Choropampa

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Choropampa “El precio del oro” Choropampa, un pequeño pueblo inmerso en el corazón de los Andes del Perú, viene luchando desde hace cuatro años por que se haga justicia contra los poderosos intereses de una transnacional minera que, ante la vista gorda de las autoridades, la han sumido en la miseria, la enfermedad y la muerte. La historia empieza una tarde de Junio del año 2000, cuando un camión de la mina de oro de Yanacocha derrama 150 kilos de mercurio a lo largo de 40 kilómetros de la carretera que une la ciudad de Cajamarca con Pacasmayo. Las imágenes nos muestran el drama de una población infectada por el vertido del mercurio en la zona (metal que la compañía norte- americana Newmont Mining Corporation emplea para purificar el oro que extrae del subsuelo peruano) y su airada protesta contra los responsable de esta catástrofe, que, en un acto de barbarie e injusticia humana después de haberse servido de los brazos campesinos -pues les hicieron creer que era medicina y les pagaron para que la recogieran- les dan la espalda y les abandonan a su suerte más pobres que nunca y al borde de la muerte. Se ven niños postrados en las camas del Hospital Regional de Cajamarca, con especie de manchas y ronchas en sus pequeños cuerpos, jóvenes que padecen frecuentes dolores de cabeza, vómitos, mareos y mujeres que abortan, como consecuencia de la aguda intoxicación que ha condenado a todos a una especie de terrible muerte lenta. En su desesperación, los 800 habitantes de Choropampa encabezados por su joven y valeroso alcalde Lot Saavedra, han recurrido a las autoridades de la región de Cajamarca, que no han respondido a su clamor; han ido a Lima donde tras una marcha de protesta por las calles entregaron su reclamo al Presidente de la República. La solicitud del Pueblo herido, después de ser desatendida por Fujimori parece correr la misma desgraciada suerte en algún rincón del escritorio de Alejandro Toledo, mandatario del país en ese momento. La

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El precio del oro

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Choropampa El precio del oroChoropampa, un pequeo pueblo inmerso en el corazn de los Andes del Per, viene luchando desde hace cuatro aos por que se haga justicia contra los poderosos intereses de una transnacional minera que, ante la vista gorda de las autoridades, la han sumido en la miseria, la enfermedad y la muerte. La historia empieza una tarde de Junio del ao 2000, cuando un camin de la mina de oro de Yanacocha derrama 150 kilos de mercurio a lo largo de 40 kilmetros de la carretera que une la ciudad de Cajamarca con Pacasmayo. Las imgenes nos muestran el drama de una poblacin infectada por el vertido del mercurio en la zona (metal que la compaa norte-americana Newmont Mining Corporation emplea para purificar el oro que extrae del subsuelo peruano) y su airada protesta contra los responsable de esta catstrofe, que, en un acto de barbarie e injusticia humana despus de haberse servido de los brazos campesinos -pues les hicieron creer que era medicina y les pagaron para que la recogieran- les dan la espalda y les abandonan a su suerte ms pobres que nunca y al borde de la muerte. Se ven nios postrados en las camas del Hospital Regional de Cajamarca, con especie de manchas y ronchas en sus pequeos cuerpos, jvenes que padecen frecuentes dolores de cabeza, vmitos, mareos y mujeres que abortan, como consecuencia de la aguda intoxicacin que ha condenado a todos a una especie de terrible muerte lenta.En su desesperacin, los 800 habitantes de Choropampa encabezados por su joven y valeroso alcalde Lot Saavedra, han recurrido a las autoridades de la regin de Cajamarca, que no han respondido a su clamor; han ido a Lima donde tras una marcha de protesta por las calles entregaron su reclamo al Presidente de la Repblica. La solicitud del Pueblo herido, despus de ser desatendida por Fujimori parece correr la misma desgraciada suerte en algn rincn del escritorio de Alejandro Toledo, mandatario del pas en ese momento. La realidad de un pueblo escrita con dolor y lgrimas no toca las fibras ms ntimas de quienes prometieron el desarrollo econmico social de los pueblos rurales, que juraron luchar contra la pobreza, que en fin, dijeron de todo durante sus campaas electorales, pero luego se olvidaron de sus promesas; y lo que es peor, en el caso de Choropampa, parece que les conviene ms apoyar los intereses de la todopoderosa compaa extranjera (principal accionista de Minera Yanacocha, segunda productora de oro en el mundo gracias a la extraccin del oro de los ricos yacimientos cajamarquinos y lo lleva a vender al exterior) que solidarizarse siquiera con el hondo sufrimiento de un pueblo noble e inocente.Pero el pueblo contina luchando por sus derechos contra los intereses de la multinacional cuyo comportamiento abusivo elude todas las responsabilidades del caso ante el poblado indgena afectado por las actividades de la empresa. Esta lucha intensiva por una reivindicacin humana, por garantizar cuidados sanitarios adecuados y compensaciones econmicas por los daos ocasionados a la gente, ha tenido su eplogo en una medida de fuerza: el bloqueo de la carretera que une Cajamarca con el resto del pas por parte del pueblo. Y en los instantes decisivos de la protesta social ha destacado el empuje admirable de las mujeres campesinas que incluso se enfrentaron mano a mano con los policas que llegaron al lugar pedidos por los ingenieros de la Minera para que les sirvieran de escudo y proteccin durante la manifestacin popular. Claro est que las autoridades (conocidos quizs de la compaa minera cuyos principales accionistas son el Banco Mundial y el grupo peruano Buenaventura), convencidos de la culpabilidad de los que ocasionaron desrdenes y altercados pblicos, han cursado una demanda contra el alcalde del pueblo. Ahora, Lot Saavedra, que est fsica y anmicamente enfermo por causa del vertido maldito, adems est enjuiciado por el Estado.Parece mentira que en pleno siglo XXI, cuando el mundo marcha hacia la globalizacin podamos asistir a escenas que nos conmueven el alma. Y siendo compatriotas no podemos dejar de pronunciarnos en favor del Pueblo de Choropampa. Pedimos justicia, que las autoridades tomen cartas en el asunto y exijan a la compaa extranjera que cumpla con indemnizar a los afectados, que asuma el costo del penoso tratamiento hospitalario de todos los que estn contaminados con el mercurio, y pedimos adems que el Gobierno oiga a su pueblo y busque soluciones al problema y promueva el bienestar social.Por otro lado, el Gobierno peruano debe fiscalizar y asumir un mayor control sobre los productos qumicos que se utilizan para purificar el oro, la maquinaria que permite su extraccin de los socavones de las minas, los medios de transporte de que se valen las transnacionales para su industria de explotacin del oro, para as prever riesgos y evitar catstrofes como sta que nos ponen los pelos de punta. Asimismo, las autoridades deben preocuparse por la salud de la poblacin y por preservar el medio ambiente de la contaminacin.