Capitulo 4 y 5 la aventura de aprender

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Caracas, 26 de Julio de 2016. Estudiante: Yeimmy C. Sánchez. Producción escrita Individual. (Valor 5%). Reflexionando sobre el capítulo 4 “Tomar Decisiones”, del libro del profesor Pablo Ríos, he caído en cuenta de que con frecuencia tiendo a reaccionar ante problemas o situaciones que ameritan la toma de decisiones de acuerdo con ciertos patrones de conducta. Por ejemplo, me suele pasar que en algunas ocasiones de la vida diaria, doy solución inmediata a un problema “X” sin haber realizado previamente el proceso de la reflexión, seguidamente comienzo a justificar mis puntos de vista y tratar de convencer a otras personas acerca de la validez o la conveniencia de la solución a ese determinado conflicto. Esta manera tan particular de actuar en mí, correspondería a la primera “percepción” del momento, y es una conducta precipitada que corresponde a una respuesta más bien impulsiva y nada reflexiva. Es por ello que, para contrarrestar dicha “mala costumbre” debería recapacitar y buscar una segunda “percepción”, mediante la reflexión del problema y la regulación de mi impulsividad. Para que yo piense antes de actuar o de decidir, debo emplear ciertas operaciones de pensamiento que me permitan considerar los problemas o situaciones desde diferentes perspectivas y puntos de vista antes de generar conclusiones o de ofrecer soluciones o respuestas poco acertadas. En esta autocritica promovida por el libro “Aprender a Pensar”, además de permitirme el logro de un propósito, me proporciona un esquema de pensamiento que propicia la apertura, flexibilidad, equilibrio y autorregulación en frente a situaciones problemáticas. Me pude dar cuenta, que el proceso que se sigue para lograr los propósitos planteados consiste de varios pasos: 1-Sobre lo positivo, lo negativo y lo interesante: aplicado al ámbito laboral, desconocía ésta herramienta de hacer dos

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Caracas, 26 de Julio de 2016.Estudiante: Yeimmy C. Sánchez.Producción escrita Individual. (Valor 5%).

Reflexionando sobre el capítulo 4 “Tomar Decisiones”, del libro del profesor Pablo Ríos, he caído en cuenta de que con frecuencia tiendo a reaccionar ante problemas o situaciones que ameritan la toma de decisiones de acuerdo con ciertos patrones de conducta. Por ejemplo, me suele pasar que en algunas ocasiones de la vida diaria, doy solución inmediata a un problema “X” sin haber realizado previamente el proceso de la reflexión, seguidamente comienzo a justificar mis puntos de vista y tratar de convencer a otras personas acerca de la validez o la conveniencia de la solución a ese determinado conflicto.

Esta manera tan particular de actuar en mí, correspondería a la primera “percepción” del momento, y es una conducta precipitada que corresponde a una respuesta más bien impulsiva y nada reflexiva.

Es por ello que, para contrarrestar dicha “mala costumbre” debería recapacitar y buscar una segunda “percepción”, mediante la reflexión del problema y la regulación de mi impulsividad.

Para que yo piense antes de actuar o de decidir, debo emplear ciertas operaciones de pensamiento que me permitan considerar los problemas o situaciones desde diferentes perspectivas y puntos de vista antes de generar conclusiones o de ofrecer soluciones o respuestas poco acertadas.

En esta autocritica promovida por el libro “Aprender a Pensar”, además de permitirme el logro de un propósito, me proporciona un esquema de pensamiento que propicia la apertura, flexibilidad, equilibrio y autorregulación en frente a situaciones problemáticas.

Me pude dar cuenta, que el proceso que se sigue para lograr los propósitos planteados consiste de varios pasos:

1-Sobre lo positivo, lo negativo y lo interesante: aplicado al ámbito laboral, desconocía ésta herramienta de hacer dos columnas, en la que colocaría lo que me pareció ventajoso, eficaz, válido, conveniente y, en la otra, lo que estimo como desventajoso, perjudicial, nocivo, desfavorable. Y una tercera columna de aspectos interesantes en la cual colocaría los elementos que no sean ubicables en ninguna de estas columnas, porque, en sí, no son abiertamente positivos ni negativos, pero que pudieran conducir a otras ideas, o para continuar pensando, Al final la comparación, entre los factores a favor y en contra me ayudará en la toma de mi decisión.

2- Sobre considerar todos los factores: con esta herramienta, podemos preguntarnos: ¿qué otros elementos están o pudieran estar presentes en la situación considerada? De esta manera ampliaría la perspectiva e incorporaría aspectos que pueden ser de gran importancia para tomar decisiones acertadas.

3- Sobre las prioridades básicas: entiendo sobre éste punto que le doy mucha importancia al ámbito familiar; en éste sentido y de acuerdo con lo que es “primario”, la prioridad en mi vida por ejemplo: sería decidir cómo administrar las entradas de la familia de manera

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correcta y en orden de importancia, en los ámbitos de alimentación, medicinas y ropas, sin dejar a un lado, la recreación.

4- Consecuencias y Secuelas: considero que casi todo, sino todo, lo que hago o dejo de hacer tiene efectos, derivaciones y resultados; mayores o menores, inmediatos o mediatos. Analizar las consecuencias de una decisión por ejemplo: me permite prever, anticipar, visualizar escenarios y actuar en función de lo que sea más provechoso y conveniente.

5- Propósitos, metas y objetivos: no menos importante en el orden de las ideas y necesario para orientar mis acciones, es tener un rumbo, un sentido y este viene dado por lo que tengo como propósitos, metas u objetivos.

Al pasar los años me he dado cuenta que algunas de mis metas han cambiado cuando me preguntaba: ¿qué metas tengo?, ¿que persigo al estudiar una carrera, casarme o tener un hijo?. Las respuestas a estas preguntas al buscarlas en mi INTERIOR, y evitando dos tipos de respuestas, las “estereotipadas”, y las que creo que me harán quedar bien con los demás, será la respuesta más honesta porque la idea es que NO me ENGAÑE, digo yo con falsos prejuicios.

Por otro lado, saber que es lo que realmente quiero no es fácil, al momento de tomar una decisión, debería detenerme a pensar si los fines que persigo representan algo que deseo en realidad y me conviene de verdad.

6- Alternativas, posibilidades y opciones: este punto, trata de buscar opciones alternas a las que parecen obvias, a las más usuales; incluso, conviene explorara vías que, a primera vista, puedan parecer insólitas o descabelladas.

7- Otros puntos de vista: es normal que tienda a ver las cosas desde mi perspectiva, creyendo que esa es la manera correcta y valida, sin percatarme de lo múltiple, diverso, heterogéneo y variado que puede ser apreciada una misma situación.

Este análisis, sería como una especie de expansión del pensamiento que me permitirá ver el problema con mayor amplitud y profundidad, seguidamente, se consideran diferentes herramientas para resolver un problema, las cuales ya no son productos del azar o del apresuramiento, sino más bien, de la reflexión y de la  aplicación de un proceso sistemático de análisis.

Podría decir, que las herramientas utilizadas en éste capítulo, preparan el terreno para la generación de ideas, mediante la eliminación de ciertas barreras del pensamiento que bloquean la mente, incluso me permitirían dar rienda suelta a mis ideas, y prepararme para pensar en situaciones o escenarios poco convencionales o fuera de lo esperado.

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Caracas, 28 de Julio de 2016Estudiante: Yeimmy C. SánchezProducción escrita Individual. (Valor 5%).

Reflexionando un poco sobre el capítulo 5 “Resolver Problemas”, del libro del profesor Pablo Ríos, he podido comprender que en la vida diaria, cuando me enfrento a un problema, es cuando quiero algo y desconozco de forma inmediata, la secuencia de acciones necesarias para superarlo; en todo caso, la solución de problemas, serían los procesos que se ejecutan para superar los obstáculos que se encuentran para la ejecución de una tarea.

Evidentemente, el problema donde la solución es algo concreto, implica menor dificultad que la búsqueda de algo abstracto, por ejemplo: si busco una casa, un carro, un trabajo, un contrato, es más sencilla la planificación de una estrategia; que si busco, una idea para conseguir dinero, o realizar el diseño de un producto, pintar un cuadro o escribir el capítulo de un libro.

Haciendo referencia al capítulo anterior, en la resolución de mis problemas, está implícita la categorización, la cual me permitirá determinar la dificultad del problema. Bajo este marco, la toma de decisiones son determinantes, pues ellas facilitan la orientación del mi problema hacia posibles soluciones.

La solución de un problema, implica cuatro estados: un estado inicial, que es cuando identifico el problema y comienzo a definirlo, si no lo hago bien, posiblemente no pasaré de este nivel, luego viene el plan de solución, que son las actividades que determiné, van a solucionar mi problema, luego la ejecución supervisada del plan y finalmente la evaluación de la solución obtenida.

El espacio de un problema, donde se desarrollan las características, puede ser pequeño y conocido, o enorme, incluso infinito, lo que significa que un problema puede ser: plenamente o parcialmente definido.

En los primeros, la meta y las condiciones están claramente establecidas, lo que permite valorar si la solución es adecuada. Por el contrario, en los parcialmente definidos la meta y las condiciones no están claramente determinadas, por lo que no es posible especificar con anticipación lo que puede ser una solución válida. Para resolver problemas, en los primeros se usan algoritmos, mientras que para los segundos se recurre a la heurística, ambos métodos serían estrategias de descubrimientos de soluciones viables a los problemas.

En un problema bien definido, conozco mi estado inicial, conozco claramente el estado final, y conozco las reglas necesarias para llegar a él, los acertijos y las pruebas matemáticas corresponden a este nivel, la correcta interpretación de la información relevante, llevara siempre a la solución de estos problemas, los problemas bien definidos generalmente implican transformación de un estado en otro por el contrario, los problemas mal definidos, son más difíciles, implican gran creatividad, y sencillamente nada garantiza que llegue a su solución, pero con una buena estrategia mejoraré mucho mis posibilidades.

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Volviendo a las etapas empezaré con la primera clave, que es la identificación del problema, la cual implica dos aspectos, el objetivo, y la pregunta.

El objetivo, que es lo que busco, la carga de estrés que generan las consecuencias de un problema, el bloqueo mental en su solución, o la búsqueda persistente de alternativas, me impide muchas veces aclarar realmente los objetivos y plantearlos en forma de preguntas, incluso encontrar una buena pregunta es a veces más difícil que encontrar una buena respuesta.

Ejemplo: Problema: tengo problemas de dinero puede ser un problema realmente, la pregunta sería ¿Cómo soluciono mis problemas de dinero?, Estaría frente a un problema abstracto, general y mal definido, ello implicaría ya que es un problema difícil, pero si determino objetivos, podre transformarlo en específico y definido simplemente transformándolo mientras defino el objetivo.

Tengo problemas de dinero, cambiándolo por... ¿Cómo logro que mis ingresos, sean mayores que mis egresos?, o Qué estrategias busco para pagar mis deudas? o Si en un problema no determino los objetivos y planteo una correcta pregunta que responder, tendré problemas al continuar la estrategia.

Aplicado a mi vida personal, el caso del algoritmo, sería un problema definido sencillo en el que todas las acciones preestablecidas conllevan a la resolución de un problema de manera segura. No obstante considero, que ésta estrategia, es poco utilizada por mí, porque para muchos problemas de mayor envergadura de la vida diaria, no existen algoritmos establecidos; la mayoría de los problemas no están suficientemente definidos como para permitir la formulación de un algoritmo para su solución y; por otro lado, cuando existen tardan mucho en alcanzar la solución.

Sin embargo, y más aplicado a mi vida personal, la heurística como método de solución a los problemas, serían todas aquellas acciones guiadas, cuya ejecución no garantiza la resolución de un problema, pero que puede comprender la planificación a partir del establecimiento de prioridades o el análisis de medios o fines donde se determina la diferencia entre el estado actual con otro deseable, es así como casi toda solución inteligente a los problemas, sin actuar de manera impulsiva que involucra un proceso de metacognición.

En todo caso; y para ir concluyendo, pude entender que la clave para la solución de mis problemas está en ser sistemática, debo saber identificar el proceso más acertado, hacer un análisis apropiado, determinar las posibles alternativas y seleccionar la mejor opción de acuerdo a los resultados e implicaciones.

En el razonamiento, que conduce a solucionar un problema, surgen varias ideas y, por lo general, cuando más numerosas son estas ideas, más probabilidades de alcanzar un resultado que “funcione”. Además de una organización sistemática en busca de la solución de los problemas, el pensamiento crítico me permitirá un adecuado esquema en la solución de un problema.