Cayez - Aspectos Del Desarrollo Industrial de Francia en El Siglo XIX

5/10/2018 Cayez - Aspectos Del Desarrollo Industrial de Francia en El Siglo XIX - slidepdf.com

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P. MATHIAS, S. B. SAUL, P. LEBRUN,P. CAYEZ, D. C. NORTH, R. H. TILLY,J.-F. BERGIER, G. MORI, J. NADAL,O. CRISP, I. T. BEREND, G. RANKI,K.-G. HILDEBRAND, D. S. LANDES

Lt-\ REVOLUCION INDUSTRIAL)988.

,

Pr61ogo deJORDI NADAL

EDITORIAL CRfTICAGrupo editorial Grljalbo

BARCELONA

Pierre Cayez

• •ASPECTOS DEL DESARROLLO INDUSTRIALDE FRANCIA EN EL SIGLO XIXSEGUN ALGUNOS TRABAJOS RECIENTES

1. LA PROTOINDUSTRIALIZA<;::ION EN FRANCIA: UN MODELO A PRUnBA,

~No hay acaso cierta audacia al querer presentar en una veintena

de paginas los rasgos originales del desarrollo industrial de Francia

en el siglo XIX, cuando, desde. hace algunos afios, han aparecido

VaDOS volumenes que tienden a proponer una sintesis 10 mas 'exhaus-

tiva posib1e?

Recordemos, en efecto, las sucesivas. publicaciones de L'bist oire

econornique et. sociale de la France bajo 1a direccion de Ernest La-

brousse y F. Braudel(en especial, el tomo 2 en dos vollimenes Iecha-

dos en 1976, sobre los afios de 1789 a 1880; el primer volumen del

tomo 4, aparecido en 1"979, que llega hasta 1914), los tornos 3y 4

de L'blstoire economiquc et sociale du lYfonde, bajo 1a direccion de

Pierre Leon aparecidos en 1978 (tomo 3: Lnerties et revolutions,

1730-184"0, dirigido por Louis Bergeron; tomo 4: La domination

du grand capiialisme, dirigido por Gilbert Ganier), los vohirnenes de

Cambridge economic history 0 / Europe (volumen 1: The industrial

economies: capital) labour and enterprise. Part I: Britain France,

Germany and Scandinavia, Cambridge University Press, 1978).

Y, finalmente, la ultima y brillante simesis de F. Caron: Histoire

.economique, de la France} X I x e _ X X I ! siecles, aparecida en 1981.

.·~"·:~""·'Frente'~"la:multii;lfcaci6-ru"del a s sfntesisy a, 1a abundancla docu-

mental) nuestra opcion s610 podia set selectiva: proponer algunos



lOS LA REVOLUCI6:--: n;DUSTRlAL

•:~;:-i3S ': algun.is problcmrir icas carncterisr icas , [.1arci:drnente rcnovadas

por la mas recierit e produccion historiocra fica.

EJ antiguo e intermicable interro~ante sebre las callsas \. los

orfgenes e la evo ucion in ustrial ha vuelto a set uesto a la

or~len del dia por las tesis desarrolladas por el historiador estadouni-

aeii-se F. l-,IendeJs, Idecididamente francofono \' asiduo de las unizer-

sid-ades i:r :1nceS:1s.La presencia de Franc;ois lvlendels durante un anac;~'ia Universidad de Lyon IT, su union con P. Deyon para la prepa1'a-

CIOO'del tema «La protoindustria1izacion: Teoda y rea1idad», del

\frn Congreso Internacional de Historia Econornica de Budapest

CD 1982, colocarori en primer plano. de la reflexion historica francesa

<::1erna de la protoindustrializaciou y ello se ha puesto de manifiesto,

esencialmente, en dos mirneros especia1es de 1a Revue du Nord dedi-

cados «Aux origines de 1a revolution industr iel le»."

. Los propositos renovadores sobre la protoindustrializacion alien-

tan la ~ experimentada POl' todo historiador ante 1a irrupcion

de la discontinuidad y de las .E!lpturas brutales en el desarrollo cro-

nologico. F. Mendels interpretaj en efecto, las indus trias rurales, arte-

s~_~les, como 1a primera etapa de 1a industrializacion modema, de laRevolucion industrial y no corrio ell5ltimo avatar de un antiguo regi-

m~n economico declinante y moribundo. La multiplicacion de los

talleres nlrales, el aumento consecuente de ']a roducci'

a-un merca 0 exterior y a menudo lejano han transfol-mado la eco-

naTUra rural y las estructuras demoaralicas rie s hacia la

((s§Ere oblaci6n ~a protoindustrializacion permite 1a acumulacion de.capital, la organizacion de los mercados, la difusirin del conocimiento

. t?_cn;co, es deci!', la reunion de algunas de' las condiciones necesarias

p~ra el desarrollo de las indllstrias modernas. El fracaso, mas que el

exito , de la Revoluci6n industrial en una dete!'~inada region parece,

1. Entre sus nurnerosos trabajos, citernos, en particular, su tesis, Indus-trialization and population pressure in the ),_'1/IIIth Flanders, 1969; y var ies

artlculos: «Protoindustrialization, the first phase of the industrialization pro-

cess», Journal of Economic History (marzo de 1972). «Aux origines de la pro-

toiridus trialisation», Bulletin d'Histoire Economiqllt? et Sociale de la RegionLyonllaise, n." 2 (1978).

2 .. El primer mirnero (0.° 240, eriero-marzo de 1979) comprende 12 artlcu-

los, cl segundo (n." 248, enero-rnarzo de 1981) contiene 16. Hemos de afiadir

la rcflexion de P. Ieannin, «La protoindustrialisation: dcveloppernent ou irn-passc?», Annoles (enero-febrero de 1980).

. :I

ASPECTOS DEL DESARROLLO I!' --.'DUSTRI.-\L E~ FR.A1'CIA 109

P!,!(:S, <lsombroso. CPo" que un~ , zona que haD!;) , conocido un tue rie

desarrollo protoindusuial no ha podido acceder a hfase postenor

de 1a indust-.:ializaciou? El caso breton merece, en esta persoectiva,

u~ reexamen en profunciidad.

, La instauracion de los sistemas protoindustriales interesa tanto

al sialo XVIII como a la pr imera mitad del siglo XIX frances. De eS(:1o '.

manera, durante todo el siglo XVIII bajo e1 impulso de la dernanda~terior e'stimulada por el capita.lismo comercial, grupos de comer-

cian tes e.."\ .-plotaronlos yacimienros de mana de obra rU!_~... ,l lle;Q9s

costosa y mas abundante que 1a de 1a ciudad. Las actividades ::,ne-

sana1es siguieron la evolucion esbozada desde et siglo XVII abal=tClO-

nando fa ciudad y propagandQse por 1acampllia circl1ndante. Se esta-

bleci6 asi la dicotomia clasica entre las funciones dirigentes y aha-mente beneficiarias de 1a cil1dad y la funcion productiva localizada

eJi el campo, ya sea bajo la forma del domestIc system 0 de 1a Honca.

Como otros estados europeos, Francia se cubrio de nebulosas proto-

industriales, desde las viejas zonas textiles del norte de Franc1a 3

hasta las paiierias del Languedoc.4 Las conse . s de este feno-

meno fUeton numerosas, en particular en el ambito demo t~. co· elmantenimiento en su lugar de origen de 1a poblacion rur ·ue Iavo-

recido por 1a progresiva teduccion del exodo rur~, 1a sobtepobla~ion

del campo se acentuo y es probable que la alfabetizacion retroced.iera.

Si 1aprotoindustrializacion constituyo 1aprimera e~apa del desa:~~~o

industrial el trabajo artesanal no parece haber sIdo una condlClon

previa ne~esllria para 1a inte nlcion de los traba' adores e 1a f 'brica~_

y a que as dos formas de actividad las dos mentagdades P.!'l~

emasiado . erentes. Si el taller familiar fue un medio favorable

para 1a improvisacion r ex erimentacion tecnica no se adecuaba a

pesar e algunas ilusiones tarruas, a 1a mecanizacion. 1vI~ue como

realidades antagonicas y competitivas, el trabajo a dornicilio y las

I2rlIDeras formas del trabajo concentrado aparecen como actividades

IIf

I,.

3. Entre las obras recientes, d. Ph. Guignet, Afines, manujact ures et.

ouuriers a ll Vnlenciennois al l XVIII ' s teele. Contribu tion a l 'bi stoi re du t raoai!

dans l 'ancienne France, Arno Press, Nueva York, 1977; Ch. Engrand , «Con-

currence et complcmentarite des villes ct des campagnes: les manufacrures

picardes de 1780 a 1815», Revue du Nord (enero-marzo de 1979). .

4. Cf. J. Perrot, H. Coudrie.. J. Ch. Carriere, «Capitalisme commercial e

Iabriques dans la France du sud-est au }''VIlI' siecle», en Negoce et in d u st ri.

en France et ell Irlande au )OlIII' et XIX' siecles, CNRS, 1980.



1[0 LA REVOLUCI6N INDUSTRIAL

complementarias. Como sefialo P. Devon: "En cste ClSO L .1 crotoin-

dus trializncion prorege y genera con los menores riesgos]a Re\~oluci6n

indus trial»." -

Pnralelarnente a la reconsideracion del viejo artesanado dentro de

las 111-11'a5enovadota5 de 1a protoin~izaci6n, la hlstoriograHa

fr'flncesa multiplica los trabaJos sobre las pnmeras tormas del trabajo

industrial concentrndo, particubrmente signi.ficativas 3UD y sobre

to?O 5i no recurren a la .mecamzaci6n. Los ttabajos en curso de

G. Gayot sabre 1a manu±actura de Sedan en los siglos XVIII y XIX,

de S. Chassagne sobre el nacimiento de la industria algodonera en

Francia (fines del siglo :-' 'VIII - 1840) Yde D. \~oronoff sobre 1a indus-

tria sidertirgica francesa durante 10.Revolucion .y el Imperio, tratan,

a 10.vez, de los precedenres de la industrializacion en cuanto a la

dispersion y concentraci6n de los factores proc1uctivos y plantean, al

mismo tiernpo, los problemas de la existencia y de la supervivencia

de las prirneras grandes ernpresas industriales+ En efecto, la mayoda

de las grandes creaciones de fines del siglo XVIII 0 de la epoca impe-

rial fracasan a cornienzos del siglo XIX con el hundimiento de la em-

presa Ternaux a1 final del Imperio, yean el debilitamiento y luegola desaparicion de la empresa Oberkampf bajo 1aMonarquia de julio.

Los accidentes que sacudieron a estas sociedades recuer dan, .de rna-

nera oportuna, el ya antiguo debate sobre las consecuencias econorni-

cas de la Revolucion y del Imperio. La vision pesimista prevalece, sin_

ninguna duda, en la mayoria de los' h!storiadores: «catastrofe na-

cionaI»paraLevy-Leboyer, «pastorizaciom> de la economla francesa

para F. Crouzet, para F. Caron «la Revolucion v el 1m erio acentua-

ron ese stanciaID..1ento[con InglaterraJ debido a la ruina del gran

cotnercio, a las percUdas de capitales, al aislamiento tecnico».7L. Ber-

geron subraya, sin embargo, que el periodo imperial sento las bases

de una verdadera iudustrializacion de Francia, industrializacion que

5. P. Deyon, «L'enjeu des discussions auteur du concept de proto indus-

trialisation», Revue d u Nord (enero-marzo de 1979), p. 13.

6. Las investigaciones dieron lugar a dena numero de publ icaciones.

Por ejemplo: S. Chassagne, Oberlsam p]: (In: entrepreneur capita/isle au sie cle

des LUllIieres, Paris, 1980; G. Gayot, «Dispersion etcbncentration de la dra-

per ie sedanaise au A'VIIl' siecle: I'entreprise des Poupart de Neuflize», ReVIle

dtt Nord (enero-marzo de 1979).

7. F. Caron, Histoirc economique de fa France, XIX' et - XX, siectes , Paris,1981. ". ,

ASPECTOS DEL DESARROLI.O INDUSTRIAL £.'\1 FRANCIA I I I

q~edo enrnarcadacn 10 sucesivo per una politica cornercial de signo

pro teccionista."

Sir: duda, [a reflexion sobre 1aprotoindusrrializacidn no es espc-

cifica de Francia. Los propositos y los modelos propuestos pOl'

F. Mendels tienen vocacion de universaHdad. Manteniendorios den-

tro del marco frances, replantean y confirrnan la reflexion desarrollada

sobre las -particularidades del desarrollo industrial del siglo XIX.

2. EL «DUALISMO nIDUSTRI.AL>:> FRANCES

c.rJli,w, d.~_·",U~·UtE,((':SU'C -~::;:-rBW

Durante largas decadas, el debate sobre la industria francesa

se d~sarrollcS,a menudo, en terminos de arcaismo y de moderlli.(lad';

de critlCa 0 de elOglO, en los que se cncontraba eDglobad.o·~r-;;;;-p~·

sariado de los periodos correspondientes." Frente a esta interpretacion

Jeroshechos que tieode a valorar el pasado con relacion a'~squemas

conternporaneos y con relacion a una ideologia implicita en el desarro-llo del capitalismo industrial, la_~storiograf1a contem12on1~~. pte£er~

la comprobacioo de los hechos y las tentativas de e:xpll~.~i6n_:_~derna 0 arcaica, 1 a industria francesa fue una de las mas importantes

&1 siglo XL"\': T aseguraba a la nacion un eso econo.mico_gl~e ya 00'

COOoClO espues. termino e duallimo industri~~~ bastaote

bien adaptado para esta percepcion «objetlva» de una situaci6n

industr1al compleja, cuya evoluCl.611Po tue ill uDiIin--eil-iJTunrvoca

y-esUtlliZado por un mimero creciente de historiadores_flfEl mismo

ha sido, sin duda,. tornado de Ia literatura consagrada a los paises

8. C£. L. Bergeron, Ban quie rs, n egociants e t m anujac t urie rs p arisie ns d u

Directoire a l'Em pire, Paris, 1978.

9. Asi en los escritos de P. Leon se encuentra lao £rase siguicnte: «Tam-

bien se ha reprochado al industrial frances su excesiva prudencia, su rechazo

del riesgo, suotemor a .la ..Inversion, su terror al credito y, finalroente, su inep-

tirud para concebir·grandesempresas... Sin embargo, si en la Francia del

siglo XIX una patronal retr6grada se aferra a siruaciones super adas , al rnisrno

tiempo, una nueva patronal emerge con fuerza» (Histoire economiqu e et sociale

de ia France, t. 3, vol. 2, p. 504)_

10. 0. F. Caron, Histoire economiqu e de fa France, Paris, 1977; P. Cayez ,

AUtiers Jacquard et bauts-journeaux, LYOll , 1978; Serge Chassagne, «Industria-

lisation et ..desindustrialisation. dans le.s carnpagnes Irancaises: quelques refle-

xioos'?(: pii:ti i ' id;S:~ib:tiJ.~';>;"ReVile dii Nord: «A1.L"<origines' de la revolution

industrielle: (enero-marzo de 1981).



112 LA REVOLUCrON U,DUSTRIAL

subc.lC5<1l 'wll.a?os: lo que no e ran ni Francia ni los otros paises de la

Europa occlcl~ntal en el siglo XI~;, Y SLl signiJic<lcion merece 'preci-

sirs::.:. . el duallsrno de los palses subcesD.rrolbdos impUo. una also-

ci~;.i~!~ ra?ical del sistema economico, mientras que, por el contrario ,

la.!!:~~str1a £rancesa habia adquirido mayor coherencia a causa de las

r~:\l.Ht~pleSinculaciones que uruan los dos subconjuntos constitutivos.

! = ) hecho de recurr ir a Ia nocion de dualismo perrnite igualmenteintegrar la no cion de protoindustrial.izacieSn. La historia en general,

Y_ ~ _histofu econeSmica y social, en particular, no presenta apenas

r~.12.~~~asbruta.les: las estructuras protoindustr iales se prolopgaron y

d~~-:~::.~_aron.hast<'- muy avanzado el Si810 XIX Y acompanaron. avu-

d~~l~ y iacilitaron la aparicion y despegue paralelo de luran indus-

t:~. AI menos hasta el Segundo Imperio,__ill_,groducci6n industrial

fr~c~sa se fUlldamcnt6 tanto en 1a manufactura tradicioual como .enla nueva industria modema.'<::::;'-"_- .

. La __onstataci6n mas tradicional de esta situaci6n consiste en la

comp!.obacic5n de 1a ausencia de concentraci6n de 1a mano de obra,.

Ei:amlnemos,. en principio, un ejemplo local: en 1866 el deparra-

.mento del Loira, uno de los mas industrializaclos de Francia, contabacon 32.278 ernpresarios industriales y cornerclales y 52.683 obreros

y e~pJ:eados.lI. Ahara bien, sabemos que el Loira poseia varies esta-

-blecimienros 5.lderlirgicos y metaltugicos que agrupaban a varies cen-

rtenares de obreros. Es decir, habia varies millares de obreros con-

c~~tl-ados, pero decenas de millares disperses que trabajaban a dorni-

cilio 0 ell pequefios talleres dedicados a Ia armeria la pasamanerfa laf / Al "erreterra. final del periodo considerado, el censo de 1906 indica

que todavia el 71 por 100 de los establecimientos industriales no

util izaban personal asalariado y reunian el 27 por 100 de la mana

de obra, mi~Ilr.:as que la fuerza de trabajo asalariada se repartla dela rnanera siguiente:

Establecimientos de menos de 10 asalariadosEstablecimientos de 10 a 100 asalariados

Establecim.ientos de mas de 100 asalariados

32 %

28%

40 %

!~n._los dos primeros tercios del siglo XLX/ las formas (,modernas»

o tecmcas de la industrializaci6n contlluaron siendo excepcionales,

t.-

11. C f. Yves Lequin, La formation de la classe ouvriere regionale, Lyon,1 977 , I, p. .398.

ASPECTOS DEL DESARROLLO INDUSTRlAL EN FRANClA

l?caLizadnsen algunas regiones v cn algunas ramas de acti \'id~~l

siderurgia de cooue, las minas de carbon, algilnas crislalerias y algu-

nas fabricas de productos quimicos 0 rnetalurgicos, secrores que alcan-

zaban, segun el indice de Francois Crouzet, las tasas de crecimienro

mas elevadas.

La produccion industrial renlizada de manera rotoindustrial t er-

mino eClCUamente preferible al de artesanado, continuo desarrollan-dose masivamente, pera menos nlpidameme de 10 ~que 10 hicieroo las

industrIas mas ampliamente modernizadas. AqueJla predominaba eIl

casi todos los sectores- de 1a produccieSn de bienes de consumo

en part! ar, en e1 conjunto de las industrias textiles, y durante

muCho tiernpo a1:'lorto la mayor parte del valor anad ido por el sector

inaustr iai . Segun Markovltch, entre 1840-1845 y 1860-1865, el creci-miento de la produccion industrial habria sido del 50 por 100, del

cual alreded.or de un tercio corresponde a 1aproduccion «artesana» y

los dos tercios restantes fueron debidos a 1a i ndustria. Esos aspectos

generales, por otta parte bastante conocidos en la actualidad, son

confi..rmados y sostenidos por algunos corolarios. La industria frances a

difiere grandemente de 10 que odemos deno~ar el modelo tecn~16grco1;ritanico, el cua se basaba en el carbon (mas escaso y mas caro

en Francia), eJ:?1a maguina de vapor y. ell 1a industria algodoneta.

En 1861-1865 por 10 que respecta a los 100.163 establecimientos

existentes en Francia, sin contabilizar los de Paris y de Lyon, la dis-

tribucionde la fuerza motriz empleada era la siguiente: U

~1otores hiciraulicosMotores e6licosMalacates movidos por caballerias

Maquinas de vapor

60 %

8,1 %

0,9 %

31 %

POt otra parte los mayores usuarios de euergia de vapor eran, eIJ

eJ plano naciona1, los ferrocarriles y en el plano regional, antes de la

difusion de 1a via ferrea, la navegaci6n interior: en Lyon, en 1854,

la industria empleaba 7.000 CV y la navegacion, 17.000.

La indu5tri( \ francesa del siglo XIX fue, en principia, movilizadora

d~ mana de obra: su principal recurso fue la explotacieSn de 1 . 9 . . " . : ;

12. Francois Caron, Histoire economique de la France aux XIX' et XX."

siecles, Pads; 1981; P': In'



]H LA REVOUJCI6N r:-/DUSTRIAL

«vacirnientos de mano de obra» rural, abund.lntes, disponibles y, por

tanto, bar::nos hasta las ultimas decadas del siglo. La duusion ddi lornest ic sys/ern y, paralelamente de la fabrica aseo specia1-

mente a pro uccion de los objeros en gran Y cfLP_e.que.n.a.__e.scla.

Dejando al margen la cuestion de eventuates segundos objetivos de

carrict er politico y social, basta recordar que la mana de obra rural

era menos exigenre en cuanto a los salarios; que la posibilidad de un

repliegue momenraneo hacia las actividades rurales permitia, de acuer-

do con la coyunrura, el despido Lkil; que las actividades Eerncninas y

masculinas eran par ticularmeute complementarias y no competitivas.

El estudio minucioso del desarrollo de las industries rurales rnuestra

Ia busqucda por parte de los empresarios de Ia mano de obr a mas

bara ta y tarnbien de la mas habil.

En el transcul'SO del siglo XIX y pOl' 10 que respecta a los estable-

cimientos que concentraban «estadisticamente» 1a mano de obraL

1a

orgaruzaClon del trabaJo permanecio durante mucho tiempo jomuta-

bre, con el pago adestajo y el trabajo en equipo dirigido por un obre-

[0 altamente cua.l.ificado, tanto en las minas como en 1a siderurgia 13

y en la industria cristalera." Tecnicamente, muchas grandes fabricas

aparecen mas como una yuxtaposicion de «ar tesanos» que como una

concentracion de proletarios. Esta situacion era deseada a 1a vez por

el ernpresario, que no tenia ue ado tar nuevas formas de organiza-

CIon e1 tra ajo, y por los obreros, gue ve.tan en esto un limit~

petaIaa de autonomia y a su desarraigQ_cultural, v ademas resultaba

il;~puesta pOl' las tecnicas poco revolucionarias utilizadas por esos

establecimientos.

En las empresas que seguian la senda progresiva de 1a industria-

lizaci6n, la organizacion dualista 0 dual permaneda casi siempre

vislble, en partiCUlar en el sector textil, q:>n numerosas variantes posi-

bles: hUatura fabri1 y tiraje a clomicilio 0 tisaje concentrado, con

di;ersas operacicnes realizadas en las carnpifias circundantes. En con-cordancia con estos modelos de resis rente prctoindus trializaci6n,

S. Chassagne cita, a la vez, las indus trias algodoneras de Choletais,

de Roanne, de Mulhouse, la boneteria en Troyes, el trabajo del

13. Cf. Yves Lequin, «Les ouvriers de la region lyonnaise. 1. La forma-

tion ... », op. cit. " . . .14. Cf. J. Scott, The Glass urorkers of Carmau x (1848-1914), French crafts-

men and political. action in a 19th century city, Harvard University. Press, 1974.

. " ~ 1' Ii

ASPECTOS DEL DESARROLLO HIDUSTRIAL EN FRANCIA 11.5

-d9;lmo en .A.nger~",y en e1 departamento del Sarrhe, la producci6n

d e 'teias de algcdon en la "uta Norrnandia." Ciremos otro ejcmplo

que resulta aun mas sorprendente: las seda s Fabricadas en la region

de Lyon. Utilizando una materia prima de alto valor, a1 que se agre-

gaba un valor afiadido tambien elevado, la producci6n de tejidos de.

seda permitia exporraciones bacia mercedes muy aroplios, en particu-

lar anglosajones. Durante el Segundo Imperio las sedas ocupaban elprimefIugar e n ;}as exportaciones trancesas. S in embargo, la prDclUc-

. ciao sedera subsistio durante el siglo XIX en una· tase de autentica

p~otoilldustriaIiZaci6n, a diJerencia de las otras llldustrias textiles.

If~i:aIelrupente a los cficios urbanos, se desarroUaron, aunque con un

ritmo mas rapido, los oficios ruraIes; la busqueda sistematica de la

mano de obra rural bara ta permiri.6 crecimientos mu notables de

la pro uccion e unos articulos, cuyos ejemplares de mayor calidad

seguian siendo, sin embargo, fabricados en la ciudad. Se recur rio

Iimitadamente a la fabrica y se utilize y perfecciono una forma origi-

nal de establecim.iento concentrado: la fabrica-pensionado, que em-

pleaba mana de obra £emenina menor de edad. AJ.rededor de 1C!

fabric a se multiplicaban los telares rura1es. Q.e esta maDera una indus-

trj.a con estructuras de producd6D totalmente tradicionales ocupaba

el primer puesto de, las exportaciones francesas. ..

.....,Desde esta. perspectiva,(sepuede seguir manteniendo l~.distin-

cion entre una mayocla- de empresarios «arcaicos» y. . un Ew.}ado de

audaces innovadores? Esto implicaria ue el ern resario del s_i.g10 : r x - , .e . verda era empresario en todo caso, era una especie d~y~roe del

progreso tecnico, especialmenre encargado de moaern:IZar la eCOl1O-

mia. La realidad parece sensib1emente diferente: el impera'i ' iv"C>delbeneficio y de 1a gananCla se imponia en los empresarloscrersr-

010 XIX, los c1.laies, debido a ello, adoptaban muy a menudo una

~rgaci.zacion tradicional de 1a producci6n y a veces, al ~"jj-l2.0der

actual:' de· otra' manera, corrlan el riesgo de la innovacion tecnica . Par. tanto, ante 1a perspectiva de utiliZar equivocamente e1 ter~Po ~rte..s~nado,' aun. empleaCl'O''poinuci:ierosos 'autores; 'parece necesarj_C?~n-

ciar a el para adoptar el.de protoindustrializaciori. Diferentes estudios

sociaIes sobre el «artesanado» frances y europeo durante el siglo XIX

nos muestran que esre perilla progresivarnente toda independencia

II.r

. ; ", :1 '3 . . ,; :, .' ~. ,~ . . ~ . . .. . : .; \ .~ :. ~~ :. ._ .' ,~ ' . .: ,.:1, .." ....,,..• '-.

15. Cf. Serge O l a s s a g o e ; . «InduStrialisation' ... », op. cit.



econornica." Los n1"tesanos\'ie1"onpaulatinamente conado su acceso

-,irccto d mercado que durante rouc 10 tiempo .1J. 1. 1 caracteriza 0

su-~abajo y se convlrtieron, en realldad, en asabriados a destaiog~e

:',abajaban a clomicilio. Otros indidos conil.rmnn esta ev01uci6n: el

a.ritIguo taller, que contaba con numerosos com aneros a rendice~

reduJo poco a poco sus e ectivos, y a ales del siglo XIX unicamente

ri.:B"Jajabanen el el antigllO maestro y su esp-osa, 1" pareja del trabajo

a_~\omicilio. L,a crisis y decadencia del aprendizaje confirm" 13 muerte

del artesanado. Consecuentemente, la independencia del trabajo indus-

l i T a JL Iejos de ser el signo del ascenso social, era, POt el cont1'ar10, la

ll:!assegura garantia de la autoexplicaci6n del trabajador a domicilio,

u~<:o medio para el de proteger una ilusoria libertad econ6mica ysocial.

-De manera que Ia primera fase del c:lpitalismo industrial frances

no secaractenzo tanto por la lDtroducci6n masiva de tecnicas nuevas

como POl- Ia movilizaClon, 1autilizaC16n y la organizaci6n siste~

qeJ~mano de obra, e~ declll de las distintas fuerzas de trabajo dis-

ponibles: artesanos tradicionales, poblaciones nuales gtupos popula-re§__!ltbanos.

Por otra parte, la dispersion estadfstica de los establecimientos

oculta las multiples tentativas y los numerosos exitos de la concen-

tracion empresarial. A comienzos de siglo, la coyuntura imperial

favorecia las experiencias en ese sentido. Oberkampf en la produccion

de indianas," Richard Lenoir en la hilatura y e1 tisaje de algodon y

Ternaux en el trabajo de la lana 19 encarnan ese sistema de un capita.'

Iismo industrial en grandes unidades de producci6n sin la introduc-

16. En los niimeros de julio-septiembre de 1979 y de enero-febrero de 1981

de la revista Le MOtlvement Social se publicaron una serie de articulos sobre

la pequefia empresa, artesanado y pequefio comercio en Europa durante los

siglos XIX y xx, £ruto de investigaciones realizadas bajo la direcci6n de H. G.

Haupt y P. Vigier.. 17. Yves Lequin sefiala a este respecto que «la aparicion de la maquinn-

ria DO impide, en principio, que haya movilizaci6n del trabajo manual... La

fabrica es 1a excepcion, el nuevo proletariado DO puede ser defi.n.iclo por su

concentracion geografica», Histoire economique et sociale du monde, t. 4, p. 344(hay trnd, cast.: P. Leon, ed., Historia econ omica )' social del m undo, 4. Ladominacion del capitalismo, 1840-1914, Madrid, Encuentro, 1980). Cf. tarnbien

]. P. de Gauderoar, La mobilisation generale , Paris, 1979.

IS. Ct. Serge Chassagne, Oberkampf . .. , op. cit.

19. Lomuiler, Guillaume Temaux, 1763-1833, Parls, 1978.

ASPECTOS DEL DESARROLLO INDUSTRIAL E:-': FRAl'CrA. 117

c r o n m a s i v a de te c n o l o g f a nueva: e r n p le a b a n , encuadraban y c o n t r o -

laban a rn ill ares de trabajadores, de los cuales una minor ia sc 1 1 ;1 L b •

ban concencrados en algunos establecimientos, mientras que una rna-

voria trabajaban a . dom~iciUo,disperses en zonas rurales. Es ta fuerz:l

de trabajo se eocootraba, sin embargo, estrechamente controlada y

obligada a una disciplioa de trabajo por 13.presencia de capa races

y par la presion del sistema de retribucion a destajo, que podia serreducida e incluso anulada en caso de prcduccion deficiente: «Richard

Lenoir encarnaba un nuevo modelo proroindustri al, que mezclaba

fabrica y trabajo disperse, uno de cuyos principales mcritos fue la

aculturacion de las viejas poblaciones industriales en la nueva c 1 isci-

plina indus trial».20

Toda 1a;1storia de lasederia 1iooes3en el siglo XIX ilustra tam-

bien\estos fenomenos coexistentes de dis ersion de los estable.£!.m.kD:

tq's pot una parte y e concentraci6n empresarial por otra. S.in duda,

las viejas casas especializadas en 1a produccion de tejidos altamente

el~borados, rouy a menudo ya en decadenda, se manteruan fie1es a las

viejas reladones casi contractua1es con los tejedores urbanos. r~lcotttrarlo, las grandes casas de telas seocillas que se desarrolla~on enel sio-loXIX utilizaban masivamente 1amana de obra rural. En torno

a unonucleo fabril constituido por las fabrica.s-pensionados, que posi-

bilitaba un control directo, pero parcial de 1a torcedura y del tisaje,

millares de tejedores, encuadrados por una red de capataces, trabaja-

ban en todos los departamentos del sudeste para casas tales como

Schulz, Bellon-Couty, A. Giraud, Cl. J. Bonnet 0L. Permezel, Ia cual,

en las iiltimas decadas del siglo, empleaba 5.000 tejedores sin recu r'ri.r

a la concentracion fabril y disponia de una organizaci6n cornercial

que abarcaba unos quince pafses. La fuerza de esas empresas resi~a

en la posesion de un capital, en el control de los circuitos cornercia-

1es, en la habilidad, en el desarrollo de 1afuncion empresarial y en k

organizacion de la mana de obra.

Entonces se ueden considerar «arcalcos» todos esos empresa-

rios? En absoluto. Diriamos, mas bien que eran, en genera, uerios

administradores y sagaces calculadores. E9 efecto, en las condiciones

de la epoca, su sistema industrial funcionaba con los mfnimos cosros

y ros menores riesgos. Ello permitfa reducir el capital fijo 21volurnen

. . .", ": :~.:~. , ';, _:'. \

20. : Cf. , Serge Chassagne, «Industrial isation . .. », op. ci t. , p. 50.



118 L\ REVOLUCI6N INDUS1'RTAL ASPECTOS DEL DESARROLLO I~DUSTRIAL EN FRANC!,\. 119

3. Los SiNTOMAS DE UNA CRISIS

6 i : J b s Y:san:mcias g~bs empresas descendieron Jcusacbmente:1 Pede-

mos recordnr d~ rnaner a sucinta las principales camas de In . desacele-

r~ci6n del crecim.iento industrial frances en las ult irnas decadas del

siglo XIX.Z2

L£l_C};i.sisagricola parece haber sido un factor determinnn teo Des-

pues de. «In edad d e oro», del Segundo Im~erio. ~l princi.9_;lL~r

p~oductlvo de,. 1 ; 1 . economla frances a expenmento una cOfl,tracclon<;Iurante la decada de 1880. a£enando al principal merc;1do d_~.!lL

parte de 13 industria francesa7 es decir. el mercado interior. EI des-

censo del crecirniento de la renta per cripitn (situado entre el 0,6 y

el 0,7 p"'or 100 de 1865 a 1894) fue fundamentalmente debiclo a In

muy f1!.erte calda de la tasa de crecimiento de la renta generada por

el sector agricola, ya que el producto total de la agricultura solo

aurnento un 0,26 por 100 de 1865 a 1900.

Est a crisis agricola se debio en parte al desarrollo de In cornpe-

tencia internacional. La aparici6n en el mercado frances de las pro-

ducciones de los paises nuevos y coloniales (tEgo ameri~.?:.'2.0' lana

australiana, oleaginosas tropicales) comport6 una dura competencia

para los productos nacionales. La aparici6n y el ascenso de nuevosproductores industriales, Alemania, Suiza, Rusia, cuya prod~c~

~enudo era mas barata que'la de las indus trias Irancesas, frenaron las

ventas por 10 que respecta a los Clientes tradicionales y Favorecieron

el declive comercial, Algunos productos industriales sus !ituveronprogtesivamente a producclOnes agrfcolas como las de los colorantes

naturales (granza, pastel). AJ_gunos acc.lclentes, como la en(~!:"medad

~el gusano de seda (pebrina)y de lavid (6.1oxera) se agregaron a los

otros elementos negatlvos para agudlzar Ia CrISiS. En sumo., la produc-

cion agricola tesultaba mal adaptada respecto a una poblacion COi1

un mavor mvel de urbanizaci6n v de renta. Todo esto desemboc6 en

~a caida general de los preclOS ~grkolas e 1I1dustriales que c'~mel1zo

alrecreaor de 1870, coflfu1Ilando Ia tendenCla general seciJlar-y-obli-

gandoala mayorta de los productores a revisar su politics ecoriomica.

El desarrollo de la competitividad intern a parece tan fundamen-

tal como dificil de medir. Este constituia el resultado de 1. 1 aperture

:Tl:1S bajo Dosible. y a~ro\'ech:3rse del marco de 'Jl1:1 nnanciacion tra-

[licional " poder asi beneficiarse del sistema bancario existente, Dado

que la utilizacion de las reservas de mano de obra cospb:3 menoS'" que

la..:tilizaci6n de maquinari:l., no habia razon para mecnnizal' la em-

p._:esa y correr un riesgo suplementario. Puesto que se disponia de

fuerza hiddulica y que esta era mas barata , no habra razon para

emplear la energia de vapor. La racionalidad economics de estosernpresarios parece evidente, salvo que se pruebe que un empleo mas

precoz de la maqui na de vapor y de los telares mecanicos les hubiera

proporcionado mayores ganancias. Por otra parte, una industria tan

p?_co rnecaniznda como la sederia no 'registro, pdcticamente, guiebras

durante el siglo XIX v las ernpresas con dificultades fueron liquidadas

sin mucho ruido v sin perjuicio de reorganizarse al cabo de poco

tiempo.

Hasta el ult irno cuarto del siglo XIX, t; l crecimiento frances Tue

notable y se siruo en una tasa anual de alredeclor del 2,5 por 100;

aunque el mismo fue menor en valor absolute que el de Estados

Unidos, el de Gran Bretafia y el de Alernania, la tasa de crecirnienro

pet capita fue equivalente a la de dichos paises. El caracter dualistadel crecimiento explica el doble 'uicio ue tradiCionalmente se ba

el~iltido so re a in ustria frances a : condena del «ma t lUSlamsrno» y

del arcafsmo economico e ilusiones acerca de su u' anza T modermdad.

E? resumen, so re esa do Ie base, la industria francesa'colloci6 asta

I? decada de los aDOS 1870 un crecimiento tal, que no habra razones

para dudar de 13 eflcacia del sistema.

D~sde finales de la decada de 1860, pero sobre todo en la

siguienre, el sistema industrial, que hasta entonces habra funcionado

bastante bien, revelo sus insuficiencias. Las tasas de crecimiento de

1a ~enta nacional y de In producci6n Industrial dec;:linaron y cayeron

progresivamente pOl' debaio ael nive! de' incremento secular. Tres

indices de la producci6n industrial francesa concuerdan en ello

(T. J. Markov itch: 1.7 por 100 para el periodo 1870-1895; M. Levy-

Leboyer: 1.64 por 100 para el periodo 1865-1890, y F. Crouzet:

1,46 por 100 para el periodo 1854-1905). Paralelamente, los' bene-

21. Cf. J. Bouvier, F. Furer v :\1. Gillet, Le mou uem en c du profit en

France, Paris. 1965.

22. Cf. M. Levv-Lebover, "La deceleration de l'economie francoise dans la

seconde moitie du 'XIX' 'siec!e», REvue d'His/oire Economi que et Sociale, 4.

(1971).



1 .J o LA REVOLUCr6N Th'DUSTT!.IAL ASPECTOS DEL DESAKROLLO I~DUSTRIAL E:-': rRANCIA 121

:.':1 mcrcado £r.1[-:C:::s,el cual Iunciono hastn oue la terrninacion de lo

red Ierroviar ia hubo desarrollado todos sus 'efectos sobre una base

arnpliamenre re g ional , La un.i.ficacien del mercacio in tertor :1cabo con

l;;,s rentas de sitllacio[) 1;ered2,das del pasado \' oblige tanto 3,1 cierre

de cmpresas como a su reconversion. El ejemp10 cle la siderllrgia es

particularrnente elocuente. Sinduda, esas evo1uciones eran beneficio-

s~-I~'amedio plaza, pero a corto plazo irnplicaban adaptaciones a veees

oenosas.

-~ bases de 10. industria, esencialroente dualistas, se vieron cues-

tionadas. Las reservas de mana de obra rural dis onibles b as

-tendfan a agotarse, 0 que se tradujo, deiando aparte la cuesti6n

c1cfdesempleo coyuntural, en un alza ininterrurnpida de los sala ries.

Pese a 1a incertidumbre de las estadisticas, F. Caron subrava «10. C2S1

desaparici6n del desempleo cronico y una casi desaparici6n del desem-

pleo carnufladosP

El lento aumento de la mano de obra indus'trial frances a im Ii"

caba que to 0nuevo esarro 0, sustentado necesariamente en nuevas

t~~cas, solo podia teaIizarse transfitiendo efectivos de los sectores ;.

tradicionales hacia los sectores mas recientes. Este conflicto entre',a~~ividades tradicionales y nuevas se e..'<ptesa a t~aves del juego de

los salarios: estos son mas elevados en las nuevas ramas fabriles

que en aquellas en que subsiste el sistema de 1a protoindustriglizacion.

De manera progresiva, los salaries mas elevados desplazan a los bajos

salaries. Ello constituyo un problema de logica interna del sistema

industrial: Ia coexisteocia entre un sector capitalista y otro que 10

era menos se hacia diHcil en la medida en que el capital inver tido

no obtenia el rendimiento maximo que hubiera podido obtener en el

marco de un sistema de produccion mas homogeneo. La relaci6n

hilatura-tisa]e, por ejernplo, era evidente: 1a rnecanizacion de la pri-

mer a actividad implicaba, en un p1azo dado, la de 1a segunda.

Ps-o 10. desaceleracion de finales de siglo no fue una larga crisiscaracterizada por 1a caida de 10. produccion y de los precios y por e 1

aumento de las quiebras, y terrnino en una recuperacicn , Es mas,

c0D.1J2ort6 una verdadera reestructuracion del conjunto del ;r~a

economlco. Una evolucion analoga se desarrolbba, por o1:r:1 parte,

cola agriculh{ra, pero en menor grado, ya que las actividaaes de---.,r

cr ia de canado , a partir de esas decades. conocie ron un ,"er(belen,

impulso, rnientras que los precios bajaron ?OCO en es t e sector.

4. HACI.'.. UN NUEVO DESARROLLO

El acrotamiento de los recursos de mano de obru en u n pais enque la mediocridad de su crecimiento dernogratico se afirrnaba implico

un desarrollo de la inversion desconocido en el siglo XIX. 0. partir

de 1880 el nlimero 'de caballos de va or creDO muv fuertemente

(e 1880 a 1896: 5,4 por 100 por afio ; 1896-1901: 8,7 por 100;

1901-1906: • por 100), 1 0 que posibilito un creciente incremento

de 1a p roductividad de la mana de obra. Por primers vez a 10 largo del

siglo el aparato productive, y no el sistema de transporte, se coo-

virtio en el primer cliente de los fabricantes de rnaquinas de vapor.

T bien durante ese pedodo a1 os nucleos de las 2ctividades tex-

tiles protoin ustriales se derrumbaroo, como Dor e'em 10 sl. tisajederaIgo on en a ta ormandia; 4 por otra parte, los telares rna-

nuales retroceClieron rapidamente, siendo sustituidos por telares me-canicos que duplicaton los rendirnientos, como en el caso de la sede-

ria Iionesa."

El aurnerito de 1a inversion se hizo ya evidente eotre 1878 y 1883,

Ia cris" is de 1876-1877 fue un punto de partida decisivo para 1a trans-

fOImacion de ciertas industrias; pero esta tendencia, mectiati;:ad~l

por inversiones especulativas de irnportancia, quedo frenada pot la

cri si s de 1882-1884 y no tuvo continuidad sino a partir de 1890, para

persistir hasta visperas de Ia primers guerra mundial.

Al mismo tiempo aparecieron indus trias nuevas. Durante esta lar-

ga Iase de depresion economica surgieron nuevas prod1.1cciones que

se--saSaban en e l aprovechamiento de inventos recientes 0de inventos

~'as antiguos que no habian sido utilizados sisternaticamente. }~a

construccion de automoviles, 1a produccien de hichoelectricidad y

la -puesta a punto de sus aplicaciones IDetalurgicas y qUlmicas, 12 apli-

cacion de algunos avances de 1a qUlmic2 a 12 produccion de material

fotogd.hco, de pIucus sensibles y de peliculas fabricadas en grandes/,'"v1 ,..~ V ~-. -: \

- I: .)".'i~'~" ·~:,.i.J"'·c~...

24. c r. G. Desert, Les pavsan s du Cnlvados, Lille, 1975, III.

25. Cf. P. Cayez, Crises et croissance. de l 'induserie lyonnaise , Cl\.lRS, Pa·

23. F, Caron, Hist oire ecollollliqfle ... , op. cit., p. 25. ris, 1980.



122 LA REVOLUCr6N INDUSTRIAL

series en los aDOS 1890 par los herm;1nos Lumiere, apal'tXieron

d_urante este pe[)o~_o. En los pnmeros :1110S. las unldades de produc-

cion de estes nuevas indusrrias rnantuvieron dirnensiones modestas.

La industria autornovilistica parecia depender fundarnentalrnente de

la cunlificacion obrera '! se aclaptaba a la ac tividad artesana l real izada

en el marco del taller.:6 Unicamente In producci6n de equipos hidro-

electricos requirio desde el comienzo capita les irnpor tantes, y ellocornporto la intervenci6n de la banca. En el transcurso de un periodo

mas 0menos -la-rgo, estas nuevas indus trias se beneficia ron de una

verdaclera renta de situacion, ya que poselan un autentico monopolio

regional, nacional 0 aun internacional y tenian dificultades para aten-

del' a una demanda nueva que crecia sin cesar. Beneficios v ganancias

se hallaban en correspondencia can ese nivel de actividad creciente.

Durante el ultimo cuarto de siglo la forma juridica de las em pre-

sas evoluciono sensiblemente y enriquecio ·de esta mantera la tipolo-

gia del capitalismo industrial. A 1 0 largo del siglo XIX la empresa

familiar de responsabilidad colectiva habia dominado arnpliamente,

las sociedades anonimas se habian constituido lenta y dificilmente, y

esta formula fue reemplazada con frecuencia can ventaja por Ia socie-,dad cornanditaria por acciones. En el ultimo cuarto de siglo se pro-

: dujeron notables rnodificaciones. Gracias a las nuevas legislaciooes de

1863 y 1867, las sociedades de personn es y aun las sociedades civiles

se transformaron masivamente en sociedades an6nimas por acciones."

En ciertas industrias de estructuras particularmente tradicionales,

como la sederia, no fue hasta durante la dec ada de 1890 que apare-

cieron las primeras sociedades anonimas.' En estos afios tarnbien se

esbozaron las primeras forrnas de colaboraci6n entre empresas afines.

La cristalizaci6n de los 'primeros acue~dos en la siderurgia y en la

qufmica es bien conocida, muy a menudo se referign a la lucha contra

la caida de los precios, ala organizaci6n y a la distribucioride la pro-

duccion, aunque algunos cdrteles tendian a estimular el desarrollo denuevas producciones. La coyuntura de baja de precios , que predomino

hasta finales de siglo, explica en buena parte el origeudel fen6meno,

aun cuando se encuentran antecedentes de ello con anterioridad. El

26. Cf. P. Fridenson, Histoire des Usines Renault, 1898-1939, Le Seuil,

Paris, 1972; J. P. Bardou, J . . J . Chanaron, P ...Fridenson .y J. Laux, La reuo-

'/u/ioll' automobile, Paris, 1977.

27. Cf. C. H. Freedeman, Joint stock: entre pr ise in France 1807-1867 , The

University of North Carolina Press, Chapell Hill , 1979.

ASPECTOS DEL DESARROLLO INDUSTRIAL EN FR.ANCTA 123

naci&1iento de grupo'~. forma que ser:i tan carncrerlstica de la indus tria

francesa, data tarnbien de este perfodo. Los inicios de este fenorneno

pueden observarse en algunas ernpresas publicas CO!TIO las del g:1S; a

pesar de la multiplicacion de los vinculos financieros '! tecnicos,

subsisria Ia razon social de cada empresa. Como formas premonitorias

de las fusiones del futuro, se constiruian agrupamientos de erno resas

identicas bajo ~una iinica [non social, en Ins que se man ten ia la

propiedad personal de cad a industrial participant~ (las primeras olea-

das de fusiones se siruan en tre 1878 y 1883. y luego a finales de la

decade de 1890). De modo que es indudable. aun cuando ello no se

rnanifieste de inmediato en el nivel de las tasas de crecirnien ro , que

la industria francesa habra realizado las acciones necesar ias para llegar

a salir de la crisis. A pesar de los indices mediocres, el capitalisrno

indust rial frances se habra modi6cado profundamente y habra desarro-

llado, can cierta lentitud, los antidotes para neutralizar la caida de la

tasa de crecimiento: se habra vuelto mas capitalista y habra descu-

bierto por su cuenta algunas forroas de defensa y de adaptacion a los

azares econ6micos de la coyunrura.

Segiin el indice industrial de F. Crouzet, solo a partir de 1906el ritmo de crecimiento se diferencio muy nitidarnente del pasado 31

alcanzar una tasa de 5,2 por 100 hasta 1913 (Levy-Leboyer propone

4,42 por 100). Sin duda, permanece abierta la discusion sobre la fecha

del inicio de la recuperacion, ya que desde lines de la decada de 1890

claros sintomas la anunciaban. La observaci6n de la evolucion de los

precios en los ultimos afios del siglo podria incitar a situar en aries

anteriores la recuperacion del crecimiento; perc la gravedad de la

crisis del cambio de siglo demor6 el fen6meno durante algunos aDOS.

Fueron necesarios cerca de quince afios para que las elevadas tasas

de crecimiento de las nuevas industrias se generalizaran al conjun-

to del sistema productivo. De esta manera, en los afios que precedie-

ron a la prirnera guerra mundial, aquellas no tuvieron cornparacion

can las del siglo X1.X, y confirrnan la importancia de los carnbios

estructurales del capitalismo industrial frances en los veinte ulti1110S

afios de l siglo XIX. Este nuevo tipo de crecimiento mas rtipido anun-

ciaba los ritmos de las decadas de 1920 y de 1950. La ru p rur a con bs

tasas del siglo XIX era, pues, decisiva. .

Si se intenta e£ectuar un balance de lu industria Irancesa de

comienzos del siglo xx; se imponen algunos preguntas de actualidad

y algunas respuestas concernierites a los ternas de la decadencia y del



12·1 LA REVOLUCION INDUSTRIAL ASPECTOS DEL DESARROLLO INDUSTRIAL £i\ FRANCL\ 125

rct rnso. Recor demos , en principo , que el dual ismo heredado del

siglo XIX subsisria mas fuertemente que en otros grandes paises indus-

triales v cons tiruia una desveritaja de la que el tejido industrial s610

se libero lenrarnenre. La salida de la crisis se manifesto tarnbien en

la evolucion de los intercarnbios, la tasa de cobertura de la balanza

comercial mejoro constantemente a partir de 1895 gracias a un rnuv

[Udte impulse de las ventas de productos industriales al exterior.Como constata R. Girault: «(En conjunto, teniendo en cuenta rodas

las proporciooes, el cornercio frances parece que supo adaptarse a la

buena coyuntura mundial».28 Esta adaptacion no dejaba de tener sus

limitaciones, porque los productos franceses conservaban un caracter

lujoso, sus precios eran mas elevados y en consecuencia los posibles

mercados esraban limitados a los paises vecinos ricos y ya industria-

lizados capaces de comprarlos. Las producciones tradicionales conti-

nuaban constituyendo la base de las exportaciories y las industrias

nuevas, como la del automovil, aportaban tarnbien productos cos to-

sos. EI desequilibrio de la balanza cornercial y el equilibrio de la

balanza de pagos mediante las rentas de los servicios, del turismo y

de 1a repatriacion de beneficios de los capi tales exportados son Ieno-menos bien conocidos. Este tipo de evolucion caracteriz6, en realidad,

todas las economias nacionales que alcanzaban su rnadurez, como las

de Gran. Bretafia y de Belgica. E1 problema de las inversiones fran-

cesas en el extranjero ha sido a 1a vez estudiado y debatido por

numerosos trabajos, entre elios, en particular, las Aetas del II Colo-

quia de Historiadores Econornicos Franceses celebrado en 1977. Jean

Bouvier ha sefialado que a partir de 1911, la proporcion de los titulos

de ernpresas Irancesas en la cartera del Credit Lvonnais aurnento

considerablemente, como si 1a fase de autofinanciac'i6n de las indus-

trias nuevas tendiera a agotarse y que Ia magnitud de esas actividades

exigiera en adelante recurrir al mercado financiero. "

5. EMPRESAS Y EMPRESARIOS

podido ser consideradus como un clare expcncnte del rctr aso y del

des tase [ranees ." Y r\ cornienzos del siglo x ..x ia dimension media de LIS

ernpresas seguin siendo mas pequena en F rancia que en los orros

grandes paises indusrtializados. La estraregi a de 13 . diversicacro n

productiva y 1a utilizacion de un nuevo tipo de organizacion de las

unidades de produccion progresaron can mucha lentirud. La sociedad

Saint-Gobain rue piooera en este proceso al adoptar una est ructu ramultidivisional a partir de 1905, pero siguio siendo un prorotipo casi

unico hasta 1918. Por el contrario, numerosas sociedades adquirieron

participaciones finaocieras en otras empresas. Con posterioridad a

1912 las inversiones en carrera representaban un elevado porcentaje

de las inversiones totales en los sectores del carbon, del petroleo, de

las indusrrias textil y de equipos elecrricos. Los beneficios tota les

de esas empresas se vieron incrementados de esta manera por un

volumen creciente de beneficios financieros. Esos activos financieros

favorederon el desarrollo de las estructuras caracteristicas de los

holdings 0grupos. En realidad, las principales condiciones que hacian

posible 1a existencia de las grandes empresas en Gran Bretafia y en

Estados Unidos no existian en Francia. Los mercados de producrosindustriales eran mas reducidos, los servicios bancarios menos desarro-

llados. En 1880 dos tercios de la poblacion frances a residia aun en

pueblos, y en 1911 todavia el 56 por 100 de 1a poblaci6n vivia en

areas rurales. La ausencia de un vigoroso rnercado urbano ahogaba

toda tentativa de desarrollar una producci6n en gran escala y frenaba

la integracion de los circuitos comerciales por parte de las empresas

de produccion. Por el contrario, los elevados niveles de integracion

entre indus tr ia y comercio existentes en Alemania y Estados Unidos

cons tituian una Iuerte barrera comercial para la entrada de producros

franceses a dichos paises. En Francia los comerciantes mayoristas pare-

ce que re£orzaron su control sobre la produccion, acentuandose de

esta rnanera el protagonismo de los inrermediarios. En visperasde 1914 algunas empresas francesas apenas habian empezado a rea-

lizar directamente 1a venta y distribucion de sus productos, en espe-

cial la industria automovilistica. Entre finales del siglo XIX y 1914,

La organizacion de las ernpresas francesas en visperas de 1914,

aSI como 1as estructuras de direccion que dependian de aquella, han

28. R. Girault, Histo l re eco/lomiqae et sociale de fa France, Parts, 1979,

t. IV, vol. I, p. 232.

29. Ct. M. Levy-Leboyer, The large corporat ion it; modem France, en

A. D. Chandler y H. Daerns, eds. , Manageri li l hierarchies . Com parature pers-

pectives .. o n tbe rise of the modern industrial en/reprise, llirv::ud Universiry

Press, 1980.



126 LA REVOLUCI6N INDUSTRiAL

__er to nurne ro de fusiones perrnit io el inicio del proceso de integra-

cion en la quirnica, el acero y las indus trias mecanicas. Las ernpresas

rn.is poderosus consiguieron de es ta rnanern el control de las ma terias

primas 0 de componentes industriales sin recurrir .\ los capi rales ban-

caries y sin in tervenir en el rnercado financiero (creacion de la Thom-

son-Housroo ). E1 notable desarrollo de las nuevas indusrrias en Fran-

cia planteo muy pronto el problema de la necesidad de renovar 1a

organizacion de los rnerodos de trabajo. Las obras de H. Le Charelier

y de sus d.isdpulos y las relaciones de los industr iales franceses coo

Ford y con Taylor rnostraron el camino hacia soluciones nuevas y

propusieron desde enronces la adopcion de un modelo estadouniden-

se. Desde antes de 1914 un grupo de tecnicos franceses estaba deci-

dido a aplicar todos los principios de la organizacion cientifica del

rrabajo. Pero Iueron los industriales, sabre todo los del sector auto-

movilisrico, los que practicaron un taylorismo parcial, reduciendo Ia

aplicacion del metodo a un simple cronometraje destinado a estable-

cer las bases de 1a rernuneracion del trabajo, como en el caso de

Berliet, Qe Lyon, a partir de 1910.

30

El terna del ~<retraso» de las estructuras industriales francesas

debe <set examinado de nuevo teniendo en cuenta como referencia

fundamental las caracterfsticas del mercado.ILos estados mas ternpra-

riargente industriatizados dependlan de un mercado int.erior orgaoi-

zado y determinante que dictaba, en cierta meillda, su ley a los agen-

te~Sde producci6n. En los paises nuevos de indLlstriarrzacion mas

n~ciente, 1a insubClente estructuracion del mercado interior obli 6~'

la-s ernpresas in. ustria es a ocuparse or s1mismas de la or anizaci6n

de consumo interior. A la mano invisible del mercad6 se opoma 1a

mana visible de 1a empresa multidivisional e integrada."

·1\.la escasa concentraCl6n de las empresas·trancesas, a sus esuuc-

turas" menos «evo1ucionadas» que las de sus gra~des vecllos alema-

30. Cf. A. Moutet, «Ingenieurs et rationalisation en France de la guerre

a 1a crise, 1914-1929», cornunicacion presentada al coloquio celebrado en

Creusot (23-25 de ocrubre de 1980) sobre «Irigenieurs et societe»; A. Mouret,

«Les origines duo sysrerne Taylor en France. Le point de vue patronal (1907-

1914 ) > > , Le M.ouvEmEnt Social (octubre-diciernbre de, 197~); P. Fridenson, His-

toire _.. , 0p. cit.

31. Cf. A. Chandler, The Visible· Hal/d. The managerial revolution in

American Business, Harvard University Press, 1978.

ASPECTOS DEL DESARROLLO L'IDUSTRIAL E:-.i FRANCIA 127

nes, i~ngleses y estadounidenses correspondia una patronal poco reno-

v:ldora \r. :eiarivi!mente rutinaria.':

Una serie de 'esrudios recientes ha insis tido sobre el arraso de la

formaci6n recnica y profesional en Francia, a rcdos los niveles , causa

y consecuencia de la escasa necesidad que experimentaba de ella una

industria que continuaba siendo profundarnenre tradicional." Durante

decades, esta se conrento can 1a habilidad arresanal a con 1a forma-

cion es~hcralriJ.e'rite\:omercial de sus empresarios. Esas publicaciones

han sefialado que las grandes escuelas francesas tendian esencialmente

a formal' runcionarios civiles y militares, can excepcion de las raras

escue1as de arres y oficios, Dichas instiruciones difundian, sobre todo,

conocimientos cientificos teoricos y abstractos, los cuales no reman

apenas aplicacion a las industrias del siglo XIX. POl' 10 tanto, fueron

las inieiativas privadas las que desarrollaron la formacion en·~~

ciudades trances as de tecrucos en rodos los nlveles, destinados a la

industria y a los «negocios»: recordemos, en especial, la creacion de

1a Escuela Central de Paris en ~1829y de 1a Escuela Central de Lyon

en 1857j las numerosas llstituciones teclllcas de tOdos los nlveles

-creadas en Paris, Lille, Lyon, Mulhouse, sin olvidar las escuelas

tecnicas de las empresas. Bacia finales del siglo, varias ciudades se

esforzaron en cornbatir Ia inferioridad cornercial francesa creando

escuelas de comercio. Apartir de 1880 la vocacion profesional de los

politecnicos parece que se modifico: un nillnero credente de elios.

a5andonaba e l ejercito para enttar en 1a industria privada, aportacion.

sin duda apreciable, aunque modesta, pero que tenillo a acrecelnar el.

acatamiento de la discipIiDa en r a industna. Los tecrucos procedenfeS

de las escuelas centrales desernpeiiaron por vocacion un papel mas

irnportante, en principio en las indus trias tradicionales, pero sobre

32. Diferenres autores difieren y expresan opiniones matizadas sobre dicho

tema: F. Caron afirrna que <tel mundo paaonal trances ... no aparece como

un rnundo cerrado, dado que nuevas actividades le suministran consranremeute

oportunidades» iHlstoire ecanomi que ... , op, cit., p. 82), ;\:1. Levy-Leboyer

subraya que «los esrudios sobre la movilidad social mostraron en efecro .,. que

1<1idea de una igualdad de oporrunidades, de 1a aperrura de las elites a los

mleutos .. . con tenia una gran parte de ilusion» (<<Lepatronat francais 1912·1973.

Le parronar de la secoode industrialisation», Cchiers cia },Iol lvement Social,

n." 4 (1979).

33. Cf. «Le pauooat ... », an. cit.; ;\1. Levy-Leboyer, Innovation and Bas-

sines strategies in t he 19th:. and , 20th Century France, lobo Hopkins Press, Bal-

timore, 1976.



1 .: c-

todo liacia Gl1:: i les de siglo en las industrias modcruns : rnec.inicas,,;u imic ,lS y elcctricas.

(Ei (_ te Su rro jjo c .i e ios scctOi:CS uuevos caillponO U ' 1>1 r e ooY i lc i () 1 1

p,'~i:Jl de 1;1pa tronal fra;: cesa? Lhanticr ha demos trado que la pre-

paraciou recnica se convirtio en esencial eo la indus tria elcctrica 3.

perc tamb ien crearon y desarrollaron nuevas ernpresas perfectos

au todidacras como los Lurniere en 1a indus tria forografica, 0 Berliet

en la industria autornovilistica. Esta, en su cornienzo, fue obra de

per:;()n"Jc:_; con muy di fe rerite Iormac ion, desde el' autodidacta hasta

los ingcnieros de alto nivel, como Panhard y Levassor, forrnados en

las escuelas centrales, y Citroen en el Politecnico. En visperas de 1914

el ingeui~ero se introdujo en algunos de los nuevos sectores y favore-

cia la rerfovacion de sectores tradicionales (los Montgolfier, papeleros

en Annonay, se formaton sistematicameute en 1a Escuela Central de

Lyon), P~ro la fOJ:macion tecnica r u e mucho mas limitada en las

c~_!__~~~rias.~ ,lo~ man~os intermedios y de los obreros, cuya capa-

Cl£~clon SIgUlO sIendo illsuficiente. -

< : L ~ necesidad creciente de una formacien tecnica habra de impE-

c~1~,,;una.renovacion mas 0 menos importante de 1a patronal y la apa-

nC;lOn ae una categoria de managers profesionales asalariados? La

,mayor p~rte de los autores, recordemoslo, considera que el mundo

, 'cmpresanal, al menos basta 1914, siguio completamente cerrado; en

'todo caso, esta es la impresi6n que nos ofrece 1a lectura del Cabler

du Mouvement Social sobre la patronal de la sezunda industrializa-

cion. J. Kocka respecto de Alemania y L. Hannah en 10 que concier-

n~ a Inglaterra, se pronuncian en el mismo seutido , Si bien el ihge-

.mero ocupaba un Iugar notable en las filas de la patronal de finales'

de siglo, el mismo casi siernpre habia salido de ese medio social

hijo, sobrino 0 yerno de empresario, cuya capacidad de gestion se vio

te£or;ad~ POt esa nueva forrnacion ~~cuica, ¥tes de 1914 la norma

secglua slendo, a pesar de 1a evoluClon esbozada, gae e1 nacimientoy l~ familia, mas que la formaci6n tecnica, daban acceso a las resDon-

s<:tI:lilidadespatronales, En este caso tambien se pOc1ria' evocar una

estt'Uctura patronal dnalista: industrias tradicionalcs dirigidas POt el

caprtalismo ta~ar, 0dus~rias, n~evas creadasy desarJ:oUadas pOl'

una patronal mas cualificada tecrucamente. ~n defulitiva, 1a csttuc-

34. Cf. P. Lanthier, «Les dirigeants des grandes entrcprises electr iques

en France (1911-1973)>>, Cab iers du ilfouvemenl Social, n." 4 (19,9)_

rura misrna de la industria. tr'U1cesa implica., £;icilmentc, que, n dli :C-

rer;--ua-ae 1 0 que sucec iia en Estados Omclos, en Gran 13retan:1 y cD.

lj"ill0Iill-' .: UO" DUe\'" carecoria rio - _; j" ~r- "; \- O~ .' rccnicos "S·"'-"·:"l--C·,c_. . ~ '"" . ,- ; 1 H 1. (.l ~.._ \ . . l . . . i . . . J . . 1 " , . . . . . . . . . . . . v, ........ . . • ..1..L.I.Lu_ 1 . . • . . . _ J" . .. .. . ~~ . .. .. .. .. . "

n~ hubiera empezado :11ln a reemplazar a b pac~onal tr,;d_jcionaJ.

Sin duda, muchos de los aspectos recogidos en este trabajo no

son de gran originalidad; el dualisrno industrial y pat ronal exist ia en

otras economies europeas , aunque haya sido mas duradero en Fran-

cia. El crecirniento lento y progresivo y la desace1eraci6n de fines

de siglo tampoco son especihcos del caso frances. Es probable que

haya sido durante las ultimas decadas del siglo XIX cuando se COD-

creta una originalidad fraocesa que se tradujo en signos de retraso

y de declive relativo que no' alcanzo disirnulor e1 surgirniento de nue-

vas indus trias. El impulso de las nuevas potencias industriales y el

desarrollo de la competencia internacional generadora de proteccio-

nismo volvian a cues tionar , globalmente, 1a antigua preponderancia

franco-inglesa. Continua siendo objeto de debate entre maltlausiarios

y poblacionistas la relacion entre el declive econornico y el demo-grafico. A largo plazo, demograHa y poder economico parecen bas-

tante sincronicos. La correlacion resulta menos evidente a rncdio

plazo, ya que una demografia poco expansiva coexistio tanto con la

desaceleracion econornica de los afios 1882-1896 como con el auge

del periodo 1906-1913.

35. Cf. A. D. Chandler y H. Daems, eds, Managerial hierarchies ... ,

op. cit .

Cayez - Aspectos Del Desarrollo Industrial de Francia en El Siglo XIX

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