Carrera damas rómulo histórico. borrador definitivo ii 4 (1)

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R.B. Versión definitiva del Borrador para el Ensayo. Dic.2013 ROMULO HISTÓRICO (LA PERSONALIDAD HISTÓRICA DE RÓMULO BETANCOURT) Germán Carrera Damas Escuela de Historia Facultad de Humanidades y Educación Universidad Central de Venezuela ADVERTENCIAS Primera: El usuario de este borrador de un ensayo de interpretación de la personalidad histórica de Rómulo Betancourt, encontrará frecuentes repeticiones de textos y referencias. El autor ha considerado que ello facilitará el correlacionar hechos, situaciones y pensamientos. Sólo en unos pocos casos se remiten las consultas dentro del mismo texto. Segunda: Puesto en la red, este borrador permitirá localizar fácilmente las diversas referencias a una misma cuestión. Tercera: El autor del presente borrador agradecerá los reparos, objeciones, sugerencias y rectificaciones, que se tengan a bien formular. Serán debidamente considerados, con miras a la redacción definitiva de la obra en proceso. Para estos fines, podrán utilizar la siguiente dirección electrónica: [email protected] _________________________________________________ _______ ….”Tengo confianza plena en que llegaremos a ser gobierno. No importa el tiempo que se requiera para alcanzar el poder, pero lo cierto es que lo tendremos algún día en nuestras manos. Y entonces será hora de realizar todo esto que es hoy un mundo de sueños y de anhelos.” 1 1

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  1. 1. R.B. Versin definitiva del Borrador para el Ensayo. Dic.2013 ROMULO HISTRICO (LA PERSONALIDAD HISTRICA DE RMULO BETANCOURT) Germn Carrera Damas Escuela de Historia Facultad de Humanidades y Educacin Universidad Central de Venezuela ADVERTENCIAS Primera: El usuario de este borrador de un ensayo de interpretacin de la personalidad histrica de Rmulo Betancourt, encontrar frecuentes repeticiones de textos y referencias. El autor ha considerado que ello facilitar el correlacionar hechos, situaciones y pensamientos. Slo en unos pocos casos se remiten las consultas dentro del mismo texto. Segunda: Puesto en la red, este borrador permitir localizar fcilmente las diversas referencias a una misma cuestin. Tercera: El autor del presente borrador agradecer los reparos, objeciones, sugerencias y rectificaciones, que se tengan a bien formular. Sern debidamente considerados, con miras a la redaccin definitiva de la obra en proceso. Para estos fines, podrn utilizar la siguiente direccin electrnica: [email protected] ________________________________________________________ .Tengo confianza plena en que llegaremos a ser gobierno. No importa el tiempo que se requiera para alcanzar el poder, pero lo cierto es que lo tendremos algn da en nuestras manos. Y entonces ser hora de realizar todo esto que es hoy un mundo de sueos y de anhelos.1 .Soy un creyente obstinado de la virtualidad de las ideas democrticas, y estoy convencido de que volvern a encarnar en gobiernos nacidos de la voluntad colectiva.2 .Lo que nosotros decimos, y con quien lo decimos, es objeto de inters, no porque seamos muy inteligentes, sino porque constituimos una posibilidad real de gobierno, porque somos efectivamente la nica gente que va a gobernar, en Venezuela.3 1
  2. 2. .Lo mismo pienso con respecto a tu compadre (?). Este, en su soledad meditativa, piensa, seguramente, en el futuro. Sabe como deber actuar, lo que va a hacer, mucho ms, infinitamente ms, de lo poco que hizo antes, por las condiciones peculiares en que entonces actuaba. Y prefiere que se citen sus palabras, sus expresiones pblicas, y no sus hechos no publicados. Y no porque se arrepiente de ellos, sino porque los va a hacer maana con magnitud mayor, y quiere mantenerse en una penumbra propicia. Acaso no sea esa la opinin profesoral. Pero, no ser acaso que se refugia en el pasado, por falta de futuro?4 Ensayo introductorio. Lo que sigue es un pretencioso intento de prefigurar lo que de Rmulo Betancourt podra ser percibido por un venezolano dentro de cinco a diez dcadas, si su curiosidad llegara a sobrepasar los captulos (o slo las pginas) que quizs ocuparan la vida y la obra de este personaje, en una lejana y algo desprevenida Historia General de Venezuela, -o Historia extensa de Venezuela, como se ha vuelto de moda el denominar tal modalidad historiogrfica-. Esto sea dicho preservando la conviccin del autor de que se trata de una personalidad histrica cuya significacin es y ser ms y mejor apreciada al enfocrsele en el largo perodo histrico. Esto sea dicho, tambin, a sabiendas de que, plantado en el pensamiento histrico del venezolano, de este frondoso rbol que es la personalidad histrica de Rmulo Betancourt se irn desprendiendo hojas y ramas, dejando al descubierto el robusto tronco del que no vacilo en denominar Padre de la Democracia moderna en Venezuela; o, si se le prefiere, de la Democracia a la venezolana. En ambos casos quedara puesto de relieve el que considero rasgo ms expresivo del vasto significado de esa personalidad histrica. Consiste en haber reunido, en el curso de una vida de tenaz militancia democrtica, y creativa conviccin, las potencias intelectuales y espirituales requeridas para sintetizar, en el suyo, el pensamiento y los sacrificios de quienes, dentro del pas y en el exilio, en Venezuela y en toda Hispanoamrica, buscaron el camino hacia la Libertad luchando contra la Dictadura, hasta llegar a formular las bases doctrinarias y los criterios estratgicos, de los instrumentos organizativos necesarios para la fundacin de la Repblica liberal democrtica en Venezuela. * * * * * La decisin de acercarme a la personalidad histrica de Rmulo Betancourt, atendiendo al honroso encargo que me hiciera la Fundacin Rmulo Betancourt, me puso en un camino historiogrfico sembrado de estimulantes dificultades. Brotaron aun antes de emprender la marcha, pues tuve que enfrentar dos cuestiones previas. La primera consisti en despejar el denso follaje formado por el debate acerca de la significacin poltica, -e incluso la de su personalidad psicolgica e intelectual- del personaje a estudiar. Nada de gratuito hay en esto, pues no parece que en la vida poltica de Rmulo Betancourt haya habido un momento cuando no despertara reacciones, frecuentemente entusiastas, no menos frecuentemente adversas. La segunda dificultad suscita la larga explicacin que sigue. 2
  3. 3. La tarea que emprendo consistir en un esfuerzo de conocimiento que deber partir del descubrimiento de la personalidad, espiritual e intelectual, de Rmulo Betancourt, vista como la base de su desempeo histrico. Para ello es necesario atravesar estratos de personalidad por l expresamente formados. Uno, corresponde a Rmulo Betancourt como se vio a s mismo; y esto a lo largo de su evolucin como una personalidad orgnicamente vinculada con su aspiracin y desempeo de lder poltico. Otro estrato corresponde a cmo quiso verse a s mismo, y a cmo quiso ser visto. Otro, an, al que se propuso ser, ajustndose a un modelo cuya definicin le llev tiempo, invertido en lo que he denominado vencerse a s mismo; aspiracin comn a las personalidades sobresalientes por su ambicin de realizar grandes obras. En suma, tuvo que superar etapas. Una, inicial, que l mismo calific de romntica, podra denominarse la etapa Santos Luzardo, hermanada con una inclinacin garibaldina, recurrente. Le sigui la etapa de fervoroso militante comunista, con su vertiente de creatividad crtica. Para culminar, la etapa del revolucionario democrtico. Esta ltima admite el sealamiento de cuando menos dos fases: una, primaria, en la que le fue necesario conciliar los vestigios de la etapa precedente con los condicionamientos del ejercicio del Poder pblico; y la otra fase, en la cual le fue necesario intentar conciliar la conciencia del demcrata militante con los requerimientos de la defensa de la Democracia, enfrentando amenazas que conjugaron la rancia herencia militarista caudillesca con la resaca del socialismo autoritario original, revestido del que pronto qued patentado como el fidelismo; modalidad del leninismo-estalinismo adoptado, como cobertura seudo ideolgica, por la vulgar dictadura caribea cubana. Mas, el estudio de la personalidad histrica de Rmulo Betancourt suscita tambin una cuestin de mtodo que luce fundamental: Debe apreciarse esa personalidad en funcin del teatro de su accin, tal como l lo vio, o tal como hoy sabemos que era; ciertamente conocindolo mejor de lo que l mismo pudo conocerlo, dados los medios de informacin de que dispuso y el condicionamiento ideolgico que rigi su visin? En caso de que tomsemos esta ltima va, La valoracin de sus ideas y actuaciones tendra que considerar, circunstanciadamente, lo real existente, si bien correlacionndolo con lo real por l percibido? Ni lo intentar, por prudencia, pues me acechara el vicio metodolgico denominado la historia si; esa que se nutre de los ha debido y los si hubiera. Pero esta ltima posibilidad de enfoque suscita una cuestin de nada fcil apreciacin. El hecho de que Rmulo Betancourt haya sobresalido por su preparacin intelectual y cientfica, -de autodidacta, pero con vocacin universitaria frustrada-; preparacin manifiesta en el tratamiento de problemas complejos, de naturaleza econmica y poltica, se deber sobre todo a lo limitados que fueron otros polticos contemporneos, en esos terrenos? En todo caso, la prudencia recomienda tener presente que en sus frecuentes declaraciones sobre su personalidad y sus principios, Rmulo Betancourt parece someter a prueba el malicioso precepto que reza: Dime quien eres y sabr quin no eres. Dime quin no eres y sabr quin eres. La prueba consistira en la calibracin del sentido tico que se esforz en darle y preservarle a su personalidad, edificada a base de tenacidad, voluntad y lucidez; asumiendo con entereza las duras circunstancias 3
  4. 4. vitales. * * * * * Las circunstancias vitales de Rmulo Betancourt, vistas en su mayor amplitud, revelan una sucesin de instancias cuyas caractersticas de urgencia, grado de dificultad y potencial trascendencia, sobrepasan, con creces, las enfrentadas por los dems hombres pblicos venezolanos republicanos que actuaron a partir de 1830. Esto sea dicho a sabiendas de que al hacerlo se obvian circunstancias histricas que resultan de muy aventurada comparacin. Valga, sin embargo, una sumaria enunciacin de esas circunstancias. La instancia representada por el complejo de propsitos y determinaciones que es dable agrupar en el concepto usual de vencerse a s mismo, sita a Rmulo Betancourt en una plataforma de partida, de su personalidad histrica, que puede calificarse de precaria, en cuanto a situacin vivencial y recursos; y de comprometida, por su condicin de exiliado, colindante con la de paria. Pero cabe reconocer la coincidencia, -si no algo ms orgnica-, entre esta determinacin personal y el cdigo formativo del buen militante comunista; uno de cuyos preceptos bsicos consista, segn propia proclamacin, en la superacin del sentimentalismo pequeoburgus. La instancia que denomino decantacin ideolgica, signific el reconocimiento de la necesidad de esforzarse por recorrer crticamente, en tiempo perentorio y acicateado por la ansiedad de una formacin intelectual actualizada, un tortuoso camino. ste lo condujo desde el estado de conciencia poltica elemental, representada por la antinomia entre Dictadura y Libertad, a la concepcin de la Democracia como el antdoto contra la Dictadura y la garanta de la Libertad; todo ello atravesando por las seductoras solicitaciones del humanismo marxista y rechazando la perversin leninista-estalinista de esa variante del humanismo esencial. La instancia que merece ser caracterizada como de formulacin de una teora de la democracia a la venezolana, represent el ms alto reto que se puso la osada creativa de Rmulo Betancourt, tanto por el lastre del pasado histrico venezolano que fue necesario echar por la borda, como por el esfuerzo ideolgico de superar el condicionamiento ideolgico socialista bsico. Pero, sobre todo, por el coraje intelectual requerido para proponer la resultante ideolgica de ese esfuerzo como la orientacin llamada, por razones socio histricas, a predominar en la vida poltica venezolana; sin descartar su proyeccin a otros escenarios. La instancia que consisti en formular la estrategia, disear las tcticas y formar los instrumentos sociales para el despliegue y triunfo de la nueva proposicin poltica e ideolgica, signific arbitrar los modos requeridos para hacer que la dinmica histrica de continuidad y ruptura, estratgicamente asumida, permitiese que fuerzas del pasado pudieran contribuir a la apertura de vas que llevasen a la ruptura, creadora y perdurable, con ese pasado. Para ello fue necesario conjugar los modos tradicionales de acceso al Poder pblico, con la modernizacin de los modos de organizacin social, y con el afianzamiento de un liderazgo hasta entonces slo emergente. La instancia consistente en el diseo e institucionalizacin de la Repblica liberal 4
  5. 5. democrtica, signific asumir la responsabilidad histrica de reformular el Proyecto Nacional, sentando las bases sociopolticas para la liquidacin de la Repblica liberal autocrtica, vigente desde 1830, una vez rota la Repblica de Colombia. La realizacin bsica y perdurable de esta hazaa histrica, certeramente personificada en Rmulo Betancourt, signific la emergencia del estadista. La instancia representada por la formulacin de la doctrina orientadora de la aspiracin democrtica, en funcin de la proyeccin ideolgica y poltica de la II Guerra mundial, atendi lcidamente a la ubicacin de Venezuela en el frente de lucha de las democracias contra el fascismo. Propuesta y promovida con la determinacin de estimular la lucha de los venezolanos, y de los latinoamericanos en general, por la consolidacin de la soberana nacional; por la instauracin de regmenes democrticos mediante el rescate de la Soberana popular; y por la procuracin del bienestar social, ello signific llevar a cabo una labor de filigrana ideolgica, desenvolvindose entre los factores tradicionales de poder, la carga del imperialismo petrolero y las solicitaciones del autocrtico seudo socialismo estalinista. Parece posible concluir que al cerrase esta ltima fase, a raz de los acontecimientos del 24 de noviembre de 1948, la personalidad histrica de Rmulo Betancourt, entendida como la conformacin de los componentes bsicos y perdurables de esa personalidad, se haba completado. Se abra la instancia de reflexin, enmienda y consolidacin de lo adquirido. * * * * * El exilio de diez aos que sigui, su tercero, estuvo caracterizado por cuatro incesantes luchas. Una, especialmente ardua, consisti en un esfuerzo constante por restaurar el Partido, tanto en el interior del pas como en el exilio, rescatando y consolidando, para ello, su liderazgo. La segunda lucha consisti en persuadir a la opinin poltica de los pas americanos, comenzando por los Estados Unidos de Amrica, de su genuina superacin del comunismo, como militancia poltica y como desviacin ideolgica del humanismo marxista. La tercera lucha consisti en aprender a desenvolverse en el mbito de un fenmeno universal de novedosos rasgos, -la implacable Guerra Fra-, diseando una nueva poltica ante el capitalismo y los Estados Unidos de Amrica, que resultase convincente incluso para algunos lderes radicalizados de su propio partido. La cuarta lucha consisti, para Rmulo Betancourt, en preservar y consolidar su fe en la Democracia, apercibindose con ello, ideolgica y polticamente, para enfrentar la coalicin del militarismo tradicional con los sectores de la izquierda desorientada. Es decir, la alianza subversiva establecida entre los supervivientes del militarismo, -en sus dos versiones, la tradicional y la declarativamente revolucionaria-, y los agentes de la intervencin castro-comunista, llevada hasta la invasin. En suma, un cruento proceso en el que tambin parece posible advertir instancias. La instancia representada por la superacin de las repercusiones de la Guerra fra en Venezuela, fue quizs la ms dura prueba poltica e ideolgica encarada por el estadista exiliado Rmulo Betancourt, en el lapso de 1948 a 1958, y aun despus de asumir la Presidencia constitucional el 13 de febrero de 1959. El atenuar, si no disipar del todo, 5
  6. 6. en algunas mentes y gobiernos, en esas circunstancias, la sospecha de que se era un comunista irredento; pero manteniendo su autonoma crtica ante el colonialismo y reclamando para Amrica Latina la justa retribucin, en tiempos de paz, de su alta contribucin en los tiempos de guerra, exigi destreza poltico-diplomtica y perspicaz interpretacin de los tiempos. La instancia representada por la reinstauracin de la Repblica liberal democrtica, a partir de 1958, signific ajustar considerablemente, tanto en lo ideolgico como en lo procedimental, la democracia a la venezolana; en consonancia con los momentos de mayor tensin en la Guerra fra. Oblig a velar porque la institucionalidad democrtica pudiese capear, padeciendo el menor dao posible, las tormentosas aguas agitadas por el espejismo fidelista. La ltima instancia de la personalidad histrica de Rmulo Betancourt estuvo representada por la reafirmacin heroica de su concepcin democrtica del Poder pblico, correspondindose con la demostracin dada en 1945-1948, en los trminos del Decreto N 9, de la Junta Revolucionaria de Gobierno, que inhabilit a sus integrantes para postularse en las elecciones presidenciales previstas. El exilio voluntario que se impuso, obviamente generador de controversia y de suspicacia, signific su consagracin como el estadista responsable merecedor de ser considerado Padre de la democracia en Venezuela. El desarrollo de mi intento de comprensin de la personalidad histrica de Rmulo Betancourt consistir en una presentacin, desagregada temticamente, de los elementos que el lector podr compaginar en funcin de esta sumaria caracterizacin de instancias, y de la correlacin que las vincula histricamente. Pero en el entendido de que la diferencia fundamental entre los dos grandes perodos de esa personalidad histrica consiste en que el primero puede ser definido como el de la conformacin de esa personalidad histrica; y el segundo como el del forzado replanteamiento de valores fundamentales acuados en la primera; observndose entre ambos perodos una no siempre voluntaria ni controlada relacin de continuidad y ruptura. * * * * * Creo haber dejado claramente establecido que el propsito de esta obra es contribuir al conocimiento de la personalidad histrica de Rmulo Betancourt. No es, por consiguiente, el de componer su biografa. Hacer esto ltimo reclamara un enfoque muy distanciado; y quizs no menos diferenciado, del aqu adoptado. Ambos enfoques plantean problemas de carcter metdico especfico. El enfoque adoptado en el presente caso, quizs podra considerarse como uno que exige el intentar resolver cuestiones metdicas mayores. Una, y la ms general y esencial, es determinar en qu puede consistir la vida histrica de un hombre, -si entendemos por tal la que lo recomienda a la atencin no ya de sus coetneos sino de sus sobrevivientes, histricamente considerados.- La otra cuestin consiste en la espinosa diferenciacin entre lo histrico y lo cotidiano, atendiendo, sin embargo, al entrelazamiento bsico entre ambos rdenes de hechos, acontecimientos y aspiraciones, concluyentes todos en actitudes y resoluciones. 6
  7. 7. Mas no slo no culminan all las estimulantes dificultades, sino que del juego de ellas resulta la de ms ardua resolucin. Consiste en la determinacin de la historicidad del personaje partiendo de su ubicacin en el tiempo histrico; es decir en la correlacin orgnica entre las etapas cronolgicas denominadas pasado, presente y futuro; etapas que he intentado caracterizar como instancias. Cabra suponer que una personalidad histrica debe expresar la vigencia de esa condicin a lo largo de su tiempo histrico? Si as fuese, es obvio que el historiador podra desenvolverse con probable acierto en lo concerniente a los dos primeros estadios, es decir pasado y presente. Pero qu en lo concerniente al ltimo estadio, es decir futuro? Responder a esta pregunta requiere aventurarse en el terreno de la perduracin histrica; lo que suscita, cuando menos, la necesidad de determinar cunto de los dos primeros estadios perdurar en el ltimo, superando la condicin de un recuerdo ms o menos vago; si no de una sobredeterminacin que podra resultar incmoda. Salindome de las generalizaciones, y contrayndome al hombre cuya personalidad histrica trato de esbozar, me encuentro con un problema mayor. Consiste en que ese hombre se consider, -podemos decir que desde muy temprano y por siempre-, un hombre histrico. Y en apoyo de este aserto abundan no slo los indicios como los que corren en los epgrafes-. sino tambin en los testimonios, y aun en las pruebas aportadas por el personaje estudiado. En efecto, Rmulo Betancourt no slo practic un documentismo puntilloso, sino que tambin mostr celo en trazar las grandes lneas que deberan guiar a los historiadores en la valoracin de su personalidad y obra. Pero lleg a ms: su presencia histrica revela un inters primero y primario por la biografa, como gnero histrico; y se cerr con muestras de preocupacin sobre la comprensin del papel del individuo en la historia. En efecto, en una nota crtica fechada en el 20 de junio de 1931, intitulada Dos libros de Picn Salas, al referirse al significado de la Nacin en la Historia de Venezuela, dio prueba de la cruda visin marxista de quien apenas cumpla 23 aos: .La nacin lo nico fundamental para quienes, por consecuencia a un mtodo, no podemos ver en la historia slo biografa, sin negar por eso el papel creador del grande hombre- se lanz siempre a los campamentos respondiendo a las necesidades de clase vagamente intuidos. Pero a necesidades de clase. 5 Y un mes despus, el 24 de julio, sentenci: .El fenmeno que se conoce en psicologa experimental con el nombre de desdoblamiento de la personalidad, se observa tambin y con mayor profundidad an, en el campo de la biografa. Slo que no es la accin misma del grande hombre la que se desdobla, por cuanto en ella todo es sencillez, naturalidad, retorno al hombre esencial, para expresarnos con palabras de Emerson [Ralph Waldo]. Son las generaciones posteriores a su actuacin las que, falseando esa unidad primitiva, van creando al lado de la personalidad autntica otra que en nada se le parece, que a veces llega hasta a oponrsele. Este ltimo caso es el de Bolvar .6 Me esforzar porque no sea tambin ste el caso de Rmulo Betancourt, si bien, lo reitero, no me propongo escribir su biografa sino estudiar su personalidad histrica, situndola en una doble perspectiva. En primer lugar, trazando la evolucin de su pensamiento, y el desarrollo de su accin vital y poltica. En segundo lugar, correlacionando ambas corrientes, por considerarlas inseparables, -tanto en su gestacin como en su expresin-, con el fin de delinear los rasgos de la personalidad 7
  8. 8. histrica; en el entendido de que ello requerir correlacionar constantes y variantes, enmarcndolas en una dinmica de continuidad y ruptura. No peco de exceso al proyectar las reflexiones precoces de Rmulo Betancourt en su postrera preocupacin, ya mencionada, por el papel del individuo en la historia. Como no parecer desmesurada mi inquietud por la circunstancia de que me las veo con un personaje que pretendi escribir su personalidad histrica, al mismo tiempo que la viva, edificndola. Por todo ello resulta pertinente invocar lo dicho para justificar mi decisin de colocar en segundo plano la visin de s mismo, para la historia, que tuvo el cuidado de componer, de la manera y por los medios aqu estudiados, el personaje historiado. As mismo, para explicar por qu he intentado acercarme a esa personalidad valindome de lo contenido en sus cartas y textos polticos circunstanciales. Creo que esta aproximacin, por parecerme la ms directa, me permitir ensayar una conjugacin, que espero resulte reveladora, de sus motivaciones y aspiraciones con sus actuaciones polticas; y con las repercusiones que stas, a su vez, tuvieron en la personalidad de quien las expuso y realiz mientras abrigaba, en este sentido, una firme conviccin, segn declar al diario La Esfera, de Caracas, el 11 de febrero de 1931, al momento de regresar de su primer exilio: No soy hombre del pasado sino del presente y el futuro. 7 No debo dejar pasar otro aspecto de la explicacin de mi preferencia por las fuentes que menciono. Ella deriv de que valoro altamente, en el estudio de una personalidad histrica, el reino de su pensamiento; y no igualmente el grado de atinencia entre ste y las realizaciones del personaje. Pretendo que lo primero ofrece la posibilidad de captar la personalidad histrica en su crisol, formado por el intelecto combinado con el sentido tico y la responsabilidad moral. Las realizaciones dejan de pertenecerle ntimamente al hombre histrico; se vuelven asunto de la sociedad, y por lo mismo resultan dotadas de autonmica imperfeccin. No es esa la esencia del mensaje del de Galilea? * * * * * Dada la concepcin metodolgica del presente ensayo, es pertinente advertir al lector de tres particularidades del mismo. Una consiste en que, deliberadamente, se incurre en repeticiones, en aras de la pertinencia demostrativa y para no someter al lector a tener que cotejar, o correlacionar, textos grficamente separados pero vinculados en su intencionalidad probatoria, si bien trados a justificada colacin en diferentes pasajes del discurso. La segunda particularidad consiste en que, partiendo de una inicial y sumaria globalizacin de las cuestiones fundamentales que merecieron la atencin del poltico y estadista, expuesta en la Parte I de esta obra, las mismas cuestiones son seguidas en su evolucin a lo largo de las diversas etapas demarcadas en la vida histrica de Rmulo Betancourt; marcando sobre todo las lneas de continuidad y ruptura en la concepcin y tratamiento poltico de tales cuestiones. Valgan como ejemplos las siguientes: cuestin agraria, inversin extranjera e imperialismo. La tercera, y fundamental particularidad, es que la experiencia de la instauracin de la Repblica liberal democrtica, en sus dos etapas, es desarrollada como un todo en la 8
  9. 9. Parte VIII del presente estudio. El autor considera que no cabra admitir solucin de continuidad entre esas etapas sin daar el sentido bsico de un proceso histrico, que si bien estuvo, como un todo, caracterizado por la dialctica de continuidad y ruptura, lo fue con claro predominio de la primera. Como complemento argumental me acojo a lo dicho de Rmulo Betancourt, en carta a destinatario desconocido, de fecha 18 de abril de 1951: ..Yo le dije que yo estaba acostumbrado a ver las cosas del pas con criterio histrico. 8 Germn Carrera Damas Caracas, agosto de 2010 9
  10. 10. NOTAS Y TEXTOS DE APOYO Ensayo introductorio 1.- Rmulo Betancourt a Gabriel del Mazo. Carpano, 9 de marzo de 1945. Rmulo Betancourt, Antologa Poltica, 1941-1945. Vol. III, pp. 301-302. 2.- Rmulo Betancourt a Eduardo Santos, 14 de agosto de 1955. Ibdem, 1953-1958 Vol. VI, p. 425. 3.- Rmulo Betancourt a Gonzalo Barrios, 7 de diciembre de 1955. Ibdem, p. 343. 4.- Rmulo Betancourt a Juan Bosch, 30 de diciembre de 1955. Ibdem, p. 429. 5.- Rmulo Betancourt. Antologa poltica, 1928-1935, Vol. I, p. 277. 6.- Bolvar autntico y Bolvar falsificado. Charla radiodifundido desde San Jos de Costa Rica, el 24 de julio de 1931. Ibdem, Vol. I, p. 287. Vase: Germn Carrera Damas, El sentido de la Historia de Rmulo Betancourt. Petrleo, Modernidad y Democracia. (Coleccin Tiempo vigente). Caracas, Fundacin Rmulo Betancourt, 2006, pp. 27-41. 7.- Rmulo Betancourt. Antologa poltica, 1936-1941. Ibdem, Vol. II, p. 179. 8.- Rmulo Betancourt. Antologa poltica, 1948-1952. Ibdem, Vol. V, p. 480. 10
  11. 11. GLOSARIO BASICO Acercarse al estudio de la personalidad histrica de Rmulo Betancourt impone encarar requerimientos metdicos y criteriolgicos orientados a ubicar esa personalidad histrica en la conjuncin de especficas coordenadas crono-espaciales; y en correlacin con el juego de actores sociales entonces, -y quizs tampoco ahora-, bien definidos y caracterizados. Esto, en medio de una trama de factores de condicionamiento sociopoltico e ideolgico inmersos en un proceso de acelerada evolucin histrica. Estas consideraciones me llevaron a componer esta suerte de glosario, ajustado a la acepcin, de los conceptos que lo componen, de uso regular en la Venezuela de los tiempos en que desenvolvi la personalidad histrica de Rmulo Betancourt. No a la acepcin manejada hoy por las ciencias sociales evolucionadas. Obviamente, para este fin he intentado recoger el pensamiento de Rmulo Betancourt, expresado en sus documentos y en su copiosa correspondencia. I Una coordenada puede ser enunciada como el tiempo histrico, entendiendo por tal la resultante de la evolucin de la instauracin de la Repblica hasta el momento cuando comienza a asomarse la presencia histrica de Rmulo Betancourt, con sus primeros pasos, no ya de militancia poltica sino de su emergencia como lder orientado hacia el ejercicio del Poder pblico, que alcanzara a partir del 18 de octubre de 1945. Esto ocurri cuando dej de ser uno de los estudiantes en rebelda contra la Dictadura liberal regionalista, personificada por el Gral. Juan Vicente Gmez Chacn; cambio de condicin marcado por haber redactado el denominado Plan de Barranquilla, fechado en el 22 de marzo de 1931; puesto a la consideracin de sus llamados Hermanitos, como expresin primaria de su determinacin de liderazgo. La otra coordenada puede ser enunciada como el espacio sociohistrico, entendido como un cuadro en el cual confluyeron tres grandes aportes de conocimiento y de vivencia. Todos valorados teniendo en cuenta las dificultades polticas y tcnicas que impedan el acceso expedito a la informacin. El aporte bsico est representado por la Venezuela que Rmulo Betancourt vio y vivi antes de acceder al ejercicio del Poder pblico. Es decir, el cuadro de la sociedad venezolana tal como se desprende de la visin registrada por Rmulo Betancourt, en dos momentos altamente significativos en su formacin poltica: el parcial e inmediato que llev al exilio cuando cumpla veinte aos; y el que explor vehementemente a partir de su retorno del exilio, -virtual llegada a Venezuela-, en febrero de 1936. Esta visin se vio ratificada por la inferida del estudio crtico del Programa de Febrero, propuesto por el Presidente Gral. Eleazar Lpez Contreras el 21 de febrero de 1936; el Plan Trienal Poltico-Administrativo, propuesto por el mismo en abril de 1938; y los programas de las organizaciones polticas surgentes. Estos documentos suplieron, al listar lo que haba por hacer, la falta de informacin estadstica confiable, puesto que la ofrecida durante la Dictadura no lo era y no haba fuentes alternas. El Programa de 11
  12. 12. Febrero tuvo el propsito de consolidar la Repblica Liberal Autocrtica, en decadencia, mediante programas reformistas en lo social y lo econmico, que permitiesen mantener el secuestro de la Soberana popular. Un aporte, en buena parte determinante de la formacin poltica del personaje aqu estudiado est representado por la Amrica Latina que vio y vivi Rmulo Betancourt durante sus tres primeros exilios, reconocindole especial significacin al primero de esos ellos, transcurrido entre 1928 y 1936, por cuanto en esa vivencia-visin se insert su visin primaria y limitada de Venezuela. Con esta ltima contrastaban la vivida en el Caribe y Amrica Central; y la conocida mediante los precarios medios de informacin de que pudo disponer. En suma, conocer de sociedades que se debatan entre los factores condicionantes del pasado decimonnico, la contienda entre Dictadura y Libertad, y el atractivo de nuevas proposiciones ideolgico-polticas derivadas, todas, del socialismo; derivado ste, a su vez, del humanismo marxista. Un aporte, crecientemente determinante, estuvo representado por el escenario internacional en que se desenvolvi Rmulo Betancourt. Es una de las constantes ms reveladoras de su evolucin, desde su formacin primaria hasta su ocaso. Fue persistente su esfuerzo, frecuentemente de visionario, por captar la marcha de la sociedad venezolana correlacionndola con vastos escenarios polticos, econmicos e ideolgicos. En sntesis, esta preocupacin estuvo dominada por dos antagonismos bsicos: Democracia vs. Totalitarismo, en funcin de la II Guerra mundial; y Mundo libre vs. Comunismo, durante la Guerra fra. Cabe resaltar el hecho de que le toc interpretar la funcin de Venezuela en esos dos momentos culminantes del Siglo XX, y fijar posicin poltica activa ante ellos. II Los actores sociales, que, como he dicho, estaban entonces, -y quizs tampoco lo estn ahora del todo-, bien definidos; fueron caracterizados genricamente, durante la porcin primaria, y quizs la ms determinante, de la vida histrica de Rmulo Betancourt; pero ms como resultantes de la realidad social directamente percibida, y de valoraciones sociopolticas entonces debatidas, que de estimaciones estadsticas; menos an de mediciones, medianamente confiables. En este elenco son globalmente identificables los siguientes actores: Los pueblos, percibidos como los habitantes histricamente esparcidos en vastos espacios rudimentarios, y desasistidos de los beneficios bsicos de la cultura y la civilizacin modernas; privados de participacin social, cultural y poltica organizada; agobiados por la precariedad ambiental, la desnutricin y la malnutricin, los vicios y la enfermedad; y abrumados por creencias socioculturales fundadas en esquemas interpretativos cargados de desconfianza en las aptitudes y posibilidades de los pueblos para rescatarse de tal carga de atraso. Burguesas incipientes y viciadas, asentadas en ncleos urbanos estancados y deteriorados. Eran, por lo general, herederos in solidum del Poder colonial, agazapados en sus privilegios de extorsionadores de sus pueblos respectivos, al amparo de la Repblica liberal autocrtica; como secuela, remedo o resabio, en conjunto, de la monarqua colonial absoluta incrustada en esa Repblica. 12
  13. 13. Caudillos y dictadores, parapetados tras las formas constitucionales de la Repblica liberal autocrtica, sucesora de la tal monarqua absoluta, selectivamente demolida. La expresin ms acabada de esta situacin es la Dictadura liberal, militarista, y en el caso de Venezuela tambin regionalista, afincada en el secuestro de la Soberana popular y valida de la perversa asociacin conceptual entre Independencia y Libertad para oprimir impunemente a sus respectivos pueblos, so pretexto de defender la Independencia de los Estados por ellos usurpados. Juventudes, estudiantes e intelectuales inconformes, en los que se adverta la impronta de la rebelda contra la Dictadura y la reivindicacin de la Libertad, envueltas en la desorientacin ideolgica y la precariedad formativa, en lo concerniente a las corrientes ideolgicas de la modernidad. III Los factores de condicionamiento sociopoltico, en cierto grado determinantes del estado general de la sociedad venezolana en la que se desenvolvi, - en acto y en potencia-, la primera etapa e la vida poltica de Rmulo Betancourt, admiten ser clasificados como los que haban regido esa sociedad en el relativo largo perodo histrico; y los de reciente insercin en el curso histrico de la sociedad. Entre los primeros cabe mencionar el legado del pasado monrquico colonial, la perduracin social de la esclavitud, el latifundismo, el colonialismo mental, el obtuso regionalismo y el caudillismo disfrazado de personalismo. Entre los segundos factores condicionantes destacan: el militarismo tradicional prepotente, el imperialismo moderno, -real e ideologizado.-, y el efecto distorsionador de la comprensin de la realidad derivado de la adopcin acrtica de novedosas proposiciones ideolgicas. Reunidos, estos factores arrojaron un balance no ya de estancamiento sino de un atraso que lleg a ser considerado como poco menos que insuperable. La erradicacin del legado del pasado monrquico, tropezaba con la dificultad generada por una conciencia histrica cultivada en el engao de omitir el haber sido una sociedad monrquica colonial; hasta el punto de que los signos que delataban la supervivencia de la conciencia monrquica eran interpretados como problemas inherentes a la construccin de la Repblica, y no como secuelas de la demolicin y erradicacin de la conciencia monrquica, persistentes en el ordenamiento sociopoltico, al expresarse en autocracias que estaban ms cercanas de la monarqua absoluta que de la Repblica; y de actitudes sociales e individuales correspondientes ms al sbdito que al ciudadano. La abolicin social de la esclavitud requera que se superase la simplista creencia de que la abolicin legal de la misma significaba su definitiva liquidacin; cuando era evidente la supervivencia del rasgo ms tenaz de tal esclavitud, que, combinando orgnicamente la discriminacin social con la racial, perduraba en la marginacin social, la pobreza y el analfabetismo en que se hallaban estancados los descendientes, todava inmediatos, de los antiguos esclavos. El latifundismo, entendido como forma de control socioeconmico basado en la propiedad excluyente de la tierra econmicamente rentable; y en la sujecin de la mano de obra agrcola mediante procedimientos extraeconmicos. Originado en el 13
  14. 14. proceso de implantacin de la nueva sociedad, iniciado en el siglo XVI, result reforzado por la poltica republicana de adjudicacin de haberes militares, formulada y practicada para retribuir a los combatientes independentistas, y para alivio del Fisco republicano; y por la de enajenacin y arriendo de tierras baldas, especficamente dirigida, por sus trminos, a favorecer la recuperacin y ampliacin de la gran propiedad agraria, fundamento de la economa de la naciente repblica y factor principal del restablecimiento de la estructura de poder interna de la sociedad emancipada. El colonialismo, entendido como rezago histrico y como modalidad tarda de los imperios histricos, pues substitua el despojo territorial por prcticas comerciales y financieras expoliadoras, pesaba sobre la recuperacin de la economa todava perturbada por la disputa de la Independencia, y sobre el Erario exhausto . El regionalismo, como expresin sociopoltica, en el mbito de la Repblica, del provincialismo histricamente originado, pona de evidencia la baja integracin nacional, tanto en el orden poltico-territorial como en el cultural e ideolgico. Podra considerrsele la comprobacin de la condicin invertebrada de la sociedad, de la elementalidad caudillesca de la funcin poltica y del aislamiento cultural generalizado. El caudillismo tradicional, entendido como el caudillismo militar secuela de la disputa de la Independencia, combinado con el personalismo poltico, auspiciado por la perversin de la prctica electoral republicana, popular representativa, de formacin del Poder Pblico. En este trayecto se sucedieron y se barajaron, en triste gama, el caudillo-prcer; el caudillo doctor-y-general, el lder carismtico y el hombre necesario, trocado por Laureano Vallenilla Lanz en el afrancesado gendarme necesario; substitutos todos del genuino ejercicio de la Soberana popular republicana. En este tejido de los factores de condicionamiento sociopoltico, que rega la conformacin republicana de la sociedad implantada venezolana, se insertaron tres expresiones de la modernidad que tuvieron profunda y perdurable repercusin: el militarismo, el imperialismo moderno y el que he denominado efecto distorsionador de la comprensin de la realidad derivado de la adopcin acrtica de novedosas proposiciones ideolgicas. El militarismo, que asociado con el caudillismo tradicional fue sealado como secuela de la disputa de la Independencia, por haberse originado en el campo de los defensores del nexo colonial, engendr una modalidad de conciencia que se nutra del zafio desdn del soldado respecto del civil. A partir de 1903, fue fundada la Academia Militar, .para atender a la educacin militar de las clases que han de constituir el Ejrcito Nacional.y de acuerdo con los sagrados deberes que impone la defensa nacional, y los ltimos progresos de la noble carrera de las armas. 1 Con ello se echaron las bases para la conversin de la montonerismo tradicional en un militarismo primario, asentado en dos mitos: orden y eficiencia, avalados por el despotismo. El imperialismo, entendido como la expresin de la articulacin conformante, y avasallante, con el sistema capitalista mundial, procurada desde los congresos de la 14
  15. 15. Repblica de Colombia y promovida eficazmente bajo el guzmanato 2 , haba entrado en una nueva fase, la moderna, impulsado por la segunda revolucin industrial. La expansin del nuevo capitalismo internacional, bien avenido con la Dictadura liberal militarista y regionalista, al mismo tiempo que actuaba, de hecho y en la prctica, como impulsor de procesos de cambio social, era vista por los ms actualizados de los entonces campeones de la lucha contra la Dictadura, con arreglo a la concepcin leninista de el imperialismo fase superior del capitalismo, dando pie al que he denominado efecto distorsionador de la comprensin de la realidad derivado de la adopcin acrtica de novedosas proposiciones ideolgicas. Se configur de esta manera el principal adversario ideolgico enfrentado por Rmulo Betancourt. IV Slo con extrema prudencia es posible intentar diferenciar los factores de condicionamiento ideolgico de los factores de condicionamiento sociopoltico, y siempre habr de tenerse el cuidado de subrayar la interaccin que se da entre ellos. El liberalismo decimonnico, qued sealado como el camino a desechar, al considerase comprobado que no conduca a la Libertad, por ser capaz de asociarse a la dictadura, contribuyendo a disimular su naturaleza militarista y regionalista, como qued demostrado durante la primera mitad del siglo XX. Continu anidando en la conciencia de los llamados caudillos tradicionales, opuestos al Gral. Juan Vicente Gmez Chacn, que no a la Dictadura como expresin culminante de la Repblica liberal autocrtica. La aspiracin democrtica, doctrinaria y lastrada de liberalismo decimonnico, fue postulada como criterio para la organizacin poltica del Estado en el Decreto de garantas, dictado en Caracas el 18 de agosto de 1863, traducida al federalismo en la Constitucin Federal promulgada por el mismo el 13 de abril de 1864, eclipsada durante la autocracia guzmancista, reivindicada de manera programtica en la transicin de los siglos XIX y XX, eclipsada de nuevo durante la Dictadura liberal regionalista, nuevamente reivindicada de manera programtica en la fase final de esa dictadura, e implantada como fundamento del Poder Pblico a partir del 18 de octubre de 1945. El socialismo-comunismo fue recibido por algunos de los jvenes rebeldes,- incluido Rmulo Betancourt-, que segn propia confesin de ste haban permanecido ayunos del conocimiento de las nuevas ciencias sociales y proposiciones ideolgico- polticas, como la alternativa revolucionaria respecto del liberalismo tradicional, que luca incapaz de auto renovarse. Esta suerte de fascinacin ejercida por el humanismo marxista, y hasta por el leninismo, comenz a disiparse al ser remplazado ste ltimo por la dictadura de Jos Stalin. El tenaz anticomunismo demostrado por Rmulo Betancourt desde el inicio de su tercer exilio, especialmente manifestado en el tratamiento de la cuestin sindical, admite tres explicaciones: a) Rechazo de los comunistas por su defensa del rgimen representado por el Gral. Presidente Isaas Medina Angarita; por su actitud ante el golpe militar del 24 de noviembre de 1948 y por la complacencia inicial con la Junta 15
  16. 16. militar. b) Temor a la repercusin que podra tener toda sospecha de avenimiento con los comunistas en los pases que integraban en el Frente de la Democracia contra el comunismo, particularmente en USA; y en el movimiento sindical internacional, en el que Rmulo Betancourt cifraba grandes esperanzas; todo en el marco de la Guerra fra. d) Tal acercamiento podra corroborar la sospecha injustificada de que la instauracin de la Republica liberal democrtica, en 1945-1948, estuvo dirigida por comunistas disfrazados de adecos, aludindose al pasado de Rmulo Betancourt y sus Hermanitos. Las derivaciones expresamente totalitarias del socialismo, entendiendo por tales el fascismo, el nacionalsocialismo, el falangismo y el estalinismo, eran asociadas con la Dictadura por implicar la negacin de la Libertad, en una primera instancia; y por ser negadoras de la Democracia y violatorias de los derechos humanos. El intelectualismo retrico y escapista era criticado y rechazado con dureza por ser considerado la anttesis de la militancia revolucionaria en el campo de las ideas, de la cultura y de la poltica; hasta el punto de que ese rechazo abarcaba lo acadmico puesto al servicio de la Dictadura. Los postulados ideolgico-polticos del campo de la democracia, en sus dos tiempos, el de la fundamentacin ideolgica de la conformacin del denominado Frente de la democracia contra el fascismo, durante la II Guerra Mundial; y el del Campo de la democracia contra el comunismo, durante la Guerra Fra, resultaban de la suma de los postulados de La doctrina de las cuatro libertades, proclamada por Franklin Delano Roosevelt, como fundamento tico de la Libertad; y de la Carta del Atlntico, suscrita por el antes citado y Winston Spencer Churchill, como fundamento del principio de la autodeterminacin de los pueblos. Estos preceptos fueron relegados en funcin de los requerimientos de la lucha contra la expansin comunista durante la denominada Guerra fra. Caracas, 8 de julio de 2008. 16
  17. 17. Glosario.- NOTAS Y TEXTOS DE APOYO: 1.- La Academia fue fundada por el Gral. Presidente Cipriano Castro, por Decreto de 4 de julio de 1903. Documentos que hicieron historia. 1810-1989. Tomo II, p. 126. 2.- Vase: Germn Carrera Damas, La formulacin definitiva del Proyecto nacional venezolano: 1870-1900. Caracas, Cuadernos Lagoven. Serie Cuatro Repblicas, 1988. 17
  18. 18. Parte I: Coordenadas de la personalidad histrica de Rmulo Betancourt. Que triunfante la revolucin deben elevarse a canon los principios democrticos proclamados por ella y conquistados por la civilizacin, a fin de que los venezolanos entren en el pleno goce de sus derechos polticos e individuales. Decreto de Garantas dictado en Caracas, el 18 de agosto de 1863, por el Gral. Juan Crisstomo Falcn.1 No parecera necesario justificar el hecho de iniciar el estudio de una personalidad histrica ubicndola en el tiempo y el espacio histricos en los cuales se desenvolvi; pero s es aconsejable apuntar que por tales se entienden, en este caso, las nociones que de esas dimensiones pudo tener el personaje estudiado; pues en funcin de esa realidad, por l percibida, se desenvolvi su personalidad histrica. El que esa visin se correspondiese con la realidad que hoy conocemos, es harina de otro costal, segn el decir de los pueblos del trigo. Pero cabe observar que en la visin de su tiempo histrico, y en la vivencia de su espacio sociohistrico, Rmulo Betancourt parti de la conjuncin de su primario conocimiento juvenil de esas coordenadas con la aoranza de quien sobrellev en el exilio, precariamente, la mayor parte de su dcada formativa bsica. Lo as adquirido entr en un renovado forcejeo formativo desde que volvi (lleg?) a Venezuela, cerrando el lapso 1928-1935; y emprendi el aprendizaje, inmediato y concreto, de las coordenadas de tiempo y espacio con arreglo a las cuales deba enrumbar su actuacin, como promotor de la toma de conciencia, por la sociedad venezolana, de su potencialidad poltica, pasando el conocimiento as obtenido, para trazar el rumbo a seguir, por el tamiz de un bagaje ideolgico por l ya crticamente cuestionado y progresivamente reformulado. * * * * * A.- Tiempo histrico en el que se inscribi la personalidad histrica de Rmulo Betancourt. El momento histrico en el que se inscribi la accin histrica de Rmulo Betancourt puede ser definido como el de la articulacin entre la prolongada vigencia de la Repblica liberal autocrtica, heredera poltica y continuadora institucional de la Repblica de Colombia, moderna y liberal; y su degradacin como la Dictadura liberal regionalista, que ocup en conjunto, en sus tres fases de instauracin,-personificada en el Gral. Cipriano Castro-; de apogeo, -personificada en el Gral. Juan Vicente Gmez Chacn-; y de ocaso, -personificada en los generales Eleazar Lpez Contreras e Isaas Medina Angarita-; casi toda la primera mitad del siglo XX. En lo ideolgico, esta ubicacin se manifest en la progresiva superacin, por Rmulo Betancourt, del liberalismo tradicional, desvirtuado al extremo por la mencionada dictadura; y en su apertura crtica hacia nuevas teoras ideolgico-polticas; nacida y derivada esta 18
  19. 19. apertura de su fervoroso apego al humanismo marxista; pero reunidos ambos esfuerzos intelectuales en la formulacin de una versin, doctrinariamente avanzada, y polticamente pragmtica, de la socialdemocracia. La insercin de Rmulo Betancourt en La larga marcha de la sociedad venezolana hacia la Democracia 2 ocurri en funcin de la superacin de la tradicional antinomia Libertad vs Dictadura, a la cual pag tributo muy en los inicios de su formacin poltica; y de la creciente percepcin de la correlacin funcional existente entre Libertad y Democracia. Tuvo conciencia de la necesidad de este trnsito desde 1931, cuando sostuvo, en el Plan de Barranquilla, la necesidad de un cambio social estructural, y de un nuevo y menos gaseoso concepto de la libertad que el profesado por los jacobinos de todos los tiempos de la Repblica. 3 Este primer acto de la evolucin ideolgica de Rmulo Betancourt result de la irrupcin, en el proceso de instauracin de la Repblica, de inusitados factores de cambio estructural. Su presencia histrica asom al dar sus pasos iniciales, no ya en la militancia poltica sino en su emergencia como lder, orientado hacia el ejercicio del Poder pblico. Dej de ser uno de los estudiantes en rebelda contra la Dictadura liberal regionalista, personificada en el Gral. Juan Vicente Gmez Chacn; cambio marcado por haber redactado el Plan de Barranquilla, fechado en el 22 de marzo de 1931; y haberlo puesto a la consideracin de sus llamados Hermanitos, como prueba de su determinacin de liderazgo. La personalidad histrica de Rmulo Betancourt ocupa un lugar muy alto, no solamente en la historia de la Democracia en Venezuela, sino en la de Venezuela republicana. La valoracin de esa ubicacin reclama que se repasen las grandes lneas de la conformacin, desarrollo y crisis de la Repblica liberal autocrtica en Venezuela, en sus dos fases, la separatista, -iniciada con la ruptura de la Repblica de Colombia-, y la Dictadura liberal regionalista, -iniciada con el Siglo XX-; ocurridas ambas fases en el muy breve lapso comprendido entre 1830 y 1945. 4 En el curso de ambas fases se inscriben las etapas de La larga marcha de la sociedad venezolana hacia la democracia. Corresponden a las expresiones tempranas de la aspiracin de adoptar la Democracia como rgimen sociopoltico; a la instauracin de la Repblica liberal democrtica, en el lapso de 1945 a 1948; a la reinstauracin de la Repblica liberal democrtica, iniciada en 1958 5 ; y al impulso a la conformacin de una genuina sociedad democrtica, mediante los trabajos de la Comisin Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE), establecida en virtud del Decreto presidencial No. 403, de 17 de diciembre de 1984, cuyo primer Considerando reza: Que la sociedad venezolana exige la adopcin de medidas que aseguren el establecimiento de un Estado moderno, esencialmente democrtico y eficiente, en el cual los postulados de la Constitucin adquieran plena vigencia y la participacin ciudadana constituya un elemento efectivo en la toma de decisiones de los Poderes Pblicos. 6 En razn del plan de esta obra, el recorrido de la coordenada tiempo histrico se detendr en los prolegmenos de la instauracin de la Repblica liberal democrtica, en el lapso de 1945 a 1948; y se compondr de muy breves proposiciones de 19
  20. 20. conocimiento, acompaadas de puntuales referencias bsicas. Obviamente, a partir de este ultimo momento la personalidad histrica de Rmulo Betancourt estuvo consubstanciada con su propia realizacin. 7 * * * * * Cabe subrayar que el punto de partida de esta sntesis histrica de los orgenes de la Democracia en Venezuela-, es el prolongado y traumtico proceso de abolicin de nuestra Monarqua originaria, en su modalidad colonial; y la declaracin, primero, y la instauracin primaria de la Repblica, durante el lapso comprendido entre 1811 y 1821. 8 La primera etapa de este proceso consisti en un intento de salvaguardar la Corona 9 , preservndola por ser el principio legitimador de la estructura de poder interna de la sociedad colonial, que haba comenzado a institucionalizarse a fines del siglo XVIII. El eje de esa estructura era el Poder monrquico colonial, que resultaba de la orgnica vinculacin entre el Poder poltico metropolitano, representado por los funcionarios reales, y el Poder social, representado por el alto sector social criollo. Este ultimo Poder estaba basado en la propiedad excluyente de la tierra econmicamente rentable, en la de la mano de obra esclava, y en la trama discriminatoria, racial y social. Conscientes del papel legitimador desempeado por la Corona en esta estructura de Poder, los primeros pasos polticos de los representantes del Poder social sirvieron a un propsito esencialmente autonmico, mediante la formacin de la Junta Suprema conservadora de los derechos de Fernando VII; vale decir de nuestra Corona, como expresin directa y soberana de la Voluntad divina . La evolucin de la crisis poltica interna, as generada, y estimulada por la reaccin colonialista de las Cortes del Reino, condujo a la abolicin tcita de la Monarqua mediante la instauracin de la Repblica. 10 sta naci orientada hacia la preservacin del Poder social, una vez disipada la confianza en que el Poder poltico metropolitano pudiese continuar cumpliendo su papel en el agregado poltico social denominado Poder monrquico colonial. 11 Estos acontecimientos, ocurridos en el lapso comprendido entre 1810 y 1811, han quedado registrados en el Acta de Declaracin de Independencia, levantada el 5 de julio de 1811. En la Primera proclama del Gobierno independiente se intent aplacar los temores, propios de la mentalidad monrquica en su componente cristiano catlico: Ya, caraqueos, no reconocis superior en la tierra; ya no dependis sino del Ser Eterno. 12 La instauracin primaria de la Repblica represent el primer esbozo en la formulacin inicial del Proyecto Nacional venezolano. Su concepcin estuvo marcada por la reivindicacin generalizada de la autonoma provincial, legtimamente invocada una vez suprimido el nico vnculo efectivo entre las provincias histricamente formadas, la Corona. Fallidos los intentos de darle nueva entidad a ese vnculo, se vio comprometido el logro del objetivo sociopoltico primordial, que era preservar la 20
  21. 21. estructura de poder interna de la sociedad colonial. Este inesperado desarrollo se correspondi con la etapa inicial de la evolucin de las sociedades republicanas, producto de la abolicin de la Monarqua absoluta. Fue necesario recurrir al precedente sentado por la todava precaria Repblica nacida de las colonias britnicas de la Amrica del Norte, consistente en el pacto federal. Esta determinacin no obedeci a propsitos que modernamente podran ser calificados, errneamente, de democrticos. Decisiones sociopolticas claves, como la tomada por la Junta Suprema el 14 de agosto de 1810, Sobre la prohibicin de la Introduccin de esclavos negros, dirigida a prevenir la agudizacin de los temidos alzamientos, en una creciente poblacin esclava; y la redaccin de las Ordenanzas de Llanos, de la Provincia de Caracas, hechas de orden y por disposicin de la seccin legislativa del Congreso, sin fecha, que estableca un casi rgimen de trabajo forzado en Los Llanos, denotan la determinacin de preservar el Poder social colonial, en previsin de reacciones sociales ante la abolicin de la Monarqua, hecho ste que se revel como la causa primordial de tales reacciones. 13 La instancia primaria de la formulacin inicial del Proyecto nacional estuvo enmarcada en la disputa entre la preservacin de los derechos de nuestra Corona y el pleno restablecimiento de la Monarqua, si bien debatida ste entre volverla constitucional y mantenerla absoluta, en funcin de la renuente juramentacin, vigencia y abolicin, de la Constitucin Poltica de la Monarqua Espaola, llamada de Cdiz, promulgada el 19 de marzo de 1812. Fue vista con recelo tanto por los sostenedores de la Monarqua absoluta, como por los independentistas, presumiblemente en razn de algunos contenidos liberales susceptibles de comprometer la estructura de poder interna de la sociedad colonial. La reaccin social adversa a la Repblica, motivada por la abolicin de la Monarqua, condujo a la primera adopcin de la figura excepcional denominada Dictadura comisoria, destinada, como se contempla en el ordenamiento constitucional liberal, a preservar la institucionalidad republicana mediante el restablecimiento del orden necesario a su funcionamiento. Esta decisin del Congreso hizo de Francisco de Miranda el primer dictador comisorio de la Repblica. 14 * * * * * Para los fines especficos de este resumen de los orgenes de la Democracia en Venezuela, enunciado como una aproximacin a la coordenada histrico-temporal requerida para ubicar la personalidad histrica de Rmulo Betancourt, parece razonable que me limite a sintetizar los acontecimientos subsiguientes, hasta la fundacin e instauracin de la Repblica de Colombia, acontecimiento primordial para la fundamentacin del presente estudio. En la precaria restauracin de la Repblica, en el lapso de 1812 a 1814, se produjo el surgente liderazgo poltico y militar de Simn Bolvar, mediante la justificacin ideolgico-poltica de su aspiracin al mando; y la legitimacin de su mandato neogranadino, como fundamentos del nuevo poder republicano, que fue irregularmente conformado como una suerte de dictadura comisoria, mediante los solicitados dictmenes legitimadores de los jurisconsultos Francisco Xavier Ustriz, Ramn Garca Cdiz, Miguel Jos Sanz y Miguel Pea. 21
  22. 22. Al frustrarse el intento de restaurar la Repblica, se abri una secuencia poltica en la que alternaron la restauracin de la Monarqua absoluta en 1814-1820; la de la Monarqua constitucional en 1820-1823, y nuevamente la de la Monarqua absoluta en 1823. En este marco se sucedieron los hechos que abarcaron desde los de Jos Toms Boves, realidad y mito, hasta los de Pablo Morillo, el Pacificador; que condujeron a la consolidacin militar-poltica de la Monarqua colonial venezolana, ,y a la marginacin, social y espacial, del movimiento independentista, en el lapso de 1814 a 1821. La formulacin del fundamento doctrinario y poltico de la Independencia, fue funcin del calamitoso periplo realizado por los independentistas, desde la huda a Oriente, en 1814, hasta la instalacin del Congreso en Angostura, el 15 de febrero de 1819. Result de la progresiva asimilacin realista de la derrota sufrida a manos de pardos y esclavos, defensores de la Corona; y ech las bases de la creciente concentracin en Simn Bolvar del poder poltico y militar, mediante la ratificacin de argumentos contenidos en el denominado Manifiesto de Cartagena, lanzado por Simn Bolvar el 15 de diciembre de 1812. Todo conducente a la ratificacin de la declaracin de Independencia, mediante la denominada Declaracin de Angostura, de 20 de noviembre de 1820; al transitorio restablecimiento de la repblica, en 1819; a la aprobacin de la Ley fundamental de Colombia, el 17 de diciembre de ese ao; y a la promulgacin de la Constitucin de la Repblica de Colombia, el 6 de octubre de 1821. Estos acontecimientos promovieron el debate ideolgico-poltico a un alto nivel, llevado hasta la rendicin de cuentas por el dictador comisorio Simn Bolvar ante el Congreso Constituyente de la Repblica de Colombia, el 20 de enero de 1830; y al reconocimiento por ste de tal dictadura. La ratificacin expresa de la Repblica de Colombia por medio de la constitucin; y la institucionalizacin, funcionamiento y crisis poltico-institucional de esa Repblica, significaron la insercin, en el innovador Proyecto nacional colombiano, moderno y liberal, del Proyecto nacional venezolano, -todava en su fase de formulacin inicial, retomada con enmiendas y aadidos en Angostura en 1819-. El innovador Proyecto colombiano, que fuera concebido en Angostura como una unin de Estados, fue reformulado en Ccuta como la unin de los pueblos de Colombia. En la crisis terminal de esa unin, Simn Bolvar pas de ser el Libertador Presidente en campaa, usualmente revestido de facultades extraordinarias, a Dictador comisorio, mediante el secuestro de la Soberana popular como fuente de legitimidad del Poder pblico. Lo hizo para garantizar la Independencia de Colombia, y como respuesta a la reaccin republicana liberal conspirativa, pero suscitando una fuerte oposicin en Caracas, todo esto ltimo en el lapso de 1828 a 1830. * * * * * La crisis y ruptura de la Repblica de Colombia, moderna y liberal, fue la coyuntura sociopoltica que condujo a que se emprendiese la instauracin e institucionalizacin de la Repblica liberal autocrtica en Venezuela, -que en lo gubernativo marc continuidad con la restaurada Monarqua, alternativamente absoluta y constitucional, entre 1814 y 1821; Repblica vigente desde su instauracin en 1830 hasta el inicio de su demolicin, en 1945. Sobresalen como sus rasgos bsicos el 22
  23. 23. velado secuestro de la Soberana popular, y la desconfianza respecto de la Democracia, envuelta en el rechazo del principio federal, y considerada adversa al restablecimiento de la estructura de poder interna de la sociedad, desquiciada por los efectos de la disputa de la Independencia; objetivo respecto del cual se consideraban sobre todo soluciones represivas. Las circunstancias sociopolticas haban determinado una suerte de autonoma de facto del Departamento de Venezuela; anunciadora del separatismo estimulado por el rechazo de los contenidos modernos y liberales de la Constitucin colombiana de 1821, -que fue, sin embargo, la primera Constitucin efectiva de Venezuela-; y por el reiterado planteamiento de Simn Bolvar sobre la abolicin de la esclavitud. Estas medidas eran justamente temidas por la porcin fundamental de la sociedad colonial venezolana, que se recuperaba al amparo del dispositivo estratgico montado por el ejrcito expedicionario comandado por Pablo Morillo. La reanudacin de la formulacin inicial del Proyecto nacional venezolano, mediante una adaptacin del Proyecto nacional colombiano, estuvo regida por la dialctica de continuidad y ruptura entre la Repblica de Colombia y el Estado y Repblica de Venezuela. Al igual que en la Repblica de Colombia, la tarea primordial y urgente del nuevo Estado fue restablecer la estructura de poder interna de la sociedad, cuya perturbacin, -quizs ms profunda que en Nueva Granada-, era prolongada por los efectos de las contiendas, ya puramente civiles, libradas, ahora, al calor de la gnesis y evolucin de la versin republicana del caudillismo militar, surgido en las filas de los defensores del nexo colonial, y representado por el primer caudillo venezolano, Jos Toms Boves. 15 El personalismo poltico, resultante de la perversin de la modalidad republicana de la formacin del Poder Pblico, complement tal caudillismo. Pronto se hizo evidente el desvanecimiento de las expectativas sociopolticas de paz, prosperidad y bienestar, generadas en la lucha independentista, y se agudizaron problemas bsicos. En lo social, la recuperacin de la propiedad y del trabajo como factores de control social; la represin de la vagancia, y el destino de la esclavitud y de los licenciados del ejrcito. En lo poltico, la conciliacin de las autonomas provinciales en el marco del Proyecto Nacional republicano. Ante este cuadro conflictivo se buscaron reguladores de las tensiones sociales. Para estos fines se hizo de la Independencia un fin en s mismo; y se acudi al prestigio de Simn Bolvar, como legitimador de tal logro y como principio de unidad nacional, a la vez que permitira transferir la responsabilidad por el calamitoso cuadro que presentaban la sociedad y la Repblica. Con el desenlace de la crisis sociopoltica de la Repblica de Colombia tom curso, en Venezuela, el perfeccionamiento de la disputa de la Independencia, que haba sido aquietada en Angostura, una vez fusilado el Gral. Manuel Piar y hecho refugiarse en la prudencia a los jefes orientales. Ms tarde la disputa fue regulada en la Repblica de Colombia, por obvias razones militares y polticas. Los signos sobresalientes de la reanudacin de la disputa de la Independencia, en la Venezuela separada de Colombia fueron el movimiento Reformista, en 1835, y la formacin del Partido liberal, en 1841, inscritos ambos hechos en la conformacin de las bases sociales y econmicas de la sociedad republicana. Tal operacin fue estimulada, en lo 23
  24. 24. ideolgico, por el acto fundacional de El culto a Bolvar. La repatriacin de sus restos estuvo dirigida a conjurar la crisis sociopoltica, que se agudiz a partir de 1845, cuando el reconocimiento de la Independencia por la que aun era, jurdicamente, nuestra Corona, legitim, y probablemente estimul, al despejar lealtades monrquicas sobrevivientes, la conversin de sbditos rebeldes en ciudadanos independientes; aliviados del temor de una reconquista. La confrontacin poltica entre el liberalismo reformista y el liberalismo conservador vivi dos puntos crticos con los sucesos del 24 de Enero de 1848 y la abolicin legal de la esclavitud; hechos que no afectaron los procedimientos sobre formacin, ejercicio y finalidad del Poder pblico. La reanudacin poltica y militar de la disputa de la Independencia alcanz su clmax en la Guerra Federal, durante la cual se manifestaron diferencias ideolgicas no slo entre las dos ramas del liberalismo, -la conservadora y la reformista-, sino tambin en el seno de stas. En el campo de los liberales reformistas se revelaron, en el mbito de una acentuada confrontacin social, signos de los tempranos brotes de la crtica socialista europea al liberalismo. En el sector liberal conservador la dictadura comisoria del Gral. Jos Antonio Pez desvirtu la prdica institucionalista que se esgrima contra las intenciones sociales y polticas disolventes atribuidas a los federalistas, tildados por ello de promotores de la Democracia. El desenlace poltico de la fase ms intensa y prolongada de la reanudacin poltica de la disputa de la Independencia en Venezuela, representado por los Tratados de Coche, signific abrirle paso al restablecimiento de la estructura de poder interna de la sociedad, objetivo procurado desde los congresos de Colombia. Simultneamente se produjo la que parece ser la primera proclamacin pblica oficial del presupuesto doctrinario de la Repblica liberal democrtica. El Decreto de Garantas, dictado en Caracas, el 18 de agosto de 1863, por el Gral. en Jefe Juan Crisstomo Falcn, proclama: Que triunfante la revolucin deben elevarse a canon los principios democrticos proclamados por ella y conquistados por la civilizacin, a fin de que los venezolanos entren en el pleno goce de sus derechos polticos e individuales. Tal fue el arranque doctrinario oficializado de la que he denominado la La larga marcha de la sociedad venezolana hacia la democracia; seguido de su primer eclipse, como consecuencia del revisionismo federalista, que prevaleci en la formulacin definitiva del Proyecto Nacional venezolano, ahora con el carcter de liberal y modernizador, centrado en la Constitucin federal promulgada el 13 de abril de 1864. Se procuraba rescatar el principio federalista de 1811, para encauzar la persistente muy baja integracin poltico-territorial. El liderazgo liberalizador y modernizador del Gral. Antonio Guzmn Blanco, en el marco del Proyecto Nacional, formulado de manera definitiva, marc el apogeo de la Repblica liberal autocrtica, logrado mediante el perfeccionamiento de la derrota militar de los liberales conservadores, si bien atenuada estratgicamente gracias a los Tratados de Coche, que permitieron preservar parte de la base social de la Repblica liberal autocrtica. Esta operacin fue validada por la exaltacin retrica de la Soberana popular; que sin embargo permaneci secuestrada, y manipulada gracias a la reorientacin de la conciencia poltica mediante la oficializacin de la conciencia histrica. 24
  25. 25. En esta eficaz operacin ideolgica confluyeron tres importantes factores: la adaptacin liberal de el culto a Bolvar y el consiguiente inicio de su conformacin como la segunda religin de los venezolanos, mediante la conversin de un culto del pueblo en un culto para el pueblo 16 ; la depuracin de la conciencia social, de remanentes de la conciencia monrquica, mediante la radicalizacin de la separacin entre la Iglesia cristiana catlica y el Estado republicano liberal; y la reanudacin de la instruccin pblica gratuita y obligatoria, tempranamente esbozada y dispuesta, por el Congreso de la Repblica de Colombia, por Ley de 18 de marzo de 1826. Se instrumentaron polticas dirigidas a establecer una articulacin funcional con el sistema capitalista mundial, procurada tambin desde los Congresos de Colombia, para promover la afluencia de brazos y capitales, requeridos para estimular el desarrollo socioeconmico capitalista. A estos factores parecen haberse aadido las repercusiones de los acontecimientos de La Comuna, ocurridos en Pars en 1870-1871; nada propicias a una disposicin de la opinin pblica que fuese favorable a las aspiraciones democrticas; antes bien auspiciadoras del establecimiento de gobiernos fuertes. El ocaso del rgimen guzmancista estuvo marcado por la acentuacin de la dinmica de continuidad y ruptura en el desarrollo del Proyecto nacional liberal modernizador, en el mbito de la Repblica liberal autocrtica. Cabe destacar la actualizacin ideolgica del debate poltico, marcada por intentos programticos por salir del eclipse, antes mencionado, si bien mediante el reclamo del restablecimiento de la Constitucin de 1864, en la cual se encuentran definidos con claridad y sin reservas mentales los verdaderos principios de la democracia representativa.., segn el Programa de la Unin Democrtica, fechado en Caracas el 29 de abril de 1899; y cuyos asociados declaran que los animaba el solo propsito de poseer un Gobierno esencialmente nacional e inspirado en instituciones democrticas. En el correspondiente Programa se sostiene, adems, que un error todava ms generalizado entre nosotros [ms que la conspiracin permanente y la abstencin] es el creer que la libertad se establece por medio de decretos gubernamentales, y que basta la voluntad ms o menos firme de los magistrados, para que funcione la complicada mquina de las instituciones democrticas. En nuestra supersticin por la fuerza, todo lo pedimos a sus depositarios: hasta la transformacin de las almas, de indolentes y fras, en activas y viriles, como si estuviese en su mano poner en ellas la excelsa virtud del patriotismo. En vano ser, por tanto, que la teora constitucional consagre los ms avanzados principios, si no existe en nadie la voluntad de practicarlos; y como la prctica no depende de los gobiernos sino de la constante iniciativa de los ciudadanos, habr siempre una desproporcin entre las leyes y las costumbres, de la cual se aprovecharn los ms hbiles para representar su interminable farsa democrtica. 17 Por su parte, en el Programa del Partido Liberal Nacionalista, fechado en el 20 de febrero 1897, el Gral. Jos Manuel Hernndez, alias el mocho Hernndez, se proclama: Imbuido yo en las ideas de mis coetneos; adversario franco de personalismos; partidario decidido de la unin de los venezolanos en el seno de la democracia y bajo el smbolo hermosos de la Repblica. Sostiene que .los gobiernos deben ser nacionalistas en el sentido democrtico de que se rigen por el pueblo y para el pueblo 18 En la prctica poltica los pronunciamientos democrticos se revelaron como intentos de depuracin doctrinaria del liberalismo, 25
  26. 26. preservando la continuidad del secuestro de la Soberana popular? Para tales fines se envuelve esta ltima en la institucionalizacin de la historia oficial, -sucesora y continuadora de la historia patria-, utilizada para vincular funcionalmente la conciencia histrica del venezolano con el Proyecto nacional usufructuado por la Repblica liberal autocrtica. Los excesos de la guerra de Independencia y su secuela de otras guerras civiles, abon la tesis de que el pueblo venezolano no estaba capacitado para ejercer su soberana; deba ser tutelado. * * * * * El ocaso y extincin de la Repblica liberal autocrtica originaria, corri entre 1899 y 1945, mediante el perfeccionamiento del secuestro de la Soberana popular; y su substitucin, como fuente del Poder pblico, por la Dictadura liberal regionalista. sta vaci de contenido, incluso formal, el ordenamiento republicano. Lo substituy por la desembozada concentracin del Poder Pblico en manos de caudillos militares y sus facilitadores civiles, determinados a perpetuarse en el usufructo del Poder, por s o instaurando una sucesin casi dinstica, basada en el control regionalista y clientelar de la formacin del Poder Pblico, ejercido con la mira de fomentar la relacin clientelar, de acrecentar la burocracia dependiente polticamente y de proveer los mecanismos de represin. Esgrimiendo como falaz bandera la defensa de la Constitucin, el imperio de la libertad y el no continuismo, se lleg a la Dictadura liberal y al continuismo regionalista. La irrupcin de esta modalidad de la Dictadura interrumpi el resurgir programtico de la aspiracin de Democracia, que apuntaba en la ltima dcada del Siglo XIX, y se mantuvo mediante la institucionalizacin del militarismo tradicional y el manejo de una perversa confusin entre Independencia y Libertad, utilizada para cercar ideolgicamente a la sociedad, e intentar cerrarle el paso a la modernidad, econmica, tcnica e ideolgica, sin embargo resultante de la creciente articulacin con el sistema capitalista mundial, ya en plena expansin como efecto de la explotacin del petrleo. La Dictadura liberal regionalista se desenvolvi bajo el signo de la burla del principio de la alternabilidad republicana, mediante subterfugios seudolegales o bajo el signo del continuismo, mediante la abolicin, apenas disimulada, de los principios republicanos liberales, histricamente consagrados luego de haber sido formulados en la Constitucin de la Repblica de Colombia; y hasta entonces slo nominalmente vigentes, sobre todo en lo concerniente a la formacin del Poder pblico. La Dictadura se despoj de toda pretendida condicin de comisoria, en su sentido clsico, y se convirti en una no slo dirimente sino tambin permanente, amparada en la adopcin de la frmula francesa de el gendarme necesario; pero transformando el original carcter remedial de sta, al pretender que fuese expresin de un mandato orgnico de la sociedad para la absoluta, permanente y eficaz concentracin del Poder Pblico en el militar dictador. En el marco de una creciente vinculacin con el capitalismo internacional, resultante de los cambios ocurridos en los escenarios tcnicos y econmicos internacionales, se oper una coalicin de factores de poder, -los tradicionales y los capitalistas internacionales-, si bien en medio de una pugna surgente con las 26
  27. 27. implicaciones sociales y culturales transformadoras, inherentes a esa vinculacin. La Dictadura liberal llev a la exacerbacin el uso manipulador de el culto a Bolvar, utilizndolo como principio legitimador, y como escudo ideolgico seudo patritico contra la penetracin de las doctrinas polticas, democrticas y no democrticas, reunidas en la calificacin de doctrinas exticas; o sea comunismo. De ello result el primer intento de convertir a Venezuela en una Repblica bolivariana, promovido por el Gral. Presidente Eleazar Lpez Contreras. Los regmenes continuistas representados por los generales Eleazar Lpez Contreras e Isaas Medina Angarita, llenaron la fase final de la Dictadura liberal regionalista. Escenificaron intentos de restaurar, siquiera sumariamente, la formalidad institucional de la Repblica liberal autocrtica, pero preservndole su condicin continuista y regionalista, sobre todo en lo concerniente a la formacin del Poder pblico. Simultneamente, asom a la escena poltica, as entreabierta, en 1936, la democracia moderna, a la venezolana, que haba comenzado a gestarse, en el exilio, a partir de 1928, como derivacin de la rebelda estudiantil y como resultado de la cooperacin crtica de los que Rmulo Betancourt denominaba Hermanitos, -Ral Leoni, Ricardo Montilla y Valmore Rodrguez-, la de otros exiliados inquietos polticamente, -Carlos DAscoli y Germn Herrera Umrez-, y la de surgentes intelectuales, -Mariano Picn Salas y Joaqun Gabaldn Mrquez-. Mediante intercambio epistolar, adelantaron la crtica del liberalismo decimonnico, en contraste con las nuevas proposiciones ideolgicas, fundadas en el humanismo marxista doctrinario y en la teora leninista del Poder. Estimulado por la crtica de la derivacin dictatorial leninista, y su perversin estalinista, de este ejercicio terico-poltico comenz a brotar la que cristalizara como la socialdemocracia venezolana. Cabe subrayar la circunstancia de que la democracia venezolana moderna comenz a forjarse, como doctrina, en el exilio, pero que adquiri entidad poltica en el lapso 1936-1945, en el contraste con los sntomas de crisis de la arcaizante Dictadura liberal regionalista, y en el clima ideolgico-poltico postulado por el denominado Campo de la democracia en la lucha contra el fascismo, representado por la Doctrina de las cuatro libertades y la Carta del Atlntico. La complejidad de esta suerte de decantacin ideolgica se aprecia en el hecho de que todava en 1931 Rmulo Betancourt vio la revolucin como inspirada en la rigurosa dialctica materialista.; y no en la democracia concebida como lo opuesto al absolutismo personalista y caudillista, por l mismo denunciado; si bien refirindose a la necesidad de sobreponerse a .cien aos de fracaso de los ideales democrticos.; para corresponder .a la aspiracin consciente de los venezolanos con un nuevo y menos gaseoso concepto de libertad 19 Enmarcados en la dialctica histrica de continuidad y ruptura, estos trabajos ideolgico-polticos encajaron en La larga marcha de la sociedad venezolana hacia la Democracia que, como hemos visto, fue proclamada oficialmente en el Decreto de Garantas, de 1863; se vio subordinada al federalismo en la Constitucin de 1864, y comenz a ser reivindicada en programas polticos de finales de siglo XIX. La mesurada conducta del postrero representante de la Dictadura liberal regionalista, Gral. Isaas Medina Angarita, en lo concerniente a las libertades pblicas. forzada por el cambio socioeconmico e inducida por las proyecciones ideolgico- 27
  28. 28. polticas de la II Guerra mundial, signific, fugazmente, el circunstancial abandono del crudo continuismo gomecista; pronto recuperado, si bien no ha faltado quien confunda este obligado resultado, con propsitos democrticos. El desolador balance de la Repblica liberal autocrtica, en lo social, lo econmico y lo cultural, puede ser inferido de las programticas formulaciones administrativas, que habran de realizarse sin menoscabo de los fundamentos polticos del rgimen. No obstante, persisten balances seudo histricos que identifican el ejercicio de la democracia con la no privacin total de libertades. Tambin desestiman, si no la ignoran, la repercusin ideolgica y poltica condicionante de la situacin internacional, en funcin de la II Guerra mundial, que forz a la Dictadura liberal regionalista a que pasase desde el cerrado anticomunismo bolivariano-lopecista a la simulacin, siquiera parcial y circunstancial, de las repercusiones de las mencionadas Doctrina de las cuatro libertades y Carta del Atlntico. Con la instauracin de la Repblica liberal democrtica, a partir del 18 de octubre de 1945, se rescat la Soberana popular; y se activ su pleno ejercicio, por primera vez, en funcin de la redefinicin democrtica del universo electoral; y de la modernizacin y democratizacin de los criterios y procedimientos atinentes a la formacin, ejercicio y finalidad del Poder Pblico. De esta manera, a los cien aos de haber sido reconocida la Independencia por la que fuera hasta entonces, jurdicamente, nuestra Corona; y de haberse legitimado con ello la procurada conversin de sbditos rebeldes en ciudadanos, se dio comienzo al cabal ejercicio de la Soberana popular. La significacin global de esta innovacin, qued entendida como el fundamento sine qua non de la Democracia; y esta ltima super su tradicional vinculacin con la Libertad, quedando establecido que si bien la Libertad es uno de los valores esenciales de la Democracia, no es definitoria de la Democracia como rgimen sociopoltico, puesto que la Libertad es atributo de la Humanidad, mientras que la Democracia lo es de la sociedad. Se dio as comienzo a la reformulacin democrtica del Proyecto Nacional venezolano, cuya definitiva formulacin, sintetizada en la Constitucin federal de 1864, haba vivido una crisis particularmente profunda bajo la Dictadura liberal regionalista, dominante durante casi toda la primera mitad del siglo XX. Desde el inicio de su formulacin, en 1945-1946, el Proyecto Nacional liberal democrtico aport, entre otros, tres logros fundamentales y perdurables: en lo social, el haber completado la sociedad venezolana, mediante el reconocimiento a la mujer de sus derechos ciudadanos; en lo sociopoltico, haber instaurado la Soberana popular como principio legitimador de la formacin del Poder pblico; y en lo poltico-territorial, el haber impulsado, mediante polticas genuinamente nacionales y participativas, la integracin definitiva de la Nacin. La personalidad histrica de Rmulo Betancourt est vinculada, de manera primordial, con la reformulacin democrtica del Proyecto nacional venezolano. * * * * * Parece posible sugerir tres comprobaciones de alcance general, dejando de lado aspectos relevantes, pero que, de alguna manera, guardan con tales comprobaciones una relacin subordinada. 28
  29. 29. En primer lugar, el estudio, siquiera sea sumario, de los orgenes de la democracia venezolana, requiere partir de la comprensin de que el escenario histrico en el que ocurrieron esos orgenes fue una sociedad orgnicamente monrquica colonial, que se hall, por la concurrencia de su propia evolucin, -el desarrollo de su proceso de implantacin-, con circunstancias externas, -la crisis de la Monarqua universal-, en el trance de asumir un grado de autonoma que le permitiese preservar su estructura de poder interna, basada en la posesin excluyente de la tierra econmicamente rentable, en el rgimen esclavista y en el ejercicio de la discriminacin social y racial. Se gener as una crisis poltica que desemboc en la abolicin de la Monarqua. La violencia y la crueldad de la disputa por esto ltimo suscitada, estuvo pronto dominada por la preocupacin central de conjugar la necesidad de combatir el despotismo con la de restablecer la estructura de poder interna de la sociedad, severamente perturbada. Esta preocupacin condujo al secuestro de la Soberana popular, sin embargo de haber sido sta proclamada constitucionalmente como la expresin concreta del ejercicio de la Soberana nacional, y fundamento natural del ordenamiento sociopoltico republicano. En segundo lugar, la instauracin en Venezuela de la Repblica liberal autocrtica, a partir de la ruptura de la Repblica de Colombia, moderna y liberal, signific la perpetuacin del secuestro de la Soberana popular, inaugurado por Simn Bolvar con el establecimiento de su Dictadura comisoria, en 1828. Al derivar la Repblica liberal autocrtica venezolana, constituida en 1830, hacia la Dictadura liberal regionalista, durante la primera mitad del siglo XX, se procur impedir la evolucin, hacia una ideologa democrtica moderna, de la aspiracin de Democracia que brot como postulado poltico en 1863, que fue reivindicada a fines del siglo, y que entr, por fin, en vas de institucionalizacin en 1945-1946. En tercer lugar, cabe llamar la atencin sobre el hecho de que la moderna democracia venezolana comenz a forjarse, como una democracia social, gracias a las inquietudes polticas y a la creatividad ideolgica, de un pequesimo grupo de jvenes exiliados, encabezados por Rmulo Betancourt, que se mantuvieron enfrentados a la Dictadura liberal regionalista desde 1928. El resultado de la sntesis creativa extrada de la confrontacin crtica entre el liberalismo tradicional y el socialismo marxista-leninista, adquiri entidad poltica en el lapso 1936-1945, en el contraste entre la expresin programtica primaria, contenida en el Plan de Barranquilla, fechado en el 22 de marzo de 1931, y los sntomas de la crisis terminal de la Dictadura liberal regionalista. Cabe subrayar que este contraste se vio condicionado, hasta el punto de ser determinante, por el clima ideolgico-poltico postulado por el denominado Campo de la democracia en lucha contra el fascismo; clima sustentado en la Doctrina de las cuatro libertades y la Carta del Atlntico. Este clima ideolgico-poltico fue invocado, como criterio legitimador, por los autores del 18 de Octubre de 1945; y de manera destacada y reiterada por Rmulo Betancourt. VER: Gil Fortoul vol. I, p. 410 29
  30. 30. Parte IA.- NOTAS Y TEXTOS DE APOYO 1.- Documentos que hicieron historia, 1810-1989, Vol. I, p. 572, 2.- Vase: Germn Carrera Damas, La larga marcha de la sociedad venezolana hacia la Democracia. Recordar la Democracia. (Mensajes histricos y otros textos), pp. 19 -29. 3.- Rmulo Betancourt. Antologa poltica. 1928-1935, Vol. I, p. 239. 4.- Este sumario recorrido de la coordenada tiempo histrico se corresponde con una necesidad que Rmulo Betancourt trat de satisfacerla, en su ensayo titulado Con quin estamos y contra quin estamos, publicado en mayo de 1932. Rmulo Betancourt, Antologa poltica. 1828-1935, Vol. I, pp. 278-400. 5.- Ubicada en el largo perodo, la instauracin de la Repblica liberal democrtica, como producto revolucionario perdurable del golpe civil-militar de 1945, es un proceso sujeto a la dialctica de continuidad y ruptura. Para fines pedaggicos he demarcado las dos fases de la instauracin de la Repblica liberal democrtica (1945-1948 y a partir de 1959), al igual que identifico los hiatos ocurridos en el curso que sigue la sociedad venezolana hacia su conformacin como una sociedad genuinamente democrtica (1948-1958 y a partir de 199). 6.- La Reforma del Estado. Proyecto de reforma integral del Estado, pp. 399-401. La significacin histrica de esta Decreto, y su alcance, se apreciar cotejndolo con el Considerando nico del Decreto de Garantas, dictado por Juan Crisstomo Falcn, en su calidad de Gral. en Jefe, Presidente de la Repblica, en Caracas, el 18 de agosto de 1863, citado en el epgrafe: Que triunfante la revolucin deben elevarse a canon los principios democrticos proclamados por ella y conquistados por la civilizacin, a fin de que los venezolanos entren en el pleno goce de sus derechos polticos e individuales. Cabe subrayar dos aspectos: En primer lugar, al proponerse la COPRE promover La modernizacin del Estado y la profundizacin de la democracia, quiso abrir vas institucionales para que tomase impulso la sociedad democrtica, reconocida como la base necesaria de un rgimen sociopoltico democrtico moderno. En segundo lugar, parece plausible la comprobacin de que este importante paso se dio cuando, como resultado del proceso electoral que condujo al Dr. Jaime Lusinchi a la Presidencia de la Repblica, se estim que la Repblica liberal democrtica haba triunfado definitivamente sobre los rezagos de la Repblica liberal autocrtica; y se ofreca la oportunidad de profundizar la democracia en el orden social. 7.- El 5 de julio de 1811 la Repblica de Venezuela fue declarada, pero apenas super su fase programtica. La efectiva instauracin de la Repblica tuvo lugar en el seno de la Repblica de Colombia, creada en Angostura por Ley de 17 de diciembre de 1819 y constituida en la Villa del Rosario de Ccuta el 6 de octubre de 1821. Desmembrada esta Repblica en 1830, su cuerpo constitucional, moderno y liberal, pervivi, parcialmente desvirtuado, en la Repblica liberal autocrtica venezolana. 8- Cabe advertir que este breve recuento sobre los orgenes de la Democracia en Venezuela versa sobre un corto perodo histrico, de apenas siglo y medio, en sentido estrictamente cronolgico; y an ms breve dada la aceleracin de los ritmos histricos, particularmente desde mediados del siglo XIX hasta mediados del XX. Las etapas que se demarcan buscan expresar este complejo fenmeno sociohistrico. 9.- Tal fue el sentido de la frmula preservar los derechos de Fernando VII, empleada por la Junta Suprema. La Corona, era expresin directa de la Voluntad Divina, y por lo mismo 30
  31. 31. perfecta e intangible. 10.- Para los fines de este estudio es necesario establecer una diferencia entre la independencia declarada el 5 de julio de 1811, la ratificada el 20 de noviembre de 1818, mediante la denominada Declaracin de Angostura; la reformulada en la Ley fundamental de la Unin de los pueblos de Colombia y en la Constitucin de la Repblica de Colombia, en 1821; y el Reconocimiento de la Independencia, mediante el Tratado firmado en Madrid el 30 de marzo de 1845. Igualmente, es necesario diferenciar entre los conatos de instauracin de la Repblica, representados por las Constituciones venezolanas de 1811 y 1819, y la instauracin definitiva de la Repblica, representada por la Constitucin de la Repblica de Colombia, de 1821. 11.- De estos propsitos dan pruebas el Acta del 19 de Abril de 1810 y el Manifiesto de la Junta de Caracas a los Cabildos de Amrica, fechado este ltimo en Caracas el 27 de abril de 1810, documento que abre con una reveladora comprobacin: Convencidos los leales habitantes de esta capital de que por las prfidas artes del usurpador de Francia, y por la fuerza enorme de sus ejrcitos se hallaba la Pennsula en un estado de desesperacin y desorden que no permita la menor esperanza de salud 12.- Primera proclama del Gobierno independiente. Documentos que hicieron historia, 1810-1989, tomo I, 56. 13.- Quieren las historiografas patria y nacional, reunidas en la Historia oficial, que fuese la declaracin de Independencia el detonador de los enfrentamientos polticos, sociales y militares subsiguientes. Ello se corresponde con los requerimientos del Proyecto nacional. Pero parte del prejuicio de que la venezolana no era entonces una sociedad genuinamente monrquica; y de la incomprensin del hecho de que, por serlo, no slo no poda tolerar la desobediencia al Rey sino, sobre todo, el desacato de la Voluntad Divina. Cabe suponer que la posibilidad de una monarqua independiente podra haber sido una alternativa vlida. 14.- Legalmente investida con los poderes del Estado, y sujeta a tener que comparecer ente el cuerpo legislativo una vez cumplido su mandato, la Dictadura de Francisco de Miranda no es precedente vlido de