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    COLECCININVESTIGACIONESACADEMIANACIONALD

    EESTUDIOSPOLTICOSYESTRATGIC

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    Academia Nacional de Estudios Polticos y Estratgicos

    MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL

    PABLO RODRGUEZ MRQUEZ

    MARIO L. PUIG MORALES

    CHILE Y SUS INTERESESEN LA ARTRTICA

    OPCIONES POLTICAS Y DE SEGURIDADFRENTE A LA ESCASEZ DE

    RECURSOS HDRICOS

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    Coleccin Investigaciones ANEPE N 18

    Copyright 2006, by: Pablo Rodrguez Mrquez / Mario L. Puig Morales

    Junio 2007

    Edita: ANEPE

    Registro de Propiedad Intelectual N 163.641ISBN: 978-956-8478-17-9(volumen 18)

    ISBN: 978-956-8478-00-1(Obra completa Coleccin Investigacin ANEPE)

    Diseo portada: Seccin Comunicacional ANEPE

    Imagen de portada: Departamento Comunicacional del Ejrcito

    Impreso en los talleres de Alfabeta Artes Grficas,que solo acta como impresor

    Derechos Reservados

    Impreso en Chile / Printed in Chile

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    NDICE

    Abstract ................................................................................................... 7

    Presentacin ........................................................................................... 9

    Introduccin ......................................................................................... 13

    CAPTULO IELEMENTOSDECONTEXTO

    Algunas generalidades sobre la Antrtica .................................... 19Antecedentes geogrficos e histricos ........................................... 21La situacin antes del Tratado Antrtico ....................................... 25La Antrtica y sus recursos naturales ............................................ 27El agua: patrimonio de la humanidad ........................................... 29La escasez de agua como fuente de conflictos ............................. 32El Tratado Antrtico ........................................................................... 38Aspectos esenciales del Tratado Antrtico .................................... 40Pases que reclaman soberana en el territorio antrtico ........... 41El Sistema del Tratado Antrtico ..................................................... 45Intereses, objetivos y poder nacional ............................................. 47Consideraciones del captulo ........................................................... 49

    CAPTULO IIELSISTEMAANTRTICOENELSISTEMAINTERNACIONAL

    Antecedentes generales sobre el Sistema Internacional ............ 51Los mecanismos del sistema internacional ................................... 54El derecho internacional .................................................................... 54

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    Los tratados internacionales ............................................................. 54La cooperacin internacional ........................................................... 57La Seguridad Cooperativa y la Seguridad Colectiva ................. 58Las Naciones Unidas y la Seguridad Cooperativa ...................... 66El Protocolo al Tratado Antrtico sobre la Proteccindel Medio Ambiente ........................................................................... 68El Tratado Interamericano de Asistencia Recproca (TIAR) ..... 71El TIAR y su relacin con el Tratado Antrtico ........................... 72La legislacin chilena relacionada con la Antrtica .................... 74La Poltica Nacional Antrtica ......................................................... 74

    Otros textos legales relacionados con la PolticaNacional Antrtica .............................................................................. 76Convenios, memorandos y otros instrumentos legalessuscritos por el Gobierno de Chile .................................................. 78Consideraciones del captulo ........................................................... 80

    CAPTULO IIIALCANCESDELTRATADOANTRTICO

    Fortalezas y debilidades del Sistema .............................................. 83Alcances de orden geoestratgico ................................................... 85Alcances de orden econmico .......................................................... 88Alcances de orden tecnolgico ......................................................... 90Alcances de orden medioambiental ................................................ 91Consideraciones del captulo ........................................................... 95

    CAPTULO IVOPCIONESDECOMPORTAMIENTOPOLTICOYESTRATGICOENELPLANODELAINTEGRACINSUBREGIONAL

    En relacin con la Antrtica .............................................................. 99Frente a la escasez de recursos hdricos ...................................... 101Opciones de comportamiento poltico y estratgico ................ 102

    Bibliografa ......................................................................................... 105

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    Assuming that the lack of water will be a potential source

    of conflicts in the immediate future, Chile will be the object ofthose conflicts just because it is one of the few regions of theworld whereas the amount of inhabitants and water availabilityis widely positive, besides being a state which political andstrategic height is relative.

    In that sense, the preservation of national interests regar-ding this kina of conflict requires of integrated efforts and not

    only just one effort, cas a way of increasing the political andsecurity options in the ambit of international regimens relatedto the South Cone of America and the Antarctic.

    Because of that, the connection between international regi-mens that are related with Antarctic with the problematic ofsecurity in our country is a topic faced, in a wide context thatconsiders the International System and its mechanisms; inter-

    national cooperation; collective and cooperative security; U Nand cooperative security, the Protocol of the Antarctic Treatyabout protection of the environment, TIAR (Mutual AssistanceInteramerican Treaty) and the Antarctic Treaty; and finally, Chi-lean legislation about Antarctic.

    After commenting that, we will comment strengths andweaknesses of the Antarctic Treaty, developing a positive visionregarding the use that should be done of this instrument regar-ding our interests of security, from a cluster perspective, in theline of the integration with our neighbors and with the SouthCone of America.

    ABSTRACT

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    Siendo el agua un bien cada vez ms escaso, su valor ycapacidad para generar riqueza, y por tanto poder, le sita den-

    tro del espectro de la disputa por los recursos, que ha sido yseguir siendo un rasgo cada vez ms relevante en el sistemade las relaciones internacionales, ms si nos atenemos a la con-cepcin del conflicto a partir de la competencia entre grupospor bienes escasos, tales como territorio y recursos, o por labsqueda de valores y propsitos mutuamente incompatibles.

    Esta cita que corresponde a Lewis Coser, en su clsico libro

    sobre Las funciones del conflicto social, y que he obtenido delos propios autores del presente libro, nos pone perfectamenteen situacin para introducirnos en el tema sobre las opcionespolticas y de seguridad frente a la escasez de recursos hdricos,en relacin con la Antrtica y los intereses de Chile.

    Si los recursos que existen en la Antrtica fueran econmi-camente atractivos, ms an, si en el resto del mundo estos

    fueran muy escasos y la tecnologa disponible permitiera explo-tarlos con cierta facilidad, sin duda el continente sera fuente degraves conflictos y preocupacin por parte del sistema polticointernacional. Pero ciertamente no lo es, y el rgimen interna-cional regulado por el Tratado Antrtico es, hasta la fecha, efi-ciente y adecuado. Pero hay que decir, eso s, que la situacinha evolucionado no solo desde el siglo XIX, sino que muy espe-cialmente estos ltimos aos, despus de la puesta en vigenciadel Tratado Antrtico.

    En efecto, los cambios polticos del sistema internacional,la globalizacin, las nuevas amenazas a la seguridad, los cam-bios ambientales como el calentamiento global y muy especial-

    PRESENTACIN

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    mente la nocin de escasez futura o de precariedad de determi-nados recursos, como lo es el agua, marcan la diferencia conaquellos tempranos das de 1961.

    Observamos, entonces, una evolucin de la situacin y deltema de la seguridad. Los intereses nacionales, los recursos h-dricos disponibles y las polticas estatales evidentemente nosmuestran aspectos novedosos y siempre vigentes. Como men-cionamos al principio, no estamos frente al escenario caticoall descrito, pero tampoco frente a la situacin de inicios delSistema Antrtico.

    El presente libro tiene el gran mrito de introducirnos auno de los temas ms interesantes en torno a la Antrtica (apar-te de los aspectos cientficos), este es su dimensin poltica, quedesde luego es compleja y de caractersticas universales, es de-cir, est en el creciente inters de actores internacionales, indi-viduales o colectivos, que ya se manifiestan con nuevas deman-das al sistema imperante.

    Los autores, que ya han publicado un interesante libro so-bre la Proteccin de los Recursos Hdricos, en su metodologavan sugiriendo poco a poco el problema enunciado, con habili-dad permiten que el lector lo vaya comprendiendo en la medi-da que describen los elementos de contexto del tema, el SistemaAntrtico en el sistema internacional y sus alcances, en ello hanhecho un compendio de antecedentes bien expuestos que ilus-tran al lector y que motivan su inters por completar su lecturay la comprensin de la materia de fondo.

    Si aceptamos la visin cada ms extendida de la falta deagua como causal de futuros conflictos, podemos comprenderla importancia que el territorio antrtico tiene para la seguri-dad de Chile, las posibles presiones de actores internacionalesy nacionales, las visiones contrapuestas respecto de la dispo-nibilidad mundial del agua, la capacidad de este rgimen an-

    trtico, etc. En este tipo de escenario se abre para Chile laoportunidad de nuevas opciones polticas de seguridad, acor-des con la situacin y muy especialmente con los interesesnacionales.

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    Cuando consideramos la evolucin del sistema del TratadoAntrtico, surge como un elemento emergente la presencia deactores no gubernamentales, pero de creciente poder, como

    para provocar cambios que afecten los intereses de Chile y delos signatarios del Tratado. Este es uno de los aspectos msnovedosos del presente libro, aunque si bien no es el propsitohacer una revisin exhaustiva de las organizaciones no guber-namentales, s nos entregan una idea de su cada vez mayorinfluencia en el sistema. Preocupante para la soberana de cual-quier Estado con recursos hdricos disponibles puede resultarla visin de ser este un patrimonio de todos, es decir, universa-

    lizan los derechos de la humanidad sobre los recursos hdricosdel planeta, restringiendo en cierta forma la soberana de losEstados sobre sus propios bienes.

    Otro de los elementos esenciales es la manera de abordarlos problemas de seguridad, empleando para ello las concepcio-nes actualmente existentes, es decir, la seguridad colectiva y lacooperativa, encontrndose en esta ltima las posibilidades de

    llegar a un esquema de seguridad adecuado a una concepcinque privilegia la accin colectiva en un ambiente de coopera-cin internacional, con la participacin de otros pases quecomparten los mismos intereses respecto de los recursos esca-sos y de las amenazas a la seguridad internacional.

    En lo correspondiente a estas polticas, consideramos lo ex-puesto por Michael T. Klare, autor de Resource Wars, en don-de seala que aparece consecuentemente razonable la coopera-cin internacional como una alternativa al conflicto yeventualmente a la guerra. La estrategia que funcionar msefectivamente ser aquella que robustezca las instituciones in-ternacionales que puedan hacerse cargo de la escasez de recur-sos crticos como el agua y distribuirlos donde sea necesario.

    La situacin en el contexto de la Antrtica, y los derechossoberanos de Chile, nos refuerzan la idea de mantener una

    presencia activa en torno a este continente. Los esfuerzos envariados campos del quehacer antrtico constituyen un impe-rativo de la poltica nacional, con imaginacin hay que refor-zar las capacidades para hacer ciencia, dominar los aspectos

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    logsticos y constituirse efectivamente en pas puente y de ser-vicios antrticos, aprovechando las ventajas comparativas desu posicin geogrfica, la actividad de los operadores antrti-

    cos, regulada con esta poltica y con los recursos necesarios, elreforzamiento de las capacidades de transporte martimo y a-reo y, en fin, la presencia activa en los foros mundiales sobrela materia proporcionan una base ms slida para enfrentarlos desafos a la seguridad que en este sugerente libro se nosproporciona.

    JAVIERURBINAPAREDESEmbajador, Asesor del Consejo de Poltica Antrtica

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    El ao 2004 se desarroll una investigacin acadmica queplante la proteccin de los recursos hdricos como un impera-

    tivo de seguridad para el siglo XXI, circunscrita al entorno delCono Sur de Amrica y particularmente a los intereses por de-fender en Campos de Hielo Sur y en el Acufero Guaran1. Ental sentido, en esta oportunidad se pretende ampliar el espectrode visualizacin de opciones de comportamiento poltico y deseguridad frente a la problemtica de la escasez de agua pota-ble cuyos alcances podran afectar los intereses nacionales enla Antrtica situados en una perspectiva realista de los mrge-

    nes de libertad de accin que otorga el Tratado Antrtico y dela estatura poltica y poltico-estratgica de nuestro pas.

    La poltica nacional referida a los temas antrticos, tantocomo las medidas y acciones efectuadas por el Estado de Chileno sern objeto de cuestionamiento, en tanto se asume que re-flejan los intereses de Chile en la Antrtica, siendo a partir deesa realidad que se desarrollar el anlisis del Tratado, el entor-

    no poltico internacional y la problemtica que se derivar de laescasez de agua a nivel mundial, cuyos efectos en materias deseguridad ameritan una mirada centrada en la importancia quereviste el continente helado para nuestro pas.

    Respecto del aporte al conocimiento de esta materia, sepuede sealar que por tratarse de una visin que no ha sidotratada en profundidad, es posible contribuir con una perspec-

    1 RODRGUEZM., Pablo y PUIGM., Mario, La proteccin de los recursos hdricos enel Cono Sur de Amrica, un imperativo de seguridad para el siglo XXI, ColeccinInvestigaciones Academia Nacional de Estudios Polticos y Estratgicos, N 10,Santiago, 2005.

    INTRODUCCIN

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    tiva novedosa, centrada en la importancia que para la seguri-dad de Chile tiene la Antrtica ante la futura escasez de recur-sos hdricos.

    Ahora, la importancia prctica del tema radica en quecomo los temas antrticos no generan inquietud en parte im-portante de nuestra sociedad, es probable que no se advierta atiempo que ante un problema complejo como la escasez de re-cursos hdricos cuya solucin no ser simple no nos encon-tremos suficientemente sensibilizados de su trascendencia, y nose hayan adoptado medidas oportunas para salvaguardar los

    intereses nacionales en esta materia, ms si consideramos quelas causales genricas del conflicto se mantienen inalterable-mente latentes, cuales son el acceso a poder, estatus y recursos2.

    La visin aqu planteada se sustenta en la existencia deinformacin tcnica suficiente como para fundamentar la rele-vancia de la falta de agua como causal de futuros conflictos,que al ser compulsada con los contenidos y alcances del Trata-

    do Antrtico, har posible la elaboracin de un estudio sobrelos efectos que para la seguridad de Chile tendra una disputade intereses surgida por la escasez de agua a nivel mundial,frente a lo cual se estima pertinente esbozar opciones para sutratamiento desde la perspectiva de la seguridad.

    En sntesis, ser parte del Tratado Antrtico, mantener pre-sencia en la Antrtica y dedicar esfuerzos por la preservacindel medio ambiente y por el respeto de la normativa que regulala actividad humana en ese territorio, otorgar a Chile impor-tantes dividendos a la hora de preservar sus intereses naciona-les ante potenciales focos de conflicto, derivados de la escasezde un recurso esencial y de la intervencin de actores interna-cionales y econmicos que gravitan con preponderancia en elsistema internacional.

    En los tiempos actuales existe consenso generalizado sobre

    el surgimiento de nuevos problemas de seguridad, asociados a

    2 Desde la perspectiva de Lewis A. Coser.

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    amenazas emergentes, siendo un hecho la dificultad de prever-las y de enfrentarlas, lo que lleva a pensar que las solucioneshabr que adecuarlas a las realidades de cada rgimen interna-

    cional, regin o subregin en particular.

    Siguiendo la idea que la preservacin de los intereses na-cionales frente un conflicto generado en la escasez mundial derecursos hdricos requiere de esfuerzos integrados y no unita-rios, adems de sus opciones polticas y de seguridad en elmbito de regmenes internacionales vinculados al Cono Sur deAmrica, es necesario visualizar alternativas en otros mbitos,

    dentro del cual se encuentra el Tratado Antrtico.

    Por cierto, si se trata de determinar la importancia de laAntrtica para la seguridad de Chile, frente a la escasez derecursos hdricos, el Tratado y sus alcances no pueden ser sosla-yados, siendo ese el entorno que habr que analizar como ele-mento sine qua nonpara la identificacin de opciones polticas yestratgicas que amplen el espectro de soluciones adecuadas

    para enfrentar un potencial conflicto.Nuestro planteamiento ser desarrollado a partir de la

    realidad de la falta de agua como potencial foco de conflictos,siendo nuestro pas afectado directo por el solo hecho de en-contrarse en una de las pocas regiones del mundo en que larelacin cantidad de habitantes y disponibilidad de agua esampliamente positiva, adems de ser un Estado cuya estaturapoltico-estratgica es relativa, ms si se le compara con pasesque cuentan con mayores cuotas de poder en el Sistema Inter-nacional.

    Posteriormente, se analizar el Tratado Antrtico y sus al-cances, en el entendido que se trata de un rgimen internacio-nal probadamente eficiente, pero no invulnerable frente a laspresiones que pudieran ejercer terceros estados que se veanafectados por la escasez de agua, o que sus propios intereses los

    lleven a intervenir en el conflicto, en apoyo a sus empresas oatendiendo compromisos de seguridad o econmicos que sesustenten en alianzas que prevalezcan frente a los intereses deestados ms bien perifricos.

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    Del mismo modo, el anlisis del Tratado y sus alcancesdeber ser visto en positivo, de tal forma que tambin permitaidentificar ventanas de oportunidad que se transformen en

    opciones que potencien la salvaguarda de nuestros interesesnacionales, lo que permitir transitar hacia una etapa proposi-tiva, en la forma de opciones de comportamiento poltico yestratgico.

    Este estudio se iniciar desde la entrada en vigencia delTratado Antrtico hasta un horizonte que no exceda los 25 aos,de acuerdo a las proyecciones que sobre la escasez de agua ha

    efectuado la ONU, entendida como el organismo con mayorcapacidad y legitimidad para pronunciarse al respecto. Por suparte, el rea comprender, en lo general, al continente Antrti-co y al Cono Sur de Amrica y, en lo particular, a Chile y suentorno vecinal y subregional.

    Lo expuesto nos permiti sostener que la condicin de passignatario del Tratado Antrtico le otorga a Chile una mayor

    gama de opciones de comportamiento poltico y estratgico enla salvaguarda de sus intereses nacionales, frente a la futuraescasez de recursos hdricos, potenciando las expectativas dexito de los regmenes internacionales que contribuyen a lamantencin de un entorno de seguridad efectivo.

    Finalmente, el tema en cuestin ser abordado en cuatrocaptulos, de los cuales el primero, denominado Elementos deContexto, trata las materias que enmarcan la investigacin, in-feridas de su objetivo general, a saber: la Antrtica, la escasezde agua a nivel mundial, el Tratado Antrtico y un breve con-cepto sobre los intereses y objetivos nacionales, finalizando conalgunas consideraciones que dan continuidad al trabajo investi-gativo.

    En un segundo captulo, denominado El Sistema Antrticoen el Sistema Internacional, se aborda la conceptualizacin que

    permite conectar los regmenes internacionales que se vinculancon la Antrtica con la problemtica de seguridad de nuestropas, en lo referido al peligro que se visualiza en un potencialconflicto derivado de la escasez de agua a nivel mundial.

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    Para tal efecto, se desarrollan ideas y conceptos acerca delsistema internacional y sus mecanismos; la cooperacin inter-nacional; la seguridad colectiva y seguridad cooperativa; la

    ONU y la seguridad cooperativa; el Protocolo del Tratado An-trtico sobre Proteccin del Medio Ambiente; el TIAR y el Tra-tado Antrtico; la legislacin chilena sobre la Antrtica; y, final-mente, algunas consideraciones que sintetizan las principalesideas con las que continuar la investigacin.

    En un tercer captulo, denominado Alcances del TratadoAntrtico, se abordan las fortalezas y debilidades del Tratado,

    en relacin con el tema investigado, adems de una serie deconsideraciones sobre materias tales como su condicin geoes-tratgica, econmica, tecnolgica y medioambiental, terminan-do con las respectivas consideraciones que dan paso al captulofinal.

    En un cuarto y ltimo captulo, denominado Opciones deComportamiento Poltico y Estratgico en el plano de la Inte-

    gracin Subregional, se aborda una visin propositiva paraChile, en lo referido al uso que se debe hacer del Tratado Antr-tico en funcin de nuestros intereses de seguridad, desde unaperspectiva de conjunto, en la lnea de la integracin con nues-tros vecinos y con el Cono Sur de Amrica.

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    CAPTULO I

    ELEMENTOSDECONTEXTO

    3 www.ikuska.com/Africa/natura/

    Algunas generalidades sobre la Antrtica3

    La Antrtica, no obstante ser un territorio remoto y despobla-do, con un rgimen climtico tempestuoso, fro, inhspito y dedifcil acceso, despierta un gran inters mundial, no solo por laimportancia hemisfrica y planetaria de su ecosistema, sino, parti-cularmente, por los recursos naturales susceptibles de explotar.

    Se suma a lo anterior la significacin estratgica del Conti-nente Antrtico; en torno a l se sitan espacialmente Nueva

    Zelanda, el sur del frica, Australia y Amrica del Sur. Rodea-do por los tres ocanos ms grandes del globo: Pacfico, ndicoy Atlntico, los cuales confluyen y forman alrededor de la An-trtica el ocano Antrtico.

    El hecho de que las regiones polares en general, y sobretodo la Antrtica, no sean adecuadas para albergar bases auto-suficientes, es lo que ha dado origen a diversos criterios acerca

    de si estos territorios son susceptibles de constituirse en patri-monio de la humanidad. Como es posible, entonces, que losgobiernos interesados en la Antrtica, renunciaran a la idea deperseguir y continuar con el debate de sus criterios acerca de lapropiedad y soberana de un territorio, adaptando en cambio elprincipio de la cooperacin? Ello es posible explicarlo al identi-ficar las etapas que caracterizan su evolucin.

    En la primera etapa, que se extiende hasta 1945, la Antrti-ca no concit gran inters en la comunidad internacional, es

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    decir, no se la consider como una unidad geogrfico-poltica,por lo que se cre, en el mbito jurdico internacional, un esta-do de incertidumbre, en el que cada miembro de la comunidad

    antrtica no solo tenan posiciones distintas, sino que no reco-nocan los derechos de los dems.

    La segunda etapa, que se inicia en 1945, se caracteriz porun agravamiento potencial de las situaciones latentes. Fue en-tonces cuando EE.UU. de Amrica, en 1948, inici consultas conlos pases interesados, situacin que puso en evidencia dos rea-lidades polticas: la primera, el hecho de que varios pases que

    proclamaban su soberana no estaban dispuestos a renunciar aella y, la segunda, que las objeciones soviticas confirmaron queno era posible actuar en la regin sin su concurso.

    El inicio de la dcada del cincuenta estuvo marcado por unincremento del internacionalismo, que alcanz su mximo es-plendor a comienzos de la dcada siguiente. Los estados que sehaban involucrado en la Segunda Guerra Mundial haban recu-

    perado su equilibrio; adems, consideraban que toda actividadque involucrara la cooperacin internacional posea virtudesexcepcionales. En este terreno frtil, un puado de cientficosdirigidos por el Dr. Lloyd Berkiner, sembr la idea de celebrarel Tercer Ao Polar, que se inici en medio de un gran entusias-mo, convirtindose en el Ao Geofsico Internacional, con laparticipacin de 66 pases.

    El tercer perodo se inici cuando las partes antrticas lle-gan al convencimiento de que debe buscarse una solucin pol-tico-jurdica, por lo que, en mayo de 1958, EE.UU. de Amricadecide convocar a una conferencia, la misma que luego de 60reuniones preliminares diera origen al Tratado Antrtico.

    En la dcada del setenta se inicia la cuarta etapa con unanueva evaluacin del Tratado. El comprensible afn humano deperfeccionar lo existente comenz a perder de vista el contexto

    poltico que enmarcaba esa regin, por lo que aparecieron mo-vimientos que deseaban modificar el tratado y encuadrar lazona dentro de otro rgimen jurdico, especialmente desde quesurgi la nueva Ley del Mar, por lo que consideraban que la

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    Antrtica debera estar comprendida tambin dentro de estanueva concepcin, es decir, que no solo debe ser internacionali-zada, sino tambin sus recursos deben pertenecer a la humani-

    dad.

    Antecedentes geogrficos e histricos4

    Existe la teora que hace unos 650 millones de aos, duran-te el Precmbrico, las masas continentales estaban separadasunas de otras. Pero unos 100 millones de aos ms tarde, todasestas masas se juntan formando un supercontinente, el Pangea

    I. Hace 550 millones de aos, durante el Precmbrico se formanlos depsitos de minerales y metales preciosos explotados ac-tualmente en frica.

    Nuevamente, las masas continentales se separaron y se vol-vieron a juntar formado el supercontinente Pangea II. Este pro-ceso da lugar, hace unos 300 millones de aos, a la formacinde un nuevo supercontinente, Gondwana, del que el actual con-

    tinente africano constituy su centro, pero que adems engloba-ba a las actuales Antrtica, Amrica del Sur, frica, Australia,Arabia e India

    Desde hace 250 a 65 millones de aos se desarroll el des-membramiento de Gondwana, del cual la Antrtica formabaparte, pero situado ms septentrionalmente que en la actuali-dad. Al derivar hacia el sur y fragmentarse, la Antrtica se se-par ocupando la posicin actual, hace cerca de 17 millones deaos. Esta deriva y la formacin de una fuerte corriente marinacircunantrtica, hace unos 35 millones de aos, crearon unascondiciones de aislamiento y de hbitat extremo. A causa deellas, la fauna original cambi de forma drstica hasta casi des-aparecer en el continente. En el mar se produjeron cambios evo-lutivos, originando que los peces antrticos sean endmicos enun 97% y que la diversidad de especies sea baja, con unas 300pertenecientes a los nototenidos5.

    4 www.utm.csic.es/Hesperides/actual/2001.5 Breve descripcin.

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    Sin embargo, la Antrtica no fue descubierta sino hastaprincipios del siglo XVIII, en gran parte a causa de su aleja-miento de los otros continentes. Los antiguos griegos fueron

    los primeros en teorizar sobre la existencia de la Antrticacuando supusieron que en el hemisferio Sur deban existirgrandes continentes (La Terra Australis Incgnita) para equili-brar los del hemisferio Norte. A ese extremo que compensaralas tierras del norte conocidas como rtikos, se le denominAntrtikos.

    El capitn del navo britnico James Cook fue el primer

    explorador en cruzar el Crculo Polar Antrtico a partir de 1770,pero, aunque circunnaveg la Antrtica, nunca avist el conti-nente. Cook se dio cuenta de que exista un continente meridio-nal por los depsitos de rocas en los iceberg, pero no era elexuberante y poblado lugar que algunos esperaban.

    Probablemente los primeros grupos en avistar el continentefueron el del cazador de focas estadounidense Nathaniel Pal-

    mer y el de los oficiales navales britnicos William Smith yEdward Branfield. Ambos navegaron cerca de la punta de lapennsula Antrtica en 1819. El primer desembarco conocidofue realizado el 7 de febrero de 1821 por otro cazador de focasestadounidense, el capitn de navo John Davis. En 1823 el ba-llenero britnico James Weddell descubri el mar que lleva sunombre y penetr hasta el punto ms meridional que ningnbarco hubo alcanzado jams.

    Finalmente, solo se concedi el rango de continente a laAntrtica a partir de 1840. Tres expediciones nacionales separa-das, una francesa, una britnica y una estadounidense navega-ron un trecho de costa suficiente como para darse cuenta deque la tierra cubierta de hielo que vieron era realmente unamasa continental.

    La cronologa de los descubrimientos y expediciones en el

    Continente Antrtico hasta antes de la entrada en vigencia delTratado Antrtico, hito que marca una divisin en la historiade este continente, se resume en los siguientes hechos quedestacan la participacin de aventureros, expedicionarios, cor-

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    sarios y posteriormente el inters de los diferentes estados na-cionales6:

    En 1603,el almirante espaol Gabriel de Castilla avist lasIslas Shetland del Sur, cuando fue arrastrado por una tor-menta cerca del estrecho de Magallanes.

    En 1722,el francs Yves Joseph de Kergulen-Trmarec des-cubri el grupo de islas Kergulen, en el cuadrante delocano ndico.

    En 1773, el capitn James Cook, de la Marina inglesa,desembarc en las islas Georgias y Sandwich del Sur.Junto con las tripulaciones de las naves Resolution yAdventure fueron los primeros hombres en cruzar elCrculo Polar, llegando a circunnavegar la Antrtica entres ocasiones.

    En 1819, el navegante ingls William Smith realiz un

    desembarco en la isla Livingstone (oficialmente el prime-ro en la Antrtica), descubriendo los restos de un naufra-gio, probablemente los del buque espaol San Telmo, quenaufrag a causa de una tormenta en su viaje hacia lascolonias.

    Entre los aos 1820 y 1821, la pennsula antrtica fue avis-tada por primera vez por los estadounidenses NathanielPalmer, Brandsfield y Smith. En otra navegacin separada,el ruso Fabian von Bellingshausen reclam ser la primerapersona en avistar el Continente Antrtico, desembarcandoadems en la Isla Pedro I.

    En el ao 1822, el marino escocs James Weddell descubrilas islas Orcadas y Shetland del Sur. El 20 de febrero de1823 consigui navegar 214 millas ms al sur de lo quehaba alcanzado el capitn Cook.

    6 PALAZZI, Rubn scar. Antrtica y Archipilagos Subantrticos, Tomos I, II y III,1986.

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    En 1831, el ingls John Biscoe realiz el primer avistamien-to del continente Antrtico desde el cuadrante del ocanondico.

    En el ao 1840, el estadounidense Charles Wilkes avist lastierras continentales llamadas ms tarde Tierra de Wilkes.

    En 1841, el britnico James Clark Ross descubri la isla deRoss y la gran barrera de hielos que tambin lleva su nombre.

    En 1892, Chile reglament la pesca y la caza en los mares

    antrticos, mediante una ordenanza especial, y posterior-mente otorg concesiones para esta actividad en la Antrti-ca, instalndose en la isla Decepcin la Compaa BalleneraMagallanes.

    En 1895, Carsten Egeberg Borchgrevink, junto a Toro yKristensen fueron los primeros en desembarcar en el conti-nente Antrtico (cabo Adare). Tres aos ms tarde sera

    tambin el primero en invernar en el Continente Antrticoen el mismo lugar de cabo Adare (Tierra Victoria), siendorecogido al ao siguiente.

    Entre 1899 y 1904 se organizan diversas expediciones com-binadas de varios pases, impulsadas por el Congreso Inter-nacional de Geografa reunido en Berln, entre las que sepuede citar a Erich von Drygalsky por Alemania, Otto Nor-denskiold y Robert Falcon Scott por Inglaterra, y William S.Bruce por Escocia.

    En 1905, Argentina concreta la instalacin de un observato-rio de la Orcadas del Sur. Esta es la instalacin ms antiguadel sexto continente.

    En el ao 1906, el Ministerio de Relaciones Exteriores deChile proclam pblicamente los derechos antrticos, se

    constituy la primera Comisin Antrtica Nacional Chi-lena y se entablaron negociaciones diplomticas dedemarcacin antrtica con Argentina. Asimismo, fueronperfeccionados los ttulos antrticos de los dos pases

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    mediante actos de ocupacin efectiva, administracin yreglamentacin.

    En 1911, el noruego Ronald Amundsen logr alcanzar elPolo Sur Geogrfico, anticipndose en pocos das al inglsRobert Falcon Scott.

    Entre 1929 y 1931, Inglaterra proclama la soberana britni-ca sobre siete zonas antrticas.

    En 1929, el estadounidense Richard Byrd, partiendo de un

    punto cercano a McMurdo, sobrevol con xito por primeravez el Polo Sur y estableci un gran campamento LittleAmerica en la plataforma de hielo de Ross.

    En el ao 1934, el estadounidense Lincoln Ellsworth, en unviaje de ida y vuelta, logr unir en avin, por primera vez,la baha de las Ballenas con el mar de Wedell, recorriendoun total de 5.500 km.

    En 1942 fue creada la Comisin Antrtica Chilena.

    Entre los aos 1947 y 1948, los EE.UU. de Amrica realizanla misin de exploracin antrtica ms ambiciosa de la his-toria, al mando del almirante Richard Byrd, con una fuerzade casi 4.000 hombres, portaviones y submarinos.

    Finalmente, inspirados en el xito del Ao Geofsico Inter-nacional, el 1 de diciembre de 1959, doce pases firmaron elTratado Antrtico para la Preservacin del Continente. El23 de junio de 1961 el Tratado entra en vigor.

    La situacin antes del Tratado Antrtico

    Los descubrimientos realizados por las diferentes expedicio-nes aportaron cada vez ms acerca del conocimiento de ciertas

    regiones, despertando el inters por la investigacin e incenti-vando, a la vez, los intereses econmicos. A mediados del sigloXIX se inici la etapa de la exploracin cientfica y tambin laexplotacin comercial, particularmente de focas y ballenas.

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    Desde 1908, siete estados (Argentina, Australia, Chile,Francia, Noruega, Nueva Zelanda y el Reino Unido) formula-ron oficial y unilateralmente reclamaciones territoriales sobre

    sectores de la Antrtica, tanto en leyes nacionales como en de-claraciones de carcter internacional. Todas estas pretensionesterritoriales, excepto la de Noruega, tienen forma de tringulocon vrtice en el Polo Sur Geogrfico. Las reivindicaciones deArgentina, Chile y el Reino Unido se superponen total o par-cialmente y la regin comprendida entre los 150 y los 90 delongitud Oeste no fue reclamada.

    Las reclamaciones se fundamentan, en trminos generales,en el descubrimiento, la ocupacin, la contigidad geolgica, laproximidad geogrfica, el principio del sector y en derechosheredados o de Uti Possidetis Juris. Antes de la firma del Trata-do, un elemento que aport interferencias a las relaciones entrelos estados reclamantes fue el desarrollo de actividades en esaregin, sin consentimiento ni reconocimiento mutuo.

    El hecho de que Francia haya proclamado su soberana enun sector de la Antrtica que estaba reservado a ser reclamadopor Australia, atras la proclamacin de soberana antrtica deeste ltimo pas hasta 1933. A esa fecha el Imperio Britnicohaba proclamado soberana sobre dos tercios del Territorio An-trtico.

    En 1939, Noruega, despus de numerosas vacilaciones yconsultas con otros pases, proclam la soberana sobre su Te-rritorio Antrtico. Las aspiraciones de Gran Bretaa por obte-ner el control total de la Antrtica ya se haban visto obstaculi-zadas por la presencia de Francia y Noruega; a esto se sumaronChile (1940) y Argentina (1947), junto con la posible reclama-cin de territorios en la Antrtica por Estados Unidos, cuyosplanes de importantes expediciones a la Antrtica, incluyendola instalacin de bases permanentes, eran de pblico conoci-miento desde 1939.

    Para contrarrestar los planes estadounidenses y las procla-maciones territoriales de Chile y Argentina, Gran Bretaa orga-niz una operacin entre 1944 y 1945, que en esa poca tuvo

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    carcter de secreta, denominada Operacin Tabarin, cuyo pro-psito esencial fue reforzar el ttulo de Gran Bretaa en el sec-tor reclamado por ese pas en la Antrtica.

    Estados Unidos y la Unin Sovitica rechazaron desde elinicio la posibilidad de reconocer cualquier reivindicacin desoberana antrtica. Sin embargo, aunque no efectuaron nuncauna reclamacin de territorios, reservaron sus derechos sobre labase de los descubrimientos y exploraciones efectuados por susconnacionales.

    En el marco de la Guerra Fra, las dos potencias dominan-tes fueron partidarias de celebrar conversaciones encaminadasa elaborar un acuerdo para la Antrtica, con miras al estableci-miento de alguna forma de rgimen internacional.

    A mediados de la dcada de los cincuenta, cuatro estadoshaban instalado estaciones permanentes en este continente: Ar-gentina, Australia, Chile y el Reino Unido. En 1956 este conti-

    nente se poblara de asentamientos con motivo de los progra-mas a desarrollar para cumplir las exigencias del Ao GeofsicoInternacional (AGI). La compleja situacin poltica y jurdica semantuvo a lo largo del AGI, y se suscitaron problemas debido alas actividades realizadas por cientficos de un estado en lazona reclamado por otro7.

    La Antrtica y sus recursos naturales

    En primer trmino, y en estrecha relacin con el objeto delos planteamientos aqu reflejados, cabe destacar que el territo-rio antrtico, al estar conformado por cerca del 90% del hielodel planeta, representa cerca del 70% de la reserva de aguamundial.

    Con respecto a la flora, existe una serie de adaptacionesdesarrolladas a travs de un largo perodo, aclimatndose a las

    7 GUYER, R.E., The Antarctic System, en Recueil des cours de lAcadmie de DroitInternational, vol 13C9, Leyden, 1974, p. 167.

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    rigurosidades del clima, pudiendo clasificarse en dos especies:terrestres y acuticas.

    Por su parte, la fauna, de una enorme riqueza, se encuentratanto en tierra, en el aire como en las aguas circundantes. Segnlas ltimas publicaciones de la ONU, en la Antrtica habitancerca de 200 especies de peces, 7 diferentes especies de pingi-nos y un grupo importante de mamferos, tanto de orden carn-voro (6 especies de focas), como de orden cetceo (ballenas conbarbas y ballenas con dientes).

    Los recursos energticos y minerales existen, aun cuandolos tratados y protocolos vigentes no han permitido su exactodimensionamiento. Segn lo investigado y publicado porCRAMRA8, entre los principales recursos minerales presentesen el continente se pueden mencionar:

    Petrleo, ya que se han descubierto gases, tanto metanocomo etano y etileno en el rea del mar de Ross.

    Carbn piedra, de bajo poder calorfico, identificado en lasmontaas transantrticas y en las de Prncipe Carlos.

    Metales como hierro, cobre, molibdeno, nquel y platino,tanto en la pennsula Antrtica como en las montaastransantrticas.

    El hecho de que no se hayan detectado yacimientos de ta-mao significativo, se debe, principalmente, a la capacidad deextraer muestras ya que la cantidad libre de hielo se calcula tansolo entre el 2 y el 5%9. El hallazgo de hidrocarburos en pros-pecciones realizadas en el mar de Ross, en el ao 1973, despertgran inters mundial. Muchas naciones, como Francia, Alema-nia o Japn, emprendieron estudios detallados de la estructurade dicho margen continental, utilizando tcnicas geofsicas so-

    8 Convencin para la Reglamentacin de las Actividades sobre Recursos Mineralesen la Antrtica. Nueva Zelanda, 1988.

    9 ORREGO, Vicua Francisco, La Antrtica y sus Recursos, Editorial Universitaria,Santiago de Chile, 1999.

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    fisticadas. El resultado: acumulaciones regulares de petrleoexistiran en reas de margen continental de los mares de Ross,Amudsen, Bellingshausen y Wedell; algunas otras tambin exis-

    tiran en cuencas interiores, cubiertas por el hielo continental,particularmente en las regiones oeste.

    En cuanto al petrleo, la elevadsima productividad orgni-ca del ocano Austral podra considerarse una condicin favo-rable para la formacin de hidrocarburos. Concretamente, en elmar de Wedell y en las barreras de hielo del mar de Ross se hapodido establecer la presencia de varias cuencas sedimentarias,

    lo que constituye el primer y ms importante requisito para laacumulacin de hidrocarburos, es decir, la presencia de sedi-mentos gruesos.

    El agua: patrimonio de la humanidad

    En tanto fuente de vida fundamental e irreemplazable delecosistema, el agua es un bien vital, que pertenece a los habi-

    tantes del planeta en su conjunto. Ninguno de ellos, individual-mente o en grupo, puede tener el derecho de apropirselo enforma privada10.

    Este principio, elaborado en 1998 por un grupo de persona-lidades, consigna, con singular claridad, que el agua es un bienpatrimonial del cual depende la salud individual y colectiva delos habitantes del planeta11.

    Al respecto, organizaciones no gubernamentales a nivelmundial, entre las cuales destaca la Comunidad de Trabajo Hel-vtica, proponen avanzar hacia una convencin obligatoria dederecho pblico sobre el agua, tal como lo propone la ecologis-ta suiza Rose-Marie Bar. La propuesta busca definir una polticaduradera sobre el tema, fundada en la idea de que el derecho alagua es parte integrante de los derechos humanos ms bsicos.

    10 Manifiesto del Agua, www.terra.org11 RODRGUEZ, Pablo y PUIG, Mario, op. cit.,p. 44.

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    Una sntesis del debate por la crisis del agua nos permiteidentificar y comprender los avances logrados en esta materia,desde Estocolmo, donde se realiz la Primera Conferencia sobre

    la Preservacin del Medio Ambiente, y en la cual se concluyque ha llegado el momento en la historia en la que se debenorientar todos los actos atendiendo con mayor cuidado a las con-secuencias que puedan tener para el medio12, hasta Kyoto, el ao2003, oportunidad en la que se realiza el Tercer Foro Mundial delAgua Dulce, discutindose temas relacionados con la gobernabi-lidad y la gestin integrada de los recursos hdricos13.

    En una nueva arremetida, an en proceso, la OMC promue-ve la privatizacin desde los ms diversos sectores, como laeducacin, la salud y tambin los suministros de agua14.

    Como contraparte, para las transnacionales e institucionesfinancieras, el agua es un bien econmico comercial, como elpetrleo. Por lo tanto, puede ser comprada, vendida y hastaintercambiada. El acceso al agua es una necesidad vital, pero no

    un derecho humano esencial, y los seres humanos son princi-palmente consumidores, clientes de un bien-servicio, al que sepuede acceder a travs de los mecanismos del mercado.

    La visin opuesta, expresada en el Foro Alternativo de Flo-rencia, e inspirada en el Manifiesto del Agua15, pregona afavor de una poltica mundial y local que busque asegurar elderecho al agua de las 8 mil millones de personas que habitarnla Tierra en el ao 2020. Segn lo establecido en el texto delManifiesto, el problema del agua involucra tres grandes situa-ciones crticas:

    Falta de acceso a una cantidad suficiente de agua para1.400 millones de personas, y a una calidad suficiente ams de 2.000 millones.

    12 UNESCO, Declaracin de las Naciones Unidas sobre medio humano,www.unesco.org.

    13 RODRGUEZ, Pablo y PUIG, Mario, op. cit.,p. 45.14 Organizacin Mundial de Comercio, dependiente de la ONU.15 PETRELLA, Ricardo, de la International Water Contract, 2001.

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    La destruccin y/o degradacin del agua como recursofundamental del ecosistema de la Tierra.

    La ausencia de reglas a nivel mundial y de personas quesostengan una poltica de agua basada en la solidaridad.

    Las causas de estas situaciones crticas pueden expresarseen los siguientes aspectos:16

    El principio de la soberana del estado en la posesin y usode los recursos del agua.

    El deterioro de las finanzas pblicas, especialmente a nivellocal, donde la deuda se est transformando en un granobstculo por la prdida de capacidad para gestionar losbienes pblicos.

    La creciente abdicacin de responsabilidades por las auto-ridades pblicas a favor de sujetos privados, especialmentecorporaciones multinacionales y organismos financieros,respecto de la asignacin del recurso y de la distribucinde las riquezas.

    La exitosa presin para la privatizacin del agua.

    En el Manifiesto del Agua se plantean como acciones prio-ritarias las siguientes:

    La constitucin de un colectivo mundial denominadoAgua para la Humanidad, constituido principalmente demovimientos comunitarios y organizaciones de la sociedadcivil, con la misin de organizar, implementar y promoverdiferentes campaas mundiales.

    El establecimiento de una red de parlamentarios por elagua, representativos de diversos pases, para promover lacreacin de asambleas parlamentarias a nivel de cuencashidrogrficas interestatales.

    16 RODRGUEZ, Pablo y PUIG, Mario, op. cit.,p. 53.

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    Por ltimo, a mediados del 2005, se realiz en Ginebra elsegundo Foro Alternativo Mundial. En l, numerosas organiza-ciones no gubernamentales, movimientos sociales y el propio

    Comit de Organizacin abordaron los aspectos centrales de laConvencin sobre el Agua, los cuales se orientan a17:

    Convertir el derecho al agua en tanto derecho humanocomo obligacin en el plano jurdico.

    Asegurar el derecho al agua a las generaciones venideras. Proteger el agua como bien pblico de la humanidad. Asegurar que los estados garanticen el derecho al agua y

    que asuman sus responsabilidades en cuanto a la protec-cin de los recursos existentes. Dar prioridad al derecho humano al agua por sobre el dere-

    cho comercial. Asegurara a todos los seres humanos, a nivel internacional

    y nacional, vas legales para exigir el derecho al agua.

    La escasez de agua como fuente de conflictos18

    Tras el fin de la Guerra Fra fue posible identificar un verti-ginoso trnsito hacia una nueva percepcin de amenazas, que-dando claro que estas mutaron hacia otras esferas, as como sehizo difuso el peligro de agresin, alterando significativamenteel orden de prioridades internacionales.

    En efecto, al combinar los cambios en las prioridades con ladiversificacin de las percepciones, surge la cuestin de lassubregiones, en tanto los problemas tienden a visualizarse enforma diferida, asumiendo que sus efectos difcilmente afecta-rn a la regin en su conjunto, especialmente porque la per-meabilidad frente a cada problema es radicalmente diferente,segn sea la sociedad o grupo de sociedades de que se trate.

    A consecuencia de la globalizacin, hubo que plantear unrediseo poltico-estratgico, por cuanto el sistema internacio-

    nal se haba comenzado a mover desde las relaciones interna-

    17 Ibid., pp. 61-62.18 Ibid.

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    cionales de seguridad a las relaciones internacionales de merca-do, que adems de golpear severamente al paradigma clsico,obligara a un reacomodo y reajuste en las alianzas estratgicas.

    Lo anterior cobra relevancia si se relaciona con el surgi-miento de nuevas formas de amenaza, que no podrn ser deter-minadas ni enfrentadas con los esquemas clsicos, sino que sedeben abrir nuevas opciones de accin, que permitan generarsoluciones efectivas, ajustadas a esta nueva realidad. As, elcaso especfico de la escasez de agua a nivel mundial podraimplicar una amenaza para aquellos estados que cuentan con

    importantes reservas naturales, como es el caso de Chile.

    Siendo el agua un bien cada vez ms escaso, su valor ycapacidad para generar riqueza, y por tanto poder, le sita den-tro del espectro de la disputa por los recursos, que ha sido yseguir siendo un rasgo cada vez ms relevante en el sistemade las relaciones internacionales, ms si nos atenemos a la con-cepcin del conflicto a partir de la competencia entre grupos

    por bienes escasos, tales como territorio y recursos, o por labsqueda de valores y propsitos mutuamente incompatibles19.

    Al hablar de recursos escasos, inmediatamente se tiende apensar inequvocamente en el petrleo, sin embargo este no esel nico bien susceptible de generar crisis de nivel internacio-nal20. En efecto, el agua, el vital elemento que algunos obtienencon solo abrir una llave, para otros implica hacer grandes es-fuerzos para obtenerla y un tercer grupo, desgraciadamente nodespreciable en nmero, simplemente no tiene acceso a ella.Definitivamente, el acceso al agua se presenta como un proble-ma mayor para vastas regiones del planeta.

    19 COSER, Lewis A., Las Funciones del Conflicto Social, The Free Press, New York,1956, p. 3.

    20 Un instrumento de la poltica, reversible cuando se emplea en forma deliberada,cuyo propsito es el logro de objetivos polticos, o ventajas polticas o estratgicas,

    sin recurrir al empleo generalizado de las armas. Es causada por la contraposicinde intereses nacionales de carcter poltico, estratgico, ideolgico, econmico ysocial. Se manifiesta cuando se ejerce una amenaza sobre la vulnerabilidad deun pas o alianza y da lugar a una serie de accidentes que, cuando no son bienmanejados, pueden evolucionar hacia una situacin de guerra.

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    Dimensionando la magnitud del problema, cabe sealarque solo el 2,8% del total del agua existente en el planeta esdulce y el resto es salada, presente en ocanos y mares. Ade-

    ms, dos terceras partes del agua dulce se encuentran en estadoslido, inmovilizadas en glaciares y nieves perpetuas21.

    21 Informe de ONU sobre el Desarrollo de los Recursos Hdricos en el Mundo, enwww.onu.org

    Grfico N 1Disponibilidad de agua fresca en la Tierra

    A la cantidad de agua en estado natural existente en losros, lagos y acuferos, se debe agregar alrededor de 8.000 km3

    almacenados en embalses y lagos artificiales, recursos hdricosque, en trminos generales, son renovables, exceptuando ciertasaguas subterrneas, constituyendo las precipitaciones la fuenteesencial de renovacin de agua dulce en el planeta, de las cua-les el ser humano extrae cerca del 8%, sumando a ello la apro-piacin del 26% de la evaporizacin anual y la intervencin

    Fuente: www.Infoagua.com

    Agua fresca2,8%

    Hielos, glaciares 2,38%Agua subterrnea 0,39%Lagos y ros 0,029%Atmsfera 0,001%Agua salada ocanos

    97,2%

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    sobre ms de la mitad de las aguas lluvias que escurren por lasuperficie terrestre.

    El consumo de agua en el mundo aumenta en forma expo-nencial, la poblacin crece en proporciones an mayores y elporcentaje de aguas objeto de apropiacin se acerca rpidamen-te al total de los recursos disponibles, a lo que se debe agregarque los recursos de agua dulce se ven reducidos por la contami-nacin. En efecto, unos 2 millones de toneladas de desechos sonarrojados minuto a minuto en aguas receptoras, los que inclu-yen residuos industriales y qumicos, desechos humanos y agr-

    colas y variedad de otros elementos, como fertilizantes y pesti-cidas.

    Los cambios climticos tampoco ayudan a mejorar el pano-rama, muy por el contrario, la ausencia de lluvias en ciertossectores o su precipitacin irregular en otras latitudes sugierenque el cambio climtico influir negativamente en alrededor del30% del incremento de la escasez global del agua.

    Puede afirmarse, entonces, que la Tierra con sus diversas yabundantes formas de vida, todas ellas dependientes del agua,se enfrenta en este siglo XXI a una inevitable y grave crisis deagua.

    Y como si el panorama no fuese ya complejo, una nuevaamenaza acecha los escasos recursos hdricos de la humanidad:se trata de la amenaza terrorista. En reiterados informes EE.UU.de Norteamrica ha fundamentado la posibilidad de que gru-pos terroristas acten sobre las principales reservas de agua delmundo, particularmente sobre los acuferos, donde el AcuferoGuaran, ubicado en la triple frontera de Brasil, Paraguay yArgentina, se alza a decir de los informes estadounidensescomo el ms vulnerable.

    Como contraparte, otros estudios se han opuesto a las tesis

    y argumentos de EE.UU.22, y atribuyen la postura norteameri-

    22 Como el Centro de Militares para la Democracia Argentina, CEMIDA.

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    cana a una intencin velada para lograr el control del AcuferoGuaran, as como otros informes y estudios van ms all an23,sospechando abiertamente de las grandes instituciones mun-

    diales, como las Naciones Unidas o el Banco Mundial.

    En otro orden de ideas, por todos es sabido que la apropia-cin de los recursos naturales se encuentra condicionada por suescasez relativa y por las barreras fronterizas. Tambin es sabi-do que a lo largo de la historia se han sucedido revueltas, gue-rras y conquistas por el control de diversos recursos, como lamadera, el gas, los metales preciosos y la pesca, por nombrar

    solo algunos, sin poder dejar de lado el recurso fuente de losconflictos contemporneos, el petrleo. Sin embargo, la huma-nidad descansa en gran medida en la gestin de las materiasprimas esenciales, de las cuales, la primera en importancia ypor motivos obvios es el agua.

    El agua ha sido, desde siempre, una fuente de conflicto yno pocas veces causa real o aparente de guerras internas o entre

    estados. En el caso de conflictos o guerras internas24

    , cabe sea-lar las revueltas hngaras antes de la cada del Muro de Berlnpor el represamiento del Danubio, las manifestaciones en Bul-garia en 1989, con motivo de la oposicin a los proyectos de laURSS en los ros Stuma y Mesta, y en Asia el ejemplo msrepresentativo es India, donde el proyecto Sadar Sarovar, queamenazaba con inundar el valle del Narmada, es uno de losms famosos a escala internacional, ya que tras una serie demanifestaciones y revueltas, el Banco Mundial, promotor delproyecto, resolvi retirar su ayuda financiera.

    En el caso de conflictos internacionales, uno de los ms estu-diados es el viejo enfrentamiento por las aguas del ro Jordn. Suimportancia es tal, que ya en 1985 Butros Ghali declaraba que laprxima guerra en Medio Oriente se librara por el agua.

    23 Como el informe denominado Algo feo se cocina con el agua, del Grupo deReflexin Rural de Ecuador.

    24 MACCULLY, Patrick, Silenced rivers; the ecology and politics of large Dams,Londres, 1996, pp. 289-320, en BRUFAUC., Pedro, DR, Derecho Administrativo dela U. Carlos III, publicado en la Revista Geosur el ao 2000.

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    Turqua, Irak y Siria son los protagonistas de otro caso deconflicto internacional basado en la gestin del agua, concreta-mente por el proyecto turco para uso de regado de las aguas

    del Tigris y del Eufrates, construyendo 25 embalses, un millarde kilmetros de canales y 17 centrales hidroelctricas, afectan-do con ello el flujo de agua hacia Irak y Siria.

    As, el crecimiento incesante de la demanda a escala mun-dial, la aparicin de carestas significativas y la propiedad ydisputa acerca de la propiedad, son factores susceptibles de in-troducir nuevas tensiones en el sistema internacional. Los dos

    primeros elementos intensificarn inevitablemente la competen-cia entre los estados por acceder a este recurso vital, y el terceroaade nuevas causas generadoras de conflictos internacionales.

    Por su parte, en los ltimos tiempos las grandes corporacio-nes han pasado a controlar el agua en gran parte del planeta, y seespecula que en unos prximos aos unas pocas empresas priva-das poseern el control monoplico de casi el 75% del suministro

    de agua y, lo que es ms grave an, el control sobre muchas delas reservas de agua del mundo, por la abdicacin de la respon-sabilidad de la tutela de muchos gobiernos en favor de interesesprivados. El Banco Mundial, en tanto, juega un papel clave, fo-mentando las privatizaciones, prestando dinero para las refor-mas en el sistema de agua, invirtiendo y, finalmente, actuandocomo juez en los casos de conflicto entre estados.

    Otras organizaciones a nivel mundial tambin trabajan entorno a la problemtica de la escasez o, directamente para mi-llones de seres humanos, a la falta de agua. El ao 2000, veinti-trs agencias de la ONU elaboraron el primer informe para eldesarrollo de los recursos hdricos en el mundo. Adems, du-rante los ltimos 20 aos se han organizado varias conferenciasmundiales, comenzando por la Conferencia de Mar del Plata en1977, y cerrndose por el momento con el Tercer Foro Mundialdel Agua, realizado en Japn el ao 2003.

    Esta preocupacin mundial por la proteccin y distribucinde los recursos hdricos nos hace abrigar esperanzas de que losproblemas actuales tiendan a mejorar; sin embargo, tambin

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    agregan una nueva complejidad al rol de los estados sobre suspropios recursos. Se trata de los acuerdos mundiales que uni-versalizan los derechos de la humanidad sobre los recursos h-

    dricos del planeta, restringiendo en cierta forma la soberana delos estados sobre sus propios bienes.

    La responsabilidad de los conductores polticos actuales yfuturos es grande. El amplio concepto de seguridad nacionalimpone que cada estado-nacin posea una estructura y un siste-ma para proteger sus recursos naturales, de cualquiera de lasamenazas que se definan. Los factores de poder de un estado,

    sus compromisos, sus acuerdos, sus intereses y sus polticas deseguridad y defensa, formarn parte de la estructura y del sis-tema de proteccin que les permitir hacer frente, en un futurolamentablemente ms cercano que lejano, a complejas decisio-nes y acciones a consecuencia de los conflictos y crisis que segenerarn a partir de la escasez de agua en el planeta.

    El Tratado Antrtico25

    Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, la comuni-dad internacional volvi a asignar un creciente valor a la Antr-tica. Este marco, impuesto por la bipolaridad, determin quebajo el liderazgo de EE.UU. se llegara a la suscripcin del Trata-do Antrtico, el 1 de diciembre de 1959.

    Una evaluacin poltico-estratgica de la situacin vigenteimpuls a EE.UU. a desarrollar, a partir de la posguerra, unagigantesca tarea de estudio, prospeccin, exploracin e investi-gacin cientfica de toda ndole, apoyada por un enorme des-pliegue logstico y humano.

    Estas actividades fueron acompaadas por la accin diplo-mtica y una declaracin del Secretario de Estado Interino deEE.UU., Dean Acheson, en diciembre de 1946, en la que expresel no-reconocimiento a las reivindicaciones territoriales de otras

    naciones en el Continente Antrtico. Le sigui a lo anterior una

    25 Tratado Internacional suscrito en Washington DC, EE.UU. de Amrica, en 1961.

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    proposicin ante la ONU, destinada a colocar a la Antrticabajo el rgimen de administracin fiduciaria de este organismointernacional. Aparentemente, se pretenda con ello impedir su

    utilizacin para fines militares e impulsar el desarrollo de susvalores cientficos y econmicos.

    En 1948, ante el fracaso de sus iniciativas en la ONU,EE.UU. propuso directamente a los gobiernos que tenan recla-mos territoriales, negociar un acuerdo que establezca algunaforma de internacionalizacin del continente Antrtico. Por suparte, la URSS exigi participar en todo arreglo concerniente al

    estatus de la Antrtica. Esta pretensin de la URSS, junto alrechazo de algunos de los pases con reclamos, conducira aEE.UU. a suspender temporalmente su intento.

    En 1955, el Comit Especial del Ao Geofsico Internacionalllev a cabo, en Pars, la Primera Conferencia Antrtica, a lacual asistieron Argentina, Australia, Blgica, Chile, EE.UU.,Francia, Gran Bretaa, Noruega, Nueva Zelanda y la Unin So-

    vitica. Alemania design un observador; Sudfrica y Japn seadhirieron, pero no enviaron delegacin. Esta conferencia tuvopor objeto aunar los programas cientficos del Ao GeofsicoInternacional en la Antrtica.

    El grupo de cientficos de los pases sealados, con excep-cin de Alemania, formaron durante el Ao Geofsico Interna-cional el Comit Cientfico para las Investigaciones Antrticas(SCAR), que efectu un intenso trabajo dentro del ContinenteAntrtico. Debido al xito obtenido, una vez finalizado el AoGeofsico Internacional, se decidi mantener este Comit concarcter permanente.

    El presidente de EE.UU., Dwight D. Eisenhower, envi, el 2de mayo de 1958, una carta a las naciones que participaron eninvestigaciones cientficas en el Continente Antrtico durante elao Geofsico Internacional (1957-1958), invitndoles a una con-

    ferencia, donde formul proposiciones fundamentales sobre lacreacin de un tratado que se ocupe de los problemas antrti-cos. La conferencia se celebr en Washington D.C. desde el 15de octubre hasta el 1 de diciembre de 1959.

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    Finalmente, el Tratado Antrtico fue suscrito por doce na-ciones, en diciembre de 1959, y entr en vigencia el 23 de juniode 1961. Su objetivo principal es reconocer explcitamente que

    es inters de toda la humanidad que la Antrtica contine utili-zndose exclusivamente para fines pacficos, y que no lleguenunca a ser escenario u objeto de discordias internacionales.

    Aspectos esenciales del Tratado Antrtico

    Sus artculos, en trminos genricos, sealan los siguientesaspectos fundamentales:

    En los artculos I, II y III se establece que el territorio antrticose utilizar exclusivamente para fines pacficos, prohibindose elestablecimiento de bases militares y fortificaciones para la realiza-cin de maniobras, ejercicios y ensayos de todo tipo de armas. Sinperjuicio de lo anterior, se autoriza la presencia de personal yequipo militar para fines de investigaciones cientficas y para pro-mover la cooperacin y el intercambio internacional.

    En el artculo IV se establece que ninguna disposicin delpresente Tratado se interpretar como una renuncia, por cual-quiera de las partes contratantes, a sus derechos de reclamacinterritorial que hubieren hecho con anterioridad a la firma delTratado. Asimismo, se establece que no se podrn hacer nuevasreclamaciones de soberana territorial, as como tampoco am-pliar las reclamaciones anteriores, mientras el Tratado perma-nezca vigente. Esta disposicin, si bien deja las reclamacionesen situacin de congelamiento, reconoce aquellas que las nacio-nes hicieron presentes al firmar y ratificar el acuerdo.

    El artculo XI seala que en caso de surgir una controversiaentre dos o ms estados partes contratantes, concerniente a lainterpretacin o a la aplicacin del Tratado, dichas partes sedeben consultar entre s, con el objeto de buscar en esa instan-cia la solucin de la controversia, sea por negociacin, media-

    cin, conciliacin, arbitraje u otro medio pacfico a acordar. Porotra parte, se deja establecido que toda controversia de esa na-turaleza no resuelta por tales medios, ser referida a la CorteInternacional de Justicia.

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    Finalmente, el artculo XII seala que este Tratado podrser modificado o enmendado en cualquier momento, con elconsentimiento unnime de las partes. Del mismo modo, indica

    que cualquiera de las partes contratantes, que lo solicite expre-samente, podr convocar a una conferencia de todas las partespara revisar el funcionamiento del Tratado.

    Pases que reclaman soberana en el territorio antrtico26

    Gran nfasis se ha dado en la literatura geopoltica sud-americana a los espacios ocenicos y a la Antrtica, aspecto que

    parecera poco difundido en Europa y Estados Unidos.

    Los principales actores geopolticos de Sudamrica, denomi-nados el Grupo ABC (Argentina, Brasil y Chile), han desarrolladodiversas corrientes de pensamiento geopoltico que han tenidogran influencia en las polticas internas y externas de dichos pa-ses. Estos tres estados son miembros del Consejo Consultivo delTratado Antrtico y mantienen bases permanentes en la Antrtica.

    Desde su inicio como pas independiente, Chile ha tenidouna clara visin geopoltica con respecto al mar y al extremoaustral, incluyendo la Antrtica. En 1843, Chile tom posesindel estrecho de Magallanes e inici su actividad geopoltica enel rea austral que ha perdurado hasta nuestros das, proyec-tndose naturalmente hacia la Antrtica, cuando en 1940 defi-ni los lmites del Territorio Antrtico Chileno e instal baseshabitadas permanentemente a partir de 1947.

    La reclamacin de los derechos de Chile en la Antrticaestn basados en antecedentes jurdicos que datan de 1494 conel Tratado de Tordesillas, firmado entre Espaa y Portugal, enel Uti Possidetis, en la continuidad y proximidad geogrfica, endiversas acciones administrativas que han efectuado sus go-biernos desde 1904 y, finalmente, en la ocupacin efectiva delTerritorio Antrtico Chileno, que data desde 1947.

    26 NELLY, Philip y CHILD, Jack, Geopoltica del Cono Sur y la Antrtica, EditorialPleamar, Buenos Aires, Argentina, 1990.

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    La Antrtica Chilena o Territorio Chileno Antrtico est lo-calizado entre los meridianos 53 y 90 Oeste, sin definir sulmite Norte. Esta reclamacin se superpone con la de Argenti-

    na entre los meridianos 53y 74Oeste.

    Argentina, por su parte, ha desarrollado teoras geopolticasde aplicacin terrestre en la cuenca del Ro de la Plata y de apli-cacin ocenica y antrtica, por sus intereses en el rea austral.

    Durante la dcada pasada las polticas de confrontacin en-tre Argentina, Brasil y Chile se transformaron en acciones de

    cooperacin; esto se logr sobre la base de una serie de acuer-dos de integracin con Brasil y solucionando el problema delcanal Beagle con Chile. Sus derechos en la Antrtica estn apo-yados por argumentaciones similares a las de Chile; su presen-cia en la Antrtica se ha mantenido desde 1947 a la fecha ytambin adopt las teoras geopolticas chilenas, designando sumar Argentino y su tricontinentalidad.

    Cabe destacar que la totalidad del Territorio Antrtico Ar-gentino est en disputa con Chile y Gran Bretaa, o con estaltima solamente. Sin embargo, en 1948 Chile y Argentinaacordaron actuar de comn acuerdo para defender los dere-chos de ambos pases en la Antrtica, quedando para una fe-cha posterior la delimitacin de sus territorios. Este acuerdofue ratificado en un acta firmada por los presidentes de ambospases en 1978.

    La denominada Antrtica Argentina est comprendida en-tre los meridianos 25y 74Oeste y al sur el paralelo 60Sur.

    En cuanto a Gran Bretaa, es posible visualizar que susobjetivos geopolticos respecto a la Antrtica se inician con laproclamacin del Territorio Antrtico Britnico, en 1908, y conla resolucin de adquirir el control total de la Antrtica, en1920. Posteriormente, y a consecuencia de la proclamacin de

    los territorios antrticos por Nueva Zelanda (1923), Australia(1933) Francia (1924), Noruega (1939), Chile (1940) y Argentina(1947), se ve obstaculizada la ejecucin del ltimo proyecto im-perial britnico.

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    Los principales argumentos que respaldan el reclamo terri-torial de Gran Bretaa en la Antrtica son su descubrimiento,exploraciones, acciones administrativas y ocupacin efectiva a

    partir de 1945. Juristas britnicos han combatido duramente lateora del Uti Possidetisesgrimida por Chile y Argentina, con lacual estos pases tendran derechos en la Antrtica anteriores alos britnicos.

    La importancia geopoltica asignada por Gran Bretaa a laAntrtica declin gradualmente a partir de 1945, pero esta si-tuacin se revirti drsticamente como resultado de la guerra

    de las Malvinas en 1982, aumentndose sustancialmente losfondos asignados a los programas antrticos.

    Al mirar un mapa del ocano Atlntico se ver que anGran Bretaa posee una cadena de islas de norte a sur queterminan con su Territorio Antrtico, de las cuales las ms im-portantes son las islas Ascensin y las Falklands-Malvinas. Estehecho demuestra una clara visin geopoltica britnica, que ini-

    cialmente reclam como suya el rea comprendida entre losmeridianos 20 y 80 Oeste, al sur del paralelo 50 Sur, lo queinclua sectores continentales de Argentina y Chile.

    Posteriormente modific su reclamacin situndola entrelos 20y los 50Oeste al sur de los 50Sur, y desde los 50a los80Oeste, al sur del paralelo 58Sur, denominando a todas lasislas y territorios comprendidos en tal delimitacin como De-pendencias de las islas Falklands.

    En 1962 se determin los lmites del llamado Territorio An-trtico Britnico entre los meridianos 20y 80Oeste, al sur delparalelo 60Sur, formando una colonia separada de la anterior.

    La reclamacin britnica abarca completamente al sector An-trtico Argentino y casi totalmente al Territorio Chileno Antrtico.

    Por su parte, Australia reclama los sectores comprendidosentre los meridianos 45 y 136 Este y del meridiano 142 al160Este, al sur los 60Sur, en el denominado Territorio Antr-tico Australiano.

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    Nueva Zelanda reclama los territorios comprendidos desdeel meridiano 160Este hasta el 150Oeste, denominado Depen-dencia de Ross.

    Francia reclama el sector comprendido entre los meridianos136 y 142 Este, denominado Tierra de Adelaida. El territorioreclamado tiene como lmite norte los 60Sur y tanto este comolas islas subantrticas reciben la denominacin de Tierras Aus-trales y Antrticas Francesas (TAAF).

    Noruega reclama aquella parte de la costa de tierra fir-

    me, es decir, la zona costera ubicada entre los meridianos 20

    Oeste y 45 Este, adems la isla antrtica Pedro I. La reclama-cin noruega no tiene lmites por el norte ni por el sur.

    Tambin es pertinente destacar que existen estados que re-conocen la soberana de otros, a saber:

    Argentina, que reconoce a Chile derechos exclusivos entre

    los meridianos 74

    y 90

    Oeste27

    . Chile,que reconoce a la Argentina derechos exclusivos so-bre el sector comprendido entre los meridianos 25 y 53Oeste, sobre la misma base jurdica argentina.

    Australia,que reconoce los sectores de Francia, Nueva Ze-landa y Noruega y las denominadas Dependencias del Rei-no Unido.

    Noruega, que reconoce las dependencias reivindicadas porel Reino Unido y la neozelandesa Dependencia de Ross.

    Nueva Zelanda,que reconoce el denominado Territorio An-trtico Australiano, las dependencias reclamadas por elReino Unido y el sector noruego.

    Reino Unido, que reconoce los sectores reivindicados porFrancia, Noruega y Australia.

    Tambin existen otros estados que han representado suderecho a formular reclamaciones en la regin, pero que no

    27 Conforme con las Declaraciones firmadas por ambos pases el 12 de julio de1947 y el 4 de marzo de 1948.

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    reconocen soberana alguna, como es el caso de EE.UU. yRusia28.

    Asimismo, dentro de los doce signatarios originales delTratado Antrtico, Blgica, Japn y Sudfrica no reclaman terri-torios, pero tampoco reconocen reivindicaciones de las otraspartes contratantes.

    Brasil, por su parte, est considerado como un potencialreclamante de soberana en la Antrtica. Las teoras geopolti-cas brasileas han estado orientadas siempre por una gran

    componente terrestre, justificada por su vasto territorio; sin em-bargo, en dcadas recientes ha desarrollado teoras geopolticasocenicas y antrticas. Brasil propuso la frontage theory(teorade la defrontacin), respecto a la proyeccin de los pases sud-americanos en la Antrtica y sus consecuentes derechos territo-riales en dicho continente, a expensas de los territorios de GranBretaa, Argentina y Chile29.

    Mediante la misma teora esgrimida por Brasil, han mani-festado aspiraciones antrticas otros pases sudamericanos, ta-les como Per, Ecuador y Uruguay.

    El Sistema del Tratado Antrtico

    El Sistema del Tratado Antrtico puede definirse como unrgimen internacional con proyeccin dentro del sistema inter-nacional general y con capacidad de influencia en este. Partici-pando en este Sistema, donde se aplica la regla de consensocomo base de las decisiones, lo cual supone la posibilidad deveto, cada estado-nacin protege sus derechos e intereses, ycontribuye a proyectar una posicin dentro del sistema interna-cional general30.

    28 ORREGO, op. cit.29 Teora propuesta por la estudiosa geopoltica brasilea Theresinha de Castro.30 Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Compendio de la Legislacin

    Antrtica Chilena, texto actualizado a diciembre de 2005, pp. 8 y 9.

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    La personalidad colectiva del Sistema, basada en una res-ponsabilidad primordial de las partes consultivas, constituyeun hecho real que enmarca un aspecto fundamental de la Polti-

    ca Antrtica Nacional31. La igualdad jurdica entre los partici-pantes no significa que exista una igual definicin de interesesy posiciones dentro del esquema, ni tampoco que se planteeuna direccin nica al sentido que debe adoptar el Sistema.

    El rgimen internacional antrtico no debe ser interpretadocomo un condominio territorial, sino como un coimperio, en lasdecisiones que el artculo IX del Tratado permite ejercer32. No

    obstante, en la medida en que dicho rgimen genera formas decontrol para efectos de la proteccin ambiental o para garanti-zar la libertad o la cooperacin de la investigacin cientfica,otorga al pas un papel que sobrepasa su calidad de reclamante,o poseedor de derechos soberanos o intereses fundados en unavecindad indiscutible.

    Para llevar a efecto lo expresado anteriormente, los temas

    antrticos deben ser seguidos no solo por la Asamblea General,sino que tambin en la discusin de la reforma de la NacionesUnidas, donde, de acuerdo a algunas posturas, la Antrtica de-bera ser incorporada bajo la competencia de un Consejo deAdministracin Fiduciaria, transformado en una especie de r-gano de administracin de espacios comunes.

    Son 26 los miembros consultivos permanentes, de los cua-les Argentina, Australia, Chile, Blgica, Estados Unidos, Fran-cia, Japn, Noruega, Nueva Zelanda, Reino Unido, Rusia ySudfrica tienen la calidad de signatarios originales. A estos seagregan 14 partes consultivas posteriores que lograron esa con-dicin despus de 1961: Polonia, Alemania, Brasil, Corea delSur, China, Ecuador, Espaa, Finlandia, Holanda, India, Italia,Uruguay, Per y Suecia.

    31 Ibidem, p. 8.32 Se refiere especialmente a la facultad y obligacin de los representantes a

    formular, considerar y recomendar a sus gobiernos medidas para promover losprincipios y objetivos del Tratado.

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    Los siguientes son los 16 pases miembros no-consultivos:Austria, Bulgaria, Dinamarca, Canad, Colombia, Corea delNorte, Cuba, Grecia, Guatemala, Hungra, Papa-Nueva Gui-

    nea, Repblica Checa, Rumania, Slovakia, Suiza y Ucrania.

    De manera que en el Tratado Antrtico estn representadaslas superpotencias mundiales, todos los pases miembros per-manentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ytres cuartas partes de la poblacin del mundo.

    Intereses, objetivos y poder nacional

    Stanley Offmann define inters nacional como aquellos bie-nes y anhelos determinables entre los miembros de una socie-dad poltica y que se encuentran por sobre los intereses particu-lares33. Por su parte lvaro Salinas seala que el intersnacional conlleva aspectos abstractos que representan los inte-reses comunes a todos los habitantes de una nacin y que, portanto, son los elementos que deben guiar a los gobernantes para

    alcanzar el bien comn34

    .Tambin resulta interesante agregar lo sealado por Pablo

    Valds P., quien identifica los elementos constitutivos de esteinters como las aspiraciones ciudadanas, las necesidades de lapoblacin, tanto nacionales como extranjeros, y las necesidadesvitales de todo estado, como lo es su desarrollo y su seguridad,todo ello conjugado con la integracin en la comunidad inter-nacional y el poder nacional exhibido35.

    Finalmente, Mara Teresa Infante, a modo de conclusin, des-taca que este concepto se encuentra vinculado a un sistema inter-nacional, donde el equilibrio de poder es fundamental, la diplo-macia posee un rol preponderante y que los otros factores depoder, como el econmico, la estabilidad interna y la fuerza tam-

    33 OFFMANN, Stanley, Teoras Contemporneas sobre las Relaciones Internacionales,Tecnos, Madrid, 1983, pp. 107-113.

    34 SALINAS, R. lvaro, Los Intereses Nacionales, RM 825, marzo 1995, p. 178.35 VALDS, P. Pablo, Poltica Mundial Contempornea, Ed. A. Bello, Santiago, 1979,

    p. 110.

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    bin estn presentes. Podramos agregar que el inters nacionaltambin se ha visto afectado por los fenmenos de la globalizaciny de la internacionalizacin, luego, los intereses de los estados no

    se circunscriben al resguardo del territorio, su poblacin y susvalores, sino que se extienden hacia todo aquello que afecte aldesarrollo y seguridad del estado-nacin y de sus asociados36.

    Los objetivos nacionales, por su parte, son definidos por elLibro de la Defensa Nacional de Chile como: Las condicionesque debe alcanzar y mantener el pas para resguardar la super-vivencia del estado-nacin, ellas, agrega, dan coherencia y

    orientan la actividad global del Estado. Entre los objetivos na-cionales a destacar para los fines de este trabajo se sealan:

    La mantencin de la integridad territorial, lo que lleva im-plcito el resguardo de sus recursos naturales renovables yno renovables.

    El logro y mantencin de un desarrollo social y econmico

    sustentable, objetivo que implica el asegurar a la sociedad,individual y colectivamente, el acceso a las necesidades b-sicas y al uso racional de los recursos.

    El alcanzar y mantener los objetivos trazados depende dela capacidad del estado-nacin para desarrollarse y protegerse.La proteccin, es decir la seguridad, depende del Poder Nacio-nal desarrollado y proyectado. El concepto de Poder Nacio-nal se entiende como la expresin integrada de los medios detodo orden de que dispone un estado-nacin, para alcanzar ymantener, en los mbitos externo e interno, sus objetivos nacio-nales, a pesar de antagonismos existentes37. Desde el punto devista de la poltica internacional, el Poder Nacional es la capa-cidad real y potencial de los estados para defender y promoversu inters y sus objetivos frente al resto de las naciones38.

    36 INFANTEC., Mara Teresa, El Inters Nacional, Alcances en un Concepto, RevistaPoltica y Estrategia N 19, Santiago, 1980, pp. 37-38.

    37 Academia de Guerra, Apuntes de Seguridad Nacional, Departamento de HistoriaMilitar y Estrategia, Santiago 1998, p. 38.

    38 Gobierno de Chile, Declaracin de Principios, Santiago 11 de marzo de 1974.

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    El Poder Nacional est constituido por la capacidad econ-mica, la estabilidad poltica interna, basada en la solidez de susinstituciones y la capacidad de gobernabilidad del gobierno, la

    calidad e intensidad de su diplomacia y la fuerza militar. Tam-bin es necesario agregar otras condiciones que permiten di-mensionar el poder de un estado en trminos cualitativos,como el prestigio, la capacidad de convencimiento y la credibi-lidad. Es decir, el poder de un estado, para ser til, debe serexternalizado.

    Consideraciones del captulo

    La Antrtica es, sin lugar a duda, la principal reserva deagua dulce de la humanidad, y la nica conservada en forma dehielo. Junto con los otros recursos hdricos del continente, asaber el Acufero Guaran, el Amazonas y los Campos de HieloSur y Norte, confieren al Cono Sur de Amrica una condicinde regin privilegiada, desde el punto de vista de los recursos ybajo permanente amenaza desde la perspectiva de la proteccin

    de los mismos.Si bien el sistema legal del Tratado Antrtico reduce su r-

    gimen a una participacin limitada, es decir, de unos pocosestados, los protocolos adicionales y los debates formales e in-formales que se relacionan con la proteccin de los recursosnaturales, hacen que la problemtica antrtica afecte y por tan-to interese a toda la humanidad.

    Existen dos visiones contrapuestas respecto del control yacceso a los recursos hdricos. La primera, basada en el co