Castoriadis, La Institucion Imaginaria de La Sociedad, Barcelona, Tusquets, 1983, Fragmento

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    ';;~,.'

    c'e2f q'.le se 2st fatalmente doutinado por el lnguaje y que nunca puede decirse ms de lo que s(:nos lleva a decir. Jams podernos salir del lenguajE:nero nuestra movilid?d en el lenguaje no tier.e limites y noS permite :,:::merlotodo en cuestin, inclusoel lenguaje y nuestra relacin con l c. Lo mismoocurre con el simbolismo institucional _salvo, porsupuesto, que el grado de complejidad es en l in-

    comparable1ente lns elevar'0. Nada de lo que perLenece pro)iamente al simbolismo impone indefect

    ;

    blemente

    la dominacin de un simbolismo autonol11

    ,

    zado de las instituciones sobre 18.vida soci:; nddJ,el... el simrolismo instituri.onal mismu, excluye S'Juso lcido por la sociead _entendiedG a~u tan.bin que no es 1Jusible cO:1cebir unaslllstitucionesque vedan por construccir., mecnicamc:n

    tei}. l~l

    servidumbre de la sociedad a SU simbolismo. Hay, ~lestp rbpecto, un movimiento histrico real, en nues-

    tro ciclo cultural gieCL acddenta:, de cO:1quista pI.'gresiva del simbolismo, tanto en las relCiciones sor, ellenguaje como en las relaciones ,--on las instituciO-nes 20. Incluso los Gobierno;:, capitalistds aprendiPfonfinalmente a utilizar algo correctamente, en ciertoSaspectos, el lenguaje y el simbolismo ecor.micos,a decir lo'que quieren indicar cnn el crdito, la fiscal

    i-

    dad, etc. (el contenido de lo que dicen es evidentemente otra cosa). Esto no implica ciertamente '1

    ue

    cualquier contenido sea expr2si.ol,=en cualquier ~,:,n'

    guaje; el pensamiento lDusical Je Tristn no podaser dicho en el lenguaje del CLavecn bien terr.:;ye ra

    d O

    y la demostracin de un teore-rna matemtico, inclu

    ,so simple, es imposible en la lengua de todos loSdas. Una nueva sociedad crear con toda evidenciaun nuevo simbolismo instituciunal, Y " el simbolismoinstitucional de una sociedad Ciutnuma tendr poc:Jrelacin con lo que hemos conocido hasta aqu.

    El dominio del simbolismo de las instituciones

    V ' l d l i l l S i

    no planteara, pues, problemas esencialmente dif e-, rentes de los del dominio del lE:nguaje (haciendo abs

    traccin por el momento de su entorpecimientomaterial -UClas clases, unas armas, uno" objetos, et-ctera), si no hubiese otla cosa. Un simrnlisc,o esdGininable, salvo en la med:da en que remite, enltima, instancia, algo que no es simblico. Lo quesupera el simple progreso en l a racionalidad, loque permite al simbolismc institucional no desviarsEpasajeramente, aunq"e pudiendo volver a s-:;rretoma-

    ,do (como puede hacerlo tmbin el uiscurso lcido),~sino autonomizarse, lo que, finalmente, le proporcio.na su suplemento esencial de dpterminacin y de~specificaciT' no es muestra de lo simblico.

    ~imblicv y lo 'imaginario

    Las ~eterminaciones de lo simblico que acaba-mns de describir no agotan su suostancia. Queda un

    "~~componentE'esencial, y, para nuestro propsito, de-~isivo: es el cOY!lponenteimaginario de todo smbolo

    ,.fY de todo simbolismo, a cualquier nivel que se siten.l~ecordemos el sentido corriente del trmino imagi-"\pario, que por el momento nos bastar: h8b1amostie imaginario cuando queremos 1:2.:::1&1'de algo in-

    ''entado -ya se trate de un inver;,to absolllto

    mna historia imaginada de cabo a rabo), o de uneslizamiento, de un desplazamiento de sentido, enque unos smbolos ya dis!)onibles estn investidosn otras significaciones' que las suyas normales onnicas (( iNo es lo que imaginas! , dice la, mujer, hmbre que le recrimina una sonrisa que ella~tercambia con otro hombre). En, los dos casos, se. por supuesto que lo imaginario se separa de loal, ya sea que pretenda ponerse en su lugar (unantira) o que no lo pretenda (una novela).

    L l i f dy

    l ii l i i i id i \

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    V ' l d l ti l l S i L l i f d l ii l i i i id i \

    3 cualquier otra cosa ms. El delirio ms elaborc:rl(,como el f antasma ms secreto y ms vago, estn li (chos de ((imgenes, pero estas imgenes estn l hjcomo representante de otra cosa, tienen, pues, umfuncin simblica, Pero tambin, inversamente, l1simbolismo prespone la capacidad lmaginaria, y;,qlle presupone la capacidad de ver en.llna cosa l()que no es, de verla otra de lo que es. Si", erbar::;:), enla medida en que lo imaginario vuelve finalmen'u.: ;1

    la facultad originaria de plantear o de darse, bajo elmodo de la representacil1, una cosa y una relacil)nque no son (que n" estn dadas en la percepcin (que jams lo han sido), hablaremr)::) de un imagine,] joefectivo y de lo simblico 21. Es fin,l.lmente la capacidau elemental e irreductible de eVOC2r una imagen ::.

    La influencia decisiva de lo imaginado sobre I()simblico puecle ser comprendida a parti de esi , 1

    J consideracin. el simbolismo supone la capacidad de1 '1 pnner entre dos trminos un v nculo permarlente ele

    ma::lera que uno {(represente al otro. Pero no es :- n c >que en las etapas muy avanzadas del pensamientoraci"nal lcido en las que estos tres elerlJ.ent0s (e ]significante, el significado y ':'1 vnculo sui gener?s)

    21. Podra intentarse distinguir, en la terminolog;I,lo que llamamos lo imaginario ltimo o radical, la capu:cidad de hacer surgir como imagen algo que no es, nIfue, de sus productos, que podra designarse como loimaginado. Pero la forma gramatical de este Lrmino puede prestarse a confusin, y preferimos ha~lar de im:

    ginario efectivo., 22. El hombre es esa noche, eSd r..:lda vaca que loGontiene tvo en su simplicidad; riqueza de ur. :1merOinfinitO' de: representaciones, de imgenec;, de las q~e,ninguna aflor,a precisamente a su espr itu o Que 110 esw"

    .[:simprepresentes. Es la noche, la interioridad de la na.'turaleza lo qeexiste aqu: el Yo (le Soi) puro. E:l re

    ':;h,:.4.L;gre~entaciones fant,sticas," e:de noche' por todo lo que\ , . ,,!i:~'.estalrededor; aqul surge' entonces una cabeza ensantl~u, ! ' } : ' grentada, all otra figura blanca; y r1 psaparecen con la

    . ".:;misma brusquedad. Es esa noche la que se percibe cuan'~.do.:se'mira a un hombre a los ojos; una noche que' se

    '.' ,,;(l;hac~' terrible; es la noche del mundo a la que entoncl':,

    l '1 f t :El poder de sacar de esa noche l(/ AfI ): }mge7tes de deJarlas que vuelvan a caer en ella ( S O

    Se mantienen como simultneamente unidos y dis-tintos en una relacin a 12 vez firme y flexible. Deotro lflOdo, la relacin simblica (Luyo uso propioSupone la funcin imagi!lari;: y su dominio por lafuncin racional) vuelve, o mejor, sequerla 3'a desde (,el comienzo all donde surgi: en el vnculo rgido(la mayora de las veces, bajo el modo de la identi.fIcacin, de la participacin o de la ci'usacin.) eI'.!reel significante y el Significado, el smbo'lv y la co:::a,es decir en lo imaginario efectivo.t, Si dijimos que el simbolis"no presupone lo inlagi-hario radical, y se apoya en l, :10 sigllltlca que e;~imbolismo no set, globalmente, si.no ilnag111arioefectivo en su contenido. Lo sirnohco comporta, casi

    '~'siempre, un compcnente {{racional-~eal: lo qUe re- ;p:-esenta lo real, r, lo ql1~ es indispensable par~ pen-sarlo, o p~ra actuarIo. Pero este componente estl

    jnextricaLlemente tejido con el componente lmagi.i.:nario efectivo -y esto le plantea tanto a la teora \

    d la historia romo a la politic:l 'un problema esencial.t> Est escrito en los Nmeros (15, 3236) que, al dec

    ;cubrir los judos a un hombre que trabajaba en s~i.bado, lo cu;:l estaba vedado por la Ley, lo cOlldujeron~nte Moiss. La ley no fijaba pena alguna para lat'ransgresin, pero el Seor se man~fesL a :vloiss,higiendo que el hombre fuese lapidado _-,; lo fue.i J Es difcil no verse afectado en este caso -como,bar lo dpms, a menudo ~uando se contempla la ~ev

    [osaica- por el carcter desmesurado de la pena,

    ptr la ausencia de vnculo necesario entre el hecho a tr:msgrcsi6n) y la consecuenCia (pI contenido de:; pena). La lapidacin. no es el nico medio de

    -~var a las gentes a r~spetar_: sbado, le : institucin" h 1 i ~ .pena) supera netamente lo que ex.igira el enca-,~amiento natural de las causas y de 10S efectos,a~""los medios Yde los fines. Si la razn es, como~a Hegel, la operacin conforme a un fin, St;

    ~;,~str6el Seor, en este ejemplo, razonable? Recor-:~mos que el Seor mismo es imaginario. Detrs de

    L h i tit i i l f ti

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    etapa de la evolucin de las soci.edades humanas, la\nstitucn de un imagin.:,-i.oinvestido con ms rea'Hdad que lo real _Dios, ms generalmente un imagi,nario religiosO-- es conforrr.e a los fines de la saciedad, S~ deriva de las condiciones ~eales Y cumple unafuncin esencial. Se procurar mostrar, en una pers,pectiva marxista o f::eudian8 (que, en este casa, nosolamente no se excluyen, sir;,' que se completan),que esta sociedad produce necesariamente este ima-ginario, esta ilusi!'-)

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    , te 'ida,:; de mii I totmicos, a unos tabes qUe afectdn a tales e lemen_. 1 onmico y estanl Jociedad con tos, etc.). Estas sucesivas reducciones se encuentran,

    nente funClOna..ecca

    de la vida de _ a ssciente, est tarde o temprano, con su llClite,y esto bajo Gas foroPC~nerasconIa lOglmpliamente no .eo~uos a la ple mas: los elementos ltimos son smbolos, de Cuya:::derada (lOglCa~auna serie de lOdlVldo pblica y constitucin el imaginario no puede separarse ni ais.claro). El acceso c~os debe estar rmrccliria un fun larse; las sucesivas sbtesis de estos' elementos, lasnitud d e sus dere f lta do estado c1Vll, certificado ,totalidades parciales de les q"e estan hechas lo vidasolemnemente .

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    incluso en la sociedad capitalista occidental, en 1; :que, como veremos, el Qesencanto del mundO y IZtdestruccin de las formas anteriores a lo imaginar;,)han ioo paradjicamente a la par con la constitucind e u n nuevo imaginario, centrado 'sbre lo pseudoracional y que afecta a la vez a los elementos ltimos del mundo y a su organizacin total.

    Lo que def'imos se refiere a lo que puede llamars!'lo ilC'.aginaric central de cada cultura, ya se site l'l1

    el nivel de 11)S smbolos elementales o en el de unsentido glob;::l. EvidEontemente hay, adcill2s, lo qu e'puede llamarse lo imaginario perifrico, no menosimportante en sus efectos reales, pero qUe>no nos0c'2par aqu. Correspo~de a una segunda o ensim;t

    - ---...,eL:boracinimaginaria de los si1bolos, l unas cap;ls/sUesivas de sedimentacin. Un icono es un objetosimblico de un imaginario -pero est investijo deotra significacin lmaginar~ r.uando los fiEles rascanSll pintura :' la teben C0mo medicamento. Una ban-dera. e" un smbolo con funcin racional, signo dereconocimiento y de reunin, que se convierte rpi,

    damente en aquello por lo cual puede y debe perder.>,la vida y en aquello qUe da scalofros a lo largo dela columna vertebral a los p::ttriotas que miran pasarun desfile militar.

    La visin moderna de la institucin, que reducesu signifif'acin :1 lo funcional, no es sino parcialmente cor:-ccta. Er. la mEdida en que se presentacomo la verdad sobre el problema de la institucin,no es I!'.3.S que iJLoyeccin. Proyecta sobre el conjuntode la historia una idea tomada, no ya de la realidadefectiva de las instituciones del mundo ca?italista

    , occidental (que. jams han sido y siguen sin ser, l/ pesar del enorme movimiento de racionalizacin'.

    l_sino parcialmente funcionales), sino de lo que ~s,te_l!mundo quiSiera que, fuesen sus instituciones. VISIO"nes an ms recientes,' que no quieren ver en la in

    El' componente imaginario del smbolo particular CC Tla misr.-la sustancia, por decirlo as, que lo imaginarglObal de esta cultura -lo que nosotros llamam08 Ja~vinizacin antropomorfa de las fuerzas de la natleza.

    226

    f i

    titucin ms qUe lo siJ'blico (e idenUfican ste conlo racional) representan tambin una verdad te" sluparcial, y su generalizacin contiene igualmente UnaproYeccin.

    Las visiones antiguas sobre el origen divino delas' mStit""iones eran, bajo sus envoltorios mfsticos,ilLlChoms 'verdaderas. Cuando Sfocles 25 hablaba dp1eye, divinas, ms fuertes y ;ns duraderas qUe las

    !lechas por la mano del hombre (y, come par azar.Se trata en el casa preciso del interdicto del i"cest"que viol Ec..po), indicaba una fuente d la instiLu-cin ms all de la concier,cia lcida de los I,ombrescomo legisladores. Es esta misma v2rcidd la ::fUesuL-tiende E; mIto de la Ley dada a Moiss por Dios -porUn pater absconditu::, pur uc, ;~visible innombrable.Ms all de la actividad consciente de institucionali_zacin, la[ instituciones encontraron su fuente en loImaginario Social. Ecte imaginario debe entrecruzarse

    "con lo simb6lico, de 10 contrario la sociedad no hu-oies

    eponido reunirse, y con lo econmico'funcio,

    lal, de lo contrario no hubiese POdido sobrevivir.-.Tambin Puede ponerse, se pone necesariamente, a iI servicio: hay, es cierto, Una fU.,ci6n de 10 ima,81nario de la i"stitucin, aUnque ahf todava se!onstate qUe el efecto de lo imaginario supera a SuQncin; no es factor ltimo (no buscamos aigu,f, en efecto), pero, sin l, la determinacin tanto

    tia simb6lico como de lo funcional la especificidad'la unidad de lo primero, la orientacin y la final!.d de lo segundo permanecen incompletos y final_rente :COmP:--El1siLies.,~

    -(q ;, alienacin y lo imaginario"

    :la InstitUcin es Uno red 'slmb61ica, socialmentefonada, en la qUe se combinan, en proporci6n y

    5 . ' " " .Las ley,," ms altas, nacidas en el ter ce.~"del qUe s610 el Olimpo es el padre, que no fueronndradas por la naturaleza mOrtal de los h

    ombr2s y

    ning~ OlVidoadonnecer jams; Pues 1 e!las\un grn dios, que no envejece,_lfldiPO_Rey,_s6'S_" . ---: ; , -,

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    ponente funcional y un .' de otro modo que las leyes n o pueden realizarse msrelacin variables, un c~m alienacin, es la autonu 1 qUe utilizando, las ilusiones de los individuos, mues-componente ima~mano .. a del momento imagI~anO, tra una vez ms, en un imaginario especfico, una demizacin v el predomullo lica la autonomIzaclon, las condiciones de lo funclonalidaJ.

    en la institUCin, que. I~Yucin. relativamente al" r Pero este papel de 10 imaginario era vis,o por,el predominic de la lOS 1 dr de la institucin." , .Marx cama un papel limitado, precisamente, COmosociedad. Esta autonnmIZ~~ materialidad de la Vid.: .papel funcional, como eslabn

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    No podemos aceptar esa concepcin por las 1';,zones que expusimos en otra parte 2&: hablando \)Hvem

    ente, porque no se puede definir un nivel de de!'

    "1rfollo tcnko o ele abunc.::mcia econmica a parlirdel cual la divisin en clases o la alienacin pierJclllsus razones de ser; porque una abundar ~ia tcnicamente accesible est yq hoy en d~3.socialmente 01):"

    taculizada; porque las n~cesidade::: a p~rtir de \; 1 :-:cuales solamente 1m estado de penuria puede ser (10finido no tienen nada de fijo, sinu que expresan Ul'estaJo social-histrico d. Pero, soore tdc, porque d C :-:

    alGunas atrae: frusler~ds que domar y dominar)),] No SL'cumprenJera tampOCOcmo la mitologa rlf~riJa a lanaturaleza desapareci desde hace rnLlcho ',empo delm'_~ndooccident::l; si Jpiter fue i'idiculizado ?or el pa'rarrayos, y Her::-~es por Las ~ajas de Ahorro" pOIqu no hemoS lllventado un dios-cncer, un dlOS-atr>roma, o un di::;s Omega-minus? Lo que Man. de:::ia sobreello en la cuarta Tesis sobre Feuerbacr" era ms SUS'

    t,lDcioso: El hecho de que el funda:::

    ento

    profano (delmundo religioso) se desprende de s mismo Y se fija comoimperio independiente en las nubes, no puede expllcar'se ms que por este otro hech, el que este fundamentoprofa,-.o c::;t falto de cohes:n Y est en contradlCCionconsigo mismo. Es preciSO, ;:Jr consiguiente, que e"tefundamento sea comprendi::o de por s~ tanto en su con,tradiccin como revolucionado en la pr~"tica. por eJem'plo. de.c:!)usde que la familia ';.er:-2stre haya sido des'cubierta corno el m:sterio de la s::grada Famili, eS pr~ciso -Jue la priIl'~ra sea a su vez aniqu;lada en L. teo

    r:a

    y -en la prctica. Lo imaginario sera, pues, la soluclnfantasmal de las contradicciones reales. Esto eS verJadpara cierto tipo de Laginario, pero t.an slo de un :Jcderivado. Es insuficiente pan' comprender lo imaginarlOcentral de ....>l a sociedad, por las razones f'xplicadas m Sadelante ~n el texto, que vienen a ser lo siguiente: ,laconstitUCl6n misma de pstas contradicciones reaies es Inseparable de este imaginario cntral.

    28. Vase liLe mouvement rvolutionnaire sous

    lecapitalisme moderne)) en el n.O33 de Socialisme ou Barbarie), p. 75 y s. 'd. Es evidente que las necesidades, en el sentido sOcial-histrico (que no es el de las necesidades biolgicas),son un 'prod~cto. del imaginario radical. '

    El tma.gmano' que compensa la no-satisfaccion deestas nec~sldades no es, pues, sino un imaginario segUn:do y de~:~ado. Lo eS tambin para ciertas tendenCa"pslcoanalll.lcas contemporneas, para' las que lo imagInar~o suturall un vaco o un desgarro originarios del sU!e-tu. Pero este vaco no existe sino mediante el imagn

    fl

    -

    conoce enteramente el papel de lo:maginario, a saber,que est en la raz tanto d e la alienacin como de lacreacin el".la historia.

    Ya que lq creacion presupone, tanto como la alie-nacin, la capacidad JI:: darse lo que no es (lo queno ?s dctdo en la percepcin, o lo que :;'lOes dado enlos encadenamientos simblicos del pensarr,~2nto ra-clOnal ya cmstituidol. Y no puede d~3tinguir",e el ima-ginario ::;,ueentra en juego en la creacin c!e lo ima-ginario puro y simple, diciendo que el pr:'::nero seanticipa a una realidad an no dqda, sino que severifLd a continuacin. -la que sera primero nece-sario explicar e:1 4u podra te:;'le:' ll'~ar esta

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    ~

    ,30. El acontecimiento traumtico e::; real en tanto \e acontt:eiriento, e imaginario ~n tanto que trauma- }

    me. I ":-n~H''''"~"./ _. J'.~ ...,-. J. ~ !,"-I' __ _

    uno o varios traumas; pero esta represin de las ~pulsiones est s.iempre ah, y qu es lo que cons-tituye un trauma? Fu~ra de los casos lmite, un acon-tecimiento no es traumtico ms que porque es iidad,ese hacer, que se dio cada vez otroobjeto y con ello otra definicin de s mismo.

    Decir que lo imaginario no surge - -- o no desem-'pea un papel- sino porque el horr.bre es incapaz

    ,.ideresolver su problema real, se~one que SI" sabe yhue puede decirse cul es este proolema ieal, siem-ipre y' en todas partes el mismo (pues, si tste prob!e-in a cambia, es~amos obligadas a preguntarnos porQu, y esto remite a la pregunta precedente). Estosupone que se sabe, y que l;uede decirse lo que es

    i l a humanidad y lo que quiere, aquello hacia lo cual1iiende, como se dice (o se cree poder decir) de los~bjetos. .

    la percepcin, pero que se refiere a un real ya cons-

    tituido 29.Cuando se afirma, en el caso de la institucin,que lo ima~inario no juega en ella un papel sinoporque hay problemas reales que los hombres nollegan ~ resolver, se olvida, pues, por un lado, que loshombres no llegan precisamente a resclver estos prv'blemas reales, en la medida en que lo c onsiguen,

    / sino porque son c

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    A esta pregunta, los marxistas dan siempre unadoble respuesta, un;:: respuesta contradictori'.p .je lacual ninguna dialctica puede enmascarar la confusin y, en el lmite, la mala fe:

    La humanidad es lo que tiene hambre.La humanidad es lo que quiere la libertad -no la

    libertad del hambre, Llibertad sin ms, de la queestarn ml1V re ac'C.;:.rdGen uecir que no tieIlp., nipuede tener objeto dpterminado en general.

    La humanidad t;ene hambre, es ciertc. Pero tienehambre de qu? y cmo? An tiene hambre, en elsr:l.tido literal, para la L1tad de Sl.J.3miembros, y estehambre hay q'c:e satisfacerla, es c ierto. pero slotiene hambre de alimento? En qu difiere enton':::cs, de las esponja3 o de los corales? por qu esehambre, una vez satisfecho, deja siempre aparecerotras preguntas, otras derrlandas? por qu la vida delas capaf que, en todas las pocas, han podido t;atie;,faee!" su hambre, o de las sociedades enteras quepueden hacerlo hoy, no ha llegado a ser libre -o seha vuelto vegetCil? Por qu la saciedad, la segu-ridad Y la copulacin ad Lib~tum en las sociedadesescandinavas, pero tambin, cada vez ms, en tedas

    las sociedades de capitalismJ moderno (mil mi1lnnesde individUOS) no ha hecho surgir individuOS y colec'tividades autnomas? Cul es la necesidad que estaDpoblaciones no pueden satisfacer? Que se diga queesta necesidad es cons':.antemente ma~tenid2 en lainsatIsfaccin por el progreso ~cnico, que hacesurgir', nuevos objetos, o por la existencia de capasprivil~gi.'tdas que ponen 2.!"te los ojos de lOS db11

    2S

    otros ::']+ldosde satisfacerla ~y se ,habr concedidolo 'q u e queremos decir: oue esta necesidad no llevaen sf,rb.isma la definicin de un' obJeto que podriacolm~:do, como la necesidad de respirar encuentra sUobj,~t.~~,eI1:el aire atmosfrico, que nace histricam

    en

    te;~ q~e ninguna r.ecesidad definida es la necesidadde la humanidad: :La hur:lanida0 tuvo Y tiEme hambrede alimentos, pero tambin tuvo hmb!'e de vestidoSy, d,espus,; de vestido$ distintos a los del ao pasado..,.tuyo hambre de coches y de televisin, tuvo hamobre de' poder y hambre de santidd, tuvo hambre' deascetismo Y de ldesenfrer.c, tuvo ha8.bre de rn1sti

    cl

    y hambre de saber racional, tuvo hambre de cal,]ry de fraternidad, peTo tambin hambre de sus pro-pios cadveres hambre de fh:stas y hambre de trage-dias, y ahora parece tener hambre de Luna y de pla-netas. Es necesa::ia una buena dosis de cretinismo \'para p,etender que [2inventaror. todas estas ham-I 'bres porque no se coma ni se joda ;"'astante,

    El hombre no es esa necesidad que comporta subuen objeto conir.'fOmer.L~il'in,une cerradura quetiene su llave (que hay que volver a encont~dr o fa-bricar), El hombre no puede :::xistir sino definindosecada vez como un cor.j:mto de nece:idades y de obje-

    tos correspondientes, pero supera siempre estas de~iniciones -y, si las supera (no solamente en unvir~ual peEnanen~e, sino en la efectividad, del movi-miento 1;.istrice), es porque salen de l mismo, por-que l las inventa (no en lo arbitrario ciertamente,siempre esti la naturaleza, el mnimn de conerenciuque exige la racionalidad, y la histori3. rrecedente),

    ~ f ' porque, por lo tanto, l las hace ha~iendo y hacin-\ dose, y porque ninguna definicin. racional, natural o~)histrica permite fijarlas dt: una vez por tudas. El~ hombrees lo que :}:) es 10 que es, y que es lo que no

    es, deca ya HegeL

    Las significaciones imaginarias sociales

    Vimos que no Dueden comprenderse las insutu.;t ciones, y menos an el. conjunto de la vida social,

    ~omo un sistema :::amplemente funcional, serie inte~~I'ida de "I'denaciones sometidas a la satisfaccinae las necesidades rle la sociedad. Ya toda interpre~a-f,in de este tipo suscitq inmediatamente el interro-..gante: funcional en felacin a qu y con qu fin~ ' > : ,pregllta que no comporta respuesta en el interior

    ~ una respuesta funcionalista 31. Las institucionesp,n ciertamente funcionales en tnto que deb2n ase-

    ., f-' 31. ... decir que una sociedad funciona es una pero-~rullada; pero decir que tod~en una socidad funciona~~',absurdo, Claude Lvi-Strauss, Anthr~'Pc!.ogi,e struc-

    ~~u.ra.lf!S, p. 17 de la edicin francsa, Pars, 1958.~'--

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    gurar necesanamente la supervivEncia de la sociedD.dconsiderada 32. Pero ya lo que llamamos supervivpn,cia tiene un contenido completamente diferente se-gn la sociedad que se constdere; y, ms all de esteaspecto, :as instituciones son funcionQ.les~} en rela,cin a unos fines que nc se desprenden ni de la fun'cionalidad, ni ue su contrario. Una sociedad teocr,tica; una sociedad dispuesta esenchlmenLe para pel'mitir a una capa de seors gt:.~rrear interminable,mente, o, finalmente, lla sociedz..d COILCl la del capi,talsmo moderno que crea con un flujo I"ontinuo Ilue-V?,S necesidddes y se agota Ql satisfacerlas, no pue,den ,er ni descrj.tas, ni comprendidas en su funcio,

    I na~~dadr.1isma sino en relaci.n a puntos de vi.;ta,, .'; orient3.ciones, cadenas de significaciones que no sola,( mente escapan a id funcionalidad, sino l las que la

    uncior ...alidad :::;eencuentra er. buer..J. part~ sometida,Tampoco puede comprend:::rse las instituciones

    .) simplemente cnmo u na red simblica 33 Las institll'

    32. Incluso esto, por lo dms, no es as sin proble-mas: hemos recordado ya laeYlstencia d institucionesdisfuncionales, especialmente en las soci

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    dos clanes como homlogos a la pareja halcn-corne,ja, surge al acto l2 cupstin r1e saber por qu estapareja fue elegida entre todas las que podran con,notar una diferencia en el parentesco. y es claroque la cuestin se plantea con i nfinitamente msinsistencia en el caso de las sociedrl.ues histricas 35,

    b) Comprender, e incluso simplement~ capt9X, elsimbolismu e una :::'vciedad, es captar las significa'c~ones que conlleva. Estas significaciones no apare-CE11 sino vehiculadas por unqs estr'.lcturas significan,tes; pern esto 110 quiere decir que se r eduzcan a

    ellas, ni que resulten de ellas de manera un voca, n:finalmente que sean dete:rminadas por ellas. CUando,8. propsito del mi~o de Edipo, se despeja una est.f'Jc,tura que cnsiste en dos parejas de Op0S:2-lOnd 36, seindica prnbatlemente una condir::ilm necesaria (comolas oposiciones fonemticas en la lengua) para quealgo sea d'i-cho. Pero qu es lo que es dicho? Escualquier cosa -es de~ir l a nada? Es en este c"soindifererte ~ue esta estructura, est::l organizacin devarios pisoS de significantes y de significacios particu'lar eS, transmita finalmente una significacin globalo un sentido articulado, el interdicto y la s?ncin del

    incesto, y, por ello mismo, la constitucin del mundOhumano como ese orden de coexistencia en el que elprjimo no es simple objeto de mi (ese, sino qu::existe para s y sostiene con un tercero unas rela'cirmes a las cllales el acceso me est vedado? Cuando,aC.ems, un anlisis estructural reduce todo ur con,junto de m:':os a~caicos ~ 1 : : : . intencin de significar,por medio de la ojJosicin entre le crudo y lo cociC::;,el paso de la naturaleza a la citura 37, acaso nO

    35. La lingstica, ciencia qu.e trabaja por as decirlo al nivel del simbvlismo, se plantea de nuevO .esta p!"egunta. Vase Roman Jakobson, Ensayos de ling';st

    tCIl

    general, Seix Barral, Barcelona, 1974, cap. 7 (

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    por u:_a significacin musical a expresar \y que, ('0;,:,claro, n o cesa de estar influenciada, a lo larp-o de L ,composicin, por los signos disponibles en el cdig(Jutilizado, en el lenguaje musical que el composit()radopt- aU'1que finalmente un gran compositor modifique este misrr:a len:;'29.je y constituya en masa SUspropios significantes). Eso vale en la misma medida1'8.ra el mitlogo o para el antroplogo estructur,'ll ista, 3alvo c:,,'Jeaqu el creador es una socieda entcr;l,la recon"truccin de los cdigos es mucho "1s radi,

    cal, y mucho ms escondida -en una fidlabra, bconstitucin de los signos en funcin de tul sentid ues algo infinitamente mis ~omplt:jo. Considerar el'3entido comosihiple resultado de la diferencia delos sigr,c:::, es transfonar las condiciones necesariasde la lectura de la historia en co:!dciones suficientesde su existencia. Y, ciertamente, estas con(1icionesde lectura son ya ntr::-lsecamente condiciones deexistencia, puosto que no hay historia sin!) del hechode que los hombres comunican y ~oopGan e:"lun me,dio simblico. Pero este simbolismo es l mismo crea,do. La historia no existe sino en y por el lenguaje(todo tipo de lenguajes), pero este leguaje, se loda, lo constituye, lo transforma. Ignorar esta vertien,te de la cuesun eS plan Lar para siempre la multiplicidad de los sistemas simblicos (y por tanto insti'tucionales) y su sucesin como hechos brutos a pro,psito de los cuales nn habta nada que decir (y an111e1108 que n.a'2er), es eliminar la cuestin hist61'icapor exce~encia: la g.nesb del sentido, la produccinde nuevos 'sistemas de significados y de significantes,Y, si esto es cierto para la constitucin histrca denuevos sistemas simblicos, lo es del misme. modo dela utilizacin, en cad? instante, de un sistema simblico establecido y dac'lo. T~mpoco puede decirse ab~o-

    lutamente en este caso, que el sentido resulta de laopo~icin de los' signos, ni la inversa, ya que estotransportara aqu unas relaciones de causalidad, oen. todo caso de correspondencia' biunvoca rigurosa,que enmascarara y, anulada lo' que es la caracte-rstica ms profunda del fenmeno simblico, a sabersu, relativa indeterminacin. En el nivel ms elemental,esta indeterminacin est ya claramente indicada

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    por el fenmeno de la sobredeterminacin de lossmbolos (varios significados pu":den ser v~nculadosal mismo significante) -al que hay que aadir elfenmeno inverso, que p0dra llamarse la sobresim.bolizacin del sentido (el mismo significado es lleV!'do por varios significantes; hay, en el mismo Cdigo,mensajes equlvalentes; hay, en toc~;;,lengua, rasgosredundantes, etc.).

    Las tendencias extremistas del estructuralsmo re-sultan de que cede efectivame'1te :l la utopa del

    siglo, que no es ('!a de construir un sistema designos sobre u:::.solo nivel de articubcim)39 sr.o prA-dsamente de ,eliminar el ser.,r,ido (y, oajo otra forma,~liminar al hombre). As es CalOse reduce el sentido,en la medida en que no es identificable con una com-

    ,4binaci~n de signos (aunque slo fuera ('omo su resul.':ltado nece:::;ario y unvoco), a una interioridad ro o,~transportdble, a un '~cierto sabor4{).Al parecer, nopl.:.erleconcebirse el sentido ms que en su acepcinpSicolgica afectiva ms limitada. Pero la irlterdfccindel incesto no es un sabor; es una ley, a saber unatnstitucin que lleva una significacin, smbolo, mito

    ~ enunciado de regla que ::emite a un sentido organl- "\fador de una infinidad de actos humanos, que hace {','antar en medio del campo de lo posible la mu-bIlla que s~para 10 lcito de lo ilcito, que crea unV,alor,y vuelve a disponer todo el sistema de las sig-~ificaciones, dando como ejemplo a la consanguinei-e1td un contenido que antes no pcsea. La d~Ieren- \a a entre naturaleza y cultura tampoco es la simple Jtliferencia de sabor entre lo crudo y le cocido, es u~!

    undo de significaciones.' /c) Finalmente, es impos!ble eliminar la pLegun-

    - : cmo y por' qu el sistema simblico de las ins-Iitucicnes consigue autoriomizarse? Cmo y por

    rU la estructura institucional, en cuanto se plantea, s convierte en un factor al q"..!ela vida efectiva de,i;sociedad es~ subordinada y come .some~ida? Res-

    j!P,onderque esta en la naturaleza del SImbolIsmo auto-I.r~ -:. ._

    Lvi-Strauss, Le cro et le cuit, Op. cit., p. 32.'Lvi-Strauss, en Esprit, nmero citado, pp. 637~

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    el sentido lo que hacen de l un discurso o un delirio~~(que puede ser gramatical, sintctica y lexicalmente

    P -impecable). La distincin, '1ue nos es imposible evi-ar, entre quien, mirando a la Torre Eiffel, dice: Es

    la Torre Eiffel , y quien, en las mismas circun"tan-das, dice: Mira, es la abuela, n0 puede encontrarsesino en la relacin del significado de sus discursoscon un significado cannico de los trminos que uti,liza y con un ncleo independ:f:'1te dp todo discursoy de toda simbolizacin. El sentido, es este nucleo.

    r!dependiente que llega J la expresin (que, en c.st~, ,ejemplo, es el estado real de la," COSaS).Plantearemos, pues, que h a y significaciones rela-

    tivamente inrlependient'?s je los signific3dos que lasllevan y q11e desempean u~ papel en la eleccin yen la organizacin de esto" signincantes. Estas ::::ig-nificaciones pueden corresponder a lo perciiJido, a lor;:;,cional, () a lo imagorario. Las rell~lOnes ntimasgue prcticamente sienlre existen entre estos tres

    ~polos no deben hacer W'rder de vista su especificiJad.Sea Dios. Sean cuales sean los puntos de apo-

    ~o que su representacin tome en lo percIbido; sea~al sea su eficacia racional r>omo principio de orga-

    izacin del mundo para ciertas culturas, Dios no esni una significac:n de real, ni Ulla significacin deraciGal; tampoco es smbolo de otra cosa. Qu~s Dios, no como concepto de telogo, ni COIrlidea

    "do '~filsofo, sino para nosotros, quienes pt::llsamos ell41 P ede por supuesto s?Ste~e~e .quele(l u~~ ~Y1~n. uin es para los q'.le creerl en Dios? No pueden evo-. u ',-, "nIvel 'ndIvldua pa '6" 1 f 'l 1 d 1 ' b 1del simbolismo es p;)Siu.2.... . 1 olectivo (en relacl n ,Caro, re eflrse a e SIDO con la ayu a Qe SIm Ooc;,

    guaje,. po~ ej~mPlO)'ler~0s:ri~1~ere;iRo demo~trarl?, ~1 l~ : t!nque slo sea por el Nombre -pero, para ellos,:1 las ItnstdltUClOntre~~inno podra con. toda .evldencla03fal.:para nosotros, quienes consideramos este ienmenoque es a emos l 'el sun.bolIsmo com ., . .. Di 1yars~en la naturaleza~f1ene!a '"'.cia entre lOS dos nive-, Isto~lCO conStIt.Ul~'l. por os y por os que creenNo de.c~os.,que no ha~ia d;f::J;~ment~ de g:rado, (com~ 'p DIOS:supera mf~mtamente este N.ombr~, es .otr!l

    ' l~s".m SlqUl~;'JI:~o s~ocial, etc.). De

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    (rcal), ni de a:go pensado (racional), es una sigl';rcacin imaginaria.

    Sea tambin eSe fenmeno que Marx 11am: ::,reificaci6.l, ills generalmente la deshumanizaci()llnd~ los individuos de laE: cl;;.ses explotadas en cic:rLlsfc.ses histricas: un esclavo es vis~o como anilliUlvoca~e, el obrero como tuerca de 1::1,mquina, o sil.pIe mercancia. Impcrta poco, :::qu, que esta asi!!!1lacin jams consiga iE::dlizarse Gel toce>, que la re;1

    lidad humana de los esclavos o de los obre,uS

    \:1:;~mga en cLlestin, etc.42 O!cil es la naturaleza dl'esta significacin -Que, recordmos:o, lejos de Sl'ltar~ slo concento o :-epresenLacin, es una signi'iC';1cin operante, con graves consecuencias histricas ysociales? Un escla iOno es un animal, un obr~ro no esuna cusa; pero la reificaci:p- no e:::;ni UJl3 falsa per,cepcin de lo real, ni un erre lgico; y ~ampoco Sl'la puede convprtir en un momento di'"lcticGJI en l;historia totalizada del advenimiento de l~ verdad de besencia humana, en la que sta ante;:; se negara LI'dicalmente a fin de poder realiz.:irse positivamente.

    I La reificacin es una significacin imaginar ia (in,

    til subrayar que lo imaginario social, tal como lo en,tendemos, es ms real que lo rea!). Desde el puntode vista estrictamente sirr.:"jlico, o lingstico, la,rece como un desplazarll1ento de sentido, como unacombinacin de metfora y de tr~foImia. El esclavono puede ser an.imal ms q:1e metafricamente, Yesta metfora, como otry cualquiera, se apoy enmetonimia, tomando la parte por el todo tanto ell elanimal como en el esclavo y esta~do la pseudo identidad de las propiedades pa~ciales extendida sobre eltodo de k;::; objetos cunsiderados. Pero este desliza'miento de sentido -que es despus de todo la opera-cin indefinidamente repetida del simbolismo-, el

    42. Hemos comentado en otra p arte la relatividad delconcepto de rtMicacin; vase L2 mouvement r~volu-tionnaire so us le cap ital isme mod erne, en partlcul:r!!Socialisme ou Barbarie, n.o 33, pp. 64-65; y tambl n{(Reemprender la revolucin, en La experiencia del rno-

    'vimiento obrero, v ol . 2, 0p. cit. Lo q ue p one en cuesUn la reificacin, y la relativiza corr.o ~3.tegcra Y comorealidad, es la lucha de los esclavos o de los obrerOS,

    ~~~-----

    eche de que bajo un significante sobrevey:ga otro'gnificado, es simplemente una manera de describir

    ~oque suceoi y no da cuenta ni de la gnesis, ni delodo de ser riel feflmeno considerado. Aquello de

    : 0 que se trata en la reificacin -en /el caso de la~-clavitud o en el caso del proletariadct- es la instau-

    cion de una nueva significacin operante, la capta.,.Hjnde una categora de hombres por otra categora

    mo asimilable, a tedos los fines prcticoc, a ani-

    ~a:es o a cosas, Es una CTeacifI imagina? a, de la'~:ualni l a realidad, ni la racionalidad, ni las leyesel simbolismo pueden d3.1 cuenta ;otra cosa si esa,ept;lin no puede ~~Vi01an)las leyes de lo real, de lo.cional y de lo simblico), que no necesita para exis-i" ser eXI;licitada ea los conceptos o las representa-iones y que acta en la prctica y el hacer de ~a so-

    jedad considerada como sentido organizador del com-Jtamjento humano y de las relaciones s01"iales in-pendientelI1en~2 o.e su existencia paT:,.la cncien-la})de esta sociedad. iDle3clavo es metaforizado comohimal y el obrero como mercanca en la prctica so-[al efectiva mucho antes que lo hiclera:"'! lOS juristas~manos, Aristteles o Marx.fLo que hace quP el prob18ma sea difcil, lo querobablemente explica ror qu no ha sido visto du-pte mucho tiempo sino parcialmente y por qu, anoyen da, tanto en An~Topologa como en Psicoan-~is, se constatan las lnayc:::-es difi~Llltades para dis-uguir los registros y la acc:n de lo simbl:co y de'tlmaginario, no slo son los prejuicios realistas y'acionalistas (cuyas te~dencias ms extremas del~tructuralismo contemporneo representarl una,riosa mezcla) los que impiden admitir el papel deimaginario. Lo cierto es que~ en el caso de lo ima-

    ario, el significado al qe remite el significante'casi imposible de captar como tal y, por definicin,."rmodo de sen) es un modo de no-ser. En el re-

    tro de lo percibido (real) exterior, o interior,'existencia fsicamente distin~adel significante y

    ~ 1 : :significado es inmediata: nadie confundir la,Fibra rbol con un rbol real, la palabra clera o

    ~:~teza con los afectos correspondientes~,En el regis-e":' de lo racional, la distincin no es menos clara:

    2 4 5

    I 1 1 1

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    sllJemos que la palabra (el tl.:rmmo) q~e desl~ll" cosa, un fantasma inconsciente _y as es general.un concepto es una cos a y el concepto mIsmo, Ol!;1 mente cmo las ver el p8icoanalista. Aqu, pues, LfPero, en el caso de lo imaginario, bs cosas SOn 1111 ,imagen es smbolo -pero de qu? Para saberlo, h:::ynos simples. que penetrar en los ~alos de la elaboracin simb-

    Tambin podemos distinguir aqu sin duda, l.:i1 lica d.e lo imaginario en el inconsciente, Qu hay enun rimer ivel, las palabras y lo que designan, sig, el ext:-emo? Algo que 110 ~st ah para representarnificantps y "ienificados: C2ntauro es una palabra otra cosa, que es ms bien condicin operante deque remite a un ser imaginario distinto de esta P;' ,toda representacin ulteric, ~dO '-lile existe ya llabra, y que puede definirse con palabras (con 10 mismo en el modo de la repre

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    ficultad en un grado doble. Pues tenemos del todo herente del sistema de los sujetos, de los :)bjetos yaquf, a paltir de lo imaginrio que abund~~inmediatl, de sus rplaciones; como la curvatura especfica demen te en la superficie de la vida social, la"posibilidad cada espacio soc: '1 .1 ; como el cemento invisible quede penetrar en el laberinto de la simbolizacin de lo mantiene conglomerado este inmenso batiburrillo deimaginario; y, forzando el anlisis, llegamos a unas eal, racional y sin:..blico que constituye toda socie-significaciom~s Que no estn ah para representar otra, dad; y como el principi:) que elige e informa ~cs res-cosa, que son corr::; las articulaciones ltimas que la tos y los pedazos que sern admitidos en l. Las sig-sociedJd en cue::::tn :mr,-...;,soal mundo, a s misma y ificaciones imaginarias sociales -en todo caso lasa sus necesidades, los esquemas organizadores que ue snn realmente lLi.Y)as- : : : - : : '0 denotan nada, y conson condicin de !'epresentabilidad de todo lo que , otan poco ms o menos todo; y por esto es Dor loest~ sociedad puede darse. Pero, por su propia natu ue son tan a mehudo confundidas (;ull sus smbo-

    raleza, esto~ esque::nas no ex::::;tenellos mismos bajo tos, 110 slo por los pucclos que las llevaI1, sino porel modo de una revresenti.cin sobre la que podra, t:,;cientficos que las analizm y que llegan por estea fuerza de 3.nlisis, ponerse el dedo. No puede ha echo a COnSiG2!'l.rque sus sigificantes se significanblarse aqu de una ima::en, por vago e indefinido nos f'1ismos (pU%to que no remiten a nada real, aque sea el sentido dado a este trmino. Dios es, qui, ada racional qU2 pudiese designarse), y a atribuirz, para cada uno de los fieles, una

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    sus efectos, n o prueba que posea una mnima r, '. 'iertas condiciones sociales favorables deben hlberJidaci, sera ms bien lo contrario.-El peco dE un cL'-'abrado, sobre un rea indefinida, les inconscientespo traduce CIerta propiedad de este cuerpo, puo ndividuales, y haberlos preparado para esta buenatambin del carr;po gravitacional que ,ro rodea, Que nUEva, Hasta el profeta trabaja en y por lo institui,nu es oerceptible sino por efectos mIxtos de es:e o ir,cl uso s: lo trastoca y toma apoyo en l; todas0rden;' y lo GLlepertenece propiam~nte al cuerpo a; religiones I"lJya gnesis conocemos o bien sonconsiderado -su masa en la concepcin clsica- no ransformaciones de religiones precedentes, o biensera, de creer ciertas cO::1cepcion~s COSI?olgicas rro'~ontienen un componente enorme de sincretismo.dernas, UYl"..propiedad del cuerpo, SlllO la ~xprE- lo el mito de les orgenes, formulado por Freud ensin de la accin sobre este cuerpo de todos lo~ e, otem y tab, escapa en parte a e.s~as consideracio,

    ms cuerpos del Universo ::;::rincipio de Madi), entes, y esto porque e::;un rito, pero tambi:1 en la me-pocas palabr;:s, 1.:::1a propiedad de ca-existencia .ida en que se refiere a un estado hbrido y, a dec:rque surge a nivel del conjunto, Que en el mundo 011. verdad, incoheret,:;. T!O insUtuido ya e st ah, inclu-mano nos encontreP1os con algo que es a 12 \::2 la horc:~,pr:;nitivJ. no es un h@cho de naturaleza;menos y ms que una substancia -el individuo, el i la castracin de los nios varones, ni la preser-sujeto, el para s- no debe h:::cer disminuir a nues- \'acin del ltimo nacido .rueden ser consider:::das co-tras ojos la realiJad del ca:-:1po) Concretamente, o re l:::cionadas a un instin to lJiolg~20 ( con quplanteando, al igual que en la interpretacin freudia inalidad, y cmo l-J.abra ste desaparecido a con-na c.e la religin, la existenc~a de un l,ugct['que h:l inuacin?), pero traducen ya la ::~cna .~~e'e~!~tende los mconsC.lentes mjIvIduales pueda produClrse, lQJS_Siggif~~dQS..J!:td!YI~~~~__(como percIbIdos, pen-para que el dIscurso del profeta no quede en una, sados' o imaginados 'por tal sUjeto). ?_alucinacin personal o credo de una secta efmera., .~' La funcionlidad toma prestado su sentido fuera250

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    de ella misma; el simbolismo se refiere necesa ri:. tos de apoyo en la corporalidad, en la medida enmente a algo que no-esta entre lo simblico, y q!le que el mt:ndo dado a la sensorialidad es ya necesana-tampoco est entre lo real-racional. Este elemen t 0. , mente un mundo articulado, en la medida tambinque d a a la funcionalidad de :ada sistema instit\l~ en que la corporalidad es ya necesidad, en que, porcional su orientacin especfica, que sobredetermina ,consiguiente, objeto material y obje~o humano, alila E::2ccin y ~:::sconexioT'.':'s de las redes simblic-s, mento y apareamiento sexual estn ya inscritos en lacreacin de cada poca histrica, su manera singular cavidad de esta necesidad y en que una relacin con'de vivir, de ver y de hlcer su propia existencia, sU el objeto y una relacin con el otro humano y, pormundo y sus propias relaciones; este estructurante r.onsiguiente, una primera definicin del sujetooriginario, este significado-significante central, fucn(:omo nc::esidad y relCicin con lo que puede colmar

    ~e de lo que se -la cada vez como sentido indiscutilJle lesta necesidad, vienen dadas ya por Sl' existenciae il2.di~S:1l_ti00,soporte G2 las articulacion'ps' y de las !biolgica. Pero este supuesto uni-,'er,c;al, siempre ydistidones -de lo que importa y de bql1P no imp0r' ;'l,~n todas partes el mismo, es absolutamente inc~pazorj5e~ del exc.eso de ser de los objetos oe ,LrlVersi{:1.,de ?~r cuenta tanto de las .variaci.ones romo de la e'.'(}-practlca, afectIva e fntelectual,individuales y coL-.:;- lUClOnde las formas de vIda socIal.tivos -este elemento no es o~!'a co~a que lo iJIIIl-ginario je la sociedad o de la poca considerada,

    Ninguna sociedad puede existir si no organiza la. ' produccin de su vida material y S:1 reproJuccin en. ,tanto que sociedad. Pero ninguna de est3.S orga~izd-

    .''/ciones 30n ni pueden ser dictadas indefectiolemente, por unas leyes naturales o por conslcIeTaCOnes racio.

    nales. En lo que as aparece como margen de indeter-minacin Se sita lo qUE es 1::;c2nc;:::1 cesde el pU'1!Ode vista de la historia (para la cual le que importasin dt.:.da no es que los hombres hayan cada vez co-mido o engendrado nios, sino, ante tedo, que lo ha-yan hechc en infinit;: variedad de fOl'mas; -a sabprque el mU~J.dototal dado a esta sociedad se'" captadode una determinada manera prctica, afectiva y men-talmente, que un .;entido articulado le 3ea impuesto,4ue sean operadas unas distinciones correlativas : : l . loque vale y a lo que no vale (en todos los sentidosde la palabra valer, desde lo ms econmico a lo msespeCUlativo), entre lo que se debe y lo que no se

    debe hacer 44.Esta estructuraci6n encuentra sin duda sus pun-

    de las sigr:ificcdcnes imaginarias

    La historia es irr~osible e inconcebible fuera dela imaginacin pro';uctiva o creadora, de lo que he,niUS llamado lo imaginaTio radical tal como se mani-

    'iesta a la vez e indisolublemente en el hacer hist6-rko, y en la constitucin, antes de toda racionalidad;explcita, de un universo de s~gnificaciones 45. Si in-

    4;:;, El pa1=-elfuno:1mental de la im2ginacin, en el~entido ms radica!, haba sido cl'ra-rnente viRto nor la:filosotia dsica alem9.na, por Kant, pero sobre todo porfichte, para quien la Produktive Einbildungskrajt es un.(F'aktum del espritu humano que es, en ltimo anli-is, no fundamentable y ha fundamentado y que, hace,osibles todas las sntesis de la subjetiv~dad. Esta eS al

    nl.1,enosla posicin de la primera Wissenschaftlehre, en~~ que la imagin:1.cin pr01uctivaes aqt1ello sobre lo cual;l/est fundamentada la posibilidad de nuestra conciencia,

    ~e nuestra vida, de nuestro ser para nosotros, eS decir[{!~ nuestro ser como Yo. Vase especialmente R. K~o-;Ver,Von Kant bis Hegel, vol. ,1, p. 448 y S., 477-480, 484-~~86, Tbingel1, 1961. Esta intuicin esencial fue oscure-

    44. Valor y no valor, Hcito e ilcito, son CG;lstituU-Uida a continuacin (y ya en las obras ulteriores devos de la historia y, en este sentido, como oposicin eS- ~ichte) sobre todo-en, funcin de un retorno hacia eltz:u~tu.ra~e abstracta, son dados por supuesto por tO,da ,roblema de la' validez: !?,enera} (.1llgemeingltigkeit)hL:>~5n:lC:.1. : E:?'). ~o,q.ue es cada vez valor y no valor, lCIto ~~el sab~r, q~e p~rece caSI ImP?Slble q pensar en trmi~e.lhclto, es hlstonco y debe ser interpretado. en la me-It,':,os de lmagmacln, [La cuestln est largamente trata-dlda de lo posible, en su c:mtenido. . 1:.,\!~en el segundo volumen.] , '

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    cluye esa dimensin que los filsofos idealistas 11 ., proporcionar (salvo en un sentido especfico, sohrem

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    abejas, a la que podra aadirse una representacjr :!previp iel resultado sin qe nada cambiara. El hOll.-bre ~s un animal inconscientement filosficl), que seplante las cuestiones de la filosofa en los hechosmucho tiempo antes de que la filesofa ex:;:;tiose cornoreflexin explL::ita; y es un animal potico, que pro,porcion en lo i maginario unas respuestas a esa"cucstion ~s.

    mismo tiempo las connot- y esta connotacin remi,te a un significado que no es ni puede ser real, niracional, sino imaginario (se3. cual sea el contenidoe~pecfico, la naturaleza particular, de este imagi-nario),

    Pero, al mjc'TIo tie:c1po u ms all del nombre, enlos tOlems, en los dioses de la ciudad, en la extensinespacial y temporal de la pE':!:sonadel rey, se consti-

    uye, cobrrl peso y se mat~rializa la institucin que;uuc:a la colectividad como existente, como sustanCIaHe aqu algunrls indicaciGiles prel~min~re:" ,sobre 1 definida y durac2ra ms all de sus molcu1as pere-

    el. papel de las signific:::ciones socidles ImagInarlas en cederas, que responde a la pregunta por su ~er y parlos campos evoeados ms arriba, , . su identidad refirindolas a une ;:;mbolos qUE:1:::

    Pri11lero, el ser del grupo y de la colectlvldad: C~l' unen.a otra realidad.da uno se define, y es dEfinido por lvs dems, en rel

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    .itHNpretacin ltima (puesto .que, lejos de ser ;'JI, a la inversa 49. No es ni la disponibi:idad, ni I rare,hll;t, queda suspendida en el alfe a ~alta de pe ler za de los $ racoles y de las rallas lo que hace que,

    responder a esta pregunta: qu defm~ ,las neceSl' para cult1Jras parientes, contempornea~ y prximas,d~ldes de una sociedad?), Est, claro tamblen qu~ nm, sea? aqu, plato de fino gas~:,namo, all vomitivof;una interpretacin racionallsta ?~ede ser suf~lcn, de mdudable eficacia. No hay ms que hacer C 'J cat,te para dar cuenta de esta elaLoracln cyltural. ,~o se logo, de todo lo que los hombres pueJen comer y hancoee sociedad alguna e la que la alm~2ntaclOn, el comIdo efectivamente (con muy buena salud) a travs

    vestir, el hbitat, obedezcan ~ ccnsidE~'ciGlles l~ra de las dif erentes pocas y socieuades pera da::nosmente utilitarias}), o racionales. No se r; onoc e cul~ cuenta de que lo que es cG111estible para el' Jambretura alguna en la que no haya alimen~os inferiores)" supera con mucho lo que fue, para cada cultura, ;:di~y nos extraara que jam:::;hubiese existido una (con mento, y que no son ~i.mplemen~e las disponibilirla'excepcin de los ca",os catastrficos o "nargina1cc;, des na~urales y las posicilidades tc:nicas las quecomo los aborgenes australiano~ descritos en LOS determmaron esta elecci6n. E:::;tose ve a:1 ms cld-hijos del capitn .]rant 48 ) . ramente c'.lando se examinan aC;:.l,ellas necesidades

    Cmo se har;e esta elaboracin? ~ste ef: ur. pro- ,que no SGa la alimentacin. Esta eleccLSn est lleva-blema inmenso, y torla respuesta simple q'Je igno- da por un sistema de signifL::aciones imaginarias Q11erase la interaccin compleja de una multitud de fac~ valcrar. y desvaloran, estructuran y jerarquizan u::.tares (las disponibilidades naturales, las posibili,da c?njunto crzado de objetos y de faltas correspon-de::::tcnic:1s, el estado histrico, los juegos del Slm dIentes, y sobre el cual puede leerse, menos difcil.bolbmo, etc.) sera desesperadam2nte inocente. Pero ~2nte que sobre calquier otro, e::;otan jncierto comoes fcil ver que lo que constituye la necesidad hu __~ncontestable que es la orientacin de una sociedad,

    1-man:. (como distinta de la necesidad animal) es laJ4--investidura del objeto con un valor que supera, por~

    ejemplo, la simple inscripcin en la oposicin instin- },tiva nutritivo-no nutritivo (que ((vale tambin parael animal) y que establece, en el interior de lo nutri-I~'c. Paralelamente a este conjunto de objetos consti.tivo, la distincin entre lo comestible y lo no comes- t..~l1dOSceITelativa y consubstanc1a1mente a las nec~-tibIe, que crea el alimento en el sentido cultural y ~dajes, .se Jefine una estructura o unl articulacir:.

    \ ordena los aliments en una jpr2.rqua, los clasificall\,e la SOCIedad,como se verifica en el ~otemismo (~o pretendido) cuando.la .funcin, por ejem-

    valor, cultl'ral, y no de los gustos sUbJetIvu:.:). EstelWo de u r : clan, :::; de hacer eXlstm> parq los demsmuestreo cultural en lo nutritivo disr'Jnible. y lal~ espeCIe epmma. En esta ptapa, o mejor, va-

    jerarquizacin, estructuracin, etc., correspondien test, -----------encuentran puntos de apoyo en los datos natur2'es \.~9 Como lo pi~nsa Sartre, Critique de a raison dia-~~ro no se desprenden de stos. Es la necesidad so --Ptdt9dM,p. ~ y SIgoSartre lleg.a,a escribir: ~ As, e? la

    :' ' '" . ,e 1 a elloque el ct;erpo es funcro!!, la funclOn necesIdad., Ct~l la que crea la rareza como rareza SOCIal,y n :lJ.anecesIdad prax'tS, p.ue(pp.. 173-174, subrayada'~,el te~to). ~s dIvertido ver a Sartre criticar largamen-, , !I~.a dIalectlCa de la naturaleza!> para desembocar po

    48;,; Esos seres, degradados :por la miser~a, eran ~tY'rodeo de estas identificaciones sucesivas (cuer o~ fU;~ugnantes~" Jules Verne,:Los htJosdel Capttn Graeri ~9n=necesidad=praxis=trabajo=dialctica) a ~aturali-

    erne deblO, com.o era ~u.costumbre, tomar los el~rn a l " , " " . .r l mismo la di,alctica. Lo que hay que decir es ue. t [o V S deL'su relc;ttoa un vlaJe~o o explorador de la epocd". tamos cruelmente faltos de una t ora 'd 1 q .ase tambIn ahora Colm Turnbull Un peuple v, t 1 h' , . e e ,a praXIS

    .~ '" !au'Ves, Stock Pars '973] .' ;;in rt~ os., Imenoptero~, y que qUIz, proporcIonar la' ,,~ , ,J. . ~:il muaClOn de la CrUtque de la raison d ialectique.

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    ponE:', en el origen de la evolucin, un estado depenuria, por as decir absoluto, en el que, siendo lasocieda incapaz de producir un excedente cual-qdera, tampoco puede mantener una capa explota-dora (la proo1jctividad por hombre y ao es justo,igual al mnimo biolgico, de maneJ.'d que no pOdraexplotarse a nadie sin hacerlo :norir tarrD o tempra,no de inai:icin). Al final de la evolucin se situar,como se san, un estado de abundancia absoluta enel que la explotacin no tendr razn de ser, pudien-QU cada uno satisfa2er totalmente sus necesidades.Entre los dos, se sita la historia conoCc:1, fase depenuria rE:lativa, eli la que la productividad se e1c'l10 suficiente como para permitir la constitucin de unexcedeate, el cual servir (jen parte solamente!)pa:-a mantener a la cla,c;e explotadora.

    Este razonamieT'to se hundE' sea cual sea el extre-mo por el que se 10 ponga a pruebe. Admitimos que,

    la partir de cierto momento. las clase!:; explotadorasnan pasado a ser posibles, pero por qu llegaron a

    'ser necesarias? Por q' el excedente que iba apare-ciendo no fue gradual e imperceptiblemente reabsor-

    bido en un tinestar creciente (o un mer.or males-'tar) del conjunto de la tribu? Cmo no lleg a for-mar parte mtE';:;.:ante de la definicin del mnimcTpara la colec.~ividad corlsiderada f? Los casos en los'que las clases explotadas estn r~ducidas a un mni-

    50. Desde el punto de vista de la generalidad, na ~.mo binlgico habrn ~xistido ~ams de ~tr? modode la cronologa, En los escritos de Marx y de l!;ngels, 'quc como casos margll:ales? ~F-odr8 deflnlrSe unlos do.;; prin~ioios de explicaci0!1 copxisten y se entre- lmnimo biolgicO>i? y, fuera de condi~iones privadascruzan. En tooo caso, En~els, e~ El origen de la famlla . e sign~ficacin, habrase encontrase jams alguna(1884) -cbra por lo demas fascmante y que hace refle-, ~ .. ,xillar mE: que la gran mayora de los trabajos etno oleC~lvIdad ~uP1ana que no se ocupara ms que celgicos modernos-, enfatiza francamente el incremento f~U alImentacIn? Acaso nc hubo, durante el paleo-de productividad permitido' por las grandes divisionessociales del trabajO (ganaderia, agricultura) y que ,me

    cesariamente habra implicado la esclavitud. En eS,te .'necl.::;ariamente radica toda la cuestin. Por lo del:las, des basadas sobre tcnicas diferentes y que conducena lo largo rie todo el captulo Barbarie y civilizaClOn!), (o que son compatihles con) la misma divisin de laen el que la cuestion de la aparicin de las clases habna ~bciedad en amos y esclavos (o con la ausenci8 de seme-tenido que ser tratada, Egels habla continuamente de 'ante divisin)? La ap?ricin de la ganadera, de la agri-la evolucin de la tcnica y de la divisin del trabajO c,ltura, y del artesanldo pueden pe::, si mismas conducirconcomitante, pero en ningn momento liga esta ev~- ~,.una divisin en oficios, no en clases.lucin de la tcnica como tal al nacimiento de las clase" 1( ; f. A partir del momento en que ur,a sociedad pro-Cmo podra hacerlo, por lo dems, puesto que su terna (Juce un sobrante, sume en l una parte esencial enle lleva a considerar a la vez las primeras etapas d~ la _~ctividades absurdas como funerals, ceremonias, pin-ganade~a, de la agricultura y del artesanadc,activlda- I~uras mUfe.les, construccin de pirmides, etc.

    1

    "

    1

    riedad, J3 articulac:n social es hO'TIloga a la distin,cin de los objetos, a veces de 1 1 .:; fuerzas de la nJ't'Jraleza, que la sociedad plante como pertinente,Cuando los objetos se proponen como secundarios enrelacin a los momentos abstractos de las actividadessociales c; ,'.: los producen -lo cual presupone sind1Hja u:-:..:-:colu-:::n avanzada de estas actividadescomo tcnica, una extensin del tamao de las comu,nidadec;, ets.-, son las mismas actividades las queproporcionan el fundamento de una articulacin dela sociedac, ya no en clanes, sino en castas.

    La apar~cin de la divisin antagnica de la S0-Ced:::d en clases, en e l sentido marxista del tl'mino,es, sir: lugar a dudas, el hecho capital para el liacimiento y la evolucin de las sociedades histricas,Forzoso es rcconocer que permanece envuelto en Llnespeso misterio,

    Los marxistas, que creen que el marxismo dacuenta del nacimiento, de la funcin, de la {(raznde sen> de las clases, no estn en un nivel de com'prensin sU).Jericr al de los cristianos que creen que~a Biblia da cuenta de la creacin y de la razn de

    ser del mundo, La pretendida explicacin marxistade las clases se reduce, de hecho, a dos esquem?s qlleson, los dos, insatisfactorios y que, tO~tlados en con-junto, son heterogneos. El primero 30 consiste en

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    ''tI J I1 1 1 1 , .

    I

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    1,

    ltico y el neoltico, ura progresin (que,. una \O', 'de la historia egipcia no son reductibles a cuatro milexaminada, parece fantstica) de L I?rod_c:tIvldad del crecidas del Nilo, ni a la variacin de los medlOS u ti,trabajo y tambin sin duda del nlvel de, vIda S1I1 !izados para controlarlas. Cmo remitir la existen-que ~ueda hablarse de clases en el sentIdo ver da, 'cia de los seores feudales a la especificidad de lasdero del trmino'? (,No habr detrs de todo estu rnnlO .t5cnicas productivas de la poca cuando estos seo-la i:,lagen de hombres qt1P acechan el momeLto en res estn por definicin fuera de toda producc.in?el que la crecida de la produccin alcance la cota q~c 1 1 Cuando las interpretaciones "narxistas super;:mDermite la E:xplotaclOn para lanzarse unos SO~1 e los esquemas simples, cuano se ocupan de la mate0l~;')S y '?stablecerse los vencedoref como amos, JOS ~ria cancreta de u na si~uacin histrica, entoncesvencidos como esclavos? Esta misma imagen, no. \auandonan en el mejor de los casos, la pretensin

    -/' cor~es~on~er SO~l e todo a lo ima~i.nrio del sig~o xr:~"de pone!' ~l c1:do en el factor que pro~ujo esa div~./ car:~allsLd?' y como puede conCIlIarse con las QeS r .sin de la SOCIedad en cases, enwnces mtentan da_-

    cripciones de los iroqueses y de lo;:;germanos, llenos li,se, cerne medio de explicacin, la totalidad de la. si-de hur;nan:dad y de nobleza,. sobre lo::: cuales Engels f-.~!u::dnconsiderad.a en wnto que s~~ua~in hi~tri,ca,se extIende con complacencIa? es elecir, que rer;ate, para su eXpllCaCIn,a 10 que

    El segundo esql:2md consiste en vinculai', no ya - ~ya estaba ah. Es lo que hizo Marx con fortuna cuan-la existencia (je las clasps como tal a un estado ge- rQOdescribi cier~os aspectos o fases de la gnesIs delneral de la econom.a (a ~a,existen~ia de un excede~. ;~apita lis 111og. Pero hay que percatarse de l~ qu~ estote que permaneCE: msuflclen+e), ::'lO cad~ forma pre, ':signifi ca , tanto para el problema de l.:l hIstOrIa encisa de divisin dI:. la 30ciedad a determmadct el' pa ~general como para c~ pl'oblema ms especfico de lasde la tcnica. Al molino de brazo corresp:mde la s~ :.c1ases. Entonces, ya no se tiene una explicacin ge-ciedad fc:udal, al molino de vapor la SOCIedad capl- :'neral de la historia, sino una explir>::cinde la his-

    talista. Pe:o, si la existe?cia de una .r~l~~in entret~,toria por la histori::, :m progresivo rem~ntar que in-la tecnvlogla de cada SOCiedad y su dlVISlOn en cla- ftenta hacer entrar en la cuenta al conJunto de losSPg liO puede negarse sin caer en el absurdo, res~lta, ;~actores> perlJ que se encuentra siempre con los he-trabajOSO fundamentar a sta sobre aqulla. Corno :fchcs los hechos brutos tanto como surgimiento deimputar a una ~cnic(1 agrcola, que se qued igual una ~ueva significacin ~o reductible a lo que existeprcticalllel1i:e desde el fin del neoltico hasta nu:s~uanto como predeterininacin de todo lo que es dadotras (Uas ~ell la mayora de los pases), unas ~elaclO-en la 3ituacirl por s.ignificaciunes y estructuras yanes sociales que van desde las hipottlcas, pero p;o- existen~es, que remiter, en ltimo anlisis, al he-bables, comunidades agrarias primitivas hasta los cho bruto de su nacimiento hundido en un origen in-granj2ros libn~s de los Estados Unidos del siglo ~Ix'sorLdable. Con ello no quiero decir que todos los fac-pasanuo por los pequeos cultivadores independlen- 'tares se sitc:.n en un mismo plano, ni que una tea-tes de la primera Grecia y de la primera Roma, por'izacin sobre la historia sea vana o sin inters, sinopl colonato, la seryidu~bre r~-;,edieval,.e~c.? De~ir q~~tan slo sealar l,os lmites de efOateoriz".ci6y(Pues,los grandes trabaJOS hIdrullcos condIclOnaroll, o la ,fno solamente tenemos que tratar, en la hIstOrIa, convorecieron, la existencia de una protoburocracia cen-'lgo que siempre ya se ha iniciado, en el que lo quetralizada ell Egipto, en Mesopotamia, en China, etc., 'ya est constituido, en su facticidad y su especifici-es una cosa. y otra muy distinta remitir a este cons-tante progreso hidrulico a travs del tiempo y del ":' g. Sob::-ela oposicin entre las' descripciones hist-espacio -las 'v'ariaciones extrecnas de un pas a otro Y .L)!!aSde Marx y- .~u construc~in. del conce:pt~de clasp,en la historia de cada pas, de la vida hist6rica y de .lV:ease La cuestlO~ d~ la ~lStOrI~ ~el mO~lmlento obre-las formas d 1 d .. , . 1 L t ilf'nioS 'rO en La expenencw deL mOV2m2ento ubrero, vol. 1,< e a 1'llSIOn SOCIa.. ,os cua ro !!L~ : . . . . .O p. cit. .

    I '" 1I.

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    . . . . . .

    dad, n o puede ser tratado como simple ({variacinconcomitante de la que pudiese hacerse abstraccin,sino tambin, y sobre todo, que la historia ya noexiste sir:o en una estructuracin llevrtda por unassignificaciones cuya gnesis se nos :;scapa como pro,ceso comprensible, pues responde a lo imaginarioradical.

    Podemos desf'ribir, explicar e incluso {{comprer,den> c;no y pc!' qu las clases se perpetan en lasociedad actual Pero no podemos decir gran cosa n

    cuanto a la m;:nera en que nacen, o mejor, en quenacieron. Pues toda explicacin de este tipo :uajaen l3S clases r.acietes de una socie.::!ad ya-divididaen c:ases, en la que la si[1nificacin clas2 era ~/a dis,pon~ule. Una vez nacidas, las clases informaron todala evoll'cir. histrica ulterior; una vez que se entren el ciclo de la riqueza y de la pobreza, del podery de la sumisin, una vez que la sociedad se llSti,tuy-5, no sobl"~ la base ce difer2ncias ~ntre catego-rf~~ ue !lombres (que han existido probablementesiempre), sino de diferencio.;:; no simtricas, todo 10~ue sigue se explica; pero en ese una vez radicatodo el problema.

    Podemos ver lo que, en los mecanismos de la so-ciedad actual, sostiene la existencia de las ('lases ylas reproduce constantemente. La organizacin buro-crtica es lutocataltica, automultiplicotiva, y puedever3e cmo informa al conjunt.o de la vida social.Pero de dnde viene? Es, en las soc!.ed::ldes oceloden.taleF el tra"'-scr~cimienLo de la empresa capita ,lista clsica (la gran industria de Marx) el que remite a su vez a la manufactura, etc., y, en el lmite,al artesano burgus, por una parte, y a la acumulaci6n primitiva, por otra. Sabemos positivamente queah, en esas regiones de Europa occidental, naci, a

    partir del sigloXI,

    la burguesa primero(y,

    comoclase, realmente ex-nihil o), y el capitalismo despus.Pero el nacimiento de la burguesa no es nacimientode una clase sino porque es nacimiento en una sa-ciedad ya dividida en clases (utilizamos, como lo ha-brn el1tendido, la palabra en el sentido ms general,poco importa aqu la diferencia entre estados feudales, clases econmicas', etc.), en un medio en el

    que los cidos nucleicos son pOndUOIt.;:;ue t,)u ">av.macin que es la significacin: como clase, estnpresen tes en todas partes. Lo #, tn en la propiedarlprivada que se desarrolla aq desde hace milenios,en la estructura jerrquica de la sociedad feudal, ptc.No es en los rasgos especficos de la burguesa na-ciente [Duede perfectamente concebirsE: un artesanuigualitario)}], sino en la estructura general de la sa-ciedad feudal donde est inscrita la necesidad para lanueva capa de phnteafse como categora partir'ularopuesta al resto de la sociedad: la burguesa naceCl un mundo que n o puede concebir y actuar su dif2renciar>in inLerr.a sino como categorizaci6n endases, ~Basta con .1emontar a la cada del Impe-rio romano? Ciertamente no, sta no cre Ulia tablaasa, y lo::,germanos sea cual fuese su or ganiz:lcinsocial anterior, se vieron sin duda co:ltamiflad;:;por las estructuras sciales con las que se encon-traron.

    No podemos detener ese remontar a:ptes de quenos haya sunlido en l a oscuridad ql.e cubre el paso

    "

    del neoltico a la protohistoria. En lo que no ha sidoprobablemeilte ms que dos o tres milenios, en elCercano y Medio Oriente en tod caso, se encuentrala transicin de los pueblos neo~ticos ms evolucio-nados, pero sin rastro aparente de divisin social, alas primeras ciudades sumerias, en las que, desde elcomienzo del IV milenio antes de Jesucristo, existede una vez y bajo una forma prcticamente ~Taaca-bada lo esencial de t,oda sociedad bien organizada:lOS sacerdotC:3, los esclavos, la polica, las prostitu-

    ,tas. Todo ;:;e ha hecho ya, y no !Jodemos saber nicmo y ni ,nr qu se ha hecho.

    Lo sabremos algn da? ~TOharn comprenr-lprexcavaciones nls prof,1das el misterio del nacimien-

    , to de las clases? Reconocemos no ver cmo unos ha-

    llazgos arqueolgiCOS podran hacerns comprenderque, a partir de cierto momento, los hombres se;,han visto y han a~tuado unos sobre otros, ya no: como aliados a quienes ayudar, i'ivales a quienes do-

    _.,Aminar, enemigos a quienes exterminar o .incluso ar quienes comer, sino como objetos, a los que poseer .

    ~. Como el contenido de esta visi6n y de esta accin

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    r:

    .,.;-;_ . . . .,;~

    c:; perfectamente arbitrario no vemos en qu podra Esta significacin est estr chamente vinculada a

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    c:; perfectamente arbitrario, no vemos en qu podraconsistir ')u explicacin v su comprensin. Cn!opodra constituirse lo c!Je es constituyente de lassociedades histricas?, Cmo comprender esta posi-cin origii1aria, que es condicin para la compI'ensi,bilidad del desarrollo ulterior? Hay que darse, poseHy~ esta significacin inicial ~O sea la de un hombreDuerle snr casi-objeto para otro hombre, y c2si-obje,to no en ',jna relacin de dos, privada, sino en elanonimato de lasodedad (en el mercado de esclavos,en las ciudades industrialEs y las fbricas de lln

    largo perodo de la historia del calJi,talismo)~ parapor1er con. prender la historia de los ltimos seis m,lenis. Podemos comprender hoy este estado de clsiobjeto porque disponemos de esta significacin, he-mas nacldo en este historia. P2fO sera una ilusincreer que podramos producirLa, y reproducir, en modo comprensible, su emerbencia. Los hombres ('rea,ron la posibiliJad de la esclavitud: sta fue una c- : " ,ca'cin de la hbtoria (de la que Engels deca, sin cinis-mo, que fue la condicin de un grandioso progreso).Ms exactamente, un grupo de hombres cre estaposibilidad en contra los dems, quienes, sin dejarde combatirla de mil maneras, participaron tambin

    en ella de mil maneras. La instituci?". de la esclavitud es surgimiento de una n~eva significacin ima,ginaria, de una nueva manera para la sociedad devivirse, de verse y de actuarse como articulada demanera antagnica y no simtrica, significacin quese simboliza y ce sanciona en seguida por unas re-glas5!.

    .,

    51. 5:Y!geklleg casi a tratar esta idea : Vil'"os msarr La ,cmo,; en un grado Lastante prImitivo ue! des-

    . arrollo 'de la prodt::::cin, la fuerza de trabajo humana'llega. a ,~er capaz de producir un producto n:ucho. m~sconSIderable del que eS necesario para la subsLStencIa (lelos "productores, y cmo este grado de desarrollo es, enlo ~sencial,;"el' mismo que aqul en el que aparecen ladiv~si6n 'del trabajo y el intercambio entre individuos,Ya no fue PrcciS(l mucho tiempo paTa desCubrir estagran" verdad: ,que el hombre tambin puede ser una~ercanca, que la fuerza humana es materia intercamb~abley explotable, si se transform

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    dc hecho muy temprano en la hisotria, puesto quecasi al mismo tiempo que las clases aparece la luchade clases y, con ella, ese fenmeno primordial queabre una nueva fase de la existencia de las socieda,des: la protesta, la oposicin en el in~2rior ':le lamisma sociedad. L:: que era hasta entonces reabsor-dn inmediata de la colectividad "'11 sus institucio, I!nes, sumisin ,;imple de los hombres a sus creacio-l'~S imaginarias, unidad qUE no era ms que margi,nalmente perturbada por la desviacin o la ir .Jrac-cil1, se Cll vierte ahora en totalidad desgarrada y

    conflictiva, autocuestiona!'1iento de la sociedad; el in-terior de la sociedad se le hace 'Cterior, yeso, en L:m'edida en que significa la autrelativizacir. de lasociedad, el distanciamien to y la crtica (en los J o :,chos y en lvs actos) de lo instituido, es la pl'imeraemergencia ci p la autonoma, la primera crieta de loimaginario [instituido].

    Lo cierto es que es~a lucha cmnienza, permanecemucho tierr,po, recae casi siempre de nUeve en laambigedad. y cmo podra ser de otro modo? Lcsc?rimidos, que luchan contra la divisin de la socie-dad en clases, luchan contra su propia opresin so.ure todo; de mil maneras permanecen tributarios delo imaginario que combaten por lo de'T3.s ~n " '1a desus manifestaciones, y a menudo a lo que apunt:mno es m.:; que a una permutacin de los papeles en

    el mi.smo escen~rio. Pero muy pronto tambin, lacl1.se oprimida re::::ponde negando en t loque lo lmaginario social que le oprime, y oponindole la reali-dad de una igualdad esencial de los hombres, inclusosi revi..ste esta afirmacin de 1ma vestimenta mtic.::;:

    Wenn Adam grub un Eva spann,

    Wo war denh da der Edelmann?

    (Cuando Adn cavaba y Eva hilaba.

    dnde estaba entonces el noble?)

    cantaban los campesinos alemanes del siglo XVI, que-mando los castillos de los seores.

    270

    Este cuestionamiento de lo imaginario social tomotra dioensin desde el nacimiento del proletariadomoderno. Volveremos largamente sobre ello,

    Lo imaginario en el m7:ndo moderno

    El mundo moderno se presenta, superficialmente,como el que efY!puj, el que t iende a empujar, la ra-cioPQUzacin llasta su l mite y que, por este h::::cho;

    < se permite de::'vreciar -o mirar con r espetuosa cu-

    1

    , riosid.d- las extraas costumbres, los inventos y lasrepresentaciones imaginarias de las so':iedaops pre-

    , cedente",. Pero, paradjicamente, a pesar, o mejor,., gracias a esta racionalizacin extrema, ]Q vida del

    1

    : mundo moderno r:;sponde tanto a lo imaginario como cualquiera de las culturas arcaicas o histricas.e Lo que Sp da como :!'acioa2lidad de la sociedadI mOderna c; simplemente Id forma, las conexiones ex-

    ' teriormente necesarias, el d0minio perpetuo del silo-gismo. Pero, en estos silog~:::mos de la vida moderna,las pl'emisa,; toman su contenido a lo imaginario; - J

    la prevalencia del silogismo como tal, la obsesin dela racionalidad separada de: resto, constituyen un: ' 1 ' imaginario de segundo grado. La pseuco-racionalidad

    moderna es una de las formas histricas de lo imagi-nario; es cubitralla en sus fines lt imos, en la me-dida en que stos no responuen a razn alguna, y esarbitraria cU2!!do se propone a s misma como fin,apuntar l otra cosa que a una (racionalizacin for-

    " mal y vaca. En este aspecto de su existencia, el mun-e do J.lloderno est entregado a un delirio sistemtico -del que la autonomizacin de la tcnica desencade-

    ) nada, que no est al s2rvicio ele ningn fir. asigna-ble, es la forma ms inmediatamente perceptible y

    la ms directamente amenazadora.La economa, ' en el sentido -ms amplio (de la

    ,.,.,producci6n al consumo), pasa' por ser la expresin~or excelencia, de la racionalidad del capitalismo y

    . de las sociedades modernas. Pero es la economa laque exhibe' de la manera ms impresionante -pre-cisamente porque se pretende ntegra y C!xhaustiva-

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    proporClOnaba ael pap:l oe 10 lllJd!')l1ldlJU \.:11Id UVIIIJma capitalista, hablando del carcter fetiche de lamercanca. Es# esbozo debera ser prolongado p')run anlisis dE lo imaginario en la estructur", institu-cional que asume siempre ms, p:::~alel0 y ms alldel mercado, el papel central en la sociedd mo-derna: la organizacin 0urocrtica. El eniverso tll-rocrtico est poblado de imaginario de u n extremoal otro, No se lE: presta de ordinario atencil1 -osolamente pan bromear-, porqt;,e no se ve en l :.'.sque excesos, un ahuso de la rutina, o errores, enuna palabra, determinacioJ1es exclusi'.'amente nega-t";as, Pero lo que hay es un s~3tema de s:gnificac~o.nes irr.1aginarias positivas que a:-ticulan el univer-so burocrtico, sistema que P1lede reson3tituirse apartir de los tragmentos y de ls indicios ~ue ofre-cen las instrucciones sobre la or;;anizacin ue la pro-duccin y del trahajo, el modelo mismo de esta orga-nizacin, los objetiv.s que se propone, el comporta-mie:iw tpico de la burocracia, etc. Este sistema, porlo dems, ha evolucionado con el i-iempo. Rasgosesenciales de la burocracia de otros tiempos, como lareferencia al precedente de la voluntad de abolir

    lo nuevo como tal y de uniformizar el flUjo dd tie:t:l-po, son reemplazados por la anticipacin si~temticadel porvenir; el fantasma de la organizacin cOlT1nmquina bien aceitada cede su lugar al fantasma dela organizacin como mquina autorreformadofa y!autoexpansiva. Asimismo, la visin del hombre en elUniverso burocrtico tiende u evolucionar: hay, (::nlos sectores avanzados de la organizacin buro-fr~tica, pa~o de la !magen del autmata, ~la r;n-qUIna parcial, a la Imagen de la personalldad bIenIntegrada en un ~grupo, paralela al paso, comproba-'uo por :::ocilogos norteamericanos (espedalmenteRiesman y \Vhyte), de los valores de rendimien~o alos valores de ajuste. La pset.:.do-racionalidad ana-'ltica y reificante tiende a ceder su lugar a una

    53 L f " t 1 1 l b L ka'es enlPseUflo-raCionalidad totaHzante y socializan te no. arel lcaClOn a como a ana Iza a u. ,.. .Historia y/ co1icfn7f'ae clase es evidentemente una 81%".' enos Imagmana. Pero esta evolucIn, aunque slonificucin imaginaria. Pern no aparece como tal en el, ~ea un indicio muy importante de las fisuras y fi-porq,ue la res tiene un valor fil~sfico .mstico en tanJo lalmente de la crisis del sistema burocrtico no al-preCIsamente que es una categona uraclOnal que pue e .~ . .f. . , .entrar en una dialctica histrica. _Lera sus sIgm lcaClOnes centrales. Los hombres, SIm.

    pseudo-conceptualizacin igualmente arbitraria, y tri,tarlo en la prctica segn esta actitud 1ndica, tradu,ce una predominancia de lo imaginario, que, seacual sea su eficacia en el sistema, no dif iere enabsoluto de la de las scciedades arcaicas ms extra-as. Tratar a un hombre como cosa. o somo puro3istema Plecnico, no es menos, sino ms imagjnarioque pretender ver en l a un bho; representa in-cluso un grado ms de adiccin a lo lmaginario, pues110 solamente el parentesco real del hombre con unbho es incomparablemente mayor que el que tiene

    con uni mquina, pero t::;,mbin ningu:::a sociedadprimitiva aplic jams tan rauicalment::: las c0nse,cuencias de sus asiml1aciones de los hombres a ocracosa que io que hace la industria moderna con sumetfora del hom::;re-autmata. Las soci.::dades :::rcai-ClSparecen siempr: .::onservar cierta duplicidad enestas asimilaciones; !)ero la sociedad moderna las to-ma, en l;:prctica, al pie de la letra, y de la maner:::ms salva~e. y no hay tliferencia esencial alguna, enruanto al tipo de operaciones mentales, e incluso deactitudes rBquicas prOfundas, entre un ingenierotayloriano o un psiclogo industrial !,or un lado, qUe

    asla n ge~tos, liden coeficientes, descomponen a lapersona en 1.ctore::minventados pieza por pieza y larecomponen en un se~ndo objeto, y un fetichistaque disfruta a la vista de un zapato de tacn alto opije a una mujer que imite a una lmpara de pie.En lus dos Casos, se ve en accin esa forma particu-lar de lo imaginario que es la identicacin del su-jeto con el objeto. La diferencia radica El1 que elfetichista vive en un mundo privado y su fantasmano tiene efectos ms all del compaero que se pre::ta de buen grado; pero el feti(;hismo capitalista del({gesto ~ficaz, o del individ'Jo definido por los tests,determina la vida feal del mundo sociaPJ.

    Recordamos ms arriba el esbzo qu Marx ya

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    existen y nn \alen ms que en funcin de los esto. es flslcamente lmposlOle, o cuando, no salimen t_ ctutos y dI P ,.lS posiciones que f)Cupan en la escala ' pretende ante la pobl'1cin r:ue el plan de produccin

    jerrquic'-L \!:o esencial del mundo es [~l reductibili, 'se ha lleva?o, a cabo, sino que sigue ella misma ac-dad a un SIstema de reglas formales, incluyenda las ,tuando, decIdIendo y condenando a una prdida se-que permiten calcular su porvenir.jLa ~ealidad no ;~ura ::ecursos reales. como si el ~l~n s~ hu?ier~ rea-existe sino en la m::dida en que est8. regIstra ':ia; en ,llzado, los dos sentIdos del trIY'mo ImagInano, elel limite, lo verdadero no es nada y slo el documcn, ms corriente y superficial, y el ms :;;;rofu::do, con-to es verdadEro. y aqu aparece le que nos parece el 'v::rgen y no podernos hac:erle nada. Pero lo que im-rasgo especifico, y ms pr~fundo, de lo .ilr.lginarin J porta sobre todo es evidentemente lo segundo, lo quemoderno, lo ms profundo en consecuencias y en pro- ,puedE: verse en accin Cl:ando 1.,;naeconoma moder-mesas tambin. Ese imaginario !lO ~iene carne pr?-!n~ L'.::c:iona eficaz y rcalmel.li:.e, segn sus propios

    pia, toma prestada su mat?ria a otra r:osa, es ::atexlS ,cntenos, cuando no es ahogada por las excrecenciasfa:::1tasmtic8., valor~ciJl y a1ltonOillizacin de ele, len segundo grado de 3U propio simbolismo. PUf'S en-mentos qt:2, por s mismus, no respui1den a lo imagi tonces el carc.ter pseurlo-racional de su rac'"ollJi-nado: lo racional limi.tado del eutenclLl1iento, y lo ""dad e.merge claramente: todo estc:;, efectvamentp.simblico. El mundo :Jurocritico autoncmiza la racio- 'subord~C1ac:o a la eficacia -:;::ro la eficacia paranaldaci en uno de sus momentos parciales, el del Quin, ::on miras a qu, para qu? El I'recimiento~ntendimiento, Cine nu se preocupa. sino de la cor"pc, "econmico se realiza; pero es crecimiento de qu,ci6n de las conexiones parciales e ignora las cues para .:uin, a qll p;ecio, para llegar a qu? LJl l mo-tiuncs de fundaElento, de conjclt,}, de finalidad, y "mente pa::-cial del sistema econ;:nic') (ni siql.'iera elde la relacin de la razn con el hombre y con el . momento cuantitativo: una parte del momento cuan-mundo (es por lo que llamamos a su :(racionalid:::d) :,tativo que concierne a ciertos bienes y servicios) seuna pseudo-radonalidad); y vive, por lo esenci.al, en erige en momento soberano de la econorr.a; y, repre-un universo de smbolos que, las ms de las veces 'pe~tada por este momento parcial, la economa, ella

    ni representan lo real, ni son necesario:::: pa:-a pensar mIsma momento de la vida social, se erige en ins-lo o manipularlo; es el que realiza hasta el pxtremo lancia soberana de la sociedad.la autonomizacin del puro simbolismo. :8s prf'cisamente porque lo imaginario social mO-

    :C::staaUlonomizacin, e~ grado de influencia que perno no tiene carne propia, es porque toma presta- Irejerce sobre la realidad focial hasta el punto ce P : : ' G - I tla su substlncia a lo racional, en un rr..on;.2nto de ,vacar su ~~sl0c:.ac~~, como el grad? de alieI1:acin que , . l lJ racional que .transIorma ~s e~ pse~do-racional, fhace ~avltar" boore la capa domInante mIsma, han or lo que contIene una antmomla radlCal, por lo 'podido ,apreciarse bajo sus formas extremas en las que est abocado a la crisis y al desgaste, y por lo '

    ,economas turocrticas del EsL, sobre todo antes de ,ue la sociedad moderna contiene la posibilidad ob- \~1956cuando los economistas polacos debieron, para ~ttiva de una transformacin de lo que hasta ahora \

    ,; "de,~Hribir la! sitacin de su pas. inventar el trmino. :ue el papel dE: lo imaginario en la histoIia. Pero, !:,de:~economf~,.de la Luna. Para permanecer ms ac~ ~ntes de, abordar este problema, tenemos' q'Je c0nsi~ r

    de" e~tos limltes en tiempo normal, la economa OCCl- ~erar mas de cerca la relacin de lo imaginario y' decilental no 'por ello presenta menos al respecto los () racional.mi~mos' rasgos esenciales.

    -'~{"Este ejemplo no debe' crear confusin sobre lo'que entendemos por imaginario. Cuando la burocra- ...;

    'da' se empea en querer construir un metro sub- J 1, .-,

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    1 1 I 1 1 1 l i I I

    LETRAS

    J ra{Jinario y racional

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    '- ::O.', , '- -" 1 " pri~ero, {(se despr:n,da y . llegue l ser, despus,Es imposible comprender lo que fue, lo que es la autonomo (real, o 10glCO),smo con e: (;lernento que

    historia humana, prescindiendo de la categol'a de lo constztuye la hzstona como tal. Si algo hay que re,imaginario. Ninguna otra per:nite reflexi~~ar sobre dunde e~ problema ~era, ms b.ien la emergencia "i-las siguientes preguntas: que es lo que fIJa la fmu, , de .l? raclOnal en ,la ?~stona y, sobre todo, su sepa-lidad, sin la cual la funciofl:::lidarl ele las instituciones raCI,On,su constltU,ClC:1 en momento relativamentey de Iv" procc30s ;:,ociales seguira siendo indetermi, auton?mo. .nada'?, qu es lo que, en la infinidad de las estruc, ASI .las cosas, se plantea inmediatament-: un proturas simblif'as po~~bles, especifica un sistema sim- blema mmenso en lo que se refiere a la distincinbGilco, establece la::; relaciones cannicas prevalen tes . ~e 10,sconceptos. Cmo puede distinguirsE" las signi-orienta hacia una de las incontables direc"iones po-flcaclOnes irr:agi~arias de las significaciones raciona.sibles tod::!s las metforas y las metonimias abstrac- . l~s e? la hIstona? Hemns definido rlls arr~ba lotarr..:::nte conceblbles? No podemo? CZY;-prencler una s~mbollco-racional como lo que represerlta lo real osociedad sin un f actor unif:cante que proporcione un bIen como lo que es indispensable paT: pensarl ocontenido significarl.o y lo teja con las estructuras ~ct~arlo. Pero lo representa para quin:' Pensarlosimblicas. Este factor no es lo simple r,=al. cada (,como? ActuarIo en qu contexo? 1Je qu real sesociedad constituy su [eal (no nos vamos a tomar tra~? Cul es la Gefinicin de lo real implicadael traba:-:; de especificar que esta c-:;nstitucin jams aqUl? Aca~o no queda claro que corremos el riesgoes totalmente arbitr?ri2), No es tampoco lo raci0-- de mtroduClr 9~epticiame!!.te una racionalidad (lana1; la inspeccin ms sumaria de la hIstnri8. ~as- ny2st~a) p::ra hacerle Qesempear el p8.pel de la ra-ta para mostrarlo, y, si as fuese, la historia no ha- clOnalldad?hra sido realmente historia, sino acceso instantneo Cuando, al considerar una cultura de otros tiern-a un orden racional, pura progresin en la rac~olla 'pos o de otra parte, calificamos ce imaginario tal

    lidad. Pero, si la historia contiene incontestablemen- elemento de su visin del mundo, o esta visin mis-te la progresin en la racionalidad -ya volveremos ma, cul es pI punto de referencia? Cuando nos en-sobre ello-, no puede ser reduc2da a ella. Un sentido \cont:a~?s, no ~nte unl transformaciil)} de la tierraaparece en ella, ya en los orgenes, que no es un en dIvmIdad, SInO ante una .identidad originaria, parasentido de real (referido a l o ~;ercibido), que tam- UI'.3 ~ultur~ dada, de la TIerra-Diosa madre, t:!enti-pOco es Ictdal. o posit'!amen~ ir-racional, que no ,dad ~J:1extrnc:::.blementetejida, para esa cultura, cones ni verdadero ni falso pero que, sin embargo, e::: ,~~anerd general de ver, de pensar, de actuar y dedel orden de la significacin, y que es la creacin,V1VIL el m':lndo,. no es acaso imposible calificar, ::;himaginaria propia de la historia, aquello en y por lo m~, esta Identidad de imaginaria? Si lo simhlico-que la historia se constituye para empezar. r~clOnal es lo que rer>resenta lo real o 1() que e!':in-

    ,l'T o tenemos, pues, que explisar>} cmo ni por qu (h