CAETARIA 6_Garavilla.pdf

38
CÆTARIA Revista Bianual de Arqueología ISSN 1695-2200 Caetaria es un medio científico de divulgación de la actividad arqueológica de la ciudad de Alge- ciras, de su entorno comarcal y regional. En su faceta difusora de la labor del Museo Municipal recoge trabajos relacionados con la investigación de las obras de arte de producción local. Nº 6-7 José Antonio Rambla Torralvo In Memoriam Publicación de la Fundación Municipal de Cultura “José Luis Cano” Excmo. Ayuntamiento de Algeciras 2009

Transcript of CAETARIA 6_Garavilla.pdf

Page 1: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

CÆTARIARevista Bianual de Arqueología

ISSN 1695-2200

Caetaria es un medio científico de divulgación de la actividad arqueológica de la ciudad de Alge-ciras, de su entorno comarcal y regional. En su faceta difusora de la labor del Museo Municipal recoge trabajos relacionados con la investigación de las obras de arte de producción local.

Nº 6-7

José Antonio Rambla Torralvo In Memoriam

Publicación de la Fundación Municipal de Cultura “José Luis Cano”Excmo. Ayuntamiento de Algeciras

2009

Page 2: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

PRESIDENTASra. Dª. Inmaculada Nieto Castro

CONSEJO EDITORIAL

D. Luis Efrén Fernández Rodríguez D. Juan Bautista Salado Escaño

Teatro Romano de Málaga, Junta de Andalucía Arqueologia y Patrimonio, S.A.D. Ildefonso Navarro Luengo D. José Suárez Padilla

Ayuntamiento de Estepona Arqueotectura, S.L.L.Dª. Pilar Pintor Alonso D. José María Tomassetti Guerra

Museo Municipal de Algeciras Arqueotectura, S.L.L.

COMITÉ CIENTÍFICOMiembros titulares

Dr. D. Juan Abellán Pérez

Catedrático de Historia Medieval,Universidad de CádizDr. D. Darío Bernal Casasola

Profesor de Arqueología, Universidad de CádizDr. D. Juan Blánquez Pérez

Catedrático de Arqueología,Universidad Autónoma de MadridDr. D. Vicente Castañeda Fernández

Profesor de Prehistoria, Universidad de CádizDr. D. Patrice Cressier

Centre National de la Recherche Scientifi queDr. D. Virgilio Martínez Enamorado

Escuela de Estudios Árabes, C.S.I.C.Dra. Dª. Pilar Fernández Uriel

Profesora de Historia Antigua, U.N.E.D.Dr. D. Carlos García Peña

Profesor jubilado, Universidad Complutense de Madrid

Miembro honorífi coDr. D. Antonio Torremocha Silva, ex Director del Museo Municipal de Algeciras y fundador de Caetaria

DIRECTORD. Rafael Jiménez-Camino Álvarez

SECRETARIOD. Guillermo Guinea García, Becario de Investigación de la Universidad de Cádiz

Edita: Fundación Municipal de Cultura “José Luis Cano”, Excmo. Ayuntamiento de Algeciras.

La presente edición ha sido subvencionada por la Excma. Diputación Provincial de Cádiz.

Imprime y maqueta: Tipografía Mazuelos • Tlf.: 956 67 56 30.

Diseño de portada: Yolanda Oliva Cózar.

© Del texto y las fotografías, sus autores.

Es responsabilidad de los autores que el material gráfi co utilizado en sus trabajos cuente con la pertinente autorización

para su publicación.

© De la edición, Fundación Municipal de Cultura “José Luis Cano”, 2009.

C/ Teniente Miranda, 118. 11201 ALGECIRAS • Tlf.: 956 63 00 36 • Fax: 956 63 04 77.

Redacción, correspondencia y admisión de artículos, noticias y reseñas:Arqueólogo Municipal: [email protected] • Tlf.: 956 60 19 27.

Intercambios: Museo Municipal: [email protected] • Tlf.: 956 57 06 72.

Depósito Legal: CA/734-2009

I.S.S.N.: 1695-2200

Impreso en España

Tirada: 500 ejemplares.

D. Francisco Giles Pacheco

Director del Museo del Puerto de Santa MaríaDr. D. José Ramos Muñoz

Profesor de Prehistoria, Universidad de CádizDr. D. Juan Aurelio Pérez Macías

Profesor de Arqueología, Universidad de HuelvaDr. D. Pedro Rodríguez Oliva

Catedrático de Arqueología, Universidad de MálagaDra. Dª. Lourdes Roldán Gómez

Profesora de Arqueología, Universidad Autónoma de Madrid

Dr. D. Ángel Sáez Rodríguez

Director del Instituto de Estudios CampogibraltareñosD. Juan Ignacio de Vicente Lara

ex Director del Museo Municipal de AlgecirasDra. Dª. María Jesús Viguera Molins

Profesora Titular de Estudios Árabes e Islámicos, Universidad Complutense de Madrid

Page 3: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

RAFAEL JIMÉNEZ-CAMINO

527CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 521-524. ISSN 1695-2200

ÍNDICE

José Antonio Rambla Torralvo. In Memoriam ...................................................................................... 5

Presentación del Sr. Alcalde .................................................................................................................. 7

Presentación de la Sra. Delegada de Cultura ........................................................................................ 9

Presentación del director de Caetaria ..................................................................................................11

ARTÍCULOS

Daniel Barragán y Juan Luis Castro

INVESTIGACIONES GEOARQUEOLÓGICAS EN ALGECIRAS.

LA PALEOENSENADA DEL RÍO DE LA MIEL ............................................................................. 13

Vicente Castañeda, Francisco Torres, Luis Pérez, Yolanda Costela,

Rafael Jiménez-Camino, José María Tomassetti y Juan Manuel Bernal

EL SITIO PALEOLÍTICO DE MODO 2 DE ALGETARES (ALGECIRAS, CÁDIZ).

EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA, DESCRIPCIÓN DEL DEPÓSITO

Y ANÁLISIS DE LA INDUSTRIA LÍTICA Y SUS PROCESOS TÉCNICOS ................................ 33

José Ramos, José Juan Díaz y Lourdes Lorenzo

HALLAZGO DE UN PRODUCTO LÍTICO TALLADO DE MODO 2

DE LA CALLE JUAN MORRISON 4-6 (ALGECIRAS, CÁDIZ) ................................................... 53

Luis-Efrén Fernández Rodríguez

LA INTERACCIÓN ENTRE LOS PROYECTOS DE RESTAURACIÓN

DE ESTRUCTURAS Y LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA.

EL CASO DEL SEPULCRO MEGALÍTICO DE LA “CUEVA DE VIERA” ................................... 61

José María Tomassetti, Francisco Luis Torres, José Suárez,

Antonia María Martín, Sonia Ayala y Rodrigo Álvarez

HORNOS DE IULIA TRADUCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ):

LA FIGLINA GARAVILLA Y SU ENTORNO PALEOGEOGRÁFICO .......................................... 75

Salvador Bravo y David Trinidad

ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA EN LA PLAZA DEL CORAL DE ALGECIRAS (CÁDIZ).

LOS HALLAZGOS DE ÉPOCA ROMANA Y BAJO-MEDIEVAL ............................................... 107

Alberto Canto y Fátima Martín

HALLAZGOS MONETARIOS ISLÁMICOS EN ALGECIRAS.................................................... 125

Salvador Bravo, Miguel Vila, David Trinidad y Rafael Dorado

RESULTADOS DE LA ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN

AVENIDA DE LA MARINA, ESQUINA CALLES SEGISMUNDO MORET

Y TENIENTE RIERA DE ALGECIRAS (CÁDIZ) ......................................................................... 131

Juanjo Pulido y Sabah Walid

DESARROLLO URBANÍSTICO EN ALGECIRAS DESDE EL

SIGLO X AL SIGLO XIV EN EL SOLAR DE LA ANTIGUA FÁBRICA DE FIDEOS ............... 157

Page 4: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

RESEÑA DE “LA OCUPACIÓN PREHISTÓRICA…”

528 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 521-524. ISSN 1695-2200

Beatriz D. Perles y Elena Mª Andrades

ESTUDIO TIPOLÓGICO DE UN CONJUNTO CERÁMICO DEL

SIGLO XII EN LA AVENIDA DE LA MARINA DE ALGECIRAS............................................... 179

Sabah Walid y Juanjo Pulido

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL SOLAR DE LA CALLE

JOSÉ ROMÁN, 21-23: UN EJEMPLO DE URBANISMO MEDIEVAL

DE ALGECIRAS Y DE SU RELACIÓN CON EL AGUA ............................................................. 205

José Ignacio López y David Gestoso

DESARROLLO Y EVOLUCIÓN DE LA ARQUITECTURA DOMÉSTICA

Y DE LA PINTURA MURAL EN LA ALGECIRAS MUSULMANA (SIGLOS XI-XIV) ............ 221

Alfonso Palomo Laburu

ASPECTOS ANTROPOLÓGICOS Y PALEODEMOGRÁFICOS DE LOS

RESTOS ÓSEOS DE LA NECRÓPOLIS HISPANOMUSULMANA

DEL FUERTE DE SANTIAGO. ALGECIRAS (CÁDIZ) ............................................................... 239

Urbano López Ruiz

EL CEMENTERIO ISLÁMICO DE LA ALAMEDA DE

HÉRCULES DE SEVILLA. ÚLTIMOS HALLAZGOS ................................................................. 255

Ángel J. Sáez y Pedro Gurriarán

LA TORRE DE BOTAFUEGO DEL MONTE DE LA TORRE (LOS BARRIOS).

UNA APROXIMACIÓN A SU HISTORIA Y CONSERVACIÓN .................................................. 277

Salvador Montañés y Manuel Montañés

EL CASTILLO DE MEDINA SIDONIA (CÁDIZ):

METODOLOGÍA, INVESTIGACIÓN E INTERPRETACIÓN HISTÓRICA ............................... 301

Luis Iglesias y Luis Mª Cobos

LA VILLA MEDIEVAL DE ZAHARA DE LA SIERRA (CÁDIZ). UN PROYECTO SOCIAL ... 317

Rafael Sabio González

EL LOOR DE ALGECIRAS ............................................................................................................ 329

Manuel López Fernández

APROXIMACIÓN AL GETARES MEDIEVAL: HECHOS,

INTERROGANTES E HIPÓTESIS, SOBRE EL FONDEADERO Y SU ENTORNO .................. 343

Rafael Jiménez-Camino, Ángel J. Sáez, Mauricio López, Rafael Salmoral y Pedro Gurriarán

EL FUERTE COSTERO DE SAN GARCÍA (S. XVIII):

EXCAVACIÓN Y RESTAURACIÓN DEL HORNABEQUE ......................................................... 361

María del Pilar Pintor Alonso

RAMÓN PUYOL. AUNQUE PASEN CIEN AÑOS… ................................................................... 385

Andrés Bolufer Vicioso

INTERPRETACIONES DEL IMAGINARIO DEL MÁS ALLÁ:

VISIONES DE LAS ‘ÁNIMAS DEL PURGATORIO’ EN EL CAMPO DE GIBRALTAR ........... 401

CÆTARIA 6-7 (2009)

Page 5: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

RAFAEL JIMÉNEZ-CAMINO

529CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 521-524. ISSN 1695-2200

Carlos García Peña

EL MAUSOLEO DEL IMAM AL-SHAFI’I ..................................................................................... 419

NOTICIARIO ARQUEOLÓGICO

Vicente Castañeda Fernández

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN: LAS BANDAS DE CAZADORES-RECOLECTORES

EN EL CAMPO DE GIBRALTAR ................................................................................................... 435

José Ramos, Darío Bernal, Eduardo Vijande y Juan Jesús Cantillo

CAMPAÑA DE EXCAVACIÓN DE 2008 EN EL ABRIGO Y CUEVA DE BENZÚ (CEUTA).

NUEVAS APORTACIONES AL ESTUDIO DE LAS SOCIEDADES

CAZADORAS-RECOLECTORAS DEL PLEISTOCENO MEDIO

Y TRIBALES DEL HOLOCENO DEL ESTRECHO DE GIBRALTAR ........................................ 439

Manuela Pérez Rodríguez

EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA DE UN CAMPO DE SILOS EN LA

CALLE ARMAS DE SANTIAGO (JEREZ DE LA FRONTERA, CÁDIZ) ................................... 443

Eduardo Vijande Vila

PRIMEROS DATOS ACERCA DE LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA

DE URGENCIA EN EL ASENTAMIENTO PREHISTÓRICO DE

CAMPO DE HOCKEY (SAN FERNANDO, CÁDIZ) .................................................................... 445

Darío Bernal, José Ramos, Baraka Raissouni, Mehdi Zouak y Abdelaziz El Khayari

CARTA ARQUEOLÓGICA DEL NORTE DE MARRUECOS

(REGIÓN DE TÁNGER Y TETUÁN). BALANCE Y RESULTADOS

DE LA PRIMERA CAMPAÑA (ABRIL-JULIO 2008) ................................................................... 447

Darío Bernal, Alicia Arévalo, José Juan Díaz y José Ángel Expósito

UN NUEVO CONJUNTO INDUSTRIAL SALAZONERO EN EL BARRIO

MERIDIONAL DE BAELO CLAUDIA ............................................................................................ 453

Darío Bernal, Juan Blánquez, Lourdes Roldán y José Juan Díaz

UNA CETARIA ANEXA EN EL BARRIO ALFARERO DE CARTEIA.

ACTIVIDAD ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN LA

PARCELA R-3 DE VILLA VICTORIA (SAN ROQUE, CÁDIZ) .................................................. 459

Darío Bernal, Macarena Bustamante, Antonio M. Sáez y Lourdes Lorenzo

ACTUACIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA EN LA

PLAZA DE ÁFRICA Nº 3, CEUTA. UNA COMPLETA

SECUENCIA ESTRATIGRÁFICA DE ÉPOCA ROMANA, MEDIEVAL Y MODERNA ............ 467

Darío Bernal, Daniela Cottica y Annapaola Zaccaría

POMPEI. REGIO V, INSULA 4, CIVICO 3, SAGGIO 3. EXCAVACIONES

ARQUEOLÓGICAS EN POMPEYA POR PARTE DE LA UCA Y

DE LA UNIVE (CAMPAÑA 2008) .................................................................................................. 471

José Ignacio López y David Gestoso

EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA EN LA CALLE COMANDANTE

GÓMEZ ORTEGA Nº 13 DE ALGECIRAS (CÁDIZ) .................................................................... 477

Page 6: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

RESEÑA DE “LA OCUPACIÓN PREHISTÓRICA…”

530 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 521-524. ISSN 1695-2200

Daniel Blanco, David Gestoso y José Ignacio López

EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA EN LA CALLE SÁENZ DE LAGUNA Nº 3

ESQUINA COMANDANTE GÓMEZ ORTEGA Nº 37 DE ALGECIRAS (CÁDIZ) .................... 481

José Ignacio López y David Gestoso

EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA EN LA CALLE SÁENZ DE LAGUNA Nº 10

DE ALGECIRAS (CÁDIZ) .............................................................................................................. 485

Sonia Ayala Lozano y José María Tomassetti Guerra

EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA DE UN TRAMO DEL FOSO

DE AL-YAZIRAT AL-HADRA, EN CALLE

RUIZ ZORRILLA Nº 5 (ALGECIRAS, CÁDIZ) ............................................................................ 489

José María Tomassetti Guerra

EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA PUNTUAL DE APOYO A LA RESTAURACIÓN

DE LAS MURALLAS MEDIEVALES EN LA PROLONGACIÓN

DE LA AVENIDA BLAS INFANTE (ALGECIRAS, CÁDIZ)

Y NOTICIA DEL HALLAZGO DE DOS EPÍGRAFES

LATINOS EN LA CONTRAESCARPA DE SU FOSO ................................................................... 495

Juanjo Pulido y Hamid Abousalah

PRIMEROS DATOS SOBRE EL HALLAZGO DE TRES DINARES

LOCALIZADOS IN SITU EN LA ALGECIRAS POSTCALIFAL ................................................. 501

Juan Jesús Cantillo Duarte

LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN LA CALLE MORLA

(JEREZ DE LA FRONTERA, CÁDIZ). UNA APORTACIÓN PARA

EL CONOCIMIENTO DE LA SECUENCIA HISTÓRICA DE LA

CIUDAD DESDE EL SIGLO XI-XII AL XVIII .............................................................................. 505

Pilar Fernández Uriel

GEA Y MAR DE ALBORÁN .......................................................................................................... 509

RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS

Luis Pérez Ramos

LAS PRIMERAS OCUPACIONES HUMANAS DE LOS BARRIOS (CÁDIZ).

EL EJEMPLO PROPORCIONADO POR EL RÍO PALMONES .................................................... 515

Yolanda Costela Muñoz

VIDA Y MUERTE EN LA HISTORIA DE CÁDIZ ......................................................................... 519

Rafael Jiménez-Camino Álvarez

LA OCUPACIÓN PREHISTÓRICA DE LA CAMPAÑA LITORAL Y BANDA

ATLÁNTICA DE CÁDIZ. APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE LAS SOCIEDADES

CAZADORAS-RECOLECTORAS, TRIBALES-COMUNITARIAS

Y CLASISTAS INICIALES ............................................................................................................. 521

Normas de publicación de Caetaria ................................................................................................. 525

CÆTARIA 6-7 (2009)

Page 7: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

75CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA(ALGECIRAS, CÁDIZ): LA FIGLINAGARAVILLA Y SU ENTORNO PALEOGEOGRÁFICO

JOSÉ MARÍA TOMASSETTI GUERRA, Arqueotectura S. L.

FRANCISCO LUIS TORRES ABRIL, Licenciado en Ciencias Geológicas, UCA.

JOSÉ SUÁREZ PADILLA, Arqueotectura S. L.

ANTONIA MARÍA MARTÍN ESCARCENA, Arqueotectura S. L.

SONIA AYALA LOZANO, Arqueotectura S. L.

RODRIGO ÁLVAREZ GONZÁLEZ, Arqueotectura S. L.

RESUMEN

Estudiamos los restos de un alfar romano del

cambio de Era sobre la orilla derecha del paleo-

estuario del arroyo Saladillo y la evolución de su

medio natural circundante entre el Pleistoceno

Medio y el Holoceno Reciente, con muestras de

industria musteriense asociada a los depósitos

más antiguos. Igualmente, correlacionamos los

procesos geomorfológicos evidenciados con

la interpretación geoarqueológica actual de la

desembocadura del Río de la Miel, exponiendo

las similitudes de sus caracteres paleogeográfi cos

especialmente para los siglos I a VI d.C.

PALABRAS CLAVE

Alfar, romano, pleistoceno, holoceno reciente,

musteriense, geoarqueología.

ABSTRACT

We have studied the remains of a roman pottery

from around the time of Christ found on the right

bank of the paleo-estuary of the Saladillo river

and the evolution of the surrounding area from

Pleistocene to recent Holocene. Also fi nding

samples of musterien industry associated to the

oldest deposits. At the same time, we correlated

the geomorphological processes demonstrated

with the present geoarchaeological interpretation

of the mouth of the Río de la Miel, exposing the

similarities of its paleogeographical characters

especially from the I to the VI century A.D.

KEYWORDS

Pottery, roman, Pleistocene, recent Holocene,

Musterien, Geoarchaeology.

Page 8: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

76 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Figura 1. Entorno histórico-arqueólogico. Fisiografía, camino y murallas según AGS MPD X-94 (1726); topografía según JÜRGENS (1926). Círculos: hallazgos casuales; solares con relleno sólido: excavaciones; solares con relleno de trama: controles de movimiento de tierras; triángulo: hallazgo casual de pieza lítica; línea gruesa discontinua: perímetro de protección arqueólogica del PGMO. Parcelario catastral y base informativa: Carta Arqueológica Municipal de Algeciras (JIMÉNEZ-CAMINO y TOMASSETTI, inédito).

empresarial de constructores y arqueólogos el

esfuerzo económico y profesional que hacen para

poner en pie, más o menos airosamente según

cada caso, la gran mayoría de las actuaciones

sobre el patrimonio histórico y arqueológico

andaluz, con la tutela, eso sí, de sus gestores en

las instituciones de la Junta de Andalucía y, en

esta ocasión, del Ayuntamiento de Algeciras1.

1.- Casi todas las excavaciones de que se trata en este volumen de la

revista Caetaria se han generado, precisamente, en el marco de esa

actividad empresarial. Desde aquí reconocemos el esfuerzo que los

arqueólogos implicados en ella hacen al añadir a sus obligaciones

legales la de “investigar” sobre los resultados obtenidos, tarea a la que

se someten voluntariamente sumando horas a sus jornadas laborales

o restándoselas a sus periodos de descanso. Cuestión aparte es la

calidad del trabajo de cada cual, para cuya atinada valoración están

quienes nos leen. No obstante, por mucho que les faltase profundidad

o información, sigue siendo por su parte un derroche de generosidad

hacia el común de la ciudadanía y hacia lo que se ha dado en (auto)

denominar “comunidad científi ca”, que tanto se nutre de nuestras

aportaciones (y a menudo, ingrata o envidiosa, infravalora).

1. INTRODUCCIÓN

La iniciativa privada de Desarrollos Inmo-

biliarios Campotejar S. L. ha permitido, al hilo

de su promoción en el solar de la antigua fábrica

de conservas Garavilla, acometer la actividad

arqueológica preventiva que, contratada con Ar-

queotectura, Estudios de Patrimonio Arqueológico

S. L., autorizó la Dirección General de Bienes

Culturales a nombre de Rodrigo Álvarez el

pasado 11 de abril de 2008 y llevó a término el

equipo fi rmante entre los días 5 de mayo y 4 de

julio del mismo año.

El solar ocupa la parcela catastral

0104003TF8000S0001JL, con fachada principal

al Paseo Victoria Eugenia nº 13 (Fig. 1). Sobre

su superfi cie de 17.355 m2, el diagnóstico

arqueológico se ha centrado en un espacio

poligonal de 3.796 m2, donde se pretende el

levantamiento de tres edifi cios de viviendas. Las

instalaciones de la conservera se encontraban

demolidas y sus cimientos removidos y

retirados, circunstancia que ha condicionado la

conservación del subsuelo en buena parte de la

zona de trabajo, cuya rasante, en el momento de

iniciar la excavación, presentaba un leve descenso

hacia el Noreste con pendiente aproximada del

5% (entre los 3’00 y los 5’00 m.s.n.m.).

Su ubicación coincide con una amplia ladera

en la confl uencia entre el arroyo Saladillo y

la primitiva línea de costa (antes de que las

instalaciones portuarias ganaran terreno al mar),

en tierras formadas sobre una secuencia de terrazas

fl uviales y acúmulos detríticos cuaternarios que

cegaron un antiguo estuario en la desembocadura

del arroyo, como se demostrará en adelante.

La proyección de objetivos de nuestra

intervención, por supuesto, se atenía a los

condicionantes derivados del contrato de

prestación de servicios que la ha posibilitado,

no siendo una investigación sensu stricto, como

en general se suele entender, sino un conjunto

de actuaciones enfocadas, en última instancia,

a la liberación de la parcela de sus cargas

patrimonial-arqueológicas. No dude nadie que

esto es así en todos los casos derivados de la

promoción inmobiliaria en zonas cauteladas

por la normativa municipal y/o autonómica.

En este sentido, hemos de agradecer a la labor

Page 9: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

77CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Todo ello no ha evitado, sin embargo, que

nuestra implicación con el proceso de construcción

de la historia local haya guiado el desarrollo

de esta intervención, de manera que, desde

planteamientos teóricos personales, diversos

y sin necesidad de una formulación expresa, la

colaboración entre Arqueotectura y Paco Torres

ha dado el fruto inicial que ahora sometemos a

la consideración pública de los lectores de esta

revista2.

Por tanto, sí que teníamos objetivos

“intelectuales” defi nidos desde un principio.

Los mismos y amplios que, mutatis mutandi,exponemos una y otra vez en nuestros proyectos

algecireños, y que se resumen en pocas palabras:

identifi cación de la paleotopografía de la ladera

donde se encuentra el solar afectado; elucidación

de la secuencia diacrónica de ocupación humana

desde sus orígenes; constatación de la presencia

o ausencia de estructuras arquitectónicas en las

distintas épocas y horizontes3; explicación de

las discontinuidades del poblamiento entre las

distintas fases históricas; y valoración del grado

de afección de las modifi caciones urbanísticas

sobre la estratifi cación subyacente.

El modo de aproximarnos a la consecución

de tales objetivos ha pasado, obviamente, por

la intervención de campo. En Garavilla se ha

diseñado en tres fases, marcadas como dos en

Figura 2. Planta general de ubicación de sondeos, zanjas, hornos y excavación en extensión, con propuesta de linea de “paleocosta”.

2.- Además hemos contado con la inestimable ayuda de Vicente

Castañeda Fernández (UCA) y su equipo del grupo de investigación

Primeras ocupaciones humanas y sus inferencias socioeconómicas en el extremo Sur de la Península Ibérica (HUM-831), a quienes

hemos cedido gustosamente los materiales paleolíticos recogidos

para incluirlos como parte de sus estudios sobre los más antiguos

pobladores de la Bahía de Algeciras. A Vicente en concreto debemos

la primera valoración de ese conjunto lítico, que se incorporó como

anexo a la memoria de resultados.

3.- Para Garavilla en concreto, se pretendía además saber de un

supuesto cementerio medieval islámico imaginado en su día por Antonio

Torremocha (por ejemplo, en TORREMOCHA y otros, 1999: 56),

cuando se esperaba que la excavación en “Huerta del Carmen” aportaría

datos en ese sentido, cosa que lógicamente no podía ocurrir y no ocurrió,

como puede apreciarse en la memoria que elaboramos NAVARRO y

TOMASSETTI (1999) y se publicará en breve (TOMASSETTI y otros

e. p.). A pesar de ello, esa idea, que ahora no ha sido viable afi rmar o

negar dado el arrasamiento del cerro por la fábrica de conservas, en

su día sirvió a los técnicos municipales para incluir en el polígono de

protección arqueológica del PGMO la zona más meridional del núcleo

urbano tradicional. La maqbara en cuestión debía ser, según opinión del

citado autor, el sector extramuros conocido por la Crónica de Alfonso

XI como “fonsario”, lo cual, a la vista de la nueva geografía urbana de

las villas medievales (JIMÉNEZ-CAMINO y TOMASSETTI 2006),

resulta ya imposible de defender pues se ubica al Norte de las murallas

recién puestas en valor en la prolongación de la avenida Blas Infante

(SUÁREZ y TOMASSETTI 2009); puede leerse una breve reseña de

nuestros trabajos en ellas en este mismo volumen y la síntesis de las

cinco campañas en el cementerio “correcto” -el del Fuerte de Santiago-

en TOMASSETTI y otros (2006).

Page 10: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

78 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

el texto del proyecto pero modifi cadas por los

resultados iniciales, dado que trabajamos en

continua revisión de la sencilla metodología (por

muy complejos que sean los procedimientos)

que da cuerpo a la técnica arqueológica actual,

en cuya escrupulosa aplicación consiste nuestro

trabajo 4.

Así, comenzamos con el replanteo topográfi co

de veintidós sondeos cuadrados y con lados

de metro y medio, nombrados con letras

mayúsculas, desde la A a la U (evitando la CH),

y distribuidos en cinco columnas, cada una de

las cuales contenía un número variable de ellos

por su adaptación a la morfología del polígono

dentro del que trabajábamos (ver Fig. 2 para

ubicación de sondeos, zanjas y excavación de

los hornos). Terminada su excavación manual,

han sido la guía, en segunda fase, de dieciséis

zanjas organizadas en tres baterías, con su

misma anchura y longitudes diversas (entre diez

y cuarenta metros), abiertas con una máquina

retroexcavadora. Sus denominaciones coinciden

con las de los sondeos a partir de los que se

abrieron o las de los que unen (de la A a la M,

NÑO, PQR y STU).

El rebaje mecánico se ha completado con la

apertura de un amplio rectángulo de quince metros

y medio por catorce que integra los restos de tres

hornos localizados durante el zanjeado, entre las

mitades occidentales de las zanjas B y D. Con

ello se removieron los niveles contemporáneos

que sobremontaban las estructuras romanas,

dejando el espacio expedito para su excavación

manual, que ha sido nuestra tercera fase de

trabajo de campo. Hemos excavado en extensión

los niveles arenosos holocenos que amortizan al

estrato de vertido de alfar estudiado en el perfi l

norte de la zanja B (reconocido como B5 y C4 en

sus respectivos sondeos). El objetivo puntual de

esta actuación era obtener información sufi ciente

para valorar una cronología relativa ante quemdel abandono de la fi glina ya que se encuentra

decapitada y seccionada verticalmente por las

obras de instalación de la fábrica de conservas.

La excavación de los hornos (para cuya

denominación se ha usado la letra V) se ha

desarrollado siguiendo criterios de conservación y

ubicación. Así, V1, localizado durante la apertura

de la zanja C (y levemente afectado por los dientes

del cazo de la máquina), sólo ha requerido su

limpieza superfi cial para liberarlo de escombros

recientes y defi nir su planta conservada, de apenas

medio metro cuadrado. Hemos documentado su

sección en el perfi l norte de la zanja C. Por su

parte, V2, al Sur del anterior, ha sido integrado en

un sondeo rectangular de cuatro con cuarenta por

nueve con ochenta metros que también incluye

los restos de una “atarjea” embutida en las arenas

de base. Por último, V3, al Oeste de V1, había

perdido parte de su volumen por la instalación de

una riostra de hormigón que lo seccionó por la

mitad; lo conservado, tras su limpieza superfi cial,

quedó inscrito en un sondeo de tres por cinco

metros. Este horno queda en parte fuera del

espacio destinado a aparcamientos de los edifi cios

promovidos; sin embargo, la superfi cialidad de

los restos y la escasa entidad de lo conservado

aconsejaban su estudio ya que el gasto necesario

era asumible por el presupuesto económico.

Lámina 1. Panorámica general desde el Oeste del con-junto excavado, con indicación de zanjas.

4.- Arqueotectura siempre acomete sus excavaciones manuales mediante

procedimiento estratigráfi co (tal como lo han formulado los autores de

referencia obligada, especialmente E. Harris y A. Carandini), despejando

las unidades estratigráfi cas y, una vez identifi cadas y caracterizadas,

levantándolas en el sentido inverso al de su deposición, si es posible.

El rebaje mecánico siempre ocurre bajo control presencial directo y

permanente de un técnico experimentado. La información se registra

en formatos desarrollados por nosotros mismos, equivalentes a tantos y

tantos otros que utilizan nuestros colegas y algunas instituciones, y que

se agrupan en un inventario de campo para materiales muebles, fi chas

normalizadas de unidades estratigráfi cas, un diario de excavación (no el

ofi cial de la Junta, que es meramente un libro de incidencias y, por tanto,

debería cambiársele el nombre, evitando así que algún novato -como ha

ocurrido- requiera de la Delegación Provincial varios ejemplares al tratar

de verter en ellos las notas de campo) y, coyunturalmente, estadillos de

toma de profundidades o de triangulación de puntos y ejes de dibujo. La

documentación gráfi ca se pretende siempre completa (pero huyendo de

la exhaustividad inoperante y cara, aparte de inútil en las ocasiones en

que no se tienen criterios adecuados para seleccionarla, lo cual se traduce

en gigabytes de fotografías desde que es común el formato digital), y se

concreta -aparte la fotografía- en dibujos a escala de plantas, secciones y

perfi les signifi cativos. El recurso puntual a restituciones fotogramétricas,

que tan buenos resultados ofrece, no ha sido necesario en esta ocasión.

Page 11: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

79CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Figura 3. Planta general de la fi glina.

2. ESTRATIGRAFÍA

Hemos individualizado 85 unidades estra-

tigráfi cas, cuya síntesis descriptiva consta en los

Anexos 1 y 2. El análisis de sus relaciones físicas

e indicadores cronoculturales, en correlación con

la estratigrafía geológica, ha permitido el montaje

ordenado de la secuencia de acciones y fases, así

como el diagrama estratigráfi co de la fi glina (Fig.

5).

En la estratifi cación estudiada se imbrican los

procesos naturales y las acciones humanas dando

a la secuencia un carácter geoarqueológico muy

marcado. La ordenación de los datos procesados

ha requerido, por ello, una interpretación cruzada

entre los resultados de ambos diagnósticos

-arqueológico y geológico- que, en última instan-Lámina 2. Panorámica general desde el Oeste de la excavación de la fi glina.

cia, han proporcionado los elementos necesarios

para comprender la sucesión de acontecimientos

en su conjunto. La fasifi cación realizada, por

tanto, combina todas las informaciones y propone

una distribución en cuatro grandes fases, que se

explicarán a continuación.

Page 12: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

80 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

(CASTAÑEDA 2008). En su conjunto lo hemos

considerado como el estrato geológico I (Tabla 1).

No se ha alcanzado durante la excavación manual

de ninguno de los sondeos previos, pero se han

podido estudiar en los perfi les de las zanjas E, G,

H e I.

Se ha establecido en su análisis que los niveles

conglomeráticos pleistocenos se constituyen

en el área fuente de buena parte de los cantos

rodados que luego terminan redepositados en los

sedimentos fl uviales holocenos (Fase II), bases

naturales sobre las que se fabricó la industria lítica

recuperada en las unidades estratigráfi cas C4, M3

y M4, pero, sobre todo, por su abundancia, en las

recogidas superfi ciales durante la prospección

del terreno sometido a diagnóstico. El estudio

morfotécnico de estos elementos líticos realizado

por Vicente Castañeda los atribuye al modo 3,

musteriense en la terminología clásica, o a la

transición 2-3 (achelense-musteriense), entre

los estadios isotópicos (oxygen isotope stages)

OIS5 y OIS3 (hacia 120.000-50.000 años BP)

atendiendo a las cronologías propuestas para las

cuevas gibraltareñas.

Para su comprensión previa conviene, no

obstante, indicar que hemos utilizado el horizonte

romano del alfar y su vertido como organizador

del conjunto, de modo que, hasta su instalación, se

reconocen los depósitos como grandes paquetes

geológicos (pleistocenos los más antiguos,

holocenos los más recientes; agrupados todos en

la Fase 0); que la Fase I está representada por la

propia fi glina y que hemos considerado Fase II

a los sedimentos que colmatan la vega fl uvial a

techo de los restos del alfar; por último, que la

Fase III está constituida por un conjunto diverso

de rellenos y afecciones sobre lo subyacente en

época contemporánea relativamente reciente. Una

primera ordenación de datos se expone en la tabla

1, que servirá de guía en su análisis inmediato.

3. FASE 0. CUATERNARIO FLUVIAL

3.1. Subfase 0a. Pleistoceno

El estudio geológico indica que, en la

base de la secuencia conocida, se encuentran

diversos paquetes de arenas y conglomerados

mediopleistocenos equivalentes al nivel de

terraza media o T2 defi nida para el río Palmones

Figura 4. Perfi les septentrionales de las zanjas B, C, E, H e I.

Page 13: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

81CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Tabla 1. Síntesis de la columna geológica en la parcela.

La asociación de dicha industria con la fase

pleistocena es compleja. Interpretamos que las

muestras de superfi cie aparecen en posición

secundaria por la remoción contemporánea de los

niveles fl uviales holocenos en que se encontraban

residualmente (horizonte de C4, M3 y M4) tras

una redeposición causada por la erosión de sus

contextos originales. A pesar de ello, no plantea

dudas tras el reconocimiento de la parcela en su

conjunto y de la zona inmediatamente colindante

(jardines del Palacio Marzales, al Sur, por

ejemplo, en cuyo talud occidental ya recuperó

Page 14: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

82 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

nuestra compañera Cibeles Fernández una lasca

en cuarcita hace años: marca triangular al Sureste

de la Fig. 1).

3.2. Subfase 0b. Terraza Superior Holocena

En contacto discordante sobre la terraza

pleistocena se han identifi cado seis litologías

distintas, básicamente arenas, a veces con

limos o cantos, producto de la dinámica fl uvial

del arroyo Saladillo (facies de canal principal,

desbordamientos del mismo en su llanura de

inundación, zonas encharcadas). En los sondeos

se han reconocido como tales los estratos G3, H2,

I2 (arena anaranjada); B6, D6, G2 (arena marrón

con gravas y cantos); E6 (limos grises); E5, O5

(arena limosa anaranjada) y E4 (arena arcillosa

beige-marrón), con inclusiones cerámicas desde

E6.

Las arenas masivas amarillas de grano medio

(estrato geológico V), conjuntamente con otras de

colores abigarrados (amarillos, marrones, grises:

estrato IV), que se corresponden con E4, siendo

depósitos fl uviales de llanura de inundación

por desbordamientos de canal, formarían una

pequeña terraza apoyada sobre el escarpe erosivo

pleistoceno. Es en este paquete arenoso donde se

excavará el terreno para instalar los hornos 5.

4. FASE I. FIGLINA ROMANA

La cronología de E4 (estrato V de la secuencia

geológica) depende de su contenido en materiales

cerámicos. Entre lo poco reconocible aportan

datación las ánforas: una Beltrán IIB (fechadas en

la zona a inicios de época fl avia) y posible-

mente una Venta del Carmen I (de momentos

inmediatamente anteriores al cambio de Era). Este

estrato, por tanto, queda ubicado en la primera

mitad del siglo I d. C. (más concretamente entre

los años -10 y 80, como terminus ante quem),

aunque los elementos datantes, como se ve, son

muy escasos.

Ciertamente desconocemos si la excavación

de las cámaras de fuego y praefurnia cortaron

otros estratos de formación más reciente,

estando la secuencia decapitada por nivelaciones

contemporáneas de la Fase III, aunque es cierto

que la cronología que se propondrá para el alfar

prácticamente coincide con la de E4, impidiendo

5.- Todos los sedimentos estudiados (excepto las arenas de la barra)son de origen fl uvial y, por tanto, continentales. Adelantando y sintetizando la información para su mejor comprensión, hay que indicar que en la última glaciación (OIS2), una gran bajada del nivel del mar originó la excavación por parte del paleo-Saladillo de unvalle sobre los sedimentos fl uviales pleistocenos anteriores que, al inundarse en la posterior subida del nivel marino, conformarían la paleoensenada del Saladillo. A su vez, el encajamiento de la redfl uvial durante el último glacial produjo una serie de capturas porparte de afl uentes de la margen derecha del paleo-río de la Miel sobre cauces que pertenecían a la cuenca del paleo-Saladillo. Debido a esto, tras la subida del nivel del mar (actual interglacial), la cuenca del paleo-Saladillo quedaría tan reducida que no acumularía los caudalessufi cientes para, en épocas de avenidas, romper la barra arenosa que,por dinámica litoral, empezaría a formarse en su desembocadura a partir del máximo Flandriense, lo que provocó la -en términosgeocronológicos- rápida colmatación de la paleoensenada y que, para época tardorromana, ya fuera un medio mayoritariamente continental, sin apenas infl uencia marina constatable en nuestra zona de estudio. Al contrario, en el caso del río de la Miel, su estuariono se colmató totalmente hasta fechas muy posteriores, debido a su mayor cuenca y por tanto a su capacidad de romper la barra arenosaen épocas de avenidas.

Tabla 2. Cronología de los estratos con cerámicas en los sondeos previos.

Page 15: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

83CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

En esencia, queda un arco de circunferencia

perteneciente a la pared interior, de arcilla

quemada, que apoya directamente sobre la

interfacies de su excavación en el subsuelo (al

conjunto se le ha denominado UE-V100). El

revestimiento arcilloso se extiende igualmente

por el fondo de la estructura, según se observa en

el perfi l norte de la zanja C.

La excavación de B5=C4 en extensión

(recordamos que con la pretensión de obtener un

término límite para la cronología de la fi glina)

se ha desarrollado al Norte de su posición, pero

-lamentablemente- sin existir contacto físico

con él. De hecho, B5=C4 no tiene relación

estratigráfi ca directa con ninguna de las

estructuras halladas, sino con el paquete arenoso

en que se excavan (E4=V210).

4.2. Horno V2

Así, cortando a V210, se instala también el

segundo horno, mediante el rebaje previo del

terreno evidenciado por las interfacies V200 (que

alojará la cámara de combustión) y V212 (donde

se encaja el praefurnium).

que otros paquetes sedimentarios perdidos

modifi caran sustancialmente lo dicho.

En términos generales, esta segunda fase se

compone, en primer lugar, de un conjunto de

acciones constructivas (repetidas para los tres

hornos hallados) que afecta, excavándola, a la

fase precedente; y, en segundo lugar, un momento

fi nal representado por los niveles de colmatación

interior de las estructuras tras su abandono. Aún,

en V2, se verá la reutilización de parte de su

espacio como calera una vez abandonado su uso.

El desmonte contemporáneo del terreno y otras

afecciones más recientes (explanaciones, derribo

y remoción de cimientos) afectaron gravemente

a las ruinas del complejo alfarero, de manera

que sólo ha pervivido la planta casi completa del

denominado V2. En ninguno de los casos se ha

conservado más de 70 cm de potencia, siendo

la totalidad de lo excavado parte de las cámaras

destinadas a la carga y quema del combustible

y los niveles más bajos de sus colmataciones

internas.

4.1. Horno V1

Localizado durante el rebaje mecánico de

la zanja C, se conservan apenas 0’30 m2 de su

superfi cie con una potencia máxima de 0’70 m.

Tras su limpieza superfi cial y documentación

gráfi ca en planta y perfi l, prescindimos de su

excavación interior (un escasísimo volumen

de sedimento en torno a 0’025 m3). Aparte del

corte que le produjo la apertura de nuestra zanja,

se encontraba previamente seccionado, y casi

destruido, por una gran zanja de unos 4’50 m de

anchura (UE-V202=A4), la misma que afecta

marginalmente al horno V2.

Figura 5. Diagrama estratigráfi co de la fi glina.

Lámina 3. Horno V1.

Page 16: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

84 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Figura 6. Planta sintética de los hornos y planos acotados de unidades estratigráfi cas.

V2 nos evidencia el tipo de horno de esta

fi glina (que suponemos igual a V1 y a V3). Se

trata de una planta circular de aproximadamente

3’40 m de diámetro (medido en la cara exterior

de la pared: cámara de fuego o de combustión)

a la que se accede por un pasillo de 2’40 m de

largo y 1’90 m de anchura máxima6 y orientación

NE-SW, siendo éste el prefurnio (sus anchuras

mínimas aproximadas oscilan entre los 0’60 m a

su entrada y 1’00 m en el acceso a la cámara).

No hay evidencias de la columna central que,

en la cámara de fuego, debía sustentar la parrilla

de separación entre ésta y la cámara de cocción,

aunque consideramos que, por sus dimensiones,

debió poseerla y perderse posteriormente por

causas desconocidas. Este modelo, el denominado

IA por CUOMO (1971-1972), es el más habitual

en las fi glinas béticas y, específi camente, en las

gaditanas (LAGÓSTENA y BERNAL 2004: 39-

123).

6.- Lo irregular de la planta en la zona del prefurnio impide asegurar

medidas concretas; téngase en cuenta que sobre él se habilita la

calera V204 en la última subfase de uso, como ocurrió también en el

horno del sector C de Venta del Carmen, en Los Barrios (BERNAL

1998: 84-86).

Page 17: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

85CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Por su parte, el sistema constructivo de la

cámara consiste en un recubrimiento interior de

las superfi cies habilitadas por la excavación de

la fosa cilíndrica inicial, creando paredes (V200)

con un grosor de entre 0’10 y 0’15 m, al igual que

se vio en V1, y del mismo modo con evidentes

muestras de rubefacción por efecto del calor. A

falta de otros indicadores, interpretamos que las

UEs V213 y V214 constituyen la base de la cámara,

nivel de uso a partir del cual se superponen los

estratos que provocan su colmatación interior.

Ésta se inicia con las UEs V207 (arcilla rojiza

muy compacta sin inclusiones); V213 (arena

marrón rojiza con manchas blancas, verdes, rojas

Figura 7. Restitución teórica de la sección del horno V2.

Lámina 4. Horno V2.

Page 18: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

86 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

7.- El hallazgo de estas piezas nos sugirió en principio encuadrarlas

en el grupo de las llamadas BRTH-D de Peñafl or (BUSTAMANTE

Y HUGUET, 2008), pero tras consultas con la doctora Encarnación

Serrano Ramos, de la Universidad de Málaga, reconocida

investigadora de la producción de sigillatas hispanas, descartamos

esa opción y pudimos identifi carlas como itálicas. No obstante,

con el Gabinete de Arqueología del Ayuntamiento de Algeciras,

pretendemos abordar el análisis arqueométrico de las producciones

alfareras locales romanas y medievales mediante un proyecto de

investigación que incluya tanto la caracterización de las materias

primas como la de sus pastas en el contexto del Campo de Gibraltar,

Ceuta y el Norte de Marruecos, proyecto que, entre otras cosas,

evitará futuras confusiones en la identifi cación de los conjuntos

menos habituales.

en la primera mitad del siglo I d. C. (BERNAL

y LORENZO 2002: 225); en Lacipo (tipo 10),

donde son muy abundantes (PUERTAS 1982:

224); y en el extremo oriental de Málaga, en los

alfares de Torrox (tipo 2.1 de Beltrán; SERRANO

2000: 58), donde se fechan genéricamente en el

siglo I d. C.

Con respecto a la vajilla de mesa, destaca

un conjunto de piezas incluidas dentro del grupo

de las sigillatas itálicas, aunque con barnices

exteriores muy oscuros, desde el negro hasta

tonalidades marrones parduzcas. Las piezas

presentan cubiertas brillantes al interior y más

mates al exterior. La capa de engobe es muy fi na, y

tiende a descascarillarse en algunos casos, siendo

más adherente en otros. Se trata de piezas con

pastas muy depuradas, sin desgrasante visible,

blandas al tacto, con roturas de perfi l redondeado.

El color de la pasta es dominantemente claro, con

tonalidades desde beige a siena o rosáceo.

Los ejemplares de V201 corresponden a los

tipos Conspectus 12 (Fig. 12.5), Conspectus 33

(Fig. 12.7) y un posible tipo Conspectus 20.1 (Fig.

12.8). Los identifi cables de V206 son formas lisas

Conspectus 33 (Fig. 12.1), un fondo de posible

Conspectus 7 (Fig. 12.3) y un trozo de galbo de

un cuenco decorado con motivos estampillados

que podría corresponder al tipo Conspectus

R-4.1 (Fig. 12.4), fechado en tiempos de Tiberio

(AA.VV. 2002: 110). En general, por tanto, nos

encontramos con ejemplares producidos en torno

al cambio de Era y al periodo fl avio7.

Acompañan a este grupo otros fragmentos de

sigillatas importadas: un fragmento en V201 del

cuerpo de una copa de TSI, tipo Conspectus 22;

y, en V206, uno de borde de TSI tipo Conspectus

17.2 (Fig. 9.8) y tres de copas de TSG de las

formas Dragendorff 24/25 (Fig. 9.6 y 9.7) y

y restos de rubefacción); y V214 (arena roja

compacta con manchas blanquecinas), sobre las

que se deposita V206 (arena rojiza semi-compacta

con frecuentes inclusiones cerámicas) que, a

su vez, recibe a V201 (arena marrón parduzca

con manchas rojas e inclusiones cerámicas).

Por su parte, el hueco del prefurnio (V212) se

encuentra relleno por la V205 (arena arcillosa

marrón verdosa con manchas rojas e inclusiones

moderadas de fragmentos cerámicos equivalentes

en su conjunto a los encontrados en V206).

El análisis de las cerámicas contenidas en

V201 y V206 arroja los siguientes resultados.

Ánforas. Por un lado, en V201, se ha

recuperado un fragmento identifi cado como

Dressel 1A (siglo I a. C.) (Fig. 8.5) y varios

de un ejemplar de Gauloise 4 (Fig. 8.4), tipo

de origen gálico que se está produciendo en la

tarraconense y la layetania a partir de época

fl avia (LÓPEZ y MARTÍN 2008: 711). Un grupo

de piezas parecidas a esta última se ha descrito

como “ánforas de borde almendrado” en Lixus,

en contextos estratigráfi cos centrados en época

de Augusto (BONET y otros 2005: 122). Por su

parte, en V206, junto a otro borde de Gauloise

4 (Fig. 10.2) se documenta un fragmento de

posible Haltern 70 (Fig. 10.1). Estas últimas

son producidas en la propia Bahía de Algeciras,

concretamente en los alfares de Villa Victoria,

entre el 10 a. C. y el 10 d. C. (GARCÍA y

BERNAL 2008: 668).

La cerámica común está bien representada

en el estrato V206. Se localizan fragmentos de

cuencos hemiesféricos (Fig. 11.1 y 11.2), con

paralelos en Lacipo (tipo 53) (PUERTAS 1982:

251) y cronología del siglo I d. C.; un jarro

de cuello corto, trilobulado (Fig. 10.3), con

paralelos en el yacimiento del Castillón (Málaga)

en contextos que van de la segunda mitad del

siglo I d. C. a la primera mitad del II (SERRANO

2000: 240) y jarras (Fig. 10.4 y 10.5) semejantes

a otras producidas en los alfares de Cartuja, para

las que se propone una cronología genérica de

época imperial (SERRANO 2000: 241). Pero el

grupo mejor representado es el de las ollas-orzas

con cuerpo de tendencia globular, sin cuello, con

borde entrante, moldurado y labio caído o plano

(Fig. 11.3 a 11.6). Estas piezas se documentan en

yacimientos imperiales de la Bahía de Algeciras

Page 19: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

87CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Figura 8. Cerámica de V201.

Page 20: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

88 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Figura 9. Cerámica de V206.

Page 21: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

89CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

En resumen, la cotejación de todas las

inferencias de orden cronológico, a las que se

añaden las mínimas indicaciones del estrato

V211, nos lleva a proponer una cronología para

la fi glina en su conjunto entre los últimos años

del siglo I a. C. y los centrales del I d. C., como

queda representado en la tabla cronológica (Tabla

3). Es de suponer que los estratos descritos se

depositaron una vez que el horno ya no estaba

en funcionamiento (aunque tal vez durante su

actividad), de manera que la datación propuesta

debe considerarse prudentemente como terminusante quem para una correcta valoración del

periodo de uso de las estructuras.

En clara relación espacial con el horno se ha

excavado V209, una sencilla estructura con forma

de pequeña zanja orientada NE-SW (con longitud

conocida de 2’70 m; anchura media c. 0’60 m)

excavada en las arenas de base y sin elementos

interiores de fábrica que complementen al canal

habilitado. Originalmente poseía cubierta de

lajas que fue afectada por el rebaje mecánico y

de la que se conservaron fi nalmente un par de

elementos (Fig. 6).

27 (Fig. 9.9), que refuerzan una cronología de

mediados del siglo I d. C. como fecha tope para

la formación de este depósito. Contiene también

V206 un reducido repertorio de fragmentos

de “paredes fi nas”, previsibles producciones

béticas del tipo Mayet XXVII o XXXVIII, con

decoraciones correspondientes a los estilos VII-1

y VII-11 (Fig. 9.1 a 9.4) y cronologías situadas a

partir de Claudio (41-54 d. C.) hasta la segunda

mitad del siglo I d. C.

Lámina 5. Cerámicas itálicas de la unidad estratigráfi ca V206.

Figura 10. Cerámica de V206.

Page 22: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

90 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Figura 11. Cerámica de V206.

Figura 12. Cerámicas itálicas de V201 y V206.

Page 23: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

91CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Su relleno interior (V211), arena marrón

con algunas piedras, ha aportado muy escasos

restos cerámicos, como ya ha quedado dicho.

El escaso grupo de ánforas, muy fragmentadas,

corresponden a otro borde de posible Haltern 70

(Fig. 13.1) y a uno de una pieza con reducido

diámetro que podría tratarse de una Dressel

20-A (Fig. 13.2), presente en los alfares béticos

de Carmona en época augustea (GARCÍA y

BERNAL 2008: 674). Junto a ellas, el borde

de una gran cazuela (Fig. 13.3) con paralelos

en Lacipo del siglo I d. C. (tipo 42; PUERTAS

1982: 244), y un contenedor de boca ancha y

borde vuelto (Fig. 13.4), que también encuentra

ejemplares análogos y de semejante cronología

en este último yacimiento.

V209 inicia su recorrido junto a la boca

del prefurnio, al Este y a un metro escaso de

distancia, por lo que suponemos debe relacionarse

funcionalmente con él, pero desconocemos su

uso concreto (su interior es permeable: no podía

servir para la canalización de aguas, aunque

tiene pendiente que desciende hacia el NE). Otra

posibilidad de difícil valoración sería vincularlo

al momento de reutilización del prefurnio como

calera, pero se conocen casos de canalizaciones

en otros complejos alfareros que aconsejan

vincularla con el propio horno.

En efecto, cuando el horno V2 dejó de

funcionar, y seguramente después de desmontar

la estructura que componía el praefurnium, su

espacio fue reutilizado como calera: UE-V204.

Tal como ha sido encontrada consiste en una

fosa irregular de algo menos de 6’00 m2 (3’60

y 1’90 m como longitud y anchura máximas)

superpuesta al espacio originalmente ocupado

por el pasillo de acceso al horno (y parcialmente

al extremo oeste de la cámara de fuego) y

rellenada por un aglomerado de piedras calizas

calcinadas superfi cialmente (con algunas otras

areniscas) incluidas en una matriz compacta

de arcilla verde con manchas rojizas y algunos

fragmentos cerámicos8. La datación aportada

por dichos fragmentos resta bastante imprecisa,

Figura 3. Síntesis de elementos datantes del repertorio cerámico en el horno V2.

8.- Hay que reseñar que la caliza es una roca alóctona en este entorno;

su presencia, por tanto, obedece sin duda a un aporte intencional

desde, como mínimo, la zona de la cantera de Los Pastores, a unos

2 km en línea recta

Page 24: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

92 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Figura 13. Cerámicas de V211.

Page 25: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

93CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

contando sólo con algunos fragmentos de Terra sigillata gálica de formas no reconocibles.

4.3. Horno V3

Unos 9 metros al Oeste de V2 se ubica

este tercer horno, de similares características

constructivas y en peor estado de conservación

debido a haber sido seccionado en su mitad

oriental por una correa de hormigón perteneciente

al edifi cio de la fábrica (UE-V303) y al Sur por

labores de explanación del terreno producidas en

el siglo XX (UE-V304).

Se conservan unos 3 m2 de la cámara de

combustión (UE-V300), excavada, como en los

dos casos anteriores, sobre el paquete de arenas

masivas que componen E4 (aquí UE-V305) hasta

la cota superior de V302, que consideramos la

superfi cie de uso al interior de dicha cámara.

Las paredes también se han fabricado mediante

revestimiento de arcilla, enrojecida por efecto

del calor, aunque ha resultado difícil defi nir su

latitud, con valores que oscilan entre 6 y 40 cm.

La colmatación interior de este espacio

substruido-construido ha sido identifi cada como

UE-V301 (arena marrón parduzca muy compacta

con manchas rojas, incluyendo restos de pared

rubefactada). Su contenido en cerámicas, muy

escasas y coincidentes grosso modo con la

procedente de los rellenos de V2, permite afi rmar

contemporaneidad con el resto de los fornaces.

4.4. Vertedero

El primer indicio detectado de la existencia

de la fi glina fue la UE-B5. Tal como se encuentra

descrita se trata de un nivel muy carbonoso en

matriz arcillosa rojiza con restos antracológicos

y fragmentos de cerámica. Posteriormente, la

apertura de la zanja B permitió su lectura en

perfi les, observándose cómo se adapta a una

topografía en cuesta entre las cotas 4’60 y 3’04

m.s.n.m. (a lo largo de 12’48 m, lo que representa

una pendiente del 12’50%). Su potencia media de

20 cm nos sugiere que forma parte de los extremos

de la zona de vertidos del alfar; de hecho, el

contenido artefactual procedente de B5 es exiguo

y nada signifi cativo desde el punto de visto

cronológico (abundan los fragmentos de galbos de

ánforas). Ateniéndonos a las dimensiones de los

hornos y a su posición topográfi ca, entendemos

que la cota mínima original de la ladera en que

se excavan se encontraría en torno a 6’00 o 6’50

m.s.n.m., altura a partir de la cual se iniciaría

la acumulación de desechos procedentes de las

cocciones y, consecuentemente, se perderían

casi por completo cuando se explanó el terreno

para la instalación de la fábrica de conservas. En

extensión, dentro de la zanja B, ocupaba unos 19

m2, siendo ésta la única precisión que cabe hacer

sobre las dimensiones espaciales del vertedero.

Su posición estratigráfi ca entre B4 y B6 indica su

deposición sobre un paquete de cantos holoceno

y su amortización en época tardoantigua, como

así se ha comprobado en la lectura de perfi les de

la zanja.

En otro orden de cosas, se extiende justo en

el límite entre la zona continental más elevada

(ladera de la colina, representada a techo por

E4=V210=V305=estrato geológico V) y el

espacio más tarde afectado por la nueva dinámica

Lámina 6. Horno V3.

Lámina 7. Vista general de la zanja B y su entorno inmediato, con indicación de la posición del vertedero de alfar en su perfi l norte.

Page 26: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

94 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

de un estrato arenoso (el XI de la columna

geológica) localizado durante el rebaje mecánico

de las zanjas PQR y STU, en la zona más cercana

al mar de la parcela en estudio. Su caracterización

sedimentológica como arenas de grano medio

de ambiente litoral, probablemente eólico,

interpretable como un depósito asimilable a la

fl echa litoral que cerraría lo que pudiera quedar

bajo infl uencia marina en la parte más distal del

paleo-estuario del Saladillo, lo diferencia del

resto de estratos holocenos de la “terraza inferior”

y queda fuera de la ordenación general al no

conocerse sus relaciones físicas con los demás

estratos ni haberse obtenido de él materiales

arqueológicos datables10.

fl uvial de la Fase II (básicamente el estrato

geológico VIII y sus correspondientes muestreos

arqueológicos), de manera que se convierte en

la charnela de infl exión entre fases antrópicas y

dominios paleoambientales.

5. FASE II. TERRAZA INFERIOR HOLOCENA:

COLMATACIONES TARDOANTIGUAS

El techo de la secuencia antes de la discordancia

que representan las acciones destructivas previas

a los rellenos contemporáneos es un potente

paquete de acúmulos arenosos que, en la columna

geológica, queda identifi cado básicamente con

el estrato VIII. Son arenas masivas con cantos

dispersos que empiezan siendo verdosas a

muro para ennegrecerse a techo por efecto de la

acumulación de materia orgánica, lo cual, unido

a su falta de estructura interna, se ha relacionado

con el uso de estos espacios como tierra de

labor, huertas que se extendieron por las zonas

no habitualmente inundables de la vega del

Saladillo9.

Durante la excavación los identifi camos

como dos niveles distintos: el paquete inicial

de arenas verdosas, en la base, depositado sobre

sedimentos de la “terraza superior holocena”, al

que corresponden las unidades estratigráfi cas A5,

B4, C4, D4, E3, E4, M2, M3, M4, O4, Q3 y Q4;

y el nivel ennegrecido a techo (propiamente el

mismo que el anterior, insistimos, afectado por la

edafi zación y el uso humano), correspondiente a

las unidades A3, B3, C3, D3, M2, O3, Q2 y R3.

Hay que hacer un inciso antes de seguir con

la explicación de esta fase. Afecta a la existencia

Lámina 8. Estratigrafía de la zanja B, detalle: 1. Arenas amarillas de la terraza superior holocena; 2. Vertedero de alfar; 3. Arenas masivas verdoso-negruzcas de la terraza inferior holocena; 4. Relleno contemporáneo.

9.- La mejor evidencia de este uso agrícola nos la proporciona el

plano del Servicio Geográfi co del Ejército numerado como AG-

T9-C2-841, de 1857, donde, entre el camino que dio origen al

actual Paseo de Victoria Eugenia, el trazado del arroyo y la playa,

se indica la presencia de hasta siete parcelas bien delimitadas entre

sí ocupando todo el espacio que nosotros hemos diagnosticado en

esta ocasión (ver Fig. 15). Suponemos que en ellas está el origen del

microtopónimo Huerta del Carmen con que hasta hoy se conoce a la

zona. Por contra, el plano de 1910 de Oskar JÜRGENS (1926) nos

enseña un edifi cio de planta poligonal del que no hemos detectado

ninguna evidencia.

10.- Los sondeos previos R y U deberían haberlo localizado de

haberse podido profundizar hasta los 2 metros previstos. Sin

embargo, al ser R2 y U2 rellenos contemporáneos impregnados

en desechos de pescado de un olor literalmente insoportable que

hacía insalubre la continuación del trabajo en ellos, fue necesario

abandonar la excavación de ambos al alcanzar poco más de medio

metro de profundidad. No obstante, ni el control presencial directo

del zanjeado ni la cuidadosa inspección de los perfi les para su

lectura evidenciaron fragmentos cerámicos aprovechables para su

clasifi cación crono-tipológica (moderada cantidad de pequeños

fragmentos de galbos más o menos rodados, de “aspecto romano”).

Lámina 9. Estratigrafía de la zanja STU, detalle: 1. Facies fl uvial holocena; 2. Arenas eólicas de la fl echa litoral.

Page 27: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

95CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Nuestra experiencia de excavación en el

sondeo II de la factoría salazonera de C/ San

Nicolás nº 3-5, en Iulia Traducta, es decir, el

cercano recinto sur de Algeciras (JIMÉNEZ-

CAMINO y TOMASSETTI 2000), indica que

existe un espeso paquete de arenas (UE-10)

interpretado en su día como que “durante unos

dos siglos de abandono (ss. III-IV d. C.), se

produjo la sedimentación gradual de arenas

eólicas que dieron lugar a la formación de una

duna; la lentitud (...) del proceso permitió que los

materiales procedentes del derrumbe puntual de

partes del edifi cio quedaran embutidos en este

paquete natural, sin diferencias evidentes entre

la matriz sedimentaria que los cubre y aquélla

sobre la que descansan”. Por otra parte, los

trabajos desarrollados en el solar de La Marina

por Salvador BRAVO (2006) muestran una

estratifi cación que se inicia en la base con arcillas

limosas (ambiente lacustre en el estuario del río

de la Miel) del cambio de Era, sobre las que se

depositan arenas eólicas (duna) a lo largo de los

siglos I-III d. C., iniciándose un poblamiento

a fi nales del siglo III al que corresponde una

necrópolis de inhumación con cinco fases de

uso (que terminan a mediados del siglo V d. C.);

posteriormente se constata “ocupación residual”

entre mediados del siglo V y el VI antes de las

fases medievales.

Especialmente para lo que afecta al segundo

caso, el de La Marina, en un ambiente parecido

al de Garavilla, vemos cómo su dinámica

geoarqueológica afecta a unos espacios inundados

por la primitiva desembocadura del río de la

Miel que quedarían parcialmente desconectados

de la infl uencia marina por la formación de una

fl echa arenosa (duna) sobre la cual se instaló el

cementerio bajoimperial.

Con todo ello podemos considerar que

nuestro estrato geológico XI responde a un

depósito dunar relacionado con la dinámica

litoral de la cercana bahía (y probablemente con

un origen relacionado con el de la barra arenosa

descrita para La Marina), datable, con la máxima

prudencia, en el periodo cronológico que iría

desde el abandono de los hornos (mediados del

siglo I d. C.) hasta la fecha mínima posible para

el estrato VIII (fi nales del siglo IV d. C.), si bien

no tiene por qué ocupar todo este vacío de casi

tres siglos. Atendiendo a estas consideraciones es

por lo que lo hemos “recolocado” en la posición

que se ve en la columna geológica.

Retomando el orden de exposición de la fase,

las unidades estratigráfi cas afectadas que han

proporcionado materiales cerámicos se pueden

ordenar como sigue:

La datación de la base del muro de este paquete

arenoso (M4=Q4), basado en la aparición de

ARSW-D (formas Hayes 104A y posible Atlante

46.1) arroja una cronología en general más reciente

que la derivada de los materiales presentes justo

por encima (B4=C4=D4=M2=M3=O4). Estos

últimos incluyen, aparte de fragmentos de ánforas

no clasifi cables y de materiales de construcción,

algunos ejemplares de producciones africanas de

mesa (formas Hayes 61 -Fig. 14.4-, Hayes 67 -Fig.

14.9-, posibles Hayes 59/67 -Fig. 14.3-, Hayes

103A -Fig. 14.2- y Hayes 104 -Fig. 14.4 y 14.6-)

y un minúsculo trozo de fondo estampillado con

círculos concéntricos; así como escasos ejemplos

de cerámicas comunes, caso de un mortero del

tipo Fullford 22 (Fig. 14.5) y un fragmento de

cuerpo de jarra o ánfora con decoración incisa

(Fig. 14.7) que recuerda a modelos de época

vándala bien documentados en Ibiza (RAMÓN

2008: 566). Así, el primer grupo hay que fecharlo

entre fi nales del siglo V y el VI d. C., mientras que

el segundo adelanta su aparición a una fecha de

fi nales del siglo IV d. C., con dilatación temporal

hasta mediados del siglo VI como mínimo.

No merece demasiado esfuerzo la explicación

de esta aparente inversión cronológica: primero,

porque no la consideramos realmente signifi cativa,

ya que los materiales proceden de muestreos

aleatorios y, en consecuencia, responden a esa

misma aleatoriedad; y segundo, porque la misma

génesis del estrato VIII, de carácter erosivo, con

aportes de los terrenos colindantes más elevados

(hoy desmontados) y del propio cauce del arroyo,

necesariamente habrá producido la mezcla de

inclusiones diversas sin orden preciso11.

Tabla 4. Síntesis estratigráfi ca de la fase II: unidades con cerámicas.

11.- Es más, al hilo de este argumento podría defenderse que la lógica

de los procesos erosivos provocaran el depósito de lo originalmente

más reciente por debajo de lo más antiguo en uno de esos extraños

casos de inversión estratigráfi ca.

Page 28: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

96 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Por último, el techo del estrato, representado

por las cerámicas presentes en M2 y O3, incluye

elementos inespecífi cos atribuibles en general

a los siglos de la Tardoantigüedad pero que no

permiten mayores precisiones. Es indudable al

menos, por la presencia puntual de intrusiones

de edad contemporánea (alguna porcelana, por

ejemplo), que las remociones provocadas por el

laboreo agrícola se constituyen como un factor

de alteración postdeposicional muy intenso que

permitiría incluso pasar este nivel estratigráfi co

a la fase siguiente sin problemas. No obstante,

lo hemos conservado como el fi nal de la Fase II

atendiendo a su origen geológico.

6. FASE III. CONTEMPORÁNEA

De manera discordante sobre las últimas

unidades estratigráfi cas atribuidas a las Fases

0, I ó II, según los casos, se producen una serie

de acciones muy erosivas que decapitan la

secuencia previa y, supuestamente, eliminan

todos los depósitos que quizá se sedimentaron

desde el inicio de la alta Edad Media. Con objeto

de ordenar la información, dividimos la fase

en cuatro momentos -subfases- que, de manera

general, y aunque la composición de las unidades

es relativamente diversa, explican el conjunto de

lo excavado.

Dividimos las secuencias entre sector

occidental (sondeos A, B, C, D, E, F, G, H e

I) y oriental (sondeos J, K, L, M, N, Ñ, O, P,

Q, R, S, T y U) pues en esta última no se ha

conservado ningún estrato inalterado de las

nivelaciones correspondientes a la instalación de

la fábrica demolida. Sí aparecen en la occidental,

constituyendo la subfase IIIa, y tratándose de

rellenos compactados más o menos arcillosos,

a veces de zahorra, que suelen rondar el medio

metro de potencia. Estas unidades sedimentarias

sobreelevan el terreno por encima de la interfacies

de corte practicada para su explanación previa a

la construcción de la conservera, momento en

el que se decapitó la secuencia estudiada en las

fases anteriores, originando las graves erosiones

sufridas por la fi glina.

La subfase IIIc corresponde ya a los

movimientos de tierra que acompañan al derribo

de la fábrica, considerada ésta como subfase IIIb

Figura 14. Cerámica de C4 y M4.

Page 29: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

97CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

y sólo representada por V303. Sabemos que una

vez desmanteladas las instalaciones se procedió a

la extracción de todas las cimentaciones, en casos

muy potentes, que las sustentaban. Para ello, se

profundizó en el terreno hasta extraerlas (grandes

fragmentos de hormigón han sido localizados en

nuestro zanjeado, residuos de estas acciones),

abriendo potentes zanjas, entre las cuales la

detectada en el espacio donde se ubican los

hornos (V202=A4), pero sin duda originando la

casi totalidad de las UEs identifi cadas en el sector

oriental por debajo de las capas de acumulación

de arenas de escorrentía, que, en ambas zonas,

componen la subfase IIId.

Incluida en la matriz de las unidades más

superfi ciales (subfases IIIc y IIId) de la zona

oriental, por efecto de las mismas remociones,

aparecen de forma residual los ejemplares

de industria paleolítica de que se ha hablado

en la Fase 0a y que sirve para valorar la

primera frecuentación humana en el espacio

diagnosticado.

7. CONCLUSIONES

Hemos obtenido una secuencia diacrónica

de la ocupación periurbana con cuatro fases

geoarqueológicas que, desde la perspectiva

histórica, se originan en torno a 120.000-50.000

BP (Paleolítico Medio) y, tras una discontinuidad

de orden geológico, se reanuda con una fi glinadatada entre fi nes del siglo I a. C. y mediados del

I d. C. (altoimperial), con reutilización de parte de

su espacio como calera tras el abandono del horno

V2 (también en el siglo I d. C.). Suponemos que

el cierre total a las escasas infl uencias costeras

que pudieran tener las zonas más distales de la

ensenada existente en la desembocadura del

paleo-Saladillo (no incluidas en el estudio) se

produciría entre esta última fecha y un momento

indeterminado en torno al siglo IV, cuando

se inicia la colmatación interior del estuario,

prolongándose ésta hasta el siglo VI al menos.

Las graves afecciones al terreno motivadas por la

instalación de la fábrica de conservas Garavilla en

la década de los sesenta del siglo XX decapitan

la secuencia, constatándose a techo -de manera

discordante- una serie de rellenos que sellan la

estratifi cación antes del derribo y remociones de

cimientos.

Tabla 5. Síntesis estratigráfi ca de la fase III.

Lámina 10. Industria lítica de superfi cie. Areniscas y sílex.

Page 30: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

98 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Respecto a la industria paleolítica recuperada,

destaca lo novedoso de un grupo de útiles ads-

critos al modo 3 y relacionable con la presencia

de Homo sapiens neanderthalensis, con escasos

yacimientos sincrónicos en la comarca, mejor

conocido en las cuevas gibraltareñas, pero sin

duda vinculados a la frecuentación de entornos

fl uviales de las comunidades humanas que los

produjeron.

Por lo que respecta a la secuencia post-

paleolítica, la historiografía moderna asume la

existencia de una colonia romana denominada

Iulia Traducta en el recinto sur de las Algeciras,

entramado urbano correspondiente más tarde a

la al-Bunayya tardomedieval, “Villa Nueva” de

la crónica de Alfonso XI y “Villa Vieja” en su

denominación popular desde el siglo XIX. Su

fundación se estima en torno al 27 a. C., con

emisión de monedas c. 12-2 a. C.12. Su territoriumqueda impreciso, sólo considerándose que el

límite con el de Carteia podría situarse en el

cauce del río Palmones.

Las evidencias arqueológicas conocidas hasta

la fecha se limitan prácticamente a sus cetariae(factorías de salazón, en torno a C/ San Nicolás)

y sus fi glinae (alfarerías). No obstante, todas las

referencias a alfares en el entorno periurbano

de Traducta, hasta ahora, hacían referencia a

hallazgos casuales (antigua playa del Chorruelo,

C/ San Quintín) y a un vertedero (sin que se

conozcan los hornos, en C/ Alexander Henderson

16-18; GUERRERO y otros 2007), de modo que

los ahora excavados son los primeros adscritos a

esta población altoimperial.

El estudio de JIMÉNEZ-CAMINO y

BERNAL (2007: 179-186) establece, para el

periodo tardorromano-tardoantiguo cuatro fases

ocupacionales de la ciudad “en función de las

grandes reestructuraciones del yacimiento”, a

saber:

Tabla 6. Síntesis Geohistórica.

12.- Remitimos al último artículo publicado sobre la cuestión, el de

JIMÉNEZ-CAMINO y BERNAL (2007), para la consulta de los

datos básicos; en su bibliografía se encontrarán todas las referencias

oportunas para la valoración de la ciudad romana. Sobre la ceca local

véase BRAVO (2004-2005).

Page 31: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

99CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Según se ve, casi toda la información alude a las

modifi caciones sufridas por las zonas funerarias

e industriales, siendo difícil valorar la aparente

pérdida de pujanza de la ciudad desde los primeros

abandonos en las factorías de salazones hasta el

total cese de su actividad en época bizantina. A

este marco cronológico pertenece nuestra fase

II y el intermedio representado por la fl echa

arenosa del estrato XI. Nuestra intervención no

ha proporcionado ningún material mueble datable

en época visigoda.

Lo que sí hemos conseguido es determinar las

líneas básicas paleotopográfi cas y su cotejación

con la cartografía histórica, comprobándose

además la bondad de nuestra estimación -a partir

de la lectura detenida de perfi les en las zanjas-

sobre una línea de “paleocosta” al superponerla

con la fi siografía refl ejada en el plano de la serie

de Verboom AGS MPD XXXIX-79, fechado en

1745 (según se aprecia en nuestra Figura 15),

donde aún se reconocen las líneas básicas de una

topografía fósil que nos muestra la amplitud de la

pequeña bahía originaria -en la que debía existir

un embarcadero para el transporte de los productos

elaborados en los hornos- y la delineación de la

fl echa que provocó su cerramiento. No obstante,

hay que valorar la posibilidad de que el muelle se

situara al otro lado de la barra, a una distancia en

línea recta de apenas cien metros.

La geomorfología litoral asociada a deltas

fl uviales es bien conocida en su evolución

genérica para las costas andaluzas occidentales

(OJEDA 1989) y, en concreto para el Campo de

Gibraltar, se repite el mismo modelo secuencial

Tabla 7. Síntesis de acontecimientos en “Iulia Traducta” en época tardorromana-tardoantigua.

Figura 15. Análisis de Cartografía histórica con propuesta geoarqueológica: la fi glina Garavilla al borde del paleoestuario del Saladillo.

Page 32: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

100 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Figura 16. Fotografías aéreas de la desembocadura de los principales ríos del extremo Sur peninsular. Obsérvese la presencia constante de barras arenosas y marismas.

Page 33: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

101CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

de paleoestuario, cerramiento por barra arenosa

y ulterior colmatación del espacio segregado

con la consiguiente formación de una marisma

que, según los casos, ha pervivido (caso del río

Palmones en su margen derecha, el Barbate o

el Guadiaro; ver Figura 16) o se ha perdido por

intervención humana (casos del río de la Miel o

el mismo Saladillo). Se asume sin discusión la

génesis de estas rías en el máximo transgresivo

fl andriense (c. 6000 BP), pero la historia de

cada una de ellas hasta su colmatación defi nitiva

es tema de los estudios geoarqueológicos

cuya publicación, para Algeciras y su entorno

inmediato, se inaugura con el presente número de

la revista Caetaria.

Cuestión diferente es datar esta sucesión

de modelados y los usos asociados de los

grupos sociales sobre ellos. Desde ese punto de

vista, aportamos ahora nuevos datos sobre la

paleogeografía humana en el entorno periurbano

de Iulia Traducta, confi rmándose el hecho, tantas

veces observado en el registro arqueológico,

de la asociación entre un centro alfarero y un

cauce fl uvial que, obviamente, condiciona

su ubicación13. En nuestro caso, la natural

salida a la Bahía de Algeciras, pero también su

cercanía a la colonia traductina, revelan los ejes

económicos que hubieron de regir la actividad de

la fi glina respecto a la comercialización de sus

manufacturas y a su red de distribución. Queda

sin respuesta la cuestión de qué se producía en

los hornos y, aunque los fragmentos anfóricos

extraídos del vertedero nos orientan un tanto, no

cabe hacer más precisiones en ese sentido.

Los pocos estudios geoarqueológicos

acometidos hasta el momento al Norte del río

de la Miel, como hemos adelantado, empiezan a

diseñar un modelo evolutivo similar (aunque algo

más tardío) a lo visto en el solar de Garavilla. No

obstante, aún no han aportado datos sufi cientes

con que explicar por completo la secuencia

litoestratigráfi ca ni el mapa geomorfológico

de los sucesivos paisajes históricos en su

desembocadura. La hipótesis de partida

plantea también su origen como paleo-estuario

fl andriense, su cierre progresivo por la formación

de una barra litoral (al menos existente a fi nes

del s. III d. C. y sobre la que se levantará más

tarde el fl anco sureste de la muralla islámica)

y su lenta colmatación interna (hasta inicios de

la contemporaneidad), con ocupación desigual

de sus espacios entre la Antigüedad y la Edad

Media tardía. En este amplio recorrido temporal

se observan ya diferentes fases que fl uctúan

entre ambientes marinos, fl uviales o de marisma,

en una compleja evolución que, a pesar de los

intentos de correlación entre estratigrafías, impide

por el momento encadenar los datos conocidos

para aportar valoraciones ajustadas. La reciente

actividad preventiva en el solar de C/ Duque de

13.- Algunas refl exiones al respecto para la Bahía de Algeciras en

TOMASSETTI y BRAVO (2006).

Tabla 8. Síntesis geoarqueológica comparativa entre desembocaduras fl uviales.

Page 34: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

102 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

Almodóvar nº 21 (AYALA y otros 2008) nos ha

dado ocasión de compendiar parte de los datos

disponibles, valorando las similitudes en la

evolución de ambas desembocaduras14.

Es evidente, no obstante, que la coincidencia

de los procesos geomorfológicos no implica la

sincronía de éstos en uno y otro lugar. Ello, unido

a la diversidad de facies estratigráfi cas que se

originan en ambientes tan dinámicos, hace aún

más compleja la equiparación entre los resultados

de las distintas intervenciones arqueológicas, pero

tampoco impide observar las similitudes. Por

desgracia, la Fase III de Garavilla ha borrado el

registro correspondiente a los últimos ocho siglos

anteriores al abandono de las villas en 1379, lo

que elimina la posibilidad de contrastación de

parte de las hipótesis actuales y futuras sobre

el tramo inferior del río de la Miel, de las que

esperamos interesantes aportes en los próximos

años.

14.- En el ensayo de síntesis que D. Barragán y J. L. Castro nos

ofrecen en este mismo tomo se incide en las mismas ideas con motivo

de lo investigado en la Plaza del Coral, donde datan la colmatación

antes del siglo VI d. C.

ANEXO 1. SÍNTESIS DESCRIPTIVA DE UNIDADES ESTRATIGRÁFICAS DE LOS SONDEOS PREVIOS.

Page 35: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

103CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

ANEXO 2. CORRESPONDENCIA ENTRE UNIDADES ESTRATIGRÁFICAS DE LOS SONDEOS.

Page 36: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

104 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

ANEXO 3. SÍNTESIS DESCRIPTIVA DE UNIDADES ESTRATIGRÁFICAS DE LA FIGLINA.

Page 37: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

J. M. TOMASSETTI - F. L. TORRES - A. M. MARTÍN - S. AYALA - R. ÁLVAREZ

105CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

BIBLIOGRAFÍA

AA.VV. (2002): Conspectus formarum terrae sigillatae italico modo confectae, Bonn.

AYALA LOZANO, S., FERNÁNDEZ GALLEGO, C., TOMASSETTI GUERRA, J. M., SUÁREZ

PADILLA, J. y TORRES ABRIL, F. L. (2008): Actividad Arqueológica Preventiva en el solar ubicado en C/ Duque de Almodóvar c/v Segismundo Moret, Algeciras (Cádiz). Memoria Defi nitiva.

Inédito.

BERNAL CASASOLA, D. (ed.) (1998): Excavaciones arqueológicas en el alfar romano de la Venta del Carmen. Los Barrios (Cádiz). Una aproximación a la producción de ánforas en la Bahía de Algeciras en época altoimperial, UAM Ediciones y Ayuntamiento de Los Barrios.

BERNAL CASASOLA, D. y LORENZO MARTÍNEZ, L. (2002): Excavaciones arqueológicas en la villa romana de Puente Grande, Cádiz.

BONET ROSADO, H., FUMADÓ ORTEGA, I., ARANEGUI GASCÓ, C., VIVES-FERRÁNDIZ

SÁNCHEZ, J., HASSINI, H. y KBIRI ALAOUI, M. (2005): “La ocupación mauritana”, C.

Aranegui Gascó (ed.) Lixus-2. Ladera Sur. Saguntum. Extra 6, Valencia, pp. 87-134.

BRAVO JIMÉNEZ, S. (2004-2005): “La ceca de Iulia Traducta y la implantación de la politica de

Octavio Augusto en el Campo de Gibraltar”, Caetaria, 4-5, pp. 83-96.

BRAVO JIMÉNEZ, S. (2006): Informe de los trabajos efectuados en relación a la Actividad Arqueológica Preventiva en Avda. de la Marina esquina Teniente Riera y Segismundo Moret de Algeciras (Cádiz). Inédito.

BUSTAMANTE ÁLVAREZ, M. y HUGUET ENGUITA, E. (2008): “Las cerámicas ‘Tipo Peñafl or’”,

D. Bernal y A. Riera (eds.) Cerámicas hispanorromanas. Un estado de la cuestión, Cádiz, pp.

297-306.

CASTAÑEDA FERNÁNDEZ, V. (coord.) (2008): Las primeras ocupaciones humanas de los Barrios (Cádiz). El ejemplo proporcionado por el río Palmones, Servicio de Publicaciones de la UCA y

Ayuntamiento de Los Barrios. Cádiz.

CUOMO DI CAPRIO, N. (1971-1972): “Proposta di classifi cazione delle fornaci per ceramica e

laterizi nell’area italiana dalla prehistoria a tutta l’epoca romana”, Sibrium, XI, pp. 371-464.

FERNÁNDEZ GARCÍA, M. I. y ROCA ROUMENS, M. (2008): “Producciones de Terra SigillataHispánica”, D. Bernal y A. Ribera (eds.) Cerámicas hispanorromanas. Un estado de la cuestión,

XXVI Congreso Internacional de la Asociación Rei Cretariae Romanae Fautores, Cádiz, pp. 307-

332.

GARCÍA VARGAS. E. y BERNAL CASASOLA, D. (2008): “Ánforas de la Bética”, D. Bernal y A.

Riera (eds.), Cerámicas hispanorromanas. Un estado de la cuestión, Cádiz, pp. 661-688.

GUERRERO, I., CANTILLO, J. J. y LORENZO, L. (2007): Memoria defi nitiva de la intervención arqueológica preventiva en la C/ Alexander Henderson-San Quintín (Algeciras, Cádiz). Inédito.

IGLESIAS GARCÍA, L. (2006): Informe preliminar de la Actividad Arqueológica Preventiva, excavación arqueológica extensiva en la C/ Teniente Riera nº 6, Algeciras (Cádiz). Inédito.

JIMÉNEZ-CAMINO ÁLVAREZ, R. y BERNAL CASASOLA, D. (2007): “Redescubriendo a

Traducta. Refl exiones sobre su topografía urbana y su secuencia ocupacional (ss. I-VII)”, Analesde Arqueología Cordobesa, 18, pp. 157-200.

JIMÉNEZ-CAMINO ÁLVAREZ, R. y TOMASSETTI GUERRA, J. M. (2000): Informe preliminar de la intervención arqueológica de urgencia en el solar nº 3-5 de la Calle San Nicolás en la Villa Vieja de Algeciras (Cádiz). Diagnóstico Previo. Inédito.

JIMÉNEZ-CAMINO ÁLVAREZ, R. y TOMASSETTI GUERRA, J. M. (2006): “Allende el río...

Sobre la ubicación de las villas de Algeciras en la Edad Media: una revisión crítica”, Almoraima,

33, pp. 183-210.

JIMÉNEZ-CAMINO ÁLVAREZ, R. y TOMASSETTI GUERRA, J. M. (e.p.): Carta Arqueológica Municipal de Algeciras. Ayuntamiento de Algeciras y Consejería de Cultura. Inédito.

JÜRGENS, O. (1926): Spanische Städte, Hamburgo, (edición española de Madrid: Ministerio de las

Administraciones Públicas, 1992).

Page 38: CAETARIA 6_Garavilla.pdf

HORNOS DE IVLIA TRADVCTA (ALGECIRAS, CÁDIZ)…

106 CÆTARIA 6-7 (2009): pp. 75-106. ISSN 1695-2200

LAGÓSTENA BARRIOS, L. y BERNAL CASASOLA, D. (2004): “Alfares y producciones

cerámicas en la provincia de Cádiz. Balance y perspectivas”. Figlinae Baeticae. Talleres alfareros y producciones cerámicas en la Bética romana (ss. II a. C. - VII d. C.), BAR International Series, 1266, Volumen 1, pp. 39-124.

LARIO GÓMEZ, J. (1996): Último y presente interglacial en el área de conexión Atlántico-Mediterráneo (Sur de España). Variaciones del nivel del mar, paleoclimáticas y paleoambientales.

Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid.

LÓPEZ MULLOR, A. y MARTÍN MENÉNDEZ, A. (2008): “Las ánforas de la Tarraconense”, D.

Bernal y A. Riera (eds.) Cerámicas hispanorromanas. Un estado de la cuestión, Cádiz, pp. 689-

724.

OJEDA ZÚJAR, J. (1989): “La dinámica litoral reciente de la costa occidental de Andalucía”, ElCuaternario en Andalucía Occidental, AEQUA Monografías, 1, Sevilla, pp. 123-132.

PUERTAS TRICAS, R. (1982): Excavaciones arqueológicas en Lacipo, Madrid.

RAMÓN TORRES, J. (2008): “La cerámica ebusitana en la Antigüedad Tardía”, D. Bernal y A. Riera

(eds.) Cerámicas hispanorromanas. Un estado de la cuestión, Cádiz, pp. 563-584.

SERRANO RAMOS, E. (2000): Cerámica común romana: siglos II a. C. al VII d. C. Materiales importados y de producción local en el territorio malacitano. Málaga.

SUÁREZ PADILLA, J. y TOMASSETTI GUERRA, J. M. (2009): Actividad Arqueológica Puntual de apoyo a la restauración en las murallas medievales de la prolongación de la Avenida Blas Infante de Algeciras (Cádiz). Memoria Defi nitiva. Inédito.

TOMASSETTI GUERRA, J. M. y BRAVO JIMÉNEZ, S. (2006): “Novedades sobre establecimientos

alfareros romanos en el arco norte de la bahía de Algeciras (Cádiz)”, Almoraima, 33, pp. 251-

264.

TOMASSETTI GUERRA, J. M., JIMÉNEZ-CAMINO ÁLVAREZ, R., FERNÁNDEZ GALLEGO,

C., BRAVO JIMÉNEZ, S., NAVARRO LUENGO, I., y SUÁREZ PADILLA, J. (2006): “El

cementerio islámico del Fuerte de Santiago (Algeciras, Cádiz). Nuevas excavaciones y síntesis

interpretativa”, Almoraima, 33, pp. 147-170.

TOMASSETTI GUERRA, J. M., JIMÉNEZ-CAMINO ÁLVAREZ, R., SUÁREZ PADILLA, J. y

NAVARRO LUENGO, I. (e. p.): “La Muralla de Al-Bunayya en la Huerta del Carmen (Algeciras)”.

IIas Jornadas de Prehistoria y Arqueología del Campo de Gibraltar. Los Barrios, 5-7 de junio de

2009. Instituto de Estudios Campogibraltareños.