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Camino de brujas y otras mujeres con y sin escoba Brebaje mágico para todo uso En un gran caldero, picados o enteros, se echan dos tomates y dos disparates, tres kilos de sal y uno de cristal, un poco de niebla y otro de pimienta, dos tazas de hiedra y un kilo de piedra. Todo esto se bate, se hecha otro tomate, si le falta sal, se agrega al final, si no queda bueno, se le agrega un trueno, y si ya está listo, se agrega un pellizco. No hay que cocinar ni tampoco hornear. En cualquier lugar o necesidad, se toma una gota y el resto... se bota.1 ¿Cómo reconocer a una bruja? es casi una pregunta milenaria. Presentes desde la antigüedad, con un rol fundamental en la tribu; develando el futuro de un héroe; siendo condenadas; convirtiéndose en imagen literaria… Las brujas han pasado a convertirse en un tipo literario común y reconocido desde la primera infancia: Cuidado que puede venir la bruja (si es que el hombre de la bolsa no estaba disponible en ese momento) cuando un niño no obedecía a sus padres; chicos haciendo brujerías y pociones mágicas con todo ingrediente que encontrara en su cocina; el juego de la bruja de los colores cuyos participantes huirán asustados de alguien que intenta atrapar, nada más ni nada menos, que unos hermosos colores (tal vez, porque a ella le falten todos). No sólo en la niñez son representadas: ¡Fulana es una bruja! es una frase que se puede oír actualmente en cualquier conversación cotidiana. Entonces, ¿qué pasos debe seguir alguien para reconocerla? Simples: 1. buscar una nariz prominente (no confundirse con la de Pinocho); 2. escuchar una risa un tanto particular; 3. seguir al gato negro que da vuelta a la esquina; 4.guiarse por los humos que salen de un caldero mágico; 5. mirar al cielo en busca de alguna escoba y, por qué no, 6. perseguir, alejado y con muchísima cautela, a esa extraña mujer que le acaba de cortar un mechón de pelo. Servirá identificarla a partir de algunas lecturas: aquella malvada madrastra de Blancanieves que no duda en envenenar una inocente manzana; la vieja de la Calle 24 que cuelga gatos boca abajo en la novela Boris Orbis y la vieja de la Calle 24; Las brujas de Roald Dahl o La bruja Baba-Yaga”. Pero si uno está muy ansioso en el encuentro puede apelar a la guía telefónica, como 1 Vasco, Irene. Ilustraciones de Juanita Isaza. Bogotá: Panamericana Editorial, 1998. En: http://www.imaginaria.com.ar/14/8/conjuros-y- sortilegios.htm

Transcript of Camino de brujas y otras mujeres con y sin escobajitanjafora.org.ar/Camino de brujas.pdf · Pero,...

Camino de brujas y otras mujeres con y sin escoba

Brebaje mágico para todo uso

En un gran caldero, picados o enteros, se echan dos tomates y dos disparates,

tres kilos de sal y uno de cristal,

un poco de niebla y otro de pimienta, dos tazas de hiedra y un kilo de piedra.

Todo esto se bate, se hecha otro tomate,

si le falta sal, se agrega al final, si no queda bueno, se le agrega un trueno,

y si ya está listo, se agrega un pellizco.

No hay que cocinar ni tampoco hornear. En cualquier lugar o necesidad,

se toma una gota

y el resto... se bota.1

¿Cómo reconocer a una bruja? es casi una pregunta milenaria. Presentes desde la antigüedad, con

un rol fundamental en la tribu; develando el futuro de un héroe; siendo condenadas; convirtiéndose en

imagen literaria… Las brujas han pasado a convertirse en un tipo literario común y reconocido desde la

primera infancia: Cuidado que puede venir la bruja (si es que el hombre de la bolsa no estaba disponible en

ese momento) cuando un niño no obedecía a sus padres; chicos haciendo brujerías y pociones mágicas con

todo ingrediente que encontrara en su cocina; el juego de la bruja de los colores cuyos participantes huirán

asustados de alguien que intenta atrapar, nada más ni nada menos, que unos hermosos colores (tal vez,

porque a ella le falten todos). No sólo en la niñez son representadas: ¡Fulana es una bruja! es una frase que

se puede oír actualmente en cualquier conversación cotidiana.

Entonces, ¿qué pasos debe seguir alguien para reconocerla? Simples: 1. buscar una nariz

prominente (no confundirse con la de Pinocho); 2. escuchar una risa un tanto particular; 3. seguir al gato

negro que da vuelta a la esquina; 4.guiarse por los humos que salen de un caldero mágico; 5. mirar al cielo

en busca de alguna escoba y, por qué no, 6. perseguir, alejado y con muchísima cautela, a esa extraña

mujer que le acaba de cortar un mechón de pelo. Servirá identificarla a partir de algunas lecturas: aquella

malvada madrastra de Blancanieves que no duda en envenenar una inocente manzana; la vieja de la Calle

24 que cuelga gatos boca abajo en la novela Boris Orbis y la vieja de la Calle 24; Las brujas de Roald Dahl o

“La bruja Baba-Yaga”. Pero si uno está muy ansioso en el encuentro puede apelar a la guía telefónica, como

1 Vasco, Irene. Ilustraciones de Juanita Isaza. Bogotá: Panamericana Editorial, 1998. En: http://www.imaginaria.com.ar/14/8/conjuros-y-

sortilegios.htm

el protagonista de Cinco enfados que busca alguna para que embruje a su antojo (B. Bailarines. Basureros.

Bomberos. Br. Bru. Brujas. –¡Ya está!-).

Hasta aquí parece ser bastante sencillo encontrarlas, siempre buscándolas en su momento de

trabajo. Sí, porque ser de las más malas no es cuestión de ocio sino de mucho sacrificio, como las

presentadas por Silvia Schujer y Sergio Kern en Brujas con poco trabajo. ¿Habrán pasado de moda? Tal vez

sea eso o que sus hechizos ya no son tan útiles, como les sucede a las protagonistas de “¡Basta de brujas!”…

Pero, ¿son así todas? En este camino de lectura, del que conviene tener cierta precaución, se

propone espiar (acercase, tal vez, sea demasiado peligroso) distintas imágenes de brujas: algunas serán las

esperadas y otras muy distintas, personajes tan cercanos como puede serlo alguien como nuestra vecina y

hasta algún político. Tal vez, para decir abracadabra no se necesite nariz.

Lectura: La escoba de la viuda

Cita completa: Van Allsburg, Chris, La escoba de la viuda. México: Fondo de Cultura

Económica, 1993. Colección Los especiales de A la orilla del viento.

Tal vez de una bruja no sea tan importante su nariz, así midiera 3 cuadras de largo… Una

escoba es fundamental. ¿Pero qué pasa cuando hay escoba pero no bruja? En este libro

álbum de Chris Van Allsburg se puede dar respuesta a esta incógnita y, al mismo tiempo,

repensar la imagen que se tenía de ella.

Lectura: Brujas con poco trabajo. Cita completa: Schujer, Silvia. Ilustraciones de Kern, Sergio. Brujas con poco trabajo. Buenos

Aires: Primera Sudamericana, 2003. Colección Libros del bolsillo.

Edad sugerida: a partir de 7 años.

Si bien los “Había una vez en un lugar muy lejano…” ya no se escuchan tanto, no por eso un

personaje como el de la bruja tiene que perder protagonismo. ¿Es que ser así es un trabajo?

En este libro de Silvia Schujer parace que sí… Para ayudarlas en la aparente difícil tarea laboral su lectura

podría ser una buena solución.

Lectura: Blancanieves

Cita completa: Jacob & Wilhelm Grimm. Adaptación de Kabod, Suzanne.

Traducción de Gallo Krahe, Elena Ilustraciones de Lacombe, Benjamin.

Blancanieves. Milán: Edelvives, 2011.

Reinas y madrastras, mujeres que se ponen celosas y se les da por

hacer brujerías y maldades. Otra princesa y otra bruja: la historia de

Blancanieves, esta vez en un libro álbum. La madrastra es orgullosa y arrogante

y pronuncia todas las mañanas la misma pregunta: “Espejo mágico, voz de las

tinieblas, ¿quién de este reino es la más bella?”. Durante mucho tiempo la

respuesta del espejo es la esperada: nadie hay que supere su belleza. Pero,

mientras tanto, Blancanieves crece y se vuelve cada día más hermosa, tanto que la reina se pone “verde de

envidia”. Odia tanto a la niña… Quiere, necesita, deshacerse de ella. El relato nos cuenta que se disfraza de

inocente anciana y de campesina, y logra engañar a Blancanieves en más de una ocasión. Las ilustraciones

nos muestran lo que la niña no ve: la maldad de la reina. Un mordisco a una manzana envenenada y la

princesa cae dormida por muchos años, hasta que un príncipe la rescata… Pero esa también es otra historia.

Lectura: La verdadera historia de caperucita 2

Cita completa: La verdadera historia de Caperucita Roja 2, dir. Mike Disa.

Protagonizada por Glenn Close. The Weinstein Company (USA), 2011.

Edad sugerida: todo público.

Personajes que se escapan de una historia y se van a visitar a los

personajes de otras historias. En La verdadera historia de Caperucita Roja 2

sucede eso: Caperucita y su lobo se ven envueltos en una intriga policial en la que

están involucrados desde la abuelita hasta los pequeños e inocentes Hansel y

Gretel, secuestrados por la malvada bruja que los quiere devorar… O tal vez no, y

la bruja no es tan mala, ni Hansel y Gretel son tan inocentes.

Lectura: Boris Orbis y la vieja de la calle 24

Cita completa: Suárez, Patricia, Boris Orbis y la Vieja de la Calle 24. Ilustraciones de

mEy! Buenos Aires: Primera Sudamericana, 2011.

Edad sugerida: a partir de los 8 años.

Una vieja de la Calle 24 hacía hechizos, comía arañas en cazuelas y gusanos en

escabeche, mantenía encerrado a su sobrino huérfano, Boris Orbis, atrapaba gatos y los

colgaba cabeza abajo. Pero, también, no podía evitar bailar cuando escuchaba música.

Lectura: Cinco enfados

Cita completa: Keselman, Gabriela, Cinco enfados. Ilustraciones de Elizalde, Marcelo.

Buenos Aires: Aique, Anaya, 2010. Colección Sopa de libros.

Edad sugerida: a partir de 6 años.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco enfados son los que tiene Carlos, y está tan

rabioso que quiere “una bruja para que los embruje a todos”. Y las busca en las páginas

negras de una guía de teléfonos. Y las encuentra: la Bruja Bárbula, que vive en el

sótano; la Bruja Bestiana, que vive en el techo; la Bruja Bibirloca… y sigue su recorrido

hasta que encuentra a la Bruja Maladeverdad, que está súper dispuesta a hacer

cualquier brujería.

Lectura: Radiografía de una bruja

Cita completa: Ferro, Beatriz y Pico, Elena, Radiografía de una bruja. Buenos Aires:

libros-álbum del eclipse, 2008.

Edad sugerida: “para chicos y grandes. Libros para leer mirando.”

“Una bruja es un ser lleno de maldad”. Así comienza Radiografía de una

bruja, libro-álbum en donde el texto habla de brujas, pero las imágenes dejan

entrever que los seres llenos de maldad pueden, también, y muchas veces, ser de

otra clase: hombres y mujeres comunes, políticos, militares… Las ilustraciones están

llenas de guiños para los lectores adultos que quieran jugar la aventura de leer

entre líneas. Un texto que nos brinda una mirada sobre el mundo cotidiano y de

“entre casa” de las brujas (y de otros seres que se les asemejan bastante).

Lectura: Recetas secretas de brujas y hadas

Cita completa: Falbo, Graciela, Recetas secretas de brujas y hadas. Ilustraciones de

Singer, Irene. Buenos Aires: Primera Sudamericana, 2009. Colección Puercoespín.

Edad sugerida: a partir de 6 años.

¿Hadas y brujas? ¿Juntas? Sí, es sabido que ambos reinos jamás se unen…

Pero, por una buena receta, una bruja cocinera “descalza y con el pelo suelto, corrió

siguiendo el sendero blanco de los árboles.” Tal vez, algunas cosas cambien, como

dicen que lo hicieron algunas brujas: “unas se acariciaban con pétalos de orquídeas,

otras cepillaban sus pelos duros y enmarañados como si fueran cabelleras de

princesas, y otras más se miraban embelesadas en pedazos de espejos rotos.”

Lectura: “Rojo”

Cita completa: Bodoc, Liliana, “Rojo”. En: Sucedió en colores. Buenos Aires: Alfaguara,

2011. Colección Alfaguara infantil. Serie morada

Edad sugerida: desde los 8 años.

El diablo quiere enamorar a una bella joven llamada Rubilda, en un relato colorido

como el rojo rubí y como las rojas manzanas que ella vende… Como no es muy hábil en

estas cuestiones, intenta ayudarse por algunos trucos; ¿lo logrará? ¿Habrá una bruja en

esta historia?

Lectura: Cuentos con brujas

Cita completa: Cabal, Graciela Beatriz – Ilustraciones de Lavandeira, Sandra. Cuentos con

brujas. Buenos Aires: Alfaguara, 2011. Colección Alfaguara infantil. Serie Naranja.

“A mí las brujas me gustan una barbaridad” nos confiesa la voz que narra los

Cuentos con brujas. Esta voz nos regala dos relatos protagonizados por brujas. Algunas

“son gente buenísima y amiga de hacer favores”, aunque “claro que hay brujas y brujas.

Hay brujas inquietantes, que a uno le arrugan la panza con temblores y le hacen parar los

pelitos de la nuca”. Lo que no podemos negar es que no se puede ser indiferente a la

presencia de una bruja.

Lectura: Genealogía de una bruja (contiene dos libros: La

pequeña bruja y Brujas y hechizos)

Cita completa: Perez, Sébastien y Lacombe, Bejamin,

Genealogía de una bruja. Italia: Edelvives, 2009.

Dos libros se ocultan en un estuche de editorial

Edelvives. Por un lado, La pequeña bruja. Personaje bruja:

una niña descubre que pertenece a una genealogía de brujas (muy que podrían resultarles conocidas al

lector, como Juana de Arco y la Mona Lisa, por ejemplo). Allí, se encuentra con distintos dones de familia y

con un libro especial el mismo que, por otro lado, recibe el lector. ¿Lector brujo? El segundo libro posee un

recorrido por las distintas brujas, desde Lilith en el año 5000 a. C. hasta Lisbeth en 1975, y algunas recetas

y sortilegios, capaces de hacer que el lector cree “Deliriums oculus”, “Fascinum Becadis”…

Lectura: Brujas sueltas

Cita completa: Pisos, Cecilia, Las brujas sueltas. Buenos Aires: Primera Sudamericana,

2004. Colección pan flauta.

Edad sugerida: A partir de 9 años.

Otras versiones: Poemas leídos por la autora disponibles en:

http://www.ceciliapisos.com.ar/

“Buja que viene bajando por los versos del poema, perfumando sus maldades con rima y con yerbabuena…”

Lectura: “La bruja Baba-Yaga”

Cita completa: “La bruja Baba-Yaga”. Selección de Marcela Carranza. Traducción de

Pepín Cascarón. Ilustraciones de Ivan Bilibin. En:

http://www.imaginaria.com.ar/2011/11/cuentos-populares-rusos-%E2%80%9Cla-

bruja-baba-yaga%E2%80%9D/

Lectura: “¡Basta de brujas!”

Cita completa: Falbo, Graciela. “¡Basta de brujas!”, en: Basta de brujas y otros

cuentos. Buenos Aires: Primera Sudamericana, 2009. Colección pan flauta. Serie

violeta.

Edad sugerida: a partir de 9 años.

Una princesa un poco fea y amado petiso intentarán desafiar a un grupo de

brujas que, créase o no, lograban casarse con todo pretendiente que por allí pasara.

Lectura: Las brujas

Cita completa: Dahl, Roald, Las brujas. Buenos Aires: Alfaguara, 2009. Colección

Alfaguara infantil. Serie naranja.

Edad sugerida: desde los 10 años.

Un niño y su abuela se enfrentan a Las brujas más malas de todas, y a las

más peligrosas. “En los cuentos de hadas, las brujas llevan siempre unos sombreros

negros ridículos y capas negras y van montadas en el palo de una escoba. Pero éste no

es un cuento de hadas. Este trata de BRUJAS DE VERDAD.” Ellas están en todas partes, y

“visten ropa normal y tienen un aspecto muy parecido al de las mujeres normales.

Viven en casas normales y hacen TRABAJOS NORMALES”. Pero las brujas de verdad odian a

los niños con un odio candente y profundo, y se reúnen en convenciones para planear

cómo eliminarlos. El pequeño protagonista quedará encerrado, por accidente, en el

salón donde se realiza una de estas convenciones…

Lectura: Mi Pequeña Enciclopedia Larousse. Hadas y Princesas

Cita completa: Mi Pequeña Enciclopedia Larousse. Hadas y Princesas. México: Grupo

Editorial Larousse, 2006.

Edad sugerida: a partir de 3 años.

Hadas y Princesas. Relatos en donde no puede faltar una bruja, fea y

aterradora. Porque “a veces llega a suceder que un hada se vuelve malvada. Entonces

se parece a una bruja y lanza maleficios”, y desde los rincones oscuros de sus

historias nos atrapa y no nos deja salir. Como el Hada Maléfica que encontramos en la

Pequeña Enciclopedia Larousse de Hadas y Princesas, y que manda a la cama a la Princesa Aurora, quien

dormirá por cien años, hasta que su Príncipe la rescate... Pero esa es otra historia.

Lectura: 15 de brujas

Cita completa: Wolf, Ema… et al. . 15 de brujas. Buenos Aires: Sudamericana, 2010.

Colección Primera Sudamericana.

Edad sugerida: a partir de 10 años.

Las brujas atrapan la atención y el interés de muchas personas, lectores y

escritores. Eso es lo que les pasó a los autores de 15 de brujas: fueron víctimas de un

embrujo: “Echamos en un caldero todas las palabras, un conjuro y un toque de

encantamiento. Quince autores bebieron la pócima. Algunos crearon un poema, otros

recordaron una leyenda; los más contaron un cuento. Todos escribieron sobre bujas.

Brujas de ayer. Brujas de hoy. Brujas de todos los tiempos…”.

Lectura: El libro de los hechizos

Cita completa: Pisos, Cecilia. Ilustraciones de Villamuza, Noemí. El libro de los

hechizos. Buenos Aires: Aique Grupo Editor, 2010. Colección Sopa de Libros.

Audio disponible en la voz de la autora en http://www.ceciliapisos.com.ar (consulta:

10/04/2012)

Y si queremos jugar a ser brujas (o brujos) por un rato, por qué no hacerlo.

Sólo son necesarios algunos hechizos, mucha imaginación y un poco de magia (de esa

que siempre aparece cuando estamos leyendo). Y para eso nada mejor que recurrir a

un libro mágico: El libro de los hechizos. Libro doblemente mágico: porque tiene

hechizos y porque esos hechizos son poemas.

Y para terminar, nada mejor que un hechizo para la lectura:

Hechizo para que leas este libro

Vas a la tapa y la abrís, y buscás lugar secreto

para probar sus hechizos. ¿Si funciona? Lo prometo.

Por Valeria Paz y Rocío Malacarne