7/31/2019 CAM SE VA DE CACERA (historia 12)

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CAM SE VA DE CACERA

Cam se apoy en el rbol de madera rojiza y cogi un cigarrillo de su pitillera de plata. En elborde del bosque, estaba fuera de la vista de la terraza de La Escuela de la Costa, en donde losNefilim se dedicaban a otro de sus intiles proyectos de clase. Poda vigilar desde ese lugar.Poda protegerla sin que ella lo supiera.Una rama se rompi tras l y Cam se volvi hacia atrs con los puos cerrados y el cigarrilloentre sus labios. Interesante. Era una de las hembras, sola. No tena sentido que estuviera all,al otro lado del rbol. Su arco de plata no estaba ni siquiera en posicin.- Tienes fuego, Proscrito?La chica parpade sus ojos blancos, lo que hizo que Cam sintiera nuseas y casi un poco de

lastima por ella. Casi.- Los Proscritos no juegan con fuego dijo ella con voz vaca moviendo sus plidos dedoshacia el interior del bolsillo de su abrigo marrn- Ese siempre fue el problema de los Proscritos no? Cam se haca el relajado. No tenaintencin de alarmarla. Eso solo hara que lanzara la flecha estelar ms rpido. Chasqueo losdedos, encendiendo una pequea llama y luego llev los dedos hacia el cigarrillo.- La estas espiando La chica levant la cabeza rubia por encima de la terraza, donde estabasentada Lucinda en un banco, vindose sorprendente con un suter de color rojo-rosa y con elcabello recin teido. Estaba hablando con algn amigo Nefilim de la misma forma abierta yconfiada a como hablaba con Cam. Sus ojos color avellana abiertos y sus labios fruncidos conesa antigua tristeza. Cam podra mirarla por el resto del da.Por desgracia, se forz a dar la vuelta hacia la criatura sin vida que estaba frente a l.- La estoy protegiendo de los que son como ustedes espet Hay una diferencia, pequea,que no serias capaz de notarla.Miro rpidamente a Luce. Ella se haba levantado del banco. Sus ojos iban de un lado paraotro fijndose en las escaleras de la terraza, las cuales estaban muy cerca del lugar dondehaca guardia Cam, en el borde del bosque. Qu estaba haciendo? l se puso rgido Venahacia aqu?La flecha estelar zumb por el aire cuando Cam menos lo esperaba. Lo sinti en el ltimosegundo y la esquivo moviendo su cabeza hacia la derecha, raspndose la mejilla contra eltronco de un rbol, y cogiendo la flecha por el mango con su mano enguantada de cuero.

Temblaba, pero no poda darle la satisfaccin a la Proscrita de saber cuan cerca haba estado.Guard la flecha en su bolsillo.- Me gustara utilizar esto para extinguirte dijo rpidamente pero sera perder una flechaestelar en perfecto estado. Especialmente cuando es mucho ms divertido golpear a unProscrito.Antes de que la chica pudiera sacar otra flecha, Cam se abalanzo sobre ella y la agarr de sucoleta. l le dio un duro rodillazo en el estmago. Luego, sacudi su cabeza hacia atrs y ledio un puetazo al lado de la cara. Ella grit y algo se rompi, tal vez el hueso de su nariz,pero Cam segua golpendola, incluso cuando la sangre comenz a salirle por la nariz yla boca, nunca dej de hacerlo. Desde el momento en que Cam haba comenzado la caza deProscritos, se haba obligado a s mismo a no prestarle atencin a los gemidos de chicas. De lo

contrario, no habra podido seguir haciendo eso.

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Los Proscritos no tenan vida y carecan de valor; pero a pesar de todo eso, eran una amenazapara todo lo que le importaba a Cam.- Tupuetazo no golpe con la rodilla te quedaras con ella.El Proscrito se atragantaba mientras expulsaba uno de sus dientes y escupa sangre en lacamiseta de Cam.

- Mira quin habla! Alguien que ni siquiera ha tenido nunca la oportunidad la golpe denuevo, justo en el ojo - Yo si la tuve.Escuchaste eso, Proscrito? Puede que ya no, pero sola tener la oportunidad.Golpear a un Proscrito era fcil, demasiado fcil. Era un acto intil, como un antiguovideojuego que ya habas superado pero lo jugabas de nuevo por aburrimiento. Ellos sanabanal igual que todos los cados, no importaba cunto dao se les causara.El Proscrito gruo cuando Cam le dio en el crneo la ltima patada que la tiro al suelo.Aterriz boca abajo en un montculo de hojas. Despus de eso, no se movi, por lo que Camla tir de sus pies llevando su ensangrentado cuerpo de vuelta por donde haba venido- Dile a tus amigos que no son bienvenidos en este bosque le grit, mientras abra unaAnunciadora y la meta dentro.

Se recost contra la secuoya y tomo una larga y calmante aspirada de su cigarrillo justocuando Lucinda comenzaba a bajar las escaleras.

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