Catálogo: "Transfiguraciones poéticas: del paisaje a la memoria"

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Exposición realizada en la Sala William Werner del Centro de Artes Integradas, Caracas, noviembre 2014. Artistas invitados: Corina Briceño, Isbecia Llavaneras, Víctor Julio González y Juan González Bolívar.

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TRANSFIGURACIONES POÉTICAS:

memoria

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La Asociación Venezolana de Conciertos, Asociación Civil sin fines de lucro, comprometida con eldesarrollo de las artes y la educación en Venezuela, con más de 70 años de labor, creó el Centrode Artes Integradas (CAI), para ser el brazo ejecutor del Complejo Educativo - Cultural Centro deArtes Integradas.

El CAI está destinado a aglomerar en un solo sitio las diferentes Escuelas y Centros deInvestigación y Estudios de todas las expresiones artísticas. Siendo un proyecto de grandesdimensiones se ha tenido que ir desarrollando en diferentes etapas. El mismo no sólo beneficiaráa aquellos estudiantes que puedan costear sus estudios, sino también a estudiantes destacadosque no cuenten con los recursos económicos, a través de un programa de becas.

Nuestro objetivo es ser un Complejo Cultural de excelencia a nivel nacional e internacional,con el más alto nivel de profesores, asesores y personal técnico capacitado.

La misión del CAI es contribuir a la formación del individuo con un enfoque integral de lasartes, la ciencia y la tecnología; que impulsen la generación de nuevos valores ciudadanos, cali-dad de vida y espacios de integración social.

Somos un Centro de formación integral, de iniciativa privada, que quiere generar oportunida-des para todos, contribuyendo así al desarrollo del país. Enriqueciendo el espíritu y ampliando elhorizonte de conocimientos, para formar un ser humano del renacimiento, cuyo eje sea enrique-cer su intelecto.

Un lugar a las faldas del cerro Ávila, un refugio para el arte, para la cultura. Un lugar para que elalma y el cuerpo se encuentren y nos recuerden que somos seres humanos, que necesitamos ali-mentar la sensibilidad, que hay sonidos, emociones que hacen vibrar en nuestro interior y nos brin-dan la maravillosa experiencia de apreciar las Bellas Artes.

Para el Centro de Artes Integradas es primordial apoyar y difundir el arte nacional e internacionalen todas sus expresiones y corrientes. Por ello nuestro compromiso es seguir trabajando para quepronto podamos contar con todas las instalaciones educativas que encierra nuestro proyecto: ElComplejo Educativo – Cultural Centro de Artes Integradas.

Agradecemos a los artistas plásticos que en esta ocasión se unen a nuestro proyecto de pro-moción de las artes: Corina Briceño, Juan González Bolívar, Víctor Julio González e IsbeciaLlavaneras, a La Oriental de Seguros por apoyarnos y acompañarnos en la tarea de difundir el tra-bajo de nuestros artistas, a Susana Benko, Alberto Baptista, al personal del Centro de ArtesIntegradas y Montaña Creativa, en especial a Henry Peñaloza y Billy Cuevas.

La constancia de un hombre…

Un sueño hecho realidad.

“Esta obra debe ser coherente,

una completa síntesis,

una máxima expresión,

en la que no haya inquietud

sin su correspondiente respuesta,

un lugar donde el hombre

sea explorador incansable

e insatisfecho del sentido

y la forma. Esta obra es para

espíritus fuertes, decididos,

convencidos de su necesidad,

de su importancia.

Para hombres que no desalienten

la indiferencia y el escepticismo.

La concepción del plan general

debe ser tan mutante como

el signo del tiempo.”

SALVADOR ITRIAGO SIFONTES

Trina Itriago de VallenillaDirectora Ejecutiva y Secretaria Permanente del Centro de Artes Integradas

Caracas, 23 de Noviembre de 2014

PROYECTO ARQUITECTÓNICO DE CAROLINA DE VASCONCELOS(TEATRO 204 BUTACAS)

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La pintura de paisajes ha sido uno de los géneros más cultivados en la historia del arte venezolano. Fueespecialmente relevante tanto en el siglo XIX como en el XX, cuando los artistas tomaron conciencia de suentorno y salieron de sus respectivos talleres a pintar la geografía venezolana. Este acto de salir a pintar alaire libre tuvo especial importancia pues fue un procedimiento novedoso y poco utilizado por los pintoresacadémicos que hasta entonces tenían como método de trabajo la documentación y el estudio de los moti-vos pictóricos dentro del taller. Tal vez la excepción a la regla fue la visita de los llamados “Pintores viajeros”procedentes de Europa especialmente en el XIX. La apertura de relaciones diplomáticas con otros países,luego de las cruentas luchas independentistas, facilitó la inmigración de numerosos extranjeros que vinie-ron a Venezuela para estrechar lazos comerciales o bien vinieron como parte de expediciones científicas.En estas comitivas los artistas tenían un papel muy importante pues gracias a sus habilidades en el dibujoy en la pintura documentaban visualmente tanto al paisaje como a la fauna y la flora venezolana. En estoscasos, privaba la observación de la realidad, intentando representar los motivos con precisión y objetividad.Muchos de estos artistas viajeros se adentraron en las selvas del país para registrar con rigor científicoestos desconocidos y exuberantes parajes. Uno de estos visitantes, Ferdinand Bellermann, por ejemplo,tomaba apuntes de los lugares y luego, en la intimidad del taller, los pintaba con una visión muy subjetivaexpresando el sentimiento sublime que esta naturaleza le inspiraba.

La luz siempre fue un elemento inspirador, especialmente la del Caribe. Son muchas las anécdotas quecuentan acerca del impacto que ésta ocasionaba a los artistas europeos cuando arribaban por barco alpuerto de La Guaira. Sucedió con los viajeros del siglo XIX como también a aquellos que llegaron posterior-mente a Venezuela en el siglo pasado. Si bien es un elemento determinante en toda pintura de paisajes, laluz del Caribe siempre ha tenido un efecto muy particular. Ésta, al igual que la exuberancia y variedad de lavegetación de estas tierras, ha sido muy valorada por artistas de distintas generaciones y períodos. Lavemos, por ejemplo, en la luminosidad de las playas de Macuto pintadas hacia 1885 por Martín Tovar yTovar en las postrimerías de su vida; posteriormente en las vistas de Caracas que recrearon los artistas delCírculo de Bellas Artes, y muy especialmente los de la Escuela de Caracas, y en pinturas que registran pai-sajes y calles de otras regiones del interior del país como las que realizó Rafael Monasterios quien supoexpresar la luz mediante el uso del color. Sin duda todos contribuyeron en la conformación de una tradiciónde la pintura de paisajes en el país.

Con la pintura moderna de principios del XX, se trabajó el género de dos maneras. Unos, como ManuelCabré y Pedro Ángel González, entre otros, representaron la naturaleza mediante formas bien definidas,lineales y volumétricas; mientras que por otro lado, un artista como Armando Reverón centró su interés enla atmósfera y en la austeridad en el color. Mientras en los primeros las formas naturales predominaban, enReverón fue la expresión de la luz. No obstante, en esencia, la pasión por el paisaje, el airelibrismo y el des-cubrimiento de la luz interesó de igual manera a todos los artistas de esa generación. Fueron sin duda pio-neros de una tradición paisajística que lograron consolidar en el alma del venezolano la valoración y unsentido de pertenencia por su tierra, su lugar.

El panorama del arte venezolano a partir de los años cincuenta tuvo heterogeneidad de estilos, temas y ten-dencias. Diversidad de figuraciones y abstracciones se han sucedido a lo largo de las décadas. Sin embar-go, en esta evidente variedad, la pintura de paisajes ha continuado su desarrollo, con nuevas propuestas,medios y perspectivas muy propias de la contemporaneidad.

TRANSFIGURACIONES POÉTICAS:

a ladel paisaja e

memoria

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La exposición

La alusión a los paisajistas del siglo XIX y a los pioneros de la escuela moderna del XX no es descabelladaal observar la presente muestra de paisajes realizados por artistas contemporáneos. El enlace lo hacemosdesde dos perspectivas: por una parte, en la importancia que tiene la toma del dato objetivo a partir de rea-lidades concretas y su transfiguración en la obra de arte mediante su evocación a través de la memoria y,por otra parte, en la visualización de los procesos tanto técnicos como conceptuales que cada uno de losartistas invitados realiza.

Corina Briceño, Víctor Julio González, Juan González Bolívar e Isbecia Llavaneras mantienen una relaciónestrecha con la naturaleza. El resultado son cuatro visiones que sin duda dialogan entre sí en la sala expo-sitiva. El común denominador: el espacio y sus alteraciones. Aquí se conjugan tanto una visión idílica delpaisaje como su destrucción por acciones humanas o naturales. En todos está la experiencia del paisajecomo formas, luces y sombras incidiendo sobre los objetos, como ámbito, como espacio, y también comopaisaje interior.

Nuestro objetivo ha sido propiciar un espacio de contemplación para que el espectador perciba la experien-cia particular que cada uno de los artistas aquí expuestos tiene con respecto a la naturaleza. La apreciamoscomo paisaje, a través de vegetaciones y panoramas, como espacio, como luz, como reflejo, a través deimágenes que oscilan entre lo volátil y lo terreno, la serenidad y el dramatismo, lo material y su espejismo.

Víctor Julio González

Posiblemente el artista que ha tratado de asumir la pintura de paisajes como registro de una realidad obje-tiva en forma detallada y a la vez expresiva es Víctor Julio González. Criado en un medio natural, con muchoverdor, entre selvas y el Llano, reconstruye sus recuerdos cuando pinta sus paisajes. Registra escenas consu cámara fotográfica en sus viajes, posiblemente como un modo de archivar imágenes tal como funcionanparte de sus pinturas cuando las resguarda en piezas que fungen como archivos llamadas precisamenteCajas de pintura. Su muestra, A Bellermann fragmentado, presentada en Oficina No 1 en 2010, hacía refe-rencia directa a la tradición paisajística de los viajeros del siglo XIX. Entonces, como ahora, recurre a la evo-cación de los lugares visitados por Alejandro de Humboldt, Ferdinand Bellerman, Anton Göering y otros,adentrándose a la cueva del Guácharo, pintando parajes de Caripe, de Cariaco, y por supuesto, de la Sierrade Imataca. Recordarlos mediante la pintura es para él vivenciarlas como “evocaciones mágicas”.

En esta ocasión Víctor muestra dos visiones opuestas de paisajes. La primera, que podemos considerar idíli-ca, virgen, intocable, es aquella que, como en Bellerman, se presenta con todo su esplendor y organicidad.Se trata de una pintura en miniatura, detallada, cuyo montaje lineal busca “narrativizar” la geografía venezo-lana. Este formato peculiar permite el encuentro íntimo del espectador con imágenes esplendorosas delmundo natural. No obstante esta lectura lineal de imágenes de una naturaleza intocable contrasta con lavisión de nuevos paisajes que se crean a partir de su destrucción mediante incendios producidos por causasnaturales o inducidos por la acción humana así como por la contaminación de los vertederos. Esta visión ennegativo conlleva la expresión del dolor y el desgarramiento oscureciendo las gamas cromáticas y dejándo-se llevar por pinceladas más informales y libres.

Ambas posturas demarcan un antes y un después en los modos de representación del paisaje. Se trata deexpresar dos estados contrastados de un mismo tema: entre la serenidad y la tragedia.

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Corina Briceño

La naturaleza siempre ha estado presente en la obra de Corina Briceño. Es el motivo que ha signado su tra-bajo desde la década de los setenta a la actualidad. Desde entonces ha ido afinando sus maneras de acer-carse a ella, siempre queriendo trabajar la imagen de manera ambigua y por tanto explorando diversosrecursos para crear efectos cada vez más metafóricos y poéticos. Corina utiliza diversos medios expresi-vos: pintura, dibujo, grabado, instalación, fotografía y actualmente los nuevos medios digitales. Lo intere-sante es que cuando utiliza la tecnología lo hace sin desechar los medios tradicionales de las artes plásti-cas. Los integra y lo hace tan bien, tan finamente, que logra una de las cosas más difíciles de alcanzar enuna imagen visual: condensar en una imagen pensamiento y poesía. Tal vez las dos formas de aproxima-ción al conocimiento y a la sensorialidad.

Una de sus virtudes es aprehender un paisaje –o una hoja, una rama, un detalle– por medio de la fotogra-fía y, partiendo de la veracidad que supone este medio, hace que la imagen capturada comience a desva-necerse por medio de veladuras, transparencias, transformaciones propias de sus intervenciones, quedan-do de aquella imagen la materialización de un recuerdo. Las obras que vemos para esta exposición partende los efectos que provee la misma realidad que la circunda. Corina obtiene sus motivos del jardín, del pai-saje, que observa desde el ventanal de su estudio. No sólo captura el reflejo y las sombras que proyectanlos árboles sobre paredes o a través de la ventana sino que gracias a la superposición y distancia que hayentre dos vidrios de su ventanal, las figuras se ven dobles. La realidad provee las imágenes que a Corina leson afines: fugaces, sugeridas, sombras, para ser finalmente, evocaciones.

Toda experiencia se vuelve recuerdo. Es cuando la memoria intenta aprehenderlo pero sin embargo éste sedesvanece. La obra de Corina es expresión de este proceso: la imagen se desvanece tal como sucede conla memoria. No es sólo el paso del tiempo, es la misma condición de cualquier hecho que deja de ser pre-sente. “La memoria, dice Corina, puede traicionar un recuerdo o ese instante, ya no es lo mismo despuésde segundos. Es algo que no se puede atrapar como el devenir, es inasible como las gotas de agua. Lamemoria no es la misma para todos, cada uno la interpreta, la fragmenta, la deshace, la borra según lascircunstancias vividas”. Muchas veces en medio de estas evanescencias aparece una palabra precisa.Posiblemente sea una manera de contrarrestar el olvido aunque todo se vuelva un espejismo.

Juan González Bolívar

La Cruz de la Paloma forma parte de los recuerdos de Juan González Bolívar. Recuerdos tangibles de unpueblo en el estado Monagas que lo vio crecer y que él evoca a cada instante no sólo como ámbito, comolugar, sino también donde la casa, el árbol, la bicicleta, la carretilla forman parte de un paisaje que Juanparece llevar a todas partes. Y es que Tibroncito, donde hoy vive cerca de El Junquito, se parece a La Cruzde su infancia: es neblinoso y lluvioso. Sin embargo, ese paisaje que él evoca en realidad ya no es.Precisamente su fijación en cierto modo es presentar lo que ya no está: La Cruz ya no es el mismo pueblode antes. Desapareció aquella frescura y los árboles dejaron de estar.

Por esta misma razón, las casas y los árboles que Juan insistentemente pinta (o reconstruye por medio desus collages) no son siquiera los que alguna vez ocuparon un lugar. Él no pinta en función de alguna ima-gen que alguna vez voluntariamente fue a observar. Su trabajo no se basa en la observación de lo circun-dante sino que por el contrario surge del reconocimiento de su interior. Son para él paisajes psicológicos:

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Susana BenkoInvestigadora de arte, crítico y curadora.

Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte-Capítulo Venezuela.

recreaciones de ámbitos que sólo existen en su memoria, sin sujeción a lo real. Inventa parajes como evo-caciones que aparecen en medio de la vaguedad del recuerdo o de su imaginación. Más que realidades seasumen como símbolos: son figuras emblemáticas que identifican su trabajo. Los objetos y los árbolesemergen en medio de neblinas o atmósferas y se develan como asomos de vida o como un acento necesa-rio para la composición. Son referencias puntuales en el paisaje en medio de una luz neblinosa o envolven-te. Por esta razón, desaparecen los detalles dejando que los trazos libres y sintéticos sean los que definenlas cosas.

Su obra nunca deja su condición pictórica aun cuando el dibujo se integra a ella así como el collage. Lostrazos o recortes de tela avivan la calidez de sus paisajes. De este modo hablan de tierra, de aire, de nebli-na, y de alguna forma también de los pasos borrosos de alguna remembranza.

Isbecia Llavaneras

Quien conoce los vastos espacios de Isbecia Llavaneras no imagina que en el pasado fuera una artista con-ceptual cuya obra se basaba puramente en ejercitar la lógica del lenguaje y el intelecto. El cambio operadoen Isbecia fue rotundo. Dos aspectos entroncan ambos períodos: la necesidad de una austeridad formal yconceptual en el que el blanco –la aparente nada en el vacío– es de alguna forma la protagonista en susobras. Primero dejando el blanco del papel en sus intaglios; luego por su voluntad de ir despojando de ele-mentos la imagen en sus pinturas para trabajar la espacialidad propiamente dicha.

No obstante, hay una gran diferencia: de la racionalidad del lenguaje se opera en Isbecia una valoración porel mundo sensible y natural que vemos en la representación de los cielos apaisados, suerte de paisajespanorámicos de nubes. En estos, los moriches emergen a través de la neblina y el canto del ave, en otrasocasiones, se percibe mientras esta criatura se posa sobre una rama que aparece casi transparente.Realmente la pintura de Isbecia se basa en una continua voluntad de expresar muchas sensaciones simul-táneas queriendo a la vez llegar a representar lo más esencial de la naturaleza.

Isbecia Llavaneras ha trabajado el dibujo –que lo integra a su pintura–, el collage, las artes gráficas, losmedios digitales, así como la realización de ambientaciones e instalaciones. La integración de diversosmateriales, como en estas pinturas, le permite sugerir figuras en medio de veladuras y atmósferas asícomo matizar los blancos y grises de las neblinas y nubes con sutiles matices de color. El resultado sonobras dadas al recogimiento, a la introspección y a la percepción de un espacio que activa en cierto modoel instinto del vuelo y la ensoñación mientras éste se mueve paradójicamente con un sutil movimiento ver-tiginoso.

Epílogo

Transfiguraciones poéticas: del paisaje a la memoria busca incentivar la experiencia de la ensoñación. Éstaaparece cuando imaginamos al artista frente a un paisaje y lo registra en forma detallada, sin perder lanoción del dato. Pero también el ensueño parte de la contemplación que puede ser un recodo de luz, unasombra, o un pensamiento o mirada interior. Ambas cosas ocurren en esta exposición.

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Nace en Caracas. Entre 1968 y 1972 estudia Expresión Plástica y CursosLibres en la Escuela de Artes Visuales Cristóbal Rojas y en 1973 serigrafíaen el INCIBA. Se gradúa en 1980 en la primera Promoción del Centro deEnseñanza Gráfica (CEGRA) en mención Litografía. Desde 1977 a laactualidad ha continuado su formación en diferentes universidades delpaís como en el exterior. Es licenciada en Artes Plásticas por el UNEARTEy realizó su Maestría en el IUESAPAR. Actualmente se encuentra afianzan-do su experiencia en la video-instalación.

Corina Briceño es una artista multidisciplinaria. A lo largo de su trayectoriaha basado su trabajo en una amplia investigación tanto en medios y recur-sos técnicos diversos como en la profundización de sus temas. Ha pasado

de la representación de la figura humana en mímesis con el paisaje, en el que la ambigüedad daba pie auna percepción sensual de las formas, a la investigación del paisaje propiamente dicho –o más bien de‘comportamientos de la naturaleza’– visto en diversas facetas: como imagen, como sombra, como ámbitode transformaciones. Sus múltiples viajes al Amazonas han sido determinantes en su reflexión artística.

Se ha distinguido como artista gráfica, pintora, fotógrafa, logrando hoy día integrar estos medios al video ya los recursos digitales que domina para crear visiones de la naturaleza de gran sutileza y carga poética.

Desde 1977 a 2011 ha participado en numerosas muestras colectivas y ha expuesto individualmente endiversas galerías de arte del país y en Estados Unidos. Ha sido merecedora de importantes premios. En1978 ganó el Premio de Dibujo “Emilio Boggio” en el Salón Arturo Michelena en el Ateneo de Valencia; en1990 el 1er Premio Miniaturas Gráficas, TAGA Caracas; en 1992, el Gran Premio de Gráfica, 1° Bienal deArtes Visuales de Barquisimeto, estado Lara; en 1995, el 1er Premio, XI Bienal de San Juan del GrabadoLatino Americano y del Caribe, Puerto Rico; en 2003, el 1er Premio Salón Exxon Mobil de Venezuela en laGalería de Arte Nacional, Caracas, además del Premio AICA 65 Salón Michelena, Valencia en 2010, pormencionar apenas algunas de sus múltiples distinciones.

Actualmente Corina Briceño dirige en Caracas el Taller Huella de Gráfica. En el año 2013 es nombradaProfesora Honoraria en la Universidad de las Artes (UNEARTE) y es miembro consultivo del TAGA (Taller deArtistas Gráficos).

Corina Briceño

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Ventana 42014

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Nace en Cúpira, estado Miranda, en 1978. Realizaestudios de arte en la Escuela de Artes Plásticas EloyPalacios en Maturín, estado Monagas donde se gradúaen 1998 como Técnico Medio en Artes Plásticas.Posteriormente se traslada a Caracas, donde actual-mente reside, e ingresa al Instituto Universitario deEstudios Superiores de Artes Plásticas ArmandoReverón (IUESAPAR) donde obtiene en 2004 suLicenciatura en Artes Plásticas.

Juan Antonio González Bolívar se ha distinguido por la manera de representar el paisaje, eje central de suobra. Trabaja la pintura y el collage, generalmente de manera indistinta, creando espacios brumosos, pro-pensos a la introspección por su luminosidad y sugerencia sutil de formas y figuras. Sus paisajes, más psi-cológicos que objetivos, resultan de recuerdos y evocaciones, entornos que van quedando en su memoria yque reinterpreta en cada una de sus piezas.

Ha expuesto individualmente en tres ocasiones: en 2007 presentó Entrar a mí casa en la Galería Blasini; en2008 La memoria casi llena en la Alianza Francesa y recientemente, en 2013, Linderos de antier en elMuseo Alejandro Otero, todas en Caracas. Desde 1997 a la actualidad son numerosas las participacionesde Juan Antonio González Bolívar en diversas muestras colectivas siendo merecedor en algunas de ellas deimportantes reconocimientos tales como el Premio CONAC en el XVIII Salón de Pintura Ateneo deCarúpano, estado Sucre, y el Primer Premio Salón Ezequiel Zamora, Punta de Mata, estado Monagas,ambos en 1998; el Premio de Pintura del IX Salón de Jóvenes Artistas en la Galería Pedro Báez enBarcelona, estado Anzoátegui en 2003; Mención de Honor y exposición por su Tesis de Grado en elInstituto Universitario de Estudios Superior de Artes Plásticas Armando Reverón, Caracas, en 2004; elPremio IARTES en la Bienal de Escultura Francisco Narváez, estado Nueva Esparta en 2007 y el PremioMejor Obra del IX Salón de Artes Visuales DYCVENSA, Caracas, en 2011.

Juan González Bolívar

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Oigo la brisa...2014

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Nace en Valencia, estado Carabobo, en 1961. Su formación artística la ini-cia en Valencia, con la Profesora Rosa Oliveros con quien estudia dibujo ypintura. Entre 1982 y 1986 estudia Arte Puro en la Escuela de ArtesPlásticas Arturo Michelena. En Caracas realiza varios talleres entre 1986 y1987: elaboración de papel artesanal con Luis Quintero en el MuseoAlejandro Otero; dibujo en el marco del III Bienal Nacional del dibujo organi-zado por Fundarte; fundición en bronce en la Escuela de Artes VisualesCristóbal Rojas y en La Estancia; y grabado y litografía en el Centro deEnseñanza Gráfica (CEGRA-CONAC). Posteriormente, entre 1994 y 2002,realiza nuevamente varios cursos y talleres tales como Gerencia de

Proyectos en Artes Visuales, Planificación Didáctica y Evaluación y Procesos de Enseñanza y Aprendizaje endiversas instituciones de Caracas y Valencia.

Entre 1990 y 2014 participa en numerosas exhibiciones colectivas y en ferias en diversas ciudades delpaís así como en Nueva York, Santiago de Chile, Puerto Rico y Bogotá. Ha expuesto individualmente en dosocasiones la Galería Gala en Valencia: Terra Incógnita. Dos Visiones en 1990 y Pinturas en 1991; Pinturasrecientes en el Centro de Bellas Artes de Maracaibo, estado Zulia, en 1992; Reino de Reina en la GaleríaAstrid Paredes, Caracas, en 1993. Posteriormente, Eppur Si mueve en el Centro Cultural Eladio AlemánSucre, Diario el Carabobeño, Valencia, en 2000; Sol poniente en la Hermandad Gallega de Valencia en2006 y la más reciente: A Bellermann fragmentado en Oficina Numero Uno en el Centro de Arte LosGalpones en Caracas en 2010.

Ha sido merecedor de importantes premios y reconocimientos. Entre ellos se destacan: el Segundo Premiode Dibujo del XV Salón Nacional de Arte Aragua, Maracay, en 1990 y el Gran Premio del XXIII Salón Nacionalde Arte Aragua, Maracay, en 1998; en 2011 recibe el Premio único de pintura del Salón Cabriales que serealiza en Valencia.

Víctor Julio González es un pintor paisajista. Al igual que los pintores viajeros del siglo XIX, observa la natu-raleza (la real o la pintada en la historia del arte) volviéndola suya al trabajarla en el taller. Su obra actualoscila entre el detalle del dato ‘objetivo’ y la libertad expresiva a través de las pinceladas más sueltas.Ambos procedimientos conforman dos maneras de representar el paisaje e internalizan su propia experien-cia del viaje por diversos lugares de la geografía venezolana.

Víctor Julio González

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Serie: Selvas quemadas2013-2014

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Nace en Caracas. Estudia en la UniversidadExperimental Simón Rodríguez donde obtiene lalicenciatura en Artes Plásticas y Educación. Seespecializa en Artes Gráficas en el Centro deEnseñanza Gráfica (CEGRA-CONAC). Realizadiversos cursos y talleres en la UniversidadCentral de Venezuela y en el Instituto Universitariode Estudios Superiores de Artes PlásticasArmando Reverón (IUESAPAR) tales comoEspacio de representación y Sistemas de repre-sentación visual contemporáneos. Asimismo, ha

cultivado otras actividades que complementan su práctica artística como son sus estudios en semiología y larelación plástica del cuerpo a través del ballet y la danza.

Isbecia Llavaneras ha trabajado en diversos medios y técnicas. Su obra comprende collage, arte gráfico ydigital, pintura e instalaciones. La representación del espacio es el eje conceptual de su trabajo. La natu-raleza tiene un rol protagónico vista a través de un detalle (flores y ramas) o en la presencia imponente delmoriche. En todos impera la grandiosidad espacial, la bruma y una expresión íntima y poética que definesu estilo.

Ha participado en numerosas muestras colectivas entre 1990 y 2012 tanto en Venezuela como en Cuba,Inglaterra y Estados Unidos. Ha realizado las siguientes exposiciones individuales: Collage en la SalaMendoza y una instalación arte-educación en el Museo de Bellas Artes, ambas en 1992; Blanco/Blanco enla Galería del Departamento de Arquitectura de la Universidad Simón Bolívar en 1998 y Mínimo en laGalería Espacios Libres, Fundación Cultural El Hatillo en 2010.

Entre los diversos reconocimientos que ha recibido se destacan el Premio Único en la Categoría ArteEfímero “Ángel Vivas Arias” otorgado en el XVIII Salón Nacional de Arte de Aragua, Maracay, en 1993; lasmenciones de honor en el XVI Salón Cabriales de Pintura Figurativa en Valencia, estado Carabobo, y en el31 Salón de Pintura Ateneo de Carúpano, estado Sucre, y el Premio Contraloría General del estado Araguaen el XXXVI Salón Nacional de Arte Aragua, estos tres últimos en el año 2011.

Isbecia Llavaneras

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Sin títuloSerie Moriches

2014

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TRANSFIGURACIONES POÉTICAS:

memoria

www.laoriental.com

Rif: J-08003968-8

A.C. Centro de Artes Integradas

Dirección Ejecutiva y Secretaría PermanenteTrina Itriago de Vallenilla

Dirección de GaleríaTrina Itriago de Vallenilla

Junta DirectivaJuan Ernesto Aguilera

Vitto Ippólito

Trina Itriago de Vallenilla

Martha Aceituno

Salvador Pedro Itriago Santaella

Omer Lares Fernández

Juan Maragall Velutini

Eduardo Pérez Alfonso

Tomás Polanco Fernández

Enrique Zambrano

Curaduría y textosSusana Benko

MuseografíaSusana Benko

Trina Itriago de Vallenilla

Alberto Baptista

MontajeHenry Peñaloza

Billy Cuevas

Créditos de fotografíasFotografías de obras:Todas las fotografías de las obras fueron tomadas

por los respectivos artistas. Pertenecen a su archivo

personal.

Fotografías de los artistas:Ana María Yánez (Corina Briceño)

Rosa Salazar (Juan González Bolívar)

Angélica Delgadillo (Retrato de Víctor Julio González)

José Antonio Hernández (Isbecia Llavaneras)

Diseño GráficoTAG - Jennifer Huizi

PreprensaFotolito Digital®

ImpresiónArte-Tip, C.A.

Corina Briceño

Ventana 2 - 2013Acrílico sobre tela97,5 x 174 cm

Ausencia II - 2011Acrílico 90 x 120 cm

Vestigio - 2010Impresión de museo. Fotografía44 x 66 cm

Vestigio Fragmentado - 2010Impresión de museo sobre papel(Cuatro fotografías)40 x 40 cm c/u

Ventana 3 - 2014Impresión de museo sobre tela 44 x 66 cm

Ventana 4 - 2014Impresión de museo sobre tela 44 x 66 cm

Juan GonzálezBolívar

En el bosque - 2013Acrílico sobre tela74 x 107 cm

Oigo la brisa… - 2014Acrílico sobre tela87 x 170 cm

Entre tantos - 2014Collage102 x 180 cm

Sin título - 2012Acrílico sobre tela140 x 150 cm

En gris - 2013Acrílico y lápiz sobre tela103 x 127 cm

El ventanal - 2014Collage56 x 76 cm

La ventana - 2014Collage56 x 76 cm

Patio y ventana - 2014 Collage56 x 76 cm

Víctor JulioGonzález

Apuntes de viaje. Serie Oriental - 2014Óleo sobre madera(11 piezas)11 x 35 x 1,5 cm c/u

Serie: Serranía de Imataca.Selvas quemadas - 2013/2014Óleo sobre tela(8 piezas)24 x 24 cm c/u

Serie: Vertederos - 2013/2014Óleo sobre tela(2 piezas)24 x 57,5 cm c/u

Cajas de pinturas.Archivos - 2013/2014Óleo sobre madera180 x 25 x 15

Isbecia Llavaneras

Debatidos III. Serie Moriches - 2009Técnica mixta sobre tela63 x 172 cm

Verlos - 2011Técnica mixta sobre tela81 x 240 cm

Cierta tarde - 2009Técnica mixta sobre tela20 x 150 cm

Cierta luz - 2009/2011Técnica mixta sobre telaØ de 60 cm

Cierta luz - 2009/2014Técnica mixta sobre tela(4 piezas) 2 piezas: Ø de 60 cm 2 piezas: Ø de 45 cm

Ave - 2011Técnica mixta sobre tela102 x 96 cm

Sin título. Serie Moriches - 2014Técnica mixta sobre tela(9 piezas)40 x 40 cm c/u

LISTA DE OBRAS

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