Catálogo expiración
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EXPIRACIÓN
ARTISTA: Lio (Pintura) LUGAR DE LA MUESTRA: CEARCAL (Centro regional de artesanía de Castilla y León)
COMISARIADO: María Concepción Porras Gil. Prof. Titular de Historia del Arte. Universidad de Valladolid. Ana Belén Blanco Sanz Máster en Administración y Gestión de Empresas Culturales; Licenciada en Historia de Arte. Universidad de Valladolid
DISEÑO EXPOSICIÓN: Artista y comisarias
CATÁLOGO: María Concepción Porras Gil y Ana Belén Blanco Sanz Reservados todos los derechos. De conformidad con lo dispuesto en el art. 534 bis del Código Penal vigente, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad quienes reprodujeran o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica en cualquier soporte electrónico o mecánico, incluidas fotocopias, grabaciones u otros sistemas retribuibles de información, sin el preceptivo permiso por escrito del editor.
Expiración
Lio
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LIO trabajando en su estudio
María Concepción Porras Gil
Profesora Titular de Historia del Arte. Universidad de Valladolid
a palabra expiración es demasiado polisémica.
De un lado es muerte. De otro, es purga de un
mal, pero también puede significar, el trance que
nos lleva de un estado a su contrario. Esta última, es la
acepción que se desarrolla en esta muestra: el tránsito
desde un territorio a otro, entendiendo a priori, ambas
realidades como opuestas.
Sin embargo, este viaje o tránsito, no transcurre en el
espacio, sino en una esfera diferente, tiene lugar en una
unidad que es múltiple y antónima, en la que se
encuentra nuestra razón y nuestro impulso, nuestra
seguridad y nuestro miedo, un ámbito que algunos
definen como mente, otros como espíritu y algunos como
alma.
L
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Lio
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No sabemos de esta sustancia, incluso ignoramos si es
real, aunque estimamos que es esencial al hombre, y es
en ella donde nacen otros complejos conceptos, entre los
que se encuentra el Arte.
Enmanuel Kant al referirse, desde una premisa
epistemológica, a esta desconocida región observó la
imposibilidad de razonarla, pero al igual, era imposible
pretender justificarla prescindiendo de los códigos de la
lógica.
Denominó a esta posibilidad como esfera nouménica, un
lugar intersecado entre aquello, justificado por las leyes
de la razón, y aquello otro ciertamente irracional. Una
línea de frontera en la que además del alma, podemos
ubicar el Arte, como resultado o creación de la matriz
anterior.
Los espacios de frontera, aquellos en los que convive lo
material con el espíritu, son difíciles de definir. De ello
habla recurrentemente en sus ensayos estéticos Eugenio
LIO. Esperanza
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Lio
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Trías, al considerar el
Arte como un lugar de
linde, de confín,
resultado por tanto, de
una suma de elementos,
de conceptos, que son
contrapuestos, pero que
se han dotado de un
cierto equilibrio. Un
contrapeso que en el
caso del Arte concita en
armonía: lo bello y lo
siniestro.
El no disponer de un
parámetro objetivo para
decidir lo que es, y lo
qué no, en materia de
Arte, ha hecho
prosperar ciertas
afirmaciones de escaso
contraste que han
difuminado el sentido de la
creación en el objeto y su
puesta en escena, a la
mera voluntad del artista.
De esta forma, una de las
respuestas para justificar el
Arte nos dirá “Arte es lo
que dice el artista que es,”
otorgando a éste, el artista,
una capacidad de
discernimiento por encima
de la del resto de los
hombres, entendiendo que
ser artista constituye un
género humano aparte,
producto de una genética
bien distinta.
Decidir qué es y que no es
Arte, es materia LIO. Be negativo LIO. Be positivo
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resbaladiza, pues si bien el Arte es algo que parte de la
idea (entendiendo ésta desde una premisa platónica) que
enseña el reflejo de una realidad pura. El Arte a lo largo
de la historia ha expresado la encrucijada entre lo
espiritual y lo material, reconociendo como base de su
trascendencia el conocimiento y dominio de una técnica,
sin la que no podría sustanciarse.
Pero qué es lo que hace al Arte desvincularse de otras
producciones humanas? Como en el caso anterior, es
difícil llegar con exactitud a una respuesta, aunque puede
que ésta tenga que ver con un juego de equilibrios entre
la tradición y la novedad, entre lo pasado y el futuro y
entre la razón y la pasión.
Podemos decir que una obra de Arte, sea cual sea su
encarnación: arquitectura, escultura, orfebrería, diseño,
pintura,… construye un universal que parte de la
poetización de la vida, y por eso es afín al hombre, a la
sociedad en la que vive, y la cultura a la que pertenece.
De manera recurrente, la vida se ha mostrado a través
del Arte como camino a recorrer. Una circunstancia que
aparece en los más antiguos mitos de occidente en los
que se observa al héroe atravesando un camino iniciático
que ha de superar mediante la solución de diferentes
empresas.
LIO. Eterno amor
La dificultad de la senda está en la mostración de
realidades inciertas, senderos amenos que desembocan
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en horribles realidades, y caminos tortuosos que llegan a
una recompensa. En todo caso, lo difícil son las
bifurcaciones, aquellos puntos en los que el protagonista
ha de decidir, pues son los que dependiendo la opción
tomada pueden conducir a un desenlace fatídico.
El artista pintando sobre un cristal
El tránsito a través del laberinto vital, en ocasiones se
estiliza aún más revelando el recorrido por nuestro
interior, por nuestro propio espíritu hasta acceder al
conocimiento profundo del yo.
Aquí las cosas se complican, porque este abstracto
interno del ser humano es oscuro e irracional, como lo es
la metáfora visual de ese laberinto de Creta en el que se
desarrolla parte de la historia de Teseo y Ariadna. Como
se sabe el laberinto es un lugar, un espacio siniestro y
desconocido que fue mandado construir por Minos, rey de
Creta a Dédalo a fin de encerrar un secreto inconfesable,
El Laberinto de Creta. 1
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que no era otro que, el fruto del amor zoofílico de su
esposa con un toro.
Y como corresponde con todo secreto que permanece a
resguardo, este precisará de ciertos cuidados a fin de no
revelarse. Aquí es
donde entra Teseo,
hijo del rey de los
griegos que se ofrece
para formar parte del
tributo que éstos han
de enviar cada cuatro
años a Creta: efebos
y vírgenes para
alimentar al monstruo
encerrado.
Teseo, gracias a la
ayuda racional y metódica de Ariadna, entrará en el
laberinto guiado por la lana del ovillo que va deshaciendo
por los corredores enfrentándose al minotauro y
triunfando sobre él. De algún modo, ese hilo no es otra
cosa que el símbolo de la reflexión racional que permite
imponer al hombre su dominio sobre aquello que carece
de principio, sobre el caos.
Pero lo más
llamativo de la
historia es la
posterior relación
de Ariadna con
Dionisos, así
como la relación
del héroe Teseo
con los ritos
mistéricos. Y esto
de nuevo, pone
en relación el
mito con la acción
artística, al mostrar la relación que se da en los oscuro,
de lo siniestro (imagen del minotauro) y la acción
racional (hilo de Ariadna, que atempera la acción
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arrojada e irracional de Teseo)
y la acción final del mito en
contacto con Dionisos y los
ritos mistéricos.
De esta forma el Arte, y más
concretamente la creación, no
es sino el resultado de aunar lo
racional o Apolíneo con lo
pasional o dionisiaco. De ello
ya nos hablaron artistas y
pensadores del siglo XIX con
ensayos como el del Laoconte
de Gotthold Lessing, o El
Nacimiento de la Tragedia, de
F. Nietzsche. Una creación que
manifiesta esa realidad dual y
contrapuesta que conforma la
esencia del hombre, su propia
alma. Decía Aristóteles, que
Arte son aquellas producciones
humanas cuya forma está en el
alma. Ese alma que se nos
manifiesta como laberinto, y en el
que se integra un lado siniestro,
oscuro y pasional, que se expresa
a través de lo dionisiaco.
La exposición ahonda en este
espacio; el del origen, el del alma.
Un difuso humano, indefinible en el
que está la razón, la exaltación y el
sentimiento, una región esquiva
que se oculta tras la materia y en
ocasiones se desvela contraria a lo
que se nos hace perceptible y
evidente.
Expiración parte de una
visualización integral en la que las
distintas obras participan de un
fondo intrincado, un sutil laberinto LIO. Fuerza
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que se extiende por las paredes y forma parte de la
propia muestra.
Y es en esta trama dónde penden las pinturas, esas
almas concretas que inspiran al artista y que se muestran
a través de pequeños símbolos en los que intensifica el
color, lo que son en realidad fuera de la máscara que las
oculta en su realidad cotidiana. Muchachas tímidas y
delicadas que esconden un fuerte temperamento, una
capacidad de decisión sin límites. Mujeres a priori fuertes
que esconden un alma frágil y llena de ternura, o almas
necesitadas del apoyo, la luz de otras almas.
El artista nos enfrenta a una compleja reflexión, máxime
al revelarla como la cara y envés de la misma moneda,
como una imagen en positivo y negativo
simultáneamente. No obstante, su hacer se concreta en
imágenes reales, en rostros que podemos reconocer pues
son retratos aunque elevados a un plano más abstracto.
dada la monocromía con que los compone.
LIO pintando el fondo de Expiración
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Lio
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Rostros rojos, azules, malvas, grises, que adquieren una
fuerza visual raras veces contemplada. Pero además,
esos retratos al acercarnos nos descubren en sus
pinceladas nuevos laberintos, la piel, el cabello, las
sombras, todo parece partir de esas texturas que se
diluyen a medida que tomamos distancia de la pintura
pero que constituyen su raíz, su esqueleto.
Sin duda este es el rasgo de estilo de Davide Lionetti, Lio.
Un joven que sorprende por su personalidad singular. No
es habitual encontrar
en los pintores estilo
personal, pero en este
caso lo hay, y no es
fruto de la casualidad,
sino que se ha ido
configurando poco a
poco en su forma de
entender y sentir, de
comunicar a través de
la pintura.
Nacido en Toscana,
pero educado en
Milán, Lio es un
hombre internacional, Lio. Luz
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ha viajado por Estados Unidos, Venezuela, México, hasta
instalarse en Madrid, ciudad que ha hecho suya.
Tal vez es esta idea transfronteriza lo que ha ayudado a
Lio a crear su universo, pues aquellos fondos neutros,
negros en los que destacaba inicialmente a sus
protagonistas, pronto comenzaron a parecerle insulsos,
inconcretos, un
mecanismo que
lejos de aportar
identidad a sus
representaciones se
lo restaba. Así
comenzó a ensayar
fondos con trama,
geometrías que
daban soporte a sus
retratos enrique-
ciendo el cuadro.
Sus fondos se habían transformado en una especie de
brocado, un arabesco que aro-matizaba su obra con un
cierto aire barroquizante, incluso oriental, que bien podía
evocar los colores de Venecia o tal vez aquellos de los
serrallos de Ingres o de otros orientalistas franceses.
Esta fase de brillantes colores es un periodo lleno de
exotismos una especie de búsqueda romántica que
conduce a la construcción de un lugar, nuestro propio
paraíso.
León Comerre. Mujer
LIO. Bailar con la muerte
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Lo que observamos ahora, no es una búsqueda sino un
encuentro en el que el artista se siente cómodo y seguro.
La pintura ha madurado, no necesita la sujeción del color
brillante, tampoco los fondos destacados y apreciables,
todo se ha vuelto sutil pero enérgico. Así las
representaciones son mucho más impactantes, los rostros
se agrandan en una tendencia que lleva a prescindir del
cuerpo, son mayoritariamente bustos, imágenes
desconcertantes que nos enseñan su cara oculta.
LIO. Dame la fuerza
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Ese enigma que Lio ha buscado y que ha llevado al
lienzo. Ese alma que él ha captado, y que ha reforzado
con la opinión que cada mujer tiene sobre ella y que se
ha incorporado al lado de las pinturas. Frases,
conclusiones, pequeños poemas, que completan el
discurso, uniendo lo que percibe el artista, lo que piensan
las modelos, y lo que concluye el espectador.
Lio comienza fotografiando a
las modelos colocándolas en
posturas buscadas. Aquí
inicia su trabajo, pasando la
composición fotográfica al
lienzo. Lo más interesante
de esta primera parte de su
trabajo es como de manera
inconsciente Lio se une a la
tradición del Renacimiento
Italiano, disponiendo a las
modelos en actitudes que
recuerdan los retratos de los maestros tosca-nos del siglo
XV como Ghirlandaio, Pinturicchio, o los retratos en
escultura de A. Verrocchio.
Una composición clásica que se va transformando en una
propuesta contemporánea al animarse con colores muy
neutros grises, ocres amarillentos, azules, y en ocasiones
rojos muy violentos.
Unos tonos con trama
interior. Son pinceladas
ricas, con una esencia
geométrica que parece
contener el pigmento
como si fuese una red,
pero que a la vez se
transforma en su propio
contrario, algo indo-
meñable, expresionista.
Sus imágenes encierran
LIO. El alma por su regreso Ghirlandaio. Dama toscana
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una unidad de contrarios, una misma imagen en positivo
y negativo, que adopta diferentes interpretaciones forma-
LIO. Mirando el pasado
les, miradas en sentidos opuestos, colores fríos frente a
cálidos sonrisa frente a seriedad fragilidad frente a
fuerza…. Luz oscuridad.
Todo es un símbolo, una reflexión guiada por Lio, que nos
lleva a pregun-
tarnos sobre la
trascendencia de
una forma múltiple
capaz de enlazar la
historia y la
tradición occiden-
tal, pero que a la
par, nos desem-
boca en la
multiculturalidad.
Sus tramas son
para unos,
desarrollos que recuerdan los trazos aztecas, pero
también podrían ser el alfabeto árabe, la escritura cúfica
Escritura árabe. Cúfico geométrico
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que nuevamente nos llevaría a la búsqueda de mundos
exóticos, brillantes, ricos y luminosos.
Desde su profunda juventud, Lio se muestra como una
promesa para la Historia de Arte. Un artista que ha
sabido trascender la forma pictórica en sí construyendo
su propio estilo.
No debemos ignorar que el estilo es el propio lenguaje
del arte, aquel capaz de crear a través de sus trazos
singulares, universos múltiples que emocionen al
espectador. Porque el arte no es, sino la representación
del alma de su autor, ese lugar personal en el que se
reúne lo conocido y lo ignoto en sintonía y en el que la
razón del ser humano oscila desde la inspiración a la
expiración en un infinito constante.
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Alma Libre, Año 2016
Óleo sobre madera y metacrilato
70x100
Luz, Año 2016 Óleo sobre madera 120x60
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Timidez, Año 2016
Óleo sobre madera
90x140
Fuerza, Año 2016
Óleo sobre madera
90x140
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Be Positive, 2016
Óleo sobre madera, 50x115
Be Negative, 2016 Óleo sobre madera, 50x115
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Dame la fuerza (non finito), Año 2016 Óleo sobre madera 150x70
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El alma por su regreso, Año 2016 Óleo sobre madera 50x70
Mirando el pasado, Año 2016 Óleo sobre madera 80x80
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Soy la otra, Año 2016 Óleo sobre madera 70x110
Triana Óleo sobre madera
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Xiomara Óleo sobre madera
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