Carli Pensarlaeducacion

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1 Pensar la educación. Dilemas del presente y conceptos disponibles 1 Sandra Carli BsAs Junio/2004 Introducción: La relación comunicación/educación, expresada como distinción o como dimensiones en diálogo, es una conceptualización heredada de otro ciclo histórico, en el que los sistemas educativos quedaron conmovidos por la presencia de los emergentes medios masivos de comunicación, en particular de la televisión, y la pedagogía, como viejo sistema totalizador de ideas sobre la educación, por los conocimientos de las incipientes teorías de la comunicación. La educación pasó entonces a pensarse en los años sesenta como comunicación, sea por su relación con los mass media y las alternativas educativas generadas por el uso de los medios como soporte o por la revalorización de la importancia del lenguaje en la interacción cara a cara entre educando y educador, redescubierta como especie de garantía de horizontalidad y comunicabilidad. Hoy esa conceptualización, que tuvo la capacidad de contener un conjunto de experiencias, teorías y fenómenos ubicados durante cierto tiempo en el margen de las practicas educativas hegemónicas y que dio lugar en las últimas décadas a la institucionalización de un campo de conocimiento y de experiencias, resulta limitante para pensar la complejidad de los procesos educativos en sentido amplio. Las palabras “comunicación” y “educación” están a esta altura cargadas de significados históricos y no siempre habilitan una mirada más compleja de los procesos educativos desde el punto de vista transdisciplinario, en la que los cercos curriculares o disciplinarios no se convierten en obstáculo. Desde cierta perspectiva una serie de conceptos procedentes de 1 Publicado en la Revista Trampas de la Comunicación. Año 3, No20, pp44-51. 2004. Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Investigación en Comunicación y Educación. Límites, alcances y perspectivas. Universidad Nacional de la Plata. Ediciones Periodismo y Comunicación.

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    Pensar la educacin. Dilemas del presente y conceptos disponibles 1

    Sandra Carli

    BsAs

    Junio/2004

    Introduccin:

    La relacin comunicacin/educacin, expresada como distincin o como

    dimensiones en dilogo, es una conceptualizacin heredada de otro ciclo histrico, en

    el que los sistemas educativos quedaron conmovidos por la presencia de los emergentes

    medios masivos de comunicacin, en particular de la televisin, y la pedagoga, como

    viejo sistema totalizador de ideas sobre la educacin, por los conocimientos de las

    incipientes teoras de la comunicacin. La educacin pas entonces a pensarse en los

    aos sesenta como comunicacin, sea por su relacin con los mass media y las

    alternativas educativas generadas por el uso de los medios como soporte o por la

    revalorizacin de la importancia del lenguaje en la interaccin cara a cara entre

    educando y educador, redescubierta como especie de garanta de horizontalidad y

    comunicabilidad.

    Hoy esa conceptualizacin, que tuvo la capacidad de contener un conjunto de

    experiencias, teoras y fenmenos ubicados durante cierto tiempo en el margen de las

    practicas educativas hegemnicas y que dio lugar en las ltimas dcadas a la

    institucionalizacin de un campo de conocimiento y de experiencias, resulta limitante

    para pensar la complejidad de los procesos educativos en sentido amplio. Las palabras

    comunicacin y educacin estn a esta altura cargadas de significados histricos y

    no siempre habilitan una mirada ms compleja de los procesos educativos desde el

    punto de vista transdisciplinario, en la que los cercos curriculares o disciplinarios no se

    convierten en obstculo. Desde cierta perspectiva una serie de conceptos procedentes de

    1 Publicado en la Revista Trampas de la Comunicacin. Ao 3, No20, pp44-51. 2004. Facultad de

    Periodismo y Comunicacin Social. Investigacin en Comunicacin y Educacin. Lmites, alcances y

    perspectivas. Universidad Nacional de la Plata. Ediciones Periodismo y Comunicacin.

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    distintos campos de conocimiento y que han recorrido diversas genealogas, nos

    proveen de herramientas para pensar y analizar los procesos educativos contemporneos

    o invitan a generar investigaciones que exploren sus dilemas. En este artculo

    intentaremos presentar algunas problemticas de la educacin argentina y algunos

    conceptos para pensarla.

    Los procesos educativos complejos

    Prefiero entonces referirme en primer lugar a la existencia de procesos educativos

    complejos en los que se han producido, en las ltimas dcadas, un conjunto de

    transformaciones derivadas del nuevo escenario de la globalizacin econmica,

    tecnolgica y cultural, pero tambin de las hibridaciones particulares que en los

    contextos nacionales y locales ha generado la combinacin entre globalizacin y ajuste

    econmico y deterioro social, como es el caso de la Argentina. Esas transformaciones

    generales, enunciadas en forma general e indiferenciada como rasgos de la educacin

    actual adquieren cualidades propias en el contexto local.

    Existe un consenso en distintos autores respecto de la pertinencia de construir una

    nueva mirada de la educacin que recupere el impacto de las transformaciones que se

    han producido en el mundo en el ciclo histrico que se inaugura a mediados de los aos

    setenta. Esas transformaciones, que en forma global dan cuenta del pasaje de la

    centralidad cultural del sistema educativo a diversas formas de reforma del mismo y de

    reubicacin en un campo nuevo, son, entre otras, las siguientes.

    En primer lugar, la redefinicin de las categoras espacio-temporales de la educacin,

    en tanto modos de regulacin de la sociedad y de los sujetos (Varela, 1995) , a partir de

    la mutacin tecnolgica y cultural que ha significado el desarrollo informtico en

    distintos esferas (desde la economa financiera hasta al alfabetizacin digital). Mutacin

    que supone un conjunto de cambios notorios en los hbitus educativos y que se expresa

    dentro y fuera de las instituciones educativas. Mutacin con alcance desigual y parcial

    en tanto estn pendientes metas de conexin digital de las escuelas pblicas y la

    devaluacin ha aumentado las dificultades de acceso al equipamiento tecnolgico.

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    En segundo lugar, el creciente peso de la inestabilidad e incertidumbre en la

    configuracin y el sentido de los procesos educativos ante la destruccin de los

    horizontes de empleo, del modelo de una sociedad integrada y del aumento de la

    polarizacin social. Esta incertidumbre, en sociedades como la Argentina, adquiere una

    dimensin particular en tanto durante ms de un siglo la expansin del sistema

    educativo expres la vinculacin estrecha entre desarrollo de la educacin, cambio

    cultural e integracin social. La ruptura de esa relacin pone hoy en cuestin el valor de

    uso de los saberes adquiridos en el sistema educativo (vase Puiggrs, 2003).

    En tercer lugar, las consecuencias de estos cambios sociales en el mapa de la

    educacin, en el que se reconocen a la vez procesos de deslocalizacin como nuevas

    localizaciones. Mientras la red virtual da forma a nuevos espacios de intercambio y de

    aprendizajes sociales ms all de las fronteras espaciales de las instituciones educativas,

    estas mismas instituciones (escuelas, entre otras) devienen en espacios cada vez ms

    localizados, a partir de la notoria segmentacin social. Desde los nuevos laboratorios

    sociales que son las escuelas de los countries (Svampa, 2001), hasta las especies de

    guettos en que se han convertido ciertas escuelas perifricas ante la cada estrepitosa del

    empleo y el crecimiento de la marginalidad social, los procesos de deslocalizacin y

    localizacin se combinan otorgando una impronta particular a los procesos educativos al

    aumentar la heterogeneidad del sistema educativo como sistema cultural.

    En cuarto lugar, la multiplicacin de agentes y referentes educativos, a la vez que el

    debilitamiento de los agentes educativos tradicionales. Es necesario poder leer la

    contemporaneidad de la notoria ampliacin del alcance educativo del mercado, de

    expansin de las redes de la sociedad civil y del debilitamiento de la identidad del

    maestro como autoridad cultural, jaqueado por la pauperizacin salarial y el aumento

    de la conflictividad social en las aulas. Se ha producido una reconfiguracin de la

    escolarizacin a partir del impacto de los procesos de mediatizacin y mercantilizacin

    de la cultura. Escolarizacin y mercantilizacin son dimensiones de la experiencia

    cultural, que deben ser reledas a la luz del crecimiento sin precedentes de la

    desigualdad social extrema.

    Estas transformaciones culturales, sociales y tecnolgicas, y los cambios producidos

    en el sistema educativo, pero tambin en el sentido social y poltico de la educacin,

    requieren por un lado una mirada de los procesos eminentemente educativos, es decir

    aquellos definidos por la intencionalidad de educar, en el sentido gramsciano (direccin

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    poltica) del trmino. En tanto esos procesos siguen existiendo en su vieja materialidad

    (desde el sistema educativo estatal hasta la accin de maestro/profesor en el aula), pero

    con nuevos sentidos y efectos simblicos, sus manifestaciones actuales deben ser

    exploradas teniendo en cuenta las nuevas formas del estado y las hiptesis sobre el

    agotamiento simblico del mismo (Lewkowicz y otros, 2003). Pero tambin se

    requiere una lectura de los alcances educativos de otras practicas sociales, en tanto la

    ampliacin del campo de los fenmenos culturales (comerciales o no comerciales)

    interviene en la modulacin de identidades y aprendizajes sociales. Desde la pedagoga

    cultural de las empresas, hasta la revalorizacin de la experiencia del autodidacta

    (usuario de internet, consumidor de TV o lector), el anlisis de la educacin requiere ir

    ms all de las fronteras de la escuela, sin por ello negar la dimensin poltico-cultural

    de la escolaridad. Es necesario nuevamente recuperar la polisemia del concepto de

    educacin (sistema educativo, otras experiencias formativas, etc) de tal manera de poder

    explorar experiencias formativas tradicionales y emergentes y su compleja

    combinacin en el presente.

    Desde el punto de vista del saber, recordemos que la pedagoga de la primera mitad

    del siglo XX estuvo asentada en el debate filosfico que recorre desde el positivismo

    hasta las diversas variantes del espiritualismo y el marxismo, resultando desplazada a

    partir de los aos sesenta por las llamadas ciencias de la educacin que dieron lugar a

    abordajes especializados de los problemas educativos. En las ltimas dcadas esos

    abordajes, que constituyeron campo de conocimiento, profesiones, trayectorias

    universitarias, comenzaron a ser cuestionados por su infertilidad y sus consecuencias

    sobre la fragmentacin del objeto educacin, ante la conmocin de cambios ms

    amplios como el deterioro simblico de instituciones clsicas como la escuela. El debate

    modernidad-posmodernidad en los aos 80 y el discurso economicista de la educacin

    en los 90, pusieron en cuestin las ciencias de la educacin y ubicaron los estudios

    sobre la educacin en el campo ms amplio de las ciencias sociales.

    Pensar la educacin desde el campo de las ciencias sociales invita a indagar las

    articulaciones entre los procesos de enseanza, la construccin de lazos sociales y la

    produccin cultural. La pregunta por la educacin, en un sentido amplio, y por la

    pedagoga como saber totalizador, retorna hoy ante la persistente necesidad de una

    mirada integral de la educacin y de fundamentar intervenciones que recuperen ciertos

    horizontes de igualdad educativa en el pas. Una pedagoga que debe pensarse en la

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    transdisciplinariedad, en el estrecho dialogo que liga los problemas de la educacin con

    la sociedad, la cultura y la economa, y una pedagoga en la que el principio de la

    alteridad ocupe un lugar central (Jodar, 2001).

    Algunos dilemas de la educacin en la Argentina

    La educacin argentina presenta hoy algunas cuestiones dilemticas, que interesa

    situar en tanto la reubican en estrecha relacin con fenmenos de otros campos y

    problematizan sus mandatos histricos y sus desafos futuros. Esas cuestiones

    dilemticas tambin demandan la revisin de conceptos para el anlisis de la educacin.

    Por un lado, es necesario pensar la relacin de la educacin con los procesos de

    transmisin y seleccin de la cultura en una sociedad segmentada y polarizada. La

    preocupacin por el deterioro simblico de la escuela y por la distribucin de la cultura

    remite a nuevos dilemas, pero a la vez retrotrae a viejos fenmenos de principios del

    siglo XX cuando la expansin de la escolaridad obligatoria generalizaba un acceso a

    una cultura comn a contrapelo de la concentracin econmica oligrquica. En la

    medida que la Argentina del siglo XX fue el resultado de la combinacin entre

    movilidad social ascendente, estabilidad laboral y educacin pblica, la presencia de

    una movilidad social descendente y el desempleo creciente recolocan en la educacin

    pblica una responsabilidad poltico-cultural distributiva, pero en un contexto de

    mayores dificultades respecto del de fines del siglo XIX marcado por el horizonte del

    progreso y la democracia republicana.

    Por otro lado, es necesario pensar la relacin entre la educacin y las condiciones

    materiales de vida que cuestiona hoy la dimensin reproductiva de la educacin. Si la

    educacin ya no reproduce una sociedad integrada o reproduce la segmentacin social

    con formas culturales propias, volver a pensar la dimensin productiva de la educacin

    supone una tarea epistemolgico-poltica: aquella centrada en la bsqueda de nuevos

    fundamentos de la educacin, una educacin tensionada entre las formas de continuidad

    de las tradiciones heredadas en el presente y las situaciones emergentes que parecen

    invalidar esas tradiciones y los ideales igualitarios que se inscribieron en ellas. De all

    que la educacin sea hoy un espacio invalorable de reactualizacin de conocimientos y

    de debate de tradiciones culturales en revisin.

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    Por ltimo, es necesario pensar la relacin de la educacin con el registro de lo

    imaginario en tanto la educacin y los medios son espacios en los que se configuran y

    confrontan diverso tipo de imaginarios sociales, donde se construyen sistemas de

    significacin que intervienen en la constitucin de identidades educativas. La

    educacin puede ser pensada como el espacio de construccin de una imaginacin

    social instituyente de nuevas condiciones de existencia social (Castoriadis, 1998). Si

    retrospectivamente la educacin fue marca de distincin social, sea de las viejas elites

    culturales, de los sectores medios o de la sociedad argentina en su conjunto, hoy deviene

    en un espacio en el cual pueden constituirse nuevas referencias identitarias.

    Por ltimo, otra cuestin dilemtica se refiere a los cambios producidos en la relacin

    entre las generaciones, con las tensiones resultantes del choque entre proyectos de

    socializacin propios de ciclos histricos anteriores, formas de sociabilidad emergentes,

    y figuras de autoridad afectadas por procesos de deslegitimacin social y cultural. Un

    pas saqueado que no ha dejado herencia para las generaciones siguientes, muestra

    entonces una serie de fenmenos crticos en el terreno de la relacin intergeneracional.

    Por otra parte esa otra sociedad que se esboza en el futuro, teniendo en cuenta algunos

    datos del presente, entra en colisin con la simbolizada, con aquella interiorizada en la

    memoria de las generaciones y en particular de los educadores. Analizar la educacin en

    el presente requiere atender la coexistencia de mltiples temporalidades (Ludmer, 2002)

    que estn en juego en las posiciones de las generaciones y en el escenario social y

    cultural.

    Conceptos para pensar la educacin

    Pasemos ahora a ubicar algunos conceptos, que si bien estn presentes en el debate

    actual de las ciencias sociales, me interesa recuperarlos para el anlisis de los procesos

    educativos contemporneos. Estos conceptos, procedentes de otros campos de

    conocimiento, permiten la comprensin de ciertas marcas actuales de la educacin y la

    definicin de lneas de investigacin y de intervencin pedaggico-cultural.

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    El primer concepto es el concepto de transmisin cultural, ya sealado, un concepto

    clsico de la teora sociolgica y de la pedagoga. Pero no nos interesa hoy retomarlo

    para persistir en la idea de transmisin de la totalidad de la cultura de una generacin a

    otra, como planteaba Durkheim a principios del siglo XX frente al progreso de la

    sociedad industrial moderna, sino para pensar las paradojas de la transmisin en un

    contexto de fuerte mutacin de las coordenadas espacio-temporales de la experiencia

    social y de desestructuracin de los horizontes totalizadores e integradores.

    Kaes (1996) ha sealado que la pregunta por la transmisin de la cultura reaparece

    en contextos de incertidumbre. La reaparicin de esta pregunta permite pensar los

    modos de filiacin generacional en contextos de crisis de autoridad y los elementos

    conscientes e inconscientes (entre otros, el abandono de cierta omnipotencia educativa

    propia de la racionalidad y conciencia moderna) de los procesos educativos. Por otra

    parte, Debray (1997) ha sealado que la transmisin cultural est connotada por la

    direccin del tiempo en tanto proceso que se realiza en la duracin, a diferencia de la

    comunicacin entendida como transporte en el espacio. El alcance regulador, material,

    diacrnico y poltico de la transmisin es destacado, como contrastante con la tarea

    comunicacional, asociado al pasado de las instituciones, entre otras, la escuela.

    A partir de la pregunta por la transmisin cultural, presente en el debate pedaggico,

    es posible pensar varios problemas de la educacin en la Argentina: 1) el lugar de las

    tradiciones culturales, intelectuales, pedaggicas, estticas, su conservacin o

    transformacin, su debilitamiento o reactualizacin en el espacio de la educacin; 2) las

    formas de filiacin simblica de los sujetos de la educacin en contextos de fuerte

    malestar identitario y de discontinuidad generacional; 3) la seleccin de la cultura a ser

    transmitida frente a horizontes de mayor exclusin social y aumento de la pobreza; 3) la

    transmisin electrnica y sus juegos y combinacin con la transmisin letrada (Chartier,

    1999).

    Si la pregunta por la dimensin comunicativa ausente en las practicas educativas

    tradicionales implic una operacin de critica sobre los fundamentos de la educacin

    tradicional, la pregunta por la transmisin cultural en contextos de desestructuracin

    retoma el inters por la dimensin poltica de los fenmenos educativos al instalar la

    pregunta por lo comn, apelando a los distintos modos, soportes y figuras de la

    transmisin, sin negar su radical contingencia.

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    El segundo concepto que interesa situar es el concepto de sociabilidad, presente en la

    teora social contempornea (Murmis y Feldman, 2002), que se asienta en la hiptesis

    de la perdida de eficacia de los procesos de socializacin de la modernidad (alianza

    familia-escuela). Si las teoras de la socializacin intentaron leer los modos en que

    distintas culturas han llevado adelante la incorporacin a la sociedad de las nuevas

    generaciones, la pregunta por la sociabilidad parte del supuesto de la mayor debilidad de

    la relacin paterno-filial (acentuada por la prdida de centralidad del trabajo, del papel

    rector del estado, etc), de la crisis de autoridad en sus diversas manifestaciones y de la

    importancia adquirida por la relacin entre pares. En tanto la sociabilidad es la forma

    ldica de la asociacin (Simmel, 2002) invita a explorar las formas de vida social y los

    intercambios e interacciones y, para nuestro tema, su significacin desde el punto de

    vista educativo. La pregunta por la sociabilidad invita a explorar los espacios de

    interaccin que ponen en juego las fuerzas ticas de la sociedad.

    El crecimiento de formas de sociabilidad entre pares no debe suponer un divorcio

    respecto de la preocupacin poltica por la transmisin cultural. En todo caso habr que

    explorar las nuevas figuras de la transmisin (que siempre permiten analizar cierta

    dimensin pblica y de responsabilidad social de las acciones) en un contexto de crisis

    de los mandatos institucionales. Ms que reforzar la distancia entre generaciones, la

    cuestin es cmo explorar las combinaciones que se producen entre los fenmenos de la

    transmisin cultural, las formas de sociabilidad y la reconfiguracin de las instituciones

    clsicas ante los nuevos emergentes del presente. El concepto de sociabilidad permite

    analizar en educacin problemas como: 1) los aprendizajes entre pares, 2) la gestacin

    de proyectos educativos en las comunidades, 3) los espacio de intercambio cultural y el

    tipo de interacciones, 4) la experiencia subjetiva en espacios de sociabilidad, 5) las

    figuras de la autoridad y la transmisin en estos proyectos.

    Si los estudios de la educacin priorizaron investigaciones centradas en el anlisis del

    sistema educativo como principal dispositivo poltico-cultural, hoy se requiere explorar

    el complejo mapa de experiencias en viejos y nuevo espacios en los que la asociacin

    entre pares irrumpe como proyecto o como necesidad.

    Otro concepto importante es el concepto de representacin. El debate en distintos

    campos de conocimiento sobre el problema de la representacin resulta sustantivo en

    tanto la educacin es un espacio de representacin desde distintas perspectivas (Carli,

    2003a, 2003b). Tal como ha sealado Aumont la representacin es un proceso por el

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    cual se instituye un representante, que en cierto contexto limitado, ocupar el lugar de

    los que representa (1992: 108), toda representacin es arbitraria y supone convenciones

    sociales y fronteras tericas. La denunciada crisis de representacin en distintos

    planos (poltico, cultural, esttico, etc) vuelve a instalar la pregunta por la relacin

    entre realidad y representacin: en la educacin, como en otros campos, la relacin de

    representacin se ve alternada por la imaginacin, por el sentido de las formas

    (Chartier, 1999 a). A partir del concepto de representacin (en sus diversas acepciones)

    es posible comenzar a analizar problemas tan diversos como: 1) la educacin como

    espacio de luchas por la representacin; 2) la produccin de representaciones sobre la

    educacin en distintas superficies; 3) la relacin entre esttica y educacin, como

    cuestin que excede el campo de la educacin artstica, 5) la construccin de una

    pedagoga de la representacin (Giroux, 1996) que combine abordajes mltiples e

    implicacin afectiva con el conocimiento.

    Otro concepto clave es el de reconocimiento, que se vincula con el de representacin.

    En tanto los medios son espacios de construccin de representaciones, ponen en juego

    modos de reconocimiento social. La relacin entre el trabajo de re-conocimiento, la

    memoria y el placer del reconocimiento que se analiza en el arte representativo, la

    relacin entre reconocimiento y conocimiento (Aumont, 1992: 88), la rememoracin o

    alineacin del trabajo de reconocimiento, son dimensiones de inters para pensar la

    educacin. Una tica y una esttica de la palabra en Freire habilit modos de

    reconocimiento social ausente en otras prcticas educativas de su tiempo, la

    configuracin de un nosotros (los oprimidos) y la construccin de una pedagoga.

    Desde el concepto de reconocimiento es posible analizar problemas como: 1) los

    modos de reconocimiento de nios y jvenes en los medios en un contexto de

    heterogeneizacin y homogenizacin de las identidades educativas; 2) el

    reconocimiento de la conflictividad de una sociedad segmentada en los discursos

    mediticos que refuerza formas de distincin social y exclusin social, e invisibilizan

    los elementos traumticos de la experiencia educativa. 3) la construccin de

    espacios/experiencias/lenguajes educativos que propicien nuevo modos de

    reconocimiento y de rememoracin.

    La pregunta por el reconocimiento supone trasladar a los medios una preocupacin

    poltica que pone en el centro de la cuestin la responsabilidad pblica de los mismos

    en la produccin de imgenes que proveen elementos de identidad a una poblacin

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    infantil y juvenil con experiencias sociales atravesadas por una desigualdad social cada

    vez ms fragante. La pregunta por el reconocimiento se interesa por los discursos que

    los medios construyen pero tambin por el lugar activo y creativo del lector. Procesos

    de identificacin y de diferenciacin seran entonces operaciones a explorar a travs de

    la intervencin educativa.

    El ltimo concepto que quisiramos incorporar es el de visualidad. Jess Martn

    Barbero, entre otros, ha destacado la revalorizacin cognitiva de la imagen a partir de la

    crisis de representacin y la verdadera episteme cualitativa que supone la imagen y su

    intervencin en el terreno del saber (2003: p90). En la Argentina, la expansin de una

    cultura visual propiciada por el desarrollo de las nuevas tecnologas, se combina con

    diversas formas de pauperizacin de la educacin pblica que han reducido sus

    materiales culturales disponibles: net-art y escuelas desmantaledas de recursos conviven

    de formas paradjicas. Desde el punto de vista de la educacin, la cuestin de la

    visualidad conduce a varios problema de inters educativo: aprender a mirar, es decir

    adquirir los aprendizajes necesarios para el anlisis crtico del material visual, explorar

    los modos de incorporacin del trabajo con la imagen en las experiencias educativas,

    producir estrategias para proveer competencias, recursos y equipamiento adecuado para

    el trabajo con imgenes. Desde el concepto de visualidad pueden explorarse varios

    problemas de la educacin: 1) analizar las narrativas visuales de la educacin, 2)

    explorar las modos de incorporacin de la imagen en las experiencias educativas (la

    imagen artstica, electrnica, fotogrfica, etc); 3) analizar la demanda de visibilidad

    social a travs de la educacin; 4) indagar los habitus educativos de la cultura visual; 5)

    explorar la construccin visual de los fenmenos educativos.

    La pregunta por la visualidad conduce a analizar las formas de construccin visual de

    la educacin, en tanto es a travs de las imgenes mediticas que accedemos muchas

    veces a un conocimiento sobre la marcha de la educacin, sobre la educacin en el pas,

    sobre los conflictos en el espacio educativo, sobre la poltica educativa, etc.

    Conocimiento de lo real, siempre parcial, sesgado y limitado, y que pone en el centro

    del debate la importancia de una produccin y acceso democrtico a las imgenes sobre

    la educacin argentina en este comienzo conflictivo del siglo XXI.

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