Cartilla técnica para el manejo de áreas protegidas OET
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BBoossqquueess TTrrooppiiccaalleess
11
PPPAAANNNOOORRRAAAMMMAAA GGGEEENNNEEERRRAAALLL::: UUUSSSOOO YYY CCCOOONNNSSSEEERRRVVVAAACCCIIIÓÓÓNNN DDDEEELLL BBBOOOSSSQQQUUUEEE
TTTRRROOOPPPIIICCCAAALLL
1. ¿Qué es un bosque tropical?
Aunque la frase “bosque tropical”
evoca imágenes de una jungla densa y
llena de vapor, en realidad existen
muchos tipos de bosques tropicales. Por
ejemplo, están los manglares, los
bosques húmedos, las sabanas áridas y
los bosques secos. De todos modos, el
más común es el bosque tropical
lluvioso, el exuberante bosque húmedo
que se encuentra en los trópicos –el
área entre el trópico de Cáncer y el de
Capricornio– en América Latina, África,
Asia, Australia y Hawai. Gran parte de la
información que se presenta en este
módulo se puede aplicar a todos los
tipos de bosques tropicales, pero la
atención se centra en los bosques
tropicales lluviosos.
Los bosques tropicales difieren de los
bosques templados en muchos
aspectos (ver Cuadro 1), pero el más
sobresaliente es en la cantidad de luz
que reciben. Como los rayos del Sol
caen directamente sobre esta área
durante el transcurso de todo el año,
generalmente reciben más luz y
experimentan menor variación en la
temperatura, con una notable ausencia
de la estación invierno. Si bien no hay
una definición única de bosque tropical
lluvioso, tiene distintas características
que lo definen.
Los bosques tropicales reciben
generalmente más de 2.500 milímetros
de lluvia por año. Son bosques de
múltiples estratos: el superior es el
estrato emergente, seguido por el dosel,
el sotobosque y el piso del bosque.
El estrato emergente está formado por
los árboles más altos que se asoman por
encima de los demás. El dosel,
compuesto de las copas de los árboles
que se encuentran suspendidas a 100-
130 pies (aproximadamente 40 metros)
por encima del piso del bosque,
captura la mayor cantidad de luz. De
hecho, solamente el 2-3% de la luz que
penetra en un bosque tropical
realmente alcanza el piso. Este estrato
de dosel abriga el 90% de la vida no
bacteriana de un bosque tropical.
El sotobosque está formado por la
vegetación umbrófila que crece debajo
del dosel (las lianas, las epifitas y las
plántulas de los árboles). Las lianas son
enredaderas leñosas que se trepan a los
árboles en busca de luz. Las epifitas (por
ej., helechos, musgos, orquídeas y
bromeliáceas) son plantas que crecen
sobre los árboles existentes. Las epifitas y
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
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las lianas son las que le dan al bosque la
sensación de densidad.
Como los bosques se ven exuberantes,
muchos suponen que sus suelos son
fértiles. Si bien hay variación en los
suelos de los bosques tropicales, la
mayoría son en realidad bastante
delgados y pobres en la reserva de
nutrientes. La alta humedad significa
que la mayor parte del mineral soluble
desapareció por lixiviación y que la
materia se descompone rápidamente.
Sin embargo, el bosque tropical es
eficiente en cuanto al ciclado de
materiales: el ciclado de nutrientes a
través del sistema se da hasta cuatro
veces más rápido que en otros
ecosistemas. El carbono y el oxígeno
son devueltos al aire, mientras que el
nitrógeno, el fósforo, el calcio y otros
minerales vuelven al suelo. Las plantas
reabsorben sus minerales rápidamente
antes de que se produzca la caída de
sus hojas. La mayoría de los árboles
tienen raíces delgadas y de poca
profundidad, lo que les permite
absorber los nutrientes del suelo, que
habitualmente se encuentran en la
capa superficial.
Para obtener los servicios de
polinización, los bosques tropicales
dependen de las relaciones entre las
plantas y los animales (e insectos),
mucho más que sus contrapartes de
bosques templados. Las aves, los peces,
los reptiles y una variedad de mamíferos
(especialmente los murciélagos)
ayudan a dispersar las semillas ya sea
transportándolas en su pelaje o por
medio del pasaje por el tracto digestivo
al alimentarse de ellas. En los bosques
tropicales, las semillas a menudo tienen
una cubierta externa mucho más dura,
lo que les permite permanecer intactas
a lo largo del proceso.
Muchas especies vegetales del bosque
tropical tienen relaciones muy
específicas con los animales, y muchas
especies de plantas y de insectos
coevolucionaron con las plantas y
llegaron a tener funciones
especializadas. Por ejemplo, cada
especie de la familia de las higueras
(Ficus) tiene una especie de avispa que
la poliniza. Muchas orquídeas
evolucionaron de tal forma que imitan
el olor y el aspecto de las avispas
hembras y las abejas, con el fin de
engañar a los insectos machos para
que estos, al intentar aparearse, las
polinicen sin advertirlo.
Los bosques tropicales son considerados
mucho más complejos en términos
ecológicos que los bosques templados
(ver Cuadro 1). Hay mayor
biodiversidad, más especies de árboles
clave y relaciones más complejas entre
los componentes del sistema,
como se aprecia en la relación
higo-avispa. Debido a esta
complejidad, el sistema es más frágil y
tiene más dificultad en recuperarse de
un disturbio. Esta característica es
también una razón por la cual los
árboles tropicales generalmente no
prosperan en plantaciones, ya que no
pueden recrearse muchas de las
relaciones que requieren.
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Cuadro 1. Comparación de los bosques tropicales lluviosos y los bosques templados lluviosos
(adaptado de http://quest.arc.nasa.gov/)
BOSQUE TROPICAL LLUVIOSO BOSQUE TEMPLADO LLUVIOSO
Dos estaciones húmedas Un invierno/primavera húmedo/a
prolongado/a, un verano seco
2.500-9000 mm de lluvia anual 1.500-5.000 mm de lluvia anual
Temperatura cálida la mayor parte del año Temperaturas frías la mayor parte del año
Situado en un cinturón de 3.000 millas (4.800
km) de ancho cerca del ecuador.
Situado en el borde occidental de América
del Norte y América del Sur.
En su mayor parte, plantas perennes de hoja
ancha, como palmeras, bambúes y helechos
árboles.
En su mayoría coníferas, algunas de hoja
ancha
La mayor biodiversidad de todos los biomas La más grande biomasa de todos los biomas.
Cuatro estratos de bosque Tres estratos de bosque
La mayoría de los animales vive en el dosel La mayoría de los animales vive en el piso del
bosque
Los depredadores de gran tamaño son las
víboras y los jaguares
Los depredadores de gran tamaño son los
osos y los pumas
Recuperación más lenta luego de un disturbio Recuperación más rápida luego de un
disturbio
En general, suelos más pobres – el suelo fértil
se encuentra entre 2-4 cm de profundidad
En general, suelos ricos en nutrientes – el suelo
fértil se encuentra hasta 3 m de profundidad
Gran variedad de especies arbóreas Pocas especies de árboles clave
Muy complejos en términos ecológicos Menos complejos en términos ecológicos
2. ¿Por qué son importantes los bosques tropicales
lluviosos?
Quizás la característica más importante
que define a los bosques tropicales
lluviosos su biodiversidad. Si bien los
bosques tropicales lluviosos constituyen
solo alrededor del 7% de la superficie
terrestre, contienen el 50-80% de las
especies vegetales del mundo. Más de
la mitad de los 10 millones de especies
de plantas, animales e insectos que se
estima que hay en el planeta vive en los
bosques tropicales lluviosos. Semejante
diversidad se atribuye a las variaciones
en la altitud, el clima y el suelo, y a la
ausencia de heladas. Costa Rica
representa un buen ejemplo de la rica
biodiversidad de los trópicos. Aunque el
país ocupa menos del 0,01% de la masa
terrestre, contiene el 4% de todas las
especies vivientes. Costa Rica también
alberga más de 9.000 especies
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identificadas de plantas vasculares, y se
identifican más cada año. En realidad,
solamente el 17,4% del total de especies
que se cree que existen en Costa Rica
fueron identificadas: 98,8% de los
vertebrados y el 60% de los peces, pero
menos del 20% de los artrópodos. Esto
no sorprende, ya que es representativo
de nuestro conocimiento científico
general: hay una tendencia a tener
mucha más información sobre
vertebrados, aun cuando los
invertebrados son más numerosos.
Los bosques tropicales también ofrecen
al mundo una variedad de productos
muy conocidos. Diversas maderas de
importancia mundial provienen de los
bosques tropicales, como la caoba
(Swietenia macrophylla), la teca
(Tectona grandis), la melina (Gmelina
arborea) y el okoumé (Aucoumea
klaineana). La producción de madera
de troncos en los trópicos fue de 135
millones de metros cúbicos en 2002,
cuya mayor parte se exportó desde
Malasia, India, Brasil e Indonesia.
Los bosques también proveen una
variedad de productos no madereros –
látex, ratán y bambú, entre otros–. Por lo
menos el 80% de los alimentos del
mundo desarrollado deriva del bosque
tropical lluvioso: frutas, tales como:
coco, naranja, banana, guayaba,
ananá y mango; hortalizas y legumbres,
entre ellas: choclo, papas, arroz,
calabaza y batata; especias, como:
pimienta negra, pimienta cayena,
canela y clavo.
Si bien estos productos son cada vez
más importantes en los mercados
mundiales, para las comunidades que
viven en el bosque, la mayoría de ellos
ya lo era desde hace años.
En los bosques de Asia, África y América
Latina habitan tanto comunidades
indígenas o nativas, como no indígenas.
Muchas de estas comunidades tienen
una larga historia de manejo de
recursos en el bosque. Por ejemplo, los
lacandones, un grupo indígena de
ascendencia maya, viven en los
bosques centroamericanos desde hace
cientos de años. Ellos manejan el
bosque y producen madera, frutos
secos, bayas y leña, y dependen del
bosque para obtener protección, agua
y tierra cultivable. También cazan una
variedad de mamíferos pequeños,
reptiles y aves, que les brindan alimento,
productos artesanales o que adoptan
como mascotas.
Los bosques tropicales también proveen
bienes menos visibles en la forma
de servicios ecosistémicos. El
ecosistema de bosques tropicales es
un componente clave del ciclo
hidrológico mundial. Por ejemplo, una
quinta parte del agua dulce del
planeta se encuentra en la cuenca
amazónica. A través del proceso de
evapotranspiración, las plantas de los
bosques tropicales lluviosos devuelven
enormes cantidades de agua a la
atmósfera y, de esta forma, aumentan
la humedad y las precipitaciones y
enfrían el aire. Este proceso regula los
patrones de lluvias, tanto locales como
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mundiales, lo que a su vez afecta la
persistencia y la extensión de los
bosques. El bosque también transforma
continuamente dióxido de carbono en
oxígeno. Más del 20% del oxígeno
presente en el mundo es producido en
la selva amazónica, de ahí su
denominación de “pulmones de nuestro
planeta”.
La cantidad posiblemente grande de
especies no identificadas en el bosque
tropical puede también tener
implicancias para la salud mundial, ya
que muchas de las plantas que se
encuentran allí tienen propiedades
medicinales. El National Cancer Institute
de los Estados Unidos identificó 3.000
plantas activas contra las células
cancerígenas, 70% de las cuales se
encuentran en el bosque lluvioso. Entre
las plantas más conocidas que tienen
propiedades medicinales se encuentran
la quinina, una droga antigua utilizada
para tratar la malaria; el curare, un
anestésico y relajante muscular utilizado
en cirugía; y rosy periwinkle, utilizada en
tratamientos para la enfermedad de
Hodgkin y la leucemia. La investigación
actual indica que existen otras drogas
potenciales que pueden ser útiles para
el tratamiento de enfermedades como
la artritis, la hepatitis, la fiebre, la tos y los
resfríos.
3. ¿Cuál es el estado actual de los bosques
tropicales?
En la actualidad, los bosques tropicales
están desapareciendo en cifras récord.
Se calcula que entre 1960 y 1990 se
perdió un 20% de estos bosques (33% en
Asia y 18% en África y América Latina).
Las áreas más grandes de bosques
tropicales lluviosos que quedan se
encuentran en Brasil, el Congo,
Indonesia y Malasia. Indonesia es un
buen ejemplo de las tendencias de
deforestación. El país cubre solamente
el 1,3% de la superficie terrestre; sin
embargo, alberga el 19% de los bosques
tropicales remanentes en el mundo. No
obstante, desde 1989, más de 20
millones de hectáreas de estos bosques
han sido taladas a una tasa de 1,7
millones de hectáreas por año. No se
conoce con exactitud la extensión de
bosque tropical que se pierde en todo
el mundo cada año, pero se calcula
que supera los 20 millones de hectáreas.
Las mayores amenazas que enfrentan
los bosques tropicales son la
deforestación, la fragmentación y la
degradación. Las acciones que
conducen a estas amenazas derivan
principalmente de las actividades
antropogénicas. La conversión de los
bosques a tierra cultivable es la causa
más importante de la pérdida de
bosques. Como se mencionó
anteriormente, muchas comunidades
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que habitan en los bosques o en sus
alrededores dependen de ellos para su
sustento, lo que incluye la conversión de
la tierra, la caza, la tala y la recolección
de productos forestales no madereros.
Estas actividades a menudo son
sustentables si se las realiza a pequeña
escala. Hace cientos de años que las
comunidades viven en los bosques
tropicales de todo el mundo. Sin
embargo, a medida que aumenta el
número de comunidades y de
individuos que los integran, el impacto
sobre el bosque va siendo cada vez
menos sustentable. Por ejemplo,
muchos productores agrícolas
practican la agricultura de tala y
quema. En este sistema, se talan y se
queman los campos y luego se los deja
para barbecho cuando los suelos se
agotan.
Como los suelos del bosque tropical son
bastante pobres, es necesario practicar
la rotación en estos campos con una
frecuencia de pocos años. Sin
embargo, a medida que crece la
población, se deben desmontar más
tierras para el sustento de los individuos.
Además de la pérdida inmediata de
bosque, dicho desmonte puede tener
efectos secundarios. Por ejemplo, el
bosque se abre por la tala y se seca, lo
que conduce a incendios más intensos,
que dejan, así, más combustible para
futuros incendios. Las áreas que fueron
desmontadas también son más
susceptibles a la erosión del suelo, lo
que luego puede llevar a graves
inundaciones durante la temporada de
lluvias. El incremento de la población
también afecta la intensidad de la
caza.
En la actualidad, los individuos
consumen más de 5 millones de
toneladas de carne de mamíferos
silvestres proveniente de los bosques
tropicales de América Latina (150.000
toneladas) y de África (4.900.000
toneladas) por año (ver Cuadro 2). En la
actualidad, los bosques tropicales están
desapareciendo en cifras récord. Se
calcula que entre 1960 y 1990 se perdió
un 20% de estos bosques (33% en Asia y
18% en África y América Latina).
Las áreas más grandes de bosques
tropicales lluviosos que quedan se
encuentran en Brasil, el Congo,
Indonesia y Malasia. Indonesia es un
buen ejemplo de las tendencias
de deforestación. El país cubre
solamente el 1,3% de la superficie
terrestre; sin embargo, alberga el 19%
de los bosques tropicales remanentes
en el mundo. No obstante, desde 1989,
más de 20 millones de hectáreas de
estos bosques han sido taladas a una
tasa de 1,7 millones de hectáreas por
año. No se conoce con exactitud la
extensión de bosque tropical que se
pierde en todo el mundo cada año,
pero se calcula que supera los 20
millones de hectáreas.
Las mayores amenazas que enfrentan
los bosques tropicales son la
deforestación, la fragmentación y la
degradación. Las acciones que
conducen a estas amenazas derivan
principalmente de las actividades
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antropogénicas. La conversión de los
bosques a tierra cultivable es la causa
más importante de la pérdida de
bosques.
Como se mencionó anteriormente,
muchas comunidades que habitan en
los bosques o en sus alrededores
dependen de ellos para su sustento, lo
que incluye la conversión de la tierra, la
caza, la tala y la recolección de
productos forestales no madereros. Estas
actividades a menudo son sustentables
si se las realiza a pequeña escala.
Hace cientos de años que las
comunidades viven en los bosques
tropicales de todo el mundo. Sin
embargo, a medida que aumenta el
número de comunidades y de
individuos que los integran, el impacto
sobre el bosque va siendo cada vez
menos sustentable. Por ejemplo,
muchos productores agrícolas
practican la agricultura de tala y
quema. En este sistema, se talan y se
queman los campos y luego se los deja
para barbecho cuando los suelos se
agotan. Como los suelos del bosque
tropical son bastante pobres, es
necesario practicar la rotación en estos
campos con una frecuencia de pocos
años.
Sin embargo, a medida que crece la
población, se deben desmontar más
tierras para el sustento de los individuos.
Además de la pérdida inmediata de
bosque, dicho desmonte puede tener
efectos secundarios. Por ejemplo, el
bosque se abre por la tala y se seca, lo
que conduce a incendios más intensos,
que dejan, así, más combustible para
futuros incendios. Las áreas que fueron
desmontadas también son más
susceptibles a la erosión del suelo, lo
que luego puede llevar a graves
inundaciones durante la temporada de
lluvias.
El incremento de la población también
afecta la intensidad de la caza. En la
actualidad, los individuos consumen
más de 5 millones de toneladas de
carne de mamíferos silvestres
proveniente de los bosques tropicales
de América Latina (150.000 toneladas) y
de África (4.900.000 toneladas) por año
(ver Cuadro 2).
Cuadro 2. Crisis de la carne de animales silvestres
Recientemente, la caza de animales silvestres en los bosques tropicales alcanzó niveles
alarmantes. Si bien este tipo de caza se practicó durante muchos años, en los últimos
tiempos ingresó en una etapa crítica debido al elevado número de animales cazados. Un
estudio reciente indica que en América Latina y en África se consumen más de 5 millones
de toneladas de carne de animales silvestres por año. Se considera que los niveles de caza
en África central son seis veces más altos que lo estimado por los científicos como
sustentable para las poblaciones. Diversos factores contribuyen a este crecimiento: las
poblaciones humanas se expanden rápidamente, la tecnología da lugar a una caza más
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eficiente y hay mayor acceso a los bosques que en otros tiempos eran inaccesibles. El
acceso se ve facilitado en gran medida por los caminos construidos para la tala, la
explotación minera y la extracción de petróleo. Estos caminos también aumentan la
posibilidad de caza de animales silvestres a mayor escala, ya que la carne puede ser
transportada en la carga del camión. La carne de animales silvestres también es el alimento
preferido por muchas personas. Pero el quid de la cuestión es la necesidad de proteínas. La
carne silvestre es considerada a menudo el medio preferido de satisfacer las necesidades
proteicas; en efecto, en las comunidades rurales, la pesca y la caza son las maneras más
económicas de hacerlo. La caza intensiva tiene implicancias para el destino de las especies
buscadas. Pero también tiene consecuencias a mayor escala, tales como la pérdida de la
biodiversidad, de dispersores de semillas y de especies clave en el ecosistema. Dichos
cambios en la estructura, la función y la composición del bosque podrían resultar en la
alteración del ecosistema y podrían tener serias consecuencias para quienes dependen de
él.
Las actividades relacionadas con el uso
de los recursos por parte de
participantes a gran escala,
especialmente la tala y la caza,
también producen un impacto sobre el
ecosistema de bosque. La tala a gran
escala es responsable no solo de una
reducción en la cantidad de árboles,
sino también de la fragmentación y el
daño resultantes de la construcción de
caminos para extraer los árboles.
La fragmentación conduce a una
reducción en la cantidad de hábitat,
que puede disminuir la biodiversidad del
área e interrumpir los procesos
ecológicos (por ejemplo, aislar a los
individuos de sus posibles parejas).
Además, estos caminos a menudo
abren porciones de bosque, antes
inaccesibles, que dejan la posibilidad
de asentamiento. Muchas empresas de
explotación forestal practican la
entresaca: la remoción selectiva de
especies de alto valor, como la caoba.
Estos suelen ser los árboles más grandes
y los que están en mejores condiciones
en el bosque; por lo tanto, su remoción
puede afectar enormemente la
dinámica del ecosistema. El resultado
puede ser rodales de menor diversidad
de árboles de poca fuerza, que
ofrecerán menos alimento y refugio a la
fauna silvestre. Además, la
productividad del bosque a largo
plazo puede verse
comprometida y requerir mayor
manejo en el futuro. Como los árboles
tropicales tienden a no crecer en
grupos, los árboles que se cosechan son
buscados y extraídos de cualquier parte
del bosque, lo que tiene un efecto de
gran alcance. Debido al impacto
potencialmente alto que la tala puede
producir, muchas empresas utilizan
técnicas de manejo forestal
sustentables para reducirlo (ver Cuadro
3). El pastoreo extensivo también
constituye una razón importante de la
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conversión de la tierra. En muchas áreas
del mundo, particularmente en América
Latina, se convierte la tierra de bosques
a pastizales para la cría de ganado, a
menudo con fines de exportar carne
vacuna. Pero como el suelo es pobre, la
tierra no puede sostener un gran
número de animales, por lo que se
debe desmontar más tierra
continuamente.
En la mayoría de los casos, la
producción de carne raramente
alcanza los 50 kg por hectárea
anualmente, mientras que en el norte
de Europa el promedio es más cercano
a los 600 kg por hectárea por año.
El mercado mundial también tiene un
efecto perjudicial sobre los bosques
tropicales debido al aumento en la
demanda de una variedad de
productos. En la actualidad, si se lo
desea, se puede adquirir un surtido de
productos animales y madereros desde
cualquier parte del mundo. Además,
existe una diversidad de productos
cosméticos, de vestimenta y artesanales
hechos a partir de materiales del
bosque. Si bien muchos de estos
emprendimientos se conducen de
forma sustentable, nuevamente, la
cuestión es el uso excesivo.
4. ¿Qué se está haciendo?
Los manejadores de recursos han
utilizado una cantidad de estrategias
generales de conservación para tratar
el problema de la pérdida de bosque
tropical. Un abordaje, los Proyectos
Integrados de Desarrollo y Conservación
(PIDC), consiste en tener objetivos
relacionados con el desarrollo y la
conservación en conjunto. Las metas de
estos proyectos son satisfacer las
necesidades de las comunidades
circundantes a los bosques, a la vez de
asegurar que sus recursos sean
manejados de una manera sustentable.
Por ejemplo, muchas comunidades de
Asia recolectan ratán de sus bosques
para venderlo a los mercados
internacionales de muebles y cestería.
Estos proyectos apuntan a brindar un
beneficio económico a las
comunidades y a manejar el bosque en
forma sustentable. También se
establecieron áreas protegidas en
muchas partes de los trópicos, aunque
solamente 15 de los 70 países con
ecosistemas de bosque tropical
destinaron tierras para tal protección.
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1100
Cuadro 3. Manejo sustentable de los bosques
Uno de los actuales debates en el marco de la conservación y el manejo de bosques es
acerca de la viabilidad del enfoque del manejo sustentable de los bosques. Un problema
reside en la falta de definición de “sustentable” y en la ausencia de consenso sobre los
objetivos de un bosque manejado en forma sustentable. En general, la gestión sustentable
de los bosques intenta manejar el bosque de una forma que satisfaga las necesidades
actuales de las partes interesadas, así como las necesidades futuras previstas. Algunos
científicos creen que el manejo sustentable de los bosques es técnicamente posible solo en
ciertos ecosistemas. En los bosques boreales y los templados, los expertos consideran que se
dispone de suficiente conocimiento técnico como para evitar las prácticas no sustentables.
El manejo sustentable puede lograrse en los bosques, ya que el centro de atención
generalmente está puesto en los productos no maderables y no en la producción de la
madera. Pero en los bosques tropicales húmedos, los árboles necesitan gran cantidad de
tiempo para alcanzar un tamaño de valor comercial y muchos son extraídos por medio de
métodos de inapropiados. Además, en muchas áreas de los trópicos húmedos existen
presiones económicas y sociales para volver a talar áreas que aún no se recuperaron,
reclamos conflictivos por el uso de la tierra y uso excesivo por parte de las comunidades
vecinas. En respuesta a estas cuestiones, en algunos lugares se está poniendo en práctica
la tala de impacto reducido (TIR). En teoría, los métodos TIR pueden reducir los disturbios en
el suelo en un 50%, crear menor abertura de dosel, permitir una recuperación más rápida de
los árboles, desperdiciar 50% menos de madera y (en las condiciones adecuadas) tener un
costo de 10 a 15% menor que los métodos de tala convencionales. No obstante, muchos
científicos aún siguen siendo escépticos con respecto a este método. A pesar de que se
gastan millones de dólares por año en la actividad forestal sustentable, aún no hay ejemplos
de una tala sustentable en los bosques tropicales húmedos. La mayoría de los proyectos
fracasan porque el dinero invertido en el manejo sustentable de bosques y en métodos TIR
en general todavía rinde menores ganancias que la tala convencional. Quienes critican
este enfoque alegan que la única herramienta que ha protegido realmente al bosque
tropical es la creación de áreas protegidas.
También existe una
cantidad de medidas de conservación
específicamente diseñadas para los
bosques. La rehabilitación de los
bosques y la restauración ecológica son
medidas apropiadas para los que
fueron degradados pero que se
encuentran bajo cierto tipo de
protección. La actividad forestal
comunitaria ha sido efectiva en
áreas donde las comunidades
locales dependen de los bosques y,
por lo tanto, tienen una participación
en la sustentabilidad a largo plazo,
particularmente donde hay
antecedentes de manejo comunitario.
En tales casos, las comunidades a
menudo trabajan con organizaciones
no gubernamentales o con agencias de
gobierno para adquirir derechos de uso
sobre el área y desarrollar un plan de
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1111
manejo que asegure que sus
necesidades serán satisfechas. Otro
enfoque, en general combinado con la
actividad forestal comunitaria, es la
certificación forestal, que implementa
un abordaje basado en el mercado.
El manejo de los bosques debe
someterse a la certificación por parte
de uno de los cuatro organismos
certificadores para demostrar que las
prácticas de manejo que se siguen son
sustentables. Así, al vender esta
madera, la certificación pasa a ser un
bien de capital en el mercado
internacional que permite la venta por
un valor más alto.
Las plantaciones también juegan un
papel en la conservación de los
bosques, ya que contribuyen a
satisfacer la demanda de productos
madereros. Es importante destacar, sin
embargo, que las plantaciones no son
lo mismo que los bosques.
Una plantación es un área cultivada
cuyas especies y estructura fueron
simplificadas para producir solamente
unos pocos bienes, generalmente
madera, combustible, resina, aceite o
frutas. Un gran porcentaje de
plantaciones consiste en una o unas
pocas especies de árboles de rápido
crecimiento, plantados en bloques
homogéneos de la misma clase de
edad. Por otro lado, un bosque es un
ecosistema complejo, donde la tierra, el
agua, la energía y una gran variedad
de plantas y de animales interactúan en
un sistema dinámico.
Las plantaciones no necesariamente
ofrecen hábitat para otras plantas y
animales y generalmente requieren
productos químicos, preparación del
suelo y manejo intensivo. Además,
debido a su falta de diversidad, tienden
a ser propensas a brotes de
enfermedades y de plagas.
5. ¿Cuál es el futuro de la situación?
Las tasas de deforestación en el mundo
varían enormemente; sin embargo, aún
los más conservadores estiman que, de
continuar las tendencias, dentro de 100
años los bosques tropicales habrán
desaparecido (aunque algunos
predicen que ello ocurrirá más bien en
30 años). Para detener este grado de
deforestación, los esfuerzos de
conservación del bosque tropical
deben centrarse en cambiar la forma
en que le asignamos valor a los
bosques. En la actualidad existe muy
poco incentivo económico para que las
personas mantengan sus tierras
forestales en ese estado, ya que otros
usos alternativos, como la agricultura, la
cría de ganado y la tala comercial, son
más redituables. Si bien la tala
sustentable es un nuevo enfoque
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prometedor, no puede competir con las
actuales actividades de tala comercial.
Se trata de una producción más
costosa, que cuenta solamente con un
mercado limitado dispuesto a afrontar
esos costos extra.
Además, en las producciones forestales
sustentables se necesitan niveles más
altos de conocimiento y de capacidad
profesional. Incluso cuando la intención
es talar un área en forma sustentable, es
difícil asegurar que realmente se utilicen
métodos sustentables.
La observancia de las reglas es
particularmente difícil en áreas lejanas,
donde se encuentra la mayor parte del
recurso maderero y donde es mayor la
necesidad de métodos sustentables. Por
lo tanto, sería necesario un cambio en
el sistema de mercado para que la
actividad forestal sustentable sea un
emprendimiento más que genere
mayores ganancias. Es necesario
desarrollar un mercado más viable para
los productos
madereros sustentables con el fin de
reducir el precio y hacer de ellos una
opción más atractiva.
También es preciso valuar el ecosistema
de bosque tropical por los servicios que
provee. Es un componente clave en el
ciclo hidrológico mundial, por lo tanto
afecta los suministros de agua fresca y
los patrones de lluvia. El bosque tropical
también transforma continuamente
dióxido de carbono en oxígeno.
Al modificar nuestro sistema de
valuación, también debemos tornarnos
más eficientes y efectivos en hacer
cumplir las normas y reglamentaciones
vigentes con respecto al uso del bosque
tropical, ya sea en áreas protegidas, en
reservas de uso extractivo o en el
comercio de fauna silvestre. Esto
requerirá entrenamiento y recursos
financieros de agentes externos, pero
también participación de las
comunidades que habitan en los
bosques o en sus alrededores.
CCoonnsseerrvvaacciióónn
1133
6. Bibliografía consultada
Redford, K. H. 1992. "The Empty forest." Bioscience 42(6): 258-422.
Redford, K., H. and S. Sanderson 2000. "Extracting humans from nature." Conservation Biology
14(5): 1362-1364.
Robinson, J. and K. H. Redford. 1991. Neotropical wildlife use and conservation. Chicago, IL, The
University of Chicago Press.
Terborgh, J. 2000. "The fate of tropical forests: a matter of stewardship." Conservation Biology
14(5): 1358-1361.
Proyecto Andes-Amazonia
Financiado por la Fundación Gordon and Betty Moore
Programa de Política y Ciencias Ambientales – OET
Director: PhD Andrew Chek
Coordinador: Leandro Castaño Betancur
Traducción al español: Jorgelina Brasca
Adaptado: Andrew Chek
Revisores: Andrew Chek y Leandro Castaño
Betancur
Diseño: Liliana Jiménez Bernal
Este documento se basó en el trabajo de Cheryl
Margoluis
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
1144
CCCOOONNNSSSEEERRRVVVAAACCCIIIÓÓÓNNN::: PPPAAANNNOOORRRAAAMMMAAA GGGEEENNNEEERRRAAALLL
1. Introducción
En esencia, la conservación de la
naturaleza consiste en asegurar un
conjunto representativo de
biodiversidad y su persistencia a largo
plazo. Comprende una serie de
elecciones –dónde asignar recursos
limitados, tanto en términos de tipos de
actividades como de puntos
geográficos.
Para emprender la conservación, los
planificadores, los responsables de las
políticas, los manejadores y otros
profesionales deben ser conscientes de
los aspectos clave que influyen en ella:
las motivaciones que llevan a un
individuo a preservar, los vínculos entre
la conservación y otros campos, las
condiciones que establecen las
funciones del ecosistema y las presiones
que amenazan la biodiversidad.
También necesitan comprender cómo
planificar, diseñar y controlar
efectivamente sus intervenciones.
Este módulo apunta a cumplir la función
de un mapa general de ruta para los
profesionales de la conservación. El
objetivo no es proporcionar información
detallada sobre un tema determinado,
sino ofrecer un panorama general de
los aspectos y las consideraciones más
importantes de la conservación en la
actualidad.
2. Motivación
Distintos factores motivan a las personas
a preservar. Una motivación importante
es que los ecosistemas proveen una
variedad de servicios y bienes valiosos,
como el agua para beber o peces para
alimentarse. Algunos servicios son
menos perceptibles: por ejemplo,
además de madera y sombra, los
bosques proveen servicios de filtración
de agua. Es probable que un gran
número de servicios todavía no se
conozcan. El U.S. National Cancer
Institute (Instituto Nacional del Cáncer
de los Estados Unidos) identificó 3.000
plantas que actúan contra las células
cancerígenas, de las cuales el 70% se
encuentra en el bosque tropical lluvioso.
CCoonnsseerrvvaacciióónn
1155
Asimismo, cada día se descubren
nuevas especies de plantas y animales
en el bosque tropical lluvioso que aún
deben ser identificadas e investigadas
científicamente.
Algunas personas se sienten motivadas
a preservar por la recreación. Los turistas
practican rafting en los ríos, navegación
en el mar, caminatas en el bosque y
paseos en los pastizales, entre otras
actividades. Otros desean conservar
lugares que ofrecen belleza natural,
que tienen importancia cultural o que
albergan encuentros de índole
espiritual. Además, a menudo las
personas desean conservar un área o
proteger una especie, simplemente
para saber que existe. Por ejemplo,
mucha gente desea proteger los
elefantes de África oriental, aun
cuando nunca tengan la oportunidad
de verlos personalmente, sólo para
asegurarse de que estos animales
continúen existiendo.
3. Vínculos
La conservación es importante, no sólo
por las razones mencionadas
anteriormente, sino también por su
relación con otros temas globales.
La salud humana está íntimamente
vinculada, de distintas maneras, con los
problemas de conservación. Por
ejemplo, muchas comunidades rurales
toman la precaución de no cortar
árboles cercanos a las márgenes de los
ríos, ya que dichas acciones podrían
afectar sus fuentes de agua limpia.
En áreas urbanas, muchas personas
tratan de compartir el vehículo o de
usar transporte público para reducir la
contaminación del aire en la ciudad, ya
que puede ocasionar problemas de
salud. Además, los cambios que sufre el
ecosistema pueden afectar la salud
humana. Por ejemplo, cuando se tala
un área del bosque tropical lluvioso, es
posible que los huéspedes tradicionales
de los parásitos se desplacen. Los
parásitos a menudo pasan a huéspedes
humanos y, en el proceso, transmiten
nuevas enfermedades. Muchas
organizaciones conservacionistas se
comprometieron más en proyectos de
salud para continuar instruyendo a la
gente sobre los vínculos entre la salud
del ecosistema y la humana.
La pobreza también puede verse
afectada por la conservación de los
recursos naturales. Además de
satisfacer las necesidades de
subsistencia, los recursos naturales
pueden aportar opciones de estilo de
vida a las comunidades o, por el
contrario, restringirlas. Las poblaciones
ricas en recursos tienen más opciones
económicas. Muchos eligen vender el
recurso del que disponen, como en el
caso de la madera, mientras que otros
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
1166
prefieren manejarlo a largo plazo con
proyectos más sustentables, como la
cestería a partir de la extracción de
ratán. Las comunidades pobres en
recursos naturales pueden encontrarse
con opciones más limitadas, ya que a
menudo deben comprar o practicar
trueque para obtener recursos básicos.
Las distintas opciones de manejo y
niveles de explotación darán resultados
diferentes, pero el acceso a estos
recursos y su control pueden, en gran
medida, afectar los resultados.
El desarrollo económico de un área
puede depender de su potencial de
conservación. Por ejemplo, las áreas de
alto valor de conservación pueden ser
transformadas en áreas protegidas
donde se pueden emprender proyectos
turísticos.
En los Estados Unidos, en las áreas
circundantes a los parques nacionales,
hay hoteles, restaurantes y servicios de
guía de turismo con el fin de obtener
beneficios del recurso natural. En otras
áreas puede haber recursos con
potencial farmacológico. Por ejemplo,
algunas comunidades de las islas Fiji
están trabajando con la universidad
local para establecer relaciones con las
empresas farmacéuticas interesadas en
la prospección biológica en los arrecifes
de coral.
La conservación de los recursos
constituye un esfuerzo importante en el
área de las ciencias agronómicas. Los
recursos genéticos de las plantas para
la alimentación y la agricultura
necesitan ser preservados para
asegurar su sustentabilidad. Por
ejemplo, cuatro cultivos –el arroz, el
maíz, la papa y el trigo– aportan más de
la mitad de la energía alimenticia en el
mundo. La pérdida de cualquiera de
estos cultivos tendría serias implicancias
en la seguridad alimentaria.
Los recursos naturales, y su
conservación, también pueden afectar
la seguridad mundial. A medida que los
recursos se hacen más escasos, los
individuos y los países deben competir
para obtenerlos.
El agua potable limpia se está
convirtiendo en un recurso escaso en
todo el mundo; los científicos especulan
con que podría ser un disparador de
futuras guerras particularmente en
aquellos países que dependen de un
solo recurso. Por lo tanto, la
conservación continuará jugando un
papel importante en muchos aspectos
de los acontecimientos mundiales.
CCoonnsseerrvvaacciióónn
1177
4. Conexión entre las condiciones naturales y los
desafíos inherentes
Existen ciertas consideraciones que los
profesionales de la conservación deben
tener en cuenta al reflexionar sobre sus
prioridades y diseñar proyectos. La
siguiente es una lista de las cuestiones
pertinentes, resumida de un documento
base sobre conceptos clave de
conservación:
Escala
Diferencias de escala. Las
diferencias de escala se encuentran en
toda la naturaleza. La escala temporal y
espacial de nuestro foco de atención
dependerá de la especie, los procesos
y los sistemas que se busca preservar, y
de la geografía en que se extienden y
del tiempo en el que se prolongan (por
ej., el jaguar con amplia área de acción
frente al cactus sedentario, un lago
frente al océano). La escala también es
importante al considerar los impactos
del manejo, uso o conservación (por ej.,
el impacto puede ser muy diferente si se
tala una hectárea de bosque que es
parte de un solo parche de 10 ha o de
una reserva de 1.000.000 ha).
Sistemas
Naturaleza interrelacionada. La
naturaleza está compuesta de un
número de sistemas interrelacionados,
de los cuales a menudo tenemos
escaso conocimiento; por lo tanto, los
cambios en un componente pueden
tener efectos de largo alcance y, con
frecuencia, impredecibles.
Biodiversidad
Biodiversidad en todos los
niveles. El concepto de
biodiversidad, o diversidad biológica, es
el núcleo de la conservación. La
biodiversidad puede encontrarse en
todas las escalas de la organización en
la naturaleza, desde los genes hasta los
ecosistemas.
Biodiversidad desconocida.
Muchos grupos son escasamente
conocidos en términos de descripción
básica y de su función. Los biólogos
identificaron y describieron alrededor
de 1.700.000 especies, pero cada año
se identifican 20.000 nuevas especies.
Medición de la biodiversidad.
Distintas mediciones de la biodiversidad
pueden arrojar como resultado distintos
énfasis y prioridades. La medición más
comúnmente utilizada es la riqueza o el
número de especies; sin embargo, no
existe una sola medición que abarque
todo.
Énfasis en la diversidad
Genes, especies y ecosistemas. El
nivel de biodiversidad en el que
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
1188
decidimos concentrarnos afectará
nuestras prioridades. Podemos
concentrarnos en el nivel genético, que
es el que se elige a menudo en
agricultura. O podemos hacerlo en
cualquier nivel hasta el ecosistema, lo
que es cada vez más frecuente a
medida que se comprende más acerca
de la naturaleza interconectada de las
relaciones en el ecosistema.
Especies particulares en
ecosistemas. Al considerar la diversidad,
también es importante tener en cuenta
los distintos tipos de especies presentes,
ya que algunas de ellas a menudo son
consideradas más importantes que
otras a los fines de la planificación de la
conservación (por ej., especies clave y
especies ingenieras del ecosistema)
Distribución
Tiempo. La biodiversidad puede
considerarse a distintas escalas
temporales. Por ejemplo, en el término
de un año, las poblaciones de especies
de un área determinada pueden
fluctuar en tamaño debido a la
migración; las diversas especies pueden
tener distinta longevidad, desde
semanas a cientos y cientos de años.
Variación geográfica en la
diversidad. Hay una gran variación
geográfica en la naturaleza. Algunas
áreas tienen más especies que otras. En
algunos casos, esto es simplemente una
función del tamaño: un área mayor
generalmente significa más cantidad
de especies. Pero ciertos hábitats, como
las islas, generalmente mantienen un
mayor número de especies. También
existe una tendencia geográfica; la
biodiversidad aumenta a lo largo de un
gradiente latitudinal: desde niveles más
bajos de biodiversidad alrededor de los
polos terrestres hasta picos de niveles en
los trópicos.
Especies raras: Cuando se evalúan
las distribuciones geográficas, es
importante considerar las especies
raras. Algunas se concentran en un
área, mientras que otras son raras en un
área, pero abundantes a una escala
mayor. El modo de distribución de una
especie puede afectar su
supervivencia.
Superposición de patrones de
diversidad. No es solamente el número
de especies el que difiere entre áreas,
sino las especies mismas. Por ejemplo,
los osos polares se encuentran en el
ártico, los monos araña en los trópicos;
sin embargo, dentro de ambientes
aparentemente similares puede haber
diferencias en cuanto a dónde
alcanzan su máxima diversidad las
especies pertenecientes a distintos
grupos (por ej., aves, mariposas, plantas,
ranas). Las áreas de superposición de
concentración de la diversidad de los
distintos grupos con frecuencia son
catalogadas como de alta prioridad
para los recursos limitados de
conservación.
Heterogeneidad. Las condiciones
ambientales no son uniformes en todo
un paisaje; por lo tanto, las especies
que habitan las áreas pueden estar
distribuidas de una forma heterogénea,
según la subyacente abundancia y
distribución de los recursos y las
características físicas (agua, nutrientes,
luz).
CCoonnsseerrvvaacciióónn
1199
Área y aislamiento
Islas y especies. La distancia que
separa a las poblaciones puede afectar
su tamaño, estructura y función. Esto
incluye no solamente a las islas reales
que existen en los cuerpos de agua, sino
también a las poblaciones terrestres que
están separadas entre sí (por ej., cimas
de montañas, fragmentos de bosque,
áreas protegidas rodeadas de tierras
con otros usos). Las islas naturales
también tienden a tener especies raras
y endémicas que evolucionaron en
situaciones de aislamiento.
Relaciones especiales
No-linealidad: umbrales y otros
efectos. La naturaleza interrelacionada
de un ecosistema significa que existe un
número de cambios inesperados y
repentinos que pueden ocurrir como
resultado de cambios en los
componentes del ecosistema (por ej.,
proliferación de algas a niveles críticos
de nutrientes, colapso de las
poblaciones de peces por debajo de
una cantidad mínima de adultos
reproductores).
Sistema dinámico
Disturbio. Los cambios en la
naturaleza pueden darse en forma
lenta, rápida, estacional y/o anual. Estos
cambios constituyen una parte integral
de los sistemas y deberían incluirse en el
conjunto de objetivos o condiciones de
conservación para un área. En las
especies presentes dentro de un sistema
la tendencia es que hayan desarrollado
respuestas a la frecuencia e intensidad
naturales de esos disturbios; nuevos
cambios en la intensidad o en el
alcance del disturbio, especialmente los
repentinos (en relación con el tiempo
evolutivo o ecológico) pueden originar
respuestas drásticas e impredecibles.
Evolución. El concepto clave de la
evolución es la variación genética sobre
la que pueden actuar fuerzas selectivas.
Existen cuatro procesos básicos de
cambio evolutivo. El primero es la
mutación, una modificación de la
secuencia del ADN causada por
agentes externos o por errores en la
replicación del ADN. El segundo es la
deriva genética, el cambio aleatorio de
la existencia de un gen particular en
una población. El tercero es la selección
natural o el proceso de supervivencia
del más apto. Y el cuarto es la
migración, la entrada y salida de
individuos de una población. La
variación genética es esencial para que
las poblaciones se adapten a los
cambios; en consecuencia, en los
planes de la conservación, es necesario
tener en cuenta la preservación de las
condiciones que permiten el
mantenimiento de los niveles naturales
de variación.
Movimiento. Muchas especies
migran y existen muchos tipos diferentes
de migración y a diferentes escalas (por
ej., migración continental, en altura).
Dichos movimientos deben ser
incorporados en los esfuerzos de
planificación de la conservación.
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
2200
5. Las presiones sobre la biodiversidad y sus
efectos
Los seres humanos dependen de los
recursos naturales para la subsistencia y
para enriquecer la vida. Pero el uso de
estos recursos, aun si se hace en forma
sustentable, tiene un impacto. Para
lograr el uso y la conservación a largo
plazo, resulta vital comprender la
manera en que nuestras actividades
impactan sobre estos recursos y ejercen
una amenaza. Existen varias fuentes
importantes de amenazas a la
biodiversidad (ver figura 1).
5.1 Eliminación del
ecosistema
Una de las amenazas más importantes
para la conservación es la eliminación
de ecosistemas completos,
fundamentalmente debido a la
conversión de hábitat en tierras
destinadas a la agricultura.
El crecimiento de la población es uno
de los factores más importantes que
conducen a esta conversión. A medida
que crece la población mundial,
disminuye la cantidad de tierra
cultivable disponible por persona. A su
vez, se necesita más tierra para proveer
alimentos y recursos básicos. Una
población en crecimiento también
significa que se destinan mayores
porciones de tierra a áreas urbanas.
Según el Servicio de bosques de los
Estados Unidos (U.S. Forest Service), en la
década de 1990, 14,6 millones de
hectáreas de bosque fueron
convertidas a espacios agrícolas o
urbanos. La conversión de la tierra
también se da cuando el propietario
percibe un valor más alto por sus tierras
una vez convertidas. En muchos países,
los gobiernos alientan la conversión de
tierras boscosas para un uso más
“productivo”, como la agricultura o las
actividades de explotación de recursos,
como la tala, la minería y la exploración
de petróleo.
Si bien se considera a menudo que la
conversión de la tierra afecta los
ecosistemas terrestres, también puede
afectar los sistemas marinos y los de
agua dulce. Muchas áreas marinas son
actualmente convertidas en áreas para
la acuicultura, o bien dragadas para
ganar nuevos terrenos. Los sistemas de
agua dulce suelen ser eliminados a
causa de la construcción de represas.
5.2 Degradación del
ecosistema
Algunos ecosistemas no son eliminados
por completo, pero son degradados a
causa de la actividad humana. Tal
degradación puede darse a partir del
uso de un recurso básico, como la tala
CCoonnsseerrvvaacciióónn
2211
selectiva, la extracción de plantas u
otras actividades de extracción.
La degradación también puede ocurrir
a causa de alteraciones al sistema,
resultantes de nuestro manejo del
ecosistema. Por ejemplo, en muchas
áreas la supresión de incendios
naturales puede cambiar la
composición del ecosistema. La caza
excesiva de especies depredadoras en
ecosistemas terrestres y marinos o de
agua dulce también puede ocasionar
la degradación. Algunas prácticas de
pesca, como aquella en la que se utiliza
cianuro, son especialmente
perjudiciales para la salud del
ecosistema.
Actualmente, la contaminación es
también una causa fundamental de la
degradación del ecosistema. Los
productos derivados de la industria –
como la lluvia ácida, la filtración de
aguas residuales, los derrames de
productos químicos– todo ello afecta la
salud de los ecosistemas. Las especies
exóticas, o no nativas, también son
responsables de los cambios en el
ecosistema. Esto es particularmente
problemático si la especie es invasora o
una especie exótica que desplaza a las
nativas por competencia y puede
ocasionar problemas al ecosistema o a
la salud humana. Por ejemplo, la
mangosta de manchas doradas
(Herpestes javanicus (auropunctatus)),
que es nativa de Asia oriental, fue
introducida en Mauricio, en las Antillas,
en Hawai y en las islas Fiji con el
propósito de controlar las ratas. Pero
como la mangosta no tiene un
depredador natural en las islas, su
población sufrió una explosión, lo que
causó la extirpación, o la extinción
local, de varias especies de aves,
reptiles y pequeños mamíferos.
5.3 Disminución y
eliminación de especies
Las presiones se pueden ver no solo a
nivel de ecosistema, sino también a
nivel de especies. La caza excesiva es
una de las mayores amenazas causante
de la declinación y la eliminación de las
especies En todo el mundo, la
carne de animales silvestres y la
de pescado ofrecen a las familias un
medio de bajo costo para obtener las
proteínas que necesitan. Pero a medida
que avanza la tecnología –con
instrumentos como el radar, los sistemas
de posicionamiento global y las armas
modernas– la pesca y la caza se
vuelven más eficientes y efectivas.
Grandes cantidades de peces fueron
explotadas hasta niveles considerados
como su máximo rendimiento
sustentable.
Asimismo, la caza para obtener carne
de animales silvestres alcanzó niveles
críticos en muchas partes del mundo,
especialmente en África y Asia. La
destrucción del hábitat también
representa una amenaza para los
animales. De hecho, muchos científicos
la consideran una de las principales
causas de extinción en la actualidad.
Para los animales migratorios, como la
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
2222
mariposa monarca, o que tienen
amplias áreas de acción, como los
jaguares, la destrucción del hábitat
puede ser particularmente perjudicial.
La disminución de las especies también
puede ser ocasionada por agentes
patógenos introducidos. La alteración
del hábitat puede significar la
introducción de nuevas enfermedades
a las que las especies no están
acostumbradas. Por ejemplo, en toda
África, la conversión de hábitat a tierra
para agricultura causó preocupación
por la transmisión de la fiebre aftosa del
ganado vacuno a la fauna silvestre
propensa a esta enfermedad, como la
jirafa, el jabalí verrugoso y el antílope.
Figura 1. Taxonomía preliminar de las amenazas directas a la biodiversidad (de Salafsky et al.
2002)
EJEMPLOS DE AMENAZAS DIRECTAS ESPECÍFICAS B
AMENAZAS GENERALES
a BOSQUE
SABANA, PASTIZALES,
DESIERTOS AGUA DULCE MARES, OCÉANOS
ELIMINACIÓN DEL
ECOSISTEMA C
Conversión a
tierra para
agricultura
parcelas donde
se aplica tala y
quema, granjas,
plantaciones,
establecimientos
agrícola-
ganaderos
Granjas,
establecimientos
agrícola-
ganaderos
Apropiación de
tierra para
agricultura
Acuicultura
Desarrollo
económico
Caminos,
represas, áreas
urbanas,
asentamientos
Caminos,
represas, áreas
urbanas,
asentamientos
Dragado,
construcción
de diques,
rellenado,
áreas urbanas
Dragado,
construcción de
diques,
rellenado, áreas
urbanas
Explotación de
elementos del
ecosistema
Tala rasa
Industrias
papeleras
Alto grado de
sobrepastoreo
Extensa
derivación de
agua
Extracción
intensiva de
corales, pesca
de arrastre,
pesca con redes
de deriva
Extracción de
minerales
Explotación
minera,
exploración de
pozos petroleros
Explotación
minera,
exploración de
pozos petroleros
Explotación
minera
exploración de
pozos
petroleros
Explotación
minera,
exploración de
pozos petroleros,
explotación
minera en el
fondo del mar
Cambio climático
Incendios de
gran magnitud,
sequía,
huracanes
Incendios de
gran magnitud,
sequía
Sequía
Salinización
Fluctuación de
la temperatura,
fluctuación del
nivel del mar.
CCoonnsseerrvvaacciióónn
2233
EJEMPLOS DE AMENAZAS DIRECTAS ESPECÍFICAS B
AMENAZAS GENERALES
a BOSQUE
SABANA, PASTIZALES,
DESIERTOS AGUA DULCE MARES, OCÉANOS
Degradación de
los ecosistemas c
Conversión
parcial
Tala selectiva Pastoreo Desviación de
agua
explotación de
corales
Contaminación
Lluvia ácida,
químicos tóxicos,
basura, lluvia
radioactiva
Lluvia
radioactiva
Lluvia ácida,
aguas
residuales,
químicos
tóxicos, restos
flotantes
Aguas residuales,
sedimento,
sustancias
tóxicas, derrame
de petróleo,
lluvia radioactiva
Presencia
humana
Turismo,
vehículos fuera
de caminos,
guerra y
actividad militar
Turismo,
vehículos fuera
de caminos,
guerra y
actividad militar
Embarcaciones
comerciales y
de recreación,
guerra y
actividad
militar
Turismo de
buceo, pesca
con cianuro y
con explosivos,
guerra y
actividad militar
Alteración del
ecosistema
Fragmentación,
incendios,
supresión del
fuego,
extracción de
depredadores
Fragmentación,
incendios,
supresión del
fuego,
extracción de
depredadores
Cambios en el
patrón de
salinidad
Descoloramiento
de los corales
supresión de los
depredadores
Especies exóticas
Introducción o
escape de
plantas y
animales
Introducción o
escape de
plantas y
animales
agua de lastre
Introducción o
escape de
plantas y
animales
agua de lastre
Introducción o
escape de
plantas y
animales
DISMINUCIÓN Y
ELIMINACIÓN DE
ESPECIES
Sobreexplotación
de especies
Caza,
recolección
Caza,
recolección
Pesca, caza Pesca, caza
Disturbio físico
alteración de la
nidificación y de
la migración
alteración de la
migración
Alteración de
la migración,
toma de
plantas
hidroeléctricas
Alteración de la
migración y de
la reproducción
Agentes
Patógenos
Efectos de
enfermedades y
de la
contaminación
Efectos de
enfermedades y
de la
contaminación
Efectos de
enfermedades
y de la
contaminación
Efectos de
enfermedades y
de la
contaminación
a Amenazas directas en sentido genérico
b Ejemplos de amenaza en distintos tipos de biomas
C Las columnas no se excluyen mutuamente por completo: por ejemplo, hay obviamente una
zona gris entre la eliminación y la degradación del ecosistema.
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2244
6. Planificación de la conservación
6.1 Inventario y
conocimiento
Una vez que se determinó que un área
es un posible sitio de conservación,
generalmente se lleva a cabo un
inventario biológico, cuyo contenido
varía pero, en general, se establecen las
características del ecosistema, qué
especies están presentes, etc.
The Nature Conservancy, por ejemplo,
utiliza una Evaluación Ecológica Rápida
(Rapid Ecological Assessment) para
caracterizar la vegetación y los grupos
taxonómicos, para producir mapas de
base y conducir análisis de amenazas,
entre otros aspectos. Del mismo modo,
Conservation International tiene un
programa de Evaluación Rápida que
realiza intensos censos de los
ecosistemas a corto plazo.
6.2 Determinación de las
prioridades
Uno de los mayores desafíos en
conservación es determinar dónde
asignar recursos escasos.
Los ejercicios de determinación de
prioridades son una forma de asegurar
la mayor probabilidad de que se logren
nuestros objetivos de conservación y se
preserve la condición deseada. La
priorización generalmente consiste en
cierto ranking de criterios considerados
importantes, como el número de
especies, su rareza, amenazas, etc.
El enfoque que elegimos depende de lo
que tratemos de lograr. World Wildlife
Fund, por ejemplo, priorizó sus objetivos
sobre la base de la biodiversidad. Por
otro lado, Conservation International le
dio prioridad a sus objetivos basados en
los hotspots o puntos calientes de
biodiversidad: hábitats que albergan
especies endémicas actualmente
amenazadas.
CCoonnsseerrvvaacciióónn
2255
7. Intervenciones en la conservación
Los enfoques de la ciencia de la
conservación cambiaron a través del
tiempo, lo que se ve cuando
recogemos información sobre qué
estrategias funcionan, dónde y cuándo.
El enfoque utilizado depende en gran
medida de las condiciones sociales y
ecológicas del área. Por lo tanto, no
existe una única receta que pueda
resolver todos los problemas de
conservación, ni siquiera hay una
receta para resolver una categoría de
problemas ambientales, como las
especies invasoras. Ante cada
problema, debemos preguntar ¿qué
estrategia sería más eficiente en las
siguientes condiciones? En general, los
enfoques pueden considerarse en
cuatro grandes categorías. (basado en
Salafsky et al. 2002, ver Figura 2)
A. Protección directa
La protección directa fue uno de los
primeros enfoques en conservación. En
realidad, uno de los primeros logros del
movimiento conservacionista moderno
fue la creación de áreas protegidas en
los Estados Unidos. La idea era sencilla:
simplemente se reserva un área por
conservar y se limita y se regula toda la
actividad humana que allí se desarrolla.
De esta manera, los hábitats, las
especies y los procesos ecosistémicos,
todos se encuentran protegidos. Este
abordaje tuvo éxito en muchas áreas,
pero también hubo casos en los que no
resultó un modelo apropiado. A medida
que crecieron las comunidades locales
que rodeaban las áreas protegidas, se
hizo cada vez más difícil alejar a la
gente de estos recursos.
En la década de 1970, la United Nations
Educational Scientific and Cultural
Organization (UNESCO) (Organización
Cultural, Científica y Educativa de las
Naciones Unidas) desarrolló el modelo
del hombre y la biosfera como una
variante del modelo tradicional de área
protegida. El modelo de la biosfera
incorporó las necesidades de las
comunidades circundantes por medio
de la zonificación del área protegida
de acuerdo con diferentes niveles
de uso aceptable. Desde ese
momento, las áreas protegidas
continuaron evolucionando hacia la
satisfacción de las necesidades de la
situación local.
En la actualidad, existen distintos tipos
de áreas protegidas que permiten una
gama de usos diversos: por ejemplo, los
parques nacionales generalmente
prohíben el uso de recursos pero
permiten la recreación, mientras que las
reservas extractivas conceden a los
grupos participantes derechos de
usuario para el uso de recursos
específicos.
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2266
Cuadro 3. Protección estricta frente a uso
Si bien las áreas protegidas fueron parte del movimiento conservacionista desde su
comienzo, en los últimos tiempos su papel ha sido objeto de debate. Un intercambio
reciente publicado en la revista científica Conservation Biology con respecto al papel del
uso que hace el hombre en las áreas protegidas ilustra los aspectos más importantes del
debate. Schwartzman, Nepstad y Moreira argumentaron que los seres humanos siempre
tuvieron un papel en la naturaleza y que, por lo tanto, se les debería permitir continuar con
las actividades en las áreas protegidas, particularmente en aquellas que están rodeadas
por áreas densamente pobladas. Sin embargo, Terborgh alegó que el modelo de uso, tal
como está presentado, es inestable y que el uso en áreas protegidas tiene impactos
inaceptables, aún cuando esté regulado. Robinson y Redford también participaron en
apoyo del razonamiento de Terborgh en cuanto a que el uso realmente tiene impactos que
no son insignificantes.
Finalmente, el hecho de que un área de reserva deba ser estrictamente protegida o se
pueda permitir su uso dependerá de las condiciones del área circundante. Por ejemplo, en
áreas como la Amazonia, donde trabajan Schwartzman, Nepstad y Moreira, las
comunidades tienen una larga historia de uso y manejo de estos recursos; por lo tanto,
puede tener sentido incorporar este uso y el conocimiento en el manejo de las áreas
protegidas. Sin embargo, dicho uso aún necesita ser modificado para ajustarlo a la
situación actual, ya que los niveles históricos de uso eran muy diferentes de los niveles
actuales. Y en muchos casos no solo las comunidades locales están interesadas en utilizar
los recursos de un área protegida, sino también un número de actores externos, como el
sector de tala o las empresas mineras. Además, también es necesario considerar la salud
del ecosistema que está fuera del área protegida y su ubicación en relación con otras
áreas de protección. Es posible que las áreas que están rodeadas de tierras severamente
degradadas de ningún modo resulte el sitio más apropiado para ser áreas protegidas,
mientras que las áreas que están circundadas por ecosistemas en buenas condiciones o
conectadas con otros espacios verdes pueden ser candidatas más apropiadas para una
protección estricta.
B. Cambio de incentivos
Actualmente, la mayoría de las
amenazas más importantes a la
biodiversidad son consecuencia de las
actividades que llevan a cabo las
poblaciones humanas. Con el fin de
reducir estas amenazas, es necesario
cambiar los incentivos que motivan
estas acciones.
En muchos casos, los incentivos se
basan en las necesidades de
subsistencia y de sustento. Muchos
enfoques de conservación, por lo tanto,
se concentran en el diseño de
esquemas de generación de nuevos
ingresos. Por ejemplo, los proyectos
integrados de desarrollo y conservación
CCoonnsseerrvvaacciióónn
2277
(ICDPs en inglés) se basan en la idea de
actividades de sustitución: una
actividad puede ser sustituida por otra
que tenga menor impacto sobre el
recurso de interés. En estos casos, se
diseñan distintos tipos de proyectos
para incorporar las necesidades de las
comunidades así como las de
conservación. Por ejemplo, en muchas
áreas desarrollaron empresas de
ecoturismo a pequeña escala, para
apartar a las personas de actividades
basadas en la extracción de recursos
de un área natural. La idea es que las
comunidades sustituyan el ingreso que
habrían percibido a través de las
actividades de extracción con un
ingreso basado en actividades de
servicio a los turistas (como oficiar de
guía de turismo).
Otro tipo de abordaje basado en el
cambio de incentivos es el de los pagos
directos. La idea sobre la que se basa
este método es pagar a las personas
para que no utilicen un recurso. Por
ejemplo, si una comunidad depende
de un ingreso generado a partir de
actividades en un bosque cercano, en
un escenario de pago directo, podría
recibir una compensación igual a la
que obtendrían de sus actividades en el
bosque. Al hacerlo, seguirían
generando el mismo ingreso, pero el
recurso no se vería afectado.
Además de los mecanismos basados en
establecer cambios a través del
incentivo positivo, también están
aquellos basados en los incentivos
negativos. Un ejemplo conocido es la
campaña para boicotear las prácticas
de pesca de atún que ponían en
peligro a los delfines. Dada la
efectividad de esta campaña, muchas
empresas cambiaron sus métodos de
pesca e incluyeron solamente aquellos
que serían considerados “seguros para
los delfines”.
C. Legislación y políticas
La legislación y las políticas aportan la
infraestructura legal y social para
asegurar que el público adhiera a las
medidas de conservación. Existen en
todos los niveles: desde el local hasta el
mundial. Por ejemplo, en el caso de la
caza de fauna silvestre, las leyes
locales pueden limitarla a ciertas
especies y temporadas de caza. A
nivel mundial, existen leyes y políticas
para regular la cantidad y las especies
de animales que pueden ser
comercializadas o vendidas. Además,
existen varios mecanismos de litigio y de
observancia para asegurar que estas
leyes y políticas sean obedecidas. Por
ejemplo, en los Estados Unidos, las
agencias no gubernamentales a
menudo demandan a las empresas que
se considera que no han seguido estas
reglamentaciones.
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
2288
Cuadro 2. Aspectos económicos en la conservación
Muchos esfuerzos de conservación dependen de subsidios directos otorgados por
organizaciones donantes públicas y privadas. Pero, en realidad, existen varios mecanismos
de conservación. Entre los abordajes comunes se encuentran:
Servidumbre. Una restricción legal sobre la tierra, que limita o prohíbe el desarrollo con
el fin de proteger el hábitat. A menudo esto se traduce en un beneficio fiscal u otros
beneficios económicos para el propietario de la tierra.
Proyectos integrados de Conservación y Desarrollo. Proyectos basados en la idea de
actividades de sustitución: la creación de una nueva actividad económica para
disminuir la presión sobre las actividades económicas basadas en el recurso en
cuestión.
Pagos directos. Pagos a individuos u organizaciones para que no exploten un recurso,
en contraposición al pago por manejarlo de una manera particular.
Permisos canjeables. Permisos que las entidades pueden canjear y que les permiten
producir una cierta cuota de contaminación.
Canje de deuda por naturaleza. Un mecanismo que le permite a un país o a una
empresa negociar su deuda con el acreedor por medio de la financiación de
proyectos de conservación de la biodiversidad.
Prospección biológica. La búsqueda de información bioquímica y genética en fuentes
naturales que puede utilizarse para el desarrollo de productos de aplicación
farmacológica, agronómica u otras.
Fondos fiduciarios. Activos financieros que están legalmente restringidos a un fin
específico y que son administrados por un consejo de administración.
Pago por servicios ambientales. Pagos a individuos u organizaciones por el
mantenimiento de ecosistemas que proveen servicios ambientales a la sociedad,
como el agua limpia.
Aranceles por la extracción de recursos. El pago a cambio de la extracción de ciertos
recursos. (adaptado de http:guide.conservationfinance.org)
D. Educación y sensibilización pública
La mayoría de los esfuerzos de
conservación incluyen algún tipo de
educación o toma de conciencia
ambiental, ya que demostró ser un
componente esencial de los proyectos
efectivos. Sin embargo, la forma de este
componente educativo varía
enormemente. Los programas de
educación formal pueden incluir cursos
de sensibilización ambiental, caminatas
en contacto con la naturaleza para
niños o cursos de posgrado de biología
de la conservación. Los enfoques
informales pueden ser del tipo de
campañas de sensibilización pública,
como el ejemplo del boicot a la pesca
de atún, mencionado anteriormente. En
todos los tipos de enfoques educativos,
existen numerosos medios para
comunicar los mensajes deseados, ya
sea a través de libros, sitios de Internet o
programas de televisión.
CCoonnsseerrvvaacciióónn
2299
Figura 2. Nombre de los enfoques más importantes (tomado de Salafsky et al. 2002)
PROTECCIÓN Y MANEJO LEGISLACIÓN Y POLÍTICAS EDUCACIÓN Y
SENSIBILIZACIÓN CAMBIO DE INCENTIVOS
Áreas protegidas *
Legislación y tratados * Educación formal* c
Emprendimientos de
conservación*
Reservas y parques:
categorías de UICN I &
II (Kenya Wildlife
Service)
(Servicio de Vida
Silvestre de Kenia)
Desarrollo de tratados
internacionales
(Convención sobre la
diversidad Biológica)
Desarrollo de los
programas escolares
(Fondo Mundial para
la Naturaleza
Ventanas a la vida
silvestre)
(World Wildlife Fund
Windows on the
Wild)
Vinculados
por ej., ecoturismo
(Salafsky &
Wollenberg
2000)
Parques privados
(Langholz et al. 2000)
Presión a los gobiernos
(Sierra Club)
Enseñanza a los
alumnos de
posgrado
(Jacobson 1990)
No vinculados
Por ej., empleos
para los cazadores
furtivos
(Salafsky &
Wollenberg 2000)
Paisajes manejados* b Acatamiento y
organismos de control*
Educación no formal* c
Uso de la presión del
mercad*
derechos de
servidumbres para la
conservación
(Gustanski 2000)
áreas protegidas
marinas comunitarias
(Parks & Salafsky 2001)
Desarrollo de estándares
legales (Convención
sobre el comercio de
especies amenazadas)
control de acatamiento
de los estándares
(TRAFFIC)
Entrenamiento en
medios de
comunicación
destinado a
científicos (Jacobson
1999) extensión al
público vía museos
(Domroese & Sterling
1999)
Certificación:
incentivos positivos
(Forest Stewardship
Council, Consejo de
Manejo Forestal)
boicots: incentivos
negativos (Rainforest
Action Network
(Red de acciones
para los bosques
tropicales lluviosos)
Especies protegidas y
manejadas* Litigios* Educación informal* c
Alternativas
económicas*
Prohibición de la
matanza de ciertas
especies (Convención l
para la reglamentación
de la caza de la
ballena)
Manejo de animales
utilizados para la
producción de pieles
(Freese 2000)
juicio criminal
(U.S. Fish & Wildlife
Service, Servicio de
Pesca y Vida Silvestre de
los Estados Unidos)
demandas civiles
(Sierra Club)
Campañas en los
medios de
comunicación
(Greenpeace)
Sensibilización de la
comunidad (Public
Interest Research
Groups, Grupos de
investigación sobre el
interés público)
Restauración de
especies y del hábitat*
Acción coercitiva*
Confrontación moral*
Pagos por la
conservación*
Reintroducción de
depredadores( U.S. Fish
Implementación de
sanciones (U.S. Fish &
Desobediencia civil
(Greenpeace)
Pagos en
compensación por
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
3300
PROTECCIÓN Y MANEJO LEGISLACIÓN Y POLÍTICAS EDUCACIÓN Y
SENSIBILIZACIÓN CAMBIO DE INCENTIVOS
& Wildlife Service)
recreación de sabanas
y praderas (Stevens
1995; Dobson et al.,
1997a)
Wildlife Service)
acciones militares /
cuidado de la
naturaleza (Terborgh
1999)
eocsalvajismo/
ecoterrorismo
(EarthFirst!)
desempeño (Ferraro
2001) canjes de
deuda
pornaturaleza
(Conservation
International)
Protección ex-situ* Desarrollo y reforma de
las políticas* Communication*
Valores no
monetarios*
Cría en cautiverio
(zoológicos, acuarios y
jardines botánicos)
banco de genes
(Banco de semillas Kew
Gardens Millenium)
Investigación sobre
opciones en políticas
( World Resources
Institute)
promoción de la
devolución del control
(Wyckoff-Baird et al.
2000)
Publicaciones
ambientales (Island
Press)
redes en Internet
forests.org)
Valores espirituales,
culturales, spiritual,
cultural, de
existencia
(Ehrenfeld 1981)
vínculos con la salud
humana (Meffe
1999)
a Las columnas contienen categorías amplias de herramientas. Cada columna contiene cinco
enfoques amplios (*) y luego dos ejemplos de estrategias más específicas dentro de cada enfoque.
La implementación de cada estrategia implica el uso de herramientas de conservación específicas
(no mencionadas). Para cada estrategia, también se brinda un ejemplo de una organización
conocida por la aplicación de dicha estrategia y/o una referencia que la describe y la define. La
cita de una organización que usa una herramienta no implica que sea la única herramienta que usa
o que es el único grupo que la utiliza.
b Esta categoría incluye esencialmente acciones de conservación en tierras manejadas para la
producción de recursos naturales que no están encuadradas en las categorías I V de UICN ( World
Conservation Union 1994).
c Los términos utilizados son los empleados por Fien et al. (1999)
8. Monitoreo y evaluación
En materia de conservación, el
monitoreo y la evaluación pueden
definirse como la colección sistemática
y el análisis de datos, usualmente de un
proyecto o programa específico. El
monitoreo y la evaluación
generalmente se usa para comprender
los efectos del manejo de un
ecosistema. Por ejemplo, a menudo se
los aplica para comprender cómo una
intervención está afectando la
condición deseada de un proyecto de
conservación: en otras palabras, si un
proyecto apunta a reducir la presión de
caza alrededor de un área protegida,
puede controlar la actividad de caza y
los niveles poblacionales de una
especie animal para determinar si el
CCoonnsseerrvvaacciióónn
3311
proyecto es efectivo o no. Esta
información puede ser incorporada
luego en el manejo del proyecto para
asegurar que es factible adaptar el
proyecto en la forma necesaria para
lograr su objetivo.
Hace poco tiempo que el monitoreo y
la evaluación se encuentran incluidos
en los proyectos de conservación y aún
enfrentan una serie de desafíos. A
menudo se los excluye de los planes de
conservación hasta una vez que el
proyecto ya está en marcha, lo que
imposibilita la recolección de datos de
base. Si no existe un mecanismo para
incorporar los datos en el ciclo del
proyecto, la información a menudo solo
le sirve a los donantes y no para el
manejo adaptativo. Muchos proyectos
también limitan sus esfuerzos de
monitoreo a una evaluación rápida, lo
que da solo una instantánea de lo que
realmente ocurre, y así se pierden
cambios que pueden darse en el
sistema. En la actualidad, los esfuerzos
de monitoreo enfrentan desafíos
adicionales relacionados con la escala,
ya que muchas organizaciones están
elevando sus puntos de interés a nivel
de ecosistema. Por ejemplo, si el
proyecto es a pequeña escala, pero el
monitoreo es a nivel regional, será difícil
discernir el impacto del proyecto en el
sistema.
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
3322
9. Bibliografía consultada
Groves, C.R. 2003. Drafting a conservation blueprint: a practitioner’s guide to planning for
biodiversity. Island Press, Washington, DC.
Redford, K. H., and S. Sanderson. 2000. “Extracting humans from nature.” Conservation Biology
14:1362-1364.
Salafsky, N., R. Margoluis, K.H. Redford, & J. Robinson 2002. “Improving the practice of
conservation: a conceptual framework and research agenda for conservation science.”
Conservation Biology 16 (6), 1469-1479.
Schwartzman, S., A. Moreira, and D. Nepstad. 2000. “Rethinking tropical forest conservation: Perils
in parks.” Conservation Biology 14:1351-1357.
Terborgh, J. 2000. “The fate of tropical forests: a matter of stewardship.” Conservation Biology
14:1358-1361.
Proyecto Andes-Amazonia
Financiado por la Fundación Gordon and Betty Moore
Programa de Política y Ciencias Ambientales – OET
Director: PhD Andrew Chek
Coordinador: Leandro Castaño Betancur
Traducción al español: Jorgelina Brasca
Adaptado: Andrew Chek
Revisores: Andrew Chek y Leandro Castaño
Betancur
Diseño: Liliana Jiménez Bernal
Este documento se basó en el trabajo de Cheryl
Margoluis
CCoonncceeppttooss CCllaavvee SSoobbrree llaa CCoonnsseerrvvaacciióónn
3333
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1. ¿Qué es la Ciencia de la Conservación?
En esencia, la conservación de la
naturaleza consiste en asegurar un
conjunto representativo de
biodiversidad y su persistencia a largo
plazo. Comprende una serie de
elecciones: dónde asignar recursos
limitados, tanto en términos de tipo de
actividades como de puntos
geográficos.
Para emprender la conservación, los
planificadores, los responsables de las
políticas, los manejadores y otros
profesionales deben ser conscientes de
algunos conceptos clave de la ciencia
que sirven de base a la conservación.
Entre las consideraciones más
importantes para determinar las
prioridades que apuntan a lograr la
conservación, se encuentran algunos
hechos relacionados con la naturaleza,
su distribución, funcionamiento y
medición.
Este módulo tiene por objeto presentar
un panorama general de algunas de las
consideraciones clave que deben
tenerse en cuenta al establecer
prioridades, evaluar políticas o diseñar
proyectos de conservación.
1.1 Aspectos transversales
Escala. En toda la naturaleza se
encuentran diferencias de escala.
Dichas diferencias pueden tener un
papel importante en la determinación
de cómo fijar las prioridades.
Espacialmente, la escala afecta el
centro de atención geográfico. Por
ejemplo, podemos concentrarnos en el
ecosistema de una laguna o en el del
océano Pacífico.
La escala temporal también influye en
el centro de atención. El período de
vida de un insecto puede contarse en
días, mientras que el de un mamífero de
gran tamaño puede contarse en
décadas y el de un árbol, en cientos de
años. Una persona que trabaja con
insectos generalmente tiene un plan
temporal y espacial muy diferente del
de quien se dedica a los mamíferos de
gran tamaño.
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
3344
La escala también es importante por
cuanto las especies diferentes tienen
distintos requerimientos espaciales. Por
ejemplo, para algunas especies, un
área pequeña podría representar todo
el hábitat, mientras que para otras
especies, la misma área es simplemente
el hábitat de una población de la
especie e, inclusive, sólo parte del área
por la que se desplazan en un solo día.
Por último, debido a que la naturaleza
consiste en sistemas conectados, los
impactos a una escala determinada
pueden tener implicancias en todo el
sistema. Por ejemplo, es claro que talar
un solo árbol en un bosque es muy
distinto de talar 1.000 árboles; pero los
impactos de tales intervenciones
dependen enormemente de la escala
del ecosistema: por ejemplo, el
ecosistema ¿contiene 10.000 o 1.000.000
de árboles en total? La realidad nos
dice que cualquier cambio produce un
efecto a alguna escala. En la
conservación y el manejo, resulta
significativa la reflexión acerca de
determinar la importancia relativa o el
impacto de dicho efecto.
Sistemas. El concepto de un sistema
interrelacionado se encuentra en toda
la naturaleza.
La cadena alimentaria es quizás el
ejemplo más conocido de dicho
sistema, donde cada uno de los
componentes de la cadena está
vinculado a varios otros componentes.
Un cambio en una especie puede
afectar potencialmente a muchas
otras. Por ejemplo, en el noroeste del
Pacífico, en las costas de los Estados
Unidos, los cambios sufridos por las
poblaciones de estrellas de mar (Pisaster
ochraceus) afectan en gran medida los
niveles poblacionales de una especie
de mejillón, Mytilus californicus. La
estrella de mar es un depredador del
mejillón; cuando los niveles de la estrella
de mar son bajos, el mejillón desplaza
por competencia a todos los otros
macroinvertebrados intermareales, lo
que reduce la biodiversidad del
ecosistema. En ecosistemas tropicales,
donde los depredadores superiores,
como los jaguares, los pumas y el águila
harpía, fueron exterminados por los
cazadores, los mamíferos de tamaño
mediano, como los agutíes, los coatíes,
los perezosos y los monos aulladores,
tienen niveles poblacionales mucho
más altos que en las áreas donde están
presentes los depredadores superiores.
Tales cambios en los niveles
poblacionales pueden tener efectos
cascada: por ejemplo, la extracción de
un depredador superior y el
consiguiente aumento en la cantidad
de mamíferos de tamaño mediano,
como los herbívoros, puede
afectar enormemente las
poblaciones vegetales.
Las relaciones entre las partes de un
sistema biológico pueden ser
extraordinariamente complejas. La
comprensión del modo en que un
sistema responderá a distintas escalas
espaciales y temporales se hace más
difícil a medida que la cantidad de
elementos y, por ende, las relaciones,
aumentan. Es un desafío aún mayor si
consideramos que la ciencia no
CCoonncceeppttooss CCllaavvee SSoobbrree llaa CCoonnsseerrvvaacciióónn
3355
dispone de un conocimiento acabado
de todas las especies. Ambos factores
se dan en las regiones tropicales, donde
se encuentra la mayor concentración
de las especies del planeta, la mayoría
de las cuales todavía no han sido
descriptas científicamente.
Consideraciones específicas
Biodiversidad
La biodiversidad existe en todos los
niveles
En el meollo de la conservación
yace el concepto de
biodiversidad, o diversidad
biológica.
Definida en términos simples, es la
variedad que se encuentra en la
naturaleza, desde los ecosistemas
hasta los genes.
Los genes son los elementos de
información que codifican partes de un
organismo – la colección específica de
genes y su número y disposición es
fundamentalmente lo que hace a una
araña distinta de un murciélago o de
una flor o de un tiburón. Pero existe
cierta variación genética incluso dentro
de los individuos. Esta variación,
transportada como un conjunto
disperso en todos los individuos que
componen una población de una
especie, es la materia prima para la
adaptación, de generación en
generación, ante condiciones
cambiantes –un reservorio adaptativo
que se mantiene lleno y se renueva a
través de los procesos naturales de
mutación.
Las especies están conformadas por
poblaciones de individuos. Las especies
son la unidad más común que se usa en
conservación. Son siempre
genéticamente diferentes entre sí hasta
cierto punto, generalmente porque
están aisladas de otros tipos similares en
lo que respecta a la reproducción. Por
ejemplo, las ballenas no pueden
aparearse con las algas marinas,
algunas especies de ballenas podrían
aparearse entre sí, desde el punto de
vista físico, pero no producirían crías con
vida; otras especies muy emparentadas
no se aparean, aun cuando ello es
fisiológicamente posible. Estas barreras
reproductivas ayudan a definir las
especies y crean la divergencia entre
ellas a través del proceso gradual de
mutación genética, adaptación y
deriva genética de sus grupos de genes
aislados.
Los ecosistemas son grupos de especies
que interactúan y los componentes
físicos y químicos de los que ellas
dependen. Generalmente, nos
referimos a ellos como si fueran sistemas
cerrados con límites precisos: por
ejemplo, nos podríamos referir al
ecosistema de un lago o de un bosque.
Si bien esto ayuda a definirlo y a
describir los componentes más
importantes que nos interesan, es
necesario recordar que las especies y
los elementos pueden traspasar estos
límites, y de hecho lo hacen. Por
ejemplo, el agua y el carbono ingresan
y egresan de un bosque, como lo
hacen algunos pájaros, mamíferos,
insectos, semillas y el polen, entre otros
componentes. Los flujos de materia y
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
3366
energía de este tipo dentro de un
ecosistema y entre ecosistemas se
denominan procesos del ecosistema y
constituyen las conexiones
enormemente importantes que hacen
que el ecosistema sea un sistema y no
un simple grupo de organismos. Para
más detalles sobre los procesos del
ecosistema, ver el Cuadro 2.
2. Biodiversidad desconocida
Muchos grupos son apenas conocidos,
en términos de descripción básica y de
función. Los biólogos identificaron y
describieron alrededor de 1.700.000
especies, pero cada año se identifican
aproximadamente 20.000 nuevas
especies. Solo una pequeña fracción
de estas nuevas especies fue estudiada
en detalle.
Las estimaciones actuales del número
total de especies que existen sobre la
Tierra oscilan entre 3 millones y 100
millones, y los cálculos más aproximados
señalan entre 10 y 14 millones. Estas
estimaciones varían ampliamente
porque se basan en evidencia
incompleta o indirecta.
Históricamente, la ciencia se concentró
en la macro fauna y en la macro flora
(por ej., aves, mamíferos, árboles) que
en general son más fáciles de encontrar
y de estudiar; sin embargo, aún es
imposible conocer con exactitud la
distribución de todas estas especies en
un momento determinado. La mayoría
de las especies son pequeñas (como los
insectos); éstas también representan la
amplia mayoría de las especies no
descriptas hasta el momento.
El ritmo al que se descubren las nuevas
especies, el conocimiento sobre el
número promedio de especies nuevas
encontradas cuando se estudian
nuevos sitios y el número de sitios que
resta evaluar sistemáticamente, todo se
combina para brindar estimaciones del
número real de especies que se
encuentran sobre el planeta. Aun si se
consideran las especies ya descriptas,
su cantidad total y el conocimiento
insuficiente que tenemos sobre muchas
de ellas –su papel y sus interacciones–
resulta difícil predecir cómo
responderán a los cambios los
ecosistemas de los cuales ellas son
parte. Es como si en la naturaleza
tuviéramos una enormemente compleja
serie de máquinas interconectadas y le
hubiéramos dado nombre solamente a
un pequeño porcentaje de las partes,
mucho menos a su función; el resto de
las partes podemos inferirlo pero no
tenemos idea de lo que hacen y a qué
CCoonncceeppttooss CCllaavvee SSoobbrree llaa CCoonnsseerrvvaacciióónn
3377
están conectadas. Así, en muchos
casos, nos vemos obligados a usar
estimaciones y sustituciones al
establecer las prioridades o al planificar,
incluso al investigar, los efectos del
cambio en el ecosistema.
Las mediciones de la biodiversidad
están fundamentalmente vinculadas a
las dimensiones temporales y espaciales
y a las escalas. Por ejemplo, se puede
hablar de la cantidad de especies que
hay en un determinado árbol, en la
cima de una montaña, en un lago, país
o región; todos estos lugares implican un
área definida y un momento (por
ejemplo, otoño, la corriente de El Niño
de 1983, el período Jurásico tardío).
No hay una sola forma de medir la
biodiversidad. Las diferentes mediciones
destacan las distintas características de
la biodiversidad. La cantidad o la
riqueza de las especies en un área
determinada es un índice importante
de la biodiversidad de cualquier
espacio dado, aun cuando no logre
captar características tales como la
abundancia relativa que cada una de
las especies presenta. Un área que
tuviera tres especies, con una
proporción numérica similar (33% cada
una) tendría la misma riqueza de
especies que una en la cual las
proporciones fueran (98, 1, 1%) pero
tendría muy distinta uniformidad
(abundancia relativa).
La riqueza continúa siendo el índice más
común de biodiversidad porque es la
información más fácil de recoger.
Existen diversos niveles de riqueza por
considerar, que están ligados a la
escala espacial.
La biodiversidad alfa es equivalente a la
riqueza de especies de un área
definida. La diversidad beta se refiere al
cambio en la diversidad alfa a lo largo
de un gradiente ambiental: el número
de especies nuevas que se incorpora a
medida que se van agregando nuevos
ecosistemas. Por ejemplo, si se
encuentran especies completamente
diferentes en dos ecosistemas
adyacentes, la diversidad beta es
considerada alta. La diversidad beta se
usa comúnmente en el desarrollo de
áreas protegidas con el siguiente
criterio: cuanto más alta la diversidad
beta, más especies pueden protegerse
por unidad de área.
Las áreas protegidas que contienen
gradientes altitudinales generalmente
tienen alta diversidad beta. Finalmente,
la diversidad gama se refiere a la
riqueza de especies a una escala
regional o mayor. La diversidad gama
es considerada comúnmente como la
suma de la diversidad alfa y de la beta.
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
3388
3. Aspectos importantes en la diversidad
3.1 Genes, especies y
ecosistemas
El nivel de biodiversidad en el que nos
concentramos influye en nuestras
prioridades. Por ejemplo, en agricultura,
al tratar la conservación de cultivos
alimenticios, el foco de atención está
puesto a menudo en la genética.
La mayoría de las organizaciones
conservacionistas, sin embargo, siempre
se concentraron en las especies; por lo
tanto, las especies actúan como
representantes de todo el sistema.
Tradicionalmente, debido a la relativa
facilidad para recoger datos sobre la
presencia individual de especies, la
mayor parte de los planes de
conservación ha considerado el patrón
de la biodiversidad en el espacio y en el
tiempo.
No obstante, a medida que se van
adquiriendo mayores conocimientos
sobre la naturaleza interconectada de
los ecosistemas y la necesidad de
conservar todo el sistema, muchos
científicos incluyen procesos (corrientes
de agua, ciclado de nutrientes,
regímenes de fuego) que son inherentes
a los ecosistemas a diferentes escalas, o
usan una combinación de mediciones a
nivel de especies y de ecosistemas.
Este artículo de base refleja el mayor
énfasis que se pone actualmente en los
patrones; de todos modos es
aconsejable remitirse al Cuadro 2 para
mayor información sobre el papel de los
procesos del ecosistema.
3.2 Especies particulares
dentro de los ecosistemas
Al considerar la diversidad, también es
importante tener en cuenta los distintos
tipos de especies presentes, ya que
ciertas especies a menudo son
consideradas más importantes que
otras a los fines de planificar la
conservación. Existe una variedad de
términos para describir el papel
funcional de distintas especies en un
ecosistema.
Las especies clave, por ejemplo, son
consideradas desproporcionadamente
importantes para el
mantenimiento y el equilibrio de
la integridad de la comunidad. Por
lo tanto, los planificadores de la
conservación pueden poner énfasis en
el manejo de una especie determinada
por sobre otras, como las nutrias marinas
en el ecosistema del océano Pacífico,
ya que han demostrado tener un efecto
significativo no sólo sobre sus presas,
sino también sobre la biomasa de
plantas marinas.
Los planificadores también pueden
concentrarse en las especies paraguas:
aquellas que, al ser protegidas, se
CCoonncceeppttooss CCllaavvee SSoobbrree llaa CCoonnsseerrvvaacciióónn
3399
considera que brindan protección a un
gran número de especies coexistentes.
Por ejemplo, los planificadores de la
conservación en Florida apuntan a
proteger el oso negro para, a la vez,
brindar protección a aquellas especies
que están “debajo de su paraguas”,
como las urracas de matorrales, la
serpiente índigo y una variedad de
especies de halcones.
Las especies ingenieras del ecosistema
son aquellas que tienen una influencia
de gran alcance en su hábitat, que
modifican la diversidad local de la flora
y de la fauna, como el castor (Castor
canadensis). También podemos
describir especies según su estatus de
distribución. Por ejemplo, las especies
endémicas –aquellas que son nativas y
están confinadas a una determinada
región– pueden constituir una alta
prioridad para los esfuerzos de
conservación, porque su restringida
distribución significa que pueden tener
una mayor posibilidad de extinguirse.
Existen designaciones adicionales que
pueden ser útiles para los profesionales
de la conservación, que no son ni
funcionales ni geográficas. Las especies
bandera son especies carismáticas que
seducen al público y tienen
características que las convierten en
buenos símbolos a través de los cuales
se pueden dar a conocer problemas de
conservación: el oso panda es uno de
los mejores ejemplos conocidos. Es
importante destacar que las
definiciones antes mencionadas no se
excluyen mutuamente. Por ejemplo, los
casuarios (ratites) son especies clave
endémicas de Papúa Nueva Guinea y
Queensland del Norte.
Cuadro 1. Dónde y cómo preservar
Las distintas prioridades y los diferentes abordajes de las organizaciones conservacionistas
pueden llevar a la confusión. Algunas organizaciones tienen focos de interés específicos,
como una especie o una ubicación geográfica que están tratando de preservar, mientras
que otras tienen un mandato de conservación más general. Dada la multitud de
organizaciones conservacionistas que existen, puede ser difícil comprender las diferencias
que hay entre ellas. En un artículo recientemente publicado en Conservation Biology,
Redford et al. (2003) evaluaron los enfoques y las prioridades de conservación más
importantes de las organizaciones conservacionistas. Los autores encontraron que de las 13
instituciones que estudiaron, 12 se centraban en la ubicación geográfica de los esfuerzos de
conservación; en otras palabras, en dónde conservar. Entre ellas se encontraban: Global
200 de WWF, Hotspots de Conservation Internacional, las áreas tropicales más importantes
de vida silvestre y una amplia definición de prioridades. Nueve organizaciones trataban
cómo conservar, lo que incluía la conservación de sitios críticos, conservación de
ecorregiones, un enfoque del paisaje y la conservación del sitio. Algunas organizaciones
trataban los dos enfoques: dónde y cómo conservar, como la Fundación Africana de Vida
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
4400
Silvestre (AWF por su nombre en inglés), el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife
Fund - WWF), Conservación Internacional (Conservation International, CI), la Sociedad para
la Conservación de la Flora y la Fauna (Wildlife Conservation Society -WCS), The Nature
Conservancy (TNC), e English Nature. Las diferencias entre los centros de atención que cada
organización elige son, en gran medida, un reflejo de los aspectos de biodiversidad en los
que ponen énfasis y sus convicciones acerca de la mejor estrategia para preservar la mayor
biodiversidad o la biodiversidad “más importante” o la “más representativa” o la “más
amenazada”. Por ejemplo, Conservación Internacional tiene como fin preservar áreas de
alta riqueza de especies, de alto endemismo de especies y muy amenazadas por la
actividad humana; en consecuencia, ha priorizado sus esfuerzos de conservación según los
puntos calientes (hotspots) para especies de varios grupos importantes (plantas, ranas, aves,
etc.). Por otro lado, el WWF se concentra en áreas de “niveles excepcionales de
biodiversidad”, los que definen como aquellos que tienen un alto número de especies, altas
tasas de endemismo, o aquellos con fenómenos inusuales o evolutivos. Esta diferencia en sus
objetivos influye en sus prioridades y, por lo tanto, en el modo de generar proyectos de
conservación en todo el mundo.
4. Distribución
4.1 Tiempo
La biodiversidad puede considerarse a
distintas escalas temporales. Por
ejemplo, en el transcurso de un año, las
poblaciones de una especie en un área
determinada pueden fluctuar en
tamaño debido a la migración.
A escalas temporales más amplias, un
área puede cambiar su composición en
forma natural, como por ejemplo
cuando una zona recientemente
quemada es colonizada por malezas y
gradualmente, a través de la sucesión,
se desarrolla hasta llegar a ser un
bosque maduro. En períodos más
prolongados, o en “tiempo evolutivo”
(generalmente de miles a millones de
años), evolucionan nuevas especies y
otras se extinguen poco a poco, lo que
altera una vez más la composición de la
biodiversidad en un lugar determinado.
En efecto, se cree que el 99% de las
especies que alguna vez habitaron la
Tierra durante los últimos 20 mil millones
de años se encuentran extinguidas en el
presente.
Es importante tener en cuenta que la
extinción es un proceso natural a cierta
tasa de fondo, pero las tasas actuales
son mucho más elevadas de lo que
habrían sido de no haber mediado el
impacto humano. Por lo general, las
especies de un ecosistema se han
adaptado a la velocidad, la extensión y
la intensidad de los cambios naturales.
La alteración artificial de estos
parámetros, especialmente cuando ello
ocurre rápidamente comparado con el
ritmo natural de cambio, como llevar
CCoonncceeppttooss CCllaavvee SSoobbrree llaa CCoonnsseerrvvaacciióónn
4411
repentinamente a la extinción a una o
más especies, cambiar los cursos de
agua, extraer una cobertura arbórea
importante, cosechar un gran número
de frutos o introducir una nueva especie
(exótica), puede tener consecuencias
significativas, incluso drásticas e
irreversibles, para el sistema.
4.2 La variación geográfica
en la diversidad
Es necesario que los profesionales de la
conservación sean conscientes de la
variación geográfica de la diversidad
en la naturaleza y de las implicancias
de dicha variación. Algunas áreas
tienen más especies que otras. En
algunos casos, se trata simplemente de
una función del tamaño: manteniendo
el resto de los factores constante, un
área de mayor tamaño significa en
general mayor cantidad de especies,
simplemente porque hay más cambios
en factores físicos como los suelos, el
agua, el clima, lo que a su vez tiene
influencia sobre qué especies se dan en
dicha área. Pero, si mantenemos el
área constante, ciertas áreas
naturalmente albergan un mayor
número de especies. Por ejemplo, las
islas generalmente tienen un número
mayor de especies por unidad de área
debido a procesos evolutivos ligados a
su aislamiento.
Del mismo modo, algunas áreas que
están a ciertas latitudes contienen más
especies; en efecto, existe un gradiente
de biodiversidad que va desde niveles
más bajos alrededor de los polos
terrestres a niveles pico en los trópicos.
Los bosques tropicales son los mejores
ejemplos de áreas de alta
biodiversidad. En general, contienen
mayor cantidad de especies de todos
los tipos de organismos más importantes
(por ej., aves, mamíferos, anfibios,
peces, insectos y plantas) que en las
áreas templadas. Solamente
representan el 6% de la superficie
terrestre, pero albergan más de la mitad
de las especies conocidas en el mundo.
Por ejemplo, Groenlandia contiene 56
especies de aves nidificantes, el estado
de Nueva York, 105; Guatemala, 469 y
Colombia, 1.395. Aproximadamente el
30% de las 9.040 especies de aves del
mundo se encuentran en la cuenca
amazónica y otro 16% en Indonesia.
4.3 Especies raras
Al explorar las distribuciones
geográficas, es importante considerar
las especies raras. Es otro término que
está naturalmente ligado a la escala.
Algunas especies se concentran en un
área, mientras que otras son raras en un
área pero abundantes cuando se
considera una escala más grande. De
este modo, podemos hablar de
combinaciones como “raras a nivel
mundial pero abundantes a nivel local”,
o lo contrario, “raras localmente, pero
abundantes a nivel mundial”.
La manera en que se distribuye una
especie puede afectar su
supervivencia. Por ejemplo, las especies
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
4422
endémicas son naturalmente más
susceptibles a la extinción, en particular
si sus poblaciones son pequeñas,
debido a que las presiones que sufren
(p. ej., degradación o destrucción del
hábitat) tienen un impacto
desproporcionado. Las que están más
dispersas o tienen poblaciones más
grandes generalmente corren menor
riesgo de extinción a causa de un solo
hecho catastrófico. Por ejemplo, si una
especie de árbol se encuentra en todo
el Amazonas, es menos probable que se
extinga a partir de un incendio a
pequeña escala que si se encontrara
solamente en un único parche de un
bosque de unas pocas hectáreas.
4.4 Superposición de
patrones de diversidad
Pero también es importante destacar
que no es solo el número de especies
que difiere entre áreas, sino las especies
mismas. Los osos polares se encuentran
en el Ártico, los monos araña se
encuentran en los trópicos. Si estamos
interesados en preservar los osos
polares, el centro de atención
geográfico es necesariamente diferente
del de quien se encuentra trabajando
con los monos arañas. Este aspecto es
importante cuando se trabaja a una
escala menor, ya que las áreas que
consideramos homogéneas a menudo
contienen distintos parches de
diversidad, los que pueden diferir para
distintos grupos.
La selva amazónica, por ejemplo, tiene
diferentes patrones de máximo
endemismo de especies de aves que
de mariposas. Este tipo de información
es de importancia crítica para la
ubicación de áreas protegidas. Las
restricciones sobre los recursos
disponibles para la conservación a
menudo significan tener que elegir un
área y no otra; por lo tanto, los patrones
de superposición y los datos
subyacentes sobre la distribución de
especies constituyen la información
biológica más importante para los
esfuerzos de conservación.
4.5 Bordes y límites
Al pensar en patrones de superposición
y en la planificación de la conservación
es importante recordar que a menudo
es muy difícil marcar una línea definida
donde termina un ecosistema y
comienza otro. Las distribuciones de las
especies suelen cambiar a lo largo de
un gradiente en combinación con los
cambios en las propiedades físicas
subyacentes de un lugar (por ej., los
suelos, el agua, la luz solar, la
temperatura). De acuerdo con esto,
aunque hablemos de los ecosistemas
como grupos de especies distintos que
no se superponen, la realidad es que a
menudo tienen límites indefinidos y
comparten algunas especies entre sí.
Algunos límites de los ecosistemas
parecen tener un borde relativamente
bien definido, o rígido, como el que se
encuentra entre un bosque y un
CCoonncceeppttooss CCllaavvee SSoobbrree llaa CCoonnsseerrvvaacciióónn
4433
campo. Algunas especies hasta
explotan preferentemente dichos
márgenes y es común encontrar mayor
riqueza de especies allí, ya que las
especies de ecosistemas adyacentes se
superponen, a menudo en busca de
alimento. La mayoría de estas especies
no son especialistas de borde y
pertenecen a los ecosistemas
adyacentes más importantes,
representados en este ejemplo por el
bosque o el campo.
En el caso de los bosques, los bordes
pueden caracterizarse por mayor
exposición al viento, posiblemente
mayor depredación, diferencias en la
luz y la humedad, entre otros. Estos
efectos pueden llegar hasta bien
adentro del bosque (por ej., > 100 m). En
este caso, parches muy pequeños de
bosque, como un cuadrado de 200 m
de lado, realmente no tendrían área
interior libre de efectos de margen. A
causa de una mayor fragmentación del
bosque (por ej., debido a la
construcción de caminos y a
actividades agrícolas) la proporción de
borde a espacio interior aumenta
drásticamente. Esto es importante
porque la mayoría de las especies de
un bosque son las denominadas
especies del interior del bosque y
parecen evitar las condiciones
generadas por los bordes.
Hay bordes o límites que son evidentes
para el hombre, como las líneas de un
mapa, pero con frecuencia, incluso
generalmente, no significan nada para
los animales o las plantas. Por ejemplo,
aunque el Parque Nacional Serengeti
tiene bordes definidos para el hombre,
los leones se desplazan dentro y fuera
de los límites del parque. De acuerdo a
esto, los planificadores de la
conservación deben tener muy en
cuenta el contexto externo de un área
protegida, especialmente qué
actividades humanas se desarrollan allí
o lo harán en el futuro.
5. Fragmentación del hábitat en parches
Otra característica importante de la
naturaleza que se debe considerar en la
planificación de la conservación es la
fragmentación en parches. Las
condiciones ambientales no son
uniformes en todo el paisaje. Por
ejemplo, hasta un bosque continuo se
compone de áreas con diferente
altitud, suelos, drenaje, luz solar y
exposición al viento. Estas diferencias
influyen sobre qué plantas y qué
animales utilizan distintas áreas, ya que
cada especie tiene preferencia por una
combinación o un parche de hábitat
especial. Los parches existen a distintas
escalas, como así también a distintos
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
4444
“granos”: para un jaguar que ve al
mundo en grano grueso, un lago del
bosque podría ser un lugar para tomar
agua en algunos momentos, ya que se
desplaza varios kilómetros en el día,
mientras que para una rana y su visión a
menor grano, el lago puede ser el lugar
donde pasa toda su vida. En este
paisaje de parches de distintas escalas
y granos, cada especie puede estar
distribuida localmente como una
metapoblación, o varias poblaciones
más pequeñas, conectadas por el
intercambio de individuos que se
desplazan entre ellas. Este movimiento
suele ser importante para la persistencia
de poblaciones de individuos. Brinda
una combinación de material genético,
lo que es importante para la
adaptación. Además, puede minimizar
el impacto de eventos fortuitos sobre
una población cualquiera –por ej., el
nacimiento de cría compuesta de todos
machos – por el intercambio con otras
poblaciones. De acuerdo con esto, los
esfuerzos de conservación deben incluir
no solo los parches favorecidos por una
especie dada, sino también la conexión
de corredores existentes entre ellos. La
conectividad es particularmente
importante para las especies que
poseen grandes áreas de acción,
poblaciones dispersas o hábitos
migratorios (por ej., muchos
depredadores de gran tamaño, aves,
algunos insectos). En los últimos años se
ha convertido en un aspecto
importante de la planificación en
conservación a todas las escalas
espaciales.
6. Área y aislamiento
6.1 Islas y especies
La distancia entre las poblaciones
puede afectar su tamaño, estructura y
función. Mucha información que
tenemos acerca de las relaciones
especie-área deriva de observaciones
acerca de cómo colonizan,
evolucionan y se extinguen en las islas
las poblaciones de plantas y animales.
Si bien se arribó a las conclusiones
originales a partir de información
basada en islas de tierra en el agua, la
información también se puede aplicar a
todas las poblaciones que están
separadas (por ejemplo, las de las
cimas de las montañas o las que están
en claros separados que reciben luz
solar en un dosel de bosque que, de
otra forma, sería continuo). Esta
aplicabilidad más amplia de la teoría y
de la observación es lo que las hace
tan valiosas para la conservación en la
actualidad. A medida que el paisaje se
continúa fragmentando, estos
pequeños hábitats que quedan se
convierten en islas separadas de otros
hábitats similares, por ejemplo, por un
camino o un campo de cultivo. En
muchos países, las áreas protegidas
cada vez funcionan más como islas de
CCoonncceeppttooss CCllaavvee SSoobbrree llaa CCoonnsseerrvvaacciióónn
4455
hábitat natural rodeadas de “mares” de
tierra cuyo uso fue convertido a
producción agrícola, al desarrollo
urbano o que fueron seccionadas por la
infraestructura del transporte. La teoría
de la biogeografía de islas, como se
conoce esa parte del conocimiento,
ayuda en la actualidad a los
planificadores a manejar estos
fragmentos y a comprender la
dinámica y las trayectorias de las
poblaciones que se encuentran dentro
de ellos y cómo el área y el tamaño
pueden afectarlos.
Algunas de las principales lecciones
aprendidas de las islas que se dan
naturalmente son:
El número de especies disminuirá
con el aumento del aislamiento; en
otras palabras, las islas que están más
alejadas de la tierra principal, o de la
población principal, tendrán menos
especies.
Las islas más grandes contienen y
sustentan más especies, en parte
porque contienen más tipos de hábitats
y más poblaciones.
El endemismo es más común en
islas más remotas y dentro de grupos
con dispersión menos importante.
Estas lecciones aportan algunos
lineamientos principales para la
creación y el mantenimiento de áreas
protegidas. Por ejemplo, las especies
tienen menos posibilidades de
extinguirse en áreas protegidas más
grandes o en aquellas áreas que están
conectadas o más cerca de áreas de
recolonización que aquellas especies
que están en áreas pequeñas y muy
aisladas.
Las islas naturales suelen contener un
alto nivel de biodiversidad que
evolucionó durante miles de millones de
años. Una compleja combinación de
aislamiento y contingencia histórica hizo
de estas áreas puntos calientes
(hotspots) de innovación adaptativa,
con frecuencia porque la primera
especie colonizadora que llegó a
nuevas islas encontró muchos roles
ecológicos vacantes, o nichos, y con el
tiempo se ocuparon por medio de la
radiación adaptativa. Como la
colonización o la dispersión desde las
islas es limitada y como las especies de
islas se adaptaron siempre a las
condiciones particulares que
encontraban allí, las islas tienden a
tener un alto porcentaje de especies
endémicas.
Se pueden apreciar ejemplos de este
tipo en Indonesia, Madagascar y Hawai.
Solo Madagascar tiene entre 8.000 y
12.000 especies vegetales en la isla, de
las cuales el 80% se cree que son
endémicas, es decir, que no existen en
ninguna otra parte del planeta. La
biodiversidad de las islas tiende a estar
bajo mayores amenazas que sus pares
del continente; una razón importante es
que las poblaciones de las islas suelen
estar limitadas en su capacidad de
escapar de las amenazas y a menudo
no hay otras poblaciones que puedan
recolonizar un área donde se produjo la
pérdida de una especie.
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
4466
7. Relaciones entre especies
7.1 No linealidad, umbrales
y otros efectos
La naturaleza interrelacionada de un
ecosistema significa que, al manejarlo,
puede darse una cantidad de efectos
indirectos. Los efectos cascada son
aquellos que caen como catarata a
través de más de un nivel trófico. Por
ejemplo, en una serie de islas de
Venezuela donde no había presencia
de depredadores de vertebrados, se
encontraron mayores densidades de
roedores, monos, iguanas y hormigas
cortadoras de hojas (10 a 100 veces
más que en el territorio continental
cercano). Este aumento creó efectos
cascada sobre la vegetación de las
islas, que resultó en una reducida
densidad de renovales y plántulas de
los árboles que componen el dosel.
Los ecosistemas también pueden
cambiar debido a efectos
acumulativos: efectos generados como
resultado de diversas cuestiones,
posiblemente separadas. Por ejemplo,
los cambios que están teniendo lugar
en el ecosistema ártico, como los del
nivel del hielo, no se atribuyen a una
sola causa, sino a un cambio climático,
a químicos tóxicos, a la radiación UV-B,
a la sobreexplotación de los recursos, a
la explotación de recursos no
renovables, a la construcción de
represas y los cambios en el curso
superior de los ríos y a actividades que
se desarrollan fuera de la zona ártica.
Además, los efectos individuales
pueden tener, a su vez, efectos
sinérgicos o que interactúan, lo que
dificulta aún más la búsqueda del
origen de los cambios. En los
ecosistemas también hay desfases
espaciales y temporales. Por esta razón,
puede ser difícil percibir los impactos
directos que tienen nuestras acciones.
Un buen ejemplo de este desfase
puede apreciarse en las plantas de
flores que dependen de la polinización,
cuando disminuye el número de
polinizadores. Muchas poblaciones de
especies polinizadoras están declinando
debido a la exposición a pesticidas.
Dichas disminuciones a menudo
también generan disminuciones en las
poblaciones de plantas que dependen
de estas especies, pero estos
cambios se suelen observar
luego de un retardo temporal.
La Unión Mundial para la Naturaleza
(World Conservation Union) predice que
20.000 especies de plantas con flores
desaparecerán en las próximas
décadas, en parte debido a las
disminuciones en las poblaciones de
polinizadores. Por esta razón, los
esfuerzos para preservar las plantas
también tienen que incluir las amenazas
a las especies polinizadoras. Por
ejemplo, un estudio sobre la disminución
de las especies de muérdago, llevado a
cabo en Nueva Zelanda, recomendó
CCoonncceeppttooss CCllaavvee SSoobbrree llaa CCoonnsseerrvvaacciióónn
4477
que los esfuerzos de conservación
incluyan el mantenimiento de
poblaciones nativas de aves.
Los ecosistemas también pueden tener
umbrales, o condiciones más allá de las
cuales se pueden producir cambios
dramáticos y abruptos o repentinos en
el sistema y en la forma en que
funciona. Por ejemplo, científicos
encontraron que en el noroeste de
Zimbabue no existía una relación entre
la densidad del asentamiento humano
y la densidad de la población de
elefantes, hasta que la densidad de la
población humana llegó a 16 personas
por km2. Al llegar a ese umbral, las
poblaciones de elefantes
desaparecieron. Al parecer, en ese
punto, las poblaciones de elefantes se
vuelven muy fragmentadas y sus
hábitats no pueden incluir el área de
acción de la manada de cría. Por ende,
los elefantes generalmente abandonan
el área completamente, la que se
convierte en paisaje dominado por el
hombre.
Entre otros ejemplos, se encuentran las
masas de algas, cuando una
concentración de nutrientes en su
umbral (a menudo por la escorrentía
agrícola) resulta en un repentino
crecimiento de algas que pueden
consumir el oxígeno del agua y matar a
otros organismos (por ej., peces) o el
colapso de poblaciones de peces
donde los adultos reproductores
disminuyen por debajo de un nivel
mínimo para sostener a una población y
esta cae vertiginosamente. Un efecto
umbral es un ejemplo de una relación
no lineal. Son comunes en ecología y se
refieren al caso general en que la
relación entre dos factores no cambia
en forma constante y proporcional a
como varía cada uno.
Cuadro 2. Procesos del ecosistema
Tradicionalmente, una gran parte de la planificación de la biodiversidad se ha dedicado al
patrón, a la existencia de especies, de poblaciones o de ecosistemas en el paisaje en un
momento dado. Estos elementos generalmente son los más fáciles de medir, tales como
ubicar una especie de ave determinada como parte de la evaluación de la biodiversidad
de un sitio, o la interpretación de imágenes de teledetección para obtener una idea de la
composición vegetal. Como resultado, el patrón ha sido el centro de atención dominante
en la planificación y en las bases de datos de conservación. En efecto, gran parte de este
artículo de base se centra en elementos de patrón. A menudo es más difícil y lleva más
tiempo –y por lo tanto se lo hace menos– la evaluación de los flujos con los ecosistemas que
componen los procesos que dan vida, que sustentan y que hacen del ecosistema un
sistema de partes interactivas. Los procesos conocidos del ecosistema incluyen el ciclado
de nutrientes, los ciclados hidrológicos (del agua a través del suelo y de organismos que
interactúan con ambos elementos –doseles de los árboles, sistemas digestivos– antes de ser
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
4488
devueltos a la atmósfera), secuestro de carbono (el consumo de dióxido de carbono por
parte de las plantas y el almacenamiento de moléculas de carbono).
Otros procesos importantes, pero que reciben menor atención, incluyen la polinización de
las flores, la dispersión de semillas y la formación del suelo. Los procesos del ecosistema en
general van más allá e incluyen características de los sistemas naturales, como las
inundaciones o los incendios, que influyen en qué especies pueden darse naturalmente allí
y a menudo cuáles pueden prosperar gracias a adaptaciones específicas a estos procesos.
Las consideraciones clave para la conservación y el manejo son cómo estos procesos, entre
otros, se ven afectados por la presencia, la abundancia y la distribución de las especies en
un lugar y un momento dados. Por ejemplo, diversas plantas tienen distinta habilidad para
secuestrar carbono; distintas coberturas vegetales pueden influir en la cantidad y la
ubicación de las lluvias, en cuánta erosión se da y en la extensión de la inundación. La
consideración de los procesos, cómo las especies los afectan, cómo los cambios en los
procesos se afectan entre sí y a las especies en reacciones en cadena y en cascada
complica enormemente tanto la evaluación como el establecimiento de prioridades en la
conservación. Sin embargo, el reconocimiento de que los ensambles naturales funcionales
de especies incluyen estos procesos difíciles de comprender ha llevado a un énfasis más
reciente en ellos como metas a ser incluidas en la planificación de la conservación y su
ejecución.
Además, durante los últimos 10 a 15 años aumentó el interés en cuáles son los procesos
ecosistémicos que brindan beneficios o servicios a los seres humanos. Si bien las
estimaciones del componente de “servicio” global que tiene la naturaleza ascienden a
billones de dólares por año, muy pocas son reconocidas en los mercados económicos, de
modo que la mayoría de los servicios, como la polinización de árboles frutales de
explotación comercial, permanecen como “procesos”, considerados valiosos pero difíciles
de ser captados por el mercado tradicional. Se brindó más atención en valuar el secuestro
de carbono y el agua (calidad, cantidad, permanencia) y hay muchos ejemplos a
pequeñas escalas de mercados para estos servicios. Un ejemplo son las comunidades que
habitan en las zonas de cursos superiores de los ríos, que negocian la protección de la
cobertura de bosques de una cuenca a cambio del pago por parte de las comunidades
ubicadas en el curso inferior. Con un mayor énfasis puesto en los servicios ecosistémicos
como una razón para involucrarse en actividades conservacionistas, surgió una avalancha
de preguntas que buscan comprender, y de ese modo manejar, los mecanismos que
sostienen estos servicios. Por ejemplo, ¿las plantaciones de baja diversidad son tan buenas
en la provisión de servicios de agua o de captación de carbono como lo son los bosques
naturales? ¿La maximización de la protección del agua incluye la compensación de
ventajas y desventajas de otros servicios y cuál es su importancia? Existe evidencia bien
asentada de que la biodiversidad (medida por la riqueza de especies) puede impactar
positivamente en la provisión de servicios ecosistémicos, aunque no siempre. Las líneas de
investigación más importantes actualmente apuntan a preguntas como: ¿algunas especies
son más importantes que otras en la provisión de servicios? ¿Existen umbrales de cantidad
de especies por debajo de los cuales los servicios disminuyen? Estas preguntas también son
clave para la conservación; el grado en el que los servicios naturales son “mejores” en la
provisión de servicios que los sistemas manejados o los agrícolas agregará más o menos
CCoonncceeppttooss CCllaavvee SSoobbrree llaa CCoonnsseerrvvaacciióónn
4499
peso al argumento en pro de la conservación de estas áreas en un estado y extensión más
o menos natural. Mientras tanto, los planificadores de la conservación están abocados a
asegurar que en la selección de sitios para la conservación o en el diseño de intervenciones
con el fin de consolidar áreas, se tomen en cuenta los modos en que los organismos están
conectados entre sí, así como que influyan o estén influidos por el paisaje físico a través de
los flujos de materia y energía. La conservación de un individuo, población, especie o
ecosistema en un estado natural inevitablemente significa tener en cuenta estas
conexiones que a menudo están ocultas.
8. Elementos Dinámicos
La mayor parte de los trabajos
realizados en conservación consideró
elementos de patrón; es decir, cómo los
individuos, las poblaciones, las especies
y los ecosistemas están distribuidos en el
tiempo y en el espacio. Sin embargo, se
está dando mayor atención a los
procesos. Algunos de estos procesos se
destacan a continuación. Para más
detalle, ver el Cuadro 2.
8.1 Disturbio
La naturaleza es dinámica, desde los
genes hasta los ecosistemas. Los
cambios en la naturaleza pueden
ocurrir en forma lenta, rápida,
estacional, anual, predecible o
impredecible. Por ejemplo, los cambios
más lentos pueden ser resultado de la
sucesión, un patrón no estacional,
direccional y continuo de extinción y
colonización en un sitio. La sucesión
puede convertir gradualmente un
pastizal en un bosque. También pueden
observarse cambios lentos en el
aspecto genético, por ejemplo en
mutaciones, cuya acumulación y
filtración paulatinas en el tiempo llevar a
cambios dentro y entre especies. Por el
contrario, los cambios muy rápidos
pueden derivarse de disturbios como el
fuego o las inundaciones.
La mayor parte de la flora y de la fauna
en un ecosistema dado se han
adaptado a tales disturbios naturales en
términos de la frecuencia, la escala y la
intensidad del disturbio. Por ejemplo, al
caer un árbol en un bosque tropical, se
abre un gran claro que genera un
espacio abierto que recibe luz solar,
donde las condiciones son diferentes
del área circundante.
Los disturbios naturales a esta escala son
parte del ciclo por el cual se establecen
nuevos árboles. Las estaciones pueden
ser consideradas como disturbios
regulares y periódicos de un tipo –ya
sea divididas en lluviosas y secas o frías y
cálidas– cada una está ligada a
cambios en las condiciones y en los
recursos. La migración es una de las
formas en que las especies se adaptan
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
5500
a dichos cambios, simplemente
trasladándose a otros lugares para
aprovechar nuevos recursos. La
alteración de la frecuencia de dichos
cambios, de los momentos en que
suceden, de su ubicación o escala, o
de la forma en que las especies se
acomodan a ellos (por ej., interrupción
de las rutas migratorias) afectará al
ecosistema. De acuerdo con esto, con
frecuencia los conservacionistas tratan
de incorporar los disturbios naturales en
sus planes para un área y de
protegerlos.
8.2
Evolución
La evolución es otro elemento dinámico
de la naturaleza. La evolución puede
definirse de muchas maneras, pero
básicamente es un cambio en las
propiedades de las poblaciones que
trasciende el período de vida de un solo
individuo. Los cambios evolutivos
acumulados, distribuidos entre
diferentes formas, son finalmente
responsables de la biodiversidad que
hoy apreciamos.
La clave de la evolución es la variación
genética dentro de las poblaciones y su
cambio en el tiempo.
Hay cuatro procesos básicos del
cambio evolutivo:
1) La mutación es la fuente de nuevas
variantes genéticas; consiste en una
modificación de una secuencia del
ADN causada por agentes externos o
errores en la replicación de ADN dentro
de un individuo y la subsiguiente
propagación de esa nueva variante en
la población. Las variantes genéticas
podrían afectar cualquier parte de un
organismo a un grado menor o mayor:
por ejemplo, un color, el
comportamiento, estructura o proceso
fisiológico. Otros procesos moldean la
distribución y la persistencia de
variantes genéticas particulares, o
materia prima, generada por la
mutación.
2) La selección natural, o el
procedimiento de supervivencia del
más apto, por el cual nuevas variantes
genéticas que confieren una ventaja
sobre sus portadores sobreviven en
generaciones subsiguientes en mayores
números y, por lo tanto, se reproducen y
dispersan.
3) La deriva genética, o el cambio
aleatorio de la existencia de un gen
particular en una población que resulta
de hechos fortuitos (pequeñas
poblaciones tienden a experimentar
más fluctuaciones fortuitas extremas en
frecuencias de genes debido a la
deriva genética).
4) La migración, el movimiento de
individuos con diferentes variantes
genéticas entre poblaciones. Estas
fuerzas causan cambios en las
frecuencias de las variantes de los
genes en las poblaciones y son
esencialmente el motor de la evolución.
Estos factores significan que es
CCoonncceeppttooss CCllaavvee SSoobbrree llaa CCoonnsseerrvvaacciióónn
5511
imposible predecir la trayectoria de la
evolución en un momento dado. Por
ejemplo, una mutación puede ser
beneficiosa en un ambiente, pero
perjudicial en otro. La única certeza es
que para que ocurran el cambio
evolutivo y la adaptación de los
organismos debe haber variación
genética. Los procesos que disminuyen
la variación tienden a disminuir el
potencial de evolución. Así, los
planificadores de la conservación
tratan de incorporar el potencial de
evolución a las prioridades y a los
diseños: por ej., tratan de mantener la
conectividad natural/la migración entre
poblaciones, lo que ayuda a mantener
la diversidad genética.
8.3 Movimiento
El movimiento también es un
componente dinámico que debe ser
incorporado en la planificación de la
conservación. La migración es una de
las causas más importantes de
movimiento en la naturaleza. Algunos
de los tipos más importantes de
migración incluyen el desplazamiento
de animales:
Norte y sur (latitudinal)
Hacia abajo y hacia arriba de un
accidente geográfico (altitudinal)
Para tener cría (reproductivo)
Durante un cambio de
temporadas (estacional)
La migración brinda un claro ejemplo
de por qué en la planificación de la
conservación es tan importante
conectar parches de hábitat y
mantener todo el hábitat usado por una
población a lo largo de los ciclos de
vida de los individuos (Ver Cuadro 3).
Cuadro 3. Migración de las mariposas monarca
Cada otoño, las poblaciones de la mariposa monarca, Daneaus plexippus, responden a
indicios de temperatura y duración del día, y comienzan su migración para escapar del
clima frío y encontrar plantas nutrientes para las larvas (especies de euforbiáceas). Las
poblaciones que se encuentran al oeste de las Rocosas migran hacia la costa de California,
mientras que las poblaciones que están al este de las montañas migran hacia un bosque de
abeto balsámico 70 millas (112,65 km) al oeste de la ciudad de México. Su viaje puede
llegar hasta 2.000 millas (3.200 km), de mayor distancia que la migración de cualquier otra
mariposa tropical. Cuando están en su hábitat de invierno, los adultos que migran entran en
un estado de descanso (diapausa), lo que les permite esperar a ser sexualmente maduros y
reproducirse cuando vuelve al norte. Pero actualmente este ciclo se ve amenazado por las
actividades de tala en los bosques de abetos de México. La tala no solo destruye su hábitat
sino que también aumenta la temperatura general de los bosques. Las mariposas monarca
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
5522
son sensibles a los cambios de temperatura. A 60 grados (F) dejan de volar y entran en
diapausa. Pero si la temperatura es mucho más alta, continuarán volando; así, no entran en
diapausa ni completan su ciclo de vida. Por lo tanto, los planes de conservación dirigidos a
proteger a las mariposas monarca deben asegurar que sus hábitats del norte, del sur y del
área que conecta los hábitats estacionales estén protegidos. Muchas consideraciones de
este tipo son apropiadas para especies de aves que pasan el invierno en los trópicos y se
reproducen en América del Norte o en Europa, o a las tortugas marinas que pueden
nidificar solamente en una o algunas playas y pasan el resto de sus vidas adultas en el mar
9. Bibliografía consultada Primack, R. 2002. Essentials of conservation biology. Sinauer Associates, Inc, MA.
Redford, K.H. et al. 2003. Mapping the Conservation Landscape. Conservation Biology 17(1):116-
131.
Salafsky, N. and R. Margoluis, K. H. Redford, and J. G. Robinson. 2002. Improving the Practice of
Conservation: a Conceptual Framework and Research Agenda for Conservation Science.
Conservation Biology 16(6):1469-1479.
Proyecto Andes-Amazonia
Financiado por la Fundación Gordon and Betty Moore
Programa de Política y Ciencias Ambientales – OET
Director: PhD Andrew Chek
Coordinador: Leandro Castaño Betancur
Traducción al español: Jorgelina Brasca
Adaptado: Andrew Chek
Revisores: Andrew Chek y Leandro Castaño
Betancur
Diseño: Liliana Jiménez Bernal
Este documento se basó en el trabajo de Cheryl
Margoluis
SSeerrvviicciiooss EEccoossiissttéémmiiccooss
5533
PPPAAANNNOOORRRAAAMMMAAA GGGEEENNNEEERRRAAALLL::: SSSEEERRRVVVIIICCCIIIOOOSSS YYY PPPRRROOOCCCEEESSSOOOSSS DDDEEELLL
EEECCCOOOSSSIIISSSTTTEEEMMMAAA
1. ¿Qué es un ecosistema?
Un ecosistema es un sistema formado
por la interacción de una comunidad
de organismos con su medioambiente
físico. Los límites del ecosistema están
definidos según la escala de interés de
quien lo observa; por ejemplo, la
comunidad de organismos de un solo
árbol muerto caído en descomposición
o la comunidad de organismos de todo
un bosque que contiene árboles en
dicho estado.
En general, podemos afirmar que un
ecosistema está formado por
componentes bióticos, o con vida,
como los herbívoros, los carnívoros o los
productores primarios, así como
componentes abióticos, como la
temperatura, el agua y los compuestos
químicos naturales.
Estos componentes están
interrelacionados; por ende, un cambio
en uno de ellos puede afectar a otros
elementos del sistema. La cadena
alimentaria constituye un buen ejemplo
de la naturaleza interrelacionada de los
ecosistemas. Las cadenas alimentarias
están compuestas de productores,
como las plantas, que convierten la
energía del medioambiente en
biomasa utilizable; consumidores
primarios, como los herbívoros, que
generalmente se alimentan de los
productores; los consumidores
secundarios, como los carnívoros, que
se alimentan de los productores
primarios, y así sucesivamente.
Un ejemplo simple de una cadena
alimentaria se puede apreciar en un
ecosistema de bosque de una isla
venezolana, donde las plantas son los
productores primarios; los roedores, los
monos y las iguanas, los consumidores
primarios, y los jaguares y las serpientes,
los consumidores secundarios. En un
experimento controlado se eliminaron
todos los depredadores de la isla, lo que
condujo a un aumento significativo de
los roedores, los monos y las iguanas, y
luego a una alta disminución de las
plántulas y de los arbustos. Esta
alteración del ecosistema demuestra no
solo la naturaleza interconectada de los
ecosistemas, sino también su efecto
cascada.
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
5544
Uno de los procesos clave en los
ecosistemas que funcionan
naturalmente es el ciclado de
materiales, que son utilizados por las
plantas y los animales para funcionar,
crecer y reproducirse. Hay varios ciclos
importantes en un ecosistema: el ciclo
del nitrógeno, del fósforo, del azufre;
pero hay dos de ellos que en la
actualidad son controlados de cerca
por los manejadores de recursos: el ciclo
del carbono y el ciclo hidrológico.
El carbono es mencionado la mayoría
de las veces en su estado gaseoso,
dióxido de carbono (CO2). Se
trata de un gas traza presente en la
atmósfera terrestre, que afecta el
equilibrio de calor al absorber la
radiación infrarroja. La alteración del
ciclo del carbono llevó a un aumento
del CO2 en la atmósfera, lo que
contribuyó al efecto invernadero, un
calentamiento de la Tierra. El ciclo
hidrológico es responsable de destilar y
distribuir la reserva renovable de agua
del planeta. En el presente este es un
tema de notable importancia, ya que el
agua se está tornando un recurso
escaso en todo el planeta y muchas
poblaciones del mundo en desarrollo
tienen solo acceso limitado al agua
potable (ver Cuadro sobre la
ciudad de Nueva York).
CUADRO: Ciudad de Nueva York
En los últimos tiempos, la ciudad de Nueva York aprendió el valor del ciclo hidrológico. En
1990, el gobierno federal proclamó que todos los suministros públicos de agua superficial
deben ser filtrados para quitarles los contaminantes microbianos. Para esta ciudad, eso
significó la construcción de una planta de USD$ 6.000 millones para el filtrado del agua que
fluye desde su cuenca situada al norte del estado. No obstante, en lugar de crear la planta,
la ciudad decidió proteger la cuenca –ubicada en las montañas Catskills– que podía
proporcionar los mismos servicios sin costo. Las montañas Catskills proveen a la ciudad de
Nueva York el 90% de su suministro de agua. La ciudad invirtió $1.500 millones en la compra
de tierras alrededor de los reservorios, en la creación de derechos de servidumbre de
conservación, en la implementación de nuevas normas que afectan las actividades de la
cuenca y en la creación de más de una veintena de programas de cooperación y de
protección de las cuencas. Tres cuartos de la cuenca Catskills/Delaware de la ciudad
permanecen forestados.
Una característica central que define los
ecosistemas es que son dinámicos. Los
disturbios a cierta escala son parte de
un ecosistema saludable. La sucesión,
un patrón de extinción y colonización
continuo, direccional y no estacional en
un sitio, puede ocasionar cambios, a
menudo percibidos después de varias
SSeerrvviicciiooss EEccoossiissttéémmiiccooss
5555
décadas, como la conversión de un
campo de suelo expuesto en pastizal,
arbustal, bosque de pino y finalmente
en un bosque mixto de roble-nogal
americano. Con tal sucesión de hábitat,
las especies que pueden habitar el área
cambian de la misma manera y, por lo
tanto, lo mismo sucede con las
relaciones y los procesos que ocurren en
el ecosistema.
Los cambios originados a partir de
disturbios que ocurren en poco tiempo,
como los incendios y las inundaciones
menores, también son una parte clave
de la dinámica del ecosistema.
El fuego, por ejemplo, juega un papel
importante en los procesos del
ecosistema al iniciar las sucesiones
secundarias; en realidad, muchas
especies de bosques dependen del
fuego para reproducirse. Las tormentas
eléctricas generalmente ocasionan
incendios, pero los manejadores de los
ecosistemas también pueden iniciarlos
como un medio de integrar incendios
controlados a un plan de manejo.
Por ejemplo, en los Everglades, en
Florida, los manejadores utilizan el fuego
para reducir los residuos vegetales
acumulados, controlar las plantas
exóticas, preservar el hábitat para
especies nativas y mantener diferentes
clases de edad de comunidades
vegetales en todo el hábitat. Dicho
disturbio regula el flujo de energía y el
ciclado de nutrientes y mantiene la
edad, las especies y la diversidad
estructural y genética de un
ecosistema.
Algunos sistemas adaptados a los
disturbios, como los bosques que
requieren cierto nivel e intensidad de
fuego para estimular el nuevo
crecimiento, son alterados cuando se
elimina o se reduce el fuego en el
sistema.
Es importante destacar que si bien la
flora y la fauna están adaptadas a
diferentes tipos de cambios en el
sistema, ello no significa que puedan
resistir cualquier nivel de disturbio. Por lo
tanto, los fuegos no intencionales
iniciados por la acción del hombre
pueden tener efectos devastadores.
La alteración puede significar cambios
que resultan en un tipo de sistema
totalmente nuevo, a veces difícil o
imposible de revertir. Paradójicamente,
la supresión del régimen de disturbios
puede llevar a un disturbio aún mayor
con efectos perjudiciales, por ejemplo,
los incendios forestales intensos y a gran
escala que resultan luego de años de
manejo por medio de supresión de
incendios dan, como consecuencia,
altas cargas de combustible que de
otra manera habrían sido quemados en
una serie de incendios más pequeños y
menos intensos.
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5566
2. ¿Por qué son importantes los servicios
ecosistémicos?
Los ecosistemas proporcionan una
amplia variedad de servicios, algunos
de los cuales son más notorios que otros.
Por ejemplo, las abejas brindan la miel y
los servicios de polinización y los árboles
proveen servicios de filtración de agua
además de madera y sombra. Los
servicios ecosistémicos pueden
considerarse como la transformación de
los componentes naturales en bienes
valorados por el hombre.
Una manera de reflexionar acerca de
los servicios ecosistémicos y de tratar de
comprender todos los servicios que
necesitamos es pensar en comenzar
una nueva vida en la Luna (Daily 1997).
¿Qué necesitaríamos llevar con nosotros
para crear allí un nuevo ecosistema que
nos provea de todos los elementos
necesarios para la vida?
CUADRO: Biosfera
Pensar en la vida en la Luna es exactamente lo que hicieron los científicos cuando crearon
la Biosfera 2. La Biosfera 2 fue el mayor ecosistema de funcionamiento en sistema cerrado,
que fue creado para imitar la Biosfera 1: la Tierra. El objetivo era recrear varios ecosistemas
para llevar a cabo experimentos y lograr una mejor comprensión de la forma en que
funcionan los diferentes ecosistemas y acerca de qué se necesitaría para mantener la vida
en otros planetas.
La estructura de la Biosfera 2, situada en Arizona, cubre más de 3 acres (1,20 ha), tiene una
altura de 91 pies (27,74 m) y está aislada de la Tierra por una cubierta soldada de acero
inoxidable de 500 toneladas. Antes de dar comienzo al experimento, se la proveyó de 3.000
especies, que fueron separadas en diversos ecosistemas terrestres, desde el bosque lluvioso
hasta el desierto, y en ecosistemas marinos, desde pantanos hasta arrecifes de coral. Los
miembros de la tripulación ingresaron en 1991 y permanecieron dentro de la estructura
durante dos años.
Uno de los mayores desafíos que enfrentó la tripulación fue mantener los niveles de oxígeno.
La atmósfera terrestre contiene alrededor de 21% de oxígeno. En teoría, las plantas y las
algas que crecían dentro de la Biosfera 2 y su océano debían producir una cantidad
semejante. Pero debido a interacciones inesperadas entre el aire, el cemento, el suelo y las
bacterias del suelo, la composición atmosférica de la Biosfera 2 resultó ser muy diferente. El
nivel de oxígeno cayó, mientras que el de dióxido de carbono (CO2) se disparó. Este
problema terminó convirtiendo a Biosfera 2 en un perfecto laboratorio para el estudio de lo
que en la actualidad es un problema ambiental significativo: el efecto invernadero.
SSeerrvviicciiooss EEccoossiissttéémmiiccooss
5577
3. Valuación de los servicios ecosistémicos
A medida que aprendemos acerca de
los servicios que ofrece cada
ecosistema y comenzamos a tomar
decisiones acerca del uso de los
recursos, nos enfrentamos con el
interrogante sobre el valor de estos
servicios. Un estudio estimó que el valor
de todos los servicios que brinda la
naturaleza durante un año sería de
entre $16 y $54 billones (Costanza 1997).
Algunos de los servicios más valiosos
que consideró el estudio fueron la
formación del suelo ($17,1 billones/año),
que es esencial para la vida vegetal,
incluidos los cultivos agrícolas, el
suministro y la regulación del agua ($2,3
billones/año) y la recreación ($3,0
billones/año). Como una comparación
con los bienes y servicios de
reconocimiento tradicional, el estudio
citaba el Producto Bruto Nacional de la
economía de los Estados Unidos, que es
de $18 billones/año. Pero poner un valor
a los servicios que brinda la naturaleza
no es un proceso fácil; una forma de
comenzar a hacerlo es pensar en los
servicios de dos formas: utilitarios o no
utilitarios.
3.1 Valores utilitarios
La forma más fácil de comprender el
valor de un ecosistema es cuando tiene
valores utilitarios. Por ejemplo, ¿cuánta
miel que pueda ser vendida en el
mercado puede producir una colmena
de abeja? A menudo se utilizan los
análisis de costo-beneficio para
determinar el valor utilitario de los bienes
y servicios. En algunos casos, esto es
bastante sencillo. Por ejemplo, se puede
calcular cuánto vale la miel
determinando el precio de mercado
por onza multiplicado por el número
total de onzas que tenemos. En este
abordaje, sin embargo, se enfrenta una
dificultad cuando el valor del servicio no
está definido o no es el mismo para
todas las personas.
Además, los valores deben incluir no
solo el valor inmediato para las
personas, sino también los valores de
segundo y tercer orden, etc. Por
ejemplo, si bien podemos calcular el
valor de la miel, no podemos
determinar con precisión el valor de los
servicios de polinización que brindan las
abejas, aunque muchos de nuestros
cultivos, así como nuestra vegetación
silvestre, dependen de estos servicios
para su reproducción.
3.2 Valores no utilitarios
Los ecosistemas también brindan
servicios no utilitarios: los que no se
basan en su valor de uso. La siguiente
constituye una buena analogía: “los
valores utilitarios son para nuestra
sociedad como las fábricas, mientras
que los valores no utilitarios son como las
catedrales, los museos de arte y los
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
5588
teatros”. Dichos bienes y servicios son
valorados por razones espirituales,
culturales y estéticas. Los valores no
utilitarios incluyen valores de existencia,
o valores de “disposición para pagar”,
el valor que las personas le dan a los
bienes o servicios simplemente por
saber
que existen. Por ejemplo, muchas
personas están dispuestas a proteger a
los elefantes de África oriental, aún
cuando nunca tengan la oportunidad
de verlos directamente, sólo para
asegurar que los elefantes continúan
existiendo.
Cuadro: Manejo de los ecosistemas
El manejo de los ecosistemas en realidad tiene vigencia desde la década de 1930, cuando
los ecologistas reconocieron la necesidad de manejar los ecosistemas completos y no
solamente a las especies en forma individual. Aldo Leopold reconoció la necesidad de
prestar atención a “todo el organismo”, no solo a partes individuales. Sin embargo, el
manejo de los ecosistemas es una práctica difundida desde hace muy poco tiempo. Si bien
la mayor parte de los profesionales de la conservación concuerdan en la necesidad de
practicar el manejo a nivel del ecosistema, al hacerlo confrontan diversos desafíos
singulares. El primero de ellos es lograr una profunda comprensión del ecosistema mismo. Los
ecologistas deben definir el ecosistema y llegar a un acuerdo sobre sus límites. También
deben identificar cuáles son los procesos clave del ecosistema, importantes para su buen
funcionamiento, así como los papeles que juegan las especies de particular importancia en
el ecosistema. El manejo a nivel de los ecosistemas también genera desafíos sociales y
políticos. Por ejemplo, muchos ecosistemas trascienden los límites internacionales, como los
bosques húmedos de Guinea, que atraviesan Benin, Costa de Marfil, Ghana, Guinea,
Liberia, Sierra Leona y Togo. El manejo de semejante ecosistema requiere cooperación
internacional de varios países distintos. El compromiso de las partes interesadas en el
proceso de manejo puede ser complicado también, debido a las cifras exorbitantes que
hay en juego en ecosistemas de mayor tamaño. Además del manejo real del ecosistema, el
monitoreo de este manejo también presenta desafíos únicos, ya que es más difícil detectar
cambios a escalas mayores como esta.
SSeerrvviicciiooss EEccoossiissttéémmiiccooss
5599
4. ¿Cuál es el estado actual de los servicios
ecosistémicos?
Una forma de apreciar mejor los
servicios que nos ofrece la naturaleza es
dar un repaso a algunos de los servicios
utilitarios de los ecosistemas más
importantes:
4.1 Ecosistemas de agua
dulce (tomado de Postel &
Carpenter 1997)
El ecosistema de agua dulce provee un
importante servicio que se aprecia
fácilmente: agua dulce limpia, la base
de la vida humana. Cada año se
extraen más de 4.430 km3 de agua de
las fuentes de agua dulce para
consumo humano. Pero, además de
proveer agua potable, el sistema ofrece
otros bienes utilitarios, como los peces,
pieles y moluscos de agua dulce. La
pesca deportiva y la caza de aves
acuáticas también son actividades de
mucho valor: en los Estados Unidos, la
producción económica total de la
pesca en agua dulce en 1991 superó los
$ 46.000 millones, sin incluir el valor de los
peces en sí. Los ecosistemas de agua
dulce también ofrecen servicios de uso
no consuntivos, como la disolución de la
contaminación y el transporte.
4b. Ecosistemas marinos
(tomado de Peterson &
Lubchenco 1997)
Los ecosistemas marinos proveen
algunos servicios utilitarios visibles:
peces, algas marinas, minerales y
materiales. Pero el mar también ofrece
servicios no consuntivos; por ejemplo,
juega un papel importante en los ciclos
geoquímicos del mundo, especialmente
los ciclos del carbono y del oxígeno. El
CO2 de la atmósfera es absorbido por el
océano, donde muchas plantas
acuáticas lo utilizan para la fotosíntesis,
y los animales, para la formación de
conchas. Gran parte de este carbono
es absorbido luego por el sedimento. Sin
este ciclo, los niveles de CO2 del mundo
se elevarían, lo que contribuiría al
efecto invernadero.
4.1 Ecosistema forestal
(tomado de Myers 1997)
Los bosques son fuente de numerosos
beneficios utilitarios para la sociedad
fácilmente reconocibles, como la
madera y el papel. También proveen
muchos productos forestales no
maderables, como látex, materiales
para artesanías y alimentos de origen
silvestre, particularmente importantes
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
6600
para las comunidades que residen en
los bosques. Al igual que los otros
ecosistemas, los bosques también
ofrecen diversos beneficios que no son
tan perceptibles. Los bosques evitan la
erosión: sin los árboles, el suelo
superficial se lava más rápidamente, lo
que ocasiona problemas en los
ecosistemas acuáticos, además de
originar la sedimentación en las
represas. En Pakistán, se calcula que la
sedimentación en la represa de Mangla
redujo su vida útil de 100 años a menos
de la mitad (Myers 1997). Por lo tanto,
los bosques pueden afectar
enormemente el suministro de
agua. Estos ayudan a regular el ciclo
hidrológico tomando la lluvia y
devolviéndola a la atmósfera para que
el agua pueda ser reciclada (un
proceso denominado
evapotranspiración). La deforestación
altera este ciclo y, por lo tanto, puede
tener un impacto sobre los patrones de
lluvias locales y, potencialmente, sobre
los mundiales. Los bosques también
actúan como sumideros de carbono.
Cuando se queman, liberan carbono a
la atmósfera, lo que contribuye a la
generación de gases de efecto
invernadero que causan el
calentamiento global (ver Cuadro sobre
Secuestro de carbono).
CUADRO: Secuestro de carbono
A medida que los árboles crecen, absorben dióxido de carbono a través del proceso de
fotosíntesis y almacenan carbono. Este secuestro de carbono, como se lo denomina, puede
contribuir en forma significativa a la reducción de los gases de efecto invernadero presentes
en la atmósfera. Si bien el secuestro no es un concepto nuevo, recientemente ha captado
la atención debido al surgimiento del comercio de derechos de emisión, un enfoque que
promueve el secuestro de carbono. A través del comercio de los derechos de emisión, los
interesados pueden comprar o vender compromisos contractuales o certificados que
representan las cantidades específicas de emisiones de carbono que se les permite realizar,
o bien que incluyen reducciones en las emisiones o compensaciones contra las emisiones,
como el secuestro de carbono.
Si bien este enfoque es nuevo todavía, tiene posibilidades de ser una herramienta costo-
eficiente para reducir las emisiones en general. Es uno de los mecanismos permitidos por el
Protocolo de Kyoto para ayudar a los países a lograr sus metas de reducción de las
emisiones. Además de reducir las emisiones en general, el comercio de carbono puede
generar ingresos a partir de actividades que anteriormente no atraían ningún rédito
adicional, que en muchos casos se está utilizando para ayudar a financiar plantaciones
adicionales de vegetación.
SSeerrvviicciiooss EEccoossiissttéémmiiccooss
6611
4.4 Ecosistema de
pastizales (tomado de Sala
& Paruelo 1997)
Aunque menos visibles, los ecosistemas
de pastizales también proveen a la
sociedad bienes utilitarios de consumo,
esencialmente los bienes que ofrecen
los animales criados en este hábitat:
carne, leche, lana y cuero. Pero este
ecosistema también genera beneficios
utilitarios no consuntivos, al secuestrar
grandes cantidades de carbono en
forma de materia orgánica en el suelo,
lo que contribuye a mantener la
composición de la atmósfera. Cuando
los pastizales son convertidos a tierras
para la agricultura, liberan CO2 y, de
este modo, contribuyen al
calentamiento global. Sala & Paruelo
(1997) estiman el valor del secuestro de
carbono en los pastizales en alrededor
de $200 por hectárea, lo que es mucho
más elevado que el valor de la tierra
dado solo por la producción de carne,
lana y leche.
Los pastizales también proveen un
servicio importante: el de mantener un
reservorio genético de plantas
domesticadas: muchos de nuestros
cultivos, como el trigo y la cebada se
originaron en los pastizales. Al igual que
en los bosques tropicales, todavía se
desconocen muchos de los beneficios
potenciales de las distintas especies.
Cada uno de estos ecosistemas
también provee beneficios no
consuntivos en forma de turismo y
recreación. Por ejemplo, los turistas
practican rafting en los ríos, navegación
en el mar y caminatas en los bosques y
pastizales. Además, cada ecosistema
brinda beneficios intrínsecos por ser
lugares donde se realizan encuentros de
índole espiritual, por tener importancia
cultural y por ofrecer belleza estética.
Cada uno de los ecosistemas
mencionados anteriormente también
enfrenta una serie de amenazas que
pueden alterar los servicios que provee
en el presente. Quizás las amenazas
más inminentes sean la alteración de los
ciclos biogeoquímicos, el cambio
climático, la destrucción del hábitat y la
introducción de organismos exóticos,
toxinas y contaminantes.
La mayoría de estas amenazas son
causadas por las actividades
antropogénicas.
De esta forma, tenemos la capacidad
de alterar significativamente los
ecosistemas. En el pasado, podíamos
sortear las limitaciones a través de
nuevas tecnologías; pero, al fin y al
cabo, según alegan los críticos, los
recursos siguen siendo finitos y es
necesario comprender mejor los
servicios brindados por los ecosistemas
antes de que el cambio sea
irrevocable. Todos los usos de los
recursos implican una elección y la
mayoría de las personas elegirá usar los
recursos de la manera en que
consideren más valiosa.
El desafío reside en que no disponemos
de toda la información necesaria para
comprender de qué manera nuestras
AAddaappttaaddoo ddee CChheerryyll MMaarrggoolluuiiss
6622
decisiones afectarán los recursos.
Además, existe un desfase temporal y
espacial en las decisiones que
tomamos: las personas que toman
decisiones no sentirán la mayoría de los
efectos en forma directa y es posible
que algunos de esos efectos no se
perciban durante años, décadas, o más
tiempo. Por lo tanto, muchas de las
alteraciones que provocamos al medio
ambiente natural ocasionan cambios
que no comprendemos en forma
acabada.
5. ¿Cuál es el futuro de la actual situación?
En el presente no se conoce totalmente
el verdadero valor de los servicios que
brinda la naturaleza. A partir del
reconocimiento por parte de los
científicos de esta brecha en nuestra
base de conocimientos, esta situación
está cambiando. A medida que se
adquiere mayor conocimiento, los
responsables de las políticas de todas
partes del mundo lo van integrando y
así van generando sistemas innovadores
para proteger y manejar estos servicios.
Por ejemplo, el gobierno de Costa Rica
decidió pagar a las personas por los
servicios ecosistémicos que brindan sus
tierras. Entre los servicios que pueden ser
pagados se encuentran la fijación de
CO2, la calidad del agua, la
biodiversidad y la belleza del paisaje. La
meta es que la actividad forestal sea
una opción más atractiva del uso de la
tierra comparada con otras opciones
que tienen mayor impacto. A medida
que adquiramos mayor conocimiento
del valor de los servicios ecosistémicos,
dichos sistemas de pago se tornarán
más fáciles de diseñar y de
implementar, lo que hará que las
personas se sientan más incentivadas
para preservar estos procesos integrales.
El problema fundamental en este
momento es que los valores de los
servicios ecosistémicos no son
reconocidos en los sistemas de
mercado. No sabemos cómo medir los
servicios o asignarles valores de
mercado. Por lo tanto, según
Daily (1997), los próximos pasos son
identificar los procesos y servicios clave
en todo el mundo, lograr mayor
comprensión de estos procesos,
asignarles un valor y controlar cómo se
los presta y la importancia que tienen
para las personas. Además, se podría
poner a disposición del público general
la información sobre cada servicio para
ayudarlo a tomar decisiones mejor
fundadas sobre el uso de sus recursos.
Este será un factor clave para asegurar
que los servicios sean protegidos en su
momento.
SSuusstteennttaabbiilliiddaadd yy UUssoo ddee llooss RReeccuurrssooss
6633
6. Bibliografía consultada
Costanza, R. et al. 1997. “The Value of the World’s Ecosystem Services and Natural Capital,”
Nature, Vol. 387
Daily, G. 1997. Introduction: what are ecosystem services? Pages 1-10 in G. Daily, editor. Nature's
services: societal dependence on natural ecosystems. Island Press, Washington, DC.
Myers, N. 1997. The World’s forests and their ecosystem services. Pages 213-236 in G. Daily, editor.
Nature's services: societal dependence on natural ecosystems. Island Press, Washington,
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Peterson, C. and J. Lubchenco. 1997. Marine ecosystem services. Pages 177-194 in G. Daily,
editor. Nature's services: societal dependence on natural ecosystems. Island Press,
Washington, DC.
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Coordinador: Leandro Castaño Betancur
Traducción al español: Jorgelina Brasca
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6644
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RRREEECCCUUURRRSSSOOOSSS
1. Sustentabilidad
¿Qué es la sustentabilidad? Ante esta
pregunta, existen respuestas
encontradas. En realidad, no hay una
sola definición, sino que depende en
gran medida del contexto en el que se
emplea la palabra. Actualmente, en
conservación, la palabra sustentable
puede usarse para describir condiciones
biológicas, sociales o económicas, lo
que puede generar problemas ya que
muchas personas tienen ideas
diferentes de su significado.
Parte de la razón por la cual existen
tantos significados diferentes de
“sustentabilidad” radica en su uso
excesivo. La palabra se hizo conocida
cuando, en el informe “Nuestro futuro
común”, elaborado por la Comisión
Brundland de las Naciones Unidas
(1987), se mencionó al desarrollo
sustentable o “desarrollo que satisface
las necesidades del presente sin
comprometer la capacidad de futuras
generaciones de satisfacer sus propias
necesidades”. En parte en respuesta a
este documento, en 1992, se celebró la
Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Medio ambiente y el Desarrollo
(CNUMAD) (también conocida como la
Cumbre para la Tierra), una reunión de
líderes mundiales, organizaciones no
gubernamentales y periodistas. De esta
conferencia, surgió la Comisión sobre el
Desarrollo Sustentable, que apuntaba a
promover políticas de desarrollo
sustentable en todo el mundo. A partir
de esta reunión, la palabra
sustentabilidad se ha vuelto mucho más
común y en la actualidad, a menudo se
la vincula al desarrollo. En realidad,
muchas organizaciones de
conservación y desarrollo incluyen en su
lista de objetivos al desarrollo
sustentable como uno de los más
importantes.
Sin embargo, la palabra
“sustentabilidad” todavía se encuentra
muy poco definida en todas sus
aplicaciones. Además, en el abuso que
de ella se hace, a menudo es mal
interpretada. Frecuentemente, el uso de
“sustentable” implica que una actividad
no tiene impacto alguno. El “uso
sustentable de los recursos” suele dar la
impresión de que los recursos pueden
ser utilizados sin ningún costo para el
medioambiente. En particular en lo
relacionado con el desarrollo
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sustentable, hay un optimismo inherente
en considerar que si el uso es
sustentable, es de poca importancia. Sin
embargo, la realidad es que las
actividades sustentables igualmente
provocan impactos: la palabra
simplemente significa que son más
compatibles en términos ecológicos.
La actividad forestal sustentable
igualmente extrae árboles y afecta al
ecosistema de bosque; la caza
sustentable también mata animales y
cambia su estructura poblacional. El
hecho es que todo uso produce
impactos. Como afirman Redford y
Richter (1999), “toda actividad humana
que conlleve a una extracción o
modificación sustancial de los recursos
siempre acarreará consecuencias
significativas, a menudo desconocidas y
casi siempre inestimables, para uno o
más componentes de la biodiversidad,
fundamentalmente porque desvía los
flujos de materia y de energía.”
En realidad, la biodiversidad puede
preservarse sólo en áreas que no
reciben impacto o reciben impacto
limitado por parte del hombre. Sin
embargo, la mayor parte del mundo
está sujeta al uso por parte del hombre.
En el ámbito de la conservación, los
debates suelen concentrarse en si
debemos promover el uso o la
preservación. Pero es necesario
cambiar el foco de atención de este
debate, ya que casi todos los hábitats
estarán sujetos a algún tipo de uso y, en
consecuencia, a algún tipo de impacto.
Necesitamos concentrarnos en
determinar lo que consideramos
impactos aceptables del uso de los
recursos. ¿A qué niveles se vuelve
inaceptable el uso de los recursos? ¿A
qué nivel decidimos cambiar nuestras
decisiones acerca del uso de los
recursos? No hay una sola respuesta a
estas preguntas, ya que las respuestas
dependen en gran medida de los
valores de la sociedad.
2. Uso actual de los recursos
Una rápida revisión de los recursos más
comunes revela que la mayor parte ha
sido afectada por la actividad humana
y que es necesaria una mayor reflexión
con respecto a las compensaciones de
ventajas y desventajas involucradas en
su uso.
Los recursos naturales renovables son
aquellos que la naturaleza puede
restablecer y reponer en un período de
tiempo razonable –digamos, el período
de vida de un ser humano–como la
madera, los peces y la fauna silvestre.
Las personas suelen suponer que
porque un recurso es renovable, su uso
es sustentable. De esta forma, el manejo
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de los recursos renovables puede ser
más problemático que el de los no
renovables, porque los primeros son más
vulnerables a un uso excesivo por parte
del hombre. La renovación de los
recursos sucede si se les da la
oportunidad de renovarse (por sí
mismos). Si los explotamos más
rápidamente de lo que pueden
renovarse, se agotan o se degradan. El
agua subterránea, por ejemplo, es
considerada un recurso no renovable
porque, a pesar de que se repone, ello
demanda siglos.
Además, el uso de recursos naturales a
menudo tiene impactos no
intencionales (colaterales). Por ejemplo,
la obtención de energía térmica solar
(que implica la toma de rayos solares a
través de colectores) requiere grandes
porciones de tierra desmontada.
Además, el fluido usado en la
generación de electricidad es tóxico y
acarrea serias consecuencias para la
fauna silvestre si ocurren derrames. El
desarrollo de la energía eólica
comparte el mismo problema en
cuanto a la necesidad de grandes
porciones de tierra. La granja eólica
promedio requiere 17 acres (6,88
hectáreas) de tierra para producir 1
megavatio de electricidad, lo que
equivale a suficiente electricidad como
para 750 a 1.000 hogares.
Otras fuentes de energía renovable
dieron lugar a problemas ambientales
completamente nuevos. Las represas,
por ejemplo, generan energía, pero
también tienen impactos negativos
sobre los ambientes acuáticos y
terrestres circundantes. La acuicultura, si
bien reduce en cierta medida la presión
de pesca sobre las poblaciones
silvestres de peces, en realidad creó
problemas adicionales en términos de
contaminación y propagación de
enfermedades. Es posible que estos
impactos sean considerados como de
menor importancia que los asociados
con formas tradicionales de extracción
de energía o modos de pesca; la
cuestión es que aún hay un impacto por
considerar.
Tierra/Suelo. Como recurso, la tierra fue
afectada no sólo en la cantidad
disponible por persona, sino también en
su calidad. Con el crecimiento de la
población mundial, la cantidad de
tierra agrícola disponible por persona
disminuye. En países en desarrollo, la
superficie de tierra por persona cayó de
0,3 hectáreas en 1965 a 0,19 hectáreas
en 1995. A medida que la tierra se hace
más escasa, se la usa más
intensivamente, lo que a menudo trae
aparejado prácticas de manejo del
agua y de la tierra que causan
degradación. Hacia 1990, el 38% de la
tierra cultivable del mundo se
consideraba degradada o sólo tenía
una capacidad reducida para sostener
la producción vegetal. El 18% de los
bosques y el 21% de los pastizales
también se consideraban degradados.
Bosques. Entre 1990 y 1995, hubo en
todo el mundo una pérdida neta
estimada de 56,3 millones de hectáreas
de bosques (naturales y plantaciones).
En los países en desarrollo, donde se da
la mayor parte del cambio en los
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bosques, la pérdida de la cobertura
boscosa natural fue de 13,7 millones de
hectáreas por año. En el mundo existen
solamente tres áreas de bosques de
grandes extensiones: en
Canadá/Alaska, en Rusia y en el
Amazonas. No solamente se están
reduciendo los bosques, sino que la
calidad de los que quedan también se
está modificando. Los bosques se están
fragmentando
en
áreas más pequeñas, lo
que afecta sus buenas condiciones (el
crecimiento y la fuerza de los árboles) y
la biodiversidad que puede albergar. La
conversión de bosques es impulsada en
gran medida por una creciente
necesidad de tierra destinada a la
agricultura. Un gran porcentaje de la
población mundial depende de la
agricultura de subsistencia y, a medida
que crece la población, también crece
la necesidad de disponer de tierra
agrícola adicional. Los métodos de
agricultura sustentable ofrecen
alternativas en algunas regiones,
pero este abordaje no siempre es
viable (ver Cuadro 1).
Cuadro 1. Problemas en la agricultura
La agricultura cambió en forma sustancial en las últimas décadas, debido a la
disponibilidad de tecnología avanzada, a nuevas formas de mecanización agrícola y al
incremento en el uso de productos químicos. Todo esto llevó a un aumento en la
productividad y redujo los riesgos económicos que enfrentan los agricultores de muchas
maneras. A la vez, surgieron preocupaciones por la contaminación del agua subterránea,
los efectos del uso de productos químicos y la pérdida del suelo superficial y de la
biodiversidad. Se dieron varias respuestas a estos cambios y preocupaciones. Muchos
agricultores pequeños que se encuentran ubicados cerca de centros mercantiles se
volcaron a la agricultura intensiva: un sistema que requiere mayor capital e insumo de
mano de obra en relación con la superficie de tierra. Resulta lo opuesto a la agricultura
extensiva, que para ser redituable requiere grandes cantidades de tierra y depende más de
la fertilidad del suelo, del clima y de la disponibilidad de agua. En general, los altos insumos
de capital y de mano de obra de la agricultura intensiva obligan a los agricultores a
aumentar los insumos de productos químicos en cuanto a uso de fertilizantes y herbicidas,
fungicidas e insecticidas.
En términos de conservación, la compensación de ventajas y desventajas consiste en gran
medida en la pérdida de áreas más grandes de tierra silvestre en la agricultura extensiva
frente al aumento de uso de químicos en la modalidad intensiva. Algunos conservacionistas
promueven la llamada agricultura sustentable: un modo de uso intensivo de la tierra con
reducida cantidad de insumos químicos. Las explotaciones agrícolas que practican la
agricultura sustentable tienden a diversificar y a rotar los cultivos, a usar el manejo integrado
de plagas (por ej., mantienen los depredadores naturales de las plagas), cultivos de
protección y abono verde. Un estudio reciente del Programa de Apoyo a la Biodiversidad
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(Biodiversity Support Program) indicó, sin embargo, que el hecho de que este enfoque
realmente disminuya la cantidad de tierra utilizada depende en gran medida de las
condiciones sociales en las que funciona. Por ejemplo, en Guatemala, donde los
agricultores no tienen los derechos sobre sus tierras, sino que tuvieron acceso a tierra
adicional, los que practicaban la agricultura sustentable en realidad usaron más tierra que
los que no la practicaban. Sin embargo, en México, donde los agricultores tienen derechos
asegurados sobre sus tierras y tuvieron acceso limitado a tierra adicional, los que
practicaron la agricultura sustentable, en efecto, usaron menos tierra.
Todos los tipos de agricultura tuvieron que adaptarse al aumento del uso de organismos
genéticamente modificados. El uso de estos organismos fue alentado como una forma de
incrementar la eficiencia en la producción agrícola, lo que no difiere de la revolución verde
de los años 60. Por ejemplo, muchos cultivos en la actualidad tienen genes resistentes a los
herbicidas, tales como los que fueron manipulados para incorporarles el gen de una
proteína de la bacteria del suelo Bacillus thurigiensis (Bt). Muchos esperan que los cultivos
incluso puedan ser intervenidos con el fin de que contengan vacunas y, así, vacunar a
grandes poblaciones en forma eficiente y efectiva. Aún se desconocen, en gran medida,
los efectos a largo plazo de estos organismos sobre la producción agrícola, la salud humana
y la biodiversidad.
Fauna silvestre. A medida que avanza
la tecnología de la pesca moderna –
con sistemas de radares, sonares y de
posicionamiento global– la industria
pesquera se hace más eficiente y
efectiva. Un estudio de AAAS (Sociedad
Norteamericana para el Avance de la
Ciencia) realizado en 1999 descubrió
que el 44% de las poblaciones de peces
eran explotadas a niveles estimados
como los máximos de su rendimiento
sustentable. Otro 16% era considerado
como explotado en exceso y, por lo
tanto, se predijo que las capturas futuras
caerían. Esto tiene implicancias a largo
plazo, ya que muchos peces son
capturados antes de que alcancen la
madurez y puedan reproducirse.
Además, los peces se ven afectados
por la introducción de especies
exóticas, así como por la
contaminación y el escurrimiento de
aguas residuales, por fertilizantes y por
actividades industriales.
Las aves, los reptiles y los mamíferos
también se ven afectados por estos
factores, especialmente por la caza. La
carne de animales silvestres ofrece a las
familias de países en desarrollo un
medio de bajo costo para obtener las
proteínas necesarias.
En la actualidad los individuos
consumen más de 5 millones de
toneladas (5.000 millones de libras) de
carne de mamíferos silvestres
provenientes de los bosques tropicales
de América latina (150.000) y de África
(4,9 millones) por año (alrededor del
equivalente a 20% de la existencia de
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ganado vacuno por año en los Estados
Unidos). Diversos factores contribuyen a
esta situación: la población humana se
está expandiendo rápidamente, la
tecnología da lugar a una caza más
eficiente y hay mayor acceso a los
bosques que antes eran inaccesibles. El
mayor acceso se debe, en gran parte a
la construcción de caminos para
facilitar la tala, la actividad minera y la
extracción de petróleo. Estos caminos
también aumentan la posibilidad de la
caza de fauna silvestre a mayor escala,
ya que la carne puede ser retirada en
camiones. La carne de animales
silvestres también es considerada un
medio de preferencia para satisfacer las
necesidades proteicas; en realidad, la
pesca y la caza son las formas más
económicas de las comunidades rurales
de hacerlo.
La caza intensiva tiene efectos sobre el
destino de esas especies deseadas.
Pero también tiene implicancias a
mayor escala, como la pérdida de
depredadores clave, de dispersores de
semillas y de otras especies clave
fundamentales para el funcionamiento
del ecosistema. Dichos cambios en la
estructura, función y composición del
bosque alteran el ecosistema y podrían
tener serias consecuencias para
aquellos que dependen de él.
Los recursos no renovables son aquellos
que, o bien no se reponen
naturalmente, o bien no pueden ser
repuestos durante nuestro período de
vida. Son inherentemente no
sustentables, es decir, si se los utiliza,
finalmente se agotarán; pueden ser
reciclados y se pueden realizar
inversiones en otros recursos, se puede
sostener una tasa determinada de
consumo en un período definido de
tiempo, pero la oferta de recursos no
renovables no puede mantenerse
indefinidamente.
Agua. Algunos consideran que el agua
es un recurso renovable porque puede
ser repuesta por la lluvia y la humedad.
Si bien esto es cierto para algunos
cuerpos de agua, no lo es para todos,
especialmente para el agua
subterránea. Por esta razón,
consideramos que es un recurso no
renovable. El 2,5% del agua del planeta
es dulce, de la cual el 70% está
acumulada en cubetas y glaciares y el
29% en lejanos acuíferos
subterráneos. Esto deja un 1% del
total de agua disponible en el
planeta para el consumo humano.
Hacia 1995, 436 millones de personas
padecían algún tipo de escasez de
agua. Para 2050, esta cantidad se
proyecta a 4.000 millones. Se estima que
el abastecimiento de agua en el mundo
debería crecer en un 22% para
satisfacer esas demandas crecientes. La
escasez de este recurso también
ocasiona tensiones entre los países que
dependen de la misma fuente de
provisión de agua, como Israel y
Jordania.
Los científicos especulan que dicha
escasez podría ser la causa de futuras
guerras. Esta insuficiencia se combina
con la deforestación que se da en todo
el mundo. Por medio del proceso de
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7700
evapotranspiración, las plantas
devuelven enormes cantidades de
agua a la atmósfera, lo que aumenta la
humedad y las lluvias y, así, se enfría el
aire. Este proceso regula los patrones
locales y mundiales de lluvia. En
consecuencia, en lugares como la
cuenca amazónica, donde se
encuentra una quinta parte del agua
dulce del planeta, la deforestación
podría tener efectos significativos en el
abastecimiento mundial de agua dulce.
Además de la escasez, la calidad del
agua está disminuyendo a medida que
se contaminan las fuentes. Mil
quinientos millones de personas no
tienen agua potable de buena calidad
y más de 5 millones de personas mueren
por año a causa de enfermedades
transmitidas a través del agua. Las
causas más importantes de
contaminación son los escurrimientos de
fertilizantes, las aguas residuales y las
actividades industriales. El agua potable
es cada vez más escasa y no se conoce
ningún sustituto. Por lo tanto, es posible
que sea necesario cambiar las otras
formas de uso que le damos a este
recurso finito.
Energía. El petróleo, el carbón y el gas
(combustibles fósiles) son las fuentes de
energía no renovables más comunes. Si
bien se encuentran en desarrollo
fuentes alternativas de energía, aún
dependemos en gran medida de estas
tres fuentes. En realidad, casi todos los
productos que utilizamos están hechos
de alguna sustancia derivada de
combustibles fósiles o dependen de
ellos para el transporte requerido en su
producción. Por ejemplo, los
detergentes, los plásticos, la pintura y las
fibras sintéticas, todos estos productos
son elaborados a partir de combustibles
fósiles. Pero esta dependencia tiene un
costo. Todos son recursos no renovables
y, por lo tanto, su uso no puede ser
sostenido indefinidamente. Por otro
lado, el uso de combustibles fósiles
contribuye significativamente al
aumento de los gases de efecto
invernadero en la atmósfera y a la
generación de la lluvia ácida.
El petróleo es la fuente de energía más
importante del mundo y, se predice, lo
será por lo menos hasta el año 2025. En
América del Norte, el petróleo se usa
principalmente para el transporte. Sin
embargo, el resto del mundo depende
este recurso para obtener calor y
energía. En los Estados Unidos se
consume el 25% del petróleo del
mundo, pero este país solamente posee
el 3% de las reservas mundiales. Muchos
consideran que esta alta dependencia
de reservas petrolíferas externas es una
debilidad en la seguridad y, por
consiguiente, promueven el aumento
de las perforaciones en los Estados
Unidos. Pero la exploración puede tener
graves impactos ambientales y las
compensaciones por ventajas y
desventajas pueden ser importantes.
Algunos de los impactos más
significativos generados a partir de las
perforaciones provienen de la
infraestructura que se instala para
comenzar la exploración:
principalmente los caminos y la tala
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para la construcción de tuberías. La
perforación puede generar desechos
(lodo y detrito de perforación) junto con
el agua producida (agua que puede
tener elevadas concentraciones de
metales, nutrientes y agentes químicos).
Cuando el petróleo es traído a la
superficie, los gases asociados a
menudo son quemados, lo que
contribuye a la emisión de gases de
efecto invernadero.
Los derrames de petróleo constituyen
una preocupación durante todo el
proceso, ya que los derrames anteriores
demostraron tener efectos
potencialmente devastadores para la
fauna silvestre. Es necesario prestar más
atención a las compensaciones de
ventajas y desventajas vinculadas a
cualquier nueva operación de
perforación, especialmente aquellas
ubicadas en áreas ecológicamente
sensibles.
El gas natural en principio se usa para la
calefacción en los hogares. También es
materia prima importante para una
cantidad de productos, como la
pintura, los fertilizantes, los plásticos y los
anticongelantes. En total, alrededor del
23% de la energía consumida en los
Estados Unidos proviene del gas natural.
El 83% del este gas se produce en el país
y el 16% se importa desde Canadá. A
esta tasa de producción, se predice
que las reservas de gas natural durarán
60 años. Como en el caso del petróleo,
algunas de las preocupaciones más
importantes acerca de la producción
de gas natural están relacionadas con
la infraestructura necesaria. En los
trópicos, las tuberías de gas natural a
menudo requieren la tala de grandes
superficies de árboles y la creación de
nuevos caminos. En cuanto a la
producción de gas natural, uno de los
problemas es la emanación de gas a la
atmósfera y la consiguiente
contribución a la emisión de gases de
efecto invernadero.
El carbón es un combustible importante
en los mercados mundiales de
electricidad. Actualmente más del 62%
de la producción total de carbón se usa
para generar el 37% de la electricidad
en el mundo. La mayor parte del
carbón que se consume en el planeta
se usa para la electricidad (64%),
aunque se emplean también
importantes cantidades para la
producción de acero.
En Estados Unidos se consumen
1.000 millones de toneladas de
carbón por año. Más del 50% de la
electricidad producida en ese país
proviene de centrales de energía
alimentadas con carbón. El uso de
carbón genera efectos ambientales
significativos, como la destrucción de
grandes áreas de hábitat y la
sedimentación de cursos de agua.
La explotación del carbón también
puede producir el drenaje ácido de las
minas, que es agua rica en metales que
se forma a partir de la reacción química
entre el agua y las rocas que poseen
minerales que contienen azufre. Esto
puede contaminar el agua y afectar la
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reproducción de plantas y animales
acuáticos.
Residuos. Además de los impactos que
produce nuestro uso de la energía, todo
el proceso de producción y de
consumo origina residuos. Al tomar
decisiones sobre el uso de recursos, es
necesario considerar no sólo la
sustentabilidad del recurso mismo, sino
también la eliminación y los efectos que
producen sus residuos.
Cuadro 2. El papel del café en la preservación del mundo
Históricamente, el café se cultivó bajo la sombra de diversas especies de árboles. En
respuesta a un aumento de la demanda, los agricultores comenzaron a utilizar una
variedad de café de mayor rendimiento, pero que era cultivado al sol. En los últimos años,
hubo una tendencia a volver a las variedades cultivadas a la sombra, con el fin de crear
ecosistemas más sanos que puedan albergar mayor biodiversidad. La creación de sombra
también contribuye a mantener los nutrientes y la humedad del suelo, lo que reduce la
necesidad de fertilizantes y otros productos químicos. La mayoría de los consumidores
apoyan esta decisión; de hecho, cuando Starbucks presentó el café cultivado a la sombra,
se vendió rápidamente. Muchas empresas declaraban: “¡Tomar café puede salvar los
bosques tropicales!” Si bien el café cultivado a la sombra es realmente una forma de cultivo
más compatible con la ecología, es erróneo sugerir que salvará los bosques tropicales. El
café cultivado a la sombra también tiene un impacto ecológico; no es un reemplazo del
bosque natural, sino más bien una plantación bajo manejo. Sin embargo, entre el café
cultivado a la sombra y el cultivado en forma convencional, el primero parece ser un
enfoque más compatible con la ecología.
3. Hacia el uso sustentable
Muchas personas sienten que la
tecnología continuará creando
soluciones innovadoras a estos
problemas ambientales. Otras alegan
que el mercado regulará el uso del
recurso a un nivel sustentable. Estos
razonamientos tienen sentido en
algunos casos: la tecnología y las
regulaciones de mercado pueden
ofrecer soluciones a algunos problemas
ambientales.
Sin embargo, en muchos casos los
problemas son mucho más complejos y
no existe una solución fácil. Por ejemplo,
la tecnología no puede revertir la
extinción. Además, como se mencionó
anteriormente, muchas de las
soluciones tecnológicas que se diseñan
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7733
para solucionar problemas ambientales,
en realidad, terminan creando nuevos
problemas.
Los enfoques de mercado enfrentan
desafíos singulares al tratar la
reglamentación de los recursos
naturales. Por ejemplo, los recursos
comunes o de amplio acceso, como el
agua o el aire limpios, desafían los
mecanismos creados a favor de los
derechos tradicionales de propiedad
privada. De igual modo, los beneficios
de un área como la selva amazónica
pueden compartirse en todo el mundo
(como el ciclado del agua, el valor de
la existencia de especies endémicas)
pero los costos de no utilizar la tierra, la
madera, etc. los enfrentan en gran
medida los brasileños. Si Brasil decide
preservar toda la selva, hay grandes
posibilidades de que otros países se
aprovechen, es decir, se beneficien
pero no paguen.
Finalmente, el factor más importante es
que el actual uso de los recursos es muy
alto. Por ejemplo, aun si quisiéramos
volcarnos al consumo de energía solar,
la combinación de todas las
instalaciones de producción de este
tipo de energía en todo el mundo
solamente sumaría células solares en
número suficiente como para producir
alrededor de 350 megavatios,
aproximadamente lo necesario para
una ciudad de 300.000 habitantes.
El mismo concepto se aplica a nuestro
uso de los recursos renovables. Aun sin
definir cuáles serían exactamente los
niveles sustentables, es evidente que
nuestro consumo es demasiado alto
como para que la mayoría de los
recursos tengan la oportunidad de
renovar su existencia.
Es necesario que ocurran varios
cambios para alcanzar niveles más
sustentables del uso de los recursos. En
primer lugar, debemos reducir nuestro
consumo y lograr una mayor
comprensión sobre las compensaciones
de ventajas y desventajas involucradas
en las decisiones sobre el uso de
recursos.
Como se mencionó anteriormente, los
seres humanos estamos comenzando a
prestar mayor atención a los impactos
ocasionados por la utilización de los
recursos. Sin embargo, en la parte
occidental de los Estados Unidos, en el
medio de condiciones de sequía,
todavía se riegan
abundantemente los jardines con
regularidad.
En consecuencia, es necesario también
cambiar la forma en que valuamos –y
pagamos– los recursos. Las
investigaciones indican que es más
probable que las personas cambien sus
hábitos del uso de los recursos cuando
se vean directamente afectadas.
Además, debemos lograr que las
opciones ecológicamente compatibles
de uso de los recursos sean más
atractivas para los consumidores.
En la actualidad, tales opciones suelen
ser muy onerosas (por ej., la madera
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7744
con certificación es más cara que la
que no fue sometida a ese proceso de
evaluación). Un ejemplo de la
efectividad de este enfoque de
incentivo/castigo es el programa de
reciclaje de San José, California, que
aumentó la participación en forma
significativa, ofreciendo a todos los
hogares la información y las
herramientas necesarias y multando a
quienes excedían los niveles asignados
de basura permitida. En 2001, los
esfuerzos puestos en el programa dieron
como resultado una reducción del 60%
en los desechos (645 toneladas de
material no depositado en los rellenos
sanitarios) y ahorros en los costos de
$11.000 por año.
También es necesario brindar mejor
información a los consumidores. Algunos
de ellos no tienen en cuenta los
problemas ambientales al tomar
decisiones de consumo, porque no son
conscientes de los impactos de sus
elecciones.
Un estudio realizado en Dinamarca
indicó, que el 59% de los hombres y el
68% de las mujeres afirmaron, que
estarían dispuestos a incorporar los
aspectos ambientales en sus decisiones
de compra (en este caso, sobre
electrónica) si los productos mostraran
dicha información en los rótulos. Por lo
tanto, es necesario que esta
información sea visible para alentar a
los individuos a incorporar los impactos
ambientales en la toma de decisiones.
Además de reducir el uso de los
recursos en general, es necesario
continuar aumentando la eficiencia del
empleo que hacemos de los recursos.
Por ejemplo, los niveles poblacionales
de numerosas especies de peces y
mamíferos se redujeron drásticamente
debido a la captura incidental,
conformada por aquellas especies que
son recolectadas incidentalmente junto
con la especie objetivo.
El avance de la tecnología, así como la
mayor sensibilización, pueden continuar
incrementando la eficiencia. La
mortalidad anual de delfines causada
por la captura incidental se redujo de
130.000 individuos en 1986 a alrededor
de 1.500 en 2002. Esta reducción se
atribuyó a acuerdos internacionales,
legislación nacional, avances en la
tecnología de pesca y programas de
educación pesquera. Con los cambios
mencionados, deberíamos empezar a
acercarnos a lograr la sustentabilidad y
una mayor comprensión de lo que ello
significa.
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7755
4. Bibliografía consultada
Costanza, R. et al. 1997. “The Value of the World’s Ecosystem Services and Natural Capital,”
Nature, Vol. 387
Daily, G. 1997. Introduction: what are ecosystem services? Pages 1-10 in G. Daily, editor. Nature's
services: societal dependence on natural ecosystems. Island Press, Washington, DC.
Myers, N. 1997. The World’s forests and their ecosystem services. Pages 213-236 in G. Daily, editor.
Nature's services: societal dependence on natural ecosystems. Island Press, Washington,
DC.
Peterson, C. and J. Lubchenco. 1997. Marine ecosystem services. Pages 177-194 in G. Daily,
editor. Nature's services: societal dependence on natural ecosystems. Island Press,
Washington, DC.
Proyecto Andes-Amazonia
Financiado por la Fundación Gordon and Betty Moore
Programa de Política y Ciencias Ambientales – OET
Director: PhD Andrew Chek
Coordinador: Leandro Castaño Betancur
Traducción al español: Jorgelina Brasca
Adaptado: Andrew Chek
Revisores: Andrew Chek y Leandro Castaño
Betancur
Diseño: Liliana Jiménez Bernal
Este documento se basó en el trabajo de Cheryl
Margoluis
Versión para pre imprenta, Costa Rica - 2006