. Si consideramos que l o s e x á m e n e s p r e - o c u p a c i o n a l e s f u e r o n aumentando en rigurosidad y que hoy los índices de desocupación superan el 10 por ciento de la po-blación activa, es fácil deducir que la mano de obra empleada se sometió a una selección que desechó a los menos aptos para el trabajo . Reconociendo este hecho, cabría exigir que se realizara un examen pos-ocupacional que verificara las consecuencias sobre la salud del trabajador, derivadas del régimen de explotación a que fue sometido. Mien-tras tanto, como en los mercados de esclavos, se eligen los mejores dotados, se los utiliza hasta el agotamiento y, cuando ya no son más útiles se los desecha. Luego se pretenderá que la jubilación es la justa retribución a este tributo. Cabe preguntarse, ¿las llamadas enfermedades de la vejez no son, fundamentalmente, enfermedades del trabajo?

Las estadísticas, aunque incompletas, señalan que en los últimos años ha habido un vertiginoso ascenso del número de accidentes de trabajo en sectores fundamentales de la economía, tales como la construcción o la industria metalúrgica y mecánica. Pero en estos casos las frías estadísticas no revelan la situación trágica de los miles de obreros mutilados, paralizados, con secuelas de quemaduras o cualquier estigma de los que se deri-van de los accidentes de trabajo. Las indemni-zaciones que corresponden a estas incapacidades, de por sí escandalosamente misérrimas, son el muro erigido para contener el estallido de rebelión por estas injusticias. Las estadísticas tampoco re-flejan las consecuencias económicas, sociales y humanas que se originan en un hogar donde ha que-dado inválido el jefe de la familia. Hay algunos ejemplos que pueden clarificar esta situación. Tomemos el caso de los traumas acústicos y térmicos. El ruido industrial produce en el operario un trauma acústico que puede ser de dos grados. En el primer grado el obrero llega a un estado impor-tante de sordera; se da cuenta, consulta y even-tualmente, se lo indemniza o se le da una prótesis para mejorar su situación. Pero también es común el caso del obrero que sufre una hipoacusia de un 10, un 15 o un 20 por ciento de su audición. ¿Qué ocurre con ese hombre? Al llegar a la casa, en vez de saludar grita. Su mujer pone la televisión a un nivel y él la sube. Como la esposa no comprende lo que le sucede se pelean y el hombre grita más todavía. Pero este hombre no quiere gritar, lo que sucede es que como no oye bien r.o se escucha a sí mismo y entonces grita, lo que genera una situación de tensión que, repetida, comienza a carcomer la paz del hogar del trabajador. Por otro lado, es común que en los lugares donde se trabaja con altos índices de ruido, se trabaje también con altos índices de calor. El obrero que se ve sometido, en su trabajo a estos agentes, llega a su casa completamente agota-do, desgastado, lo que amenaza su vida afectiva hasta llegar a extremos de impotencia sexual, casos que son mucho más comunes de lo que se conoce ya que esta sociedad actúa sobre el obrero con 'sus mecanismos represores, haciendo que éste se averguence de su impotencia y prefiera ocultarla

Muchos de nosotros hemos peleado contra las guerras y los microbios, por atentar contra la vida del hombre. Sin embargo, hay otro agente que ha matado más personas que la guerra y los microbios : el trabajo. Durante la Segunda Guerra Mundial, en 1943, Inglaterra tenía 8.136 bajas mensuales, por muertos y heridos de guerra y 22.109 bajas por mes, entre muertos y heridos, en el trabajo. Estados Uni-dos tenía mensualmente 28.000 bajas en el frente de guerra, y 170.000 en la retaguardia de trabajo. En este momento, estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo hablan de 15 millones de víctimas anuales, producto de los accidentes de tra-bajo. El Dr. Floreal Ferrara, Ministro de Bienestar Social de la Provincia de Buenos Aires hizo , hace algunos años, un estudio sobre 1.000 trabajadores de la ciudad de La Plata. En los entrevistados encontró algunas respuestas generalizadas, tales como: 1) La única razón por la que un hombre trabaja es para ganarse la vida; 2) Lo que más me gusta del trabajo son las vacaciones, el día de pago y la hora de salida.

Tomemos otro ejemplo, tal como el del trabajo insalubre. La ley establece que cuando el trabajo es insalubre se trabaje seis horas en vez de ocho. ¿Pero qué ocurre? El común del trabajo insalubre, que lo es en ocho horas, lo es también en seis, de modo que la reducción en dos horas, no reduce la insalubri-dad. Pero, como el salario no alcanza, a muchos obreros les interesa entrar a trabajar en industrias insalubres para cumplir un horario de seis horas, aún deteriorando su salud, porque esas dos horas de diferencia les permitirá equilibrar un salario insuficiente. De modo que, el obrero, además de vender su fuerza de trabajo, vende su salud.

Hasta ahora, la Medicina del Trabajo ha sido una medicina casi policial. Hay médicos que realizan control de ausentismo dejando el coche estacionado a la vuelta de la casa del obrero, a ver si descubren que el paciente está levantado. De esta manera van cambiando su rol de médicos para transformarse en verdugos de sus pacientes. Cuando estos médicos visitan a un enfermo y establecen un diagnóstico, no lo medican, porque su función es la de controlar y no la de tratar.

Otro aspecto significativo es el hecho de que la Medicina del Trabajo sea una disciplina de pos-gra-do. El sentido de ello es filtrar la población estudian-til, cerrando el acceso a quéllos que quieran poner su esfuerzo al servicio de los trabajadores.

El Instituto de Medicina del Trabajo pretende, desde su nacimiento, ponerse al servicio de los tra-bajadores, tomando contacto con ellos directamente y con sus organismos representativos, para estudiar los problemas de higiene, seguridad industrial y salubridad fabril, que presenten los compañeros de los distintos gremios. Uno de los primeros trabajos a realizar consistirá en un curso para compañeros delegados obreros, a fin de que ellos mismos puedan evaluar la situación sanitaria de sus fábricas; asimismo se dictará otro curso para formar sindica-tos; publicaremos una revista y cartillas simples, de fácil lectura, para que los trabajadores tengan una guía sobre las normas legales vigentes en ma-teria de seguridad y salubridad.

Nuestra intención, a través de este instituto, y aspiramos a que este sea su lema, es luchar para que el hombre vuelva a cantar cuando t raba ja*

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Lingüística Gabriel Bes

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Gabriel G. Bes (argentino , 37 anos) es profesor en letras de la Universidad de Buenos Aires y doctor en letras de la Universidad de París-V René Descar-tes. Investigador en el Centre National de la Recherche Scientifique (1965-1969) y "maítre de conférence" en la Universidad de Clermont-Ferrand (1969-1972) se desempeña desde agosto de 1972 como profesor titular contrata-do y director del Instituto de Lingüís-tica en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo.

Referencias:

Chomsky, Noam. Syntactic Structures. The Hague, 1957. Hjelmslev, L. Prolegomena to a theory of language. Trad. de W.J. Whitfield. Madison, 1961 (el original danés es de 1943) Saussure, Ferdinand de. Cours de lin-guistique genérale. París, 1964. (la Ira. edición es de 1915. Traducción española de A. Alonso. Buenos Aires , 1945 ).

A partir de la publicación, en 1957, de Syntactic Structures, se produce una nítida línea divisoria entre lo que puede llamarse genéricamente "estructuralismo" y la g r a m á t i c a generativa, propuesta por Noam Chomsky. Esta nueva línea divisoria vino a yuxtaponerse a las ya existentes entre las diversas escuelas es-tructuralistas. El resultado es que las diferencias entre estas últimas han quedado en cierto modo atenuadas frente a todo aquello que las separa de la nueva orientación. Con la ayuda del esquema adjunto intentamos mostrar rápidamente qué es la lingüística ( I ) , como pueden caracterizarse las grandes líneas de investigación que han apareci-do dentro de ella en los últimos decenios (II) y qué resultados se han alcanzado (III). En el apar-tado IV se avanzan algunas ideas para discutir la necesidad y el modo de incorporar la lingüística a un nuevo proyecto científico y educativo. I — Objetivos de la lingüís-tica

La caracterización de la lin-güística requiere la caracteri-zación previa de algunas nociones de base: son las que aparecen, enumeradas, en el esquema.

Al hablar producimos enuncia-dos (1). Cada enunciado es un objeto singular, emitido en un lugar y en un momento deter-minado. No hay dos enunciados iguales. Cada enunciado está compuesto de una señal, que es su parte sensible y de una signi-ficación. Cada enunciado es finito pero el conjunto de enunciados de una lengua es infinito. El enun-ciado pertenece al dominio de lo concreto (cfr. en el esquema su

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ubicación sobre la línea de la dicotomía**). El enunciado-tipo (2) no es un objeto singular sino una clase de objetos singulares. Se de-fine fuera de las circunstancias espacio-temporales en que los enunciados aparecen. El enuncia-do-tipo pertenece al dominio de lo abstracto (colocado debajo de la línea de la dicotomía OO. El signi-ficante y el significado del enunciado-tipo no comprenden, respectivamente, las variaciones individuales y ocasionales propias de las señales y las significaciones de los enunciados. Quien habla una lengua sabe cosas acerca de los enunciados-tipo y, a través de ellos, acerca de los enunciados de la lengua que utiliza. En tanto que hispanohablantes, sabemos que tal enunciado es o no español, que tal enunciado es trunco, o mal for-mado o, por el contrario, que es "normal". Sabemos también que algunos enunciados son ambiguos; que algunos pares de enunciados admiten la misma paráfrasis que y que otros tienen significados di-ferentes. Todo ese saber se mani-fiesta en juicios (E) sobre los enunciados. Ese saber no ha sido adquirido mediante un proceso p r o g r a m a d o y c o n t r o l a d o racionalmente. Por otra parte, ese saber, que se manifiesta en juicios infinitos ya que los mismos recaen sobre objetos que forman conjun-tos infinititos, debe ser finito, puesto que está depositado en la mente de cualquier individuo normal. Llamamos competencia (R) a ese saber finito, de origen intuitivo, (a la izquierda de la dicotomía ) que puede manifes-tarse en un conjunto infinito de juicios.

Las cuatro entidades antes caracterizadas pertenecen todas al dominio de los datos (cfr. su ubicación sobre la línea de la dicotomía^). En el plano de las hipótesis encontramos solamente objetos abstractos (debajo de las dicotomías <X y ( i ) . Las represen-taciones (5) son descripciones hipotéticas de los enunciados-tipo expresadas mediante un sistema de notación apropiado. Las con-diciones de adecuación externa de las representaciones se definen con respecto a los enunciados-tipo y a los juicios sobre dichos enunciados. A todo enunciado-tipo considerado gramatical ( es decir, considerado como perteneciente a la lengua en cuestión y sin deri-vaciones) debe corresponder una

representación en (5) ; si un enunciado-tipo es ambiguo la representación debe indicarlo, lo mismo que si dos enunciados-tipo admiten o no la misma paráfrasis, etc. Las representaciones consti-tuyen un conjunto infinito (a la derecha de la dicotomía $ ) pero cada representación es finita. Una gramática particular (6) es, en cambio, finita. Está destinada, en el dominio de las hipótesis, a dar cuenta de la competencia. Una gramática particular es un con-junto finito de reglas. Cada regla es una instrucción formalizada de operaciones (de substitución, de modificación del orden, etc.) que deben efectuarse, según el tipo de reglas, sobre uno o más símbolos. Una gramática particular, entidad finita, debe poder engendrar un número infinito de represen-taciones (cfr. dicotomía*).

La competencia es un contenido mental adquirido intuitivamente y que no aparece como tal en el momento en que una persona nace. Llamamos facultad del lenguaje (7) a aquella disposición innata que el individuo aporta consigo al nacer, disposición que se concretará más farde en una competencia determinada (en el esquema se han considerado, más o menos arbitrariamente, dos puntos extremos de este proceso, colocados a izquierda y derecha de la dicotomía i ) . Los elementos que deben integrar la hipótesis que da cuenta de la facultad del lenguaje son muy controvertibles. En una de las visiones del problema, en particular en la de Chomsky, se postula que uno de esos elementos (los demás no aparecen indicados en el esquema) es la gramática universal (8), modelo general que resume el esquema formal y las características comunes a todas las gramáticas particulares. El proceso de adquisición del len-guaje —es decir, el proceso que, en el esquema permite pasar de (7) a (4)— se vería descripto, en el plano de las hipótesis, como el paso de (8) a (6). Siempre según esta visión del problema, la gramática universal sería innata

La noción de gramática uni-versal (8) es también importante para definir la adecuación interna de una gramática particular; en tal sentido la noción tiene también validez fuera de su postulación inneísta. Cada gramática par-ticular debe no sólo dar cuenta de cierto tipo de datos (adecuación

externa) sino que, también, debe estar construida según las res-t r i c c iones de f in idas en la gramática universal.

Un individuo utiliza su compe-tencia para producir e interpretar enunciados (cfr. la relación in-dicada en el esquema entre (9) y (10) a través de (1). La pro-blemática del hacer lingüístico gira en torno a esa utilización concreta de los enunciados; reparecen dentro de la misma los elementos conscientes ignorados en el estudio de la competencia. El condicionamiento psico-fisiológico que permite dicha utilización, los procesos psíquicos y físicos que la implementan, la situación y su influencia en la producción e in-terpretación de enunciados son todos datos que deben integrar la relación establecida por (1) entre (9) y (10).

Los objetivos centrales de la lingüística se desprenden del esquema presentado: A) formular hipótesis sobre las gramáticas particulares y la gramática uni-versal o, dicho de .otra manera, formular un modelo de la compe-tencia; B) formular hipótesis, conjuntamente con la psicología, sobre el modelo de adquisición de la competencia o, si se quiere, formular un modelo de la ad-quisición del lenguaje; C) for-mular hipótesis, también con ayuda de la psicología, sobre el modelo del hacer lingüístico: pro-d u c c i ó n , i n t e r p r e t a c i ó n y memorización de enunciados. Los puntos señalados no agotan el programa de la lingüística pero las soluciones que se propongan en estos terrenos reaparecerán como integrantes de soluciones que se adopten en otros dominios: pro-blema de la evolución lingüística, de la comparación de gramáticas, de la relación con otros sistemas semióticos, de la sociología, filosofía y patología del lenguaje, etc.

11 — Las grandes divisiones internas

Con respecto al esquema an-terior pueden situarse tanto las líneas de continuidad como las di-visiones internas más importan-tes.

A partir de Saussure se va formando un cierto consenso sobre la delimitación de los problemas lingüísticos. En el plano meto-dológico, los lingüistas estruc-

a

turalistas se han interrogado con rigor sobre su actividad científica. En ese sentido, Hjelmslev es posi-blemente quien planteó con más perspicacia el problema de la validación de las descripciones lingüísticas, de la utilización de la simplicidad para seleccionar hipótesis, de la relación de la gramática universal con las gramáticas particulares, de la dependencia epistemológica de la lingüística con respecto a concep-tos elaborados por otras dis-ciplinas, dependencia que preten-dió no sólo subsanar sino, en cierto sentido, invertir. En otro plano, las discusiones acerca de la definición del fonema, en donde se cuestionó la adecuación externa de esta entidad, constituyen pasos impor-tantes en la caracterización me-todológica de la disciplina.

En gramática generativa se replantean las cuestiones meto-dológicas en relación a puntos fundamentales. Se abandona el objetivo propuesto preceden-temente por algunas escuelas según el cual se asignaba a la teoría lingüística la tarea de formular un conjunto de proce-dimientos de análisis destinados a obtener un sistema lingüístico a partir de un conjunto de enuncia-

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dos o corpus y se postula que la linguísitca es una disciplina empírica. La consecuencia es que el énfasis de la discusión pasa a centrarse sobre las condiciones de adecuación externa e interna para verificar las hipótesis propuestas. No se cuestionan más las carac-terísticas de tal procedimiento de análisis sino los rasgos de tal o cual modelo y se lo hace en función de su capacidad para dar cuenta de datos empíricos.

Una distinción análoga a la que existe entre gramática y enuncia-do ya había sido formulada por Saussure mediante el par de conceptos de lengua y habla. Lo mismos que en gramát ica generativa, se trata de trascender la observación de esos objetos singulares que son los enunciados para pasar a la formulación de hipótesis acerca del sistema lin-güístico que les es subyacente pero que no debe confundirse con ellos. También la distinción entre mo-delo de la competencia y modelo del hacer lingüístico aparece formulada por Saussure mediante la misma terminología de lengua, y habla, adoptada para presentar la distinción precedente (habla es para Saussure tanto el proceso que conduce a la formación de un enunciado como el enunciado

mismo). Existen pues líneas de continuidad entre la lingüística estructural y la g ramát i ca generativa. Pero entre ellas se ha producido una ruptura que puede caracterizarse en relación a cua-tro puntos clave: la ampliación de datos sobre los que opera la lin-güística; la naturaleza de las hipótesis que se propone como modelo de la competencia, como representaciones y como relación entre modelo de la competencia y representación; el grado de ex-plicitación que se exige a las hipótesis propuestas; la relación entre hipótesis lingüísticas e hipótesis psicológicas.

Toda lingüística ha operado siempre sobre los enunciados, pero no siempre se ha considerado que los juicios sobre los enuncia-dos mencionados en I consti-tuyen datos de los cuales las hipótesis lingüísticas deben dar cuenta. Por el contrario, un sector importante de la investigación rec iente —el d e s c r i p t i v i s m o norteamericano— procuró des-cartar como mentalistas buena parte de las preocupaciones reintroducidas explícitamente en gramática generativa. Puede demostarse que toda lingüística pretendidamente centrada en da-tos del comportamiento introduce

también, de manera más o menos subrepticia, datos mentalistas, originados directamente en el sa-ber intuitivo de los hablantes. Juicios como el de gramaticalidad son mentalistas y son indispensa-bles, en gramática generativa o en cualquier otra corriente, para fundar de alguna manera la veri-f i c a c i ó n de l a s h i p ó t e s i s propuestas. En este sentido, la gramática generativa no haría más que explicitar una utilización que aparecía desde antes. En cambio, lo que sí es novedad, es la ampliación consciente y organi-zada de este tipo de datos. Los da-tos sobre la ambigüedad y sobre identidad de paráfrasis, por ejemplo, que se tratan de explotar al máximo en gramática genera-tiva, aparecen pobremente o nada tratados antes. La introducción de esta nueva dimensión en los datos ha planteado nuevos problemas con la consiguiente complicación en las hipótesis destinadas a dar cuenta de ellos.

Las hipótesis que se proponen como modelo de la competencia, como representaciones y como relación entre ambas son radical-mente diferentes en gramática generativa y en lingüística es-tructural. En este último sector las hipótesis —que reciben a menudo el n o m b r e de lengua— se presentan en general como con-juntos finitos de categorías de-finidas por sus relaciones. Se tra-baja primordialmente con dos tipos de unidades: fonemas y morfemas, o unidades de primera y segunda articulación. Estas uni-dades se agrupan en clases o ca-tegorías superiores según sus posi-b i l idades c o m b i n a t o r i a s han merecido atención particular: aquellas que rigen la formación de secuencias (o relaciones sintag-máticas) y las relaciones de ex-clusión mutua (o de oposición). Ua representación, dentro de esta óptica, esta en lo esencial consti-tuida por secuencias entre esas unidades; la relación entre esas unidades y las categorías de la lengua es análoga a la que existe entre una clase y los miembros de una clase. Una gramática, en cambio, está constituida por reglas cuya aplicación engendra (o genera) las representaciones de una derivación. La noción de engendrar —que viene en parte de la lógica y en parte tiene antece-dentes lingüísticos en Humboldt— es la que define entonces la relación entre una gramática

particular y las representaciones. La gramática es concebida como una máquina con diversos com-ponentes, cada uno de los cuales se define por lo que recibe como entrada, por las modificaciones que, mediante las reglas propias, introduce en esa entrada y por lo que entrega como salida. El ideal de una gramática es engendrar, mediante un reducido número de reglas, el máximo número posible de representaciones diferentes. Para ello se trata de expresar, con un mismo sub-conjunto de reglas, todos los procesos análogos de formación de representaciones. Una representación, en gramática generativa, es un objeto teórico mucho más complicado y estruc-turado que una representación en l ingüíst i ca es t ruc tura l . Cada componente o sector de la gramática contribuye a engendrar una parte de las representaciones.

El grado de explicitación utili-zado para formular las hipótesis es cualitativamente diferente en lingüística estructural y en gramática generativa. Una de las grandes novedades divulgadas a partir de Syntactic Structures es la metodología de discusión utilizada para abordar los problemas lin-güísticos. Se define el tipo de pro-blepias que aparecen en los datos de los cuales debe darse cuenta, y se caracterizan las propiedades formales del modelo de gramática universal destinado a dar cuenta, a través de las gramáticas par-ticulares, de esos problemas. Se determina así si esa gramática universal puede o no dar cuenta de los problemas planteados. El estudio de las capacidades for-males de un modelo de gramática y la adecuación o no de ese modelo con respecto a datos externos, pasa entonces a ser preocupación dominante. Las características del modelo deben ser suficientemente explícitas —y, de ser posible, formalizadas— como para que las g r a m á t i c a s p a r t i c u l a r e s propuestas a partir de ese modelo no den cabida a que la "habilidad" del descriptor "subsane" los de-fectos del modelo.

Finalmente, la lingüística no es más estudiada en sí misma como lo quería Saussure. La autonomía buscada en el momento de consti-tuirse reflexivamente la disciplina ha dejado el paso a una búsqueda consciente y metodológicamente necesaria de los contactos con la psicología. El modelo de la competencia procura dar cuenta

de un contenido mental. En el mo-delo del hacer lingüístico y de la adquisición de la competencia de-ben integrarse obligatoriamente hipótesis sobre obscuros y, en gran medida, desconocidos procesos psíquicos. En estos dos últimos casos son posiblemente las hipótesis sobre el modelo de la competencia las que constituyen la parte mejor conocida del modelo. A partir de ellas, se trata de c o n c e b i r r a s g o s de l c o n -dicionamiento psíquico y de los procesos respectivos que_permitan la utilización, en el hablar concre-to de esa competencia ante este esquema de investigación, el lingüista, al discutir los modelos de gramática, universal o par-ticular, no debería perder de vista el hecho de que, además de las condiciones de adecuación externa e interna (cfr. antes) que deben satisfacer estos modelos, los mismos están destinados a in-tegrarse en modelos más comple-jos junto con hipótesis de otro tipo.

III — Resultados alcanzados

La reflexión consciente sobre la descripción de los enunciados, ya sea en lingüística estructural o en gramática generativa, condujo a elaborar un h.^rumemo intelec-tual que permitió ia descripción en gran escala de lenguas o de gramáticas. La s descripciones existentes distan de ser completas pero puede afirmarse con seguri-dad que en los últimos cuarenta años se conoció muchas veces más acerca de la constitución interna de los sistemas lingüísticos utiliza-dos en el mundo que ne todos los años anteriores. La influencia de la teoría en la elección de los datos de los cuales debe dar cuenta una descripción (cfr. II) aparece con claridad en los enfoques adoptados por estructuralistas y genera-tivas. En líneas generales, los aspectos más "superficiales" —en el sentido de más próximos a la señal— son los que preferen-temente retuvieron la atención en las descripciones estructurales: la fonología, morfología y ciertos aspectos de la sintaxis. El tipo de datos sobre los cuales en estos casos es necesario operar, es de acceso relativamente más fácil que aquellos de los cuales debe dar cuenta la sintaxis "profunda" en gramática generativa. En las gramáticas particulares descritas según esta última corriente se insiste sobre el tratamiento de

datos de acceso más difícil. El de-bate actual sobre las relaciones de sintaxis y de semántica, dentro del campo lingüístico pero también con respecto a la lógica, es una culminación de este proceso de alejamiento progresivo de los datos superficiales proporciona-dos por la observación de los enunciados. El informante es a menudo el lingüista descriptor que recurre a sus propios juicios acerca de los enunciados. La consecuencia de este estado de cosas es que las lenguas de quienes trabajan en los principales centros de investigación son aquellas que mejor y más en detalle son es-tudiadas. En este sentido el inglés supera con amplitud a todos los otros posibles competidores.

Con respecto al modelo del hacer lingüístico es también posible observar una diferencia en el tipo de problemas abordados según que quienes lo hagan están influi-dos por una u otra corriente lin-güística. Correspondiendo al auge de la fonología, en lingüística estructural, aparece una impor-tante serie de trabajos para de-terminar los "indicios acústicos del habla". Se trata de definir los parámetros físicos del sonido dentro de los cuales son reconoci-das por los oyentes las diferentes unidades lingüisticas. En ciertos aspectos, los progresos son es-pectaculares; hoy es posible pro-ducir artificialmente señales que van a ser interpretadas como significantes de tal o cual frag-mento de enunciado. En cambio, se ha llegado a la conclusión de que, si se analizan linealmente los fragmentos que componen la señal de los enunciados producidos en una situación normal por un ha-blante cualquiera, es imposible determinar los parámetros que corresponden a la respectiva secuencia de unidades fónicas. La

m á q u i n a p a r a r e c o n o c e r automáticamente el habla pro-ducida en condiciones normales y trascribirla en letras no está al alcance de la mano. La insistencia de la gramática generativa —al menos en sus primeras for-mulaciones— en el estudio de ciertos aspectos de la sintaxis, repercutió también en la manera de abordar al modelo del hacer lingüístico. La influencia de la estructura sintáctica en el recuerdo de interpretación de enunciados ha sido bien estableci-da. Sin embargo, poco es lo que se sabe sobre la organización interna del modelo del hacer lingüístico. Un gran número de inves-tigaciones realizadas en este campo se limitan a poner en relación tipos de estructura sin-táctica —no siempre definidos r igurosamente— con obser-vaciones acerca del compor-tamiento de hablantes y oyentes.

La gramática generativa pro-voca, respecto al modelo de la adquisición del lenguaje, reper-cusiones análogas a las suscitadas en los otros terrenos. Uno de los aportes más importantes en este campo es el de haber eliminado todo modelo fundado en un es-quema de tipo asociacionista. No se puede dar cuenta de la ad-quisición de la competencia sos-t e n i e n d o que un hab lante memoriza enunciados o adquiere hábitos. La creatividad del len-guaje,, es decir la posibilidad que tiene un hablante de producir y comprender un enunciado nuevo perteneciente a un conjunto in-finito, supone la posibilidad, por parte del hablante —organismo f inito— de disponer de un conjunto finito de conocimientos (la competencia) . Los enunciados y otro tipo de datos recibidos por un hablante en el momento en que ya tiene constituida su competen-

cia son finitos. El paso de la percepción de esos estímulos a la conformación de la competencia supone procesos que escapan a un esquema simple del tipo es-tímulo—respuesta .

Las ideas son claras con res-pecto a ciertas vías de inves-tigación que es innecesario seguir explorando pero dejan de serlo con respecto a hipótesis positivas so-bre la conformación del modelo. A partir de la crítica precedente, Chomsky ha bosquejado un mo-delo de la adquisición en que se postula el carácter innato de la gramática universal y de una me-dida de simplicidad que sería u t i l i z a d a p a r a s e l e c c i o n a r g r a m á t i c a s par t i cu lares . El soporte empírico del modelo es hasta ahora mínimo. Los estudios consagrados a describir casos concretos de aprendizaje están aportando un conjunto importante de materiales pero todayía parece lejana la posibilidad dé* presentar h i p ó t e s i s s u f i c i e n t e m e n t e generales y explícitas como para organizar a partir de ellas una corriente de investigación.

En I se han mencionado al pasar algunos campos en que interviene la lingüística. En estos campos la actividad también ha sido intensa. Se observa en general un cierto retraso con respecto a los modelos elaborados en los otros terrenos que acabamos de men-cionar (modelos de la competen-cia, del hacer lingüístico y de la adquisición). Después de la ela-boración de modelos de descrip-ción sincrónica de la competencia, tanto en lingüística estructural como en gramática generativa, se procura, integrándolos en modelos más complejos, elaborar hipótesis sobre la evolución lingüística. El aporte al estudio diacrónico de las lenguas, aunque menor que lo realizado en el campo de las

descripciones sincrónicas, es sin duda significativo. De la misma manera, el estudio de sistemas lingüísticos artificialmente aisla-dos (lenguas o gramáticas) se abre al estudio de igualdades y di-ferencias entre sistemas lingüís-ticos, de las relaciones entre sistemas lingüísticos diferentes dentro de una misma comunidad, etc. En el campo de la enseñanza de lenguas extranjeras se da un proceso análogo : a partir de ela-boraciones teóricas, principal-mente sobre los modelos de la competencia y de la adquisición , se procura replantear la actividad pedagógica concreta.

Pero quizás el resultado más importante de todos los alcanzados por la lingüística es el de haberse dado una problemática bien de-finida y un esquema conceptual para tratarla. Esto es particular-mente cierto en el terreno del mo-delo de la competencia. Frente a un nuevo dato proveniente de los enunciados y de los juicios acerca de ellos el lingüista puede o in-tegrarlos a la gramática par-ticular que está describiendo o cuestionar, si la integración no es posible, el modelo de gramática universal con el que opera. Se entabla así un fructífero viaje de ida y vuelta entre presentación de hipótesis y su verificación ulterior. Por lo demás, es importante observar que la discusión de hipótesis precede a menudo la búsqueda de datos: el problema en muchos casos es buscar el o los datos susceptibles de dirimir entre hipótesis diferentes. Sería sin embargo falso afirmar que este esquema es siempre aplicado con rigor. IV — La incorporación de la lingüistica a un nuevo provecto de docencia y de investigación

Es alarmante el estado actual de los estudios de lingüística en nuestro país.

El deterioro de las Universida-des Nacionales y la falta de una política oficial correcta en materia de investigación científica han contribuido a que se creara esta situación. Pero, más allá de estas causas generales, el problema se

presenta en lingüística con agudeza especial.

El plan de estudios de la carrera de letras —-si no en todas por lo menos en universidades c l a v e s -remonta, en sus características

generales, a varios decenios atrás. Está centrado en las lenguas clásicas (alrededor de un tercio de la carrera) y en el estudio de una plétora de literaturas. Existen sólo tres mater ias l ingüís t i cas : gramática en primer año, historia de la lengua y lingüística al finali-zar la carrera.

La ubicación de la lingüística en quinto año es perfectamente coherente con las ideas imperan-tes a principios de este siglo. Lingüística, en ese momento, era sinónimo de lingüística compara-da. La preocupación dominante no era describir sistemas, con todas las implicaciones apuntadas, sino ocuparse de su evolución . Dentro de esta óptica, uno de los objetivos es reconstruir, a partir de sis-temas lingüísticos atestiguados, otro sistema del cual los sistemas atestiguados habrían evoluciona-do. El griego y el latín son elementos fundamentales en esa tarea de reconstrucción, orientada con constancia ejemplar hacia el indoeuropeo. Con esta perspectiva la lingüística no podía aparecer, en un plan de estudios, antes de que se hubiera enseñado latín y griego. Por lo demás, hace medio siglo, conocer metódicamente una lengua era conocer la historia de la evolución de los sistemas lingüís-ticos de esa lengua. Conocer el español era según esa mentalidad, conocer la historia del español, lo que aportaba un nuevo argumento —completamente invalidado hoy— para justificar el estudio del latín, presentado como el medio suficiente y necesario para conocer el castellano. Para quienes, a través de los decenios, tuvieron la responsabilidad de dar un sentido a ia carrera de letras, y más generalmente , a una Facultad de Humanidades, e! advenimiento de Saussure y de todo lo que él implicó en el pensamiento contemporáneo, parece haber pasado-desapercibi-do. Nuestras facultades ignoran o simulan ignorar que descubrir el sistema lingüístico subyacente a un conjunto de enunciados es una necesaria tarea previa al estudio de la evolución de esos sistemas y que la descripción de sistemas se precisa cada día como una tarea compleja y rigurosa que supone la adquisición de los instrumentos intelectuales adecuados.

Uno de los resultados de esta absurda situación institucional es que no abundan los recursos humanos para dar un nuevo senti-

do a las facultades de humanida-des. No todas las pocas cátedras lingüísticas de las universidades están ocupadas por docentes con una preparación adecuada. Fuera de las universidades, en algunos centros privados y con ayuda parcial, en algún caso, del CONICET, ex is ten pequeños grupos de lingüistas y psicolin-güistas que realizan programas de invest igación en temas de sociolingüística del español, en el estudio de lenguas indígenas y en el estudio del modelo de ad-quisición. En en el exterior, en cambio, un puñado de lingüistas y psicolingüístas argentinos ejerce actualmente en varias uni-versidades del hemisferio norte. No existe por lo tanto ningún centro de investigación que haya alcanzado las exigencias mínimas en cantidad, calidad y diversi-ficación de intereses y for-maciones intelectuales de sus integrantes c o m o para que comience a redituar en aportes científicos significativos. Lo que no quiere decir que no exista la producción de calidad en trabajos provenientes de grupos o personas aisladas.

Lo que esta situación implica en términos de dependencia cultural es perfectamente visible para to-dos quienes deseen ver: A) El sistema lingüístico español es mejor conocido hoy en Estados Unidos que en la Argentina (y, más generalmente, que en todos los países de América Latina). B) Las opciones pedagógicas sobre la enseñanza de lenguas extranjeras están dictadas en su gran mayoría por centros de investigación o de difusión situados en Estados Uni-dos, Gran Bretaña y Francia. C) Existe un d e s c o n o c i m i e n t o generalizado de los aportes posi-bles de la lingüística a disciplinas que no pueden dejar de tener contacto con ella: desde la her-menéutica y la traducción de o b r a s r e l i g i o s a s h a s t a el psicoanálisis y la psiquiatría, pasando por la l ó g i c a , las gramáticas formales, la traduc-ción automática, la máquina de reconocimiento automático, la enseñanza del "lenguaje" en el nivel primario y secundario, etc.

D) La distancia entre los países desarrollados y nosotros tiende cada día a aumentar más en el campo de la comunicación , que es clave para asegurar la dominación ejercida por los primeros.

Una dec i s ión po l í t i ca es

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necesaria frente a esta situación. La" lingüística y las otras dis-c i p l i n a s que es tud ian la comunicación deben ser integra-das como uno de los ejes priori-tarios en los nuevos planes educa-tivos. No se trata de introducir dos o tres parches a un plan de estudio caduco sino de pensar una nueva orientación. Por otro lado, es necesario crear un instituto de investigación con un programa y opciones bien definidos en función de los problemas inmediatos y de las necesidades a más largo al-cance de nuestro país y de Latinoamérica.

Tanto el plan de estudio como el instituto a crearse no deben ser un calco de los que existen en el ex-terior sino que deben imaginarse en función de objetivos propios. Al respecto, presentamos algunas bases de discusión.

El plan de estudios debe com-binar en su constitución misma una interpenetración constante de teoría y práctica. En cada una de las opciones que presente dicho plan, será necesario que alumnos y docentes tomen contacto con la actividad concreta en que se aplican o pueden aplicarse los conocimientos teóricos. Los pro-blemas que aparezcan en la práctica concreta serán debatidos en las clases teóricas. Es probable que, en muchos casos, se llegue a la conclusión de que no se posee la solución de un determinado pro-blema concreto. Esta situación provocará la consulta o la demanda al centro de inves-tigación, al que, en la mayoría de los casos se verá obligado a infor-mar que no existe dicha solución. Se demistificará así el papel de la ciencia, del científico y del docente y se establecerá una

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transmisión efectiva de las exigencias del medio a los centros de investigación . Por lo demás, quienes trabajen en dichos centros deben prepararse para actuar periódicamente como docentes, en estrecho contacto, junto con los alumnos, con los problemas concretos de la sociedad. De la misma manera, los docentes de-berán integrarse periódicamente a equipos de investigación.

El instituto de investigación de-berá darse pautas de adecuación que sean apropiadas para nuestro país y para Latinoamérica. A partir de un cierto acopio de conocimientos teóricos, es posible imaginar soluciones que mejoren en algo el tratamiento que se da a un problema determinado. La tentación de todo teórico es decir que todavía no se conoce lo suficiente para dar una solución satisfactoria a tal cuestión, y que debe prosegurise la investigación en el terreno fundamental. Su obligación , impuesta por los objetivos del instituto, será con-tribuir a que se construya una transmisión eficaz entre lo que ya se sabe, o entre lo que el grupo al que pertenece el instituto ya sabe sobre ese problema y un problema concreto determinado.

Sería una miopía total planear tanto el nuevo eje de estudios como el instituto de investigación con un criterio de eficiencia práctica a corto plazo. El estudio de los temas fundamentales no debe aparecer como adorno sino como objetivo prioritario. Pero esos temas fundamentales deben ser seleccionados teniendo en cuenta los problemas concretos de la sociedad y quienes trabajen en ellos deben estar alternada o

simultáneamente en contacto con esos problemas.

La gigantesca maquinaria de docencia e investigación puesta en pie en los países desarrollados, debe inquietarnos pero no asus-tarnos ni aplastarnos. Si nos damos nuestras propias pautas y no tratamos infantilmente de competir con ellos en el terreno y modo de producción que han elegido, parece perfectamente posible implemetar el proyecto anterior. En el plano económico, el aprovechamiento de parte de los recursos que actualmente se dilapidan en nuestras facultades de Humanidades puede constituir un aporte importante. En el plano intelectual, tanto en el terreno fundamental como en el aplicado, debemos abstenernos de largarnos a la caza de la última novedad y a tratar de desarrollar ciegamente la última teoría o el último pro-blema. La lingüística y las dis-ciplinas que gravitan alrededor de ella pueden darse actualmente un sistema metodológico suficien-temente riguroso y explícito como para que sea posible verificar hipótesis. Ahora bien, se observa que esta parte del problema lin-güístico ha sido poco o mal tratada e incomparablemente menos que el resto. El resultado es que, a menudo, las condiciones de' veri-ficación son muy débiles. Por ejemplo, es muy discutible la empiricidad de nociones tales como la de simplicidad o de regularidad que se suelen utilizar actualmente para seleccionar modelos teóricos. De la misma manera, es muy discutible la eficacia de ciertos métodos, f u e r t e m e n t e p u b l i c i t a -dos, para la enseñanza de lenguas. Si el instituto de investigación se diera un esquema sólido y fundado para clarificar la información desordenada que llega desde los grandes centros del exterior, se evitaría el trabajo estéril de seguir —siempre con atraso inevitable— pistas que no conducen a nada. No interesa una producción masiva de publicaciones destinadas en su gran mayoría a acrecentar los curricula individuales. Se trata del ahondamiento en el rigor con que se trata un tema. El mejoramiento cualitativo debe suplir la imposi-ble producción cuantitativa.

La tarea que queda por delante, tanto en este como en otros campos, es enorme. Es hora de comenzar a discutirla y a reali-zarla ^

Física y Matemática Jean-Marc Levy-Leblond

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La existencia de una relación particular entre la física y la matemática es umversalmente reconocida. Abundan testimonios explícitos a través de toda la historia de la física, comenzando por la célebre aserción de Galileo: "La filosofía está escrita en ese li-bro inmenso perpetuamente abierto ante nuestros ojos (quiero decir el universo), pero no po-demos comprender lo si no aprendemos primero a conocer la lengua v los caracteres en los cuales está escrito. Está escrito en lengua matemática y sus carac-teres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin el intermedio de las cuales es humanamente imposible com-prender una sola palabra". Tres siglos más tarde, el astrofísico Jeans escribe: "El Gran Arquitec-to parece ser matemático". Podríamos recolectar una verda-dera antología de tales citas. Y cualquier capítulo de la física parece servir de ejemplo para estas afirmaciones : ¿cómo conce-bir la m e c á n i c a c l á s i c a nevvtoniana sin cálculo diferencial e integral, el electromagnetismo sintetizado por Maxwell sin ecuaciones de las derivadas parciales, la relatividad general sin cálculo tensorial, la mecánica cuántica sin espacios de Hilbert?

Parece claro entonces que la física utiliza con éxito a ¡a ma-temática. Veremos sin embargo que este enunciado, lejos de ser ¡a estricta constatación de hecho que p a r e c e , está c a r g a d o de presuposiciones, aun cuando resume una visión inmediata de la situación. Pero conduce direc-tamente a interrogarse sobre las causas de este éxito. ¿Cómo es que la matemática, reputada en general corno estudio de abstrac-ciones puras "funciona" en física, considerada como la ciencia de lo concreto por excelencia? Que esta adecuación presenta un problema es a menudo testimoniado por los físicos mismos, con una sorpresa ingenua o como una confesión incómoda: "Sin embargo, es nota-ble que entre las construcciones abstractas realizadas por ios ma-temáticos tomando como guía exclusiva su necesidad creciente de perfección lógica y de generali-dad. ninguna parece resultar inútil para el físico. Por una armonía singular, las necesidades del es-píritu, preocupado en construir una representación adecuada de lo real, parecen haber sido previs-

tas v anticipadas por el análisis lógico y la estética abstracta del ma temático" (P. Langevin). "Disponemos así, a propósito de cada capítulo de la matemática... de una infinidad de juegos posi-bles... Supusimos que entre esos juegos era posible distinguir uno que pudiéramos hacer correspon-der a toda o a una parle de la reali-dad física... Un éxito tal -gracias al cual la física matemática existe— no podía ser descontado a priori" (T. Vogel). "La idea de que la matemática podía, en cierta forma, adaptarse a objetos de nuestra experiencia, me parecía notable y apasionante" (W. Heisenberg).

1 — La m a t e m á t i c a ,

¿lenguaje de

la f í s i c a ?

Las soluciones aportadas a este problema son diversas, pero pro-vengan de científicos o de filóso-fos, se apoyan en una aplastante mayoría, sobre todo hoy, en la idea de que la matemática constituye el lenguaje de la física. Recordemos el texto ya citado de Galileo y agreguémosle dos citas: "Todas las leyes son sacadas de la ex-periencia, pero para enunciarlas hace falta una lengua especial: el lenguaje ordinario es demasiado pobre ; es, por otra parte, demasiado vago para expresar relaciones tan delicadas, tan ricas y tan precisas. He aquí entonces una primera razón por la cual el físico no puede prescindir de la matemática; ella le proporciona la única lengua que él puede hablar" (H. Poincaré). "La matemática constituye, por así decirlo, el lenguaje con la ayuda del cual un problema puede 'ser planteado y resuelto". (W. Heisenberg).

Pero esta concepción de la ma-temática como lenguaje de la física puede interpretarse de di-versas maneras, según si ese lenguaje es considerado como el de la Naturaleza, que deberá esforzarse por asimilar el Hombre que la estudia o, por el contrario, como el lenguaje del Hombre, al que deberán ser traducidos los hechos de la Naturaleza para que sean comprensibles y aprendibles.

La primera posición parece ser la de Galileo, aunque resulte im-prudente apelar demasiado a ese pasaje. Es la de Einstein: "Según nuestra experiencia hasta hoy, tenemos el derecho de estar convencidos de que la naturaleza es la realización de lo que podemos imaginar de más simple matemá-ticamente. Estoy persuadido de que la construcción puramente matemática nos permite encon-trar esos conceptos y los principios que los unen entre ellos, y que nos dan la clave de la comprensión de los fenómenos naturales". El segundo punto de vista es de Heisenberg: " . . .Las fórmulas matemáticasno representan a la naturaleza sino al conocimiento que tenemos de ella". Sin embar-go, es esencial destacar que las dos actitudes, lejos de ser opuestas, no constituyen sino los puntos extremos de un espectro continuo. Pueden señalarse numerosas posiciones interme-dias, pero se trata siempre de variaciones sobre un mismo tema. Lo que caracteriza y unifica a esas diversas posiciones es su referen-cia común a una misma problemá-tica. Se trata en efecto, de encon-trar un punto de equilibrio en el interior de una estructura que se apoye en los pares de nociones opuestas Naturaleza/Hombre, Experiencia/Teoría, Concreto/% A B S T R A C T O , H e c h o s (científicos)/Leyes (científicas), Según el peso asignado a uno u otro polo de esos pares, obtenemos una infinidad de posiciones que se ligan a filosofías de tipo positivis-ta, nominalista, convencionalista, pragmatista, etc., que pertenecen todas al espectro filosófico que delimita el par Empirismo/ Formalismo. Se trata en definitiva de filosofías de una misma familia. Agregaremos, sin embar-go, que esta concepción de la ma-temática como lenguaje es refor-zada hoy por la posición filosófica dominante que sost iene un neopositivismo lógico, explotando (abusivamente) la lingüística estructural.

Ahora bien, todas las respuestas que se apoyan en esta concepción fallan su meta al excederla. Al problema inicialmente planteado ¿por qué la matemática se aplica en física?, aquellas proponen una solución demasiado vaga al ex-plicar la adecuación de la ma-temática al conocimiento en general, al estudio de la naturale-za en su conjunto (basta releer las

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pocas citas anotadas). Vemos bien aquí el gran parentesco de todas las posiciones filosóficas evoca-das. Tienen en común una concep-ción general de "la"Ciencia" que encontraría en la matemática un método universal de represen-tación y (aunque no sea ese el objeto de nuestras consideraciones aquí) se apoyaría por otro parte sobre un método experimental igualmente universal. En ese marco hay que intentar enseguida considerar las diferencias, las demarcaciones entre las diversas ciencias. Es así que, en lo que concierne al problema que nos ocupa, surgiría toda una serie de interrogaciones nuevas:"¿por qué la matemática se aplica mejor en física que en otras ciencias?, ¿por qué no hay (como lo veremos más adelante) adecuación biunívoca entre conceptos matemáticos y conceptos físicos", etc. Al querer probar demasiado, no hemos explicado nada. Más vale enton-ces intentar un nuevo comienzo desplazando la interrogación clásica y en lugar de "¿por qué?" preguntaremos primero "¿cómo se aplica a la física la matemá-tica?" o más bien "¿cuál es la na-turaleza de la relación entre la matemática y la física?".

La naturaleza de la

relación entre la

matemática y la física

Empezaremos por observar en efecto que una fórmula tal como "la matemática se aplica a las otras ciencias" es ya una toma de posición sobre el fondo del pro-blema, en lo que caracteriza la relación de la matemática con dichas ciencias como una relación de aplicación. Se trataría entonces de una relación instrumental, interviniendo la matemática como pura herramienta técnica, en posición de exterioridad en relación al lugar de su interven-ción. Tal descripción parece justi-ficada en el caso de la química, de la biología de las ciencias de la Tierra, etc., es decir, en general, de las otras ciencias (exactas) fuera de la física. El papel de la matemática es en efecto, reducido allí en cuanto a lo esencial, al'

cálculo numérico, es decir a la manipulación de lo cuantitativo. Puede tratarse de aplicaciones e l e m e n t a l e s c o m o el e -quilibrio de reacciones quí-micas o, siempre en química, la evaluación de las valencias o de casos más complejos como la utili-zación de métodos estadísticos en genética. Pero en todos los casos podemos afirmar la existencia de una separación bastante clara entre el arsenal conceptual propio de uno de esos dominios científicos y las técnicas matemáticas que son utilizadas en ellos. Más precisamente, y por no tomar sino algunos ejemplos más o menos arbitrarios, de los conceptos fundamentales tales como los de cuerpo puro o cuerpo simple, de reacción, de cadenas químicas, de oxidación y de reducción en química, de estructura primaria, secundaria y terciaria de las pro-teínas, de actividad enzimática, de cód igo genét ico en b io log ía molecular, de sedimentación, de metamorfismo, de facies, de geosinclinal en geología, no tienen nada de matemático, ni en su de-finición ni en su puesta en juego. En este punto aparece la idea que

la situación es muy diferente en física, donde la matemática representaría un papel más pro-fundo. En efecto, se constata que sería difícil encontrar un concepto físico que no está indisolublemente asociado a uno o varios conceptos m a t e m á t i c o s . ¿ C ó m o , por ejemplo, imaginar de manera eficaz el concepto de velocidad sin hacer intervenir el de derivada? ¿Cómo imaginar campo elec-tromagnético sin pensar en campo de vectores? ¿Cómo imaginar-principio de relatividad sin pensar en teoría de los grupos? ¿Cómo pensar en variable dinámica cuántica sin pensar en operador auto-adjunto en un espacio de Hilbert? Así, la matemática está incorporada en la física. Se dirá que aquella tiene con ésta una relación de constitución. Es una idea cercana a la que expresara ya Bachelard: "Las hipótesis de la física se formulan matemá-ticamente. Las hipótesis cien-tíficas son desde ahora insepara-bles de su fórmula matemática; s o n , v e r d a d e r a m e n t e , pensamientos matemáticos... Es necesario romper con ese es-quema caro a los filósofos escép-ticos que no quieren ver en la ma-temática más que un lenguaje. Por el contrario, la matemática es

un pensamiento, un pensamiento seguro de su lenguaje. El físico piensa la experiencia con este pensamiento matemático...". Y en otra parte: "El matematismo no es más descriptivo sino formado". Notemos sin embargo que la discriminación pensamiento/len-guaje no es perfectamente clara. Por otro lado, Bachelard habla también de la "matematización progresiva, dinámica dominante de la historia de las ciencias" en general, extendiendo así más allá de la física una característica que mostraremos más adelante ser al contrar io , espec i f i ca . Pero primeramente precisaremos lo que se designa aquí como "relación de constitución". Es claro que un concepto físico no es, no se identifica, no se reduce al o los conceptos matemáticos que pone en juego; la física no se re-duce a la física matemática; volveremos sobre eso enseguida. Importa entonces no concebir la distinción entre un concepto físico y su caracterización matemática como una simple diferencia es-tática. Un concepto físico no es un concepto matemático más "otra cosa". El concepto matemático no es ni un esqueleto al que la física presta carne, ni una forma abs-tracta que la física llenaría de un contenido concreto: es esencial pensar en la relación entre la ma-temática y la física en términos concretos. Más que como relación de const i tuc ión deber íamos pensarla como relación consti-tuyente; tal vez incluso la ex-presión "relación de producción" no estaría desubicada para ex-presar esta idea. Tendríamos como ilustración a todo el desarrollo histórico de la física a partir de Galileo.

Por otra parte, una contraprue-ba elocuente es proporcionada por las múltiples tentativas, abortadas pero siempre recomenzadas, para "desmatematizar" la física. Después de cada umbral traspasa-do, hay nostálgicos que reclaman una física "más intiuitiva", "menos matemática". Antes de ser dirigidas a la mecánica cuántica y a la relatividad, esas mismas críticas fueron dirigidas en su tiempo a la teoría elec-tromagnética de Maxwell y a la teoría de la gravitación de Newton (ver por ejemplo la teoría corpus-cular de Lesage que pretendía explicar la ley de Newton por un mecanismo simple). En esas posiciones retrógradas volvemos

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a encontrar el eco de los puntos de v is ta e p i s t e m o l ó g i c o s t r a -dicionales recordados preceden-temente donde la re lac ión Matemát ica /F ís i ca tiende a confundirse con la relación de los términos del par formal Abstrac-to/Concreto. Desde entonces, en cada etapa de la física, se pondrá el acento sobre el carácter "de más en más matemático" de sus leyes (como si una ecuación de las derivadas parciales fuera más matemática que una ecuación di-ferencial o un espacio de Hilbert que un espacio euclidiano de tres dimensiones) y de "más en más abstracto" de sus conceptos. Los físicos ortodoxos aceptarán esta situación como una conquista no-table o como un mal ineluctable; los heterodoxos, conservadores y aficionados extravagantes la rechazarán. Pero todos estarán de acuerdo sobre la descripción de la situación, sin ver que ahí se trata de e n u n c i a d o s p u r a m e n t e ideológicos que traducen un desconocimiento común de la acti-vidad científica como actividad productiva de conocimientos, cuyo c u r s o e s t á d e t e r m i n a d o únicamente por las condiciones históricas. Es interesante consta-tar que desembocamos así sobre la cuestión de saber qué es la física y, más precisamente, cómo se distin-gue de las otras ciencias. En reali-dad, veremos pronto que la comprensión de su relación con la matemática permite justamente responder a esta pregunta. Por el momento, nos falta todavía caracterizar más finamente esta relación. En todo caso, acabamos de ver que las nociones de "con-creto" y "abstracto" están in-disolublemente ligadas a la prác-tica teórica y experimental del momento y en nada podrían servir de criterio epistemológico, en particular si se trata de compren-der la relación entre la matemá-tica y la física.

3 — El polimorfismo

Conviene entonces dejar de la-do explícitamente una interpreta-ción más o menos platónica de esa relación, por la cual se consi-deraría el trabajo del físico como un simple descifrado que permite encontrar "la armonía oculta de de las cosas" (Poincaré), expresa-da por relaciones matemáticas ba-jo la complejidad de los fenómenos aparentes que serían los hechos

físicos. Una vez más, hablar de relación de constitución no es so-breentender que cada concepto físico tiene una constitución ma-temática absoluta que sería su verdad profunda, su esencia de-finitiva. Basta para persuadirse de ello y para llamar la atención so-bre el carácter dinámico de esa relación, tomar conciencia de un carácter esencial de las leyes y conceptos físicos, que llamaremos su polimorfismo matemático. Designaremos así la propiedad que tienen esas leyes y conceptos de poseer varias matemati-zaciones posibles. Para tomar un ejemplo elemental, el movimiento rectilíneo uniforme puede ser concebido geométricamente: espacios iguales recorridos en tiempos iguales (Galileo), fun-cionalmente: dependencia lineal de la distancia cubierta en relación al tiempo analíticamente (inclusive "diferencialmente"): velocidad constante o aceleración nula (Newton). Un ejemplo menos grosero estaría dado por la dinámica del punto en un campo de fuerzas conservativo que puede ser formulada por medio de e c u a c i o n e s d i f e r e n c i a l e s (formulación newtoniana), de ecuaciones en derivadas parciales (formulación hamiltoniana), de principios variacionales (for-mulación l a g r a n g i a n a ) , etc. Naturalmente, las diferentes formulaciones de una misma ley son rigurosamente equivalentes, en el sentido de la matemática. No lo son en el sentido de la física, que discrimina claramente entre tales formulaciones. Esta distinción puede hacerse en pasado en la me-dida en que refleja justamente la historia de un campo, el sur-gimiento de nuevas formulaciones corresponde en general a la necesidad de resolver problemas nuevos y/o a la evolución histórica de la matemática misma.

La existencia de esas ex-presiones diversas de un mismo concepto o de una misma ley, nos remite así muy directamente, a su modo efectivo de producción. Su coexistencia en un momento dado traduce a veces la persistencia de vestigios arcaicos en un campo en el cual una reconstrucción epis-temológica llegada a maduración no ha sido concluida (es el caso actual de la mecánica cuántica). Más a menudo corresponde a la existencia de situaciones diversas, tanto por su complejidad como por su conexión, casos en que una

misma ley puede ser puesta en juego de maneras diferentes más o menos eficaces según la for-mulación utlizada. Es por eso que la física, difiriendo en esto de la matemática (al menos en su forma moderna) difícilmente se deja axiomatizar. Entre enuncia-dos deducibles unos de otros el físico dudará siempre en esta-blecer un orden jerárquico. "Principios" y "leyes" tienen en físi:t ana niovilidad relativa, una intercambiabilidad muy superior a la de los "axiomas" y "teoremas" de la matemática. La importancia de estas observaciones se inscribe mejor aún en relación a la historia futura que a la historia pasada. Entre las diversas formulaciones equivalentes de una misma ley en una época dada es en general la extensión a fenómenos nuevos que operará la discriminación, limi-tando a unas a un dominio desde entonces circunscripto y abriendo a las otras un campo de acción más vasto. Así, para retomar el ejemplo citado anteriormente, la mecánica relativista tolera mal la formulación newtoniana (basada esencialmente en la idea de acción a distancia instantánea) pero acepta una formulación lagran-giana más "simple" aún que la teoría no relativista. Por último, la distinción entre formulaciones coexistentes no sólo se ha hecho históricamente en el pasado y se hará epistemológicamente en el futuro, sino que se hace ideoló-gicamente en el presente. En efecto, cada una de esas for-mulaciones acarrea con ella una resaca ideológica más o menos densa, que puede desempeñar un papel esencial en el favor o en el desfavor que encuentre entre los físicos, considerados colectiva o individualmente. Por ejemplo, ha-bría mucho para decir sobre las implicaciones teleológicas de los principios variacionales desde Maupertuis hasta nuestros días.

P o d e m o s v e r a q u í m u y precisamente uno de los modos de intervención de la "filosofía es-pontanea de los c ient í f icos" (Althusser) en la producción de los C i ) n ? , c i m i e n t o s - L a - p o s i c i ó n ideológica de un físico dado condicionará un apego preferen-cial de su parte a tal o cual tipo de ormulación y representará, según os casos, un papel de motor o de

treno. Asi la predilección de Einstein por una física geornétri-z a f a - l e Permitirá fundar la relati-vidad general, impidiéndole al

mismo tiempo aceptar la mecá-nica cuántica. Podríamos encon-trar en consideraciones similares la explicación de ciertos "obs-t á c u l o s e p i s t e m o l ó g i c o s " (Bachelard).

4 — La piurivalencia de la matemática en física

Terminaremos de disipar la ilusión de una armonía preesta-blecida entre conceptos físicos y matemáticos, evocando recí-procamente al polimorfismo ma-temático de las leyes físicas, la piurivalencia física de las estruc-turas matemáticas. Así, las ecuaciones diferenciales lineales (de coeficientes constantes) de segundo orden, rigen los fenó-menos de vibración mecánica, las oscilaciones eléctricas y muchas otras más. La ecuación en deriva-das parciales de Poisson gobierna tanto la electrostática como la teoría (estática) déla gravitación, la difusión del calor y la de los neutrones (en rég imen es-tacionario), el equilibrio de una membrana elástica deformada, el escurrimiento laminar de un fluido en dos dimensiones, etc. Feynman hace justicia a toda interpretación idealista de esas identidades formales en estos términos: "Sin embargo, una cuestión se plantea seguramente al fin de una tal discusión: ¿por qué las ecuaciones relativas a esos diferentes fenó-menos son tan p a r e c i d a s ? Podríamos decir: "es la unidad profunda de la naturaleza". Pero ¿qué significa eso? ¿Qué podría q u e r e r d e c i r s e m e j a n t e proposición? Eso podría significar simplemente que las ecuaciones son parecidas para diferentes f e n ó m e n o s ; p e r o e n t o n c e s seguramente no hemos dado aún ninguna explicación. "La unidad profunda" podría significar que todo está hecho de la misma ma-teria y en consecuencia obedece a las mismas ecuaciones. Esto parece una buena explicación, pero reflexionemos. El potencial electrostático, la difusión de los neutrones, la difusión del calor — ¿tratamos allí de la misma ma-teria? ¿Podemos en verdad imaginar que el potencial electros-tático es físicamente idéntico a la temperatura o a la densidad de las partículas? Es cierto que no es exactamente la misma cosa que la

energía térmica de las partículas. El desplazamiento de una membrana no es ciertamente lo mismo que una temperatura. ¿Por qué entonces hay una "unidad pro-funda"?.

Una observación más avanzada de la física de esos temas, muestra efectivamente que las ecuaciones no son verdaderamente idénticas. La ecuación que hemos encontra-do para la difusión de los neutrones no es más que una aproximación, valedera sólo para distancias grandes respecto al li-bre recorrido medio. Observando mejor veríamos los neutrones individuales desplazarse en di-ferentes direcciones. Por cierto, el movimiento de un neutrón indivi-dual es algo completamente di-ferente de la variación suave que hemos obtenido resolviendo la ecuación diferencial. La ecuación diferencial es una aproximación, porque hemos admitido que los neutrones estaban igualmente repartidos en el espacio.

¿Es posible que eso sea la clave del problema? ¿Que lo que es común a todos los fenómenos es el espacio, el marco en el cual está ubicada la física? En tanto las cosas varíen de manera razona-blemente suave en el espacio, lo que será ir.port.ante serán las variaciones de las magnitudes con la posición en el espacio. Es la ra-zón por la que obtenemos siempre una ecuación con un gradiente. Las derivadas deben aparecer en forma de un gradiente o de una di-vergencia: como las leyes de la física son independientes de la dirección, deben poder expresarse en forma vec tor ia l . Las ecuaciones de la electrostática son las ecuaciones vectoriales más simples que no contienen más que las derivadas de las magnitudes en relación a las coordenadas de espacio. Cualquier otro problema simple —o cualquier simpli-ficación de un problema complica-do— debe parecerse a un pro-blema de electrostática. Lo que es común a todos nuestros problemas es que ellos hacen intervenir el espacio y que nosotros hemos imi-tado lo esencial de un fenómeno complicado por una ecuación di-ferencial simple. Estas obser-vaciones tienen evidentemente un carácter general y valen para to-das las situaciones de plurivaleñ-i cia. Es pues un proceso general de aproximación-abstracción que di-versos fenómenos físicos conducen a matematizaciones análogas. Se

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observará que tales convergencias conducen, por otra parte, a la construcción de nuevos conceptos físicos comunes a dominios muy diversos. Así los conceptos de resonancia, de impedancia, etc., representan un papel fundamental en todos los fenómenos de os-cilaciones «eléctricas, mecánicas, a c ú s t i c a s , e t c . ) c o m o consecuencia de que éstos están regidos por ecuaciones diferen-ciales lineales con coeficientes constantes. Es realmente esta ma-tematización espec í f i ca que fundamenta y constituye los conceptos físicos en cuestión, conforme a la tesis ya adelantada.

Recíprocamente, este fenómeno de plurivalencia no deja de tener efecto sobre la matemática misma. Por otra parte, la idea de una preexistencia de las estruc-turas matemáticas en relación a los conceptos físicos aue ellas permiten construir, si no está fundamentada ontológicamente tampoco lo está históricamente (en contra de una afirmación de Langevin ya citada, que refleja una idea bastante difundida). Sólo hay que constatar la emergencia simultánea y estrechamente inter-conectada del cálculo diferencial e integral y de la mecánica clásica, para tomar conciencia de este hecho. Este es todo el capítulo de la relación inversa de la física con la matemática que sería necesario abrir. Se descubriría allí un doble movimiento contradictorio en el interior de la matemática que tiende, por una parte a una autonomización total, instalando mecanismos de desarrollo propios y que continúa, por otra parte, encontrando motivaciones y apoyos en la física. Sería par-ticularmente interesante estudiar esta tendencia contradictoria, independencia/interdependencia, sobre casos actuales: relación entre la teoría matemática de representación de grupos local-mente compactos y la utilización de los principios de simetría en física cuántica, relación entre la teoría de álgebras estelares y la teoría cuántica "axiomática" de los campos, etc.

5 — La física matemática

Intentaremos ahora circunscri-bir el status bastante particular de la "f ísica matemática" como

rama especializada de la física. Distinguiremos en primer lugar la física teórica de la física matemá-tica. La física teórica despeja y aplica las leyes y crea y pone en práctica los conceptos físicos bajo la presión de la física experimen-tal y en interacción estrecha con ella. Comporta diferentes niveles que pueden ir de la interpretación de tal resultado experimental especializado con la ayuda de las leyes físicas conocidas, hasta la búsqueda de leyes fundamentales nuevas. Es matemática en la me-dida en que la matemática representa el papel constitutivo que hemos indicado anteriormen-te. Pero, en general, designamos con el nombre de física matemá-tica una actividad mucho más especializada que podríamos descr ib ir c omo fundición y depuración de la física teórica. Las teorías f í s i cas , en su nacimiento, están marcadas, en

efecto, por las condiciones his-tóricas de su producción. Su for-mulación presenta, a menudo, tra-zas de luchas de ideas que su descubrimiento ha exigido. Se presentan como edificios nuevos, es verdad, pero recubiertos toda-vía de andamios y sembrados de escombros que provienen de las antiguas construcciones que ellos r e e m p l a z a n . R e t i r a r l o s andamios, sacar los escombros, exponer a plena luz la estructura interna del edificio, tanto la na-turaleza y la solidez de sus cimientos como sus puntos débiles, así puede describirse la tarea de la física matemática. Se trata enton-c e s d e u n a a c t i v i d a d necesariamente recurrente, que se basa en teorías y conceptos ya creados y asegurados. Permite así evaluar el grado exacto de correlación entre cierto número de enunciados teóricos y por ende estimar la rigidez o la flexibilidad

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relativa de un sistema teórico frente a la necesidad o a la eventualidad de una revisión. Daremos como ejemplo ciertos desarrollos de la teoría de la rela-tividad restringida. El nudo de esta teoría, a saber, la invariancia de las leyes físicas por el grupo de transformación de Lorentz, fue establecido por Einstein sobre la base de la hipótesis de la constan-cia universal de la velocidad de la luz. Esta constancia, sin embargo, es un resultado experimental, e s t a b l e c i d o c o n una g r a n precisión, es cierto, pero suscepti-ble de ser puesto en duda. ¿Tal discusión arruinaría la teoría de la relatividad? Es una tarea del físico matemático establecer la naturaleza de la correlación entre esta hipótesis y esta teoría Sabemos ahora que aquella no es más que una condición suficiente pero en modo alguno necesaria de ésta. La teoría de la relatividad puede ser establecida en base de hipótesis mucho más generales a partir de la existencia de un principio de la relatividad abs-tracta y con la ayuda de la teoría de grupos. Consideramos aún hoy que la constancia de la velocidad de la luz es una consecuencia muy particular de la relatividad einsteiniana debida a la nulidad de la masa del fotón (por otra parte, la famosa "velocidad de la luz" es también la de los neutrinos).

Volvemos a encontrar así la imposibilidad de axiomatizar la física de manera única, aunque fuera sólo en un momento dado. En efecto, es esencial saber que una ley o una teoría física puede deducirse de varios juegos de p r i n c i p i o s , m á s o m e n o s generales, más o menos plausi-bles. Si la práctica debilita la teoría misma, concluiremos que al menos una hipótesis en cada juego no es valida. Pero por el contrario, la contradicción de una hipótesis no conduce a la conclusión que la teoría falla en su conjunto. Sin embargo, la física matemática es una actividad de físicos y no de matemáticos, porque la naturale-za de las teorías que somete a su investigación, el tipo de hipótesis alternativas que es llevada a formular, responden al desarrollo g e n e r a l de la f í s i c a y necesariamente tienen en cuenta, de cerca o de lejos, su práctica experimental. Los límites encon-trados por un matemático tan brillante como Poincaré en su actividad de físico, especialmente

a propósito de la relatividad restringida, ilustran claramente esas observaciones. Finalmente señalamos que, si es posible clasi-ficar una parte de la actividad en física teórica bajo el rótulo de física matemática, esto no implica necesariamente que la distinción esté institucionalizada y se traduz-ca por una especialización indivi-dual del trabajo. Condiciones internas de la práctica científica, —dificultades de ciertos pro-blemas, necesidad (pedagógica, por ejemplo) de una fundición—, así como externas, —división social del trabajo científico, ambiente ideológico dominante—, pueden dar cuenta de este aspecto (como por otra parte, de un pro-blema más importante y más crucial, como es el de la división entre física teórica y experimen-tal). Sin insistir aquí sobre esos aspectos, indicaremos solamente que la misma expresión "física matemática" no se ha impuesto sino en el siglo pasado, en el apogeo (luego, en el momento de la refundamentación) de la física llamada clásica. Ha caído en desuso durante los años de desarrollo impetuoso de la física llamada moderna y no vuelve a adquirir una cierta extensión sino después de una veintena de años, como testimonia la fundación de diversas revistas especializadas de física matemática. En ello se puede ver el efecto tanto de las di-ficultades de crecimiento de ciertas ramas teóricas, como la teoría cuántica de los campos, como el de la especialización a ultranza y de la actual parceli-zación del trabajo científico.

6 — La matemática y la especificidad de la física Volveremos ahora sobre la

singularidad de la física en su relación con la matemática. Esta singularidad es evidentemente muy difícil de captar para las concepciones que hacen de la ma-temática un "lenguaje". Hemos visto que ellas están forzadas, en efecto, a juzgar ese lenguaje como universal, que se aplica a todas las disciplinas científicas. Este punto de vista obliga entonces a tratar a la física, donde de manera em-píricamente evidente, la matemá-tica "funciona mejor", como si no difiriera sino cuantitativamente de las otras ciencias. Esta diferen-cia puede ser juzgada his-tóricamente: se dirá entonces que

la física está "más adelantada" que las otras ciencias y que esto explica su grado de matemati-zación más avanzado. Los méto-dos experimentales más finos, un mejor control de las condiciones de experimentación, serían por ejemplo responsables de la posi-bilidad de medir, cuantitati-vamente, toda magnitud física. Esta medibilidad general permi-tiría a su vez la intervención de la m a t e m á t i c a , " c i e n c i a del número" por excelencia. No sólo ese punto de vista no explica por qué la física tendría ese privilegio histórico, sino que es comple-tamente erróneo. Reducir la ma-temática a la manipulación de lo cuantitativo constituye un error de la misma naturaleza que consi-derarla como un simple lenguaje. Aún en ramas de la matemática que intervienen en los cálculos numéricos corrientes, tal como la teoría elemental de funciones, conceptos fundamentales como los de derivada, límite, etc., ya no son numéricos! Es de señalar, a fortiori, el papel en física cuántica, de la Teoría de grupos, del análisis funcional, etc, cuya relación con el aspecto cuantitativo de las medi-das es, por lo menos lejana.

Se podría estar tentado entonces de localizar la singularidad de la física en el objeto de su práctica más que en su situación histórica. Así encontramos expresada la idea que la física es "más fun-damental" que las otras ciencias de la naturaleza. Al tratar acerca de las estructuras más profundas ele la naturaleza, sacaría a la luz sus leyes más generales, implíci-tamente juzgadas como "más simples" en un sentido aristo-télico y,por tanto,más matemati-zables. En todos los casos, se llega a una concepción jerarquizada de las diversas ciencias (¿no se ha dicho de la física que era la reina de las ciencias?). La matematici-dad toma entonces un carácter normativo y se convierte en cri-terio de cientificidad. Pero el mismo desarrollo de las diversas disciplinas científicas contradice ese punto de vista, se trate de la persistencia de ciencias tales como la química o la geología como disciplinas autónomas, o de la aparición de ciencias nuevas tales como la biología molecular. Hemos indicado anteriormente que esas ciencias disponían de sus propios conceptos, no rnatemati-zados, pero cuya coherencia mutua y la relación con las prác-

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ticas experimentales específicas de cada uno de esos dominios bastan para asegurar su cientifici-dad. De hecho, el conocimiento que da la física de la estructura atómica, la posibilidad que aporta de una teoría detallada de la valencia o de la reacción química, no vuelve inútiles y caducos a esos conceptos de la química.Muy por el contrario, permite la profundi-zación, al menos, en tanto y por lo mismo que muestra los límites. En otros términos , cuando los progresos de una disciplina científica le abren el acceso a un dominio hasta el momento reservado a otra, no nos encon-tramos, por lo general, frente a un simple desplazamiento de fron-teras. Es más bien un status de do-ble nacionalidad que se instaura, con todas las ventajas e incon-venientes que esto pueda suponer. El verdadero problema a estudiar aquí sería el de la naturaleza de la relación (aplicación y/o consti-tución) entre dos ciencias. El caso de la física y de la química, de la química y de la biología merecerían gran atención. Parece que nos encontramos frente a una doble dificultad: í°) explicar la singularidad de la física en su relación con la matemática; 2o) especificar la distinción entre la física y las otras ciencias de la na-turaleza. Ni la historia, ni el obje-to, ni los métodos experimentales de la física permiten responder a esas dos preguntas, reforzando to-da "respuesta" a una, el misterio de la otra. Proponemos aquí una alternativa radical a las tentativas de soluciones evocadas, por la cual esas dos preguntas desaparecen anulándose una a otra. Adelan-tamos la siguiente tesis: su relación con la matemática consti-tuye la determinación específica de la física.En otros términos,es por la naturaleza de su relación con la matemática,por el papel constitutivo que la matemática desempeña en ella, que tal o cual región del continente de las ciencias de la naturaleza es reconocida como perteneciente o no al territorio de la física.

Daremos primeramente algunas pruebas históricas. Cuando se opera con Galileo la escición epistemológica que funda a la física como ciencia en el sentido estr i c to , Descartes hace el s iguiente comentar io : " E n general, encuentro que (Galileo) filosofa mucho mejor que el vulgo, en cuanto se aleja lo más que pue-

de de los errores de la Escuela y trata de examinar las cuestiones físicas por medio de razones ma-temáticas. En eso estoy en-teramente de acuerdo con él y sostengo que no hay otro medio de encontrar la verdad".

Por otra parte, agregaremos que se trata en esta cita del libro de Galileo que él llama general-mente su correspondencia "Trata-do del Movimiento", pero que fue publicado bajo el título de "Dis-cursos y demostraciones matemá-ticas correspondientes a dos ciencias nuevas, etc." sin duda de-bido a que el editor quería llamar la atención sobre su novedad. Un siglo y medio más tarde, la electricidad y el magnetismo no entran verdaderamente en la física sino con la ley de Coulomb, después de haberse apoyado pre-viamente en concepciones esen-cialmente vitalistas, que sin embargo, no habían impedido importantes progresos fundamen-ta les ( b o t e l l a de L e y d e n , máquinas electrostáticas, pilas voltaicas). La novedad de este punto de vista es expresado en 1910 por Deiambre, quien declara: "Todo lo que concierne a la luz, el peso, el movimiento y el choque de los cuerpos es hoy casi únicamente de incumbencia de la geometría... Se ha intentado someter al cálculo incluso fenómenos de magnetismo de electricidad".

A g r e g u e m o s t o d a v í a un ejemplo: es la intervención de la matemática bajo forma de la teoría de grupos que constituirá a fines del siglo XIX a la cris-talografía en dominio de la física.

Si se adopta un punto de vista más análítico que histórico, constataremos que las disciplinas fronterizas,tal como la química física, la geofísica, la biofísica, etc., no pueden definirse por sus objetos (evidentemente los mis-mos que los de la química la geología, de la bilogía, en tanto que estos eran definidos),ni por sus métodos experimentales, por otra parte en evolución constante y rápida, sino solamente por el tipo de conceptualización matemá-ticamente constituida, que ellas utilizan. El caso de la astrofísica merece ser mencionado aquí; permite poner en guardia contra una interpretación formalista de las tesis adelantadas,donde la determinación específica de la física por su relación con la ma-temática, sería considerada como subordinando aquella a ésta, insti-

tuyendo una relación al fin de cuentas jerárquica. Eso sería "olvidar" la existencia de prác-ticas experimentales de un tipo muy particular que separan las ciencias de la naturaleza, entre ellas la física, de la matemática. En efecto, la astronomía, mucho más vieja que la física, era consi-derada como una disciplina ma-temática y continuó siéndolo bastante después del nacimiento de la física. La fundación de la astrofísica (que se puede hacer remontar a fines del siglo pasado) y la progresiva extinción de la astronomía en su provecho,es resultado justamente de la impor-tación de esas prácticas ex-perimentales a un dominio ya ma-temáticamente constituido,dán-do le ,por otra parte ,una ex-tensión considerable. Este caso muestra que los desplazamientos de frontera no se hacen en un sentido único a lo largo de la clasi-ficación positivista de las ciencias. Como hemos tratado de demos-trarlo en el caso de la matemática y de la física, la idea misma de c l a s i f i c a c i ó n universa l , de jerarquía, no sirve, en general, sino para encascarar la necesi-dad de comprender simultánea-mente la especificidad de las cien-cias y sus relaciones mutuas a tra-vés de sus prácticas propias j f

Nota: El autor apreciarla mucho todas las obser-vaciones y/o criticas que pudieran serle dirigidas a propósito de este texto

Althusser, L „ Balibar, E., Macherey, P „ Regnault, F . : Cours de philosophte pour scientifiques, Paris, 1968.

Bache lard , G . : Le Nouvel Esprit Scientifique, Paris, 1934; La formation de l ' esprit scientifique, París, 1938; L' acti-vitc rationaliste de la physique contem-poraine, París, 1951.

Born, M.: L' experience et la théorie en physique, París, 1955.

Bunge, M. : Foundations of Physics, New York, 1967.

Feynman, R. : La nature des lois physi-ques, París, 1970; Cours de physique, París 1969

Fichant, M. Pécheux, M.: Sobre la historia de las ciencias, Siglo XXI, Buenos Aires, 1971.

Poincare, H.: La valeur de la science, París, 1910.

Vohel, T . : Physique Mathématique classique, París, 1956.

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Inscripción: hasta el 11 de octubre en el Fondo Nacional de las Artes, Alsina 673, Buenos Aires.

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Becas de postgrado ofrecidas por el Ministerio de Relaciones Exteriores del Brasil. Duración máxima: 6 meses. Inscripción: Sector Cultural de la Embajada del Brasil, Avda Corrientes 330, 2o Piso, Buenos Aires, en se-tiembre y octubre.

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Beca para curso inter-nacional sobre "metrología y patrones de medidas", 2 meses de duración a partir de febrero 1974, en inglés. Exigen título universitario, edad máxima 45 años, ser funcionario público y experiencia en el tema. Ins-cripción: Embajada del Japón,

Azcuénaga 280, Buenos Aires,

hasta el 25 de noviembre próximo.

España

E s c u e l a N a c i o n a l d e Administrac ión P ú b l i c a : Alcalá de Henares, Madrid,

Becas para participar en el VIII Curso de Organización y Métodos, 3 meses a partir del 21 de enero de 1974. Requisitos: título universitario y patrocinio del organismo oficial donde se desempeña el candidato. Las becas cubren los gastos de inscripción al curso,

Inscripción: directamente en la sede de la Escuela.

OEA - Programa Regional de Desarrollo Educativo y Cultural

Becas para participar en los siguientes cursos:

— Preparación profesional de bibliotecarios de universida-des: en Colombia, 4 meses a partir del 1 de marzo de 1974.

— Educación Musical: en Chile, 10 meses a partir de marzo 1974.

— E t n o m u s i c o l o g í a y folklore: en Venezuela, 10 meses a partir de marzo 1974.

— Administración de la educación: en Inglaterra, 9 meses a partir de octubre de 1974.

— Perfeccionamiento para profesores de curriculum: en Inglaterra, 9 meses a partir de octubre de 1974.

— Restauración y ambien-tación de monumentos y con-juntos monumenta les : en España, 6 meses a partir de enero 1974.

Requisitos: en todos los casos se exige estar desarrollando en la actualidad tareas relaciona-das con el tema del curso.

Gastos que cubre la beca: viaje, subsistencia, y seguro médico.

Presentación de la solicitud: Departamento de Cooperación I n t e r n a c i o n a l p a r a la Educación, Ciencia y Cultura, Minister io de Cultura y Educación, Av. Eduardo Madero 235, 6o Piso, Buenos Aires.

G u i a de C u r s o s i n t e r -nacionales

Ha sido elaborada por la Subsecretaría de Desarrollo, el Consejo Federal de Inversiones y la Fundación José María Aragón.

Contiene información sobre 146 cursos internacionales a desar ro l l a r se en d iversos países del mundo, que se dic-tarán en el período 1973 - 1974 y para los cuales se ofrecen becas.

Los interesados pueden consultarla en el Centro de Documentación de la Fun-dación José María Aragón, de martes a viernes de 11 a 16 horas.

Las personas del interior pueden solicitar información por correspondencia sobre los cursos que se adaptan a su especialidad, indicando es-tudios realizados, experiencia de trabajo y conocimiento de idiomas.

Centro de Documentación

En el Centro de Documen-tación de la Fundación José María Aragón se encuentran a disposición para consulta del público interesado:

* catálogos de las universi-dades más importantes del mundo.

* programas de cursos inter-nacionales.

* información general sobre estudios, investigación y becas en el país y en el exterior.

Perú 263 - 2o Piso - Buenos Aires, Argentina. Tel. 34-864315178 martes a viernes de 11 a 16 horas.

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La índole hereditaria de ciertos caracteres fue percibida desde hace mucho tiempo, y por todos. Las semejanzas que todos po-demos reconocer en una familia constituyen un ejemplo de esto.

"Hijo" del hombre y de la mujer", consciente o inconscien-temente, sabemos que nuestro aspecto exterior (fenotipo) pro-viene en gran parte de nuestra madre y de nuestro padre, siendo el resultado de una herencia biológica.

La simple observación de nuestros parecidos nos lleva a verificar que si bien todos somos semejantes puesto que tenemos dos brazos, dos piernas, dos ojos, dos orejas, nos distinguimos fácilmente unos de otros puesto que nos reconocemos y nos llamamos por nuestros nombre y apellidos. Algunas de esas "distin-ciones" permiten dividir la es-pecie humana en varios grupos, por ejemplo aquellos que poseen ojos claros u oscuros, cabello lacio o crespo. Tanto nuestros parecidos fácilmente analizables existen en

como nuestras diferencias se encuentran bajo control genético: en el primer caso, el análisis genético no puede efectuarse ya que si todos los sujetos de una misma espec ie poseen esa característica, transmitida de generación en generación, el análisis de la familias no aportará ningún dato que ilustre el mecanismo de la herencia.

En el caso de las diferencias, decimos que existe un polimorfis-mo y dicho polimorfismo será accesible al análisis genético. La manera según la cual una u otra característica es expresada en el fenotipo podrá seguirse, dentro de los á r b o l e s g e n e a l ó g i c o s familiares, de generación en generación, y será más o menos fácil deducir las leyes de la herencia. Ese fue el procedimiento seguido por Gregorio Mendel que realizó un trabajo notable sobre el polimorfismo de las arvejas, tra-bajo que le permitió extraer las conclusiones que constituyen sus famosas "leyes de la herencia".

Otros polimorfismos biológicos

los glóbulos rojos (los antígenos responsables de los grupos san-guíneos), y a nivel molecular se detectan en las enzimas, y en las proteínas séricas y tisulares. En muchas ocasiones los polimorfis-mos no se detectan fácilmente y, para d e s c u b r i r l o s , hay que recurrir a diversos métodos analíticos y bioquímicos. Algunos polimorfismos son revelados por cambios en el medio ambiente exterior: por ejemplo, ciertas susceptibilidades o intolerancias a los medicamentos. Finalmente, ciertas enfermedades moleculares c a u s a n p o l i m o r f i s m o s que ocasionan un fenotipo evidente: tal es el caso de ciertos "errores congénitos del metabolismo" en los que un error de codificación genética (mutación) produce un estado patológico.

I __ Continuando la obra de Mendel

El polimorfismo biológico ha si-do estudiado en el hombre, desde

El modo de transmisión de un marcador, es decir de una característica biológica bajo el control gené-tico, no puede ser establecido sino por medio de estudios familiares. El estudio de dicho marcador dentro de numerosas genealogías permite estudiar las leyes de la segregación, de la distribución de los alelos responsables de su síntesis a través de varias generaciones. Se trata del mismo procedimiento que siguió Gregorio Mendel para establecer las leves de la herencia de las arvejas t leyes que llevan su nombre) y que explican el mecanismo de la transmisión de la información almacenada en los cromosomas. Dichas leyes son tres: la primera estableced existencia de alelos diferentes para una misma característica biológica y la dominancia del alelo más común (salvaje) sobre los otros. La segunda y la tercera están fundadas sobre la segregación de caracteres que pueden ser hereda-dos independientemente los unos de los otros. Esa segregación independiente está ilustrada por el ejemplo de la transmisión en el hombre de dos caracteres sanguíneos: el sistema de grupos ABO y el grupo Rhesus del eritrocito. En la generación I, la mujer 12 pertenece al fenotipo "grupo" O rh- es obligatoriamente homocigota para ambos sistemas genéticos ABO y Rh: su geno-tipo es o/o r/r.El padre II, de fenotipo ARh - se supone que es heterocigota para ambos sistemas genéticos. Su genotipo será A/o R/r. El gene A condiciona la presencia de la característica (feno-tipo) A, mientras que el gene O no se puede expresar en el fenotipo sino en el estado de homocigota. es decir cuando existe en dosis doble (herencia con transmisión recesiva para la característica O; herencia con transmisión dominante para el carácter A). Ocurre lo mismo con el carácter Rh-bajo el control del gene R que se puede expresar en dosis simple y, para la característica rh—, bajo el control del gene r que no se puede expresar sino a doble dosis. En la generación II están representados los cuatro tipos posibles de niños nacidos de esa unión Los cromosomas paternos que presentan los sistemas ABO y Rh están representados con trazos plenos, los cromosomas maternos con trazos

sinuosos. , u n Se observa que las características Rh y Alio segregan de una manera aleatoria. Es dectr, se transmiten independientemente. Se dice que los sistemas ABO y Rh son independientes desde el punto de vista genético.

Fig. 1 Una de las leyes de Mendel: la segregación indepen-diente de las características hereditarias

GENERACION I hombre mujer

genotipo

fenotipo

descendencia

GENERACION II

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hace casi setenta años, al anali-zarse los grupos sanguíneos, de-terminados por la existencia de diversas clases de glóbulos rojos, propias de ciertos grupos de indi-viduos de la especie humana. En la actualidad, se sabe que los elementos que caracterizan los grupos sanguíneos se encuentran no solamente en los elementos figurados de la sangre (glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaque-tas), sino también en las proteínas plasmáticas así como en la saliva. Dichas características son con-troladas genéticamente, es decir, heredadas según las clásicas leyes de Mendel. En lo que sigue se llamará gene a cada unidad de "herencia", es decir de infor-mación contenida en el DNA

cromosórnico,que intervenga en la expresión de una característica fenotípica particular. Un "alelo" es una de las diferentes formas posibles de un mismo gene.

En la actualidad, se denominan marcadores genéticos:

—ya sea a dichos genes y sus alelos, en estudios genéticos realizados con el propósito de de-terminar la disposición respectiva de los genes a lo largo de un cromosoma determinado;

—o bien a las características (fenotípicas) en sí mismas, porque marcan de una manera natural ciertas moléculas o ciertas partes de una molécula. En esta acepción del término, los marcadores genéticos pueden compararse a banderas plantadas .por la na-

turaleza que proporciona a los biólogos un sistema de señales neto, claro y bien visible. El modo de transmisión de un marcador se establece gracias a su segregación en el seno de varios árboles genealógicos: en un individuo he-terocigota dichos marcadores son controlados por diferentes genes, o alelos, situados en lugares idén-ticos de los dos cromosomas de un mismo par. Los diferentes alelos (versiones alternativas) de un gene constituyen un sistema genético.

La definición de un sistema genético no puede por lo tanto concebirse sino con respecto a otro sistema genético, y utilizando el análisis de las segregaciones de características impuestas por ca-

Algunas definiciones

Alelo: una de las diferentes formas posibles de un mismo gene. El locus de un gene en el cromosoma está ocupado por un solo alelo: hay un solo alelo de un gene dado en una célula haploide, dos en una diploide.

Característica; todo parámetro observable en una célula o en un individuo: talla,-color, sensibili-dad a diferentes factores,criterios bioquímicos, etc.

Mapa genético: disposición respectiva de los genes a lo largo de un cromosoma dado.

C a r i o t i p o : l o c a l i z a c i ó n topográfica de los genes sobre los c r o m o s o m a s , ut i l izando las a b e r r a c i o n e s c r o m o s ó m i c a s ( i n v e r s i o n e s , d e l e c i o n e s , translocaciones...) citologicamen-te visibles. ..Cistrón; unidad genética de función.

Codón: secuencia de los nucleó-tidos en ADN o de ARN que deter-mina la ubicación de un aminoáci-do en la cadena polipeptídica. Existe más de un codón para la mayor parte de los aminoácidos. Cada codón consiste en un triplete de nucleótidos.

Crossing-over: en el caso más corriente, intercambio de dos segmentos homólogos entre dos cromátides no hermanas per-tenecientes a dos cromosomas homólogos, en el transcurso de la meiosis. Dan lugar a la recom-

binación de los genes situados en cromosomas. Durante la mitosis se pueden producir crossing-over.

Dominante: se dice del carácter genéticamente controlado que se expresa en un heterocigota.Por convención se lo anota con mayúscula.

Gene: unidad de herencia que interviene en la expresión de una característica particular. Se aplica habitualmente a la unidad de función, es decir al cistrón. . Genes ligados: genes que tienen t e n d e n c i a a m a n t e n e r su asociación parental durante la meiosis por pertenecer a un mismo cromosoma. El porcentaje de recombinaciones entre dos genes ligados es inferior a 50% y tanto más cerca de 0% cuanto más cerca están el uno del otro.

Genotipo: 1) en el sentido am-plio: conjunto de la información genética, grupos de ligamiento; es decir, la totalidad dé los genes; 2) sentido habitual: constitución genética para los genes estudiados en una cruza. Grupo de ligamiento: conjunto de

genes tal que cada uno está ligado a otro gene de un mismo grupo.

Heterocigota: sólo se aplica a las células diploides o a los indivi-duos que proceden de una célula diploide. El locus de un gene está ocupado en cada cormosoma homólogo por un alelo diferente.

Homocigota: sólo se aplica a las

células diploides o a los individuos que proceden de una célula diploi-de. El locues de un gene está o c u p a d o c a d a c o r m o s o m a homólogo por alelos idénticos.

Locus: lugar en que se ubica ún gene sobre el plano genético o so-bre el plano citológico.

Marcador genético: gene, forma alélica de un gene utilizado en el

estudio de las recombinaciones. Mutación: cambio hereditario

de una parte del material genético no provocado por un evento recombinatorio.

Mutante: célula o individuo que difiere, en las mismas condiciones de medio ambiente, del individuo que se toma como referencia, en una o varias características here-

ditarias. Fenotipo: conjunto de las

características de una célula o de un individuo.

Recesivo: se dice de una característica genéticamente controlada que no se expresa en un heterocigota. Por convención, se lo anota con minúscula.

Recombinación: proceso por el cual pueden aparecer en la des-cendencia nuevas combinaciones de las características de los pa-dres. Esta puede resultar de la orientación al azar de los pares de cromosomas homólogos durante la división meiótica o del crossing-o-ver entre cromátides no hermanas de cormosomas homólogos.

(Según J. Ta vlitskv.)

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da sistema: esa noción, a pesar de ser simple y evidente, puede parecer difícil de asimilar a aquellos que no estén familiariza-dos con la genética. Creo que es posible definir un sistema genético como el conjunto de los alelos posibles que contribuyen a la expresión fenotípica de una característica. En ciertos casos, la transmisión hereditaria de un sistema genético es independiente de la de otros sistemas considera-dos como referencias.

Esta independencia genética es lo contrario de un enlace genético (linkage): los genes ligados son aquellos que pertenecen a un mismo cromosoma y que tienden a mantener su asociación durante la meiosis (división celular que llega de una célula diploide a una célula sexual haploide).El porcentaje de recombinaciones entre dos genes ligados, es decir, cualquier otra asociación fuera de la que existía primitivamente en el cromosoma, es inferior a 50% y tanto más cerca del 0% cuanto más próximos se encuentran el uno del otro.

Los bancos de datos

El estudio del polimorfismo h u m a n o p a s a p u e s necesariamente por el análisis de constelaciones familiares, y el análisis de la segregación de las características que interesan. Si dicho estudio es fácil en algunos animales y vegetales, y en otros organismos, en el hombre es a veces difícil, y más de una vez poco factible. El ser humano es en efecto un material malo para ese tipo de estudios: se reproduce r e l a t i v a m e n t e p o c o , su crecimiento es largo, los ma-trimonios ocurren con indepen-dencia del observador y no pueden realizarse de acuerdo a un pro-tocolo de experimentación.

Estas dificultades explican porqué el estudio de la transmisión de las características hereditarias comenzó siendo realizado en vegetales (arvejas, maíz) y ciertos animales (la drosofila o mosca del vinagre), y el porqué del salto prodigioso realizado por la genética cuando se tomó como mater ia l de estudio a la Escherichia Coli, la bacteria in-testinal -del hombre. Para poder demostrar el control genético de un polimorfismo de las in-munoglobulinas humanas (an-ticuerpos), mis colaboradores han

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debido esperar más de ocho años para reunir una colección de seis familias en las que la segregación de una característica relati-vamente rara en las poblaciones blancas, pudo ser seguida durante tres generaciones.

Es evidente que esas dificulta-des durante mucho t iempo desanimaron a los biólogos y que el polimorfismo humano, durante largos años, sólo fue abordado por médicos que estudiaban enferme-dades poco comunes, "anomalías" rarísimas que aportaban muy poco al conocimiento del hombre. Desde hace treinta años, el hombre sano y no solamente el enfermo es estudiadQ y numerosas técnicas han permitido exteñder la lista de los polimorfismos bioló-gicos: en la actualidad comienzan a establecerse "bancos de datos" adonde se consignan las cons-telaciones familiares estudiadas exhaustivamente con respecto a un gran número de sistemas genéticos.

Ese polimorfismo genético llega a constituir en efecto, una "verdadera cédula de identidad biológica".

La lista actual de polimorfismos humanos es extensa, • pero aumenta sin cesar y con gran rapidez, sobre todo en lo que se refiere a los polimorfismos en-zimáticos y de las proteínas séricas. Por otra parte, ciertos sistemas están integrados por un número elevado de alelos, como es el caso del sistema HLA que controla los antígenos de los tejidos, antígenos que también son detectables en los glóbulos blancos y que desempe-ñan un papel muy importante en los problemas inmunológicos de los transplantes. Por su parte, los glóbulos rojos poseen múltiples antígenos, en combinaciones de-terminadas genéticamente; al-gunos de estos antígenos son llamados "comunes" porque no presentan prácticamente ningún polimorfismo, mientras que otros se denominan "privados" porque sólo se encuentran en algunas pocas familias entre la población mundial.

Algunos de esos marcadores se llaman "raciales" porque sólo se encuentran, salvo raras excep-ciones, en algunas poblaciones en las que se presentan como un polimorfismo, mientras que en las otras poblaciones están prác-ticamente ausentes, (el antigeno Diego, de los eritrocitos de las po-

blaciones asiáticas xantodér-micas; el Gm(6) una especifici-dad antigénica de ciertas in-munoglobulinas de los negros).

El gran polimorfismo —verda-dera cédula de identidad biológica, si está establecida con una canti-dad suficiente de marcadores-hace que sea muy poco probable que encontremos dos individuos no emparentados entre sí que posean el mismo conjunto de caracterís-ticas, hecho de excepción que sólo se encuentra en los verdaderos gemelos ( m o n o c i g o t a s ) . Los gemelos monocigotas provienen en efecto de un mismo huevo, y poseen por lo tanto el mismo pa-trimonio genético.

Las tres causas del pol imorf ismo

El p o l i m o r f i s m o depende esencialmente de tres acon-tecimientos que participan en el proceso de la fecundación de un óvulo por un espermatozoide y por consiguiente en la elaboración del huevo que, por definición, contiene todo el potencial genético del indi-viduo futuro.

Los matrimonios panmícticos y la mezcla de las poblaciones aportan constantemente nuevos g e n e s y f a v o r e c e n por consiguiente el polimorfismo. Se entiende por matrimonios panmíc-

ticos aquellos en que los cónyuges se eligen por azar. Es evidente que la verdadera panmixia no existe; si bien el matrimonio es una lo-tería, los nombres de los futuros cónyuges no se sacan de una urna de manera aleatoria. Sin embargo, fuera del aislamiento religioso y geográfico —casos cada vez más raros— las uniones se realizan hoy día al azar dentro de los límites de un territorio geográfico cada vez más vasto y de ciertas costumbres que dependen de factores sociales, económicos y culturales. "Seme-janzas de lenguaje, de vestido, de estilo de vida y de aspiraciones provocan el acercamiento de los muchachos y de las jóvenes mu'cho más que la atracción que podría surgir de sus diferencias", escribe Alain Girard (1). Del mismo mo-do, la mezcla de la población no hace sino acrecentar esa panmixia y ese polimorfismo.

(1) A. Girard, "¿Cómo elegir a su cónyuge?", Vie Medical 48, número especial, Navidad 1967.

p

un sujeto de sexo masculino

un sujeto de sexo femenino:

una unión

/ f

con numerosos hijos

y mellizos

un segundo matrimonio

Fig. 2 — Cómo se anota una genealogía

Las generaciones se nutrieran con cifras romanas. Los sujetos de una misma generación con números arábigos. Los polimorfismos se pueden anotar ya sea me-diante los símbolos clásicos debajo de cada sujeto o bien por símbolos dentro de los cuadrados y de los circuios (éstos serán cada vez recordados en las leyendas)

GENERACION

Rh+ (CcD.Ee) rh (ccddefl) Rh + (CcD.Eo) R„T (CcD.Ee) X - (ccddee)

líl propositus el sujeto III-2 es el que llevó a su familia para que se efectuara el examen.

albúmina lenta heterozigota NT

+

albúmina lenta d o b l e d o s i s

n o examinada (non - tested)

( fa l lec ió antes del e x a m e n )

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Fig. — El "grupo sanguíneo" (leí señor X 1 - Marcadores de los glóbulos rojos y de la saliva. A

esta lista deberían agregarse por un lado los an-tígenos "públicos" 1aquellos que se encuentran en casi todos los sujetos) y ciertos antígenos "privados" (sólo en algunas pocas familias). Es evidente que para esos antígenos privados y públicos, la noción de polimorfismo es más difícil de percibir. 2 - Antigenos de histocompatibilidad, relacionados con la aceptación o el rechazo de los transplantes de órganos, detestables con bastante facilidad en los glóbulos blancos.

1

La consanguineidad (pro-veniente de matrimonios prohibi-dos por la ley, cada vez más r a r o s ) , podría atenuar el polimorfismo en el caso de una pob lac ión muy restr ingida (fenómeno de "deriva genética"), permite detectar nuevos fenotipos debido a la presencia de ciertos alelos raros presentes en doble d o s i s ( h e r e d a d o s s i m u l -táneamente del padre y de la ma-dre) y que sólo así se expresan. Esos alelos raros, cuyos efectos

30

:i - Algunos polimorfismos detectables en las pro-teínas séricas: las baptoglominas, las transferiros, las lipoproteinas, la ceruleoplasma, las inmunogio-bulinas (anticuerpos). 4 - Grupos enzimáticos.*

El polimorfismo humano es mucho más acentuado de loque uno podría imaginarse a primera vista. En el "grupo sanguíneo" del señor X, cada símbolo representa un "marcador genético", hoy dia fácil-mente detectable. Se llega asi, a partir del grupo sanguíneo clásico, a poder establecer una verda-dera cédula de identidad biólogica. Es evidente que si fuera posible efectuar todas esas determinaciones sobre cada muestra de sangre, la probabilidad de encontrar un mismo y semejante fenotipo seria excesivamente débil. La frecuencia de algunos de los genes que condicionan esas baterías de marca-dores varia notablemente de una población a otra, y su estudio constituye una de las bases de la sero-antropologla, y permite analizar el grado de mesti-zaje de ciertas poblaciones.

A1 Le(a—b+)

Se

HL—A 312 Da 15.18

Le MN

Sa Ml(a—)

Mg— Au(a+)

Pl CcD.Ee C—

I Dl(a—) Do(a+)

K—k+ Kp(a+b+)

Fy(a+b—) |k (a~b+)

Lu(a—b+) Xg(a+J

son bien conocidos en la patología, son responsables de numerosas afecciones hereditarias que se transmiten de acuerdo a una mo-dalidad recesiva. Los núcleos aislados de población desaparecen poco a poco con gran beneficio para la salud general y en per-juicio de los genetistas que anali-zando esas poblaciones muy restringidas, con familias de fuerte consanguineidad, ponen en evidencia características bioló-gicas excesivamente raras.

La meiosis es uno de los más importantes f enómenos res-ponsables del polimorfismo. La división celular —o mitosis— tiene por objeto la producción de dos células dotadas del mismo poten-cial genético, del mismo número de cromosomas, y de los mismos genes, que el de la célula de donde provienen. Por el contrario, la meiosis es una división celular que permite pasar de una célula diploide (2n cromosomas) a una gameta o célula sexual haploide (n

cromosomas). La reunión de una gameta

femenina (óvulo) y de una gameta masculina (espermatozoide) conduce a una célula (huevo) nuevamente diploide (n - n — 2n). La meiosis es pues una mitosis reduccional, que permite a una especie determinada poseer, en la generación siguiente, individuos que presenten el mismo número ele cromosomas.

En la célula diploide, para cada función existen dos genes: uno de origen paterno, el otro de origen materno. Durante la meiosis, los cromosomas paternos y maternos se entrelazan, se rompen, se vuelven a soldar, posibilitando el intercambio de material heredi-tario entre cromátides de origen diferente (padre o madre) y permitiendo recombinaciones genéticas y luego se reparten al azar en cada gameta haploide. Se trata de una verdadera "lotería genética" en la que, "a pesar de las danzas y piruetas de los cromosomas en el momento de la gametogenesis, los genes se vuelven a encontrar intactos en las generaciones siguientes, ligados o recombinados entre sí" (2).

Las mutaciones, finalmente, son responsables de las variaciones genéticas y, por consiguiente, de la evolución. Una mutación se puede definir como cambio brusco, transmisible desde el principio y definitivamente estable de un carácter hereditario. Es el proceso que transforma a un alelo en otro alelo y que, por lo tanto, es igualmente responsable de la aparición de polimorfismos.

II — Las aplicaciones del poliformismo

El c o n o c i m i e n t o de l o s polimorfismos ha aportado mucho a la medicina cotiadiana y resulta d i f í c i l h a c e r una n ó m i n a exhaustiva de sus potencialidades de aplicación futura. La primera aplicación, y la más importante prácticamente, es la que hace posible la introducción en un suje-to de células, órganos o cualquier otro producto biológico que proceda de otro sujeto, y abarca la transfusión sanguínea y los transplantes de órganos. Para comprender la extrema impor-t a n c i a q u e r e q u i e r e e l

(2) J. M. Robert, Elementos de genética médica, Simep.

conocimiento de los poliformismos humanos en esos procedimientos médicos, es necesario tener presente cómo se efectúan las respuestas inmunológicas en los mamíferos. Todo organismo es biológicamente egoísta y reac-ciona contra la introducción de sustancias extrañas mediante la fabricación de anticuerpos es-pecíficos. La intensidad de esa reacción depende del poder in-munógeno —capaz de desenca-denar la producción de anticuer-pos— de los motivos antigénicos introducidos y soportados por los órganos, las células, las moléculas biólogicas.

La transfusión sanguínea y la enfermedad hemolítica del recién nacido

Un organismo receptor que haya desarrollado anticuerpos especí-ficos contra uno o varios antígenos específicos de ciertos glóbulos ro-jos, no admitirá la transfusión de esos glóbulos rojos, ya que estos serán atacados por los anticuer-pos correspondientes. Resulta pues evidente que para efectuar una transfusión sanguínea se re-quiere conocer el polimorfismo de los glóbulos rojos del receptor y que una transfusión sólo debe ser realizada con sangre estric-tamente compatible, del llamado iso-grupo, es decir que el receptor y el dador deberían tener exac-tamente los mismos caracteres, los mismos motivos antigénicos, una garantía de que el dador no tiene anticuerpos contra los eri-trocitos del receptor.

Sin embargo, esta regla no pue-de aplicarse estrictamente, ya que el poliformismo humano es consi-derable y son numerosos los marcadores de los glóbulos rojos, y en varios casos estos constan de un elevado número de alelos. Felizmente, muchos de esos alelos determinan características an-tigénicas (grupos sanguíneos) débiles, es decir, poco inmunogé-nicos. Como algunos de esos alelos determinan perfiles antigénicos en la naturaleza, en ocasiones se pue-den encontrar anticuerpos contra antígenos del grupo ABO én personas no transfundidas. Una explicación simplificada de la aparición de estos anticuerpos "naturales" es la de que los alelos que condicionan este sistema antigénico están ampliamente distribuidos en la naturaleza y que

pueden ser otras las formas en que ganan acceso al organismo.

El sistema de grupos sanguíneos ABO está compuesto de tres alelos: A, B y O. El gene O es un gene incapaz de expresarse. Los genes A y B condicionan las presencia de los antígenos A y B en la superficie del glóbulo rojo. Teniendo en cuenta que un sujeto tiene necesariamente un genotipo compuesto —para cada carácter— por dos alelos, sólo podrá per-tenecer a: A, B, AB u O, pudiendo los sujetos A y B ser homocigotas A/A o B/B, o bien B/B ( los O son homocigotas O/O), o bien ha-terocigotas A/O o B/O. Ahora bien, todo individuo A posee an-ticuerpos anti-B y todo sujeto B tiene anticuerpos anti-A. Las personas que pertenecen al grupo O sintetizan los anti-A y los anti-B, mientras que las del grupo AB son incapaces de sintetizar anti-A o anti-B. Para evitar accidentes en las transfusiones, es necesario evi-tar la reacción antígeno-anticuer-po y, dentro de ese sistema, no utilizar sino sangre compatible, es decir del iso-grupo. La mayor parte de los otros sistemas de antígenos eritrocíticos no dan lugar a la presencia de anticuer-pos naturales. Pero, después de reiteradas transfusiones, el or-g a n i s m o r e c e p t o r p o d r á desarrollar anticuerpos especí-ficos de uno u otro antígeno, haciendo más d i f í c i l e s las transfusiones ulteriores puesto que necesariamente habrá que elegir una sangre desprovista de los antígenos que corresponden a los anticuerpos sintetizados por el receptor. La transfusión san-guínea desarrolla pues artificial-mente un nuevo estado biológico que hace necesaria la elección de una sangre muy seleccionada para el receptor a quien se desea tratar por medio de esa terapéutica. La síntesis eventual de anticuerpos específicos contra antígenos de eritrocitos depende tanto del poder inmunogénico diferente de los di-versos caracteres antigénicos (por capacidad decreciente: D, K, E, c, JK (a), Fy (a), siendo los restantes excepcionales), como de la susceptibilidad individual para fabricar los anticuerpos corres-pondientes estadísticamente pro-ducen dos veces más anticuerpos en las mujeres que en los hombres. La enfermedad del receptor que determina la necesidad de recibir sangre transfundida también pue-

31

de desempeñar un papel: los enfermos de leucemia se inmuni-zan muy poco,"contrariamente a los cirróticos que se inmunizan con una frecuencia considerable. (3) F inalmente , el número de transfusiones desempeña un papel considerable. Esa posibilidad de encontrarse con anticuerpos anti eritrocíticos hace que los labora-torios de hemoterapia se or-ganicen a fin de contar con reservas permanentes de sangre correspondiente a combinaciones variadas y más o menos raras (unidades de sangre pertenecien-tes al fenotipo O, ccddee, K-, Fy (a-) , Jk (a-) por ejemplo). También pueden darse situaciones más e x c e p c i o n a l e s ¡ c o m o la aparición de sujetos que no poseen un antígeno público. Con tal moti-vo han sido organizados labora-torios destinados a la conservación de reservas de sangre congelada a -179" en nitrógeno líquido o en glicerol a -80°. Dichas reservas se efectúan en función de la rareza de la combinación de los grupos sanguíneos, y existen bancos de s a n g r e i n t e r n a c i o n a l e s y nacionales. Ya se ha dado el caso de algunas personas a quienes se les ha efectuado una transfusión de su propia sangre, que había sido extraída cuando no estaban enfer-mos. La mayor parte de esas in-munizaciones se hace contra los antígenos celulares: llevados pol-los glóbulos rojos, los glóbulos blancos, y las plaquetas, pero pue-den ser dirigidas contra carac-terísticas antígenicas que ex-presen el polimorfismo de las pro-teínas. Como se puede apreciar, la transfusión sanguínea no es un acto simple, sino que año tras año se complica, tanto a causa de los nuevos polimorfismos encontrados - dichos polimorfismos son a menudo descubiertos con motivo de accidentes o de transfusión-como por el hecho de que esta terapéutica es cotidiana en cirugía y frecuente en clínica médica y que el número de transfusiones y de trasfundidos aumenta sin cesar.

Al describir un polimorfismo hallado en las proteínas que funcionan como anticuerpos (las inmunoglobulinas), Oudin (4) llamó "iso-típicos" a las diferentes características antigénicas del

(3). C. Salmón, "Nouvelle Revue Francaise d'Hematologie". 7, 415, 1967. (4). J. Oudin, C. R„ Acad. Se., 242.

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sistema. Esta denominación fue luego aplicada por Charles Sal-món, por mí y luego por otros autores a todos los polimorfismos: los grupos sanguíneos son pues alotipos, y los anticuerpos que resultan proceden de una inmuni-zación son aloanticuerpos. La aloinmunización puede tener otras causas: la incompatibilidad feto-maternal que lleva a la enferme-dad hemolítica del recién nacido (ver La Recherche, N° 7, pág. 6, 31 de diciembre de 1970), constituye un ejemplo. En este caso nue-vamente el conocimiento del polimorfismo humano ha permiti-

Fig. 4 — Los grupos de glóbulos rojos En la actualidad, se conocen catorce sistemas genéticos que codifican los antigenos de los glóbulos rojos. Si bien algunos de esos sistemas con aparentemente simples y no comportan más que dos o tres alelos conocidos, otros son muy complejos. Todos los antigenos codificados por los diferentes alelos de esos sistemas han sido identificados gracias a los aloanticuerpos: esos antígenos, transmitidos a sujetos que no los poseían, los in-munizan. El polimorfismo de los eritrocitos rige, de

do descubrir la causa de dicha enfermedad, establecer su tra-tamiento y más tarde permitir su prevención. La aloinmunización f e t o m a t e r n a l — p o r su consecuencia clínica, la enferme-dad hemolítica del recién nacido-puede ser considerada como un mecanismo de selección:las ma-dres rh negativo, inmunizadas al factor Rh, eliminarían gran parte de los fetos Rh positivo. Esa si-tuación, en una población reduci-da, puede llegar a una pérdida importante de alelos Rh, que sólo permanecerán en la población por mutación.

hecho, las transfusiones: en el caso de los enfermos a quienes se hace transfusiones repetidas, el conocimiento de ese polimorfismo está a la base de la seguridad en la transfusión. Ciertos enfermos que han recibido un número grande de transfusiones poseen tal mezcla de anticuerpos que la sangre compatible para efectuar nuevas transfusiones debe tener una combinación de antigenos que se encuen-tran con una muy baja frecuencia en la población. Esas son las razones que han llevado al desarrollo de bancos de sangre congelada a —180", donde se almacenan eritrocitos de fenotipos raros o rarísimos.

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ABO

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Los transplantes de órganos

In jertar (o , en términos técnicos, transplantar) un órgano fue durante mucho tiempo una verdadera quimera. Dado el polimorfismo por una parte, los fenómenos inmunitarios por otra, era y es perfectamente concebible que el organismo receptor rechace el órgano transplantado. En la actualidad, gracias a los estudios iniciales de Jean Dausset, se sabe que ex is ten en el hombre numerosos antígenos de his-tocompatibilidad (compatibilidad de los tejidos de sujetos per-tenecientes a sujetos de una misma especie) y que esta nueva alotipia está controlada por un sistema que comporta un gran número de alelos (sistema HLa). El conocimiento de ese polimor-fismo permite "agrupar" los teji-dos del enfermo receptor y del da-dor. Como paralelamente los biólogos han llegado a deprimir las respuestas inmunitarias —que constituyen la barrera mayor contra el injerto—, los transplan-tes de órganos, especialmente los de ríñones, ahora son posibles.

Hoy en día, ya se han efectuado más de seis mil injertos de ríñones en el hombre con un 50% de éxito

durante el primer año. Uno de los obstáculos mayores para esa terapéutica es el gran polimorfis-mo del Sistema HLa de histocom-patibilidad en el hombre, con más de 10.000 combinaciones feno-típicas posibles. Como es posible hacer sobrevenir varios años a los enfermos que no tienen ríñones, gracias a la hemodialisis (riñon artificial) , un paciente puede esperar varios meses hasta que se encuentre el riñon que más le conviene, con respecto a su feno-tipo HLa. Para resolver el proble-ma de buscar el riñon aceptable para ese enfermo se ha puesto en marcha una red de informaciones y de telecomunicaciones que abarca toda Europa: se trata de Euro-Transplant, que funciona desde hace algunos años de manera notable* La Recherche, N° 23, pág. 482, mayo de 1972).

El injerto de médula ósea, útil en numerosas afecciones, tropieza con un obstáculo suplementario. Podrían beneficiarse con ese in-jerto los enfermos cuya médula ósea eslé estropeada por una quimioterapia (aplasia medular), ciertos leucémicos, y aquellos pacientes anémicos que, como consecuencia de un polimorfismo de la globina,poseen una hemoglo-bina inestable, no funcional (los

talasémicos). Pero los anticuerpos responsables del rechazo in-munológico son sintetizados por células linfoides que se encuentran en gran número en la médula ósea. Dicho injerto llega entonces a una situación compleja: al rechazo del mismo por parte del organismo receptor, se agrega una segunda patología gravísima que resulta de que el injerto produce a su vez anticuerpos en contra del receptor. El conocimiento de los fenotipos del dador y del receptor, y el derrumbe de los mecanismos inmunitorios por los inmuno-depresores permiten sin embargo, algunas veces, realizar con éxito esos injertos. Para determinar si el injerto prendió se realiza el estudio de diferentes polimorfis-mos del paciente injertado: su grupo sanguíneo y la alotipia de sus anticuerpos. En efecto, cuando el sujeto sobrevive y el injerto se logró, su médula fabrica glóbulos rojos y anticuerpos bajo la in-fluencia de genes diferentes pro-venientes del dador: el sujeto aparece entonces como una "quimera", con una doble po-blación de glóbulos rojos y de anticuerpos, doble población fácilmente detectable gracias a los marcadores genéticos, gracias a Jos alotipos.

© inmunocitos del receptor

® Inmunocitos del receptor

® Inmunocitos del dador

los Inmunocitos del receptor atacan al injerto

los inmunocitos del dador atacan al receptor síndrome secundario

quimera

Fig. 5 — El injerto de médula ósea

t i conocimiento de los grupos de tejidos o grupos HLa aumenta las posibilidades de éxito de los in-jertos entre individuos diferentes, pues autoriza la elección para un receptor determinado de un dador que presente un polimorfismo tan próximo al suyo como sea posible. Esto reduce considerablemente

las reacciones de rechazo por parte de las células inmunológicamentecompetentes (inmunocitos) del receptor. Ese conocimiento reviste una importancia particular en los injertos de médula ósea, donde se producen simultáneamente dos reacciones de rechazo cruzadas, En efecto, la médula ósea es el lugar donde habitan los inmunocitos, y cuando se efectúa un injerto de médula el organismo receptor queda con dos poblaciones de inmunocitos. Las del receptor atacan, como en todos los injertos, al tejido

extraño que ha sido introducido: la médula injerta-do- r > e r o l o s inmunocitos del injerto atacan a la médula del receptor. Si, por medio de la elección del mejor dador y por tratamiento inmunosupresivos se logra que el injerto prenda, el receptor será en-tonces una verdadera quimera hematopoyética como lo atestiguan los polimorfismos de sus an-ticuerpos y de'sus glóbulos rojos, y por el hecho de que un injerto de piel del dador no es rechazado por el receptor.

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Falsos padres y gemelos verdaderos

' El polimorfismo es igualmente utilizado en la medicina legal, cuando el biólogo, nombrado como experto en un peritaje puede despistar una exclusión de paterni-dad mediante el estudio de la sangre, el suero y la saliva de la madre, del niño y del o de los pa-dres supuestos (íig. 6). El uso sistemático de la gran cantidad de marcadores genéticos conocidos en la actualidad permite eliminar a los padres no biológicos con gran f a c i l i d a d . C o n o c i e n d o la frecuencia de los alelos de los di-versos sistemas en una población, en los casos en que resulte im-posible determinar una exclusión de paternidad, el experto puede calcular la probabilidad de pater-nidad. Debo agregar que en Francia ese tipo de inves-tigaciones no están libradas a la voluntad de cada uno, sino que deben ser solicitadas por vía jud i c ia l . Pero estas inves-tigaciones de exclusión de paterni-dad deben ser efectuadas sistema-ticamente por los genetistas, los inrnunólogos y los bioquímicos que estudian el modo de transmisión de nuevos marcadores, ya que son indispensables para validar las genealogías utilizadas durante un estudio, y eliminar a los hijos ilegítimos. Cuando de esos análisis familiares se obtienen resultados que determinan una exclusión de maternidad, lo primero que se piensa, que resulta lo más proba-ble, es que el modelo del sistema genético propuesto es fa .o. Dicha exclusión de maternidad debe poner al investigador sobre la pista de un nuevo alelo cuyo pro-ducto es desconocido, o resulta imposible de detectar por medio de nuestras técnicas actuales (fig. 6 ) • ,

Los polimorfismos son igual-mente utilizados en medicina legal para analizar manchas de sangre, para establecer si son de. origen humano o animal y confrontar los fenotipos de una mancha de sangre con la de un sujeto deter-minado.

Finalmente, para afirmar si nos encontramos en presencia de

• verdaderos o falsos gemelos (pro-babilidad de una mozigotio o de una dicigótia) el estudio de esos alotipos será indispensable. Los gemelos monozigotas tienen el misino patrimonio genético y no

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presentan por consecuenc ia ninguna d i ferenc ia . Dichos gemelos toleran perfectamente, sin ayuda de ningún artificio técnico, injertos de piel del uno so-bre el otro.

III _ Aporte de los grupos sanguíneos a la genét i ca humana

El estudio de los polimorfismos de los glóbulos rojos también aportó ricas enseñanzas en pro-blemas básicos de genética humana, mapas cromosómicos y g r u p o s de l i g a m e n t o (La Recherehe. N° 14, pág. 621, julio de 1971) ( es decir, la localización de ciertos genes o ciertos grupos de genes en los cromosomas).

La doble fecundación

Los grupos sanguíneos y la ci-togenética (estudio cariotípico de los cromosomas humanos) han aportado pruebas irrefutables de la posibilidad de una doble fecundación: algunos de nosotros son el fruto de la fecundación de un óvulo por dos espermatozoides, o

de un óvulo y de su segundo gló-bulo polar por dos espermatozoi-des.

Dicen R. Racé y Ruth Sanger: (5) "Nos han enseñado que una vez que un espermatozoide humano ha penetrado en un óvulo, esa célula sufría algo así como un ataque de timidez que impedía la entrada de los espermatozoides rivales: para conciliar esta versión con los f e n ó m e n o s r e c i e n t e m e n t e observados, lo más simple y lo más agradable es pues imaginar que. dos espermatozoides de clase olímpica han llegado juntos, después de nadar un largo trecho. Una vez dentro, cada espermato-zoide debe tener un núcleo para fecundar y las posibilidades parecen ser:

— que el núcleo del óvulo, frente a esta llegada inesperada, se divi-da con tacto, presentando así dos núcleos idénticos:

- - q u e un espermatozo ide fecunde el núcleo del óvulo, y el otro el segundo glóbulo polar que se encuentra en el óvulo en ese momento. El núcleo del segundo g l ó b u l o p o l a r no t i e n e necesariamente el mismo juego de genes que el óvulo, y eso también

R. Race y R. Sanger, Los grupos sanguíneos en el hombre, Masson, 1970.

Fig. 6— Problemas de paternidad y de maternidad.

La gran cantidad de marcadores genéticos conoci-dos en la actualidad permite realizar peritajes muy seguros para detectar los padres no biológicos.

genotipo

fenotipo

padre imposible

niño

I- En un sistema genético compuesto de dos alelos a y b; si una madre de fenotipo í a-t-b—) por lo tanto de genotipo a/a tiene un hijo de fenotipo (a - f - b f ) , es decir de genotipo a/b, ese niño no puede tener como

padre biológico a un hombre de fenotipo ía¿-b~>, genotipo a/a. En efcto, el carácter b del nifto no na podido ser adquirido sino gracias a una gameta que posea el alelo b.

debería permitir un doble aporte de caracteres maternos. En los artículos originales, se encontrará la exposición de un punto de vista científico de todas las suertes que pueden correr nuestros dos esper-matozoides".

Dichos sujetos son verdaderos mosaicos, y poseen una doble po-blación de células. Esa doble po-blación puede ser detectada por los marcadores genéticos (grupos "sanguíneos" de los glóbulos rojos, proteínas de dos alotipos d i f e r e n t e s ) , p o r f ó r m u l a s cromosónicas diferentes (cario-tipos XX en ciertas células, XY en otras), a veces por un estado in-tersexuado de los órganos geni-tales, por el color diferente de los ojos (un ojo castaño oscuro y el otro claro), por manchas de la piel (dos sujetos mestizados). R. Race y Ruth Sanger concluyen: "Puesto que ambos espermatozoides no deben necesariamente provenir del mismo hombre, no podemos dejar de considerar la posibilidad, de que en la larga historia de nuestra especie, puedan existir al menos algunos individuos que hayan tenido la suerte de nacer de dos padres y de una madre".(6).

(6). Obra citada, p. 481.

En 1968, ya se habían des-cubierto ocho casos de doble fecundación, que eran estudiados con pasión. Dos verdaderos gemelos pueden tener dos fenotipos diferentes

El polimorfismo y el cariotipo se han unido una vez más para ayudar a definir otra noción muy sorprendente: la de los mellizos monocigotas heterocariotas. Esta denominación complicada quiere decir simplemente que se trata de verdaderos gemelos (puesto que son monocigotas), originados en el mismo huevo, pero poseen dos fenotipos diferentes, puesto que son heterocariotas. (7). Se trata de gemelos uno de los cuales, por ejemplo, es normal y el otro trisómico 21 (mogólico), o bien uno es un sujeto masculino sano, y el otro una niña afectada por el síndrome de Turner (cariotipo XO). En esos dos ejemplos, los fenotipos de los eritrocitos , de las proteínas serias, y de las enzimas son estrictamente los mismos, demostrando que se trata de verdaderos gemelos. La proba-bilidad de monocigotismo, en el primer ejemplo citado, és superior a 0,999. Sólo difieren en su número

de cromosomas debido a la pérdi-da o la adquisición de un cromosoma en las primeras di-visiones celulares.

La presencia de una sobrecarga génica con el c r o m o s o m a suplementario, o la ausencia de ciertos genes con el cromosoma que falta producen sujetos patoló-gicos cuyo fenotipo global es muy diferente del gemelo sano. En el caso del síndrome de Turner, mientras que el mellizo sano es varón, el mellizo XO posee un fenotipo femenino por pérdida del cromosoma Y.

Tales anomalías también se observan en individuos .que proceden de e m b a r a z o s no gemelares, y el polimorfismo permite a veces detectar la g é n e s i s de la a n o m a l í a cromosómica. En las células somáticas, los cromosomas deben estar presentes por pares. Si un cromosoma particular no tiene su homólogo, o si está presente en varias copias, se dice que hay aneuploidía. En el hombre, la aneuploidía de los cromosomas sexuales de origen a una variada

(7) R. Turpin, J. Lejeune, J. Lafourcade y C. Salmón, C.K. Acad. Ss: 258, 786, 1963.

(8) J.D. Mann, Cahan, A.G. Gelb, Fislier, J. Hamper, Tippel, R. Sanger R.R. Race, Lancet 1,8. 1962.

o + b - r

II- Pero la situación rara vez es tan simple en .ipo ( a ^ - H • genética humana y, muy frecuentemente, el análisis leí niño no hu d t ' 'as constelaciones familiares demuestra que un i gameta que sistema genético no comporta dos alelos, sino tres.

Ese tercer alelo, llamado "silencioso", puede de-terminar un carácter biológico que nosotros no sa-

bemos detectar en el fenotipo. Situaciones seme-jantes se pueden encontrar en los sistemas que rigen los antígenos de los glóbulos rojos: el antigeno co-dificado por el alelo "silencioso" no es inmunogé-nico, es decir que no da lugar a la formación de anticuerpos específicos y por lo tanto no podrá ser

detectado. Su presencia deberá ser supuesta y tal vez demostrada por el análisis de ciertas segregaciones: por ejemplo, en un sistema que se supone bialélico, una aparente exclusión de mater-nidad obliga a revisar la concepción de ese sistema genético y a suponer la existencia de un tercer alelo.

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patología. Uno de los alotipos de los glóbulos rojos humanos está controlado por un locus ligado a un cromosoma X: el sistema Xg (8) no posee, desgraciadamente, en la actualidad más que un único alelo conocido: el Xga. Sin embargo, ese marcador permite reconocer la di-visión celular durante la cual se produjo el accidente responsable de la aneuploidía de los cor-mosomas sexuales y, algunas veces, definir si ese accidente ocurrió durante la producción de la gameta femenina.

Esos hombres o esas mujeres a quienes llaman "quimeras" . . .

El estudio sistemático de los grupos sanguíneos de ciertos su-jetos ha demostrado la presencia de quimeras dentro de la especie humana. En el léxico biológico, una quimera es un sujeto en el cual una parte de las células per-tenecen genéticamente al mismo sujeto y la otra proviene de un in-jerto extraño. Es trasplante de médula, produce artificialmente tales quimeras hematopoyéticas. Pero la naturaleza produce también tales hombres o mujeres. Estamos en presencia de un indi-viduo que se encuentra en buen estado de salud y, en el momento de determinar el grupo sanguíneo, el inmunólogo verifica que existe una doble población: por ejemplo el 80% de los glóbulos rojos son fenotípicamente I, 20% A; en el suero no existirá entonces más que un anticuerpo anti B. En estos casos, siempre se trata de gemelos,es posible que el segundo

* haya muerto en el momento del parto. Durante el embarazo se establecen circulaciones cruzadas (anastomosis vasculares) entre los dos embriones:las células pue-den pasar del uno al otro. Ahora h i e n , u n o r g a n i s m o e m -brionario acepta perfectamente un injerto de tejidos extraños. No solamente es incapaz de fabricar anticuerpos de rechazo, sino que, además, aun al llegar al estado adulto, seguirá tolerando ese in-jerto, negándose a sintetizar anticuerpos contra esos antígenos que aprendió a reconocer tem-pranamente, en su pasado in-munológico. Tal es el fenómeno de la tolerancia inmunológica que explica esas quimeras humanas.

En los bovinos, ese fenómeno es muy reciente y fue puesto en evi-

Figura 8

Cómo funcionan los genes del hombre: el sistema ABO

En cada individuo, dos tipos de células pueden pro-ducir sustancias responsables de las especificidades propias al sistema ABO: el eritroblasto, célula "niadre" de los glóbulos rojos, y las células segregadoras de mucus de las glándulas salivales. La inmunología, la genética y la bioquímica han permitido mostrar que esas células, a pesar de estar dotadas de un mismo genoma, ponen en juego mecanismos genéticos diferentes para llegar a una misma especificidad terminal.

Fig. 8 A — De las sustancias muy próximas

Los bioquímicos han llegado a identificar las es-tructuras de las sustancias hidrosolubles segrega-das por las «lulas mucosas que dependen respecti-vamente de los sistemas genéticos Lewis (Le), H y ABO. Se ve que son extremadamente parecidas y que una mínima modificación permite pasar de la una ;i la oirá.

Fig. 8 B — Dos caminos para una misma especificidad

El análisis genético ha permitido precisar la cadena de procesos genéticos que llevan a la síntesis de las sustancias A y B en los dos tipos celulares. Sigamos la expresión del gene A en la célula mucosa y en el eritroblasto según la composición genética de di-versos individuos. En la célula mucosa, hasta 5 sistemas genéticos actúan sucesivamente o sinérgicamente para llegar a la síntesis de la es-pecificidad A. Si bien la actividad del gene Le no es indispensable pura la expresión de esa especifici-dad, esta no se detecta sin la Intervención del gene de secreción Se que actúa en sinergia con el gene H. En el eritroblasto, el gene de secreción es inútil. Todos los sujetos de genotipo A fabrican en efecto la sustancia A que se deposita sobre la membrana de sus eritrocitos, con excepción de los sujetos (ex-tremadamente raros), del grupo Bombay que 110 poseen el gene H y no pueden fabricar la sustancia H precursora de la sustancia A. Tenemos así un modelo de diferenciación celular. El gene Se, indispensable a la expresión del antígeno H en la saliva, no lo es al nivel del eritrocito. Por otra parte, anotamos que la sustancia Le(b) no resulta de la acción de un hipotética gene Le(b) sino de la interacción del gene Le, sintetizando la sus-tancia Lela) y del gene H, La especificidad Le(B se debe a la presencia de dos fucosas en el polisacári-do.

Figura 7 El fenómeno de doble fecundación puede dar origen a individuos que son verdaderos mosaicos. Si bien hasta 19fifl se hablan identificado ocho individuos nacidos de una doble fecundación, no parecen ser los

primeros, como lo atestigua la pequeña María Sabina, nacida el 12 de octubre de 1736 en Matuna, plantación perteneciente a los jesuitas de Cartagena (Colombia).

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A r r Sistema genético

genes no identificados dando el precursor

gene H

gene Le

gene O (gene amorfo)

estructura formada

actividad H)

especificidad

c w m m m neumococo XIV

GAL — G N * C — GAL -«ALNACwvmmm*

dD GAL/—GNAC—GAJ. ^ ¿ Í M A C * * * * * * * Le(a)

*L»f

FUC

gene A (acción de N-acetilgalactosa-mina a las cadenas de |

GAL

#ic

W M M M l H (grupo 0)

S A Í N A C * * * * ® A (grupo A)

gene B (adición de galactosa a las cadenas de actividad H)

: D-galactosa Fue L fucosa GALNAC: N-acetilgalac tosamina

: N-acetilgu-cosamina

Expresión del Gene A

en la célula mucosa

?Le, H, Se, A.

precursor

+• galactosa

n e u m o c o c o XIV

L e + f u c o s a

Le (a )

Se | + fucosa

Le (

sustancias H + L e (b )

fNacetil galactosamina

sustancia A

le, H, Se, A.

precursor

+ galactosa

V neumococo XIV

lc | nada I neumococo XIV

se | + fucosa

sustancia H

•fN-acetii galactosamina

'.' Le, H, Sese, A. '.' Le, hh. Se, A. '! Le, hh, sese, A.

precursor

| + galactosa

neumococo XIV U ^ f u c o s a

Le (a )

H, sese, , , hh, se, I n a d a hh, sese 4

he (a )

Le tu) fenotipo bioquímico

en el eritroblasto

hh, a, precursor

nada

f precursor

fenotipo "Bombay"

H, A.

precursor

f sustancia H

+ N-acetii galactosamina

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dencia en 1945 por Owen (9). El 90% de los terneros gemelos dicigotas poseeen una doble población de glóbulos rojos; en el hombre esos casos son rarísimos. En los bo-vinos , los ovinos, los caprinos, las hembras de los pares de quimeras hembra-macho son estériles. Por el contrario las mujeres y los hombres nacidos de quimeras humanas mixtas son fecundos.

IV — El funcionamiento genético en el hombre

Si bien gracias a la Es-cherichia Coli, la bacteria del intestino humano y a la brillante labor de los biólogos moleculares, se conoce con relativa precisión el funcionamiento de los genes, bacterianos, la comprensión de los mecanismos genéticos que operan en los animales superiores y en el hombre en particular resulta más difícil de lograr. El estudi > del polimorfismo permite enfocar con cierto éxito este pro-blema . El algunos casos son conocidas las bases moleculares y la naturaleza bioquímica de la variabilidad genética.

Muchas de las hemoglobinas anormales, variantes de las hemoglobinas habituales solo di-fieren de estas en un solo aminoácido. Las mutaciones que han provocado ese polimorfismo son mutaciones puntuales que han afectado a sólo una de las tres bases del codon del DNA res-ponsable de la ubicación de un a m i n o á c i d o en la c a d e n a polipeptídica. Varios alotipos (e isotipos) de las inmunoglobulinas humanas tienen su origen en el mismo mecanismo : se sabe, por ejemplo, que las cadenas ligeras de tipo Kappa de las inmunoglo-bulinas humanas (la Recherche, n" 12, pág. 427, mayo de 1971) , son portadoras de un polimorfismo llamado " I n v " . Las cadenas ligeras kappa Inv (1) y kappa (3) sólo difieren en su parte constante, en un aminoácido: el 191. Si es una leucina, el alotipo es Inv (1). Si es una valina se llamará Inv (3). Siempre me pareció notable el hecho que ese simple cambio de aminoácido en la estructura primaria de la molécula, proce-dente de una mutación puntual, dé lugar a especificidades antigé-nicas, la Inv (1) y la Inv (3), fuertemente inmunogénicas, puesto que son responsables de la

(9) E.D. Owen, Science, l()2, 400, 1945.

Fig. 9 — La síntesis de las in-munoglobulinas

0 Gm(17)

Gm(4)

haploidia funcional las células solo expresan un alelo

heterogeneidad alotipica Gm(4) / Gm(17) Gm(4)

Gm(1?

Haploidia funcional. En un sujeto heterocigota para los locus que con-trolan la síntesis'de las inmunoglobinas, es decir que poseen dos alelos diferentes (uno que procede del padre, el otro de la madre), las células son haploidemente funcionales: uno solo de los dos alelos es capaz de expresarse. Aqui, el alelo Inv. y el alelo Gm no pueden codificar las cadenas polipeptidicas que están bajo su control. En un sujeto heterocigota Gm(4), se sintetizan: dos po-blaciones de moléculas: las G Gm (17) y las Gm (4). Ninguna molécula llevará el producto de ambos alelos: esa doble población traduce una he-

terogeneidad alotipica.

Ese fenómeno es especifico de las células que fa-brican inmunoglobulinas. Por el contrario, en las otras células, los dos alelos se expresan: es asi que en el eritroblasto, célula madre de los glóbulos ro-jos, para un sujeto heterocigota en el locus de la hemoglobina (hemoglobina normal y hemoglogina patológica), las dos hemoglobinas serán sin-tetizadas. La explicación de ese fenómeno, propio a las células que sintetizan los anticuerpos, es ac-tualmente desconcida, pero se lo ha descrito en el hombre, el conejo y en el ratón.

O Gm(4) O Gm(5)

T1 Gm(1) Gm(21) Q

Ciertas porciones de ADN cromosómicas, en ocasión de la meiosis, segregan en bloque sin dar lugar a recombinaciones aleatorias. El análisis de los pedegrees familiares las hace aparecer como formando parte de un solo sistema genético. Sin embargo, esas porciones de ADN codifican cadenas p o l i p e p t i d i c a s d i f e r e n t e s . P e r o en una célula, sólo una parte de ese ADN es capaz

de funcionar. La figura representa el locus Gm en un sujeto heterocigota: los alelos de ese sistema son responsables de la síntesis de las cadenas pesadas

de las inmunoglobulinas: los genes Gm (5) y Gm( 21) codifican las cadenas polipeptidicas llamadas y 3, las Gm(l ) y Gm(4) de otras cadenas polipeptidicas yl. La porción.dc ADN que lleva los genes Gm(4) y Gm(5) en la célula representada, no funciona: esto se conoce como ia haploidia funcional de los inmunocitos. En el otro cromosoma sólo el gene Gm(l) funciona y codifica las cadenas yl. El gene Gm(21). que codifica las y3, aunque e¡-contiguo y segrega en ocasión de la meiosis con el G m ü ) es, en esta célula, inactivo.

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rGm(4) , Gm(1'

aloinmunización, es decir, de la producción de anticuerpos.

El sistema ABO

Uno de los progresos más es-p e c t a c u l a r e s en g e n é t i c a fisiológica humana realizados en estos últimos años tiene como punto de partida el estudio de los antígenos de los grupos sanguíneos "clásicos"; las sustancias A y B del sistema ABO, presentes en los glóbulos rojos y en la saliva de algunos sujetos.Los genetistas y los biólogos consiguieron es-clarecer los mecanismos genéticos por los cuales dos tipos de células diferentes sintetizan las mismas sustancias A y B. Dichas células, son los eritroblastos, precursores de los glóbulos rojos, y las células mucosas de las glándulas sali-vales, que en algunos sujetos las segregan en cantidad apreciable. .Las especificidades del sistema ABO dependen de la presencia de diferentes azúcares en ciertas glucoproteínas: la de la sustancia A proviene de una N-acetil-galac-tosamina, la de la sustancia B de una galactosa. Los tres alelos de ese sistema A, B y O actúan de manera diferente: ios genes A y B determinan la transformación de un sustrato: la sustancia H, controla la síntesis ya sea de una galactosaminatransferasa, ya de una galactosatransferara. El producto del gene O no puede transformar la sustancia H y conduce por consiguiente al feno-tipo O. Esa sustancia H está pues presente en casi todos los sujetos, sólo falta en algunos raros indi-viduos, pertenecientes a unas veinte familias, que carecen de esa sustancia básica; se dice que pertenecen al fenotipo "Bombay" pues fue en esa ciudad, en 1952 que esa alotipia rarísima fue

. descubierta por primera vez . Los "Bombay" poseen en el suero anticuerpos anti-A, anti-B y anti-H, y sólo pueden recibir trans-fusiones de sangre tipo "Bom-bay". • El análisis genético de esas pocas familias familias, ha demostrado que los alelos H y h, responsables de la presencia o de la ausencia de dicha sustancia básica, pertenecían a un sistema genético independiente del sis-tema ABO, que se segrega in-dependientemente de los alelos A,

B y O; en otros términos, los dos locus Hh y ABO están situados ya sea en dos cromosomas diferentes, o si están en el mismo cormosoma, la distancia que los separa excede las 50 unidades de recombinación.

Ciertos su jetos poseen la propiedad de segregar en la saliva las sustancias A,B y H:se trata de un p o l i m o r f i s m o de control genético, puesto que otros sujetos no tienen esa capacidad. Ese sistema genético, llamado Sese, es independiente de los sistemas Hh y ABO. Esa secreción proviene de las células mucosas de las glándulas salivales. Algunas mujeres pueden presentar quis-tes mucoides del ovario que se-gregan en gran cantidad esas sus-tancias A, B y H, per-mitiendo la colección de ma-terial suficiente como para efectuar análisis químicos. Fueron los brillantes trabajos de Morgan y Watkins, (10) y los de Kabat (11) los que permitieron conocer con precisión dichas estructuras. Pero para comprender lo que sigue es necesario recordar la existencia de otro polimorfismo: el sistema Lewis, que rige la secreción por las células mucosas de una sus-tancia hidrosoluble llamada Le (a). Ese sistema Lewis posee dos alelos Le y le,y es independiente de los sistemas ABO, Hh, Sese. Una segunda sustancia Lewis, Le (b) proviene de la transformación de la sustancia Le (a). Esas dos sustancias Le (a) y Le (b) pueden encontrarse en los glóbulos rojos, pero no son sintetizadas por los eritroblastos: los eritrocitos no hacen más que absorber las sustancias Lewis, hidrosolubles, y que han pasado al plasma san-guíneo. • Los bioquímicos, por medio de las degradaciones enzimáticas, pudieron analizar todas esas sustanc ias h idroso lubles , y demostrar que sus especificidades dependen de secuencias de azú-cares: mediante la sustracción de azúcares se pueden convertir unas en otras. En los sujetos AB,las especificidades A y B de las sus-tancias hidrosolubles de los suje-tos secretores son llevadas por la misma molécula (fig. 8 A).

* 10> W.T.J. Morgan v tt M Watkins. ni Med. Bul), 25, 1W69. (11) E.A. Kabal, The Glook Group Substances,

Academic Press.

Esa molécula puede ser hidroli-zada e n z i m á t i c a m e n t e : una galactosidasa suprime la galac-tosa y hace desaparecer la es-pecificidad B; una N-acetilgalac-tosaminidasa quita la galac-tosamina, y suprime la especifici-dad A; la nueva molécula posee la espeficidad H. Tratada nue-vamente por una fucosidasa, la molécula pierde su especificidad H, para adquirir la especificidad Le (a) . Otro tratamiento con fucosidasa, hace que se pierda la especificidad Le (a) y hace aparecer una nueva especificidad llamada "neumococo XIV" . Esa especificidad neumococo XIV es un d i s a c á r i d o g a l a c t o s a -glucosamina. Esta última especi-ficidad es común a todos los suje-tos de la especie humana y no puede por lo tanto ser analizada desde el punto de vista genético; no está sometida a un polimorfis-mo: es una isotipia. • —Paralelamente a esos traba-jos, los genetistas al analizar la segregación de los alelos de los sistemas ABO, Hh, Lele y Sese llegan a demostrar, gracias a algunos fenotipos excepcionales como los "Bombay", que todos esos sistemas actúan sinér-gicamente para sintetizar in vivo una sóla molécula. Es así como podemos seguir, gracias a dichos polimorfismos, el funcionamiento genético de la célula mucosa. La síntesis de esos trabajos notables representa "un momento pri-vilegiado" de la biología humana. Los genes controlan la disponi-bilidad dentro del citoplasma de una célula, de diversas enzimas que van a modificar un mismo sustrato original, realizando cada una de ellas una etapa de la con-versión progresiva.

—Un gene anónimo, puesto que escapa al análisis genético (no hay variedades humanas que carezcan de él), es responsable de la es-pecificidad neumococo XIV, responsable de la síntesis del disacárido galactosa-glucosamina Interviene entonces, la proteína codificada por el gene Lewis, agregando una fucosa: aparece la especificidad Le (a).

— I n t e r v i e n e n e n t o n c e s , simultáneamente, los productos de los genes Se y H: una segunda fucosa es insertada: la especifici-dad Le (a) se transforma en sustancia H.

—Recién entonces interviene el sistema ABO aportando el último

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toque a este edificio: si se trata de un sujeto O, la construcción que-dará en esa etapa ya que el pro-ducto del gen O —si existe— es incapaz de realizar un trabajo bioquímico en este sistema; si se trata de un sujeto A, se injerta una N-acetilgalactosamina, si se trata de un sujeto B, será una galactosa la nueva molécula agregada.

En esa célula mucosa, cinco sistemas genéticos han aportado su contribución a la elaboración de una molécula hidrosoluble A o B: el sistema anónimo responsable de la especificidad neumococo XIV, el sistema Lewis, luego los sis-temas H y Se, finalmente el sis-tema ABO.

Pero en otra célula, el eritro-blasto, la madre de los glóbulos rojos, esos antígenos A o B son construidos de otra manera, in-finitamente más simple: los genes Se y Lewis no funcionan y son inútiles. El análisis del polimor-fismo nos enseñó cómo trabajan los genes, pero además nos mostró como en el proceso de la diferen-ciación celular (célula mucosa o eritroblasto), el organismo llega a un mismo resultado por dos vías diferentes. Las inmunologías humanas

Otro ejemplo de sinergismo de varios sistemas genéticamente independientes para construir una misma molécula, lo proporciona el estudio de la alotipia de las in-munoglobulinas humanas. El sistema Inv interviene en la síntesis de la parte constante de las cadenas ligeras kappa, el sistema Gm en la síntesis de la parte constante de las cadenas pesadas. El análisis de las genoalogías familiares en las que se encontraban fenotipos raros Gm, y el análisis inmunológico de un sujeto portador de una ex-traordinaria combinación de in-munoglobulinas han permitido esbozar un "mapa" del locus Gm y al mismo tiempo pusieron en evi-d e n c i a la e x i s t e n c i a de "crossingover" intragénico.

El estudio de los sistemas Gm e Inv en el hombre, así como otros sistemas de alotipos de las in-munoglobulinas del conejo y de la rata, han hecho aparecer un f enómeno genético bastante inesperado . En sujetos he-terocigotas, una molécula de in-munoglobulina (anticuerpo) no esta "marcada" sino por el pro-ducto de uno solo de sus alelos:

este hecho se conoce por exclusión alélica en los textos anglosajones, y se califica de haploide funcional entre los autores franceses. La ce'lula capaz de sintetizar an-ticuerpos (el inmunocito), es na-turalmente diploide; sin embargo, uno solo de los dos alelos homólogos, es capaz de funcionar.

En esos sujetos heterocigotas se encuentran dos poblaciones de una misma molécula, producto cada una de uno de los alelos.

La haploidia funcional solo se encuentra en los inmunocitos pero ha sido demostrada en el hombre, en el conejo y en el ratón. Ese fenómeno, aunque recuerda la inactivación de ciertos locus del cromosoma X, es sin embargo, di-ferente.

Las ventajas del polimorfismo

"Evitar la monotonía", este es el primer hecho que podemos anotar entre las probables venta-jas que ofrece la existencia del polimorfismo humano. ¿Cuáles son, entonces, esas ventajas que ofrece el polimorfismo bioló-gicamente?

Los polimorfismos provienen de mutaciones; sin embargo, la mayor parte de las mutaciones son eliminadas por la selección. Teniendo en cuenta las tasas respectivas de mutación y de se l e c c i ón , la apar i c ión de mutaciones nuevas no basta para explicar el mantenimiento del polimorfismo y, en particular, la frecuente aparición de homozigo-tas de ciertos alelos desfavorables. Una explicación puede ser una ventaja biológica de los híbridos o he teroc igo tas . En genét ica humana, un ejemplo bien conocido es el de una hemoglobina anormal que induce a un estado de to lerancia con respec to al paludismo. En las poblaciones africanas, mientras los sujetos homicigotas para la hemoglobina normal son eliminados por el pa ludismo y las personas homocigotas para la hemoglobina anormal desaparecen c o m o consecuencia de una anemia gra-vísima, solo" subsisten los he-terocigotas.

Desgraciadamente, hasta ahora no conocemos el significado biológico de los polimorfismos humanos; en rigor, ni siquiera se sabe si muchos de ellos lo tienen, y en el caso de tenerlo, cual es esa

f u n c i ó n ; i n c l u s o el gran polimorfismo genético de las partes constantes de las moléculas de anticuerpos, no ha recibido explicaciones y, por el momento, no se ha podido establecer ningún paralelo entre la susceptibilidad a ciertas infecciones y la frecuencia de los genes de los sistemas Gm e Inv . Muchos creyeron descernir un ento valor selectivo de los grupos sanguíneos durante las grandes epidemias pasadas, pero esta hipótesis ha sido controverti-da por muchos. Asimismo, el papel biológico del sistema de his-t o c o m p a t i b i l i d a d HLa, cuya complejidad resulta tan molesta para los transplantes de órganos, sigue siendo desconocido; solo está la sugestión de un papel de defensa cjel organismo contra mutaciones somáticas. Los des-cubrimientos referentes a las relaciones entre el sistema H-2 de histocompatibilidad en el ratón y la susceptibilidad hacia ciertos virus oncogénicos permitirían pensar que el sistema HLa contri-buiría a la defensa contra algunos de los virus cuya envoltura comprende antígenos de mem-branas procedentes de huéspedes anteriores. I

Al terminar de trazar este panorama, por cierto incompleto, de los polimorfismos, me doy cuenta que nunca he pronunciado la palabra "sero-antropología": ahora bien, la antropología no se desarrolló realmente, no tomó un impulso real sino gracias al es- | tudio del polimorfismo en el hombre; en ese aspecto, el aporte del estudio de los grupos san-guíneos, considerados en un sentido amplio, ha sido consi-derable.

Algunos así lo afirma Eugéne Schreider en un número reciente de La Recherche (N° 19, pág. 47, enero de 1972) afirman que la utili-dad del estudio de los grupos sanguíneos declina. Después de lo que he relatado, el lector com-prenderá que yo no pienso así, creo, por el contrario, que ese polimorfismo nos reserva aún hermosos días y grandes sor-presas.-^.

Para saber más sobre este tema: C. Ropártz, "La alotipia en las inmunoglobulinas humanas", Boletín del Instituto Pasteur, 69, 107, 1971. J. M. Robert, Elementos de genética médica, Simep, 1968. C. Salmón, El poliformismo genético en el hombre, monografía editada por el Centro Departamental de Transfusión Sanguínea del Departamento del Sena, 1970.

GRAN PREMIO DE ENSAYO RAUL SCALABRINI ORTIZ

20.000.- PESOS ( $ 2.000.000, m / n ) La Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA) invita a los sociólogos, economistas,

analistas políticos e historiadores a participar en el Gran Premio'de Ensayo Raúl Scalabrini Ortiz, con el que inaugura su nueva etapa de actividades al servicio de la cultura nacional y popular.

El concurso tratará sobre las formas de la dependencia económica cultural, su interrelación y sus manifestaciones concretas en ei campo político. El jurado preferirá el desarrolló de modelos especí-ficos, pero también tomará en cuenta los trabajos teóricos. El comportamiento individual de los grupos monopólicos, analizado bajo formas monográficas, la proyección de dichos grupos en el terreno-cul-tural, en la orientación de la enseñanza y en la gestión gubernamental, son los temas de este Gran Premio de Ensayo.

Los trabajos serán considerados por el jurado que integran: El Sr. Ministro de Educación y Cultura, Dr. Jorge Taiana; el Sr. Interventor en la Universidad de

Buenos Aires, Dr. Rodolfo Puiggrós; el Presidente de EUDEBA, Dr. Arturo Jauretche; e l .Dr. Juan José Hernández Arregui ; el Dr. José María Rosa (h) ; el Dr. Ar turo Sampay y el Director Ejecutivo de EUDEBA, Sr. Rogelio García Lupo.

DISPOSICIONES 1) El Gran Premio de Ensayo Raúl Scalabrini Ortiz será otorgado al me-

jor ensayo inédito, que no deberá tener, en total, menos de 150 páginas ni más de 250.

2) El plazo de admisión de los trabajos vencerá el 29 de septiembre próximo.

La decisión del jurado se dará a conocer en noviembre del año actual. 3) El premio de $ 20.000.- ley 18.188 (2.000.000.- de pesos moneda

nacional), será entregado en el curso del mes de diciembre próximo en EUDEBA, Rivadavia 1571.

4) El premio podrá ser declarado desierto, y en ese caso ei importe se destinará a otro premio del año siguiente.

El jurado podrá, asimismo, dividir el premio entre varios concursantes. 5) EUDEBA se reserva el derecho de publicar los trabajos presentados

durante un plazo que no excederá de los ocho meses desde la adjudicación del premio y durante ese período el autor o los autores no podrán hacer uso de la obra presentada y premiada en este concurso.

6) Los originales, escritos en español, deberán ser firmados con seudónimo. En sobre aparte cerrado y lacrado, se consignarán el nombre, el número de documento de identidad y el domicil io del autor, la ciudad y el país en que reside. En la parte exterior del sobre que contenga esos da-tos se escribirá solamente el seudónimo. Es indispensable dar fiel cum-plimiento a estas normas.

7) Las obras deberán ser enviadas en cinco copias a máquina, escritos en una sola cara del papel —tamaño carta— a nombre de Gran Premio de Ensayo Raúl Scalabrini Ortiz - Av. Rivadavia 1571 - Buenos Aires -República Argentina.

8) Los trabajos no premiados y por cuya publicación no opte EUDEBA dentro de los sesenta (60) días podrán ser retirados por los autores noventa (90) días después de conocido el fallo dei jurado.

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Universidad y dependencia tecnológica Entrevista a Ivan Chambouleyron

La dependencia tecnológica es uno de los aspectos más visibles de la relación de nuestro país con los centros imperiales. Interrogamos sobre el tema a Ivan Chambouleyron (i), actual rector interventor en la Universidad Tecnológica Nacional, una insti-tución de enseñanza superior creada específicamen-te en 1952, como un hecho positivo en la lucha contra esa dependencia.

CIENCIA NUEVA: ¿Puede Ud. describir los rasgos esenciales de la dependencia tecnológica en nuestro país?

que fije las líneas generales del proceso elegido. La importación tecnológica no sólo es un jugoso negocio para los centros imperiales, sino, y esto es lo más grave, determina pautas de vida que corresponden a esas metrópolis. En otras palabras, con la tecnología vienen las costumbres, los valores y la estructura del país exportador. Este hecho pro-duce un resquebrajamiento en nuestra forma de vi-da, es decir, un proceso de desculturización..

I. Chambouleyron: La Argentina es un país dependiente. Esta frase ha sido dicho por todo el mundo, inclusive por los artífices de esa dependen-cia que el pueblo sufre en su vida cotidiana, cuando compra cigarrillos de marcas extranjeras, viste va-queros o toma coca-cola. La dependencia tiene di-versas manifestaciones: económica, política, cultural, fnilitar, tecnológica etc., expresiones que no constituyen compartimentos estancos sino que son parte del plan global de dominación del im-perialismo sobre los países que permanecen bajo su poder. Dependencia tecnológica significa especí-ficamente que en Argentina no desarrollamos las soluciones técnicas propias a los problemas nacionales. Es decir, hemos perdido la iniciativa creadora en gran cantidad de aspectos esenciales a nuestro progreso. Un país que no produce su propia tecnología está obligado a importarla masiva e indiscriminadamente, debido a la falta de criterio para elegirla y a la ausencia de un proyecto nacional

I. Ch.: Por las características, origen y objetivos de nuestra Universidad, estamos llamados a ser el veh ícu lo natural de t r a s v a s a m i e n t o de conocimientos técnicos de las capas o sectores pri-vilegiados de la sociedad, al pueblo trabajador La experiencia universal muestra que los pueblos que

C.N.:. ¿ Qué aporte proyecta realizar la Universi-dad Tecnológica Nacional para revertir esa si-tuación?

En cuanto a datos concretos es importante se-ñalar que en la actualidad más de la quinta parte de nuestra balanza de pagos está destinada a pagar tecnología importada. Además, la importación de tecnología se ha prestado en los últimos 18 años a una serie de manejos fraudulentos por parte de las grandes corporaciones, como la sobrefacturación vaciamiento de empresas, cierre de fuentes de tra-bajo, etc.

CIENCIA NUEVA N° 17, página 20. Í S t ó l i°? e n i e r o Chambouleyron fue publicado en

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se han independizado técnicamente, lo han logrado mediante una reforma educativa que posibilito el acceso a la cultura de toda la población. Nuestra filosofía de acción consiste justamente en producir esa apertura de la enseñanza técnica a todos los sectores hasta hoy marginados. Entendemos que nuestra liberación tecnológica no se producirá, como lo ha pretendido el sistema liberal, haciendo una especialización de algunos elegidos en famosos centros internacionales de investigación sino, por el contrario, con una apertura efectiva a la clase tra-bajadora. Sólo un pueblo armado de conocimientos y con un nivel aceptable de cultura es lo que nos garantizará la captación de toda la inteligencia y capacidad creadora que está dispersa en la po-blación y que hoy no se aprovecha.

Dentro de esta concepción global es que nos proponemos transformar la actual U.T.N. Debemos devolverle el sentido y los objetivos con que fuera creada por el Gral. Perón en 1952, que pueden resumirse en una frase de su discurso inaugural: "La Gran Argentina con que nosotros soñamos se va a construir con manos de trabajadores, con brazos de trabajadores y corazones de trabajadores". Nuestra misión es entonces transformar la actual U.T.N. de una universidad de estudiantes que traba-jan er> una universidad de trabajadores que es-tudian. Se trata pues de producir técnicos creativos, insertos en la problemática nacional y no meros intérpretes de manuales. En eso estamos.

C.N.: ¿ Cuáles son los principales obstáculos que hay encuentra la U.T.N. para alcanzar esos objeti-vos? I.Ch.: En esta verdadera revolución que el gobier-

no popular se propone realizar en la U.T.N. vamos a encontrar y ya hemos encontrado dificultades. Pensamos que muchas de ellas son fácilmente superables, v otras llevarán mayor tiempo. Uno de los serios problemas que hoy enfrentamos es la herencia de un déficit de cerca de 3.000 millones de pesos m/n y una situación desesperante en algunos aspectos como construcciones universitarias, la-boratorios, bibliotecas, etc. Pero el más grave de todos está referido a la reconstrucción del hombre. Con esto quiero decir lo siguiente: heredamos una Universidad en la cual se alentó durante 18 años una filosofía liberal de éxito personal y modalidades trepadoras: este prédica ha dejado desgracia-damente sus secuelas entre los trabajadores y es-tudiantes. Nuestra tarea consiste en revertir esa si-tuación general haciendo que las pautas de nuestro movimiento liberador, solidario y humanista, vuelvan a estar presentes en cada unos de los hombres que tienen que ver con la U.T.N.

C.N.: El país tiene una deuda externa de 6 mil millones de dólares; la U.T.N. cuenta con un déficit de 3 mil millones de pesos. ¿Sobre qué bases económicas se piensa implantar la política que hoy impulsa la Intervención a su cargo?

I. Ch: En realidad nuestra política de inserción en el medio y de transferencia de conocimientos técnicos a los sectores populares, no puede estar basada en estos momentos sobre recursos propios. Creemos que esta política debe realizarse en gran medida con la colaboración del medio y de la comunidad en general. Hemos establecido contactos con el sector productivo, grandes empresas del Estado, pequeñas y medianas industrias, etc. y

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están dadas todas las posibilidades para implemen-tar un programa común que será de gran beneficio para el país. Asimismo pensamos elaborar planes conjuntos con los gobiernos de las provincias en donde existen facultades o delegaciones de la U.T.N. j

Ya hemos contactado sectores de gobierno de un par de provincias que están interesadas en nuestros propósitos de regionalizar los planes de estudio y las carreras. En ciudades medianas , donde la U.T.N. representa la única posibilidad de estudios superiores, la comunidad entera asume como propia la Universidad y el pueblo se moviliza para dotarla de los elementos que puedan faltarle. Este tipo de iniciativas deben alentarse, así la Universi-dad deja de ser el coto cerrado para insertarse en la problemática regional. Esta apertura también se realiza por supuesto al mundo del trabajo . Recientemente se ha firmado un convenio entre los departamentos de Ingeniería Naval de la Regional Buenos Aires de la Universidad Tecnológica Nacional y de la Facultad de Ingeniería de la Uni-versidad Nacional de Buenos Aires con el Sindicato Argentino de Obreros Navales y se ha dado comienzo a un curso de perfeccionamiento para obreros que no sólo incluye la faz técnica sino también la parte humanística. En resumen, en la actual etapa los problemas que tenemos deberán ser resueltos sobre la base de la imaginación popular, siempre más rica que las simples fórmulas de solución presupuestaria.

C.N.: Para alcanzar la independencia tecnoló-gica, ¿sé tendrán en cuenta modelos practicados en otros países del Tercer Mundo que hoy avanzan hacia su liberación definitiva?

I. Ch: Las experiencias de otros países son siempre ilustrativas y conviene conocerlas, pero nuestra independencia tecnológica recorrerá caminos y adoptará modalidades esencialmente argentinas. Esto será así porque en todo genuino proceso liberador el pueblo entero participa con su idiosincracia y tradición que son diferentes país a país.

El proceso revolucionario concreto se ajusta a las características de cada pueblo, esto hace que la re-volución no pueda ser importada y el fracaso de muchos seudo revolucionarios en Argentina ha sido justamente el de pretender trasplantar esquemas que fueron exitosos en otros países y que el pueblo argentino rechaza. De todos modos hay que rescatar lo que la experiencia de otros países nos deja como enseñanza. Pienso que en nuestro contexto debemos seguir muy de cerca los movimientos liberadores de América latina, por la cantidad de elementos comunes, históricos y culturales que tenemos .

C.N.: ¿ De qué manera se desarrollará el tras-vasamiento de conocimiento hacia los sectores populares? ¿Implicará eso una disminución en el ni-vel de la enseñanza?

I. Ch. : El trasvasamiento de conocimientos técnicos hacia sectores populares va a ser encarado de diversas maneras. Una de ellas será con cursos de capacitación y complementación técnica para obreros dados en las facultades, fábricas, sindica-tos, etc. También con una apertura efectiva del estudiante tecnológico hacia los sectores más necesitados. Ya existen numerosas brigadas que están trabajando estrechamente con los pobladores

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de villas de emergencia para solucionar con ellos problemas de vivienda, agua potable , etc.

De lo que se trata en estos casos es de pasar a los compañeros villeros aquellos conocimientos que les permitan ir solucionando con sus propias fuerzas los problemas más angustiantes.

Pensamos que hay que terminar con el sistema encadenado de títulos que en definitiva resulta ser un método de selección económica del estudiantado. El sistema liberal quiere que los conocimientos y la habilitación profesional se adquieran a saltos. Cuando a un estudiante le falta una sola materia para finalizar los estudios, el Estado no le reconoce ninguna habilidad profesional. Creemos que este esquema que se acompaña de carreras largas, debe ser modificado creando para todos los ciclos de formación profesional títulos intermedios. Para ello deben ser revisados y reestructurados todos los planes de estudios. Debe también ampliarse el marco clásico de los estudios técnicos a nuevas áreas de actividad económica en donde la tecnología se aplica intensamente. Es oportuno señalar que la Argentina no cuenta con centros de formación en tecnología de alimentación, industria pesquera, ingeniería naval y en general de todo lo relacionado con el aprovechamiento de recursos naturales. Esta apertura debe ser implementada en un sistema educativo que permita acceder a estudios técnicos a aquellos trabajadores que no posean los títulos que actualmente se exigen. La U.T.N. debe proveer la formación técnica a cualquier trabajador para que, partiendo de su nivel educativo y de su práctica concreta de trabajo, pueda alcanzar los niveles más altos que la Universidad sea capaz de proveer.

La pregunta sobre el nivel de enseñanza debe contestarse haciendo un análisis de lo que se entien-de en estos momentos por nivel. El esquema liberal de educación es elitista. Esto significa que algunos elegidos tienen la posibilidad de alcanzar conocimientos sofisticados, que en el caso de un país dependiente como el nuestro, nada tienen que ver con las necesidades reales de la comunidad ni de su desarrollo.

Es decir, cuanto más sofisticados son los conocimientos que se imparten, se presume que son de mayor nivel.Así se conformó una burocracia de investigadores que consumen dinero del pueblo y

tratan de aumentar su prestigio con trabajos de "alto nivel científico" para que los mismos sean publicados en revistas especializadas. En algunos casos la investigación realizada es una pequeña parte de otra investigación que se realiza fuera del país y ningún caso aporta soluciones a problemas afligentes. Estos investigadores, producto del sistema, ejercen la docencia universitaria y deter-minan el "nivel" de la enseñanza impartida.

Nuestro pensamiento al respecto es que el nivel se mide por la relación directa entre lo aprendido y las necesidades concretas de la comunidad. Cuanto más necesario sea el trabajador manual o intelec-tual que resulte de los conocimientos impartidos mejor nivel tendrá el estudiante. Con esta definición nuestra tarea educativa no rebajará para nada el nivel de enseñanza sino que lo aumentará consi-derablemente. Se trata de popularizar la educación técnica en íntima relación con las necesidades del medio.

C.N.: En el camino hacia una tecnología en-teramente nacional, ¿Cómo preve usted la reac-ción de las corporaciones multinacionales que se verán afectadas por esa política?

I. Ch.: La reacción de las corporaciones mul-tinacionales no ha de tardar en producirse. Esto es un problema que está por encima de lo que pueda o no hacer la U.T.N., pues se refiere en general al proceso de liberación. Es decir, lo que proba-blemente produzca la reacción de esas empresas no sea el problema de la tecnología nacional sino el de la liberación definitiva del país. En mi opinión, a medida que se vayan dando los cambios que signifi-quen procesos irreversibles en la marcha por la li-beración, empezarán las presiones locales e inter-nacionales. Esto puede llegar a sanciones de tipo económico por los organismos internacionales de crédito, como ya lamentablemente sucede con otros países hermanos de América latina. Todo esto no debe preocuparnos; cuando un pueblo decide tomar en sus manos su propio destino, no hay presión económica ni militar que pueda doblegarlo.

Debemos prepararnos para esa batalla en la que la Universidad tiene un papel que jugar: formar los cuadros nacionales que la situación vaya deter-minandojf-

45

El desarrollo científico tecnológico

de México

México es un país de profundas raíces étnicas e históricas donde el desarrollo científico está tomando un notable incremento en los últimos años.

Según rec ientes in formes existen 4.100 investigadores en ciencia y tecnología en todo el territorio mexicano, de los cuales el 55 por ciento son de tiempo completo y el resto de trabajo parcial o profesionales sin ca-tegoría específica.

Referidos estos datos al total de la población, resulta que existen 0,85 investigadores por cada 10.000 habitantes y que representan sólo el 0,03 por ciento de la población económicamente activa, cifra que resulta inadecuada cuando se compara el número de investiga-dores por 10.000 habitantes, al de otros países como EE.UU. y la URSS, con 50 a 60 investigadores, Holanda con 40, Alemania con 36, Bélgica con 22, Italia con 10 y Espa-ña y Grecia con 4,0 y 3,2 respec-tivamente. Es interesante que España y Grecia, que tienen un desarrollo similar al de México, tienen proporcionalmente 4 ó 5 veces más investigadores.

En la República Argentina, según una encuesta llevada a cabo por el CONACYT en 1967, en 961 institutos t rabajaban 31.569 personas; 12.747 correspondían a personal científico (con título uni-versitario o experiencia equi-valente) , 6.097 a técnicos y 12.725 a personal de apoyo y administrati-vos. Sólo el 35 por ciento de los integrantes del personal científico se desempeñaba con dedicación exclusiva. Lo que quiere decir que la República Argentina, con una población de aproximadamente la

46

mitad de la población mexicana, cuenta con más investigadores en forma absoluta y proporcional (2,4 por 10.000 habitantes).

En lo que respecta a los recursos financieros que se dedican a la investigación científica y tecnoló-gica, la situación es la siguiente: el gasto total actual es de alrededor de 500 mil lones de pesos mexicanos, que son equivalentes a 40 mil lones de dó lares y representan el 0,13 por ciento del producto bruto interno y un gasto por habitante de 0,80 dólares (10 pesos mexicanos). El gasto des-tinado con este propósito en los EE.UU. es 450 veces el de México; el de Alemania, Francia e Ingla-terra 60 veces; el de Italia 11 veces y el de España, Holanda y Bélgica 1,5, 12,9 y 4,6 veces respecti-vamente.

Con respecto a la Argentina, el gasto en investigación y desarrollo en 1968 era de 17.000 millones de pesos argentinos (49 millones de dólares) o sea el 0.28 por ciento del producto bruto interno correspon-diente a ese año.

En términos de participación en el producto bruto interno, el 0,13 por ciento de México es, desde luego, inferior al que se registra en países más avanzados, donde fluctúan alrededor del 3 por ciento. En cuanto al gasto per cápita en los EE.UU. es de 90 dólares, en Francia de 48, en Alemania y Holanda de 40, en Bélgica de 20, en Italia de 10, en España de 1, y en Argentina de 2,1; todos ellos bastante superiores al 0,80 que se destina en México.

En cuanto a recursos humanos, según datos proporcionados en México, dependen del sector de

enseñanza superior el 53 por ciento de los investigadores, del Gobierno el 44 por ciento y de la iniciativa privada solamente el 5 por ciento. Si se toma en cuenta que gran parte de la enseñanza superior se financia por el sector Gobierno, su contribución directa e indirecta signficaría el 85 o el 90 por ciento del total.

Con respecto a la investigación básica, en México ésta representa el 50 por ciento del total y la aplicada y de desarrollo ex-perimental el resto. En esto México sé diferencia en forma importante de otros países. En el caso de los europeos, por ejemplo, la participación de la inves-tigación básica en el total oscila entre el 10 y el 25 por ciento. Se de-duce que en México los mayores esfuerzos para el desarrollo de estas actividades se han llevado en el seno de las instituciones de enseñanza superior y que lá participación del sector em-presarial es muy baja, lo que.ha hecho que la investigación aplica-da y de desarrollo experimental también lo sea y que se haya dependido casi exclusivamente de tecnologías extranjeras, como ocurre en la mayoría de los países latinoamericanos. Por otro lado la formación de profesionales y de investigadores en ciencia y tec-nología es deficiente y existe una ausencia de estímulos para de-dicarse a la enseñanza y de alicientes para realizar inves-tigación.

Las e m p r e s a s industr ia les generalmente consideran in-necesario patrocinar investigación tecnológica en México y dependen de tecnología producida en el

extranjero. Esto se traduce en: 1) una falta de desarrollo de nuevos procesos que permitan un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles, 2) la tecnología traí-da del exterior no se adapta a las condiciones de dotación de fac-tores en México, 3) no se alienta el desenvolvimiento de tecnología nacional y 4) representa una considerable salida de divisas. Esta situación se da en mayor o menor grado en todos los países la-tinoamericanos.

En la actualidad puede perci-birse un cambio tanto en el sector Gobierno como en el sector em-presarial, con respecto a la inves-tigación científica y tecnológica y esto es de gran interés, ya que la incorporación de avances tecnoló-gicos a las actividades producti-vas, — casi tan importante como los aumentos de capital y de mano de obra para explicar el proceso de desarrollo económico y la redi-tualidad de las inversiones en investigación científica y tecnoló-gica una vez rebasado cierto lími-te excede en forma considerable a la que se logra en otras activida-des. Por otro lado la dependencia tecnológica del exterior debe de ser seria preocupación y un es-tímulo más para el impulso del desarrollo nacional. Si bien no es factible substituir toda la tec-nología proveniente del exterior, México debe crear su propia tecnología, ante todo para apro-vechar sus propios recursos na-turales y luego para obviar una si-tuación de dependencia en el proceso de industrialización y en algunos aspectos políticos.

Para sufragar estos problemas es necesaria la preparación de un

plan de desarrollo a largo plazo con etapas a cumplir cada cinco años. En primer término se han calculado los recursos financieros necesarios que serían incrementa-dos cada año y que de 500 millones de pesos en 1969 (40 millones de dólares) irán hasta 2.300 millones (1.840 millones de dólares) en 1976: es decir, la tasa media de incremento anual sería del 23,6 por ciento. El número de investiga-dores aumentaría de 4.100 que se registraron en 1969 hasta 9.300 en 1976 o sea una tasa media de crecimiento del 12,5 por ciento; además se incrementaría el número de investigadores de tiempo completo; estos pasarían del 57 por ciento que representa-ban en 1969 al 72 por ciento en 1976, en tanto que la de los investiga-dores de tiempo parcial se re-duciría del 42 al 28 por ciento.

Para los propósitos de este plan, se ha considerado que el producto bruto interno a precios constantes pueda crecer a razón del 6,5 poc ciento anual en promedio, con lo que se elevaría de 365.000 millones de pesos (2.920 millones de dólares) en 1969,a cerca de 565.000 mi l lones (4.520 mi l lones de dólares) en 1976 y que la población crecería a un ritmo del 3,5 por ciento anual y pasaría de cerca de 48.3 millones a principios de 1970 a algo más de 60 millones en 1976. Con respecto al gasto en inves-tigación científica y tecnológica, esta pasaría del 0,13 por ciento del producto bruto interno en 1969 al 0,4 por ciento en 1976.

Por otra parte se pasaría de 0,85 investigadores por cada 10.000 ha-bitantes en 1969, a 1,56 en 1976.

Es factible para que México

alcance un gasto del 0,4 por ciento del producto bruto interno en 1976, puesto que en países en similares situaciones la cifra respectiva se ha situado entre el 0,5 y 1 por ciento del producto bruto interno. Por otro lado la tasa de crecimiento del gasto calculado en 23,6 por ciento anual del período 1969-1976, no es substancialmente diferente a la que se ha visto ac -tualmente, que fue cercana al 20 por ciento. Finalmente la tasa de crecimiento con respecto a los recursos humanos prevista en un 12,5 por ciento anual seria incluso menor a la observada en el pasa-do, que podría situarse en el 14 y 15 por ciento anual.

Es indiscutible que estas metas se pueden lograr con un modesto esfuerzo; para esto es necesario: 1) la creación de mecanismos como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT, formado en 1970 a instancias del Poder E jecut ivo con a p o y o económico del mismo), a través del cual se negociarán unilateral-mente los convenios de transferen-cias de tecnología del exterior. Este organismo funcionaría como el CONICET y CONCACYT de la República Argentina y tendría representantes en los principaels países del mundo; 2) constituir un fondo, operado a través de un fi-deicomiso mediante el cual las instituciones bancarias puedan re-descontar documentos que se originan en programas de inves-tigación tecnológica firmados por ellas y, 3) otorgar algunos incenti-vos fiscales para las empresas que apoyen la investigación científica y tecnológica^

Juan J. Aiva Correa

Novedades de ciencia y tecnología

1

Para medir la circulación de la sangre

La división de bioingeniería del Centro de Investigaciones Clínicas de Harrox, Londres, efectúa inves-tigaciones en las esferas de la biología humana donde la tec-nología avanzada puede ser útil y ya ha producido numerosos aparatos. Una de las técnicas más modernas realizadas es la aorto-velografía transcutánea, o sea el registro de la velocidad de la sangre aórtica desde fuera del cuerpo. No es necesaria ninguna incisión ni inserción de ins-trumentos.

La física básica utilizada es sumamente sencilla: si un haz ultrasónico se desplaza en la misma dirección que la sangre, la frecuencia original del sonido dispersado por los corpúsculos sanguíneos se modi f i ca en proporción relativa a la velocidad de circulación de la sangre. Es una aplicación del efecto Doppler, el fenómeno utilizado, entre otros, en las mediciones por radar de la altura de aviones.

La aorta es la arteria principal que transporta la sangre del corazón cuando éste se contrae. Sale del corazón hacia arriba y

luego se dobla, en una sección que es más o menos horizontal.

Se guía el haz ultrasónico para que se desplace a lo largo de esta sección. Una vez que se ha deter-minado la velocidad de la sangre, se puede calcular el caudal conociendo el ancho del conducto aórtico.

No obstante, el cuerpo tiene huesos y tejidos que absorben la radiación ultrasónica y una de las primeras dificultades a vencer es la selección de la frecuencia y po-tencia correctas para obtener la máxima respuesta de la aorta.

Se trata de una cuestión de electrónica. La parte receptora del aparato debe distinguir entre la señal deseada y las señales no deseadas procedentes de rami-ficaciones de arterias y otros obstáculos. Además, la sangre re-trocede en la dirección del haz incidente y, mediante el uso de un instrumento que identifica la dirección, se puede distinguir esta señal de otras.

Se coloca el pequeño transductor en la base de la parte delantera del cuello del paciente, en una posición que permita al haz des-plazarse a lo largo de la parte casi horizontal de la aorta. El resto del dispositivo se encuentra en otro lugar, bajo el control del que lo usa. Gracias al dispositivo se pue-den observar los efectos de la emoción, el ejercicio, los me-dicamentos o cualquier otra terapéut ica , así c o m o las irregularidades de las válvulas cardiacas.

Se preven aplicaciones en salas de terapia intensiva y en inves-tigaciones de cardiología y del estado de la sangre.

Hacia el turborreactor silencioso

Durante la última exposición celebrada en Franborough, Ingla-terra, anuncióse que existían planes bastante avanzados para la construcción de un motor de aviación silencioso, destinado en particular al avión de despegue vertical.

El nuevo sistema se basa en la combinación de otros dos: un mo-tor particularmente silencioso, es decir, el Rolls-Royce Snecma M45, desarrollado conjuntamente, como lo indica su nombre, por la Rolls Royce británica y la Snecma de Francia, y un nuevo tipo de turbina cuyo perfeccionamiento está a cargo de la firma Dowty Rotol. Se trata de aprovechar la turbina Dowty Rotoll cuyo paso puede modificarse fácilmente. Tal turbina será accionada por el mo-tor y soplará aire alrededor y a través del motor, instalado sobre un conducto o tubo en la estructura del avión. O sea que éste sería le-vantado y propulsado por una extensa masa de aire de mo-vimiento lento, lo cual es mucho más silencioso que la corriente de aire, pequeña pero de muy alta velocidad, que pasa por el motor de reacción común.

48

• • d r " 'I 2 3 4 5

estación

1 2 4

. i -5® IR

S S Ü l H g ^

a c a czitzü w a b f 9 3 5

c d e

El sistema de transporte experimental Ararais

Una vía en forma de anillo, de un kilómetro de longitud, ha sido instalada recientemente en el aeropuerto de Orly, al borde de una pista de aviación. Con elia.se podrá experimentar el sistema Aramis, estudiado y construido por la sociedad Matra.

Se trata de vehículos sobre neumáticos,destinados a transpor-tar de cuatro a diez pasajeros. Su originalidad descansa en los sistemas automáticos complejos de que están dotados, que les permite llegar a un destino dado sin parada intermedia. Se in-tegrarán todo a lo largo del recorrido a diferentes trenes formados con vehículos idénticos, programados para otros destinos y procedentes de otras estaciones si-tuadas a o largo del recorrido y colocadas en desviación de la vía principal. Cada vehículo del tren no tiene más que un destino, y los pasajeros'que se encuentran en él descienden en la estación de llega-da.

Para lograr una seguridad absoluta, la electrónica debe tener una gran seguridad de fun-

cionamiento. Pero, por el con-trario, los sistemas automáticos autorizan una gran flexibilidad del modo de explotación. El número de vehículos en servicio puede variar en todo momento, según la demanda. En las horas de poco tráfico, los pasajeros de un vehículo podrán decidir ellos

mismos su destino. En cambio, en las lloras de punta, los equipos electrónicos de cada estación programarán el destino de los vehículos en función del conjunto de las necesidades.

El esquema resume el modo de formación de los trenes y de las paradas en las estaciones.

4 Tecnología nacional en una fábrica de neumá-ticos

La firma Fate anunció la puesta en marcha de su nueva planta textil, destinada a la producción de tela "Cord", el tipo especial de tela que se utiliza en la fabricación de los neumáticos actuales, reali-zada a partir de fibras de nylon y rayón.

La nueva planta fabril ocupa una superficie de 9.000 metros cua-drados y tiene una capacidad instalada inicial de 150 toneladas mensuales . Acer ca de sus características merece destacarse lo siguiente:

Ei proyecto técnico, la obra ci-vil, la arquitectura y la dirección de obra han sido realizadas por el equipo técnico estable de Fate incorporando, en el área de pro-ducc i ón , los más rec ientes adelantos en la fabricación de este tipo de textiles.

Todos los equipos de la planta, t a l e s c o m o los de a c o n -dicionamiento climático, trans-porte, distribución eléctrica,

bombeo, así como envases y equipos de alimentación de máquinas, fueron provistos por la industria nacional. Sólo se impor-taron las máquinas especializa-das: retorcedoras, cableadoras y telares.

El edificio está constituido por una estructura de hormigón pre-íensado, con grandes luces entre columnas, similar al del resto de la planta de neumáticos donde por primera vez en el país se había utilizado este sistema de obra ci-vil.

Fate produce neumáticos para automotores y las calculadoras electrónicas Cifra y Minicifra y se destaca entre las empresas locales por su alta capacidad tecnológica.

49

¿Qué hace el sistema científico por la industria en Argentina? Alberto Aráoz*

Existe la impresión generalizada de que el sistema científico hace poco por la industria en Argentina, notándose una gran dependencia externa de esta última para los nuevos conocimientos tec-nológicos y una falta de contactos sis-temáticos entre ciencia e industria que permitan aprovechar a fondo la materia gris de nuestras Universidades e ins-

titutos de investigación. Nuestro objetivo aquí 110 es emitir un juicio terminante so-bre la cuestión, sino proporcionar ciertos elementos de juicio que pueden ser de utilidad para su esclarecimiento. Anali-zaremos para ello algunos datos rele-vados en la encuesta que el CONACYT efectuara en 1969 a 961 institutos de in-vestigaciones nacionales.**

Los datos en cuestión se refieren a los proyectos de investigación que los institutos declararon tener en ejecución al tiempo de la en-cuesta. En cada caso se pidió que se asignara al proyecto un "campo de aplicación probable".Del total de cerca de 10.000 proyectos rele-vados, sólo un 6 por ciento fue asignado a "industria" como campo de aplicación probable, menos de 600 en números absolutos, lo cual indicaría la poca importancia de dicho objetivo

•El autor es Investigador visitante del Centro de Investigaciones en Administración Pública, asociado al Instituto Torcuato Di Telia. Desea expresar su reconocimiento al Lic. R. Murtagh y a la Srta. Victoria Eichenbaums por su valiosa contri-bución al análisis de los datos. ** Véase el informe publicado por

CONACYT, Potencial científico técnico nacional: encuesta a institutos de investigación, Bs. As., 1971, cuya re-dacción estuviera principalmente a cargo del autor, así como el artículo por este último, Aspectos cuantitativos de la ciencia argentina, Ciencia Nueva, Abril de 1972.

50

socioeconómico para las activida-des de investigación del sistema científico nacional. Dejando de la-do los proyectos ejecutados dentro de empresas estatales y mixtas, queda un conjunto de 511 proyectos ejecutados por el sistema cien-tífico extraempresario que de alguna manera pueden tener utili-dad para la industria. Es sobre este conjunto que hemos efectuado un análisis con la idea de explorar las características de las activida-des de investigación y desarrollo llevadas a cabo en beneficio de la industria.

Estamos conscientes de las limi-taciones del análisis, en primer lugar por razones de carácter general sobre la fiabilidad de los datos de la encuesta y en segundo término por la validez del atri-buto "campo de aplicación proba-ble", pues: a) pueden haber habi-do errores de codificación por parte de los respondentes;ib) la asignación de un proyecto a la aplicación industrial refleja el deseo del respondente, más que un hecho, lo que hemos tenido en cuenta, de cierta manera, al

llamarlo "probable",pues se trata de una vinculación no siempre efectiva entre ciencia e industria; c) se trata de un análisis cuantita-tivo que no toma en cuenta aspec-tos cualitativos de cada proyecto. Finalmente cabe señalar que los datos se refieren al año 1969.

Para realizar un análisis de interés fue necesario anotar la rama industrial a la que presumi-blemente podía referirse cada proyecto, en los numerosos casos (más de la mitad) en que el res-pondente no lo había hecho al llenar la encuesta. Esto también puede ser una fuente de error.

Llegaban a 511 los proyectos con campo de aplicación probable "industria", ejecutados en 1969 por institutos de los sectores Uni-versitario, Público Descentraliza-do, Público Centralizado y Privado de Bien Público. Su distribución por sector, disciplina científica (del proyecto) y región figura en el Cuadro 1. Los Cuadros 2 y 5 permi-ten examinar diversas caracterís-ticas que arrojan luz sobre el apoyo del sistema científico ex-traempresario al sector industrial.

No entraremos aquí en un comentario detallado del conteni-do de estos cuadros; muchas de las conclusiones son evidentes a simple vista. Preferimos resumir nuestras conclusiones diciendo que es relativamente pequeño el esfuerzo que el sistema científico argentino dedica a proyectos de ID para objetivos industriales (511 proyectos, menos del 6 por ciento del total de proyectos para todos los objetivos) y que la evidencia cuantitativa recogida muestra que probablemente muchos de esos proyectos no recibirían aplicación a corto plazo en la industria puesto que: — el 7 o por ciento de los proyectos se ejecutaban en las universida-des, donde la relación proveedor-cliente con la industria es débil;

— el 70 por ciento de los proyectos eran de Investigación Aplicada que en el mejor de los casos tiene una influencia indirec-ta y a plazo mediano o largo sobre el desarrollo industrial y sobre el crecimiento de la productividad en la industria;

CUADRO I Distribución tic los proyectos con campo de aplicación probable "Industria'

Cantidad 'L

P o r sec tor :

I—Univers i tar io '•i—Público descentra l i zado :t—Público centra l i zado 1—Privado de Bien Públ i co

Total

P o r reg ión :

1—Patagonia 2 — C o m a b u e :i—Cuyo 1 _ C e n t r o f ¡—Noroeste tí—Noreste 7 P a m p e a n a

Area Metropol i tana

Total

P o r disciplina c ient í f ica del p royec to :

11 Física 12—Química 13 Biología 1 4—Medic ina 15 Ciencias de la tierra Id—Matemát i cas 17 Ingeniería 18—Ciencias A g r o p e c u a r i a s 21 E c o n o m í a 2: i__Psicología 38—Arquitectura 10—Odontología t l _ _ F a r m a c o l o g í a

Total

357 70 110 21 36 7 8 2

511 100

53 10 10Í1 21 41 8 41 11 128 25 140 27

511 100

20 4 73 14 30 (¡ 8 2

20 4 2 —

283 55 30 6 23

1 j "

1 7 1

13 3

511 100

Fuente : C'ONAC'YT

C U A D R O 2 Proyec tos con c a m p o de aplicación probable " industr ia " clasificados

por sector de dependencia del instituto y otros parámetros

Sector Cantidad de proyectos

Universitario Púb'descentralizado Púb centralizado Priv de bien público

Total

357(70%) 110(21%)

36(7%) 8(2%)

511 (100%)

Cantidad de institutos

77 22 11 4

114

Promedio de proyectos por instituto

4,6 5

3,3 2

4,5

Distribución conforme Distribución conforme al número de

investigadores afectados ai proyecto

al % proyectos con cap. industria sobre

total de proyectos Más de 47 a menos

73% 73% de 47% i y 2 3 y 4 5 ó

más

124 144 89 237 104 16 41 14 55 81 19 10

4 16 16 24 7 5 3 — 5 3 4 1

172 174 165 345 134 32

Distribución conforme al total Distribución conforme al % de Distribución según el tipo Sector de ingresos del instituto ingresos del instituto en concepto de actividad de ID

(en millones de m$n) de contratos de investigación

Menos 10 a Más S / D 0,0% l a • 10a más inv. des. s/d de 10 35 de 35

0,0% 10% 50% de 50% s/d aplic. exp. s/d

Universitario 118 123 70 46 265 14 2 30 46 277 71 9 Púb Descentralizado 22 28 41 19 53 12 26 — 19 57 53 —

Púb centralizado _ 2 32 2 16 7 — 11 ' 2 17 19 — -

Priv de bien público 4 — 4 — 5 — — 3 — 4 4 —

Total 144 153 147 67 339 33 28 44 ' 67 355 147 9

Fuente: CONACYT

51

CUADRO :¡

Proyectos con campo de aplicación probable "industrial" clasificados por disciplina científica del proyecto y otros parámetros

Distribución conforme- Distribución conforme al número de investí- Distribución conforme al % de in-

E S ^ ^ gadores afectados a. gresos de. instituto en concepto /ig» u|itsu«is r iui« .tu» total de proyectos proyecto onnlratnc ¡m/Kcliiiai'Un de contratos de investigación

Más de 73%

47 a 73%

Menos de 47 % l y 2 3 y 4 5 ó

Más 0,0% 1 á 10%

10 .a 50 %

Ma's de 50 % S|D

Ciencias de la 47 Ingeniería 283 (55%) 103 99 81 202 71 10 182 8 26 27 47

Ciencias exactas y naturales 145 (28%) 36 47 62 89 45 11 101 22 2 5a 15 Ciencias agrope-cuarias 30 (6%) 4 16 10 27 3 — 26 3 1 Ciencias me'dicas 28 (6%) 15 13 — 15 11 2 27

3 1

Otras disciplinas 25 (5%) 14 11 12 5 8 10 — — 12 3

Total 511 (100%) 172 175 164 345 135 31 339 33 28 44 67

NOTA: Se indican las disciplinas incluidas en los grupos del cuadro. El número entre paréntesis se refiere a la cantidad de proyectos en cada caso:

Ciencias exactas y naturales: física (20); química (73); biología (30); ciencias de la tierra (20); matemática (2)

Ciencias Me'dicas: (8); odontología (7); farmacología (13) Otras disciplinas: Economía (23); psicología (1); arquitectura (1).

(a)todos en química.

52 (b) Todos en economía

CUADRO 4 Proyectos con c a m p o de aplicación pro-b a b l e " I n d u s t r i a " c l a s i f i c a d o s por rama industrial y otro parámetros

Rama Industrial (A)

l l_Explot . minas carbón l2_Extrac. minerales metal i:t_Extrac. perfor. y explot.

de petróleo y gas natu. 14_Extrac. piedra, arena

minerales no metálicos y canteras

20_ Alimentos !íl_Bebidas 23 Textiles 24_Calzado, prendas vestir 25_Madera y corcho 27_Papel 29_Cuero (excl. calzado y

prendas de vestir) 31_Productos químicos 32_Prod. derivados de pe-

tróleo y carbón XI—Otros minerales

no metálicos 34—Ind. metálicas básicas ¿5_Prod .meta l . exc l . maqui-

narias y transporte 36—Maquinaria excl. eléctrica 37—Maquinaria y apar. élec. 39—Ind. manuf. diversas

Resto (B) S|D o S| Esp. TOTAL

Distribución según el tipo de actividad de ÍD

Distribución conforme al % de proyectos con

cap industria sobre total de proyectos

Inv Apüc.

Des. Exp. S|D

Más de 73%

47 a 7 3 %

Menos de 47%

9 8 1 8, ' 1 11 3 8 - - 6 5

3 3 - - - - 3

6 6 6 68 (13%) 57 11 23 22 23 66 (13%) 60 6 - 32 26 8

11 10 1 - 1 10 -

1 1 - - _ - 1 7 6 - 1 1 _ 6 2 2 - - 1 - 1

3 3 _ 3 36 (19%) 73 22 1 32 46 18

5 4 - 1 - 2 3

27 (5%) 17 10 _ 3 20 4 80 (16%) 59 21 - 32 17 31

3 3 „ 3 24 (5%) 14 7 ' 3 14 5 5

15 5 10 - 7 4 4 27 (5%) 23 4 - 12 5 10

47 26 19 2 8 3 36 511 383 119 9 172 174 165

Kama industrial (A)

-Exp lo t . minas carbo'n - E x t r a c e , minerales metal. l E x t r a c e . perfor. y explot.

de petroleo y gas natural - E x t r a e , piedra, arena, minerales

No meüíiieos y canteras -Al imentos -Itebidas -Texti les -Calzado, prendas de vestir - M a d e r a v corcho - P a p e l -Cuero (excl . calzado y

prendas de vestir) -Productos químicos -Productos derivados de pe-

troleo y carbo'n -Otros productos minerales

no metálicos - Ind. metálicos basicas - P r o d . metal, excl . maqui-

naria y transporte -Maquinaria excl . electrica -Maquinaria y apar, electr. - Ind . manuf. diversas

[testo (B) Sj D o S| esp. Total

Distribución confor-me al número de in-vestigadores afecta-

dos al proyecto

1 y 2 :i y 4 5 ó mas

Distribución conforme al to-tal de ingresos del institu-

to (en millones de mSn)

5 4 — 10 1 —

2 - 1

'1 2 —

43 21 4 52 10 4 3 4 4

7 1

-

1

- 1 2 54 40 2

1» 1! 1 54 22 4

3 _ _ 20 4 , 14 — 1 13 11 3

36 6 5 345 134 32

menos de III

>0 a más de 3.Í S|D

3 3 9 5 I

1 2 - —

- — (i

19 51

30 10 8

16 5 3

3

1

1 (1 1

1

2 18 45 1

25 8 - 1 4 -

(i 14

0 24

15 19 23

4 7

11

1 9 4 5

11 3

10 1 1

5 144

3 153

!> 147

29 87

53

— el (>(> por ciento de los proyectos se ejecutaban en insti-tutos que no tenían ingresos por contratos de investigación (y, más grave aún, la proporción era la misma para los proyectos de Ciencia de la Ingeniería), en los que presumiblemente el tema de trabajo es fijado por el propio investigador, o por la institución, 110 respondiendo a una demanda específica del sector industrial;

— el «2 por ciento de los p r o y e c t o s d e D e s a r r o l l o Experimental (así como el 7o por ciento de los Invest igadores solamente; esta proporción era s i m i l a r en los proyectos de D e s a r r o l l o E x p e r i m e n t a l en Ciencias de la Ingeniería, desper-tando la sospecha que muchos de estos se dedicaban a problemas de pequeña monta.

Algunas otras observaciones de interés se anotan a continuación:

—La disciplina con más proyectos era Ciencias de la Ingeniería, cuyos 283 proyectos significaban más de la mitad del total de proyectos de esa disciplina para todos los campos de aplicación. La seguía Química, con 73 proyectos, un 14 por ciento del total de proyectos relevados. Es interesante anotar que en Farmacología los 13 proyectos significaban un 16 por ciento de to-dos los proyectos de esa disciplina. Finalmente, causa extrañeza ha-ber encontrado solamente dos proyectos en Matemáticas, dis-ciplina cada vez más importante para la conducción de la empresa moderna.

—Observando la distribución de los proyectos por rama industrial, puede notarse que algunas ramas dinámicas parecían muy huér-fanas de apoyo del sistema científico. Así, no existía proyecto alguno con aplicación potencial a la Construcción de Materiales de Transporte, cuando esta rama incluye la fabricación de automo-tores, industria dinámica por excelencia en la Argentina; había dos proyectos en Papel, 5 en Deri-vados del Petró leo , 15 en Maquinaria y Aparatos Eléctricos y 24 en Maquinaria No Eléctrica. Por otra parte había 80 proyectos en Metales Básicos y 96 en Química, pero en ambos casos con abundancia de proyectos de

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llama Industrial (A)

Distribución conforme al % de ingresos del Instituto en concepto

de contratos de investigación

0.0% 1 a 10%

¡0 a 5(1%

Más de 50% S|l>

l l_Kxplot. minas carbón 12_Extrac . minerales me- 1 1

tálicos U_Kxtrae. perfor. y explot.

de petróleo y gas natural H _ E x t i a c . piedra, arena.

minerales no metálicos y canteras 3 20 A l imentos 5(1 5 4

20 3

21—Bebidas 45 1 20 -

:¡:t_Textilcs 2 11 1 -

24_C'alzado, prendas de vestir 25_Madcra y corcho 27—I'apel -

29_Cuero <exc. calzado y pr. vestir >

:¡1 Productos químicos 81 5 1 1 a :i2__Prod. deriv. de petróleo y

carbón :i:i_Otr«s prod. minerales no

metal. H; 3 3 5 3l_Ind. metálicas básicas 39 4 14 - 23 35—I'rod. metal, excl. ma-

quinaria y transporte

:il¡_Maquinaria excl. eléctric. 22 1 1 :ti_Maquinaria y apar, electr. 14 1 :i!l_Ind. diversas 12 - 1 13 1

Resto (B) 25 4 4 2 12 19 •S| I) o S| Esp. 16 2 2 12 19

TOTAL 339 33 28 44 67

V) se inilK-ü rU'<»clÍK"C1U'. \<»li ínichlt'v. -i» iin|ii'etilii: IP esta fila lia sillo ulil ini'l;iillii en mallín a I. VII-.. ( OVU'YT

•dos cu liis sijjmrnU's ramas : -- luliat material de iraits|)<irte •i) la última (lisinliuiitiii tlel cuiulri) para u¡íni¡>ai •ti ite iiniw't'tiis.

Investigación Aplicada. Si bien es cierto que las industrias diná-micas trabajan continuamente con tecnología importada, no deja de llamar la atención el magro apoyo del sistema científico. Queda por ver si estas industrias han creado estructuras internas eficientes para llevar a cabo la ID que han menester, si desean permanecer a un nivel razonable de eficiencia por comparación a las prácticas mundiales.

No debe olvidarse finalmente que nos hemos limitado a analizar solamente aquella parte de la

relación ciencia-industria que se refiere a actividades de ID; pero hay multitud de servicios cien-tíficos y técnicos, de gran impor-tancia para la industria de un país en desarrollo que diversos insti-tutos llevan a cabo exitosamente. Esta dimensión de la relación ciencia-industria merece una exploración cuidadosa.

Tampoco hemos tomado en cuenta los aspectos cualitativos, y no creemos que sea posible reali-zar un examen serio del tema sin recoger opiniones al respecto, lo que hoy no está a nuestro alcance.

CUADRO 5

Proyectos con campo de aplicación probable " industr ia" clasificados por tipo de ID

Cantidad de investigadores a ellos afectados

Tipo de ID

investigación aplicada Desarrollo experimental S|D

Total

252 104 356 90 56 146

3 6 9

345 166 511

Comentarios de libros

EDUARDO SAGUIER La historia de la formación social del Río de la Plata a partir de la génesis de su estructura agraria.

Buenos Aires, Centro de In-vestigaciones en Ciencias Sociales, 1973. Serie Estudios N° 3. 39 páginas

Este informe de Saguier, pro-ducto de una meditada e intensa labor de investigación, es una interesante contribución a la me-todología bistoriográfica. Es bueno advertir al lector, a fin de que no lo tome por sopresa, que el título del informe es excesivamen-te amplio frente a los concretos propósitos del autor. Aquí no se examina la historia de la for-mación social rioplantense, sino que su intención es tratar de formalizar una toma de conciencia colectiva a fin de incitar al estudio de esta cuestión siguiendo las pistas establecidas por el autor.

Saguier nos presenta un cúmulo de antecedentes documentales so-bre el problema, en cuyo rastreo, localización y clasificación le ha llevado seis largos años. Pero esta esforzada tarea individual parece haber llegado a un nivel en que las posibilidades de avance se han agotado. Consciente de esta situación que podría llevar a empantanar la investigación histórica emprendida, Saguier ha decidido nuclear en equipos inter-disciplinarios a todos los cien-tíficos que estén dispuestos a resolver los problemas del tra-tamiento técnico de la información y de la interpretación de la misma. En esto radica uno de los mayores méritos de Saguier: su honestidad

para plantear el callejón sin salida en que se encuentran los investiga-dores solitarios. Este es el pro-blema primario del propósito me-todológico de Saguier. Honestidad que se manifiesta igualmente en una exposición, sin ocultamientos, de las fuentes (éditas e inéditas) tratadas y dar a conocimiento las hipótesis centrales, las compro-baciones específicas y el diagnós-tico histórico a los cuales ha arri-bado luego de un trabajo de seis años en el procesamiento de los datos cuantitativos obtenidos.

Creo que sobre esas pautas hipotéticas es importante destacar su conclusión central: "Las hipótesis centrales de este trabajo son las presunciones de que el lati-fundio y el minifundio en la tierra de frontera y el hinterland de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, Santa Fé,-República Oriental del Uruguay y Estado de Río Grande Del Sur. durante los siglos XVII, XVIII, XIX y XX que presun-tamente est imularan la es-peculación, el fraude, la impro-ductividad y la penetración del capital comercial yusurario,defor-mó el desarrollo del modo de pro-ducción capitalista y coadyuvó a la formación de modos autocráticos de poder político, que sometieron al pueblo a relaciones de depen-dencia con las metrópolis im-periales".

El autor nos interesa en las técnicas del procesamiento de los datos, describiendo las etapas cumplidas en el manejo de la in-formación y su relevamiento. Sobre esta base se identifica con

un esquema metodológico (con más precisión debería decirse, tecnología del procesamiento de datos cuantitativos) que define como un "análisis multivariado condicional alternativo en la que la elaboración microeconométrica de modelos históricos cuantitati-vos (...) pueda comprobar la hipo-tética incidencia que las al-teraciones de la utilidad neta y la renta especulativa y diferencial, pueda haber tenido sobre los promedios estadísticos, los índices de concentración, los coeficientes de correlación y regresión y las probabilidades de transición". Respecto a esta metodología, que se sostiene sobre las bases de la llamada "historia cuantitativa'' es conveniente hacer a lgunas precisiones. Ni la ciencia, ni las técnicas son po l í t i camente neutrales, por tanto, es necesario tomar precauciones ante cual-quier metodología que a título de "objetivismo", intente ocultar el significado de clase de las inter-pretaciones históricas. A esos efectos sería interesante que Saguier definiera también, el obje-tivo político de la investigación.

Pienso que el riesgo que corre esta investigación es diluirse entre el tarrago del papeleo catastral o de la multiplicación de los datos y sus infinitas combinaciones, si no se establecen las pautas ideoló-gicas precisas que determinen la orientación de la investigación. Así se asumiría, previo a cualquier compromiso formal o académico de estudiar, una responsabilidad social que ningún científico tiene

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hoy derecho a eludir. A su vez —y esta me parece una ausencia significativa— Saguier no ha planteado la necesidad de realizar un análisis crítico de la inmensa bibliografía hstórica que sobre el tema existe, tarea ineludible para que este tipo de investigación no quede marginado de ias luchas ideológicas y sirva, no solamente para comprender el pasado, sino fundamentalmente como ins-Irumento teórico que contribuya positivamente con el proceso de t rans formac ión y l iberación nacional De todas maneras esta es una tarea de investigación que no debe caer en e! olvido.

A.Ch

EUGENE P. ODUM Ecología Ed. Interamericana (México-Ai-gen tina-España-Colombia-Chile-Perú-Uru-guay-Venezuela) , '639 pp. 1972. (Tercera Edición)

Varias generaciones de biólogos liemos encontrado en las sucesivas ediciones de la ECOLOGIA de Odum una innegable orientación. Sus textos fueron adoptados, parcial o totalmente, por pro-fesores universitarios de América Latina que encontramos en ellos inspiración para mejorar los enfo-ques y la metodología de la ense-ñanza y de la investigación. Por esta razón resultaría reiterativo elogiar, en estas líneas, los méri-tos de esa metodología científica y tecnológica que Odum expone a través de sus cada vez más puli-dos enfoques. Sin embargo no de-bemos dejar pasar por alto el contrabando ideológico que se injerta en esta tercera edición, destinado fundamentalmente a influir sobre los ecólogos del Tercer Mundo en beneficio de la política imperialista. Las in-cursiones de Odum en el campo de la "ecología humana" no dejan lugar a dudas.

Discutir las relaciones del hombre con la naturaleza es en-trar en un debate filosófico y_ político. Es indudable que, si bien' el hombre a lo largo de su historia ha modificado profundamente su entorno, también es cierto que el medio ambiente ha ejercido una tremenda influencia sobre su comportamiento social. Pero la di-ferencia fundamental entre la acción que ejerce el hombre sobre

el medio y la que ejecutan los animales es de que cada acción de aquel obedece, no a un instinto sino a un razonamiento previo. Con el nacimiento de las primeras herramientas de labor surge el trabajo organizado y comienzan a nacer los primeros signos de or-ganización* social. Se establecen ¡as relaciones de producción, surge la propiedad privada y la sociedad se divide en clases. Los sectores dominantes, dueños de los medios de producción, viven a expensas del trabajo de los asalariados. Es asi como a la explotación lucrativa de la na-turaleza se une la explotación social del hombre por el hombre para iuego extenderse a la explo-tación de las naciones centrales sobre las periféricas (la del mundo desarrollado sobre las del mundo subdesarrollado). Por lo tanto aplicar las leyes de la bioecología al hombre es, no solamente un error científico, sino una trampa ideológica y política.

La sociedad actual se enfrenta a una tremenda crisis ambiental, pero ella no es consecuencia del "explosivo aumento de la po-blación mundial" o de la "con-taminación incontrolada del medio ambiente", como frecuentemente se argumenta, sino que es ei pro-ducto del sistema imperante en la explotación de la naturaleza en donde ios medios más sofisticados de la ciencia y de la tecnología han sido puestos al servicio del Suero desmedido, sin contemplaciones de tipo ético o moral. Como dice Tomás Maldonado ( "Ambiente humano e ideología" Ed. Nueva Visión, Bs. As., 1973; reportaje del diario "La Opinión", Bs. As., 7 de enero de 1973): "El escándalo de la sociedad es el escándalo de la naturaleza". "No existe, como se consideraba en otros tiempos, una contabilidad para el hombre y otra para su medio". "El feroz saqueo de la naturaleza llevado a cabo durante los últimos siglos sería incomprensible sin un minucioso examen de las modalidades opera-tivas de tales factores históricos. En la práctica, esto significa que el interrogante sobre el escándalo de la sociedad debe preceder al interrogante sobre el escándalo de la naturaleza". Es precisamente esta premisa la que Odum no tiene en cuenta en sus incursiones sobre "ecologia humana" y que lo llevan a justificar, directa o indirec-tamente, la discriminación racial,

la explotación de los países del Tercer Mundo, Sa existencia de c lases so c ia l e s miserab les "contaminantes", etc.

En la pág. 23 dice Odum: "El dicho "el mayor bien para el mayor número" podría parecer adecuado para la sociedad cuando no estábamos hacinados todavía, pero no lo sigue siendo ya..." Es decir que la injusticia social, según Odum, es consecuencia de la existencia de un exceso de po-blación y no de la desigual distri-bución cié la riqueza. Y en la misma página afirma:"El estudio de la naturaleza proporciona muchos datos acerca de cómo pue-den establecerse controles de cali-dad. Los principios ecológicos proporcionan una base eficaz, según esperamos demostrarlo en este libro, para proyectar la ' consecución do la felicidad" de la sociedad (sic > con fundamento más bien en la calidad que en la cantidad...". No parecen quedar dudas de que lo que Odum propone es la supervivencia de los más aptos o mejor dotados, es decir de aquellos que se han apropiado de ios medios de producción y que por lo tanto mantienen una "calidad" superior dentro de la sociedad. De aquí a pedir la liquidación de todos los negros en EE.UU. no falta demasiado...

En la pág. 60 Odum hace suya la opinión de Erlich y Erlich (1970) quienes dicen que: "las naciones subdesarrolladas se convertirán en las naciones "que nunca llegarán a desarrol larse" , a menos que el crecimiento de la po-blación se haga considerablemen-te más lento. Por otra parte la calidad de la vida se ve amenaza-da en los países desarrollados por un bienestar excesivo que conduce a la contaminación, al crimen y a una población creciente de gente "subdesarrollada" y miserable dentro de sus propias fronteras. Así pues, debe haber una estra-tegia global simultánea encamina-da a nivelar el crecimiento de la población en el inundo entero, pero especialmente en el mundo sub-desarrollado.-." y se pregunta "así pues, ¿no debería acaso perseguir el hombre el grado máximo de calidad y diversidad de la "biomasa", en lugar del grado máximo de productividad y de consumo como tales?". Y en la pág. 468 vuelve a afirmar: "Aquello de lo que no nos perca-tamos suficientemente a menudo

es que una nación rica necesita más espacio y recursos "per capi-ta" que la nación subdesar rollada, de modo que las densidades tanto óptimas como de saturación se si-túan en un nivel mucho más ba-jo..."

Los párrafos precedentes no necesitan mayor aclaración para el lector avezado. Es la justi-ficación ecológica del colonialismo y del sometimiento. Es que, como dice otro norteamericano, el Dr. Richard Levins (reunión científica celebrada en México por la Asociación Americana para el Progreso de las Ciencias para impulsar aquella po l í t i ca ) "América Latina es el laboratorio de experimentación en el campo de la sofisticada tecnología del control de la natalidad y las mujeres latinoamericanas los conejillos de indias", y continúa "en 1970 sólo la Agencia Inter-nacional para el Desarrollo (AID) otorgó á América Latina una ayuda en anticonceptivos por más de 10 millones de dólares", aña-diendo que, en los países allende el Río Bravo continuamente se prue-ban anticonceptivos hormonales, inyectables, en mujeres extrema-damente pobres (es pee ia 1 men te en

Honduras, Brasil y Chile). Sobre los motivos de esta "ayuda" el Dr. Levins citó palabras del ex-presi-dente Johnson ante las Naciones Unidas en 1965 donde dijo:

"Actuemos en base al hecho de que cinco dólares invertidos en control de natalidad, equivalen a i 0 d ó l a r e s i n v e r t i d o s en crecimiento económico". Con-cluye el artículo de "La Opinión", Bs. As, 4 de julio de 1978, del cual hemos sacado los párrafos an-teriores, que: "considerado el hombre como ganado, es efectivo que para empresas monoplistas no hace falta más que determinada c a n t i d a d de p e r s o n a s , en consonancia con sus tasas de reproducción del capital y el volumen de la mano de obra re-querida (inversamente propor-cional al adelanto tecnológico de los países centrales), pero es-tudiosos y científicos de otras naciones, en especial del mundo socialista, han comprobado que la miseria y el subdesarrollo, la incapacidad de absorber el acceso a la vida de las nuevas generaciones de hombres, es más un resultado del injusto sistema

socioeconómico vigente que de los elevados índices de nacimientos". Al respecto cabría recordar el li-bro del destacado ensayista brasileño Josué de Castro , "Geopolítica del hambre" (Ed. Raigal, Bs. As. 1955).

Parecería claro, luego de este breve comentario, que la am-plísima difusión que ha tenido la tercera edición de la ECOLOGIA de Odum en todos los países de A m é r i c a L a t i n a , es una consecuencia de la penetración ideológica y política que soportan los países de este continente, ante el creciente esfuerzo de pueblos y gobiernos por romper los lazos de la dependencia ya que, como lo expresara el Dr. Vázquez , Subsecretario de elaciones Exte-

diores de Argentina, ante la conferencia de la OEA en Lima (Perú), el 21 de junio de 1973 "no puede existir una "asociación madura" cuando existen in-tereses, y no pocas veces, con-trapuestos. Y menos cuando existen, en nuestra América, pue-blos sojuzgados por el régimen tradicional de dominación colonial o fórmulas heterodoxas de vasallaje o de cesiones disfraza-d a s " *

Hay tres números de teléfono

que un hombre de empresa

nunca debe olvidar:

el de su casa, el de la oficina y el

33-3017 Es el número de informaciones

de El Cronista Comercial. Suscríbase

El Cronisia Comercial El (liarlo de negocios

57

Libros nuevos

I

K \ TORNO A LOS ORIGENES DEL HOMBRE AMERICANO

Bernardo Berdichewsky Editorial Universitaria - Colección Imagen de América Latina - Chile, 197:$ - 150 páginas

SUMARIO: I. Introducción. II. La problemática y las fuentes. 1. La Prehistoria americana y su pro-blemática. 2. Las fuentes. 2.1. Fuentes escritas. 2.2. Fuentes arqueológicas y otras. 2.3, Análisis de las fuentes. Los comienzos. 3. Panorama de la América indígena al c o n t a c t o e u r o p e o . 3.1. Panorama demográ f i c o . 3.2. Panorama raciológico . 3.3. P a n o r a m a l ingüístico. 3.4. Panorama sociocultural. III. Desarrollo de la investigación so-bre el poblamiento americano. 1. Las teorías precientíficas de los cronistas sobre el poblamiento americano. 1.1. El mito bíblico. 1.2. Los egipcios y otros pueblos del Antiguo Oriente. 1.3. El mito de la Atlántida. 2. Las teorías moder-nas y científicas sobre el origen del pob lamiento amer icano . 2.1. Ameghino y el autoctonismo americano. 2.2. Migraciones aüántidas hacia América. 2.3. Migraciones provenientes desde el lado pacífico. IV. La arqueología y las primeras rutas de penetración. 1. El aporte de la ciencia arqueoló-gica. 1.1. Métodos cronológicos para el período cuaternario. 2. La ruta de Behring y las oleadas más antiguas. 2.1. El aspecto ecológico. 2.1.1. Las glaciaciones. 2.1.2. Las glaciaciones americanas. 2.1.3, La oceonografía. 2.2. El aspecto arqueológico y culturas. 3. La ruta transpacífica. 3.1. El aspecto ecológico. 3.2. El aspecto ar-queológico y etnológico. V. Origen y evolución de las primeras cul-turas americaras. 1. Estadios

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evolutivos. 2. Complejos y tra-diciones culturales precerámicas. 2.1. El nivel más antiguo o etapa protolítica y epiprotolítica. 2.2. El segundo nivel o etapa de los paleoindios o miolítica. 2.3. El ni-vel tercero, mesolítico o etapa arcaica. VI. Conclusión. VII. Bibliografía.

CIENCIA, CULTURA Y DEPENDENCIA

GUILLERMO G U T I E R R E Z Editorial Guadalupe - "Colec-

ción Dependencia". - Buenos Aires 1 !»<:>, - 8? páginas

SUMARIO: Presentación General - Prólogo. PRIMERA PARTE. La Dependencia como Fenómeno Estructura! e Ideología de las Clases Dominantes. 1. La escisión múltiple. 2. La sociedad pan-an-dina. 3. La dependencia semi-colonial. 4. Neo colonialismo. 5. La ideología gerencial. SEGUNDA PARTE. Ciencia y Método Científico, Instrumentos de la Ideología Imperialista. 1. La c o m p a r t i m e n t a c i ó n d e l conoc imiento , fundamento ideológico de la ciencia burguesa. 2. Relación histórica entre ciencia y dependencia, a) Ciencia y ex-pansión. b) Constitución de las ciencias sociales y surgimiento de los movimientos revolucionarios modernos, c) Las ciencias sociales en la época de la guerra civil mundial. TERCERA PARTE. La cultura en la Sociedad Depen-diente. 1. Cultura y guerra civil mundial. 2. Cultura, dependencia cultural, cultura de masas. 3. Cultura de masas e ideología uni-dimensional. 4. Conciencia y cultura en la sociedad dependien-te. CUARTA PARTE. Cultura

Popular y Práctica Política como Recuperación de la Cultura y del Movimiento Científico. 1. Cultura popular y liberación.

KM P R E S A S M U L T I N A C I O -V A L E S E IMPERIALISMO

Compilado por Víctor Testa Siglo X X I Argentina Editores S.A. - Buenos Aires 1973 - 2lo páginas

SUMARIO: Introducción. I Los Monopolios son la realidad actual del mercado mundial. 1 Las em-presas multinacionales, factores de integración económica en el curso de la próxima década. 2. Corporaciones multinacionales y oligopolio internacional: el desafío no americano.- II Los manejos del capital financiero. 1. Fusiones y redundancia. 2. Las tareas de un capitán de industria. III. Causas y objetivos de la exportación de capital. 1. La inversión en el ex-terior y la empresa multinacional. IV. Los monopolios buscan intro-ducirse en la industria de todos los países. 1. Desarrollo y dependen-cia económica: el problema cana-diense. V. La explotación de la clase obrera. 1. Los sindicatos frente al desafío internacional.

JUICIO A LA ESCUELA

Gustavo F. Cirigliano, Helba L. Forcade, Iván Illich. Editorial Humanitas - Colección "Educación hoy y mañana" -Buenos Aires 1»7;} - 163 páginas.

SUMARIO: Al lector - 1. Iván Illich: El Capitalismo del Saber -2. Helba Forcade: Investigación y Realidades nacionales - 3. Gustavo F. Cirigliano: La Escolaridad Enjuiciada.

Nuevas Publicaciones

El Instituto Nacional de Tec-nología Industrial (INTI) por me-dio de la Oficina de Ediciones, acaba de ditar cuatro nuevos boletines técnicos con trabajos de pro fes iona les del Centro de Investigación de Materiales (CIM) del sistema de INTI, que funciona en Córdoba.

Las nuevas publicaciones llevan por título: "Influencia del re-finamiento por el proceso de REE de corr iente alternada en la eliminación de inclusiones no -me-t á l i c a s en a c e r o s a l e a d o s " (B.T.N0 7) *Desarrollo de la re-fusión bajo escorias electrocon-ductoras ( R E E ) " (B.T.N.0 8) y "Evolución y eliminación de gases mediante el control de la solidi-ficación en el proceso en R E E " (B.T.N0 9), por los ingenieros E.J. Lenta, R. A. Garrera y J.J. Fissolo, y "Evaluación de la ma-ijuinabilidad de aceros mediante ensayos acelerados" (B.T.N" 10), de los ingenieros I.A. Pettiti, E.A. Cáceres y D.F. Montaner.

También están a disposición de los interesados el Boletín Técnico

6: "Calculo de estructuras supuestamente fisuradas" de los ingenieros E. Abril, R. Enrico y R. Barbosa del CIM y una traducción del opúsculo " S i s t e m a Inter-nacional de Unidades SI" reali-zada por el Prof. Rafael Steinberg, del departamento de Física de ÍNTI.

El conjunto de las publicaciones mencionadas pueden adquirirse en la Oficina de Prensa de INTI, Libertad 1235, Capital en el horario de 9,30 a 17,30. A continuación resumimos el contenido de los nuevos boletines. Boletín Técnico N° 7 : "Influencia del refinamiento por el proceso de REE de corriente alternada en la eliminación de inclusiones no-me-tálicas en aceros aleados".

En el resumen, los autores es-pecifican que " se estudia el efecto del proceso REE sobre la reduc-ción del contenido de impurezas de distintos tipos de aceros aleados usando escor ias de di ferente composición", y agregan que "se hacen también consideraciones acerca de los mecanismos de eliminación de inclusiones por el proceso R E E " .

Boletín Técnico N°8. "Desarrollo de la refusión b a j o escor ias electroconductoras (REE)

Este trabajo se refiere a "as-p e c t o s r e l a c i o n a d o s c o n el desarrollo de la tecnología y características de funcionamiento de un equipo de 60 kVA construido en el CIM". Además "se estudia la producción de a leac iones en condiciones técn i co -ecnomicas óptimas, como asi también se muestran exper ienc ias cuyos r e s u l t a d o s r e l a c i o n a n l a s características obtenidas en lingo-tes refinados con las condiciones de opéracion del equipo".

Boletín Técnico N° 9: Evolución y eliminación de gases mediante el control de solidificación en el proceso en REE

En el resumen los autores es-pecifican que "se estudia, en relación con el proceso REE, la vinculación existente entre la e v o l u c i ó n d e g a s e s y su eliminación miediante el control de la velocidad de solidificación. Para ello, se utilizaron diversas velocidades de fusión y de extrac-ción calórica sobre dos tipos de

escorias comúnmente empleadas en el proceso de refusión bajo escorias electroconductoras. Los resultados obtenidos demuestran la factibilidad de obtener lingotes sanos mediante el control de la velocidad de solidificación".

Boletín Técnico N° 1 o: Evolución de la maquinabilidad de aceros mediante ensayos acelerados

En este trabajo, los autores se-ñalan que "luego de efectuar al-gunas consideraciones sobre la maquinabilidad de los metales, se r e s u m e n l o s c r i t e r i o s d e evaluación y los métodos de e n s a y o u t i l i z a d o s h a s t a el presente. Se considera la influen-cia que tienen sobre la maquina-bilidad algunos factores metalúr-gicos, resistencia mecánica in-ducida por distintos tratamientos térmicos, y el efecto del agregado de azufre y p lomo" . Por último estipulan que "en base a experien-cias realizadas sobre aceros de distintas características, se anali-zan las posibilidades del ensayo acelerado adoptado y sus perspec-tivas futuras".

RIGOLLEAU CRISTALERIAS RIGOLLEAU SALC

Buenos Aires, 30 de agosto de 1973

VISTO la presentación en este expediente N° 198.469173 MC, producida por la firma C R I S T A L E R I A R I G O L L E A U S.A.I.C., inscripta bajo el número 1.316 y atento a lo aconsejado por el personal técnico

EL SUPERVISOR DE LA O F I C I N A NACIONAL DE ME-TROLOGIA LEGAL DISPONE:

I o — Autorizar a la firma recurrente la presentación a verificación primitiva y sellado, como similar al tipo ya aprobado C 5001 —sin que varíe el tipo ni forma de sellado— de las probetas de DOS (2) piezas con base de POLIPROPILENO "AAOPLEN" tipo S y cuerpo de vidrio borosllicato marca PYREX, documentadas a fojas 1 a 10 y 17 a 18, de las siguientes capacidades: VEINTICINCO, CINCUENTA, CIEN, DOS-CIENTOS CINCUENTA, QUINIENTOS Y MIL MILITROS (25, 50, 100, 250, 500 y 1.000 mi.).

2o —- Expedir copias de esta.disposición para las publicaciones esta-blecidas en el artículo 6o de la resolución ministerial del 9 de setiembre de 1926.

3o — Comuniqúese, regístrese, notifíquese a la firma interesada y resérvese el expediente N° 198.469/73 MC como antecedente técnico.

DISPOSICION N" 11/73

* Marca Registrada de Corning Glass Works. U.S.A.

Correo del lector

BARADERO, 21 de agosto de 1973. Al Director de CIENCIA NUEVA Sr. Ricardo Ferrar» S. Peña 825.-- 9" Piso — Ofic. 93 Capital Federal

En nombre de toda la organi-zación de la VI Feria de Ciencias y Tecnología de la Pcia. de Buenos Aires, no me cabe sino agradecerle prfun-damente la participación de Daniel Goldstein, Norma Jaroslavsky, Plácido Pucci y Rogelio Viturro en la in-tegración del Jurado que seleccionó los trabajos elevados a la Feria Nacional.

Una vez más, Uds. nos prestaron un apoyo realmente val ioso que nos permit ió seleccionar con el más acertado criterio a los premiados.

Reiterando mi agradecimien-to, lo saludo cordialmente.

Alfredo J.Cossí Coordinador Provincial

Cemento y madurez nacional

Me parece muy oportuna la esclarecedora carta del lector Raúl O. B. Hinsch acerca del nivel técnico de nuestro país en materia de cementos. Pero es singular que este esclarecimiento lo alcan-cemos a través de la inquietud personal del Sr. Hinsch, en vez de recibir la información direc-tamente de las fuentes que la pro-ducen. Hinsch lo atribuye "al espíritu de ética de los investiga-dores...así como a la natural mo-destia que es característica de la profesión de la ingeniería".

Yo creo más bien que esta acti-tud —que caracteriza a una buena parte de nuestros científicos e institutos de investigación— es ingenuidad y despropósito. Creo que los científicos ingleses que produjeron la información acerca de la madurez del cemento y, a

60

través de un eficiente servicio diplomático, lograron que fuera difundida y publicada en todo el mundo, no pueden ser acusados de falta de ética y/o de modestia. Más bien deben ser reconocidos por comprender la relación que existe entre su tarea y la política exterior de su país, el bienestar de sus compatriotas, la propia proyec-ción de su trabajo, etc. etc..

Yo creo —y en algunos casos sé posit ivamente— que en la Argentina hay mucha gente traba-jando en muchas áreas científicas v técnicas en el más alto nivel, en desarrollos originales y en traba-jos de avanzada. Sin embargo apenas algo de esto muestra CN. Y CN puede tener algo de culpa, pero también tiene derecho a tener sus limitaciones. Son los científicos y técnicos los principales responsa-bles de llenar este vacío de comunicación que no puede justi-ficarse con contextos de una ética romántica o de cualquier otra cosa a la que se le ponga el nombre de modestia.

Ricardo Momon Olivos

Psicoanálisis y l i b e r a c i ó n — I

En el número anterior apareció una c a r t a b a j o el t í t u l o "Psicoanálisis y Represión", con una nota de redacción en que se alentaba la promoción de una polémica. Animada por esa sugerencia, quisiera hacer al-gunos comentarios al respecto.

Pero antes deseo dejar aclarado que desconozco totalmente la identidad de la paciente y el terapeuta en cuestión y desconoz-co asimismo si podría ofrecerse otra versión de los mismos hechos. Me atengo, pues exclusivamente a los términos de la carta, como descripción de ciertas facetas de un tratamiento psicoterapéutico y de las relaciones entre algunos

seres humanos que dicho tra- i tamiento ha puesto en juego.

Los hechos que allí se relatan se-ñalan, a mi juicio, ciertas gra-vísimas consecuencias que se derivan de una carencia fun-d a m e n t a l de las t e r a p i a s psicológicas; me refiero a la falta , de puntualización explícita y claramente desarrollada de un modelo de salud mental o, mejor aún, de personalidad sana. Es sa-bido que el concepto de salud mental es relativo a cada cultura; así, por ejemplo, ciertos estados j de trance que son normales entre j los hechiceros en ciertas culturas | llamadas "primitivas" pueden ser f considerados peligrosos desdo- f blamientos de la personalidad en ! n u e s t r a s o c i e d a d ; la no- ; segregación de la individualidad t personal a través de una relación totalmente simbiótica que puede í ser considerada índice de pertur-bación psicológica en nuestra cultura puede resultar normal en ciertas comunidades tribales | donde el individuo sólo se percibe a sí mismo en tanto miembro de esa comunidad; un afán absorbente y unilateral de posesión personal de bienes materiales que es consi-derado, no sólo normal, sino índice de perfecta adaptación y muy pro-bable perspectiva de éxito en nuestra s o c i e d a d , resultar ía monstruosamente anómalo entre los esquimales no vinculados al hombre blanco, etc. etc. Puesto que el concepto de personalidad sana está lejos de ser evidente, autosegregado, o umversalmente aceptable, cada teoría psicológica debería hacer explícito cuál es el modelo de personalidad sana a que su tratamiento terapéutico tiende.

Podría argumentarse que esto es en realidad innecesario, porque el modelo es siempre, implíci-tamente, el de la cultura en que el psicoterapeuta y su paciente se mueven, es decir, la labor del psicoterapeuta es lograr que el paciente se adapte lo mejor posi-ble a su cultura, pueda moverse en su medio social y en sus relaciones

con sus semejantes sin angustias excesivas y sin desajustes graves. De modo que aquel que quiera sa-ber cuál es el modelo de personali-dad a que la terapia en la medida en que sea eficaz— llevará al enfermo, no tiene más que mirar a los hombres —la mayoría de los hombres— que se mueven a su alrededor, (yo recuerdo, y per-mítaseme acá una referencia completamente personal y no teórica, haber oído a varios ami-gos psicoanalizados decir, por ejemplo, que su terapeuta consi-deraba que el tratamiento estaba obrando su efecto porque ellos eran más capaces de incrementar sus ingresos en esos momentos que antes de comenzar el tratamiento; es decir, se tomaba como índice de salud creciente, la creciente eficiencia económica, según las pautas generales del hombre común normalmente adaptado).

Esta tesis, sin embargo, que impone como finalidad última del tratamiento la adaptación eficaz y autosatisfecha, de seguirse en la plenitud de sus consecuencias lógicas no resultaría aceptable ni por el psicoanálisis ortodoxo, ya que el mismo Freud fue un crítico feroz de ciertas dimensiones de su cultura —por ejemplo, la vincula-da con la represión sexual— y no podía suscribir como modelo de "normalidad" psicológica el que se desprendía naturalmente de su sociedad. De modo que un modelo de personalidad sana "paralela", no del todo coincidente con el que ofrece como cosa natural la cul-tura en el que el psicólogo se mue-ve, suele existir de hecho, aunque sea en forma implícita, en las teorías psicológicas.

Pero en el caso particular de nuestra sociedad la tesis de la adaptación debe rechazarse no sólo por razones de este tipo sino también porque presenta una falla lógica; en efecto, nuestra cultura está en un proceso de cambio (de transformación y evolución según algunos, de descomposición según otros) y no existe un modelo único

'de personalidad socialmente aceptado, sino varios. De manera que aún si quisiera eludir la res-ponsabilidad de hacer explícito el modelo al cual adhiere refugián-dose en la tesis de la adaptación, el psicólogo debería pronunciar-se acerca de a cual de los modelos que su sociedad le ofrece tratará de adaptar al individuo-paciente.

Para simplificar al máximo la cuestión —ya que un desarrollo ra-zonable de este tema escapa a los límites de esta carta-- reduz-camos esquemáticamente a dos los modelos de personalidad en pugna en el seno de nuestra cul-tura: uno que se aterra a las formas de cultura que tienden a desaparecer (que podríamos llamar "conservador") y otro que tiende a afirmar nuevas formas de relaciones humanas (que po-dríamos llamar "progresista"). En estos dos modelos básicos de personalidad que nuestra cultura nos ofrece, las variables fun-damentales de la estructura psíquica se resuelven de modo di-verso. Tomemos, por ejemplo, lo que hace a la relación con la autoridad. La personalidad que responde al modelo conservador hace de la autoridad un pilar en torno del cual se estructura su vida psicológica más profunda y, por extensión, la o rgan izac ión familiar, las relaciones humanas, la educación, el estado. Así, por ejemplo, la mayor virtud de un ni-ño es la obediencia. Tiene una visión apocalíptica de lo que ocurriría si llegara a fallar el principio de autoridad. En el fondo organiza el mundo según la dico-tomía superior-subordinado: pa-dres e hijos, ricos y pobres, médicos y enfermos, patrones y obreros. El tipo progresista, en cambio, tiene una relación más laxa con la autoridad, ataca la autoridad irracional, está en contra de la opresión que ésta genera, busca formas de relación humana más igualitarias,centra la educación en el respeto al niño y sus potencialidades, etcétera.

Esta variable que acabamos de seleccionar entre muchas otras, es fundamental en la estructura de la personalidad; sabemos que el conflicto con la autoridad y el tipo de solución que se dé a ese conflic-to, determinará en gran medida el tipo de comportamiento posterior del sujeto; asi, pues, ninguna escuela de terapia psicológica puede dejar de pronunciarse explícitamente acerca de qué considera sano y qué considera pa-tológico con respecto a rasgos de esta naturaleza. Y una vez adopta-do un punto de vista explícito sobre este particular, una vez que se ha pronunciado sobre cuál es la forma que considera sana de manejar la relación con la autori-dad (con toda la secuela que de allí

se deriva) debe desprender de ahí (por un mínimo de coherencia lógica y m e t o d o l ó g i c a ) las siguientes normas de acción: I o ) Ajustar su proceder y técnica terapéutica al logro de esa finali-dad y 2") Evaluar la eficacia del tratamiento teniendo en cuenta en qué sentido evolucionó el paciente con respecto a la variable en cuestión.

Si esos mínimos recaudos meto-dológicos - explicitación del mo-delo de salud mental y adecuación y evaluación de la terapia según esc modelo— fueran tenidos en cuenta, se contaría con un patrón claro para juzgar situaciones como las que se describen en la carta a que hacemos referencia.

Así, por ejemplo, si el modelo de personalidad sana al que adhiere la terapia psicológica en que apoya su labor el profesional del caso, incorpora como tipo de relación ideal con la autoridad la que hemos señalado más arriba como carac ter í s t i ca de la personalidad "conservadora", po-dríamos decir que la conducta del terapeuta ha sido totalmente coherente con sus postulados. Si, en cambio, dentro de esa teoría psicológica se considera normal un rechazo de la autoridad rígida y, por el contrario, enferma una personalidad que necesita sufrir o imponer una relación de opresión, podemos afirmar no sólo que la modalidad de trabajo impuesta por el terapeuta es absolutamente incompatible con sus objetivos sino, lo que es más grave aún, que el terapueta mismo presenta r a s g o s m a r c a d o s de una personalidad enferma.

En efecto, el tipo de relación terapeuta-paciente que, según se desprende del texto, el psicólogo en cuestión impone durante su tra-bajo, parece ser un ejemplo para-digmático de la relación opresor-oprimido, en que:

1") La autoridad impone las n o r m a s a r b i t r a r i a m e n t e , siguiendo sus propios intereses y haciendo caso omiso de los in-tereses del subordinado (los in-tereses de la autoridad no son, en este caso —vale la pena consig-narlo—, de índole emocional, como ocurre con la dicotomía padre-hi-jo, por ejemplo, sino de naturaleza marcadamente c o m e r c i a l ) . (Veáse párrafo: "A! ingresar a

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dicho grupo se nos preceptuaron normas rígidas, pago colectivo, ya que no era dable contemplar si-tuaciones personales de mora ocasional < por temor siempre alguien reponía por otro que no po-día pagar), la duración de la terapia era inexorablemente de cinco años, y el abandono luego del tercer año, falta infamante y susceptible de denuncia en el ámbito laboral o profesional del paciente, sin tener en cuenta el secreto profesional que en una mínima parte debe observar el terapeuta. Prohibición absoluta de tratamientos individuales, sean cuales fueren las condiciones en las que se pudiera encontrar el paciente").

2o) No se tolera ninguna crítica de fondo a la autoridad; toda crítica es repudiada, ridiculizada o duramente castigada (ver varios párrafos, por ejemplo: "Por eso, como última vez, sostuve que el no obtener una respuesta y/o inter-pretación, configuraba un fracaso del grupo todo en la relación analítica. Por temor a represalias, a ser echada o bien no recibir interpretaciones, como ocurría siempre que manifestaba rebeldía ante una situación injusta, desistí del pedido", o "El castigo ejem-plar para sofocar cualquier re-belión grupal se encontraba en marcha").

3") El oprimido no es realmente un ser cuyos problemas personales deban ser considerados por la autoridad, ya que ésta regula la relación en el plano que ella elige (ver párrafo: "El sábado 8 de abril de 1972 concurrí por última vez a sesión, y por supuesto hablé de mis temores y debilidades. El terapeuta soslayó la conversación hacia temas menos graves. Otia vez se omitía tratar algo no resuelto. En el estado emocional fácilmente comprensible en que me encontraba, y casi al finalizar la sesión, informé que ante la proximidad del vencimiento de réditos, y como me sentía sin fuerzas para solicitar el recibo y obtener la negativa, iba a consignar en mi planilla de réditos mi tratamiento, señalando la negativa a extenderme recibo. "Si hace eso se va", fueron las pala-bras ya no de un terapeuta, sino de un hombre lleno de ira, que daba por terminada la sesión en forma intempestiva".

4o) El oprimido se sumerge en una actitud de dependencia personal radical al punto de asumir como propio el sistema valorativo del opresor; si se re-líela, se siente culpable, indefenso y solo. (Ver párrafo: "Al visitar-me mis compañeros en el Sana-torio, le mandé un mensaje al terapeuta señalando que no consignaría el tratamiento en la planilla de réditos y que le manda-ba saludos, afirmando asimismo que calculaba faltar sólo 2 sesiones. Es decir, falsearía mi declaración, en provecho pa-trimonial del terapeuta, todo para ser aceptada por él, y recibir su visita, o al menos su interés por mi salud física y mental... No fue así, se desentendió totalmente de mi salud física y mental. Me sentía cada vez más derrumbada, con-fusa, impedida de trabajar y sin poder elaborar el duelo o la depresión iatrógena..."

Sería interesante saber qué opina la asociación de los pro-fesionales que practican la psico-terapia de grupo con respecto a este caso, porque, independien-temente del enjuiciamiento ético-profesional que parece destinada a promover la presentación hecha por la paciente, un análisis como el que aquí se presenta crea un pro-blema al nivel de la teoría y la práctica terapéutica. En efecto, si los hechos han ocurrido realmente del modo descripto, el terapeuta en cuestión debería ser enfrentado con el siguiente dilema: O bien es necesario que defienda y fun-damente teóricamente un modelo de personalidad sana que incor-pore como normal o deseable los rasgos de la llamada "personali-dad autoritaria" o bien, en caso contrario, es necesario que demuestre que una relación humana de tipo declaradamente opresiva como la que él impone.en su vinculación terapéutica es, en realidad, y contrariamente a lo que podría suponerse, eficaz para promover la liberación psicológica del paciente y que la habilidad con que él maneja el rol de opresor no responde realmente a su propia estructura personal sino que es sólo un papel artifical asumido en favor de una terapia eficaz.

Mientras cuestiones de este tipo, que tienen que ver con el control sistemático de eficacia de los tra-tamientos p s i c o l ó g i c o s y la coherencia interna de sus fun-

damentos teóricos, no se diluciden con la claridad y el rigor necesarios, la terapia psicológica permanecerá en el actual estadio de peligrosa ambigüedad y subje-tividad y podrá seguir siendo un fácil y maleable instrumento en manos de personas inescrupulosas que lucran con el dolor y la desesperanza del prójimo.

Tlielma Barreiro de Nudler Buenos Aires

Psicoaná l is is y l i b e r a c i ó n - II

A partir de una carta que relata hechos anecdóticos, sobre un psicópata (el médico) y la actitud de dos entidades profesionales bien conocidas por los trabaja-dores de Salud Mental, actitud derrotista movida por el miedo y la pereza, era previsible una respuesta de l iberadamente c o n t r a d i c t o r i a y ezquizo fré -micamente lógica, aparecida en el N° 24 , con pretensiones de justi-ficar a la institución.

En primer lugar lá Srta. Juffé se pregunta: "Siendo tan claro e enequívoco el sentido de ambos hechos,... que es lo que determina a más de un paciente a aceptarlos y de prolongar su aceptación durante años." La respuesta se la podría dar el profesor Carlos Castilla del Pino ("Dialéctica de la P e r s o n a , D i a l é c t i c a de la Situación" pág. 33 Ediciones Barcelona 1972): El psicoanálisis es en última instancia el esfuerzo por retrotraer al sujeto a una toma de conciencia real de su realidad... más se está en ella realmente, es decir, con conciencia de la relación que con ella establecemos o se está en ella irralmente, desrrealísticamente —soslayando una y otra vez, dando la espalda a la realidad como tal. Lo que la alienación del sujeto comporta, en cuanto persona que no vive en la realidad, para así eludir su haber debido en ella, no es sólo una cuestión ética de la que pueda derivarse asimismo toda suerte de sentimiento de culpa vividos actualmente. Con posterioridad habrá de ser la concientización de su frustración y fracaso, cuando al fin, quiera o no, se ve obligado a mirar en una experiencia personal que denominamos "crisis en sí

mismo" y adquirir, de una vez para siempre conciencia de su propia responsabilidad en la frustración que le acaece... con otras-palabras "una psicología y psicopatología dialécticas sólo abstraen momentáneamente de la realidad como totalidad, el nivel individual del proceo general de la dialéctica de la realidad"

Paradójicamente, la acción organizada que pretende la Srta. Juffé, surge de la paciente de la primer carta: a) recurrencia rei-terada y a veces excesiva a los organismos pofesionales que no quieren comprometerse, b) ante su fracaso, la denuncia pública de la que se hace eco CIENCIA NUE-VA, excede pues, con su conducta, la asunción de su ser, en mayor grado que el conocido personaje sartreano. Vemos pues ejempli-ficado, cómo de vez en cuando alguien conmueve la calma de las concepciones impuestas por el me-dio: y es precisamente una paciente tildada de neurótica.

No pretendamos que los pro-fesionales beneficiarios del sis-tema, luegb de la tan penosa, carrera de su formación y de la que ahora obtienen provechos económicos como premio, por ajustarse al sistema y ser consecuentes y obedientes y aparte inmersos en la alienación impuesta por los sistemas de pro-ducción se rebelen.

Todas estas breves consi-deraciones me impulsan a sugerir a CIENCIA NUEVA los siguientes objetivos o sugerencias:

A) La polémica sobre ciertas técnicas psicoterapéuticas en virtud de una denuncia, rebasa ya los alcances que puede tener la sección Correo del Lector.

Sería una medida eficaz e in-teligente invitar a la Asociación de Psicoanálisis y Psicoterapia de Grupo, nombradas en la primera carta, por un lado, y a las entida-des que se consignan en la carta del N° 24 que evidencian una in:

tensificación y un renovado vigor en sus técnicas por el otro, para que se expidan sobre un temario que bien podría confeccionar CIENCIA NUEVA.

B) La seriedad hacia una ciencia comprometida con nuestra reali-dad que siempre asumió CIENCIA NUEVA, impone un enfoque inter-disciplinado sobre las cuestiones planteadas en ambas cartas.

C) En la medida que las dudas a c e r c a de la v a l i d e z del

psicoanálisis no sólo provienen de esferas ajenas al psicoanálisis, convendría una labor autocrítica con criterios estadísticos sobre sus resultados. Y asimismo profundi-zar en estos estudios sobre los mecanismos de defensa del yo, frente al complejo provocador de la neurosis.

La justificación de la lectora Juffé, pretende hacer una an-tología del pensamiento burgués, que no es otra cosa que el pensamiento de la clase dirigente, a cuyo servicio están entre otros algunos psicoterapeutas. Estos son los pensadores de la clase dirigente, que se ocupan de la racionalización del sistema en sus funciones parciales y por lo tanto, de sostenerlo con ese contexto ine-vitable;, quien no parta de él, es un neurótico.

Esta justificación alcanza a las entidades denunciadas en la carta inicial. Por otro lado intenta demostrar que estos señores "de

muy buena fe", no puedan consti-tuirse en agentes del cambio social y menos aún en revolucionarios. Sabemos muy bien, sin embargo, que otros trabajadores de Salud Mental, en idéntico contexto, han podido sustraerse del peso del entorno social y emprender la la-bor de cambio.

El "somos todos responsables", de acuerdo con la carta comenta-da, tiene vigencia, según Juffé, para los pacientes, ya que su neurosis no les impide de ningún modo la adecuada elección de su terapia, partiendo de una premisa: que los pacientes están obligados a conocer todas las técnicas e ideologías de los tarapeutas, aunque éstos no las hagan conocer públicamente y además pretende del paciente la suficiente salud mental e indepen-dencia con respecto al medio, para una eficaz elección.

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CURSO PARA DOCUMENTALISTAS

El Centro de Investigación Documentaría (CID), ha organi-zado una serie ele cursillos es-pecializados para documentalistas de un día de duración (9 a 12.30 y de 14 a 17) que se dictan en la sede central de INTI. Son ellos:

4 de octubre: "Introducción al Marc" 7 de noviembre: "Diseminación de la información". 5 de diciembre: "Las fuentes de datos económicos".

Informes e inscripción: CID—755-3660 en el horario de 8.30 a 16.30

Metegol N° 19 Los cuatro 4

Reconstruir la siguiente división:

* * * * * * 4 I _*_*_*_ * *' * * 4 * *

* * 4 *

* 4 *

0

Sustituir cada asterisco por una cifra. Obtener las cuatro soluciones

Errata Tal como lo hacemos habitualmente, en el número 25

hemos cometido dos omisiones (importantes): en el ar-tículo de Hugo D. Scolnik "Critica metodológica al modelo WORLD 3" se prometen uno o dos asteriscos como indica-dores de la dif icultad o interés de las distintas secciones. Nuestros lectores habrán sabido imaginar un asterisco en las Secciones 1 y 2 y dos en las 3 y 4.

El artículo de Thomás D. Dublin "La migración de médicos hacia Estados Unidos" proviene de la prestigiosa revista médica The New England Journal of Medicine.

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C E N T R O A R G E N T I N O DE M ETEREOLOGOS

Metología científica en la

política nacional

Lunes 10 de Setiembre

CREACION TECNOLOGICA Y CULTURA

Dr. Arni lcar Herrera

Viernes 21 de Setiembre

S U G E R E N C I A S SOBRE UN PROBLEMA DE POLITICA Hl-DRICA

Ing. M. Fuschini AAejía

Jueves 27 de Setiembre

POSIBILIDADES ACTUALES DE UN PLAN NACIONAL DE CIENCIA Y TECNICA

Dr. Mariano Castex

Jueves 4 de Octubre

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LA REVOLUCION PERUANA Gral. Juan Velasco Alvarado

Hombre de fuerte per-sonalidad y fina per-cepción de los senti-mientos de las mayo-rías, la palabra del gobernante entronca con la de Túpac Ama-ru, el descendiente de los Incas que en 1780 se sublevó con-tra la corona espa-ñola.

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donde aparecerán periódi-camente las expresiones del pensamiento latinoame-ricano. La propuesta polé-mica del general Juan Pe-rón: "El año 2.000 nos en-contrará unidos o domina-dos", se encarna en estas voces plurales de unaAmé-rica Latina que ha com-prendido la profundidad del desafío.

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( ( e u \ l l de Da J

¿Laboratorios de investigación o fábricas de tecnología?

MICO / koptan Política científica

rV a dorcy ribeifo

La universidad nueva un proyecta

J O I 9 0 m . m t i c o r l o / o . m o ü m o f i A

j e o p o l d o b o c k o Investigación, tecnología y desarrollo

m . / o d o / k y . ¿ b o b i n a , m . c o l l a r e . r o b o / / i . 9 . k l i m o v / k y

Bertrand Russell BRASIL

la expansión brasilera notas para un estudio

geohistórico EDUARDO MACHICOTE

PERU documentos fundamentales del oroceso revolucionarlo

VELASCOALVARADO MERCADO JARRIN

FERNANDEZ MALDONADO RODRIGUEZ-DELGADO

10,50