Técnica: foto-montaje: aguada y lápiz sobre papel ilustración y fotografía antigua (collage digital).

Año: 2012

(De la serie de trabajos con fotografías antiguas y tinta aguada sobre papel)

La propuesta estética es la integración o fusión del universo pictórico y el

fotográfico acromático, buscando unir de forma orgánica y fluida dos mundos

complementarios: los colores y los valores.

Los disparadores

La fotografía suscita lo fantasmal y extraño: un grupo de niños y niñas vestidos “a

la antigua” miran (entre asustados y divertidos) hacia la cámara sin saber la

imagen que les devolverá años después, dentro de la Era analógica.

La cámara por su lado, se ocupa de congelar uno de los miles de instantes

posibles, dando por resultado una obra exquisita llena de dinamismo y riqueza

gestual. Las cabecitas de los infantes dibujan una onda horizontal sugiriendo un

ritmo de lectura que es interrumpido por sus guardapolvitos blancos con

manchas y líneas de colores.

La aguada que penetra “figura y fondo”, de forma abstracta y orgánica, hace

presente lo desbordante, lo infinito y desconocido.

De forma lúdica, esas formas abstractas y juguetonas aparecen desparramadas en

las superficies que unifican y aplanan la imagen fotográfica… apareciendo en

primera plana y “fondo” sin distinción de profundidades, lo que es reforzado por

el plano amorfo en la parte inferior de la imagen como si fuera un “pasto

púrpura”

El proceso de construcción es pensado como recorrido, búsqueda e investigación.

Mi manera de trabajar es de muchas maneras, no es siempre igual.

Por empezar en distintos momentos, busco distintas respuestas porque son

distintas preguntas las que me desvelan en las noches.

Durante el día produzco imágenes y por las noches escribo. A cualquier hora me

ataca el hambre expresivo y ahí estoy, recolectando materiales como un

coleccionista, buscando por acá y por allá entre el baúl de los recuerdos, los

recortes de diarios, revistas, cartas y diarios personales, trabajos de años

anteriores y mis obras más recientes. Y todo eso, todo sin jerarquía alguna, hacen

a la imagen final. Porque cada una de esas partes participan del proceso

constructivo que comienza en la experiencia de la vida diaria, en los recuerdos

que afloran y los pedazos de sueños que desordenadamente tejo en un relato que

me inspira para futuros trabajos…

“Carlotitas” es parte de una serie de fotografías antiguas de familiares directos,

principalmente de mis tías – materna y paterna- , en la que la mayoría de los

personajes me son desconocidos y muchos de ellos están muertos. Esa idea de lo

familiar y desconocido es lo que intenté expresar en esta serie, preguntándome

por el conjunto de identidades que forman parte de esos paisajes en los que se

paseaban mis ancestros a los que no conocí sino por cuentos contados por otros.

Recolecté cientos de fotos de familiares maternos y paternos (con la ilusión de

bocetarme una suerte de árbol genealógico de instantáneas) en los que aparecían

personajes con los que me identifico fuertemente; en este caso: mi tía Carlota,

por lo que llamé a este trabajo “Carlotitas” dando lugar a la idea de que todas

ellas tienen algo de Carlota, de manera que envolví todos esos cuerpitos

pequeños en una masa blanca con manchas de colores, como si hubiera una

siamesidad en ellos.

La proximidad de sus cuerpitos en forma de “Masa infantil” es algo que me

resulta curioso y a la vez divertido. Como si hubieran estado buscando cierto calor

humano, o si esa cercanía los protegiera de la vergüenza que sienten al exponerse

a semejante cámara que los apunta decidida a llevarse algo de ellos para siempre.

Los niños a la vanguardia mientras los grandes reunidos hablan de no sé qué.

Es por eso que elegí esta foto.

El protagonismo de los niños, es algo que me resulta vital de esta obra. Ese

desparpajo con el que se muestran valientes, tímidos, interesados y

desinteresados a la vez.

No me interesa saber la “verdadera historia” de esa foto. Prefiero imaginar mi

propia historia, inventarla a partir de las manchas y colores que dejo aparecer

entre las masas grises de esa tarde soleada al aire libre.

Mi tía Carlota me facilitó generosamente una importante cantidad de fotos

familiares con las que armé una serie que comienza en el 2012 y sigue en

proceso. Esta imagen llamada “Carlotitas” forma parte de ese grupo de imágenes

aún en formación.

Muchas gracias.

Marisol Gonzalez.