CIENCIA POLÍTICA Antología didáctica - … · Bobbio, Norberto, “Estado, gobierno y...
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MEH Loredana Montes López Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UMSNH
Nombre de la asignatura: Ciencia Política No. de horas semanales: 3 Ubicación en el plan de estudios : 1º año No. de horas del programa: 84 hrs. Autor: MEH Loredana Montes López
CIENCIA POLÍTICA
Antología
didáctica
Identificación del curso
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MEH Loredana Montes López Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UMSNH
Presentación----------------------------------------------------------------------3 Introducción------------------------------------------------------------------------4 Objetivo general------------------------------------------------------------------5 Unidades de Aprendizaje-------------------------------------------------------6 Objetivos particulares------------------------------------------------------------7 Bibliografía--------------------------------------------------------------------------9 Contenido temático---------------------------------------------------------------10
Índice General
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MEH Loredana Montes López Facultad de Derecho y Ciencias Sociales UMSNH
La asignatura de Ciencia Política y su programa dentro de la Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales de la UMSNH, responde a la necesidad de que los alumnos que
aspiran a ser abogados conozcan de manera general y desde muy temprano en su
formación, los conceptos y categorías que ligan los saberes que comprenden esta
asignatura con los de Teoría del Estado y de Sociología Jurídica principalmente, pero
los catapulta también a la reflexión acerca de la composición del Estado en general y
la formación del Estado mexicano en particular; resulta pues de medular importancia
que se aborden los conceptos de la Ciencia Política desde una perspectiva de la
formación histórica de los elementos que hoy constituyen la incipiente democracia
mexicana, así como los hechos que han dado vida y fuerza a los grupos de poder
constituidos al interior de la estructura social de México.
El fenómeno del poder y su ejercicio, rebasan los aspectos teóricos para ser
estructuras y fuerzas vivas dentro de una dialéctica y un sistema que ha hecho uso y
abuso de ese poder y que desemboca en una realidad que no siempre es compatible
con la teoría.
Aplicar la ley y/o impartir la justicia son prácticas que tienen como prerrequisito
contextualizar la dinámica del Estado y de los grupos de presión que empujan sobre
él, para que la impartición de justicia cobre sentido en un contexto de tiempo y
espacio específicos.
Los estudiantes del primer año de la licenciatura de Derecho tienen pues en esta
asignatura, la posibilidad de una comprensión de los procesos democratizadores en
México, a la luz de la Teoría Política y de los pensadores de distintas corrientes y
tendencias, construyendo con ello personas críticas que se conviertan en verdaderos
factores de cambio en una sociedad cada vez más presionada por la dicotomía
Estado Nacional-Globalización.
Presentación
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Este curso aspira a ser una plataforma de arranque en la comprensión de la
polisemia que conduce a la ambigüedad cuando hablamos de política. Veremos aquí
dos enfoques o formas de entender la política: como Ciencia y como quehacer
humano.
La primera perspectiva nos lleva a centrar a la política como un acervo de
conocimientos teóricos que se han venido desarrollando con la intención de hacer del
estudio de la política como quehacer humano y como fenómeno sociológico, una
ciencia, que como toda ella, desea encontrar regularidades que le proporcionen
certezas.
La otra perspectiva nos coloca de frente a una de las categorías que la ciencia
política ha intentado asir innumerables veces y que es el nodo de la política como
quehacer: el Poder
Las diferentes formas que adquiere el poder, incluyendo al Estado, son el intíngulis
de cualquier acercamiento al estudio de la política.
Entonces es importante visualizar que la ciencia política o politología es una ciencia
social que desarrolla su campo de estudio tanto en la teoría como en la práctica de
políticas y la descripción y análisis de sistemas y comportamientos políticos de la
sociedad con el Estado, de tal manera que su estudio requiere de niveles de
epistémicos: el descriptivo, el explicativo y el interpretativo.
Algunos de los principales enfoques conceptuales de la ciencia política son:
Conductismo, Teoría Sistémica, Marxismo y Posestructuralismo
Algunos de los principales paradigmas teóricos que hoy se encuentran en la mesa
de debates de la Ciencia Política son: El Pluralismo, el elitismo y el marxismo
El hombre comunidad en su relación con el Estado y las formas de dominación del
Estado a partir de hechos concretos en la historia, tomando como elemento
Introducción
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específico la formación del Estado mexicano, será el núcleo sobre el que girará
nuestro curso.
Al finalizar el curso, los alumnos serán capaces de aplicar los fundamentos teóricos y
las herramientas metodológicas de la Ciencia Política en el análisis de la realidad
contenida en fenómenos políticos, ideológicos y de potestad del Estado e influencia
de los grupos sociales.
Contenido temático por unidades de aprendizaje
UNIDAD I
1. Ciencia Política.
1.1 Conceptos y nociones generales:
Concepto de política.
El fenómeno político.
Objeto de estudio de la Ciencia Política.
1.2 Relaciones entre la Ciencia Política y otras disciplinas.
Filosofía política.
Sociología política.
Teoría del Estado.
Psicología política.
Economía política
1.3 La política como poder y legitimidad.
.
UNIDAD II
2. Estado, Sociedad y Poder. . 2.1 Conceptos de Estado y sociedad. 2.2 Las relaciones entre Estado y sociedad en la teoría política contemporánea.
Objetivo General de la asignatura
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2.3 El poder político y los otros poderes. 2.3.1 Grupos de presión (concepto, tipos y funciones). 2.3.2 Grupos de interés (concepto, tipos y funciones).
Burocracia.
Ejército.
Iglesia.
Organismos empresariales nacionales y transnacionales.
Organismos sindicales.
Organizaciones campesinas
Organizaciones no gubernamentales.
Medios de comunicación
UNIDAD III 3. Estado, Gobierno Y Nación. 3.1 Tipos y formas de Estado. 3.1.1 Estado Unitario. 3.1.2 Estado Federal. 3.2 Formas de gobierno. 3.2.1 Presidencial. 3.2.2 parlamentario. 3.2.3 Semi-presidencial. 3.3 Concepto de nación. UNIDAD IV 4. El Estado Moderno, el Estado Liberal y el Estado del Bienestar. . 4.1 El Estado moderno: factores históricos y sociopolíticos. 4.2 Las transformaciones del Estado liberal. 4.3 El Estado del Bienestar. 4.4 El debate en torno al Estado del Bienestar. 4.5 El Estado neoliberal. UNIDAD V 5 Diferentes formas de ejercer el Poder Político 5.1 Las Democracias.
Concepto.
Características
Formas Democracia directa. Democracia representativa.
Democracia semidirecta.
Democracia participativa. Democracia social. 5.2 Las transiciones a la democracia.
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5.3 Los Sistemas No Democráticos. Dictaduras, autoritarismos y totalitarismos.
Tipología de sistemas no democráticos. UNIDAD VI 6. El Poder Judicial y los Sistemas Legales. 7.1 Poder judicial y poder político. 7.2 Los sistemas legales. 7.3 El nuevo papel de la justicia en los sistemas democráticos. UNIDAD VII 7. Los Partidos Políticos. 8.1 Definición, estructura y organización de los partidos. 8.2 Partidos e ideologías. 8.3 Sistemas de partidos.
Unipartidismo
Bipartidismo
Pluripartidismo.
Multipartidismo con partido dominante.
Objetivos Particulares
UNIDAD I
1.-El alumno definirá los conceptos de Política. Poder, Fenómeno político,
democracia, e identificará el objeto de estudio de la Ciencia Política.
2.-El alumno podrá discriminar las relaciones de la Ciencia política con la filosofía, la
sociología, la psicología y la economía política así como con la Teoría del estado
UNIDAD II 1.- Definir los conceptos de Estado, sociedad civil y poder. 2.- Identificar las relaciones entre la esfera estatal, el Derecho, la sociedad y el poder
político.
UNIDAD III 1.- Determinar y distinguir entre las formas de Estado y de gobierno. 2.- Determinar el papel que asume el poder político nacional en el escenario internacional y distinguir el funcionamiento del Estado en cada sistema.
UNIDAD IV
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1.- Determinar las características del Estado Moderno, liberal, bienestar y neoliberal.
UNIDAD V 1.- Determinar la naturaleza, rasgos y formas democráticas y no democráticas, así como identificar los elementos identificados como constantes en la transición a la democracia. UNIDAD VI
1.- Determinar la naturaleza, funciones, fines y competencias del poder judicial en el Sistema político.
UNIDAD VII 1.-Definir el concepto de partido político. 2.- Identificar el desarrollo histórico de los partidos políticos. 3.-Distinguir entre los sistemas de partidos políticos.
Estrategias de aprendizaje
La metodología del curso es basada en el aprendizaje, las estrategias entonces
están definidas en torno a esta metodología.
El Profesor funcionará básicamente como guía frente a dudas y preguntas a través
de la plataforma electrónica.
1- El aprendizaje se llevará a cabo a partir de clases magistrales que se
realizarán como resumen y conclusiones a trabajos previos elaborados por los
alumnos.
2- Elaboración de ensayos y reportes de lectura.
3- Elaboración de mapas mentales y conceptuales, así como cuadros
sinópticos en los que el conocimiento se transforme en un producto para
facilitar la apropiación del mismo.
4- Exposiciones con la elaboración de presentaciones en ppt
5- Participación en los foros de discusión.
6- Trabajo colaborativo
Criterios y políticas de evaluación
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1.-Se realizarán dos exámenes en el semestre: valor 60%
2.- Actividades y tareas del semestre: valor 15%
3.- Trabajo parcial por cada
período de examen (ensayo, investigación o exposición): valor 15%
Total: 100%
Los exámenes parciales y finales quedan sujetos a la normatividad de la UMSNH, en
el entendido de que el grado de dificultad de éstos será mayor cuantas más
oportunidades necesite el alumno para acreditar la materia; y que para tener
derecho a ellos deberá presentar todas las actividades y trabajos del semestre.
Materiales y recursos de apoyo
Recursos: Libros, libros en línea, computadora, proyector.
Materiales: Lecturas en línea, presentaciones ppt por temática, documentos
descargables a través de SUVIN en Word Pdf y Ppt.
Bibliografía general básica:
Andrade Sánchez, Eduardo, Introducción a la Ciencia Política, primera y Segunda Edición, Editorial Harla, México Sartori, Giovanni, “¿Qué es política?”. Fondo de Cultura Económica. México Bobbio, Norberto, “Estado, gobierno y sociedad”, Fondo de Cultura Económica Duverger, Maurice. “Los partidos políticos”. Fondo de Cultura Económica. México. Decimocuarta reimpresión 1994. López Villafañe Víctor. “La Formación del Sistema Político mexicano” S XXI México 1986 Aguilar Camín Héctor “A la sombra de la revolución mexicana”. Cal y Arena. México 2003.
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UNIDAD 1
CIENCIA POLÍTICA
1.1 Conceptos y nociones generales:
Concepto de política.
El fenómeno político.
Objeto de estudio de la Ciencia Política.
1.2 Relaciones entre la Ciencia Política y otras disciplinas.
Filosofía política.
Sociología política.
Teoría del Estado.
Psicología política.
Economía política
1.3 La política como poder y legitimidad.
Objetivos Particulares:
El alumno definirá los conceptos de Política. Poder, Fenómeno político, democracia,
e identificará el objeto de estudio de la Ciencia Política.
El alumno podrá discriminar las relaciones de la Ciencia política con la filosofía, la
sociología, la psicología y la economía política así como con la Teoría del estado
Actividades de aprendizaje
1.- Después de consultar por lo menos tres fuentes, construya un concepto de :
Poder, Política, Ciencia y Ciencia Política.
2.- Elabore un cuadro comparativo con las disciplinas que se relacionan con la
ciencia política, diferenciando en cada una el objeto de estudio.
3.- Con el material de las consultas que ha realizado, elabore un cuestionario de 14
preguntas abordando los temas de la unidad. Comparta su cuestionario con dos de
UNIDADES DE APRENDIZAJE
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sus compañeros de clase y obtengan un cuestionario más amplio entre los tres,
cuyas respuestas hayan sido ya discutidas entre ustedes.
__________________________________________________________________
La ciencia política, su objeto de estudio y sus relaciones interdisciplinarias
CONCEPTO EPISTEMOLÓGICO
Ciencia política o Politología, disciplina científica cuyo objetivo es el estudio sistemático del gobierno en su sentido más
amplio. Sus análisis abarcan el origen y tipología de los regímenes políticos, sus estructuras, funciones e instituciones, las
formas en que los gobiernos identifican y resuelven problemas socioeconómicos, y las interacciones entre grupos e
individuos decisivos en el establecimiento, mantenimiento y cambio de los gobiernos.
OBJETOS DE ESTUDIO DE LA CIENCIA POLÍTICA El objeto de la ciencia política es el estudio del comportamiento de los individuos en la polis, mediante el establecimiento
de técnicas de observación objetivas o instrumentos científicos diseñados al efecto.
NATURALEZA DE LA CIENCIA POLÍTICA
En general, se considera que la ciencia política forma parte de las denominadas ciencias sociales, también integradas, entre
otras, por la antropología, la economía, la historia, la psicología y la sociología. Su relación con estas ciencias admite dos
perspectivas. Algunos piensan que la ciencia política ocupa un lugar preponderante porque las cuestiones individuales y
colectivas que estudian otras ciencias sociales siempre tienen lugar en el marco de la política como manifestación de una
creencia personal, como actividad profesional y como ejercicio de autoridad. El punto de vista opuesto es el de que la
ciencia política está al servicio de las restantes ciencias sociales porque depende de sus conceptos, métodos y análisis.
Hoy en día, la mayor parte de las investigaciones de la ciencia política tiene que ver con temas concretos, como las
relaciones entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial en el ámbito nacional; las relaciones internacionales entre
estados en el marco internacional; las campañas electorales y las elecciones; las regulaciones administrativas; los impuestos;
la política comparada; y las acciones e influencias de los grupos involucrados en las finanzas, el trabajo, la agricultura, la
religión, la cultura o los medios de comunicación, por ejemplo.
EL FENÓMENO POLÍTICO La fisonomía y definición de un cuadro político dependen de la forma que, en cada caso, adopta la interdependencia de tres factores: el individuo, la colectividad y el Estado. El remoto origen de esa interdependencia reside en el hecho de que, al despuntar la aurora de su existencia sobre el planeta, el hombre, el "animal político" de que hablara ^Aristóteles; encontró indispensable asociarse con sus semejantes para hacer frente a la lucha por la vida. En concordancia con sus necesidades y aspiraciones crecientes, desde lo simple y rudimentario de la prehistoria hasta lo complejo y sutil de nuestros días, el hombre fue adoptando diferentes normas de convivencia, dentro de la cual surgió el concepto de autoridad como complemento ineludible. Lo que da identidad propia a un orden político es el carácter de esas normas: su inspiración, sus fines, el radio de acción que tienen y el papel más o menos preponderante que, alternativamente, desempeñan el individuo, la colectividad o el Estado. Concretamos este análisis al mundo moderno, que empezará a tomar su forma actual con el liberalismo, cuando van desapareciendo de Europa los últimos vestigios del sistema feudal.
El individualismo, cuya expresión contemporánea es la democracia liberal, tiene como finalidad, en lo filosófico,
salvaguardar los derechos "inherentes" a la personalidad, humana, encarnados en el individuo: la vida, la libertad, la
felicidad. En lo material, garantizar la propiedad privada, con sus complementos inseparables, la iniciativa y la empresa
también privadas.
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La colectividad debe estar organizada de modo que permita y asegure el ejercicio de aquellos "derechos inalienables". Sólo
hay un límite para el desarrollo de la actividad individual, y es el que señalan los derechos de los demás. El orden jurídico y
ético debe estar establecido en forma tal que asegure la coexistencia pacífica y armónica de las prerrogativas individuales.
El Estado no hace otra cosa que súper vigilar y garantizar el desenvolvimiento de aquellas relaciones. Tanto mejor
desempeña su papel cuanto menor es su intromisión en el libre juego de las llamadas "leyes naturales" de la economía. El
Estado es un "gendarme" necesario pero incómodo, y por tanto su presencia debe reducirse al mínimo indispensable. El
individuo es, pues, instrumento, protagonista y fin de este orden político económico. La colectividad lo sirve; el Estado lo
protege.
Dentro de las concepciones colectivistas, que incluyen las diversas formas del socialismo, el individuo deja de ser un fin en sí
mismo; lo es, solamente, en la medida en que forma parte de la colectividad entera. La propiedad privada pierde el carácter
casi sagrado que le asignan las teorías individualistas. Y, de^ aquel plano de preeminencia en que había sido colocada,
desciende bruscamente al banquillo del acusado. No solamente los socialistas marxistas, sino aun los utopistas, le atribuyen
la mayor parte de los males que engendró la sociedad individualista. La única propiedad respetable, por consiguiente, es la
que cumple una "función social". La propiedad de las fuentes de riqueza (o instrumentos de producción) debe transferirse a
la colectividad, de manera que la riqueza producida pase a ser colectiva en vez dé individual.
Cada una de estas teorías socialistas asigna un papel diferente al Estado. De acuerdo con unas el Estado fue un simple
cómplice del la acumulación de privilegios en un sector minoritario de la sociedad; puede redimirse si pasa a servir
temporalmente los intereses de la mayoría, con el nombre de dictadura del proletariado, para morir después, cuando su
presencia sea innecesaria. Otras (socialismo de Estado), propugnan la existencia permanente del Estado, a condición de que
cumpla funciones activa y directamente reguladoras del orden, no sólo jurídico y político de la sociedad, sino también —y
principalmente— del económico. Si es necesario, debe competir con el individuo en este campo para mantener el equilibrio
colectivo.
Ha desaparecido el individuo como héroe del drama social, y también desaparecen los grupos o conjuntos de individuos
que, por razón de su desigual participación "en" los fenómenos de la producción y la distribución de la riqueza, acabaron por
dividir a la sociedad en "clases"; clase de poseedores la una y de desposeídos la otra, con escasa gradación intermedia.
La colectividad entera ocupa el primer plano. El individuo y el Estado la sirven sin reservas, desempeñando funciones
coadyuvantes. Si para los fines de ese servicio debe, en un momento dado, desaparecer el Estado, éste desaparecerá. Si
para realizar los fines supremos de la colectividad el individuo debe sacrificar temporal o permanentemente, parte de sus
prerrogativas o la totalidad de ellas y aun la vida misma (eso depende del tipo de socialismo que se propugne), "el fin habrá
justificado los medios".
Se socializan los instrumentos de producción. Dependiendo esto del grado de avance del socialismo en nombre del cuál
actúe el Estado, la socialización abarca solamente las grandes fuentes de producción, aquellas que constituyen el núcleo
mismo de la vida económica del país, o se aplica con carácter más o menos general. Este proceso se inicia generalmente con
las minas y los yacimientos de petróleo, pasa por la industria siderúrgica y llega a los ferrocarriles y otros medios de
transporte. Sólo en casos extremos toca a la industria manufacturera. Suecia constituye uno de los ejemplos típicos de
socialismo de Estado, con la circunstancia, muy especialmente digna de anotarse, de que ese hecho económico no afecta al
sistema político, que se mantiene invariable dentro del marco de la democracia liberal. Sólo en condiciones sumamente
anormales, como las que se derivan de una guerra, la intervención del E&tado llega, en este cuadro político, a regular la
distribución y el consumo de artículos, mediante el racionamiento y las "congelaciones" de precios, salarios, alquileres de
viviendas, etcétera.
Por su parte, los anarquistas individualistas prescinden del Estado y de la colectividad para dejar al individuo solo, libre y
voluntariamente asociado en pequeñas agrupaciones constituidas con fines de servicio mutuo; mientras que los anarquistas
comunistas eliminan al Estado y al individuo y dejan á la colectividad sola.
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La carrera del Estado no ha concluido todavía. Falta la última etapa, aquella en que, imperativamente, lo reclama todo para
sí. Ya no es el Estado el que sirve al individuo, dentro de las teorías "demo-liberales", ni el que sirve a la colectividad en el
socialismo; tampoco se hace perdonar su presencia en función de los altos intereses individuales o colectivos a los que
consagra su existencia, ni ofrece humildemente que desaparecerá cuando no se lo necesite.
Éste, el Estado fascista o nazi, es un fin permanente en sí mismo. Nacido de concepciones filosóficas como la de Hegel,
alcanza su identidad plena en la Alemania nazi y la Italia fascista. La totalidad de la vida colectiva gira en tomo a su servicio, y
él individuo convierte ese servicio en una verdadera mística. Aquella parte de la colectividad que se consagra absolutamente
al Estado se hace, por ello, acreedora a todos los privilegios y se considera a sí misma la minoría selecta, la élite. El resto no
tiene "derechos" propios, sino los que el Estado, por autodeterminación, le "concede".
Es importante observar que, mientras las doctrinas democráticas liberales, así como las socialistas, cifran su validez en el
hecho de que expresan la voluntad de la mayoría y justifican sus fines en razón del beneficio de la mayoría de la
colectividad, el nazi-fascismo niega esas concepciones mayoritarias y sólo reconoce a la minoría como fuente de poder,
como instrumento de realización política y aun como objetivo, en cuanto esa minoría tiene identificado su destino con los
destinos supremos del Estado.
En lo económico, el Estado nazi-fascista toma el control directo de las industrias capitales (sobre todo aquellas que tienen
estrecha relación con los programas de preparación militar de la nación), y se sirve de la empresa privada, dejando a los
propietarios a la cabeza de sus negocios, bajo una estrecha dirección y vigilancia estatales. En otras palabras, el Estado
quiere tener a alguien que sea personalmente responsable de las fallas que pudieran ocurrir; pero ese alguien no tiene la
verdadera conducción de la empresa. Las relaciones entre el capital y el trabajo están absolutamente supeditadas a los
intereses del Estado.
Y este Estado, ampliando su acción integral (por eso se llama Estado "totalitario") a todos los ámbitos de la vida colectiva,
imprime también una dirección inflexible a la educación, la literatura, el arte y aun la ciencia.
De este modo hemos recorrido, en forma sucinta, toda la gama de relaciones políticas entre el individuo, la colectividad y el
Estado, desde el momento en que el individuo se asocia con sus semejantes para la satisfacción de sus necesidades
inmediatas y elementales, hasta que el Estado se convierte en un ente semidivino.
No es aventurado afirmar que gran parte del problema político gira describiendo un círculo permanente, en torno a este
problema: el individuo desearía la libertad absoluta; pero como todos los individuos la desean también, simultáneamente,
llega un momento en que surge el conflicto de libertades que se expanden unas a costa de las otras; entonces se hace
indispensable un sistema de regulación de la libertad por un procedimiento autoritario; en cuanto esa regulación llega a ser
incómoda, el individuo reacciona y clama por la libertad. El hallazgo de un término medio ideal es, en suma, la meta de casi
todas las doctrinas políticas.
¿Cómo se van produciendo estas transiciones? Por un proceso evolutivo o por la revolución. Lo evolutivo es la forma
gradual y sin empleo de la violencia. La transición contemporánea del régimen conservador al régimen socialista, en Gran
Bretaña, es ejemplo de evolución realizada por vías democráticas. El avance de la legislación social protectora de los
trabajadores, en casi todo el mundo, es otra forma de evolución consumada, en la mayoría de los casos, sin alterar el cuadro
político de los respectivos Estados. La revolución (hablando de auténticas revoluciones y no de simples cambios de partidos
o personas en el gobierno), está representada por la Revolución Francesa y la Revolución Rusa, que alteran totalmente la
estructura política, económica y social de las naciones en cuyo seno se producen.
Es indudable que la evolución, o sea el cambio a través de un proceso gradual y pacífico, ofrece las perspectivas más gratas y
deseables a los dictados de la razón. Pero, para oprobio de la "racionalidad" del hombre, la violencia parece desempeñar
una función permanente en el curso de sus relaciones políticas.
Las doctrinas políticas propiamente dichas contienen tres elementos esenciales:
Análisis crítico del pasado y del presente;
Programa para un futuro ideal;
Método de acción mediante el que se efectuará la transición del presente hacia ese futuro ideal.
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La interpretación y crítica del pasado se hace de muchas maneras; tantas como formas ha adoptado la filosofía de la
historia. Se utilizan muchos guiones o puntos de referencia. Por ejemplo, los utopistas ponían gran énfasis en los valores de
orden ético, mientras que los marxistas asignan importancia fundamental al factor económico. Aquéllos ven los males del
pasado y del presente como resultado de fallas morales en el hombre; éstos creen que los males se deben a una falla
orgánica del sistema económico capitalista.
En cuanto a los fines, los programas políticos se sitúan dentro de tres grandes categorías, según ellas asignen la categoría de
finalidad suprema al individuo, a la colectividad o al Estado, como tenemos visto en los primeros párrafos de este capítulo.
Otra clasificación separa a los programas cuyo objetivo es esencialmente ético y jurídico (como la democracia liberal), de
aquellos que buscan, primero, la solución del problema económico, verbigracia el socialismo, Y el método o plan de acción
contempla, en principio y en detalle, en forma simple o mixta, uno o varios, de los múltiples tipos de evolucionismo y revo-
lucionismo. Aun en ciertos casos en que se adopta como norma de principio el método evolutivo, "gra-dualista", llega a
aceptarse la posibilidad de la revolución como remedio de última instancia, cuando todas las puertas del sistema
democrático han quedado cerradas por una dictadura. En este punto crítico, la filosofía política llega a considerar, inclusive,
la tesis del tiranicidio.
Por supuesto, todos los métodos conducen a un fin inmediato: la toma del gobierno, ya que esa posesión del gobierno, que
es la encarnación del poder político, significa la posibilidad —la única concreta— de llevar a la práctica los programas de
reforma. Un partido político que no aspirase a tomar el gobierno de alguna manera no tendría razón de existir.
En medio de este fenómeno vertiginosamente cambiante, la posición política que ayer parecía adelantada respecto a los
acontecimientos resulta, de pronto, rezagada. Debería, por tanto, desaparecer del escenario. Pero las posiciones políticas
tienden a estabilizarse y estratificarse conforme envejecen. Como ancianos decrépitos que pretendieran disputar a los
jóvenes su derecho a ocupar el primer plano, se afe-rran a lo que creen que es suyo para siempre. Y es trágico el hecho de
que, mientras la vejez física acusa síntomas indudables —canas, temblores y arrugas que harían esa pretensión simplemente
grotesca e inconcebible— la vejez política es cosa que no advierten quienes la padecen. (Hasta ahora hay rusos blancos que
mantienen las funciones de la Corte zarista en el exilio, con la patética certidumbre de un retomo.) La evolución, sin
embargo, no se detiene. Y al chocar con las posiciones que rehúsan dejar el camino limpio, surge el conflicto. Se hace, por
regla general, inevitable la revolución. Los representantes dé la posición rezagada se constituyen en campeones de las
"institucionesnacionales'1', y anatematizan a los innovadores con el estigrna de "enemigos de la seguridad del Estado", y
"subversores del orden constituido".
No hay fórmulas de eficacia permanente. Las que más sé 'aproximan a la permanencia son las que empiezan por negar que
exista nada permanente.
EL ESTUDIO CIENTÍFICO DE LA POLÍTICA El hombre, como ser social, se desenvuelve en distintos campos de interacción. Su naturaleza social lo lleva a integrarse con
los demás hombres en múltiples relaciones de diversa índole, de acuerdo con los fines perseguidos por cada una de ellas y
teniendo en cuenta los factores de igualdad, coordinación o subordinación que alientan cada interacción en particular.
Dentro de este orden de ideas es menester analizar el comportamiento político del hombre, como manifestación de su
propia naturaleza social, teniendo en cuenta que, desde el punto de vista ontológico, el contenido mismo de las relaciones
políticas las sitúa en el contexto del mundo social.
Una vez identificada la naturaleza social del comportamiento político, el estudio penetra en el análisis de las distintas clases
de ciencias y de su ubicación de acuerdo con el objeto de estudio de las mismas, para determinar la estructura propia de
cada una, como conjunto epistemológico encargado del estudio de lo social, así como la determinación del método propio
de esta clase de ciencias, de acuerdo con la naturaleza social de su objeto.
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Previo este análisis genérico, el trabajo penetra en el estudio de las principales estructuras de la convivencia social. Las
estructuras éticas, las políticas y las jurídicas, son los fundamentos que hacen posible la convivencia ordenada y por tanto,
en especial las dos últimas estructuras, merecen ser estudiadas por ciencias sociales particulares, adaptadas a la naturaleza
de su objeto. Estas ciencias son las ciencias jurídicas y las ciencias políticas, entendiendo por estas últimas todas aquellas
cuyo objeto material es el Estado como ente realizador de fines políticos, enfocando cada una de ellas, como objeto formal
propio, un aspecto determinado del Estado como instrumento que busca una finalidad política o de dirección. En este
sentido se consideró la filosofía política, la teoría general del Estado, la sociología política, la ciencia constitucional y el
derecho administrativo, la economía política, la hacienda pública y la historia de las ideas políticas.
El esquema trazado permite encontrar en todas las ciencias políticas un elemento común de preocupación y de análisis: el
poder. El poder se convierte así en el objeto de estudio de una nueva ciencia; la ciencia de la política, que como tal debe
diferenciarse de las distintas ciencias políticas.
La ciencia de la política, como ciencia del poder, debe preocuparse por el análisis serio y profundo de lo que es el poder
político como factor de dirección de las sociedades políticas, entre ellas el Estado, así como de las dos grandes categorías de
elementos que lo integran: elementos formales, o sea la autoridad legítimamente constituida como factor de mando, y
elementos reales, incluyendo entre estos últimos los partidos políticos, las clases sociales, los grupos de presión, la
ideología, las asociaciones, la iglesia, la opinión pública, los medios de comunicación social y las fuerzas militares. Todos
ellos, factores de injerencia en la toma de decisiones para el bien común.
Intenta entonces, el estudio, analizar el poder como objeto formal de la ciencia de la política y como factor orientador de las
estructuras políticas de la convivencia, para cuyo alcance es necesario aclarar la verdadera naturaleza de la ciencia de la
política, bien como ciencia normativa, como ciencia positiva, como ciencia explicativa o como ciencia empírico-dialéctica,
posición moderna adoptada fundamentalmente por la doctrina alemana y que permite concluir su carácter
pluridisciplinario, desarrollado por medio de una metodología de investigación que partiendo de un marco teórico de
referencia, dado por la filosofía y la teoría de las ciencias, permite desenvolver toda una técnica de investigación social
integrada por tres etapas: la primera, llamada reflexiva primera (marco de referencia, identificación de problemas,
descripción preliminar, hipótesis, definiciones operacionales o. de trabajo); la segunda, llamada de campo (fuentes directas
e indirectas) y la tercera, llamada reflexiva segunda, de interpretación e implementación o recomendación.
RELACIONES ENTRE LA CIENCIA POLÍTICA Y OTRAS DISCIPLINAS Analizaremos las relaciones y las diferencias que existen entre la Ciencia Política y las disciplinas que le dan origen: La
Filosofía Política, el Derecho Constitucional y la Sociología Política.
Ciencia Política y Filosofía Política.- Desde la antigüedad hasta mediados del siglo XX, las expresiones "Ciencia Política" y
"Filosofía Política" se tomaban como sinónimos en la medida en que formaron parte de la Llamada Teoría Política. Los
trabajos de platón , Aristóteles , Polibio , SÉNECA , Santo Tomás , HOBBES, Locke, Marx, etc , eran considerados como
Teorías Políticas ,pues no existía una diferencia entre estas dos disciplinas.
En cuanto a la relación de la ciencia política con la filosofía política durante mucho tiempo hubo una relación de inclusión: la
ciencia política estuvo incluida en la filosofía política.
Con el tiempo esta relación de inclusión se convierte en una relación de intersección, es decir, que parte de la ciencia
Política se encontraba parcialmente dentro de la filosofía política.
Esta relación de intersección en la actualidad se convierte en una relación de exclusión total. La ciencia política ya no está
incluida en la filosofía política.
Se produce de esta forma una separación definitiva entre ciencia política delimitando cada disciplina su región de estudio.
Esta separación no es total, debido a que siempre encontramos planteamientos filosóficos, sobre todo ideológicos, en la
ciencia política.
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Podemos decir que el objeto de la filosofía política sería:
A) Los hechos de la realidad pero con la clara intención de decir cómo deben ser. B) Su meta es normativa, valorativa y axiológica. Por el contrario, la ciencia política, se limita a estudiar hechos y a formular teorías para explicarlos .Decimos formular teorías porque la simple descripción de los hechos es un punto de vista extremadamente superficial al pretender que la verdad puede encontrarse estudiando hechos. También podemos decir que los principios valorativos o normativos son estudiados por la ciencia política como hechos, pero no difundidos o promulgados por ésta. Por eso podemos observar que los estudios de política se refieren en muchos casos a cuestiones de hecho y de valor.
Ciencia Política y Derecho Constitucional.-En este caso no se da una relación de inclusión total porque el derecho
constitucional no abarcó un estudio integral de la relación política, limitándose a analizar la acción política dentro de los marcos establecidos por la norma constitucional, dejando de lado el estudio el estudio de la política como fenómeno no jurídico, es decir como fenómeno social. En una época no lejana, el derecho constitucional y la ciencia política eran lo mismo porque su objeto de estudio era el Estado. Algunos juristas consideran que el objeto central de la ciencia política es el análisis de las relaciones políticas interestatales.
En la actualidad y en contradicción con lo que sostiene la corriente constitucional sobre el objeto de estudio de la ciencia política que pertenezcan a diversas tendencias, convienen que el objeto de estudio de la ciencia política es el poder y no el Estado.
Podemos decir que la ciencia política tiene un ámbito de estudio más amplio que el derecho constitucional. Si bien este último estudia las normas que rigen en la conducta política de los miembros de una nación determinada y sus instituciones políticas , no puede confundirse con la ciencia política, pues esta última pretende ser una teoría empírica, explicativa , descriptiva y predictiva de los fenómenos políticos y de las relaciones de poder, lo que hace que se constituya como una ciencia autónoma y se despliegue del derecho constitucional. Otra diferencia importante entre política y derecho, se relaciona con la toma de decisiones.
Ciencia Política y Sociología Política.- En este caso la Ciencia Política en un primer periodo histórico, está incluida
dentro de los marcos teóricos de la Sociología. Es la época en donde se analiza el poder social y político encuadrándolo dentro del positivismo comteano y post comteano. Luego entra en un proceso de resquebrajamiento que sin dejar la metodología positivista culmina con Marx Weber y su sociología del poder y Karl Marnhein y su sociología del conocimiento. La otra corriente en este proceso de independencia es la marxista principalmente representado por Gramsci hasta llegar a la escuela alemana de Marburgo de Abendrot, Lenk y Kammler. A partir de este momento la ciencia política adquiere autonomía teórica, de contenido y metodología.
Maurice Duverger sostiene que las expresiones de "Sociología Política" y "Ciencia Política" son sinónimas. Considera que su diferenciación es puramente administrativa y pedagógica. Duverger afirma que la expresión Ciencia política tiende al estudio aislado de los fenómenos políticos, limitando así sus contactos con otras ramas de las ciencias sociales. Por el contrario la denominación sociología política parece marcar una voluntad por situar los fenómenos sociales, por suprimir los límites entre las disciplinas, al señalar la profunda unidad de todas las ciencias sociales.
Según Francisco Miró Quesada Rada el error de Duverger radica precisamente en su contenido porque la sociología política y la ciencia política se diferencian por el objeto y no por la metodología, que, sin ser ésta única sino universal, es la misma para todas las disciplinas sociales.
Otras relaciones serían con la Antropología Política y la Economía Política.
La legitimidad del poder
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El concepto de legitimidad está referido al derecho a mandar y al deber de obedecer, y este hecho se produce en el momento mismo en que una persona asume esa posición- la de mandar- y por virtud de esa decisión los demás presumen que deben de obedecer.
Según Max Weber, en el origen hay tres tipos de legitimidad:
Legitimidad Racional: Descansa en la creencia en la legalidad de ordenaciones estatuidas y de los derechos de mando de los llamados por esas ordenaciones a ejercer la autoridad.
Legitimidad Tradicional: "Descansa en la creencia cotidiana de la santidad de las tradiciones que rigieron desde lejanos tiempos y en la legitimidad de los señalados por esa tradición para ejercer esa autoridad."
Legitimidad Carismática: Se obedece al caudillo calificado por razones de confianza personal.
En resumen, "la legitimidad es la creencia extendida y aceptada en la sociedad, del derecho o la razón que para mandar tiene un gobernante y que motiva principalmente la obediencia de los súbditos."
Desde este punto de vista, es parecer del Dr. Alberto Borea Odría, que la legitimidad se juzga fundamentalmente desde su origen. "La legitimidad implica un mínimo de consenso de los valores básicos. Es por eso que la legitimidad puede hallarse mucho más fácilmente en países con una tradición cultural homogénea o cercana a la homogeneidad".
La resistencia al poder; un elemento siempre presente en los seres humanos, y por ende en la sociedad; gracias a la legitimidad, se convierte en un fenómeno menor o casi nulo. El que manda no va ha ser contestado en su condición de gobernante.
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UNIDAD 2
Estado, Sociedad y Poder.
. 2.1 Conceptos de Estado y sociedad. 2.2 Las relaciones entre Estado y sociedad en la teoría política contemporánea. 2.3 El poder político y los otros poderes. 2.3.1 Grupos de presión (concepto, tipos y funciones). 2.3.2 Grupos de interés (concepto, tipos y funciones).
Burocracia.
Ejército.
Iglesia.
Organismos empresariales nacionales y transnacionales.
Organismos sindicales.
Organizaciones campesinas
Organizaciones no gubernamentales.
Medios de comunicación
Objetivos Particulares: Definir los conceptos de Estado, sociedad civil y poder. Identificar las relaciones entre la esfera estatal, el Derecho, la sociedad y el
poder político.
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Actividades de aprendizaje
1.- Elabore un mapa conceptual en el que aparezcan los componentes y definiciones
que tipifican el concepto sociedad y otro para el concepto Estado.
2.- Elabore un ensayo en el que explique a que se refieren las relaciones entre
Estado y sociedad y cuáles son las características que marcan esa relación. Haga
conclusiones personales.
3.- Identifique después de lo expuesto en clase cuáles serían grupos de interés y
cuáles serían grupos de presión en el México contemporáneo.
4.- Acuda al foro de discusión para contestar las preguntas guía sobre el poder de los
medios de comunicación y su papel frente al Estado.
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Concepto de sociedad.- Todas las corrientes filosóficas y políticas, aún las materialistas y las individualistas, están de acuerdo en que los seres humanos además de ser individuos, es decir, seres únicos e indivisibles, son seres sociales, es decir, son seres que para sobrevivir y desarrollarse como seres humanos necesitan de la cooperación y del auxilio de los demás seres humanos. Experiencia históricas recientes permiten afirmar que aún cuando en algunas ocasiones el ser humano ha logrado sobrevivir sin el auxilio de los demás seres humanos, (generalmente conviviendo con lobos), también es cierto que no ha logrado pasar de un cierto nivel de animalidad y que no ha logrado desarrollar funciones básicas tales como el lenguaje y otras.
Si los seres humanos son seres sociales, esto quiere decir que siempre han existido y conformado sociedades. El término sociedad tiene dos sentidos: uno amplio y otro estricto.
En sentido amplio el término sociedad se aplica a todo conjunto de seres vivientes, en cuanto a que su agrupación y grado de organización interna se establece tanto parta conseguir la alimentación como para defenderse de otros factores (otros seres vivientes o fenómenos de la naturaleza) que ponen en peligro su sobrevivencia como especie. Si se quisiera simplificar al máximo, podríamos decir que las sociedades no humanas tienen tres funciones u objetivos básicos: comer, defenderse y reproducirse a fin de que la especie continúe. El ejemplo clásico de sociedad en este sentido es el de las abejas constituidas en colmenas y el de las hormigas y su división del trabajo al interior de los hormigueros.
En sentido estricto, sociedad es un término que solamente se aplica a las diversas agrupaciones de seres humanos, que se juntan en cantidades mayores o menores tanto para la satisfacción de las necesidades primarias (comer, vestir, reproducirse como especie), como de necesidades más complejas relacionadas con su realización y perfeccionamiento como seres humanos y como conjunto.
Evolución de la sociedad humana y aparición del Estado.- Pero la sociedad humana no siempre ha sido la misma, sino
que ha estado y está en constante evolución y ha pasado, históricamente hablando, desde dimensiones (tamaños) pequeños y formas organizativas simples hasta dimensiones más grandes y con grados complejos de organización interna. Así la expresión actual de la sociedad humana no es la misma que en los orígenes de la humanidad y es evidente que en el futuro asumirá nuevas formas y contenidos.
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Por eso es necesario que analicemos, aunque sea breve y panorámicamente, cuál ha sido la evolución histórica de la sociedad humana, cuál es su expresión actual y cuáles son las tendencias más probables.
De las sociedades primitivas a la formación del Estado: Tomando como base las teorías anteriores, creemos que es posible afirmar que la mayoría de los historiadores, etnólogos, arqueólogos y antropólogos están de acuerdo en que más allá de las diversas clasificaciones o combinaciones que se puedan hacer, las sociedades humanas de cualquier parte del planeta han pasado, o están pasando, por un proceso que va de la horda en los albores de la humanidad, hasta el Estado - Nación como forma predominante de organización de la sociedad actual, con una tendencia hacia el futuro mediante la creación de los Estados-Continente, en vías a la conformación del Estado-Mundial.
En términos generales y en materia de evolución sociocultural se habla genéricamente de dos tipos o clases de sociedades: las sociedades no estatales que cronológicamente surgen primero y las sociedades estatales, que surgen después, en etapas más avanzadas de la evolución social y humana.
EL ESTADO.-
2.4. El Estado: Concepto y elementos constitutivos
Esta forma de la sociedad humana, desde el punto de vista de la ciencia política ofrece menos dificultades para su
comprensión.
"Estado: Del participio latino "status". El término en su sentido moderno fue introducido por Maquiavelo. Al hablar de lo stato, lo convierte en sustantivo abstracto con una significación similar a la de polis para los griegos y civitas para los romanos, es decir, comunidad humana suficiente en sí, con gobierno propio e independiente, supremo en su orden. Se diferencia de otros términos de parecida índole, como el de "sociedad", porque ésta admite otras caracterizaciones fuera de la sociedad política y porque no toda sociedad política es Estado. También se distingue de la nación." (Léxico de Política, Colección UTAL)
Al Estado generalmente se le define como "la sociedad civil jurídica y políticamente organizada". En eso consiste el Estado:
En la institucionalización jurídica y política de la sociedad. Es justamente por esto que Kelsen, uno de los grandes teóricos
del Estado moderno afirma que "… el Estado tiene como elementos constitutivos esenciales el poder público, el territorio y
el pueblo".
1. - Poder Público (Gobierno)
2.- Territorio (Espacio geográfico) ESTADO
3.- Población (Pueblo)
Norbert Lechner dice "Un Estado existe -en términos jurídico-institucionales- cuando se da un territorio delimitado, una población y un gobierno central, que ejerce el poder sobre ambos, representando una soberanía nacional."
Ahora bien, y dado que el Estado "es la institucionalización jurídico-política de la sociedad civil y dado que esta
institucionalización jurídico-política se expresa y se concreta en la existencia de una autoridad, de un poder público, es que
en el lenguaje común y corriente,… y también en el marxista, se llega a identificar casi exclusivamente al Estado con el Poder
Político. Esto nos parece una simplificación pues si bien la existencia de un poder público jurídica y políticamente
establecido es necesario para que nazca el Estado, también es cierto que es necesaria la existencia de una población (de una
sociedad humana) sobre la cual se ejerza ese poder y un espacio geográfico (un territorio), sobre el cual haya una
jurisdicción de ese poder.
"Los tratadistas suelen distinguir dos elementos esenciales del Estado: los materiales (territorio y población) y los formales
(los órganos oficiales que lo representan y cumplen sus funciones, y la autoridad legal de la que se hallan investidos)." Léxico
de Política". Ezequiel Ander-Egg, Colección UTAL, 1991.
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El Estado-Nación como forma predominante del Estado en los inicios del Siglo XXI.- Concepto de nación: El término
"nación" significa, etimológicamente "lugar donde se nace (del latín "nascere" que significa "nacer"), pero desde el punto de
vista de las ciencias sociales y políticas, la nación es una realidad constituida por un conjunto de seres humanos que además
de tener un lugar común de nacimiento y de vida (el territorio), tienen una serie de características que los identifican y al
mismo tiempo los distinguen de otros conjuntos de seres humanos: raza, idioma, costumbres, tradiciones, historia, religión,
música, hábitos alimenticios, en síntesis una cultura que va moldeando el alma individual y colectiva de los pueblos, pero
sobre todo un sentimiento común de tener un mismo destino.
En este último punto, Recasnes Siches en su texto de Sociología, afirma que "La nación es una comunidad total, es decir, es
una comunidad donde se cumplen todas las funciones de la vida social, dotada de independencia, o por lo menos de una
gran autonomía, dentro de la cual se desarrollan la conciencia de un mismo pasado, de una intensa solidaridad que abarca
todos los aspectos de la vida y de un común destino en el presente y en el futuro."
Las relaciones Estado-Nación: Confundir al Estado con la Nación sería un error que llevaría a errores graves, ya que
históricamente han existido y existen Estados que comprenden varias naciones: la antigua Unión Soviética o Yugoslavia son
prueba de ello. Así como también hay naciones que están divididas en dos o más Estados. La República Federal Alemana y la
República Democrática alemana son prueba de ello.
Citando nuevamente a Recasens: "Mientras que la nación comprende un sinnúmero de aspectos de la vida humana y ejerce
una influencia sobre casi todas las actividades del hombre, el Estado es solo una organización pública, una armazón jurídica,
el órgano establecedor del derecho, aplicador de éste." Y más adelante continúa diciendo: "También desde el punto
valorativo hay que proclamar que así como el Estado no debe ser un fin en sí mismo, sino debe ser un medio al servicio de
las personas y del pueblo en su conjunto, así el Estado debe ser para la nación."
A pesar de lo anterior, es necesario reconocer que el Estado es, ha sido y será históricamente uno de los factores más
determinantes en la conformación de las naciones, ya que puede y debe convertirse en uno de los factores más importantes
para crear y desarrollar ese sentimiento de solidaridad activa y de pertenencia a una comunidad total.
EL DERECHO .-: "conjunto de normas que rigen la vida de la nación, cuyo incumplimiento es susceptible de ser castigado. Es la manifestación del poder del estado en un determinado lugar."
Disciplina que estudia las normas Tiene un objeto normativo. Es el funcionamiento del conjunto de normas. Es una ciencia,
ya que estudia la disciplina según un método predeterminado y con un fin práctico: ¿Qué relación hay entre las normas?
¿Cómo funciona el sistema?. Otra concepción del derecho es que es un conjunto de normas donde se establecen
obligaciones y derechos que sirven para organizar al pueblo, lo cual posibilita la convivencia social. Permite formar un juicio
anticipado de la conducta del otro. Las reglas constitucionales están dotadas de sanción. Es una ciencia, ya que el objeto de
la carrera se estudia con un método y un fin práctico. El mundo de las normas es un mundo ideal ya que es el mundo del
"debe ser".
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UNIDAD 3
Estado, Gobierno Y Nación.
3.1 Tipos y formas de Estado. 3.1.1 Estado Unitario. 3.1.2 Estado Federal. 3.2 Formas de gobierno.
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3.2.1 Presidencial. 3.2.2 parlamentario. 3.2.3 Semi-presidencial. 3.3 Concepto de nación.
Objetivos Particulares: Determinar y distinguir entre las formas de Estado y de gobierno. Determinar el papel que asume el poder político nacional en el escenario internacional y distinguir el funcionamiento del Estado en cada sistema.
Actividades de aprendizaje
1.- Elabore un cuadro comparativo que agrupe distinguiendo formas de estado y
formas de gobierno.
2.- De los países que el profesor le dará, establezca cuál es actualmente su forma de
Estado y su forma de gobierno (listado con 15 países de los cinco continentes)
3.- Investigue el concepto de nación y entregue en un trabajo escrito de formato libre,
la forma en la que este concepto fue importante en la conformación del estado
moderno en su forma de monarquía absoluta; la forma en que fue importante en la
conformación de los estados autoritarios dictatoriales de mediados del S XX; la forma
en que fue importante en la fundación del sistema político mexicano.
___________________________________________________________________
Estado democrático
Ciertamente, la obra constitucional en el mundo democrático culmina con la ratificación de la sociedad
mediante los mecanismos contemporáneos de participación ciudadana, como el referéndum, donde
quede expresado con claridad el respaldo mayoritario a una nueva Constitución Política.
Una nueva constitucionalidad será la expresión jurídica fundamental del Estado democrático y social,
en la que se plasmen los derechos políticos y sociales, la defensa de los derechos humanos, la
incorporación de un lenguaje incluyente y con perspectiva de género, la reivindicación de los derechos
de la mujer, la juventud, la niñez y de las mujeres y hombres en plenitud, el acceso de todas y todos a
la justicia; los derechos de los pueblos indios; la preservación y disfrute de los recursos naturales; el
ejercicio de la soberanía e independencia nacional y, sobre todo, el carácter consensual de nuestra
carta fundamental.
Formas de gobierno y sistema político
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En el México actual, con una sociedad más informada y participativa, el reto ahora parece ser construir
un sistema político más adecuado y más ágil, menos rígido, es decir, que el sistema político se
convierta en un instrumento de la sociedad para su participación pública y no en un verdadero
obstáculo como lo ha sido constantemente; que el sistema político provea los mecanismos que
garanticen el desarrollo adecuado del país, que sea garante de la estabilidad democrática y de la
competencia política equitativa. Pensamos en un sistema político incluyente, que atienda el interés de
las mayorías y que garantice los derechos de las minorías; que se desenvuelva en el equilibro entre los
poderes públicos y respete los principios de soberanía, representación popular, división de poderes y
federalismo; por tanto, es menester repensar el parlamentarismo como posible opción de régimen
para México.
Debemos estar claros de lo que implica cada categoría, porque hasta ahora, en el debate público de
nuestro país pasan como sinónimos los conceptos de régimen parlamentario, semiparlamentario y
semipresidencial, cuando obviamente, no son lo mismo, pero sí están en lo que podríamos llamar la
"esfera parlamentaria", es decir, comparten rasgos esenciales, aunque su naturaleza es distinta.
Adelanto desde ahora que para el momento de evolución política del país, la única estación posible
para nosotros es la del sistema semipresidencial, transitar del sistema presidencial al semipresidencial,
es decir, un sistema presidencial con elementos parlamentarios. Habiendo anticipado esta conclusión
vayamos al repaso de las categorías políticas.
Presidencialismo o parlamentarismo
Los sistemas políticos no se definen exclusivamente con la presencia o con la ausencia de presidentes o
monarcas. Obviamente, hay presidentes en sistemas presidenciales, como en Estados Unidos, en
sistemas semipresidenciales como en Francia (V República), en sistemas semiparlamentarios, como en
Alemania Federal e, incluso, en España, que es una monarquía parlamentaria, en donde al primer
ministro se le llama presidente del gobierno.
Lo importante es verificar si el presidente es el Jefe de Estado y del gobierno o sí el Poder Ejecutivo se
divide en Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, rasgo esencial del parlamentarismo.
En sentido contrario, el sistema presidencial concentra en una sola figura las funciones de Jefe de
Estado y Jefe de Gobierno, como en el caso mexicano; en el caso de Estados Unidos, es un sistema
rígido. El mandato tiene una duración predefinida en la ley; en el caso de México, el encargo dura seis
años sin reelección; en el de Estados Unidos, dura cuatro y existe la posibilidad de una reelección. No
hay una corresponsabilidad en el ejercicio del gobierno, ya que aunque los parlamentos ejerzan
funciones de presupuestación, fiscalización y contrapeso en algunas decisiones, la facultad ejecutiva de
gobernar recae exclusivamente en el presidente de la república, quien nombra absolutamente a todos
los integrantes de su gabinete sin el concurso de las cámaras, salvo algunas excepciones en donde se
requiere una ratificación, en el caso mexicano, y ratificación en todos los cargos, en el caso
estadounidense. También destaca que el presidente es, fundamentalmente, responsable frente a la
nación y, estrictamente, no es responsable frente a las cámaras, aunque éstas lo puedan llamar a
cuentas y en caso grave, destituirlo; esta es la famosa figura del impeachment, sin parangón en el caso
mexicano.
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El sistema presidencial es funcional cuando se trata de un esquema bipartidista en donde el partido del
presidente domina las cámaras o alguna de ellas o bien, en donde hay un gobierno dividido y una
oposición que controla las cámaras y el presidente queda obligado a buscar los acuerdos de
gobernabilidad con el partido opositor.
También es funcional cuando existe un multipartidismo con partido dominante, como fue el caso
mexicano durante mucho tiempo o, mejor dicho un sistema de partido casi único, además de no contar
con normas claras para una competencia equitativa; pero lo que es evidente, en nuestros días, es que
el sistema presidencial con tres o más partidos competitivos, que no logran una clara mayoría en los
comicios, complica la operatividad del esquema presidencial, porque implica que el presidente
inevitablemente, o muy probablemente, será minoritario frente a los eventuales bloques opositores,
situación que mermará su gobierno. Vale la pena tener en mente que en los sistemas parlamentarios
cuando un gobierno no logra consolidar una coalición de mayoría y se erige en un gobierno de minoría,
éste siempre es de escasa duración, y el llamado a las urnas se torna inminente para buscar una nueva
mayoría. La rigidez del sistema presidencial impide esta posibilidad y, en nuestro caso, un arreglo de
minoría durará cuando menos tres años: en el caso de Vicente Fox, su situación minoritaria se
profundizó en las elecciones de medio término, perdiendo su bancada casi 60 diputados y colocando a
su gobierno en un arreglo minoritario que lo vuelve prácticamente inviable, si tomamos en
consideración su escasa vocación para el diálogo y de acuerdo con la oposición. La esfera
parlamentaria presenta soluciones a este problema con sistemas políticos más flexibles que parten de
la hipótesis de la responsabilidad compartida.
Sistema parlamentario
El sistema parlamentario puro o el esquema de Westminster, como se le conoce en la teoría política al
modelo inglés, concentra en el parlamento las funciones de la asamblea nacional y las del ejecutivo; de
hecho, el ejecutivo dimana de la asamblea nacional. La gente vota por sus diputados —en el caso inglés
son todos de mayoría (628)— y el partido que obtenga la mayoría de los escaños tiene la facultad de
encabezar al gobierno. El líder del partido mayoritario se convierte en el primer ministro, y en el caso
inglés y en el español, que son monarquías constitucionales, el papel del monarca para hacer este
nombramiento es en estricto apego a la voluntad popular expresada en las urnas, meramente
simbólico. Todos los funcionarios del gabinete son diputados electos miembros del partido mayoritario
y son responsables, obviamente, frente al parlamento. Por lo tanto, están sujetos al voto ratificatorio y
a la moción de censura, según sea el caso. En estos esquemas, para hablar del español y del inglés, los
jefes de Estado son los monarcas, en la actualidad, rey español y reina inglesa, respectivamente; y los
primeros ministros son los jefes del gabinete y del gobierno. La duración de estos gobiernos no puede
exceder de cinco años, pero el primer ministro en el caso inglés y el presidente del gobierno, en el caso
español, tienen la facultad de pedirle al Jefe de Estado, al monarca, el llamado a elecciones generales,
en el momento, dentro de ese lapso de cinco años, que les sea más conveniente para buscar un
mandato adicional y la ampliación de su representación legislativa. En ambos casos, no hay límite para
buscar mandatos sucesivos.
Es claro entonces que el sistema parlamentario del que habla el estatuto del PRD, si lo tomamos es
strictu sensu, está bastante alejado de las posibilidades evolutivas del régimen político mexicano.
Sistema semiparlamentario
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El sistema semiparlamentario viene de la tradición del parlamentarismo y busca depositar en una
figura civil de gran prestigio la representación del Estado. Los casos alemán, austriaco, griego, polaco y
portugués son ejemplos de estos sistemas. Normalmente vienen de una evolución de un sistema
monárquico a uno republicano, donde el parlamento sigue concentrando los poderes fundamentales,
pero existe la necesidad de depositar la representación del Estado en una figura que no sea un
monarca; por lo tanto, se escoge la figura de presidente de la república, con funciones simbólicas y
protocolarias, siendo estos personajes casi siempre muy queridos y de un inmenso prestigio, lo cual les
permite jugar el papel de representantes del Estado y símbolos de la unidad nacional.
En todo lo demás, la operación es muy similar a la del sistema parlamentario puro, siendo los primeros
ministros, y en el caso alemán, el llamado canciller, el depositario del poder real, jefe del gobierno,
electo también en distrito o en lista por el electorado y ungido en el cargo en votación en el pleno del
parlamento. Este espacio normalmente está reservado para los líderes partidistas.
Después de las definiciones anteriores, parece más claro aún como cada categoría tiene sus
características, y como el uso indistinto de las mismas, a manera de sinonimia es claramente un error,
diría yo, por falta de uso de estos términos.
Sistema semipresidencial
El esquema semipresidencial, aunque se aloja en lo que he llamado la esfera parlamentaria, parte de la
tradición del sistema presidencial, en donde el presidente de la república es el Jefe de Estado y cuenta
con atribuciones muy importantes, como las de la conducción de la política exterior, el mando de los
cuerpos de seguridad y de las fuerzas armadas, la capacidad de veto en algunas materias, la suscripción
de tratados internacionales, entre otras. El Jefe de Estado se elige directamente en las urnas y no es
directamente responsable frente al parlamento.
Justamente, el matiz parlamentario aparece en la aceptación de que el Poder Ejecutivo es bicéfalo y se
comparte con la figura del Jefe de Gobierno, que resulta nombrado a partir de la correlación de fuerzas
expresada en el parlamento. El líder del partido dominante se convertirá en el primer ministro o Jefe
de Gobierno, sea o no, del partido del presidente. En el caso de que sí sea del mismo partido, el
presidente de la República refuerza su mandato y atribuciones, y domina en acuerdo con su Jefe de
Gobierno en la escena pública y acuerda fácilmente los nombramientos de los integrantes del gabinete
que no salen necesariamente de la asamblea, pero que sí deben ser ratificados por la misma y también
pueden ser cesados después de un voto de censura o de no confianza.
Cuando un partido distinto al del presidente captura la mayoría en el parlamento se produce un
gobierno de cohabitación, es decir, habitado por signos políticos distintos, y en el que primer ministro
se hace cargo prácticamente de toda la función de gobierno, mientras el presidente se restringe a sus
facultades exclusivas y tiene que depositar su confianza en el primer ministro, sabiendo que será un
competidor político permanente.
El hecho de que la asamblea o el parlamento intervenga en la ratificación de los miembros del gabinete
y del Jefe de Gobierno y que tenga la facultad de censura sobre los mismos, hace de ese Poder
Legislativo un poder extraordinariamente fuerte y corresponsable con el Poder Ejecutivo para llevar a
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buen puerto, o a la crisis, al gobierno y al país. Vemos, por otro lado, que nada tiene que ver con el
semiparlamentarismo, aunque "suenen" parecido, es obvio que su naturaleza y su origen son distintos.
Parece posible que México pudiera evolucionar hacia ese esquema de gobierno, es decir, un sistema
presidencial con rasgos parlamentarios.
Es importante precisar que el número de partidos no depende del sistema político que se adopte; este
factor depende más del sistema electoral del propio sistema político. Los sistemas de mayoría relativa,
alientan sistemas bipartidistas altamente competitivos o de dos partidos dominantes y algunos otros
marginales que cuentan con bastiones territoriales definidos. Los sistemas de representación
proporcional o mixtos, que mezclan la representación proporcional y el esquema de mayoría,
normalmente dan por resultado sistemas pluripartidistas altamente competitivos. Estas variantes
hacen posible que existan sistemas bipartidistas o pluripartidistas en prácticamente todos los modelos
políticos.
EL PRESIDENCIALISMO
Daniel Cosío Villegas definía al sistema político mexicano como: “una monarquía sexenal hereditaria en línea colateral” A
partir de esta definición se puede deducir que el equilibrio de poderes del cual hablaba Montesquieu no existe en nuestro
país, debido a que tenemos un poder Ejecutivo muy fuerte generado por las facultades explícitas e implícitas que el
presidente tiene durante seis años; a través de la frase mencionada por Cosío, sabemos que el Estado mexicano no es
democrático, ni tampoco dictatorial.
El Estado mexicano se constituyó sobre la base de una integración dirigida políticamente (con Cárdenas) que Abarcó a los
diferentes sectores de la sociedad a través del corporativismo (organización de las clases Populares a través de sindicatos y a
los grupos empresariales por medio de las cámaras de comercio, Industrial...) esto fue posible gracias a las facultades de que
le otorga la Constitución de 1917 y a la política Populista que permitió darle forma al presidencialismo mexicano.
La características más representativas del presidencialismo son:
1. El presidente forma una alianza institucional entre los distintos sectores de la sociedad, organizadas como poder de
hecho
2. El presidente cuenta con poderes extraordinarios
3. El presidente es el árbitro en las huelgas: obreros-empresarios
4. El presidente utiliza formas tradicionales de relaciones de poder que abarcan desde el compadrazgo hasta el
servilismo
5. El presidente estimula a la masa a través del culto hacia su persona
6. El presidente “lo puede todo”
7. El presidente para evitar la oposición realiza reformas sociales
8. El presidente al movilizar a la masa hace creer que el poder viene desde abajo
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9. El presidente mantiene las formas institucionales que permiten la permanencia y la legitimidad
10. El presidente es una institución despersonalizada
UNIDAD IV El Estado Moderno, el Estado Liberal y el Estado del Bienestar.
. 4.1 El Estado moderno: factores históricos y sociopolíticos. 4.2 Las transformaciones del Estado liberal. 4.3 El Estado del Bienestar. 4.4 El debate en torno al Estado del Bienestar. 4.5 El Estado neoliberal. Objetivos particulares: Determinar las características del Estado Moderno, liberal, bienestar y neoliberal.
Actividades de aprendizaje 1.- Elabore una presentación en ppt acerca del surgimiento del Estado Moderno y súbalo al correo del profesor en SUVIN. 2.- Realice la lectura que para esta actividad colocará el profesor en documentos descargables en SUVIN. 3.- Investigue qué es el keynesianismo y vincúlelo en un escrito con la idea de Estado de Bienestar. 4.- Realice un ensayo en tres cuartillas arial12 sobre el Estado de bienestar, su desmantelamiento y las repercusiones de este hecho en la política mexicana.
Introducción
Para entender lo que hoy llamamos neoliberalismo es necesario analizar el contexto histórico en el que surge, quizá el principal fin del neoliberalismo ha sido la potenciación de un elemento ya existente como lo es el mercado, mitificándolo y sacralizándolo pero a la vez olvidándose de consecuencias negativas y su camino hacia la insostenibilidad total del mundo.
Este cambio de ideología está totalmente basado en la esfera económica de la realidad, dejando de lado las facultades políticas de las naciones, no exagero si digo que lo político hoy en día está supeditado a lo económico. La situación depende sustancialmente de la zona del globo en la que te haya tocado nacer.
En cuanto al mercado laboral, hace años lo que era un sueldo decente, seguridad en el trabajo, derechos sindicales, hoy en día y para las nuevas generaciones que entran a este mercado esto es un auténtico privilegio en occidente, por lo tanto una utopía en el tercer mundo. El problema es que los jóvenes que acceden al mercado de trabajo no solo ven su situación como natural, sino que se afronta de manera individual, únicamente el propio esfuerzo de uno y buscando perfeccionarse por encima del resto para que sea elegido debido a una competitividad máxima, es evidente que el precio de esta competitividad no es costeable por cualquier clase social y en cualquier país.
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Según algunos autores las relaciones laborales de buena parte de la juventud y debido a su eventualidad, en vez de basarse en la solidaridad se basan en la desconfianza a consecuencia de precaria situación en la que se encuentran y el miedo a perder el trabajo.
Porque quizás y en algunas zonas del mundo el sistema económico actual, basado en la incuestionable religión del mercado, este generando empleo, pero ¿qué tipo de empleo?, ¿Cuáles son las condiciones de los nuevos trabajadores?¿, ¿Cuánta seguridad tienen?... Además los costes sociales y medioambientales son terroríficos, la brecha social entre ricos y pobres cada día se acrecentad, por no hablar del impacto medioambiental que la producción mundial y en masa está generando.
Nacimiento del Neoliberalismo
A la hora de definir el neoliberalismo topamos que las corrientes de este tipo no se definen a sí mismas como neoliberales, el padre de esta corriente y fundador de la escuela de Chicago de economía, Milton Friedman la llamaba Monetarismo, el liberalismo de Hayek uno de sus antecesores más ilustres la llamaba escuela del análisis de la búsqueda de rentas, esto nos muestra que el término “Neoliberalismo”, está construido por sus críticos y con el se designa un conjunto de políticas, sus argumentos que están ligados a una corriente intelectual.
El neoliberalismo se enmarca en la tendencia que considera el estado como un obstáculo a la libertad, el neoliberalismo es la realización política de la creencia de que el intercambio mercantiles la manifestación esencial de la libertad humana y además considera al mercado libre de cualquier tipo de traba así como fundamento de lo social, de ahí su sacralización.
Más allá de la aplicación estricta de las políticas económicas neoliberales, éstas se estructuran en el intento de difundir las instituciones del mercado hasta los límites de lo políticamente posible, este tipo de instituciones internacionales son: el F.M.I el B.M, el G7, el GATT... , de esta forma se asienta en la sociedad y casi a base de repetición una inquebrantable fe en los mercados.
Contexto internacional del neoliberalismo
El capitalismo surge en el Siglo XX allá por 1840 cuando Hayek escribe “Camino de servidumbre”, Buchanan y Tullock en 1962 “el cálculo del consentimiento”, y sobre todo Milton Friedmanen 1962 “Capitalismo y libertad”, sin embargo sus ideas no empiezan a resurgir hasta finales de los años setenta, coincidiendo con un cambio de la coyuntura económica debido a incidentes internacionales como la crisis del petróleo...
En los ochenta los gobiernos Reagan en los EEUU y Tatcher en Gran Bretaña consolidaban en los países capitalistas el neoliberalismo, un pensamiento económico que tenía como adversario principal el Estado del Bienestar, cuyos principios básicos pueden resumirse en los siguientes cuatro puntos: que el déficit del presupuesto estatal es negativo para la economía, puesto que absorbe el ahorro nacional, aumenta los tipos de interés y disminuyen las tasas de inversión financiadas por los ahorros domésticos; la intervención estatal regulando el mercado de trabajo añadiría una rigidez que dificulta el libre juego del mercado, no permitiendo el desarrollo económico y la creación de nuevos empleos; una protección social garantizada por el Estado del bienestar aumenta el consumo disminuyendo la capacidad de ahorro de la población; y por último que el Estado no debe regular el comercio exterior ni los mercados financieros
La siguiente tabla, creo que refleja el cambio de perspectiva entre lo que se denomina neoliberalismo y el Estado de Bienestar. Entrar en cada uno de sus aspectos desborda el objetivo de este artículo, por lo que nos detendremos en su relación con el mercado de trabajo.
Estado de bienestar Neoliberalismo
ESTADO MERCADO
REGULACIÓN de la economía DESREGULACIÓN
IGUALDAD LIBERTAD
IGUALDAD EFICACIA
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IGUALDAD/EFICACIA DESIGUALDAD/EFICACIA
REDISTRIBUIR NO REDISTRIBUIR
DERECHOS civiles, políticos,sociales: libertades positivas
DERECHOS civiles:libertades negativas.
DEMOCRACIA GOBERNABILIDAD
POLÍTICA MERCADO
SEGURIDAD INCERTIDUMBRE
ESTABILIDAD PRECARIEDAD
PROTECCIÓN FLEXIBILIDAD
CRECIMIENTO ESTABILIDAD MACROECONÓMICA
PACTO CAPITAL-TRABAJO CAPITAL
PLENO EMPLEO TASA NATURAL DE DESEMPLEO-NDTI
DEMANDA OFERTA
TRABAJO REPRESENTATIVO UNIFORME TRABAJO DIVERSIFICADO.
DERECHO DEL TRABAJO DERECHO CIVIL
Neoliberalismo y mercado de trabajo.
He utilizado reiteradamente el término "mercado" como seña de identidad de esta corriente. Es necesario pararse brevemente a analizar cúal es la definición que subyace en estas teorizaciones.
El mercado, según aparece en algunos manuales de economía, es "un sistema de asignación de recursos escasos en el cual los individuos en competencia persiguen sus propios intereses. Los agentes, provistos con mercancía y dinero, expresan sus preferencias, sus deseos y necesidades, sus demandas, e intercambian dotaciones, productos, trabajo, dinero. En su interacción se genera un sistema de precios que actúa como un sistema de señales para la coordinación de actividades. No hay ninguna instancia central ocupada en investigar quien o que se quiere. Los precios se convierten por esa vía en un modo de transmitir información. Se sabe qué hay que producir, para quién y en qué cantidad. Nadie está interesado en satisfacer las necesidades de nadie, pero cuando persigue sus propios intereses se ve obligado a atender la demanda de los demás y a hacerlo de modo eficiente, pues, de otro modo, la competencia se encargará de expulsarlo. En ese marco competitivo la distribución del producto social aparece vinculada con la aportación de cada uno. El empresario contrata trabajadores hasta que el costo de incorporar una unidad de trabajo adicional iguala el posible beneficio. De modo que el ingreso del trabajador parece relacionarse directamente con su aportación. En suma, que el buen orden social emerge de la acción de todos, sin que sea el resultado de la voluntad de nadie.
Este programa se basa en la idea-fuerza de que todos los problemas económicos tienen que ver con una ausencia del mercado correspondiente o con la existencia de una traba o interferencia a éste. De esta forma, el trabajo se concibe como una mercancía más, que está sujeta a las oscilaciones de la oferta y de la demanda y cuyo equilibrio determina el salario justo y evita el desempleo. Este último vendría determinado por un salario superior al de equilibrio provocado por cualquier interferencia ajena al funcionamiento natural del mercado de trabajo.
En los países industrializados, los motivos de zozobra ante las consecuencias de la mundialización para el empleo han sido dos, aunque están relacionados entre sí, y provienen de la configuración del comercio internacional y de la inversión extranjera directa. Existe la impresión de que el crecimiento de las importaciones procedentes de países con bajos niveles salariales ha causado la destrucción de empleos industriales, especialmente en los sectores económicos que requieren un alto coeficiente de mano de obra. Este mismo proceso se considera a la vez responsable del agravamiento de la desigualdad salarial que se observa en algunos países industrializados Se cree que la progresiva desaparición de empleos en los sectores con alta densidad de mano de obra ha ocasionado un descenso de la demanda de trabajadores poco calificados, lo cual se ha traducido, a su vez, en una disminución relativa de sus salarios respecto de los que perciben los trabajadores más calificados.
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La principal preocupación de los países en desarrollo es que la liberalización económica, motivada por el afán de beneficiarse del crecimiento del comercio mundial y de los flujos de inversión, ocasione un auge considerable del desempleo y una agravación de la desigualdad. La pérdida de puestos de trabajo en las empresas que no son competitivas se produce de manera inmediata, mientras que la creación de empleos en las nuevas industrias competitivas puede demorarse por la incapacidad del sistema financiero para atender a las necesidades de inversión de las empresas, por la carencia de infraestructuras básicas como son la energía y el transporte, y por la escasez de mano de obra calificada
El desempleo estructural es un problema mundial. ,la. de la Organización Internacional del Trabajo ( OIT) cifra en casi un tercio de los 3.000 millones de personas que componen la población activa el número de desempleados o de personas que trabajan en condiciones precarias. Al finalizar el 2000, el desempleo en el mundo afectaba a 160 millones de trabajadores. El número de personas sin trabajo, en vez de descender, creció en relación al momento más agudo de la crisis internacional iniciada en Asia a mediados de 1997. los efectos negativos en materia de empleo no se han modificado. Con el agravante, que la economía mundial en el 2001 se desacelerará.
El trabajo dentro de Europa se ha convertido también en un problema crónico, no solo debido a las altas tasas de desempleo, sino porque además este desempleo es de larga duración, se trata de parados que lo han estado 12 meses o más, el desempleo de larga duración varía entre el 28 y el 67% del total de desempleados. En Estados unidos, Japón y Canadá el desempleo de larga duración abarca el 11 y 18% del total, pero aunque el mercado laboral de Estados Unidos haya sido más dinámico y con menores tasas de desempleo se ha dado una considerable dispersión salarial, en otras palabras, el poder adquisitivo de los trabajadores ha perdido importancia. Sin embargo y salvando las diferencias regionales el desempleo se ha convertido en un problema central de todo el mundo, problema que afecta de manera más aguda a jóvenes, mujeres y trabajadores con menor nivel de cualificación.
Por otro lado se han observado cambios importantes en la naturaleza del empleo, en el tipo de trabajo, se ha dado un importante aumento de los trabajadores a tiempo parcial, con contratos de corta duración. Un estudio de la OCDE muestra que los trabajadores a tiempo parcial involuntarios pueden llegar a 8 millones ( en los países de la OCDE), es decir el 20 - 30% de los trabajadores a tiempo parcial se cambiarían a tiempo completo, a su vez hay estudios que muestran como hay un sector de los desempleados que dejan de buscar trabajo después de largos períodos de búsqueda infructuosa. Aquí radica una cuestión muy importante porque además de darse unos altos índices de desempleo en todo el mundo las condiciones del empleo existente cada día son peores, existe menos seguridad a la hora de mantener el empleo y yo creo que este es el gran olvidado de todo el problema, esto es, cada vez que descienda el paro ha de hacerse de forma automática la pregunta sobre las condiciones de los nuevos trabajadores, su seguridad en el trabajo y si existe la posibilidad de continuación, así como el número de horas que se emplea en él. Debido a demás a este problema la percepción social dl trabajo es clara, sobre todo cuando estás empezando ya que se da por sentado el hecho de que en el primer empleo serás explotado o por lo menos trabajarás más horas de las reglamentarias.
En esta perspectiva, los sindicatos son vistos como una interferencia, la flexibilidad se convierte en la nueva ortodoxia y se reforman la mayoría de las leyes que protegían el mercado de trabajo.
El último informe del Banco Central Europeo se hace eco de esta postura cuando considera que el desempleo es causado por la "existencia de rigideces en los mercados de bienes y trabajo que son el resultado, en parte, de una regulación excesiva e inadecuada". Curiosamente, los mercados laborales de la Unión Europea, en general, están actualmente bastante más flexibilizados que en los años sesenta y setenta y el desempleo es mayor.
La globalización totalmente impregnada de las ideologías neoliberales tiene efectos perversos, la brecha social entre ricos y pobre crece cada día, los derechos de los trabajadores caen en picado, el principal problema es que culturalmente están bien vistas prácticas laborales que antes parecían impensables, victorias sindicales han ido desapareciendo poco a poco, porque esto es una dinámica que se retroalimenta: Como hay poco empleo uno se agarra a lo primero que puede incluyendo bajo salario y malas condiciones y encima no se queja porque por lo menos tiene empleo, esto se ha ido introyectando en nuestras mentes hasta soportar situaciones que cuanto menos se tornan desagradables.
Conclusiones
Después de un repaso teórico sobre el Neoliberalismo y la incidencia de esta ideología en la estructural laboral mundial, sólo se puede decir de manera rotunda que este tipo de pensamiento está limando desde los años 80 todas las victorias sindicales acaecidas hasta el momento, porque el empleo está disminuyendo y además el empleo actual cada vez es más
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precario, las condiciones han empeorado en sobremanera, y lo que quizá sea peor es que “nos da igual”. Con esta expresión coloquial quiero mostrar como hemos asumido que el mercado laboral está en malas condiciones y estamos dispuestos a lo que sea con tal de conseguir trabajo, por ejemplo: trabajar muchas más horas que las debidas recibiendo sueldos irrisorios, que no es sino explotación, para mí y olvidando los gravísimos problemas que está acarreando la mundialización, que muestran la irracionalidad del propio sistema ( problemas de índole social, ecológica... ) quizá este cambio cultural en la concepción del trabajo, o mejor dicho de nuestro primer trabajo es lo más significativo que hay a nivel microsociológico de la influencia del neoliberalismo en nuestras mentes, o por lo menos sus consecuencias directas.
El neoliberalismo es perverso por naturaleza, defiende lo económico por encima de cualquier otra dimensión, esto se lleva por delante lo político, porque las industrias transnacionales tiene tanto poder de influencia que pueden presionar para alcanzar sus fines por encima del beneficio colectivo, o sea de la política.
El Estado de Bienestar.- Los antecedentes del Estado de Bienestar vienen desde muy lejos, pero se han desarrollado
extraordinariamente después de la Segunda Guerra Mundial en Europa Occidental. Es durante el período comprendido
desde la segunda posguerra hasta principios de la década del setenta (que el historiador Eric Hobsbawn denomina a esta
etapa como "Edad de Oro") cuando se consolidan los Estados de Bienestar.
Durante la Edad de Oro se desarrolló en Occidente un intento de subordinar el trabajo, de desarrollar un nuevo capitalismo,
que dependía mucho del uso y expansión del crédito para evitar o controlar el proceso de crisis que se había manifestado en
los años treinta luego de la Gran Depresión.
Con la implementación de las políticas económicas llamadas "keynesianas", asistimos a una cierta explosión del gasto
público durante este período, particularmente del gasto social: educación, salud, vivienda, jubilaciones, pensiones y
prestaciones de desempleo.
Es conveniente subrayar que el estado de Bienestar se trata de un proceso en el cual se han abandonado en la práctica
algunos elementos de la teoría liberal del Estado. En efecto, el estado ha dejado de ser "no intervencionista" y se ha
considerado que era responsabilidad suya conseguir una situación de pleno empleo, un sistema de seguridad social que
cubriera la totalidad de la población y la generalización de un alto nivel de consumo y la garantía de un nivel de vida mínimo
incluso para los más desfavorecidos.
Este tipo de Estado asumía la obligación de suministrar asistencia y apoyo a aquellos que sufrieran necesidades y reconocía
formalmente el papel de los sindicatos en la negociación colectiva y en la formación de los planes públicos.
El estado de Bienestar es un grupo de manifestaciones, en primer lugar, del deseo de la sociedad de sobrevivir como una
totalidad orgánica y, en segundo lugar, del deseo expreso de todas las personas en el sentido de contribuir a la
supervivencia de algunas personas.
Ahora bien, ¿Cuáles eran las contradicciones socioculturales del capitalismo?
Durante la década del 60 las economías de los países occidentales vivían la mayor era de prosperidad y crecimiento en la
historia del mundo civilizado. Eran años de gran crecimiento económico. Y es precisamente en ese contexto de expansión
capitalista donde se va a gestar una contracultura, un nuevo estilo cultural, que cuestiona básicamente las pautas
tradicionales de la vida occidental y los principales valores de la burguesía.
La contracultura es un rechazo a la cultura oficial caracterizada por el orden, la eficiencia, el progreso y el trabajo,
entendidos como ejes primordiales que permiten el desarrollo capitalista.
Esta contracultura, opuesta a la oficialmente dada, comprende originales y novedosos valores en las relaciones humanas, en
los hábitos y en las costumbres.
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¿Quiénes son los que transmiten esta contracultura? ¿Son un grupo numeroso o son unos pocos? ¿Qué pretenden
cambiar? ¿Plantean cambios revolucionarios en el ámbito social, político y económico? Son los jóvenes los principales
transmisores de esta contracultura y son ellos los que aparecen como sujetos problemáticos en las sociedades plenamente
industrializadas. Pero no son todos los jóvenes sino una minoría que se concentra en los centros educativos, principalmente
en las universidades.
Eran jóvenes urbanos, de clase media y con estudios medios o superiores que se habían socializado en medio de un
creciente bienestar y que planteaban la posibilidad de instaurar nuevos estilos de vida y diferentes pautas de conducta. La
confrontación fue básicamente cultural y el cambio estaba orientado a cambiar la forma de vida. La vida y la práctica
cotidiana pasaron a ser el lugar principal en donde se van a realizar las transformaciones revolucionarias.
Emerge una cantidad de valores que se presentan como crítica y rechazo a los ya establecidos e institucionalizados en la
cultura oficial en lugares como la escuela, la familia y las universidades, entre otros. Valores personales como la autonomía,
la creatividad, la crítica al poder, la contestación, la no-violencia, eran tomados por los jóvenes.
El joven pasa a ser crítico, radical, creativo, innovador de patrones culturales, utópico e independiente de la familia.
Postulan cambios en la música, en la manera de vestirse, el concepto de familia comienza a desintegrarse y descubren la
droga como una clara expresión contestataria contra las leyes y también como un gesto de rebeldía a lo establecido.
¿Qué alcance tuvo esta contracultura? Si bien no se llegó a una toma concreta del poder político, esta contracultura
imprimió una extraordinaria transformación social en los años posteriores a la segunda guerra mundial. Se produjo sí una
revolución cultural pero no política porque no figuraba en las mentes de los jóvenes tomar el poder.
Pero pronto el capitalismo vio con claridad como este sector social ocupaba un lugar privilegiado en las economías
desarrolladas de mercado y es a partir de allí, cuando comienzan a fabricarse en gran cantidad una serie de productos: blue
jeans, discos de rock and roll y películas. Finalmente, con la participación de los medios de comunicación la contracultura
quedó envuelta en la estrategia del capitalismo, y a partir de allí, cayó en la vulgarización comercial.
La familia y la escuela son dos instituciones sociales que también fueron afectadas. La concepción de familia entra en crisis y
abundan cada vez más las situaciones de familia "monoparental". Y esto repercute, en cierta medida, en los niños que
sufren la ausencia de la pareja completa. Por otro lado, el salto cultural entre las generaciones dificulta la interacción de los
diferentes actores sociales.
Ahora bien, ¿Frente a qué gran problema se enfrentaba el Estado de Bienestar? ¿Cuál era la verdadera situación de los
trabajadores en las modernas sociedades industriales? La situación central que debió resolver fue, sin duda alguna, la
explotación del trabajador en las empresas. Sin la protección sindical y sin la protección del estado, se explotaba a los
trabajadores y por esa razón eran los pobres del sistema capitalista y también los excluidos de la sociedad.
En el aspecto laboral, los sindicatos y las leyes sociales le han otorgado a los trabajadores capacidad de negociación, lo cual
ha permitido que pudieran disfrutar como consumidores de los altos niveles de consumo generalizado. No obstante, el
cambio de la situación de la clase obrera no ha sido solamente de la solidaridad social, sino también el deseo de las clases
económicamente hegemónicas de tener paz social.
El Estado adoptaba políticas que dirigían la actividad económica conforme al sistema capitalista de mercado al tiempo que
compensaba las desigualdades sociales que ese mercado generaba.
El "pacto de paz fordista" se cifró en trabajo repetitivo y de escasa calificación por un lado, y de consumo de masas, por
otro.
EL ESTADO DE BIENESTAR FRENTE A UN NUEVO PANORAMA
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La expansión del Estado de Bienestar ha sido indudablemente uno de los rasgos más destacados en la evolución del mundo
capitalista durante el siglo XX.
Junto a esta expansión surgió una nueva sociedad en donde se llevó a cabo una transformación estructural en las relaciones
de producción, en las relaciones de poder y en las relaciones sociales producto de una crisis que hizo que el capitalismo se
reestructurara.
Las sociedades occidentales son hoy en día muy diferentes: en las estructuras por edades de la población, en el mercado del
trabajo, en las estructuras familiares y en las causas de la pobreza.
Los Estados disminuyen su capacidad frente al mundo económico y la economía es cada vez más globalizada y dinámica.
Frente a este nuevo panorama (signado por los cambios tecnológicos en el área de la informática, la biogenética, las
telecomunicaciones, la irrupción con fuerza en el escenario internacional de los países en desarrollo, los problemas
medioambientales de carácter global, y los fenómenos migratorios potencialmente masivos) parece indispensable que el
Estado de Bienestar debe reformarse con profundidad.
Y es en estos albores cuando aparecen las denominadas políticas de "terceras vías" que intentan plantear una renovación de
la socialdemocracia en un mundo en que las viejas ideas de la izquierda han quedado obsoletas, mientras que las de la
nueva derecha son inadecuadas. El gran dilema es cómo "humanizar" el mercado de manera que produzca los buenos
efectos que se esperan, sin producir los graves inconvenientes que hasta ahora ha provocado.
En la actualidad, el Estado de Bienestar crea hoy tantos problemas como los que resuelve. Básicamente, Anthony Guiddens
sostiene que la "tercera vía" se refiere a un marco de pensamiento y política práctica que busca adaptar la socialdemocracia
a un mundo que ha cambiado esencialmente a lo largo de las tres últimas décadas. Es una tercera vía en cuanto es un
intento por trascender tanto la socialdemocracia a la antigua como el neoliberalismo.
____________________________________________________________________________________________________
UNIDAD V
Diferentes formas de ejercer el Poder Político 5.1 Las Democracias.
Concepto.
Características
Formas Democracia directa. Democracia representativa.
Democracia semidirecta.
Democracia participativa. Democracia social. 5.2 Las transiciones a la democracia. 5.3 Los Sistemas No Democráticos. Dictaduras, autoritarismos y totalitarismos.
Tipología de sistemas no democráticos.
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Objetivos Particulares: Determinar la naturaleza, rasgos y formas democráticas y no democráticas, así como identificar los elementos identificados como constantes en la transición a la democracia. Actividades de aprendizaje 1.- Elabore un cuadro en el que anote cada una de las formas de ejercer el poder político e identifique con esa forma algún país en el mundo en épocas pasadas o presentes. 2.- El grupo será dividido en equipos que pasarán a exponer las principales características de las formas de ejercer el poder político. 3.- Identifique cuáles son las formas de ejercicio del poder político en el México del S XX y XXI ___________________________________________________________________
Autocracia y democracia
Autoritarismo
en ciencia política, sistema de Gobierno e ideología donde todas las actividades sociales, políticas, económicas,
intelectuales, culturales y espirituales se hallan supeditadas a los fines de los dirigentes y de la ideología inspiradora del
Estado. Varias características importantes distinguen el autoritarismo —que es una forma de autocracia propia del siglo
XX—, de otras formas anteriores, como el despotismo, el absolutismo y la tiranía. En las formas anteriores de autocracia, la
gente podía vivir y trabajar con una cierta independencia, siempre y cuando no se inmiscuyera en política. Sin embargo, en
el autoritarismo moderno el pueblo se ve obligado a depender por entero de los deseos y caprichos de un partido político y
de sus dirigentes, por regla general a causa de la adhesión de éstos a una ideología que lo engloba todo. Las autocracias
anteriores estaban gobernadas por un monarca o por cualquier otro aristócrata, que gobernaba basado en un principio,
como por ejemplo el derecho divino de los reyes, mientras que el Estado autoritario moderno está con frecuencia dirigido
por un partido político, que encarna una ideología que dice tener la autoridad universal y no permite ninguna discrepancia
de lealtad o conciencia.
2 GOBIERNOS AUTORITARIOS
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Entre los países con gobiernos considerados de forma habitual como autoritarios estuvieron Alemania, bajo el
nacionalsocialismo de Adolf Hitler; la Unión Soviética, especialmente bajo el gobierno de Stalin; y la República Popular
China, bajo el mandato comunista de Mao Zedong (Mao Tsé-tung). Existen otros gobiernos que también han recibido el
nombre de autoritarios como, por ejemplo, el de Italia bajo Benito Mussolini, el de España bajo Franco, el de Corea del
Norte bajo Kim Il Sung, el de Siria bajo Hafiz al-Assad y el de Irak bajo Saddam Hussein.
El partido y sus instrumentos en los gobiernos autoritarios
En un régimen totalitario, los miembros del partido en el poder se convierten en la elite de la nación. La sociedad entera
está sujeta a una organización jerárquica en la que cada individuo es responsable ante otro que ostenta un puesto de mayor
autoridad con la única excepción del jefe supremo, en el caso de que exista, que no debe rendir cuentas a nadie. Todas la
agrupaciones sociales no gubernamentales son o destruidas en su totalidad o coordinadas para que cumplan los fines del
partido y del Estado.
La supeditación total del individuo se hace posible gracias a una avanzada organización burocrática y a la tecnología
industrial. Entre los elementos decisivos de las dictaduras totalitarias se encuentran el monopolio de los medios de
comunicación, una policía secreta aterrorizadora, el monopolio de todas las armas efectivas de destrucción y una economía
centralizada. Es la ideología del Estado totalitario la que, sin embargo, proporciona la justificación (y a menudo los principios
funcionales) para la propagación universal de la estructura gobernante. En sus aspiraciones universalistas el autoritarismo
ha sido comparado con la teocracia.
El control de los medios de comunicación
Gracias al monopolio de los medios de comunicación, el partido en el poder y el gobierno se hallan en posesión de todos los
canales que el pueblo utiliza para recibir información, consejo y orientación. Todos los periódicos, revistas y libros, además
de la radio, la televisión, el teatro y el cine están controlados y dirigidos desde el poder. Todos los escritores, oradores,
actores, compositores, poetas y artistas en el más amplio sentido están encuadrados en organizaciones controladas por el
partido y reciben la licencia del gobierno. Lo corriente es que se les pida que sean miembros del partido. En todos los
medios de comunicación se impone la línea del partido, es decir, la interpretación que el partido hace de los
acontecimientos, por medio de la censura.
La policía secreta
El aparato de la policía secreta emplea las teorías y técnicas de detección científica del crimen y de la psicología moderna.
Aterroriza a la población con métodos diferentes y mucho más crueles de los empleados por los sistemas policiales de las
autocracias anteriores. La policía secreta totalitaria se vale de instituciones y elementos como el campo de concentración,
los juicios manipulados y las confesiones públicas para extender el terror de Estado. Uno de los peligros inherentes al
sistema totalitario es la posibilidad de que la propia policía secreta se haga con el control interno del partido.
El control del armamento
El monopolio de todas las armas efectivas de destrucción es un atributo de todos los gobiernos contemporáneos. No
obstante, en los Estados totalitarios, que no proporcionan ningún medio legal para realizar un cambio de gobierno, los
acontecidos, como por ejemplo los levantamientos acaecidos en la República Democrática de Alemania (hoy parte de la
Alemania unificada) en 1953 y en Hungría en 1956, tienen escasas posibilidades de alcanzar el éxito debido al uso que, sin
vacilar, el Estado hace de ellas para aplastar a los disidentes, como ocurrió en China en los sucesos de Tiananmen. Tanques,
aviones, y otras armas proporcionan al Estado totalitario una fuerte defensa contra la revolución o la protesta de los
disidentes.
El control de la economía
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La economía centralizada permite al Estado autoritario explotar a su población en aras de la conquista de territorios
extranjeros y la revolución mundial. Todos los recursos, por ejemplo, pueden ser concentrados en un único proyecto militar
importante. El tipo totalitario de economía posibilita al aparato de Estado el control de los trabajadores y los hace
dependientes del gobierno. Sin permiso de trabajo nadie puede obtener un empleo y puede ser retirado por acciones tales
como la no conformidad con malas condiciones de trabajo. Por todo esto los trabajadores de un régimen totalitario reciben
a veces el nombre de esclavos del Estado.
DEMOCRACIA
(del griego, demos, ‘pueblo’ y kratein, ‘gobernar’)
sistema político por el que el pueblo de un Estado ejerce su soberanía mediante cualquier forma de gobierno que haya
decidido establecer. En las democracias modernas, la autoridad suprema la ejercen en su mayor parte los representantes
elegidos por sufragio popular en reconocimiento de la soberanía nacional. Dichos representantes pueden ser sustituidos por
el electorado de acuerdo con los procedimientos legales de destitución y referéndum y son, al menos en principio,
responsables de su gestión de los asuntos públicos ante el electorado. En muchos sistemas democráticos, éste elige tanto al
jefe del poder ejecutivo como al cuerpo responsable del legislativo. En las monarquías constitucionales típicas, como puede
ser el caso de Gran Bretaña, España y Noruega, sólo se eligen a los parlamentarios, de cuyas filas saldrá el primer ministro,
quien a su vez nombrará un gabinete.
La esencia del sistema democrático supone, pues, la participación de la población en el nombramiento de representantes
para el ejercicio de los poderes ejecutivo y legislativo del Estado, independientemente de que éste se rija por un régimen
monárquico o republicano.
LA DEMOCRACIA EN LA GRECIA Y ROMA ANTIGUAS
El gobierno del pueblo tuvo un importante papel en las democracias de la era precristiana. A diferencia de las democracias
actuales, las democracias de las ciudades Estado de la Grecia clásica y de la República de Roma eran democracias directas,
donde todos los ciudadanos tenían voz y voto en sus respectivos órganos asamblearios. No se conocía el gobierno
representativo, innecesario debido a las pequeñas dimensiones de las ciudades Estado (que no sobrepasaban casi nunca los
10.000 habitantes). La primigenia democracia de estas primeras civilizaciones europeas no presuponía la igualdad de todos
los individuos, ya que la mayor parte del pueblo, que estaba constituido por esclavos y mujeres, no tenía reconocidos
derechos políticos. Atenas, la mayor de las ciudades Estado griegas regida por un sistema democrático, restringía el derecho
al voto a aquellos ciudadanos que hubieran nacido en la ciudad. La democracia romana era similar a la ateniense, aunque
concediese a veces la ciudadanía a quienes no eran de origen romano. El estoicismo romano, que definía a la especie
humana como parte de un principio divino, y las religiones judía y cristiana, que defendían los derechos de los menos
privilegiados y la igualdad de todos ante Dios, contribuyeron a desarrollar la teoría democrática moderna.
La República romana degeneró en el despotismo del Imperio. Las ciudades libres de las actuales Italia, Alemania y Países
Bajos siguieron aplicando algunos principios democráticos durante la edad media, en especial, en el autogobierno del
pueblo a través de las instituciones municipales. Los esclavos dejaron de constituir una parte mayoritaria de las poblaciones
nacionales. A medida que el feudalismo desaparecía, surgía, a su vez, una clase media comercial y rica que disponía de los
recursos y tiempo necesarios para participar en los asuntos de gobierno. Resultado de esto fue el resurgimiento de un
espíritu de libertad basado en los antiguos principios griegos y romanos. Los conceptos de igualdad de derechos políticos y
sociales se definieron aún más durante el renacimiento, en el que se vio potenciado el desarrollo del humanismo, y más
tarde durante la Reforma protestante en la lucha por la libertad religiosa.
EUROPA OCCIDENTAL Y ESTADOS UNIDOS
Comenzando con la primera rebelión popular contra la monarquía, que tuvo lugar durante la Guerra Civil inglesa (1642-
1649), llevada a su punto culminante con la ejecución del propio rey Carlos I, las acciones políticas y revolucionarias contra
los gobiernos autocráticos europeos dieron como resultado el establecimiento de gobiernos republicanos, algunos
autocráticos, aunque con una tendencia creciente hacia la democracia. Este tipo de acciones estuvieron inspiradas y guiadas
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en gran parte por filósofos políticos, sobre todo por los franceses Charles-Louis de Montesquieu y Jean-Jacques Rousseau, y
por los estadistas estadounidenses Thomas Jefferson y James Madison. Antes de que finalizase el siglo XIX las monarquías
más significativas de Europa occidental habían adoptado una constitución que limitaba el poder de la corona y entregaba
una parte considerable del poder político al pueblo. En muchos de estos países se instituyó un cuerpo legislativo
representativo creado a semejanza del Parlamento británico. Es posible que la política británica ejerciese pues la mayor
influencia en la universalización de la democracia, aunque el influjo de la Revolución Francesa fue de igual forma poderoso.
Más tarde, el éxito de la consolidación de las instituciones democráticas en Estados Unidos sirvió como modelo para muchos
pueblos.
Las principales características de la democracia moderna son la libertad individual, que proporciona a los ciudadanos el
derecho a decidir y la responsabilidad de determinar sus propias trayectorias y dirigir sus propios asuntos, la igualdad ante la
ley, el sufragio universal y la educación. Estas características han sido proclamadas en grandes documentos históricos, como
la Declaración de Independencia estadounidense, que afirmaba el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la
felicidad, la Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano francesa, que defendía los principios de libertad civil e
igualdad ante la ley, y la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de la Organización
de las Naciones Unidas (ONU) en diciembre de 1948. En ella se recogen los derechos civiles y políticos fundamentales que
atañen a personas y naciones, tales como la vida, la libertad, la intimidad, las garantías procesales, la condena y prohibición
de la tortura, de la esclavitud, y los derechos de reunión, asociación, huelga y autodeterminación entre otros. Desde su
promulgación, la Declaración, aunque sólo fue ratificada por una parte de los estados miembros, ha servido de base para
numerosas reivindicaciones políticas y civiles, en cualquier Estado.
Hacia mediados del siglo XX todos los países independientes del mundo, a excepción de un pequeño número de ellos,
contaban con un gobierno que, en su forma si no en la práctica, encarnaba algunos de los principios democráticos. Aunque
los ideales de la democracia han sido puestos en práctica, su ejercicio y realización han variado en muchos países.
LATINOAMÉRICA
En Latinoamérica, la instauración de los valores esenciales de la democracia se inició con el proceso de su propia
emancipación (1808-1826), al que sucedió una época de regímenes constitucionalistas. Se promulgaron constituciones en
todos los países pero se multiplicaron de forma excesiva a consecuencia de los constantes cambios políticos y las
imposiciones de los grupos dominantes, lo que impidió una temprana estabilización de regímenes políticos fundamentados
en un sistema basado en los principios democráticos.
El predominio del caudillismo, las presiones de los caciques y las oligarquías, los enfrentamientos ideológicos y la
dependencia económica externa, fueron algunos de los factores que provocaron la inestabilidad, la lucha de multitud de
facciones, el subdesarrollo y el estancamiento generalizado, que se convirtieron en rasgos característicos de la política
latinoamericana.
Se sucedieron épocas de libertad y democracia con otras en las que se generalizaron los regímenes autoritarios y las
dictaduras militares.
Al iniciarse la década de 1980, Latinoamérica vivía un auténtico renacer de la democracia, que se ha extendido, a partir de
los cambios ocurridos en Perú y Ecuador, a los demás países. En casi todos ellos se manifiesta un fuerte apego a las
constituciones, que consagran los contenidos del Estado de Derecho. Quienes propugnan el desarrollo democrático en
Latinoamérica luchan, sin embargo, contra una cultura política en la que el autoritarismo ha jugado un papel muy
significativo a lo largo de su historia. No obstante, el consenso en que la lucha por generalizar la democracia debería ser la
principal misión de los gobiernos latinoamericanos fue la principal conclusión extraída por los jefes de Estado de la zona
reunidos en Chile durante la VI Cumbre Iberoamericana celebrada en 1996.
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Teocracia y laicismo
Teocracia
(del griego theokratia, ‘gobierno por un dios’)
tipo de constitución o gobierno de un Estado que considera a Dios como único soberano y las leyes del reino como órdenes
divinas. Por extensión, una teocracia es un régimen de naturaleza confesional en el que el control se halla en manos del
clero. En este aspecto difiere de la forma de Estado caracterizado por Japón o por la antigua Babilonia, en la que el
gobernante era también sumo sacerdote del culto nacional; los faraones del antiguo Egipto gobernaban de forma parecida a
una teocracia, aunque en la práctica su gobierno fuese más burocrático que teocrático. El ejemplo típico de régimen
teocrático sería el establecido por el legislador hebreo Moisés. Siglos después, el teólogo francés Juan Calvino y el militar y
estadista inglés Oliver Cromwell intentaron fundar sociedades teocráticas. El califato de las comunidades musulmanas era
una teocracia. El gobierno del ayatolá Ruhollah Jomeini en Irán constituyó un ejemplo de gobierno teocrático en la época
contemporánea.
Laicismo
Doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente del Estado, respecto de cualquier organización o confesión religiosa.
Liberalismo y socialismo
Liberalismo
doctrinario económico, político y hasta filosófico que aboga como premisa principal por el desarrollo de la libertad personal
individual y, a partir de ésta, por el progreso de la sociedad. Hoy en día se considera que el objetivo político del
neoliberalismo es la democracia, pero en el pasado muchos liberales consideraban este sistema de gobierno como algo poco
saludable por alentar la participación de las masas en la vida política. A pesar de ello, el liberalismo acabó por confundirse
con los movimientos que pretendían transformar el orden social existente mediante la profundización de la democracia.
Debe distinguirse pues entre el liberalismo que propugna el cambio social de forma gradual y flexible, y el radicalismo, que
considera el cambio social como algo fundamental que debe realizarse a través de distintos principios de autoridad.
El desarrollo del liberalismo en un país concreto, desde una perspectiva general, se halla condicionado por el tipo de
gobierno con que cuente ese país. Por ejemplo, en los países en que los estamentos políticos y religiosos están disociados, el
liberalismo implica, en síntesis, cambios políticos y económicos. En los países confesionales o en los que la Iglesia goza de
gran influencia sobre el Estado, el liberalismo ha estado históricamente unido al anticlericalismo. En política interior, los
liberales se oponen a las restricciones que impiden a los individuos ascender socialmente, a las limitaciones a la libertad de
expresión o de opinión que establece la censura y a la autoridad del Estado ejercida con arbitrariedad e impunidad sobre el
individuo. En política internacional los liberales se oponen al predominio de intereses militares en los asuntos exteriores, así
como a la explotación colonial de los pueblos indígenas, por lo que han intentado implantar una política cosmopolita de
cooperación internacional. En cuanto a la economía, los liberales han luchado contra los monopolios y las políticas de Estado
que han intentado someter la economía a su control. Respecto a la religión, el liberalismo se ha opuesto tradicionalmente a
la interferencia de la Iglesia en los asuntos públicos y a los intentos de grupos religiosos para influir sobre la opinión pública.
A veces se hace una distinción entre el llamado liberalismo negativo y el liberalismo positivo. Entre los siglos XVII y XIX, los
liberales lucharon en primera línea contra la opresión, la injusticia y los abusos de poder, al tiempo que defendían la
necesidad de que las personas ejercieran su libertad de forma práctica, concreta y material. Hacia mediados del siglo XIX,
muchos liberales desarrollaron un programa más pragmático que abogaba por una actividad constructiva del Estado en el
campo social, manteniendo la defensa de los intereses individuales. Los seguidores actuales del liberalismo más antiguo
rechazan este cambio de actitud y acusan al liberalismo pragmático de autoritarismo camuflado. Los defensores de este tipo
de liberalismo argumentan que la Iglesia y el Estado no son los únicos obstáculos en el camino hacia la libertad, y que la
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pobreza también puede limitar las opciones en la vida de una persona, por lo que aquélla debe ser controlada por la
autoridad real.
EL LIBERALISMO MODERNO
En el siglo XVII, durante la Guerra Civil inglesa, algunos miembros del Parlamento empezaron a debatir ideas liberales como
la ampliación del sufragio, el sistema legislativo, las responsabilidades del gobierno y la libertad de pensamiento y opinión.
Las polémicas de la época engendraron uno de los clásicos de las doctrinas liberales: Areopagitica (1644), un tratado del
poeta y prosista John Milton en el que éste defendía la libertad de pensamiento y de expresión. Uno de los mayores
oponentes al pensamiento liberal, el filósofo Thomas Hobbes, contribuyó sin embargo al desarrollo del liberalismo a pesar
de que apoyaba una intervención absoluta y sin restricciones del Estado en los asuntos de la vida pública. Hobbes pensaba
que la verdadera prueba para los gobernantes debía ser por su efectividad y no por su apoyo doctrinal a la religión o a la
tradición. Su pragmático punto de vista sobre el gobierno, que defendía la igualdad de los ciudadanos, allanó el camino
hacia la crítica libre al poder y hacia el derecho a la revolución, conceptos que el propio Hobbes repudiaba con virulencia.
ECONOMÍA
La crisis respecto al poder económico era aún más profunda. Una parte de la filosofía liberal era el modo de entender la
economía de los llamados economistas clásicos como los británicos Adam Smith y David Ricardo. En economía los liberales
se oponían a las restricciones sobre el mercado y apoyaban la libertad de las empresas privadas. Pensadores como el
estadista John Bright se opusieron a legislaciones que fijaban un máximo a las horas de trabajo basándose en que reducían
la libertad y en que la sociedad, y sobre todo la economía, se desarrollaría más cuanto menos regulada estuviera. Al
desarrollarse el capitalismo industrial durante el siglo XIX, el liberalismo económico siguió caracterizado por una actitud
negativa hacia la autoridad estatal. Las clases trabajadoras consideraban que estas ideas protegían los intereses de los
grupos económicos más poderosos, en especial de los fabricantes, y que favorecían una política de indiferencia e incluso de
brutalidad hacia las clases trabajadoras. Estas clases, que habían empezado a tener conciencia política y un poder
organizado, se orientaron hacia posturas políticas que se preocupaban más de sus necesidades, en especial, hacia los
partidos socialistas.
El resultado de esta crisis en el pensamiento económico y social fue la aparición del liberalismo pragmático. Como se ha
dicho, algunos liberales modernos, como el economista anglo-austriaco Friedrich August von Hayek, consideran la actitud de
los liberales pragmáticos como una traición hacia los ideales liberales. Otros, como los filósofos británicos Thomas Hill Green
y Bernard Bosanquet conocidos como los idealistas de Oxford, desarrollaron el llamado liberalismo orgánico, en el que
defendían la intervención activa del estado como algo positivo para promover la realización individual, que se conseguiría
evitando los monopolios económicos, acabando con la pobreza y protegiendo a las personas en la incapacidad por
enfermedad, desempleo o vejez.
A pesar de la transformación en la filosofía liberal a partir de la segunda mitad del siglo XIX, todos los liberales modernos
están de acuerdo en que su objetivo común es el aumento de las oportunidades de cada individuo para poder llegar a
realizar todo su potencial humano.
La historia de las ideas políticas en el siglo XIX está dominada por el progreso del liberalismo en el conjunto del universo. El
liberalismo triunfa en Europa occidental; se propaga en Alemania y en Italia, donde el movimiento liberal está ligado
estrechamente al movimiento nacional; gana la Europa oriental (lucha de “eslavófilos” y “occidentales”); penetra, bajo su
forma europea, en los países de Extremo Oriente, que se abren al comercio occidental; las repúblicas latinoamericanas se
otorgan Constituciones liberales, inspiradas en la Constitución de Estados Unidos.
En cuanto a Estados Unidos, aparece como la tierra de elección del liberalismo y de la democracia, eficazmente conciliados.
De considerar solamente las doctrinas, cabría la tentación de dejar a un lado la aportación de Estados Unidos; pero lo que
importa es la imagen de Estados Unidos, no las obras doctrinales —relativamente poco numerosas y poco originales— que
allí salen a la luz. Sin duda, la imagen que los liberales europeos adoptan, con frecuencia está muy lejos de corresponder a la
realidad. El mismo Tocqueville, más que describir la realidad americana, interpreta los Estados Unidos a la luz de sus propias
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convicciones. La referencia a Estados Unidos adopta, pues, la forma de un mito o de una serie de mitos, cuya historia desde
comienzos del siglo XIX.
El siglo XIX es, ante todo, el siglo del liberalismo, Pero ¿de qué liberalismo? Son necesarias aquí algunas distinciones.
1.º Liberalismo y progreso técnico.—El liberalismo es inicialmente una filosofía del progreso indivisible e irreversible;
progreso técnico, progreso del bienestar, progreso intelectual y progreso moral yendo a la par. Pero el tema del progreso se
vacía poco a poco de su substancia. Hacia finales del siglo XIX son numerosos los liberales —especialmente en Francia— que
sueñan con una era estacionaria, con un universo detenido; este estado de ánimo es particularmente evidente entre los
progresistas de los años 1890. De esta forma es necesario distinguir entre un liberalismo dinámico, que acepta la máquina y
que favorece la industria, y un liberalismo económicamente conservador y proteccionista. Esa primera forma del liberalismo
prevalece, en conjunto, en Inglaterra; y la segunda domina en Francia, donde el liberalismo —generalmente más audaz que
en Inglaterra en materia política— se muestra, económicamente muy timorato, y donde el progreso de la industria y de los
transportes se debe a hombres, especialmente los saintsimonianos, cuyas concepciones políticas son totalmente ajenas al
liberalismo tradicional.
2.º Liberalismo y burguesía.—El liberalismo es uno de los elementos originarios de la filosofía de la burguesía. Pero, durante
el siglo XIX, las fronteras del liberalismo no coinciden ya en manera alguna —si es que alguna vez coincidieron
exactamente— con las fronteras de la burguesía. La situación, a este respecto, difiere según las épocas y según los países. En
Francia el liberalismo permanece, en conjunto, estrechamente vinculado a la defensa de los intereses (“Bajo la guardia de
nuestras ideas, venid a colocar vuestros intereses”, dice irónicamente el liberal Charles de Rémusat). Pero mientras que el
liberalismo francés apenas evoluciona y lleva la impronta de un orleanismo congénito, Inglaterra conoce varias tentativas
para ensanchar y revisar el liberalismo, especialmente en la época de Stuart Mill y, más tarde, en los últimos años del siglo
XIX. El socialismo francés del siglo XIX constituye una reacción contra el liberalismo burgués, en tanto que el socialismo
inglés está impregnado en gran medida de liberalismo: el hecho es particularmente claro entre los fabianos. El liberalismo
inglés es más inglés que burgués, siendo el imperialismo su término normal; el liberalismo francés es más burgués que
francés, y, dedicado a conservar, vacilará en conquistar, por lo que el Imperio colonial francés será obra de algunos
individuos.
3.º Liberalismo y libertad.—En el siglo XVIII se hablaba indistintamente de libertad y de libertades; y el liberalismo aparecía
como la garantía de las libertades, como la doctrina de la libertad. La confusión de los tres términos (liberalismo, libertades y
libertad) es manifiesta en la monarquía de julio. Pero en la misma medida en que el liberalismo aparece como la filosofía de
la clase burguesa, no asegura más que la libertad de la burguesía; y los no-burgueses, por ejemplo, Proudhon, tratan de
establecer la libertad frente al liberalismo.
En el siglo XIX se produce un hecho capital: la fragmentación del liberalismo en varias ideologías distintas, aunque no
siempre distinguidas:
—el liberalismo económico descansa sobre dos principios: riqueza y propiedad; se opone al dirigismo, aun aviniéndose con
los favores del Estado; es el fundamento doctrinal del capitalismo;
—el liberalismo político se opone al despotismo; es el fundamento doctrinal del Gobierno representativo y de la democracia
parlamentaria;
—el liberalismo intelectual se caracteriza por el espíritu de tolerancia y de conciliación; este espíritu liberal no es exclusivo
de los liberales, algunos de los cuales se muestran incluso notablemente intolerantes.
De esta forma, la unidad del liberalismo, al igual que la unidad del progreso, se nos presenta como un mito. El liberalismo
ofrece aspectos muy diversos, según las épocas, según los países y según las tendencias de una misma época y de un mismo
país.
Fuente: Touchard, Jean. Historia de las ideas políticas.
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Socialismo
término que, desde principios del siglo XIX, designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden un sistema
económico y político basado en la socialización de los sistemas de producción y en el control estatal (parcial o completo) de
los sectores económicos, lo que se oponía frontalmente a los principios del capitalismo. Aunque el objetivo final de los
socialistas era establecer una sociedad comunista o sin clases, se han centrado cada vez más en reformas sociales realizadas
en el seno del capitalismo. A medida que el movimiento evolucionó y creció, el concepto de socialismo fue adquiriendo
diversos significados en función del lugar y la época donde arraigara.
Tres caras del socialismo El socialismo adoptó numerosas formas en sus comienzos. Tras la muerte de Marx en 1883 muchos
socialistas disentían sobre el modo de alcanzar la utopía. Karl Kautsky (izquierda), Rosa Luxemburg (centro) y Eduard
Bernstein (derecha), mantuvieron ideas diferentes respecto a la implantación del socialismo. Rosa Luxemburg viajó a
Varsovia (entonces bajo control ruso) para participar en la Revolución Rusa de 1905. Bernstein creía que el comunismo
podría evolucionar sin necesidad de una revolución. Kautsky, aunque partidario en un principio de métodos revolucionarios,
adoptó criterios más liberales en su intento de mantener la pureza del marxismo.Hulton Deutsch Collection; Culver Pictures,
Inc.
Si bien sus inicios se remontan a la época de la Revolución Francesa y los discursos de François Nöel Babeuf, el término
comenzó a ser utilizado de forma habitual en la primera mitad del siglo XIX por los intelectuales radicales, que se
consideraban los verdaderos herederos de la Ilustración tras comprobar los efectos sociales que trajo consigo la Revolución
Industrial. Entre sus primeros teóricos se encontraban el aristócrata francés conde de Saint-Simon, Charles Fourier y el
empresario británico y doctrinario utópico Robert Owen. Como otros pensadores, se oponían al capitalismo por razones
éticas y prácticas. Según ellos, el capitalismo constituía una injusticia: explotaba a los trabajadores, los degradaba,
transformándolos en máquinas o bestias, y permitía a los ricos incrementar sus rentas y fortunas aún más mientras los
trabajadores se hundían en la miseria. Mantenían también que el capitalismo era un sistema ineficaz e irracional para
desarrollar las fuerzas productivas de la sociedad, que atravesaba crisis cíclicas causadas por periodos de superproducción o
escasez de consumo, no proporcionaba trabajo a toda la población (con lo que permitía que los recursos humanos no fueran
aprovechados o quedaran infrautilizados) y generaba lujos, en vez de satisfacer necesidades. El socialismo suponía una
reacción al extremado valor que el liberalismo concedía a los logros individuales y a los derechos privados, a expensas del
bienestar colectivo.
Sin embargo, era también un descendiente directo de los ideales del liberalismo político y económico. Los socialistas
compartían con los liberales el compromiso con la idea de progreso y la abolición de los privilegios aristocráticos aunque, a
diferencia de ellos, denunciaban al liberalismo por considerarlo una fachada tras la que la avaricia capitalista podía florecer
sin obstáculos.
2 EL SOCIALISMO CIENTÍFICO
Gracias a Karl Marx y a Friedrich Engels, el socialismo adquirió un soporte teórico y práctico a partir de una concepción
materialista de la historia. El marxismo sostenía que el capitalismo era el resultado de un proceso histórico caracterizado por
un conflicto continuo entre clases sociales opuestas. Al crear una gran clase de trabajadores sin propiedades, el
proletariado, el capitalismo estaba sembrando las semillas de su propia muerte, y, con el tiempo, acabaría siendo sustituido
por una sociedad comunista.
En 1864 se fundó en Londres la Primera Internacional, asociación que pretendía establecer la unión de todos los obreros del
mundo y se fijaba como último fin la conquista del poder político por el proletariado. Sin embargo, las diferencias surgidas
entre Marx y Bakunin (defensor del anarquismo y contrario a la centralización jerárquica que Marx propugnaba) provocaron
su ruptura. Las teorías marxistas fueron adoptadas por mayoría; así, a finales del siglo XIX, el marxismo se había convertido
en la ideología de casi todos los partidos que defendían la emancipación de la clase trabajadora, con la única excepción del
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movimiento laborista de los países anglosajones, donde nunca logró establecerse, y de diversas organizaciones anarquistas
que arraigaron en España e Italia, desde donde se extendieron, a través de sus emigrantes principalmente, hacia
Sudamérica. También aparecieron partidos socialistas que fueron ampliando su capa social (en 1879 fue fundado el Partido
Socialista Obrero Español). La transformación que experimentó el socialismo al pasar de una doctrina compartida por un
reducido número de intelectuales y activistas, a la ideología de los partidos de masas de las clases trabajadoras coincidió con
la industrialización europea y la formación de un gran proletariado.
Los socialistas o socialdemócratas (por aquel entonces, los dos términos eran sinónimos) eran miembros de partidos
centralizados o de base nacional organizados de forma precaria bajo el estandarte de la Segunda Internacional Socialista que
defendían una forma de marxismo popularizada por Engels, August Bebel y Karl Kautsky. De acuerdo con Marx, los
socialistas sostenían que las relaciones capitalistas irían eliminando a los pequeños productores hasta que sólo quedasen
dos clases antagónicas enfrentadas, los capitalistas y los obreros. Con el tiempo, una grave crisis económica dejaría paso al
socialismo y a la propiedad colectiva de los medios de producción. Mientras tanto, los partidos socialistas, aliados con los
sindicatos, lucharían por conseguir un programa mínimo de reivindicaciones laborales. Esto quedó plasmado en el
manifiesto de la Segunda Internacional Socialista y en el programa del más importante partido socialista de la época, el
Partido Socialdemócrata Alemán (SPD, fundado en 1875). Dicho programa, aprobado en Erfurt en 1890 y redactado por Karl
Kautsky y Eduard Bernstein, proporcionaba un resumen de las teorías marxistas de cambio histórico y explotación
económica, indicaba el objetivo final (el comunismo), y establecía una lista de exigencias mínimas que podrían aplicarse
dentro del sistema capitalista. Estas exigencias incluían importantes reformas políticas, como el sufragio universal y la
igualdad de derechos de la mujer, un sistema de protección social (seguridad social, pensiones y asistencia médica
universal), la regulación del mercado de trabajo con el fin de introducir la jornada de ocho horas reclamada de forma
tradicional por anarquistas y sindicalistas y la plena legalización y reconocimiento de las asociaciones y sindicatos de
trabajadores.
Los socialistas creían que todas sus demandas podían realizarse en los países democráticos de forma pacífica, que la
violencia revolucionaria podía quizás ser necesaria cuando prevaleciese el despotismo (como en el caso de Rusia) y
descartaban su participación en los gobiernos burgueses. La mayoría pensaba que su misión era ir fortaleciendo el
movimiento hasta que el futuro derrumbamiento del capitalismo permitiera el establecimiento del socialismo. Algunos —
como por ejemplo Rosa Luxemburg— impacientes por esta actitud contemporizadora, abogaron por el recurso de la huelga
general de las masas como arma revolucionaria si la situación así lo requería.
El SPD proporcionó a los demás partidos socialistas el principal modelo organizativo e ideológico, aunque su influencia fue
menor en la Europa meridional. En Gran Bretaña los poderosos sindicatos intentaron que los liberales asumieran sus
demandas antes que formar un partido obrero independiente. Hubo, pues, que esperar hasta 1900 para que se creara el
Partido Laborista, que no adoptó un programa socialista dirigido hacia la propiedad colectiva hasta 1918.
Elitismo y populismo
Populismo
conjunto de doctrinas políticas que se dicen defensoras del pueblo. Debido a la ambigua definición de este concepto de la
ciencia política, bajo él se han cobijado muy diversos movimientos sociales y partidos políticos a lo largo de la historia y en
un buen número de espacios geográficos diferentes. Durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX
tuvo un gran auge en Europa, tanto en movimientos y partidos políticos (populismo ruso y radicalismo turco, por ejemplo),
como en algunas tendencias del movimiento obrero. El populismo ha tenido una especial vigencia en Latinoamérica, donde,
bajo una ideología impregnada de nacionalismo, indigenismo e, incluso, antiimperialismo, ha estado presente en la vida
política del siglo XX. En todas sus manifestaciones, el populismo latinoamericano ha tenido un fuerte contenido social e
interclasista y ha buscado salidas económicas a la penuria de sus pueblos, prestando especial atención a la reforma agraria y
la modernización económica.
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Paternalismo y servicialismo
Paternalismo, conjunto de doctrinas sociales, políticas y laborales que establecen como modelo para las relaciones sociales
el patriarcado. El padre vela por los que considera intereses de sus subordinados y éstos premian sus desvelos acatando su
autoridad y demostrándole afecto.
Históricamente, el paternalismo surge a finales del siglo XIX como forma de respuesta de la Iglesia católica ante el avance de
los sindicatos. Fundamentalmente, la Iglesia desarrolló una labor social benéfica a través de las organizaciones
empresariales, tratando de integrar al obrero en la empresa, ofreciéndole determinados servicios (escuelas, becas de
estudios, comedores, formación profesional, asistencia médica y otros) para conseguir que adoptara una actitud más
sumisa, además de transformar la propia imagen de la empresa. Las organizaciones sindicales consideraron que estas
doctrinas iban en contra de sus intereses, puesto que escondían bajo el manto de la caridad sus auténticas necesidades y
carencias, a la vez que fomentaban entre los obreros actitudes serviles, de sumisión y de permanente “minoría de edad”.
Plutocracia e igualitarismo
Fascismo, dictaduras militares y dictablandas
Fascismo, forma de totalitarismo del siglo XX que pretende la estricta reglamentación de la existencia nacional e individual
de acuerdo con ideales nacionalistas y a menudo militaristas; los intereses contrapuestos se resuelven mediante la total
subordinación al servicio del Estado y una lealtad incondicional a su líder. En contraste con los totalitarismos de izquierdas
identificados con el comunismo, el fascismo basa sus ideas y formas en el conservadurismo extremo. Los regímenes fascistas
se parecen a menudo a dictaduras —y a veces se transforman en ellas—, a gobiernos militares o a tiranías autoritarias, pero
el fascismo en sí mismo se distingue de cualquiera de estos regímenes por ser de forma concentrada un movimiento político
y una doctrina sustentados por partidos políticos al margen del poder.
El fascismo hace hincapié en el nacionalismo, pero su llamamiento ha sido internacional. Surgió con fuerza por primera vez
en distintos países entre 1919 y 1945, sobre todo en Italia, Alemania y España. En un sentido estricto, la palabra fascismo se
aplica para referirse sólo al partido italiano que, en su origen, lo acuñó, pero se ha extendido para aplicarse a cualquier
ideología política comparable. Del mismo modo, Japón soportó durante la década de 1930 un régimen militarista que
presentaba fuertes características fascistas. Los regímenes fascistas también existieron en periodos variables de tiempo en
muchos otros países. Incluso democracias liberales como las de Francia e Inglaterra tuvieron movimientos fascistas
importantes durante las décadas de 1920 y 1930. Después de la derrota de las potencias del Eje Roma-Berlín-Tokyo en la II
Guerra Mundial, el fascismo sufrió un largo eclipse, pero en los últimos tiempos ha reaparecido de forma más o menos
abierta en las actuales democracias occidentales, sobre todo en Francia y en Italia.
LAS DOCTRINAS FASCISTAS
Antes de la I Guerra Mundial, algunos escritores, entre ellos el famoso poeta italiano Gabriele D’Annunzio, y los pensadores
franceses Georges Sorel, Maurice Barrès, Charles Maurras y el conde Joseph de Gobineau, expresaron ideas fascistas. Todos
ellos se opusieron a los valores de la Ilustración de individualismo, democracia y racionalismo secular; y, en conjunto, sus
ideas han sido presentadas como una reacción a estos valores que fueron representados por la Revolución Francesa. El libro
italiano Fascisti respondió a los ideales revolucionarios de “libertad, igualdad, fraternidad” con la exhortación “¡Creer!
¡Obedecer! ¡Combatir!” En general, veneraban la fuerza: la heroica voluntad del gran líder, la fuerza vital del Estado, la
mística de los uniformes y formaciones paramilitares, y la utilización no contenida de la violencia para afianzar y fomentar el
poder político. La filosofía de Friedrich Nietzsche, manipulada de forma artera por la mayoría de los fascistas, facilitó ideas y
consignas poderosas al fascismo, sobre todo ‘el triunfo de la voluntad’ y el símbolo ‘del superhombre’. Algunos fascistas
recurrieron al cristianismo como una fuerza conservadora, mientras otros rechazaban la moralidad cristiana por reprimir la
voluntad. Muchos tomaron ideas del darwinismo social sobre la lucha competitiva en y entre los estados y sobre la
obligación evolutiva que tiene el fuerte de aplastar al débil: esas ideas a menudo implicaban racismo. La mayoría de los
teóricos fascistas abrazó el nacionalismo extremo que, en algunos casos (Gobineau, Barrès, Maurras) incluía el
antisemitismo. Como parte de su antirracionalismo, algunos propusieron un culto místico a la tradición y al Estado.
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La ‘batalla por los nacimientos’ de Benito Mussolini simbolizó la visión fascista del papel de la mujer, como pilar pasivo del
hogar y madres de futuros miembros de las fuerzas armadas. “La mujer —escribió el fascista italiano Ferdinando Loffredo—
debe volver bajo el sometimiento del hombre, padre o esposo, y debe reconocer por lo tanto su propia inferioridad
espiritual, cultural y económica”. Uniendo el feminismo militante con el marxismo y la lucha de clases, los fascistas hicieron
un llamamiento a la reconciliación entre los sexos así como entre las clases sociales, pero en términos masculinos. Pierre
Drieu La Rochelle, escritor francés que más tarde hizo apología de la ocupación nazi condenó el feminismo por ser una
“doctrina perniciosa” y afirmó que las mujeres, carentes de las cualidades espirituales de los hombres, eran una fuente de
decadencia. A pesar de esto, muchas mujeres han apoyado el fascismo, como Alessandra Mussolini, nieta de Mussolini,
figura destacada del partido neofascista italiano Alianza Nacional.
ORÍGENES .-El caso Dreyfus en Francia creó el primer movimiento fascista verdadero, al unir a los conservadores con los
monárquicos y otros opositores al Gobierno republicano contra los herederos de los valores franceses revolucionarios de
izquierdas que intentaban anular la condena por alta traición dictada contra el oficial judío Alfred Dreyfus. Charles Maurras
creó el grupo político Acción Francesa, con un ala juvenil violenta llamada los Camelots du Roi y una ideología articulada por
él mismo y por Barrès. El republicanismo dominó en Francia después del caso Dreyfus, pero Maurras y Barrès habían creado
un modelo para futuros movimientos. La desarticulación económica después de la I Guerra Mundial y la amenaza del
comunismo surgido de la Revolución Rusa de 1917, provocaron el resurgimiento del fascismo como una importante fuerza
política. Fuertes sentimientos de agravio por la derrota, o por una victoria no recompensada de un modo conveniente, en la
I Guerra Mundial, crearon el soporte para futuras aventuras militares. El fascismo consiguió apoyo en todos los sectores de
la sociedad, pero con especial intensidad entre los miembros de la clase media que temían la amenaza de la revolución
comunista, de los empresarios que tenían temores similares, de los veteranos licenciados que no habían conseguido
adaptarse a la vida civil, y de violentos jóvenes descontentos.
Dictadura
sistema de gobierno cuya primera definición fue dada por el filósofo griego Aristóteles, que la calificó como una de las
formas puras de gobierno, junto con la monarquía y la aristocracia, en oposición a la impura demagogia.
En Roma, se consideraba una magistratura suprema, decidida por los cónsules de acuerdo con el Senado, que, en tiempos
de peligro para la República, permitía al dictador que la ostentara gobernar como soberano.
En la actualidad, la dictadura es una modalidad de gobierno que, invocando un pretendido interés público, identificado en la
realidad con intereses de grupo, prescinde, para conseguirlo, de la voluntad de los gobernados. Es un poder ejercido por una
persona o grupo al margen o por encima de las leyes, sin sometimiento a fiscalización ni control democrático alguno. La
dictadura excluye u obvia, cuando no la elimina, una división de los poderes del Estado —legislativo, ejecutivo y judicial —,
implicando la restricción o supresión de las libertades de expresión, reunión y asociación. Por regla general, viene impuesta
mediante golpes de Estado militares respaldados a su vez por sectores civiles que profesan una ideología concreta, con
aspiraciones hegemónicas y programas autoritarios, en particular en situaciones de crisis económicas o políticas.
En la teoría marxista-leninista se habla de dictadura del proletariado para referirse a la forma de gobierno que la clase
trabajadora implantaría una vez derrocado el sistema capitalista como fase previa al advenimiento de la sociedad
comunista, para consolidar y desarrollar el proceso revolucionario socialista.
Burocratismo y de participacionismo civil
Evolución, golpe de estado y revolución
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Al hablar de «evolución» los biólogos quieren decir que, con el paso del tiempo, el cambio en las frecuencias génicas de las
poblaciones produce nuevas especies a lo largo de generaciones. Charles Darwin denominó este fenómeno descendencia
con modificación, un proceso lento que suele obrar a lo largo de cientos, miles y hasta millones de años.
La palabra evolución tiene cuatro significados que suelen confundirse y deberían mantenerse separados y distintos: 1) el
proceso general del cambio en poblaciones y especies, considerado un hecho científico establecido; 2) el «progreso»
inevitable desde formas de vida inferiores a otras superiores, un concepto que ha quedado desacreditado; 3) la historia
concreta del «arbusto ramificado» de la vida y el origen de grupos diversos o filogenias, interpretado a partir del registro
fósil y los estudios bioquímicos, y 4) el mecanismo, o «motor», de la evolución, para el que Darwin y Wallace propusieron la
«selección natural», pero que en la actualidad está siendo estudiado y modificado por la investigación.
Golpe de Estado
violación y vulneración de la legalidad institucional vigente en un Estado por parte de un grupo de personas que pretenden,
mediante la fuerza, sustituir o derrocar el régimen existente, sustituyéndole por otro propicio y generalmente configurado
por las propias fuerzas golpistas. Este ataque contra la soberanía implica que la mayoría de los golpes de Estado supongan la
retención de los organismos depositarios de aquélla (cámaras parlamentarias, gobierno) o de sus miembros. Los
participantes suelen tener control sobre elementos estratégicos de las fuerzas armadas y de la policía y, para asegurar el
triunfo de su acción, intentan hacerse con el de los medios de comunicación.
Durante muchos años el golpe de Estado ha sido un instrumento habitual para el derrocamiento de gobiernos en el Tercer
Mundo. La pobreza, la insuficiente madurez política, económica y social, y una larga tradición de liderazgo militar, han hecho
que muchos países sean especialmente propensos a derrocar a los gobiernos de este modo. Ahora esta pauta parece
prevalecer en algunas de las naciones de África.
Revolución
cambio general, realizado por la fuerza y a menudo con violencia, que experimenta un orden social o político, llevado a
cabo por un segmento considerable de la población de un Estado. La revolución es la solución política más extrema que
puede adoptar un grupo de disensión, y tiene lugar cuando fallan los intentos legales y más moderados de lograr el
reconocimiento o la reforma o cuando la ideología del grupo revolucionario aboga directamente por la modificación radical
y traumática de la situación existente.
Aun cuando están fomentadas por una minoría política, las revoluciones suelen reflejar un clima popular de descontento. Ya
se produzcan de forma espontánea (lo que suele ser raro) o tras una cuidadosa planificación, las revoluciones basan su éxito
en un acusado sentido de la sincronización al movilizar las fuerzas con que cuenta, el aliento y con frecuencia el apoyo
popular, y cuando menos el sustrato de una nueva organización dispuesta a gobernar. En la historia moderna, las
revoluciones más importantes de este siglo han sido la Revolución Mexicana, la Revolución Cubana y la Revolución Rusa.
Las sociedades modernas deben mucho a levantamientos pasados contra gobiernos represivos, condiciones económicas
restrictivas o estancadas, y rígidas divisiones de clases. Por otra parte, las revoluciones han sustituido con frecuencia un mal
por otro, al instrumentar medidas de dureza extrema, exaltar un liderazgo egocéntrico o afirmarse sobre la represión del
pueblo. En ocasiones, excesos de esta naturaleza desencadenaron el triunfo de contrarrevoluciones, estimuladas por los
enemigos del cambio político. Un desafío repentino orientado contra un orden social establecido puede contribuir a que en
la sociedad se produzca una respuesta que se signifique en un sentido opuesto por completo al buscado por los partidarios
de la revolución.
Una revolución no es lo mismo que un golpe de Estado, que supone la toma repentina del poder estatal por parte de una
pequeña facción o un miembro del gobierno y no tiene por qué causar un cambio amplio y profundo del sistema social.
Habría también que distinguir entre revolución y revuelta o rebelión, que puede ser un intento revolucionario fallido, una
expresión violenta de protestas que aspira a lograr un objetivo prefijado o tan sólo un cambio en el panorama político. El
término revolución se aplica de forma más general a cualquier transformación histórica importante.
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UNIDAD VI
El Poder Judicial y los Sistemas Legales.
7.1 Poder judicial y poder político. 7.2 Los sistemas legales. 7.3 El nuevo papel de la justicia en los sistemas democráticos. Objetivos Particulares: Determinar la naturaleza, funciones, fines y competencias del poder judicial en el Sistema político. Actividades de aprendizaje 1.- Haga un reporte acerca de cómo está constituido el poder judicial en México. 2.- Elabore un ensayo acerca de cuáles son los fines y funciones del poder judicial.
________________________________________________________________
El Tribunal Supremo de Justicia es el encargado de la administración, dirección y gobierno del Poder Judicial el cual está
constituido por la Corte Suprema de Justicia, los Tribunales, el Ministerio Público, la Defensoría Pública, los órganos de
investigación penal, el sistema Penitenciario.
Sus atribuciones son las siguientes:
Ejercer la jurisdicción constitucional conforme al título VIII de la Constitución.
Declarar si hay o no mérito para el enjuiciamiento del Presidente(a) de la República o quien haga sus veces, y en
caso afirmativo, continuar conociendo de la causa previa autorización de la Asamblea Nacional, hasta la sentencia
definitiva.
Declarar si hay o no mérito para el enjuiciamiento del Vicepresidente(a) Ejecutivo(a), de los(as) integrantes de la
Asamblea Nacional o del propio Tribunal Supremo de Justicia, de los Ministros(as), del Procurador(a) General, del (o la)
Fiscal General, del Contralor(a) General de la República, del Defensor(a) del Pueblo, los Gobernadores(as), oficiales,
generales, almirantes de la Fuerza Armada Nacional y de los jefes(as) de misiones diplomáticas de la República y, en
caso afirmativo, remitir los autos al (o la) Fiscal General de la República o a quien haga sus veces, si fuere el caso; y si el
delito fuere común, continuará conociendo de la causa hasta la sentencia definitiva.
Dirimir las controversias administrativas que se susciten entre la República, algún Estado, Municipio u otro ente
público, cuando la otra parte sea alguna de esas entidades, a menos que se trate de controversias entre Municipios de
un mismo Estado, caso en el cual la ley podrá atribuir su conocimiento a otro tribunal.
Declarar la nulidad total o parcial de los reglamentos y demás actos administrativos generales o individuales del
Ejecutivo Nacional, cuando sea procedente.
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Conocer de los recursos de interpretación sobre el contenido y alcance de los textos legales, en los términos
contemplados en la ley.
Decidir los conflictos de competencia entre tribunales, sean ordinarios o especiales, cuando no exista otro tribunal
superior o común a ellos en el orden jerárquico.
Conocer del recurso de casación.
Las demás que establezca la ley.
Art. 116.- Corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución, y por las leyes de la Nación, con la reserva hecha en el inciso 12 del artículo 75: y por los tratados con las naciones extranjeras: de las causas concernientes a embajadores, ministros públicos y cónsules extranjeros: de las causas de almirantazgo y jurisdicción marítima: de los asuntos en que la Nación sea parte: de las causas que se susciten entre dos o más provincias; entre una provincia y los vecinos de otra; entre los vecinos de diferentes provincias; y entre una provincia o sus vecinos, contra un Estado o ciudadano extranjero.
Art. 117.- En estos casos la Corte Suprema ejercerá su jurisdicción por apelación según las reglas y excepciones que prescriba el Congreso; pero en todos los asuntos concernientes a embajadores, ministros y cónsules extranjeros, y en los que alguna provincia fuese parte, la ejercerá originaria y exclusivamente.
Art. 118.- Todos los juicios criminales ordinarios, que no se deriven del derecho de acusación concedido a la Cámara de Diputados se terminarán por jurados, luego que se establezca en la República esta institución. La actuación de estos juicios se hará en la misma provincia donde se hubiere cometido el delito; pero cuando éste se cometa fuera de los límites de la Nación, contra el Derecho de Gentes, el Congreso determinará por una ley especial el lugar en que haya de seguirse el juicio.
Art. 119.- La traición contra la Nación consistirá únicamente en tomar las armas contra ella, o en unirse a sus enemigos prestándoles ayuda y socorro. El Congreso fijará por una ley especial la pena de este delito; pero ella no pasará de la persona del delincuente, ni la infamia del reo se transmitirá a sus parientes de cualquier grado.
UNIDAD VII
Los Partidos Políticos.
8.1 Definición, estructura y organización de los partidos. 8.2 Partidos e ideologías. 8.3 Sistemas de partidos.
Unipartidismo
Bipartidismo
Pluripartidismo.
Multipartidismo con partido dominante.
Objetivos Particulares: Definir el concepto de partido político. Identificar el desarrollo histórico de los partidos políticos. Distinguir entre los sistemas de partidos políticos.
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Actividades de aprendizaje
1.- Elabore un cuestionario de 30 preguntas sobre los partidos políticos a partir de su
propio bagaje de conocimientos. Una vez elaborado intercámbielo con su compañero
de junto. Conteste el que él o ella le entregó.
2.- Haga una línea de tiempo de los principales hitos en la historia de la formación de
los partidos políticos.
3.- Identifique países en el mundo que se apeguen a acda uno de los modelos de
sistema de partido.
ELEMENTOS Y DEFINICIÓN CONCEPTUAL DE PARTIDO POLÍTICO
Partidos políticos: son agrupaciones formalmente organizadas, de carácter permanente, integradas por personas que
comparten intereses y principales ideológicos para promover el bien común, y cuentan con un programa de acción con el
propósito de gobernar o participar en el gobierno, para lo cual proponen o designan personas que, mediante el proceso
electoral puedan llegar a ocupar puestos públicos.
Por lo tanto un partido político es una organización estable unida por principios ideológicos específicos o relativos a la
búsqueda del bien común y cuyo objetivo es la conquista del poder político o su participación en el mismo. Entre sus
funciones:
a) Encuadran y alientan la expresión de opiniones distintas acerca del ejercito del poder, con lo cual movilizan y organizan la opinión pública dentro de la sociedad en la que actúan.
b) Contienden en los procesos electorales, estimulando en consecuencia la participación política de los ciudadanos
c) Forjan y entrenan a los líderes y cuadros políticos, llevando el reclutamiento del personal encargado de ejercer el poder público
d) Dan forma a la política y justifican autoridad, pues al llegar al poder definen la orientación y los programas de gobierno, otorgándole el apoyo a los sectores sociales que les llevaron al poder
Partidos políticos, organizaciones que se caracterizan por su singularidad, de base personal y relevancia constitucional,
creadas con el fin de contribuir de una forma democrática a la determinación de la política nacional y a la formación y
orientación de la voluntad de los ciudadanos, así como a promover su participación en las instituciones representativas
mediante la formulación de programas, la presentación y apoyo de candidatos en las correspondientes elecciones, y la
realización de cualquier otra actividad necesaria para el cumplimiento de sus fines. Su principal tendencia es durar y
consolidarse, y su finalidad última y legítima es obtener el poder mediante el apoyo popular manifestado en las urnas.
En un Estado de derecho, los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y expresión de la
voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad
serán libres, y su estructura interna y funcionamiento han de ser democráticos. Su existencia deriva del ejercicio de la
libertad de asociación. No tienen naturaleza de poder público ni son órganos del Estado, por lo que el poder que ejercen se
legitima sólo en virtud de la libre aceptación de sus estatutos y por tanto sólo puede ejercerse sobre quienes, en virtud de
una opción personal libre, los asumen al integrarse en tales organizaciones.
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Los militantes de los partidos tienen derecho a ser electores y elegibles para todos sus cargos, a estar informados sobre sus
actividades y situación económica, y a concurrir para formar sus órganos directores mediante sufragio libre y en la mayoría
de los casos secreto, aunque no resulta preciso que sea directo. Los partidos tienen derecho a obtener ayuda financiera del
Estado, a utilizar los medios de comunicación públicos y a constituir coaliciones o agrupaciones electorales.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
La evolución de los sistemas democráticos contemporáneos sigue un proceso lleno de altibajos, en el que es posible señalar
como hitos esenciales los siguientes:
Arranca con las Revoluciones francesa y norteamericana;
Sufre una transformación decisiva con la aparición de los grandes partidos obreros a partir de la segunda mitad del siglo XIX;
Entra en una grave crisis con los movimientos totalitarios anteriores y posteriores a la Segunda Guerra Mundial;
Se ve impulsada en forma notable (por la población afectada y por la extensión que supone a países de culturas ciertamente no occidentales) con los procesos de descolonización;
Parece hallarse hoy en un momento de expansión espectacular, tras la caída del Muro de Berlín.
A su vez, la extensión del derecho de sufragio y la evolución de los principales actores en las democracias representativas
(los partidos políticos), se desarrollan en estrecha interrelación. Los primeros partidos reflejan la estructura del primer
constitucionalismo, con sufragio censitario y una participación política limitada a una pequeña porción de la población
adulta masculina, con programas e ideologías laxos y un componente personal decisivo. Su evolución ha sido radicalmente
diferente en los continentes americano y europeo, cada uno de los cuales ha procurado exportar su modelo a otras áreas de
influencia política y cultural.
En grandes líneas, la evolución de los partidos políticos conoce las siguientes fases:
A partir de la segunda mitad del siglo XIX y antes incluso de la extensión gradual del derecho al sufragio que lleva a la universalización del voto masculino durante el primer tercio del siglo, se produce la incorporación a la vida política activa de las clases trabajadoras. Se forman en ese momento partidos de clase, con un fuerte componente social e ideológico, que surgen como una rama de los sindicatos dedicada a la política parlamentaria. A su vez, entre ellos es posible trazar una división entre aquellos que aceptan el procedimiento electoral como vía democrática de acceso al gobierno y los que mantienen la vía revolucionaria de conquista del poder.
El periodo de entreguerras se caracteriza por un doble proceso: el de la extensión del voto femenino y el mayor despunte de los partidos de masas en Europa . El predominio y el enfrentamiento abierto entre los de procedencia socialista y los de ideología fascista arrinconó a los partidos liberales hasta que la victoria de las democracias parlamentarias y la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial relegó los de corte fascista a una situación residuales.
Los procesos de descolonización dieron lugar a la aparición de dos grandes modelos de partidos: los de masas de carácter democrático, en aquellos países que mantuvieron sistemas representativos aunque fuera con un partido dominante, como en el caso de la India; y aquellos en los que un partido o frente descolonizador evolucionó hacia un estado de partido único, con elecciones sólo en parte abiertas y representativas (caso frecuente en los continentes africano y asiático).
Por su parte, el continente americano mantuvo por regla general el modelo liberal de partidos de origen burgués, por influencia del constitucionalismo español y, más tarde, del modelo bipartidista de los EEUU.
El reconocimiento del sufragio universal tuvo, evidentemente, efectos distintos en los regímenes democráticos y en los que
mantuvieron procesos electorales no competitivos.
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Puede hablarse en la actualidad de una ola democratizadora, que arranca a finales de los años setenta en los países del Sur
de Europa, se extiende por Hispanoamérica en los ochenta y avanza por el Este de Europa y numerosos países africanos
desde finales de esa misma década, con una ayuda internacional organizada y efectiva.
ORIGEN Y DESARROLLO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN LA HISTORIA UNIVERSAL
1.- Teorías Institucionales
Estas teorías tratan de explicar su aparición y desarrollo en función del surgimiento de dos instituciones.
· Las asambleas deliberantes y representativas, es decir, los parlamentos.
· El uso y extensión de procedimientos electorales para la solución del conflicto político.
Los partidos políticos serían así un subproducto que acompañaría al surgimiento de los parlamentos y de los procedimientos
electorales. La aparición de éstos últimos provocaría el surgimiento de los primeros. El hecho que algunos analistas distingan
entre partidos de creación interna -originados en los grupos parlamentarios- y partidos de creación externa -originados
fuera del parlamento- no le quitaría fuerza explicativa a esta teoría, porque estos últimos rápidamente han orientado su
accionar hacia la arena parlamentaria y electoral.
2.- Teorías de las crisis
Estas son teorías que tratan de explicar el origen de los partidos políticos, en tanto fenómeno derivado del acaecimiento de
determinadas crisis históricas que se vivieron, básicamente, por la pérdida de legitimidad de los regímenes políticos o la
puesta en cuestión de sistemas imperiales. Serían ejemplos de lo anterior, la caída de las monarquías y/o el surgimiento de
nuevos Estados a partir de escisiones nacionales.
Estas teorías destacan la importancia que tiene en el sistema político el desajuste y choque entre los regímenes existentes y
las creencias de la población y de los grupos relevantes.
Lo anterior normalmente se relaciona con complejos fenómenos sociales, religiosos, económicos y culturales. Estas
situaciones de crisis, conllevan una pérdida de los apoyos a instituciones y autoridades provocando una crisis de legitimidad,
derivada de la cual emerge una nueva organización política dotada ahora de partidos.
Conviene destacar que las situaciones históricas de crisis no sólo pueden explicar la aparición de los partidos, sino también
contemporáneamente los cambios en los sistemas de partidos. En caso de quiebres democráticos, tras un interregno
autocrático, los sistemas de partidos que aparecen pueden ser distintos a los que existían previo a la ruptura del régimen
político.
3.-Teorías de la modernización
En estas teorías la aparición de los partidos políticos se vincula a determinados procesos sociales relacionados con el
desarrollo de cambios sociales profundos, como por ejemplo: la urbanización y la perdida de importancia de la sociedad
rural, el desarrollo de la alfabetización, la educación y los medios de comunicación. Lo anterior genera la necesidad de un
sistema político mucho más complejo, pues la sociedad se ha modernizado. Así, las instituciones políticas deben adaptarse a
nuevos requerimientos y desafíos.
Para lograr la institucionalización de estos requerimientos sociales, es necesario que el Estado se dote de nuevas estructuras
políticas, originándose partidos políticos o constituyéndose nuevos sistemas de partidos políticos, donde éstos ya existían.
Como es obvio estas tres teorías no son excluyentes unas de otras, por lo cual muchos partidos y sistemas de partidos son la
expresión, tanto del desarrollo de los parlamentos y la extensión del sufragio, como de procesos históricos de crisis muchas
veces generados por aceleradas modernizaciones de la sociedad.
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ORIGEN Y DESARROLLO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN LA HISTORIA DE MEXICO
Los partidos políticos en México: la Constitución de 1917 no contenía en su versión original ningún aspecto sobre los
partidos políticos, por lo que dejaba suponer el derecho de los ciudadanos a asociarse para tomar parte en los asuntos
políticos de la Nación. Es hasta 1963 cuando se introdujo el término de partido político en la Carta Magna, con motivo a la
reforma electoral al artículo 54 que estableció el sistema de diputados de partido; también se reformó en artículo 63 para
fincar responsabilidades a los partidos políticos, que habiendo postulado candidatos a una elección para diputados o
senadores acuerden, que sus miembros que resulten electos, se abstengan de ocupar el cargo.
Para 1977 el artículo 41 establece: los partidos políticos son entidades de interés público; la ley determinará las formas
específicas de su intervención en el proceso electoral. Lo fundamental en este artículo es que por vez primera el concepto
de partido político se incorpora plenamente al derecho constitucional mexicano gracias al carácter de interés público que se
le otorga a éstos porque esto implica la obligación del Estado para asegurarles las condiciones indispensables, de difusión y
financiamiento para que desarrollen y cumplan sus fines esenciales. Con el objeto de contribuir a la confiabilidad y
garantizar la imparcialidad y transparencia electoral en 1990 al mismo artículo se le agregaron otros párrafos relativos a la
organización de las elecciones federales. Tres años más tarde se enmendó con el fin de asegurar condiciones más
equitativas para la competencia electoral, en donde la ley establecerá las reglas a que se sujetarán el financiamiento de los
partidos políticos y sus compañas electoras.
Evolución de los partidos políticos en México: si en Europa los partidos políticos se organizaron en el marco de las luchas
ocurridas en el siglo XVII entre dos grupos con intereses e ideologías opuestas, puede considerarse que en el país estas
facciones se manifestaron en el siglo XIX entre los defensores de régimen colonial y los partidos de la nueva nacionalidad
(monarquistas contra republicanos, centralistas contra federalistas, escoceses contra yorkinos, conservadores y liberales) sin
embargo fueron muy escasas las luchas políticas debido a que las diferencias se dirimieron en el campo de batalla. Es en
materia de partidos políticos y elecciones públicas que el porfiriato trató de organizarlo a través de clubes o círculos
políticos, generalmente amigos de Díaz por lo que en realidad no hubo partidos formales hasta 1906 que se creo el PLM
(partido liberal mexicano de los hermanos Flores Magón) que constituyó una verdadera revolución ideológica por sus
planteamientos sociales que contenía su programa. Durante la revolución existieron demasiados partidos políticos con
diferentes intereses: nacionales, regionales, e incluso por el rechazo del gobierno central.
Sistemas de partidos:
Un sistema de partidos políticos es un sistema político en el que la política es ejercida mediante organizaciones políticas denominadas partidos políticos.
Según Giovanni Sartori, para definir un sistema de partidos como más importante hay que destacar la distancia entre partidos (polarización) y la dirección de la competencia (centrifuga y centrípeta). En base a esto se confirma una tipología de siete tipos:
Unipartidismo: Sólo hay un partido.
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Unipartidismo hegemónico: Sistema que permite la existencia de una pluralidad de partidos, pero uno se impone largamente sobre el resto debido a nivel organizativo, capacidad económica, inserción social, utilización del aparato estatal, u otros motivos.
Unipartidismo predominante: Se trata de un sistema en el que un partido ha ganado por mayoría absoluta en 4 o 5 legislaturas.
Pluripartidismo: Gran cantidad de partidos políticos tienen amplias posibilidades de obtener el poder ejecutivo
Pluripartidismo bipartidista o bipartidismo: Dos partidos políticos de ideologías opuestas absorben la mayoría abrumadora de los votos, dejando espacio escaso a otros partidos.
Pluripartidismo polipartidista: Varios partidos políticos se reparten los escaños, estando obligados a realizar alianzas para alcanzar el poder.
Pluripartidismo de centro: Entre varios partidos políticos hay uno de centro que obtiene la mayoría de los votos, pero que generalmente ha de realizar coaliciones con el resto de partidos que adquieren más o menos votos según las tendencias del momento.
Según algunos autores, la gobernabilidad democrática se faciita en los sistemas de partidos institucionalizados, que no estén polarizados o fragmentados, pero no son requisitos indispensables para la gobernabildiad.
1
1 Los sistemas de partidos en América Latina o 1.1 Umbral legal o 1.2 Sistemas de partidos clientelistas o 1.3 Sistemas de partidos institucionalizados o 1.4 Sistema de partidos no institucionalizado o 1.5 Grado de fragmentación
1.5.1 Fragmentación en América Latina
2 Grado de polarización
3 Sistema de partidos nacionalizados
4 Véase también
Los sistemas de partidos en América Latina
Los sistemas de partidos latinoamericanos son influidos por el sistema electoral en su estructura y funcionamiento. 2
Umbral legal
El propósito del umbral legal es lograr que el sistema de partidos sea más efectivo y no se fragmente. Argentina, Bolivia y México cuentan con algún tipo de umbral legal, mientras que en los demás países existe un umbral práctico.
3
Sistemas de partidos clientelistas
Cuando un sistema de partidos políticos es clientelista, los políticos tendrán incentivos por generar más recursos para mantener esa base de apoyo político frente a crear políticas de interés público de largo plazo.
4 En los sistemas clientelistas,
se tienden a favorecer el gasto público en obras que en políticas de largo plazo.5 En sistemas de partidos clientelistas e
institucionalizados, compiten por distribuir puestos públicos, contratos con el Estado, recursos en efectivo o alimentos; así, los electores juzgan a los políticos por su capacidad de repartir esos beneficios
6
Sistemas de partidos institucionalizados
En estos sistemas, los cambios de identidad partidaria y de los actores no varía drásticamente por lo que hay mayor probabilidad de lograr políticas coherentes y de largos plazos basados en acuerdos intertemporales. Esto brinda además apoyo en la legislatura a los presidentes electos. Estos sistemas partidarios tienden a ser programáticas; sin embargo, también pueden ser clientelistas.
7
En los sistemas de partidos institucionalizados, los electores votan sobre la base de sus preferencias de políticas públicas, mejorando la rendición de cuentas. Esto también brinda incentivos para invertir en bienes públicos eficaces y eficientes -
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como educación y salud- y que las políticas sean de interés general.8 Un sistema partido entonces, refleja las siguientes
características:
Los patrones de competencia entre partidos son relativamente estables. Este se puede medir mediante un índice de volatilidad electoral que consiste en medir la diferencia entre la porción de escaños entre una elección y otra.
9
los partidos cuentan con bases de apoyo social sólidas y profundas. Se puede medir directamente mediante encuestas internacionales con datos electorales comparativos que permitirían analizar cuán estables son las preferencias de los votantes por los distintos
partidos, la profundidad de los nexos entre unos y otros y la consistencia del voto entre grupos socioeconómicos determinados. Otras alternativas consisten en medir la capacidad de resistencia de los partidos políticos a lo largo del tiempo; como también usar encuestas como Latinobarómetro y medir la varianza entre elecciones.
10
los partidos como las elecciones son percibidos como legítimos y como instrumentos únicos para determinar quién gobierna. Esto se puede con entrevistas donde se pregunta por el grado de confianza en los partidos políticos, entrevistas sobre la legitimidad y transparencias de las elecciones y, finalmente, preguntando cuáles instituciones son indispensables para el desarrollo del país para determinar si los partidos políticos están considerados.
11
las organizaciones partidistas se caracterizan por contar
con reglas y estructuras razonablemente estables.12
Según el libro La política importa, el índice de la institucionalización de un sistema de partidos puede medirse asì: Para calcular el índice para los sistemas de partidos de los países de América Latina, el valor original de cada medida dentro de las tres dimensiones se reordenó en primera instancia en una escala de 1 a 3. El rango habría sido más amplio si se hubiera considerado una muestra mundial. Luego se calculó el promedio de los valores reordenados de las mediciones correspondientes a cada una de las dimensiones (el criterio 1 abarcó una sola medición; el criterio 2, dos mediciones; y el criterio 3, tres mediciones). El índice de institucionalización del sistema de partidos se estimó como un promedio simple de los valores para cada dimensión del concepto, lo que dio igual peso a cada dimensión.
13
Sistema de partidos no institucionalizado
Los sistemas de partidos no institucionalizados impiden la formación de coaliciones o estas son transitorias, a la vez que dificulta la gobernabilidad pues los partidos no son capaces de actuar como unidad para respaldar a su líder. Entonces los presidentes pueden comprar a los legisladores mediante promesas de fondos presupuestarios, conseciones legislativas o prácticas corruptas.
14
Grado de fragmentación
Es el número de agrupaciones que habitualmente obtienen una porción importante de los escaños y votos. El grado de fragmentación impacta en la gobernabilidad democrática.
15
El índice de fragmentación se puede obtener diviendo la unidad entre la suma de los cuadrados de los porcentajes de escaños (o porcentaje de votos) obtenidos por los partidos partidos, expresados en decimales (el 20% sería 0,20).
16
Fragmentación en América Latina
Ciertos sistemas electorales tienden a fragmentar el sistema de partidos. Así los sistemas proporcionales tienden a la fragmentación, más aún si el distrito electoral es grande o el sistema es extremadamente proporcional en el número de escaños legislativos.
17 Se incentiva la fragmentación cuando las elecciones presidenciales se celebran por separado que las
elecciones legislativas.17
Se incentiva la fragmentación cuando existe balotaje, ya que este sistema desalienta la formación de alianzas e incentiva la creación de varios partidos.
17 Un gran número de partidos impide al oficialismo tener una mayorìa
en los escaños, conque no obtiene el apoyo mayoritario para los programas del Poder Ejecutivo. Las alianzas serán más necesarias pero más difícil de mantener.
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Cuando un sistema de partidos fragmentados existe además la polarización, el Ejecutivo encuentra muy dificil obtener respaldo para su programa de gobierno, lo que paraliza al gobierno u obliga al Ejecutivo realizar prácticas que amenacen la durabilidad de las instituciones democráticas.
19 Esto permite justificar acciones destinadas a socavar o burlar las
instituciones conque se desestabiliza el sistema democrático.20
Grado de polarización
Se relaciona con la magnitud de las diferencias entre los distintos partidos respecto de su ideología y su base social.21
En los sistemas polarizados, la formación de coaliciones es más compleja conque se obstaculiza la gobernabilidad democrática. Estos sistemas perjudican la estabilidad y el desempeño de gobiernos de centro acentuando la polarizaciòn y puede desestabilizar el régimen.
22
Sistema de partidos nacionalizados
En un sistema de partido nacionalizado, los partidos tienden a favorecer políticas de alcance nacional envés de centrarse en regiones específicas. Así el Poder Ejecutivo tiene una mayor capacidad para forjar coaliciones legislativas centradas en temas nacionales.