cambio en los años sesenta - Historia de la arquitectura moderna - Leonardo Benevolo

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    Captulo XXII

    En la dcada de los sesenta tiene lugar uncambio que tan slo hoy, con el paso deltiempo, podemos valorar: por un lado, la arquitectura moderna se extiende por todo elmundo y acumula unos resultados cada vezms numerosos y ms variados; por otrolado, pierde las caractersticas de un movimiento unitario, con las caractersticas de loscincuenta aos anteriores.

    Este viraje se evidencia antes en los hechos que en las discusiones tericas, e intentaremos captarlo por medio del examende cuatro series de acontecimientos: la crisis de las formas de asociacin propias delos cincuenta aos anteriores, la muertede los maestros, las experiencias proyectuales de grandes dimensiones -que ponen enprueba , de forma real, los modelos de agregacin estudiados anteriormente- , y el debate terico que sale al paso de estos acontecimientos.

    1. La crisis del CIAM y el Team XLa importancia de los CIAM, creados en1928 en La Sarraz, decae con el tiempo. De1928 a 1930 aportaron una contribucin fundamental a la nueva cultura arquitectnica, y

    de ello hemos hablado en los captulos XIV

    * Las referencias a la arquitectura espaola, que seofrecen en este captulo, se tratan de forma amplia ycompleta en las p. 896 a 935 de esta mi sma obra , escritasex profeso para esta edicin por el profesor Josep M.Montaner.

    El cambio en los aos sesenta::-

    y XV; de 1930 a 1951 sirven para comparar y sintetizar las experiencias empezadasen todo el mundo, conservando un amplioconsenso;l a partir de 1953 se evidencian,ms bien, los desacuerdos entre.los distintosgrupos pertenecientes a varias generacionesy a pases distintos, comprometidos en determinadas bsquedas cada vez ms heterogneas.

    En 1953, en Aix-en-Provence, los jvenes que no tuvieron una experiencia directaen la fase inicial del movimiento - Candilis(1913), Bakema (1914), Van Eyck (1918) ylos Smithson (1923 y 1928)- critican, en lnea de principio, las frmulas tericas nacidas de las reuniones anteriores , a partir de laCarta de Atenas de 1941 hasta la relacin deSert referente al CIAM de 1951, dedicado alcorazn de la ciudad, y presentan sus primeros proyectos importantes - e l Alexanderpolder y el Golden Lane (figs. 1139,1140), basados en un acercamiento ms complejo a la realidad del ambiente urbano.Estos arquitectos son los encargados de la

    1. Los informes del quinto CIAM (Pars 1937) estnpublicados en el libro de Josep Uus Sert, Can our CitiesSurvive?, Cambridge (Massachusetts), 1941; versin catalana: Poden sobreviure les nostres ciutats? Un abe deisproblemes urbans. Andlisi i eonclusions, Departamentde Poltica Territorial i Obres Pbliques , Generalitat deCatalunya, Barcelona, 1983; los del sexto CIAM (Bridgwater, 1947), en el libro de Siegfried Giedion, A Deeadeo[New Arehitee ture, Zurich, 1951; los del octavo CIAM(Hoddesdon, 1951), en el libro de Ernesto N. Rogers/Josep Uus Sert/Jacqueline Tyrwhitt, 11 euore della eitta,Miln, 1954 (The Hearl o[ the City, 1952).

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    dcimo congreso, y se oren un grupo, que toma el nombre deX. El grupo se rene en 1954 eny en 1955 en Pars; convocan a otros

    de una lnea similar, entre losRalph Erskine, y toman

    Le Corbusier. El dcimotiene lugar en Dubrovnik en 1956, sinde los viejos dirigentes que di

    Le Corbusier, con su habitual intelia, acepta de buen grado este viraje y es

    Los que tienen cuarenta aos y nacieron alre, durante las guerras y las revolu, y los que tienen veinticinco aos, nacidosde 1930, durante la preparacin de una

    y en medio de una profunda crisis, social y poltica y que, por lo tanto , seen el corazn del presente perodo,on los nicos capaces de percibir personal y proundamente los problemas actuales, las finalidaque hay que prefijar y"los medios para alcan, la pattica urgencia de la situacin pre

    .. Sus predecesores ya no estn bajo el imde la situacin.2Pero la nueva situacin no se presta aresolucin con formulaciones de princi, y a la vieja direccin sucede un comitpresidido por Bakema , quede preparar, en 1959, una con

    - lo ms amplia posible- entres experiencias en curso.Para esta reunin decisiva se escoge el mu, construido por Van deen Otterlo, Holanda. Los participan

    provienen de todo el mundo -entre, Kenzo Tange de Japn y Louis KahnUnidos- y presentan sus obras,unos pocos (Bakema y Van den, con el plan del Noord Kennermeers Smithson con los proyectos de Coy del centro de Berln) siguen pro-2. Ci to en Kenneth Frampton, Modern Architecture,ondres, 1980, pp. 271 a 272; versin castellana: Historiartica de la arquitectura moderna, E ditorial Gustavo, S.A. , Barcelona, 1983.

    La arquitectura en la crisis defin de siglo

    poniendo una metodologa comn, vlida aescala internacional. La discusin demuestraque esta exigencia no es compartida por lamayora de los arquitectos, y slo queda recoger la documentacin de los dibujos, de lasdeclaraciones y de los debates que saldrn,en 1961, como primer volumen de una coleccin del editor Karl Kramer de Stuttgart.3Desaparece as la finalidad fundamental dela serie de los congresos, y los participantes,en su ltima reunin, deciden separar su actividad de la sigla de los CIAM, poniendo asfin a la institucin.

    El Team X - a l que se adhieren tambinel polaco Jerzy Soltan (1913) , el espaol JosAntonio Coderch de Sentmenat (1913-1984)y el italiano Giancarlo De Carlo (1919)ser el punto de referencia de las personastodava interesadas en la elaboracin de unametodologa colectiva y, como instrumentode comunicacin, utiliza la revista Forum,holandesa, y la Architectural Design, inglesa.Una reunin particularmente comprometidatiene lugar en 1962, en Royaumont, cerca deToulouse, donde se levanta el barrio Le Mirail de Candilis, Josic & Woods. En 1962 y1974 se publica, por iniciativa de los Smithson, un anuario de la actividad de sus miembros -Team X Primer-o Pero ya en la mitad de los aos sesenta, despus de lareunin de Urbino de 1966, se manifiesta , incluso en este grupo tan reducido, una tendencia divergente; una de las reglas metodolgicas de la polmica en contra de laCarta de Atenas - l a adhesin a la realidaden sus articulaciones locales y particulareslleva a cada cual hacia un itinerario distintoque, con el pasar de los aos, se revela irreducible a un movimiento comn. Por lodems, el Team X evit siempte cualquierintento de cristalizar su bsqueda en un manifiesto o en una carta, y acept el desafocontinuo de la realidad en movimiento ,dando as prueba de que las formas habituales del debate cultural ya no tienen utilidad

    3. Neumann , CIAM '59 in Olferio, Stuttgart , 1961.

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    cambio de los aos sesenta

    ,1140. E l proyecto para el conjunto de Golden, de los Smithson (1952) y la maquetaen la

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    Delft, Auditorio de la Universidad (J. B. BakemaJ. H. Van den Broek, 1961-1966), Robin Hood Gardens (A. y P. Smithson,

    45. Berln, planta de la Freie Universitat (G. Candilis,Josic & S. Woods, 1965),1147. (en la pg. de la derecha) Urbino , los cole

    De Cario (1962-1980)

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    l cambio de los alios sesenta

    COLlEGI UNIVERSITARIDI URBtNOPlANlMETRIA GENERALE

    i}NCU1USlDNZIAllD I ~ ' _ " " _

    AHTlCOCOHVtNTO: AMIoIIHI$TRAZIONEFCJIIIE&TERlAESUlVIZI

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    lesia protestante de su pueblo natal, Drien(1965), y una iglesia catlica en Laaya (1968-1970). El team de Candilis, JosicWoods, que se disuelve en 1970, encuentraoportunidades de excepcional magnitud,barrio de Toulouse-Le-Mirail, iniciado enla Freie Universitat de Berln, inien 1965. Bakema y Van den Broek rea, adems de los barrios de los que ha

    en el apartado 3, una parte de losde la Universidad de Delft (1959-, el Ayuntamiento de Terneuzen (1963-Y el de la ciudad alemana de Marl-1967), manteniendo firme el propsitola continuidad entre las distintas escalasDe Carla dedica largos

    la planificacin de Urbino (1958-y a la realizacin de los edificios uniitarios de este mismo centro (a partir deadelante), magistralmente relacioy el paisaje de la antigua1146, 1147).Ms tarde, hubo varios intentos para re los ClAMo Hay que recordar el lCATd Townplanning), promovido por el luJos Weber junto a un grupo deeuropeos, en su mayora alema, que se reuni en Otterlo, en 1982; en, y en Copenhagen, en, con la participacin de algunos perso, Cor Van Eesteren yRoth. Pero el contraste entre esta fry los recientes desarrollos es irremee, y las finalidades propuestas (la con

    y de la cons, el intercambio de experiencias, ladebern, con otros instrumentos.

    La herencia de los maestrosLos tres maestros de la arquitectura mo

    -L e Corbusier, Gropius y Mies vanr Rohe- se han mantenido en primerde su vida y su

    ha dejado un vaco que an sevivamente.

    La arquitectura en la crisis defill de siglo

    Le Corbusier muri en 1965, a los setentay ocho aos de edad , y, cuando un gran artista llega a esta edad, en una poca como lanuestra sometida a rpidas transformaciones , suele ser el testimonio vivo de un momento pasado, al que aport su decisiva contribucin. La crtica moderna se apresuraahora a reconocer estas contribuciones, y losgrandes artistas no tienen ya que contentarsecon la idea de una gloria pstuma, sino queen sus ltimos aos pueden asistir personalmente a su historificacin, y ser celebradoscomo monumentos de s mismos.

    Tambin el viejo Le Corbusier ha recibidoeste tratamiento, y ha tenido que recibir multitud de condecoraciones, diplomas, doctorados honoris causa, para los que no ocultaba su fastidio. En realidad, mientras quelas autoridades y los acadmicos desplegaban sus homenajes convencionales, su obraha permanecido siempre en el centro de unaencarnizada polmica, hoy quiz suavizada ycomedida, pero no por ello menos comprometida.

    El objetivo de esta obra ha sido siempreclarsimo: no se trata de modificar la formade los edificios en el marco de la ciudad tradicional sino de inventar una nueva ciudad,independiente de las limitaciones pasadas.La bsqueda de nuevos standards para organizar las funciones de la ciudad moderna yde las variaciones de estos standards paraadaptarlos oportunamente a las eventualestransformaciones, constituye el motivo dominante de toda la actividad del maestro,desde la primera posguerra hasta hoy; todolo dems - l a elocuencia de las formas plsticas, el juego de referencias histricas y simblicas, la riqueza de las creaciones, la maravillosa facilidad y felicidad del montajevisual- son slo manifestaciones del tonoapasionado, confiado, altivo, con que lleva acabo su demostracin racional.

    Esta insistencia en el racionalismo y en elcarcter general de sus enseanzas le costla tranquilidad y el xito econmico: rehusel dej arse arrastrar a un mundo sup erficialy convertirse as en un artista sofisticado y

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    bien pagado, como los pintores y escultoresque cincuenta aos antes haban colaboradoon l en la subversin de los fines del arten la sociedad moderna.Le Corbusier, como Brunelleschi, estomprometido en una profunda transforacin cultural, por la que se opone a unaivisin del trabajo y a una tipologa de lasurbanas de la cual depende un nero inmenso de instituciones, hbitos e inereses creados. De ah la violencia de las

    Le Corbusier(como en su tiempo, contra Brunelleschi,una discusin sobre la cpulafue sacado a rastras por los ujieres de la aupor loco).

    En el discurso en el funeral de Le Coresta relacinla magnitud de su' aportacin y la inreacciones: Le Corbusier haalgunos grandes mulo s, algunos esn aqu y otros han muerto. Pero ningunoencarnado con un vigor como el suyo la

    de la arquitectura, porque ninha sido tan a fondo y tan pacienteinsultado.4Aceptado hasta 1930 solamente por unarestringida de amantes del arte, exde los programas de construccin psegunda posguerra , privado deurbansticas concretasel encargo de Chandigarh , slo ha po

    de carta blanca para realizarproyectos cuando su fama de artista esconsolidada, en virtud del arbitrio inque la tradicin concede a los artisDe ah la trgica dificultad de sus relasus propuestas, no imponerlasacto arbitrario, pero slo puede te

    r xito en la medida en que su prestigiopone por encima de toda discupuede apoyarse en la fuerza ex

    que surge de las muchas experienentre s, pero se queda solo parala coherencia de su trabajo; la so-

    4. Cit. en L 'A rchitettura, diciembre de 1965, p. 494.

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    ledad aumenta con el xito y pesa con amargura sobre su comportamiento humano, sobre todo en los ltimos aos de su vida.Conviene recordar las principales ocasiones perdidas de su carrera:

    La primera es la del concurso para el edificio de la Sociedad de Naciones, en Ginebra,en 1927. Su proyecto es premiado ex aequocon otros ocho. Implcitamente Le Corbusieres aceptado como representante del estilomoderno, el cual se alnea con los dems estilos retrospectivos. En la segunda vuelta LeCorbuser es rechazado y el encargo se encomienda a cuatro arquitectos acadmicos,que en su proyecto definitivo adoptan casiintegralmente las soluciones distributivas deLe Corbusier, disfrazadas con formas convencionales; Le Corbusier protesta, intentarecurrir a las vas legales, escribe un libropara desfogar su amargura (es la misma si-tuacin de Brunelleschi cuando participabaen el concurso para la linterna de la cpula,y deca de la maqueta de otro concursante:Haced e hacer otra y har la ma; Brunelleschi, de todos modos, gan el concurso).Le Corbusier ha dado con la solucin justa,que ha sido aceptada incluso por sus rivalesa causa de su intrnseco valor lgico, pero eljuicio no se refiere a los caracteres objetivosde la solucin, sino al estilo, es decir, a la variable subjetiva y, en 1927, el prestigio de LeCorbusier como paladn del estilo modernono era todava lo bastante fuerte como parainfluir sobre el jurado.Veinte aos ms tarde, Le Corbusier esllamado para representar a Francia en el comit de los diez expertos convocados aN ueva York para supervisar la proyeccindel Palacio de Naciones Unidas. Le Corbusier entra en contacto con Harrison, jefe dela oficina del proyecto ejecutivo, y preparaun esquema distributivo ntegramente aceptado por el comit; pero desde este momentoel comit ya no tiene poder, y la oficina deHarrison desarrolla por su cuenta el proyecto ejecutivo. Le Corbusier queda una vezms desilusionado y se desahoga escribiendootro libro.

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    Cinco aos despus, Le Corbusier es llamado, junto con otras cuatro celebridades(Gropius, Costa, Markelius y Rogers), paraformar parte del jurado del proyecto para elPalacio de la UNESCO, en Pars. El encargoinicial haba sido confiado a Beaudouin, quehaba preparado un proyecto y numerosasvariantes, todas ellas inferiores a la importancia del tema. La comisin de los cincovuelve a poner en discusin tanto el nombredel proyectista como el terreno a escoger. Ycuando es invitada a proponer un nombrenuevo, los cuatro colegas de Le Corbusierasumen la responsabilidad de indicar el nombre de ste como nico proyectista posible,pasando por encima de la prctica convencional que prohbe a un jurado escoger a unode sus miembros. Precisamente el culto a laprctica convencional ha dejado sin efectoesta indicacin, y el encargo se confa a otrostres arquitectos, que han realizado el malogrado edificio de la Place de Fontenoy. Estavez Le Corbusier no se ha prestado a ofrecer indicaciones sin poder intervenir luegoen su desarrollo, y ha dejado caer, ante loshechos consumados, esta amarga declaracin: Cuando el primer proyecto nos fuepresentado y fijado en la pared, me hice lasiguiente reflexin: "Hay dos mtodos detrabajo: el primero, cuando los proyectos estn en la pared y las manos en los bolsillos,y el segundo, cuando los proyectos estn sobre la mesa y el lpiz en la mano. Por miparte ruego que se opte por la segunda solucin" 5

    Cuando se le confa por primera vez, a lossesenta y tres aos de edad, un encargo deimportancia proporcionada a su dilatadocompromiso terico - l a realizacin de unanueva ciudad de cien mil habitantes en la India - Le Corbusier traza el plano general,ejerce un dbil control sobre sus colaboradores encargados de desarrollarlo, pero sereserva el proyecto de una zona con los cuatro edificios destinados a las funciones de gobierno y, en 1957, puede escribir: La com-

    5. Cit. en Casabella, n.o 226, 1959, p. 8.

    La arquitectura en la crisis de.fin de siglo

    poslclOn del Capitolio, por vasta que sea,est regulada hoy con una aproximacin decentmetros en cualquiera de sus dimensiones de conjunto y de detalle.6 ste es elnico conjunto de gran tamao cuyo proyecto y ejecucin ha conseguido Le Corbusier dirigir hasta el final; la supervisin detodo el abanico del proyecto, desde la urbanstica hasta la arquitectura, es, de hecho,el nico medio para que la obra realizada sedemuestre por s misma, superando las dificultades del coloquio planteado en el cursodel proyecto. Pero Le Corbusier muri sinhaber podido terminar su ejecucin y ha dejado escrito su deseo de que el proyecto delCapitolio se tradujera ntegramente a la realidad. (Brunelleschi haba incluido en su testamento la peticin de que la linterna de lacpula tal como estaba en la maqueta fuerafabricada , y como haba puesto por escrito.)Tambin la mayor parte de sus modelostericos son rechazados antes incluso de sercomprobados experimentalmente.La idea de la unir d 'habitation nace en1909 y queda concretada por vez primera en1922, en el proyecto del immeuble-villas.Pero en los veinte aos siguientes, Le Corbusier no muestra inters por desarrollareste tipo de construccin y propone el rdentcomo alternativa al tejido urbano tradicional, sea cual fuere el tamao de la intervencin. Tambin en el rea del ilat insalubre de1936 coloca dos porciones de rdent que, tericamente, podran prolongarse por el restode la ciudad, de la forma que se hace evidente el contraste entre el nuevo y el viejotejido urbano. El concepto de la unir se concreta despus de la guerra, cuando la investigacin precedente sobre la normalizacinde las viviendas topa con la nueva investigacin sobre la reagrupacin racional de laviviendas, respecto a la gama de servicios comunes; la unidad de 1200-1500 habitantesaparece como el organismo ms pequeo enque sea posible la integracin de las viviendas con algunos servicios primarios - los

    6. Vase supra, cap. XXI, nota 16.

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    11-+:->. eVUX. el co nve nIo de La Tourellc (llJ:'i2-llJ6())

    1149. Firminy, la Casa de la Cultura (1961-1965)

    prolongements du logis- y constituye laclula fundamental del nuevo tejido residencial , en la cual se hace posible una integracin con los servicios secundarios y terciarios.En este modelo se basan los planes urba

    nsticos de la primera posguerra, para SaintDi , Saint-Gaudens y la Rochelle; finalmente Le Corbusier obtiene del ministro Petit el permiso para realizar en Marsella unaunir modelo, construida entre mil dificultades , entre 1947 y 1952. Pero la unir es aceptada como un edificio singular y no como unprototipo de un nuevo tejido urbano. El edi ficio se cita en las guas tursticas de la ciudad, est sealizado por carteles indicadores,como los monumentos del pasado, con elnombre de cit radieuse: la ciudad, por elcontrario, es la misma de siempre, las habi-

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    tuales casas se apian alrededor del parquede la unir.Luego, en Nantes, en Berln, en BrieyenFore se repite el mismo equvoco; la unir seacepta siempre como una excepcin, debequedar privada de los servicios comunes, osea integrarse en un barrio suburbano detipo normal, como se ha previsto en Briey.La unit como organismo repetible, integrado en hn sistema ms amplio y ligado atoda la gama de servicios urbanos, es un modelo que se ha quedado en el papel, del quepor ahora todava no se ha intentado haceruna seria experimentacin concreta.Las ltimas obras: el convento de la Tourette (fig. 1148), el centro cultural de Firminy(fig. 1149) Y el proyecto del Hospital de Venecia (figs. 1150-11 51), realizado a los 75aos de edad, son oportunidades al margende los grandes programas urbanos, al igualque las casas de los aos veinte. Le Corbusier despliega en estos proyectos todos losrecursos de su talento inigualable, conscientede poder demostrar slo retrospectivamentelos recursos de una arquitectura inactual, nims ni menos de entonces: pero con una conciencia distinta, que se revela en la simplificacin tecnolgica, en la expeditiva esencialidad de los detalles, en la austeridad visual.Este desapego es cada vez ms perceptiblecon el transcurrir del tiempo y las frgilesconstrucciones o las hojas de dibujos no ejecutados nos aparecen como muy lejanas:pero somos nosotros los que hemos abandonado este nivel de bsqueda.

    Conviene detenerse en el hospital veneciano. Para la realizacin de este edificio enla zona del antiguo matadero de San Job, enpleno centro histrico, se decret un concurso del que salieron varios proyectos absurdos e irrealizables en un ambiente tan delicado. Despus ha llegado Le Corbusier,que ha aceptado el encargo y, naturalmente,ha creado la solucin justa, inevitable. Nopuede construirse en altura, ha observadoinmediatamente, y ha inventado un hospitalhorizontal en el que todos los enfermos estnen una nica planta - l a ltima-, habiendo

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    ,1151. Maqueta del Hospital de Venecia, Le Corbusier (1964)

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    dispuesto que la luz llegara a cada una de lashabitaciones individuales y que la vista de lalaguna animara las salas de reunin. Estaplanta (dentada por las claraboyas que capturan la luz) se halla suspendida a una docena de metros sobre el nivel del agua, sobreuna serie de pilotis, y bajo ella se han dispuesto los servicios tcnicos del hospital; laboratorios , quirfanos, despachos, almacenes , etc., que ocupan solamente una partedel amplio espacio porticada.As, la parte estable del organismo hospitalario - los alojamientos de los enfermos,que dependen de las exigencias individualesy colectivas de las personas, ya conocidas yanalizadas desde el principio- forma laparte estable del cuerpo del edificio, es decir,la planta superior habitada. Todo lo dems,que est destinado a cambiar rpidamentesegn la evolucin de la tcnica mdica,puede distribuirse a voluntad en el espaciomucho ms amplio del prtico subyacente.

    Tal rigor de planteamiento no deja espacio a las reacciones individuales del proyectista y, de hecho, el hospital no acusa enmodo alguno las ansias o las desilusiones delviejo maestro: slo la serie de las variantesrealizadas despus de 1965 junto a su co

    laborador Jullian, y cada vez menos coherentes, en el intil intento de vencer lasdificultades burocrticas- revela el irremediable desapego de la situacin contempornea.En los ltimos escritos, el maestro mira derente esta realidad sin subterfugios pero sinamargura. No se hace ilusiones sobre la sinceridad de los parabienes recibidos: sabe quela sociedad permanece hostil a su trabajo y,naturalmente, mantiene la actitud anticonformista tomada al inicio de su carrera; perono insiste con el tono de antes sobre propuestas particulares: es tarde para polmicasespecficas, reservadas a otros que tienenms tiempo por delante. Le Corbusier debe

    cerrar sus cuentas y por eso abrevia su discurso, ansioso de poner de manifiesto loesencial, la leccin definitiva recabada delconjunto de su obra.

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    En el Prefacio del sexto volumen de laOeuvre complete -escrito el 21 de septiembre de 1956-, intenta por vez primera expresar el aspecto interno de su experiencia atravs de los ttulos de tres libros en proyecto, pero que no escribi:

    1) Fin de un mundo: liberacin.2) El fondo del saco.3) El espacio innombrable.Esto indica la atmsfera que un hombre puederespirar, cuando est encerrado por toda clase detrabajos, de invenciones , por la pirueta impecablee implacable de la proporcin, de la funcin , deldestino y de la eficiencia.Supone ya una suerte peligrosa haber podido

    cumplir, a lo largo de las sucesivas jornadas de 24horas, que son el pan cotidiano de una vida, losactos necesarios que llevan al fin de una carrera:direccin exacta, regularidad y constancia del esfuerzo, minuciosidad y exactitud del gesto, distribucin del tiempo, moral inquebrantable .. Seoras y seores, el fondo del saco consiste en elhecho de que, una vez acabado todo, pagado o nopagado, ganado o perdido , el objeto que se presenta produzca una emocin tan fuerte e intensa(de vez en cuando, en los das privilegiados) comopara que pueda ser calificada de innombrable, vocable con el que se quiere indicar una de las vasde la felicidad y que no es traducible, cosa curiosa,en algunas lenguas.7

    En 1964, cuando se reimprime su libro LaVille Radieuse, Le Corbusier aade estaapostilla:He corregido las pruebas de la reimpresin deeste libro escrito entre 1931 y 1933 Ypublicado en1935. Bueno , Mr. Le Corbu, enhorabuena! US-ted ha planteado los problemas de dentro de cua

    renta aos, hace veinte aos! Y vaya abundantey continua racin de patadas en el trasero que lehan dado!Este libro contiene una imponente cantidad deplanes urbansticos completos, minuciosos, quevan desde el detalle al conjunto, desde el conjuntoal detalle. Y le han dicho: No! Le han tomado

    por una locura! Gracias! Ustedes, seores del

    7. Oeuvre complete 1952-1957, p. 8.

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    No, no han pensado nunca que en estos planosla pasin entera, desinteresada, de una lo largo de su vida se ha ocupadode su hermano hombre, de manera fraternal ?cuanta ms razn tena, ms estorbaba las

    por tramar. Estor... etc.8Un mes antes de su muerte, en el verano, el viejo maestro ha escrito una serieapuntes, publicados en parte en el ltimode la Oeuvre complete, dedicados as obras an en curso: un testamento desorsolemne y revelador:Tengo 77 aos y mi moral puede resumirse as:la vida es necesario trabajar; es decir, hacercon modestia, con exactitud, con precisin.

    para la creacin artses la regularidad, la modestia, la continuidad,perseverancia. .La nica cosa transmisible es el pensamIento,parte noble del fruto del trabajo. Este pensallegar a ser, o no , una vlctona sobredestino ms all de la muerte y asumir, quiz,dimensin imprevisible.9

    Con estos distintos acercamientos Le Corque sigue pero no personal, es de, una propuesta comunicable universal, abierta a los retos de un futuro descombinaciones de ayer y dehan vencido la prueba y de hecho los

    pueden reconocer supeligro, despus de haberlo conen inofensivo; pero l nos ha enseque no siempre ser as. La demostrairrefutable es una simpleal mundo de las calidades que se en

    Sus obras, realizadas o no realizadas,mundo descar, pero no inalcanzable.

    8. Op. cit., p. 347.9. Oeuvre complt?te, vol. VIII, p. 170.

    La arquitectura en la crisis de fin de siglo

    En 1969, con pocos meses de diferencia ,fallecieron los dos maestros alemanes exiliados en Norteamrica , Gropius y Mies vander Rohe. Mies era en apariencia el ms sofisticado y mimado de los grandes personajesde la arquitectura: todas sus propuestas tericas - el rascacielos de acero y cristal, lacasa con patios interiores abiertos, la gransala sin pies derechos sostenida por una estructura externa- han sido puestas en prctica y rinden perfectamente en una serie deexperimentos posteriores. Casi todo lo quequera hacer se ha hecho, y ms de una vez,y puede ser mostrado como realidad concreta. El Illinois Institute ofTechnology, quelo llam como profesor hace treinta aos,hoy se ha transformado a su imagen y semejanza; los cursos, los trabajos de los estudiantes, los ed ificios del campus proyectadospor l e incluso los proyectados por o t ~ o s- l a biblioteca y el Hermann Hall, de Skldmore , Owings & Merrill (fig. 1152)- se realizan como l deseaba.

    En los ltimos quince aos, Mies, a diferencia de Le Corbusier, alcanz un xito indiscutible, recibi numerossimos encargosque regularmente llev a trmino, encontrando la frmula organizativa exacta parahacerles frente: no agrand su despacho profesional, sino que ha colaborado con algunosde los ms grandes estudios tcnicos norteamericanos, presentndose como intermediario y rbitro en las difciles relaciones entrestos, los clientes y los constructores. De estamanera no ha renunciado a su libertad personal y ha podido concentrarse en su seleccin esencial, resolutiva. Encuentra inclusola manera de estar presente despus de sumuerte; de hecho, su estudio -dirigido porsu sobrino Kirk Lohan juntamente conBruno Conterato y Joseph Fujikawa- estcapacitado para completar los proyectos iniciados e incluso para reproducirlos en otroslugares (por ejemplo, en la Nun 's Island deMontreal), sin una prdida apreciable de sucalidad.

    El repeta su lema: less is more, menos esms. De hecho era capaz de reducir cada

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    1152. Chicago, el campus delllT, con la Crown Hall y lo s nuevos edificios de L. Skidmore, N.A. Owings & 1.0. Merril,n el marco del centro cvico

    roblema a su mnima expresin, a lo esen-ial, renunciando a aquel ms que los ar-quitectos siempre han puesto en los edificiosque sirve para distinguir sus decisiones deas decisiones de los clientes, de los cons-ructores y de la organizacin que desarrollal proyecto constructivo. As estaba en gradoe coordinar y controlar, con rigor lgico, to-as las operaciones concurrentes a la reali-de un edificio, manteniendo invaria-

    que no haba motivo de, y variando solamente aquellas quea las nuevas exigencias deEl tema ms extensamente estu-iado es el del edificio alto, el rascacielos,

    una idea ya de moda hace cincuenta aos;pero , qu extraordinarias innovaciones in-troduce! El rascacielos tradicional es unatorre siempre igual en su organizacin in-terna y siempre distinta en su realizacin vi-sible; los edificios altos de Mies van der Roheson siempre iguales en sus elementos cons-tructivos (los paneles de cristales de altura, invariable -igual a la del plano- y de an-chura apenas variable de uno a otro caso),pero diverssimos en su distribucin: apre-tada o dispersa, con plano libre a nivel delsuelo o sin l, continua cuando se necesitanpara cerrar una , dos o tres filas de habitacio-nes, aislados o agrupados en conjuntos. Es

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    toda una completa gama de organisexigencias de la ciudady para insertarse en la ciudad tra en cada caso particular.

    De todo ello se desprende la irresistible inincluso aquellos a quiegusta su arquitectura y que no estngrado de continuar su rigurosa investigadeben aceptar sus modelos, tan sencillosclaros que reparten soluciones obvias, obli

    deber partir de la caque Mies ha establecido.La discreta pero irresistible eficacia didcsu trabajo -paralela y complemenxito publicitario- comienza exacSeagram Building y hasta hoyha ido convirtiendo en una realidad evien los edificios en serie de Norteay del mundo.Las caractersticas volumtricas y cons, torcidamente inter, en un primer momento, como graexhibiciones de riqueza, han servido,

    r el contrario, para esclarecer dos problegenerales de los edificios urbanos altos.1. El desplazamiento hacia atrs del edila alineacin de la Parky la plaza que lo rodea no slo soniones para singularizar un volumen ais, sino que tambin contienen una crticatradicional (desdea Lescaze, desde Harrison y Abra, en la Lever House, que, que surge dezcalo que ocupa toda la superficie de la, repitiendo en su base la continuidadcalle-pasillo; Mies tiende, en cambio, atorre del tejido urbano , comose tratara de un antiguo campanile (elms evidente es el Empire Stateabsurdamente fuera de escala resa su parcela, por el absurdo deseo deperfil de Manhat

    Mies, disponiendo de testa de una man, reagrupa los escasos ambientes suplenecesarios en los pisos bajos en los, que se adosan a los edifi-

    La arquitectura en la crisis de fin de siglo

    cios adyacentes, y hace arrancar directa- ,mente desde el suelo el prisma del rascacielos, ponindolo en contacto con el espacio dela parcela, transitable y abierto; desaparece,as, incluso, la distincin entre parcela y calle , y la red viaria ochocentista ya no se proyecta en alzado, reducindose a un dibujopara distribuir un nico plano libre en zonaspara vehculos y peatones (figs. 1153, 1154).

    Este mismo planteamiento se ha repetidoen otras muchas iniciativas ms recientes.Skidmore, Owings & Merrill, encargados deconstruir las nuevas oficinas de la ChaseManhattan Bank en dos manzanas adyacentes en la City, han propuesto a sus clientestres soluciones: ocupar la primera manzanacon un tradicional volumen escalonado; ocupar ambas manzanas con dos volmenes,combinados entre s, o fusionar ambas reaspara formar una plaza peatonal, concentrando el volumen edificable en una torreaislada sobre pi/otis (figs. 1156-1159). Se haoptado por la tercera solucin, repetidas porlos SOM y por otros en los terrenos contiguos; as, junto a las calles enterradas de laCity, se est abriendo un nuevo espacio C-vico, formado por plazas peatonales en terraza, transitables en cualquier sentido y dominadas por los prismas areos de losedificios direccionales.

    2. El curtain wall del Seagram, construidoen bronce y vidrio atrmico de color marrn,confiere al enorme prisma recto un brillo excepcional, precisamente gracias a la renunciaa cualquier contraste de color entre el dibujode la estructura metlica y los lienzos vidriados, que tienden a confundirse en grandesplanos opacos, de tonalidad uniforme.Mies ha acertado, as, con la convenienciade atribuir a los edificios altos un acabadomonocromo y opaco, que realza el volumen,acabando con los contrastes entre los diversos recuadros metlicos, usqdos tambin ensus propios edificios de Chicago anteriores a1955. Pero este resultado puede obtenerseigualmente con el hierro negro y el vidrioatrmico de color gris, de calidad ms corriente, empleados precisamente por Mies

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    sus ltimos edificios de Chicago, de Baly de Toronto , an en construccin enmomento de su muerte.La simplificacin de la textura pone de rey persuasivamente, las va

    en elCenter de Chicago, que ocupa unay media del Loop , pero que abrelos bloques tradicionales un espacio inbasado en la libre yuxtaposicin deedificios heterogneos: un cuerpo de fapo

    en el suelo y ocupado por una nicaque apenas se distingue de los esa la pantalla de

    acristaladas; un edificio de medianapara las Cortes federales, de casi 35profundidad y que permite distridos hileras de oficinas a lo largo de lay las salas de audiencia, con una alde dos pisos, en la zona mediana, as queorganizacin interna se engloban un bloque compacto; un edificio de gran

    para las oficinas normales que, por el, tiene muy poca profundidad y socomo un diafragma translcido entreedificios de los alrededores, marla escala de la ciudad contempornea.a atraccin entre los tres edificios amplaescala del conjunto, que parece enormela inesperada libertad de movi

    en muchas direcciones; incluso lasvecinas - entre las cuales, elde Root - son atradas hacia el

    espacio y se perciben desde puntos deinslitos, adems de las posiciones oblide lado de la reja decimonAs toda la zona del centro de la ciudadtransformada, y la riqueza de las nue

    de las habituales fachaalineadas a lo largo de las calles.El mismo juego se repite en los conjuntosToronto y de Montreal, donde las platade base engloban un gran nmero dede locales comerciales; todo estodesarrolla por debajo de la planta-galera,y transitable en todas las direcciones,

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    mientras que los volmenes de las oficinasquedan suspendidos en el aire; slo las entradas acristaladas interrumpen con sus diafragmas transparentes el espacio libre, parcialmente enlosado y, en parte, verde, obrarealizada con magistral ligereza por el paisajista y habitual colaborador Alfred Caldwell (1903).En las construcciones de Lafayette Park

    en Detroit, la composicin se dilata en escalapaisajista y adquiere un ulterior respiro. Losdistintos edificios - las casas alineadas, lascasas altas y los servicios colectivos del modelo de Hilbersheimer- se levantan entreenormes espacios verdes, y la baja densidadpropia de las periferias norteamericanas seconcreta por vez primera en un ambiente organizado.En el mismo ao 1969, Mies pudo termi

    nar en Europa una de las ltimas obrasmaestras norteamericanas: la Galera Nacional de Berln Oeste, una nueva y perfecta variacin de la gran sala aislada, proyectada enotras ocasiones para el teatro de Mannheimy el Convention Hall de Chicago.La Galera Nacional forma parte de unnuevo centro cultural en curso de realizacin

    en Berln Oeste, cerca de la Filarmnica deHans Scharoun y de la Biblioteca Nacional,tambin de Scharoun.Estos edificios son en cierto modo monumentos; resuelven ciertos problemas concretos con un sobreaadido de elaboracin formal, en el que encuentran sitio las ideas del

    proyectista, aunque sin condicionar completamente la organizacin del equipo y delinmueble una vez terminado. As, resultainevitable una reparticin de las responsabilidades: algunas cosas las deciden losproyectistas, otras son decididas por los directores de los trabajos, por los encargadosdel control, por las empresas constructoras ypor los proveedores. Esta reparticin puedeser razonada en vistas al resultado, o bienimpuesta por el anterior sistema de intereses; en este segundo caso el proyectista pasaa ser el estilista, el encargado de modificar laforma aparente de un producto ya definido,

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    ,1154,1155. El Seagram Building de Nueva York (arriba, a la derecha yen la pgina siguiente) comparado con elascacielos de Cristal proyectado por L. Mies van der Rohe en 1921 (arriba, a la izquierda)

    El Chase Manhattan Building de Nueva York, con las tres so luciones volumtricas presentadas por L. Skidore, N.A. Owings & J.O. Merril a los clientes

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    no para mejorar un servicio a los usuarios,sino para hacerlo aceptable a los consumi-dores, es decir, para sustituir una oferta ra-zonada por una oferta impuesta, una falsifi-cacin que da ventajas a los contratistas.El sistema de trabajo de Mies van der

    Rohe convierte todo ello en imposible . Susobras, e incluso esta Galera, no complicansino que reducen los elementos constructi-vos a la forma ms elemental. Para cadatema l establece un menos en la organi-zacin espacial que hace posible un ms enel control de la forma y de la distribucin. Eneste caso, la reduccin al menos del orga-nismo del museo es particularmente persua-siva. El museo es un lugar donde ciertos ob-jetos apreciados se conservan y se muestranal pblico; la conservacin reclama espacioscerrados e independientes; la presentacin,espacios abiertos y de fcil recorrido, demodo que estas dos exigencias tienden a dosresultados constructivos diversos: un alma-cn, o bien un recorrido libre en un espaciocomn. Mies ha resuelto el problema distin-guiendo:

    1. Una zona en la que prevalece la pri-mera exigencia: el basamento que apenas so-bresale del nivel del suelo contiene un museode tipo tradicional, adems de los servicios ylas instalaciones, con las salas de exposicinseparadas libremente por medio de panelesmviles e iluminadas y aireadas artificial-mente (aunque todo un lado est abierto pormedio de cristales a un jardn a su nivel, le-vemente encajado en el terreno y reservadoal reposo de los visitantes) .2. Una zona en la que prevalece la se-gunda exigencia: la planta construida sobreel basamento, libre de obstculos opacos, seha dispuesto como una seccin del espacioexterior, en la que de modo fijo o giratoriose hallan expuestos los objetos ms impor-tantes.As, lo que tradicionalmente se consideraun edificio se desdobla en dos realizaciones:el primero solamente es un detalle de la sis-tematizacin del terreno y no se presentacomo un edificio independiente; el segundo

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    , el Federal Center con el edificio del Tribunal Federal de Justicia (L. Mies van der Rohe, 1960)

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    . 11 6) . l) c lroil. Lara vell t: Park (1 9)) -1% ))

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    slo es una cubierta que individualiza en elpaisaje ciudadano - abierto y despejado- ,en primer lugar, un espacio cubierto yabierto y, luego, un espacio cubierto y cerrado por cristaleras, es decir, protegido delas variaciones del clima y adaptado a la conservacin de obras de arte. Pero los tres espacios estn comunicados y libremente laspersonas pueden recorrerlos con la mirada ofsicamente. La cubierta es cuadrada, lo queno sugiere ningn eje preferencial, ni por elcontorno ni por la textura, de nervadurascruzadas; las pilastras no estn en los ngulossino en otros puntos intermedios, a fin de noindividualizar un volumen. A la sencillez dela envoltura corresponde una riqueza de posibles maneras de aprovecharla: ante todo,dos itinerarios distintos, para los visitantesespecializados -que descienden a la plantainferior- o para los de inters no especfico,que permanecen en el espacio superior; ade

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    ama de experiencias, desde la visita mia hasta una simple ojeada.Esta arquitectura slo aparentemente esxtraa a las contradicciones del crecimiento, que cada vez son ms graves.Las realizaciones que forman el ambienteatisfacen algunas circunscritas exis funcionales y, adems, con otras casticas que se consideran acertadas asuperior -artstico, figurativo- , inuna serie de opciones incontrolaes. Identificando los dos niveles, desapae la condicin tcnica de esta alienacin

    La arquitectura en la crisis de fin de siglo

    de la arquitectura, se desmonta la mscaracultural de la represin urbana. En efecto,las partes comprometidas en la realizacinde un edificio estn obligadas a ponerse deacuerdo en un nmero limitado de responsabilidades comunes, y a confrontar continuamente su responsabilidad en el caso concreto; de este modo no puede darse ladivisin de las funciones predispuesta por laclase dirigente para confiscar en gananciapropia la libertad de la investigacin (O bienpuede nacer otra, independiente de la tradicional, y creada en beneficio de los usua-

    ,1167. Berln, la Ga lera Nacional. Vi sta desde la calle y desde e l interior de la sa la, con la biblioteca de H. Sharounl fondo

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    6). La Ga lera Naciona l de Berln. Pl anta con los ed ili cios de los a lrededores

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    El proyectista est finalmente en po-n ventajosa para dirigir la confrontacin, es, para mediar correctamente en la re-entre stos y los usuarios; las fuerzas, pero puedenrse abiertamente.La simplificacin del proceso se traduce en. La cubierta, no ma-

    ; propone un sencillo paso entre el es-modo como aqul se realice. Nointerpretar una situacin hu-

    os ar--y mucho menos la situacina ciudad dividida en dos trozosr un muro con centinelas-, como quizscharoun con sus atormentadas,

    en este espacio dramticoque

    en

    La desaparicin de Gropius sugiere con-ha fallecido, a

    de edad, el maestro de to-, el que era considerado -sobre cual-de tendencia-

    .No era el mejor arquitecto de nuestro. Hoy, con la perspectiva que da el, vemos que la contribucin funda-para la creacin de la nueva ciudad

    Pero Gropius ha contri-otro a lograr que la

    de los arquitectosde la grandeza individual, sino la. Este cambio de direccin - e s decir, el, racional, objetivamente

    es la gran obra de su vida; comoos cambios importantes, es slo el ini-de ideas y de hechos,

    La arquitectura en la crisis defin de siglo

    en gran parte an bloqueados o retardadospor la resistencia del perodo precedente.

    Para comprender la entidad de la trans-formacin por l iniciada hace falta recordarlas condiciones de sus inicios en la Alemaniade 1910. Hijo de un acomodado funcionarioberlins, Gropius pertenece por carcter yeducacin a la sociedad alemana de fines desiglo, tantas veces descrita por su contem-porneo Thomas Mann: rgida, competentey agobiada por una infinita bsqueda senti-mental. Es el momento en que las experien-cias de las vanguardias artsticas europeasadquieren la mxima aceleracin; la indus-tria alemana en pleno desarrollo ha adop-tado la tpica estructura concentrada quepermite grandes gastos de representacin, ypor tanto una generosa proteccin de los ar-tistas; la direccin poltica aplica ya los cri-terios de una planificacin centralizada enmuchos sectores de la vida civil, y posee talesmrgenes de control que permiten anloga-mente hacer un sitio a los intelectuales en elaparato dirigente.

    Toda la primeta parte de la obra de Gro-pius hasta 1914 se desarrolla en esta zona decontacto entre la vanguardia artstica, la granindustria y el aparato estatal. El no enjuiciaesta combinacin, aparentemente inamovi-ble, que constituye la forma ms reciente deun antiguo compromiso entre el arte, la pro-piedad y el poder, el mismo sobre el que sebasa la organizacin de la ciudad burguesa;sus interlocutores son los mismos de Behrensy de los artistas ms ancianos: Muthesius , or-ganizador del Werkbund, Rathenau, presi-dente de la AEG. Gropius solamente aportaa la discusin terica y al planteamiento untono distinto, discreto y razonable. Las obrasde aquellos aos se disean como elementosindustriales, sencillos y acogedores, lo menossofisticados posible en su apariencia formal.Representan la lgica de la industria pero nola celebran con los acentos agresivos tpicosde las obras de Behrens, cargadas para no-sotros de siniestra anticipacin.

    La guerra interrumpe su afortunada ca-rrera y su seguridad ideolgica. Gropius se

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    la incertidumbre

    dado cuenta de que la vigente combinainstitucional no poda aceptarse una vezpunto de partida, sino que debar criticada empezando por su presupuestodecir, la clasificacin de arte, tc

    y poltica como sectores seEra necesario desarrollar un nuevode arquitectura como compromiso

    de losy no de la organizacin ya deterpor el aparato dirigente. Este camel pro

    de un pequeo grupo ni agotarse ena polmica momentnea , sino que deba

    en una bsqueda comn, contiUna nueva responsabilidad dea las ambiciones y aspirade los individuos y de los grupos,

    en una batalla estructuralde todos los ciudadanos.

    Con este propsito Gropius funda en 1919tentativa, atacar el sistemadesde el interior de una institucin p era en aquellas circunstancias insoste

    adems abarc un tiempo brevsimo,de acabar la inflacinde la crisis econmica (1929).Pero bast aprovechar aquel breve mo

    de respiro para efectuar un experidecisivo, cuyo valor poltico va muchoEn efecto, en un campo msde la Bauhaus como punto dedel debate internacional es desde

    inicio incalculable; por primera vez una esno trabaja para excluir, sino para acepr y aglutinar un gran nmero de experien

    en curso.Gropius prosigue esta misma tentativa porcomo director de la Bauen Berln y descomo profesor en Harvard, hasta ellte de edad, y entre tanto como animador

    un grupo de ex alumnos, con quienesun grupo estable de proyectacin.No todos los proyectos que llevan su firman de alta calidad ni manifiestan claramentemano. Pero despus que los mejores ta-

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    lentos -durante generaciones se haban esforzado en distinguirse al mximo, asemejarse slo a s mismos, crear una pequeacultura fundada sobre su biografa-, Gropius ha entendido que haca falta encontrarun terreno de contacto, aglutinar los esfuerzos de muchas personas para resolver losproblemas cada vez ms amenazantes denuestra sociedad.

    En sus ltimos escritos insiste con calma,sin ilusiones y sin concesiones, en sus ideasde 1919: ideas archisabidas, pero que expuestas por l tienen una singular capacidadpersuasiva:,

    De conformidad con los cambios que se van verificando, la sociedad est obligada a expresar lapropia imagen segn un especfico orden visivo,slidamente fundado en un cdigo tico queaquella misma se ha impuesto .. En la agitacin denuestra poca a menudo se pierde de vista elarraigamiento y consolidacin de nuevos principios estables. Aplaudimos el efecto-sorpresa denuevas maravillas arquitectnicas y pasamos poralto la paciente y constante bsqueda de soluciones fundamentales dignas de crecimiento, desarrollo y repeticin. Nos malgastamos en contribuciones personales de naturaleza ms o menosbrillante, que despus no consiguen encontrar unarmnico insertamiento en una arquitectura social cvica y planificada, que pueda explicarse deforma menos personal pero que responda ms alas exigencias de la colectividad ..La batalla por la unidad ahora est casi del todoperdida; pero corremos el riesgo de perder algoms si no encontramos el valor de levantar la voz,lo ms sinceramente posible, en favor del problema crucial que cada urbanista tiene que afrontar: la obstaculizacin a la racionalidad del desarrollo urbano, representado en la propiedadprivada de las zonas.

    Una solucin inicial est representada por elderecho pblico a la expropiacin, derecho que,sin embargo; se viene aplicando con extrema parsimonia, incluso cuando estn en juego los intereses comunes. Es obvio que la propiedad colectiva de las zonas constituye una premisa indispensable para una labor amplia y duradera en larenovacin de las zonas urbanas. O

    10 . Civilti delle machine, n .O 4, 1964, p. 76.

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    A l se debe en gran parte que las obraslos maestros de su generacin -Le Cor-Oud , Aalto, Neutra, May y tantos, en lugar de excluirse y agotarse enserie de pequeas revoluciones locales,podido sumarse y formar un movi-duradero que ha comenzado a cam-las cosas en todo el mundo. En esteha jugado la vida, re-tal vez a cultivar su talento per-

    en la ltima primadel firmamento artstico en el que ha-.La fuerza demostrativa de Gropius, devan der Rohe y de Le Corbusier -cadadistinto campo de trabajo-, es elde la acumulacin de muchos aos decontracorriente. La entidad de su es-mide considerando la inmensa di-

    entre el punto de partida y el de lle-los tres maestros empezaron a, hace cincuenta aos, se estaba de-la batalla entre la arquitectura, sujeta a las limitaciones de los es-, y la arquitectura de vanguar-, que quera liberarse de esta sujecinla libertad de las opciones arts-, es decir, la prerrogativa que la culturauna castaespecialistas para tenerlos alejados de ladecisiva en la organizacinla ciudad. Muchos otros han desperdi-lucha ficticia, acep-los trminos de un razonamiento ya

    , en beneficio de la clase dirigente., Mies y Le Corbusier han sabido re-planteamiento y comenzar debsqueda de una alternativa para latradicional. Haciendo nuestro el lema .que hace cincuentala arquitectura era el conjunto de todoms, tan variado que satisfaca todas lasy tan abundante que pareca ina-Con paciencia inflexible los tres

    han trabajado en desmenuzar esta

    La arquitectura en la crisis de/in de siglo

    Las personas que han puesto en movi-miento este cambio histrico - e l ms im-portante en la arquitectura desde el Renacimiento- han conseguido tambin enve-jecer de modo distinto a los dems. Ellos-como Brunelleschi, Donatello y Alberti ensu t iempo- fueron educados en un deter-minado sistema cultural y, sin embargo, pro-movieron otro. Esta combinacin -que en -contramos tambin en sus contemporneos,los msicos Schonberg, Hindemith y Stra-vinsky- produce un resultado irrepetible:un cambio histrico decisivo para todos coin-cide con una vivencia personal, y la multi-plicidad de sus desarrollos encuentra ape-nas un lugar en una vida, por larga y activaque sea.

    Le Corbusier con 78 aos y Mies van derRohe con 83 siguen siendo no slo los msrespetados, sino literalmente los mejores.Luego no aparece ninguna obra de un nivelcomparable a sus ltimos trabajos y tampocose dispone ya de un arbitrio persuasivo comoel de Gropius. La presencia de todos ellosgarantizaba en su tiempo la unidad culturalarquitectnica, porque siempre se poda es-perar la prxima aportacin, capaz de anti-cipar las exigencias comunes. Luego esta po-sibilidad desaparece y la coherencia de labsqueda -n o recuperable con los mani-fiestos , las declaraciones y las agrupacionesdebe garantizarse por medio de un trabajoms cauto y ms limitado, que an hoy pa-rece necesario para mucho tiempo.

    3. El desafo de la gran dimensinLa reconstruccin de la posguerra con-cluye con un perodo de desarrollo econ-mico y social que, en Amrica, se manifiestaya en los aos cuarenta y, en el viejo conti-nente, en los aos cincuenta. Los aconteci-mientos arquitectnicos de este perodo ya

    se han descritos en los captulos XVIII (res-