Calidad de La Democracia - Cesar Cansino

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    Revista Mexicana de Ciencias Polticas y Sociales Universidad Nacional Autnoma de MxicoNueva poca, Ao LVIII, nm. 217enero-abril de 2013pp. 79-98ISSN-0185-1918

    CALIDADDEMOCRTICAENAMRICALATINA 9

    Calidad democrtica en Amrica Latina:proyecto o utopa?

    Quality of Democracy in Latin America:Project or Utopia?

    C sar Cansino

    Recibido el 28 de noviembre de 2012ceptado el 08 de diciembre de 2012

    Licencia o y Maestro en Ciencia Po tica por a Universi a Naciona ut noma e M xico. Doctor en CienciaPo tica por a Universi a e F orencia Ita ia y Doctor en Fi oso a por a Universi a Comp utense Espaa .Catedrtico-investigador de la Benemrita Universidad Autnoma de Puebla y del Instituto Internacional de EstudiosPolticos Avanzados, (Mxico). Director del Centro de Estudios de Poltica Comparada y de la Revista Metapoltica.Miembro de la Academia Mexicana de Ciencias. Autor de numerosos libros como: La transicin mexicana, 1977-2000(2001) y La revuelta silenciosa. Democracia, espacio pblico y ciudadana en Amrica Latina (2010). Sus principales lneasde investigacin son: democracia, ciudadana y espacio pblico. Correo electrnico: [email protected]

    Este trabajo reconoce las limitaciones concep-

    tuales de la categora de calidad democrtica al

    tiempo que reconoce que si e mo o ms acti e

    para registrar, e atir y ana izar a afirmacin

    de la democracia en cualquier pas es midin-

    dola en el tiempo (no en el inmediato sino en

    e me iato , a nove a que e tema e a ca i-

    a emocrtica expresa para Amrica Latina,tanto terica como empricamente debe com-

    prenderse como la culminacin sinttica y

    representativa e os procesos po ticos que an

    teni o ugar en a regin en os timos veinti-

    cinco aos: el proceso de transicin democrtica

    (el paso de regmenes autoritarios hacia formas

    inequvocamente emocrticas y e proceso e

    conso i acin emocrtica e firme esta eci-

    miento y legitimacin de las estructuras bsicas y

    ABSTRACT

    While recognizing the heuristic limits of the

    concept democratic quality this article argues

    t at measuring emocracy over time is t e most

    a equate way to i enti y, iscuss an ana yze its

    presence in every country. Democratic quali-

    ty sheds new light on both concept elaboration

    an empirica stu ies ecause it synt etizes two

    po itica processes t at ave eve ope in t eregion in the last twenty five years: democratic

    transition and democratic consolidation. is

    category allows us to define the current state of

    Latin American countries in terms of their insti-

    tutional and societal development of democratic

    life. We can thus, at least in theory, observe and

    propose an integrated improvement of existing

    political regimes in a context in which modern

    representative democracies are reorganized in

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    egn atos recientes el Programa e las Naciones Uni as para el Desarrollo (,2004 y 2008), nuestra regin presenta una extraor inaria para oja: al tiempo que ha

    po i o mantener por m s e os ca as no sin i cu ta es y con a gunas excepcionesgobiernos emocrticos, enfrenta una creciente crisis social: se mantienen profun as

    esigual a es, existen serios niveles e pobreza y el crecimiento econmico ha si oinsuficiente. Resulta o e to o ello, ha aumenta o la insatisfaccin ciu a ana con esas

    emocracias expresa a por un exten i o escontento popu ar generan o en a gunoscasos consecuencias esestabiliza oras.

    Entre otras cifras elocuentes aporta as por el , estaca que poco ms el 50 % equienes habitamos en esta parte el planeta estaramos ispuestos a sacrificar un gobierno

    emocr tico si con e o a canz ramos un progreso socioecon mico e ectivo. De ec o, agran mayora e los latinoamericanos y latinoamericanas estamos insatisfechos con nuestrospolticos y representantes.

    e interme iacin e os or enamientos emo-

    crticos . Con esta categora se usca esta ecer

    en qu punto se encuentran nuestros pases entrminos e esarro o instituciona y societa

    e a vi a emocrtica. Es ecir, a categora per-

    mite, en teora, observar, identificar y proponer

    el mejoramiento integral de los regmenes pol-

    ticos existentes en a actua reorganizacin e a

    mo erna emocracia representativa especia -

    mente, en la imperiosa obligacin de discernir

    cmo dotarla de nuevos atributos y derechos)

    y a n en as vas e su mejoramiento. Con es-tas premisas, e autor avanza simu tneamente

    en dos direcciones interrelacionadas: a cons -

    derar el modelo de calidad democrtica para

    ana izar as emocracias e Amrica Latina y

    caracterizar su pro emtica actua ; y exam -

    nar la pertinencia del modelo en sus capacidades

    heursticas.

    Pa abras c ave:Amrica Latina, emocracia, ca-lidad democrtica, Estado de derecho, rendicin

    de cuentas.

    terms of their new attributes and rights. Based on

    these premises, this article proposes two interre-

    lated paths of analysis: a) considering the modelof democratic quality to analyze Latin Ameri-

    can democracies and characterize their present

    problems; and b) examining the relevance of this

    models heuristic power. e main thesis holds

    t at not even t e most visi e ong or s ort-term

    trans ormations un ergone y our emocratic

    political legal codes, since its inception, are su-

    ffi cient in and of themselves to bring us closer to

    t e emocratic qua ity mo e , or in ot er wor s,to t e asis o a emocratic State o aw.

    Keywords: Latin America, emocracy, qua ity odemocracy, rule of law, accountability.

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    El panorama se torna an ms preocupante si se observan los muchos ficits existentesen los factores in ispensables para la gobernabili a emocrtica, tales como una prensa

    libre, una sli a proteccin e los erechos humanos, un po er ju icial in epen iente yvigoroso, e respeto a so uto a a ey por parte e to os os actores po ticos, entre otrosmuchos in ica ores que nos hablan el gra o e materializacin real el Esta o e erecho

    emocrtico o, para utilizar una terminologa ms reciente, el gra o e cali a emocrtica.Es a causa e estos pasivos e las emocracias realmente existentes en Amrica Latina,

    que a ciencia po tica a intro uci o a categor a e ca i a emocr tica. La erramientapreten e ser un instrumento til para me ir y comparar las emocracias entre s y establecerqu tan buenas (o malas) son en los hechos, epen ien o e una serie e in ica ores

    e satisfaccin ciu a ana. Obviamente, en una primera impresin, se trata e una categora

    astante imprecisa e insustancia como para epositar en e a esa tarea. Sin em argo, en osltimos aos, en su nombre se ha genera o tal canti a e investigaciones y isertaciones,que no est e ms consi erarla para el estu io e los pases latinoamericanos, no sin a vertirsus limitaciones explicativas.

    En mi opini n, ta y como o p ante en otro i ro Cansino, 2008 e xito e esta categor ase ebe ms a las limitaciones actuales e la ciencia poltica para pro ucir saberes relevantes(por lo que cualquier cosa nueva me ianamente original sacu e a la pequea comuni a

    e politlogos) que por los mritos inherentes a la propia herramienta. Como quiera quesea, si asumimos que e mo o m s acti e para registrar, e atir y ana izar a a rmaci n

    e la emocracia en cualquier pas es midindolaen el tiempo (no en el inme iato sinoen el me iato), la nove a que el tema e la cali a emocrtica expresa para AmricaLatina, tanto en trminos estrictamente conceptuales como en el terreno e la investigacinemp rica orienta a a i enti car os pro emas y egar, inc uso, a proponer istintas estrategias

    e mejoramiento, ebe compren erse como la culminacin sinttica y caracterizante eos procesos polticos que han teni o lugar en la regin en los ltimos veinticinco aos,

    aunque con muchas ificulta es y ispari a es: el proceso e transicin emocrtica (elpaso e reg menes autoritarios acia ormas inequ vocamente emocr ticas y e proceso econsoli acin emocrtica (el firme establecimiento y legitimacin e las estructuras bsicasy e interme iacin e los or enamientos emocrticos).

    Con el mo elo e cali a emocrtica se busca establecer en qu punto se encuentrannuestros pa ses en t rminos e esarro o instituciona y societa e a vi a emocr tica. Es ecir,la categora e cali a e la emocracia nos permite, en teora, observar, i entificar y proponerel mejoramiento integral e los regmenes polticos existentes en la actual reorganizacin e lamo erna emocracia representativa (especialmente en la imperiosa obligacin e iscernir cmo

    otar a e nuevos atri utos y erec os . Inc uso, se pue e ecir que a noci n e mejoramientoe la emocracia es eu ora e la concepcin sociolgica sobre el Esta o y la poltica, es e

    el momento en que su preocupacin central es preguntarse sobre las con iciones necesarias

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    (sociales, econmicas y propiamente polticas) que permiten, en primer lugar, el nac m entola recuperaci n e una emocracia posterior a una experiencia anti- emocrtica, para abor ar

    posteriormente el problema e sus istintos esarrollos y, por ltimo, su per urabili a en eltiempo y/o eventua regreso a una orma autoritaria o e otro tipo anti- emocr tico.1

    Con estas premisas, en este ensayo me propongo avanzar simultneamente en osirecciones interrelaciona as: a)consi erar el mo elo e cali a emocrtica para analizar

    las emocracias e Amrica Latina y caracterizar su problemtica actual; y b)examinar lapertinencia e mo e o en sus capaci a es eur sticas.

    Qu es y qu no la calidad democrtica?

    Des e su constitucin como isciplina con pretensiones cientficas, es ecir emprica, e-mostrativa y rigurosa en el plano meto olgico y conceptual, la ciencia poltica ha esta oobsesiona a en ofrecer una efinicin emprica e la emocracia, una efinicin no conta-mina a por ning n tipo e prejuicio va orativo o prescriptivo; una e nici n o jetiva y osuficientemente precisa como para estu iar cientficamente cualquier rgimen que se presumacomo emocrtico y establecer as criterios e comparabili a bien elimita os.3

    1 Ya Norberto Bobbio (1955) adverta la necesidad de profundizar en el conocimiento realde los regmenes polticosy particularmente de la democracia, dado que insista slo a partir del conocimiento y de la informacin recabadapor medio de distintas tcnicas (in primis, la estadstica y los estudios de opinin y encuestas) es posible saber: a)laperdurabilidad o no perdurabilidad de un rgimen poltico en el horizonte temporal; b)la posibilidad de orientaro no distintas propuestas que los propios estudiosos pudieran tener para la solucin adecuada de los problemasinstitucionales y de arraigo social frente al rgimen democrtico; y c)el compromiso cvico necesario aunque elpropio Bobbio era escptico en este punto para resguardar institucional y socialmente al rgimen democrtico.2 Para este estu io retomo a gunos ineamientos te ricos y meto o gicos avanza os en un tra ajo prece ente:Cansino y Covarrubias (2007).3 La pauta fue establecida desde antes de la constitucin formal de la ciencia poltica, en la segunda posguerra enEstados Unidos, por el economista austriaco, Joseph Schumpeter, quien en un libro de 1942 ( Capitalism, Socialismand Democracy) propuso una definicin realista de la democracia distinta a las definiciones idealistas que habanprevalecido hasta entonces. Posteriormente, ya en el seno de la ciencia poltica, en un libro cuya primera edicin data de1957, Democrazia e definizioni, el politlogo italiano Giovanni Sartori insisti puntualmente en la necesidad de avanzar

    hacia una definicin emprica de la democracia que permitiera conducir investigaciones comparadas y sistemticassobre las democracias modernas. Sin embargo, no fue sino hasta la aparicin en 1971 del famoso libro Poliarchy.Participation and Opposition, de Robert Dahl, que la ciencia poltica dispuso de una definicin aparentemente confiabley rigurosa de democracia, misma que adquiri gran difusin y aceptacin en la creciente comunidad politolgica algrado de que an hoy, casi cuatro dcadas despus de formulada, sigue considerndose como la definicin emprica msautoriza a. Como se sa e, Da parte e sea ar que to a e nici n e emocracia a conteni o siempre un e ementoi ea , e e er ser, y otro rea , o jetivamente percepti e en t rminos e proce imientos, instituciones y reg as e juego.De a que, con e o jetivo e istinguir entre am os nive es, Da acua e concepto e po iarqu a para re erirseexc usivamente a as emocracias rea es. Seg n esta e nici n, una po iarqu a es una orma e go ierno caracteriza apor a existencia e con iciones rea es para a competencia p ura ismo y a participaci n e os ciu a anos en osasuntos p icos i nc usi n .

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    El inters en el tema se ha movi o entre istintos tpicos: estu ios compara os parame ir segn in ica ores preestableci os cules regmenes son ms emocrticos; las

    particulari a es e los procesos e transicin a las emocracias o emocratizaciones; lascrisis e as emocracias, e c cu o e consenso, a agregaci n e intereses, a representaci npoltica, etctera. Sin embargo, la efinicin emprica e emocracia avanza a por la cienciapoltica, parece haberse topa o finalmente con una pie ra que le impi e ir ms lejos. Enefecto, a juzgar por el ebate que es e hace una ca a se ha veni o ventilan o en el seno

    e a ciencia po tica en torno a a as ama a ca i a e a emocracia, a pertinencia e aefinicin emprica e emocracia largamente ominante se ha puesto en cuestin, si e lo

    que se trata es e evaluar qu tan buenas son las emocracias realmente existentes.4

    El tema e la cali a e la emocracia surge e la necesi a e intro ucir criterios ms

    pertinentes y rea istas para examinar a as emocracias contempor neas, a mayor a e e as(sobre todo las de Amrica Latina, Europa del Este, frica y Asia) muy por debajo de losestn ares mnimos e cali a eseables. Por la va e los hechos, el concepto prece ente econsoli acin emocrtica, con el que se preten an establecer parmetros precisos para

    que una emocracia reci n instaura a pu iera consi erarse rmemente instituciona iza a ylegitima a, termin sien o insustancial, pues fueron muy pocas las transiciones que urantela tercera ola e emocratizaciones, para ecirlo en palabras e Samuel P. Huntington(1991), pu ieron efectivamente consoli arse. Por el contrario, la mayora e las emocraciasreci n instaura as si ien an po i o per urar, o an ec o en con iciones rancamente

    elica as y han si o institucionalmente muy frgiles. De ah que, si la constante emprica hasi o la mera persistencia e las emocracias instaura as urante los ltimos treinta aos, sevolva necesario intro ucir una serie e criterios ms pertinentes para ar cuenta e manerarigurosa e as insu ciencias y os innumera es pro emas que experimentan a mayor a elas emocracias en el mun o.

    En principio, la nocin e cali a e la emocracia vino a colmar este vaco y hastaahora sus promotores intelectuales han aporta o criterios muy tiles y sugerentes paraa investigaci n emp rica. Sin em argo, con orme este en oque gana a a eptos entre os

    politlogos, la ciencia poltica emprica fue entran o casi imperceptiblemente en un terrenomove izo que haca tambalear muchos e los presupuestos que le aban i enti a y senti oy que trabajosamente haban construi o es e sus inicios, en los aos cuarenta el siglopasa o en Esta os Uni os. Baste sea ar que a categor a e ca i a e a emocracia a optacriterios in iscutiblemente normativos e i eales para evaluar a las emocracias existentes,con lo que se trastoca el imperativo e prescin ir e conceptos cuya carga valorativa pu ieranentorpecer el estu io objetivo e la reali a . As, por ejemplo, los inicia ores el uso e este

    4 Entre los principales animadores del debate sobre la calidad democrtica destacan Guillermo ODonnell (2004a y2004b); Philippe C. Schmitter (2004); G. Bingham Powell, Jr. (2004); David Beetham (2004) y Leonardo Morlino (2003).

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    concepto en la jerga politolgica aca micos muy reconoci os como Morlino, ODonnell,Schmitter, entre muchos otros, establecieron como criterio e me icin qu tanto ichas

    emocracias se aproximaban a (o se alejaban e) los i eales e liberta e igual a inherentesa a propia emocracia. De este mo o, a ciencia po tica a eja o entrar por a ventanaaquello que celosamente intent expulsar es e su constitucin: los elementos abiertamentenormat vos y prescr pt vos.

    Ms all e pon erar lo que esta contra iccin supone para la ciencia poltica en trminose su congruencia, pertinencia e inc uso vigencia,5 e asunto muestra con to a c ari a a

    imposibili a e evaluar a las emocracias realmente existentes por fuera e la a opcin eaquellos criterios que la politologa siempre mir con es n. Dicho e otra manera, lo que el

    ebate sobre la cali a e la emocracia revela es que hoy no se pue e ecir na a interesante

    y sugerente so re a rea i a e as emocracias si no es recurrien o a una e nici n i ea onormativa e la emocracia que oriente nuestras bsque as e interrogantes sobre el fenmenoemocrtico.

    Tiene mucho senti o para los politlogos que han incursiona o en el tema e la cali a ea emocracia partir e una nueva e nici n e emocracia, istinta a a que a preva eci ourante ca as en el seno e la isciplina, ms preocupa a en los proce imientos electorales

    que aseguran la circulacin e las elites polticas que en aspectos relativos a la afirmacin elos erechos y obligaciones ciu a anos. As lo enten i hace tiempo Philippe C. Schmitter,quien exp citamente se propuso o recer una e nici n a ternativa: a emocracia es un

    rgimen o sistema e gobierno en el que las acciones e los gobernantes son vigila as porlos ciu a anos que actan in irectamente a travs e la competencia y la cooperacin e susrepresentantes (Schmitter y Karl, 1993: 17-30).

    Con esta e nici n, se a r a a puerta a a i ea e emocracia que oy comparten muc ospolitlogos que se han propuesto me ir qu tan buenas (o malas) son las emocracias realmenteexistentes. La premisa fuerte e esta postura es consi erar a la emocracia es e el punto

    e vista el ciu a ano; es ecir, qu tanto una emocracia respeta, promueve y asegura loserec os e ciu a ano en re aci n con sus go ernantes. As , entre mayor sea a capaci a e

    los ciu a anos e elegir, sancionar, vigilar, controlar y exigir a los representantes que toman lasecisiones acor es a sus eman as y necesi a es, mayor ser la cali a e icha emocracia

    y viceversa. En esa ireccin contribuy sobremanera el concepto e emocracia elegativaacua o en 1994 por e po it ogo argentino Gui ermo O Donne . Seg n esta concepci n,existen en el mun o varios tipos e emocracias. En el caso e Amrica Latina, ms all epo er elegir a sus representantes peri icamente, los ciu a anos carecen e to a posibili anormativamente estableci a para influir en los asuntos pblicos. Por muchas razones, enestas emocracias no ma uraron una serie e preceptos jur icos que aseguraran que os

    5 Muy en a nea con o que Sartori a p antea o recientemente so re a crisis actua e a ciencia po tica Sartori, 2004 .

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    ciu a anos sean siempre el origen y el fin e to as las ecisiones polticas que les competen.Ms all e las reglas e instituciones electorales, cuestiones como el gobierno e la ley o la

    ren icin e cuentas, han si o intermitentes o francamente inexistentes. De ah que se tratee emocracias e egativas, pues una vez que os ciu a anos e igen a sus representantes, eselegan la funcin e gobernar por un tiempo etermina o, urante el cual no po rn inci ir

    por carecer e las vas institucionales o jur icas para hacerlo. En estos casos, los ciu a anosno tienen la oportuni a e verificar y evaluar la labor e sus gobernantes.

    L ega os a este punto, s o a a que agrupar os e ementos ispersos para ar ugar auna nocin e emocracia pertinente para los efectos e me ir su mayor o menor cali a .La sntesis y la propuesta ms acaba a elabora a hasta ahora fue propuesta por el politlogoitaliano Leonar o Morlino (2003), quien con gran atingencia resume en cinco puntos los

    criterios para me ir una emocracia e ca i a : a go ierno e a ey ru e o aw ; ren ici ne cuentas (accountability ; c reciproci a (respons veness ; d)qu tanto la emocracia encuestin se aproxima al i eal e liberta inherente a la emocracia (respeto pleno e los

    erechos que se extien en al logro e un espectro ca a vez mayor e liberta es); y e)qutanto, a emocracia en cuesti n, se aproxima a i ea e igua a in erente a a emocracia(implementacin progresiva e mayor igual a poltica, social y econmica). As, prosigue elautor, una emocracia e cali a o buena es aquella que presenta na estructura institucionalestable que hace posible la libertad e igualdad de los ciudadanos mediante el funcionamiento

    egtimo y correcto e sus instituciones y mecanismos Mor ino, 2005: 38 .

    A primera vista, la nocin e emocracia e cali a aporta a por estos autores resultamuy sugerente para el anlisis e las emocracias mo ernas, a con icin e consi erarlacomo un mo elo tpico-i eal que anteponer a la reali a siempre imperfecta y llena econtra icciones. Por esta v a, se esta ecen par metros e i onei a cuya consecuci n pue ealentar soluciones y correcciones prcticas, pues no ebe olvi arse que el eber ser que alientalas acciones a quiere materiali a en el momento mismo en que es incorpora o en forma

    e proyecto o meta eseable o alternativa. A ems, por las caractersticas e los criteriosa opta os en a e nici n e emocracia e ca i a , se trata e un mo e o a iertamentenormativo y prescriptivo que incluso po ra emparentarse sin ificulta con la i ea e Esta o

    e erecho emocrtico; es ecir, con una nocin jur ica que se alimenta e las filosofasliberal y emocrtica y que se tra uce en preceptos para asegurar los erechos in ivi ualesy a equi a propia e una socie a so erana y po ticamente responsa e.

    La principal contribucin el mo elo e emocracia e cali a es ofrecer una serie ecriterios mnimos in ispensables e carcter normativo para hablar e una emocracia efectiva:gobierno e la ley, ren icin e cuentas, reciproci a , liberta e igual a . En el seno e laciencia po tica en a que este mo e o surge, quiz se es i uje su potencia exp icativo, puesse presupone que las emocracias pue en contar con alguno o algunos e estos criterios sin

    ejar e ser emocracias, si acaso son emocracias imperfectas o en vas e consoli acin.

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    Contrariamente a este proce er, me parece que este mo elo pue e ser realmente valioso enla me i a que no a mita gra aciones en el momento e emplearlo para analizar regmenes

    polticos concretos. Dicho e otro mo o, en estricto senti o, si en una emocracia no operanto os os preceptos e ni os por e mo e o u operan e manera parcia , sta no merece enombre e emocracia, por ms que se le aa an istintos a jetivos para establecer susinsuficiencias o limitaciones ( imperfectas, inconclusas, elegativas, en transicin, etctera).Quiz estemos en presencia e un rgimen emocrtico en lo electoral, pero antidemocrticoen to o os em s. No ay por qu temer a os t rminos. A em s, como mo e o normativo,el e la cali a emocrtica nos permite ganar en clari a acerca e las con iciones mnimase in ispensables e carcter legal centra as en el ciu a ano para calificar e emocracia aun etermina o rgimen. Ganar en clari a en aspectos tales como la ren icin e cuentas

    o e imperio e a ey es una con ici n imprescin i e para reconocer os cits que, tar eo temprano, ebern ser colma os en la perspectiva e mejorar nuestras reali a es polticas.A ems, se trata e criterios normativos fcilmente reconocibles, ya sea porque ebern

    estar formaliza os claramente en las Constituciones nacionales vigentes a manera e garantasy erec os para to os os ciu a anos sin istinci n; o porque su e ectivi a se e uce elas propias con iciones e liberta e igual a existentes en la socie a en cuestin. Des eeste punto e vista, tiene mucho senti o asumir, por ejemplo, que slo pue e hablarse e

    emocracia en socie a es on e las esigual a es extremas o la concentracin inequitativae a riqueza an isminui o e manera e ectiva. Tiene senti o porque a gica sugiere que

    una emocracia efectiva no pue e ms que aten er las necesi a es y las eman as e lasmayoras, a las que se eben los gobernantes e turno, por lo que en presencia e esigual a esoprobiosas hay algo que simplemente no est funcionan o. Lo mismo vale para la nocin

    e i erta , que en este caso se tra uce en erec os ca a vez m s e ectivos y p enos para asminoras e un pas.

    Por to o lo anterior, en general encuentro pertinente el mo elo e cali a emocrtica.Recurrir a l es e Amrica Latina, por ejemplo, constituye una herramienta e primeramano para a vertir c aramente os gran es cits que os pa ses e esta regi n tienen enmateria e emocracia. A ems, este mo elo, por el hecho e provenir e una tra icin epensamiento a estas alturas muy arraiga a e influyente en Latinoamrica here era e la

    vasta literatura politolgica sobre transiciones a la emocracia, asegura su fcil incorporacina os esquemas e exp icaci n ominantes entre sus inte ectua es y aca micos. En suma, suimpacto est asegura o en nuestras latitu es porque e manera clara y concisa ilustra sobreun eber ser e la emocracia histricamente ausente en prcticamente to a la regin, peroigualmente in ispensable para mejorar las reglas e instituciones polticas existentes. En esesenti o, este mo e o me recuer a a otro que en os aos oc enta e sig o pasa o tuvo graninfluencia en Amrica Latina: la efinicin mnima e emocracia propuesta en su momentopor el filsofo Norberto Bobbio (1984), pues con ella, los latinoamericanos pu imos reconocer

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    sin florituras ni ambages las con iciones mnimas que nos permitan hablar e emocracia,en contextos on e el concepto haba sufri o to o tipo e usos y abusos a manos e los

    polticos e i elogos e turno. Ahora, e lo que se trata es e sumar a la efinicin mnimae emocracia otras con iciones e car cter normativo que na mente agan as cuentas con

    el ciu a ano, principio y fin e la emocracia. No es aventura o anticipar un gran xito almo elo e la cali a e la emocracia en Amrica Latina, pues existe ya en nuestros pasesuna conciencia muy esarrolla a en torno al papel central el ciu a ano en la construccin

    e sus socie a es, pape que ue argamente escamotea o y ningunea o por as e ites oca es yque explica, en parte, la escasa atencin que ha mereci o en los arreglos normativos vigentesen prcticamente to a la regin.

    Con to o, por su origen politolgico, este mo elo sigue atrapa o en los esquemas e

    emocracia rea ominantes en a iscip ina. En ese senti o, para este en oque, a emocraciaes ante to o una forma e gobierno basa a en una serie e instituciones y proce imientos queregulan la circulacin permanente e las elites me iante el sufragio efectivo. Como tal, una

    emocracia pue e ser perfectible en la me i a que incorpore ms erechos y garantas paraque os ciu a anos pue an vigi ar, contro ar y sancionar a sus autori a es. La a en a es ens misma valiosa para enriquecer nuestro enten imiento e la emocracia, pero ciertamenteinsuficiente para quien intuye que la emocracia es mucho ms que una forma e gobierno.Por ello, es menester consi erar otros mo elos e emocracia para los cuales sta es tambinuna orma e socie a , una orma e vi a. E tr nsito a este tipo e posiciones es importante,

    pues quiz las emocracias realmente existentes pue en incorporar en sus arreglos normativospreceptos ca a vez ms justos y amplios para perfeccionarse, como sugiere el mo elo ela cali a emocrtica. Pero al mismo tiempo, es muy probable que sigan atrapa as en

    isputas mezquinas por e po er, que supe iten nuevamente a os ciu a anos y sus eventua esconquistas. A final e cuentas, el enten imiento el po er en clave realista lleva a reconocerque el peso e los intereses crea os no tiene reparos e ningn tipo. De ah que, aceptan ola utili a que en un primer momento pue e tener el concepto y el anlisis e la cali a

    emocr tica, es importante urgar tam i n en otros mo e os e emocracia quiz menosrealistas para i entificar la capaci a instituyente e la socie a en una emocracia en lacual el hecho e que las elites busquen siempre imponer sus reglas y con iciones, ms queuna limitante sea compren i a como una posibili a e resistencia, subversin o afirmacincreativa y participativa e a socie a .

    A ems, en estricto senti o, el tema e la cali a e la emocracia no es nuevo. Es tanviejo como la propia emocracia. Quiz cambien los trminos y los mto os emplea os paraestu iarla, pero es e siempre ha existi o la inquietu e evaluar la pertinencia e las formas

    e go ierno: por qu una orma e go ierno es pre eri e a otras? Es una pregunta centrae la filosofa poltica, y para respon erla se han ofreci o los ms iversos argumentos para

    justificar la superiori a e los valores inherentes a una forma poltica respecto e los valores

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    Revista Mexicana de Ciencias Polticas y Sociales Universidad Nacional Autnoma de MxicoNueva poca, Ao LVIII, nm. 217 enero-abril de 2013pp. 79-98ISSN-0185-1918

    e formas polticas alternativas. Y aqu, justificar no significa otra cosa ms que argumentar qutan justa es una forma e gobierno en relacin con las necesi a es y la naturaleza e los seres

    humanos (la con icin humana). En este senti o, la ciencia poltica que ahora abraza la nocine ca i a e a emocracia para ca i car a as emocracias rea mente existentes no ace sino

    colocarse en la tra icin e pensamiento que va es e Platn quien trat e reconocer lasvirtu es e la ver a era Repblica, entre el i eal y la reali a hasta John Rawls (1971) quientambin busc afanosamente las claves universales e una socie a justa, y al hacerlo, esta

    iscip ina preten i amente cient ca, muestra imp citamente sus propias inconsistencias einsuficiencias, y quiz, su propia eca encia. La ciencia poltica, que se reclamaba a s mismacomo el saber ms riguroso y sistemtico e la poltica, el saber emprico por antonomasia, ha

    ebi o ce er finalmente a las tentaciones prescriptivas a la hora e analizar la emocracia, pues

    eva uar su ca i a s o pue e acerse en re erencia a un i ea e a misma, nunca a canza opero siempre esea o.

    Calidad de la democracia en clave latinoamericana

    Sirvan las premisas tericas y conceptuales previas para sustentar una tesis para Amrica Latina,que aunque ramtica no preten e ser paralizante: por los rasgos ominantes e su tra icinpo tica con gura os es e su etapa in epen iente, por as caracter sticas espec cas e sus

    transiciones emocrticas en el ltimo cuarto el siglo pasa o y por sus procesos inconclusosy trunca os e consoli acin emocrtica, la cali a e la emocracia enten i a como laculminacin e un proceso e mejoramiento institucional y normativo con el tamiz e laamp iaci n e erec os civi es y po ticos e os ciu a anos en re aci n con sus autori a-

    es sigue sien o ms una aspiracin legtima que una reali a constatable en prcticamenteto os los pases e la regin, incluyen o aquellas emocracias que han mostra o los mejoresavances en lo que a gobernabili a y legitimi a se refiere. La tesis, ecamos, es ramtica,pero a menos tiene en nuestro continente una atenuante na a esprecia e: pese a que ascon iciones e liberta e igual a a las que se refiere la nocin e cali a emocrtica semantienen en nuestros pases muy por ebajo e las conquista as en las emocracias msavanza as el mun o, ello no ha si o impe imento para la afirmacin e una ciu a ana ca a

    vez m s cr tica, eman ante y participativa, quiz inc uso en mayor gra o que a existente enaquellos pases en los que se han satisfecho muchos e los ficits aprecia os en los nuestros.Es claro que las naciones latinoamericanas tienen ms esafos que resolver en este terreno,ms anhelos por conquistar, ms reclamos por eman ar, por lo que la inmovili a y la apatapue en marcar a i erencia entre una socie a avasa a a y una en movimiento. A em s,si en el pasa o autoritario to ava reciente e nuestros pases, la inexistencia e con icionesmnimas e liberta e igual a no fue impe imento para la accin y la contestacin e muchos

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    ciu a anos, an a costa e arriesgar su propia integri a , con ms razn ahora, en el seno eemocracias en construccin, observamos coti ianamente una ciu a ana ms involucra a

    en los asuntos pblicos y menos pre ispuesta a la opaci a a la que quieren re ucirla siste-m ticamente as e ites po ticas y as o igarqu as oca es, mantenien o e i cios normativosen ebles, mezquinos y obsoletos en lo que a erechos y garantas ciu a anas se refiere. Laapreciacin es importante si a los muchos ficits institucionales y normativos que acusannuestras emocracias anteponemos algo ms que causas justifica as o lugares comunes. Larea i a es que a a rmaci n y a construcci n e ciu a an a en Am rica Latina a e i onavegar histricamente a contracorriente, en negativo, sustrayn ola a quienes insisten ennegarla sistemticamente por convenir a sus intereses.

    Por lo ems, como ya se estableci, ninguna e las jvenes emocracias e la regin

    ca i ca cuan o se as mi e con e rasero e a ca i a emocr tica, por m s que se pue anestablecer iferencias e gra o o magnitu en ca a uno e sus in ica ores e un pas a otro.Ms an espus e os ca as e vi a emocrtica, e cierto esarrollo el esta o e la

    iscusin y e las iniciativas sobre qu emocracia eseamos y po emos e ificar en el cortoy e argo p azo, estas re exiones que aron enc austra as en una concepci n ou cour e a

    emocracia on e incluso se lleg a pensar que sta sera la llave para resolver to os nuestrosmales, ya que se crea que en el momento en que cayeran las icta uras, las imperfecciones

    e la propia emocracia seran un asunto menor.Nuestras emocracias siguen en espera e nuevos atri utos, a ora muy istintos a os que

    impulsaron en su momento los actores parti arios e la emocratizacin. Por ello, y he ahel valor e la nocin e cali a emocrtica, resulta fun amental en la actuali a refinar laiscusin y sobre to o la perspectiva e emocracia que se pue e construir en el porvenir.

    M s a n, consi eran o os m tip es son eos rea iza os en a regi n, on e se corro oraque el grueso e nuestras ciu a anas ha eja o e creer en sus autori a es y representantes.Por lo tanto, preguntarse sobre qu tan buena es la emocracia actual en Amrica Latinaresulta un ejercicio sensato y oportuno, porque ello pue e ser un in icio para saber cul esa ver a era situaci n en a que nos encontramos po ticamente a an o: con rmaci n y/o

    retroceso e la emocracia? Al mismo tiempo, con un iagnstico ms acaba o y profun o esu esta o e salu , se habilita la posibili a e transformar y mejorar nuestras emocraciasrealmenteexistentes.

    A a vista e os rezagos, as inercias y as asignaturas pen ientes que an signa o nuestrasreali a es postransicionales, slo es e la ingenui a ms rampante se pue e afirmar quela emocracia en Amrica Latina se encuentra en vas e una franca y segura consoli acin.Algo similar se pue e ecir con respecto a la cali a emocrtica. As, por ejemplo, sinconsi erar cuestiones co atera es a mo e o e ca i a emocr tica pero que siguen mostran oenormes ificulta es, como es el caso e los sistemas y prcticas electorales (que en algunos

    e nuestros pases no han genera o la certi umbre y la confiabili a mnimas necesarias),

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    o la arquitectura e sus sistemas e gobierno ( on e el equilibrio efectivo y inmico entrelos po eres es ms una aspiracin que un ato e hecho), son muy pocos los pases que han

    intro uci o en sus normativi a es vigentes, mejores y ms amplias prerrogativas ciu a anasen materia e ren ici n e cuentas e as autori a es; o instrumentos ega es e cientes paraimpe ir los abusos e autori a , la corrupcin poltica, la impuni a y la aplicacin arbitraria

    e la ley; o mecanismos normativos que obliguen y comprometan a las autori a es a actuaren correspon encia con las ofertas e campaa que los llevaron al po er. Asimismo, tanto laextensi n e a ey para ar co ertura y protecci n a as garant as y erec os e as minor as

    e to o tipo, como la isminucin e la ms que evi ente inequi a social que lacera a to asnuestras socie a es, siguen sien o promesas e marinero en nuestras emocracias. En otraspalabras, ni las transformaciones ms visibles y profun as, tanto en el largo como en el corto

    p azo, experimenta as por nuestros or enamientos po ticos emocr ticos es e su propiainstauracin, alcanzan por s solas para aproximarnos siquiera mnimamente al mo elo ecali a emocrtica o, lo que es lo mismo, al basamento el Esta o e erecho emocrtico.Con to o, el propio mo elo nos ilustra y clarifica un camino por recorrer y una meta pora canzar en a perspectiva e mejorar nuestras po res rea i a es emocr ticas.

    Por lo ems, es momento e sealar que concebir a la emocracia como una forma esocie a tal y como lo he propuesto antes, es ecir, como un espacio pblico poltico e

    eliberacin en la que los ciu a anos se juegan los valores que han e articular a la socie a ,no est rei a con a necesaria y urgente tarea e comp etar e an amiaje instituciona y

    normativo e corte emocrtico y que el mo elo e cali a emocrtica esnu a claramenteen to as sus inconsistencias. Se trata ms bien e una tarea muy importante como para ejarlaslo en manos e los polticos profesionales o ingenieros constitucionales.

    En e ecto, s o a existencia e un aut ntico r gimen e i erta es y erec os in ivi ua esofrece a la ciu a ana su autonoma e accin y su consecuente responsabili a cvica,semilla e una socie a con interacciones virtuosas, creativas y constructivas. Por elcontrario, una socie a que no cuenta con autnticos mecanismos e proteccin e sus

    erec os, que simu a tener os o que os in i e en pos e una supuesta protecci n superiore los erechos sociales, trae como consecuencia una socie a esigual, fragmenta a, sin

    soli ari a ni interaccin cvica elemental. Si a alguien compete hacer valer y ampliar suserechos, es precisamente a la propia socie a .

    Con to o, para evitar caer en aspiraciones poco rea istas, ca e reconocer que aeterioro y la falta e ma uracin institucional e nuestras incipientes emocracias, se

    suma a ems la persistencia e ominosos factores, tales como:a) una cultura polticaprovi encialista ominante en buena parte e nuestras socie a es (a partir e la cualmuc os ciu a anos siguen esperan o y vien o os avances emocr ticos como ivas

    e los e arriba), alimenta a en buena me i a es e el po er poltico y las posicionese gobierno; b) actitu es y con uctas patrimonialistas e parte e la clase poltica y e las

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    burocracias parti istas, que siguen, de facto, expropin oles a los ciu a anos la iniciativay la capaci a e ecisin reales; c)poca o nula transparencia y ren icin e cuentas e

    parti os y gobiernos hacia la ciu a ana y, por en e, retroalimentacin el crculo perversoe a corrupci n y a ine ciencia gu ernamenta es; pr cticas parti istas corporativistas

    y clientelares, que tra uci as en accin gubernamental, refuerzan el rol e sb ito y noas el e ciu a ano activo y responsable; y e)en general, un clima e gran esconfianzay escalificacin entre los actores parti istas y gubernamentales, que mina e entra a laposi i i a e a construcci n e una cu tura e consenso y tra a as posi i i a es econformacin e mayoras y coaliciones emocrticas.

    Pero volvien o a los in ica ores e cali a emocrtica, consi ero que muchos e losproblemas e la emocracia en Amrica Latina tienen menor vinculacin con los procesos

    e ectora es tur u entos y poco con a es, que con a persistencia e Esta os ine cientesque perpetan la exclusin social.7En la actuali a , slo tres pases e Amrica Latinahan po i o establecer el imperio e la ley en un nivel cercano al e las emocracias msestables e Europa y Norteamrica: Chile, Costa Rica y Uruguay. A ems, estn entre lasnaciones menos corruptas e mun o y cuentan con jueces a tamente in epen ientes, comoin ica ores in iscutibles el imperio e la ley que ebe prevalecer en to o Esta o e erecho.En el extremo opuesto, la mayora e los pases an inos y e Centroamrica tienen seriosproblemas eriva os e la ausencia e gobierno e la ley: los jueces estn profun amentepo itiza os y son incapaces e contro ar e ectivamente a corrupci n. Como resu ta o, sus

    emocracias estn permanentemente en crisis. En un nivel interme io estn Argentina,Brasil y Mxico y pocos casos ms como Panam y Repblica Dominicana. En to o caso, loque esta situacin revela es que la inestabili a poltica ominante en la regin tiene menor

    vincu aci n con procesos e ectora es poco emocr ticos que con a inexistencia e Esta ose erecho confiables que esalienten la impuni a , promuevan la ren icin e cuentas

    y la corresponsabili a e las autori a es para con los ciu a anos y aseguren un efectivoequilibrio entre los po eres me iante controles recprocos. Lejos e ello, lo que prevalece sonegis aturas que no e i eran, cortes que no son imparcia es ni in epen ientes, y ejecutivos

    que abiertamente se colocan por encima e la ley (Cameron, 2007).

    Seg n e reporte e 2004 a mayor a e os pa ses e a regi n cump en con os criterios m nimos necesariospara ser c asi ca os como emocracias e ectora es . .: erec o a voto, e ecciones i res, e ecci n p ica e asautori a es . Pero e mismo reporte apunta que e ec o e que exista emocracia e ectora no signi ca que a po tica

    emocr tica en m rica Latina sea esta e. En e ecto, muc os pa ses an vivi o severas crisis po ticas es e principiose os aos noventa: e rau e en Guatema a e 1994, e autogo pe en Per en 1992, e autogo pe en Guatema a en 1993,

    a crisis constituciona en Paraguay en 1996 y 1999, a ree ecci n inconstituciona e Fujimori en 2000, a eposici n eBucaram en Ecua or en 1997, a crisis e Venezue a en 2002, entre otros.7 Por esta razn, ODonnell (2001) ha propuesto mutar la raz del concepto de democracia del rgimen poltico alEstado, es decir considerar ante todo el grado de concrecin en cada caso nacional del Estado de derecho democrtico.

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    El problema e fon o es entonces la ilegali a reinante. No es casual que Amrica Latinapresente los n ices e corrupcin poltica ms altos a nivel mun ial.8Tan grave es el problema

    que un estu io muy sugerente habla el retorno e los Esta os epre a ores para referirse avarios pa ses e Am rica Latina Diamon , 2008 . Hue ga ecir que sin un Esta o e erec o

    emocrtico sin instituciones polticas y legales capaces e controlar la corrupcin, no slo secompromete la estabili a poltica sino que se vuelve inefectiva cualquier poltica e crecimiento.

    La ilegali a es un obstculo para la emocracia. Muchas razones po ran explicar su largapersistencia en Am rica Latina as como as muc as i cu ta es existentes para revertir a oconjurarla, es e cuestiones histricas y culturales, hasta econmicas y polticas. As, por ejemplo,la mayora e las leyes vigentes en nuestros pases no necesariamente son leyes legtimas en lame i a que las legislaturas que las promulgan con frecuencia son poco representativas e la

    vo unta popu ar. O viamente, esto eva a constante cuestionamiento e as eyes, a su imposici ny acatamiento relativos, segn sea el grupo social, poltico o econmico que se sienta protegi oo afecta o. Por otra parte, el peso e la tra icin pue e ser ms fuerte que otros criterios a lahora e aplicar la ley (v. gr: con frecuencia los actores llegan a acuer os por fuera e la ley peroson to era os por os ene cios que pue en reportar; as eyes pue en ser muy permisivas conlos intereses e actores po erosos; en ocasiones se toleran movimientos sociales ilegales paraque los gobiernos no aparezcan como represores e intolerantes, etc.) (Bentez Manaus, 2007).

    Pero si el panorama resulta esalenta or en Amrica Latina en materia e Esta o e erecho,ren ici n e cuentas y responsa i i a e as autori a es ante os ciu a anos, os in ica ores

    restantes el mo elo e cali a emocrtica liberta e igual a salen to ava peor libra os.Sobre el primero, ya se han seala o los muchos ficits que existen tanto en el respeto plenoe los erechos in ivi uales como en su ampliacin efectiva para cubrir aspectos to ava

    ausentes, como as garant as a grupos minoritarios e to o tipo. En materia e procuraci ne justicia, por ejemplo, siguen existien o privilegios y exclusiones extralegales muy obvias.

    Esta isfuncionali a e los sistemas jur icos eriva el hecho e que en Amrica Latina,a iferencia e lo ocurri o en pases in ustrializa os, la expansin e los erechos civilesno se esarro como una pieza e sistema jur ico antes e esta ecimiento e erec osasistenciales o polticos. Por el contrario, el proceso ejuridizacinsocial e la regin ( es emita el siglo XIX) implement un Esta o que en lugar e consoli ar la esfera e autonomain ivi ual, promovi una supuesta responsabili a social. En consecuencia, si los erechoscivi es o i erta es in ivi ua es son e soporte un amenta e a p ura i a y a iversi a ,entonces el elemento liberal est ausente en las emocracias latinoamericanas.9

    8 Vase el ndice de corrupcin anual elaborado por Transparencia Internacional 9 Smit y ing er 2006 c asi can a Bo ivia, Hon uras y Panam como emocracias i i era es on e as e ecciones sonsistem ticamente impugna as , mientras Costa Rica y Uruguay son i era es, Paraguay y Per , i i era es, y m s recientementeC i e y M xico an eja o e ser i i era es para convertirse en emocracias i era es.

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    En cuanto a la equi a , o sea la implementacin progresiva e mayor igual a poltica,social y econmica, no que a ms reme io que reconocer que Amrica Latina es la regin ms

    inequitativa el mun o. En to os nuestros pases, on e las mayoras son pobres y tienen escasoacceso a a justicia, a vo unta e a mayor a es permanentemente rustra a por e po er elas minoras especialmente po erosos grupos econmicos, mientras que los erechos y lasliberta es fun amentales no se protegen. El inero y la poltica ejercen una influencia corrosivapermanente en las instituciones ju iciales e la regin y las cortes se vuelven instrumentos econtro po tico, manipu aci n y persecuci n.

    Frente a este esola or panorama, la pregunta obvia es qu hacer. Ciertamente la magnitue los esafos es tal que pue e con ucir a la parlisis, pero a final e cuentas lo que el

    mo elo e cali a emocrtica establece no es otra cosa que un conjunto e vacos legales

    y normativos en materia e Esta o e erec o emocr tico que pue en su sanarse por oscanales institucionales y legislativos estableci os en ca a contexto nacional a con icin e queexista la volunta poltica e los iversos actores para hacerlo. No estamos hablan o pues etramas metafsicas sino e reformas constitucionales ambiciosas pero plausibles. A guisa eejemp o, consi rense as siguientes tareas: reconstruir os sistemas e justicia; per eccionarlos mecanismos e control legislativo; establecer mecanismos eficaces regula ores e losgran es monopolios a fin e que los procesos e privatizacin y re uccin el aparato estataly las inversiones extranjeras sean ver a eramente el nuevo motor e las economa; suprimiras eyes e excepci n e pasa o, que co ijan ueros, re uerzan a concentraci n en exceso e

    po er poltico en la rama ejecutiva y el econmico en ca a vez menos empresarios; as comore efinir las competencias y los controles horizontales entre los po eres pblicos. Obviamente,es eseable que los cambios a las leyes se en con un consenso social amplio, para que tenganproyecci n y sean inc uyentes Ben tez Manaus, 2007 .

    Nuevos adjetivos para la democracia

    Si en el pasa o autoritario, vislumbrar el horizonte emocrtico obligaba a la cor ura y lamesura una emocracia e mnimos posibles antes que e mximos inviables, una emo-cracia sin a jetivos, mirar hoy a futuro, una vez que se han afirma o esos mnimos por la

    v a e a transici n, no pue e acerse sino pon eran o rea istamente os m ximos posi es.Y aqu, el tema e una emocracia e cali a es lo ms realista a lo que po emos aspirar; es

    ecir, una emocracia que coloque al ciu a ano en el centro e las ecisiones, me iante elfortalecimiento el Esta o e erecho emocrtico.

    E sa o actua en este ru ro no po a ser m s e citario. A veces tengo a impresi n eque ms que una emocracia, estamos vivien o una escentralizacin el autoritarismo;esto es, que se repartieron los vicios el pasa o entre los actores, e incluso que una especie

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    e metstasis e la corrupcin se fue por los con uctos linfticos hasta afectar to os y ca auno e los r enes polticos e nuestros pases.

    Entonces, cmo po emos hablar e cali a e la emocracia? Slo en un senti oten encia . Si vamos a construir a emocracia, ay que construir una emocracia e ca i a .Y e qu valores estamos hablan o? En primer lugar, los valores propios e la Repblica,enten i a como el marco que contiene la plurali a social, el espacio el consenso. El primerelemento e la Repblica como or en legal consenti o por to os es el Esta o e erecho, quese un a en a justicia y tiene os gran es vertientes: a o e iencia a a ey, tanto por parte

    e los ciu a anos (cultura emocrtica) como e la autori a (ren icin e cuentas). LaRepblica conlleva, a ems, la i ea e igual a , igual a frente a la ley e igual a frente ala socie a . La Repblica es, por efinicin, incluyente, laica, imparcial y honorable.

    E segun o conjunto e va ores est asocia o a a i ea e a unciona i a e Esta o. Unsistema emocrtico tiene que aspirar a ser funcional en la compleji a . El autoritarismovencer como valor siempre que la emocracia no sea eficaz. Al sufragio efectivo ebesuce erle el gobierno efectivo: sistema e ivisin e po eres, e formacin e mayoras, erepresentativos esta es y que sean e espejo e as gran es corrientes po ticas, econ micas ei eolgicas e una socie a . Asimismo, la funcionali a el Esta o exige la escentralizacinterritorial e los po eres pblicos a travs e mto os fe eralistas, municipalistas, autonmicosy, finalmente, ebe ser regi a por el principio e la subsi iarie a ; es ecir, que ningunaautori a superior ejerza unciones que pue an ser cump i as por a autori a m s pr xima

    a la poblacin.El tercer y ltimo aparta o e valores que efinen la cali a e una emocracia tiene quever con la ciu a ana. En ltima instancia, el Esta o emocrtico es un Esta o cuyo sustento y

    egitimaci n es a so eran a popu ar, es ecir, asta qu punto a ecisi n o as ecisiones e apoblacin eterminan el curso e la accin el Esta o. La Repblica es el espacio el consenso; la

    emocracia es la arena e la controversia. Si no hay Repblica, la emocracia no pue e funcionar.Cmo canalizar la controversia e un mo o creativo y que sea legtima expresin e la volunta

    e a po aci n? Primero, es requisito una ciu a an a activa y reactiva. La emocracia exige unequilibrio con mecanismos e participacin ciu a ana en el ncleo e la vi a municipal, en lagestin y en la evaluacin e los servicios pblicos, y en to os los niveles e la activi a social10

    (Cansino, Cosso, Muoz Le o y Vala s, 2007).Sin em argo, se impone aqu una precisi n: o m s in mico que poseen en a actua i a

    las emocracias el continente son sus ciu a anos. Si nuestras emocracias se mantienenmuy por ebajo e los estn ares e cali a a los que se refiere la teora, no es responsabili a

    e la ciu a ana, sino e las elites irigentes que no han esta o a la altura e sus pueblos.A em s, a ciu a an a se a a ierto paso con to o en su contra, inc uso en contra e una

    10 De o esta c asi caci n a Por rio Muoz Le o.

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    Revista Mexicana de Ciencias Polticas y Sociales Universidad Nacional Autnoma de MxicoNueva poca, Ao LVIII, nm. 217enero-abril de 2013pp. 79-98ISSN-0185-1918

    larga historia e agravios y ultrajes que an hoy se empecina en someterla o ignorarla; y apesar e la ausencia funcional para las elites gobernantes e plenas garantas formales

    y reales e los erechos humanos ms elementales.Vivir en emocracia en Am rica Latina es vivir a or e, en e o r gi y reve e un

    vaso que corta y que en cualquier momento pue e quebrarse. Los peligros que la amenazanson tantos que apostar por su consoli acin resulta en ocasiones ingenuo. Ah estn, porejemplo, los peligros e la (re)militarizacin, el pre ominio e los po eres fcticos, e lacorrupci n esme i a, e popu ismo y a personi caci n e a po tica, e a esigua asocial y e la informalizacin e la poltica. Pero vivir en emocracia en Amrica Latina,a ems el esencanto y la frustracin que ha supuesto para muchos, es conquista y afirmacinpermanente e ciu a ana, es ecir, e hombres y mujeres libres que nos sabemos ca a vez

    m s art ces e nuestro estino, que intuimos que ninguna ecisi n que no aya emana oe la propia socie a , e sus necesi a es y expectativas, e sus valores y posicionamientos,ser ilegtima e impopular. Vivir en emocracia es, en suma, hacer emocracia, inventn olato os los as en los espacios pblicos, en el encuentro coti iano con los otros, es corroborarque somos nosotros, os ciu a anos, os ver a eros sujetos e a po tica a con ici n eparticipar en los asuntos pblicos, ebatien o y opinan o.

    Por fortuna, nuestras socie a es no han eja o en ningn momento e hacer lo que lescorrespon e: iscutir, ebatir, criticar, u ar, esconfiar, votar, cuestionar, exigir, eman ar.Nuestras socie a es quieren mejores eyes y mejores go ernantes, mejores instituciones y

    mejores con iciones e vi a. No quieren violencias ni imposiciones, no quieren guerras civilesni confrontaciones paralizantes. Por eso no se les pue e pe ir ms e lo que son y preten enser, en nombre e una mtica e irrealizable causa metasocial popular o revolucionaria en laque s o cree un pua o e i umina os. En rea i a , en to as partes tenemos go ernantesque no han esta o a la altura e nuestras ciu a anas, pero slo en emocracia se pue easpirar a ca a vez mejores con iciones e liberta e igual a .

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    Revista Mexicana de Ciencias Polticas y Sociales Universidad Nacional Autnoma de MxicoNueva poca, Ao LVIII, nm. 217 enero-abril de 2013pp. 79-98ISSN-0185-1918

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