Carlos Garcia Gual - Las Guerras Médicas, los persas invaden Grecia

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    LOSPERSASINVADEN GRECIA

    Con firme audacia, las pequenas ciudades-estado griegas seenfrentaron al vasto Imperio persa. Su victoria, logradaa un altoprecio, descanso en los valores de solidaridadciudadana que impregnaban el espiritu helenicoTexto CARLOS GARCIA GUAL

    C AT ED RA TIC O D E F ILO LO GiA G RIE GA D E LA U NIVE RS ID AD C OM PLU TE NS EASESO R D E H IS TO RIA N AT IO NA L G EO GR AP HIC

    obre la tumba de Esquilo, en la ciudad siciliana de Gela, rezaba lainseripcion: A Esquilo, ateniense, hijo de Eufori6n, cubre este sepul-cro / porque murio en la tierra de Gela pr6diga en trigales. / De suvalor podria hablar el bosque glorioso de Marat6n, / y el rnedo delarga cabellera que bien 10 conocio. El epitafio no recuerda queEsquilo fue el mas grande dramaturgo de la epoca. Como maximo

    timbre de gloria, recuerda que peleo, con magnifico coraje, contra los invasorespersas en el490 a.c., en la batalla decisiva para la libertad de Grecia. Allf murioheroicamente, segiin Herodoto, su hermano Cinegiro. Tambien Iucho en Sala-mina, diez alios despues, Y compuso el mas impresionante himno de la victoriaen su tragedia L o s p e r sa s , puesta en escena en el472 a.c., teniendo a Pericles comocorego (esto es, como la persona que sufrag6los gastos de la representaci6n). Asipues, en Gela, lejos de su Atenas natal, a la hora de su muerte, bastaba citar sumayor dfa de gloria: la jornada de Marat6n. Y eso sucedia en el afio 456 a.C.,cuando ya habian transcurrido mas de tres decadas de tan decisiva batalla.

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    La primera guerra medica quedo resuelta en una sola batalla,Ia de Maraton, victoria fulgurante de los defensores de la libertad

    MARAT6N: LA CARGA INMORTALLos persas habfan llegado hasta el Pelo-poneso para castigar la ayuda prestada poratenienses y eretrios a la gran rebelionantipersa deJonia, nueve afios arras. Aeon-sejados por el tirano Hipias, exiliado por-la democracia ateniense, habian desem-barcado en elllano de Marat6n, en la costanorte del Atica, con intenci6n de avanzardesde allf hacia Atenas. Pero, apostadosfrente a la costa, ante ellos se encontra-ron a nueve mil hoplitas atenienses y susaliados de Platea. Los invasores doblabanen mimero a los griegos y tenian unaimponente fuerza de caballeria, pero nopodian maniobrar bien descle su posici6n.Durante ocho dias uno y otro ejercito

    permanecieron frente a frente. Entonces,los persas decidieron reembarcar su caba-lleria y enviarla hacia el puerto de Faleropara desde alli irrumpir en Atenas, dondecretan contar con aliados dispuestos a fran-quearles la entrada en la ciudad. Apenasadvirtieron que los persas embarcaban lacaballeria, los atenienses, guiados porMilciacles, se lanzaron en ataque fron-tal, a paso de carga en los ultimos dos-cientos metros, con toda la rapidez quepermitian sus pesadas armaduras, bajo ladensa lluvia de flechas de sus enemigos.En el combate cuerpo a cuerpo el muro

    de lanzas y escudos de la falange griega resul-t6 irresistible, y tras una sangrienta refriega lospersas huyeron en desorden en sus naves. Sobre el cam-po de batalla quedaron seis mil guen"eros persas y s610ciento noventa griegos. Luego, para acudir a fa defen-sa de Atenas, los mismos hoplitas, dejando un retenen el campo de batalla, cubrieron en rapida marcha loscuarenta kil6metros hasta su ciudad y llegaron, al dia

    Marat6n tuvo una enorme resonanciasimb6lica. Por primera vez una ciudadgriega continental habia ofrecido batallaa las tropas del gigantesco Imperio per-sa y las habra derrotado. La victoria desus hoplitas sobre un enemigo aguerridoe imponente inspir6 a los atenienses unasensaci6n de orgullo y confianza en suspro pi os val ores que seria la base de sufutura grandeza, y sustento la propagan~da ideol6gica de la democracia. Sin laprometida ayuda de Esparta, nueve milhoplitas atenienses y un millar de plateosdetuvieron la invasion de las tropas per-sas, y con una formidable y furiosa em-bestida las empujaron de nuevo al mar.

    Diez alios mas tarde reaparecieronlos persas para vengar el fracaso ante-rior. Ahora no era una expedici6n decastigo, sino una verdadera invasi6n,capitaneada por el Gran Rey, Jerjes,que habia sucedido a su padre Dario.En esos afios interrnedios la monar-quia persa habia tenido que subyu-gar varias rebeliones, mientras queen Atenas se habia consolidado lademocracia y, bajo la influencia deTemistocles y aprovechando la rique-za de las minas de plata de Laudonen el Atica, se habia construido unapotente flota de doscientas trirremes.El contingente persa no estaba for-mado por los casi tres millones dehombres que cuenta Herodoto, peros f con mas cletrescientos mil, es decir,con una amplisima flota y un ejerci-to de inmensas proporciones.

    ~ Los griegos se reunieron en

    )

    Corinto para firmar una alianzadefensiva, bajo el mando de ate-menses y espartanos. Pero muchasregiones optaron tern eros as porsorneterse al invasor persa, comohicieron los tesalios y los beocios. Los

    macedonios ya eran aliados de los per~sas. El mismo oraculo de Delfos se mani-

    fest6, con su habitual ambiguedad, favorable alos invasores. Las tropas deJerjes cruzaron el Helespon-to por un puente de barcas y avanzaron rapidamente.La primera linea defensiva de los griegos estaba colo-

    cada en el paso de las Term6pilas, paso obligado para laentrada desde el norte a la Grecra central. Ala misrnaaltura del mapa, en los estrechos del Euripo, entre el

    D es tru cci6 n d eM ileto y f in de larevue lt a j on ia , apoyadap or A te na s y E re tr ia .

    D a rio e nv ia c on tr aG reci a una exped ic i6nd e c as tig o q ue s ome teT raci a y Macedon ia ,p er o u na to rm en tad es tru ye s u flo ta .

    un ejercito invasorp ers a Ile ga do e n491 a.c, es de rre tadoen M araton, A caba lap ri me ra g uer ra m edi ca ,

    E I re v J erje s in va deGreci a. V i ct or io s oe n las rermoonas,es derro tado ena gu as d e s a la rn in a.

    L os tr iu nf os g rie go sde P late a y M ica leponen term ino ala s e gu nd a g ue rr amedica.

    siguiente, al tiempo que los naviospersas se avistaban ante el puerto deFalero. Tambien entonces llegabapor fin ante los rnuros de Atenas eldemorado ejercito espartano. A lospersas s610 les cupo retirarse.La prirnera guerra medica qued6

    asi resuelta con una sola batalla, vic-toria fulgurante de los defensores dela libertad. No es extrafio que loscombatientes se convirtieran en unnuevo prototipo de heroes civicos yque esa derrota de los asiaticos se vie-ra como un simbolo perdurable. Lageneraci6n de los maratonomacos , sal-vadores de la libertad y la democra-cia, tuvo un fulgor ejemplar.LA VENGANZA PERS,A

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    En las 'Iermopilas, el rey espartano Le6nidas resisti6 a los persascon sus trescientos hombres: todos murieron en el combatecontinente y Eubea, los barcosgriegos tratarian de cortar elavance de la flota persa. Por tie-rra y por mar, pues, aprove-chando la angostura de los dospasos, los griegos presentaronla primera defensa.En las Termopilas mandaba

    el destacamento el rey Leoni-das de Esparta, con su batallonde trescientos espartiatas. Perolos persas, con ayuda de un trai-dor, lograron encontrar un pasoen las montafias y, sobrepasan-do su posicion, atacaron a losgriegos por ambos lados. Leo-nidas permitio retirarse a otras tropas,pero quiso resistir allf con sus trescien-tos hasta la muerte: todos cayeron trasfiera pelea bajo la avalancha de atacan-tes. Su gesta fue recordada como unhomenaje a la gloriosa disciplina deEsparta. Uno de los mas famosos epi-gramas clasicos 10 recuerda, en formade epitafio: Oh, extranjero, anunciaa los Lacedemonios / que aqui yace-mos obedeciendo sus consignas,

    E L S ACRIF IC IO D E LOSESPARTANOSEI 28 de agosto del 480 a.c. tuvo

    lugar ellegendarlo combate de lasrerrnopllas, el desfiladero que, enla segunca guerra medica, debianatravesar las tropas de Jerjes paraaicanzar Atenas. Defendia e l p as oel espartano leonidas (arriba) alfrente de 300 de los SllYOSy de losbeocios que restaban del pocomas de un mi liar q ue I u ch ab a canelias. Rotas sus defensas, los su-

    algo mayor. Los hoplitas espar-tanos lograron imponerse confen-eo ernpuje a los turnultuo-sos persas y estes fueron venci-dos en todo el extenso frente.Su general Mardonio perecioen la batalla, el campamentopersa fue arrasado y los restosdel gran ejercito marcharon enfuga hacia el norte.La amenaza del imperio asia-

    tico habfa sido aniquilada tantopor mar como por tierra. Porlas mismas fechas, el479 a.c.,la flota ateniense destruia a lapersa que vigilaba la costa jonia,

    frente al.monte Micale, cerca deMile-to. Prendieron fuego a las naves y mar-charon luego hacia el Helesponto paradestruir el puente persa; 10 ha11arondestrozado ya por una tonnenta. Lasguarniciones persas se retiraron y todaGrecia respire victoriosa y liberada.LA VICTORIATras la batalla de Platea los griegosdecidieron apagar todos los fuegossagrados en las ciudades que habfanocupado los invasores persas y encen-derlos de nuevo con la llama purifica-dora traida del santuario de Delfos.Por consejo del oraculo se erigio en1P1atea un altar a Zeus Liberador(Eleutherios), con un culto perenneal cuidado de los plateos. Los muer-

    tos, tanto en Platea como en Maraton, fueron enterra-dos en el campo de batalla, separados por su ciudad deorigen, y un diezmo del botin capturado a los persas fueremiticlo al santuario de Delfos. Tambien se hicieronof rend as a Poseidon en el istmo de Corinto.De cara al futuro los atenienses, con su nuevo presti-

    gio, 5U audaz ernpefio y una confianza firrne en sus ins-tituciones democraticas y en su flota, emprendieron conanimo tenaz una politica de amplios horizontes, toman-do un papel hegemonico en la defensa del Egeo, mien-tras los espartanos se retiraban de la escena, sin mostrarningun interes por un esfuerzo belico que los compro-metiera mas alla del ambito lacedemonio.Atenas supo rentabilizar sus exitos, y se puso al frente

    de la confederacion de p o l e i s llamada Liga de Delos (conun tesoro comun fonnado por los tributos anuales de lasaliados). Siguiendo, pues, con la tactica politica de cons-truir y equipar mas naves para sustentar su expansionmarltima,en la linea disefiada por Temistocles, los ate-nienses fortalecieron la Liga y lograron en el afio 467 a.C.otro gran triunfo en la batalla naval de Eurimedonte.

    pervivtentes formaron sabre unacolina y lucharon hasta el ultimoaliento, cuando los persas lossepultaron bajo una Iluvia de pro-yecfiles . .Fueron enterrados en ellugar donde hahian caida

    SALAMINA.: LOS BARCOS DE GRECIAEl avance persa parecia incontenible.Los atenienses, de acuerdo con el con-sejo de Temfstocles, abandonaron suciudacl y se refugiaron en las naves yla isla de Salamina, y allf aguardaronla llegada de la gran flota enemiga.jer-jes conquisto Atenas, defendida solo por una minimaguarnicion, y la destruyo y saqueo. Luego la armadapersa avanzo para presentar batalla contra la griega reu-nida en las aguas del golfo de Salamina. Atraidos por unsutil engafio de 'Iemtstocles, los barcos persas y sus alia-dos fenicios se internaron en aquellos estrechos y allisufrieron la embestida y el acoso de los griegos, mas habi-les y diestros en aquellos parajes. La batalla concluyo enun trernendo desastre naval para los persas. Jerjes, quepresencio la clamorosa derrota, se retire angustiado.Todavia quedaba en el Atica el gran ejercito terrestre

    persa, al mando del satrapa Mardonio. Intento negociarun pacto con los atenienses, que se negaron a sus condi-ciones, aunque tuvieron que abandonar de nuevo su ciu-dad. Estos convencieron a los espartanos para que avan-zaran mas alla del istrno de Corinto y presentaran batalla.En la llanura vecina a Platease enfrentaron, al fin, losdos poderosos ejercitos: el de los aliados griegos, dirigi-do por el espartano Pausanias, formadopor mas de cin-cuenta mil hoplitas, el contingente mas numeroso nun-ca forrnado en tierra helenica, y el de los persas, tal vez

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    -Ma r do n io ( 4 92 - 49 0 a . C)Datis y Ar ta fe r nes (491 -490 a.C.)--+- Jerjes (480 a.C.)

    I m p er io P e rs av a s a a o s d e P e rs iarenttonos grtegos s o rn e ti do s a P e rs iaC iu da de s - e st ad o g ri eg as e n g ue rr a c on P e rs iaR e vu el ta J o ni a

    '" Estados neutra lesO J'"il :G victoria griegaG V i c to r ia p e r sa* ' Hundim iento oeta flotq persa p a r u n a t or ment a

    Primera guerra medicaLOS MOTIVOSrras e l ap la sta mie nto de lar eb eli6 n a ntip er sa d e la s c iu da -des jon ia s (499-494 ac.i a lasq ue h ab ia n au xilia do A te na s yE re tria, e l re y D ario 1d ec id e e la taq ue d e c as tig o a lo s g rie go s.LAS BATALLASEn 492 a .c e l p e rs a Ma rdon ios or ne te T ra cia y Ma cedo nia , p er oun a to rm en ta h und e s u f lo ta . E n491 a .c . O atis y A rta fe rn es d es -tr uy en E re tr ia , p er c s o n d er ro ta -d os e n Ma ra t6 n a l a no s ig uie nte .

    LOS PROTAGONISTASH ip ias , tira no e xpu ls ado de A te -nas , acons eja a los pe rs as elde se mbarco e n M arat6n, don-d e lo s in vas ore s s on re pe lido spor los hoplitas al mando deM ilc ia de s , e s tr ate go d e A te na s.

    LAS CONSECUENCIASE I tr iu nf o a te nie ns e p on ede m anif ie sto que P ers ia noe s im batib le y re fu erza e l re gi-m en d erno cra tic o d e A te na s,q ue emp re nd e la c on s tr uc ci6 nd e un a po de ro sa flo ta .

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    480479 a.c,

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    LOS PROTAGONISTASLa victoria grie ga s e debe al reye sp arta no L e6 nid as (m ue rto e nla s T errn oplla s) . a si co mo a l ate -n ie ns e T em is to cle s y a l e sp arta-n o P au sa nias , a rtific es d e lostriun fo s de S ala m i na y P late a.

    Segunda guerra medicaLOS MOTIVOSE I r ey J erje s I, h ijo d e D ario ,d ec id e ve nga r la d erro tade s u padre m ediante unan ue va in va si6 n, q ue tie nelugar diez arie s des pue s dela d erro ta de M ara t6 n.LAS BATALLASE I s ac rif ic io e sp arta no e n la sT erm 6p ilas p erm ite a lo s g rie -g os p re para r la d ef en sa y f ac ili-ta la vic to ria n av al de S alam in a(480 ac.i com ple tada con lasd e P late a y M ic ale (479 a.c.i

    LAS CONSECUENCIASA te nas e ncabe zara la L iga deD elos , a la que s e incorporan lasciudade s jonias para huir de latutela pers a. y s e convie rte e nla rival de E sparta por la h ege -m onia e n e l m undo grie go.

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    Los griegos se vieron a S 1 rnismos como campeones de la libertady la democracia rente a los subditos barbaros de un despota orientalEn la desembocadura de este rio, laflota ateniense, capitaneada por Ci-mon, el hijo de Milciades, derroto denuevo a la recompuesta armada persaen el Egeo. (Ternistocles habia sufri-do el ostracismo afios antes, pero suvision de una Atenas poderosa semantuvo y resulto providencial parala grandeza de la ciudad y la cons-titucion de su futuro imperio.) Fuecomo un esplendido colofon de lasbatallas rnedicas. Ahora fueron losgriegos los que con su ataque Ilevaronla iniciativa para demostrar su pode-rio naval ante la costa jonia.El repetido triunfo de los ciudada-

    nos, en sus heroicos combates, produ-jo una conciencia de su propia valia enlos atenienses, que se vieron como loscampeones de la Iibertad y la demo-cracia frente a los siibditos barbaros deun despota oriental. El conflicto-escribe el historiador Javier GomezEspelosin- impulso una profunda revi-sion del pasado traducido en terrninosrniticos, al exaltar la talla sobrehuma-na de los vencedores y establecer unanitida frontera entre los griegos y los"otros". Los vencedores fueron rapi-damente equiparados en grandeza y engloria a los antiguos heroes de la epo-peya ... Las guerras persas se convirtie-ron en uno de los temas de ]a gran lite-ratura de la epoca, como la poesia coralde Simonides 0 el teatro de Esquilo. Los vencidos, porsu parte, pasaron a convertirse en el modelo del barbarooriental que arrastraba consigo a ciertos elementos miti-cos del pasado como los troyanos 0 las amazonas ... Adqui-rieron a partir de entonces Ia caracterizacion de autenti-cos barbaros que derivaban de su condicion de asiaticos,con las consiguientes connotaciones negativas ... La vic-toria sobre los persas genero la creacion del mito deloriente despotico y decadente que resulta finalmentederrotado por una Europa Iibre y racional que conto entodo momenta con la ayuda de los dioses.

    LA DESUNIDN DE LOS GRIEGOSTras constituirse la liga maritima deDelos, Atenas logro consolidar suhegemonia, convirtiendose en la graw.rival de Esparta, que, a su vez, acau-dillaba la liga peloponesia. La largarivalidad entre las dos ciudades y susrespectivos aliados desernboco, trasun largo espacio de larvados enfren-tamientos y tensiones en la Guerra delPeloponeso (430-404 a.Ci), que con-cluyo con derrota de Arenas y la diso-Iucion de su imperio maritimo.La existencia de rencillas continuas

    entre las ciudades griegas fue un ras-go rnanifiesto de la politica griega entodas las epocas, Los persas no inten-taron nuevas incursiones belicas masalla de las costas asiaticas, pero saca-ron partido de esos conflictos yazu-zaron con sus riquezas esas peleas unay otra vez. Con oro persa se recons-truyeron los Muros Largos de Arenas,derruidos tras la gran derrota de Egos-potamos ante los espartanos (405 a.C),

    y subsidios persas mitigaron el hambre en Atenas y per-mitieron elevar el sueldo diario a los miembros de laecclesia, la asarnblea del pueblo.Unos afios despues de la recuperacion de su poderio

    naval, los atenienses guiaclos por Conon y unidos a lospersas de Tiribazo derrotaron en la batalla de Cnido(394 a.c.) a la flora espartana, hundida para siempre, ymas tarde ese satrapa persa, en nombre del Gran Rey,iba a obligar, en el 386 a.c., a atenienses y espartanosa aceptar las condiciones de paz del tratado de la Pazdel Rey 0 de Antalcidas (segiin el nombre del jefe espar-tano), por el cual las ciudades costeras de Asia Menory la isla de Chi pre quedaban bajo dominio persa, mien-tras que otras islas y ciudades mantenian su autonornia,vigilada, eso si, por los persas.Casi cien afios despues de Salarnina y Micale, la som-

    bra del Imperio persa se man tenia en el Egeo, gracias alas rencillas y guerras en que las poleis griegas -es decir,Atenas y Esparta- desgastaban su poderio militar, Mediosiglo mas tarde, Alejandro de Macedonia iba a dar unasolucion final, con su invencible impulso, allargo duelode las ciudades griegas y el Imperio aquemenida.

    DARia I, L AAMBIC IOND E PERSIADaria I, que rehizo Is unidad delImp er io p er sa , aquejado de rnult}pies us II rpacio n es , h e r edo -au nq L I econ relativo exlto- ' las ambicionesexpansionlstas de los primerossobsranos aquernenldas, Giro elGrande y Cambises. Asi, tntentoeonquistar Escitia, smperio en elque tracaso, y, aunque pudo redu-eir la revuelta q ue h ab ra amenaz a-do el poder persa en Jonia Y lagrol a su rn ls ion de t ract s y Macedonia,fue vencico par los griegos enMaraton_ Arribq, Daria representa-do en una moneda de oro acunadad urante s u reina do (5 21 -486 a C)

    LA INVENCIDN DE LOS BARBAROSSurgio asi esa imagen cuasi mitica que opone un mundoasiatico sometido al despotismo oriental frente a un pue-blo libre, regido por leyes, racional y progresista, es decir,europeo. Aqui se origina esa topica e interesada contra-posicion de Oriente y Occidente, que pervivira en el ima-ginario em'opeo y se vera mas tarde burdarnente utiliza-da con pretextos coloniales, como denuncia Edward Saiden su excelente Iibro Orientalismo. No fue irnparcial conel imperio aquemenida, sino util a la propaganda atenien-

    se. Pero no olvidemos que otros escri-tores griegos, como Jenofonte, elogia-ron la educacion persa, y que Herodo-to escribe de los persas con admiraciony respeto. Yen la corte persa se refu-giaron much os exiliados griegos, nosolo el tirano Hipias, sino tambien elpropio Temistocles.

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    Los bienes par los que los griegos arriesgaron su vida en el siglov a.C.son todavia hoy los valores suprelnos de la humanidad occidental

    Lo s pe r sa s se represento en e1472 a.c.,es decir, solo ocho afios despues de lasbatallas de Salamina y Platea, AI recor-clarlas, se daba :11suceso reciente unprestigio mitico. Por otra parte, la for-ma tragica exigia un enfoque dramati-co propio y un estilo solemne. Esquilo10sabia muy bien y por ello no exaltala astucia estrategica de [os vencedores,sino que con su perspectiva tragica tra-ta del mortffero desastre de los arro-gantes invasores, 0, mejor dicho, de lajusta catastrofe a la que el rey Jerjes lle-vo a toda su gente, un pueblo valeroso.jerjes es el protagonista funesto del drama, el que, con

    su soberbia, su hybris , es culpable de la gran guerra y laterrible mortandad de los invasores asiaticos, aniquila-dos por los defensores de la libertad griega. EI contras-te entre los sumisos siibditos persas y Ios griegos queIIIchan por su patria democratica resalta los valores dela cultura griega, a la vez que la valentia de esos ciuda-danos que derrotaron a un imperio tan poderoso y a unejercito superior e imponente. La tragica catastrofe delos persas ilumina su triunfo justo y magnifico. Frenteallargo lamento por los nobles persas muertos, no senombra a ningiin griego, pues la victoria fue de todo unpueblo, amado y protegido por los dioses. Ningun otrohimno de victoria ha logrado tanto eco poetico al dar lavoz a los vencidos. Lo s p e rs a s es la iinica celebracion deuna victoria militar que alcanza el valor de la mas eleva-cia poesia, segun Gilbert Murray.La Historia de Herodoto esta, en su vision de conjun-

    to, fiUY de acuerdo con esa perspectiva. Tambien allf elgran estratego Temfstocles (en VIII, 1 09 ) atribuye el triun-fo de Salamina y Platea a los dioses, pero a unos diosesque saben ser justos en sus recompensas: iNo somos no-

    Pero volvamos, de nuevo, a lamencionada trageclia de Esqui-10, para subrayar su perspectivasimbolica y su caracter excep-cional, Recordemos que Lo spe r -sa s es, no tan solo la obra tragicamas antigua que conocemos,sino tambien la iinica tragediagriega conservada de tema his-torico. (Sabemos que hubo a lgu-na mas, como La to ma de M iletoy La s f en i ci a s de Frfnico, peroninguna alcanzo la grandezapoetica de Esquilo.) En lugar delmito heroico, aqui se ponia enescena un hecho de la historiareciente, un drama realmente vivido pormuchos de los espectadores atenienses.T RA GE DIA E H IS TO RIA

    LOS COMBATIENTESGRIEGOSA diterencia de los pers as , cuvose no rme s e je rc tto s estaban com-pues tos de contingentes de lasma s d is pa re s pro ce den cia s, co norganizaclon y armamento he-ts ro gs n eo s, lo s c om ba tie nte s g ns -g as f iab an la victo ria, a la p od e-rosa infanteria hoplltica. A losh op nta s, clu da da no s e n a rm as p ro -te gid os p or u na p od ero s a a rm au u-ra (c as co , c ora za , e s cu do , g re ba s)y p rovis to s d e la nz a y es pada, s edebieron los grandes trlunfos deM ara t6 n y P la te a. S ab re e s ta s lin e-as , un hopllta repres entado en lacratera 1 1a lla da e n V ix ( Fra nc iq ), Yf ec ha d.8 e n e l s ig lo V I a.C.

    sotros los que hemos hecho estascosas! Son los dioses y los he-roes, a quienes repugnaba quela soberania de Europa y Asiaquedara en manos de un iinicohombre, orguUoso e impfo. Elgran dramaturgo, combatienteheroico en las dos guerras, y elilustrado historiador jonio supie-ron expresar, uno en verso y elotro en prosa, esa emotiva viven-cia de toda una generacion orgu-110sadiesu am or a la libertad.Resulta muy interesante que,

    como decfamos al principio, elcorego de L o s p e rs a s fuera el joven

    Pericles. Se trata de la primera ocasionen que su nombre surge en la esferapublica, y 10hace vinculado a la celebra-cion de la victoria sobre Persia, cuyorecuerdo va a glorificar -ya convertidoen el gran conductor de la democraciaateniense- con la reconstruccion de laAcropolis destruida por los persas.LA LlBERTAD COM O HERENCIAEn todo caso, y mas alla de la utiliza-cion del triunfo griego a [a mayor glo-ria de Arenas, es indudable que Iaderrota persa tuvo una significacioncrucial para el futuro de Europa. Comosefialo el gran helenista HermannBengtson: El que los griegos supera-ran la embestida del Este dio objetivo

    y orientacion a1desarrollo politico y cultural del Occi-dente para un siglo completo. Solo por medio de 1:1vic-toriosa lucha por la libertad de los griegos ha nacido Euro-pa como idea y como realidad. Los bienes por los que undia los griegos arriesgaron su vida son todavia hoy losvalores supremos de la humanidad occidental. EI que lacultura griega, en plena libertad en el interior y el exte-rior, pudiera elevarse a esas creaciones que el Occidenteadmira como los modelos clasicos en el arte figurativo,en el drama, la filosofia y la historiograffa, eso se 10debeEuropa a los combatientes de Salamina y de Platea, aTemistocles no menos que a Pausanias. II

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  • 5/10/2018 Carlos Garcia Gual - Las Guerras Mdicas, los persas invaden Grecia

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