CERRADO

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1 C E R R A D O C E R R A D O trata sobre la imposibilidad de abrir una puerta, que corresponde a una puerta física, pero que por otro lado representa el corazón de forma metafórica. La puerta está completamente cerrada como alegoría de un proceso de introspección que yo misma he sufrido y que simboliza el olvido de mi propia esencia, el olvido de mis creencias y motivaciones, mi propio olvido. Delante de la puerta encontramos más de 500 llaves amontonadas en el suelo, son el reflejo de los muchos intentos fallidos que han intentado abrirla, pero que nunca coincidían con el cerrojo correspondiente. En la pared, junto a la puerta, se encuentra un bloque de hormigón blanco que contiene, aprisionada, una llave de bronce. Ésta última, a diferencia de las anteriores, no proviene de ninguna cerrajería industrial, sino que ha sido íntegramente elaborada por mí, por lo tanto ésta es la única que encaja con el cerrojo y que es capaz de abrir la puerta. Sin embargo, a pesar de ser la única llave capaz de abrirla, es la única que se encuentra atrapada y que necesita ser liberada de ese bloque de hormigón para poder cumplir su funcionalidad, aunque dicho momento solo sucederá una vez me encuentre a mí misma y sepa volver al camino para dirigirme otra vez hacia el mundo exterior.

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Memoria sobre el proyecto Cerrado

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C E R R A D O

C E R R A D O trata sobre la imposibilidad de abrir una puerta, que corresponde a una puerta física,

pero que por otro lado representa el corazón de forma metafórica. La puerta está completamente

cerrada como alegoría de un proceso de introspección que yo misma he sufrido y que simboliza el

olvido de mi propia esencia, el olvido de mis creencias y motivaciones, mi propio olvido. Delante de

la puerta encontramos más de 500 llaves amontonadas en el suelo, son el reflejo de los muchos

intentos fallidos que han intentado abrirla, pero que nunca coincidían con el cerrojo

correspondiente. En la pared, junto a la puerta, se encuentra un bloque de hormigón blanco que

contiene, aprisionada, una llave de bronce. Ésta última, a diferencia de las anteriores, no proviene de

ninguna cerrajería industrial, sino que ha sido íntegramente elaborada por mí, por lo tanto ésta es la

única que encaja con el cerrojo y que es capaz de abrir la puerta. Sin embargo, a pesar de ser la única

llave capaz de abrirla, es la única que se encuentra atrapada y que necesita ser liberada de ese

bloque de hormigón para poder cumplir su funcionalidad, aunque dicho momento solo sucederá una

vez me encuentre a mí misma y sepa volver al camino para dirigirme otra vez hacia el mundo

exterior.

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M E M O R I A C O N E P T U A L

La instalación C E R R A D O, que ha sido exclusivamente pensada para ubicarse en el Aula Ángel

Ferrant de la Facultad de Bellas Artes, UB, es una pieza de contenido esencialmente conceptual, ya

que todos los elementos que aparecen en ésta tienen alguna simbología oculta en su apariencia

física. La puerta representa la entrada al corazón, a la parte espiritual de cada uno, nuestro yo

interior, nuestra alma o esencia, aunque dicha entrada permanece cerrada bajo llave. En éste caso

me identifico con la puerta cerrada a consecuencia de una serie de sucesos personales que me

llevaron a la más profunda introspección, olvidando mis objetivos, mis pensamientos, mis

necesidades, mis valores y mi esencia como persona. Éste estado me tuvo encerrada bajo llave

dentro de mí misma, por lo que esa misma llave que me apresaba, era fruto de mis propios

pensamientos. Es mi propia llave, mi propia esencia la que se giró en contra mía para hacerla

desaparecer entre el desinterés. Dicha llave, fruto mío, corresponde en la representación física a la

llave de bronce que permanece anclada en un bloque rectangular de hormigón blanco. Se encuentra

sepultada en hormigón en referencia a la imposibilidad de cogerla para abrir la puerta. Pero antes

encontramos en el suelo, delante de la puerta, más de 500 llaves que forman un pequeño montículo

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y que simbolizan los numerosos intentos fallidos que han intentado acceder al interior de la puerta,

de algún modo u otro, pero que en ningún caso han sido fructíferos. Con intentos me refiero tanto a

personas, novios, amigos, amigas, familiares, hermanos, hermanas, compañeros o incluso

situaciones, acciones o hechos. Todas estas llaves han sido elaboradas de forma industrial, sin

embargo la llave de bronce ha sido íntegramente realizada por mí, por lo que sus atributos de ser la

única capaz de abrir mi interior cobran sentido.

La llave de bronce es capaz de abrir la caja de Pandora que tenemos olvidada en nuestros adentros

es una llave que surge fruto de las vivencias y aprendizajes que moldean nuestras vidas y que nos

obligan a veces a ocultar o aparentar para protegernos. Es entonces la llave nuestra mascara externa,

nuestro escudo protector, contra posibles malhechores capaces de destrozarnos el ego o hacernos el

corazón a trizas. Sin embargo la aparición de ésta llave suele ir acompañada de un suceso más o

menos traumático que provoca el cierre blindado del corazón. Ocurre también a veces que uno

mismo se encierra a sí mismo dentro de su propio interior, se recoge y oculta sus verdaderos

sentimientos y deseos, para centrarse exclusivamente a los demás, olvidando por completo su propia

personalidad y en muchos casos dejando de lado aspiraciones y metas.

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Aunque puede parecer que éste último estado de dedicación a los demás es una alabanza al

altruismo solidario no es más que una falsa apariencia ya que en realidad es una crítica hacia el

olvido propio. Entiendo como olvido propio aquel estado personal en el que uno mismo deja de

dedicarse tiempo para uno mismo, abandona sus aspiraciones, se despreocupa de sus ambiciones y

obligaciones, rechaza todo cuidado hacia su propia persona, y todo por satisfacer a una persona en

concreto o a un grupo de personas, de modo que su personalidad queda completamente anulada.

Dicho estado no es más que un estado de subordinación hacia alguna figura, a veces sentimental,

paternal, o política o incluso religiosa. Sin embargo mi instalación nace de mis propios sentimientos,

por lo que desde entonces he seguido un proceso para poder volver a encontrarme a mí misma,

poder volver a encontrar esa llave, que es mi propia esencia y que paradójicamente me había

encerrado con llave tras una puerta, y que ahora se encuentra incrustada en un bloque de hormigón.

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M E M O R I A T É C N I C A

Respecto a los aspectos técnicos referentes a la instalación hay que separar entre los 3 elementos

distintos que participan en ésta. El primero de ellos es la puerta cuya realización no fue necesaria ya

que se trata de una puerta real que existe en el Aula Ángel Ferrant y con cuya presencia ya contaba.

Las más de 500 llaves, provenientes de ferreterías de los alrededores, fueron recopiladas gracias a la

ayuda de amigos y familiares que acudieron en busca de las llaves defectuosas que desechaban en

las tiendas. La llave de bronce en el bloque de hormigón blanco, fue sin duda la parte más laboriosa

de toda la instalación ya que para ello primero tuve que seguir un largo proceso para fundir la llave. A

partir de una llave antigua, perteneciente a mis bisabuelos, hice un molde para copiarla en cera y

después poder fundirla en los hornos de fundición donde rellenarla con bronce fundido. Una vez

obtuve el positivo en bronce siguió el proceso para pulirla y darle brillo, hasta conseguir la llave que

vemos en la instalación. Para la realización del bloque de hormigón construí un encofrado con

madera recubierta por una capa de melanina e hice una estructura interna para evitar la

fragmentación del hormigón y que a su vez sirviera para poder suspenderlo de la pared. Los

materiales utilizados para la pasta fueron cemento blanco, arenilla de mármol y agua.

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I N S T A L A C I Ó N

La instalación de la pieza tuvo lugar en el Aula Ángel Ferrant de la Facultad de Bellas Artes de la

Universidad de Barcelona, lugar para el cual ha sido pensada. Estuvo ubicada al lado de una pequeña

puerta que conduce a un diminuto almacén de taburetes que se encuentra en la misma aula. Dicha

puerta fue la que utilicé para la instalación como símbolo de mi corazón, y a su lado, suspendido en

la pared, se encontraba el bloque de hormigón blanco con la llave de bronce incrustada en él. Justo

delante de la puerta, en el suelo, se amontonaban más de 500 llaves.

Una vez presentada la instalación, ésta despertó entre mis compañeros comentarios de todo tipo.

Por lo general el significado de ésta fue bastante evidente y fue comprendido por todos, aunque si

que hubo discrepancias con la forma de colocar las 500 llaves en el suelo. La profesora Ascensión

García, proponía una gran sala a modo de Bienal, que estuviera repleta de llaves y por la que los

espectadores pudieran transitar por encima, recordando a los primeros días de la exposición de Ai

Wei Wei. Otra sugerencia de un compañero de clase consistía en repartir las llaves alrededor de toda

la sala, de modo que pudieras pisarlas o apartarlas a tu paso. De hecho comprobé la reacción del

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público al manipular las llaves, tocándolas o empujándolas con manos y pies de modo que se creaba

un diálogo muy interesante y sugerente entre espectador y obra.

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C O N C L U S I O N E S

Para finalizar y como conclusión, creo sin duda que la adición de más llaves desechables en el suelo

de la sala, o incluso la completa cobertura de éste, le otorgarían a la pieza mucha más presencia

física, ya que sino su presentación queda desmerecida y empobrece al global.

Otro aspecto derivado de la instalación es la continuidad personal para poder abrir la puerta y que

me permite desarrollarlo como parte del próximo proyecto instalativo para ésta asignatura y que

consta de la germinación de semillas en hormigón, como muestra del poder de la vida, de la fuerza

inagotable para abrirse camino y dar lugar a la vida a pesar de lo muy extremas y desfavorecedoras

que sean las condiciones y el medio en el que se encuentran.

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