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Capítulo II
LA QU I NA, REMED I O
AND I NO-AMAZÓNICO PARA
EL MUNDO
EL ÉXITO DE LOS "POLVOS DE LA CONDESA"
La quina, también llamada cascarilla, cinchona o "árbol de la
vida" (Moya, 1994: 15), como muchas otras plantas que han
asombrado a los colonizadores europeos, ya era conocida (y
usada en los ritos shamánicos) dadas sus virtudes curativas
por los habitantes originales de los países andino-amazónicos.
Para J ussieu, que hacía parte de la Misión Geodésica a la
"Mitad del Mundo" que hizo celebre a La Condamine, los
aborígenes denominaban a la quina como "yara chucchu, cara
chucchu" . }ára significaba árbol, cara la corteza, chucchu de la
fiebre; por así decirlo, el árbol de la fiebre intermitente. Ellos
lo llaman también Ayac-cara, lo que significaba corteza amar
ga" (La Condamine, 1993:22)
Del lado de los advenedizos europeos, el conocimiento de
la quina data de 1616 cuando Francisco de Borja era virrey del
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CAPíTULO 11
Perú (Gredilla, 1982:95). Hacia 1638 ya había curado a varios
notables españoles como el corregidor de Laja y la esposa del
conde de Chinchan, quien también comenzó a difundir su uso
"entre los pobres". El papel desempeñado por la esposa del con
de, además de socializar verticalmente los luego célebres "polvos
de la condesa", fue proporcionar la base del nombre científico
con el que formó Linneo el género de las Chinchonas. La pri
mera descripción científica de la planta ya había sido hecha por
La Condamine en 1738 en la Academia de Ciencias de París,
con base en las muestras recolectadas por él mismo en la pro
vincia ecuatoriana de Laja (La Condamine, 1993).
Los jesuitas también hicieron lo suyo, pues en 1649 ya
habían comenzado a llevar grandes cantidades de la corteza a
Europa (se usó por primera vez en 1639 en Alcalá de Henares)
donde se empezó a utilizar de manera creciente popularizándo
se como polvos de los padres o polvos jesuíticos. En 1679 se revivió
su uso en Francia donde "Luis XIV lo rescató ... y lo hizo pú
blico para el bien de la humanidad" (Gredilla, 1982:95).
DISTRIBUCIÓN DE LAS QUINAS DE LA
ALTA AMAZONIA
La distribución geográfica de las quinas se encuentra entre
los 100 latitud norte y los 20 grados latitud sur, en cercanías a
La Paz, con una altitud promedio entre los 1.600 y los 2.400
metros, (Gredilla, 1982:108), lo que hace de esta planta pro
pia de los declives de las cordilleras de los países
andino-amazónicos (ver mapa 2).
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LA QUINA, REMEDIO AND INO-AMAZÓNICO PARA EL MUNDO
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MAPA 2 Distribución de las quinas andino-amazónicas
Tom<1do de Domínguez y G6mez, 1 994
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CAPíTUL O 11
Durante el siglo XVII se pensó que esta planta era exclu
sivamente de Loja, según la descripción de La Condamine,
quien la encontró en terrenos quebrados y alertó sobre su pre
matura extinción.
N unca se halla el árbol de la quina en las llanuras, crece derecho
y se distingue desde alguna distancia a una, y otra parte del cami
no, porque su cima se eleva sobre las inmediatas, que le rodean:
ni se encuentran juntos en matas, sino dispersos, y como aislados
entre los de otras especies: cuando se les deja tomar todo su in
cremento, son muy gruesos, y los hay más que el cuerpo de un
hombre . Los medianos tienen como de 8 a 9 pulgadas de diáme
tro, y es muy raro encontrarlos hoy así en la misma montaña, que
dio la primera quina, a causa ya de haberse muerto aquellos de
donde se sacaron las primeras cortezas, que eran muy gruesos,
porque enteramente los despojaron, lo que infaliblemente mata
los arboles viejos (1993 : 177).
En el siglo XVIII, y posteriormente en el XIX, se fueron
descubriendo nuevas áreas quineras en los cuatro países ubi
cados dentro de la franja señalada anteriormente. Muchas de
estas áreas, las principales desde el punto de vista de su pro
ducción, estaban ubicadas en la alta Amazonia de cada uno de
estos países.
En la Nueva Granada, hoy Colombia, en 17 S 3 Miguel
Santiesteban "observó por primera vez, al bajar el páramo de
Guanacas, cerca de Popayán una especie de quina que llama
ban palo de reques6n" (Gredilla, 1982:96-97) . Según este
mismo autor, Mutis la descubrió en 1772 cerca a Tena
(Cundinamarca) yen 1773 entre Honda y Santafé (p. 114).
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LA QUINA, REMEDIO ANDINO·AMAZÓNICO PARA EL MUNDO
La alta Amazonia colombiana se vinculó a la extracción quinera .
a partir de la segunda mitad del siglo XIX con el descubri
miento y la explotación de los quinales de la Bota Caucana y la
incorporación del alto Caquetá-Putumayo.
En el caso de Ecuador la región amazónica fue determi
nante desde un comienzo pues allí se extrajo la quina más
cotizada o quina de Loja. Según La Condamine:
La mejor quina, a lo menos la más afamada, se coge en la monta
ña de caxamuna distante como dos leguas, y media hacia el sur
de Loxa. De allí se sacó la primera, que se condujo a Europa, y
no ha 15 años que los comerciantes de ella se prevenían con cer
tificación de escribano, para acreditar que la quina que habían
comprado era sacada del propio caxamuna (1993: 168).
La importancia de la quina de Loja, junto con la de Cuen
ca, cuando la primera se agotó, fue tal que "durante el siglo
XVII y gran parte del XVIII, el abastecimiento mundial de
este específico fue sostenido por la audiencia de Quito, sobre
todo por Loja y Cuenca" (Moya, 1993:9). El obligado des
plazamiento de la búsqueda y extracción se trasladó entonces
a J aen, Paute, Gualaceo, en inmediaciones de la alta Amazonia
ecuatoriana, así como a otras provincias como Alausí,
Riobamba, Azuay y Cañar (Moya, 1993:25,64).
Las zonas peruanas de exploración y extracción quinera
estaban localizadas en Guancabamba y Ayabaca. Luego de su
agotamiento a mediados del siglo XVIII, se descubrieron
manchales en Huánuco en 1776 hacia donde se dirigió la ac
tividad extractiva.
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CAPíTULO 11
La exploración y extracción de quina en Bolivia, princi
palmente a lo largo del siglo XIX, se ubicaban en las provincias
de Caupolicán, hoy Franz Tamayo, Apolobamba y luego
Larecaja y el Alto Beni, todas en la alta Amazonia Boliviana o
en sus inmediaciones Qiménez, 1991 j J aúregui, 1991 j Soux,
1991). Durante el siglo XIX -y como veremos en el capítulo
cuarto-, las quinas de Bolivia así como las colombianas co
menzaron a disputar a las ecuatorianas el comercio con las
metrópolis europeas.
LAS VARIEDADES DE QUINA
La identificación, clasificación taxonómica y certificación de
la verdadera quina ocasionó interminables discusiones, una
gran cantidad de literatura y no pocos conflictos sociales, po
líticos y comerciales durante los siglos XVIII y buena parte
del XIX. El desarrollo aún precario de la farmaceútica, la can
tidad de especies vegetales similares e incluso la confusión
creada por comerciantes inescrupulosos o falsificadores estu
vieron siempre presentes, tanto en América como en Europa,
en todo el proceso de difusión del uso de esta planta. En estas
circunstancias, a finales del siglo XVIII nadie estaba en capa
cidad de zanjar satisfactoriamente el problema de la
autenticidad o calidad de cada una de estas especies5.
Ante el escaso conocimiento del contenido en sulfato de
quinina de las plantas, que sólo se lograría con posterioridad a
5 Sobre los detalles de estas polémicas y de los conflictos generados, se recomien-
da ver el trabajo de Mauricio Nieto, ' Remedios para el imperio" ,
40
LA QUINA, REMEDIO ANDINO-AMAZÓNICO PARA EL MUNDO
1820 luego de que en un laboratorio de París se logra aislar
este principio activo, la única manera de identificar la calidad
de las plantas era, entre otros factores externos, por su color.
Primero se agotó la quina de Loja (que para Mutis es la quina
anaranjada o quina primitiva (Gredilla, 1982: 1 09), Y luego se
comenzó a utilizar la quina roja, hasta 1740 y la amarilla (am
bas se encontraban en Cajanuma, Uritusinga y Vilcabamba).
Después, desde 1785, se dio paso a la extracción de la cascari
lla blanca y la crespilla negra, "hasta entonces despreciadas"
(Moya, 1993:50-51).
De la misma manera que la actividad extractiva se fue
desplazando por el agotamiento de los diferentes manchales
desde su centro inicial en Loja, se comenzaron a reconocer e
identificar diferentes variedades de cascarilla o quina, cada
una con una circunscripción geográfica muy definida. De
acuerdo con la referencia de Francisco José de Caldas hecha
por Moya, la quina de Loja, "no se halla sino desde los 30 44"
de latitud austral... comienza en el ramo que divide las aguas
entre el río Saraguro y el de Loja, que tomó después el del
Zamora, y entra en el Marañon, bajo del Santiago. Desde
Ayabaca, desde los 40 4" de latitud austral, ya no se vuelve a
encontrar" (p. 43).
A Mutis en su Arcano de la quina, que se publicó en 1793
y 1794 en el Diario de Bogotá y luego se reprodujo en Madrid
en 1828 (Gredilla 1982: 108), se atribuye la descripción más
juiciosa y detallada, desde el punto de vista botánico, de las
variedades correspondientes a las quinas mencionadas en el
párrafo anterior. La quina anaranjada o primitiva correspon-
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CAPíTULO 11
día a la Cinchona lancifolia, mientras que la de corteza amarilla
pertenecía a la e cordifoliaj la de corteza roja, ala e oblongifoliaj
la blanca, a la e Ovalifolia, y así sucesivamente hasta descri
bir 17 especies, 10 de las cuales se encontraban sólo en la
provincia de Loja (Gredilla, 1982: 119).
Como se verá en un capítulo posterior, a Rafael Reyes le
correspondió encontrar una importante variedad de quinas en
la vertiente amazónica de la cordillera oriental colombiana en
el área de la Bota Caucana y el alto Caquetá-Putumayo y en el
resto del piedemonte amazónico colombiano.
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Capítulo f//
L A QU IN A: UNA NUE V A
ESPAC I A LI DAD SOC I A L
Los HABITANTES Y EL ESPACIO PREHISPÁNICO DEL
ALTO PUTUMAYO
Uno de los principales rasgos de la región del alto Putumayo,
antes del arribo europeo, consistió en ser el eje de la articula
ción-continuidad entre los Andes y la Amazonia en esta parte
del neotrópico aledaña a la línea que divide los dos hemisfe
rios. Para Deler, dicha continuidad había sido posible gracias
a la presencia de ciertos rasgos naturales "cuya combinación
resulta excepcional en el área andina tropical" y donde,
La estrechez de la cordillera (unos cien kilómetros desde un pie
de monte hasta el otro), la corta distancia que separa la alta
Amazonia de la orilla del Pacífico (sólo 200 km), los tajos pro
fundos que abren en la cordillera occidental los ríos Mira y Patía
se conjugan para propiciar - y desde lejanas épocas- interacciones
entre vastos territorios ecológicos y etnoculturales de la costa, de
las lomas selváticas del pie de monte y las cuencas andinas entre
Pasto y Quito (1996:27) .
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CAPíTULO 111
Desde el punto de vista cultural, diferentes autores ade
más de Deler (Renard Casevitz, 1988; Santos, 1992; Pineda,
1982; Ramírez de Jara, 1996) han resaltado la existencia de
complejos sistemas de intercambio y articulación comercial y
cultural de las poblaciones prehispanicas andinas y amazónicas.
Las etnias habitantes del alto Putumayo, como en general todas
las poblaciones ubicadas en la alta Amazonia, incluida la ceja de
selva -ubicada entre los 1.800 m y los 3.000 m aproximada
mente (Renard Casevitz, 1988:43), han desempeñado un papel
de eslabonamiento e intermediación muy importante entre es
tos dos mundos que le permite a Santos denominarlas como
etnias bisagra (1992:38). Esto se confIrma para el alto Putumayo
donde, de acuerdo con la información compilada por Ramírez
de Jara, "todos los habitantes del valle de Sibundoy, como los
demás grupos del piedemonte, mantenían relaciones de dife
rente tipo entre sí y con grupos de tierras altas y bajas ... "
(1996: 115). En el caso de los andakí, estudiados por Friede,
sucede algo similar pues "tanto de los hechos históricos como
de los vestigios arqueológicos hasta ahora encontrados, se de
duce que los indios del alto Magdalena conocían la región del
macizo Central desde tiempos precoloniales y que tuvieron trá
fico con los de la Alta Selva Amazónica a través de las cabeceras
de los ríos" (Friede, 1967:27).
En el momento de la Conquista, la zona del alto
Putumayo estaba habitada por lo que los españoles denomi
naban "grupos de montaña" . De acuerdo con las referencias
mencionadas en el trabajo de Renard Casevitz, los grupos
de montaña estaban situados en los" . . . piedemontes
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LA Q¡JINA : UNA NUEVA ESPACIALIDAD SOCIAL
amazónicos de la cordillera andina oriental y todavía, de modo
más limitado, (en) el piso inferior del bosque entre 400-1.800
metros de altitud" (1988:43).
Según la descripción de Ramírez de Jara, quien se apoya
en los trabajos de Romoli (1977) Y Friede (1967), los principa
les grupos habitantes del área eran los quillacinga de la montaña,
que incluían los habitantes del pueblo de la laguna "y más aden
tro, los del valle de Sibundoy-Patascoy". Sus territorios "se
extendían desde la cumbre de la cordillera central hasta la cor
dillera Portachuelo al este de Sibundoy y desde el divorcio de
las aguas entre el alto Caquetá y las cabeceras del Putumayo
hasta el río Guamués" j al sur de estos grupos estaban los
sucumbío. Su territorio estaba ubicado "en la región entre el
alto de la cordillera central y el Putumayo y entre el río Guamués
yel San Miguel"j los Mocoa, "que habitaba(n) el río del mis
mo nombre y un trecho contiguo a éste en la margen derecha
del Caquetá" y los andaki al norte, ocupando una franja de unos
100 kilómetros de la alta selva amazónica .. . " a lo largo de la
cordillera oriental entre los ríos Orteguaza y Caquetá ... y su
afluente el Mocoa" (1996: 11 S)j (ver mapa 3).
El tipo de asentamiento y la modalidad de ocupación
de la parte alta de la Amazonia, incluyendo el piedemonte,
difiere del patrón general de la parte baja de la cuenca, rela
cionado con asentamientos de tierra firme o interfluvio y
asentamientos de varzea o ribereños a lo largo de los gran
des ríos. En principio se podría asumir que la ocupación de
estas zonas de vertiente tiene relación con la facilidad de ac
ceso a recursos dentro de lo que Murra denominó el "control
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MAPA 3 Grupos indígenas en el alto Caquetá-Putumayo
Tomado de Ramírez de ¡ara, '99S
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LA QUINA: UNA NUEVA ESPACIALIDAD SOCIAL
vertical de un máximo de pisos ecológicos". Para Deler, en
estas áreas se presenta un "sistema de intercambio entre la
costa y la tierra adentro que genera una marcada libertad de
desplazamiento de los pobladores .. . " (Deler, 1996:28). Es
tos planteamientos no nos permiten explicar -tampoco lo
pretenden- el carácter, la distribución y el tipo de
asentamientos y la organización espacial existente en estas
zonas de vertiente al momento de la llegada de los españo
les. De manera hipotética, podría suponerse que muchas de
las poblaciones o aldeas indígenas de quillacingas, andakís,
mocoas y sucumbíos, habitantes del área, se encontraban
dispersas en los contrafuertes y partes relativamente planas
de dicha vertiente, determinando el tamaño y disposición de
estos asentamientos, su disponibilidad de recursos circun
dantes y los arreglos interétnicos. De otra parte, ya diferencia
de la baja Amazonia, la estructura de maloca tampoco pare
ce ser general dentro de estos agrupamientos.
EL COMIENZO DE LA "DESORGANIZACIÓN
ESPACIAL": EL ALTO CAQUETÁ-PUTUMAYO COMO
FRONTERA DE CONQUISTA
Desde una perspectiva espacial, podemos decir que la presen
cia europea en la Amazonia se fundamentó básicamente en la
alteración drástica y compulsiva de los patrones de ocupación
y asentamiento desarrollados por las poblaciones originarias
de la pluviselva. Como se sabe, este tipo de organización es
pacial estaba condicionado de alguna manera por la
disponibilidad de recursos y tenía relación con las diferentes
47
modalidades adaptativas desarrolladas por estos pobladores
con su ambiente.
Las consecuencias de la irrupción europea comenzaron
incluso antes de la presencia física de los migran tes del "Viejo
Mundo" en la región, cuando se supo que los nuevos ocupan
tes comenzarían a acercarse, como en efecto lo hicieron,
visitando territorios andinos y afectando a las sociedades veci
nas con las que los grupos de la alta Amazonia tenían fuertes
relaciones de intercambio. Estas consecuencias tienen que ver,
por ejemplo, con la ruptura de la continuidad espacial, étnica
y comercial existente entre los Andes y las tierras bajas de la
hylea amazónica. En el caso de los jíbaros de Ecuador, por
ejemplo, la presencia hispana significó, según Renard Casevitz,
"el divorcio político, económico e ideológico entre el mundo
andino y el amazónico" (1988: 194).
A fines del siglo XVI no queda ya nada de estos grandes bloques
antes homogéneos, que cubrían los diferentes pisos, ya que la
gente de arriba y de abajo se encuentran desde ahora encerrados
en identidades opuestas, irreconciliables y jerarquizadas. Para
dójicamente, incluso los españoles se encuentran presos de esta
antinomia; con la separación cada vez mayor entre tierras altas
"civilizadas" y selva "salvaje", los colonos que quedan en las tie
rras bajas se hallan cada vez más marginalizados, económica y
socialmente, de tal manera que al final resultan más aislados aún
que las sociedades indígenas cuyo hábitat comparten (Renard
Casevitz, 1988: 194-196).
La alta Amazonia colombiana, particularmente la zona
del alto Caquetá-Putumayo no escapa a este tipo de
48
LA QUINA: UNA NUEVA ESPACIALIDAD SOCIAL
fracturamiento generalizado, cuyas consecuencias espaciales
son fundamentales para comprender los procesos sociales y
económicos ulteriores.
U na de las consecuencias iniciales de la presencia espa
ñola en el piedemonte andino amazónico fue la desarticulación
del grupo anadakí, que se ubicaba dentro de este ámbito geo
gráfico. En el área del alto Magdalena, la violenta presencia
de los españoles, por medio de la que éstos intentaban desalo
jar a los indígenas que la habitaban, produjo no sólo la
alteración de la continuidad antes señalada, sino las primeras
migraciones masivas de población indígena de las tierras altas
hacia la Amazonia y el comienzo de la permanente presencia
de colonizadores peninsulares acompañados de muchos indí
genas andinos que les sirvieron como "guías, bogas y
cargueros ... " (Friede, 1967:48-49). Para los autores de Al este
de los Andes, la Amazonia se convirtió además en "tierra de
confinamiento para los dominantes, pero también zona de re
fugio de los dominados" (Renard Casevitz, 1988: 197).
En el alto Putumayo el fraccionamiento se evidenció en
el valle de Sibundoy durante la época colonial, donde la pre
sencia permanente, después de las primeras incursiones
militares, se circunscribió, como en gran parte de la cuenca
amazónica de los siglos XVII y XVIII, a la actividad de los
curas doctrineros (Ramírez de Jara, 1996: 120).
Por otro lado, con el establecimiento del predominio
misional se alteró radicalmente la modalidad originaria de
distribución espacial, que reseñáramos al comienzo, la cual
49
CArrTUlO 111
se sustituyó por un modelo de asentamientos nucleados que
se concretaron en la fundación de un número apreciable de
poblados que pretendían erigirse, con un éxito muy discuti
ble, a imagen y semejanza de los conocidos por los
advenedizos. La fundación de pequeñas ciudades significó
la concentración de población, de productos y en alguna
medida también de servicios; la introducción de nuevas ac
tividades agrícolas en la periferia, la adopción de una manera
desconocida de valorización del suelo y apropiación del es
pacio por medio de la introducción del extractivismo imperial
y la intensificación de una poco usual presión, en un comienzo
de índole local, sobre los recursos de la selva amazónica.
La fundación de ciudades en la parte alta de la región
amazónica fue de primordial importancia para elestableci
miento y ensanchamiento del modelo espacial de dominación
creado por la corona española. De acuerdo con los plantea
mientos de autores como Llanos y Deler, esta área recibió un
tratamiento colonial similar al resto de la región andina (Lla
nos, 1982:21; Deler, 1987:57) y dio lugar, según Deler, a una
configuración y organización territoriales cuyo esquema se
reproduce en el gráfico 1, Y cuyos rasgos principales parecen
mantenerse hasta el presente. Según este autor:
50
La alta Amazonia fue dividida en una serie de gobernaciones,
todas adosadas a la línea de cumbres de la cordillera oriental,
presentándose bajo la forma de anchas fajas de terreno, orienta
das por el curso de los afluentes de! Amazonas que les servían de
eje; sobre e! declive externo de la cordillera ... , estos pueblos cons
tituían, más bien, una etapa en e! itinerario que conducía de la
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A: SIERRA (administración civil); B: ORIENTE (administración eclesiástica) 1: Callejón interandino; 2: Cordillera oriental; 3: Ceja de selva; 4: Cuenca amazónica (selva)
1. Ciudad andina tutelar y cabecera de provincia oriental. 2. Itinerario de acceso a la Amazonia . 3. Eje fluvial principal y red de tributarios . 4. Reducción o misión: reagrupamiento y sedentarización de la población de la selva . 5. Tierras inexploradas. 6. Influencia española río abajo. 7. Influencia portuguesa río arriba . 8. Eje de la cordillera Oriental. 9 . Límite del declive externo de los Andes. 10. Itinerario interandino longitudinal. 11. Límites administrativos teóricos de las jurisdicciones orientales. (p. 117).
GRAFICO 1 MODELO DE ORCANIZACl6N ESPACIAL EN LA AMAZONIA COLONIAL
}.P. Deler
'; .o !: z > e z > z e
~ m vo ~ (')
~ 6 > O vo O (')
~
CAPíTUL O 111
ciudad andina al embarcadero situado, lo más arriba posible, en
los grandes ejes fluviales . Cada uno de estos itinerarios consti
tuía una "entrada" al oriente. Hacia abajo y hacia el este, la división
administrativa se perdía en tierras desconocidas ... (Deler,
1987: 115).
Al respecto cabe destacar cómo, a pesar de los múltiples
procesos de desplazamiento geográfico de muchas de estas fun
daciones, de su existencia temporal o de su súbita desaparición,
el esquema planteado por Deler continúa vigente, en sus rasgos
generales, y hoy encontramos que poblaciones como Mocoa en
el Putumayo colombiano, Baeza y Archidona en Ecuador, en
tre otras, todavía subsisten como centros urbanos de importancia
aunque sus funciones, antes enmarcadas dentro de procesos de
expansión extractivista, hayan variado. Habría que buscar a esta
supervivencia nuevas razones de tipo económico o político cuyo
análisis por lo pronto escapa a este estudio.
La información presentada hasta aquí nos permite derivar
dos conclusiones parciales. Primero: contrariamente a lo que
aún hoy se argumenta6, la estructura regional prehispánica dentro
del actual territorio colombiano no se puede caracterizar
concluyentemente como desarticulada y fragmentaria. Las evi
dencias sobre la existencia de redes comerciales de larga distancia
y sobre los múltiples contactos entre el mundo andino y
amazónico advierten procesos de articulación y comunicación
intrarregional complejos que se presentaron también entre
6 En algunas instancias de planeación del gobierno se siguen repitiendo, sin fórmula
de inventario, las concepciones que suponen la .desarticulación de los asentamientos
indígenas» durante el período prehispánico y la fragmentación regional, y se plantea la
existencia de «amplias áreas sin intervención del hombre» (González, 1992:8).
52
LA QUINA: UNA NUEVA ESPACIALIDAD SOCIAL
las demás regiones del territorio de lo que hoyes Colombia.
y segundo: la superposición de una estructura espacial, así
como la irrupción de modalidades de apropiación y valori
zación del espacio, desconocidas has ta ese momento,
comportan consecuencias de tipo espacial más importantes
de lo que parecen advertir algunos geógrafos, en tanto son
responsables primigenios de la actual organización territo
rial del alto Putumayo.
AUGE y DECADENCIA DE LAS FUNDACIONES:
CONTINUACIÓN DEL ÉXODO INDÍGENA
La historia de las fundaciones misionales como expresión de la
política reduccional en el alto Putumayo tuvo similares caracte
rísticas y el mismo destino que en el resto de los países
andino-amazónicos. Ésta puede resumirse en el precario esta
blecimiento inicial de una red urbana a fines del siglo XVI yen
una casi total desaparición de la misma al final del período colo
nial, con múltiples intermitencias entre estos dos momentos.
Las entradas posteriores a la fase predominantemente mi
litar en la región del alto Caquetá-Putumayo expresan la
necesidad de establecer asentamientos duraderos y tienen lugar
hacia las últimas décadas del siglo XVI y comienzos del XVII
bajo la orientación y ejecución de misioneros franciscanos. És
tas se concretan en la fundación de ciudades como Mocoa y
Ecija de los sucumbías y en su constitución como escalas para
reducciones posteriores ubicadas más al interior de la selva. La
precariedad de estas fundaciones y su casi total aislamiento son
53
manifiestas desde un comienzo y sólo se mantienen gracias a la
existencia de actividades de extracción aurífera que, paradójica
mente, van a producir algunas de las causas de su posterior
decaimiento. Entre estas causas podemos citar la huida de po
blación indígena, la rebelión o la transmisión de enfermedades.
(López, 1977:188; Llanos, 1982:21).
Entre 1693 Y 17 SO se presenta en la zona una nueva serie
de fundaciones misionales que alcanza a expresarse en la crea
ción de 28 núcleos poblacionales, cuya relación detallada
podemos encontrar en el trabajo de Llanos y Pineda,
Etnohistona del Gran Caquetá. Estos poblados en las décadas
posteriores se redujeron a s610 cinco:
S4
El primero y más antiguo, bajando e! río, es e! de San Diego,
fundado a la banda norte, casi frente de la boca de! río que lla
man Orito ... compónese de las naciones Oa, Senseguaje ... Su
número total es de ciento cincuenta y uno ... e! segundo pueblo,
en distancia de dos días del antecedente navegando para abajo e!
Putumayo, es e! de nuestro seráfico padre San Francisco ...
Compónese de los sobredichos Amaguajes, de algunos
Encabellados y así mismo de tristes reliquias de otras naciones
destruidas entre sí o aniquiladas de su mortal accidente de! ro
madizo. Su total número es ciento uno ... e! tercer pueblo que
dista del antecedente como dos horas de río abajo, fundado a la
banda del norte es San Antonio. Compónese de ochenta y tres
indios mansos que son parcialidad de la referida nación
encabellada ... e! cuarto pueblo y segundo en la antigüedad ... yen
distancia del antecedente un día de aguas abajo inclusive medio
bajo de la boca de San Migue! de Sucumbíos, es este de la
Inmaculada Concepción, en que resido. Consta de las naciones
LA QUINA : UNA NUEVA ESPACIALIDAD SOCIAL
encabelladas, Zenzeguaje, Huaque O Murciélaga (trasplantada
del río Caquetá a éste) de algunos Macaguajes y algunos despo
jos de diversas naciones ... su número total es de doscientas noventa
y ocho ... el quinto y último pueblo formado, que se halla en las
riberas de nuestro Putumayo, es el que llaman de los agustinillos ...
Dista éste de la Concepción cuatro días del río abajo, y está fun
dado a la banda del sur. Consta de sólo la nación encabellada
(Llanos, 1982:26).
Para la época de comienzo del auge quinero, hacia 1850
aproximadamente, estas poblaciones, tal vez con la excepción
de San Diego ('Ver mapa 4) ya habían desaparecido por com
pleto. Además de los factores mencionados con anterioridad
en la zona, se destacan los ataques llevados a cabo por los
andakís a fines del siglo XVII (1681) Y comienzos del XVIII
(1719) (Friede, 1967:49; Llanos, 1982:21), los cuales des
truyeron y obligaron a trasladar en más de una ocasión a
ciudades como Mocoa (O bando, 1973:369).
El proceso de decaimiento de las fundaciones no sólo fue
acompañado de la desaparición de gran parte de la población
indígena, sino que significó, además, el desplazamiento terri
torial de buena proporción de los sobrevivientes y su
redistribución en el resto del actual departamento del
Putumayo y.en las áreas circunvecinas. Los andakí, por ejem
plo, según las informaciones de Friede, desplazaron durante
el siglo XVIII su hábitat « ... hacia el curso bajo del río Oteguaza
y en las orillas del Caquetá, entre las bocas de aquel y las del
Mocoa" (Friede, 1967:60). Con estos procesos de desplaza
miento y redistribución poblacional, se consuma el
55
CArírULO 111
56
MAPA 4 Fundaciones misionales coloniales
Elaboró: Carlos Zárale
LA QUINA: UNA NUEVA ESPACIALIDAD SOCIAL
desmantelamiento general no sólo de la anterior interacción y
continuidad espacial existente entre los Andes y la Amazonia,
sino que continúa y se agudiza el proceso de etnocidio de los
agrupamientos indígenas sobrevivientes de la conquista. Se
gún la información citada por Domínguez:
... basándose en los libros (de bautismos, matrimonios y defun
ciones) e informes realizados, durante el siglo XVIII, por los
padres misioneros franciscanos, se estimaba de manera aproxi
mada que en los términos del Cantón de 1imaná habitaban "en
los andaquíes", entre indígenas "salvajes" y los ya "reducidos",
por lo menos 23.150, "divididos en doce tribus conocidas", así:
Andaquíes 500, Tamas 700, Haquez 5.000, Coreguajes 6.000,
Witotos 7.000, Payaguajes 2.000, Macaguajes 6.000,
Cenceguajes 300, Yuríes 400, Quiyogoes 300, Aguanengas 200,
y Encabellados, 150 (las cifras sumadas suman sin embargo
28.550) (Domínguez, 1990:147).
A pesar de la magnitud de la catástrofe demográfica,
hacia comienzos del siglo XIX la población del alto
Putumayo era casi en su totalidad indígena. Hacia 1849, por
ejemplo, inmediatamente antes del comienzo del auge
quinero, la región del Caquetá-Putumayo tenía una pobla
ción de 16.791 habitantes, de los cuales solamente 254 eran
colonos. Mocoa en ese entonces contaba con 370 personas y
de ellas 70 eran colonos.(Pineda, 1987: 187). Esta situación
se modificó de manera radical con el comienzo de la migra
ción en masa de población procedente de la región andina,
lo que determinó el comienzo del predominio numérico del
elemento mestizo sobre el indígena y la continuación del
éxodo de la población nativa hacia regiones más alejadas del
57
CAP(TUlO 111
piedemonte O hacia zonas de difícil acceso en las estribaciones
de la vertiente oriental de la cordillera de los Andes.
NUEVOS POBLADORES EN LA
VERTIENTE AMAZÓNICA
Uno de los presupuestos de que se parte en el presente trabajo
es que la extracción de quina, a pesar de que no originó una
estructura espacial completamente diferente a la existente con
anterioridad al auge extractivo, ocasionó cambios de impor
tancia variable, en las diferentes subregiones en que se divide
la alta Amazonia.
Durante la segunda parte del siglo XIX, y más especí
ficamente en los años comprendidos entre 1875 y 1885, los
países andinos con vertientes hacia la Amazonia presenciaron
el último gran auge, durante el siglo XIX, en la explotación
de quinas en el llamado neotrópico. Regiones y lugares como
el alto Caquetá y Putumayo en Colombia, Gualaquiza en Ecua
dor (Palomeque, 1990) o Larecaja y el alto Beni en Bolivia
a auregui, el al. : 1991), para sólo nombrar algunas de las más
representativas, fueron territorios que presenciaron grandes
transformaciones, las cuales directa o indirectamente se deri
varon de la extracción quinera.
Cuando hablamos de que la actividad quinera es respon
sable de la conformación de una nueva espacialidad social,
nos referimos para comenzar, al despliegue de los nuevos
procesos de ocupación del espacio amazónico y a los despla
zamientos de población dentro de la misma región ocasionados
58
LA QUINA : UNA NUEVA ESPACIALIDAD SOCIAL
por la extracción de dicho producto y, desde luego, a las
modalidades de interrelación de estos agentes sociales con su
nuevo hábitat. Estos movimientos explican en buena medida
los cambios en la organización espacial de esta parte de la alta
Amazonia y al mismo tiempo permiten contextualizar los
procesos de cambio ambiental ocurridos allí.
Es así que a mediados del siglo XIX, una serie de nuevos
actores sociales comenzó a enseñorearse de las tierras bajas
del oriente colombiano. Esta vez los advenedizos no repre
sentaban a las huestes coloniales españolas o a las
congregaciones de misioneros evangelizadores. La avalancha
migratoria que, sin obedecer a proyecto colectivo o estatal al
guno, formaría parte de la colonización quinera y
posteriormente cauchera, conformada en este caso principal
mente por mestizos provenientes del cordón andino y de otros
lugares del país (Antioquia, Tolima, Cauca, Nariño, etc.) que
buscaban fortuna o refugio en tierras alejadas de los centros
urbanos de los Andes. Los nuevos actores eran comerciantes,
aventureros, buscadores de oro, ex soldados participantes en
las guerras civiles, prófugos, etc.
El advenimiento del proceso de desplazamiento de po
bTación procedente de las zonas andinas hacia la Amazonia
colombiana se documenta en diversas fuentes, una de las cua
les muestra cómo:
... La situación cambió cuando aparecieron los primeros quineros,
que por el Valle del Suaza se adentraban a las montañas orienta
les para sacar la corteza del la quina ... Según informes de ancianos
de Pitalito y Acevedo, quienes vagamente recordaban aquella
59
CAr(TUlO 111
época, llegaban al Valle del Suaza gentes de todas las clases socia
les, para sacar la preciosa corteza, asentándose en la mayoría de
los casos definitivamente en él (Friede, 1967 :228).
En información complementaria de Llanos se muestra que:
En años subsiguientes a 1858 ... Los diversos informes de los
prefectos del Caquetá hacen alusión a la creciente explotación de
la quina en las riberas del Putumayo y del Caquetá, por parte de
colombianos, ecuatorianos y brasileros (A.e.e. paquete 134, lego
39). Para el año de 1878, el prefecto del Caquetá anuncia la lle
gada a Mocoa y a otras zonas de numerosos forasteros de la región
andina con el ánimo de explotar la quina y expone los conflictos
que empiezan a presentarse entre las diversas casas explotadoras
(Llanos, 1982:97) .
El papel de un activo sector empresarial y de las casas
comerciales creadas para la realización de una variada gama
de actividades económicas asociadas a la extracción de quina
fue decisivo a la hora de desencadenar procesos de ocupación
y reorganización del espacio de la alta Amazonia. Tal fue el
caso de la Compañía Colombia, que junto con otras compa
ñías (la de San Martín y la de Sumapaz) adelantaban
actividades exploratorias en la cordillera oriental desde el río
Upía hacia el sur hasta la región del Ariari y el Guayabero
(Sandoval, 1985: 163) incluyendo el área donde habría de fun
darse La Uribe. Así pues, las exploraciones de la Compañía
Colombia la "condujeron finalmente hacia la vertiente orien
tal en donde encontraron grandes manchales de quina sobre
un área cordillerana muy extensa, desde el río Ariari hasta el
Guayabero" (Dornínguez, 1994: 151).
60
LA QUINA: UNA NUEVA ESPACIALIDAD SOCIAL
DE PUEBLOS MISIONEROS A PUEBLOS QUIN EROS
Las exploraciones en busca de quina llevadas a cabo por la Com
pañía Colombia y por otras casas comerciales y empresarios
individuales que llegaron a extenderse hasta el Alto Caguán y
Orteguaza (Domínguez, 1994: 152), junto con el desplazamien
to de contingentes numerosos de trabajadores provenientes de
las partes altas de la cordillera oriental-la sola Compañía Colom
bia llegó a emplear entre 1.500 y 2.000 trabajadores- (Domínguez,
1994: 152), propiciaron fuertes movimientos de población hacia
la vertiente oriental y las tierras bajas amazónicas originando pos
teriormente la consolidación de varios núcleos poblados.
Estos movimientos y las actividades económicas conexas,
como la cría de ganado y la introducción de numerosos culti
vos y áreas de pastizales, permitieron la reactivación, en este
nuevo contexto histórico, de los procesos de ocupación espa
.cial y "urbanización" que habían quedado truncos o se habían
estancado del final de la época de predominio misional duran
te el período colonial.
Con la extracción de quina se presentaron de manera
simultánea en toda la alta Amazonia colombiana fenómenos
como la fundación de nuevos núcleos urbanos y la creación de
una red de caminos y vías para comunicarlos. También se
posibilitó la revitalización de antiguas poblaciones, al igual
que el desplazamiento o resquebrajamiento de asentamientos
predominantemente indígenas y el comienzo del predominio
de población blanca o mestiza en los poblados que sobrevivieron
a la posterior decadencia.
6/
La formación de pueblos como La U ribe en el Meta y
de Puerto Rico y San Vicente del Caguán en el Caquetá, e
incluso la fundación posterior de Florencia así como de otros
núcleos en el alto Putumayo y la Bota Caucana (Condagua,
Descanse), constituyen el resultado directo o indirecto de las
actividades de exploración y explotación quinera, y dieron ori
gen a la actual red interurbana de todo el piedemonte
amazónico colombiano.
Ejemplo del fortalecimiento de antiguos núcleos pobla
dos es el ensanchamiento de las poblaciones ubicadas en el
Valle de Sibundoy y la misma Bota Caucana, al igual que el
crecimiento acelerado de la futura capital del departamento
del Putumayo y de algunos asentamientos cercanos. Mocoa,
por ejemplo, en 1867 llegó casi a multiplicar su pobl:ición por
diez (Restrepo, 1985: 19) en comparación con la época inme
diatamente anterior al comienzo del auge quin ero (1849)
cuando solamente contaba con 370 personas mayoritariamente
indígenas. De esta manera Mocoa adquirió la categoría de
epicentro subregional de gran importancia pues llegó a con
centrar buena parte de las funciones comerciales,
administrativas y de servicios asociadas a la actividad extractiva.
Según la descripción de los viajeros que recorrieron la zona:
62
En tiempo de los trabajos de quina, el caserío ocupaba mayor
extensión y esta(ba) sin vacíos como ahora, sino toda colmada de
casas. Un buque de vapor navegaba el Putumayo, traía mercan
cías extranjeras y regresaba con cargamentos de quina; partidas
de mulas y de bueyes recorrían los caminos y cruzaban las calles;
pululaban en éstas traficantes y forasteros; había almacenes de
LA QUINA : UNA NUEVA ESPACIALIDAD SOCIAL
mercancías y muchas tiendas de telas, ropas y granos, y se oía
dondequiera el retintín de las onzas y cóndores de oro y de los
pesos fuertes colombianos, franceses, mejicanos y peruanos. Se
ofrecían a la venta todos los artículos necesarios no sólo al sus
tento del hombre, sino además a su comodidad y aun a su placer
(Rocha, 1905:33).
y además:
Por los años 1867 Mocoa era punto convergente para comer
ciantes de distintos y lejanos sitios de Colombia: allí cambiaban
la quina, el caucho, la zarzaparrilla y los artículos nacionales lle
vados allá de Pasto, por artículos importados del Brasil y del Perú
por lanchas, canoas y balsas hasta el puerto de Guineo, y llevadas
de allí a espaldas hasta Mocoa (Restrepo, 1985: 19).
La creación de poblaciones y asentamientos tales como
Santa Rosa en la Bota Caucana colindante con el alto
Putumayo, el puerto del Guineo y La Sofía (ver mapas 4 y
S) fueron, según las fuentes consultadas, resultado directo
de la actividad de extracción y comercialización de la corte
za de cascarilla. El puerto del Guineo, por ejemplo, parece
haber desplazado en importancia a la población de San Diego,
que se mantuvo como centro misional y comercial de relati
va magnitud desde su fundación en 1695 hasta bien entrado
el siglo XVIII (Restrepo, 1985: 14). Esta relativa importan
cia del puerto, como punto intermedio de una economía activa
pero aún de escala reducida en comparación con Mocoa, sin
duda se derivó de su privilegiada situación geográfica. A ese
lugar confluían los numerosos cargueros de quina de la re
gión y desde allí se hacía posible la navegación en pequeñas
63
CII.r(rUlO 111
64
MAPA 5
Pueblos quineros y caucheros existentes entre 1870-1900 EI" bor6: Carlos Zárafe
LA QUINA : UNA NUEVA ESPACIALIDAD SOCIAL
embarcaciones hasta La Sofía, desde donde navegaban va
pores de mayor calado (Reyes, 1986:209). La importancia
de este puerto se puede advertir incluso lustros después del
decaimiento de la actividad quinera. Según nos lo describe
Triana a comienzos del siglo XX:
Estamos en un rancho habilitado para bodega, atestado de bul
tos despachados de Mocoa con destino a los empresarios del
territorio. No hay un bodeguero para cuidar de la conservación
de la mercancía, ni un agente para despacharla por el río ... Aun
que el movimiento de carga sea de poca actividad yel de viajeros
reducido, creemos que un comisionista establecido aquí, haría
buen negocio y sería muy benéfico al comercio y al tráfico ... Aquí
llegan los cargueros de Santiago, Sibundoy, San Andrés y Mocoa,
aquí se tratan con los bogas de San Diego y San José; aquí se han
puesto en contacto, durante los siglos, los Caribes y los Caras, los
Quichuas y los castellanos, los Chibchas que trajera Belalcázar, y
los antiguos Quillacingas, oriundos de la altiplanicie ... (Triana,
1907:293).
Paralelamente a la creación de nuevos asentamientos como
muestra de la ampliación de la red urbana, se presenta un pau
latino proceso de desplazamiento espacial hacia el medio y bajo
Putumayo, de muchos de los asentamientos que anteriormen
te albergaban una población mayoritariamente indígena, y un
fenómeno de redistribución de la misma dentro de la región.
Un viajero" de comienzos del siglo XX explica de la siguiente
manera el primer hecho:
... Los poblados, al cambiar de lugar, en vez de acercarse al mun
do civilizado, se retiran ... Esto tiene su explicación en el hostil
65
cAPírUlO 111
contacto blanco, que hace retrogradar al éxodo indígena. Tres
pueblos viejos hemos visto en este viaje: San José Viejo, a tres
leguas arriba del actual, Guineo Viejo, a una legua más arriba del
pueblo que se está edificando en el puerto y Mocoa Indígena, a
otra legua más arriba del que edificaron posteriormente, para
que lo ocuparan definitivamente los blancos mediante su despo
jo ... (Triana, 1907:317).
Las causas de este desplazamiento son variadas y ya no
obedecen, como en el período colonial, a la conveniencia de
los misioneros o a las rebeliones indígenas sino, posiblemente
(en algunos casos) a una estrategia de supervivencia ante el
avance demoledor de la incipiente sociedad nacional sobre la
frontera indígena de la Amazonia colombiana. En otros casos
de orden cultural, como sostiene Pineda, la inestabilidad de
estos asentamientos puede ser ocasionaqa incluso por el falle
cimiento de un personaje importante (1987:183). Este
planteamiento es ratificado por las descripciones de Miguel
Triana, quien cuenta que en el caso de San José: "A tiro de
rifle de La Sofía se ha trasplantado el pueblo indígena de San
José; porque donde estuvo antes, cinco kilómetros arriba de
la boca del Guamués, murieron tres caciques y por esta cala
midad los indios derribaron sus casas y fueron a fundar a otra
parte" (Triana, 1907:271).
Con respecto al desplazamiento hacia otras áreas relati
vamente cercanas y la redistribución de población indígena
dentro de la misma región, se evidenció el traslado completo
de relativamente grandes grupos de indígenas o la consiguiente
deserción de los habitantes de los núcleos urbanos hacia el
66
LA QUINA : UNA NUEVA ESPACIALIDAD SOCIAL
área del medio y bajo Putumayo. El traslado de contingentes
de indígenas tiene su origen en las necesidades propias de los
sistemas compulsivos de enganche y sujeción de la mano de
obra nativa producidos por la dinámica de la explotación pri
mero quin era y luego cauchera. La siguiente descripción
resume este proceso:
Los Ingas, grupo indígena oriundo de la parte alta del Putumayo
fue "atraída" hacia Mocoa, durante el período quinero, ya que este
sitio se había convertido en el centro de recepción de la quina obte
nida en la parte alta del Caquetá-Putumayo ... Los quineros
convertidos en caucheros se trasladaron junto con la población in
dígena que tenían a su servicio hacia la parte media de la región del
Caquetá-Putumayo, donde se hallaba caucho en buena cantidad.
En 1909 las agencias de Tres Esquinas, La Perdiz, Hacha, Andakí
(sobre el río Pescado), Maracaibo, Yarí y Guepi (sobre el río
Putumayo) contaban con indígenas inganos ... Macaguajes, Tamas,
Coreguajes, Amaguajes; fueron los soportes de las nuevas facto
rías, fueron ellos los aportan tes de fuerza de trabajo, la cual fue
progresivamente disminuida a causa de la extinción de numerosa
población indígena ... (Figueroa, 1986: 121).
Ejemplo de traslado de indígenas dentro de la misma re
gión del alto Putumayo y regiones aledañas lo constituye el
desplazamiento de los supervivientes de los mocoas hacia el
norte en inmediaciones de las poblaciones de Condagua y
Yunguillo en la frontera de los antiguos andaquíes y hacia el
sur en las fronteras de los sionas en inmediaciones de las po
blaciones de Guineo y San Vicente (Triana, 1907 :311) .
67
CAPíTULO 111
DE NUEVO LA DECADENCIA
La brusca caída de los precios internacionales de la quina
asociada al incremento de la producción en las plantaciones del
sudeste asiático y el consiguiente desmantelamiento de la em
presa de extracción quinera hacia 1884, así como el posterior
decaimiento del aún más fugaz auge cauchero en la alta
Amazonia colombiana, produjeron un drástico descenso demo
gráfico que incidió en la decadencia casi total de la red de pueblos
y asentamientos surgidos durante el auge quinero. Esta deca
dencia sólo va a atenuarse de manera relativa durante los
primeros años del siglo XX, cuando sobreviene una nueva ola
de fundaciones que obedece a una realidad regional y a unas
condiciones históricas, políticas y sociales muy diferentes a las
abordadas en el presente estudio, pero que, a pesar de su dife
rencia, guardan gran continuidad -por su influjo sobre el paisaje
y la organización espacial- con los procesos aquí relatados.
Como se había dicho, las condiciones de los asentamientos
existentes a fines del auge quinero fueron precarias sobrema
nera y reflejaron otro fenómeno que ha venido incubándose
incluso desde el comienzo de la presencia europea en la
Amazonia en el siglo XVI, a saber: la extinción casi total de
los habitantes oriundos de la región y su remplazo por pobla
ción "blanca" o mestiza.
El caso de Mocoa, cuya población predominantemente
indígena en 1849 comenzó a disminuir y a transformarse
casi en absoluta minoría durante el auge quinero, ilustra bien
este proceso. Al terminar el referido boom, otras poblaciones,
68
LA QUINA : UNA NUEVA ESPACIALIDAD SOCIAL
además de Mocoa, se constituyeron en el lugar de residen
cia de colonos empobrecidos y de algunos indígenas
desarraigados, tanto de su territorio como de su cultura e
identidad, y cuyas sociedades se desintegraron casi totalmen
te. Triana señala en cuanto a lo primero: "La casi totalidad
de los blancos ... son labriegos pobres, como los de San Fran
cisco, Santa Rosa y Descanse ... Los de Mocoa, rezago de
los que trajo allí el aliciente de las quinas, fundadores de
trapiches y dehesas, languidecen en un clima hostil, en me
dio del bosque" (Triana, 1907:349).
Sin embargo, la decadencia de Mocoa se produjo algu
nos años después del fin del auge quinero luego de que la
actividad cauchera se presentara allí de manera fugaz permi
tiendo el aplazamiento de su casi total ruina. Para Joaquín
Rocha:
Si Mocoa fue lo que he descrito en tiempos de las quinas, yen los
años de 1899 y 1900, cuando volví para seguir a Iquitos en 1903,
había llegado a un período de decadencia, vecino ya del total
aniquilamiento. Muchas de las casas estaban abandonadas y caí
das, y habían emigrado los negociantes vendedores de mercancías
y compradores de caucho porque no había a quién vender ni qué
comprar ... de suerte que la recolectada en el primero de éstos (río
Putumayo), halló desde entonces su mercado natural en Iquitos,
y la colectada en el segundo (río Caquetá), en las plazas del Tolima,
y por tanto ya no venían a Mocoa sino partidas insignificantes
(1905:34).
En cuanto a los pueblos que giraban en torno al epicen
tro de Mocoa, la situación no fue muy diferente a juzgar por
69
CAPíTULO 1II
las descripciones de los misioneros que recorrieron en 1893
los ríos Caquetá, Mecaya, Putumayo y Orito, quienes "en
contraron en esa correría, todavía vigentes pero en vía de
extinción, reducidos a uno o dos ranchos, los pueblos de
Guineo, San Diego, Alpichaque, San Vicente (diez km al sur
de Guineo), San José (poquito más arriba del actual Puerto
Asís), y otros pocos" (Restrepo, 1985:20).
El mismo Triana nos describe el proceso de desintegra
ción demográfica, social y cultural de los reductos indígenas
de la época:
70
El número de indios ha quedado reducido casi a la nada con e!
transcurso del tiempo; esto debido al contacto blanco, que produ
ce en las razas inferiores, en vez de benéfica influencia, la esclavitud
y la degeneración. La trata de indios subsiste aún, es la principal
causa de despoblación: se puede mencionar en apo>,:o de este, al
parecer atrevido aserto, la venta que hizo recientemente un señor
Larranaga a la casa Peruana de Arana y c., de una numerosa tribu
que aquel esclavizó en e! sitio de La Chorrera. Dependiente de la
misma causa degeneradora es e! ejercicio de los envenenadores
indígenas, quienes acaban en tiempo breve con tribus enteras. Es
tos envenenadores son médicos, adivinos o sacerdotes, defensores
de la fe gentilicia, que castigan con conjuros mortales y hechizos a
sus hermanos evangelizados o amigos de los blancos. De estos he
chos se habla mucho en la tribu de Sotaro (San Diego), donde los
indios viven amedrentados con la expectativa de una muerte mis
teriosa. En e! pueblo de Yunguillo, por ejemplo, han venido a
refugiarse los tres últimos individuos de la numerosa nación de los
andaquíes. De modo análogo es explicable la rápida extinción de
los sibundoyes por medio de! suicidio (Triana, 1907:349).
LA Q UINA: UNA NU EVA ESPACIALIDAD SOCIAL
Pese a que se debe tomar con precaución la información
aportada por Triana referente tanto a los restos de los andaquíes
como a la extinción de los~ibundoyes, la progresiva continui
dad de la desintegración del mundo indígena es indiscutible.
Además de lo anterior, la convivencia en algunos asentamientos
de población mixta (mestiza e indígena) con un creciente pre
dominio de la primera, significó la presencia cada vez más
marcada de una estructura social paralela y de unos hábitos y
comportamientos que, más temprano que tarde, comienzan a
ser adoptados sin beneficio de inventario por buena parte de
los indígenas, principalmente por algunos de sus jefes. La
presencia de la fusión cultural resultante es documentada en
muchos pasajes relatados.porviajeros. Una pequeña muestra
de la adopción de los hábitos de consumo introducidos por
los nuevos migran tes -en especial comerciantes- dentro de
los líderes locales, nos informa algunos detalles al respecto:
"Hay otro curandero más conspicuo todavía: el cacique su
premo de toda la nación (Siona?), residente en Montepa, taita
Maguricio, quien calza bota, usa pantalón de casimir y sale
con paraguas en señal de dignidad ... (Triana, 1907 :289) .
En cuanto a los sistemas de enganche y endeude intro
ducidos en el proceso extractivo quinero y cauchero, los cuales
aún marcan el carácter de las relaciones laborales en muchas
partes de la Amazonia, y a su efecto sobre la estructura social
indígena, se presenta un proceso similar al señalado por Pine
da en el caso de los mundurucú y otros grupos de la Amazonia
brasileña. Primero se establece una relación de compadrazgo
o padrinazgo (parentesco adquirido por relación social), y luego
7 1
C"p¡'rUlU 111
ésta se transforma en relación de endeude en la que el padrino
proporciona bienes materiales (herramientas, medicinas, pren
das de vestir, etc.) y a cambio el compadre debe devolver caucho
(quina en este caso), con lo que una estructura clientelar de
tipo político-religioso se transforma en una relación de subor
dinación y dependencia económica (Pineda, 1991), sin que la
primera desaparezca totalmente.
Este tipo de relación estuvo muy presente desde los co
mienzos de la actividad de explotación de la quina en el alto
Putúmayo. Rafael Reyes, en algunos apartes de sus memorias
nos cuenta cómo apadrinaba a muchos de los indígenas que
visitaba. Posteriormente este padrinazgo se convirtió en una re
lación de dependencia económica, lo que se verificó por lo menos
en el caso de los grupos asentados en las riberas del Putumayo
que se veían obligados a recolectar leña para el funcionamiento
de los barcos de vapor de la Casa Elías Reyes. A cambio de lo
anterior Reyes les proveía de las herramientas y artículos que,
en muchos casos, él mismo había inducido a usar.
De las anteriores informaciones podemos deducir, de ma
nera casi obvia, que uno de los efectos directos más importantes
de los procesos de desplazamiento geográfico de la población
indígena es la desarticulación demográfica, y por tanto social,
delos núcleos existentes en la región del alto Putumayo. Si el
resultado de la política colonial desde el punto de vista de los a~e~tamientos fue la congregación de indígenas en pueblos de
mis"iones, el res;lltado del advenimiento del capitalismo y de la
vinculación de l~ región al mercado mundial por medio de un
extractivismo rapaz, es en gran parte la formación o crecimiento
72
LA QUINA : UNA NUEVA ESPACIALIDAD SOCIAL
espontáneo y desordenado de núcleos urbanos, ya sea mediante
la superposición sobre los ya existentes o mediante su posterior
rearticulación como asentamientos de población predominan
temente mestiza o "blanca".
La desarticulación demográfica y social del componente
indígena del paisaje estaba acompañada por la irrupción de
otra serie de elementos que también forman parte de los ade
rezos del sistema extractivista. En este caso nos referimos a
los cambios operados en los hábitos de consumo de muchas
de las parcialidades indígenas. En parte estos cambios fueron
los responsables de hacer expedita una creciente dependencia
tecnológica, económica y más mediatamente social con res
pecto a los agentes del frente de expansión nacional. La
convivencia, en algunos asentamientos, de población mixta
(mestiza e indígena) con un cada vez mayor predominio de la
primera significaba la presencia cada vez más fuerte de una
estructura social paralela y de unos hábitos y comportamien
tos que más temprano que tarde comienzan a ser adoptados
por la generalidad de la población indígena.
73
Capítulo IV
LA QUINA: UN NUEVO
ESPACIO ECONÓMICO
ANDINO-AMAZÓNICO
DEL EXTRACTIVISMO MINERO AL
EXTRACTIVISMO VEGETAL
El sistema económico del período colonial se basó amplia
mente en un extractivismo minero, uno de cuyos principales
escenarios estaba situado dentro de los confines del imperio
incaico en los Andes, y donde la Amazonia, especialmente su
parte noroccidental, constituía apenas uno de los límites ex
ternos de su dominio. Interpretando los planteamientos
compartidos por autores como Assadourian, y utilizándolos
como herramienta explicativa provisional, podríamos decir que
la Amazonia se constituyó en la frontera agrario-minera del
proceso de búsqueda y localización de los recursos mineros
adelantado por las huestes conquistadoras en el siglo XVI
(Assadourian, 1989:422). Como este autor sugiere, citando a
Elhuyar para el caso de México:
75
CArírUlO IV
... ese poblamiento de los territorios incultos del norte es un
doble proceso, pues la frontera minera se convierte también, casi
sincrónicamente, en frontera agraria: los establecimientos mine
ros " ... sirvieron al mismo tiempo a crear y fomentar la industria
agraria en sus contornos, y a motivar la fundación de las o~s poblaciones con gentes ocupadas inmediatamente en ella, en la
cría de ganados y en la preparación de diversidad de artefactos,
así necesarios en la civilización de los nuevos colonos, como úti
les para las faenas y operaciones de las propias minas .. . (421).
En la alta Amazonia la introducción y posterior estable
cimiento de prácticas agrícolas foráneas, anexas a los sistemas
de extracción de minerales preciosos, giraban de alguna ma
nera en torno a los nuevos asentamientos. Por tanto, estas
actividades son responsables de los primeros cambios rele
vantes en el paisaje humano-p.atural de la pluviselva.
Independientemente de la precariedad y temporalidad de es
tos asentamientos, así como de su relativamente reducido
influjo sobre el paisaje en comparación con los impactos ac
tuales, el establecimiento de estos núcleos poblados constituyó
el preludio de intensos procesos de espacialidad económica,
social y ambiental que abordamos en este trabajo.
El impacto del establecimiento de esta "frontera agrario
minera" fue diferente en las distintas subregiones de la misma
alta Amazonia en su parte norte (Colombia y Ecuador). En
este contexto, por ejemplo, la importancia de las actividades
productivas realizadas en torno a poblaciones como Mocoa,
fue mucho menor que la alcanzada por fundaciones como
Macas, Logroño o Zamora, en donde se explotaron minas de
76
LA QUINA: UN NUEVO ESPACIO ECONÓMICO ANDINO-AMAZÓNICO
oro de mayor importancia (Deler, 1987:57)_ No sobra recor
dar que el establecimiento de esta nueva frontera supone, como
se señaló en el primer capítulo, la ruptura de la continuidad
espacial que desde una perspectiva económica existía entre las
sociedades andinas y amazónicas y que se reflejaba en un flui
do intercambio de productos que llegó a expresarse, según
Santos, en la conformación de redes de intercambio de larga
distancia mediante las cuales los habitantes andinos propor
cionaban, entre otros, productos como la sal o diversas
herramientas, a cambio de los productos dispensados por los
habitantes de la selva baja tropical (1992:9)_ Este tipo de in
tercambio también fue efectivo, de acuerdo con la información
proporcionada por Friede, y más recientemente por autores
como Ramírez de Jara, para la región del alto Caquetá
Putumayo _ En el caso de esta región de la Amazonia
colombiana, este intercambio se facilitaba habida cuenta de la
existencia de caminos ubicados a través de la cordillera orien
tal, los cuales se habían constituido aprovechando las ventajas
topográficas naturales dadas por la presencia de depresiones y
pasos bajos que facilitaron la comunicación entre las tierras
altas y las bajas_
En todo caso, de manera general podemos plantear que
la actividad extractiva en la alta Amazonia durante el comien
zo del período colonial, a pesar de las intenciones de los ibéricos
que pretendían encontrar el país del oro y la canela en la selva,
fue marginal sobremanera y, desde el punto de vista del volu
men de los productos extraídos, desconocida_ Tal vez
exceptuando la actividad asociada con la extracción de oro,
77
que fue mínima en comparación con la realizada en otras par
tes del continente americano, suponemos que el extractivismo
colonial en la alta Amazonia no posibilitó, por ejemplo, la crea
ción de redes económicas de la magnitud y el carácter que
probablemente tenían las existentes con anterioridad a la pre
sencia europea. Tal parece que esta presencia, al desarticular
la anterior fluidez comercial expresada en los circuitos indíge
nas de intercambio andino-amazónico, dejó en lo fundamental
un vacío ocasionado, entre otras cosas por la catástrofe demo
gráfica y por el desplazamiento y la reubicación de la población
sobreviviente. Este vacío se fue llenando poco a poco median
te la reconstitución, sobre otras bases, de un precario comercio
del cual fueron agentes los escasos contingentes de misione
ros y los comerciantes de esclavos indígenas tanto portugueses
como españoles (Domínguez, 1990; Pineda, 1982; Maroni,
1988). Lo anterior no desconoce algo que parece obvio y por
la misma razón se evade, y es que la región ha sido escenario
desde tiempos precoloniales no sólo de una actividad extractiva
de subsistencia cuya intensidad real desconocemos, sino de
una actividad extractiva para el intercambio que supone la exis
tencia de unos excedentes de productos, pero que no tuvo las
mismas consecuencias sobre el entorno que las ocasionadas
por el posterior establecimiento por parte de los europeos del
extractivismo rapaz.
78
LA QUINA: UN NUEVO ESPACIO ECONÓMICO ANDINO.AMAZÓNICO
IMPACTO DE LA EXTRACCIÓN QUINERA EN EL
CONTEXTO NACIONAL Y EN EL DE LA
AMAZONIA ANDINA
La explotación de productos vegetales durante la segunda parte
del siglo XIX ocasionó cambios profundos en la organización
económica, espacial y social de toda la panamazonia superan
do otras modalidades extractivas cuyo impacto había sido
relativamente reducido. Los dos principales protagonistas de
esta transformación fueron la quina, en la llamada alta
Amazonia, y posteriormente el caucho en toda la gran cuenca.
La quina, a diferencia del caucho (por lo menos el Hevea
brastliensis) no era un producto exclusivamente amazónico, sino
que se encontró silvestre en casi toda la región andina desde el
norte de Colombia hasta el norte de Chile. No obstante, al
igual que el caucho y junto con él rebasaron las fronteras de la
selva hasta adquirir una trascendencia global.
El nuevo tipo de extractivismo ya no se basa en la explo
tación del suelo o del subsuelo, como es el caso del oro, sino
que ahora ejerce presión sobre el soporte fundamental de la
vida en el trópico húmedo, es decir, sobre la vegetación. Por
otra parte, el volumen de extracción ya no representa, como
en el caso del siglo XVI, una producción marginal y
espacialmente secundaria en las fronteras del imperio colo
nial, sino que responde directamente a una creciente e
insaciable demanda, de magnitud no conocida hasta ese mo
mento y originada allende los mares. Los referentes históricos
más importantes en toda la Amazonia, en términos del impac-
79
Cl\rírUlO IV
to de este extractivismo vegetal o forestal, aunque marginal
para el sistema colonial del siglo XVI, lo constituyó la explo
tación del pau brasil, en las primeras décadas de aquel siglo y
la recolección y extracción de las llamadas Drogas do Sertiio,
que incluían productos de la selva amazónica como el cacao
silvestre, la zarzaparrilla, la vainilla, el añil, el aceite de copaiba,
la pimienta y otras plantas medicinales. El corte de grandes
cantidades de troncos de madera de pau brasil perteneciente a
la especie Caesalpinia echinata (Hemming, 1978) o de otras
especies que se le parecían, ocasionó además del comienzo de
cambios radicales a nivel demográfico y cultural, la deforestación
de extensas zonas del nordeste brasileño y algunas áreas perte
necientes a la cuenca amazónica en el actual estado de Marañón
yen cercanías a la desembocadura del Amazonas.
En este caso, el aumento de la demanda de quina o cas
carilla está asociado directamente al proceso de expansión del
sistema económico mundial de los siglos XVIII y XIX, así
como a la imposición de una economía agroexportadora en las
colonias, por parte de los países hegemónicos. Esta expansión
llevó al redescubrimiento de los lugares tropicales y cálidos
del mundo, en donde el contacto de los grandes contingentes
de viajeros y exploradores provenientes de las metrópolis de la
época como Inglaterra, Holanda y cada vez en menor medida
España, con las variadas enfermedades tropicales, estuvo siem
pre a la orden del día. Según Nieto, algunos h~storiadores han
llegado a argumentar que la penetración colonial de África en
el siglo XIX sólo fue posible luego de la existencia de una
fuente confiable y a precios accesibles de quina (2000:226).
80
LA QUINA: UN NUEVO ESPACIO ECONÓMICO ANDINO.AMAZÓNICO
La extracción de quina de la alta Amazonia de Colom
bia, Ecuador, Perú y Bolivia tiene mucha mayor importancia
de la que parece asignarle la mayoría de investigadores que
estudian la región. La extracción y el comercio de cascarilla
fue de tal magnitud en nuestro país y en toda Hispanoaméri
ca, durante el siglo XVIII y parte del XIX, que el árbol de
quina llegó a considerarse uno de los productos americanos
más valiosos después del oro y la plata (Nieto, 2000:201); "la
planta de ultramar más importante y una fuente de enriqueci
miento no desdeñable" (Moya, 1994:31) o uno de los remedios
más importantes en toda la larga historia humana en materia
médica. En la batalla por su monopolio, la quina ocasionó,
como pocos productos, una profusa variedad de polémicas de
carácter social, económico o botánico (ver Nieto, 2000), que
nos recuerdan inevitablemente la polémica contemporánea
sobre el uso y comercio de la coca y la cocaína.
El recambio imperial que elevó a Inglaterra a rango de
potencia capitalista, con un indiscutible predominio sobre la
periferia del sistema económico mundial, significó el aumento
de la ya creciente presión sobre la flora de la Amazonia, y
particularmente sobre las áreas del piedemonte que contenían
este codiciado arbusto. Los ciclos de extracción quinera se
sucedieron durante el proceso mediante el cual Inglaterra pasó
a ser potencia imperialista hegemónica desalojando a España
de su lugar preponderante. Los dos principales ciclos de ex
tracción se sucedieron, el primero durante la segunda parte
del siglo XVIII, bajo el control casi absoluto de España, y el
segundo durante la parte final del siglo XIX, bajo dominio
8/
británico. La casi totalidad de la producción quinera durante
el siglo XVIII era procedente de la Audiencia de Quito (hoy
Ecuador) y principalmente de las regiones de Loja y Cuenca,
en inmediaciones de la alta Amazonia. En el siglo XIX la
preponderancia de Loja en la producción empezó a quebran
tarse por la intensificación del proceso extractivo en Colombia
y Bolivia, luego del agotamiento total de los quinales de Loja
y del desplazamiento de la extracción dentro de la Audiencia
de Quito hacia la región de Cuenca.
Durante el primer ciclo, España fue perdiendo paulati
namente el control sobre el comercio de cascarilla a manos de
ingleses y holandeses, quienes manejaban aproximadamente
las dos terceras partes del producto. Hacia 1755 por ejemplo,
se calculaba que las 682.000 libras de cascarilla que ingresa
ron al puerto de Cádiz, apenas constituían una tercera parte
del comercio total (Moya, 1994: 41).
El impacto de esta actividad sobre la economía y la socie
dad de los países y las regiones productoras fue muy variado,
al igual que su influjo sobre la alta Amazonia de cada país. En
el caso ecuatoriano y según Moya " .. . a diferencia de la pro
ducción textil, que había articulado a la Audiencia de Quito al
mercado intercolonial, la cascarilla la insertó en el mercado
mundial" . (Moya, 1994: 1 S). Por otro lado, desde el punto de
vista de las regiones productoras y de su articulación a la eco
nomía nacional, en ei caso de Loja y Cuenca se observan
resultados contrastantes. Estas dos regiones desempeñaron un
papel fundamental como productoras de quina, y una sucedió
a la otra en el tiempo. Entre 1750 y 1775 la primera tuvo
82
LA QUINA: UN NUEVO ESPACIO ECONÓ MICO ANDINO·AMAZÓNICO
primacía mientras la segunda la tuvo entre 177 5 Y 1787 (Moya,
1994). No obstante esta similar importancia, Cuenca pudo
desarrollarse hasta convertirse hacia 1779-1780 en "la divi
sión administrativa más poblada de la Audiencia de Quito,
con un total (de población) que sobrepasaba los 82 .000 habi
tantes ... ", y en uno de los principales centros políticos y
económicos con fuertes vínculos extrarregionales, mientras que
Loja siguió sumida en el aislamiento y la "extrema pobreza"
(Moya, 1994:26-27) .
Durante el siglo XIX, Colombia y Bolivia también logra
ron su inserción en el mercado mundial y la cascarilla desempeñó
en esta inserción un papel importante a pesar de su gran varia
bilidad en cuanto a volúmenes y precios. En el caso colombiano,
en la segunda parte del siglo XIX la quina formaba parte del
sector exportador más dinámico junto con el oro, el café y el
tabaco. Entre 1850 y 1882, según Ocampo, se presentó un cre
cimiento permanente y una diversificación de las exportaciones
reales del país (Ocampo, 1994:140), y la quina llegó a consti
tuirse entre 1881 y 1883 en el principal bien de exportación del
país, con una participación de 31 % sobre el total del valor ex
portado, superando a los metales preciosos cuya participación
fue, en esos años, de 23,7% y al café que participó con 16,9%
(1994: 141). El fin de este crecimiento coincide con la caída de
los precios de la quina a nivel internacional.
Durante la segunda mitad del siglo XIX se presentaron
en Colombia tres períodos de auge en la extracción de quina,
con un marcado predominio sobre las exportaciones bolivia
nas y peruanas: el primero en Cundinamarca y el norte del
83
CAPíTULO IV
Cauca entre 1849 y 1852; el segundo se concentró en Tolima,
Huila y parte de Caquetá y Meta, entre 1867 y 1873, yel
tercero se presentó entre 1877 y 1882, principalmente en
Santander (Sandoval, 1985: 153). Fue en este último período
cuando la vertiente y el piedemonte amazónico se integraron
de lleno a la actividad extractiva. Durante estos años se alcan
zó el valor máximo exportado del producto superando los cinco
millones de pesos oro (Nieto, 1983:212).
U na de las consecuencias más importantes de la actividad
de extracción quinera de la Amazonia fue el desplazamiento de
los circuitos espaciales de comercialización y transporte. Du
rante el siglo XVIII las rutas de transporte de la cascarilla incluían
como puertos de embarque a El Callao, Guayaquil y Cartagena.
Según La Condamine, gran parte de esta cascarilla: pasaba por
el Cabo de Hornos y llegaba a Cádiz (1993: 179). En contraste,
durante la segunda mitad del siglo XIX, buena parte del pro
ducto de esta actividad extractiva ya no se transportó
exclusivamente, como antaño, a través de la región andina para
luego buscar los mercados ultramarinos, sino que obligó, me
diante el desplazamiento y rearticulación de los anteriores
circuitos espaciales (ver mapa 6) de comercialización y produc
ción, a encaminarse hacia Europa a través de puertos que
comenzaron a adquirir mayor importancia como Iquitos o
Manaos. Como constata Rafael Reyes:
84
Era la primera vez que este producto, que entonces era muy va
lioso (se vendíá hasta a un dólar la libra) venía por la vía del
Amazonas; siempre se había embarcado del Perú, por el puerto
del Callao; del Ecuador, por el de Guayaquil; de Colombia, por
LA QUINA: UN NUEVO ESPACIO ECONÓMICO ANDINO-AMAZÓNICO
(
• t t
85
C"'TUlO IV
los de Tumaco, Buenaventura y Sabanilla. La quina que yo lleva
ba entonces se había embarcado antes por el puerto de Tumaco y
se llevaba a espaldas de hombres, desde los bosques donde se
extraía hasta Pasto, una distancia de doscientos kilómetros; de
Pasto a Piedrancha, en mulas, una distancia de cien kilómetros;
de este lugar a espaldas de hombre a Barbacoas, igual distancia;
de allí en canoa a Tumaco (1986:184).
Esta reorientación de los circuitos de transporte de la quina
por el Amazonas ya había sido documentada por viajeros como
Paul Marcay, quien visitó la región a mediados del siglo XIX.
En el caso de la Amazonia colombiana la actividad de trans
porte de quina fue definitiva gracias al advenimiento de la
navegación a vapor, donde Reyes también representó un pa
pel fundamental, llevando cascarilla desde el Plltumayo y
trayendo mercaderías en los viajes de vuelta desde el Pará:
Me ocupé en los Estados Unidos en la construcción de un vapor
apropiado para la navegación del Putumayo y para hacer explo
raciones en otros afluentes del Amazonas. Elegí el astillero de
Pussey & Jones, en Wilmington, Delaware, me trasladé allí y
acordé con los constructores el plano del vapor en el que mandé
hacer un camarote cómodo con la intención de dedicar varios
años de mi vida a las exploraciones amazónicas y hacerlas en este
barco, al que puse el nombre de Colombia. (1986: 185)
La suerte de la empresa de navegación de Reyes. fue
muy azarosa no sólo por el hundimiento del vapor Colom
bia, en su viaje inaugural desde Wilmington, sino por los
tropiezos propios de la estacionalidad de los ríos amazónicos,
que se vuelve crítica en época de aguas bajas. No obstante,
86
LA QUINA : UN NUEVO ESPACIO ECONÓMICO ANDINO-AMAZÓNICO
Reyes logró conformar una flota de vapores, propios y al
quilados como el Tundama, el Apihi (Reyes, 1986), el
Fortaleza, el Canuman, el Caquetá (Domínguez, 1990:73)
yel Ucayali (Simson, 1993:225).
EL PAPEL DE LA CONTINUIDAD QUINA-CAUCHO
EN EL ALTO PUTUMAYO
La extracción de quina en el alto Putumayo tuvo una impor
tancia relativa mayor que la del caucho (Castilloa elástica) en
esa misma región, desde el punto de vista de su influjo sobre
el proceso de organización espacial de la alta Amazonia co
lombiana durante la segunda parte del siglo XIX. Esto es
válido si tenemos en cuenta que facilitó a la actividad cauchera
posterior no sólo una mínima infraestructura urbana y de ser
vicios, que incluye una red caminera inicial, sino que
proporcionó una avanzada comercialización y la localización
y subordinación inicial de una mano de obra tanto local, prin
cipalmente indígena, como foránea. De esta manera la actividad
de extracción de quina en la alta Amazonia colombiana, más
que la de caucho, fue la principal responsable la detonación
de los procesos migratorios y de la configuración de un espa
cio social y económico diferente al que existía con anterioridad
al advenimiento del tipo de extractivismo asociado a dichos
productos vegetales.
Sin embargo, con respecto a lo anterior, es importante
señalar que en el paso de la economía quinera a la economía
basada en la extracción del caucho, se presenta el fenómeno
87
Cl\rt'TUlO IV
descrito por Stephen Bunker, según el cual una de las pocas
posibilidades de evitar el decaimiento de la actividad extractiva
asociada al agotamiento de un producto -o, agregaríamos, a
la caída de su demanda producida por causas externas- es la
coincidencia de que, en el mismo lugar donde este producto
se extrajo, "la naturaleza haya puesto algún otro recurso allí y
ocurra que los mercados externos creen su demanda"
(1991: 18 O). Esto es lo que parece haber sucedido en gran
parte de la alta Amazonia, gracias a la presencia, en el mismo
espacio biogeográfico correspondiente al piedemonte andino
oriental, de dos productos (quina y caucho) que tuvieron una
inmensa importancia en el contexto del comercio mundial de
la segunda mitad del siglo XIX y que permitieron vincular
sucesivamente a la Amazonia en general al sistema orbital de
intercambio de la época.
Como se menciona en otro lugar de este trabajo, fueron
múltiples los casos -además de los mencionados sobre Reyes
de transformación de empresarios quin eros en empresarios
caucheros y de coincidencia de las áreas de explotación de uno y
otro producto. Según Tovar, por ejemplo, "Vargas tenía una
compañía con Elías Cano, dedicada al negocio de la quina, de
la cual también eran socios José Marcelino y Miguel Cuéllar.
Vargas entró con el propósito de explotar quina y halló en la
zona una enorme riqueza cauchera" (1995:62).
Este fenómeno permitió, por lo menos en el caso colom
biano, que la actividad extractiva de productos vegetales en el
alto Putumayo, pudiera extenderse durante casi dos décadas,
proporcionando una continuidad con consecuencias de todo
88
LA QUINA : UN NUEVO ESPACIO ECONÓMICO ANDINO-AMAZÓNICO
tipo según venimos planteando a lo largo del presente estu
dio. De todas maneras es bueno acotar que, a pesar de esta
coincidencia, la actividad en esta parte alta de la Amazonia
colombiana asociada a la extracción del caucho negro
(Castilloa), solamente pudó realizarse durante algo más de
una década, con posterioridad al súbito colapso de los precios
internacionales de la quina ocurridos en 1884. Por contraste,
la desaparición de la actividad cauchera que sucedió a aquélla
ocurrió debido casi exclusivamente a la extinción total de los
manchales de Castilloa, lo que obligó a desplazar la actividad
de extracción de látex hacia el medio y bajo Putumayo, ya en
los discutidos dominios territoriales del cauchero peruano Julio
César Arana.
Por otra parte, como en el caso boliviano que analizare
mos más adelante, la extracción quinera posibilitó la creación
en el alto Putumayo de un mercado regional si se quiere inci
piente, pero con múltiples eslabonamientos, así fueran débiles,
que lo unían al mercado nacional, que dicho sea de paso tam
poco superaba la precariedad general existente en la gran
mayoría de repúblicas suramericanas . Además, esto también
suponía la introducción decisiva y cada vez más generalizada
del uso de la moneda que según parece se conocía anterior
mente de manera muy marginal. En estas condiciones,
tampoco resultó extraña la aparición de sectores comerciales y
empresariales que constituyeron, independientemente de su
procedencia y de los lazos que los unían a los intereses extra
rregionales y transnacionales, una especie de elite que, a pesar
de tener su centro de gravitación social en otras áreas fuera de
89
CAPÍTULO IV
la región aunque adyacentes como Pasto, también ejercían
dominio sobre el espacio económico del alto Putumayo.
Adicionalmente, aún hace falta adelantar un estudio so
bre el carácter y la importancia de los segmentos sociales y
procesos productivos que a nivel local y regional se activa
ban por el fortalecimiento de la economía extractiva. Como
en el caso ecuatoriano descrito por Moya, la extracción de
quina supone la existencia de unidades de producción y ca
denas de intermediación asociadas al " . .. abastecimiento de
cueros, madera, clavos y betún, utilizados para el embalaje,
así como la producción mular para el transporte" (1994:47) .
Esta situación tampoco era extraña en nuestro caso a juzgar,
por ejemplo, por las actividades asociadas a la extracción de
quina adelantadas por la Compañía Colombia o parla com
pañía de Elías Reyes y Hermanos. La primera era poseedora
de grandes criaderos de ganado vacuno en San Juan de
Arama y estableció "con muy buenos resultados los cultivos
de plátano, caña de azúcar, cacao, café, algodón, yuca, ñame,
avena, diversos frutales, tabaco y pastos artificiales"
(Domínguez, 1994: 154).
Tal como plantea Camilo Domínguez, fueron muchos
quienes se beneficiaron del comercio de quina, principalmen
te las compañías extranjeras que recibieron la parte gruesa del
negocio, sobre todo cuando la demanda superaba a la oferta
en los mercados europeos entre 1850 y 1875. Complemen
tariamente, los comerciantes y empresarios criollos también
pudieron obtener entradas bastante apreciables, las cuales in
cluso les permitieron acumular capital para invertir en otras
90
LA QUINA : UN NUEVO ESPACIO ECONÓMICO ANDINO-AMAZÓNICO
actividades extractivas como la del caucho en los lustros si
guientes. Tal es el caso de algunas empresas independientes
desprendidas de la misma Compañía Colombia, como las de
Rafael Vargas y Francisco Gutiérrez, "uno de los fundadores
de la agencia La Perdiz, núcleo original de donde surgió
Florencia" (Domínguez, 1994: 1 56). Además:
Resulta muy interesante comparar los nombres de muchos em
presarios quineros con los dueños de empresas posteriores, como
las del caucho, la navegación o el café. Apellidos como Reyes,
Lorenzana, Montoya, Herrera, Mosquera, etc ., se encontraban
vinculados a varias de esas empresas, denotando tener capitales
suficientes para participar activamente en el nacimiento del capi
talismo en Colombia (Domínguez, 1990:25).
Para esta época Rafael Reyes, quien luego fue presi
dente de Colombia entre 1904 y 1909, ya se había
convertido en el principal empresario quinero, no sólo de
la zona del alto Caquetá-Putumayo, sino de toda la región
que comprende lo que hoy se .conoce como la Bota Caucana
y gran parte del actual departamento de Nariño. El pro
ducto y el volumen de dicha actividad en el Cauca, es
mencionado por el mismo Reyes:
Calculo que de esas selvas se sacaron más de quince mil bultos
de quina de valor de más de dos millones de pesos oro. Las de
Patía darían un millón de pesos oro y las de Tasajeras y Aponte
igual suma. Lo que da un total de más de cuatro millones de
pesos oro, que del extranjero entraron al Cauca a fomentar la
riqueza mineral y el bienestar debido a la Casa de Elías Reyes y
Hermanos (Reyes, 1986:89) .
9/
CAPíTULO IV
Por esa misma época se fundó la Aduana Colombiana
en el Putumayo, en momentos en que la zona se convirtió de
manera mucho más decisiva en polo de atracción de
migran tes , principalmente caucanos, tolimenses y
antioqueños (Figueroa, 1986:77), lo que permitió, simultá
neamente, la consolidación de Mocoa como epicentro
regional e importante lugar de tránsito intermedio de las
mercaderías que iban y venían de Pasto o Belém.
Los elementos anteriores llevan a reflexionar acerca de
los planteamientos de Domínguez relacionados con el papel
de la actividad extractiva en la organización territorial yespa
cial. Como se vio en el primer capítulo, al caracterizar la
economía extractiva este autor señala que: "El trabajo para
obtener el producto no se fija permanentemente en la estruc
tura espacial" (1990: 1 O) Y que, por otra parte, lo determinante
en aquélla es el "flujo externo de la riqueza creada" asociado
al hecho de que existe " ... un proceso productivo generador de
un valor agregado a una mercancía cuya relación y acumula
ción se hace extrarregionalmente, sin dejar valorización
permanente sobre el espacio donde se ha producido" (1990:9).
Sin desconocer que la tendencia predominante de quienes
dirigen la actividad extractiva en la Amazonia ha sido la de usu
fructuar extrarregionalmente la riqueza producida, parece
necesario destacar los rasgos particulares del proceso ocurrido
en la alta Amazonia colombiana, así como en la de los otros
países andino-amazónicos. Estos rasgos nos permiten entrever,
como veremos más adelante, un relativo alejamiento de la nor
ma general que se expresa por ejemplo en la génesis de
92
LA QUINA: UN NUEVO ESPACIO ECONÓMICO ANDINO-AMAZÓNICO
importantes procesos de espacialización económica y social, no
siempre perceptibles o expresables en términos de valor, que se
van a desplegar con mayor definición posteriormente.
Los procesos de acumulación generados mínimamente
en el Putumayo y en el resto de la Amazonia colombiana como
resultado del traspaso de la actividad quin era a la cauchera
suponen la existencia de reinversión, por lo menos temporal,
de capitales en la región. Esta reinversión pudo haberse lleva
do a cabo por muchos de los empresarios quineros, como el
mismo Reyes o algunos de sus socios, que de alguna manera
configuraban una elite cuyo papel no dudamos que tuvo al
gún influjo en la transformación de la configuración regional
del Putumayo y Caquetá, y en la definición de nuevos ele
mentos de eslabonamiento entre este espacio y la región andina.
Como describen Domínguez y Gómez (1994: 160-161),
la empresa de extracción de quina convocó a un gran número
de personas, muchas de ellas de condiciones sociales acomo
dadas, provenientes de casi todas las regiones del país. Se
sumaron por ejemplo parientes de Elías Reyes provenientes
de Bogotá, además de gentes de Santa Rosa de Viterbo así
como ilustres personajes de Popayán entre los que estaba el
hijo del general José Hilario López, amén de muchos otros
de Pasto, Buenaventura, Tolima, Mompós, Sogamoso y hasta
"un pelotón de cerca de doscientos costeños" provenientes de
Cartagena (Domínguez, 1994: 161). Estas personas, se po
dría decir que conformaron un sector empresarial de variada
procedencia geográfica pero que confluyeron en la alta
Amazonia participando como socios de la empresa de Elías
93
Reyes y Hermanos . Muchos de ellos, como Benjamín
Larrañaga continuaron en la zona y se erigieron en eslabones
de articulación entre la región amazónica y el resto del país.
En este contexto también se puede discutir la afirmación
de Domínguez referente a que la colonización campesina aso
ciada a la actividad extractiva tiene un carácter
predominantemente "redistributivo" . Según sus palabras, cuan
do la inversión extractiva (en infraestructura, por ejemplo) es
abandonada y " ... retomada por la colonización campesina, se
convierte en una riqueza social que adquiere un nuevo sentido
espacial, pues se hace redistributiva y fluye internamente"
(1990: 11). Los numerosos procesos de colonización en la alta
Amazonia de varios países muestran frecuentemente que la con
centración de tierras y la posterior acumulación de las mismas
en pocos propietarios, muy poco ha tenido que ver con una ri
queza social de carácter redistributivo. Si bien es cierto que
Domínguez reconoce que " ... existen contradicciones dentro de
la economía extractiva que la obligan a crear algunos rasgos
infraestructurales permanentes que pueden ser utilizados por la
colonización como punto de arranque para el desarrollo regio
nal" (Domínguez, 1990: 11), no existe una articulación de esta
percepción a los aspectos relativos a las consecuencias de la ac
tividad quinera y las que le acompañan, en la creación de una
espacialidad económica en la Amazonia colombiana y en gene
ral a los cambios en la configuración territorial propiciados
directa e indirectamente por dicha actividad.
La percepción de que, en general, en la economía
extractiva "el trabajo para obtener el producto no se fija per-
94
LA Q UINA : UN NUEVO ESPAC IO ECONÓ MICO ANDINO·AMAZÓNICO
manen temen te en la estructura espacial", debe matizarse al
analizar los cambios en la organización espacial producidos
por la extracción de quina. La temporalidad, latencia,
marginalidad o aparente falta de recurrencia de ciertos proce
sos o fenómenos productores de espacialidad social o
económica no implica la inexistencia de los mismos.
Algunos fenómenos que también se presentaron en el caso
de la actividad de extracción de cascarilla en el alto Putumayo,
que obedecen a los rasgos expuestos por Bunker, nos permi
ten comprender por ejemplo las dificultades tanto en la
construcción de infraestructura y en la necesidad del diseño y
ejecución de estrategias de transporte que implicaron impor
tantes sobrecostos que incluso llegaron en algunos casos a
determinar el fin de la actividad extractiva. No olvidemos que,
en el caso de la quina y posteriormente del caucho, las desven
tajas relativas a la localiiación dispersa de los productos y los
altísimos costos de transporte y de mano de obra fueron algu
nos de los problemas que impulsaron a las metrópolis a
establecer plantaciones localizadas en zonas de más fácil acce
so con lo que se superó tanto la dispersión de la actividad
productiva como los elevados costos de transporte.
Por otra parte, y dejando atrás las referencias a Bunker y
Domínguez, .creemos que es necesario hacer énfasis en que la
actividad extractiva de la corteza de cascarilla no se puede con
siderar aislada de las muchas otras actividades económicas que
le acompañan de manera indirecta, y que en muchos casos
llegan a generar procesos económicos muy importantes que
se desarrollan aun después del decaimiento de la actividad
95
CAPiTULO IV
extractiva, los cuales están ligados colateralmente a otros pro
cesos económicos internacionales y nacionales o a una
combinación de ambos. Una muestra de lo anterior son las
actividades paralelas a la extracción y comercialización de quina
realizadas por la Casa Reyes y que se relacionan con la impor
tación de mercancías. Para la realización de esta labor dicha
empresa utilizaba los diferentes vapores que, luego de vender
los cargamentos de quina en Belém, regresaban cargados de
mercaderías con destino a Pasto y Mocoa (Domínguez,
1990:73). Estas actividades pudieron efectuarse aprovechan
do que uno de los propietarios de la Casa Reyes, Rafael Reyes,
obtuvo del gobierno de Pedro II un permiso de navegación
por la Amazonia brasileña y la exención del pago de derechos
de importación y exportación de productos por un término de
quince años. (Domínguez, 1990:62). Estas actividades, como
señaláramos antes, son en parte la expresión de la creación de
un incipiente mercado regional que vinculó al consumo masi
vo de productos, tanto importados como de otras regiones, no
sólo a la población mestiza, sino incluso a una porción no des
preciable de la población indígena del Putumayo.
SIMILITUDES y DIFERENCIAS CON LA
EXTRACCIÓN QUINERA ECUATORIANA y
BOLIVIANA EN EL SIGLO XIX
El proceso de extracción de quina en el alto Putumayo tuvo
desde el punto de vista espacial, y desde la perspectiva de sus
consecuencias económicas regionales y nacionales, puntos de
encuentro así como de distanciamiento en comparación con el
96
LA QUINA : UN NUEVO ESPACIO ECONÓMICO ANDINO.AMAZÓNICO
desarrollado en la extracción quin era en la alta Amazonia bo
liviana o ecuatoriana. Estas tres regiones constituyeron el
escenario del último gran auge en la explotación de la cascari
lla dentro de cada país, auge que tuvo su punto culminante,
en los tres casos, entre 1874 y 1884. Durante este último año
el colapso de los precios de las quinas suramericanas fue total
debido a que la producción de las plantaciones en] ava y Ceilán
comenzó a ser preferida por sus menores costos y mayor pro
ductividad. Estas plantaciones del sudeste asiático se iniciaron
luego de adaptar a esas islas semillas de la planta llevadas de la
misma alta Amazonia boliviana.
A diferencia de lo sucedido en las vertientes orientales
andinas de Colombia, la región oriental boliviana conoció des
de comienzos del siglo XIX la extracción en gran escala de
cascarilla. Por lo menos en la antigua provincia de Caupolicán,
hoy Franz Tamayo, la extracción de quina tuvo una marcada
influencia desde el punto de vista económico ya que, según
]iménez, permitió pasar de una economía de subsistencia a una
mercantil e hizo expedita la expansión del comercio y la intro
ducción del uso de la moneda en la región (1991: 150). Por otra
parte, fue talla importancia de esta actividad, que el gobierno
boliviano decidió hacia 1840 intervenir de manera directa en la
regulación de su explotación y gravar la exportación que salía
principalmente por Arica o Cobija Qiménez, 1991 : 151). Ade
más de lo antedicho, hacia el año de 1850 el gobierno intentó la
monopolización del comercio nacional del producto mediante
la creación de un Banco de la Quina. Según]iménez, este ban
co fracasó debido a que su capacidad adquisitiva, para hacerse
97
, CAPITULO IV
de la totalidad del producto, fue desbordada por el crecimiento
acelerado de su explotación (1991: 152)7•
Por otra parte, además de la creación de un mercado re
gional Oiménez 1991: 157), el comercio de cascarilla detonó
procesos de desplazamiento o migración de numerosas perso
nas de origen criollo y de extranjeros, y marcÓ el punto de
partida para la formación de elites regionales con un aprecia
ble poder económico y político (Soux, 1991 :94).
Hacia mediados del siglo XIX la dinámica producida
por la explotación de cascarilla comienza un agudo declive
determinado en parte por la baja en los precios internaciona
les. Esta baja en los precios obedeció a la competencia de la
quina colombiana Oiménez, 1991: 152). Para Soux esta baja
en los precios estuvo influenciada por una sobreproducción
que llevó a "sobrecargar las factorías y luego los mercados de
Europa" (1991:98). Estos argumentos, relativos a la compe
tencia colombiana y a la sobreproducción, que desde cierta
óptica pueden resultar complementarios, no necesariamente
han de ser la única causa de la baja en los precios y deben ser
cotejados con información más precisa acerca de las causas de
la expansión y contracción de la demanda en las metrópolis.
7 La información presentada por jiménez no concuerda con la citada por los autores del texto Sorata. Historia de una región /870- /930, relacionado en la bibliograna final.
Según las fuentes presentadas por éstos, el Banco de la Quina debió afrontar la bancarrota básicamente debido al equivocado manejo erel monopolio del que gozaba, al no
poder dar una respuesta adecuada a la competencia colombiana. El fracaso del banco se debió entonces no a la falta de capacidad adquisitiva del mismo, sino a la imposibilidad de
colocar en los mercados internacionales la totalidad de quina que tenía en su poder. Este banco hubo de conocer su liquidación y transformación en un organismo fiscal luego de
restringir y suspender la compra de cascarilla Oauregui , 1991 :59).
98
LA QUINA : UN NUEVO ESPACIO ECONÓMICO ANDINO-AMAZÓNICO
Además, es necesario tener en cuenta que este declive se
produjo no sin antes haberse presentado el agotamiento de los
quinales más cercanos a los lugares poblados (Soux, 1991: 97)
y luego de haber introducido y generalizado, como en la alta
Amazonia colombiana, hábitos de consumo y relaciones so
ciales de subordinación y dominación propias de las economías
extractivas, ahora enmarcadas dentro de conceptos de propie
dad y ganancia basadas en la sobreexplotación de la mano de
obra por parte de los nuevos colonos que ingresaron a la zona
Qiménez, 1991: 147). Adicionalmente, una de las consecuen
cias del avance del frente extractivo fue la transformación casi
total de las economías naturales de las numerosas etnias exis
tentes en la región.
Hacia las décadas de 1870 y 1880 del siglo XIX se pre
sentó el desplazamiento de la actividad extractiva hacia otras
zonas de la Amazonia boliviana, tales como la provincia de
Larecaja y el alto Beni. Las consecuencias de la extracción de
corteza de cascarilla en estas regiones tuvieron, desde el punto
de vista de su influencia en los cambios en la configuración
territorial y por sus consecuencias económicas, algunos pun
tos de contacto con la extracción quinera en el alto Putumayo.
En estas regiones se presentaron también fenómenos como la
fundación y fortalecimiento de pueblos asociados a la extrac
ción quineraH; la redefinición de los ejes y circuitos espaciales
de comercialización con orientación hacia el Atlántico a través
de la cuenca amazónica; la acumulación de capitales extranjeros
8 Reyes, capital de la quina boliviana y Riberalta fueron dos pueblos que adquirieron
. wan importancia en la Amazonia boliviana y desde allí operaron las principales
comercializadoras de quina y luego de caucho (Hollweg 1995: 114).
99
CAPíTULO IV
y nacionales usados posteriormente en la actividad cauchera; el
impulso de la navegación a vapor por el Amazonas, etc. Estas
semejanzas deben, no obstante, ser asumidas con precaución,
no sólo porque suponemos la existencia de variaciones en las
condicionantes de los dos procesos, sino porque es obvio que
el peso específico de cada uno de estos factores debe ser some
tido a una juiciosa ponderación basada en mayor información
y un análisis más detallado y profundo.
Por el lado de los contrastes, una diferencia importante
entre el caso colombiano y el boliviano la constituye el hecho
de que, por una parte, al parecer los movimientos migratorios
desde el área andina de este último país, como aportan tes de
mano de obra, no fueron de la magnitud de los que se presen
taron en el primer caso. Por otra parte, en el caso boliviano,
por lo menos en el alto Beni, el control de la mano de obra
regional pareció estar casi totalmente bajo control de las mi
siones de la región tal como nos cuenta Antonio Vaca Diez,
uno de los caucheros de mayor renombre en toda la Amazonia
y quien recorriera el alto Beni en la década de 1880:
El río Beni es conocido hasta este puerto en su parte superior,
pasa por muchos pueblos de misiones servidos por padres
recoletos. La principal industria de estos pueblos es la quina o
cascarilla, que hay en tal abundancia que basta permanecer ocho
días en el puerto para ver llegar grandes cantidades de la corteza
preciosa .. . Sin embargo, es un hecho que la verdadera "Calisaya"
o "Morada" ha concluido; pero quedan otras variedades un poco
menos ricas que ofrecen grandes utilidades en e! negocio. Las
misiones que mejor quina recolectan son las de Covendo y Gua
chi. Quina hay en toda la ribera de! río ... (Vaca Diez, 1989:45).
TOO
LA QUINA: UN NUEVO ESPACIO ECONÓMICO ANDINO-AMAZÓNICO
La quina se compra a los empresarios compradores (sic), que
se internan en las montañas con gente práctica para el trabajo,
pero los contratos gruesos se hacen con los reverendos padres
que en este negocio dejan la pobreza franciscana para embol
sarse el suficiente metal. Tienen la ventaja de disponer a su
arbitrio de centenares de indios que les prestan obediencia san
ta y ciega y sin sueldo ni gratificación alguna por sus trabajos ...
(Vaca Diez, 1989:47).
En general, la actividad extractiva de la quina en la
Amazonia boliviana estuvo mucho mejor organizada que en el caso colombiano, no sólo por la temprana intervención estatal
en la reglamentación de ·la extracción misma y de su comercio,
sino porque se dieron importantes pasos para establecer su cul
tivo en plantación. La existencia de un volumen de información
mucho más detallado y sistemático que el existente en los otros
dos países considerados en este trabajo también p~recen conflr
mar que en la alta Amazonia boliviana existió un manejo
empresarial mucho más complejo y desarrollado. Los archivos
de la Casa Richter mencionados en el trabajo de J auregui y las
informaciones acerca de la administración y organización de la
producción en las diferentes plantaciones de quina en el área de
Sorata también avalan este supuesto?
9 Informaciones transmitidas personalmente por Camilo Domínguez ponen de pre
sente, por ejemplo, la inmensa dificultad para conseguir información de primera mano
acerca de los movimientos comerciales de las casas exportadoras de quina en el alto
Putumayo. Con excepción del archivo de la Compañía Colombia, que comerció quinas
en un área diferente a la mencionada en este trabajo, parece que existen datos muy
dispersos, principalmente en el Archivo Central del Cauca en Popayán, algunos de los
cuales podrían corresponder a información de las actividades comerciales de la principal
empresa quinera en el Putumayo: la llamada Casa de Elías Reyes y Hermanos.
/0/
CAr(TUlO IV
Por otra parte, los empresarios quineros en Bolivia llega
ron incluso a proyectar el montaje de fábricas para la producción
de sulfato de quinina Oauregui, 1991:58). No obstante, el esta
blecimiento de este tipo de industria sólo pudo hacerse realidad
en Ecuador, como veremos un poco más adelante.
En comparación con Colombia, donde se mencionan tres
in ten tos fallidos de desarrollar plantaciones de quina
(Domínguez, 1990:35), la extracción del producto en la pro
vincia de Larecaja en Bolivia, más específicamente en el cantón
de Mapiri, proveIDa de plantaciones que se lograron establecer
a fines de la década del setenta y comienzos de la del ochenta.
Durante esos años, las principales casas comercializadoras como
la fundada por Otto Richter o la creada en 1880 bajo la razón
social de Loss-García, además de otras de menor jerarquía,
negociaron con el producto extraído de estas plantaciones. Un
ejemplo de lo anterior lo constituye la Casa Richter, la cual creó
una sociedad para el establecimiento de estas plantaciones e in
virtió más de $36.000 para el cuidado y la administración de los
quinales denominados San Agustín y Santo Tomas, de los cua
les percibía 75% de sus ganancias Oauregui, 1991:64).
La magnitud de estas plantaciones parece que fue bas
tante significativa a juzgar no sólo por el número de éstas ll\
sino por la cantidad de plantas cultivadas en ellas y, más
específicamente, por la cantidad de producto negociado. Los
datos sobre esto último, correspondientes a transacciones le-
10 Jauregui menciona además de las plantaciones de San Agustín y Santo Tomás, las
de Jarandillani y Bellavista, sólo en el área de influencia de Sorata.
102
LA QUINA : UN NUEVO ESPACIO ECONÓMICO ANDINO·AMAZÓNICO
galmente registradas, muestran que entre 1877 y 1882 se com
praron 473.180 plantas de quina en Sorata Qauregui, 1991 :66).
La preponderancia de la Casa Richter en este tipo de negocia
ciones era indiscutible, sobre todo si tenemos en cuenta que
esta empresa compró casi la mitad de esta cantidad, es decir
231.130 plantas (1991:66).
A pesar de lo anterior, y como en el caso colombiano y el
ecuatoriano, ni las casas Richter o Braillard y Cia., ni mucho
menos las otras casas comercializadoras extranjeras y nacio
nales de Cinchona boliviana pudieron escapar a la bancarrota
determinada por la dinámica del mercado mundial de la épo
ca, el cual había encontrado el sustituto a la cascarilla amazónica
en el sudeste asiático. Esto, sin embargo, no determinó el fin
de sus actividades comerciales y financieras asociadas a la eco
nomía extractiva. La creciente demanda mundial de látex hubo
de brindar, por lo menos a los capitales alemanes, una nueva
oportunidad de reacomodamiento y expansión a auregui,
1991:74; Hollweg 1995:114).
En contraste con la relativa similitud que tuvieron los pro
cesos de extracción cascarillera en la Amazonia colombiana y
boliviana, por sus efectos desde el punto de vista de la organiza
ción espacial, no sucedió lo propio si comparamos éstos con los
resultados arrojados por la actividad extractiva en el caso de la
alta Amazonia ecuatoriana, principalmente en las regiones de
Gualaquiza y Gualaceo, ambas adosadas a la región cuyo epi
centro urbano era Cuenca. Allí el influjo de dicha actividad sobre
la organización territorial y sobre la estructura económica y so
cial fue muy diferente.
103
CI\rtrulO IV
Si bien el último gran auge en la extracción de quina se
produjo en Ecuador en el mismo período que en nuestros otros
dos ejemplos, es decir aproximadamente entre 1874 y 1884,
existe un hecho, de carácter económico y tecnológico, del cual
parecen derivarse diferencias importantes en los demás aspectos
a que nos hemos venido refiriendo y que hay que tener muy
en cuenta. Este hecho está relacionado con el establecimiento
en la región ecuatoriana -específicamente en Cuenca- de fá
bricas de sulfato de quinina que trasformaban la materia prima
en un sitio relativamente cercano al lugar de su extracción.
Como relata y cita Silvia Palomeque, en 1857 se instaló allí la
primera fábrica de sulfato de quinina cuyo producto tuvo acep
tación tanto en el país como en el extranjero. Ya para 1867
existían en esta ciudad dos fábricas que supuestamente com
petían exitosamente con otras extranjeras, ya que la sustancia
producida " .. .la compran con preferencia a la que se elabora
en la afamada fábrica de Peletier y Caventon ... " (1990:52).
Este fenómeno nos permite adelantar varias suposicio
nes: las citadas fábricas absorbían la mayor parte de la materia
prima, la cual de esta manera no se transportaba para su pro
cesamiento en el exterior y por tanto no demandaba la existencia
de una infraestructura transportadora como la desarrollada
en la Amazonia colombiana y boliviana. En todo caso el pro
ducto, ya fuera corteza o sulfato de quinina, parece que tenía
su principal salida hacia al mercado exterior a través del puer
to de Guayaquil. Las áreas donde se extraía el producto eran
tan relativamente cercanas al sitio donde éste se procesaba,
que tampoco se crearon o fortalecieron grandes asentamientos
104
LA QUINA: UN NUEVO ESPACIO ECONÓMICO ANDINO.AMAZÓNICO
urbanos, asociados al acopio o intermediación del producto,
como en los casos colombiano y boliviano. Por otra parte, la
acumulación de capitales se produjo en gran medida dentro
de la región influenciada por Cuenca, y no así en la Amazonia
propiamente dicha, lo que explica el fortalecimiento, en el caso
ecuatoriano, de sectores económicos de gran importancia para
el posterior desarrollo económico regional y nacional.
Adicionalmente, la influencia de la actividad quinera sobre el
paisaje amazónico ecuatoriano y la presión sobre sus recursos
fueron mucho menores que en los dos casos arriba citados.
No es del caso desarrollar aquí las consecuencias de todo tipo
que se pueden derivar de la particularidad del proceso de ex
tracción de quina en esta parte de la Amazonia, cuyas
principales derivaciones, por lo menos desde el punto de vista
económico, fueron desarrolladas inicialmente por la autora
citada anteriormente y pueden ser consultadas en su obra.
Por 10 pronto, si nos atenemos a las formulaciones de
Bunker que permiten fijar algunos parámetros para diferen
ciar las consecuencias en los procesos de espacialización
producidos por el extractivismo de aquellas asociadas a la ac
tividad industrial, podríamos obtener un marco explicativo
inicial para fundamentar algunas diferencias entre el proceso
ecuatoriano en el área de influencia de Cuenca y los procesos
ocurridos en la alta Amazonia colombiana y boliviana.
Al hecho de la conjugación de la actividad extractiva y de
procesamiento dentro de un espacio relativamente cercano,
tal vez podamos imputar el poco influjo ejercido sobre la con
figuración territorial y sobre la dinámica de cambio ambiental
105
CAPíTULO IV
de la Amazonia ecuatoriana, durante los años 1870 y 1880.
Suponemos, por ejemplo, que las condiciones locacionales que
se presentaron en el caso ecuatoriano descrito antes facilitaron
el reclutamiento de una mano de obra dentro de la región
andina y evitaron importantes desembolsos de capital para el
establecimiento de infraestructura comercial y de transporte,
los cuales hubieran sido tal vez más onerosos que en el caso
colombiano y boliviano, dada la inexistencia cercana de vías
fluviales de magnitud que comunicaran la porción de la
Amazonia ecuatoriana, donde se cultivaba y producía quina,
con el Atlántico a través de la selva. Estos factores pudieron
tener, entre otras cosas, un efecto notable sobre los procesos
de acumulación de capitales y posiblemente también sobre las
tendencias de inversión en la región de Cuenca.
En términos sociales y ambientales, estos elementos pu
dieron significar, por un lado, una menor presión sobre la
fuerza de trabajo de la población amazónica ecuatoriana y, por
tanto, sobre su estructura demográfica y su distribución en el
territorio. Además, pudieron contribuir a la continuación de
un cierto equilibrio entre cultura y ecosistemas en el área, el
cual también se debió mantener gracias a que la ausencia de
una importante infraestructura de comercialización y trans
porte significó la inexistencia de grandes presiones sobre los
ecosistemas selváticos y, en general, sobre el entorno de esta
parte de la Amazonia ecuatoriana. De esta manera, agregaría
mos un elemento más en favor de los planteamientos esbozados
por Bunker, esta vez desde una perspectiva ambiental, que
llama la atención sobre el peligro de considerar que las necesi-
106
LA QUINA : UN NUEVO ESPACIO ECONÓMICO ANDINO.AMAZÓNICO
dades de transporte creadas por la actividad extractiva son en
general positivas y constituyen un "generador de los
multiplicadores que impulsaban los motores regionales de cre
cimiento" (1991:184). La realidad sobre los procesos de
deforestación en la alta Amazonia en la segunda parte del si
glo XX, es que éstos han estado asociados a la apertura de vías
de comunicación y la introducción masiva e indiscriminada
de medios de transporte que han terminado por afectar seve
ramente el paisaje de la vertiente amazónica y del piedemonte.
Estos procesos casi siempre han estado inmersos en dinámi
cas económicas y en frentes de extractivismo rapaz. Lo anterior
puede ser positivo en la perspectiva de reivindicar la articula
ción de la región a los mercados nacionales, desde una posición
convencional del desarrollo ( colonialismo interno), pero ha
demostrado ser cuestionable a la hora de plantear alternativas
de desarrollo sustentable más amigables ambiental, social e
incluso económicamente.
No sobra reiterar que para poder obtener un cuadro com
parativo más completo acerca de la importancia de la actividad
quinera en la configuración del espacio de toda la alta
Amazonia, no sólo habría que emprender un examen detalla
do de las fuentes primarias, sino que se necesitaría acopiar la
información pertinente acerca de esta actividad en las respec
tivas porciones amazónicas peruana y venezolana. Los puntos
aquí esbozados constituyen apenas un primer acercamiento
provisional que sólo pretende sugerir algunas entradas para
un posterior estudio más específico y profundo.
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